La urbanización conduce a la fragmentación del hábitat de varias maneras. En primer lugar, la construcción de carreteras, edificios y otras infraestructuras urbanas puede dividir los hábitats naturales en fragmentos más pequeños. En segundo lugar, la urbanización puede conducir a la pérdida de hábitats naturales a través de la deforestación, la agricultura y otros usos del suelo. En tercer lugar, la urbanización puede alterar los hábitats naturales, lo que puede hacerlos menos habitables para las plantas y los animales.
Los efectos de la fragmentación del hábitat urbano en las poblaciones de plantas y animales pueden ser significativos. La fragmentación del hábitat puede conducir a:
Algunos ejemplos específicos de cómo la urbanización conduce a la fragmentación del hábitat y afecta a las poblaciones de plantas y animales incluyen:
Es importante tomar medidas para reducir la fragmentación del hábitat urbano y proteger la biodiversidad. Estas medidas pueden incluir:
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