Actualmente en las aulas están presentes modelos de enseñanza centrados en el desarrollo del aprendizaje basado en el pensamiento. Este tipo de formación plantea la transformación de los objetivos curriculares en contenidos de aprendizaje (Swartz, Costa, Beyer, Reagan & Kallick, 2008). Se busca, de manera prioritaria, la implicación del alumnado en el proceso didáctico para que sean capaces de desarrollar su habilidad para iniciar, razonar, organizar y persistir en sus tareas. Además de poder identificar sus logros, ser autónomo y consciente de cómo aprende. La sociedad demanda que los y las estudiantes estén capacitados para gestionar el conocimiento y poder resolver situaciones y problemas creativamente y que no sean unos meros reproductores de información.