b) El rol y el espacio de acción de las mujeres aparecen referenciados profusamente en este debate. Sin distinción partidaria, los legisladores ins...
b) El rol y el espacio de acción de las mujeres aparecen referenciados profusamente en este debate. Sin distinción partidaria, los legisladores insisten en una cadencia sobre las virtudes de la mujer: sensitiva, pacificadora, equilibradora, moderadora, moralista, sacrificada, entre otras. Tales características son inmanentes a ellas y las identifica como un colectivo. “La mujer” es presentada como novia, esposa, hija, hermana; vale decir, por su relación para con el hombre, prioritariamente. La pauta de preeminencia del discurso está dada por una contrapartida masculina: los hombres aparecen como hijos y, muy aisladamente, como padres, siempre dueños de los destinos nacionales. Ello funciona como nudo discursivo homogéneo. Expresamente ya lo había enunciado el diputado García: “no es incompatible el supremo anhelo de la mujer –ser madre- con el ejercicio de los derechos políticos”. Tampoco, hay incompatibilidad con otras tareas que son exaltadas. Según Palermo, el peronismo reconoce a la mujer como trabajadora “no sólo como obrera industrial sino fundamentalmente como trabajadora en el hogar”. Los legisladores, además, asignan una tarea extra para las mujeres conforme las características esenciales que se les atribuyen devenidas de la maternidad: encargadas de san
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