ORIGEN Y JUSTIFICACIÓN DEL TRABAJO

Es incomprensible que pretendamos que el alumnado aprenda, en una clase de Conocimiento del Medio, hechos, conceptos, sucesos... de diferentes temas sin que tenga nada que aportar. ¿Cómo se puede hablar de formación básica de un ciudadano, de interacción con el medio o de conocimiento de si mismo, si sólo nos preocupa la memorización de la información recogida en un libro de texto?

Por otro lado, muchos de los contenidos se presentan descontextualizados, alejados de la realidad del alumnado y, lo que resulta aún más paradójico, sin apenas relación con los objetivos ni con la consecución de las competencias básicas. En este sentido, nos preguntamos: ¿se conocen y se tienen en cuenta las finalidades de esta etapa y de esta materia?; ¿para qué se estudian estos contenidos?; ¿cuándo nos centraremos en lo que de verdad les interesa a los usuarios del conocimiento?...

Siempre nos ha llamado la atención que, en muchas programaciones, se citen términos o se defiendan principios metodológicos de diversas corrientes pedagógicas y psicológicas (“aprendizaje significativo”, “aprender a aprender”, “globalización”, “constructivismo”, “aprendizaje cooperativo”…). Es fácil utilizar estas etiquetas y bastante ingenuo creer que sólo con nombrarlos ya los estamos llevando a cabo.

El tema de los recursos nos parece importante. A menudo, entre los maestros comentamos la mala organización de los temas en el libro de texto, la amplitud del programa, el aburrimiento que producen las actividades planteadas… en realidad, deberíamos reflexionar si, al margen de estos materiales, somos capaces de utilizar una forma de trabajo diferente, que se apoye en otros muchos recursos que tenemos a nuestro alcance. Pensamos que debemos proponer actividades dónde los niños/as sean los