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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ACATLÁN ALFONSO REYES: FORJADOR DE INSTITUCIONES. CATÁLOGO DESCRIPTIVO DE LA SECCIÓN DOCUMENTAL ALFONSO REYES DEL ARCHIVO HISTÓRICO DE EL COLEGIO DE MEXICO TESINA QUE PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE LICENCIADO EN HISTORIA P R E S E N T A ELIZABETH DIANA ROJAS AVILA ASESOR: MTRA. GRACIELA GAYTÁN HERRERA JUNIO 2011 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. - 2 - ALFONSO REYES - 3 - AGRADECIMIENTOS Mi más sincera gratitud a todas las personas que formaron parte indispensable en este proyecto, desde su inicio, cuando sólo era una idea la que poco a poco fue tomando forma, para finalmente tenerlo concluido el día de hoy. Es importante reconocer a quienes originalmente despertaron en mí el amor e interés hacia la historia, y aquellas que me orillaron y guiaron en el estudio de Alfonso Reyes y El Colegio de México. Agradezco también a las instituciones que me formaron y de las que he recibido todo el apoyo necesario: a la UNAM especialmente a la Fes-Acatlán y a El Colegio de México. En general a todos los que me instruyeron, guiaron, enseñaron, acompañaron, motivaron, aconsejaron, leyeron, revisaron, comentaron, trabajaron a mi lado, y sobre todo confiaron en mí. En especial otorgo mi agradecimiento a: A mis padres A mis hermanos: Angélica, Roberto, Laura y Raúl. A mis maestros y guías: Graciela Gaytán, María del Rayo González y Citlalitl Nares. A mis lectores: Rosalía Velázquez, Manuel Ordoñez, Martha Loyo y Alicia Puga. A mis amigos y compañeros A Adrián A todos ellos les dedico éste mi primer trabajo. - 4 - Í N D I C E Prefacio 5 Presentación 7 Metodología 12 Estudio Introductorio: “Alfonso Reyes: formación, experiencia y legado La Casa de España en México y El Colegio de México 20 I. Antecedentes y vínculos familiares: entre la política y la milicia. 22 II. Formación personal y académica 26 III. Situación nacional e inicio de la tragedia familiar: Alfonso Reyes abandona su patria 34 IV. Exilio “voluntario”, misiones diplomáticas: su estancia en Europa 42 V. Años mejores: su experiencia en Sudamérica: Brasil y Argentina 54 VI. Retorno definitivo, un nuevo reto: La Casa de España en México y El Colegio de México 63 Conclusiones 102 Fuentes y bibliografía 107 Anexo Catálogo Descriptivo de la sección documentada "ALFONSO REYES", del Archivo Histórico de El Colegio de México 115 - 5 - PREFACIO Los repositorios documentales, es decir los archivos son: “la memoria institucional de la sociedad”,1 por lo tanto son la fuente de información primordial, y su valor es incalculable, ya que contiene en cada uno de sus documentos el testimonio del momento en que fueron generados, así como el propósito para el cual fueron creados, estas características son las que permiten a los estudiosos la reconstrucción de los hechos, por lo que se convierten en la parte medular de las investigaciones históricas. El archivo es una desgarradura en el tejido de los días, el bosquejo realizado de un acontecimiento inesperado. Todo él está enfocado sobre algunos instantes de la vida de personajes ordinarios, pocas veces visitados por la historia, excepto si un día les da por reunirse en muchedumbre y por construir lo que más tarde se denominará la historia.2 Cuando estas fuentes de información no están sistematizadas u organizadas y carecen del trabajo técnico necesario para que el historiador las interprete y analice, el proceso de la reconstrucción de la historia se dificulta o simplemente no se puede hacer; pues los documentos por sí solos no escriben páginas de historia, ni dan todas las respuestas. Sólo cuando el historiador apela a ellos, es cuando adquiere su verdadero valor: “sin historiador no hay historia, pero sin archivos, bibliotecas y centros documentales en donde buscar y seleccionar información, tampoco habría ni historia ni historiadores”.3 Durante este proceso de reconocimiento de fuentes y de la exposición del trabajo, el historiador se encuentra con una doble tarea: la de buscar, catalogar y clasificar los documentos donde respalda su investigación. La segunda tarea, 1 Mario Camarena y Lourdes Villafuerte, “Los archivos y la lectura en el oficio del historiador”, en Los andamios del historiador. Construcción y tratamiento de fuentes, México, Archivo General de la Nación, 2001, p. 194. 2 La atracción del Archivo, Valencia, Ediciones Alfons el Magnánim/Institució Valeciana D’estudis i investigación, 1991, p. 11. 3 Ibid., p. 193. - 6 - consiste en crear, organizar, interpretar, redactar y presentar su trabajo. Es por estas razones que el historiador incursiona en actividades de archivo, pues en muchos casos no existen las herramientas necesarias para llevar con éxito su labor, por lo que decide participar en la elaboración de inventarios, instrumentos de consulta, catálogos y así solucionar él mismo el problema, y a su vez estas actividades le permiten conocer más a fondo el tema de estudio; obtiene más información de la que buscaba en primera instancia, le facilita su trabajo y lo ayuda a respaldar su investigación ampliamente, para finalmente dejar herramientas para auxiliar a otros investigadores quienes estudien otros temas que giren alrededor de los mismos documentos. Actualmente la apertura de algunos archivos históricos y el trabajo que se realiza dentro de ellos para dar a conocer su acervo, ha generado que tanto historiadores como otros estudiosos de áreas afines comiencen a interesarse en el uso de estos acervos y sobre todo en la participación de las tareas internas del archivo, la finalidad es rescatar y revalorizar documentos que se encontraban olvidados o mal trabajados, y se diversifiquen más investigaciones con otras perspectivas. - 7 - PRESENTACIÓN Alfonso Reyes, además de ser un gran prosista y de haber conciliado cosas difíciles, disímiles, como su gran erudición académica y al mismo tiempo la ligereza de cronista y de haber cultivado prácticamente todos los géneros con la misma excelencia, supo dar a México, su tierra natal, al mundo, y traer al mundo a México. Mario Vargas Llosa (2011) El arribo a México de gran cantidad de ciudadanos españoles entre 1938 y 1940, fue consecuencia del estallido de la Guerra Civil Española y, sobre todo de la política humanitaria y de asilo del presidente Lázaro Cárdenas. Entre los españoles que llegaron a nuestro país contamos niños, mujeres y hombres de edades, oficios, ocupaciones y profesiones diversas. Destacan por su importancia un reducido grupo de ellos. Un grupo de élite exclusivamente seleccionado e invitado, a los que se les calificó como intelectuales, el que estaba integrado por filósofos, literatos, historiadores, sociólogos y científicos. Este grupo además de haber sido auxiliado e integrado a la sociedadmexicana, se les asignó un proyecto especial: continuar con su labor académica, interrumpida por la guerra y enriquecer la cultura mexicana, se les destinó a La Casa de España en México para albergarlos y organizar sus actividades. Dicha institución fue concebida y creada por Daniel Cosío Villegas quien la dirigió en sus primeros meses, pero quien no podía hacerse cargo completamente de ella. Era una institución nueva y sin precedente, por lo que su dirección debía ser cuidadosamente asignada. La persona que estuviera al frente de ella debería contar con determinadas características, pues el cargo no era sencillo y su misión era de suma importancia, su calidad profesional debía estar a la par de los intelectuales que debía dirigir, también debería tener una amplia visión y una experiencia administrativa que resultara benéfica para esta joven institución. No fue sino - 8 - hasta abril de 1939, ocho meses después de creada, que el presidente Lázaro Cárdenas nombró Alfonso Reyes al frente de esta empresa. Reyes era la persona que reunía las características necesarias para tomar dicho cargo; contaba con amplia experiencia de más de 20 años al servicio exterior mexicano donde cumplió cabalmente sus comisiones diplomáticas, adicionando algunas actividades culturales. Durante su labor por Europa y Latinoamericana, se consolidó como un conocido y destacado escritor y humanista, conocía a los miembros de La Casa de España, pues trabajó y entabló relaciones de amistad con algunos de ellos, también compartía la experiencia de sentirse exiliados y fuera de su patria. Al frente de ya esta institución y desde las primeras medidas que tomó comenzó a delinear y conferirle su singularidad personalidad, para finalmente darle sus bases, fortalecerla y conformarla como una institución estable y que hasta la actualidad cumple con una labor académica de mucha importancia. La memoria de la gestión de Alfonso Reyes en La Casa de España y su institución sucesora El Colegio de México, se encuentran al resguardo de El Archivo Histórico de El Colegio de México (AHCM), en la subsección que lleva su nombre. Consciente de su importancia institucional y academia el AHCM desde hace varios años ha llevado una importante labor de rescate, estabilización y sobre todo de difusión de su acervo documental, poniendo principal atención de sus secciones institucionales. Al frente de este proyecto se encuentra su directora Citlalitl Nares Ramos, que en conjunto con El Colegio y otras instituciones han realizado intensamente esta labor. Dentro de este proyecto se comenzó a trabajar uno de los fondos más representativos para El Colegio de México, me refiero a la subsección “Alfonso - 9 - Reyes”, acervo que como ya se mencionó contiene la documentación de la administración de Reyes como presidente y fundador de ésta institución. Tales documentos me fueron asignados para trabajarlos como parte de mis actividades de prestadora de servicio social y posteriormente como becaria del AHCM, el objetivo era elaborar una herramienta útil de consulta para este acervo documental. El resultado fue la elaboración del “Catálogo descriptivo de la sección documental Alfonso Reyes de El Archivo Histórico de El Colegio de México”, el que forma parte esencial éste trabajo y se encuentra en versión digital en CD en el anexo. Una vez terminado y presentado el catálogo y al darme cuenta de su riqueza documental contenida, decidí presentarlo como trabajo de titulación, que además del catálogo cuenta con un estudio introductorio titulado “Alfonso Reyes: formación, experiencias y legado La Casa de España y El Colegio de México”, en el que a través de un esbozo biográfico de Reyes se pretende ubicar al investigador, en su administración al frente de La Casa y El Colegio, con el fin de que se entienda el proceso de su creación y evolución, ya que por medio de la historia de las instituciones, ya sean especializadas, de investigación o de docencia, podemos conocer el ámbito cultural de nuestra historia y de sus múltiples manifestaciones y niveles, por ser éstas las que crean, transmiten y estimulan nuestra cultura.4 El objetivo de este estudio es ayudar al investigador a contextualizar los datos, para que no se pierda en ese mar de documentos y pueda valorarlos sin restarle importancia al verlos aislados, pues las conexiones entre cada expediente genera una visión completa de lo que fue la gestión alfonsina y al 4 Clara E. Lida, José Antonio Matezans, Beatriz Moran, “Las instituciones mexicanas y los intelectuales españoles refugiados: La Casa de España en México los Colegios del exilio”, en José Luis Abellan y Antonio Monclús coordinadores, El pensamiento Español contemporáneo y la idea de América, Madrid, Anthropos Editorial, 1989, p. 81. - 10 - mismo tiempo se pretende estimular a otros investigadores a realizar nuevos estudios con otros panoramas y perspectivas. Son seis los apartados del estudio preliminar donde se van rescatando aquellas actividades de la vida de Reyes que le fueron de utilidad en la dirección de La Casa y El Colegio: 1) Antecedentes y vínculos familiares: entre la política y la milicia, capítulo donde se rescata su legado familiar, los nexos de ésta con la política y el ejército que orillaron a Alfonso Reyes a optar por otro camino, el de las letras. 2) Formación personal y académica, versa sobre sus estudios básicos y su estancia en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, pero sobre todo su integración al Ateneo de la Juventud, sus primeras publicaciones, y su incursión y aceptación en el mundo cultural de la ciudad de México. 3) Situación nacional e inicio de la tragedia familiar: Alfonso Reyes abandona su patria, etapa muy difícil y dolorosa para Alfonso (las circunstancias de la muerte de su padre), que lo orillan a dejar México y comenzar a forjar su propio destino, lejos de su familia pero sin poder deshacerse del legado político de su padre y hermano. 4) Exilio voluntario, misiones diplomáticas: su estancia en Europa, a la corta edad de 24 años Alfonso Reyes sale de México rumbo a Europa y comienza de cero, su estancia en Francia y España lo convirtieron en un verdadero humanista e influyeron en el despegue de su exitosa carrera diplomática. 5) Años mejores, su experiencia en Sudamérica: Brasil y Argentina, su maduración como diplomático y escritor. Su consolidación en la política mexicana y latinoamericana, su deseo por estabilizarse. - 11 - 6) Retorno definitivo, un nuevo reto: La Casa de España en México y El Colegio de México, los últimos 20 años donde logró consolidarse como el más ilustre escritor y un excelente administrador, cuyo legado literario y cultural, permiten su tarea al frente de El Colegio de México y el comienzo de la publicación de sus Obras Completas. Particularmente el estudio introductorio y catálogo resolverán problemas de sistematización de información y guiarán de manera óptima y sencilla al investigador en busca de información, sólo resta que historiadores e investigadores de otras áreas apelen a este acervo para diversificar y analizar sobre muchos temas y varias perspectivas. Si bien es cierto algunos documentos ya han sido estudiados y son conocidos, se limitan a un número reducido de estudios, además, de que sólo han documentado la reconstrucción de La Casa de España y de El Colegio México, siendo que estos documentos contiene abundante información de diversa índole y que aún no han sido trabajados. - 12 - METODOLOGÍA Desde su fundación, La Casa de España y su sucesor El Colegio de México, se han preocupado por la conservación y valoración de los documentos, sobre todo los emanados de su propia conformación institucional. Un ejemplo representativofueron las gestiones tempranas para formar su biblioteca y el inmediato resguardo de la documentación generada por esta, información que da fe y testimonio de su evolución. Lo que derivó en la constitución de cuatro secciones documentales iniciales:5 1. Daniel Cosío Villegas: reúne la documentación relativa a la fundación de La Casa de España, la vida de sus miembros, las actas del Patronato, las primeras actividades, así como su correspondencia personal cuando fungía como secretario y posteriormente como presidente de El Colegio. 2. Alfonso Reyes: cuyo contenido constituye el objeto de este estudio, y el catalogo de esta sección, en el anexo al final de este estudio. 3. Fondo Antiguo renombrada hace tres años como La Casa de España: incluye los expedientes de los miembros de ésta institución; currícula, programas de cursos, temarios, borradores de textos, correspondencia con las autoridades de El Colegio de México con otras instituciones 4. Silvio Zavala: testimonio de correspondencia personal, y académica de cuando era miembro de El Colegio hasta su gestión como presidente. Actualmente el trabajo en el Archivo Histórico de El Colegio de México se ha intensificado y se han recuperado importantes documentos que complementan los anteriores, es el caso del rescate de las secciones de cada uno de los Centros de investigación, como El Centro de Estudios Históricos, Centro de Estudios Sociales, Centro de Estudios Lingüísticos, Centro de Estudios Internacionales, 5 Alberto Enríquez Perea, El Archivo Histórico de El Colegio de México, en Boletín Editorial, México, El Colegio de México, núm. 78, marzo-abril 1999, p. 3. - 13 - Centro de Estudios de Asia y África, la documentación de Víctor L. Urquídi y Raimundo Lida, ambos presidentes de El Colegio de México. A ello se han agregado otros acervos que también el AHCM han puesto empeño para recuperar, organizar y difundir como parte de su política que busca contribuir a las labores de investigaciones en México, en este aspecto encontramos la documentación de “Los hermanos Flores Magón”, “Adriana Vidal de Vidalta”, “Eduardo Villaseñor”, “Ramón Beteta”, por mencionar algunos. El acervo que nos ocupa es el de Alfonso Reyes organizado en 28 cajas, con 898 expedientes, divididos en 14 series, el número de fojas corresponde a 10,435. Como ya se mencionó esta sección es una de las más importantes dentro del AHCM, pero que al igual que las anteriores mantenían limitaciones a su consulta por la falta de sistematización y organización, pues estos documentos antes de conformar una sección y de ser depositados en el Archivo Histórico, se encontraban dispersos en diferentes áreas de El Colegio: en la biblioteca, en el área de Recursos Humanos, en la de Servicios Escolares, e incluso algunos de estos documentos se encontraban dentro de un archivo en activo.6 Significativamente la recuperación de este acervo y su valoración se relaciona directamente con la preocupación de sus primeros miembros y directores, dedicados a la investigación y el aprecio a los acervos documentales. La reunión y organización de la sección que nos atañe, al igual de las todas las secciones de Archivo Histórico se rigen en lo posible, bajo la Norma Internacional General de Descripción Archivística ISAD (G),7 misma que consigna seis elementos obligatorios de descripción: 6 Clara Lida, José Antonio Matesanz, Josefina Zoraida Vázquez, La Casa de España y El Colegio de México. Memoria 1938-2000, México, El Colegio de México, 2000, pp. 21-28. 7 Cuadernos del Archivista, Norma Internacional General de Descripción Archivística ISSAD (G), México, Archivo General de la Nación, 1997, pp. 10; ISAD (G): Norma Internacional General de Descripción Archivística. Adoptada por el Comité de Normas de Descripción, Estocolmo, Suecia, 19- - 14 - a) Área de identificación (donde se incluye información esencial para identificar la unidad de descripción). b) Área de contexto (se refiere a la información sobre el origen y custodia de la unidad de descripción). c) Área de contenido (contiene información sobre el tema principal de los documentos y la organización de la unidad de descripción). d) Área de acceso y utilización (especifica información acerca de la disponibilidad de la unidad de descripción). e) Área de documentación asociada (se refiere información acerca de los documentos que tienen una relación importante con la unidad de descripción). f) Área de notas (contiene información auxiliar y la que no puede incluirse en otras áreas). Siguiendo éstas reglas de metodología se ha conformado la elaboración de una ficha catalográfica, para efectos de este acervo documental se realizó por cada expediente, la ficha que contiene los diferentes campos de información que ayudan al lector a tener una mejor sistematización y acercamiento a los datos, con el fin de auxiliarlo en su búsqueda. Un ejemplo de la ficha catalográfica enumerando cada campo, en la página siguiente. 22 septiembre 1999 (Versión española de Asunción de Navascués Benllonch…), segunda edición, Madrid, Subdirección de los Archivos Estatales, 2000, y Margarita Parra Betancour, Notas del Curso- Taller, Organización de Archivos, impartido en El Colegio de México, julio 2009. ‐ 15 ‐ ARCHIVO HISTÓRICO DE EL COLEGIO DE MÉXICO FICHA CATALOGRÁFICA FONDO: El Colegio de México (1) CAJA: (7) SECCIÓN: Archivos Institucionales (2) EXPEDIENTE: (8) SUBSECCIÓN: Alfonso Reyes (AR) (3) FOJAS: (9) TEMA: (4) SUBTEMA: (5) FECHA/PERIODO: (6) DESCRIPCIÓN DEL EXPEDIENTE: (10) DESCRIPCIÓN PERSONA: (11) DESCRIPCIÓN INSTITUCIÓN: (12) OBSERVACIONES: (13) ELABORACIÓN REVISIÓN No. de ficha (14) (15) (16) - 16 - Descripción y definición de cada campo de la ficha catalográfica: 1. Tema: también conocido como serie. Corresponde al conjunto de documentos producidos en el desarrollo de una misma actividad que versa sobre una materia o asunto específico, en nuestro acervo contamos con 14 series o temas diferentes: Correspondencia Peticiones Correspondencia Personal Seminario sobre la Guerra Seminario sobre América Latina Seminarios Varios Instituciones Educativas y Culturales Correspondencia con Organismo Extranjeros Correspondencia con Embajadas Grupo “Smith College” “The Cornegie Endowment for International Peace” Boletines de la Capilla Alfonsina Artículos y homenajes a Alfonso Reyes Trabajos de Alfonso Reyes en periódicos y revistas 2. Subtema: también se identifica como subserie, se refiere a una segunda división que nos ayuda a especificar de manera más práctica los documentos, un ejemplo representativo es la Serie Correspondencia, la “subserie A-C”, lo que quiere decir que esa caja contiene remitentes con apellidos de la A a la C específicamente. 3. Fecha/periodo: en este apartado recopilamos los datos de la fecha en que fue generado el documento, cuando es más de uno se organiza - 17 - cronológicamente y se registran las fechas extremas: 1939-1942, o si la documentación fue emitida sólo en un mes, registramos, mes y años: septiembre 1957, y si se cuenta con un solo documento podemos rescatar la fecha exacta, día, mes, años: 12/febrero/1945. 4. Caja: se registra el número de caja a que corresponde, para éste acervo se enumera de la caja 1 a la 28. 5. Expediente: es una unidad formada por uno o más documentos generados o recibidos por una persona o institución, en la resolución de un mismo asunto, losdocumentos de un expediente se interrelacionan entre sí y se acumulan de manera natural y cronológicamente, para esta subsección se cuentan con 898. 6. Fojas: corresponden a cada uno de los elementos que conforman un expediente, su soporte puede variar de material (hoja bond, papel cebolla, cartón, papel fotográfico), al igual que su tamaño, pero se cuenta cada elemento que contenga información escrita o gráfica. 7. Descripción expediente: parte esencial de la ficha, pues en este apartado se registra un resumen del contenido del expediente, es decir se rescata el asunto, sistematizando la información de manera concisa y concreta para que el lector comprenda la idea general a que se refiere el documento y pueda valorar si es conveniente revisar el documento original. En este apartado se registra entre corchetes y paréntesis información extra, aquella que no se incluye en el documento pero que se investigó para la comprensión del texto. 8. Descripción persona: lugar donde se rescata y se consignan todos los nombres de las personas que se encuentran involucradas en el documento, sean o no remitentes, pero se mencionen en el cuerpo del - 18 - texto, también se usaron corchetes para hacer aclaraciones respecto al nombre completo de la persona en cuestión. 9. Descripción institución: espacio en el que se señalan los nombres de las instituciones ya sean educativas, culturales o empresas particulares, que intervienen en el contenido del documento, de igual modo se usaron corchetes y paréntesis para la información complementaria. 10. Observaciones: en este espacio se consigna datos adicionales para la mejor comprensión del documento, especialmente se especificó el tipo de documento: si son telegramas, informes, fotografías, dibujos. También aclara el estado del material y se trata de un impreso, manuscrito, mecanuscrito, si su escritura estaba en otro idioma, datos aclaratorios y una valoración de estado del documento. 11. Elaboración: lugar donde se consigna las iniciales del nombre completo de la persona quien realizó la ficha, así como la fecha de cuando la elaboró. 12. Revisión: como el dato anterior, en este espacio se registra las siglas de la persona quien reviso el contenido y orden de la ficha, así como la fecha que se realizó esta tarea, sin embargo a partir de la caja 3 este espacio sólo consigna las iniciales de quien realizó la revisión. 13. No. de ficha: en este apartado se le asignó un número a cada ficha, aunque sabemos que son 898 en total, se colocó un número de ubicación el que indica el número de caja y el número de expediente. Es decir el número de la ficha 0101, los dos primeros dígitos indican la caja y los siguientes dos de expediente por lo que dicho número corresponde a la caja 1 y expediente 1, si el número de ficha es 1323 entendemos que la caja es la 13 y el expediente es el 23. - 19 - El proyecto se realizó en dos etapas: la primera fue de ordenación y estabilización; se efectuaron labores de corroboración de datos, reparación de documentos, cambio de soporte, de cajas y de etiquetas, para concluir con la creación de un inventario y de un instrumento de consulta interno, lo que permitió conocer el material y temas que lo integran, así como la sistematización y técnica del trabajo de archivo. En la segunda etapa se desarrolló la catalogación del acervo, esta actividad fue la más significativa e importante y también en la que se invirtió más tiempo, pues se comenzó con la lectura de cada una de las fojas para someterla a un análisis y para extraerle información esencial con el fin de obtener una descripción acertada de su contenido, en algunos casos fue necesario buscar información externa, para que la comprensión del documento fuera íntegra. En esta etapa se logró conformar un catálogo descriptivo de 898 fichas que dan cuenta de la administración de Alfonso Reyes al frente de El Colegio de México, y que permite comprender la manera de cómo Reyes fue forjando y fortaleciendo una institución que trascendió hasta nuestro días, gracias a una inteligente dirección, con visión a futuro y fundada en un momento de convulsiones internacionales y pocas garantías para la gestación de instituciones académicas. También es indispensable dar a conocer el funcionamiento y las primeras actividades de esta institución, las contribuciones a la educación y cultura mexicana por parte de los exiliados españoles y del ímpetu de Reyes en la vida intelectual y cultural de México. Es decir durante la lectura y análisis de las más de 10,000 fojas se logra comprender el vínculo de identidad de Alfonso Reyes y El Colegio de México. - 20 - ALFONSO REYES: FAMILIA, FORMACIÓN, EXPERIENCIA Y LEGADO (LA CASA DE ESPAÑA Y EL COLEGIO DE MÉXICO) Alfonso Reyes fue uno de los principales escritores mexicanos del siglo XX. En rigor, fue mucho más que eso: también destacó como un diplomático y humanista capaz y dedicado; por si esto fuera poco, su experiencia, su visión y su cosmopolitismo lo convirtieron en un intelectual completo y en un hombre pragmático creador de instituciones y gran servidor del país. El objetivo de estas páginas es presentar un esbozo de la vida de Alfonso Reyes que nos permita descubrir su pluralidad intelectual, sus diferentes facetas y comprender de manera clara la última etapa de su vida: la de gestor y creador institucional, es decir, la de presidente de El Colegio de México. Para poder resolver satisfactoriamente este último punto es necesario ir deshebrando y descubriendo aquellas actividades y experiencias que hicieron posible su determinante administración y que le permitieron forjar y sentar las bases de lo que hoy es El Colegio de México. La referencia bibliográfica de Alfonso Reyes es vasta, destacan por su abundancia: libros, artículos, reseñas, antologías, ensayos, crónicas, anecdotarios, ediciones de homenaje,8 todos éstos, producto tanto de su actividad literaria, de su misión diplomática, así como de sus relaciones personales y profesionales con diferentes intelectuales nacionales y extranjeros que derivó en un cúmulo epistolar significativo. Su biografía es bien conocida y está muy bien estudiada. Sin embargo, existen dos obras angulares que nos permiten acercarnos mejor a la vida de Alfonso Reyes: la primera es un texto de su nieta Alicia Reyes, cuya particularidad es presentarnos la biografía 8 Un estudio bibliográfico de 1974 recopiló más de 3, 000 obras sobre Alfonso Reyes, a la fecha por obvias razones este número ha sido rebasado. véase James Willis Robb, Repertorio biográfico de Alfonso Reyes, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1974. - 21 - acompañada de evocaciones, relatos, anécdotas familiares, y experiencias personales.9 El otro estudio, es del historiador Javier Garciadiego que nos presenta un análisis acertado de las etapas biográficas de Alfonso Reyes, así como su contexto político y social, apoyado en una investigación académica muy rica en información de archivos y bibliografía.10 No hay que prescindir del testimonio directo de Reyes, pues como todo escritor su obra literaria está marcada por sus experiencias personales y su contexto. A pesar de que no dejó un libro autobiográfico, sí podemos ir rastreando aquellos escritos que son representativos o bien directamente manifiestan alguna etapa de su vida, entre los ejemplos más destacados podemos encontrar: “Parentalia”, “Albores”, “Historia documental de mis libros”, “Pasado Inmediato”, “Vísperas de España”, “Rumbo al sur” por mencionar los más citados e importantes.11 Otra actividad de Reyes en la que nos podemos apoyar es su hábito epistolar, que da cuenta de la gran cantidad de amistades, de sus relaciones tanto personales como profesionales, además de su inevitablenecesidad de tener noticias de sus amigos y la situación política de México y del mundo.12 Por si no fuera poco tal legado, Alfonso Reyes también dedicó tiempo para escribir “un diario de datos” como él mismo lo calificó, para 9 Alicia Reyes, Genio y Figura. Alfonso Reyes, Argentina, Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1976. 10 Javier Garciadiego, Alfonso Reyes. Breve biografía, México, Planeta, 2009. 11 La recopilación completa de su obra se encuentra en Alfonso Reyes, Obras Completas, 26 tomos, México, Fondo de Cultura Económica, 1954-1996 (en adelante OC). Una lista de las publicaciones de Alfonso Reyes hasta 1959, de las traducciones de éstas obras a otros idiomas (francés, portugués, italiano, alemán, ruso, griego moderno) en Archivos Histórico de El Colegio de México, subsección Alfonso Reyes, caja 5 expedientes 6 y 25, # 0506, 0525 de ficha del catálogo anexo (en adelante AHCM-AR). 12 Se han publicado más de 15 libros dedicados a la correspondencia de Alfonso Reyes y diferentes personajes (Pedro Henríquez Ureña, Victoria Ocampo, José Luis Martínez, José Gaos, José Puche, Octavio Paz, Gustavo Baz, María Zambrano, Daniel Cosío Villegas, Agustín Millares Carlo, José Vasconcelos, entre otros). - 22 - dar testimonio de su “situación objetivamente descrita”, sobre todo para consignar los aspectos profesionales.13 Estas características de la historiografía alfonsina, se deben al impacto literario que Alfonso Reyes dejó en la cultura mexicana, a la importancia de su actividad como representante de México en la diplomacia exterior de principios del siglo XX, y en cuanto a su biografía y sus epistolarios, la cantidad de amistades y relaciones personales hablan por ellas mismas, así como la intensidad que llevó su vida. No obstante, la faceta de Alfonso Reyes como administrador institucional no ha sido exaltada ni reconocida como sus actividades anteriores. Esto se debe por una parte, a la consolidación de su obra literaria durante los 20 últimos años de su vida, periodo en que al mismo tiempo fungió como presidente de La Casa de España y El Colegio de México, y por la otra, debido a la trascendencia de El Colegio de México se da por hecho, la buena administración de Reyes al ser su primer presidente. I. Antecedentes y vínculos familiares: entre la política y la milicia Alfonso Reyes nació en Nuevo León en las postrimerías del siglo XIX —un 17 de mayo de 1889, para ser precisos— en el seno de una familia de profesionistas con hondos intereses políticos y militares. En efecto, su padre el general Bernardo Reyes,14 fue un destacado militar y político. Entre sus cargos más importantes 13 Alfonso Reyes, Diario, entrada 4 diciembre de 1938. El Diario de Alfonso Reyes del periodo 1911- 1930 fue publicado por su hijo Alfonso Reyes Mota y por su nieta Alicia Reyes y bajo la edición de la Universidad de Guanajuato en 1969; Alfonso Reyes, Diario, 1911-1930, México, Universidad de Guanajuato, 1969; Actualmente existe un proyecto para publicar el Diario completo de 1911 hasta 1959, en varios tomos, a cargo de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Fondo de Cultura Económica, El Colegio de México, La Capilla Alfonsina, El Colegio Nacional y bajo el cuidado expertos en el tema: Javier Garciadiego, Adolfo Castañón, Fernando Curiel, entre otros dirigidos por Alicia Reyes. Como fruto de ese proyecto en 2010 se publicaron ya dos tomos, dirigidos y anotados por Adolfo Castañón, el tomo I corresponde al periodo 1911-1927 y el tomo II de 1927-1930, los otros periodos se encuentran en prensa. 14 La obras de Rodolfo Reyes, De mi vida. Memorias políticas, 3 vols., Madrid, Biblioteca Nueva, t. I, 1929-1930, presenta una excelente recuento de la vida de su padre. Alfonso Reyes también escribe - 23 - destacan: jefe de la tercera zona militar (1885),15 Ministro de Guerra (1900-1902)16 y gobernador de Nuevo León en dos ocasiones (1885-1887 y 1889-1909).17 Por si fuera poco, su prestigio profesional y público hizo que el General Bernardo Reyes fuera uno de los principales colaboradores de Porfirio Díaz, pero al mismo tiempo lo convirtieron en víctima de innumerables envidias de otros grupos políticos, que propiciaron el declive de su carrera política y grandes complicaciones para su familia. Si nos remontamos temporalmente, podemos darnos cuenta que la tradición política y militar procede de su bisabuelo paterno Doroteo Reyes que llegó a América gracias a los servicios y relaciones con Fernando VII. Por su parte, su abuelo paterno Domingo, llegó como arriero de Nicaragua a Guadalajara donde pasó rápidamente a ocupar puestos públicos y militares, posteriormente se convirtió en un militante del grupo liberal de mediados del siglo XIX, y Jefe de la Guardia Nacional de Jalisco durante la Intervención estadunidense. Comenzando a relacionarse con las familias importantes de Jalisco, Domingo Reyes logró contraer matrimonio con Juana Ogazón hermana de Pedro Ogazón quien le ayudaría a integrarse a la política nacional de manera directa, pues era ya un connotado militar liberal, quien luchó en la rebelión de Ayutla, fue Diputado del Congreso Constituyente de 1856, y participó en la Guerra de Reforma un pequeño estudio biográfico de su padre, en Alfonso Reyes, “Guión biográfico del General Reyes” en OC, t. XXIV, pp. 483-489. Otras referencias biográficas son: Victor E. Niemeyer, El general Bernardo Reyes, México, Gobierno del estado de Nuevo León/Universidad de Nuevo León, 1966, y Artemio Benavides Hinojosa, El general Bernardo Reyes. Vida de un liberal porfirista, Monterrey, México, Ediciones Castillo, 1989. 15 El mando de la tercera zona militar comprendía Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas con ese encargo había de sofocar cualquier sublevación que pudiera representar un peligro para la paz pública y sobre todo implementar el régimen porfirista en el norte. 16 En enero de 1900 es llamado a ser Secretario de Guerra y Marina, su mayor obra como ministro fue modernizar al ejército al crear la Segunda Reserva, dándole la simpatía y fidelidad al ejército, y al mismo tiempo la envidia y desconfianza de los ‘científicos’ e incluso del Presidente Díaz. 17 Durante este periodo se iniciaron una serie de acciones modernizadoras y mejoras de Nuevo León en todos los sectores: industria, educación, salud pública, condiciones laborales entre otras. - 24 - encargándose de pacificar la región de Nayarit y Jalisco. Destacó en la lucha contra la Intervención francesa, fue Magistrado de la Suprema Corte de Justicia, protagonista en la rebelión de Tuxtepec, por lo que era un amigo cercano de Porfirio Díaz desde sus primeros triunfos. Vio recompensada su lealtad, pues en el primer gobierno Porfirista fue nombrado Secretario de Guerra y Marina, relación que usó para ayudar a su sobrino Bernardo Reyes a entrar al círculo porfirista y forjar su trayectoria política y militar.18 La tradición familiar ya descrita evidentemente afectó la vida de los ocho hijos del general Reyes, de los cuales cinco eran varones,19 todos ellos fueron testigos de los problemas militares de su padre y unieron sus destinos al de la política nacional en turno. El único heredero de su legado militar fue su hijo León, quien se convirtió en ingeniero militar. Por su parte su hijo Bernardo eludió la tradición familiar y se convirtió en ingeniero, pero Rodolfo fue quien rescató su legado político convirtiéndose en su más fiel y destacado partidario, llegando ser tal su apego y admiración que delineó su carrera política a la par de la vida política de su padre. Lo que respecta a Alfonso Reyes, nuncaaceptó ni el legado militar, ni el político de su progenitor, pero sí aceptó y dio crédito a su padre de haberle heredado la pasión por los libros y la escritura que manifestó a temprana edad. Garciadiego concluye que su vocación literaria “surgió como un rechazo al abrumador ambiente político familiar”20 actitud reafirmada por los trágicos 18 Los estudios que nos permiten conocer el linaje de la familia Reyes son: Javier Garciadiego, “Alfonso Reyes: La definición de su vocación y los avatares políticos familiares”, en Víctor Díaz Arciniega (compilador), Voces para un retrato. Ensayos sobre Alfonso Reyes, México, Fondo de Cultura Económica, 1990, pp. 83-101, del mismo autor Alfonso Reyes. Breve biografía…, op. cit., pp. 13-16. Además de contar los relatos de Alfonso Reyes en “Parentalia”, en OC, t. XXIV, pp. 369-396. 19 Alicia Reyes informa que el general Reyes tuvo en total 11 hijos; tres murieron siendo niños, antes del nacimiento de Alfonso. El mayor de todos fue León, quién era medio hermano de los demás. El nombre y la descripción de los hijos del general los menciona en su obra Genio y figura…, op. cit., pp. 12-35, y Alfonso Reyes hace un recuento de sus hermanos y la vida familiar de su infancia, en “Albores”, en OC, t. II, pp. 493-581, y “Parentalia”, en OC, t. XXIV, pp. 357-379. 20 Javier Garciadiego, Alfonso Reyes: La definición…, op. cit., p. 166. - 25 - desenlaces de las dos figuras influyentes que lo involucraron en ese mundo y del que siempre quiso huir. Finalmente el menor de todos ellos, Alejandro, tampoco se integró en las actividades militares ni políticas, sus intereses eran otros y su mayor pasión fue el teatro. Aunque Alfonso se propuso eludir la política y dedicarse exclusivamente a sus libros, no le fue posible pues la relación con su padre y hermano fue mucho más determinante en su vida de lo que él hubiera querido, sobre todo, con su hermano Rodolfo que a pesar de que más de diez años de edad los separaban y sus intereses eran completamente opuestos, sus vidas coincidieron en más de una ocasión.21 Rodolfo, como ya se mencionó, fue el más fiel admirador de su padre y forjó una carrera política destacada: importante y polémico profesor en la Escuela de Jurisprudencia, principal promotor de las campañas electorales para la presidencia de su padre y redactor del periódico reyista La Protesta. Sin embargo, fue hasta la muerte de su padre cuando comenzó a tomar su propio camino, y cometer sus propios errores. Se integró al efímero gobierno de Victoriano Huerta como Ministro de Justicia, puesto al que renunció siete meses después para convertirse en Diputado por un Distrito de Jalisco, en este periodo sus actividades políticas menguaron pues al ser disuelto el Congreso por Huerta, Rodolfo fue aprehendido y exiliado a Europa. No obstante, esta última etapa también la compartió con Alfonso en circunstancias similares. Tuvo que subsistir trabajando arduamente como abogado. Pero la diferencia entre ambos fue que Rodolfo nunca regresó de su exilio, el que se prolongó por 40 años hasta su muerte, tiempo que vivió resentido con México por no valorar su trabajo y 21 Véase Javier Garciadiego, “Rodolfo Reyes el hermano Antípoda”, en Cultura y política en el México posrevolucionario, México, Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, 2006, pp. 281-313. - 26 - acciones, y por supuesto haber cobrado la vida de su padre.22 No sucedió lo mismo con Alfonso quien afrontó con el mismo valor su exilio pero con la diferencia de que él sí tenía la esperanza de regresar al país e incluso participar en la reconstrucción nacional después del la violencia revolucionaria. Entendamos y concluyamos que la tradición familiar y la situación nacional presentan a Alfonso Reyes inmerso en un entorno político activo y sobre todo violento, no hay que olvidar que su familia alcanzó su estatus gracias a las armas, a los conflictos y a la efervescencia de finales del siglo XIX mexicano. Por tanto, Alfonso no podría negar su legado ni eliminar la política de su vida, podemos decir que la asumió y la sufrió incluso pagando culpas ajenas —las de su padre y su hermano Rodolfo—, lo que también le dejó una deuda moral con el país. A pesar de ello, sí se vio favorecido por la posición social de su familia, pues logró acceder rápidamente al ambiente cultural del país, lo que le permitió tener una visión más amplia y atinada de la vida intelectual, cultural y política de México, experiencias que le permitieron actuar de manera responsable y prudente posteriormente. II. Formación personal y académica Alfonso Reyes pasó su infancia y adolescencia23 con gran complacencia y desahogo en la creciente ciudad de Monterrey, lugar en extremo importante 22 Recién llegado a Europa Rodolfo consideraba que su exilio sería pasajero: “No abrigo proyectos de futuro porque creo que lo de la patria pasará pronto y por primera vez en mi trabajadora vida me doy unas plenas vacaciones”, pero al establecerse en España y comprendiendo su situación volvió a consignar “… esperando siempre en que pasar la situación nacional a un estado más o menos normal y sin resolverme a sentir mi expatriación como definitiva”, véase Rodolfo Reyes, op. cit., t. III, pp. 18 y 33. 23 Para esta etapa de Alfonso en particular, véase Felipe Garrido (selección de textos, comentarios y notas), Alfonso Reyes. Infancia y adolescencia, México, Secretaría de Educación-Nuevo León/Gobierno de Nuevo León, 2007. - 27 - para Alfonso quien lo rememora en algunos de sus poemas, por representar para él amor a su tierra:24 Monterrey de las montañas, tú que estás a par del río; fábrica de la frontera, y tan mi lugar nativo que no sé cómo no añado tu nombre en el nombre mío… Durante el periodo de su infancia y adolescencia su padre era el gobernador del estado, el país se encontraba en transición: entre la última etapa de la paz y progreso porfiriano y los inicios de las movilizaciones armadas y disturbios. Alfonso llevó una educación tradicional, con estudios iniciales en las escuelas locales de Monterrey:25 comenzó en la de doña Melchorita Garza, ubicada al lado de su casa; posteriormente pasó al Colegio San Luis Potosí Gonzaga, y luego cursó en el Instituto para Varones de Jesús Loreto y en el Colegio Bolívar. Su vocación de escritor fue temprana, así como su gusto por la lectura. Sus primeras composiciones pronto aparecieron publicadas cuando contaba apenas con 16 años.26 La familia de Alfonso Reyes pasó una temporada corta en la ciudad de México de 1900 a finales de 1902 durante el desempeño del general Bernardo Reyes en el Ministerio de Guerra y Marina. Alfonso contaba con tan sólo 11 años y su estancia en la capital no simbolizó nada. No obstante, para su padre fueron años decisivos, pues el ambiente político que enfrentó fue tenso, las desavenencias con el grupo de los científicos, en especial con José Yves Limantour, Secretario de Hacienda de Porfirio Díaz y uno de los científicos más 24 Alfonso Reyes, “Romance de Monterrey”, en OC, t. X, p. 52-54. 25 Un currículum completo de Alfonso Reyes en AHCM-AR caja 5, exp. 6, ff. 3-10 (# 0506). 26 En 1905 aparecieron publicados sus primeros poemas: “Nuevo Estribillo” y “La duda”, en los diarios de Monterrey Los sucesos y en El Espectador respectivamente. - 28 - destacado, le generó un primer rompimiento con el gobierno y la pérdida de confianza del presidente Díaz, lo que significó el principio de su declive político. Bernardo Reyes forzado por las circunstancias regresó con toda su familia a Nuevo León a tomar de nueva cuenta la gubernaturadel estado, cargo que ocupó hasta enero de 1910, a pesar de que había salido en comisión a Europa a finales de 1909.27 A pesar de las vicisitudes de su padre, en 1905 Alfonso regresó a la ciudad de México para ingresar a la Escuela Nacional Preparatoria, su hermano Rodolfo fungiría como su tutor. Rápidamente se integró al mundo cultural capitalino, relacionándose con importantes jóvenes poetas y conociendo las nuevas propuestas literarias, lo que significó el despunte de su carrera literaria e intelectual. Durante esa época realizó varias actividades extracurriculares, una de ellas fue colaborar en los primeros números de la revista Savia moderna28 invitado por Alfonso Cravioto y Luis Castillo Ledón, al cierre de esta revista Alfonso junto con sus compañeros de redacción fundaron Sociedad de Conferencias y Conciertos, dirigida por el arquitecto Jesús T. Acevedo. El propósito de dicha Sociedad fue reunirse para leer filosofía moderna y clásicos grecolatinos. Alfonso Reyes ya no era recién llegado, pues había permanecido en la ciudad por más de dos años tomando ya parte de la nueva generación de intelectuales, la llamada “generación del centenario”,29 por ser esta generación de jóvenes a quienes les correspondía conmemorar el centenario del inicio de la Independencia de México y sobre todo era un grupo de ensayistas, filósofos y humanistas autodidactas, preocupado por la educación, la difusión de la cultura a 27 Cfr. E. V. Niemeyer, op. cit., p. 143-149. 28 En 1906 en los primeros números de Savia Moderna apareció su soneto “Mercenario”. Para 1908 aparecería publicado en la misma revista un breve ensayo sobre el pintor Julio Ruelas. Esta revista juvenil sólo publicaría 5 números, pues se disolvió con la salida a Europa de su fundador Alfonso Cravioto. 29 Alfonso Reyes calificó así a su generación en “Pasado Inmediato”, OC, t. XII, p. 186. - 29 - la sociedad, para la que reclamaban su participación en el mundo cultural mexicano, dañado por el inicio de la efervescencia revolucionaria, esta generación deseaba dar “un valor al signo de la centuria”.30 Entre sus amigos y compañeros de generación se contaban los jóvenes Antonio y Alfonso Caso, Pedro Henríquez Ureña, Julio Torri, Martín Luis Guzmán y José Vasconcelos entre muchos otros. Finalmente concluyó sus estudios en la Escuela Nacional Preparatoria, por lo que retorna a Monterrey para decidir sus próximos planes. La etapa tranquila de comodidad y bienestar pronto llegaría a su fin y comenzarían los años difíciles incluso hasta trágicos. Para comienzos de 1908 los sucesos políticos nacionales se tornarían complicados tanto para su padre como para el gobierno porfirista; la dictadura había entrado en una crisis que poco a poco se convertiría en algo más serio. La correspondencia de Alfonso Reyes con su amigo Pedro Henríquez Ureña da cuenta de estos días en los que su vocación de escritor se truncaría debido a los problemas paternos y a la desazón de la política mexicana, ya que el proyecto de su padre “…es que yo vaya a Nueva York y estudie en la Universidad de Columbia”. En ese mismo mes se desvaneció dicho proyecto y Alfonso le vuelve a escribir a su amigo Pedro: “lo he oído quejarse de que está atrasado económicamente… y tan preocupado lo veo que ya seriamente pienso pedirle (como cosa mía…) que no me mande a New York”.31 La única solución que encontró Alfonso fue estudiar Leyes, pues “las leyes parecían una aproximación a las letras”,32 una alternativa para ejercer la diplomacia y desarrollar una vida paralela de escritor y así ampliar sus horizontes socioculturales. 30 Ibid., pp. 183, 186 y 206. 31 Cartas de Alfonso Reyes a Pedro Henríquez Ureña, del 14 y 29 enero 2008 en José Luis Martínez (editor), Alfonso Reyes/ Pedro Henríquez Ureña, Correspondencia I (1907-1914), México, Fondo de Cultura Económica, 1986, pp. 50-51 y 66-71. 32 Alfonso Reyes, “Pasado Inmediato”, en OC, t. XII, p. 195. - 30 - En mayo de 1908 nuevamente le escribió a su amigo Pedro Henríquez; “He de tomar algunas resoluciones definitivas. Y es ésta: me vuelvo a México y, juntos tú y yo, nos inscribiremos en Jurisprudencia”.33 Decisión que lo llevó a ingresar a la Escuela Nacional de Jurisprudencia e iniciar con sus estudios, retomar sus amistades y actividades literarias, así como su relación con Manuela Mota quien sería su esposa pocos años después. En los meses siguientes, junio y julio, los conflictos políticos aumentaron, principalmente por el problema ineludible de las elecciones de 1910, mismas que desataron gran desconcierto y movilización en el país, alentadas además por las declaraciones del presidente Díaz al periodista James Creelman en 1908, —“entrevista Díaz-Creelman”—, donde manifestó estar de acuerdo con la creación de partidos de oposición para las elecciones de 1910. La clase política, sobre todo aquellos que no estaban de acuerdo con el grupo en el poder —los científicos—, comenzaron a organizar grupos de oposición no contra el presidente, sino contra Ramón Corral cuyo objetivo era integrarse a la política nacional obteniendo la vicepresidencia, para heredar el poder del presidente Díaz, pues en 1910 don Porfirio cumpliría 80 años. El movimiento más fuerte y organizado fue el reyista que postulaba al general Bernardo Reyes para la vicepresidencia, en consecuencia tanto éste como su hijo Rodolfo iniciaron gran actividad política. Alfonso no se involucró en la campaña de su padre, más bien se dedicó a sus estudios de jurisprudencia, convirtiéndose en un alumno destacado, sobre todo en actividades literarias y culturales. Mientras su padre y hermano organizaban a sus partidarios, Alfonso se dedicó a escribir poemas y textos 33 Carta de Alfonso Reyes a Pedro Henríquez Ureña, 10 mayo 1908, en José Luis Martínez, op. cit., pp. 115-116. - 31 - literarios.34 Siguiendo con su vocación de escritor Alfonso también destacó por ser promotor y fundador de algunas asociaciones. Junto con sus compañeros de generación fundaron el Ateneo de la Juventud —octubre 1909—, más que compañeros eran sus amigos, entre los que podemos mencionar, a Pedro Henríquez Ureña, José Vasconcelos, Julio Torri, Antonio Caso, Jesús T. Acevedo, 35 y algunos más conocidos en la redacción en Savia Moderna, en la Sociedad de Conferencias y Conciertos, e incluso algunos desde su estancia en la Escuela Nacional Preparatoria. El Ateneo de la Juventud, “cuya vida queda incorporada a la historia de nuestra literatura”36 como afirmó Alfonso Reyes, fue un grupo semilla de una nueva forma de concebir la vida cultural y política de México, se gestó en un ambiente hostil, en el inicio de las movilizaciones y la primera etapa armada de la Revolución, la que le dio sus características particulares y a pesar de que sólo poco más de cinco años duró su existencia, tuvo gran impacto político y cultural. Su principal función y preocupación fue la divulgación y producción de la cultura y las humanidades, su oposición fue contra el positivismo porfiriano y su objetivo fue dar un sentido filosófico a lo que acontecía a su alrededor incluyendo la violencia revolucionaria.37 En el preámbulo del año del Centenario el Ateneo organizó en la Escuela de Derecho, conferencias conmemorativas a la Independencia, Reyes participó 34 Durante su esta etapa escribe los textos que posteriormente conformaría su libro Cuestiones estéticas, dedicados a la crítica literaria. En 1911 este libro apareció publicado en París, Alfonso también participó en dos ciclos de conferencias para conmemorar el primer centenario de la Independencia y una conferencia dedicadaal intelectual español Rafael Altamira. 35 El Ateneo de la Juventud estuvo integrado por más de 25 socios numerarios y 8 correspondientes, su primer presidente fue Antonio Caso y en 1912 tomó la dirección José Vasconcelos. Los Estatutos del Ateneo se pueden consultar en José Rojas Garcidueñas, El Ateneo de la Juventud y la Revolución, México, Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución de México, 1979, pp. 73-75, 121- 123. 36 Alfonso Reyes, “Pasado Inmediato”, en OC, t. XII, p. 209. 37 Susana Quintanilla, Nosotros, El Ateneo de México, México, Tusquets, 2009, pp. 220. - 32 - en la segunda conferencia que tituló; “Los poemas rústicos de Manuel José Othón”. De igual modo Justo Sierra en el marco de estos festejos inauguró la Universidad Nacional, y creó la Escuela Nacional de Altos Estudios, “en rigor, lo que se fundó fue una Junta Coordinadora entre las diversas facultades ya existentes”,38 de la que Reyes fungiría como su secretario de agosto de 1912 a febrero de 1913, esta institución posteriormente formaría parte de la Facultad de Filosofía y Letras. Durante su gestión como secretario fundó la cátedra de Historia de la Lengua Española, de la que también fue profesor,39 desempeñando así su primera experiencia administrativa formal y educativa, que a pesar de durar solo algunos meses fue provechosa, destacada, es más evidenció las inclinaciones educativas de Alfonso Reyes hacia la literatura mismas que retomaría durante sus actividades profesionales y personales posteriores. Fue en este importante contexto de temprana violencia revolucionaria, de motines y de estallidos que consideramos los primeros pasos de la Revolución, los que rodearon las actividades de los nuevos grupos culturales. El Ateneo de la Juventud se fue conformando como un grupo no exclusivista o elitista, sino cultural y literario, cuyo objetivo fue propagar y difundir la cultura. De hecho traspasó sus objetivos iniciales, los que referían exclusivamente a organizar conferencias y cursos, para convertirse en una agrupación pragmática y útil. El mejor ejemplo fue que en 1912 se funda la Universidad Popular, bajo la supervisión del Ateneo. El objetivo de esta nueva Universidad fue “fomentar y desarrollar la cultura del pueblo mexicano en especial la de los sindicatos 38 Alfonso Reyes, “Pasado Inmediato”, en OC, t. XII, p. 210. 39 Su cargo fue honorario cuyo periodo abarca del 1° de abril de 1913 al 31 de julio de 1913 con licencia hasta el 30 de octubre de 1914, en que dejó de ser catedrático titular, véase currículum de Reyes citado en la nota 25, f. 3. - 33 - obreros”,40 esta institución sobrevivió 10 años durante toda la lucha revolucionaria hasta 1922. El Ateneo de la Juventud también integró y formó a la nueva generación de intelectuales que participarían posteriormente en la política nacional, sobre todo en la reconstrucción de México. No obstante, ante la efervescencia política y civil de esos años el Ateneo también sufrió varias cambios: el primero de ellos fue su nombre, al transformarse en Ateneo de México,41 y en consecuencia de la radicalización de los movimientos políticos, los ateneístas comienzan a dividirse políticamente, pero Fue hasta 1915 cuando el Ateneo de México se disolvió definitivamente dejando a cada miembro continuar con la revolución intelectual iniciada por esta agrupación. Recordemos que Alfonso Reyes abandonó el Ateneo en 1913, cuando tuvo que salir de México. Su salida y la desintegración del Ateneo dos años después molestó y desilusionó a Alfonso Reyes, pues una vez más a consecuencia de la política nacional se había desintegrado uno de sus proyectos que fue determinante en su formación. Para Alfonso, esta experiencia se tradujo en su integración a la vida cultural de la ciudad de México, el despegue de su carrera profesional de escritor y el haber formado parte de la nueva generación de intelectuales y políticos del país. Su participación en la fundación del Ateneo y la Universidad Popular y su breve cargo de secretario en la Escuela Nacional de Altos Estudios, le permitieron 40 Fernando Curiel Defosse, El Ateneo de la Juventud (A-Z), México, Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Filológicas, 2001, pp. 183. 41 En la sesión del 25 de septiembre de 1912 el Ateneo de la Juventud cambió su nombre por el de Ateneo de México, la mayoría de sus fundadores se habían dispersado, pues pasaron a ocupar cargos en la política o en la educación, este cambio de nombre no respondió a una nueva reorganización, sus estatutos permanecieron prácticamente iguales, el objetivo del ahora Ateneo de México fue abrir la institución a todo los intelectuales del país, es así que se integran nuevos socios (Luis G. Urbina y Jesús Ureta, por mencionar algunos). Cfr. Alfonso García Morales, El Ateneo de México, 1906-1914. Origen de la Cultura Contemporánea, Sevilla, España, Publicaciones de la Escuela de Estudios Hispano-Americanos de Sevilla, 1992, pp. 212 y 213. - 34 - observar y aprender la formación de instituciones educativas y culturales en situaciones adversas. III. Situación nacional e inicio de la tragedia familiar: Alfonso Reyes abandona su patria “No tengo entusiasmos juveniles por las cosas épicas y políticas”,42 afirmaba Reyes. Evidentemente su deseo siempre fue alejarse de la actividad política, más aún cuando la situación nacional se volvió violenta e involucró a su familia y a amigos. Su verdadero interés como ya se ha mencionado y el mismo se esforzó por manifestar, fue la literatura, pero ante la magnitud de los hechos y la participación de su padre y hermano en los enfrentamientos políticos y militares, le fue imposible evadir estos conflictos. Para 1909 las campañas reyistas en pro del general Bernardo se fortalecieron y se extendieron a lo largo de la República, —clubes, partidos, grupos políticos proselitistas— por lo que el movimiento pronto se convirtió en una gran amenaza para la dictadura.43 Las acciones del gobierno no se dejaron esperar, y lejos de los anhelos del general Reyes, para que Díaz lo nombrara su sucesor, el presidente le asignó una comisión militar a Europa. Bernardo Reyes se disciplinó ante Díaz aceptando a finales de 1909 dicha comisión y dejando solos a sus partidarios, esto le significó personalmente un exilio simulado y para el gobierno la eliminación de quien consideraban su enemigo más peligroso. Al quedar acéfalo el movimiento reyista devino su declive, “la muerte del reyismo ocurrió simultáneamente con el eclipse de Bernardo Reyes”.44 La efervescencia y descontento no disminuyeron con las resoluciones de Porfirio Díaz, el conflicto 42 Carta de Alfonso Reyes a Pedro Henríquez Ureña, 6 mayo 1911, en José Luis Martínez, op. cit., p. 169. 43 Para esta primera etapa del movimiento reyista consúltese E .V. Niemeyer, op. cit., pp. 143-180. 44 Ibid., p. 175. - 35 - político cada día se radicalizaba. Los reyistas acéfalos de liderazgo decidieron adherirse a un nuevo movimiento: el antirreeleccionista, apenas en formación. El ingreso de los reyistas enriqueció y fortaleció al movimiento de Madero, su conformación y organización hicieron posible su éxito futuro, pues pronto iniciaron una gran campaña política, se fundó el Partido Antirreeleccionistas y apoyaron la candidatura de Francisco I. Madero para presidente de la República. Las elecciones presidenciales se llevaron a cabo en junio de 1910, Porfirio Díaz y Ramón Corral resultaron triunfadores. Por lo tanto, la derrota de Madero trajo como consecuencia que el conflicto político deviniera en rebelión. Las medidas tomadas por Madero para esos momentos fueron violentas y extremas,de esta manera, motivado por el descontento de los resultados de las elecciones y las represiones de la dictadura, proclamó en San Antonio, Texas el Plan de San Luis, y convocó al pueblo a levantarse en armas y pugnar por la instauración de la democracia nacional.45 El presidente Díaz, sin poder controlar la situación y con un ejército envejecido y deficiente, precisó como última acción llamar a Bernardo Reyes, el general que lo había ayudado a imponer la paz y el régimen porfiriano en el norte del país. No obstante, fue una decisión tardía, pues para mayo de 1911, Francisco I. Madero ya había tomado Ciudad Juárez. En virtud de que el general Bernardo Reyes aún no llegaba al país, y su intervención para estos momentos resultaría inútil, Díaz no tuvo otra salida y negoció la paz. Esto significó el fin del Antiguo Régimen, como lo consideraba Alfonso Reyes, provocando la salida de Porfirio Díaz del país el 31 de mayo de 1911.46 45 Para revisar el proceso revolucionario y el contenido del Plan de San Luis Potosí Véase Textos de la Revolución mexicana, Javier Garciadiego (prólogo) y María del Rayo González (selección y notas), República Bolivariana de Venezuela, Fundación Biblioteca Ayacucho, 2010, pp. 190-199. 46 Estas negociaciones culminaron con la firma de los Tratados de Ciudad Juárez, el 21 de mayo de 1911 por los representantes del gobierno de Díaz (Francisco S. Carvajal) y los representantes de la rebelión (Fco. Vázquez Gómez, Fco. I. Madero y José Ma. Pino Suárez), entre sus principales objetivos - 36 - Al tanto de los acontecimientos, en su correspondencia comentaba “Ya triunfó la Revolución. Madero llega mañana. El general Díaz se fue ya”, pero “aquí la vida se hace dura, insoportable, somos un pueblo trágico”, y “los disturbios de México han llegado a molestar la vida privada de las gentes”.47 A pesar de la violenta situación nacional, Alfonso llegó a expresar que estaba tranquilo y contento, pues su padre no participaba en este conflicto y lo veía a salvo en tierra extranjera: “Quizá mi padre va a tener que quedarse en La Habana (de lo que yo me alegré)”.48 Esta tranquilidad le duraría muy poco pues para angustia de Alfonso y el resto de la familia, el general Reyes obtuvo permiso para ingresar al país el 9 de junio de 1911. Por tanto, algunos miembros de la familia Reyes retomaban fervorosamente sus actividades políticas, sin pensar siquiera que el desenlace sería una auténtica tragedia que comenzó el día que el general Reyes pisaba suelo mexicano. Inmediatamente Rodolfo y sus partidarios más fieles iniciaron actividades; en primera instancia reconocieron el gobierno interino de Francisco León de la Barra y el liderazgo de Madero al frente de la oposición. Madero prometió integrar al general a su gabinete como secretario de Guerra al momento de tomar la presidencia, estaba dispuesto a contar con la colaboración del general, cuestión que no aceptaron los demás revolucionarios, pues no admitían la integración de un viejo porfirista al nuevo gobierno. La actitud de Bernardo Reyes aparentemente era tranquila pues estaba convencido de no hacer más daño al país y traer la paz, dispuesto aceptar cualquier negociación o resolución con Madero y sus partidarios. fue la renuncia de Porfirio Díaz y Ramón Corral a la presidencia y vicepresidencia respectivamente. Véase Textos de la Revolución mexicana, op. cit., pp. 221-222. 47 Cartas de Alfonso Reyes a Pedro Henríquez Ureña, 6 mayo y 6 junio 1911, en José Luis Martínez, op. cit., pp. 167-169 y 179. 48 Ibid., p. 168. - 37 - Sin embargo, el general Reyes lanzó su candidatura, para las elecciones democráticas y limpias convocadas por León de la Barra, acto que le traería grandes conflictos con otros grupos políticos, quienes atacaban y amenazaban tanto a sus partidarios como a su familia. Otra vez víctima de estos eventos, Alfonso Reyes escribió en su diario: “Estábamos amenazados de muerte. Así se paga el pecado de hacerse amar un día por el pueblo”, “hace un mes que estamos así. Aún las mujeres de la casa tienen rifles a la cabecera. El mío está ahí, junto a mis libros…”.49 Los conflictos aumentaron entre los maderistas, el gobierno y los reyistas. Finalmente Madero ganó las elecciones y Bernardo Reyes fue obligado a abandonar de nueva cuenta el país. Desde los primeros meses del gobierno maderista se podía percibir su debilidad. Los conflictos de descontento no se dejaron esperar y en noviembre de ese año estalló la rebelión zapatista en Morelos y en abril de 1912 estalló otra el norte al mando de Pascual Orozco. Estos sucesos convencían cada día más al general Reyes de ser el único y verdadero sucesor de Díaz, además de ser él quién debía estar al frente del gobierno y traer paz y orden al país, dando fin a la Revolución. Motivado por sus partidarios, especialmente por su hijo Rodolfo comenzó la organización de un levantamiento desde Estados Unidos; convocando un movimiento armado para derrocar a Madero apoyado en el plan político expedido el 16 de noviembre de 1911 en Soledad, Tamaulipas.50 Este proyecto era anacrónico, pues carecía de bases, además de ya no contar con el apoyo del ejército ni con los partidarios que tenía en 1909. El general pretendía la toma de la ciudad de México, pero acusado de violar leyes de neutralidad fue detenido en Estados Unidos; pagando fianza y haciendo negociaciones logró internarse en el país, sin abandonar su interés de 49 Véase Alfonso Reyes, Diario, 1911-1930…, op. cit., entradas del 3 y 15 septiembre 1911, pp. 24, 28. 50 El contenido del este plan en Textos de la Revolución mexicana, op. cit., pp. 246-249. - 38 - tomar la capital, sus últimos esfuerzos fracasaron y paradójicamente al encontrarse completamente solo, tuvo que entregarse a las autoridades en Linares, Nuevo León a finales de 1911. El general Reyes pasó dos años en la prisión de Santiago Tlatelolco en la ciudad de México, esperando un juicio marcial o civil todo de acuerdo a las negociaciones. Rodolfo Reyes también había sido aprehendido pero por poco tiempo, lo que le permitió reanudar su actividad política en favor de su padre, a quien animaba a organizar otro levantamiento contra el gobierno de Madero. En contraste, Alfonso animaba a su padre a escribir sus memorias y conformase en dejar su legado por escrito, evitando que la violencia nacional continuara. En medio de estos acontecimientos Alfonso Reyes contrajo matrimonio con Manuela Mota a finales de 1911 durante su estancia en la Universidad, su único hijo nació en junio de 1912. La vida pública de la familia Reyes se encontraba en actividad constante, los sucesos violentos en la capital tampoco se calmaron. Parte de estas noticias las compartió Alfonso con su amigo Martín Luis Guzmán, tiempo después de los conflictos, cuando da cuenta de estos sucesos y sobre todo, de uno en particular, en el que Alfonso recuerda con su amigo Martín Luis el día que fue a visitarlo con una encomienda del gobierno maderista, pues el presidente por medio de Albero J. Pani, estaba dispuesto a negociar la libertad del general, con la única condición de que Alfonso se comprometiera y garantizara que su padre abandonaría cualquier actividad política y se retiraría a la vida privada, propuesta que Alfonso no aceptó, pues le pareció imposible convencer a su padre de aceptarla: “no era la influencia familiar dominante, sino que era tenido por un muchachito ‘picado de la araña’, dado a la poesía, que vivía en las nubes... no estaba en condiciones de obtener de mi padre semejante - 39 - promesa”.51 Surespuesta y su pasividad ante este hecho, generó en Alfonso una gran culpa, pues a pesar de no haber participado en las últimas acciones de su padre y su hermano Rodolfo, las que culminaron en fatalidad, sí se dolió por no haber intentado convencerlo que desistiera de sus planes y aceptara su liberación. La inquietud y el descontento público no aminoraban recuérdese el levantamiento orozquista de 1912, producto del deficiente proyecto de Madero que fue incapaz de realizar las reformas requeridas por el país y restablecer el orden. Un nuevo complot se comenzó a gestar, el doctor Samuel Espinosa de los Monteros propuso al general Reyes un nuevo levantamiento, ahora desde la capital. Juntos Rodolfo Reyes, Félix Díaz, los generales Manuel Mondragón y Gregorio Ruíz, comenzaron a planear y preparar este nuevo levantamiento — durante la segunda mitad de 1912 y el primer mes de 1913—, pues en los primeros días de febrero de 1913 se había proyectado iniciar el ataque. No obstante, debido a algunos contratiempos, no se logró seguir cabalmente el plan original, por lo que en la madrugada del domingo 9 de febrero dio comienzo el levantamiento. El contra ataque del gobierno maderista no fue inmediato a pesar de que el movimiento era ya público, los sucesos posteriores estuvieron marcados por traiciones, mala comunicaciones y por acciones individuales, que llevaron al fracaso el plan. Bernardo Reyes encabezó el motín, que como consecuencia de la premura y la desorganización, retrasó el ataque a Palacio Nacional, pues tuvo que acompañar a la comitiva para ir por Félix Díaz, el otro líder que encabezaría el levantamiento. El general dirigió al ejército rebelde hacia el Palacio Nacional. Sin embargo, el retraso permitió que se tomaran acciones militares para el resguardo 51 Carta de Alfonso Reyes a Martín Luis Guzmán, 19 mayo 1953, en Fernando Curiel Defosse, El cielo no se abre. Semblanza documental de Alfonso Reyes, México, Universidad Nacional Autónoma de México, El Colegio Nacional, 1995, pp. 55-57. - 40 - del recinto por el gobierno, y se hubieran fraguado algunos acuerdos de traición, por lo que era imposible que el ataque tuviera éxito y llevarlo a cabo significaría un completo suicidio. Fue así que la primera víctima de este desastroso proyecto fuera el propio general Reyes, quien cayó frente a la Puerta Mariana del Palacio Nacional el primer día de ataque. Posteriormente, los historiadores han señalado el hecho como Decena Trágica, pues fueron diez días de combate sostenidos entre el gobierno y Félix Díaz al frente de los rebeldes. El combate en la ciudad de México terminó con las acciones de Victoriano Huerta al tomar Palacio Nacional y desconocer al gobierno de Francisco I. Madero (Madero y Pino Suárez fueron hechos prisioneros y luego asesinados), e iniciar la “paz” con Félix Díaz mediante la firma del Pacto de la Ciudadela.52 Sin embargo, la lucha revolucionaria estaba muy lejos de finiquitarse, pues llegarían años más violentos. La muerte del padre significó para la familia Reyes una autentica desgracia, la popularidad y fama del general decaerían al igual que la fortuna e influencias familiares. Rodolfo Reyes53 decidió participar en el gabinete del nuevo gobierno huertista. Alfonso declinó la oferta de Huerta para convertirse en su secretario particular, pero sí aceptó un cargo diplomático que le permitiera alejarse de la contienda civil, por lo que obtendría con prisa su título de abogado y emigraría hacia Europa con su familia —su esposa e hijo—, huida que lo dejaría profundamente lastimado y que marcaría un periodo de exilio. Su regreso definitivo a México se prolongaría por más de 25 años. La idea de abandonar México había sido considerada por Alfonso tiempo atrás, de esto queda constancia en la carta que escribe a su amigo Pedro Henríquez Ureña: “quisiera salirme de México para siempre: aquí corro el riesgo de hacer lo que no debe ser 52 Textos de la Revolución mexicana, op. cit., pp. 290-292. 53 El testimonio de Rodolfo Reyes, compañero de su padre en esta campaña está documentado, en Rodolfo Reyes, op. cit., t. I, pp. 229-241. - 41 - el objeto de mi vida”, desafortunadamente para Alfonso tuvo que seguir su propio consejo y salir de México. Las líneas que describen mejor el significado de la muerte de su padre las consiga en su diario: “Cuando vi caer ese Atlas, creí que se derrumbaría el mundo. Hay, desde entonces una ruina en mi corazón”, “¿podría soportar tanta sangre y tantos errores? Mi dolor fue tan despiadado que ni siquiera quiso ofuscarme”,54 y registraría posteriormente en su ensayo Oración del 9 de febrero, “… y el que quiera saber quién soy, que lo pregunte a los hados de febrero. Todo lo que salga de mí, en bien o en mal, será imputable a ese día”.55 El deceso de su padre provocó a Alfonso un rechazo más hondo a la política. Sin embargo, no quiere decir que no la entendiera, incluso tenía una visión más clara, por su posición y sus estudios, que la de su padre o la de su hermano, que estaba guiada por las pasiones, la ambición y el poder. También vio en la convulsión revolucionaria un gran daño al país, que afectaba los ámbitos de la vida pública y cultural, lo que significaba que pronto se requeriría su reconstrucción. Quién más para emprender esta tarea que su generación, la que por su formación y la integración en grupos culturales como el Ateneo, era a quien correspondía y contaba con las herramientas para lograrlo. Al mismo tiempo de tomar esta responsabilidad junto con sus compañeros, Reyes se adjudicó una nueva, la de retribuir al país el daño causado por su padre y hermano al fomentar la violencia. Aunque su acción no podía ser inmediata para saldar estas deudas, si lo lograría 25 años después. 54 Alfonso Reyes, Diario, 1911-193…, op. cit., entradas 1912- 1914, p. 31. 55 Alfonso Reyes, “Oración del 9 de febrero”, en OC, t. XXIV, p. 39. Escrito fechado el 20 de agosto de 1930, el día que su padre cumpliría 80 años. Otro emotivo testimonio es su poema “9 de febrero de 1913”, escrito el 24 de diciembre de 1932 en su estancia en Río de Janeiro, véase OC, t. X, pp. 146, 147. - 42 - IV. Exilio voluntario, misiones diplomáticas: su estancia en Europa Fueron 26 años los que Reyes se mantuvo fuera de México, de los cuales más de 14 vivió en Europa —Francia y España— estos años fueron provechosos, pero también resultaron en extremo difíciles. El 12 de agosto de 1913, comenzó su aventura europea o como él mismo consideró a este primer viaje “un destierro honorable”.56 Zarpó del puerto de Veracruz en el buque Spagne, acompañado de su esposa Manuela, y su hijo Alfonsito de tan solo un año. Su comisión y nombramiento fue de segundo secretario en la Legación de México en París, representando al gobierno huertista,57 además de ser comisionado ad-honorem por la Secretaria de Instrucción Pública para ser representante en Francia. Su interés no fue precisamente resolver asuntos diplomáticos o culturales, su verdadera motivación como él mismo lo expresó fue “…poner tierra y mar de por medio y alejarme de la vendetta mexicana”.58 Junto con la familia Reyes en el barco Spagne, viajaban muchos mexicanos, que también huían de México a causa de la Revolución, algunos por voluntad y otros por haber sido exiliados. Breve resultó su estancia y su comisión parisina, sólo 18 meses, lo que duró el gobierno de Victoriano Huerta. A este primer encuentro europeo Alfonso lo calificó como “un provechoso desconcierto”, “ni siquiera disfrutaba yo libremente los placeres del turista”.59 Al tomar Venustiano Carranza el control del país cesó todo el cuerpo diplomático huertista, por lo que
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