En el presente texto se abordarán las ideas principales del doceavo hasta el vigésimo sexto capítulo de la obra titulada “El príncipe” escrita por Nicolás Maquiavelo. Básicamente en estos capítulos encontramos nociones de cómo eran los ejércitos, cómo debía pensar un príncipe en la guerra y lo que tenía que llevar a cabo para ser un buen gobernante y no crearse mala reputación en su Estado. Comenzamos con los tipos de armas que usa un príncipe para mantener a salvo a sus gobernados, estas pueden ser propias, mercenarias, auxiliares o mixtas. Las llamadas auxiliares y mercenarias, Maquiavelo las describe como “inútiles y peligrosas” (Maquiavelo, 2011), además de que, según el florentino, estas armas “carecen de unión, son ambiciosas, indisciplinadas, infieles…” (Maquiavelo, 2011). Especialmente hablando de las tropas mercenarias, con estas lo único que se puede lograr es llevar desgracia al Estado ya que las conquistas con este tipo de tropas son lentas y con poco éxito. Las armas auxiliares son las que otro príncipe facilita a otro para defensa de su Estado. Este tipo de armas las usan los principados que no están en condiciones de ganar una batalla, es decir que se encuentran débiles, sin embargo, un buen príncipe siempre recurrirá a sus propias armas, “prefiriendo perder con ellas a vencer con las ajenas” (Maquiavelo, 2011), pues se considera que una victoria real no es legitima si se gana con armas prestadas. Un principado jamás estará seguro si no cuenta con armas propias. Por otra parte, de nada sirve que el principado tenga las mejores armas si su príncipe no está consciente de lo que es el arte de la guerra. Si el príncipe empieza a ocuparse de otros asuntos antes que, de sus tropas, esto podría llevarlo a la pérdida de su Estado y a ser menospreciado. En necesario de que el gobernante sea muy prudente y que evite inmiscuirse en vicios que le lleven a poner en peligro a su Estado. Uno de los actos que el príncipe debe ejercer con cuidado es el de la liberalidad, pues de no ejercerla adecuadamente, el príncipe podría ser calificado de avaro. Solo debe comportarse de manera transparente frente a su pueblo. Además de obrar con honestidad, el príncipe no debe tener miedo del uso de la crueldad cuando es necesaria para mantener unido a su pueblo, esto es que el príncipe debe usar el bien mientras le sea posible, pero si debe usar el más que no tenga duda alguna en usarlo. Uno de los principales objetivos del príncipe es evitar ser aborrecido por sus propios residentes, debe cuidar la imagen que da a conocer de el mismo además de que tendrá que cuidar que sus súbditos le estimen para evitar posibles rebeliones y ataques de pueblos vecinos. Esto también aplica a los gobernados, si el príncipe decide retirar las armas del pueblo, los gobernados podrían sentirse ofendidos pues creen que su príncipe no confía más en ellos y podrían desatar una revuelta donde el príncipe tendrá que recurrir a armas mercenarias. Como ya se había dicho, el príncipe debe cuidar su imagen, ser estimado y manejar de buena manera los bienes y la política, pero la imagen del príncipe no solo se la forja el, también influye el tipo de gente que le rodea por lo que deberá rodearse de ministros capaces y fieles para que tenga una imagen correcta. Por otra parte, el príncipe debe ser lo suficientemente prudente para escoger a los sabios de deberán aconsejarle y el mismo contar con la habilidad de analizar los problemas que se le lleguen a presentar y no solo recurrir a sus sabios consejeros. Por último, Maquiavelo nos menciona a Italia, de esta nación dice que sus reinos no pudieron permanecer estables debido a una mala milicia y a un equilibrio defectuoso entre el pueblo, sus tropas y la nobleza. En conclusión, puedo decir que un buen príncipe tendrá que proteger a su pueblo con las armas propias y conducirse de manera correcta durante su reinado para que los pobladores,