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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ACATLÁN 
 
ALFONSO REYES: FORJADOR DE INSTITUCIONES. 
CATÁLOGO DESCRIPTIVO DE LA SECCIÓN DOCUMENTAL 
ALFONSO REYES DEL ARCHIVO HISTÓRICO DE 
EL COLEGIO DE MEXICO 
 
TESINA 
QUE PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE 
LICENCIADO EN HISTORIA 
P R E S E N T A 
 
ELIZABETH DIANA ROJAS AVILA 
ASESOR: MTRA. GRACIELA GAYTÁN HERRERA 
JUNIO 2011 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
 
 
- 2 - 
 
 
ALFONSO REYES 
 
 
 
- 3 - 
AGRADECIMIENTOS 
Mi más sincera gratitud a todas las personas que formaron parte indispensable en 
este proyecto, desde su inicio, cuando sólo era una idea la que poco a poco fue 
tomando forma, para finalmente tenerlo concluido el día de hoy. 
Es importante reconocer a quienes originalmente despertaron en mí el amor 
e interés hacia la historia, y aquellas que me orillaron y guiaron en el estudio de 
Alfonso Reyes y El Colegio de México. Agradezco también a las instituciones que me 
formaron y de las que he recibido todo el apoyo necesario: a la UNAM 
especialmente a la Fes-Acatlán y a El Colegio de México. 
En general a todos los que me instruyeron, guiaron, enseñaron, 
acompañaron, motivaron, aconsejaron, leyeron, revisaron, comentaron, trabajaron 
a mi lado, y sobre todo confiaron en mí. 
En especial otorgo mi agradecimiento a: 
A mis padres 
A mis hermanos: Angélica, Roberto, Laura y Raúl. 
A mis maestros y guías: Graciela Gaytán, María del 
Rayo González y Citlalitl Nares. 
A mis lectores: Rosalía Velázquez, Manuel 
Ordoñez, Martha Loyo y Alicia Puga. 
A mis amigos y compañeros 
A Adrián 
 
 
 A todos ellos les dedico éste mi primer trabajo. 
 
 
- 4 - 
Í N D I C E 
 
 
Prefacio 5 
 
Presentación 7 
Metodología 12 
Estudio Introductorio: “Alfonso Reyes: formación, experiencia y legado La 
Casa de España en México y El Colegio de México 20 
I. Antecedentes y vínculos familiares: entre la política y la milicia. 22 
II. Formación personal y académica 26 
III. Situación nacional e inicio de la tragedia familiar: Alfonso Reyes 
abandona su patria 34 
IV. Exilio “voluntario”, misiones diplomáticas: su estancia en Europa 
 42 
V. Años mejores: su experiencia en Sudamérica: Brasil y Argentina 
 54 
VI. Retorno definitivo, un nuevo reto: La Casa de España en México y 
El Colegio de México 
 63 
Conclusiones 
 102 
Fuentes y bibliografía 
 107 
 
Anexo 
 
Catálogo Descriptivo de la sección documentada 
 "ALFONSO REYES", del Archivo Histórico de El Colegio de México 
 
 115 
 
 
- 5 - 
PREFACIO 
Los repositorios documentales, es decir los archivos son: “la memoria 
institucional de la sociedad”,1 por lo tanto son la fuente de información 
primordial, y su valor es incalculable, ya que contiene en cada uno de sus 
documentos el testimonio del momento en que fueron generados, así como el 
propósito para el cual fueron creados, estas características son las que permiten 
a los estudiosos la reconstrucción de los hechos, por lo que se convierten en la 
parte medular de las investigaciones históricas. 
El archivo es una desgarradura en el tejido de los días, el bosquejo realizado 
de un acontecimiento inesperado. Todo él está enfocado sobre algunos 
instantes de la vida de personajes ordinarios, pocas veces visitados por la 
historia, excepto si un día les da por reunirse en muchedumbre y por construir 
lo que más tarde se denominará la historia.2 
Cuando estas fuentes de información no están sistematizadas u 
organizadas y carecen del trabajo técnico necesario para que el historiador las 
interprete y analice, el proceso de la reconstrucción de la historia se dificulta o 
simplemente no se puede hacer; pues los documentos por sí solos no escriben 
páginas de historia, ni dan todas las respuestas. Sólo cuando el historiador apela 
a ellos, es cuando adquiere su verdadero valor: “sin historiador no hay historia, 
pero sin archivos, bibliotecas y centros documentales en donde buscar y 
seleccionar información, tampoco habría ni historia ni historiadores”.3 
Durante este proceso de reconocimiento de fuentes y de la exposición del 
trabajo, el historiador se encuentra con una doble tarea: la de buscar, catalogar y 
clasificar los documentos donde respalda su investigación. La segunda tarea, 
 
1
 Mario Camarena y Lourdes Villafuerte, “Los archivos y la lectura en el oficio del historiador”, en Los 
andamios del historiador. Construcción y tratamiento de fuentes, México, Archivo General de la 
Nación, 2001, p. 194. 
2
 La atracción del Archivo, Valencia, Ediciones Alfons el Magnánim/Institució Valeciana D’estudis i 
investigación, 1991, p. 11. 
3
 Ibid., p. 193. 
 
 
- 6 - 
consiste en crear, organizar, interpretar, redactar y presentar su trabajo. Es por 
estas razones que el historiador incursiona en actividades de archivo, pues en 
muchos casos no existen las herramientas necesarias para llevar con éxito su 
labor, por lo que decide participar en la elaboración de inventarios, instrumentos 
de consulta, catálogos y así solucionar él mismo el problema, y a su vez estas 
actividades le permiten conocer más a fondo el tema de estudio; obtiene más 
información de la que buscaba en primera instancia, le facilita su trabajo y lo 
ayuda a respaldar su investigación ampliamente, para finalmente dejar 
herramientas para auxiliar a otros investigadores quienes estudien otros temas 
que giren alrededor de los mismos documentos. 
Actualmente la apertura de algunos archivos históricos y el trabajo que se 
realiza dentro de ellos para dar a conocer su acervo, ha generado que tanto 
historiadores como otros estudiosos de áreas afines comiencen a interesarse en 
el uso de estos acervos y sobre todo en la participación de las tareas internas del 
archivo, la finalidad es rescatar y revalorizar documentos que se encontraban 
olvidados o mal trabajados, y se diversifiquen más investigaciones con otras 
perspectivas. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
- 7 - 
PRESENTACIÓN 
Alfonso Reyes, además de ser un gran prosista y 
de haber conciliado cosas difíciles, disímiles, 
como su gran erudición académica y al mismo 
tiempo la ligereza de cronista y de haber 
cultivado prácticamente todos los géneros con 
la misma excelencia, supo dar a México, su tierra 
natal, al mundo, y traer al mundo a México. 
Mario Vargas Llosa (2011) 
 
El arribo a México de gran cantidad de ciudadanos españoles entre 1938 y 1940, 
fue consecuencia del estallido de la Guerra Civil Española y, sobre todo de la 
política humanitaria y de asilo del presidente Lázaro Cárdenas. Entre los 
españoles que llegaron a nuestro país contamos niños, mujeres y hombres de 
edades, oficios, ocupaciones y profesiones diversas. Destacan por su importancia 
un reducido grupo de ellos. Un grupo de élite exclusivamente seleccionado e 
invitado, a los que se les calificó como intelectuales, el que estaba integrado por 
filósofos, literatos, historiadores, sociólogos y científicos. Este grupo además de 
haber sido auxiliado e integrado a la sociedadmexicana, se les asignó un 
proyecto especial: continuar con su labor académica, interrumpida por la guerra 
y enriquecer la cultura mexicana, se les destinó a La Casa de España en México 
para albergarlos y organizar sus actividades. Dicha institución fue concebida y 
creada por Daniel Cosío Villegas quien la dirigió en sus primeros meses, pero 
quien no podía hacerse cargo completamente de ella. Era una institución nueva y 
sin precedente, por lo que su dirección debía ser cuidadosamente asignada. 
La persona que estuviera al frente de ella debería contar con 
determinadas características, pues el cargo no era sencillo y su misión era de 
suma importancia, su calidad profesional debía estar a la par de los intelectuales 
que debía dirigir, también debería tener una amplia visión y una experiencia 
administrativa que resultara benéfica para esta joven institución. No fue sino 
 
 
- 8 - 
hasta abril de 1939, ocho meses después de creada, que el presidente Lázaro 
Cárdenas nombró Alfonso Reyes al frente de esta empresa. Reyes era la persona 
que reunía las características necesarias para tomar dicho cargo; contaba con 
amplia experiencia de más de 20 años al servicio exterior mexicano donde 
cumplió cabalmente sus comisiones diplomáticas, adicionando algunas 
actividades culturales. Durante su labor por Europa y Latinoamericana, se 
consolidó como un conocido y destacado escritor y humanista, conocía a los 
miembros de La Casa de España, pues trabajó y entabló relaciones de amistad 
con algunos de ellos, también compartía la experiencia de sentirse exiliados y 
fuera de su patria. 
Al frente de ya esta institución y desde las primeras medidas que tomó 
comenzó a delinear y conferirle su singularidad personalidad, para finalmente 
darle sus bases, fortalecerla y conformarla como una institución estable y que 
hasta la actualidad cumple con una labor académica de mucha importancia. 
 La memoria de la gestión de Alfonso Reyes en La Casa de España y su 
institución sucesora El Colegio de México, se encuentran al resguardo de El 
Archivo Histórico de El Colegio de México (AHCM), en la subsección que lleva su 
nombre. 
Consciente de su importancia institucional y academia el AHCM desde 
hace varios años ha llevado una importante labor de rescate, estabilización y 
sobre todo de difusión de su acervo documental, poniendo principal atención de 
sus secciones institucionales. Al frente de este proyecto se encuentra su 
directora Citlalitl Nares Ramos, que en conjunto con El Colegio y otras 
instituciones han realizado intensamente esta labor. 
Dentro de este proyecto se comenzó a trabajar uno de los fondos más 
representativos para El Colegio de México, me refiero a la subsección “Alfonso 
 
 
- 9 - 
Reyes”, acervo que como ya se mencionó contiene la documentación de la 
administración de Reyes como presidente y fundador de ésta institución. Tales 
documentos me fueron asignados para trabajarlos como parte de mis actividades 
de prestadora de servicio social y posteriormente como becaria del AHCM, el 
objetivo era elaborar una herramienta útil de consulta para este acervo 
documental. El resultado fue la elaboración del “Catálogo descriptivo de la 
sección documental Alfonso Reyes de El Archivo Histórico de El Colegio de 
México”, el que forma parte esencial éste trabajo y se encuentra en versión 
digital en CD en el anexo. 
 Una vez terminado y presentado el catálogo y al darme cuenta de su 
riqueza documental contenida, decidí presentarlo como trabajo de titulación, 
que además del catálogo cuenta con un estudio introductorio titulado “Alfonso 
Reyes: formación, experiencias y legado La Casa de España y El Colegio de 
México”, en el que a través de un esbozo biográfico de Reyes se pretende ubicar 
al investigador, en su administración al frente de La Casa y El Colegio, con el fin 
de que se entienda el proceso de su creación y evolución, ya que por medio de la 
historia de las instituciones, ya sean especializadas, de investigación o de 
docencia, podemos conocer el ámbito cultural de nuestra historia y de sus 
múltiples manifestaciones y niveles, por ser éstas las que crean, transmiten y 
estimulan nuestra cultura.4 
 El objetivo de este estudio es ayudar al investigador a contextualizar los 
datos, para que no se pierda en ese mar de documentos y pueda valorarlos sin 
restarle importancia al verlos aislados, pues las conexiones entre cada 
expediente genera una visión completa de lo que fue la gestión alfonsina y al 
 
4
 Clara E. Lida, José Antonio Matezans, Beatriz Moran, “Las instituciones mexicanas y los 
intelectuales españoles refugiados: La Casa de España en México los Colegios del exilio”, en José Luis 
Abellan y Antonio Monclús coordinadores, El pensamiento Español contemporáneo y la idea de 
América, Madrid, Anthropos Editorial, 1989, p. 81. 
 
 
- 10 - 
mismo tiempo se pretende estimular a otros investigadores a realizar nuevos 
estudios con otros panoramas y perspectivas. 
 Son seis los apartados del estudio preliminar donde se van rescatando 
aquellas actividades de la vida de Reyes que le fueron de utilidad en la dirección 
de La Casa y El Colegio: 
1) Antecedentes y vínculos familiares: entre la política y la milicia, 
capítulo donde se rescata su legado familiar, los nexos de ésta con la 
política y el ejército que orillaron a Alfonso Reyes a optar por otro 
camino, el de las letras. 
2) Formación personal y académica, versa sobre sus estudios básicos y 
su estancia en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, pero sobre todo 
su integración al Ateneo de la Juventud, sus primeras publicaciones, y 
su incursión y aceptación en el mundo cultural de la ciudad de México. 
3) Situación nacional e inicio de la tragedia familiar: Alfonso Reyes 
abandona su patria, etapa muy difícil y dolorosa para Alfonso (las 
circunstancias de la muerte de su padre), que lo orillan a dejar México y 
comenzar a forjar su propio destino, lejos de su familia pero sin poder 
deshacerse del legado político de su padre y hermano. 
4) Exilio voluntario, misiones diplomáticas: su estancia en Europa, a la 
corta edad de 24 años Alfonso Reyes sale de México rumbo a Europa y 
comienza de cero, su estancia en Francia y España lo convirtieron en un 
verdadero humanista e influyeron en el despegue de su exitosa carrera 
diplomática. 
5) Años mejores, su experiencia en Sudamérica: Brasil y Argentina, su 
maduración como diplomático y escritor. Su consolidación en la política 
mexicana y latinoamericana, su deseo por estabilizarse. 
 
 
- 11 - 
6) Retorno definitivo, un nuevo reto: La Casa de España en México y El 
Colegio de México, los últimos 20 años donde logró consolidarse como 
el más ilustre escritor y un excelente administrador, cuyo legado 
literario y cultural, permiten su tarea al frente de El Colegio de México y 
el comienzo de la publicación de sus Obras Completas. 
Particularmente el estudio introductorio y catálogo resolverán problemas 
de sistematización de información y guiarán de manera óptima y sencilla al 
investigador en busca de información, sólo resta que historiadores e 
investigadores de otras áreas apelen a este acervo para diversificar y analizar 
sobre muchos temas y varias perspectivas. Si bien es cierto algunos documentos 
ya han sido estudiados y son conocidos, se limitan a un número reducido de 
estudios, además, de que sólo han documentado la reconstrucción de La Casa de 
España y de El Colegio México, siendo que estos documentos contiene 
abundante información de diversa índole y que aún no han sido trabajados. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
- 12 - 
METODOLOGÍA 
Desde su fundación, La Casa de España y su sucesor El Colegio de México, se han 
preocupado por la conservación y valoración de los documentos, sobre todo los 
emanados de su propia conformación institucional. Un ejemplo representativofueron las gestiones tempranas para formar su biblioteca y el inmediato 
resguardo de la documentación generada por esta, información que da fe y 
testimonio de su evolución. Lo que derivó en la constitución de cuatro secciones 
documentales iniciales:5 
1. Daniel Cosío Villegas: reúne la documentación relativa a la fundación de 
La Casa de España, la vida de sus miembros, las actas del Patronato, las 
primeras actividades, así como su correspondencia personal cuando 
fungía como secretario y posteriormente como presidente de El Colegio. 
2. Alfonso Reyes: cuyo contenido constituye el objeto de este estudio, y el 
catalogo de esta sección, en el anexo al final de este estudio. 
3. Fondo Antiguo renombrada hace tres años como La Casa de España: 
incluye los expedientes de los miembros de ésta institución; currícula, 
programas de cursos, temarios, borradores de textos, correspondencia 
con las autoridades de El Colegio de México con otras instituciones 
4. Silvio Zavala: testimonio de correspondencia personal, y académica de 
cuando era miembro de El Colegio hasta su gestión como presidente. 
Actualmente el trabajo en el Archivo Histórico de El Colegio de México se ha 
intensificado y se han recuperado importantes documentos que complementan 
los anteriores, es el caso del rescate de las secciones de cada uno de los Centros 
de investigación, como El Centro de Estudios Históricos, Centro de Estudios 
Sociales, Centro de Estudios Lingüísticos, Centro de Estudios Internacionales, 
 
5
 Alberto Enríquez Perea, El Archivo Histórico de El Colegio de México, en Boletín Editorial, México, El 
Colegio de México, núm. 78, marzo-abril 1999, p. 3. 
 
 
- 13 - 
Centro de Estudios de Asia y África, la documentación de Víctor L. Urquídi y 
Raimundo Lida, ambos presidentes de El Colegio de México. 
A ello se han agregado otros acervos que también el AHCM han puesto 
empeño para recuperar, organizar y difundir como parte de su política que busca 
contribuir a las labores de investigaciones en México, en este aspecto 
encontramos la documentación de “Los hermanos Flores Magón”, “Adriana Vidal 
de Vidalta”, “Eduardo Villaseñor”, “Ramón Beteta”, por mencionar algunos. 
 El acervo que nos ocupa es el de Alfonso Reyes organizado en 28 cajas, 
con 898 expedientes, divididos en 14 series, el número de fojas corresponde a 
10,435. Como ya se mencionó esta sección es una de las más importantes dentro 
del AHCM, pero que al igual que las anteriores mantenían limitaciones a su 
consulta por la falta de sistematización y organización, pues estos documentos 
antes de conformar una sección y de ser depositados en el Archivo Histórico, se 
encontraban dispersos en diferentes áreas de El Colegio: en la biblioteca, en el 
área de Recursos Humanos, en la de Servicios Escolares, e incluso algunos de 
estos documentos se encontraban dentro de un archivo en activo.6 
Significativamente la recuperación de este acervo y su valoración se relaciona 
directamente con la preocupación de sus primeros miembros y directores, 
dedicados a la investigación y el aprecio a los acervos documentales. 
 La reunión y organización de la sección que nos atañe, al igual de las todas 
las secciones de Archivo Histórico se rigen en lo posible, bajo la Norma 
Internacional General de Descripción Archivística ISAD (G),7 misma que consigna 
seis elementos obligatorios de descripción: 
 
6
 Clara Lida, José Antonio Matesanz, Josefina Zoraida Vázquez, La Casa de España y El Colegio de 
México. Memoria 1938-2000, México, El Colegio de México, 2000, pp. 21-28. 
7
 Cuadernos del Archivista, Norma Internacional General de Descripción Archivística ISSAD (G), 
México, Archivo General de la Nación, 1997, pp. 10; ISAD (G): Norma Internacional General de 
Descripción Archivística. Adoptada por el Comité de Normas de Descripción, Estocolmo, Suecia, 19-
 
 
- 14 - 
a) Área de identificación (donde se incluye información esencial para 
identificar la unidad de descripción). 
b) Área de contexto (se refiere a la información sobre el origen y custodia de 
la unidad de descripción). 
c) Área de contenido (contiene información sobre el tema principal de los 
documentos y la organización de la unidad de descripción). 
d) Área de acceso y utilización (especifica información acerca de la 
disponibilidad de la unidad de descripción). 
e) Área de documentación asociada (se refiere información acerca de los 
documentos que tienen una relación importante con la unidad de 
descripción). 
f) Área de notas (contiene información auxiliar y la que no puede incluirse 
en otras áreas). 
 Siguiendo éstas reglas de metodología se ha conformado la elaboración 
de una ficha catalográfica, para efectos de este acervo documental se realizó por 
cada expediente, la ficha que contiene los diferentes campos de información que 
ayudan al lector a tener una mejor sistematización y acercamiento a los datos, 
con el fin de auxiliarlo en su búsqueda. 
 Un ejemplo de la ficha catalográfica enumerando cada campo, en la 
página siguiente. 
 
 
 
 
 
 
22 septiembre 1999 (Versión española de Asunción de Navascués Benllonch…), segunda edición, 
Madrid, Subdirección de los Archivos Estatales, 2000, y Margarita Parra Betancour, Notas del Curso-
Taller, Organización de Archivos, impartido en El Colegio de México, julio 2009. 
 
 
‐ 15 ‐ 
 
 
ARCHIVO HISTÓRICO DE EL COLEGIO DE MÉXICO 
FICHA CATALOGRÁFICA 
 
 
 
FONDO: El Colegio de México (1) CAJA: (7) 
SECCIÓN: Archivos Institucionales (2) EXPEDIENTE: (8) 
SUBSECCIÓN: Alfonso Reyes (AR) (3) FOJAS: (9) 
TEMA: (4) 
SUBTEMA: (5) 
FECHA/PERIODO: (6) 
 
 
 
 
DESCRIPCIÓN 
DEL EXPEDIENTE: (10) 
 
 
 
 
DESCRIPCIÓN 
PERSONA: (11) 
 
 
 
 
DESCRIPCIÓN 
INSTITUCIÓN: (12) 
 
 
 
 
 
 
 
OBSERVACIONES: (13) 
 
 
 
ELABORACIÓN REVISIÓN No. de ficha 
(14) (15) (16) 
 
 
 
- 16 - 
Descripción y definición de cada campo de la ficha catalográfica: 
1. Tema: también conocido como serie. Corresponde al conjunto de 
documentos producidos en el desarrollo de una misma actividad que 
versa sobre una materia o asunto específico, en nuestro acervo contamos 
con 14 series o temas diferentes: 
 Correspondencia 
 Peticiones 
 Correspondencia Personal 
 Seminario sobre la Guerra 
 Seminario sobre América Latina 
 Seminarios Varios 
 Instituciones Educativas y Culturales 
 Correspondencia con Organismo Extranjeros 
 Correspondencia con Embajadas 
 Grupo “Smith College” 
 “The Cornegie Endowment for International Peace” 
 Boletines de la Capilla Alfonsina 
 Artículos y homenajes a Alfonso Reyes 
 Trabajos de Alfonso Reyes en periódicos y revistas 
2. Subtema: también se identifica como subserie, se refiere a una segunda 
división que nos ayuda a especificar de manera más práctica los 
documentos, un ejemplo representativo es la Serie Correspondencia, la 
“subserie A-C”, lo que quiere decir que esa caja contiene remitentes con 
apellidos de la A a la C específicamente. 
3. Fecha/periodo: en este apartado recopilamos los datos de la fecha en que 
fue generado el documento, cuando es más de uno se organiza 
 
 
- 17 - 
cronológicamente y se registran las fechas extremas: 1939-1942, o si la 
documentación fue emitida sólo en un mes, registramos, mes y años: 
septiembre 1957, y si se cuenta con un solo documento podemos rescatar 
la fecha exacta, día, mes, años: 12/febrero/1945. 
4. Caja: se registra el número de caja a que corresponde, para éste acervo se 
enumera de la caja 1 a la 28. 
5. Expediente: es una unidad formada por uno o más documentos 
generados o recibidos por una persona o institución, en la resolución de 
un mismo asunto, losdocumentos de un expediente se interrelacionan 
entre sí y se acumulan de manera natural y cronológicamente, para esta 
subsección se cuentan con 898. 
6. Fojas: corresponden a cada uno de los elementos que conforman un 
expediente, su soporte puede variar de material (hoja bond, papel 
cebolla, cartón, papel fotográfico), al igual que su tamaño, pero se cuenta 
cada elemento que contenga información escrita o gráfica. 
7. Descripción expediente: parte esencial de la ficha, pues en este apartado 
se registra un resumen del contenido del expediente, es decir se rescata el 
asunto, sistematizando la información de manera concisa y concreta para 
que el lector comprenda la idea general a que se refiere el documento y 
pueda valorar si es conveniente revisar el documento original. En este 
apartado se registra entre corchetes y paréntesis información extra, 
aquella que no se incluye en el documento pero que se investigó para la 
comprensión del texto. 
8. Descripción persona: lugar donde se rescata y se consignan todos los 
nombres de las personas que se encuentran involucradas en el 
documento, sean o no remitentes, pero se mencionen en el cuerpo del 
 
 
- 18 - 
texto, también se usaron corchetes para hacer aclaraciones respecto al 
nombre completo de la persona en cuestión. 
9. Descripción institución: espacio en el que se señalan los nombres de las 
instituciones ya sean educativas, culturales o empresas particulares, que 
intervienen en el contenido del documento, de igual modo se usaron 
corchetes y paréntesis para la información complementaria. 
10. Observaciones: en este espacio se consigna datos adicionales para la 
mejor comprensión del documento, especialmente se especificó el tipo de 
documento: si son telegramas, informes, fotografías, dibujos. También 
aclara el estado del material y se trata de un impreso, manuscrito, 
mecanuscrito, si su escritura estaba en otro idioma, datos aclaratorios y 
una valoración de estado del documento. 
11. Elaboración: lugar donde se consigna las iniciales del nombre completo de 
la persona quien realizó la ficha, así como la fecha de cuando la elaboró. 
12. Revisión: como el dato anterior, en este espacio se registra las siglas de la 
persona quien reviso el contenido y orden de la ficha, así como la fecha 
que se realizó esta tarea, sin embargo a partir de la caja 3 este espacio 
sólo consigna las iniciales de quien realizó la revisión. 
13. No. de ficha: en este apartado se le asignó un número a cada ficha, 
aunque sabemos que son 898 en total, se colocó un número de ubicación 
el que indica el número de caja y el número de expediente. Es decir el 
número de la ficha 0101, los dos primeros dígitos indican la caja y los 
siguientes dos de expediente por lo que dicho número corresponde a la 
caja 1 y expediente 1, si el número de ficha es 1323 entendemos que la caja 
es la 13 y el expediente es el 23. 
 
 
 
- 19 - 
El proyecto se realizó en dos etapas: la primera fue de ordenación y 
estabilización; se efectuaron labores de corroboración de datos, reparación de 
documentos, cambio de soporte, de cajas y de etiquetas, para concluir con la 
creación de un inventario y de un instrumento de consulta interno, lo que 
permitió conocer el material y temas que lo integran, así como la sistematización 
y técnica del trabajo de archivo. 
En la segunda etapa se desarrolló la catalogación del acervo, esta 
actividad fue la más significativa e importante y también en la que se invirtió más 
tiempo, pues se comenzó con la lectura de cada una de las fojas para someterla a 
un análisis y para extraerle información esencial con el fin de obtener una 
descripción acertada de su contenido, en algunos casos fue necesario buscar 
información externa, para que la comprensión del documento fuera íntegra. En 
esta etapa se logró conformar un catálogo descriptivo de 898 fichas que dan 
cuenta de la administración de Alfonso Reyes al frente de El Colegio de México, y 
que permite comprender la manera de cómo Reyes fue forjando y fortaleciendo 
una institución que trascendió hasta nuestro días, gracias a una inteligente 
dirección, con visión a futuro y fundada en un momento de convulsiones 
internacionales y pocas garantías para la gestación de instituciones académicas. 
También es indispensable dar a conocer el funcionamiento y las primeras 
actividades de esta institución, las contribuciones a la educación y cultura 
mexicana por parte de los exiliados españoles y del ímpetu de Reyes en la vida 
intelectual y cultural de México. Es decir durante la lectura y análisis de las más 
de 10,000 fojas se logra comprender el vínculo de identidad de Alfonso Reyes y El 
Colegio de México. 
 
 
 
 
 
- 20 - 
ALFONSO REYES: FAMILIA, FORMACIÓN, EXPERIENCIA Y LEGADO (LA CASA DE 
ESPAÑA Y EL COLEGIO DE MÉXICO) 
 
Alfonso Reyes fue uno de los principales escritores mexicanos del siglo XX. En 
rigor, fue mucho más que eso: también destacó como un diplomático y 
humanista capaz y dedicado; por si esto fuera poco, su experiencia, su visión y su 
cosmopolitismo lo convirtieron en un intelectual completo y en un hombre 
pragmático creador de instituciones y gran servidor del país. 
El objetivo de estas páginas es presentar un esbozo de la vida de Alfonso 
Reyes que nos permita descubrir su pluralidad intelectual, sus diferentes facetas 
y comprender de manera clara la última etapa de su vida: la de gestor y creador 
institucional, es decir, la de presidente de El Colegio de México. Para poder 
resolver satisfactoriamente este último punto es necesario ir deshebrando y 
descubriendo aquellas actividades y experiencias que hicieron posible su 
determinante administración y que le permitieron forjar y sentar las bases de lo 
que hoy es El Colegio de México. 
La referencia bibliográfica de Alfonso Reyes es vasta, destacan por su 
abundancia: libros, artículos, reseñas, antologías, ensayos, crónicas, 
anecdotarios, ediciones de homenaje,8 todos éstos, producto tanto de su 
actividad literaria, de su misión diplomática, así como de sus relaciones 
personales y profesionales con diferentes intelectuales nacionales y extranjeros 
que derivó en un cúmulo epistolar significativo. Su biografía es bien conocida y 
está muy bien estudiada. Sin embargo, existen dos obras angulares que nos 
permiten acercarnos mejor a la vida de Alfonso Reyes: la primera es un texto de 
su nieta Alicia Reyes, cuya particularidad es presentarnos la biografía 
 
8
 Un estudio bibliográfico de 1974 recopiló más de 3, 000 obras sobre Alfonso Reyes, a la fecha por 
obvias razones este número ha sido rebasado. véase James Willis Robb, Repertorio biográfico de 
Alfonso Reyes, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1974. 
 
 
- 21 - 
acompañada de evocaciones, relatos, anécdotas familiares, y experiencias 
personales.9 El otro estudio, es del historiador Javier Garciadiego que nos 
presenta un análisis acertado de las etapas biográficas de Alfonso Reyes, así 
como su contexto político y social, apoyado en una investigación académica muy 
rica en información de archivos y bibliografía.10 
No hay que prescindir del testimonio directo de Reyes, pues como todo 
escritor su obra literaria está marcada por sus experiencias personales y su 
contexto. A pesar de que no dejó un libro autobiográfico, sí podemos ir 
rastreando aquellos escritos que son representativos o bien directamente 
manifiestan alguna etapa de su vida, entre los ejemplos más destacados 
podemos encontrar: “Parentalia”, “Albores”, “Historia documental de mis 
libros”, “Pasado Inmediato”, “Vísperas de España”, “Rumbo al sur” por 
mencionar los más citados e importantes.11 Otra actividad de Reyes en la que nos 
podemos apoyar es su hábito epistolar, que da cuenta de la gran cantidad de 
amistades, de sus relaciones tanto personales como profesionales, además de su 
inevitablenecesidad de tener noticias de sus amigos y la situación política de 
México y del mundo.12 Por si no fuera poco tal legado, Alfonso Reyes también 
dedicó tiempo para escribir “un diario de datos” como él mismo lo calificó, para 
 
9
 Alicia Reyes, Genio y Figura. Alfonso Reyes, Argentina, Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1976. 
10
 Javier Garciadiego, Alfonso Reyes. Breve biografía, México, Planeta, 2009. 
11
 La recopilación completa de su obra se encuentra en Alfonso Reyes, Obras Completas, 26 tomos, 
México, Fondo de Cultura Económica, 1954-1996 (en adelante OC). Una lista de las publicaciones de 
Alfonso Reyes hasta 1959, de las traducciones de éstas obras a otros idiomas (francés, portugués, 
italiano, alemán, ruso, griego moderno) en Archivos Histórico de El Colegio de México, subsección 
Alfonso Reyes, caja 5 expedientes 6 y 25, # 0506, 0525 de ficha del catálogo anexo (en adelante 
AHCM-AR). 
12
 Se han publicado más de 15 libros dedicados a la correspondencia de Alfonso Reyes y diferentes 
personajes (Pedro Henríquez Ureña, Victoria Ocampo, José Luis Martínez, José Gaos, José Puche, 
Octavio Paz, Gustavo Baz, María Zambrano, Daniel Cosío Villegas, Agustín Millares Carlo, José 
Vasconcelos, entre otros). 
 
 
- 22 - 
dar testimonio de su “situación objetivamente descrita”, sobre todo para 
consignar los aspectos profesionales.13 
Estas características de la historiografía alfonsina, se deben al impacto 
literario que Alfonso Reyes dejó en la cultura mexicana, a la importancia de su 
actividad como representante de México en la diplomacia exterior de principios 
del siglo XX, y en cuanto a su biografía y sus epistolarios, la cantidad de amistades 
y relaciones personales hablan por ellas mismas, así como la intensidad que llevó 
su vida. No obstante, la faceta de Alfonso Reyes como administrador 
institucional no ha sido exaltada ni reconocida como sus actividades anteriores. 
Esto se debe por una parte, a la consolidación de su obra literaria durante los 20 
últimos años de su vida, periodo en que al mismo tiempo fungió como presidente 
de La Casa de España y El Colegio de México, y por la otra, debido a la 
trascendencia de El Colegio de México se da por hecho, la buena administración 
de Reyes al ser su primer presidente. 
 
I. Antecedentes y vínculos familiares: entre la política y la milicia 
Alfonso Reyes nació en Nuevo León en las postrimerías del siglo XIX —un 17 de 
mayo de 1889, para ser precisos— en el seno de una familia de profesionistas con 
hondos intereses políticos y militares. En efecto, su padre el general Bernardo 
Reyes,14 fue un destacado militar y político. Entre sus cargos más importantes 
 
13
 Alfonso Reyes, Diario, entrada 4 diciembre de 1938. El Diario de Alfonso Reyes del periodo 1911-
1930 fue publicado por su hijo Alfonso Reyes Mota y por su nieta Alicia Reyes y bajo la edición de la 
Universidad de Guanajuato en 1969; Alfonso Reyes, Diario, 1911-1930, México, Universidad de 
Guanajuato, 1969; Actualmente existe un proyecto para publicar el Diario completo de 1911 hasta 
1959, en varios tomos, a cargo de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Fondo de Cultura 
Económica, El Colegio de México, La Capilla Alfonsina, El Colegio Nacional y bajo el cuidado expertos 
en el tema: Javier Garciadiego, Adolfo Castañón, Fernando Curiel, entre otros dirigidos por Alicia 
Reyes. Como fruto de ese proyecto en 2010 se publicaron ya dos tomos, dirigidos y anotados por 
Adolfo Castañón, el tomo I corresponde al periodo 1911-1927 y el tomo II de 1927-1930, los otros 
periodos se encuentran en prensa. 
14
 La obras de Rodolfo Reyes, De mi vida. Memorias políticas, 3 vols., Madrid, Biblioteca Nueva, t. I, 
1929-1930, presenta una excelente recuento de la vida de su padre. Alfonso Reyes también escribe 
 
 
- 23 - 
destacan: jefe de la tercera zona militar (1885),15 Ministro de Guerra (1900-1902)16 
y gobernador de Nuevo León en dos ocasiones (1885-1887 y 1889-1909).17 Por si 
fuera poco, su prestigio profesional y público hizo que el General Bernardo Reyes 
fuera uno de los principales colaboradores de Porfirio Díaz, pero al mismo tiempo 
lo convirtieron en víctima de innumerables envidias de otros grupos políticos, 
que propiciaron el declive de su carrera política y grandes complicaciones para su 
familia. 
Si nos remontamos temporalmente, podemos darnos cuenta que la 
tradición política y militar procede de su bisabuelo paterno Doroteo Reyes que 
llegó a América gracias a los servicios y relaciones con Fernando VII. Por su parte, 
su abuelo paterno Domingo, llegó como arriero de Nicaragua a Guadalajara 
donde pasó rápidamente a ocupar puestos públicos y militares, posteriormente 
se convirtió en un militante del grupo liberal de mediados del siglo XIX, y Jefe de 
la Guardia Nacional de Jalisco durante la Intervención estadunidense. 
Comenzando a relacionarse con las familias importantes de Jalisco, Domingo 
Reyes logró contraer matrimonio con Juana Ogazón hermana de Pedro Ogazón 
quien le ayudaría a integrarse a la política nacional de manera directa, pues era ya 
un connotado militar liberal, quien luchó en la rebelión de Ayutla, fue Diputado 
del Congreso Constituyente de 1856, y participó en la Guerra de Reforma 
 
un pequeño estudio biográfico de su padre, en Alfonso Reyes, “Guión biográfico del General Reyes” 
en OC, t. XXIV, pp. 483-489. Otras referencias biográficas son: Victor E. Niemeyer, El general 
Bernardo Reyes, México, Gobierno del estado de Nuevo León/Universidad de Nuevo León, 1966, y 
Artemio Benavides Hinojosa, El general Bernardo Reyes. Vida de un liberal porfirista, Monterrey, 
México, Ediciones Castillo, 1989. 
15
 El mando de la tercera zona militar comprendía Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas con ese 
encargo había de sofocar cualquier sublevación que pudiera representar un peligro para la paz 
pública y sobre todo implementar el régimen porfirista en el norte. 
16
 En enero de 1900 es llamado a ser Secretario de Guerra y Marina, su mayor obra como ministro 
fue modernizar al ejército al crear la Segunda Reserva, dándole la simpatía y fidelidad al ejército, y al 
mismo tiempo la envidia y desconfianza de los ‘científicos’ e incluso del Presidente Díaz. 
17
 Durante este periodo se iniciaron una serie de acciones modernizadoras y mejoras de Nuevo León 
en todos los sectores: industria, educación, salud pública, condiciones laborales entre otras. 
 
 
- 24 - 
encargándose de pacificar la región de Nayarit y Jalisco. Destacó en la lucha 
contra la Intervención francesa, fue Magistrado de la Suprema Corte de Justicia, 
protagonista en la rebelión de Tuxtepec, por lo que era un amigo cercano de 
Porfirio Díaz desde sus primeros triunfos. Vio recompensada su lealtad, pues en 
el primer gobierno Porfirista fue nombrado Secretario de Guerra y Marina, 
relación que usó para ayudar a su sobrino Bernardo Reyes a entrar al círculo 
porfirista y forjar su trayectoria política y militar.18 
 La tradición familiar ya descrita evidentemente afectó la vida de los ocho 
hijos del general Reyes, de los cuales cinco eran varones,19 todos ellos fueron 
testigos de los problemas militares de su padre y unieron sus destinos al de la 
política nacional en turno. El único heredero de su legado militar fue su hijo León, 
quien se convirtió en ingeniero militar. Por su parte su hijo Bernardo eludió la 
tradición familiar y se convirtió en ingeniero, pero Rodolfo fue quien rescató su 
legado político convirtiéndose en su más fiel y destacado partidario, llegando ser 
tal su apego y admiración que delineó su carrera política a la par de la vida 
política de su padre. Lo que respecta a Alfonso Reyes, nuncaaceptó ni el legado 
militar, ni el político de su progenitor, pero sí aceptó y dio crédito a su padre de 
haberle heredado la pasión por los libros y la escritura que manifestó a temprana 
edad. Garciadiego concluye que su vocación literaria “surgió como un rechazo al 
abrumador ambiente político familiar”20 actitud reafirmada por los trágicos 
 
18
 Los estudios que nos permiten conocer el linaje de la familia Reyes son: Javier Garciadiego, 
“Alfonso Reyes: La definición de su vocación y los avatares políticos familiares”, en Víctor Díaz 
Arciniega (compilador), Voces para un retrato. Ensayos sobre Alfonso Reyes, México, Fondo de 
Cultura Económica, 1990, pp. 83-101, del mismo autor Alfonso Reyes. Breve biografía…, op. cit., pp. 
13-16. Además de contar los relatos de Alfonso Reyes en “Parentalia”, en OC, t. XXIV, pp. 369-396. 
19
 Alicia Reyes informa que el general Reyes tuvo en total 11 hijos; tres murieron siendo niños, antes 
del nacimiento de Alfonso. El mayor de todos fue León, quién era medio hermano de los demás. El 
nombre y la descripción de los hijos del general los menciona en su obra Genio y figura…, op. cit., pp. 
12-35, y Alfonso Reyes hace un recuento de sus hermanos y la vida familiar de su infancia, en 
“Albores”, en OC, t. II, pp. 493-581, y “Parentalia”, en OC, t. XXIV, pp. 357-379. 
20
 Javier Garciadiego, Alfonso Reyes: La definición…, op. cit., p. 166. 
 
 
- 25 - 
desenlaces de las dos figuras influyentes que lo involucraron en ese mundo y del 
que siempre quiso huir. Finalmente el menor de todos ellos, Alejandro, tampoco 
se integró en las actividades militares ni políticas, sus intereses eran otros y su 
mayor pasión fue el teatro. 
Aunque Alfonso se propuso eludir la política y dedicarse exclusivamente a 
sus libros, no le fue posible pues la relación con su padre y hermano fue mucho 
más determinante en su vida de lo que él hubiera querido, sobre todo, con su 
hermano Rodolfo que a pesar de que más de diez años de edad los separaban y 
sus intereses eran completamente opuestos, sus vidas coincidieron en más de 
una ocasión.21 Rodolfo, como ya se mencionó, fue el más fiel admirador de su 
padre y forjó una carrera política destacada: importante y polémico profesor en 
la Escuela de Jurisprudencia, principal promotor de las campañas electorales para 
la presidencia de su padre y redactor del periódico reyista La Protesta. Sin 
embargo, fue hasta la muerte de su padre cuando comenzó a tomar su propio 
camino, y cometer sus propios errores. Se integró al efímero gobierno de 
Victoriano Huerta como Ministro de Justicia, puesto al que renunció siete meses 
después para convertirse en Diputado por un Distrito de Jalisco, en este periodo 
sus actividades políticas menguaron pues al ser disuelto el Congreso por Huerta, 
Rodolfo fue aprehendido y exiliado a Europa. No obstante, esta última etapa 
también la compartió con Alfonso en circunstancias similares. Tuvo que subsistir 
trabajando arduamente como abogado. Pero la diferencia entre ambos fue que 
Rodolfo nunca regresó de su exilio, el que se prolongó por 40 años hasta su 
muerte, tiempo que vivió resentido con México por no valorar su trabajo y 
 
21
 Véase Javier Garciadiego, “Rodolfo Reyes el hermano Antípoda”, en Cultura y política en el México 
posrevolucionario, México, Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, 
2006, pp. 281-313. 
 
 
- 26 - 
acciones, y por supuesto haber cobrado la vida de su padre.22 No sucedió lo 
mismo con Alfonso quien afrontó con el mismo valor su exilio pero con la 
diferencia de que él sí tenía la esperanza de regresar al país e incluso participar en 
la reconstrucción nacional después del la violencia revolucionaria. 
Entendamos y concluyamos que la tradición familiar y la situación nacional 
presentan a Alfonso Reyes inmerso en un entorno político activo y sobre todo 
violento, no hay que olvidar que su familia alcanzó su estatus gracias a las armas, 
a los conflictos y a la efervescencia de finales del siglo XIX mexicano. Por tanto, 
Alfonso no podría negar su legado ni eliminar la política de su vida, podemos 
decir que la asumió y la sufrió incluso pagando culpas ajenas —las de su padre y 
su hermano Rodolfo—, lo que también le dejó una deuda moral con el país. A 
pesar de ello, sí se vio favorecido por la posición social de su familia, pues logró 
acceder rápidamente al ambiente cultural del país, lo que le permitió tener una 
visión más amplia y atinada de la vida intelectual, cultural y política de México, 
experiencias que le permitieron actuar de manera responsable y prudente 
posteriormente. 
 
II. Formación personal y académica 
Alfonso Reyes pasó su infancia y adolescencia23 con gran complacencia y 
desahogo en la creciente ciudad de Monterrey, lugar en extremo importante 
 
22
 Recién llegado a Europa Rodolfo consideraba que su exilio sería pasajero: “No abrigo proyectos de 
futuro porque creo que lo de la patria pasará pronto y por primera vez en mi trabajadora vida me 
doy unas plenas vacaciones”, pero al establecerse en España y comprendiendo su situación volvió a 
consignar “… esperando siempre en que pasar la situación nacional a un estado más o menos normal 
y sin resolverme a sentir mi expatriación como definitiva”, véase Rodolfo Reyes, op. cit., t. III, pp. 18 
y 33. 
23
 Para esta etapa de Alfonso en particular, véase Felipe Garrido (selección de textos, comentarios y 
notas), Alfonso Reyes. Infancia y adolescencia, México, Secretaría de Educación-Nuevo 
León/Gobierno de Nuevo León, 2007. 
 
 
- 27 - 
para Alfonso quien lo rememora en algunos de sus poemas, por representar para 
él amor a su tierra:24 
Monterrey de las montañas, 
tú que estás a par del río; 
fábrica de la frontera, 
y tan mi lugar nativo 
que no sé cómo no añado 
tu nombre en el nombre mío… 
Durante el periodo de su infancia y adolescencia su padre era el 
gobernador del estado, el país se encontraba en transición: entre la última etapa 
de la paz y progreso porfiriano y los inicios de las movilizaciones armadas y 
disturbios. 
Alfonso llevó una educación tradicional, con estudios iniciales en las 
escuelas locales de Monterrey:25 comenzó en la de doña Melchorita Garza, 
ubicada al lado de su casa; posteriormente pasó al Colegio San Luis Potosí 
Gonzaga, y luego cursó en el Instituto para Varones de Jesús Loreto y en el 
Colegio Bolívar. Su vocación de escritor fue temprana, así como su gusto por la 
lectura. Sus primeras composiciones pronto aparecieron publicadas cuando 
contaba apenas con 16 años.26 
La familia de Alfonso Reyes pasó una temporada corta en la ciudad de 
México de 1900 a finales de 1902 durante el desempeño del general Bernardo 
Reyes en el Ministerio de Guerra y Marina. Alfonso contaba con tan sólo 11 años y 
su estancia en la capital no simbolizó nada. No obstante, para su padre fueron 
años decisivos, pues el ambiente político que enfrentó fue tenso, las 
desavenencias con el grupo de los científicos, en especial con José Yves 
Limantour, Secretario de Hacienda de Porfirio Díaz y uno de los científicos más 
 
24
 Alfonso Reyes, “Romance de Monterrey”, en OC, t. X, p. 52-54. 
25
 Un currículum completo de Alfonso Reyes en AHCM-AR caja 5, exp. 6, ff. 3-10 (# 0506). 
26
 En 1905 aparecieron publicados sus primeros poemas: “Nuevo Estribillo” y “La duda”, en los 
diarios de Monterrey Los sucesos y en El Espectador respectivamente. 
 
 
- 28 - 
destacado, le generó un primer rompimiento con el gobierno y la pérdida de 
confianza del presidente Díaz, lo que significó el principio de su declive político. 
Bernardo Reyes forzado por las circunstancias regresó con toda su familia a 
Nuevo León a tomar de nueva cuenta la gubernaturadel estado, cargo que 
ocupó hasta enero de 1910, a pesar de que había salido en comisión a Europa a 
finales de 1909.27 
A pesar de las vicisitudes de su padre, en 1905 Alfonso regresó a la ciudad 
de México para ingresar a la Escuela Nacional Preparatoria, su hermano Rodolfo 
fungiría como su tutor. Rápidamente se integró al mundo cultural capitalino, 
relacionándose con importantes jóvenes poetas y conociendo las nuevas 
propuestas literarias, lo que significó el despunte de su carrera literaria e 
intelectual. Durante esa época realizó varias actividades extracurriculares, una de 
ellas fue colaborar en los primeros números de la revista Savia moderna28 invitado 
por Alfonso Cravioto y Luis Castillo Ledón, al cierre de esta revista Alfonso junto 
con sus compañeros de redacción fundaron Sociedad de Conferencias y 
Conciertos, dirigida por el arquitecto Jesús T. Acevedo. El propósito de dicha 
Sociedad fue reunirse para leer filosofía moderna y clásicos grecolatinos. 
Alfonso Reyes ya no era recién llegado, pues había permanecido en la 
ciudad por más de dos años tomando ya parte de la nueva generación de 
intelectuales, la llamada “generación del centenario”,29 por ser esta generación 
de jóvenes a quienes les correspondía conmemorar el centenario del inicio de la 
Independencia de México y sobre todo era un grupo de ensayistas, filósofos y 
humanistas autodidactas, preocupado por la educación, la difusión de la cultura a 
 
27
 Cfr. E. V. Niemeyer, op. cit., p. 143-149. 
28
 En 1906 en los primeros números de Savia Moderna apareció su soneto “Mercenario”. Para 1908 
aparecería publicado en la misma revista un breve ensayo sobre el pintor Julio Ruelas. Esta revista 
juvenil sólo publicaría 5 números, pues se disolvió con la salida a Europa de su fundador Alfonso 
Cravioto. 
29
 Alfonso Reyes calificó así a su generación en “Pasado Inmediato”, OC, t. XII, p. 186. 
 
 
- 29 - 
la sociedad, para la que reclamaban su participación en el mundo cultural 
mexicano, dañado por el inicio de la efervescencia revolucionaria, esta 
generación deseaba dar “un valor al signo de la centuria”.30 Entre sus amigos y 
compañeros de generación se contaban los jóvenes Antonio y Alfonso Caso, 
Pedro Henríquez Ureña, Julio Torri, Martín Luis Guzmán y José Vasconcelos entre 
muchos otros. Finalmente concluyó sus estudios en la Escuela Nacional 
Preparatoria, por lo que retorna a Monterrey para decidir sus próximos planes. 
La etapa tranquila de comodidad y bienestar pronto llegaría a su fin y 
comenzarían los años difíciles incluso hasta trágicos. Para comienzos de 1908 los 
sucesos políticos nacionales se tornarían complicados tanto para su padre como 
para el gobierno porfirista; la dictadura había entrado en una crisis que poco a 
poco se convertiría en algo más serio. 
La correspondencia de Alfonso Reyes con su amigo Pedro Henríquez 
Ureña da cuenta de estos días en los que su vocación de escritor se truncaría 
debido a los problemas paternos y a la desazón de la política mexicana, ya que el 
proyecto de su padre “…es que yo vaya a Nueva York y estudie en la Universidad 
de Columbia”. En ese mismo mes se desvaneció dicho proyecto y Alfonso le 
vuelve a escribir a su amigo Pedro: “lo he oído quejarse de que está atrasado 
económicamente… y tan preocupado lo veo que ya seriamente pienso pedirle 
(como cosa mía…) que no me mande a New York”.31 La única solución que 
encontró Alfonso fue estudiar Leyes, pues “las leyes parecían una aproximación a 
las letras”,32 una alternativa para ejercer la diplomacia y desarrollar una vida 
paralela de escritor y así ampliar sus horizontes socioculturales. 
 
30
 Ibid., pp. 183, 186 y 206. 
31
 Cartas de Alfonso Reyes a Pedro Henríquez Ureña, del 14 y 29 enero 2008 en José Luis Martínez 
(editor), Alfonso Reyes/ Pedro Henríquez Ureña, Correspondencia I (1907-1914), México, Fondo de 
Cultura Económica, 1986, pp. 50-51 y 66-71. 
32
 Alfonso Reyes, “Pasado Inmediato”, en OC, t. XII, p. 195. 
 
 
- 30 - 
En mayo de 1908 nuevamente le escribió a su amigo Pedro Henríquez; “He 
de tomar algunas resoluciones definitivas. Y es ésta: me vuelvo a México y, juntos 
tú y yo, nos inscribiremos en Jurisprudencia”.33 Decisión que lo llevó a ingresar a 
la Escuela Nacional de Jurisprudencia e iniciar con sus estudios, retomar sus 
amistades y actividades literarias, así como su relación con Manuela Mota quien 
sería su esposa pocos años después. 
En los meses siguientes, junio y julio, los conflictos políticos aumentaron, 
principalmente por el problema ineludible de las elecciones de 1910, mismas que 
desataron gran desconcierto y movilización en el país, alentadas además por las 
declaraciones del presidente Díaz al periodista James Creelman en 1908, 
—“entrevista Díaz-Creelman”—, donde manifestó estar de acuerdo con la 
creación de partidos de oposición para las elecciones de 1910. La clase política, 
sobre todo aquellos que no estaban de acuerdo con el grupo en el poder —los 
científicos—, comenzaron a organizar grupos de oposición no contra el 
presidente, sino contra Ramón Corral cuyo objetivo era integrarse a la política 
nacional obteniendo la vicepresidencia, para heredar el poder del presidente 
Díaz, pues en 1910 don Porfirio cumpliría 80 años. El movimiento más fuerte y 
organizado fue el reyista que postulaba al general Bernardo Reyes para la 
vicepresidencia, en consecuencia tanto éste como su hijo Rodolfo iniciaron gran 
actividad política. 
Alfonso no se involucró en la campaña de su padre, más bien se dedicó a 
sus estudios de jurisprudencia, convirtiéndose en un alumno destacado, sobre 
todo en actividades literarias y culturales. Mientras su padre y hermano 
organizaban a sus partidarios, Alfonso se dedicó a escribir poemas y textos 
 
33
 Carta de Alfonso Reyes a Pedro Henríquez Ureña, 10 mayo 1908, en José Luis Martínez, op. cit., pp. 
115-116. 
 
 
- 31 - 
literarios.34 Siguiendo con su vocación de escritor Alfonso también destacó por 
ser promotor y fundador de algunas asociaciones. Junto con sus compañeros de 
generación fundaron el Ateneo de la Juventud —octubre 1909—, más que 
compañeros eran sus amigos, entre los que podemos mencionar, a Pedro 
Henríquez Ureña, José Vasconcelos, Julio Torri, Antonio Caso, Jesús T. Acevedo, 
35 y algunos más conocidos en la redacción en Savia Moderna, en la Sociedad de 
Conferencias y Conciertos, e incluso algunos desde su estancia en la Escuela 
Nacional Preparatoria. 
El Ateneo de la Juventud, “cuya vida queda incorporada a la historia de 
nuestra literatura”36 como afirmó Alfonso Reyes, fue un grupo semilla de una 
nueva forma de concebir la vida cultural y política de México, se gestó en un 
ambiente hostil, en el inicio de las movilizaciones y la primera etapa armada de la 
Revolución, la que le dio sus características particulares y a pesar de que sólo 
poco más de cinco años duró su existencia, tuvo gran impacto político y cultural. 
Su principal función y preocupación fue la divulgación y producción de la cultura 
y las humanidades, su oposición fue contra el positivismo porfiriano y su objetivo 
fue dar un sentido filosófico a lo que acontecía a su alrededor incluyendo la 
violencia revolucionaria.37 
 En el preámbulo del año del Centenario el Ateneo organizó en la Escuela 
de Derecho, conferencias conmemorativas a la Independencia, Reyes participó 
 
34
 Durante su esta etapa escribe los textos que posteriormente conformaría su libro Cuestiones 
estéticas, dedicados a la crítica literaria. En 1911 este libro apareció publicado en París, Alfonso 
también participó en dos ciclos de conferencias para conmemorar el primer centenario de la 
Independencia y una conferencia dedicadaal intelectual español Rafael Altamira. 
35
 El Ateneo de la Juventud estuvo integrado por más de 25 socios numerarios y 8 correspondientes, 
su primer presidente fue Antonio Caso y en 1912 tomó la dirección José Vasconcelos. Los Estatutos 
del Ateneo se pueden consultar en José Rojas Garcidueñas, El Ateneo de la Juventud y la Revolución, 
México, Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución de México, 1979, pp. 73-75, 121-
123. 
36
 Alfonso Reyes, “Pasado Inmediato”, en OC, t. XII, p. 209. 
37
 Susana Quintanilla, Nosotros, El Ateneo de México, México, Tusquets, 2009, pp. 220. 
 
 
- 32 - 
en la segunda conferencia que tituló; “Los poemas rústicos de Manuel José 
Othón”. De igual modo Justo Sierra en el marco de estos festejos inauguró la 
Universidad Nacional, y creó la Escuela Nacional de Altos Estudios, “en rigor, lo 
que se fundó fue una Junta Coordinadora entre las diversas facultades ya 
existentes”,38 de la que Reyes fungiría como su secretario de agosto de 1912 a 
febrero de 1913, esta institución posteriormente formaría parte de la Facultad de 
Filosofía y Letras. Durante su gestión como secretario fundó la cátedra de 
Historia de la Lengua Española, de la que también fue profesor,39 desempeñando 
así su primera experiencia administrativa formal y educativa, que a pesar de durar 
solo algunos meses fue provechosa, destacada, es más evidenció las 
inclinaciones educativas de Alfonso Reyes hacia la literatura mismas que 
retomaría durante sus actividades profesionales y personales posteriores. 
Fue en este importante contexto de temprana violencia revolucionaria, de 
motines y de estallidos que consideramos los primeros pasos de la Revolución, 
los que rodearon las actividades de los nuevos grupos culturales. El Ateneo de la 
Juventud se fue conformando como un grupo no exclusivista o elitista, sino 
cultural y literario, cuyo objetivo fue propagar y difundir la cultura. De hecho 
traspasó sus objetivos iniciales, los que referían exclusivamente a organizar 
conferencias y cursos, para convertirse en una agrupación pragmática y útil. El 
mejor ejemplo fue que en 1912 se funda la Universidad Popular, bajo la 
supervisión del Ateneo. El objetivo de esta nueva Universidad fue “fomentar y 
desarrollar la cultura del pueblo mexicano en especial la de los sindicatos 
 
38
 Alfonso Reyes, “Pasado Inmediato”, en OC, t. XII, p. 210. 
39
 Su cargo fue honorario cuyo periodo abarca del 1° de abril de 1913 al 31 de julio de 1913 con 
licencia hasta el 30 de octubre de 1914, en que dejó de ser catedrático titular, véase currículum de 
Reyes citado en la nota 25, f. 3. 
 
 
- 33 - 
obreros”,40 esta institución sobrevivió 10 años durante toda la lucha 
revolucionaria hasta 1922. 
El Ateneo de la Juventud también integró y formó a la nueva generación 
de intelectuales que participarían posteriormente en la política nacional, sobre 
todo en la reconstrucción de México. No obstante, ante la efervescencia política 
y civil de esos años el Ateneo también sufrió varias cambios: el primero de ellos 
fue su nombre, al transformarse en Ateneo de México,41 y en consecuencia de la 
radicalización de los movimientos políticos, los ateneístas comienzan a dividirse 
políticamente, pero Fue hasta 1915 cuando el Ateneo de México se disolvió 
definitivamente dejando a cada miembro continuar con la revolución intelectual 
iniciada por esta agrupación. Recordemos que Alfonso Reyes abandonó el 
Ateneo en 1913, cuando tuvo que salir de México. Su salida y la desintegración del 
Ateneo dos años después molestó y desilusionó a Alfonso Reyes, pues una vez 
más a consecuencia de la política nacional se había desintegrado uno de sus 
proyectos que fue determinante en su formación. 
Para Alfonso, esta experiencia se tradujo en su integración a la vida 
cultural de la ciudad de México, el despegue de su carrera profesional de escritor 
y el haber formado parte de la nueva generación de intelectuales y políticos del 
país. Su participación en la fundación del Ateneo y la Universidad Popular y su 
breve cargo de secretario en la Escuela Nacional de Altos Estudios, le permitieron 
 
40
 Fernando Curiel Defosse, El Ateneo de la Juventud (A-Z), México, Universidad Nacional Autónoma 
de México-Instituto de Investigaciones Filológicas, 2001, pp. 183. 
41
 En la sesión del 25 de septiembre de 1912 el Ateneo de la Juventud cambió su nombre por el de 
Ateneo de México, la mayoría de sus fundadores se habían dispersado, pues pasaron a ocupar cargos 
en la política o en la educación, este cambio de nombre no respondió a una nueva reorganización, 
sus estatutos permanecieron prácticamente iguales, el objetivo del ahora Ateneo de México fue 
abrir la institución a todo los intelectuales del país, es así que se integran nuevos socios (Luis G. 
Urbina y Jesús Ureta, por mencionar algunos). Cfr. Alfonso García Morales, El Ateneo de México, 
1906-1914. Origen de la Cultura Contemporánea, Sevilla, España, Publicaciones de la Escuela de 
Estudios Hispano-Americanos de Sevilla, 1992, pp. 212 y 213. 
 
 
- 34 - 
observar y aprender la formación de instituciones educativas y culturales en 
situaciones adversas. 
 
III. Situación nacional e inicio de la tragedia familiar: Alfonso Reyes abandona su 
patria 
“No tengo entusiasmos juveniles por las cosas épicas y políticas”,42 afirmaba 
Reyes. Evidentemente su deseo siempre fue alejarse de la actividad política, más 
aún cuando la situación nacional se volvió violenta e involucró a su familia y a 
amigos. Su verdadero interés como ya se ha mencionado y el mismo se esforzó 
por manifestar, fue la literatura, pero ante la magnitud de los hechos y la 
participación de su padre y hermano en los enfrentamientos políticos y militares, 
le fue imposible evadir estos conflictos. 
Para 1909 las campañas reyistas en pro del general Bernardo se 
fortalecieron y se extendieron a lo largo de la República, —clubes, partidos, 
grupos políticos proselitistas— por lo que el movimiento pronto se convirtió en 
una gran amenaza para la dictadura.43 Las acciones del gobierno no se dejaron 
esperar, y lejos de los anhelos del general Reyes, para que Díaz lo nombrara su 
sucesor, el presidente le asignó una comisión militar a Europa. Bernardo Reyes 
se disciplinó ante Díaz aceptando a finales de 1909 dicha comisión y dejando 
solos a sus partidarios, esto le significó personalmente un exilio simulado y para 
el gobierno la eliminación de quien consideraban su enemigo más peligroso. Al 
quedar acéfalo el movimiento reyista devino su declive, “la muerte del reyismo 
ocurrió simultáneamente con el eclipse de Bernardo Reyes”.44 La efervescencia y 
descontento no disminuyeron con las resoluciones de Porfirio Díaz, el conflicto 
 
42
 Carta de Alfonso Reyes a Pedro Henríquez Ureña, 6 mayo 1911, en José Luis Martínez, op. cit., p. 
169. 
43
 Para esta primera etapa del movimiento reyista consúltese E .V. Niemeyer, op. cit., pp. 143-180. 
44
Ibid., p. 175. 
 
 
- 35 - 
político cada día se radicalizaba. Los reyistas acéfalos de liderazgo decidieron 
adherirse a un nuevo movimiento: el antirreeleccionista, apenas en formación. El 
ingreso de los reyistas enriqueció y fortaleció al movimiento de Madero, su 
conformación y organización hicieron posible su éxito futuro, pues pronto 
iniciaron una gran campaña política, se fundó el Partido Antirreeleccionistas y 
apoyaron la candidatura de Francisco I. Madero para presidente de la República. 
Las elecciones presidenciales se llevaron a cabo en junio de 1910, Porfirio 
Díaz y Ramón Corral resultaron triunfadores. Por lo tanto, la derrota de Madero 
trajo como consecuencia que el conflicto político deviniera en rebelión. Las 
medidas tomadas por Madero para esos momentos fueron violentas y extremas,de esta manera, motivado por el descontento de los resultados de las elecciones 
y las represiones de la dictadura, proclamó en San Antonio, Texas el Plan de San 
Luis, y convocó al pueblo a levantarse en armas y pugnar por la instauración de la 
democracia nacional.45 
 El presidente Díaz, sin poder controlar la situación y con un ejército 
envejecido y deficiente, precisó como última acción llamar a Bernardo Reyes, el 
general que lo había ayudado a imponer la paz y el régimen porfiriano en el norte 
del país. No obstante, fue una decisión tardía, pues para mayo de 1911, Francisco 
I. Madero ya había tomado Ciudad Juárez. En virtud de que el general Bernardo 
Reyes aún no llegaba al país, y su intervención para estos momentos resultaría 
inútil, Díaz no tuvo otra salida y negoció la paz. Esto significó el fin del Antiguo 
Régimen, como lo consideraba Alfonso Reyes, provocando la salida de Porfirio 
Díaz del país el 31 de mayo de 1911.46 
 
45
 Para revisar el proceso revolucionario y el contenido del Plan de San Luis Potosí Véase Textos de la 
Revolución mexicana, Javier Garciadiego (prólogo) y María del Rayo González (selección y notas), 
República Bolivariana de Venezuela, Fundación Biblioteca Ayacucho, 2010, pp. 190-199. 
46
 Estas negociaciones culminaron con la firma de los Tratados de Ciudad Juárez, el 21 de mayo de 
1911 por los representantes del gobierno de Díaz (Francisco S. Carvajal) y los representantes de la 
rebelión (Fco. Vázquez Gómez, Fco. I. Madero y José Ma. Pino Suárez), entre sus principales objetivos 
 
 
- 36 - 
Al tanto de los acontecimientos, en su correspondencia comentaba “Ya 
triunfó la Revolución. Madero llega mañana. El general Díaz se fue ya”, pero 
“aquí la vida se hace dura, insoportable, somos un pueblo trágico”, y “los 
disturbios de México han llegado a molestar la vida privada de las gentes”.47 A 
pesar de la violenta situación nacional, Alfonso llegó a expresar que estaba 
tranquilo y contento, pues su padre no participaba en este conflicto y lo veía a 
salvo en tierra extranjera: “Quizá mi padre va a tener que quedarse en La Habana 
(de lo que yo me alegré)”.48 Esta tranquilidad le duraría muy poco pues para 
angustia de Alfonso y el resto de la familia, el general Reyes obtuvo permiso para 
ingresar al país el 9 de junio de 1911. 
Por tanto, algunos miembros de la familia Reyes retomaban 
fervorosamente sus actividades políticas, sin pensar siquiera que el desenlace 
sería una auténtica tragedia que comenzó el día que el general Reyes pisaba 
suelo mexicano. Inmediatamente Rodolfo y sus partidarios más fieles iniciaron 
actividades; en primera instancia reconocieron el gobierno interino de Francisco 
León de la Barra y el liderazgo de Madero al frente de la oposición. Madero 
prometió integrar al general a su gabinete como secretario de Guerra al 
momento de tomar la presidencia, estaba dispuesto a contar con la colaboración 
del general, cuestión que no aceptaron los demás revolucionarios, pues no 
admitían la integración de un viejo porfirista al nuevo gobierno. La actitud de 
Bernardo Reyes aparentemente era tranquila pues estaba convencido de no 
hacer más daño al país y traer la paz, dispuesto aceptar cualquier negociación o 
resolución con Madero y sus partidarios. 
 
fue la renuncia de Porfirio Díaz y Ramón Corral a la presidencia y vicepresidencia respectivamente. 
Véase Textos de la Revolución mexicana, op. cit., pp. 221-222. 
47
 Cartas de Alfonso Reyes a Pedro Henríquez Ureña, 6 mayo y 6 junio 1911, en José Luis Martínez, 
op. cit., pp. 167-169 y 179. 
48
 Ibid., p. 168. 
 
 
- 37 - 
Sin embargo, el general Reyes lanzó su candidatura, para las elecciones 
democráticas y limpias convocadas por León de la Barra, acto que le traería 
grandes conflictos con otros grupos políticos, quienes atacaban y amenazaban 
tanto a sus partidarios como a su familia. Otra vez víctima de estos eventos, 
Alfonso Reyes escribió en su diario: “Estábamos amenazados de muerte. Así se 
paga el pecado de hacerse amar un día por el pueblo”, “hace un mes que 
estamos así. Aún las mujeres de la casa tienen rifles a la cabecera. El mío está ahí, 
junto a mis libros…”.49 Los conflictos aumentaron entre los maderistas, el 
gobierno y los reyistas. 
Finalmente Madero ganó las elecciones y Bernardo Reyes fue obligado a 
abandonar de nueva cuenta el país. Desde los primeros meses del gobierno 
maderista se podía percibir su debilidad. Los conflictos de descontento no se 
dejaron esperar y en noviembre de ese año estalló la rebelión zapatista en 
Morelos y en abril de 1912 estalló otra el norte al mando de Pascual Orozco. Estos 
sucesos convencían cada día más al general Reyes de ser el único y verdadero 
sucesor de Díaz, además de ser él quién debía estar al frente del gobierno y traer 
paz y orden al país, dando fin a la Revolución. Motivado por sus partidarios, 
especialmente por su hijo Rodolfo comenzó la organización de un levantamiento 
desde Estados Unidos; convocando un movimiento armado para derrocar a 
Madero apoyado en el plan político expedido el 16 de noviembre de 1911 en 
Soledad, Tamaulipas.50 Este proyecto era anacrónico, pues carecía de bases, 
además de ya no contar con el apoyo del ejército ni con los partidarios que tenía 
en 1909. El general pretendía la toma de la ciudad de México, pero acusado de 
violar leyes de neutralidad fue detenido en Estados Unidos; pagando fianza y 
haciendo negociaciones logró internarse en el país, sin abandonar su interés de 
 
49
 Véase Alfonso Reyes, Diario, 1911-1930…, op. cit., entradas del 3 y 15 septiembre 1911, pp. 24, 28. 
50
 El contenido del este plan en Textos de la Revolución mexicana, op. cit., pp. 246-249. 
 
 
- 38 - 
tomar la capital, sus últimos esfuerzos fracasaron y paradójicamente al 
encontrarse completamente solo, tuvo que entregarse a las autoridades en 
Linares, Nuevo León a finales de 1911. 
El general Reyes pasó dos años en la prisión de Santiago Tlatelolco en la 
ciudad de México, esperando un juicio marcial o civil todo de acuerdo a las 
negociaciones. Rodolfo Reyes también había sido aprehendido pero por poco 
tiempo, lo que le permitió reanudar su actividad política en favor de su padre, a 
quien animaba a organizar otro levantamiento contra el gobierno de Madero. En 
contraste, Alfonso animaba a su padre a escribir sus memorias y conformase en 
dejar su legado por escrito, evitando que la violencia nacional continuara. 
En medio de estos acontecimientos Alfonso Reyes contrajo matrimonio 
con Manuela Mota a finales de 1911 durante su estancia en la Universidad, su 
único hijo nació en junio de 1912. La vida pública de la familia Reyes se encontraba 
en actividad constante, los sucesos violentos en la capital tampoco se calmaron. 
Parte de estas noticias las compartió Alfonso con su amigo Martín Luis Guzmán, 
tiempo después de los conflictos, cuando da cuenta de estos sucesos y sobre 
todo, de uno en particular, en el que Alfonso recuerda con su amigo Martín Luis 
el día que fue a visitarlo con una encomienda del gobierno maderista, pues el 
presidente por medio de Albero J. Pani, estaba dispuesto a negociar la libertad 
del general, con la única condición de que Alfonso se comprometiera y 
garantizara que su padre abandonaría cualquier actividad política y se retiraría a 
la vida privada, propuesta que Alfonso no aceptó, pues le pareció imposible 
convencer a su padre de aceptarla: “no era la influencia familiar dominante, sino 
que era tenido por un muchachito ‘picado de la araña’, dado a la poesía, que vivía 
en las nubes... no estaba en condiciones de obtener de mi padre semejante 
 
 
- 39 - 
promesa”.51 Surespuesta y su pasividad ante este hecho, generó en Alfonso una 
gran culpa, pues a pesar de no haber participado en las últimas acciones de su 
padre y su hermano Rodolfo, las que culminaron en fatalidad, sí se dolió por no 
haber intentado convencerlo que desistiera de sus planes y aceptara su 
liberación. 
La inquietud y el descontento público no aminoraban recuérdese el 
levantamiento orozquista de 1912, producto del deficiente proyecto de Madero 
que fue incapaz de realizar las reformas requeridas por el país y restablecer el 
orden. Un nuevo complot se comenzó a gestar, el doctor Samuel Espinosa de los 
Monteros propuso al general Reyes un nuevo levantamiento, ahora desde la 
capital. Juntos Rodolfo Reyes, Félix Díaz, los generales Manuel Mondragón y 
Gregorio Ruíz, comenzaron a planear y preparar este nuevo levantamiento —
durante la segunda mitad de 1912 y el primer mes de 1913—, pues en los primeros 
días de febrero de 1913 se había proyectado iniciar el ataque. No obstante, 
debido a algunos contratiempos, no se logró seguir cabalmente el plan original, 
por lo que en la madrugada del domingo 9 de febrero dio comienzo el 
levantamiento. El contra ataque del gobierno maderista no fue inmediato a pesar 
de que el movimiento era ya público, los sucesos posteriores estuvieron 
marcados por traiciones, mala comunicaciones y por acciones individuales, que 
llevaron al fracaso el plan. 
 Bernardo Reyes encabezó el motín, que como consecuencia de la 
premura y la desorganización, retrasó el ataque a Palacio Nacional, pues tuvo que 
acompañar a la comitiva para ir por Félix Díaz, el otro líder que encabezaría el 
levantamiento. El general dirigió al ejército rebelde hacia el Palacio Nacional. Sin 
embargo, el retraso permitió que se tomaran acciones militares para el resguardo 
 
51
 Carta de Alfonso Reyes a Martín Luis Guzmán, 19 mayo 1953, en Fernando Curiel Defosse, El cielo 
no se abre. Semblanza documental de Alfonso Reyes, México, Universidad Nacional Autónoma de 
México, El Colegio Nacional, 1995, pp. 55-57. 
 
 
- 40 - 
del recinto por el gobierno, y se hubieran fraguado algunos acuerdos de traición, 
por lo que era imposible que el ataque tuviera éxito y llevarlo a cabo significaría 
un completo suicidio. Fue así que la primera víctima de este desastroso proyecto 
fuera el propio general Reyes, quien cayó frente a la Puerta Mariana del Palacio 
Nacional el primer día de ataque. Posteriormente, los historiadores han señalado 
el hecho como Decena Trágica, pues fueron diez días de combate sostenidos 
entre el gobierno y Félix Díaz al frente de los rebeldes. 
 El combate en la ciudad de México terminó con las acciones de Victoriano 
Huerta al tomar Palacio Nacional y desconocer al gobierno de Francisco I. 
Madero (Madero y Pino Suárez fueron hechos prisioneros y luego asesinados), e 
iniciar la “paz” con Félix Díaz mediante la firma del Pacto de la Ciudadela.52 Sin 
embargo, la lucha revolucionaria estaba muy lejos de finiquitarse, pues llegarían 
años más violentos. 
La muerte del padre significó para la familia Reyes una autentica 
desgracia, la popularidad y fama del general decaerían al igual que la fortuna e 
influencias familiares. Rodolfo Reyes53 decidió participar en el gabinete del 
nuevo gobierno huertista. Alfonso declinó la oferta de Huerta para convertirse en 
su secretario particular, pero sí aceptó un cargo diplomático que le permitiera 
alejarse de la contienda civil, por lo que obtendría con prisa su título de abogado 
y emigraría hacia Europa con su familia —su esposa e hijo—, huida que lo dejaría 
profundamente lastimado y que marcaría un periodo de exilio. Su regreso 
definitivo a México se prolongaría por más de 25 años. La idea de abandonar 
México había sido considerada por Alfonso tiempo atrás, de esto queda 
constancia en la carta que escribe a su amigo Pedro Henríquez Ureña: “quisiera 
salirme de México para siempre: aquí corro el riesgo de hacer lo que no debe ser 
 
52
 Textos de la Revolución mexicana, op. cit., pp. 290-292. 
53
 El testimonio de Rodolfo Reyes, compañero de su padre en esta campaña está documentado, en 
Rodolfo Reyes, op. cit., t. I, pp. 229-241. 
 
 
- 41 - 
el objeto de mi vida”, desafortunadamente para Alfonso tuvo que seguir su 
propio consejo y salir de México. 
Las líneas que describen mejor el significado de la muerte de su padre las 
consiga en su diario: “Cuando vi caer ese Atlas, creí que se derrumbaría el 
mundo. Hay, desde entonces una ruina en mi corazón”, “¿podría soportar tanta 
sangre y tantos errores? Mi dolor fue tan despiadado que ni siquiera quiso 
ofuscarme”,54 y registraría posteriormente en su ensayo Oración del 9 de febrero, 
“… y el que quiera saber quién soy, que lo pregunte a los hados de febrero. Todo 
lo que salga de mí, en bien o en mal, será imputable a ese día”.55 
El deceso de su padre provocó a Alfonso un rechazo más hondo a la 
política. Sin embargo, no quiere decir que no la entendiera, incluso tenía una 
visión más clara, por su posición y sus estudios, que la de su padre o la de su 
hermano, que estaba guiada por las pasiones, la ambición y el poder. También 
vio en la convulsión revolucionaria un gran daño al país, que afectaba los ámbitos 
de la vida pública y cultural, lo que significaba que pronto se requeriría su 
reconstrucción. Quién más para emprender esta tarea que su generación, la que 
por su formación y la integración en grupos culturales como el Ateneo, era a 
quien correspondía y contaba con las herramientas para lograrlo. Al mismo 
tiempo de tomar esta responsabilidad junto con sus compañeros, Reyes se 
adjudicó una nueva, la de retribuir al país el daño causado por su padre y 
hermano al fomentar la violencia. Aunque su acción no podía ser inmediata para 
saldar estas deudas, si lo lograría 25 años después. 
 
 
54
 Alfonso Reyes, Diario, 1911-193…, op. cit., entradas 1912- 1914, p. 31. 
55
 Alfonso Reyes, “Oración del 9 de febrero”, en OC, t. XXIV, p. 39. Escrito fechado el 20 de agosto de 
1930, el día que su padre cumpliría 80 años. Otro emotivo testimonio es su poema “9 de febrero de 
1913”, escrito el 24 de diciembre de 1932 en su estancia en Río de Janeiro, véase OC, t. X, pp. 146, 
147. 
 
 
- 42 - 
IV. Exilio voluntario, misiones diplomáticas: su estancia en Europa 
Fueron 26 años los que Reyes se mantuvo fuera de México, de los cuales más de 
14 vivió en Europa —Francia y España— estos años fueron provechosos, pero 
también resultaron en extremo difíciles. El 12 de agosto de 1913, comenzó su 
aventura europea o como él mismo consideró a este primer viaje “un destierro 
honorable”.56 Zarpó del puerto de Veracruz en el buque Spagne, acompañado de 
su esposa Manuela, y su hijo Alfonsito de tan solo un año. Su comisión y 
nombramiento fue de segundo secretario en la Legación de México en París, 
representando al gobierno huertista,57 además de ser comisionado ad-honorem 
por la Secretaria de Instrucción Pública para ser representante en Francia. Su 
interés no fue precisamente resolver asuntos diplomáticos o culturales, su 
verdadera motivación como él mismo lo expresó fue “…poner tierra y mar de 
por medio y alejarme de la vendetta mexicana”.58 Junto con la familia Reyes en el 
barco Spagne, viajaban muchos mexicanos, que también huían de México a causa 
de la Revolución, algunos por voluntad y otros por haber sido exiliados. 
 Breve resultó su estancia y su comisión parisina, sólo 18 meses, lo que 
duró el gobierno de Victoriano Huerta. A este primer encuentro europeo Alfonso 
lo calificó como “un provechoso desconcierto”, “ni siquiera disfrutaba yo 
libremente los placeres del turista”.59 Al tomar Venustiano Carranza el control del 
país cesó todo el cuerpo diplomático huertista, por lo que

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