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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO PROGRAMA DE MAESTRÍA Y DOCTORADO EN ESTUDIOS MESOAMERICANOS FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOLÓGICAS Un palimpsesto rupestre en la barranca de Santa María La Palma, Hidalgo. TESIS QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE: MAESTRO EN ESTUDIOS MESOAMERICANOS PRESENTA: CARLOS ALBERTO ARRIAGA MEJIA TUTOR PRINCIPAL: DRA. MARIE-ARETI HERS STUTZ INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ESTÉTICAS, UNAM CIUDAD UNIVERSITARIA, CD. DE MÉXICO, NOVIEMBRE DE 2018 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 “Declaro conocer el Código de Ética de la Universidad Nacional Autónoma de México, considerado en la Legislación Universitaria. Con base en las definiciones de integridad y honestidad ahí contenidas, manifiesto que el presente trabajo es original y enteramente de mi autoría. Las citas de otras obras y las referencias generales a otros autores, se consignan con el crédito correspondiente”. 3 Universidad Nacional Autónoma de México Programa de Maestría y Doctorado en Estudios Mesoamericanos Facultad de Filosofía y Letras Instituto de Investigaciones Filológicas Un palimpsesto rupestre en la barranca de Santa María La Palma Tesis Que para optar el grado de Maestro en Estudios Mesoamericanos Presenta Carlos Alberto Arriaga Mejía Tutor Principal Dra. Marie-Areti Hers Stutz Sinodales Dr. Fernando Berrojalbiz Cenigaonaindia Dr. Félix Alejandro Lerma Rodríguez Dr. Manuel Alberto Morales Damián Dr. Jaime Carlos Viramontes Anzures Noviembre de 2018 4 Agradecimientos En esta página quiero darles mis más profundos agradecimientos a las instituciones y personas que me permitieron y ayudaron a realizar esta investigación. Antes que nada agradezco la beca que me otorgo la Universidad Nacional Autónoma de México con la finalidad de estudiar la Maestría en Estudios Mesoamericanos además de los apoyos económicos recibidos a través del Programa de Apoyo a los Estudios de Posgrado (PAEP). Por medio de los recursos económicos y materiales de los proyectos “Arte y comunidades otomíes: Metamorfosis de la memoria identitaria (PAPIT IN402113) y “Arte rupestre y la voz de las comunidades (PAPIT IN403616) a cargo de la Dra. Marie-Areti Hers Stutz del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM pude llevar a cabo mis trabajos de campo en las comunidades del Mezquital. Le expreso mi gratitud y reconocimiento a la Dra. Hers por sus innumerables cualidades, evidentemente no solo como profesora e investigadora, sino sobre todo como ser humano. Sus atinadas y precisas indicaciones me fueron de gran ayuda. Al Dr. Francisco Rivas Castro por sus valiosas aportaciones académicas, su permanente cordialidad y buen humor. A Don Francisco Luna Tavera (+) por haber estado dispuesto permanente a compartir sus conocimientos con todos nosotros. Agradezco a los Dres. Fernando Berrojalbiz Cenigaonaindia, Félix Alejandro Lerma Rodríguez, Manuel Alberto Morales Damián y Jaime Carlos Viramontes Anzures por su valioso tiempo dedicado a las lecturas y sugerencias de este documento, muchísimas gracias. Hago extensiva mi gratitud a todos los amigos y compañeros del Seminario de Cultura Otomí entre los que no puedo dejar de mencionar a Domingo España, Gabriel Barrera y Mario Ramírez con quienes tuve la oportunidad de visitar muchos sitios rupestres, de intercambiar valiosas reflexiones y aprender con ellos 5 los devenires del Mezquital. Gracias Daniel H. por introducirme al seminario, las coincidencias no existen. A todos mis profesores, compañeros y amigos del Posgrado en Estudios Mesoamericanos por enriquecer con sus presencias y conocimientos compartidos mi experiencia en la UNAM. Debra, David, Edgar, Fernando… espero verlos pronto. Evidentemente a las autoridades y las personas de las comunidades del Mezquital les debo y agradezco sus atenciones y calidez, son ellos los que nos comparten y permiten conocer su historia para nutrir la nuestra. A la gente, a la comunidad de El Espíritu le hago un reconocimiento muy especial, desde siempre los saludo: gracias por la belleza y profundidad de sus sentimientos, admiro su devoción por lo sagrado, su fortaleza por mantenerlo vivo y compartirlo. Muchas gracias a mis compañeros y amigos del INAH Hidalgo, particularmente a los arqueólogos Alfonso T., Nadia V., y Don Carlos Hernández con quienes permanentemente redescubro nuestra herencia precolombina y aprendo muchas cosas valiosas. Finalmente agradezco y dedico esta tesis a mi madre María del Pilar, a mí a padre Daniel Onésimo, a mis VVMM del IGA AC por todo y especialmente a mi esposa Sasha D. por los innumerables y maravillosos ideales, momentos, lugares, sentimientos y luchas que compartimos juntos. 6 Introducción …………………………………………….…………………………..……9 Capítulo 1 Mi incursión en la gráfica rupestre del Valle del Mezquital……………………..…...19 El Panel 1…………………………………………………………………………………28 Generalidades…………………………………………………………………..….…….29 El contexto gráfico inmediato del Panel 1: el Panel 2 y el Panel 3…………………34 Registros e investigaciones previas del Panel 1……………………………………..41 “Sitio No. 519 La Calaca”……………………………………………………………….42 Consideraciones y problemas del registro…………………………………………….46 Conclusión en torno al tema del registro………………………………………..…….49 Capítulo 2 Pinturas y petrograbados rupestres: implicaciones cronológicas y culturales en algunas investigaciones en el estado de Hidalgo…………………………………….52 Sitios rupestres de las comunidades de El Zapote y de Santa María La Palma….52 La gráfica rupestre a nivel regional…………………………………………………….58 Recapitulación……………………………………………………………………..……..86 Capítulo 3 Marco teórico metodológico…………………………………………………………….90 Algunas precisiones………………………………………………………………..……92 La caracterización del estilo en la gráfica rupestre del Panel 1………………….....95 7 Aspectos técnicos………………………………………………………………..………96 Aspectos estéticos……………………………………………………………………….98 La estratigrafía……………………………………………………………….…….…….99 El diagrama estratigráfico y la Harris Matrix Composer (HMC)………….….…….102 Recuento del trabajo de campo………………………………………………………106 El trabajo de gabinete…………………………………………………………….……108 Recapitulación……………………………………………………………………….….113 Capítulo 4 Un palimpsesto en el Mezquital…………………………………………………...….116 La nomenclatura………………………………………………………………………..119 Conjunto Gráfico 1…….……………………...……………………………………..…135 Conjunto Gráfico 2……………………………………………………………….…….137 Conjunto Gráfico 3………………………………………………………………….….145Conjunto Gráfico 4……………………………………………………………………..168 Comentarios finales Los motivos y su ubicación espacial en el soporte…………………………………183 La pintura rojo anaranjado…………………………………………………………….185 Los motivos antropomorfos esquemáticos lineales tardíos………………………..189 La pintura blanca……………………………………………………………………….189 8 Los petrograbados……………………………………………………………………..195 La pintura negra y algunas analogías formales………………………………….....198 Los rostros de la divinidad: antes, después y ahora…………………….………….203 La tridimensionalidad en la gráfica rupestre del Panel 1 y otros ejemplos……....205 Conclusiones…………………………………………………………………….…….213 Anexo 1. Motivos rupestres del sitio “El Zapote” según la clasificación de Lorenzo Monterrubio (1992). Tabla comparativa de los registros de Ochatoma Paravacino (1994) e Illera (1994) del Sitio 519 “La Calavera”…………………………………..217 Anexo 2. Láminas de los motivos rupestres del Panel 2 y del Panel 3 del sitio de Santa María La Palma…………………………………………………………………230 Anexo 3. Láminas de los motivos rupestres por Conjunto Gráfico del Panel 1…248 Anexo 4. Propuesta de la Secuencia Estratigráfica General del Panel 1 y microfotografías de algunos de los motivos gráficos……………………………….341 Referencias citadas……………………………………………………………….….346 9 Introducción La gráfica rupestre es el registro de la experiencia humana realizada mediante la pintura y/o el grabado, aplicado y ejecutado sobre y en la superficie de las rocas. Desde una perspectiva general, abarca todo aquello que atañe a la existencia humana en sus aspectos más fundamentales, y en lo inmediato, contribuye a la construcción de las nociones del tiempo y del espacio en cualquier sociedad humana, en tanto que su paulatina presencia en el paisaje fragmenta el momento presente otorgándole profundidad histórica y humaniza lo que en principio son solo rocas. Considero que se fundamenta principalmente en la abstracción de los seres y los objetos del mundo material, cuya representación mediante todo tipo de figuras, trazos o líneas bien pudo ser originalmente descrita mediante la expresión oral, por los conceptos lingüísticos de sus ejecutantes, sin embargo, es evidente que la imagen está dotada de un contenido y un conocimiento oralmente inabarcable. Parto de la premisa de que hay simultáneamente una idea y un sentimiento en toda obra plástica. Al hacerse tangibles por medio de sus representaciones gráficas, las ideas y los sentimientos de los autores quedan expuestos a la reflexión, al escrutinio individual o colectivo, público o privado, mediante las evocaciones originadas por quienes se relacionan y entran en contacto con ellas, no solo por medio de los ojos sino mediante casi todos los sentidos. Dialogan a lo largo de la historia humana la imagen almacenada en el soporte rocoso unificado en el paisaje con las mentes y los corazones de las gentes, de los espectadores presentes que les atribuyen una intención, un significado, un propósito o qué simplemente la observan y atestiguan. No puedo sino conjeturar que fue lo que empujó al hombre a dejar su impronta a través de los pigmentos adheridos a las rocas milenarias, ancestrales. Cualquier apreciación de nuestra parte obliga a la mesura, todo son aproximaciones sí partimos no de la pureza del objeto, el ente material, sino de las 10 múltiples atribuciones culturales de que fue dotado por su creador o sus creadores a partir de la consideración profunda, del discernimiento encaminado a destacar lo que en un momento concreto tuvo trascendencia y fue digno de ser legado a la posteridad en tanto conocimiento. En el estado de Hidalgo, las investigaciones relacionadas con el complejo tema del arte y la gráfica rupestre han tenido diferentes enfoques y propósitos a lo largo de las décadas recientes, sin embargo, en conjunto han contribuido a un cada vez más amplio y profundo reconocimiento de su importancia y de su valor en términos artísticos, históricos y científicos. En muchas ocasiones los resultados han sido solamente informes que incluyen breves y sucintas descripciones sin dibujos o fotografías de los paneles registrados, pero con la valiosa ubicación de los sitios y/o los motivos gráficos que los conforman, en otros casos, los resultados han sido la publicación de generosos catálogos de motivos fotografiados o dibujados dirigidos a un amplio público de lectores no especializados en el tema, pero interesados en conocer mejor la historia y la arqueología de sus comunidades. También se han realizado investigaciones y trabajos patrocinados por dependencias gubernamentales y educativas, lo que se ha traducido en numerosos libros, artículos y tesis de grado, que han profundizado ya no solo en la cuestión del registro para incrementar el corpus de la gráfica rupestre, sino sobre todo, en el significado que tuvieron para quienes las elaboraron. A partir del reconocimiento de la existencia de la gráfica rupestre en las barrancas, los abrigos, las cuevas y las paredes rocosas, producto de los sucesivos trabajos de campo encaminados a su documentación y registro, las problemáticas planteadas por los investigadores de las más diversas disciplinas antropológicas y afines, en mayor o menor grado han girado en torno a las cuestiones fundamentales que buscan responder y explicar las siguientes preguntas: ¿Quién o quiénes los hicieron? ¿Cuándo lo hicieron? ¿Cómo y con qué lo hicieron? y ¿Porqué o para qué lo hicieron?. 11 Es preciso señalar que las respuestas que los estudiosos han planteado a las preguntas antes referidas han surgido de diversos marcos teóricos, y en todo caso, responden a las que necesariamente son pequeñas y aisladas muestras del voluminoso fenómeno parietal en las diversas localidades del estado de Hidalgo1 en las que han sido registrados y estudiados estos bienes materiales inmuebles. En este orden de ideas, no sobra decir que los vestigios materiales, producto de la actividad humana del pasado en su variada gama de expresiones, son los resultados de los vínculos y las relaciones que establecen los hombres, no solo entre ellos mismos y dentro de las comunidades o grupos humanos que conforman, sino también con el medio ambiente que los rodea y al que se adaptan y paralelamente modifican para poder sobrevivir. Se han hecho propuestas razonables en cuanto a la cronología relativa de las manifestaciones gráficas, a partir, por ejemplo, de la presencia de superposiciones, la caracterización tipológica de los motivos y de los conjuntos estudiados, la analogía comparativa con todo tipo de fuentes documentales, como los códices de la época prehispánica y de la época colonial y también a partir de la información etnográfica y arqueológica, lo que ha permitido proponer en muchos casos una adscripción cultural sustentada. Sin embargo, en no pocas ocasiones los registros de estos sitios y por extensión de los paneles, conjuntos y motivos que los conforman, han sido apresurados, por no decir fragmentarios y superficiales, independientemente de las posturas teóricas utilizadas e involucradas en sus respectivos proyectos de investigación. 1 En un artículo revelador que cuestiona muchas de las premisas en las que descansan las relaciones entre el método arqueológico tradicional y las exigencias de un estudio riguroso del arte rupestre Bednarik, R. G. (2004, s/p) afirma: sólo una muestra remanente del arte rupestre puede haber sobrevivido en la mayor parte de los sitios. No podemos conocer cuáles características cuantificables de la muestra que sobrevive son determinadas culturalmente, y cuales están determinadas por otros factores como la localización, el tipo de soporte rocoso u otras circunstancias relacionadas con el medio ambiente. 12 Lo dicho en elpárrafo precedente, si bien no está justificado, muchas veces sí tiene explicaciones razonables, como por ejemplo, la falta de presupuesto, de recursos humanos, técnicos y materiales, los factores climáticos o incluso como consecuencia de que los propietarios de los terrenos donde se localizan los sitios establezcan el periodo de tiempo en el que se tienen que llevar a cabo los registros o la documentación de los sitios arqueológicos. En consecuencia, en muchas ocasiones solamente se han registrado y documentado los motivos rupestres más visibles o mejor conservados, lo que en el área geográfica de nuestro interés, equivale a decir que principalmente se han registrado los motivos realizados con pintura blanca, en menor proporción los realizados con pintura roja, casi de manera nula los motivos realizados con pintura negra y finalmente los petrograbados. Todo lo anterior ha originado conclusiones muchas veces precipitadas en cuanto a las interpretaciones de los motivos, los conjuntos o los paneles rupestres que conforman y dejando importantes lagunas en cuanto a lo relacionado con sus procesos y el contexto que rodea su elaboración. No sobra decir que en ninguna de las fuentes consultadas especializadas en el tema de las pinturas y los petrograbados rupestres del estado de Hidalgo, y particularmente de su región conocida como el Mezquital, existen ejemplos bien registrados y documentados en los que se dirima cuidadosamente la problemática de los paneles con múltiples superposiciones, o en otras palabras, con palimpsestos. Etimológicamente hablando, la palabra palimpsesto proviene del latín palimpsestus, y este del griego παλίμψηστος palímpsēstos que significa manuscrito antiguo que conserva huellas de una escritura anterior borrada artificialmente2. Es un concepto tan flexible y compatible con los marcos teóricos de diversas disciplinas, que lo mismo lo vemos empleado en las reflexiones filosóficas, en el campo artístico como la pintura y la literatura o en el ámbito 2 Real Academia Española. (2014). 13 científico como la psicología, sin embargo, desde el punto de vista de la arqueológica dicho concepto lo entiendo como: un depósito formado por la conjunción de dinámicas sedimentarias y antrópicas que producen la interestratificación de determinados materiales, depositados en momentos distintos en un mismo espacio. Esta superposición recurrente de elementos aportados tanto de forma natural como por los sujetos históricos, generan realidades estratigráficas complejas en las que se contienen los vestigios de un número variable de ocupaciones sucesivas [en nuestro caso motivos rupestres, etc.] cuya demarcación espacial y ordenación cronológica requieren de un proceso de investigación diseñado al efecto, dada la proximidad física evidenciada por sus respectivos restos (…) (Machado, Hernández & Galván, 2011, p. 34) (Inserción en corchetes y énfasis en negritas mía). Desde el punto de vista arqueológico, es evidente que un palimpsesto involucraría una extraordinaria carga de temporalidad, y ya sea que se trate de un deposito arqueológico o un panel rupestre con superposiciones, van de por medio nociones implícitas a este tipo de objetos de estudio los conceptos de cambio, dirección, continuidad y variabilidad, en tanto que son el resultado de mezclas “de acontecimientos o fenómenos, en el que buena parte del conocimiento original ha sido eliminada, por lo que el palimpsesto solo puede ser descifrado, y acaso parcialmente, tras ser dividido en sus partes constituyentes” (Bahn & Renfrew, 2008, p. 234). Por lo tanto, un palimpsesto en la gráfica rupestre es el resultado de la acumulación de diferentes “estratos” pictóricos y petrograbados en un soporte o panel. Estos estratos gráficos por una parte reflejaran el reiterado uso del soporte a lo largo del tiempo, y por la otra, la transformación técnica y estilística de los motivos representados, sin dejar de mencionar sus posibles significados. Es muy probable que en muchos sitios no exista este tipo particular de panel, sin embargo, también existe la posibilidad de que no se reconozca a simple vista, y que por lo tanto, no se identifique como tal. Pero su ausencia en el corpus gráfico de las fuentes consultadas, independientemente de las razones expuestas, 14 se debe principalmente a que no ha sido considerado por omisión o desconocimiento como parte de los objetivos de los proyectos de prospección y de registro. Por lo tanto, si bien las investigaciones encaminadas inicialmente a descubrir y registrar los sitios con pinturas y grabados rupestres dentro del Valle del Mezquital, en el estado de Hidalgo, han permitido demostrar una extensa ocupación humana, no solo en términos territoriales, sino también en términos temporales, a partir de documentar su diversidad formal expresada mediante sus aspectos técnicos (el color y la consistencia del pigmento, los trazos, la diversidad de soportes las dimensiones, la orientación) y aspectos plásticos (como el tipos de motivos representados, entre otras) considero que una poderosa alternativa para explorar y caracterizar la complejidad y la diversidad formal de las manifestaciones gráfico rupestres del Mezquital y dar cuenta de su profundidad histórica son los paneles con palimpsestos o con múltiples superposiciones, entre los que se encuentra el Panel 1 ubicado en la barranca de Santa María La Palma, en el municipio de Alfajayucan, estado de Hidalgo. En este orden de ideas, esta tesis tiene como finalidad el corroborar la hipótesis de que los cambios técnicos y estilísticos identificados en las manifestaciones gráfico rupestres del Panel 1 y particularmente en las escenas identificadas que lo conforman, reflejan cambios profundos en las estrategias de representación dentro de las sociedades prehispánicas que las produjeron a lo largo del tiempo. Además, la diversidad de las caracterizaciones estilísticas y las secuencias estratigráficas de los motivos reflejan la presencia de diferentes sociedades históricamente distanciadas que compartieron un mismo soporte-panel imbuido de sacralidad a lo largo de los periodos culturales mejor estudiados en la zona. Por lo anteriormente dicho, los objetivos de mi investigación del Panel 1 del sitio de Santa María La Palma se orientan a: 15 I) Identificar y describir formalmente los motivos rupestres (o en otros términos las unidades estratigráficas). II) Reconocer los motivos que conforman las composiciones o escenas (o en otros términos las fases estratigráficas). III) Definir la secuencia estratigráfica y por lo tanto temporal de los motivos y de las escenas. IV) Relacionar las escenas con relación estratigráfica con los motivos aislados, tomando en cuenta la caracterización de su estilo. V) Comparar la complejidad estilística que tienen las composiciones o fases estratigráficas del Panel 1. VI) Proponer interpretaciones y cronologías relativas a manera de hipótesis de algunos de los motivos rupestres y las escenas que conforman, a partir de los análisis técnico, estilístico y estratigráfico. Es preciso señalar que es gracias a la posibilidad de utilizar programas computacionales especializados en la modificación cromática de las fotografías digitales que se pueden llevar a cabo este tipo de investigaciones y los análisis de imagen respectivos, en los que sí bien el reiterado trabajo de campo orientado a descubrir y registrar los palimpsestos y los elementos icónicos que los conforman es fundamental, también lo es el trabajo de gabinete dedicado a modificar digitalmente las fotografías, para identificar y dibujar los motivos, las escenas y definir las fases que componen los conjuntos, todo esto con la finalidad de establecer las secuencias estratigráficas y aproximarnosa sus procesos de elaboración. En este orden de ideas, mi investigación está abocada a definir detalladamente todos los motivos iconográficos que hayan sido realizados con pintura o mediante las técnica del grabado en un panel con palimpsestos, a establecer la secuencia estratigráfica de los mismos, caracterizar mediante el análisis formal los estilos gráficos presentes en ellos y finalmente tratar de 16 explicarlos a la luz de sus propias relaciones espacio-temporales, proponiendo numerosas interpretaciones descriptivas a manera de hipótesis. Por lo tanto, en el primer capítulo describo los aspectos más sobresalientes del Panel 1 y los paneles rupestres con los que espacialmente se asocia. Además hago una revisión crítica de las investigaciones arqueológicas que se han hecho del mismo, tomando en cuenta las problemáticas inherentes al registro de los motivos rupestres en un panel con estas características. En el segundo capítulo menciono algunas investigaciones que han presentado aportaciones significativas en cuanto a las implicaciones cronológicas y culturales en las manifestaciones gráficas rupestres del Mezquital y particularmente en algunos sitios cercanos a mi objeto de estudio. En el tercer capítulo muestro mi marco teórico-metodológico y explico la forma en la que abordé la problemática del registro y la documentación del palimpsesto rupestre del Panel 1 para finalmente anticipar algunos resultados concretos producto del trabajo de campo y gabinete. En el cuarto capítulo expongo detalladamente la nomenclatura utilizada y presento de manera exhaustiva cada uno de los cuatro conjuntos gráficos definidos en el Panel 1, en razón de los motivos y las escenas que los conforman. En las consideraciones finales propongo una síntesis global de la elaboración gráfica del Panel 1 en función de los resultados obtenidos mediante el análisis formal, estilístico y estratigráfico, tomando en cuenta el contexto rupestre en el que se encuentra y mencionando algunos comentarios pertinentes, para concluir con las conclusiones en las que hago un breve recuento de los resultados obtenidos y la metodología empleada para conseguirlos. En Anexo 1 presento una tabla comparativa que incluye los registros previos del Panel 1 con sus respectivos dibujos y descripciones realizados por otros investigadores. 17 En el Anexo 2 muestro las fichas de registro de cada uno los motivos identificados en los dos paneles asociados directamente el Panel 1 y de los que no había registro previo. En el Anexo 3 se incluyen las fichas de registro de los motivos identificados en los cuatro conjuntos en los que dividí el Panel 1 para un mejor manejo de la información. En el Anexo 4 se muestra la propuesta de la Secuencia Estratigráfica General del Panel 1 y algunos ejemplos de las microfotografías tomadas de la superficie del soporte rocoso. 18 Capítulo 1 19 Mi incursión en la gráfica rupestre del Valle del Mezquital3 A partir de incorporarme al proyecto “Los Petroglifos de Xihuingo y los Sitios Xajay: Registro y Análisis de Dos Sistemas de Representación Gráfica Rupestre en Sitios Monumentales del Estado de Hidalgo” coordinado por el Arqueólogo Alfonso Torres Rodríguez, colega y amigo del Centro INAH Hidalgo fue como me involucré en el vasto universo de la gráfica rupestre del estado de Hidalgo. Las sucesivas temporadas de campo en los dos sitios previamente referidos dieron como resultado un informe4, diversas ponencias5 y artículos6. Sin embargo, fue a través de la realización del “Proyecto de Salvamento Arqueológico Presa El Yathé: la Prospección de Superficie”7 lo que nos introdujo a la extraordinaria riqueza de la pintura rupestre en las cañadas del Mezquital. La prospección arqueológica que realizamos nos permitió identificar, registrar y documentar evidencias materiales de la actividad humana, principalmente de la 3 El Valle del Mezquital forma parte del Altiplano Central mexicano, dentro de la Provincia Fisiográfica de la Meseta Neovolcánica. Comprende el occidente del estado de Hidalgo, parte del norte del estado de México y una limitada zona del sureste del estado de Querétaro. Está conformado por la cuenca alta del río Tula-Moctezuma, donde se incluyen las subcuencas de los ríos Actopan, Alfajayucan, Arroyo Zarco, Rosas, Salado, Tecozautla, Tlautla y Tula. El paisaje es de tipo semidesértico, con un clima cálido seco y una baja precipitación pluvial que ha creado recursos zonificados de vegetación dominada por el matorral rosetófilo y bosques de mezquite, huizache, agaves, nopaleras y cardonales. Por lo anterior, se le considera con suelos inadecuados para la agricultura, aunque gracias a la incorporación extendida de los sistemas de riego desde hace varias décadas ha sido posible la siembra de diversos productos agrícolas en la región. 4 Torres Rodríguez, A. y Arriaga Mejía, C. A. (2011a). 5 Torres Rodríguez, A. y Arriaga Mejía, C. A. (2011b; 2015b). 6 Torres Rodríguez, A. y Arriaga Mejía, C. A. (en prensa). 7 La realización del “Proyecto de Salvamento Arqueológico presa El Yathé: la Prospección de Superficie” tuvo como objetivo general el ubicar todo tipo de sitios arqueológicos al interior del embalse de la presa y áreas aledañas. 20 época prehispánica y del periodo colonial, en la forma de pinturas y petrograbados rupestres, además de diversos tipos de restos materiales de superficie8. En el embalse de la presa y en sus cañada asociadas pudimos registrar más de medio centenar de sitios de gráfica rupestre y cerca de medio millar de motivos gráficos, además del sitio arqueológico El Cementerio9 que registramos en el vaso de la presa el Yathé, en el municipio de Alfajayucan. Estos resultados se han visto reflejados en un informe10 y diferentes ponencias11. Cabe señalar que las cañadas prospectadas y sus áreas asociadas se ubican al nororiente de la caldera del Hualtepec, en el municipio de Alfajayucan, en el estado de Hidalgo. En el interior del cráter del cerro previamente referido 8 Sobre todo en la forma de tiestos cerámicos e instrumentos de lítica como artefactos de obsidiana, manos de metates, piedras de moler, en otros, evidenciando el uso de estos espacios para fines asociados a la preparación de alimentos, y por lo tanto, a la reproducción y conservación de la vida humana. 9 Este sitio arqueológico consiste básicamente en una basamento prehispánico asociado a diversos cimientos con núcleo y material cerámico de superficie como el del tipo cerámico Coyotlatelco Rojo sobre café del periodo Epiclásico (650 a 850 d.C.) y del tipo cerámico Mazapa Líneas Ondulantes del periodo Postclásico temprano (950 a 1150 d.C.). Se localiza en una meseta elevada de forma semicircular actualmente bajo las aguas de la Presa El Yathé. 10 Torres Rodríguez, A. y Arriaga Mejía, C. A. (2013). 11 Torres Rodríguez, A. y Arriaga Mejía, C. A. (2013, 2014, 2015a). Figura 1. Motivo antropomorfo esquemático lineal, representado de perfil y pintado con pigmento color rojo ocre. Se ubicaba en la parte superior del acceso de un abrigo rocoso localizado a la altura de la cortina de la presa El Yathé. Sitio de gráfica rupestre El Yathé, Alfajayucan, Hidalgo. Foto: Proyecto de Salvamento Arqueológico Presa El Yathé: La Prospección de Superficie, INAH, 2011. Edición CAAM, 2018. 21 López Aguilar y Farías Pelayo (2014, p. 366) identificaron el Cerro de Coatepec12, gracias a la valiosa información que desde la década de los noventas difundiera el historiador Don Francisco Ramiro Luna Tavera, verdadero precursor de la investigación,registro, conservación y difusión de los numerosos sitios de arte rupestre, de las capillas de linaje y de las actividades religiosas (como el Corpus Cristi en la comunidad de El Espíritu, en el municipio de Alfajayucan) además de fungir como custodio y defensor del saber ancestral de las comunidades otomíes del Mezquital. 12 En relación a las pinturas rupestres localizadas alrededor del Hualtepec, en cuyo cráter se localiza el Cerro del Coatepec, López Aguilar (2006) [citado en Lara Galicia, A. P. & López Aguilar, F. (2007, p.45)] indica: Su colocación, su orientación y los motivos que contienen, estuvieron relacionados con las ceremonias y rituales que implicaban la sacralización de las barrancas, las cuales, junto con la ubicación de otros centros ceremoniales que contienen estructuras piramidales y que normalmente se han localizado en la cima de los cerros, así como su distribución espacial, y los nombres que recibieron, expresaban una tradición profundamente mesoamericana asociada con el cerro Coatepec (p. 5). Figura 2. Ubicación del estado de Hidalgo y el Valle del Mezquital (recuadro rojo) al que se hará referencia a lo largo de documento. Recuperado de Google Earth 2018. Edición CAAM, 2018. 22 Históricamente hablando, el Cerro del Coatepec fue el referente central en la mitología mexica por ser escenario en el que tiene lugar el embarazo de Coatlicue y el nacimiento de su hijo, el dios Huitzilopochtli, el sacrificio de su hermana Coyolxauhqui y la batalla contra los Centzon Huitznáhuac13 sin embargo, desde el punto de vista de Don Francisco, en tanto especialista de su cultura 13 La revisión detallada del tema podemos encontrarla en Gelo del Toro, E. Y. (2011 passim). Figura 3. Vista aérea de la caldera del Hualtepec y sus barrancas asociadas. Al NE de la caldera se ubica la Presa El Yathé y la Presa Vicente Aguirre (en la esquina superior derecha de la imagen). En el interior de la caldera se observa el Cerro de Coatepec. Recuperado de Google Earth 2018. Edición CAAM, 2018. Figura 4. Detalle de la imagen previa. Vista aérea del Cerro de Coatepec. Recuperado de Google Earth 2018. Edición CAAM, 2018. 23 hñähñü, cierta noche tomó un plato hondo de barro y usándolo como recurso explicativo, me compartió lo que a continuación textualmente transcribo: Este es la caldera volcánica del Hualtepec y aquí en esta parte hacia el sureste o en el este de la caldera está una chimenea: ese es el Coatepec, el Cerro de la Serpiente. (…) el cono empieza desde Portezuelo, yendo para Alfajayucan, entonces aquí está Huichapan, Nopála, Chapantongo, Alfajayucan… están en la ladera del volcán y ahí arriba Xothé, Salitreras, San Pedro La Paz, están en la boca del volcán… Santa Lucia, San Isidro, y más acá está Tecozautla, está Tula, está Chilcuautla, está Ixmiquilpan, y por eso tiene aguas termales. Entonces está así, enorme, todo esto así, y todas las barrancas que hay, todas las barrancas están pintadas con arte rupestre, sean petrograbados o sean pintura ¿ellos14 supieron que era un volcán? quién sabe (F.R. Luna Tavera, comunicación personal, 14 de diciembre de 2014). La importancia y la vigencia de los cerros en la cosmovisión contemporánea de los otomíes del Mezquital quedaron demostradas con las siguientes palabras de Don Francisco: -(...) el diálogo entre cerros: los cerros tienen dueños, tienen señores y platican entre ellos (…) Cada cerro tiene un espíritu o un dios o… no, dios no, tiene un espíritu, un ser espiritual, que es dueño de ese cerro (…) y en otomí le decimos Xutí, que ese espíritu platica con los demás señores de los otros cerros, o sea los cerros tiene vida, los cerros no están inertes. Todos los pueblos que venían del norte, entre ellos los aztecas, para poder entrar al Valle de México, primero tenían que estar aquí, en éstos cerros. Huitzilopochtli, Tlaloc, de ahí se iban al Tezcal en Tuni, ahí está, ahí era el centro ceremonial a Tezcaltlipoca: existe todavía y es un lugar completamente norteño: piedra seca, un cuadrado y en medio el templo… (…) Y ya que pasaban ese cerro entonces ya sí pasaban al Xicuco, que está antes de Tula. Un cerro doble, en Coatepec con Huitzilopochtli y Tlaloc; Tezcaltlipoca y Quetzalcóatl: las cuatro grandes divinidades estaban aquí. Entonces, cuando llegaban los pueblos, este era el itinerario (…) Era algo totalmente ritual y por eso 14 Aquí Don Francisco se refería a los antiguos otomíes. 24 te digo que hay un diálogo entre cerros, porque entre ellos platicaban pues (…) (F.R. Luna Tavera, comunicación personal, 14 de diciembre de 2014). Por otra parte, gracias a la generosa invitación de la Dra. Marie-Areti Hers Stutz del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) pude incorporarme al seminario permanente dedicado a la cultura otomí, de quien era asiduo asesor y colaborar Don Francisco Luna, y posteriormente participar en los proyectos de investigación denominados “Arte y comunidades otomíes: Metamorfosis de la memoria identitaria15” y “Arte rupestre y la voz de las comunidades16”. Con un enfoque interdisciplinario, estos proyectos y los investigadores que en ellos han participado, han permitido sacar a la luz diferentes trabajos académicos que buscan dar cuenta del complejo proceso del devenir histórico del Valle del Mezquital y de la Sierra Madre Oriental con importantes y significativas contribuciones respecto a las distintas manifestaciones artísticas y culturales del grupo otomí como las capillas de linaje, el arte conventual, la ritualidad otomí contemporánea y particularmente del arte rupestre17, en el que han propuesto hipótesis respecto al significado de motivos específicos y recurrentes a partir de la oralidad y el dato etnográfico, como por ejemplo Gress Carrasco (2008 passim, 2011 passim); Valdovinos Rojas (2009 passim), Vite Hernández (2012 passim), Hernández Ortega (2013 passim), Peña Salinas (2014 passim) y España Soto (2015 passim, 2018 passim). En mi caso y como parte de los trabajos de campo dentro del marco de los proyectos previamente referidos y de los intereses académicos de sus integrantes, 15 PAPIT IN402113 16 PAPIT IN403616 17 Particularmente en cuanto a las imágenes rupestres del Valle del Mezquital de tradición otomí, en el que los frentes y abrigos rocosos fungieron como “soportes” en muchas ocasiones sacralizados, Díaz, Gress Carrasco, Hers Stutz y Luna Tavera (2015) señalan que en muchas ocasiones estos espacios demuestran “un proceso continuo de creación e interpretación; los diseños sufren diversas intervenciones, repintes, ajustes, que van dando testimonio de la comunidad en un paisaje determinado” (p. 367). 25 tuve la valiosa oportunidad de visitar numerosos sitios de pintura rupestres en los municipios hidalguenses de Alfajayucan, Chapantongo, Tecozautla e Ixmiquilpan, lo cual me permitió constatar una vez más la diversidad de la gráfica rupestre en los sitios arqueológicos de la región. En muchas ocasiones es evidente el marcado e incluso exclusivo empleo del pigmento blanco en los paneles, como sucede en el extraordinario sitio de El Tendido en el municipio de Huichapan, o por el contrario, una marcada preferencia por la pintura roja, como sucede en el sitio de Banzhá dentro del municipio de Tecozautla, en el extremo occidental del estado de Hidalgo. Para el primer sitio las manifestaciones gráficas se han ubicado para el periodo Posclásico Tardío y para la época colonial, dentro de lo que se ha denominado la Tradiciónblanca18 no solo del Mezquital sino también de la Sierra Madre Oriental19, mientras que en el segundo se ha fecha para el periodo Epiclásico20, a partir de sus analogías formales con otros sitos. 18 Ver por ejemplo Lerma, Hernández Ortega y Peña Salinas (2014, pp. 53-70). 19 España Soto D. (2015) la define amplia y atinadamente en los siguientes términos: (…) es en sí una unidad cultural, reconocible por sus constantes iconográficas, con elementos como el venado, el sol, la luna, los escudos, los guerreros, etc., o por el estilo de su trazo; el que se caracteriza por ser, más que de tinta plana, una técnica de emplaste, de trazos que van de medio a un centímetro de grosor, dependiendo que tan lisa o irregular sea la superficie sobre la que se pinte, en la que se aprovecha el resalte o las protuberancias de la roca para dar sentido, o tridimensionalidad a cada uno de los elementos, mismos que se vuelven a repetir si las características son similares en otra parte del espacio. (…) se pueden localizar elementos aislados, en donde existe el espacio suficiente para haber pintado toda una escena, mientras que en otros muy reducidos, se concentra y se superpone un mayor número de representaciones sin importar que el tamaño de cada una de ellas sea demasiado pequeño. Eso nos sugiere que no es casual, ni capricho el que se pinte determinado elemento en la parte alta o baja de la pared rocosa, en este o en ese otro lugar, pues finalmente el espacio tiene un sentido ritual y simbólico. (…) Otra de las características de la tradición de la pintura blanca son los componentes de los que fue hecha y el tipo de aglutinantes con los que fue fijada, por lo general se utilizaron calizas para obtener el pigmento, pero también arcillas de un color café claro, y posiblemente como lo menciona Gianfranco Cassiano y Adriana Cassiano Álvarez: “un polvo blanco que puede ser caolín pulverizado y, seguramente algún fijador como baba de nopal o de órgano” (pp. 88-89) 20 Ver Gress Carrasco (2011, p.34). 26 Son muy obvias y evidentes las diferencias de las estrategias de representación entre los conjuntos gráficos de los sitios referidos (Fig. 5 y 6). En ambos casos se trata de serpientes, sin embargo el tamaño de los motivos, el grosor del trazo, el pigmento utilizado, los elementos decorativos asociados, la actitud y el nivel de detalle entre una y otra representación las hacen completamente diferentes. En mí experiencia, producto de la prospección arqueológica de la Presa El Yathé, ya teníamos conocimiento de la numerosa presencia de motivos realizados con pintura blanca de diferentes épocas, así como la presencia de motivos realizados con pintura color roja y con color negro, aunque en estos dos últimos casos en una proporción mucho menor. Figura 5. Numen identificado como la Bok´yä o “serpiente de lluvia” dentro de lo que se ha definido como la Tradición Blanca del Mezquital del periodo Postclásico Tardío. Sitio de gráfica rupestre El Tendido, Huichapan, Hidalgo. Foto: Arte y comunidades otomíes: Metamorfosis de la memoria identitaria, IIE/UNAM, 2015. Edición: CAAM, 2018. Figura 6. Serpiente vinculada con las representaciones gráficas del periodo Epiclásico. Sitio de gráfica rupestre Banzhá, Tecozautla, Hidalgo. Foto: Arte y comunidades otomíes: Metamorfosis de la memoria identitaria, IIE/UNAM, 2015. Edición: CAAM, 2018. 27 Sin embargo, hubo un panel que llamó poderosamente mi atención y del que plenamente reparé cuando visitamos con los colegas del seminario las comunidades de El Zapote y de Santa María La Palma en el municipio de Alfajayucan, estado de Hidalgo. Los grabados y particularmente las pinturas del denominado sitio El Zapote-La Palma, se ubican principalmente en la ribera derecha del arroyo intermitente del mismo nombre, el cual pasa a través de los terrenos de las comunidades de El Zapote, Santa María La Palma y en gran medida de San Pablo Oxtotipan. Muchos de los motivos, conjuntos y paneles asociados a las comunidades aludidas ya habían sido recientemente registrados y documentados por Vite Hernández (2012) y anteriormente, en la década de los noventas, por el proyecto “Catálogo del Patrimonio Cultural del Estado de Hidalgo” y por el “Proyecto Valle del Mezquital”. Sin embargo, para mí un panel destacaba sin duda, en cuanto a que presentaba numerosas superposiciones y a la larga sería el que motivaría esta investigación: el Panel 1. Figura 7. Vista panorámica de la barranca en donde se localizan algunos sitios de pinturas rupestres asociados a las comunidades de El Zapote y Santa María La Palma. Sitio de gráfica rupestre Santa María La Palma, Alfajayucan, Hidalgo. Foto: Arte y comunidades otomíes: Metamorfosis de la memoria identitaria, IIE/UNAM, 2015. Edición: CAAM, 2018. 28 El Panel 1 No es posible trasmitir mediante la fotografía la experiencia de estar frente al Panel 1 y su elaborado mosaico de imágenes rupestres. La toma fotográfica es incapaz de capturarlo todo. En este sentido, las imágenes (fotos y dibujos) presentadas en los apartados correspondientes de este documento son solo una modesta aproximación. En la realidad los motivos rupestres y su soporte rocoso se observan permanentemente en su extraordinario contexto y nunca de manera aislada. El soporte rocoso es paulatinamente bañado por la luz del sol después del mediodía y antes y después la iluminación va transformando paulatinamente las tonalidades, no solo del paisaje sino también de los pigmentos utilizados en la elaboración de las pinturas. Para el atardecer la luz del sol da de lleno al panel en tanto su orientación, por completo hacia el ocaso. Aunque suene técnico el asunto, en realidad la marca de la cámara fotográfica empleada y sus capacidades tecnológicas repercuten significativamente en la calidad de las fotografías, y sobre todo, en los colores que capturan. Por otro lado, si el día está nublado o si por el contrario está despejado, la luz es completamente diferente y el resultado fotográfico también, los colores y las texturas cambian. La superficie ondulada del soporte rocoso y su ligera inclinación aunado a las dificultades involucradas en relación a su posición en la pendiente del terreno favorecen extraordinariamente la deformación de las proporciones de los motivos fotografiados, lo cual si no es considerado adecuadamente, origina por lo tanto la deformación de los dibujos posteriores y su interpretación en cuanto a las relaciones espaciales que guarda unos con otros. Casi todos los motivos fueron realizados sobre este soporte para tener un elevado grado de exposición visual, no sólo favorecida por el emplazamiento natural del mismo, sino sobre todo por los colores empleados. 29 En este orden de ideas, únicamente los motivos en color negro tuvieron diferente finalidad, ya que su color y pequeño tamaño sí permitió confundirlos con los colores del soporte en el que se realizaron. Imaginar el estado original de los motivos en su plenitud de color, y por lo tanto de definición formal me permiten sostener la hipótesis de que quienes los realizaron tuvieron la intención de manifestar su importancia sagrada, en un paisaje de por sí imbuido de sacralidad y a lo largo de muchas generaciones. Generalidades El acceso al área directamente frente al Panel 1 desde el lecho del arroyo es un poco accidentado y difícil, no tanto por la pendiente del terreno, sino por la numerosa cantidad de piedras de diversos tamaños, muchas de ellas seguramente desprendidas de la pared rocosa. Otro factor que contribuye a la dificultad de llegar al panel es el de la vegetación, principalmente conformada por arbustos, nopales y otras cactáceas. Figura 8. Vista del abrigo rocoso, el Panel 2 yel Panel 1 desde el oeste y sobre el lecho del arroyo intermitente. En primer plano la ladera y al fondo la pared rocosa. Nótese a la izquierda de la imagen a la persona de pie con camisa blanca y pantalón negro como escala humana. Sitio de gráfica rupestre Santa María La Palma, Alfajayucan, Hidalgo. Foto: Arte y comunidades otomíes: Metamorfosis de la memoria identitaria, IIE/UNAM, 2015. Edición: CAAM, 2018. 30 Por otro lado, cabe señalar que la construcción de una presa al norte aguas abajo de la barranca, aproximadamente a 60 m. del abrigo y del panel que vengo comentando, ha modificado de manera importante el paisaje circundante, y aunque se supone que la altura de la cortina de la presa, y por lo tanto, el nivel del agua no llegará a cubrir el panel, sí es de esperarse algún tipo de afectación derivado del incremento de la humedad y de la evaporación21. El Panel 1 es altamente visible, no solo por su tamaño, 5.7 m. de largo por 2.7 m. de alto aproximadamente, sino también por su ubicación, en la que su elevada posición respecto al cauce del arroyo permite identificarlo a gran distancia. 21 Los petrograbados que se observan en la Figura 11 en un frente rocoso inmediatamente próximo a la cortina de la nueva presa de El Zapote son cubiertos por el agua en la época de lluvias. Figura 9. En primer plano, vista general desde el sur del cauce del arroyo intermite, a la derecha de la imagen la pared rocosa en la que se ubica el Panel 1y al fondo a la izquierda la cortina de la nueva presa de la comunidad de El Zapote. Sitio de gráfica rupestre Santa María La Palma, Alfajayucan, Hidalgo. Foto: Arte rupestre y la voz de las comunidades, IIE/UNAM, 2016. Edición: CAAM, 2018. 31 La roca que funge como soporte a las pinturas y petrograbados es de composición basáltica-andesítica y al estar completamente expuesta, fácilmente se distinguen en ella los efectos de la meteorización22, sobre todo con la presencia de deposiciones de carbonatos de calcio como resultado de los escurrimientos y las filtraciones del agua. 22 Entendida como el proceso o grupo de procesos destructivos mediante los cuales materiales terrosos o rocosos cambian de color, textura, composición, firmeza o forma al ponerse en contacto con agentes atmosféricos, todo esto con poco o nada de transporte del material aflojado o alterado. Figuras 10 y 11. Izquierda: vista desde el SO de la cortina de la presa El Zapote, de aproximadamente 10 m de altura. Derecha: Petrograbados que quedaran bajo el agua. El de la izquierda es un ehecacozcatl “joyel de viento” y el de la derecha es un motivo en forma de “U” invertida, en ambos casos realizados en bajo relieve mediante la técnica del raspado. Sitio de gráfica rupestre Santa María La Palma, Alfajayucan, Hidalgo. Fotos: Arte rupestre y la voz de las comunidades, IIE/UNAM, 2016. Edición: CAAM, 2018. Figura 12. Vista general del Panel 1. Se distinguen algunos motivos realizados con pintura roja gracias a que se ubican encima de las partes blanquecinas de la superficie del panel. Sitio de gráfica rupestre Santa María La Palma, Alfajayucan, Hidalgo. Foto: Arte rupestre y la voz de las comunidades, IIE/UNAM, 2016. Edición: CAAM, 2018. 32 La meteorización también ha afectado de manera significativa la conservación de todos los motivos rupestres, pintados y grabados, algunos al grado de hacerlos invisibles para el ojo humano. A simple vista solamente se distinguen algunos motivos gráficos formalmente mal definidos sobre la superficie semiporosa del soporte pétreo, distribuidos en la mayor parte del panel y realizados mediante la aplicación de pigmentos de color blanco, rojo y negro, además de la existencia de petrograbados realizados en bajo relieve ubicados principalmente en el área central. Figuras 13 y 14. Izquierda: detalle del extremo inferior izquierdo del Panel 1, en la que se observan los cambios de textura y color de la roca-soporte. Derecha: detalle de la parte superior de un motivo antropomorfo en el que se distinguen los efectos de la meteorización, particularmente a consecuencia de los escurrimientos de agua que conllevan la disolución de los minerales de la roca y su posterior sedimentación sobre la pintura rupestre, en este caso evidenciado por la capa blanquecina sobre la pintura roja del personaje antropomorfo, del que se distingue la cabeza y parte del tórax. Sitio de gráfica rupestre Santa María La Palma, Alfajayucan, Hidalgo. Fotos: Arte rupestre y la voz de las comunidades, IIE/UNAM, 2016. Edición: CAAM, 2018. 33 Figura 15. Vista de la esquina superior derecha del Panel 1. El autor de este documento como escala humana. Nótese la irregularidad de la superficie rocosa del panel. Sitio de gráfica rupestre Santa María La Palma, Alfajayucan, Hidalgo. Foto: Arte rupestre y la voz de las comunidades, IIE/UNAM, 2016. Edición: CAAM, 2018. 34 El contexto gráfico inmediato del Panel 1: el Panel 2 y el Panel 3 Al NE del Panel 1 se encuentra un abrigo rocoso al que se asocian dos pequeños paneles rupestres. El primero se ubica en el interior del abrigo y el segundo se localiza en la parte superior de su acceso. El abrigo mide aproximadamente 3.5 m de largo por 2.5 m de alto y 3.5 m de profundidad. Se localiza del lado derecho de la cañada que desciende desde el SO y por lo tanto tiene un desarrollo SO-NE. En el interior del abrigo rocoso no observe materiales arqueológicos de superficie, salvo una piedra con la superficie casi plana, probablemente utilizada como metate. En el exterior del abrigo y en los alrededores sí son visibles tiestos cerámicos de la época prehispánica, así como fragmentos de obsidiana de color gris. Además, hay un modesto panel rupestre que tiene pinturas de color rojo, blanco y negro y delgadas líneas incisas en la superficie de la roca: el Panel 3. Mientras que la pintura negra está por debajo de la pintura blanca, el petrograbado inciso está por encima de la pintura roja. Cabe suponer que la Figura 16. Vista desde el oeste del frente rocoso en el que se ubican el abrigo rocoso, el Panel 2 y el Panel 1, este último del lado derecho de la imagen. Sitio de gráfica rupestre Santa María La Palma, Alfajayucan, Hidalgo. Foto: Arte rupestre y la voz de las comunidades, IIE/UNAM, 2016. Edición: CAAM, 2018. 35 pintura blanca sea la más tardía, en tanto que en uno de los motivos se reconoce la representación de una cruz sobre su pedestal, diseño recurrente en las barrancas del Mezquital como resultado de la presencia de la nueva religión novohispana en la vida ritual mesoamericana. Considero que los delgados trazos lineales realizados con pintura negra son los más tempranos, esto a la luz de los motivos sobrepuestos23. El mismo Panel 1, del que me ocuparé exhaustivamente en el apartado respectivo, tiene, guardando las distancias comparativas, un proceso pictórico semejante en este punto en particular. En cuanto al petrograbado, elaborado mediante finas pero aparentemente descuidadas incisiones casi verticales y horizontales, seguramente pertenece a la época prehispánica, en tanto las superposiciones gráficas a las que se encuentra asociado. 23 Muy al contrario de lo que Vite Hernández (2012, pp.114-117 y 139) apunta para la Cueva de los Chimallis, sitio ubicado aguas arriba del que vengo comentando: El color negro está presente solamente en un conjunto localizado en “La Cueva de los Chimallis” (Lámina 10d). Se trata de una firma realizada con trazos finos y ondulantes, entre las que reconocemos las letras “M” y “H. Arriba se pintóuna estrella de cinco picos. Debajo de este trazo hay otras letras de menor tamaño. Esta línea está por encima del rojo y blanco, por lo tanto, su realización es posterior a estos colores. Es difícil saber con exactitud la temporalidad de la firma, pero por tratarse de un elemento que rompe con el estilo iconográfico de las tradiciones pictóricas anteriores, y por parecer relativamente reciente. De mi inspección del conjunto en el que se encuentra el motivo referido realizado con pintura negra, en este caso una firma, letras y la estrella de cinco picos, no pude encontrar el lugar específico en el que fueron realizadas. Figura 17. Interior del abrigo rocoso. Al costado derecho de la imagen el Panel 3. Sitio de gráfica rupestre Santa María La Palma, Alfajayucan, Hidalgo. Foto: Arte rupestre y la voz de las comunidades, IIE/UNAM, 2016. Edición: CAAM, 2018. 36 Por otro lado, el Panel 2 se localiza en la parte superior del acceso del abrigo rocoso, inmediatamente localizado al norte del Panel 1. En él son evidentes dos momentos pictóricos, claramente diferenciados a partir de los pigmentos utilizados en su elaboración y por la existencia de superpociones entre algunos de los motivos registrados. Estos motivos son apenas distinguibles a simple vista por su mal estado de conservación a consecuencia del intemperismo. En una primera intervención pictórica se distinguen al menos 10 motivos gráficos de formas principalmente geométricas, realizados mediante delgados trazos de pintura blanca, distribuidos sobre toda la superficie del soporte rocoso. Todos ellos guardan características formales semejantes y se distribuyen de manera uniforme sobre el soporte, sin encimarse unos a otros. Encima de los motivos previamente referidos, en una intervención posterior se trazaron motivos geométricos de color rojo anaranjado24 mediante el uso de trazos rectos verticales, horizontales e inclinados, principalmente. 24 Para la descripción detalla de estos motivos ver el Anexo 2. Figuras 18 y 19. Izquierda: Panel 3 en la pared del interior del abrigo rocoso. Los motivos gráficos son casi imperceptibles a simple vista. Derecha: Posible instrumento de molienda en el interior del abrigo. Sitio de gráfica rupestre Santa María La Palma, Alfajayucan, Hidalgo. Fotos: Arte rupestre y la voz de las comunidades, IIE/UNAM, 2016. Edición: CAAM, 2018. 37 Figura 20. Vista general desde el poniente del Panel 2. La fotografía se ha modificado digitalmente para destacar formalmente los motivos gráficos correspondientes a la primera intervención pictórica del panel. Sitio de gráfica rupestre Santa María La Palma, Alfajayucan, Hidalgo. Foto: Arte rupestre y la voz de las comunidades, IIE/UNAM, 2016. Edición: CAAM, 2018. Figuras 21 y 22. En ambas imágenes: detalle de la misma porción superior derecha del Panel 2. En la imagen de la izquierda se distinguen los Motivos 5 y 6 realizados con pintura color blanco, mientras que en la imagen de la derecha se observa parte del Motivo 1 realizado con pintura color rojo anaranjado encima de los motivos realizados con pintura blanca. En ambos casos se han modificado digitalmente las fotografías con la extensión DStretch con la finalidad de resaltar los colores originales. Sitio de gráfica rupestre Santa María La Palma, Alfajayucan, Hidalgo. Foto: Arte rupestre y la voz de las comunidades, IIE/UNAM, 2016. Edición: CAAM, 2018. 38 Figura 23. En la que se muestran los dibujos idealizados de los motivos de la primera intervención pictórica realizados con pintura blanca del Panel 2. Sitio de gráfica rupestre Santa María La Palma, Alfajayucan, Hidalgo. Dibujo: CAAM, 2018. Figura 24. En color rojo anaranjado la segunda intervención pictórica del Panel 2. Sitio de gráfica rupestre Santa María La Palma, Alfajayucan, Hidalgo. Dibujo: CAAM, 2018. 39 A la luz de los registros pictóricos del Panel 1 que mostraré en el capítulo correspondiente, las dos intervenciones gráficas del Panel 2 son tardías, formalmente disímiles y temporalmente distantes entre sí. En términos generales, la escena realizada con pintura blanca puedo describirla como sigue: en ella hay claramente por lo menos dos grupos de motivos gráficos diferenciados, no solo por sus características formales, sino también por sus ubicaciones. En la parte superior de la escena (ámbito celeste) hay por lo menos tres motivos esencialmente circulares dispuestos en diagonal que muy bien podrían representar diferentes astros (¿el sol, la luna y un planeta?). A ellos se asocian otros cuatro motivos, dos de los cuales son muy semejantes entre sí (parecidos formalmente a un reloj de arena) ubicados por encima de los motivos circulares. En la parte media de la escena pictórica (ámbito terrestre) destacan dos motivos geométricos con forma marcadamente rectangular. El de la izquierda me sugiere la geometrización cultural de un espacio terrestre, mientras que el de la derecha podría ser algún tipo de estructura a la que se asocia la representación de una mano con los dedos extendidos. Entre los motivos geométricos previamente referidos, se encuentra la representación de lo que quizás sea un motivo antropomorfo visto de perfil asociado a un motivo circular que aparentemente “sujeta” frente a él. Por lo tanto, considero que en esta escena rupestre está plenamente manifestada la importancia de la relación del ser humano con los fenómenos celestes, a efecto de organizar el espacio terrestre habitado por el hombre. Cabe añadir que la roca que sirve de soporte a los motivos de pequeño formato se ubica a poco más de 3 m de altura del suelo, por lo que el mensaje gráfico tuvo un amplio margen de visibilidad. Del motivo geométrico elaborado con la pintura de color rojo anaranjado, puedo comentar que actualmente es casi invisible a consecuencia de su deterioro 40 y por los delgados trazos con que fue elaborado. Evidentemente es una intervención pictórica muy tardía y con un elevado grado de abstracción. Finalmente, al sur del abrigo rocoso en comento y a escasos metros de distancia se localizan los extraordinarios conjuntos gráficos del Panel 1, en tanto la complejidad técnica y plástica que involucran, además de presentar numerosas superposiciones, de cuyos antecedentes habrían de dar cuenta Lorenzo Monterrubio (1992), Illera (1994) y Ochatoma Paravicino (1994) en sus respectivos trabajos de investigación, a los que haré referencia en el apartado siguiente. Figura 25. Vista del área en la que se ubica el Panel 1, el ehecacozcatl, la Presa El Zapote (de la que se distingue la cortina blanca) y el abrigo Oxcäha, un poco más al NE. Por el extremo inferior izquierdo de la imagen se observa la Cueva de los Chimallis, y por el extremo superior derecho se ubica el sitio arqueológico El Peñón a solo 1.2 km del Panel 1 y en el que hay restos de arquitectura monumental. Recuperado de Google Earth 2018. Edición: CAAM, 2018. 41 Registros e investigaciones previas del Panel 1 En su obra “Pinturas Rupestres en el Estado de Hidalgo” Lorenzo Monterrubio (1992) entre otras muchas imágenes, incluye al menos ocho dibujos25 de los motivos rupestres del Panel 1 sin incluir descripciones y escalas. Cabe señalar que la autora en comento solo busca dar con su obra “una visión en conjunto de lo constituye parte de la riqueza del patrimonio arqueológico” y que “(…) se plantea como un medio de divulgación de las pinturas rupestres (…)” (p. 13) Su libro es consecuencia de su participación en el registro de muchos sitios rupestres con la finalidad de elaborar el “Catálogo Estatal del Patrimonio Cultural del Estado de Hidalgo”. En el tomo correspondiente a la región cuatro del mencionadocatálogo Lorenzo, Lorenzo y Vergara (1992) incluyen el municipio de Alfajayucan y particularmente la localidad de El Zapote a la que se asocia la 25 Como quiera que dicha autora alude en términos muy generales a los motivos del Panel 1 objeto de mi investigación, solo me limitare a presentar sus dibujos en el Anexo 1 de éste documento. Figuras 14 y 15. En ambas imágenes detalle de la misma porción superior derecha del Panel 2. En la imagen de la izquierda se distinguen los Motivos 5 y 6 realizados con pintura color blanco, mientras que en la de la derecha se observa parte del Motivo 1 realizado con pintura color rojo anaranjado encima de los motivos realizados con pintura blanca. En ambos casos se han modificado digitalmente las fotografías con la finalidad de resaltar los motivos aludidos. Figura 26. Detalle de la imagen previa, pero vista desde el lado N. Recuperado de Google Earth 2018. Edición: CAAM, 2018. 42 mención del panel objeto de mi investigación y algunos de sus motivos rupestres más visibles: Más allá, otro conjunto de pinturas se localizan en una peña que ve al oeste, predominando el color rojo sobre el blanco. De derecha a izquierda se observan una greca a base de triángulos y abajo un animal y un pequeño sol, una forma circular y un hombre de trazos lineales, la planta de un pie dibujada, una figura humana con los brazos extendidos hacia arriba y el cuerpo formado por un circulo seccionado, otra figura humana más pequeña, un venado con cornamenta. Arriba dos manos impresas con color blanco, una de infante y otra de adolecente, abajo aparecen figuras geométricas y la mano derecha de un infante esfumada. Hasta la izquierda una cara humana que indica los ojos y la boca, en color blanco y amarillo, y abajo un sol con rayos. Este panel mide 3 m. de largo y 2 m. de alto aproximadamente. Abajo de este conjunto se observan cuatro figuras humanas de trazos lineales sencillos, de color rojo (p. 28). Si bien la descripción incluida en el catálogo es muy sucinta, ya deja ver algunas características importantes del Panel 1 como lo son su orientación, tamaño, colores con los que se dibujaron los motivos rupestres y la identificación formal de algunos de ellos, que aunque discutibles, no dejaron de aportar información valiosa para los trabajos posteriores. No omito mencionar que la información del catálogo previamente citado, en el que se incluye la identificación formal de muchos motivos rupestres del Panel 1, y la clasificación de los dibujos basados en aquellos que presenta Lorenzo Monterrubio (1992) en su obra aparentemente no son del todo coincidentes. “Sitio No. 519 La Calaca” El Panel 1 fue registrado y denominado así por el “Proyecto Valle del Mezquital” de la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Dicho proyecto inició a fines de 1985 y a lo largo de 30 años ha sido dirigido por el Dr. Fernando López Aguilar. A principios de la década de los 90 y después de cinco temporadas de campo este 43 proyecto registró un total de 64 sitios entre los que se incluye el “Sitio 519 La Calaca”, según la nomenclatura del proyecto referido. La información vertida en los informes del “Proyecto Valle del Mezquital” fue retomada por Ochatoma Paravicino (1994) e Illera (1994) como parte del corpus de pinturas y petrograbados rupestres que analizaron para sus tesis de maestría “Cosmología y Simbolismo en las Pinturas Rupestres del Valle del Mezquital” y “Contenido Simbólico de las Pinturas rupestres del Valle del Mezquital” respectivamente26. Ochatoma Paravicino (1994) a partir del marco teórico de la semiótica, interpreta en términos generales el carácter cosmológico y simbólico de las pinturas y los petrograbados de 64 sitios con manifestaciones gráficas rupestres y los clasifica y compara con las pictografías nahuas y en general mesoamericanas, asociándolas al espacio celeste, el espacio social, las montañas, la cueva, el agua, la lluvia y el inframundo, entre otros. Las escasas referencias directas al panel que nos ocupa las presentamos a continuación. En el apartado de su tesis denominado “Ritual a la Deidad del inframundo”, que alude a la interpretación del motivo antropomorfo de la Lamina X que aparece en su documento, el autor en comento explica: En las pinturas rupestres están presentes figuras vinculadas a la muerte. Se trata del sitio llamada La Calaca (No 519) (…) donde uno de los motivos que destaca es un motivo antropomorfo que tiene una especie de mascara de cráneo con un brazo y una pierna extendida. Es probable que este signo iconográfico haya estado completo y que la otra parte del brazo y pierna se haya borrado debido a la erosión con agentes naturales. Aparece asociado junto a huellas de impresiones de manos y pies así como personajes antropomorfos (…) (p.115). 26 Para ver la información completa acerca de la descripción, los dibujos y la interpretación de este sitio por uno y otro autor remitimos al lector al Anexo 1 de este documento. Las discrepancias en relación a la descripción de los motivos, los dibujos y otros asuntos relevantes para los fines de mi investigación, son comentados en las páginas siguientes. 44 Mientras que del personaje antropomorfo de la Figura 30 que muestro páginas más adelante señala: “(…) personajes antropomorfos, uno de los cuales tiene como cuerpo, un círculo con la representación de la cruz de Quetzalcóatl que viene a ser uno de los signos iconográficos empleados con frecuencia en el lenguaje simbólico mesoamericano” (p.115) para retomarlo en el apartado de su tesis denominado “Puntos cardinales” y agregar: “En esta concepción de un mundo orientado, cada una de las partes cardinales goza de propiedades especificas destacándose la noción de totalidad, coextensiva a la del Señor del Mundo (p. 60) Figura 27. Lamina X del catálogo de Ochatoma Paravicino (1994) en la que se muestra lo que el autor citado define como el Conjunto 1. Según este autor, en este conjunto están representados el motivo antropomorfo en color rojo con máscara negra y un objeto en su mano izquierda, un chimalli, manos pintadas en color blanco, petrograbados que representan manos y restos de un motivo vertical al que se asocian otros trazos realizados con pintura blanca. 45 Por otro lado, Illera (1994) presenta su propia descripción y dibujos27 de los 1380 motivos que identifica y agrupa en 228 conjuntos con base a los informes de campo del proyecto referido, además, realiza los análisis semióticos de varios conjuntos proponiendo sugerentes interpretaciones28. Del Sitio No. 519 La Calaca el autor en comento destaca la coexistencia de la policromía del panel y los petrograbados. Sin abundar en cuanto a las superposiciones, señala la presencia de motivos bicromos (rojo y negro) motivos realizados con pintura blanca, con pintura roja y con pintura negra, estos últimos en algunos casos por debajo de pintura roja (p. 167) e identifica 27 motivos en el Conjunto 1, uno de dos conjuntos que define. 27 Sobre las consideraciones que el propio autor hace en relación a las características de la información disponible de los 64 sitios de pintura rupestre, y por lo tanto del Sitio No. 519, en los informes del Proyecto Valle del Mezquital, véase Illera (1994, pp. 9-11). 28 El denominado Conjunto 2 del Sitio No. 519 lo retoma Illera (1994) para realizar su análisis semiótico. A partir de identificar cinco campos pictóricos establece la presencia de cuatro motivos antropomorfos y uno rectangular de los que menciona forman una “unidad indisoluble”. Las propuestas de lectura que da el autor son: “familia y su casa de habitación” ó “padre y madre consus dos hijos (hijo e hija) y su casa de habitación” (pp. 167-173). Ver Anexo 1 de este documento. Figura 28. Lamina X del Conjunto 1 según Illera (1994). Se observan los 27 motivos descritos por el autor en su catálogo y su distribución general sobre el panel. 46 Consideraciones y problemas del registro Obviando las limitaciones de la información del catálogo de Lorenzo et al. (1992) y por extensión de los dibujos y la clasificación que presenta Lorenzo Monterrubio (1992), en este apartado me ocupare de los dos trabajos y los autores del Proyecto Valle del Mezquital antes presentados para realizar algunas observaciones. A más de comprender que Ochatoma Paravicino (1994) e Illera (1994) solo retoman la información29 de un valioso catálogo de sitios de pintura rupestre en el Valle del Mezquital registrados hace poco menos de 25 años, y que a partir del cual casi todos los investigadores interesados en la zona han emprendido sus propios registros, veo necesario realizar este ejercicio de reflexión con la finalidad de aprovechar al máximo todas sus aportaciones e interpretaciones en relación al sitio y al panel que me ocupa. Entiendo que la finalidad de sus trabajos no fue la de investigar de manera exhaustiva un solo sitio, un solo panel, todo lo contrario, como ya se mencionó en otra parte, las aportaciones de los dos autores antes mencionados son a nivel regional. Por lo tanto, de la información vertida en el Anexo 1 de este documento, textualmente extraída de los trabajos de Ochatoma Paravicino (1994) e Illera (1994), y que trata de la descripción y los dibujos de los motivos en los que se dividen las manifestaciones gráficas del Sitio No. 519 y de las interpretaciones que proponen dichos autores para algunos de los motivos y conjuntos identificados, puedo hacer las siguientes observaciones: a) En el caso de Ochatoma Paracivino (1994) como él mismo señala, simplemente retoma la información que otros investigadores han registrado y documentado en los sitios de pinturas rupestres a lo largo de diferentes temporadas de campo. Esto no tendría que ser necesariamente un problema, pero 29 Vertida generalmente por estudiantes de la licenciatura en arqueología de la ENAH en prácticas de campo. 47 por las características de la descripción de los motivos y la presentación de los dibujos, sí se vuelve un factor de peso a la hora de llevar a cabo las interpretaciones respectivas. Basta decir que no hay una sola foto del panel registrado y los dibujos no presentan escalas. b) Aparentemente el autor nunca vio personalmente el panel, por lo que su experiencia del mismo fue muy limitada. Sé por experiencia que muchas veces se necesitan pasar varias horas frente a un panel de estas características, examinándolo cuidadosamente con la finalidad de distinguir los motivos que lo conforman y su disposición general sobre la superficie del soporte en que se encuentran. En este sentido la iluminación es importante, siempre van a ver diseños que no se distingan cuando la luz del sol les dé directamente y también existirán diseños que independientemente de las condiciones de iluminación natural, no puedan distinguirse a simple vista, sino solo a partir del procesamiento digital de las imágenes. Pero independientemente del párrafo anterior, las observaciones y anotaciones en el campo son fundamentales; hay muchas cosas que no se distinguen en una fotografía, independientemente de que provenga de un dispositivo analógico o digital y sean o no procesadas digitalmente mediante programas diseñados para tal fin. La situación se complica cuando el emplazamiento del panel, en el abrigo o frente rocoso, no es el más adecuado para sacar una buena foto, como es el caso del ejemplo que vengo disertando. c) Como suele suceder en el caso de la pintura rupestre, muchas veces no es posible identificar plenamente los motivos gráficos y por lo tanto los conjuntos que conforman, sin embargo, y volviendo a las consideraciones del registro e interpretación del Sitio 519, a pesar de que quienes hacen el registro identifican la presencia de motivos realizados en diferentes colores (rojo, negro y blanco) no se detienen a tratar de distinguir sí entre ellos hay motivos de un color que se sobreponga a otros, por lo que el autor de la tesis da por hecho que su relación espacial conlleva necesariamente una relación temporal, y que por lo tanto, puede 48 realizarse una lectura o interpretación sincrónica de todos los motivos, como si la única alternativa fuera esa. Hay ejemplos en donde la perspectiva interpretativa del autor sí tiene cabida, pero en cuanto al sitio y panel que vengo exponiendo no es un buen ejemplo. Con tomar en cuenta las descripciones y los dibujos de los motivos identificados como antropomorfos, y a pesar de las carencias que adolecen, debería de haber bastado como para suponer la presencia de diferentes estrategias de representación de la forma humana, que va de motivos esquemáticos con pintura roja, individuales y grupales, a representaciones más naturalistas en las que se distinguen probablemente tocados, manos con dedos, pies e incluso la utilización de “máscaras”, como es que interpreta el autor al personaje cuyo rostro bicromo en color rojo y negro es sumamente sugerente. La presencia de la variabilidad en esta sola temática, nos deja entre ver la posibilidad de diferenciar estilos singularmente caracterizables. d) La ausencia de una perspectiva relacionada con la elaboración gráfica del panel afectó no solo su registro, sino sobre todo la interpretación de los motivos pictóricos representados, a pesar de tener la evidencia disponible para ambas cosas. Illera (1994) es más consciente de las carencias de la información documentada en los informes del proyecto al punto de decir en la presentación de su tesis: “no he podido determinar con exactitud el color de las pinturas dado que los dibujos [en los informes] no presentan convenciones (…) las descripciones de los conjuntos pictóricos (…) en la mayoría de los casos son escuetas e imprecisas y omiten cualquier referencia al color en que fueron realizadas (pp. 9-10) (Inserción en corchetes mía). Para resarcirlas, el mismo autor comenta que visitó y fotografió algunos sitios de pinturas rupestres en la región, con lo que logra hacer algunas mejoras a las descripciones y dibujos que presenta. Esto es evidente para el panel que venimos comentando, que sin duda personalmente conoció, prueba de ello son la 49 mayor cantidad de motivos que describe y dibuja, trece más en comparación con los que presenta Ochatoma Paravicino (1994) en su documento. Conclusión en torno al tema del registro De la observación y comparación de los dibujos de los tres autores previamente mencionados en este apartado e incluidos en el Anexo 1 de este documento, no solo se aprecian importantes discrepancias en la forma general de los motivos sino también en sus proporciones y tamaños30. Baste el siguiente ejemplo para ilustrarlo: Todo lo anterior me planteó más interrogantes cuyas respuestas y explicaciones solamente habrían de tener solución realizando un nuevo y pormenorizado registro del panel, no solamente considerando individualmente a los motivos, sino también atendiendo a sus relaciones espaciales (verticales) y de superposición (horizontales) entre otras, con la finalidad de tener elementos sustantivos que me permitieran dar cuenta de su proceso gráfico de elaboración involucrado a lo largo del tiempo, pero en un mismo soporte-espacio. 30 Generalmente deformados por la perspectiva desde la que se sacó la fotografía o se realizó el dibujo a mano alzada. Figuras
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