El juego dramático, según Mayor (1987), se define como "una situación interactiva, recíproca y sincronizada donde los niños/as adoptan diversos roles, situándose alternativamente en uno u otro punto de vista, representan objetos, personas, acciones". Este tipo de juego es esencial en el área de Lenguaje, comunicación y Representación, ya que promueve el desarrollo de las capacidades expresivas y comunicativas de los niños y niñas. Además, el juego dramático implica la utilización del cuerpo, gestos, actitudes y movimientos con una intención comunicativa y representativa. En el juego dramático se encuentran dos aspectos básicos: la expresión dramática y la expresión corporal. A través de la expresión dramática, los niños/as representan personajes, situaciones o cosas, mientras que la expresión corporal les permite representar actitudes, estados de ánimo, etc. Ambas formas de expresión tienen como finalidad la comunicación gestual y se manifiestan de diferentes maneras, destacando en la Etapa de Educación Infantil el juego simbólico, donde el niño se comporta "como si" fuera una persona distinta o actúa "como si" estuviera haciendo cosas que solo está simulando hacer. El juego dramático integra estas dos manifestaciones y tiene un gran valor didáctico, ya que fomenta la imaginación, la creatividad, la espontaneidad y el desarrollo afectivo, social e intelectual del niño/a.
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