El movimiento obrero argentino se comporta de manera diferente con Yrigoyen y con Alvear. Con Yrigoyen, el movimiento obrero tiene un gran apoyo y se fortalece significativamente. Con Alvear, el movimiento obrero se enfrenta a una mayor represión y a una menor tolerancia por parte del gobierno.
Yrigoyen y el movimiento obrero
Yrigoyen llega al poder en 1916, en el marco de la primera presidencia democrática de la Argentina. El movimiento obrero, que había participado activamente en la campaña electoral de Yrigoyen, ve en su gobierno una oportunidad para avanzar en sus reivindicaciones.
En los primeros años de gobierno de Yrigoyen, el movimiento obrero se fortalece significativamente. Se crean nuevos sindicatos, se incrementan las movilizaciones y los reclamos, y se logran importantes avances en materia de derechos laborales.
Algunos de los logros más importantes del movimiento obrero durante el gobierno de Yrigoyen incluyen:
Alvear y el movimiento obrero
Marcelo T. de Alvear asume la presidencia en 1922. Alvear es un político más moderado que Yrigoyen, y su gobierno tiene una actitud más distante hacia el movimiento obrero.
Alvear nombra a un nuevo ministro del Interior, Leopoldo Melo, que es conocido por su represión del movimiento obrero. Melo ordena el desalojo de los trabajadores que ocupan fábricas, y persigue a los líderes sindicales.
La represión del gobierno de Alvear provoca un rechazo del movimiento obrero. Se producen numerosas huelgas y movilizaciones, que son reprimidas con violencia por la policía.
En 1928, Yrigoyen vuelve a la presidencia. El movimiento obrero, que había sido reprimido durante el gobierno de Alvear, ve en Yrigoyen una oportunidad para recuperar los derechos que había perdido.
Sin embargo, el segundo gobierno de Yrigoyen es mucho más breve que el primero. En 1930, Yrigoyen es derrocado por un golpe militar. El movimiento obrero, que había sido un importante apoyo de Yrigoyen, se ve debilitado por el golpe.
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