En los últimos años del mismo los defensores de un pensamiento teocrático vinculado a posiciones políticas reaccionarias, liderados por Ortí y Lara...
En los últimos años del mismo los defensores de un pensamiento teocrático vinculado a posiciones políticas reaccionarias, liderados por Ortí y Lara, logran expulsar de la Universidad a los representantes más destacados de aquél (Sanz del Río, Salmerón, Castro, Giner) por impartir “doctrinas erróneas o perniciosas en el orden religioso, moral o político” (artículo 43 del Decreto de 22-1-1867). Pero la revolución de 1868 les repuso, y durante el sexenio democrático su protagonismo político facilitó el intento de importantes reformas educativas, que tendrían poco éxito por la desconexión entre las minorías intelectuales y la masa popular, mayoritariamente campesina, analfabeta y conservadora, controlada por fuerzas contrarias a cualquier innovación que hiciera peligrar sus privilegios.
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