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D. E. Roller \ R. Blum Física Tomo 11 Electricidad, Magnetismo y Óptica Volumen 1 EDITORIAL REVERTÉ Barcelona · Bogotá · Buenos Aires · Caracas · México Título de la obra original: PHYSICS: Electricity, Magnetism, and Light Volumetwo Edición original en lengua inglesa publicada por Holden-day, San Francisco Copyright© by Holden-Day, Inc. Edición en español: © Editorial Reverté, S. A., 1990 Edición en papel ISBN: 978-84-291-4341-6 Tomo II, Volumen 1 ISBN: 978-84-291-4340-9 Obra completa Edición ebook (PDF) ISBN: 978-84-291-9507-1 Versión española por: Dr. Juan de la Rubia Pacheco Catedrático de Física General de la Universidad de Valencia y Dr. José Aguilar Peris Catedrático de Termología de la Universidad Complutense de Madrid Propiedad de: EDITORIAL REVERTÉ, S. A. Loreto, 13-15. Local B 08029 Barcelona, España Tel: (34) 93 419 33 36 reverte@reverte.com www.reverte.com Reservados todos los derechos. La reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografia y el tratamiento informático, queda rigurosamente prolubida, salvo excepción prevista en la ley. Asimismo queda prolubida la distnbución de ejemplares mediante alquiler o préstamo públicos, la comunicación pública y la transformación de cualquier parte de esta publicación (incluido el diseño de la cubierta) sin la previa autorización de los titulares de la propiedad intelectual y de la Editorial. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del Código Penal). El Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO) vela por el respeto a los citados derechos. # 1004 Prólogo Este libro tiene sus bases en el prestigioso texto clásico Mechanics, Molecular Phy- sics, Heat, and Sound, de Robert A. Millikan, Duane Roller y E. C. Watson, edi- tado por vez primera en 1938, y en una serie de apuntes de clase sobre electrici- dad, magnetismo y óptica, escritos por los mismos autores en colaboración con Car/ Anderson y Wo/jgang Panofsky. El principal autor de esta primera versión fue el profesor Duane E. Roller, quien posteriormente emprendió -como su gran ambición- el trabajo de revisión y puesta al día para su publicación a lo largo de su vida. Para poder realizar este proyecto aceptó en 1957 el puesto que le ofreció Joseph Platt, presidente del Harvey Mudd College en Claremont, California, re- cientemente inaugurado y donde enseñó física y trabajó en el manuscrito. Fue du- rante este período cuando el profesor Roller me presentó su libro y despertó mi entusiasmo para revisarlo y publicarlo. Sin embargo, su muerte sobrevino en 1965 cuando el proyecto estaba todavía en la etapa de desarrollo. Por sugerencia del profesor David Saxon solicité al doctor Ronald Blum, en- tonces profesor de física de la Universidad de Chicago, que completase el manus- crito. Fue una empresa ambiciosa que el doctor Blum realizó en la Universidad de Maryland mientras en la Comisión sobre College Physics dirigía un esfuerzo pio- nero de exploración y desarrollo del uso de ordenadores en la enseñanza de la fí- sica general. El presente libro representa, pues, un tratamiento clásico de la física general puesta al día mediante una completa revisión y la adición de nuevos capí- tulos, abundantes y nuevos ejemplos, aplicaciones, problemas e ilustraciones. Una característica fundamental es el uso del ordenador dentro del contexto de la física general. El doctor B/um, principal autor de estos volúmenes, ha conseguido f usio- nar el tratamiento pedagógico del primer trabajo con un enfoque moderno, ofre- ciendo al estudiante un texto de física introductoria, único en su género. La publicación de este libro es la culminación de un ambicioso proyecto de ambos autores. El profesor Roller fue uno de los más respetados y conocidos profesores de física de su época y por ello fue recompensado con la Medalla Oersted en 1949 por la Asociación Americana de Profesores de Física. Durante toda su vida dedicó una cantidad considerable de tiempo en la preparación de la primera versión y posteriormente en su revisión. El doctor Blum ha dedicado más de una década en la expansión, desarrollo y modernización del material. Por su esfuerzo, cuidado y dedicación para la terminación de este proyecto me complace expresarle mi sincero agradecimiento. Desde un punto de vista personal la publi- cación de este libro significa algo muy importante para nosotros dos. Estamos en deuda con muchas personas que revisaron el manuscrito y propor- cionaron valiosos comentarios y sugerencias creativas que mejoraron globalmente el texto. En las primeras etapas fueron muy eficaces las ayudas de Richard O/son y Norma Campbell. Un agradecimiento especial merecen el profesor Anthony Buff a por su meticuloso esfuerzo en el desarrollo editorial del libro y el profesor V VI Sumner Davis por su generosa entrega en tiempo y consejo. Gracias también a aquellos implicados en la producción real del libro, en particular a Nancy Clark, que diseñó el libro y dirigió el primer volumen, a Larry McCombs, que dirigió el segundo volumen, y a Edward Riley, editor gerente. Vosotros, estudiantes, seréis los beneficiarios de los esfuerzos combinados de estas personas. Esperamos que sabréis entender y apreciar los pensamientos e ideas expuestos en este libro y que vuestra dedicación al estudio reflejará la dedi- cación que hizo posible su creación. Mucho de lo que aprendáis en este libro per- manecerá con vosotros toda la vida y os será valioso en futuros estudios. Inde- pendientemente del campo de vuestra profesión, quizás también contribuiréis con aquello que estudiéis en este libro a la formación de fu turas generaciones, para su mejor comprensión y más profunda apreciación de esa hermosa ciencia que es la Física. San Francisco Frederick H. Murphy Prólogo Prefacio Einstein señaló una vez que la característica más asombrosamente simple del uni- verso es que resulta extraordinariamente comprensible y razonable. Este libro es una introducción a la física, que es la más razonable de las ciencias naturales. El objetivo que se ha pretendido conseguir es el de reunir las fuentes, la teoría y la práctica de cada tema y alcanzar así una descripción unificada en la cual 'surjan lógica y razonablemente, unas de otras, las etapas del desarrollo de la física, sin ningún hueco mistificador o salto acrobático de intuición. Cuando no ha sido po- sible dentro del nivel del texto proceder con lógica inexorable de un paso al si- guiente, se orienta por lo menos al alumno para que consiga una apreciación del grado en que resulta razonable el resultado mediante argumentos heurísticos, cla- ramente señalados como tales. Sean cualesquiera los defectos que se encuentren en estas páginas, se espera sinceramente que no esté entre ellos la vacilación. Este libro es el segundo volumen de un texto sobre introducción a la física para alumnos que estudien seriamente ciencias físicas, ciencias de la vida e inge- niería. Aquellos que sigan este curso deberán haber estudiado previamente geo- metría, álgebra y trigonometría; el cálculo diferencial e integral, el álgebra y la trigonometría son también requisitos previos para el segundo volumen. El primer volumen cubre la mecánica y la termodinámica; el segundo estudia la electricidad y el magne(ismo, la luz y la óptica. Tenemos en preparación un tercer volumen sobre física moderna y mecánica cuántica. La organización del contenido es esen- cialmente clásica con tres importantes excepciones. En primer lugar nuestro objetivo son los conceptos y no los fenómenos aisla- dos. Así en este volumen los capítulos 26 a 29 tratan la electrostática de las cargas puntuales en el vacío y el capítulo 30 extiende estos conceptos a la materia ma- croscópica, aunque las deducciones estén basadas en modelos moleculares. Los capítulos 31 y 32 aplican la electrostática a los fenómenosestacionarios de lasco- rrientes eléctricas uniformes y el capítulo 33 es una mezcla de temas avanzados que incluyen los fundamentos de los circuitos electrónicos. La siguiente área im- portante es el estudio de la magnetostática que se trata en los capítulos 34 a 36. Este último capítulo extiende la magnetostática a la materia macroscópica por me- dio del concepto de corrientes de Ampere. Los capítulos 37 y 38 sobre fems inducidas y autoinducciones ponen los ci- mientos de la teoría electromagnética de la luz y la radiación que se trata en los capítulos 41 y 42. En cierto sentido el capítulo 39 es una digresión, aunque muy práctica e importante, en la cual los circuitos de CA se tratan detalladamente. Es- te capítulo introduce también el uso de variables complejas ofreciendo así al estu- diante las herramientas para el tratamiento sucinto y fructífero de la óptica física y, en consecuencia, la mecánica cuántica. (Se han incluido referencias cruzadas para los capítulos del tercer volumen.) VII VIII El último tema importante tratado en este volumen es la óptica. Los capítulos 43 y 44 ofrecen los fundamentos necesarios de la óptica geométrica para entender los sistemas prisma, espejo y lente y aparatos como los telescopios, microscopios y cámaras fotográficas. Los capítulos 45 y 46 discuten la óptica física basada en la construcción de Huygens (ya introducida en el capítulo 18 del primer volumen). La construcción de Huygens no distingue entre ondas longitudinales y transversa- les, pero el capítulo 47 discute los efectos de polarización que revelan la naturale- za transversal de las ondas electromagnéticas en medios ilimitados. La segunda característica excepcional para un libro de esta naturaleza es la in- clusión de abundante material histórico, no como mera deferencia al pasado opa- triotismo científico, sino más bien para que el alumno actual de física conozca el crecimiento orgánico de nuestro conocimiento. La física no ha surgido brusca- mente de la frente del genio, sino que es el resultado de múltiples experiencias va- riadas y de la discusión de muchas teorías distintas. Nuestro objetivo se verá cum- plido si el alumno puede detectar la racionalidad de este crecimiento y quizás piense, «dados estos hechos, ¿ habría llegado yo a las mismas conclusiones?». Así por ejemplo, en los capítulos 34 y 35 comenzamos nuestro estudio de la magnetos- tática con la observación de Gilbert de los polos magnéticos y utilizamos esta ana- logía con la ley de la electrostática de Coulomb y la tercera ley del movimiento de Newton para deducir la ley de Biot y Savart (que usualmente se expone al alumno por proclamación). La historia es un asunto específicamente humano y forma parte de nuestro estudio del presente y nuestra esperanza de futuro. El físico es humano y está (o debería estar) implicado con los problemas y el futuro de la humanidad. En línea con esta filosofía hemos incluido un capítulo sobre física del plasma y magnetohi- drodinámica, así como discusiones detalladas sobre física espacial, reactores de fusión y holografía. Además en discusiones y problemas se encontrarán numero- sos ejemplos de nuestro interés por los futuros recursos energéticos. La tercera característica poco corriente en este texto es la inclusión de métodos orientados por un ordenador. Dado el desarrollo histórico de la física, ¿cuáles son las herramientas que se necesitan para este proceso continuo? Una herramienta muy importante -tan importante que empieza a ser por sí misma un factor con- ceptual en el propio desarrollo de la ciencia- es el ordenador y más recientemente el calculador de mano programable y el microprocesador. La física como cuerpo de conocimiento debe asimilar para sí la potencia del cálculo electrónico, lo mis- mo que en etapas anteriores incluyó el álgebra, el cálculo diferencial e integral, la matemática superior y la tecnología. Las modernas técnicas de cálculo con orde- nador deben hacerse asequibles a los alumnos dentro del contexto de la física en la etapa más inmediata posible de su desarrollo intelectual. De aquí que este volu- men continúe el curso sobre métodos de ordenador iniciado en el primer volumen. Ahora aplicamos viejos métodos a una variedad de nuevos problemas e introduci- mos nuevos métodos para la integración de ecuaciones diferenciales ordinarias y parciales. El hecho de que un ordenador se programe fácilmente para manipular variables complejas nos animó a introducir el álgebra compleja en nuestros estu- dios de circuitos de CA y de óptica, en lugar de seguir fieles a los venerables, pero complicados métodos de los fasores. Así, a expensas de cierto trabajo laborioso inicial se gana profundidad física y se reduce la carga matemática. En lugar de presentar muchas secciones cortas de longitud variable, hemos preferido utilizar un enfoque modular, manteniendo la longitud de cada sección Prefacio Prefacio IX aproximadamente constante. Existen cinco o seis secciones por capítulo y una se- sión de clase ordinaria dará de sí lo suficiente como para cubrir una o dos seccio- nes. Todos los capítulos pueden completarse en el tiempo de una semana, y puede desarrollarse el volumen completo en un año académico regular o quizás en menos tiempo. Cada sección con sus problemas puede considerarse como una unidad de estudio separada, lo cual hace más fácil que el profesor y los alumnos sepan dón- de están y acomoden su marcha al unísono. La estructura modular no sólo se presta a la autoenseñanza personalizada sino que permite también el desarrollo de un sistema de estudio mediante tres posibles vías. Las vías, que se ilustran en for- ma de un diagrama de flujo en la guía del curso que se expone a continuación son (A) física básica de iniciación, (B) métodos de la física orientados al manejo del ordenador y (C)física de iniciación avanzada. Cada vía es autoconsistente y supo- ne el conocimiento de la vía anterior, estando dispuestas de modo que el material más avanzado generalmente se presenta al final de cada capítulo. Las secciones opcionales se indican con asteriscos en la guía del curso. Si el tiempo es limitado puede darse un curso breve siguiendo sólo la vía A. La Guía del Profesor ofrece una discusión más detallada del método de vías. En este volumen se encuentran 187 ejemplos resueltos, que deben conside- rarse como parte integral del texto. También los problemas tienen una impor- tancia considerable. Los alumnos no pueden aprender a pensar como los físicos a no ser que resuelvan, y en cantidad apreciable, problemas interesantes y que llamen la atención sobre puntos sobresalientes o conflictivos del temario. En este volumen se presentan 912 problemas y la mayoría de ellos constan de dos o más partes; algunos de ellos son más bien cuestiones para pensar, que verdaderos pro- blemas con cálculos más o menos elaborados. Al final de cada capítulo se dan casi todas las soluciones de los problemas sin que sean visibles de modo inmediato. Los problemas se dividen de acuerdo con las secciones del texto, de modo que los más difíciles se sitúan al final de cada sección. Los problemas más avanzados lle- van al alumno a través de un determinado número de pasos hasta llegar a alguna conclusión interesante o valiosa. Se sugiere que el profesor o instructor seleccione algunos de los problemas del final de cada capítulo y los asigne como tarea para casa si no hay tiempo suficiente para resolverlos en clase. Los temas relacionados con el ordenador están marcados claramente con un asterisco y los problemas orientados para su resolución con ordenador están tam- bién señalados adecuadamente (aunque la mayoría de ellos no requieren realmente confeccionar ningún programa, sino que se ocupan fundamentalmente de los mé- todos). Los programas de ordenador que se encuentran en el texto están escritos en el lenguaje de ordenador universal -el diagrama o gráfico del flujo-, de mo- do que la presentación se hace sin un lenguaje especial. Además,no se necesita ninguna experiencia previa en ordenadores. De hecho, los métodos de ordenador pueden estudiarse con provecho sin tener que recurrir a ningún ordenador, aunque siempre es recomendable el tener experiencia propia. Una breve introducción a los fundamentos del lenguaje de programación BASIC se incluye en el Apéndice I; éste puede servir como guía para el uso del BASJC en casi todos los ordenadores o microordenadores ahora en uso. Cuando se llega a comprender cada vez más a los ordenadores y sus métodos de cálculo, se tiende a ser menos dependientes de ellos tanto sicológica como prác- ticamente. El conocimiento del análisis numérico, de las aproximaciones y errores puede frecuentemente conducir a soluciones rápidas en una calculadora manual y así se le ayuda también al alumno a evitar los peligros de sustituir el cálculo nu- X mérico por la intuición. Las evidentes ventajas del ordenador son la facilidad de cálculo (más física con menos matemáticas) y el estudio de casos o situaciones más reales. También anima al estudio de los errores y construcción de algoritmos, al empleo de procedimientos de recurrencia y a la simulación de experimentos. El empleo del ordenador obliga a la precisión y a la disciplina, conduce a ser más conscientes de nuestros propios procesos de abstracción y análisis e incluso sirve para hacer surgir cuestiones fundamentales acerca de la naturaleza de nuestra des- cripción de la realidad física. El ordenador puede introducir un nuevo sentido de descubrimiento incluso en los problemas más conocidos y hace posible una puerta abierta en el currículum físico, en el trabajo propio y en el laboratorio. La redacción de este libro ha costado unos trece años. Numerosas personas han suministrado consejos, sugerencias útiles, críticas acertadas e indicaciones y ciertamente merecen que se les reconozca su labor aquí. En primer y más principal lugar hemos de mencionar al muy respetado físico, profesor, escritor y académico Duane Roller, quien suministró el manuscrito inicial del primer volumen, junto con un ejemplo de constancia y dedicación a la enseñanza que me ha servido de guía e inspiración. Sin esta base, nunca se habría escrito este libro. Mi único senti- miento es el de no haber podido conocer al profesor Roller. Alfred Bork sugirió la integración de los ordenadores en el texto. Julius Brandstatter nos animó de modo constante y su ayuda fue de gran valor. Anthony Buff a realizó una maravillosa y penosa labor en las detalladas revisiones de las distintas versiones de este libro, así como de las pruebas de imprenta. Entre los que revisaron el manuscrito e hicieron muchos comentarios y sugerencias valiosas podemos citar a Sumner Davis, Charles Bordner, Douglas Shawhan, Robert Leighton, Harold D. Rohrschac, Walter D. Wales, David Cook, Robert March, Stanley Williams, Charles Whitten, Jr., R. Wayne Crews, Don Martín, Malcolm Smith, Warren Blaker, ferry Pine, Anthony Leitner, David McDaniels, D. Mu- rray Alexander, J. Gordon Stipe, Jr., H. R. Brewer, M. E. Oakes, John L. Po- well, Herbert D. Peckham, Susan Schwartz, Harry Bates, Peter Sturrock, Philip DeLavore, David Saxon, Kenneth folles, Mark Zemansky, Burton Fried, Arthur Leuhrmann, John Robson, Timothy Kelley, Louis Deegan, Jr., Christopher iones y Mary Ashf ord. Frederick H. Murphy, Presidente de Holden-Day, fortaleció mi propia resolu- ción, de modo que sin su fe en el éxito de este libro no habría llegado a terminar- se. Mi agradecimiento también a Ted Riley por su extraordinario esfuerzo en su- pervisar la producción de cada volumen y a Judy Notan de Allservice Phototype- setting por su ayuda en convertir el manuscrito en letra impresa. Finalmente deseo expresar mi mayor aprecio a Larry McCombs, editor de este volumen, por su gran y absoluta dedicación. Ha sido un placer y un aprendizaje trabajar con él, aunque no me admitiera decir «puesto que» en lugar de «porque». Baltimore Ronald Blum Septiembre, 1981 Prefacio A mis padres, Sol y Helen Blum, por el amor que nunca me faltó y a mis hijos, Elana, Tamara y Don, con el amor que nunca les faltará Guía del curso VOLUMEN UNO Vía B Métodos orientados al ordenador Corriente principal Sec. 3.6 Diagramas de flujo Derivación numérica Sec. 6.6 Ley de Hooke Método de Euler Sec. 7.6 Regla del trapecio Decaimiento exponencial Sec. 10.5 Integración múltiple Tabla de consulta Sec. 13.6 Método mejorado de Euler rara ........ las órbitas XII Vía A Física básica Caps. 1-4 De~cripción Vectore.1:. Cinemática ¡ Caps. 5-6 Masa Cantidad de movimiento Fuerza 1 Caps. 7-8 Trabajo Potencia Energía 1 Car. 9 Cantidad de movimiento 1 Cap. 10 Cuerpos rígidos Centro de masas 1 Caps. 11-12 Rotaciones Momentos Dinámica 1 Cap. 13 Gravedad y fuerzas ceritralc, i t ~ Vía C Física avanzada Corriente princip al Sec. 5.6 Sistemas de referencia no inerciale:-, i r Sec. 8.4 1 1 Energía potencial ,_ _______ -----~ en , D 1 1 l Sec. 9.6 Propulsión de cohetes ! i ¡ Sec.s. 12.4-5* Fuer la~ ccn t rí fuga.., y de CorioJi..,, gi ró.,copo-. Sec. 13.2 Gra\edad a ran ir de las lcYcs de Kcri'er ! t Relacionados con los capítulos del vol. II ----------, Cap. 27 : Potencial 1 eléct rirn J __________ J Vía B Métodos orientados al ordenador Sec. 16.4 Regla de Simpson 1 Péndulo físico Sec. 20.6 Interpolación polinomios de Lagrange 1 Sec. 21.6 Raíces de ecuaciones Método Newton-Raphson ' Sec. 24.1 Reducción de datos Recta de ajuste ., • Secc10n opc10nal Vía A Física básica v Cap. 14 Elasticidad Cap. 16 Oscilaciones Caps. 17-18 Ondas Interferencias 1 Cap. 20 Temperatura· Cap. 21 Calor 1 Cap. 22 Teoría l'iné1 ka, energía Ir Cap. 25 Entropía Segundo principio de la termodinámica Secs. 14.4-5 ... Relaciones entre los módulos Modelos atómicos Sec. 16.5 Oscilaciones ... amortiguadas y forzadas Cap. 23 ~ Fases de la materia Sec. 23.5' Se,. 25.6 1.- Entro ria y estadístka Vía e Física avanzada Cap. 15 Mecánica de fluidos Secs. 15.5 * Cap. 19 Relatividad Sec. 19.9 • Car. 24 Teoría cinética. tran~ronc Se,. 24.6 r---------1 1 Cap. 40 1 _.,...j Física del plasma 1 1 Magnetohidro ¡ 1 dinámica 1 L _________ J r--------7 l Caps. 48-50 1 -oP-1 Mecánica 1 l cuántica l L ________ _J r--------7 1 Caps. 48-50 1 -...J Me,áni.:a ! 1 cuántica 1 1 1 L ________ _j XIII VOLUMEN DOS Vía B Métodos orientados al ordenador e orriente principal Sec. 28.8 Métodos de relajación Sec. 29.6 Derivación numérica Sec. 32.5 Sistemas de ecuaciones XIV Vía A Física básica Caps. 26-27 Cargas y campos eléctricos Cap. 28 Potencial eléctrico Caps. 29-30 Capacidad Dieléctricos Caps. 31-32 Corrientes Resistencia Teoría de circuitos Cap. 34 Campos y fuerzas magnéticos Cap. 35 Campos magnéticos de cargas móviles Cap. 36 Medios magnéticos t 1-+- ~ 1-+- Vía e Física avanzada Corriente principal Sec. 27-7 'v · E = p/<o Sec. 28.4 Simetría axial Sec. 28.7 'v'V - - pf,,, Sec. 29.5 Métodos imagen Sec. 30.6 Teoría potencial Sec. 32.6* Circuitos equivalentes Cap. 33 Conducción no-óhmica Sec. 33.7* Sec. 34.6 Unidades electromagnética, Sec. 35.2 Transformaciones Sec. 35.8 de campo 'v X B = µ.J Sec. 36.6 Ecuaciones diferenciales Sec. 36.4• t Vía B Métodos orientados al ordenador Sec. 37 .5 Predictor- corrector ¡,. (;a!vanómetro Sec. 42.6 Solución numérica de la ecuación de ondas • Sección opcional Vía A Física básica v Caps. 37-39 Ley de Lenz Teoría de los circuitos CA Cap. 41 Ondas electromagnéticas Cap. 42 Radiación guiada Cap. 43 Óptica geométrica-! C_ap. 44 Optica geométrica-ll Cap. 45 Interferencia Cap. 46 Dí fracción t Cap. 47 Polarización~ ... ~ 11>- .... ~ lo-- ~ Sec. 39-5• Transformadores y filtros Sec. 4!.6 Dispersión Sec. 43.4 Principio de Fermat Sec. 44.3 Lentes gruesas y compuestas Sec. 45.7* Fuentes extensas Sec. 46.2 Dí fracción en una abertura circular Sec. 47.3 Ecuaciones de Fresnel Sec. 47.8* Vía e Física avanzada Caps. 48-50 I+- Física ¡...,. moderna Cap. 40 Física del plasma Magnetohidro- dinámica Secs. 42.4-5 Guías de ondas Sec. 48.6* Calor específico de Debye XV Índice analítico Prólogo VI Prefacio VIII Guía del curso XII CAPÍTULO 26 Carga y fuerza eléctrica 911 26.1 Orlgenes históricos de la teoría eléctrica 912 26.2 Carga 917 26.3 Ley de Coulomb 922 26.4 Deducción de la ley del inverso de .los cuadrados 927 26.5 Carga y átomo 930 CAPÍTULO 27 Campos eléctricos 939 27.1 Intensidad del campo eléctrico 940 27.2 Dipolo eléctrico 943 27.3 Campos eléctricos de cargas distribuidas 948 27.4 Líneas de campo eléctrico 952 27.5 Flujo eléctrico y ley de Gauss 959 27.6 Aplicaciones de la ley de Gauss 967 27. 7 Forma diferencial de la ley de Gauss 978 CAPÍTULO 28 Potencial eléctrico 991 28.1 Energía potencial electrostática 992 28.2 Potencial 995 XVII XVIII Índice analítico 28.3 Aplicaciones de las funciones potenciales 1000 28.4 Función potencial: simetrla axial 1009 28.5 Movimiento de una part(cula cargada 1013 28.6 Superficies equipolencia/es 1019 28. 7 Ecuaciones de Poisson y Laplace 1023 28.8 Relajación 1027 CAPÍTULO 29 Capacidad y condensadores 1041 29.1 Capacidad 1042 29.2 Cálculos de capacidades 1047 29.3 Sistemas de conductores 1054 29.4 Energ(a del campo electrostático y tensión 1059 29.5 Cálculo de capacidades: método de las imágenes 1065 29.6 Cálculo de capacidades: métodos numéricos 1068 CAPÍTULO 30 Dieléctricos 1083 30.1 Polarización 1084 30.2 Susceptibilidad eléctrica 1090 30.3 Desplazamiento eléctrico 1095 30.4 Comportamiento del dieléctrico 1103 30.5 L(neas de campo en los l(mites del dieléctrico 1107 30.6 Teoda potencial 1111 CAPÍTULO 31 Corrientes eléctricas y resistencia 1125 31.1 Corriente 1126 31.2 Conducción ll32 31.3 Resistencia JJ 35 31.4 Cálculos de resistencias 1142 31.5 Corriente de desplazamiento ll51 CAPÍTULO 32 Teoría de circuitos 1169 32.1 Fuerza electromotriz 1170 32.2 Leyes de Kirchhoff 1176 indice analítico XIX 32.3 Análisis de circuitos lJ 85 32.4 Mediciones 1190 32.5 Sistemas de ecuaciones algebraicas lineales simultáneas 1197 32.6 Circuitos equivalentes 1205 CAPÍTULO 33 Electroquímica, termoelectricidad y conducción no-óhmica 1223 33.1 Electroqwínica 1224 33.2 FEM química 1229 33.3 Termoelectricidad 1236 33.4 Conducción no-óhmica: electrones en el vacío 1244 33.5 Conducción no-óhmica: electrones en la materia 1253 33.6 Circuitos de transistores 1262 33. 7 Redes equivalentes de transistores 1267 CAPÍTULO 34 Campos y fuerzas magnéticas 1281 34.1 El campo magnético 1283 34.2 Fuerzas magnéticas 1287 34.3 Par sobre un dipolo magnético: aplicaciones 1294 34.4 Fuerza magnética sobre una carga móvil 1299 34.5 Aplicaciones en la investigación 1305 34.6 Unidades electromagnéticas 1310 CAPÍTULO 35 Campos magnéticos producidos por cargas móviles 1323 35.1 Ley de Biot y Savart 1324 35.2 Transformaciones de campos 1328 35.3 Campo creado por un hilo rectilíneo 1331 35.4 Campo de una espira circular 1338 35.5 Ley de Ampere 1343 35.6 Líneas de campo magnético 1351 35. 7 Láminas de corriente y solenoides 1356 35.8 Ecuaciones diferenciales de la magnetostática 1363 XX Índice analítico CAPÍTULO 36 Medios magnéticos 1377 36.1 Imanación 1378 36.2 Susceptibilidad magnética 1385 36.3 Formulación diferencial de la magnetostática, continuación 1392 36.4 Solución general 1394 36.5 Circuitos magnéticos 1401 36.6 Diamagnetismo y paramagnetismo 1407 36. 7 Ferromagnetismo 1413 CAPÍTULO 37 Fuerza electromotriz inducida 1425 37.1 FEM de movimiento: traslaciones 1426 37.2 FEM de movimiento: rotaciones 1431 37.3 Ley de Faraday y ley de Lenz 1437 37.4 Aplicaciones de la ley de Faraday 1441 37.5 Movimientos del galvanómetro y método del predictor-corrector 1446 37.6 Ecuaciones de Maxwell 1451 CAPÍTULO 38 Autoinducción 1463 38.1 A utoinducción 1464 38.2 Inducción mutua 1468 38.3 Inducciones combinadas 1472 38.4 Transitorios inductivos 1476 38.5 Energía del campo magnético /481 CAPÍTULO 39 Corrientes alternas 1495 39.1 Elementos de circuitos de CA 1497 39.2 Álgebra compleja 1506 39.3 Teoría de circuitos de CA 1510 39.4 Ampliación de la teona de circuitos de CA 1516 39.5 Potencia 1521 39.6 Transformadores y filtros 1528 Índice analítico XXI CAPÍTULO 40 Física del plasma y magnetohidrodinámica 1541 40.1 Movimientos de las part(culas cargadas 1543 40.2 Espejos magnéticos 1550 40.3 Teorema de Alfvén 1554 40.4 Magnetohidrodinámica (MHD) 1556 40.5 F(sica del plasma 1560 40.6 Ondas MHD 1565 40.7 Mecánica magnetofluida solar-terrestre 1568 CAPÍTULO 41 Ondas electromagnéticas 1581 41.1 Ecuación de ondas 1583 41.2 Ondas sobre /(neas de transmisión 1587 41.3 Ondas electromagnéticas en el espacio 1593 41.4 Energ(a y cantidad de movimiento de las ondas electromagnéticas 1602 41.5 Índice de refracción 1608 41.6 Dispersión 1610 CAPÍTULO 42 Radiación y ondas guiadas 1621 42.1 Oscilaciones libres 1622 42.2 Oscilaciones forzadas 1629 42.3 Radiación dipolar 1634 42.4 L(neas de transmisión: ondas electromagnéticas transversales (EMT) 1639 42.5 Gu(as de ondas: los modos ET y MT y la velocidad de grupo 1644 42.6 Solución numérica de la ecuación de ondas 1650 CAPÍTULO 43 Óptica geométrica: reflexión y refracción 1665 43.1 Luz 1667 43.2 Reflexión 1670 43.3 Refracción 1676 43.4 Principio de Fermat 1682 43.5 Reflexión en una supe,jicie esférica 1685 43.6 Refracción en una superficie esférica 1693 XXII Índice analítico CAPÍTULO 44 Óptica geométrica: lentes e instrumentos ópticos 17ll 44.1 Prismas 1712 44.2 Lentes 1717 44.3 Lentes gruesas y lentes compuestas 1724 44.4 Amplificadores (o lupas) y microscopios 1732 44.5 Telescopios 1739 44.6 Otros dispositivos ópticos 1746 CAPÍTULO 45 Interferencias de la luz 1763 45.1 Condiciones de interferencia 1765 45.2 Interferencias desde dos focos 1769 45.3 Interferencias por focos múltiples 1775 45.4 Fuentes extensas: películas y placas delgadas 1781 45.5 Reflexión y transmisión 1788 45.6 Aplicaciones: interferometría y holografía 1794 45. 7 Más sobre superficies extensas 1800 CAPÍTULO 46 Difracción 1813 46.1 Difracción de Fraunhofer 1816 46.2 Difracción de Fraunhofer por una abertura circular 1820 46.3 L1ínite de resolución: lentes 1822 46.4 L1ínite de resolución: redes y prismas 1828 46.5 Difracción por cristales 1833 46.6 Difracción de Fresnel 1837 CAPÍTULO 47 Polarización 1855 47.1 Teon'a electromagnética de la reflexión y refracción 1858 47.2 Fórmulas de Fresnel 1862 47.3 Deducción de las fórmulas de Fresnel 1865 47.4 Polarización mediante cristales 1867 47.5 Polarización por reflexión y refracción 1875 47.6 Tipos de polarización 1881 47. 7 Análisis de la luz 1885 Índice analítico XXIII 47.8 Polarización elfptica general 1891 Epl7ogo 1903 APÉNDICES 1905 A Glosario de s(mbolos y abreviaturas 1907 B Sistema internacional de unidades (SI) 1917 e Factores de conversión 1921 D Fórmulas y aproximaciones del álgebra y la geometrfa 1927 E Trigonometrfa y álgebra vectorial 1931 F Cálculo diferencial, integral y vectorial 1937 G Tabla periódica de los elementos 1947 H Convenios de los diagramas de flujo 1951 I El lenguaje BASJC de ordenador 1953 J Tablas estadfsticas 1973 K Series de Fourier 1979 L Constantes f(sicas fundamentales 1983 M Álgebra compleja 1985 N Métodos numéricos 1989 O Sistemas de unidades eléctricas y magnéticas 2001 ÍNDICE ALFABÉTICO 2013 ÍNDICEDE AUTORES 2025 CAPÍTULO 26 Carga y Juerza eléctrica «De acuerdo con ello, el 21 de diciembre [1766} electrifiqué una vasija de estaño de un cuartillo de capacidad, apoyada sobre una pieza de madera; y observé que un par de bolitas de médula de saúco, aisladas mediante su sujeción al extremo de una varilla de vidrio, y que colgaban totalmente introducidas dentro de la vasija, de modo que no sobresalía de la misma ningún trozo de hilo, permanecían exactamente donde se les dejaba, sin verse influidas en lo más mínimo por la electricidad ... A partir de aquí podemos inferir de este experimento que la atracción de la electricidad está sometida a las mismas leyes que las de la gravitación y que varía, de acuerdo con ello, en razón a los inversos de los cuadrados de las distan- cias; así pues, se demuestra fácilmente que, si la Tierra tuviese forma de corteza, todo cuerpo en su interior no se vería atraído hacia un lado con más fuerza que hacia otro.» JosEPH PRIESTLEY, Historia y estado presente de la electricidad, con experimentos originales En este capítulo presentamos los conceptos fundamentales de la electrici- dad. La base de nuestro estudio se encuentra en ciertos principios y con- ceptos fundamentales que hemos desarrollado ya (tales como fuerza, energía, y magnitudes vectoriales), pero nos vamos a encontrar ahora con una nueva propiedad física de la materia, la carga eléctrica, y la fuerza asociada con ella. Esta propiedad es el elemento unificador que enlaza conjuntamente el inmenso campo de fenómenos considerados en este volumen. A diferencia de la masa, la carga puede ser (según nuestra ma- nera de describirla) positiva o negativa y un cuerpo que no posee ninguna carga neta se considera como neutro. Como la masa, la carga es la fuente de una fuerza característica del universo; la fuerza asociada con la carga se denomina fuerza eléctrica. Sin embargo, esta fuerza, aunque semejante a la gravedad en su formulación matemática, puede ser atractiva o re- pulsiva, como se demuestra experimentalmente, según que las cargas que interaccionen sean de signos opuestos o iguales. 911 912 Carga y fuerza eléctrica Las pruebas experimentales han demostrado que los dos tipos de car- gas pueden neutralizarse entre sí al combinarse, produciendo una carga neta nula, lo cual representa simplemente su suma algebraica. Si no fuese por el hecho de que los cuerpos se encuentran generalmente en una con- díción neutra, todos los fenómenos macroscópicos se verían dominados por las fuerzas eléctricas, que son mucho más intensas que las fuerzas gravitatorias. La primera etapa para la comprensión de la naturaleza de estas fuer- zas consiste en describir las interacciones entre cuerpos estacionarios que poseen una carga neta que no varía con el transcurso del tiempo. Este es- tudio de la electrostática será el tema de los cinco capítulos siguientes. Después de la electrostática estudiaremos las cargas móviles (o corrientes eléctricas) y las fuerzas magnéticas a que dan origen. Veremos que existe una relación directa y estrecha entre los fenómenos eléctricos y los mag- néticos, ¡relación que conduce a la deducción de la velocidad de la luz y a la naturaleza de su propagación por el espacio! Luego emprenderemos el estudio de la luz, u óptica, para mostrar finalmente la conexión existente entre los colores observados (frecuencias) de ciertos tipos de luz radiada y los principios de la estructura atómica y de la mecánica cuántica, rama fundamentalísima de la física que considera a las ondas y a las partículas como dos aspectos de la misma realidad física. (Es decir, las ondas y las partículas no son entidades físicas diferentes, sino más bien dos tipos de comportamiento que presentan todas las entidades de esta clase.) Estos principios se aplican asimismo a la estructura de los núcleos atómicos, dentro de los cuales se almacenan las tremendas energías que se liberan en el Sol y en los dispositivos termonucleares. En este capítulo seguiremos los orígenes históricos de la teoría de la electricidad y estudiaremos las pruebas teóricas y experimentales corres- pondientes a la formulación de la ley de Coulomb, que es la descripción básica de las fuerzas existentes entre las partículas cargadas. Finalmente, mencionaremos las ideas modernas de la estructura atómica que descri- ben las cargas en el átomo, sus tamaños y posiciones relativas y algunos de sus efectos so0re los fenómenos atómicos. 26.1 Orígenes históricos de la teoría eléctrica La teoría moderna de la electricidad tuvo sus comienzos en el siglo XVI en el trabajo de William Gilbert, el más famo50 físico experimental inglés de su época. En 1600 publicó los resultados de 17 años de investigación en De Magnete, libro que compite con el libro Dos nuevas Ciencias de Galileo en la distinción de ser el primer texto sobre física moderna. Aun- que trata fundamentalmente del magnetismo, el único capítulo dedicado a la electricidad representa el primer tratado importante sobre el tema. Antes de la época de Gilbert, el conocimiento de los fenómenos eléctricos había progresado poco más allá del hecho (aparentemente conocido desde la antigüedad) de que el ámbar y el azabache, al ser frotados, adquieren la propiedad de atraer a pequeñas porciones de materia. Con objeto de estudiar esta propiedad de la electrización, Gilbert ideó el primer instru- Carga y fuerza eléctrica mento eléctrico, que denominó «versorium», pero que hoy llamaríamos electroscopio (ver figura 26.1 ). Con su ayuaa encontró que se pueden electrizar por frotamiento otras muchas sustancias además del ámbar y que también atraen a una amplia variedad de otros objetos. Sin embargo, una determinada clase de sustancias, especialmente los metales, se resis- tieron a todos los intentos de Gilbert para electrizarlos. Tuvieron que pasar más de cien años antes de que se demostrase que esta clase de ma- teriales se compone de sustancias «conductoras», a través de las cuales pueden moverse libremente las cargas eléctricas y como Gilbert las sujeta- ba con su mano mientras las frotaba, perdían su electrización al mismo tiempo que la iban recibiendo. La varilla de metal se introduce dentro de la cámara Hojas metálicas Aislante Caja metálica aislada de B y de la base. Fig. 26.1 Electroscopio de hojas o láminas. Durante todo el siglo XVII sólo se hizo un avance significativo sobre los descubrimientos de Gilbert. Otto van Guericke fue el primero en darse cuenta claramente de que en muchos casos, si un objeto ligero es atraído hacia un objeto electrizado y entra en contacto efectivo con éste durante unos momentos, a continuación se ve repelido en lugar de ser atraído por el objeto electrizado. (Ahora sabemos que dicha repulsión se produce entre dos cuerpos que están electrizados de modo semejante -en otras palabras, el contacto produce una electrización del objeto que inicialmente estaba sin electrizar). Van Guericke ideó el primer gene- rador eléctrico elemental, una esfera giratoria de azufre, que podía fro- tarse apoyando simplemente la palma seca de la mano cuando giraba. Entonces acercaba un objeto ligero (sin electrizar) que era atraído hacia la esfera electrizada. Si dejaba que el objeto en cuestión tocase a la esfe- ra, entonces se veía repelido por la misma. A partir de ese momento el objeto ligero adquiría la capacidad de atraer a otros objetos sin electri- 913 914 Carga y tuerza eléctrica zar. Esta electrización del objeto utilizado podía eliminarse poniéndolo en contacto con un dedo o con el suelo o bien acercándolo a una llama. Después de esto dejaba de atraer a otros objetos sin electrizar y era de nuevo atraído por la esfera electrizada. Von Guericke realmente estaba experimentando acerca de la conduc- ción de la electricidad entre cuerpos electrizados y sin electrizar pues- tos en contacto. Sin embargo, quedó para Stephen Gray al principio del siglo xvm la demostración experimental de que laelectricidad puede transportarse a lo largo de hilos metálicos y cuerdas mojadas, pero que la propiedad de la conducción se limita prácticamente a una determinada clase de sustancias. Sus observaciones condujeron a la división de las sus- tancias en dos clases, conductores y aislantes, de acuerdo con su capaci- dad de transmitir la electricidad. Así los metales y las soluciones acuosas de sales y ácidos son todos conductores eléctricos, mientras que la porce- lana, la goma, la mica, la goma laca, la trementina, la parafina y los aceites son generalmente no conductores. Sin embargo, no puede trazarse ninguna línea clara y definida entre conductores y aislantes; pueden encontrarse sustancias con todos los grados de conductividad entre los correspondientes al azufre, el ámbar y el cuarzo (los mejores aislantes) y los de la plata y el cobre (los mejores conductores). En una repetición de los experimentos de Gray, su contemporáneo Charles Frarn;:ois de Cisternay du Fay demostró que incluso un conductor se puede electrizar mediante frotamiento o «fricción» con tal de que se le coloque sobre un soporte no conductor. «La electricidad -concluía du Fay- es una cualidad universalmente extendida en toda la materia que conocemos y que influye sobre el mecanismo del universo bastante más de lo que pensamo~." Así se demostró que la electrización es el resul- tado de frotar dos sustancias diferentes -aunque en la mayoría de las parejas de sustancias el efecto es pequeño y sólo puede detectarse con aparatos especiales. Sin embargo. lo aue es esencial para producir una electrización apreciable es el contacto íntimo entre los dos cuerpos dis- tintos, y no el frotamiento o fricción. Un trozo de parafina sujeto me- diante un mango aislante presenta una electrización considerable des- pués de sumergirse simplemente en agua, debido a que el contacto entre un líquido y un sólido es muy íntimo; pero dos objetos sólidos, cuyas su- perficies son más o menos irregulares, deben presionarse entre sí y frotar- se para que entren en contacto partes mayores de sus superficies. Du Fay descubrió también que la electrización producida en los cuerpos por el frotamiento es de dos tipos únicamente. Usando una lá- mina o pan de oro como electroscopio, la electrizó tocándola con unc1 varilla de vidrio que había sido frotada con seda. Como es natural la laminilla de oro era repelida por la varilla de vidrio pero, en contra de lo que du Fay esperaba, era atraída y no repelida por una varilla de resi- na o de ámbar que había sido frotada con lana. Análogamente, una la- minilla de oro que tocase primero la resina y luego se viese repelida por ella, sería entonces atraída por el vidrio. Du Fay denominó al tipo de electrización producida en el vidrio como «vítrea» y la correspondiente a la resina como «resinosa». Además estableció una generalización básica importante: Carga y fuerza eléctrica Los cuerpos análogamente electrizados se repelen entre sí, mientras que los cuerpos electrizados de modo diferente se atraen los unos a los otros. Las denominaciones de du Fay fueron posteriormente desplazadas por los términos más convenientes de positiva (vítrea) y negativa (resino- sa) sugeridos por Benjamin Franklin. Aunque nos duela reconocerlo, ha sido esta desafortunada selección del convenio de signos realizada por tan renombrado científico lo que ha obligado a asignar un valor negati- vo a la carga del electrón y ha sido la causa de incontables errores en el signo algebraico a incontables generaciones de estudiantes de física. Sin embargo este convenio ha sido ratificado por el tiempo y la tradición: honi soit qui mal y pense. Hasta promediado el siglo XVIII no existía ninguna explicación sobre todos los hechos conocidos hasta ese momento como consecuencia de la electricidad: un cuerpo electrizado atraía a trocitos de materia, aunque no se hubiese impartido ninguna electrización a los mismos por fricción o conducción. En 1753 John Cantan (y después Franklin entre otros) aclararon todo el problema mediante experimentos del tipo siguiente. Un cuerpo Q cargado positivamente se acerca a un conductor aislado C equi- pado con bolitas de médula de saúco a, b y e (ver figura 26.2). Las boli- tas a y e divergen, mostrando así que los extremos de C han resultado b Conductor Soporte aislante Fig. 26.2 El conductor C resulta eléctricamente polarizado en presencia de la carga Q. electrizados, mientras que b permanece inalterada, lo que indica que la parte media de C no ha sido electrizada. Además, se identifican los tipos de cargas en los extremos cuando resulta que una varilla del vidrio con carga positiva repele a e y atrae a a. Aparentemente la simple influencia de un cuerpo electrizado sobre un conductor situado en su proximidad da como resultado la electrización de dicho conductor, reci- biendo el extremo más alejado del conductor una carga del mismo signo que la carga original mientras que el otro extremo próximo almacena una carga del signo opuesto. Cuando se retira Q, desaparecen completamente las cargas en a y en e y el conductor C resulta de nuevo neutro, indican- 915 916 Carga y fuerza eléctrica do así que la cantidad total de carga o electricidad positiva que aparece en un extremo de C es exactamente igual a la cantidad total de electrici- dad negativa que aparece en el otro extremo. El fenómeno en virtud del cual aparecen cargas del mismo valor pero signo opuesto en los extremos opuestos de un conductor colocado cerca de un cuerpo cargado se denomina inducción _electrostática y un conduc- tor en esta condición se dice que está polarizado eléctricamente. Cuando con la mano o mediante un hilo conductor se une a tierra el conductor C en presencia de Q, desaparece la carga situada en el extremo más alejado de C, pero queda la que se encuentra en el extremo más próximo, y cuan- do se rompe la conexión de C con la tierra y Q se aleja, se distribuye por sí misma la carga restante en C por todo el conductor. Entonces resulta el conductor con una carga opuesta a la de Q y esto se ha llevado a cabo sin ninguna disminución de la carga Q. La producción de electrización negativa se ve acompañada siempre por la producción de una cantidad igual de electrización positiva; esto puede verse de modo más convincente con ayuda del aparato indicado en la figura 26.3, que consiste en un recipiente metálico hueco C, que posee una abertura pequeña y que está conectado mediante un alambre a un e R 1 Fig. 26.3 Aparato del cubo de hielo de Faraday. Conectado a tierra o masa electroscopio sensible de láminas de oro E. (Este aparato corresponde al famoso «cubo de hielo» de Faraday, denominado así porque en la ver- sión original utilizaba un cubo de estos como recipiente, porque fue el objeto más conveniente que se encontraba a mano). Se sujeta en un man- go aislante un trozo de fieltro F y se frota con el extremo de una varilla de ebonita R. Cuando los dos cuerpos frotados se introducen juntos den- tro del recipiente C, las hojas del electroscopio no muestran ninguna señal de separarse. Sin embargo, cuando se elimina uno de los cuerpos frotados, la lámina de oro adopta la posición indicada a trazos. Si se eli- mina el otro cuerpo, entonces la lámina diverge en la misma cantidad que antes, pero se puede comprobar que el electroscopio tiene una carga de signo opuesto. La demostración de la figura 26.3 muestra que dos cuerpos frotados conJuntamente no presentan ninguna electrización en tanto se encuen- Carga y fuerza eléctrica tren juntos, pero cuando se separan poseen cargas de signo opuesto pero en cantidad igual. Esta observación puede interpretarse en el sentido de que la carga no se crea ni se destruye, sino que simplemente se transfiere entre los cuerpos que se han colocado en contacto íntimo mediante el frotamiento. Por tanto, este experimento es una demostración de uno de los más fundamentales principios de la electricidad: En todo proceso seconserva la carga neta. En la electrización interviene siempre la separación de cargas y no la producción de cargas. 917 Ejemplo 26.1 En el experimento del cubo de hielo de 1843, Faraday in-. trodujo un conductor cargado Q mediante un hilo de seda dentro del re- cipiente vacío C de la figura 26.3 sin permitir que Q tocase a C, viéndose entonces que divergía la lámina del electroscopio E. Entonces tocó el conductor cargado Q con el interior de C y observó que la lámina del electroscopio permanecía en la misma posición que antes. Además, al sa- carlo del recipiente se vio que Q era eléctricamente neutro. ¿Qué conclu- siones pueden sacarse de este experimento? 26.2 Carga Solución El experimento demuestra que la carga situada sobre la lámina es igual en valor y en signo a la carga que poseía Q. La carga de signo opuesto inducida en el interior del cubo era exactamente la necesaria para neutralizar el conductor Q cuando éste se ponía en contacto con el inte- rior de C, dejando únicamente una carga igual y opuesta sobre la lámina; de aquí que esta carga deba ser igual que la situada originalmente en Q. La acumulación de hechos relativos a la electricidad era todavía pequeña en una época bastante posterior al comienzo del siglo xvm; la ciencia de la electricidad, a diferencia de la mecánica y de la óptica del mismo pe- ríodo, estaba casi totalmente desprovista de aplicaciones prácticas, care- cía de ningún intento de realizar mediciones y no estaba coordinada por ninguna teoría. Las primeras teorías de valor a la hora de dirigir y siste- matizar la experimentación tuvieron su advenimiento únicamente después que du Fay encontrase que se puede electrizar toda clase de materia, y que la electrización es de dos tipos opuestos. Desarrolló la teoría de que todos los cuerpos contienen cantidades iguales de dos fluidos sin peso: electricidad resinosa y vítrea. Se suponía que los fluidos eran autorre- pelentes pero mutuamente atractivos, de modo que sus efectos se neutra- lizaban entre sí completamente en los cuerpos en condiciones normales. Esta teoría de los dos fluidos tuvo su rival en la teoría de un solo flui- do propuesta en 1746 por William Watson e independientemente algunos meses después por Benjamin Franklin. Difería de la teoría de du Fay en 918 Carga y fuerza eléctrica considerar la electrización positiva (vítrea) como indicación de un exce- so de una cierta cantidad normal de un solo fluido, que lo impregnaba todo, la electricidad positiva, que es auto-repelente pero que se ve atraída fuertemente por la materia ordinaria. La electrización negativa (resino- sa) es una deficiencia de este fluido. Con objeto de explicar las repulsio- nes mutuas de cuerpos cargados negativamente, era necesario admitir que las partículas de la materia ordinaria, cuando se disocian del fluido eléc- trico, se repelen entre sí. Las teorías modernas enseñan que la electricidad es una propiedad fundamental e independiente de la mayoría de las partículas elementales que componen la materia. El signo y cantidad de dicha electricidad es característica de una partícula dada y se denomina su carga. Algunas par- tículas son neutras y carecen de toda carga. La primera clave que condujo a las ideas modernas de la electricidad y de la estructura atómica radica en el trabajo de Faraday sobre la electrolisis que se remonta a 1833. Ob- tuvo que la cantidad de un elemento químico producido por electrolisis -descomposición de un compuesto químico cuando circula por él una corriente eléctrica- es proporcional a la cantidad de carga que pasa a través del compuesto. Además: Pesos equivalentes (ver sección 22.1) de diversos elementos exigen para su separación por electrolisis la misma cantidad de carga. El significado de esta dependencia sobre el número de partículas que reaccionan más bien que sobre la masa condujo a G. J. Stoney en 1874 y a Hermano von Helmholtz en 1881 a obtener conclusiones análogas a las que condujeron a Dalton y A vogadro a construir la teoría atómica. Este razonamiento conducía inevitablemente a la conclusión de que la electri- cidad, como la masa, no es un fluido continuo, sino que más bien se compone de porciones discretas, aunque microscópicas. Se obtuvo una prueba adicional en favor de esta conclusión a partir del estudio de descargas de electricidad en gases, como las que se produ- cen en los anuncios de neón. En 1895 Jean Perrin encontró experimental- mente que dichas descargas transportan con ellas cargas eléctricas negati- vas. En 1896 J. J. Thomson demostró que la descarga se compone de partículas cargadas negativamente que poseen una masa aproximadamen- te igual a 1/1850 de la masa de un átomo de hidrógeno -o, según deter- minaciones recientes, una masa de 9, 11 x 10-28 g. Así se descubrió el electrón, proporcionando la primera prueba definitiva de que existen en la naturaleza partículas más pequeñas que los átomos. También se demostró claramente que todos los electrones tienen la misma masa y carga, independientemente de la clase de gas a través del cual tenía lugar la descarga y que los electrones son constituyentes universales de los átomos. Pronto se obtuvo un apoyo adicional de esta hipótesis cuando en 1896 se descubrió la radiactividad y Antaine Henri Becquerel, Marie y Pierre Curie, Ernest Rutherford y otros científicos encontraron que los átomos radiactivos emiten espontáneamente dos tipos de partículas, «partículas a» y «partículas (3» y que las partículas (3 eran simplemente electrones. Carga y fuerza eléctrica Continuaron acumulándose pruebas de este tipo después del comienzo de este siglo hasta que ha resultado claro y fuera de toda duda que, cual- quiera que pueda ser la estructura de los átomos, los electrones deben ser uno de sus constituyentes. Subsiguientemente, se descubrieron partículas que poseían cargas positivas. El primer modelo de átomo fue sugerido por Lord Kelvin (William Thomson) en 1902 y fue investigado detalladamente en 1904 por J. J. Thomson. Este modelo sufrió posteriormente modificaciones; además de los electrones, salieron a la luz otras diversas partículas de dimensiones subatómicas. Rutherford y sus colaboradores, en experimentos que empezaron en 1922, demostraron la existencia independiente de una par- tícula con carga positiva, que ya se sabía que era constituyente del átomo de hidrógeno. Esta partícula denominada protón, tiene prácticamente la misma masa que el átomo de hidrógeno pero tiene una carga positiva del mismo valor que la carga negativa del electrón. En 1932 James Chadwick descubrió el neutrón, que es una partícula de materia sin carga que posee una masa casi igual a la del protón. Todas las partículas elementales libres* descubiertas hasta ahora tie- nen cargas que son múltiplos enteros de la carga del electrón, cuyo valor se indica por e. Prácticamente la masa completa de cualquier átomo está compuesta por sus protones y neutrones, que forman un núcleo central cargado po- sitivamente. Distribuidos a diversas distancias alrededor de este núcleo se encuentran sus electrones asociados, en una configuración que es caracte- rística del elemento particular. Estas distancias son muy grandes en com- paración con las dimensiones del núcleo o del electrón. El número de electrones extranucleares o atómicos en el átomo neutro de un elemento dado cualquiera es igual al número atómizo Z del elemento, que es su nú- mero ordinal en la tabla periódica (ver apéndice G). Así, un átomo de hi- drógeno tiene un solo electrón atómico, un átomo de helio tiene dos, un átomo de litio tiene tres y así sucesivamente en toda la tabla periódica. Además la carga negativa total de los Z electrones tiene el mismo valor que la carga positiva neta del núcleo, lo cual explica el que un átomo sea en condiciones normales eléctricamente neutro. El átomo más sencillo, el de hidrógeno, se compone de un solo protón, que es su núcleo, y un elec- trón. Todo átomo de número atómico y masa atómicamayores tiene un núcleo compuesto por protones y neutrones presentes en número sufi- ciente para explicar la masa atómica del átomo y para proporcionar una carga positiva de valor igual a la carga negativa total de los Z electrones atómicos. El átomo de helio, por ejemplo, contiene dos protones, dos neutrones y dos electrones atómicos. *Como últimos constituyentes de los protones, neutrones y otras partículas se ha postulado la existencia en combinaciones diversas de unas partículas denomina- das quarks, que poseen cargas fraccionarias de 1/3 e y 2/3 e. Hasta el año 1981, al menos, no ha podido demostrarse la existencia de los quarks como partículas independientes. Se han llevado a cabo algunos experimentos que parecen indícar dicha existencia independiente, pero la comunidad científica no está aún satisfe- cha de su validez. 919 920 Carga y fuerza eléctrica Cuando uno o más electrones se adicionan o eliminan de algún modo a un átomo normal, el resultado es un átomo cargado, conocido como un ion. Un ion negativo posee más de Z electrones; un ion positivo posee menos de Z electrones. Ciertos electrones de un átomo se encuentran mu- cho menos atraídos (o ligados) al núcleo positivo que los demás del áto- mo. Cuando uno o varios de estos electrones se separa del átomo, éste se convierte en un ion positivo. Inversamente, la ganancia de uno o más electrones débilmente ligados procedentes de otro átomo o molécula da como resultado un ion negativo. Las partículas a que espontáneamente emiten algunos átomos radiactivos tienen la misma masa y carga ( + 2e) que un núcleo de helio y puede considerarse que es un átomo de helio desprovisto de sus dos electrones atómicos. Un ion de hidrógeno es sim- . plemente un protón. También pueden ionizarse las moléculas, que están formadas por uno o más átomos. Ahora podemos explicar ya de forma cualitativa las observaciones de los fenómenos electrostáticos estudiados en la sección 26.1. Por ejemplo, un cuerpo neutro se ve atraído hacia un cuerpo cargado porque éste últi- mo induce una separación de cargas en el cuerpo neutro. Las partículas con carga de signo opuesto a las del cuerpo cargado tienden a ser atraí- das hacia la parte del objeto neutro que está más próxima al cuerpo car- gado, mientras que las del mismo signo tienden a ser repelidas hacia la parte opuesta del cuerpo cargado. El movimiento de un número relativa- mente pequeño de partículas cargadas puede crear una separación de car- gas significativa, de modo que la fuerza atractiva entre el cuerpo cargado y la parte próxima del cuerpo neutro sea más intensa que la fuerza repul-· siva entre el cuerpo cargado y la parte más distante del objeto neutro. Por consiguiente, éste se ve atraído hacia el cuerpo cargado. Cuando un peine de plástico roza con el pelo, adquiere una carga positiva. El peine es capaz entonces de atraer trocitos de papel (ver figura 26.4). Como tan- to el plástico como el papel son aislantes, las cargas inicialmente perma- necen localizadas del modo indicado. Finalmente, las cargas que originan la atracción se mueven lentamente a través de los aislantes para neutrali- zar las cargas de las superficies en contacto y el papel se desprende del peine. Fig. 26.4 Trocito de papel atraído por un peine. Cuando una varilla de vidrio cargada (positivamente) se acerca a una bola de metal (neutra) suspendida de un hilo de seda, la bola se ve atraí- Carga y fuerza eléctrica da inicialmente hacia la varilla debido a las fuerzas atractivas netas de las cargas inducidas (ver figura 26.5a). Si la bola toca la varilla, parte de la carga positiva pasa de la varilla a la bola, dando a esta ultima una carga neta positiva, lo cual hace que predominen las fuerzas repulsivas, de modo que la bola se ve repelida por la varilla (ver figura 26.5b). Lo que ocurre realmente es que la varilla de vidrio tendrá un déficit de electro- nes, que está originado por los electrones que se mueven libremente a tra- vés del metal y que se han transferido a la varilla de vidrio, dejando un déficit neto de electrones tanto sobre la varilla como en la bola; en conse- cuencia, la bola se ve repelida (ver figura 26.5c). I I I I I I O / + (a) (b) I I I I I I I I (e) Fig. 26.5 Carga de una esfera de metal por contacto con una varilla cargada. Un conductor debe ser una sustancia en la que se mueven con libertad los electrones o iones. La mayoría de los líquidos puros son muy malos conductores a no ser que tengan disueltos en ellos un ácido, una base o una sal que estén disociados en iones libres para moverse por el seno del líquido. Cuando una sustancia está en estado sólido, los electrones se en- cuentran ligados a posiciones relativamente fijas. Pero si el sólido es un metal, resulta que uno o más electrones de cada átomo se encuentra en libertad para moverse, estando ligados a sus núcleos muy débilmente. Estos electrones móviles pertenecen al conductor sólido como un todo y se denominan electrones de conducción. Este «mar» de electrones móvi- les es el responsable de las propiedades de conducción de los metales. 921 Ejemplo 26.2 Un electroscopio típico de laboratorio tiene el aspecto in- dicado en la figura 26.1. Cuando se coloca una carga sobre la bola B, la hojilla L diverge. Explicar la naturaleza de la transferencia de carga en los procesos siguientes. (a) Una varilla de goma negativamente cargada toca a la bola, haciendo que la lámina diverja. Cuando se retira la varilla y la bola se toca con el dedo, la lámina retorna a su posición vertical. (b) 922 Una varilla de goma cargada negativamente se acerca a la bola sin que llegue a tocarla, lo cual hace que diverja la lámina. Cuando la bola se toca con el dedo, la lámina cae a la posición vertical. Cuando se retira primero el dedo y luego la varilla, las láminas divergen. Solución (a) La bola adquiere cargas negativas (electrones) procedentes · de la varilla, que se desplazan hasta la lámina debido a su repulsión mu- tua, de modo que la lámina con carga igual diverge del soporte. Cuando estos electrones se retiran a través del dedo, el electroscopio queda neu- tralizado. (b) Cuando se acerca la varilla, se induce una separación de cargas en el electroscopio cuando los electrones se ven repelidos de la bola hacia la lámina (la parte más alejada del sistema conductor). Las láminas resultan cargadas negativamente y, por tanto, divergen. Cuando el dedo toca a la bola, se crea un sistema conductor mayor en el cual los electrones pueden ser repelidos incluso aún más lejos a través del cuerpo hacia tierra. Las láminas pierden su exceso de electrones y por ello su carga, de modo que dejan de repelerse mutuamente. Sin embargo, la bola posee ahora un dé- ficit de electrones (una carga positiva), y cuando primero el dedo y des- pués la varilla se retiran, el electroscopio queda desconectado de tierra y algunos electrones se retiran de los átomos neutros de las láminas hacia la bola, con lo que queda un déficit neto de electrones sobre el electros- copio entero. Como ahora las láminas tienen una carga neta positiva, se repelen de nuevo mutuamente. (¿Qué ocurriría si primero se retirase la varilla y luego el dedo?) 26.3 Ley de Coulomb Carga y fuerza eléctrica En el considerable número de descubrimientos eléctricos realizados du- rante el siglo XVIII, se infería normalmente la existencia de estados de electrización en los cuerpos a partir de las observaciones de las formas en que los cuerpos influían sobre los movimientos de los demás, y estos cambios o variaciones de los movimientos se atribuían a su vez a la exis- tencia de fuerzas mecánicas entre las propias cargas eléctricas. De aquí que todo lo que necesitamos para poder aplicar los principios de la me- cánica a la electricidad consiste en determinar cómo variarían estas fuer- zas entre las cargas eléctricas con las diversas circunstancias físicas. El establecimiento de la ley precisa de la fuerza en la últimaparte del siglo citado está especialmente asociado con los nombres de Joseph Priestley, Henry Cavendish y Charles Augustus Coulomb. Así empezó la ciencia de la electrostática, el estudio de las cargas que están en reposo respecto al observador. La ley de Coulomb, que es la ley de la fuerza existente entre cargas eléctricas, fue descubierta por Priestley en 1766 (ver cita al principio del capítulo) y redescubierta por Cavendish pocos años después, pero fue Coulomb (en 1785) quien la sometió en primer lugar a ensayos experi- mentales directos. Habiendo investigado previamente la torsión de hilos. Carga y fuerza eléctrica delgados, Coulomb concibió la idea de utilizar una balanza de torsión para estudiar las fuerzas existentes entre cargas eléctricas. Se sujetó a un extremo de una barra horizontal ligera una esferita que poseía una carga q, estando suspendida la barra de un hilo delgado de constante de tor- sión conocida (ver figura 26.6). Se colocaba una segunda esferita que tenía una carga q' en la tangente a la circunferencia horizontal que des- 923 Fig. 26.6 Diagrama esquemático de la balanza de torsión de Coulomb. cribiría q al girar alrededor del hilo de torsión. La fuerza electrostática entre las cargas q y q' hacía que la barra girase y se medía el valor de dicha fuerza mediante el ángulo que resultaba torcido el hilo de suspen- sión. Mediante este experimento directo Coulomb demostró el hecho siguiente: Dos cuerpos pequeños cargados actúan uno sobre el otro con una fuerza electrostática que tiene la dirección de la línea que une las car- gas y que es inversamente proporcional al cuadrado de la distancia r que les separa. Además, esto resulta cierto aunque el signo de las cargas sea el mismo o sea diferente. Como resulta indefinible lo que se entiende por distancia entre dos cuerpos extensos, el enunciado de la relación inversa del cuadrado de la distancia debe incluir también la especificación de que los cuerpos carga- dos tengan dimensiones lineales que sean pequeñas en comparación con la distancia r entre ellos. Entonces puede considerarse a cada cuerpo como situado en un punto y por ello pueden llamarse partículas car- gadas. Así que continuaremos la antigua y honorable tradición de la abstracción y simplificación, como hicimos en nuestro desarrollo de la mecánica, en donde también empezamos con partículas (masas que podían considerarse concentradas en puntos individuales). Coulomb halló también que la fuerza F es directamente proporcional a la cantidad de carga existente en cada cuerpo cargado. De aquí que podamos expresar matemáticamente la ley de Coulomb en la forma F qq' k- r2 [26.1] 924 Carga y tuerza eléctrica en donde k es una constante de proporcionalidad. En un sentido pura- mente matemático, en la ecuación [26.1] se encierra la siguiente relación dimensional, en donde Q indica la dimensión de carga:* MLT- 2 dim (fuerza) = dim (k) . Q2L- 2 [26.2] Esto nos proporciona dos alternativas posibles para nuestra selección de las unidades de carga. En primer lugar podemos escoger que la constante sea la unidad (k = 1), de modo que será la definición constitutiva de la unidad de carga. En segundo lugar, podemos definir operacionalmente la carga en función de la medición de alguna magnitud estándar o patrón de acuerdo con una secuencia pres- crita de operaciones. En este caso, dim (k) da las dimensiones de la constante de proporcionalidad, dependiendo su valor numérico de la magnitud física definida como la unidad operacio- nal de carga. Antes de que se reconociese que las propiedades eléctricas de la ma- teria eran fundamentales e independientes de las propiedades mecánicas clásicas, era natural utilizar la definición constitutiva en unidades cgs. Así pues, una carga de 1 statculombio (statC) es la carga que ejerce una fuerza de una dina sobre otra carga idéntica situada a 1 cm de distancia, y la ecuación [26.1] se reduce a .... F (en unidades cgs) [26.3] en donde [F] = dinas, [q] = [q '] = statculombios, [r] = centímetros, y k = 1. Este sistema, conocido como sistema cgs-gaussiano se utiliza am- pliamente, especialmente en física teórica avanzada. A pesar de su simplicidad aparente, el sistema cgs-gaussiano da origen a ciertas expresiones matemáticas poco atractivas en las que interviene la constante geométrica 1r y (cuando se utiliza para describir fenómenos magnéticos) la velocidad de la luz, c. Como resultado, ha sido sustituido (en gran parte de los casos) por el sistema mks racionalizado, que emplea unidades mks para todas las magnitudes mecánicas, pero que expresa las magnitudes eléctricas y magnéticas en función de una unidad de carga definida operacionalmente conocida como el culombio (C), que debe considerarse tan fundamental como las unidades de masa, longitud y tiempo. La definición patrón SI del culombio viene dada realmente en función del amperio (A), que representa una corriente de un culombio *En unidades SI, se define operacionalmente como dimensión fundamental la de corriente eléctrica / = QT-1, pero utilizaremos Q en lugar de IT como dimen- sión de la carga. Carga y fuerza eléctrica fluyendo por un conductor en un segundo. Se ha escogido el amperio como la unidad SI eléctrica básica debido a que es relativamente fácil de medir directamente. Estudiaremos detalladamente las corrientes eléctricas en capítulos posteriores. A partir de las unidades fundamentales del número de moles, longi- tud, masa, tiempo, temperatura y corriente eléctrica pueden constituirse todas las demás unidades utilizadas en el texto. Sin embargo, durante un siglo ha dominado la confusión y la anarquía desde la invención de la pila voltaica (en 1800) hasta la adopción en 1904 del sistema mks racio- ·nalizado -o mksA (A por amperio)-, tiempo durante el cual se desa- rrollaron muchas unidades independientemente en diversas ramas de la física y de la química, sin conexiones aparentes. En las unidades racionalizadas mksA, la ley de Coulomb se escribe F = en donde [F] k 1 (qq') 41rE0 r 2 (en unidades mksA) [26.4] newtons, [q] = [q'] = culombios, [r] = metros, y 8.98742 X 109 N-m2/C2 8.85415 X 10- 12 C2/N-m2 [26.5] La constante e0 se conoce como la permitividad del espacio vacío (pero normalmente se lee «épsilon subcero»). La fuerza F se conoce como la fuerza de Coulomb. A partir de ahora utilizaremos exclusivamente las unidades mksA, ex- cepto cuando discutamos sus relaciones con otros sistemas de unidades. Respecto a esta formulación, el brillante (pero poco convencional), teóri- co inglés Oliver Heaviside escribió: «La supresión del término 41r en las fórmulas [sistema cgs] de la fuerza central (ecuación [26.3]), en donde está con pleno derecho, es completamente antinatural y afecta a toda la teoría electromagnética». La inclusión del 41r en la ecuación [26.4] es lo que se designa con el término de unidades «racionalizadas». 925 Ejemplo 26.3 (a) Si la carga de un electrón es -e = -1,6 x 10-19c, ¿cuál será la carga total de 1 kmol de electrones? (b) Si la masa de un electrón es me = 9, 11 x 1 o-31 kg, ¿cuál será la masa de 1 kmol de elec- trones? (e) ¿Cuál será la carga total de 1 kg de electrones? (d) Imagine- mos dos cuerpos, cada uno de ellos compuesto de solamente 316 kg de electrones, separados a una distancia entre sí de 60 Re, en donde Re = radio de la Tierra ::::: 6400 km. ¿Cuál sería la fuerza electrostática entre estos cuerpos? (e) Hallar la atracción gravitatoria entre la Tierra y la Luna si su separación es 60Re y la masa lunar es M 1 = 7,41 x 1022 kg. 926 Solución (a) q (b) (e) (d) (e) m q F F - -N,e -6.02 X 1o~h X 1.6 X 1 O ,., C -9.63 X 107 C 5.48 X 1 O J kg (-9.63 X 1o··c/kmol) ( 5 _ 48 ~ l0 J kmol/kg )(lkg) - 1.76 X 10" C 1 (q!) - 4-irt 0 rJ 1.88 X 10'0 N 9_0 X IO'' X 016 X 1.76 X 10'')·' (3.84 X IO"f La moraleja de todos estos cálculos es que las fuerzas electrostáticas son muy grandes encomparación con las fuerzas gravitatorias. Si tanto la Tierra como la Luna se sustituyeran por sendos cuerpos compuestos única- mente por 316 kg de electrones, la fuerza electrostática entre estos cuer- pos sería del mismo orden de magnitud que la fuerza gravitatoria que existe entre la Tierra y la Luna realmente. Así pues, el hecho de que la es- tructura del sistema solar esté determinada gravitatoriamente es una prueba excelente de que el sistema solar es eléctricamente neutro -resultado que puede extrapolarse al resto del universo. De aquí que su- pongamos que la carga eléctrica total del universo se conserva y es igual a cero. Ejemplo 16.4 ¿Cuál es el factor de conversión entre culombios y statcu- lombios? Solución Según las ecuaciones [26.4) y [26.5], la fuerza entre dos cargas de 1 culombio distantes 1 metro entre sí es F 8.98742 X 10" N 8.98742 X 10" dinas Utilizando la ecuación [26.3], podemos considerar este valor como la fuerza que se ejerce entre dos cargas distantes 100 cm y hallar así el valor de 1 C de carga expresado en statculombios: 8.98742 X 10·• dinas = Por consiguiente, lq'I statC' IOJ cm) IC 2.9979 X 10'' statC o q = 2.9979 X 10'' statC [26-6) Carga y fuerza eléctrica Carga y fuerza eléctrica 927 Como originalmente se dedujo el statculombio por conveniencia a la hora de describir los experimentos de laboratorio, es evidente que el culombio debe ser una carga increíblemente grande para las mediciones electrostá- ticas. Esto se debe al hecho de que el culombio se deriva del amperio, unidad muy práctica para la medida de corrientes eléctricas típicas. Es in- teresante y útil señalar que el factor de conversión de la ecuación (26.6] es exactamente 10 !el, en donde !el es el valor numérico de la velocidad de la luz cuando se expresa en metros por segundo. Como veremos en el capítulo 41, esto no es una simple coincidencia. 26.4 Deducción teórica de la ley del inverso de los cuadrados Diecinueve años antes de que Coulomb llevara a cabo sus ensayos y pruebas directas de la ley de la fuerza electrostática, Franklin anunció a Priestley que había sido incapaz de detectar fuerza alguna electrostática actuando sobre un cuerpo encerrado dentro de un recipiente de metal cargado. Priestley confirmó esta importante observación. Recordando la demostración teórica de Newton de que una corteza uniforme de materia no ejerce ninguna fuerza gravitatoria sobre un cuerpo situado en su inte- rior si (y únicamente si) es válida la ley del inverso de los cuadrados (ver sección 13.3), Priestley infirió que es válida para las fuerzas electrostáti- cas la misma ley. Varios años después, Cavendish dedujo independientemente la ley del inverso de los cuadrados mediante un razonamiento semejante. En pri- mer lugar llevó a cabo un experimento como el de Franklin y Priestley con un aparato semejante en principio al indicado en la figura 26. 7. Se encierra un cuerpo conductor en un cuerpo hueco conductor, estando Fig. 26. 7 Características esenciales del aparato del cubo de hielo de Faraday modificado. (Se dibujan los dos conductores como esferas concéntricas para simplificar la interpreta- ción matemática del experimento.) ambos aislados entre sí. Se le da una carga al conductor exterior. Si a continuación se hace pasar un hilo a través de un pequeño orificio abier- to en el mismo de modo que conecte eléctricamente ambos conductores, 928 Carga y fuerza eléctrica no se observa ninguna disminución de carga del conductor externo, ni. aparece tampoco ninguna carga en el conductor del interior. Como no se produce ninguna transferencia de carga en ningún sentido al conectarse los dos conductores, Cavendish razonó que no debía existir ninguna fuerza eléctrica debida a estas cargas externas sobre un cuerpo cargado situado en un punto cualquiera del espacio cerrado. La prueba de Cavendish supone que el conductor cargado hueco es una esfera y que un cuerpo de carga q situado en un punto cualquiera P en el interior de la esfera es suficientemente pequeño como para conside- rarse como una partícula (ver figura 26.8). Imaginemos que se dibujan líneas rectas que pasan por el punto P y que dividen a la totalidad del es- pacio interior en parejas de conos. Sean dA 1 y dA 2 las áreas de las bases que dos de estos conos infinitesimales cortan en la superficie de la esfera. Sean r 1 y r2 las distancias respectivas de estas bases a P. Sea a el ángulo entre una de estas bases cualquiera y un plano dibujado perpendicular- mente al eje de los conos. Fig. 26.8 Diagrama geométrico para la prueba indirecta de la ley del inverso del cuadrado. Por simetría, la carga situada originalmente sobre la esfera conducto- ra debe distribuirse uniformemente sobre la superficie exterior, debido a la repulsión mutua. Por consiguiente, si a es la densidad superficial de carga (o carga por unidad de área), entonces las cargas infinitesimales so- bre los elementos de área dA 1 y dA 2 son a dA 1 y a dA 2, respectivamente. Se sabe que la fuerza electrostática entre dos partículas cargadas es cierta función inversa de la distancia, de modo que supondremos que esta fun- Carga y tuerza eléctrica ción es de la forma 1/rn. Entonces la fuerza F 1 que a dA 1 ejerce sobre la carga q en P es _l (qu~A,) 41rE0 r 1 [26. 7) mientras que la fuerza de sentido opuesto F2 debida a adA 2 es [26.8) Pero las pruebas experimentales demuestran que la fuerza total ejercida por las cargas externas sobre una carga situada en un punto cualquiera dentro de la esfera es cero. Por consiguiente, los valores de F1 y F2 deben ser iguales en cada pareja de conos. De aquí que, según las ecuaciones [26.7) y [26.8), [26.9) Podemos describir el par de conos diciendo que cada una de las áreas dA I y dA 2 subtienden en P el ángulo sólido infinitesimal díl dA 1 cosa rf dA 2 cosa r~ [26.10) en donde dA I cos a y dA 2 cos a son las proyecciones respectivas de dA I y dA2 sobre el plano perpendicular al eje de los conos. La unidad utilizada para describir los ángulos sólidos es el estereorradián (sr), según la cual una esfera subtiende un total de íl A r2 41r sr El ángulo sólido medido en estereorradianes es la analogía tridimensional del ángulo medido en radianes (que se definen mediante dO = ds/r). Dividiendo la ecuación [26.9) por la ecuación [26.10) se tiene [26.11) En el caso general, r1 * r2 , de modo que el único valor de n que satisface siempre a la ecuación [26.11) es n = 2. Así pues, la fuerza de Coulomb debe ser inversamente proporcional a la distancia al cuadrado. Estimando la menor carga que detectaría su electroscopio, Cavendish obtuvo un valor experimental de n = 2,00 ± 0,02. Faraday repitió el ex- perimento a escala mayor en 1836 utilizando una caja conductora con una carga más elevada y utilizando el instrumento más sensible de que se disponia entonces y fue incapaz de detectar fuerza alguna electrostática 929 930 Carga y fuerza eléctrica en el interior de la caja. Maxwell, empleando una forma refinada del aparato indicado en la figura 26. 7, redujo la incertidumbre de la determi- nación de Cavendisch a ± 1/21 600. Un experimento más reciente rea- lizado con modernos instrumentos de elevada precisión reduce la incerti- dumbre a sólo ± 2 x 10-9• Además, se ha demostrado que la ley del inverso de los cuadrados es válida a distancias de muchos kilómetros, mientras que los experimentos de Ernest Rutherford (ver la siguiente sec- ción) muestran que es válida hasta dentro de 1 O/o a distancias tan peque- ñas como 10-15 m. (Y las colisones positrón-electrón indican a su vez la validez de esta ley a distancias menores que 10-17 m.) 26.5 Carga y átomo Terminamos este capítulo de introducción con un modelo simplificado de la estructura del átomo que nos proporcionará una base adecuada para posteriores estudios. A mediados del siglo pasado, quedaron bien estable- cidos por los químicos los pesos atómicos y entonces pudo estimarse
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