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A un segundo plano, en tanto que ciencia médica básica y el enfoque etnológico abandonaron la perspectiva biológica. Así fue como la medicina conti...

A un segundo plano, en tanto que ciencia médica básica y el enfoque etnológico abandonaron la perspectiva biológica. Así fue como la medicina continuó describiendo tanto el material (la leche humana) como el proceso (la LM), mientras que la antropología y las demás ciencias sociales se ocuparon de aspectos que se consideraban más formalmente “culturales”, como los rituales o las estructuras de parentesco. La intención de este trabajo es explicitar la base histórica desde la cual se han desarrollado estas interpretaciones, y reatribuir a la LM sus dimensiones social, política, histórica y simbólica. Partiré entonces de una postura frente a la LM que difiere sensiblemente de las arriba mencionadas, pues no es naturalista ni considera a esta práctica indefectiblemente asociada a un modelo patriarcal. Tanto hablar de lactancia como hablar de antropología significa hacer referencia simultáneamente a aspectos biológicos y culturales, y ambos se despliegan en el tiempo con trayectorias particulares. Como afirma Patricia Aguirre, si redujésemos la humanidad (o la lactancia) a sus aspectos biológicos no comprenderíamos la humanidad (ni la lactancia). La LM como una práctica históricamente construida La LM, como toda práctica humana, es construida históricamente, transmitida culturalmente y relativa a contextos específicos. Si bien se apoya en procesos fisiológicos, no constituye, como veremos más adelante, un impulso irrefrenable de la naturaleza humana. La “competencia” de la lactancia materna tiene raíces muy antiguas y es producto de determinadas condiciones ecológicas, económicas, demográficas que priorizan ciertos y no otros contenidos culturales que dan sentido a lo que "hay que hacer " o al modelo de lo que “hay que ser”. Lactancia y economía capitalista A partir de este punto nos comenzamos a preguntar: Cuál es el estado de esta práctica en la actualidad, qué hay de ella en las sociedades capitalistas modernas? Cuál es, precisamente, la construcción histórica a la que hacemos referencia, y sobre la que se asienta el problema de la LM como tal, hoy en día? Porqué, en fin, concebimos la necesidad de una revalorización de la lactancia en estos contextos modernos? Ello nos lleva a buscar una referencialización histórica más minuciosa: cuáles han sido los mecanismos que la han despojado de su posibilidad de ser transmitida de una generación a otras? Cuál ha sido el camino por el cual se han nivelado como opción la leche artificial, bien de mercado, con la leche materna, bien libre? A los fines que nos hemos propuesto en este trabajo, es imprescindible analizar la compleja relación Hombre – Naturaleza que se inscribe en el sistema social moderno. Las diferentes culturas han construido diversos modelos para comprender y actuar sobre su entorno natural. La percepción del entorno y aún la concepción sobre calidad de vida de cada grupo (incluidos factores psicológicos tales como aspiraciones, sentimientos de pertenencia y realización etc.) no constituyen, es sabido, modelos generalizables para toda la humanidad. Éstas dependen en gran medida de la base material sobre la que la propia relación entre los hombres está inscrita, definida por la forma particular de apropiación de cada sociedad de su medio natural. La forma de apropiación de la naturaleza desarrollada por el capitalismo supone supeditar la producción a la racionalidad del lucro, forzando crecientemente al sistema ecológico de base a lograr incrementos en la productividad. Tenemos, además, que el fenómeno de explotación de la naturaleza por el hombre está indisolublemente ligado al de la explotación del hombre por el hombre. El capital, para asegurar su expansión, debe reproducirse y obtener un beneficio, reinvirtiendo parte de él en la producción. La división social del trabajo impuesta por el capitalismo fuerza a las personas individuales a no producir lo que consumen y a no consumir lo que producen, lo que genera una total dependencia del proceso productivo orientado por la empresa capitalista. Mientras tanto, la explotación intensiva de materias primas y de las fuentes de energía ha expoliado hasta límites insospechados el mosaico de ecosistemas planetario. Esto no es casual: tanto la degradación del entorno como la descomposición de la sociedad civil han asegurado la rentabilidad del capital y, por lo tanto, su reproducción. Con esto se manifiesta que la raíz del deterioro de los recursos naturales y humanos es la misma. Alguien ha dicho ya que el capitalismo y la modernidad devastan la naturaleza, pero nada ha sido tan devastado como el hombre. El capitalismo llevó consigo toda una visión de mundo, un sustento ideológico que permitió y legitimó esta dinámica. En el centro, un particular concepto de la naturaleza como: - Cercenada de y opuesta a la cultura, y sometible a ella. - Un gran mecanismo, una de cuyas máquinas resultó ser el hombre. - Cosificada, objeto de la apropiación privada y al servicio de la ganancia. Se quita toda pasión sobre el mundo natural, y se lo trata como objeto. Por su parte, como vimos, la relación de causalidad entre las dicotomías hombre – mujer y cultura – naturaleza, implica que lo que hacen los varones se considera automáticamente cultural y lo que hacen las mujeres es percibido como instintivo, natural, como algo que no trasciende la animalidad. Podría elaborarse una metáfora circular, asumiendo que la Naturaleza ha sido feminizada y, por tanto, devaluada y oprimida, y las mujeres han sido naturalizadas y, por tanto, devaluadas y oprimidas. Racionalidad y Razón Recién referimos que el modo de vida capitalista impuso, junto con una estructura económica bien definida, una serie de valores fundamentales, entre los cuales se encuentra esa idea de naturaleza. Podemos decir que la dinámica que estructura e impulsa la praxis sobre la naturaleza es, a su vez, guiada por la concepción de racionalidad. Esta idea tiene dos aristas que nos interesan: la racionalidad económica y la racionalidad científica. Maurice Godelier, al analizar los orígenes de la racionalidad económica como concepto, define que es aquella que representa “la búsqueda de un ingreso superlativo de acuerdo al uso de diferentes medios y la obtención, a partir de ello y con el mínimo coste, de un máximo de satisfacción deseada”. El concepto mismo de racionalidad se atiene a una idea de la economía desde una perspectiva mercantilizada, centrada en el individuo, ignorando los factores institucionales en los que la misma se halla inserta. La racionalidad capitalista dio forma al proceso de producción en su totalidad. Esto condicionó tanto el acceso a los recursos como las etapas del proceso productivo y los intercambios de trabajo. La racionalidad científica es el respaldo ideológico que acompaña, inexorablemente, este proceso, y tiene sus raíces en el Iluminismo europeo, padre de la Modernidad. Ésta fue el valor fundamental sobre el que se basaron las acciones científicas y legales de Occidente, y que imprimieron un sello particular en toda la vida social. La racionalidad científica está basada en los siguientes aspectos: causalidad - calculabilidad – predecibilidad- mecanización - biologización. Ambas formas de racionalidad sustentaron la tremenda expansión occidental: bajo las normas de la racionalidad empresarial se fundó el dominio y expansión económicas a costa de las racionalidades no capitalistas, mientras que la razón pura se impuso como saber legítimo y hegemónico, que se serviría de las otras formas de conocimiento que hasta ese momento se habían producido. Así fue como, por oposición, se concibió como tradicional a todo lo que se confrontara con lo moderno. Medicalización de la Lactancia y lógica de la intervención necesaria Con el control hegemónico de Francia, Gran Bretaña y Alemania, y algo más tarde, USA se inició un proceso de medicalización progresiva de las prácticas sociales y sexuales –referidas a los cuerpos. Éste resultó ser consecuencia de la escisión conocimiento – creencia efectivizada por Occidente. La medicalización, entendida como la extensión de la mirada o perspectiva médica en los saberes ilustrados y populares se transformó, tanto para el capitalismo como para la ciencia imperialista en la metáfora veraz de la conquista del cuerpo, la cual, junto a la del territorio, fue concebida como empresa redentora y civilizadora. La “actualización histórica” que puso en marcha el gran sistema occidental y capitalista impulsó la medicalización progresiva de hombres y mujeres de las

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Ecología y Lactancia
20 pag.

Antropologia da Nutrição Fundacion Escuela Tecnologica De Neiva - Jesus Oviedo Perez -FetFundacion Escuela Tecnologica De Neiva - Jesus Oviedo Perez -Fet

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