—Sí, muchacho, es verdad lo que dices; y no pongo en duda que de una sola pasada dejarías atrás a toda la nación, para recorrer dos millas en línea...
—Sí, muchacho, es verdad lo que dices; y no pongo en duda que de una sola pasada dejarías atrás a toda la nación, para recorrer dos millas en línea recta y encontrarte con los del otro poblado antes de que ninguno de estos bribones se diera ni cuenta. Pero las dotes de un hombre blanco están más en sus brazos que en sus piernas. En lo que a mí respecta, puedo dejar fuera de combate al mejor de ellos, pero en cuanto a lo de correr, cualquiera de los bellacos podría darme alcance.
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