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Los problemas derivados de la gestión del tiempo y de los constreñimientos que supone “la cocina”. Así, la compatibilidad entre comer bien y comer ...

Los problemas derivados de la gestión del tiempo y de los constreñimientos que supone “la cocina”. Así, la compatibilidad entre comer bien y comer sano, o comer bueno y comer sano, no siempre resulta fácil. El problema del tiempo tiene diferentes manifestaciones. Por una parte, la cantidad de tiempo que pueda dedicarse a cocinar entra en concurrencia con la cantidad de tiempo que se debe, o se quiere, dedicar a otras tareas o actividades. A juzgar por las declaraciones recogidas en los grupos de discusión, el tiempo dedicado a la cocina ha disminuido considerablemente, sobre todo en las generaciones jóvenes y medianas, y existe un consenso generalizado con respecto a que “se cocina muy poco; se come muy rápido; todo se compra hecho”. Por otra parte, se reconoce, en general y con facilidad, que es difícil la compatibilidad entre cocinar y trabajar fuera de casa. En efecto, las mujeres de hoy tienen más ocupaciones que antes y, por tanto, cuentan con menos tiempo para cocinar. Pero, además, tampoco se quieren pasar todo el tiempo en la cocina. Cocinar como una actividad cotidiana no resulta del agrado de casi nadie. ¿Se trata de un pez que se muerde la cola? Muchas mujeres trabajan y tienen menos tiempo para cocinar; en cambio, dedican mucho más tiempo al cuidado de la ropa, a pesar de la lavadora y otros apoyos. ¿Cómo se soluciona la menor disponibilidad de tiempo? ¿Cómo se compatibiliza con el “chup chup y un poco de cariño” que se oye con tanta frecuencia? ¿Se recurre a formas de cocción diferentes, a otro tipo de productos, utensilios? En definitiva, ¿de qué manera se soluciona la menor disponibilidad de tiempo para cocinar? “Yo, cuando cocino, cocino”. Son muchas las mujeres que dicen dedicar a la cocina el “menos tiempo posible” y recurrir a diversidad de trucos para “ahorrar tiempo en la cocina”. Los recursos para invertir el menor tiempo posible a la cocina incluyen tanto emplear alimentos congelados y otros alimentos-servicio, como echar mano de nuevos electrodomésticos, de modo destacado el horno de microondas. Con todo, uno de los recursos más frecuentes es aprovechar el día que se cocina para preparar alimentos en mayor cantidad y congelar las raciones sobrantes para futuras ocasiones. La práctica de cocinar en mayor volumen y congelar se percibe como un acto de “espabilarse” y las posibles protestas conyugales a favor de la comida recién cocinada son acalladas de diversas maneras: las mujeres no informan que los platos han sido congelados previamente, afirman que es cuestión de acostumbrarse o bien, simplemente declaran: “ya no paso por ahí […] y si quieren bien y, si no, que se lo hagan ellos”. El tiempo “escaso” puede afectar, incluso, al acto mismo de comer hasta el punto que se diferencia entre “comer” (con calma, con compañía, con conversación) y “engullir” (comer deprisa, mirando el reloj, comer un bocadillo de pie). Por otra parte, para muchas personas los problemas relacionados con la cocina no se acaban en el hecho de cocinar. En ocasiones, se percibe como “más agotador”, “más agobiante” la tarea de planificar los menús, de decidir. “¿Qué hago hoy para comer?”, una tarea que es mental y no física. Saber o decidir qué es lo que puede constituir la comida del día continúa siendo una preocupación importante (“¡Ay! Si al menos me dijerais qué hago hoy para comer, ¡qué peso me quitarías de encima!”). Se tiene conciencia de la necesidad de la variación, por una parte, y de la compatibilización con otras tareas, otras actividades y, además, con los gustos y necesidades particulares de cada miembro de la familia. Decidir qué comida se prepara, sobre todo en los días ordinarios, sigue siendo una de las preocupaciones importantes, casi un agobio, para las personas encargadas, es decir, las mujeres. Quizá esta preocupación sea hoy mayor que en otros tiempos, por cuanto, al parecer, las exigencias –o los caprichos, o el consentimiento– sean también mayores. Con todo, para algunas personas cocinar no es la tarea más agotadora, sino algunas otras que les acompañan como, por ejemplo, y sobre todo, la limpieza de la cocina.

Esta pregunta también está en el material:

Antropologia e Nutrição
288 pag.

Antropologia da Nutrição Fundacion Escuela Tecnologica De Neiva - Jesus Oviedo Perez -FetFundacion Escuela Tecnologica De Neiva - Jesus Oviedo Perez -Fet

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