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dichos datos, expresados en las correspondientes teorías, leyes y principios; las conjeturas e hipótesis científicas basadas en los hechos, los cua...

dichos datos, expresados en las correspondientes teorías, leyes y principios; las conjeturas e hipótesis científicas basadas en los hechos, los cuales necesitan de posterior comprobación experimental, y la interpretación teórica, es decir, filosófica, de los principios y leyes descubiertos por la ciencia, y de los aspectos del conocimiento científico, tanto los metodológicos como los que reflejan la concepción del mundo. Todas estas facetas y aspectos de la ciencia coexisten en estrecha relación. Una condición necesaria en la investigación científica es establecer el hecho o los hechos. La constancia del hecho permite fijar un aspecto o un fenómeno determinado del objetivo que se estudia. Los hechos científicos son el resultado de una observación verídica, de un experimento, etc. Su manifestación tiene lugar en forma de observación directa del objetivo en cuestión, de la indicación de los aparatos, una fotografía, el acta de los experimentos, cuadros, esquemas, apuntes, documentos procedentes de archivos, testimonios comprobados de testigos, etcétera. La fuerza de la ciencia radica en que se apoya en hechos. Pero los hechos solos aún no constituyen la ciencia, lo mismo que los materiales de construcción aún no son el edificio. Los hechos pasan a formar parte de la trama de la ciencia tan sólo después de haber sido seleccionados, clasificados, generalizados y explicados. La tarea del conocimiento científico consiste en descubrir las causas de la aparición de determinados hechos, aclarar su importancia esencial y establecer nexos regulares entre los mismos. Para el progreso del conocimiento científico es muy importante establecer nuevos hechos. Su interpretación da lugar a la construcción de una teoría, eslabón fundamental de cualquier ciencia. El desarrollo de la ciencia está ligado al descubrimiento de nuevas leyes de la realidad. El poder del hombre sobre el mundo que le rodea lo mide la profundidad y amplitud con que conoce sus leyes. Muy próximos a las leyes se hallan los principios, que son hechos experimentales generalizados, por ejemplo, el principio de la acción mínima, el de la constancia de la velocidad de la luz, etcétera. Cualquier teoría por desarrollada que esté, es una reproducción incompleta y grosera del objeto. El conocimiento científico se mueve en permanente contradicción entre la inagotable riqueza de propiedades y relaciones que tiene el objeto y la tendencia por parte del sujeto a reproducirlas lo más íntegramente posible en el sistema de conocimientos científicos. Cualquier teoría científica tiene carácter limitado; por eso en cualquier período concreto se hacen necesarios los conocimientos en forma de suposiciones, de hipótesis. Las hipótesis comprobadas y confirmadas por la práctica se transforman en teorías. Un componente importante del conocimiento científico es la interpretación filosófica de los datos de que dispone la ciencia, interpretación que constituye tanto su base metodológica como concepcional. El investigador ve los hechos que estudia y los generaliza, partiendo siempre de posiciones filosóficas determinadas. Ya la propia selección de los hechos, sobre todo en las ciencias sociales, es una cuestión profundamente metodológica, cuya acertada resolución exige gran preparación teórica y amplia cultura filosófica. El desarrollo de la ciencia necesita no solo saber interpretar teóricamente los hechos, sino también analizar el propio proceso de su obtención y darse cuenta de los procedimientos generales a seguir para buscar lo nuevo. El estudio de semejantes problemas tiene carácter filosófico. La ciencia es un complejo fenómeno social, que incluye numerosas facetas y está relacionado con otros numerosos fenómenos de la vida social. La aparición de la ciencia y su desarrollo constituye una parte integrante de la historia universal de la humanidad. Si la ciencia no puede surgir ni desarrollarse al margen de la sociedad, tampoco ésta, en una fase elevada de su desenvolvimiento, puede existir sin la ciencia. El sentido histórico de la aparición y desarrollo de la ciencia consiste en dar satisfacción a las necesidades que plantea la vida social. En la elección de la materia que ha de ser investigada científicamente, en la orientación que ha de seguir la ciencia en su desarrollo y los temas que ha de tratar, en el carácter que ha de tener la utilización de sus logros influyen notablemente numerosos hechos sociales: las necesidades de la producción de bienes materiales, la práctica político-social, la estructura económica de la sociedad, el carácter reinante de la concepción del mundo, las distintas formas de conciencia social, el nivel de desarrollo de la producción, la técnica, la cultura espiritual, la instrucción y también la lógica interna del propio conocimiento científico. Entre todos estos factores, las necesidades de la producción de bienes materiales y de la lucha “revolucionaria de clases son decisivas: ellas plantean a la ciencia determinados problemas cognoscitivos; la producción aparece como el consumidor más importante de los resultados del conocimiento científico de la naturaleza y el suministrador de los medios científicos de cognición — aparatos e instrumentos—, sin cuya ayuda es prácticamente imposible realizar la investigación, por ejemplo, del microcosmos y de otras muchas esferas de la realidad. El éxito de la creación científica depende no sólo del talento, la agudeza y la fantasía del investigador, sino también de los aparatos necesarios. Es precisamente el desarrollo de la técnica lo que ha proporcionado a la ciencia medios potentísimos de experimentación y de investigación lógica, como son el sincrociclotrón, las naves cósmicas y las máquinas lógicas. La práctica social es la esfera de aplicación de los conocimientos, y en este sentido constituye el objetivo del conocimiento. La práctica sirve de criterio a la veracidad de los resultados del conocimiento científico. De hecho, en cualquier esfera de la ciencia, la orientación práctica representa el estímulo fundamental y determinante de la investigación. Toda la historia del conocimiento científico muestra que, después de que un descubrimiento ha sido utilizado en la práctica, se inicia un desarrollo intenso en la correspondiente esfera del saber científico: el desenvolvimiento de la técnica revoluciona la ciencia. En las investigaciones científicas existen, como si dijéramos, diferentes pisos: unos responden a las necesidades más perentorias y más directas de la práctica (son los que determinan la resolución de los problemas tácticos diarios); otros, en cambio, están calculados con vista a perspectivas más o menos lejanas. Podrían ser considerados como los pisos superiores de la investigación científica, y tratan de resolver problemas de orden estratégico, descubrir las amplias posibilidades que ofrece la práctica en el futuro e introducir cambios radicales en la práctica existente. Un claro ejemplo de semejante estrategia científica lo constituye la previsión científica de Marx sobre el régimen comunista de la sociedad futura. El practicismo estrecho es perjudicial para la ciencia, sobre todo para sus capítulos teóricos, ya que limita el pensamiento científico a la estrecha vía del movimiento, reduciéndolo a los aspectos del objeto que se estudia, únicamente importantes para las formas transitorias de la práctica, lo que hace que se empobrezca el contenido de la teoría. Por el contrario, cuando el pensamiento científico no se siente obstaculizado por estos marcos, es capaz de descubrir en el objeto propiedades y relaciones que ofrecen en perspectiva la posibilidad de utilizarlo en la práctica de un modo más plurifacético. El separar la teoría de la práctica y la vida da a la primera un carácter abstracto, lo que en resumen la priva de su importancia científica y social, haciéndola perderse en los laberintos de la escolástica. Aunque surge y se desarrolla bajo la influencia de las necesidades materiales de la sociedad, la creación científica tiene, sin embargo, un carácter relativamente independiente y una lógica interna en su movimiento. La historia de la ciencia revela que, con frecuencia, la aparición de ideas fructíferas en alguna de las ramas del saber sirvió de impulso al desarrollo creador de otras esferas de la ciencia. El movimiento teórico del pensamiento se manifiesta, en fin de cuentas, como finalidad de la actividad práctica, encarnándose y materializándose en la producción. La ciencia no sólo sigue a la práctica, sino que se anticipa a ella. Numerosos descubrimientos han sido realizados independientemente de las exigencias de la práctica, y sólo posteriormente han servido de fuente a una nueva práctica: ejemplo de ello es el descubrimiento de los rayos X, etcétera. En el desarrollo de la ciencia desempeñan un papel nada despreciable los estímulos materiales.

Esta pregunta también está en el material:

La ciencia-K
117 pag.

Ciências Biológicas / SaúdeBiológicas / Saúde

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