¿Por qué se sigue utilizando el mapa de Mercator si las proporciones son incorrectas?

Las proporciones de todo mapa son incorrectas, da lo mismo cuál utilices, salvo que sea un globo terráqueo esférico. Y como necesariamente tenemos que elegir un tipo de mapa para su uso en plano, el de Mercator tiene ciertas ventajas sobre otros aunque sus proporciones también sean incorrectas. No es el mejor, pero tampoco es el peor.

Ningún mapa, aunque te lo prometa el autor o sus partidarios, puede tener proporciones exactas a las que tiene una esfera. Ninguno, porque simplemente no es posible aplanar una esfera. Si tomas la piel de una naranja y la aplastas sobre la mesa jamás tendrás una corteza plana y continua sino que estará rota y abombada. Y con la Tierra pasa lo mismo, por eso se hacen proyecciones, que son métodos para trasladar todos los puntos de una superficie esférica a una superficie plana. El mapa de Mercator usa una proyección cilíndrica, otros usan otro tipo de proyecciones:

Y no hay solo un tipo de proyección porque cada una tiene sus ventajas y desventajas.

Se suele poner como ejemplo de proyección más "justa" la de Gall-Peters…

… pero no deja de ser una proyección cilíndrica con proporciones incorrectas, sólo que en lugar de deformar hacia los polos deforma hacia el ecuador. Tal vez las áreas de los continentes se acerquen más a la realidad, pero quien viva en África también pensará que el recorrido de Norte a Sur es el doble de largo que de Este a Oeste, y sin embargo son aproximadamente iguales.

Porque si pudiéramos alejarnos lo suficiente de la Tierra, África realmente se vería así sin proyecciones sobre una superficie plana:

¿Es justo que un Libio piense que Sudáfrica está tan lejos? El mapa de Gall-Peters distorsiona su percepción de la realidad Africana. Pues es tan justo o injusto como que un Groenlandés piense que su isla tiene el tamaño de África. Lo que hay que hacer es enseñar las características, virtudes y defectos de cada proyección y enseñar a usar los mapas, no denostar una proyección frente a otra por motivos ideológicos en lugar de prácticos.

La proyección de Mercator se sigue usando porque, aunque no tenga las proporciones correctas, sí mantiene otros parámetros correctos, como las direcciones, y esto nos resulta útil. Hay otras proyecciones, como esta sinuosidal, que mantiene una proporción de áreas más equilibrada, pero por el contrario se pierde la orientación Norte-Sur porque los meridianos se representan mediante curvas más deformadas cuanto más al Este y Oeste:

Estas son algunas ventajas prácticas de usar la proyección de Mercator:

• No importa en que punto del mapa estés, que los puntos cardinales están siempre en la misma dirección. Esto sirve para orientarse mejor, y es la razón por la que los mapas y navegadores tipo Google Maps, Apple Maps o Bing Maps siguen usando en general la proyección de Mercator.
• Los cálculos para medir distancias y rumbos son mucho más simples que en otras proyecciones. Esto era muy útil cuando los navegantes medían sobre plano, ahora con los aparatos electrónicos no tanto.
• Las escalas y ángulos son proporcionales. Es decir, si tenemos un edificio cuadrado o redondo en cualquier punto de la Tierra, este se verá siempre cuadrado o redondo independientemente de su latitud y longitud, aunque pueda haber variación es de tamaño. En otras proyecciones ese edificio puede ser rectangular u ovalado, o incluso tener formas geométricas complejas, dependiendo de dónde esté situado.

Nada de todo esto se respeta en la proyección de Narukawa, llamado por muchos medios "el mapamundi definitivo" o "el mapa más realista que existe":

Ni es definitivo ni es el más realista, porque deforma igualmente y no mantiene escalas, ángulos ni direcciones: la deformación de países como Brasil es evidente, no respeta la geometría, y necesitas las líneas marcadas de meridianos y paralelos para saber hacia dónde están Norte, Sur, Este y Oeste. Tiene sus ventajas (especialmente si eres japonés como el autor, porque tu entorno es el que menos distorsiones tiene), pero no es la proyección que derrocará todas las demás proyecciones, porque no es el más práctico aunque sí sea políticamente más correcto y más equilibrado en varios aspectos. Lo que sí tiene es más publicidad positiva que el de Mercator, que últimamente parece que recibe más críticas negativas de las que se merece.