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Sistemas-androcentricos-y-automaltrato-reflexion-pendiente-para-mejorar-la-calidad-de-vida-de-las-mujeres

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA 
DE MÉXICO 
FACULTAD DE PSICOLOGÍA 
DIVISIÓN DE ESTUDIOS PROFESIONALES 
 
SISTEMAS ANDROCÉNTRICOS Y AUTOMALTRATO: 
REFLEXIÓN PENDIENTE PARA MEJORAR LA CALIDAD DE 
VIDA DE LAS MUJERES 
 
T E S I S 
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE 
LICENCIADA EN PSICOLOGÍA 
P R E S E N T A 
SARA JIMENA CORTÉS SERVÍN 
 
DIRECTORA DE TESIS: MTRA. PATRICIA JOSEFINA BEDOLLA 
MIRANDA 
COMITÉ DE TESIS: 
MTRA. PATRICIA PAZ DE BUEN RODRÍGUEZ 
MTRA. MARTHA CUEVAS ABAD 
MTRA. MARÍA DE LA LUZ JAVIEDES ROMERO 
MTRA. MARÍA ISABEL MARTÍNEZ TORRES 
 
MÉXICO, D.F. 2013 
 
UNAM – Dirección General de Bibliotecas 
Tesis Digitales 
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mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, 
reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el 
respectivo titular de los Derechos de Autor. 
 
 
 
i 
 
ÍNDICE 
 
Resumen 
Introducción 
1. Género y Violencia 
1.1 Sexo y Género 
1.2 Violencia de Género 
1.3 Seducción Perversa 
1.4 Síndrome de Estocolmo 
 
viii 
ix 
0 
1 
6 
10 
11 
 
2. Androcentrismo, Identidad y Autoconcepto 
2.1 Androcentrismo 
2.2 En búsqueda de la Identidad 
2.3 Crecimiento y Formación de Autoconcepto 
2.4 Pornografía y Autoconcepto 
2.5 Filosofía y Psicología: el simbolismo de la Belleza 
 
14 
15 
20 
27 
31 
35 
3. Automaltrato, Salud y Calidad de Vida de las Mujeres 
3.1 Automaltrato 
3.2 Salud y Factores de Riesgo 
3.3 Calidad de Vida como Derecho para las Humanas 
3.4 Un buen trato desde nosotras mismas 
 
38 
39 
41 
44 
46 
4. Método 
4.1 Introducción 
4.2 Objetivo 
4.3 Tipo de Estudio 
4.4 Tipo de Población y Muestreo 
4.5 Diseño 
4.6 Procedimiento 
4.7 Técnicas 
50 
51 
51 
52 
52 
53 
53 
54 
ii 
 
5. ¿Cómo es la vida en el siglo XXI?: Resultados 
5.1 Redes Semánticas 
5.2 Preguntas Abiertas 
57 
58 
67 
 
6. Observándome y actuando diferente por mi salud y un futuro 
mejor: Discusión y Conclusiones 
 
 
76 
Referencias Bibliográficas 
 
83 
Apéndice 
A (Instrumento) 
B (Traducción al español del epígrafe del Capítulo 1) 
C (Traducción al español del epígrafe del Capítulo 2) 
 
91 
92 
98 
100 
 
 
iii 
 
A G R A D E C I M I E N T O S 
 
A la energía invisible que me dio la oportunidad de la vida. 
A mis ángeles que no sólo me han aceptado como soy, sino me han visto sin 
fallas con sus miradas llenas de amor; además de ayudarme a ser mejor cada 
día. Siempre están en mi corazón. 
A Sonia, mi má, por crecer conmigo, porque aunque no estamos de acuerdo 
en varias cosas has sido mi primera defensora y siempre has prestado atento 
oído a mis ideas y dudas. Gracias por fomentar mi independencia, enseñarme 
a preguntar los porqués de todo y a no quedarme callada. Gracias por 
recordarme que a veces soy muy exigente conmigo misma y que tú estas 
orgullosa de mí así como soy. Gracias por no rendirte en este viaje 
inesperado al inframundo y permitirme ser tu acompañante, además de 
verme amorosamente y pedirme que tomara distancia cuando me estaba 
extralimitando en mis fuerzas. Recuerda nuestra promesa de garrita. 
A Paris, mi mejor amigo, mi cómplice, por caminar juntos, aunque a veces ha 
sido duro el camino porque hemos caminado en diversas velocidades sin 
mirarnos adecuada, atenta y amorosamente. Gracias por el continuo trabajo 
para acompañarnos con un amor ético y respeto. Gracias por todas las risas 
y por apuntarte a construir nuestra propia idea de la vida. 
A Pablo por ser mi gemelo Freaky con nuestro propio lenguaje y mundo 
alterno. “¡Gane! ¡Gane!, no Rafa perdiste”. 
A Efraín por ser mi hermano mayor, por las pláticas, la compañía, el cuidado 
y tus bromas. 
iv 
 
A mi Mamita, mi abuela, por haber tomado como no negociable la educación 
de sus hijas mujeres, por darme disciplina y verme con mirada amorosa a 
pesar de no compartir tus ideas tradicionales. 
A mi tía Silvia por poner en mi mundo de niña la posibilidad de una mujer 
científica y con habilidades como la carpintería. Gracias por apoyarme cuando 
necesitaba más que una mano. Gracias por cuidar de mi mamá desde chicas 
aunque eres la hermana menor. 
A mi tío Alfonso, que me es un amoroso ejemplo de masculinidad que me dio 
una visión positiva de los matrimonios y los hombres adultos. 
A mis primas por darle compañía y risas a mi infancia y enseñarme a soñar. 
Ollie recuerdo con cariño los juegos de escuelita donde me enseñabas origami 
y me hablabas de cuentos de Poe. Annie hasta ahora me doy cuenta que 6 
años de diferencia podrían a ver evitado que convivieras conmigo, pero no lo 
permitiste, ¡gracias! 
A mi sobrino Argel que llegó en el momento justo para darle vida a nuestra 
familia. Llenaste mi corazón adolescente de risas y frases inocentes. Disfruto 
enormemente verte crecer. 
A Sandra por abrir mis horizontes con su manera mística de ver la vida. 
A la honorable fila de atrás por hacer estimulante y llenar de risas mí paso 
por la Fac. ¡Les deseo lo mejor chic@s! 
A los ángeles humanos que con sus miradas, sonrisas, conversaciones y 
consejos me dieron fuerza para continuar. 
A Patricia Bedolla por ser mi maestra y confidente en estos tiránicos años. 
Te agradezco la ayuda infinita para avanzar en mi autoconocimiento y la 
comprensión hacia las demás personas. Gracias por todos los libros que me 
v 
 
has regalado; los libros de Wallander fueron un salvavidas tanto para mi 
mamá como para mí en este estresante viaje. 
A Ruth González-Serratos, Claudio y Manuel por darle nombre, lineamientos 
y sobre todo existencia, a los sentimientos e ideas que he tenido desde mi 
infancia: el feminismo. 
A Selma González-Serratos por animarme a continuar con el tema de esta 
tesis, aunque por miedo personal yo misma quería un tema más sencillo. 
A las sinodales por el enriquecimiento a mi tesis, pero sobre todo por la 
comprensión, paciencia y ánimos para mí en este inesperado viaje al 
inframundo junto a mi mamá y de la cual salimos fortalecidas y con mayor 
salud. A Isa que con su amoroso buen trato me animaba constantemente a 
enfrentar este laberinto en mi vida llamada tesis; y que con su taller me 
enseño a notar mis heridas y acompañarlas sin destruirme. A Paty Paz por 
su cálida atención que tranquilizo mi nervios por ser leída y cuestionada. A 
Martha por su empatía y vivencias personales que me brindaron fuerzas para 
seguir en la lucha y no caer presa de los nervios, además de las correcciones 
a mi ortografía y a mi dislexia en donde mi cerebro piensa una cosa y mis 
dedos teclean otra muy distinta. A Luzma por sus consejos personales para 
la salud de mi mamá, hacia la parte metodológica tan obscura para mi y por 
su amor a la lectura, ya que tú nos presentantes a Mankell. 
A Gabriela Lugo por permitirme la aplicación en el grupo a su cargo y así 
enriquecer el trabajo. 
A Vianney y tod@s los que asistimos al taller de Duelo de la Carrera y 
Proyecto de vida, la construcción de un espacio de buen trato me revivió. 
¡Les deseo lo mejor! 
 
vi 
 
A todas y todos infinitas gracias por acompañarme en los diferentes caminos 
por los que he transitado en esto a lo que llamamos vida. Cuídense, sonrían 
mucho y que sean lo más felices que puedan ser cada una/uno de ustedes. 
 
Y a mi misma por no darme por vencida ni en la cueva más obscura ni en el 
desierto más cegador. 
 
 
vii 
 
 
 
 
 
Debe sospecharse de todo lo escrito por los hombresacerca de las mujeres, 
pues ellos son juez y parte a la vez. 
François Pouillain de la Barre, 
escritor, filósofo cartesiano y feminista francés (1647-1752) 
 
 
 
 
No quiero que las mujeres tengan poder sobre los hombres, 
 sino sobre ellas mismas. 
Mary Wollstonecraft, 
escritora, filósofa y luchadora por los derechos de las mujeres británica (1759-1797) 
 
 
 
 
No está mal ser bella; lo que está mal es la obligación de serlo. 
Susan Sontag, 
novelista y ensayista estadounidense (1933-2004) 
 
 
 
 
Nos conocemos a nosotras mismas a través de mujeres hechas por los hombres. 
Sheila Rowbotham, 
teórica y escritora feminista socialista británica (1943- ) 
 
 
 
 
viii 
 
Resumen 
A pesar de los logros alcanzados en la búsqueda de la equidad de género, en un 
sistema sexo-género asimétrico, androcéntrico, el valor de La Mujer es de ser una 
valiosa mercancía1, para desempeñar este mandato busca cumplir con los estatus 
de belleza, con tanto ahínco que se impacta en la misma formación de su 
autoconcepto; se vuelve tan importante que hay esfuerzos y sobreesfuerzos para 
cumplir con la apariencia que “se debe” tener y no existe ninguna reflexión sobre 
cómo el automaltrato ha pasado a formar parte cotidiana en la rutina, ya que esta 
autoviolencia esta justificada ya que sin ese constante esfuerzo se pondría en 
peligro para muchas mujeres su identidad. Con el objetivo de apreciar que tan 
introyectados se encuentran los requisitos de belleza en la forma de vida para un 
grupo de mujeres jóvenes universitarias en una carrera dedicada a la salud; se les 
aplicó un instrumento con redes semánticas y preguntas abiertas a mujeres 
estudiantes de la Licenciatura en Psicología-UNAM. Se identificaron 2 grupos del 
4to semestre, en el Grupo A se leyeron y reflexionaron temas de Perspectiva de 
Género y en el Grupo B su curso consto sobre las características del Psicólogo y 
sus diferentes áreas de especialización. Encontrándose que en el imaginario de 
estas jóvenes estudiantes coexisten ideas tradicionalmente femeninas y 
tradicionalmente no femeninas, así como nuevas ideas importantes sobre 
cualidades humanas, como el desarrollo personal, cuidado hacia sí misma y 
atención a aspectos éticos-estéticos. Si bien, los dos grupos mencionan como 
primeras definidoras en el Grupo SAM ideas tradicionales de relación de la belleza 
y la mujer y/o lo femenino, además de una pobre mención de locus de control 
interno en temas de salud y calidad de vida; existen diferencias importantes en el 
Grupo A, como mayor riqueza de definidoras por cada palabra-estímulo, mayor 
flexibilidad en los conceptos trabajados y notar factores de riesgo en las ideas 
sociales sobre un hombre bello, o como se entendió la pregunta sobre como sería 
un hombre para establecer una relación con él. 
 
Palabras Clave: androcentrismo, identidad, automaltrato 
 
1 Término acuñado por Gayle Rubin (1975). 
ix 
 
Introducción 
Durante muchos años, mujeres y hombres han transgredido los prejuicios, 
actitudes y creencias de los roles de género, en busca de una mejor vida para 
tod@s. Hemos avanzado aunque no con la velocidad ni la firmeza con la que 
desearíamos; sin embargo como han dicho mujeres sabias: “esto es una lucha de 
hormiga y una tarea de vida”. Sin embargo, aún encontramos en nuestra sociedad 
que en la más tierna infancia se les sigue enseñando a las niñas –futuras mujeres- 
a soñar que cuando crezcan, si tienen suerte ¡las hermosas mujeres que van a 
ser! Asimismo escuchan que, si no fueron afortunadas todavía hay remedio, ya 
que ¡mujeres feas no existen, sólo flojas! y ¡mujeres feas no existen, sólo mujeres 
pobres! A través de los años se ha jugado con el cuerpo de las mujeres para 
alcanzar estándares de belleza basado en el deseo masculino y no el de las 
propias mujeres –igualmente ha existido maltrato y exigencia en aras de la 
maternidad y cuidado a otros, pero estos temas son reflexión para otros trabajos-; 
hasta el día de hoy podemos seguir viendo remanentes de los anteriores cánones 
e incluso nuevos y más perversos, pues se nota el culto a la juventud permanente, 
a la delgadez extrema, a las curvas exuberantes –pero esperando un bajo nivel de 
grasa corporal-, zapatos de mujer que desde el tacón alto de aguja hasta los de 
piso como de muñeca –que son descartados por l@s especialistas-, la depilación 
laser, cabinas de bronceado, por mencionar algunos; que siguen alterando la 
salud y la calidad de vida de más de la mitad de la población mundial: las mujeres. 
Toda mujer debe poder decidir sobre su cuerpo, pero debe ser una decisión 
tomada con entera libertad y esto no puede ser si esta elección esta basada en el 
ideal de otros, de cómo debe lucir y actuar una mujer, además de no poseer toda 
la información clara sobre las consecuencias y riesgos de los procedimientos. En 
otras palabras, lo que propone esta tesis es la necesidad de una reflexión 
enfocada a lograr una decisión tomada con entera libertad: como deseo verme; ya 
que las consecuencias a esta elección recaen sobre la persona misma, no es 
respetuoso ni justo que la sociedad decida por ella, en otras palabras, que la 
belleza no sólo es belleza sino se transforma en obligación, esclavitud y 
discriminación. 
x 
 
En palabras de Clara Coria (2004) “[…]la falta de conciencia de la 
discriminación es uno de los motivos que están en la base del malestar 
inespecífico de muchas mujeres, que aparece bajo la forma de insatisfacción, 
desorientación, desesperanza y/o sobrecarga que muy frecuentemente acompaña 
a las crisis de la edad media de la vida[…]” (pág. 145) ¿No será que nos 
acompaña a lo largo de toda nuestra vida como mujeres? En aras de los 
derechos humanos, esta tesis reclama este derecho para las niñas y mujeres: el 
poder tomar libremente la elección de cómo quieren verse y que su identidad y 
autoestima no se minen por eso, sino por el contrario se fortalezcan, ya que su 
imagen es fiel reflejo de su esencia interior y eso las debe llenar de orgullo y 
tranquilidad. 
A pesar de los años de lucha para mejorar la vida de las humanas y los 
humanos sobre la tierra todavía, nos hemos quedado con muchos cambios de 
acción y de pensamiento en el tintero, así pues surge la pregunta que dirigió esta 
tesis: en estas primeras décadas del siglo XXI ¿qué tan arraigados e 
invisibilizados están los valores androscéntricos en la formación de identidad y 
autoestima de las mujeres? Y su objetivo general es el de proponer una reflexión 
de cómo afecta en la salud y calidad de vida de las mujeres, el cumplir a toda 
costa con el estatus de belleza, indicado en este momento histórico. Para cumplir 
este objetivo, se elaboró un marco teórico de tres capítulos, con temas 
importantes que nos auxilia meditar en las variables que afectan en la 
construcción de la subjetividad femenina y su situación de vida: en el primero se 
desarrollaran los temas de Género y Violencia, los cuales ilustran la realidad 
cotidiana en la que viven las mujeres debido a las ideas preconcebidas que 
existen por poseer cierta anatomía; en el segundo capítulo llamado 
Androcentrismo, Identidad y Autoconcepto se halló cómo el vivir en este sistema 
social modela nuestra formación de identidad y autoconcepto; y en el último 
capítulo, Automaltrato, Salud y Calidad de Vida de las Mujeres, recopila 
información de especialistas que nos muestra cómo la Medicina tiene Género, los 
estilos de vida causan factores de riesgo en la vida de las personas y que la 
calidad de vida es un derecho humano que las mujeres merecen. En el capítulo 4 
xi 
 
de esta tesis, se presenta el Método seguido en búsqueda de dar respuesta con 
datos a nuestra pregunta de investigación; así como en el capítulo 5 se presentan 
los datos recopilados de los dos grupos. En el capítulo 6 se realizará la discusión y 
conclusiones deltrabajo; en donde podemos señalar brevemente, que si bien la 
muestra fue pequeña, los estudios de caso han mostrado la importancia para ver 
los problemas y riesgos de la salud psicológica de la población; así como nuevas 
variables a considerar como si la atención a los aspectos físicos, es por una idea 
de responsabilizarse por su salud y calidad de vida, o por la intensa publicidad. 
Por último, en el apéndice se añadirá el instrumento empleado en la toma 
de datos; así como dos traducciones libres al español de las canciones en inglés 
empleadas como epígrafes de los capítulos 1 y 2. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 Capítulo 1 
Género y Violencia 
 
1 
 
Another head hangs lowly, 
Child is slowly taken. 
And the violence caused such silence, 
Who are we mistaken? 
 
But you see, it’s not me, it’s not my family. 
In your head, in your head they are fighting, 
With their tanks and their bombs, 
And their bombs and their guns. 
In your head, in your head, they are crying… 
 
In your head, in your head, 
Zombie, zombie, zombie, 
Hey, hey, hey, What’s in your head, 
In your head, 
Zombie, zombie, zombie? 
Hey, hey, hey, hey, oh, dou, dou, dou, dou, dou… 
 
Another mother’s brakin’, 
Heart is taking over. 
When the vi’lence causes silence, 
We must be mistaken. 
 
It’s the same old theme since nineteen-sixteen. 
In your head, in your head they’re still fighting, 
With their tanks and their bombs, 
And their bombs and their guns. 
In your head, in your head, they are dying… 
 
In your head, in your head, 
Zombie, zombie, zombie, 
Hey, hey, hey, What’s in your head, 
In your head, 
Zombie, zombie, zombie? 
Hey, hey, hey, hey, oh, oh, oh, 
Oh, oh, oh, oh, hey, oh, ya, ya-a… 
 
Zombie, The Cranberries, 1994 
(Traducción al español en el Apéndice B) 
 
 
1.1 Sexo y Género 
 
Es un dato más sobre nosotr@s, desde nuestra más tierna infancia, desde 
mucho antes, desde nuestra vida intrauterina, es una de las más grandes 
preguntas sobre un ser humano; y hasta da el espejismo que al conocer la 
respuesta vemos como en una esfera de cristal la vida detallada de este grupo de 
células, de este proyecto de vida que no sabemos siquiera si está destinado a 
llegar a la vejez. Este dato que contestamos sin reflexión alguna y que tiene es 
2 
 
como la espada de Damocles1 sobre nuestro destino: es el sexo, y a continuación 
de este el género, el cual parecen pareja fiel y eterna, no existe o más bien no se 
espera ni se admite mezcla ni variedad alguna 
[Las] diferencias fisiológicas proporcionan la base sobre la que se “fabrican” interpretaciones. El 
pensamiento humano no “refleja” la realidad, sino que la “simboliza” y le inventa un sentido que, a 
su vez organiza y legitima ciertas acciones y relaciones sociales [Lamas, 1991: 7] 
Por lo tanto, es de vital importancia conocer la definición de estos conceptos, y así 
tal vez reflexionemos su impacto en nuestra vida; estos conceptos que nos hacen 
transitar de determinada manera en la vida, que nos limita nuestras opciones 
antes siquiera de haber nacido. 
Cuando se pregunta ¿cuál es tu sexo?, lo que se está preguntado es cuales 
genitales poseemos, si se tiene vulva o/y se tiene pene sería la respuesta 
planteada más no la esperada pues se pide que contestemos si somos mujer u 
hombre (cuando esta respuesta indica más allá del cómo eres anatómicamente). 
La categoría sexo se divide, comúnmente y de manera altamente simplificada, en 
dos especificaciones: primero, el sexo anatómico (genitales) y segundo, el sexo 
genético (cromosomas sexuales); en un estudio más extenso y amplio se conoce 
que existen no sólo estas dos clasificaciones sino también existen el sexo 
gonadal2 y el sexo hormonal3, ya que el desarrollo prenatal es una sinfonía en 
donde los diferentes instrumentos al entrar en el momento adecuado o antes o 
 
1 Damocles es un personaje que aparece en una anécdota moral (referida como la espada de Damocles), una 
adición tardía a la cultura griega clásica. Damocles fue al parecer un cortesano excesivamente adulador en la 
corte de Dionisio II, un tirano de Siracusa (Sicilia) del siglo IV a. C. Propagó que Dionisio era realmente 
afortunado al disponer de tan gran poder y riqueza. Dionisio, deseoso de escarmentar al adulador, se ofreció 
a intercambiarse con él por un día, de forma que pudiera disfrutar de primera mano su suerte. Esa misma 
tarde se celebró un opíparo banquete donde Damocles gozó siendo servido como un rey. Sólo al final de la 
comida miró hacia arriba y reparó en la afilada espada que colgaba atada por un único pelo de crin de 
caballo directamente sobre su cabeza. Inmediatamente se le quitaron las ganas de los apetitosos manjares y 
las bellas muchachas; pidió al tirano abandonar su puesto, diciendo que ya no quería seguir siendo tan 
afortunado. 
2 “En las primeras semanas después de la concepción, las estructuras que se convertirán en órganos de la 
reproducción, o gónadas, son las mismas en hombres y mujeres. La diferenciación comienza 
aproximadamente al cabo de seis semanas después de la concepción. Las señales genéticas determinan si la 
masa del tejido sexual indiferenciado se convertirá en gónadas masculinas o femeninas (Bancroft, 2002; 
Hiort y Holterhus, 2000)” [Crooks, Baur, 2010: 55] 
3 “Las gónadas producen hormonas y las secretan directamente en la corriente sanguínea. […] En hombres y 
mujeres las glándulas suprarrenales también segregan hormonas sexuales, incluidas pequeñas cantidades de 
estrógeno y mayores cantidades de andrógeno.”[Crooks, Baur, 2010:56] 
3 
 
después causarán diferentes resultados en el cuerpo de la persona en formación. 
Asimismo, el término género implica características psicológicas y socioculturales 
que se han asociado a cierto tipo de cuerpo, se han asignado dos grandes 
categorías que son empleadas en todo ser humano, el género femenino y el 
género masculino; notamos pues que al ser sólo dos, empobrece y encajona a la 
gran diversidad humana, que es formada por más de sólo dos topos de individuos. 
No es el tema de la presente tesis, pero al dar estas definiciones no se puede 
dejar de preguntar: y ¿si el sexo anatómico es uno, pero el sexo cromosómico es 
otro, con cuál género se sentirá más cómod@ ese ser? ¿Por qué nos es tan 
necesario rápidamente romper con la posibilidad de no exclusivamente tener dos 
opciones de vida? 
Los géneros «inteligibles» son los que de alguna manera instauran y mantienen relaciones de 
coherencia y continuidad entre sexo, género, práctica sexual y deseo. Es decir, los fantasmas de 
discontinuidad e incoherencia, concebibles únicamente en relación con las reglas existentes de 
continuidad y coherencia, son prohibidos y creados frecuentemente por las mismas leyes que 
procuran crear conexiones causales o expresivas entre sexo biológico, géneros culturalmente 
formados y la «expresión» o «efecto» de ambos en la aparición del deseo sexual a través de la 
práctica sexual. […] El género es la estilización repetida del cuerpo, una sucesión de acciones 
repetidas – dentro de un marco regulador muy estricto- que se inmoviliza con el tiempo para crear 
la apariencia de sustancia, de una especie natural de ser [Butler, 1990: 72 y 98] 
El sexo anatómico indica algo pero los cromosomas dicen otra cosa, y existen 
incluso condiciones como el X0, que aun así se “solucionan” encajonándol@s en 
una de las dos opciones. Este “problema” no nos indica que ese humano sea 
defectuoso sino que nuestra forma de asignar características es simplista y pobre 
ya que no incluye a todo la humanidad, sino deja a un lado lo que no entra, como 
el experimentador que saca de su análisis esos datos que no checan con su bella 
curva normal. Y así, se continúa perpetuando la idea de que los roles de género y 
los estereotipos retratan a l@s seres human@s de todo el mundo y todas las 
épocas. Se define a los roles de género como las conductas quese juzgan 
normales y son las esperadas para mujeres y hombres en una sociedad 
determinada. Los estereotipos son prejuicios, ideas fijas sobre conocimientos 
anteriores y/o vicarios, y en palabras populares es la idea de que si conozco uno, 
conozco a todo el conjunto; son descripciones de diferentes grupos humanos, que 
4 
 
como he mencionado empobrecen y sin embargo, son extremadamente fuertes en 
nuestras subjetividades. Las infinitas combinaciones que conforman los genes y 
los componentes orgánicos junto a las infinitas combinaciones de experiencias 
únicas vividas (familiares, sociales, históricas) dan como resultado la formación de 
una persona irrepetible y que sin embargo, es moldeada corporal y mentalmente 
con premios y cohersiones sociales para obtener como resultado solamente 
mujeres y hombres. 
Elena de la Aldea y Graciela Rahman (1991) claman en su texto4, “no hay 
definición de la mujer, a menos que se piense en una estatua puesta por el destino 
en un lugar y para siempre. Mujeres hay muchas y muy distintas. Y no sé si se 
puede decir que tienen algo en común más allá del hecho de ser nombradas como 
mujeres. Y el cuerpo, claro, pero el cuerpo depende de cómo lo vive cada uno[a], 
depende de cómo te hayan mirado [y te hayas mirado], depende de cada historia.” 
(pág. 41) Asimismo, exponen que “mujer y hombre, masculino y femenino son 
significantes que no significan nada en sí mismos, sólo significan en relación a una 
cultura que les atribuye ciertos contenidos conceptuales. Significante y significado 
enlazan sus cuerpos en una coreografía diseñada por el inconciente, por la lengua 
y por las relaciones sociales de los hombres. A veces, los seres humanos caemos 
prisioneros de las palabras, como si ellas fueran la cosa, no una representación 
posible”. Justamente al estudiar las culturas en el mundo se observa la 
importancia que se le da a nacer con cierto tipo de cuerpo – el poseer o no cierto 
tipo de genitales- se le da tal importancia que esta diferencia anatómica viene 
acompañada de ideas asimiladas en la mentes, tan “sencillas” como que ropa 
debe usar durante su vida, a más “complejas” como ya visualizar al infante como 
un adulto con todas sus decisiones tomadas. 
Tanto en los mitos antiguos como en la vida cotidiana las ideas que ser 
hombre y ser mujer son categorías delimitadas y completamente excluyentes; y si 
un grupo de la sociedad es el número uno, al otro grupo sólo le queda ser el 
 
4 Ensayo Los juegos de Alicia, en el libro La bella (in)diferencia del año 1991, en donde Marta Lamas y Frida 
Saal son las coordinadoras. 
5 
 
número dos, o como concluyó Simone de Beauvoir5, en 1945, al decir que cuando 
los hombres son la humanidad y a las mujeres se nos considera el “otro”. El otro 
siempre será el incomprendido, el extraño, el incoherente, que nunca gozara de la 
protección de la unidad del grupo, del clan, de la hermandad. Esto ha provocado 
que los seres humanos estemos limitados en nuestro potencial, ya que sólo 
podemos ejercer cierto número confinado de características (debido a que los 
rasgos humanos se han dividido en los dos géneros) y que además qué se piense 
que un género debe vivir subordinado al otro, ¿es el hecho biológico de tener 
vagina lo que genera la discriminación, o lo es la manera en que ese hecho es 
valorado socialmente, o sea, la pertenencia de las que tienen vagina a un grupo 
diferente de las personas que no la tienen?6. 
Así, a partir de las diferencias físicas genitales se atribuye a hombres y a mujeres atributos 
simbólicos desiguales que conforman su identidad de manera que al hombre le corresponden la 
actividad, la potencia, el ímpetu, la urgencia…, y a la mujer la pasividad, la sumisión o la 
inactividad. De manera que la socialización de la identidad de género implica para los hombres una 
forma de reforzamiento como «ser importante» y para las mujeres una socialización en la 
desigualdad. 
Las tecnologías del género reproducen los mitos y las creencias sobre el amor (romántico y 
maternal) y la sexualidad, construidos socialmente al servicio de la ideología de dominación que 
sitúa a las mujeres en el lugar de la dependencia, el vaciamiento, la subordinación o la esclavitud. 
Y las dejan expuestas a la «ética de los cuidados» mientras se las obliga a seguir «entregándose» 
por amor [Arisó, Mérida, 2010: 113-114] 
Se construye así un orden/sistema social con lineamientos muy precisos y con un 
nulo margen de error en el cual se vive y se interioriza dificultando ver todo lo que 
ha encarnado durante generaciones de hombres y de mujeres – y no de seres 
humanos-. Estos métodos de control, que han existido a lo largo de la historia, 
aprueban y descalifican ciertas formas de comportamiento y vida; además este 
control permea los diferentes niveles, y si bien se habla de instituciones, también 
existe en las pequeñas comunidades como familia y escuela. 
 
5 Simone de Beauvoir en su ensayo existencialista, El Segundo Sexo, 1945, analiza el hecho de la condición 
femenina en las sociedades occidentales desde múltiples puntos de vista: el científico, el histórico, el 
psicológico, el sociológico, el ontológico y el cultural. Ensayo feminista considerado texto clave de la 
segunda ola del feminismo. 
6 Pregunta realizada por Marta Lamas en 2000, en la pág. 30, de su libro Cuerpo: Diferencia Sexual y 
Género. 
6 
 
1.2 Violencia de Género 
 
La violencia es un concepto que tod@s creemos entender ya que vivimos 
inmers@s en él; y sin embargo, no lo comprendemos en toda su dimensión ni tan 
claramente como lo suponemos, entender sus matices es muy difícil ya que 
nosotr@s mism@s hemos sido educados en un sistema violento7. Aun así 
diversas personas han trabajado en entender sus causas y manifestaciones para 
tratar de comprender los eventos sangrientos que desgraciadamente ocurren con 
cotidianidad mundialmente. 
La violencia definida por Jorge Corsi (1994) es “una forma de ejercicio del 
poder mediante el empleo de la fuerza (física, psicológica, económica, política,…) 
e implica la existencia de un ‘arriba’ y un ‘abajo’, reales o simbólicos, que adoptan 
habitualmente la forma de roles complementarios: padre-hijo, hombre-mujer, 
maestro-alumno, patrón-empleado, joven-viejo, etcétera. El empleo de la fuerza se 
constituye, así, en un método posible para la resolución de conflictos 
interpersonales, como un intento de doblegar la voluntad del otro, de anularlo, 
precisamente, en su calidad de ‘otro’.” (p. 23). Al haber un arriba y un abajo, se 
crea un desequilibrio en el poder, que se define culturalmente o por el contexto, o 
producido por maniobras interpersonales de control de la relación. 
Mónica Dohmen (1994) definió la violencia como una forma de control que 
se apodera de la libertad y la dignidad de quien la padece; además, la persona 
que violenta selecciona a la víctima y dirige y focaliza su violencia, su 
comportamiento no es indiscriminado (p. 66). La violencia va de lo privado a lo 
público, constituyendo un cuerpo que parte de la violencia cotidiana en las culturas 
de opresión-dominación en que la violencia se concibe como un modo de vida 
dentro de un orden social total, dentro del cual se inscriben prácticas significativas 
que reflejan un modo de sentir y se lleva a la práctica pública hasta llegar a la 
violencia como espectáculo manifiesto [González-Serratos, R., 2001]. 
 
7 Alice Miller ha trabajado sobre la infancia, lo que ella llama pedagogía venenosa y sus consecuencias en su 
vida adulta, así nombro a la educación violenta retratada en los manuales de educación infantil del s. XVIII y 
s. XIX, además de sus numerosos estudios de biografías de personajes famosos. Por ejemplo, su libro: Por tu 
propio bien, publicadoen el año 1980, traducido por Ensayo Tusquets en 1985. 
7 
 
 En lo simbólico o en lo real, las relaciones de poder, de cualquier manera, constituyen una 
forma de relación basada en el dolor, en el sufrimiento y funcionan como un sistema de acción-
reacción infinito de violencia. 
En un modelo social en donde las relaciones son de violencia, de poder, no sólo se ejerce la 
violencia en el afuera, sino también en el adentro. Cada persona aprende a establecer esa relación 
no sólo con los demás sino consigo misma [Sanz, 2005: 4]8 
Existe un orden social en el cual hay desequilibrio de poder y la violencia se usa 
como método de control y solución de conflictos, conceptos – el poder y la 
violencia- que observamos día a día en nuestras sociedades; en particular, debido 
a la importancia que se le da al sexo, y entonces género, se asignan y conforman 
un sistema de reglas, en donde existe un desequilibrio de poder – causada por la 
supremacía de un sexo/género sobre el otro- y por tanto se vive la violencia de 
manera “naturalizada” al usarse comúnmente para mantener el orden y solucionar 
problemas inter- e intra-personales de la vida diaria, apoderándose de la libertad y 
la dignidad – de al menos la mitad de la población mundial, o sea, las mujeres- 
como practica pública y universal. A esta violencia que viven las mujeres por el 
sólo hecho de serlo, se le llama violencia de género; estudiándose anteriormente 
con el nombre de violencia familiar o intrafamiliar, separándose los conceptos ya 
que no toda la violencia ocurre en casa, y cuando así sucede se añade el 
sufrimiento causado por ser violentada por una persona querida. 
Una de estas reglas es la construcción de la masculinidad y feminidad 
tradicionales; la primera que vive para la agresividad y la segunda para el cuidado 
a los otros. 
Existe una imagen de “lo masculino” que ha sido transmitida de generación en generación, y que 
raramente se somete a una reflexión crítica. Desde la temprana infancia se aprende que un 
“verdadero hombre” tiene que mostrarse fuerte, seguro de sí mismo, competitivo, ganador (en 
definitiva, una imagen cercana a la omnipotencia). Ese modelo de masculinidad también incluye 
prohibiciones: no llorar, no mostrarse débil, temeroso o inseguro, no fracasar… y podríamos seguir 
enumerando una larga lista. La identidad masculina tradicional se construye sobre la base de dos 
procesos psicológicos simultáneos y complementarios: el hiperdesarrollo del yo exterior (hacer, 
lograr, actuar) y la represión de la esfera emocional [Corsi, 1995:14-15] 
 
8 Introducción realizada por Fina Sanz Ramón: Del mal trato al buen trato, al libro La Violencia contra las 
Mujeres. Prevención y detección. Cómo promover desde los Servicios Sanitarios relaciones autónomas, 
solidarias y gozosas; cuyas coordinadoras son Consue Ruiz-Jarabo Quemada y Pilar Blanco Prieto, libro 
editado en España por la editorial Díaz de Santos, en el año 2005. 
8 
 
La construcción de la masculinidad tradicional esta ligada al estudio de la violencia 
ya que esta, forma hombres que tienen que demostrar constantemente su virilidad 
y no tiene desarrollo emocional; por lo tanto, son personas que toman como 
afrenta personal el que otr@s opinen diferente – la definición de conflicto y que es 
un suceso cotidiano- y además carezcan de autorregulación emocional y empatía, 
lo cual indica que la conexión entre la masculinidad tradicional y los hombres 
violentos. 
No es casual que sean las mujeres quienes más quedan aprisionadas en la búsqueda de un amor 
que las “complete”, que les provea plenitud, que les dé sentido a sus vidas y que les garantice la 
felicidad. Desde épocas remotas han estado marginadas de una enorme cantidad de actividades y 
en consecuencia también privadas de una enorme cantidad de fuentes diversas de satisfacción. 
Reducidas al ámbito doméstico y a los vínculos inmediatos, el amor y los afectos cargan con el 
enorme peso de brindar satisfacción por todo de lo que han sido privadas. De esta manera, el amor 
de pareja suele ocupar para una gran mayoría de mujeres el eje central de satisfacción, llegando 
incluso a ser considerado por ellas mismas como la fuente “natural” de satisfacción femenina 
[Coria, 2001: 51] 
De la misma forma, la feminidad tradicional, fomenta la pasividad, la dependencia, 
la falta de autonomía, el cuidado a otros y la idea de que las mujeres deben dar 
todo por amor. Al tener grabados en su propia identidad genérica el sacrificio, el 
amor sin límites y la dependencia, crecen como víctimas potenciales de la 
violencia. 
 Igualmente, en el imaginario colectivo, no sólo se encuentran estas ideas 
fijas y preconcebidas sobre el “ser hombre” y el “ser mujer” o incluso el “amor 
verdadero”, sino también existen mitos que ayudan a que la gente tenga nociones 
erradas sobre la violencia de género que se da en pareja. Los mitos más comunes 
son (Walker, 1979)9: 
 La violencia doméstica afecta a un pequeño porcentaje de la población. 
No, sólo muy pocas mujeres maltratadas reportan el maltrato para 
confirmar esta afirmación; además, se conoce que es un fenómeno 
mundial. 
 
9 En su libro The Battered Woman de 1979, en las páginas 11 a 70, Walker realiza una lista de mitos erróneos 
que ayudan a perpetuar la violencia de género. El texto en cursiva es traducción libre de esta lista; así como 
el texto sin formato es un resumen de la explicación. 
9 
 
 Las mujeres maltratadas son masoquistas y/o locas. La exigencia social 
de ser “buenas esposas”, hace que por culpa las mujeres soporten la 
situación; aparte que su “gusto masoquista” empezó y termino con la 
situación de maltrato, lo cual indica que no son personas masoquistas. 
 Es un problema de la clase baja. Las mujeres de clase media denuncian 
menos el maltrato por las represalias sociales, mientras que las 
pertenecientes a la clase baja están en mayor contacto con instituciones 
de asistencia que detectan la situación de violencia. 
 Las creencias religiosas previenen el maltrato. Algunas mujeres se 
refugian en sus creencias para combatir el sufrimiento, otras renuncian a 
él, otras son exhortadas por sus guías espirituales a continuar siendo 
buenas esposas, mientras que otros les brindan ayuda para salir de estas 
relaciones destructivas. 
 Las mujeres maltratadas no tienen habilidades para trabajar. Las mujeres 
en esta situación de violencia poseen diferentes grados de educación y/o 
experiencia laboral. 
 Los golpeadores son violentos en todas sus relaciones interpersonales. Se 
ha observado que por lo general las personas alrededor de ellos, los 
califican como buenas personas y sólo su pareja conoce su lado violento. 
 Las mujeres golpeadas merecen serlo. La responsabilidad de un acto de 
violencia pertenece al que decide ejecutarla. 
 Toda mujer golpeada puede dejar su casa. Existen dos grandes 
impedimentos para que la mujer deje su casa, la carga social de ser una 
“buena esposa” y la falta de recursos económicos y de un lugar a donde ir. 
 Los golpeadores cesaran la violencia cuando se casen. Si hubo violencia 
durante el noviazgo, seguramente en el matrimonio continuara y 
aumentara. 
 Los niños necesitan un padre aunque este sea violento. Para la salud 
física y emocional de un niño es mejor vivir sólo con la madre, a vivir en un 
ambiente violento. 
 
10 
 
En este trabajo continuo por hacer visible y desmarañar este fenómeno, se han 
hecho clasificaciones para aclarar los diferentes matices y alcances de esta 
violencia en la vida de la mujer agredida. La violencia de género, llamada 
doméstica por ocurrir en la misma casa donde vive la agredida, se puede dividir en 
cuatro: física, emocional o psicológica, sexual y financiera o económica. Esta 
clasificación es con interés de facilitar su estudio, pero no indica quesólo ocurra 
una a la vez; es más, en cualquier tipo de violencia se hacen heridas emocionales. 
Estas heridas y cicatrices al no ser visibles, como las lesiones físicas, son difíciles 
de percibir incluso para quien las padece; e incluso la inseguridad y confusión 
sobre la certeza de la violencia y su consecuente daño, causa más daño a la 
víctima. También existe el problema que al tratar de tomar serias estadísticas 
sobre esta violencia emocional, muchas mujeres que dicen no haberla sufrido, es 
debido a que nunca le pusieron ese nombre. Este tipo de violencia ‘invisible’, pero 
que es en extremo devastadora, es sumamente importante que se evidencie ya 
que es un asesino lento y silencioso, y no por que no se vea, no es 
extremadamente cruel. 
 
 
1.3 Seducción Perversa 
 
Los pequeños actos perversos son tan cotidianos que parecen normales. Empiezan con una 
sencilla falta de respeto, con una mentira o con manipulación. Pero sólo los encontramos 
insoportables si nos afectan directamente. 
El dominio se puede descomponer en tres grandes aspectos: 
- una acción de apropiación mediante desposeimiento del otro; 
- una acción de dominación que mantiene al otro en un estado de sumisión y dependencia; 
- una acción de discriminación que pretende marcar al otro. 
Es innegable que el dominio trae consigo un componente destructivo, ya que neutraliza el deseo 
del otro y anula toda su especificidad [Hirigoyen, 1998:13, 74-75] 
 
 Este término lo acuño Marie-France Hirigoyen (1998) en su libro El acoso 
moral, donde habla precisamente de esta violencia que no se ve pero mata 
11 
 
dolorosamente la parte emocional y psicológica de la víctima; lo más sorprendente 
es que sucede a la vista de los que viven alrededor de esta, pero nadie hace nada 
ya que no se le considera violencia, ¡sólo estas exagerando! dicen; ya que 
estamos tan acostumbrados a nuestras sociedades de sangre10 que no la 
notamos. A la persona o personas que viven la seducción perversa – que sufren 
el continuo acoso moral- se les falsea la realidad, se les quita la libertad, se 
influencia sus decisiones y se ejerce dominio sobre ellas. En su libro se habla de 
relaciones de pareja y situaciones laborales; sin embargo, al leer los aspectos en 
los que descompone el dominio, se nota que las mujeres en la sociedad viven este 
tipo de abuso moral, por el hecho de pertenecer al género subordinado. 
Precisamente, especialistas han reflexionado sobre que las condiciones de riesgo 
que tienen en común las víctimas de la violencia de género, no parece ser 
exclusiva de ellas; sino parece que todas las que forman parte del grupo de 
género mujeres, tienen el riesgo de vivir consecuencias del daño moral, del daño 
emocional y psicológico causado por vivir en un sistema violento genéricamente. 
 
 
 
1.4 Síndrome de Estocolmo 
 
 Dee Graham (1994) analizó si las relaciones hombre-mujer en la vida 
cotidiana presentan características del Síndrome de Estocolmo; contestando a las 
4 indicadoras de la presentación del síndrome, como la percepción de peligro a su 
supervivencia, inhabilidad a escapar y la amabilidad. Después de realizar su 
estudio, concluyo que las mujeres como grupo sufren del Síndrome de Estocolmo 
en su relación con lo hombres, como grupo social. Graham se pregunto11: 
 
 
10 Término acuñado por Gilles Lipovetsky, en su libro La era del vacío, en 2007. 
11 En su libro Loving to survive. Sexual terror, men’s violence, and women’s lives de 1994, en las páginas 62 a 
182, Graham realiza una comparación sobre los síntomas del Síndrome de Estocolmo en víctimas se 
secuestro y en las mujeres como grupo social discriminado. El texto en cursiva es traducción libre de esta 
lista; así como el texto sin formato es un resumen de la explicación. 
12 
 
(1) ¿Los hombres amenazan la sobrevivencia de las mujeres? Los dirigentes 
mundiales han sido casi totalmente hombres, y los resultados no son muy 
favorables con todas las guerras y la destrucción de la naturaleza, que nos 
han puesto en peligro a todos los habitantes. Además las estadísticas 
mundiales y nacionales nos indican que la mayor parte de las mujeres han 
sufrido o sufrirán violencia y discriminación, en todas las etapas de su 
desarrollo vital. Así que sí, los hombres amenazan la sobrevivencia de las 
mujeres. 
(2) ¿Pueden las mujeres huir de los hombres? Las mujeres como grupo no 
han logrado detener o escapar de la tiranía masculina, en donde son vistas 
solamente como objetos, sirvientes, trofeos de guerra, negando su 
humanidad y sus derechos. Existe todo un sistema de orden y normas, que 
han calado en el imaginario social, donde queda muy claro el lugar de los 
hombres y el de las mujeres. Por lo que, las mujeres no pueden huir de los 
hombres. 
(3) ¿Se encuentran las mujeres aisladas de ideologías y perspectivas 
opuestas a los hombres? Las mujeres viven diferentes tipos de aislamiento, 
como el físico en el que viven infinidad de mujeres amas de casa o las que 
son empleadas en trabajos segregados sexualmente. La historia y las 
ciencias son contadas desde la mirada masculina, hablando de la 
participación de las mujeres como inexistente o menospreciándola, así se 
realiza un aislamiento ideológico hacia las mujeres; y 
(4) ¿Los hombres son amables con las mujeres? Los hombres son amables 
con las mujeres en muchas formas, creando esperanza de que realmente 
se interesan por ellas y dejaran de ejercer violencia, aunque todos los actos 
de caballerosidad coinciden en que el hombre es el fuerte y capaz y la 
mujer débil y frágil, por lo que no es simple cortesía porque su interés es 
perpetuar los estereotipos. La conducta de cortejo es solamente en el 
noviazgo, ya al casarse termina debido a que “ya es su mujer”. Estas 
actitudes ambivalentes de amabilidad y conductas violentas viven en las 
relaciones de hombres y mujeres. 
13 
 
 
Por lo que, como en la cultura patriarcal, las relaciones hombres-mujeres son 
relaciones desequilibradas en el poder –así como en las que se dan en el 
Síndrome de Estocolmo- la psicología de las mujeres, es una psicología basada 
en este síndrome. Las mujeres, como grupo social, presentan síntomas de Estrés 
Post-Traumático, padecimientos psicosomáticos, sentimientos de desesperanza e 
impotencia, depresión, arranques de ira y odio, relaciones ambivalentes con 
hombres y baja autoestima. Asimismo, como indica Clara Coria, el tema del amor 
se considera de vital valor para la identidad femenina, ya que se consideran que 
son las guardianas de los sentimientos y capaces naturalmente del sacrificio más 
profundo en alas del amor. Las mujeres en nombre del amor verdadero aprenden 
a despersonalizarse y a vivir para su pareja para mantenerlo feliz, minimizando su 
violencia y culpándose por ella. Esto forma parte del Síndrome, ya que la víctima 
para sobrevivir se vuelve hipersensible a los mínimos cambios de las emociones 
de su captor para darle lo que pueda y mantenerlo feliz, ignorando sus propias 
emociones y adquiriendo la culpa si esté se incomoda y se queja. Además hace 
suya la ideología del captor, en este caso la masculina; menospreciándose a sí 
mismas por ser mujeres, a su trabajo y a otras mujeres. Es de suma importancia, 
entonces, notar como los roles de género y valorización que se les da es 
importante en la formación de la identidad de mujeres y hombres; modificando su 
forma de ver su situación particular, la vida y a sí mism@s. 
 
 
Estos trabajos muestran que la idea tajante de diferencia sexual, en dos 
grupos, mujeres y hombres, así como el estado de violencia en el que vivimos 
cotidianamente, afecta nuestra manera de ver el mundo y de vernos a nosotr@s 
mism@s. A continuación reflexionaremos porque podemos llamar a nuestro 
sistema androcéntrico y que consecuencias tiene en la formación de identidad y 
autoconcepto en las mujeres.Capítulo 2 
Androcentrismo, 
Identidad y 
Autoconcepto 
 
15 
 
Take this pink ribbon off my eyes 
I’m exposed 
And it’s no big surprised 
Don’t you think I know 
Exactly where I stand 
This world is forcing me 
To hold your hand 
‘Cause I’m just a girl, little ‘ol me 
Don’t let me out of your sight 
I’m just a girl, all pretty and petite 
So don’t let me have any rights 
 
Oh… I’ve had it up to here! 
The moment that I step outside 
So many reasons 
For me to run and hide 
I can’t do the little things I hold so dear 
‘Cause it’s all those little things 
That I fear 
 
‘Cause I’m just a girl I’d rather not be 
‘Cause they won’t let me drive 
Late at night I’m just a girl, 
Guess I’m some kind of freak 
‘Cause they all sit and stare 
With their eyes 
 
I´m just a girl 
Take a good look at me 
Just the typical prototype 
 
Oh… I’ve had it up to here! 
Oh… am I making myself clear? 
I´m just a girl 
I’m just a girl in the world… 
That’s all that you let me be! 
I’m just a girl, living in captivity 
You rule thumb 
Make me worry some 
 
I’m just a girl, what’s my destiny? 
 What I’ve succumbed to is making me numb 
I’m just a girl, my apologies 
What I’ve become is so burdensome 
I’m just a girl, lucky me 
Twiddle-dum there’s no comparison 
 
Oh… I’ve had it up to! 
Oh… I’ve had it up to! 
Oh… I’ve had it up to here! 
 
I’m Just a Girl, No Doubt, 1995 
(Traducción al español en el Apéndice C) 
 
2.1 Androcentrismo 
En los estudios que se han realizado para la reflexión de los sistemas 
psicosociales en los que habitamos, se han dado diversos nombres con la idea de 
16 
 
encontrar descripciones que abarquen con mayor exactitud y clarifiquen las 
consecuencias de vivir inmerso en éste [De Beauvoir, 1949; Greer, 1970 Lagarde, 
1990; Lamas, 2000]. Ninguna definición es mejor que la otra, sino que en conjunto 
nos brindan un claro y amplio panorama de la magnitud de la complejidad de un 
sistema social y como afecta a sus habitantes; también, es cierto, que cada un@ 
dependiendo de su historia de vida y esencia, se sentirá con mayor afinidad a uno 
o más de estos nombres y descripciones. Existe una definición que provoca una 
accesible comprensión, sin la intervención de resistencias personales; Patricia 
Bedolla en una de sus clases (2012), señala que los sistemas sexo-género son un 
conjunto de prácticas, símbolos, representaciones, normas, valores sociales que 
las sociedades elaboran a partir de la diferencia sexual anatómica, dándole 
sentido a la satisfacción de los impulsos sexuales, a la reproducción de la especie 
humana y en general a la relación entre las personas; son las “tramas” de las 
relaciones sociales que determinan los vínculos de los seres humanos en tanto 
personas sexuadas. Parafraseando esta definición podemos notar que la gama de 
cualidades atribuidas a un cuerpo en particular afecta a las esferas más 
intrínsecas de un ser humano, la búsqueda del placer, su reproducción y sus 
relaciones con sí mism@ y l@s otr@s. 
En el título de este trabajo se habla de sistemas androcéntricos, se 
mencionan en plural ya que si bien el androcentrismo se refiere a que el eje 
central, la norma, es El Hombre y los valores masculinos (andros=hombre), 
podemos notar que la definición de qué es un hombre y los valores considerados 
masculinos no son los mismos en todas las culturas, regiones, ni históricamente. 
Además si lo masculino es la norma y la pauta a seguir, lo femenino y La Mujer se 
considera como anormal y algo peyorativo; un sexo es subordinado del otro, ya 
que en sus descripciones se consideran tangentes uno del otro, no comparten 
ninguna característica; existe jerarquización, donde el hombre y sus valores son el 
número uno, no importando el contexto ya que existe una incapacidad masculina 
para admitir equivalentes en otras personas. Estas ideas fomentan y mantienen un 
sistema de normas, pautas y patrones de conducta, el cual a su vez valida los 
prejuicios y estereotipos en las que dice basarse. Al conceptualizar a los hombres 
17 
 
y los valores masculinos como la universalidad, como la norma, causa no 
solamente el menosprecio de las mujeres y lo considerado femenino; sino incluso, 
provoca que las mujeres y sus características personales y humanas se vuelvan 
transparentes, como si no existieran. En su libro Cuerpo: Diferencia Sexual y 
Género (en su Cap. 5), Marta Lamas nos relata como en 1982 –a sólo 31 años de 
distancia- el trabajo de Carol Gilligan ponía en duda los resultados dados por 
Lawrence Kohlberg sobre el desarrollo moral, donde exponía que tenía que sacar 
intencionalmente a las mujeres de su muestra debido a que como su desarrollo 
moral era inferior y sólo algunas de ellas alcanzaban el rango más alto del 
razonamiento moral, sino sus estudios se distorsionaban. Gilligan realizó un 
estudio que únicamente incluía mujeres, las cuales estaban en un verdadero 
dilema moral, jóvenes embarazadas que estaban considerando abortar; y al 
escuchar a las participantes de su estudio descubrió algo muy interesante, el nivel 
de moralidad no era bajo, como supuso Kohlberg, sino era diferente ya que 
tomaban en cuenta variables que los hombres no consideraban. 
Al escuchar lo que le decían las jóvenes, Gilligan constató que utilizaban un lenguaje moral en 
relación al problema del aborto, sólo que el problema moral estaba definido de otra manera: como 
uno de responsabilidad. La interrogante era: ¿me es posible cuidar a esta criatura como ella lo 
necesitaría y merecería? […] La decisión no estaba separada del contexto, de la historia, de la 
narrativa de vida. Para estas jóvenes abortar no era la solución ideal, ni siquiera era la solución 
correcta, sino la menos dañina para todos los involucrados: era el menor de los males [Lamas, 
2000: 167-168] 
Al entender a las mujeres, sus características y su conducta como algo anormal – 
ya que esta fuera de la norma- y extraño – ya que no es lo universal- no se busca 
entenderlo y describirlo a detalle, sino simplemente se considera que no existe y 
por lo tanto, es menor a lo que si existe que es lo masculino. El androcentrismo es 
una realidad donde las mujeres no sólo son menospreciadas, sino además son 
echas a un lado, se les considera transparentes e invisibles. 
Marina Castañeda (2007) define al machismo como un conjunto de 
creencias, actitudes y conductas que descansan sobre dos ideas básicas: la 
polarización de los sexos, es decir, una contraposición de lo masculino y lo 
femenino según la cual no sólo son diferentes sino mutuamente excluyentes; y la 
18 
 
segunda, la superioridad de lo masculino en las áreas consideradas importantes 
por los hombres. Así pues el machismo involucra una serie de definiciones acerca 
de lo que significa ser hombre y ser mujer, así como toda una forma de vida 
basada en ello. Para Marcela Lagarde (1999) el machismo—es una de las 
dimensiones fundamentales del sexismo, además de tener ideas naturalistas- es 
una exaltación ideológica, afectiva, intelectual, erótica, jurídica de los hombres y 
de lo masculino; asimismo pondera y valora positivamente las características de 
dominación implícitas en las masculinidades patriarcales. A pesar de que estas 
dos últimas definiciones puedan parecer iguales, se mantiene el término de 
sistemas androcéntricos para este trabajo, debido a que la palabra machismo, trae 
la idea de que es una actitud y conducta realizada solamente por los varones, 
aunque en la vida esto no es así, ya que ambos sexos crecemos escuchando las 
ideas y valores androcéntristas [Lagarde, 1999]; Carmen Alborch (2003) declara 
que todas y todos nacimos, crecimos y vivimos escuchando “cantos misóginos”; la 
misoginia puede definirse como un rencor u hostilidad hacia las mujeres que a 
veces alcanza manifestaciones violentas. 
Por último, se menciona un término importante que propone la historicidad 
de esta forma de creencias ysus afectaciones en la vida humana. Marcela 
Lagarde (1999) nos dice que “el patriarcado es uno de los espacios históricos del 
poder masculino que encuentra su asiento en las más diversas formaciones 
sociales y se conforma por varios ejes de relaciones sociales y contenidos 
culturales. El patriarcado se caracteriza por: i) El antagonismo genérico, aunado a 
la opresión de las mujeres y al dominio de los hombres y de sus intereses, 
plasmados en relaciones y formas sociales, en concepciones del mundo, normas y 
lenguajes, en instituciones, y en determinadas opciones de vida para las 
protagonistas. ii) La escisión del género femenino como producto de la enemistad 
histórica entre las mujeres basada en su competencia por los hombres y por 
ocupar los espacios de vida que les son destinados a partir de su condición y su 
situación genérica. iii) El fenómeno cultural del machismo basado tanto en el poder 
masculino patriarcal, como en inferiorización y discriminación de las mujeres 
producto de su opresión, y en la exaltación de la virilidad opresora y la feminidad 
19 
 
opresiva, constituidas en deberes e identidades compulsivas e ineludibles para 
hombres y mujeres“. (pág. 78) 
Independientemente del término empleado, lo interesante es reflexionar 
sobre cómo este sistema en el que estamos inmersos y en el que crecemos, nos 
va moldeando durante la formación de la identidad y la autoestima (premiando y 
castigando conductas e ideas); es decir, como al exaltar los valores masculinos y 
menospreciar los femeninos, tanto en hombres como en mujeres se traduce en 
identidades mutiladas y autoestimas dañadas. En esta tesis se estudió en 
particular a las mujeres, de como la formación de sus identidades individuales y 
autoconcepto se ven enturbiadas con las ideas de sus sistemas sociales sobre 
como “debe ser” La Mujer. 
La feminidad es la distinción cultural históricamente determinada que caracteriza a la mujer a partir 
de su condición genérica y la define de manera contrastada, excluyente y antagónica frente a la 
masculinidad del hombre. Las características que constituyen la feminidad son consideradas en las 
concepciones dominantes del mundo como atributos naturales, eternos y ahistóricos inherentes al 
género y [a] cada mujer particular [Lagarde, 1990:759] 
 
El trabajo del feminismo ha sido precisamente el cuestionar la concepción 
naturalista, además de estudiar la importancia del contexto histórico y cultural, que 
ha transformado la diferencia anatómica en destino y subordinación. Abriendo 
reflexiones sobre el simbolismo que se le ha dado a esta diferencia anatómica, 
convirtiéndola en diferencia de características, ideas, emociones y formas de ver 
la vida, unas prestigiadas y otras devaluadas. Este simbolismo dualista (mujer-
hombre) se construyo como respuesta para afrontar las infinidades posibilidades 
de la vida, a un abismo de posibilidad que ha causado miedo, y hemos pagado 
con la simplificación de caminos validos para todos los y las human@s 
(reflexiones formuladas en el libro La bella (in)diferencia). 
 
 
 
 
 
 
20 
 
2.2 En búsqueda de la Identidad 
En el siglo pasado Betty Friedan1 (1963) y Germaine Greer2 (1970,1996) 
hablaron de dos situaciones que causaron–y causan- heridas en lo más profundo 
del ser humano mujer. Friedan, reflexiona de ese malestar sin nombre que tenían 
las mujeres de la posguerra que vivían la vida soñada como amas de casa; y que 
en lugar de gozar esa vida de ensueño, pasaban sus días sufriendo un “malestar 
que no tenía nombre3”. Ese sufrimiento causado por vivir un rol que se les decía 
era estaba fundado en su naturaleza, y que sin embargo, las dejaba vacías y sin 
disfrutar despertar cada día, necesitando incluso de fármacos para ‘pasar’ día tras 
día la misma rutina. Unas décadas después, Greer nos dice que a pesar de los 
avances en las posibilidades de la vida de las mujeres—ahora van a las 
universidades y se vuelven profesionistas, e incluso “osan salir a la calle”- la 
imagen de la feminidad sigue siendo un grillete en sus vidas, ya que la feminidad 
esta muy alejada a lo que en realidad son las mujeres–ella acuña el término de la 
verdadera mujeridad (femaleness)4 – ya que en primer lugar son seres vivos: que 
respiran, comen, transpiran, orinan, defecan, sudan, ríen, roncan, eructan, 
mastican, bailan, se enojan, sueñan, piensan, disfrutan, anhelan, ¡existen!; y aun 
así, la idea de la feminidad y la de ser una verdadera mujer—imperativo social sí 
tu cuerpo es anatómicamente de mujer-, sigue una serie de creencias que limita 
hasta estas cuestiones físicas inherentes a la vida. Tod@s hemos escuchado 
 
1 La Mística de la Feminidad libro clásico en la Teoría Feminista, que se publicó originalmente en los Estados 
Unidos. Friedan empezó a trabajar en el desde 1957, como un artículo algo largo que ninguna revista 
femenina quiso publicar. Ella partió de una sensación: “paulatinamente llegué a darme cuenta de que existe 
algo equivocado en la manera en que las mujeres norteamericanas intentan vivir hoy día sus vidas” y esa 
equivocación causa malestar, vacío y desazón a las mujeres. 
2 La Mujer Eunuco (1970) y La Mujer Completa (1996) libros pioneros en el trabajo que realiza un riguroso 
examen de la opresión de las mujeres, empleando ampliamente la historia, la literatura y la cultura popular; 
asimismo habla de como las mujeres han sido embaucadas para que se conformen con una falsa igualdad, y 
que se pierdan de vista los objetivos que en sus inicios buscaron los movimientos feministas, movimientos 
por la liberación de la mujer donde no se consideraba el potencial femenino en función de la realidad 
masculina. 
3 Término acuñado por Betty Friedan (1963). 
4 Término acuñado por Germaine Greer (1996), término en oposición a la feminidad que continua siendo 
obligatoria para todas las mujeres, mientras la verdadera “mujeridad”–femaleness- se considera grotesca 
hasta rayar en lo obsceno. 
21 
 
frases como las siguientes: es desagradable que una mujer sude y como se atreve 
a ponerse falda corta sin haberse depilado antes. 
Estamos en el año 2013, y podemos preguntarnos si existe una diferencia 
real a lo que estas dos teóricas hicieron visible, ¿acaso las mujeres ya no están 
sometidas a cumplir un rol de profesionista y seguir cumpliendo las tareas del 
hogar y el cuidado de la familia? y concerniente a esta tesis ¿la “esencia 
femenina” no sigue siendo una imagen tiránica alejada de lo que es un ser 
humano? ¿Acaso no seguimos viviendo los efectos dañinos de la persecución y 
cumplimiento a toda costa de esta imagen en la vida diaria de las mujeres? Existe 
ahora gente perversa que emplea el tema de la libertad y dice: las mujeres son 
libres de cambiar su cuerpo hasta el extremo de perderse a sí mismas, si ese es 
su deseo; pero cuando la persona no tiene más de una sola opción a escoger y/o 
su percepción de su valía propia se encuentra en peligro de sentirse nulificada 
sino cumple el imaginario social ¿a esto podemos llamar libertad? Es cierto, todo 
ser humano esta en el derecho pleno de hacer con su vida y su cuerpo lo que 
desee (sino lastima a terceros), pero también tiene el derecho de hacer una 
decisión informada y libre; informada es que sepa las consecuencias y 
repercusiones de sus acciones, y para que su decisión sea libre debe tener 
opciones reales, que su vida física y emocional no este en peligro y conocer sus 
gustos y deseos propios, una vida en la que no considere que el dolor tenga que 
ser parte de su vida cotidiana. La libertad que merece tod@ ser human@ no es 
seguir el camino que otros te ordenan transitar y así cumplir sus deseos 
personales. 
¿Qué más podrían desear las mujeres? La libertad, ni más ni menos. Libertad de la condición de 
objeto mirado, en vez de ser la persona que devuelve la mirada. Libertad de la inseguridad de ser 
comoson. Libertad del deber de estimular el apetito sexual masculino desfalleciente, para el cual 
ningún seno es nunca suficientemente duro y turgente, y ninguna pierna suficientemente larga. 
Libertad de las incómodas prendas que es preciso vestir para excitar. Libertad de los zapatos que 
nos obligan a acortar el paso y sacar culo. Libertad de la lozanía juvenil siempre presente. Libertad 
de los insultos humillantes con que nos abruman las revistas de la estantería superior de los 
puestos de periódicos; libertad de ser violadas: desnudadas verbalmente por los trabajadores de la 
construcción [y los que hombres que tienen otra profesión], espiadas en nuestras idas y venidas 
cotidianas [en nombre del amor], interceptadas en nuestro camino, objeto de preposiciones o 
22 
 
seguidas por la calle, blanco de bromas de mal gusto de nuestros compañeros de trabajo, 
manoseadas por el jefe, utilizadas sádisticamente o contra nuestra voluntad por los hombres que 
amamos, o atacadas violentamente y apaleadas por un desconocido, o una pandilla de 
desconocidos. 
La libertad de ser una persona, con la dignidad, la integridad, la nobleza, la pasión y el orgullo que 
constituyen la condición de persona. La libertad de correr, gritar, hablar en voz alta y sentarse con 
las rodillas separadas. La libertad de conocer y amar la Tierra y todo lo que nada, yace y repta 
sobre ella. La libertad de aprender y la libertad de enseñar. La libertad de vivir sin miedo, la libertad 
de no pasar hambre, la libertad de palabra y de creencias [Greer, 1970:12,13] 
La libertad es uno de los grandes derechos humanos, y es vital para vivir una vida 
plena y formarse una identidad que nos refleje a nosotr@s mism@s. También el 
tener y prestar atención al vocabulario emocional es importante, para darnos 
cuenta cuando algo no anda bien en la forma en que estamos viviendo; cuando 
nuestro sistema de emergencia, las emociones, nos está dando la información que 
algo nos esta haciendo daño y necesita ser cambiado. 
En su libro Betty Friedan menciona “¿Y qué era ese malestar que no tenía 
nombre? ¿Qué palabras utilizaban las mujeres cuando trataban de expresarlo? A 
veces una mujer decía: «Me siento como vacía… incompleta.» O decía «Me siento 
como si no existiera.»…” (pág. 57) Este libro fue escrito en 1963, y ahora en el 
2013 las mujeres ya no expresan tal cual su desprecio a mujeres profesionistas o 
pretenden ser las amas de casa perfectas—esto es cuestionable si notamos las 
imágenes de los medios sobre las mujeres, los simbolismos sobre las mujeres 
modernas5-; y aun así muchas mujeres se siguen considerando vacías e 
invisibles, porque siguen siendo incapaces de contestar la misma pregunta 
profundamente humana de ¿Quién soy yo? ¿Cuáles son mis gustos? ¿Qué es lo 
que quiero de la vida?; ya que se le sigue diciendo, y ellas aceptando como 
verdad, quienes son, como deben vivir su vida, que parámetros deben de cumplir 
para ser una buena mujer, para ser incluso una mujer, en tanto a su forma física, 
tanto en sus gustos, tanto en sus capacidades, tanto en lo que deben de ser, 
 
5 Trabajos sobre: Socialización, Roles de Género y Medios Masivos de Comunicación y Género, Vida 
Cotidiana y Medios Masivos de Comunicación; publicados en los Estudios de Género y Feminismo I (1989) y 
II (1993), los cuales son un compendio de reportes de las investigaciones que se realizaron en el Centro de 
Estudios de la Mujer (CEM), de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México 
(UNAM). Se realizaron re-ediciones por parte de la Editorial Fontamara sin la participación de la UNAM, en 
donde las fechas difieren, para el Tomo I la fecha es 2000, y para el Tomo II la fecha es 1998. 
23 
 
sentir y anhelar, y por supuesto evitar. Esto lo podemos notar sin ir más allá 
viendo la publicidad, viendo los programas, las revistas femeninas que siguen 
siendo de gran demanda y ciertas películas. Notamos a las personajes femeninos 
que ahora también pueden ser profesionistas y no obstante deben estar a la 
moda, deben de verse bellas, deben de seguir cumpliendo normas y funciones, 
como la doble y triple jornadas, de cuidado de la casa y cuidado de la familia; 
entonces estas reflexiones siguen siendo actuales. Cita Friedan, a una mujer con 
cuatro hijos que había abandonado el college a los 19 años para casarse: 
He intentado hacer todo lo que se supone que deben hacer las mujeres – tener pasatiempos, 
dedicarme a la jardinería, los encurtidos, enlatar verduras, tener una intensa relación social con mis 
vecinas, participar en comités, organizar meriendas de la PTA. Puedo hacerlo todo, y me gusta, 
pero eso no te da nada en qué pensar, ninguna sensación de quién eres tú. Nunca he ambicionado 
tener una carrera. Todo lo que quería era casarme y tener cuatro hijos. Adoro a los niños y a Bob y 
me encanta mi casa. Nunca hay ningún problema al que pueda ponerle nombre. Pero estoy 
desesperada. Empiezo a sentir que no tengo personalidad. Todo lo que hago es servir la comida y 
lavar pantalones y hacer camas; soy una persona a la que siempre puedes recurrir cuando 
necesites algo. Pero ¿quién soy yo? [Friedan, 1963: 57] 
Podemos cambiar las actividades de esta mujer por las que ahora hacemos las 
que vivimos el 2013, pero muchas llegamos a la misma pregunta, después de todo 
lo que hago en mi trabajo y después de todo lo que hago para “mi disfrute”, 
¿Quién soy yo? ¿Soy acaso libre? o ¿Soy lo que se me permite ser? Se nos 
ofrecen infinidad de ideas, actividades y actitudes que garantizan hacer más 
estimulante la vida, que si ser activa sexualmente, no tan apegada 
sentimentalmente, comprar y usar la última moda, y a demás, se nos dice que esto 
nos hará felices y más aun, evitara que nos sintamos vacías y que no habrá crisis 
de identidad, después de todo no somos todas “Totalmente Palacio”. Inútil 
esfuerzo es llenar un hueco interior con distractores externos, que no nos 
ayudaran a dar respuesta a nuestras dudas humanas. El problema es el mismo 
que antes, vivir para otros, vivir como otros desean, vivir los sueños de otros y no 
ser nunca una misma. Porque llegar a ser una misma es un arte, que no se nos ha 
enseñado, un arte que consiste en construir y deconstruir todos los días lo que 
creemos de nosotras mismas; y el primer e importante paso oírnos a nosotras 
mismas, separar el ruido social, el ruido genérico, el ruido de la feminidad y oírnos 
24 
 
solamente a nosotras, y a ver que tenemos que contarnos y pedirnos. Entonces 
parece que estamos frente a una nueva mística de la feminidad, en donde como 
diría Friedan (1963) “nuestra cultura no les permite a las mujeres aceptar o[/y] 
satisfacer la necesidad básica de crecer y desarrollar su potencial como seres 
humanos”(pág. 115). Además para poder realizar estas reflexiones personales se 
necesita de algo netamente valioso y que a las mujeres se nos exige darles a 
tod@s los demás exceptuándonos a nosotras mismas, se nos reclama porque 
¡que nos cuesta! e igualmente no debemos ser las todólogas hadas madrinas de 
los demás, se nos demanda derrochar nuestro precioso y finito tiempo, en donde 
al final del día no nos quedamos con nada para nosotras mismas y/o peor si nos 
quedo algo preferimos emplearlo en anestesiarnos en lugar de estar con nosotras 
mismas. Asimismo esta “identidad” que nos daría la belleza, es un amo tiránico, 
que nunca es alcanzable y únicamente causa un odio y menosprecio a nuestra 
imagen física; aún la mujer más “bella” del mundo, mundialmente famosa y 
elogiada constantemente, se considera fea e imperfecta, piensa que l@s demás 
no la están viendo bien ya que ella sabe que tal o cual parte de su cuerpo no 
cumple con lo establecido, que por más que controla lo que come y se la pasa en 
el gimnasio no es suficientemente esbelta, torneada y voluptuosa, que por más 
maquillaje caro y numeroso quecompre no podrá tapar sus rasgos de nacimiento, 
y que por más cremas con contenidos sofisticados y cirugías plásticas su cuerpo 
envejece todos los días; que amo más tiránico el que exige toda una vida de 
dedicación constante y que no da más que espejismos a cambio, tu vida por 
castillos en el aire [Greer, 1996; Lagarde, 1999]. Como lo exhibe Rosa Pastor 
(2004) “la expectativa de un ideal imposible, mantenida sobre la creencia ilusoria 
de poder alcanzarlo, convierte la realización personal en una carrera de 
obstáculos, y al cuerpo en un objeto, externo y manipulable, mediador del 
reconocimiento y éxito social. Al mismo tiempo, el sometimiento a la uniformidad 
de los modelos de feminidad/masculinidad y la presión sostenida a lo largo de la 
socialización dificultan las posibilidades de autonomía” (pág. 224).6 
 
6 Capítulo 10, Cuerpo y Género: Representación e Imagen Corporal; en el libro Psicología y Género del año 
2004, en donde las coordinadoras fueron Ester Barberá e Isabel Martínez. 
25 
 
 El ser humano durante su día diario, convive con otr@s desde su 
nacimiento, y va formando un doble sentimiento de identidad—nos dice la 
Psicología Social-. Necesitamos un grado de semejanza con las personas que nos 
rodean, sentirnos perteneciente a un grupo como por ejemplo soy mexicana; no 
obstante, requerimos también, desarrollar un yo diferenciado, que no sólo nos 
separa de los demás, sino que nos permite sentirnos únic@s y nos ayudará a 
respondernos ¿Quién soy yo? Esta pregunta es intrínsecamente humana, no 
exclusivamente cuando filosofamos sobre nuestra existencia en este mundo, sino 
además porqué sencillamente pasamos y pasaremos todo la vida junto a 
nosotr@s mism@s diariamente y a cada segundo. Se nos enseña y anima a 
conocer a las demás personas, qué si el o la vecina es buena persona, que si l@s 
compañer@s de escuela o de trabajo son agradables, se nos exhorta a recabar 
información sobre la reputación de la escuela o servicio que requerimos, se nos 
dice que es importante conocer a las personas que viven cerca de nosotr@s y 
hasta ahora con el Internet y la televisión conocemos a la gente que vive lejos; y 
sin embargo, nadie pone tanto énfasis en conocer al ser que esta continuamente 
junto a un@, o sea un@ mism@. Es cierto que en estos tiempos se ha 
popularizado que es bueno para la salud conocerse a sí mism@, y existen 
infinidad de libros de autoayuda con este fin; pero realmente es difícil conocernos 
sino consideramos, todos las ideas y prejuicios sobre lo que debemos ser y las 
coerciones sociales que existen sino seguimos este libreto al pie de la letra [Burin, 
1987]. Cuando algo duele tanto nos es más sencillo convencernos de que es así 
como siempre lo deseamos y que así es como pensamos, las mujeres nos hemos 
convencido que si las piernas nos duelen no es por el uso de malas hormas en los 
zapatos ni el gigante tacón de aguja o la plataforma, sino porque nuestras piernas 
no son tan fuertes y que “naturalmente” tenemos más varices que los hombres; es 
más “fácil” aceptar esto como verdad a admitir que se nos trata como muñecas y 
al que nos dice como vestir no le importa el daño que se le haga a nuestros 
cuerpos y sentimientos. Desgraciadamente, estas mentiras que nos contamos no 
son simples, están reforzadas por muchos años escuchando que como mujeres 
debemos ser bellas y jóvenes, punto, que nosotras no diremos que es lo que 
26 
 
consideramos belleza, y que las que osen no preocuparse por seguir las normas, 
serán juzgadas como pseudomujeres sin valor, sufrirán burlas y el menosprecio, 
además de sufrir la mayor condena quedando solas, sin marido y sin hij@s, sin 
felicidad, ni utilidad. Se puede ver ahora que este “sencillo” tema sobre la belleza, 
es un tema anclado en la subjetividad y sentimiento de valía de las mujeres, y por 
lo tanto, no es nada fácil convencerlas en cuestionar los estereotipos y dejar de 
consumir/usar productos que como el lecho de Procusto7 las deja una igual a la 
otra, quitándoles su ser individual y su milagrosa combinación de ADN que las 
hace irrepetibles a ningún otra mujer u hombre que haya existido o existirá jamás; 
y asimismo les causara deterioro en su salud—tanto a nivel físico como mental, al 
vivir constantemente ansiosas por ser juzgadas y fallar a algo que por si fuera 
poco es una doble falta ya que instintivamente deberían saber comportarse como 
mujeres- y calidad de vida—ya que “mínimamente” gastaran la mayor parte de su 
sueldo, de por sí menor al del varón, en productos de belleza y ropa de moda-. 
Por lo tanto, es importante hablar de como los valores de los sistemas 
androcéntricos participan en la formación de la identidad, autoconcepto y 
subjetividad de las mujeres; de hacer explicito que el sistema donde vivimos en 
donde el uso de lo masculino a manera de eje del comportamiento humano, la 
superioridad masculina y la polarización de los sexos, esto es, que los valores y 
características masculinos se consideran lo importante y valioso, forman a seres 
humanas mujeres con identidades, autoconceptos y subjetividades frágiles ya que 
no participan en su propia construcción, debido a que sus características y 
cualidades son menospreciadas. Esto sucede bajo la creencia de que las 
características humanas pueden ser divididas en femeninas y masculinas ya que 
son naturales y biológicamente determinadas, negando la existencia de un 
aprendizaje social. 
 
7 En la mitología griega Procusto era hijo de Poseidón y a veces se le menciona como un gigante. Procusto 
tenía su casa en las colinas, donde ofrecía posada al viajero solitario. Allí lo invitaba a tumbarse en una cama 
de hierro donde, mientras el viajero dormía, lo amordazaba y ataba a las cuatro esquinas del lecho. Si la 
víctima era alta y su cuerpo era más largo que la cama, procedía a serrar las partes de su cuerpo que 
sobresalían: los pies y las manos o la cabeza. Si por el contrario era de menor longitud de la cama, lo 
descoyuntaba a martillazos hasta estirarla. Según otras versiones, nadie coincidía jamás con el tamaño de la 
cama porque Procusto poseía dos camas, una exageradamente larga y otra exageradamente corta. Analogía 
realizada por Betty Friedan, para ilustrar lo que los parámetros sociales por género nos causan. 
27 
 
 
2.3 Crecimiento y Formación de Autoconcepto 
Estos valores [androcéntricos] son transmitidos por la familia y otras redes sociales y, mediante un 
proceso de identificación, se integran en la personalidad conformando el Ideal del Yo. Este incluye 
los ideales culturales, asumidos y experimentados como propios, de modo que la auto-estima 
dependerá de la medida en que el Yo pueda asemejárseles [Turbert, 2010:162] 
 
Emilce Dio Bleichmar (1985) realizó un estudio de las teorías 
psicoanalíticas sobre la feminidad, dando la importancia de estos aprendizajes 
tempranos en la construcción de la identidad sexual de las niñas, que son los 
mensajes del deber ser génerico y la división sexual de trabajos, sobretodo en la 
crianza. Menciona que en la etapa preedípica la madre es visualizada como 
todopoderosa y la niña desea ser vista por esta mamá todopoderosa ya que así 
asegurara su cuidado, protección y su existencia. Cuando se da cuenta la 
diferencia entre los sexos, no ve la falta o no de una parte anatómica del cuerpo, 
sino Dio Bleichmar propone el falo como sinónimo de poder, del poder que 
descubre el padre es el poseedor. Por lo tanto, se crea una herida narcisista en la 
crisis del descubrimiento de la castración materna (ella no es la todopoderosa que 
imagino), herida causada no solamente por la gran desilusión de su mamá, sino 
de sí misma—ya que ella se sentía orgullosa de ser una copia calca de mamá- y 
ahora se sabe perteneciente a un género devaluado. Entonces, la niña, púber, 
adolescente

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