Otra estrategia desarrollada por el régimen para contrarrestar el peso de las corrientes islamistas que cuestionan la legitimidad política del régi...
Otra estrategia desarrollada por el régimen para contrarrestar el peso de las corrientes islamistas que cuestionan la legitimidad política del régimen ha sido la promoción del islam popular sufí a través de la UNZA (Unión Nacional de Zaouias d’Algérie) que reúne a las dos principales cofradías presentes en Argelia la Rahmaniyya y la Tidjaniyya. Ambas han apoyado las sucesivas candidaturas de Bouteflika a la presidencia de la Republica. En Argelia, al igual que en otros países de la región, el régimen ha tolerado e incluso ha favorecido la implantación de grupos salafistas, al considerar que esta corriente, en principio apolítica, podía ser también una forma de dividir a las fuerzas islamistas. Sin embargo algunos grupos salafistas que tienen orientaciones políticas como Le Front de la Sahwa Islamique dirigido por Abdelfattah Hamadache o Le Front Algérien pour la Réconciliation et le Salut (FARS) no han sido legalizados. En cualquier caso por represión o cooptación el islamismo en Argelia ha sido neutralizado por el régimen y las diferentes corrientes están demasiado fragmentadas para constituir una amenaza real para el sistema.
Compartir