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UNIVE El enfoq prog ERSIDAD FA que de c gramas e QU Ju D NACIO ACULTA competi estratégi E PARA O LICENCIA P R uan Her TU LIC. JOA ONAL AU AD DE E tividad s icos de d TESIS OBTENER ADO EN E R E S E N iberto R UTOR DE T AQUÍN VELA UTÓNOM CONOM sistémic desarrol S R EL TÍTUL ECONOM N T A: Rosas Juá ESIS: A GONZÁLE M MA DE MIA ca en el d llo empr LO DE: IA árez EZ MÉXICO, D MÉXICO diseño d resarial D. F. 2008 O de 8 Neevia docConverter 5.1 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. Neevia docConverter 5.1 Gracias DIOS por todo lo que tengo. A mí familia: Padres: Joaquín y Elena. Hermanos: Joaquín Uriel y Paola. A mis seres queridos que siempre están ahí: Abuelitos: Roberto†, Ángela, Gabriel y Damasa. Tíos: Roberto, Joaquín, Luz, Calle, Luis, Gabis, Javier, Tere, Lolis y Pepe. Primos: Ericka, Juan, Luís (2), Pepín, Perla, Pedro, Efrén, Isabel, Haydé, Ana, Israel, Lupita, Nancy, Chata, Monse, Cristina y Samantha. A quién nunca olvidaré y me han apoyado: Rosario Carrillo Amigos del PT: Armando, San Juan, Lalo Chuy, Karen y Jessica, Amigos: Acosta, Gaby, Hinojosa, KIKI, V. M.G.E, Ana lilia, Sergio y Juan Carlos. Neevia docConverter 5.1 Nada es para siempre, todo puede cambiar. México y su gente merecen un mejor futuro Neevia docConverter 5.1 Índice General Introducción PARTE 1: EL PARADIGMA DE LA COMPETITIVIDAD SISTÉMICA Capítulo 1. La competitividad de las naciones en la economía global 1.1 La economía globalizada 1.2 Competitividad en la globalización 1.3 La competitividad de las naciones Capítulo 2. La competitividad sistémica: conceptos y dimensiones 2.1 Fundamentos económicos de la competitividad 2.2 El Modelo de Competitividad Sistémica 2.3 México en el contexto de la competitividad global PARTE 2: ESTRATEGIAS Y POLÍTICAS PARA LA COMPETITIVIDAD SISTÉMICA Capítulo 3. Bases estratégicas de la competitividad empresarial 3.1 Empresas productivas vs. Empresas competitivas 3.2 El enfoque de la cadena global de valor 3.3 De la integración productiva a los conglomerados productivos Capítulo 4. Políticas públicas para promover la competitividad sistémica 4.1 Ámbitos de acción de la política pública de competitividad 4.2 Estrategia y programas sectoriales de competitividad 4.3 Ley Pyme y Fondo Pyme PARTE 3: PLANEACIÓN, FORMULACIÓN E INSTRUMENTACIÓN DE PROGRAMAS ESTRATÉGICOS DE COMPETITIVIDAD SISTÉMICA Capítulo 5. La planeación estratégica en la formulación de programas 5.1 Ámbitos de acción de los programas de competitividad sistémica 5.2 Estructura de los programas instrumentales 5.3 Marco lógico de la estrategia: lineamientos, proyectos y acciones Capítulo 6. Gestión e instrumentación de programas 6.1 Mecanismos de instrumentación y ejecución 6.2 Sostenibilidad y participación 6.3 Evaluación y seguimiento Conclusiones Generales Referencias Bibliográficas Neevia docConverter 5.1 1 Introducción El proceso de globalización de las economías unido al papel de las administraciones públicas, introduce nuevas responsabilidades a los gobiernos y al sector privado de afrontar el reto de mejora de la productividad y la generación de ingresos que hagan sostenible el desarrollo en cada país y región. La competencia internacional es una realidad ineludible para las empresas mexicanas. La apertura comercial que se ha venido dando desde mediados de los ochentas ha cambiado de raíz la naturaleza de los sectores productivos. Hoy, las empresas tienen que competir frente a las importaciones más diversas y de los orígenes más variados. La liberalización comercial constituye así el factor más trascendente de cambio que el país haya experimentado en los últimos cincuenta años. El problema ahora es enfrentar exitosamente esa competencia y transformar la economía nacional en una sólida base de crecimiento y desarrollo. La economía mundial ha cambiado a pasos agigantados en los últimos años, hasta llegar a convertirse en una economía global. Los bienes —desde las materias primas hasta las manufacturas más complejas y sofisticadas— se han convertido en mercancías (commodities); los mercados han cambiado su naturaleza pues ahora más que constituir espacios o lugares localizados, se han transformado, gracias a las tecnologías de información y comunicaciones, en redes interconectadas, mostrando una sobresaliente integración, no sólo para colocar productos sino, más aún, para buscar proveedores y realizar las funciones de ensamblaje, producción, distribución y comercialización, lo que se ha dado en llamar la “fabrica mundial”, lo que ha provocado, a su vez, la apertura de nuevos horizontes en mercados potenciales llegando a cubrir el planeta entero. La mayor interrelación entre las diversas economías ha incrementado sustancialmente el nivel de competencia a todos los niveles, no sólo debido a una penetración más agresiva a los mercados, producto de la eliminación de las barreras comerciales, sino también debido al aumento en el número de actores. Es en este escenario de hipercompetencia global, en donde la globalización de los sectores productivos tiende a ganar más y más terreno, vislumbrándose como una tendencia a largo plazo; de tal suerte que factores tales como ventajas comparativas, productividad, eficiencia y flexibilidad han adquirido una importancia fundamental ya que son determinantes para la subsistencia de las empresas inmersas en las nuevas condiciones de competitividad imperantes en el entorno internacional. Lo anterior ha originado toda una nueva generación de productos, procesos, formas de organización y estructura de mercados, resultado de la reorientación y reorganización de las estructuras empresariales. El cambio en las reglas del juego ha obligado a las empresas en todo el mundo a ajustarse a este nuevo entorno. La hipercompetencia obliga a incrementar y consolidar la productividad y la competitividad con el objetivo de mantener, e incluso aumentar la participación en el mercado. Neevia docConverter 5.1 2 Sin embargo, las empresas nacionales, sobre todo las pequeñas y medianas, están lejos de poseer los recursos tanto humanos y financieros, pero en especial organizacionales que se requieren para ser competitivas a nivel mundial. De aquí la necesidad de contar con el apoyo de los gobiernos tanto federal como estatal. Es en este contexto que se vuelve primordial la labor de la administración pública. Empero, dada la limitación de los recursos públicos, resulta imprescindible que los programas de participación conjunta gobierno‐empresa, se formulen e instrumenten de la manera más eficiente posible. Lo que implica seguir un marco lógico de formulación de programas estratégicos que definan los lineamientos de política, proyectos y acciones. Una economía competitiva se caracteriza poraltas tasas de crecimiento económico y de creación de empleos bien remunerados. Para lograr este objetivo se requiere que el tejido productivo conformado por las empresas nacionales, en todos los sectores, eleven sus niveles de productividad y asociatividad. Incrementar la competitividad del país, implica de que se generen las condiciones que aseguren un clima de negocios favorables, ya que las empresas pueden ser productivas y eficientes, pero si su entorno sectorial y gubernamental no les permite competir a precios competitivos, no les será posible acceder a los mercados más dinámicos, no sólo a nivel internacional sino también en su propia región. En los últimos años, nuestro país ha venido perdiendo posiciones competitivas, lo que hace apremiante que se instrumenten estrategias y acciones para solucionar esta situación. Sin embargo, los esfuerzos por parte del gobierno federal, durante el sexenio 2000‐2006, para fomentar la competitividad de las empresas no tuvieron precedente, no obstante, la estrategia seguida, en general ha carecido del enfoque de competitividad sistémica como principio rector. Es en este contexto que se plantea a la competitividad como un fenómeno sistémico, que impacta en cuatro esferas o niveles fundamentales: el micro que atañe a las empresas, el meso vinculado con los sectores productivos, el macro que impacta a nivel de la política económica y el meta relacionado con los entornos sociopolíticos. Si no hay competitividad sistémica, a la larga los consumidores no podrán acceder a bienes y servicios bajo condiciones de mayor equidad. Entre los principales factores que determinan la competitividad se encuentran la productividad de la mano de obra, que depende en buena medida de la tecnología empleada, la eficiencia de los mercados, del marco regulatorio, así como de la disponibilidad de una infraestructura moderna. La planeación de las políticas y estrategias de impulso a la competitividad empresarial, plasmadas en los programas de acción de mezcla público‐privado que el gobierno impulsa a través de los distintos mecanismos que se han concebido, requieren fundamentalmente del enfoque de competitividad sistémica y de un marco lógico que asegure su correcta y eficaz aplicación. Sin esta visión, las políticas públicas no alcanzarán su debida dimensión y la eficacia de su aplicación se verá limitada, en la consecución del objetivo primordial de las administraciones públicas de promover la actividad productiva y así elevar los niveles de bienestar de la población. Neevia docConverter 5.1 3 El objetivo de la investigación es plantear el enfoque de competitividad sistémica en las fases de la planeación estratégica y el diseño de programas operativos de fomento al desarrollo competitivo, instrumentación y evaluación. En primera instancia es el diagnóstico y dimensionamiento de los factores que determinan la innovación y la competitividad de las pequeñas y medianas empresas (PYMES) a través de la forma en que se interrelacionan e interactúan los cuatro niveles o espacios de análisis de la competitividad sistémica: meta, macro, meso y micro que integran el enfoque. Las siguientes fases conllevan la identificación de los procesos de formulación de los lineamientos de política pública y de las mejores prácticas empresariales y organizacionales, para posteriormente estructurar las instancias de ejecución: políticas públicas, programas, proyectos estratégicos y líneas de acción, finalmente los mecanismos de evolución y seguimiento. La presente tesis la empecé en el tiempo que colaboré en una de las primeras empresas de consultoría estratégica, dedicadas a la formulación de programas de competitividad, “Centro de Capital Intelectual y Competitividad”, (CECIC) hasta terminarla en la empresa en la que actualmente trabajo “Grupo de Consultores de Comercio Internacional y Desarrollo Integral”, (CIDI Consultores). En ese periodo tuve la oportunidad de realizar varios programas de competitividad en CECIC como: Programa de Competitividad para el Clúster Cuero‐Calzado en Guanajuato, Programa Regional de Competitividad Sistémica de Michoacán, Estudios y Programas de Acción para la Competitividad e Integración de la Cadena Productiva‐Comercial del Mercado de Abastos Estrella y Programa de Competitividad para la Central de Abastos de Guadalajara; y en CIDI: Programa de Competitividad de la Consultoría en México y Estudios y Proyectos para la Reconversión del Sistema de Distribución (Acción Nueva) Cobertura Estatal. Durante la realización de los programas, siempre tuve la oportunidad de allegarme de información desde datos duros, hasta platicar y convivir con productores, comerciantes, empresarios, representantes del gobierno federal, estatal y municipal, lo cual me ha dejado experiencias, vivencias y conocimientos que me han permitido desarrollar el presente trabajo. Agradezco a todos esa oportunidad y espero que la presente investigación contribuya a mejorar la eficacia y eficiencia de las políticas públicas, proyectos, programas y líneas de acción instrumentadas por los distintos niveles de gobierno con la participación de los principales interesados y beneficiados (empresas y sociedad), a través del enfoque de competitividad sistémica. Neevia docConverter 5.1 Parte 1 El Paradigma de la Competitividad Sistémica Neevia docConverter 5.1 1. La competitividad de las naciones en la economía global Prácticamente todas las economías del mundo han entrado a la globalización, lo que las ha conducido a alterar sus patrones de conducta, para enfrentar un nuevo nivel de competencia económica. Ahora nuevos y variados participantes interactúan y compiten en los mercados globalizados. Las ideas anteriores de que un país crecerá especializándose en las áreas o sectores donde tiene ventajas comparativas o mayores dotaciones de recursos, ha cambiado para dar paso a un nuevo paradigma: el país más competitivo es el que puede enfrentar con éxito los retos que impone la globalización. Para poder entender este nuevo orden, es necesario partir de las definiciones e interrelaciones básicas de la globalización, la integración y la competitividad. Con este primer capítulo intentamos establecer estos conceptos. 1.1 La economía globalizada Desde el punto de vista de la historia de las ideas económicas, Globalización es una palabra relativamente nueva. Sin embargo, es de uso muy frecuente en todos los estadios del pensamiento, lo que ha provocado que desde hace tiempo se dejaran atrás, otras como imperialismo, marxismo, capitalismo, etcétera; pues millones de veces cada día es referida por alguien en el mundo en muchas ocasiones unida a otra, hasta hace poco muy de moda: neoliberalismo. La palabra todavía en la mente de la gente, no llega a ser un concepto, es más, la mayoría de las personas, incluso las que más la utilizan, no son capaces de definir lo que ello significa y cuando vemos lo que su uso implica, entonces entendemos que se trata de la síntesis de un proceso al que ha llegado la humanidad. Lo que sí podemos destacar es la aceptación de que este proceso ha dado lugar a una “Era”, la cual es una característica del mundo actual. Se trata de un proceso que se impone debido a la mayor comunicación entre las diversas partes del mundo, llevando prácticamente a la superación de las distancias con efectos evidentes en campos muy diversos. Globalizaciónse ha convertido en una palabra recurrente en el nuevo milenio. Es vista como la causa de muchos de los problemas del mundo, pero también como una panacea. Definida como la creciente integración internacional de los mercados de bienes, servicios y factores de la producción, mano de obra y capitales, los economistas han reintroducido las ventajas del libre comercio, de la apertura de mercados de capitales y de la migración internacional en la generación de una localización óptima de los recursos del mundo. Pero mientras concordamos con los beneficios económicos en el largo plazo, muchos le temen Neevia docConverter 5.1 4 debido a los cambios que implica en la estructura de las economías nacionales y en la reducción de los estándares de vida de algunos grupos de la sociedad a la par que otros ganan. De igual manera se resiente el hecho de que las decisiones que se toman en otros países impacten sus vidas. El término globalización está usualmente conectado a otros como mercado, sistema financiero, competencia y estrategia corporativa, por citar algunos. A pesar de ser difuso y deficientemente definido, el concepto denota una nueva y más compleja etapa en el proceso de internacionalización. Mientras este último fue un fenómeno de los años 1950‐ 1960 y gran parte del la década de los setenta, la globalización se refiere al cambio que tuvo lugar durante los ochenta (Oman, 1994). Antecedentes de la globalización Históricamente, el proceso contemporáneo de internacionalización se remonta al surgimiento del capitalismo en Europa a fines de la Edad Media, a la nueva actitud científica y cultural que encarnó el Renacimiento y a la conformación de las grandes naciones europeas y sus imperios. La expansión del capitalismo es el único fenómeno histórico que ha tenido alcances verdaderamente globales, aunque incompletos. Los historiadores modernos reconocen etapas que se destacan en el proceso de globalización durante los últimos 130 años (Bordo, 2002). La primera fase de globalización, que abarca de 1870 a 1913, se caracterizó por una gran movilidad de los capitales y de la mano de obra, junto con un auge comercial basado en una dramática reducción de los costos de transporte, más que por el libre comercio. Esta fase de globalización se vio interrumpida por la primera guerra mundial, lo que dio origen a un período caracterizado por la imposibilidad de retomar las tendencias anteriores en la década de 1920 y al franco retroceso de la globalización en los años treinta (O’Rourke y Willianson, 2000). Después de la segunda guerra mundial se inicia una nueva etapa de integración global en la que conviene distinguir dos fases absolutamente diferentes y cuyo punto de inflexión se produjo a comienzos de la década de 1970, como consecuencia de la desintegración del régimen de regulación macroeconómica establecido en 1944 en Bretton Woods: la primera crisis petrolera y la creciente movilidad de capitales privados; ésta última se intensificó a partir de los dos fenómenos anteriores y del fin de la "edad de oro" de crecimiento de los países industrializados. Si definimos a Breton Woods como el punto de quiebre, podemos hablar de una segunda fase de globalización, que comprende de 1945 a 1973, y que se caracterizó por un gran esfuerzo por desarrollar instituciones internacionales de cooperación financiera y comercial, y por la notable expansión del comercio de manufacturas entre países desarrollados, pero también por la existencia de una gran variedad de modelos de organización económica y una limitada movilidad de capitales y de mano de obra. En el último cuarto del siglo XX se consolidó una tercera fase de globalización, cuyas principales características son la gradual generalización del libre comercio, la creciente presencia en Neevia docConverter 5.1 5 el escenario mundial de empresas transnacionales que funcionan como sistemas de producción integrados, la expansión y la considerable movilidad de los capitales, y una notable tendencia a la homogeneización de los modelos de desarrollo, pero en la que también se observa la persistencia de restricciones al movimiento de mano de obra. Las raíces de este largo proceso se nutren de las sucesivas revoluciones tecnológicas y, muy en particular, de las que han logrado reducir los costos de transporte, información y comunicaciones (CEPAL, 2002). La disminución radical del espacio, en el sentido económico del término, es un efecto acumulado de la reducción de los costos y del desarrollo de nuevos medios de transporte. En cambio, el acceso masivo a la información sólo se hace posible gracias a las tecnologías de información y comunicaciones desarrolladas en los últimos años, que han permitido disminuir drásticamente el costo de acceso, aunque evidentemente no ocurre lo mismo con el costo de procesamiento y, por consiguiente, de empleo eficaz de la información. Sin embargo, a pesar de que algunos consideran que la globalización es “una nueva palabra que describe un viejo proceso” (Ellwood, 2002), debemos hacer hincapié en que esta apreciación es errónea. La internacionalización de la economía iniciada desde la expansión colonialista de Europa, es diferente a la globalización de los mercados que es el fenómeno que enfrentamos en las últimas décadas. Ahora son las empresas las que comercian y lideran la actividad económica a través de los mercados, esta es la realidad. El carácter económico de la globalización La globalización es un proceso económico, político y social que si bien es cierto no es nuevo, ha sido retomado con mayor énfasis en los países en desarrollo como premisa específica para lograr un crecimiento económico y erradicar la pobreza. Pero este fenómeno en ningún momento fue concebido como modelo de desarrollo económico, sino más bien, como un marco regulador de las relaciones económicas internacionales entre los países industrializados. El término engloba un proceso de creciente internacionalización o “mundialización” del capital financiero, industrial y comercial, nuevas relaciones políticas internacionales y el surgimiento de la empresa transnacional que a su vez produjo, como respuesta a las constantes necesidades de reacomodo del sistema capitalista de producción, nuevos procesos productivos y de consumo deslocalizados geográficamente, una expansión y uso intensivo sin precedentes de la tecnología. Éste proceso se ha visto facilitado por tres factores esenciales: el desarrollo de la tecnología como fuente de la competitividad, la nueva tecnología de las comunicaciones que crea la “aldea global” y los desarrollos de los mercados financieros que permite el movimiento de los flujos de capitales a escala mundial en forma casi instantánea. Neevia docConverter 5.1 6 Por tanto, uno de los retos del siglo XXI es la Globalización, la cual es una mezcla de luces y sombras, que está precedida por la más profunda revolución científico‐tecnológica que ha conocido en su historia el género humano, la cual ha permitido crear un mundo sin fronteras y que ha hecho variar los conceptos de tiempo y espacio. Como consecuencia de la Globalización, en la actualidad hay un proceso de internacionalización de la producción y de la comercialización de productos, así como una “mundialización” de las comunicaciones y de las finanzas. El fenómeno de la globalización, caracterizado por la intensificación de la competencia internacional, derivada de la visión del mundo como un gran mercado, traeconsigo profundas transformaciones productivas y socioeconómicas que constituyen un proceso que tiene lugar e impacta simultáneamente a diferentes niveles (internacional, nacional, regional y local), el cual impone la necesidad de contar con nuevos enfoques metodológicos para entender e impulsar la competitividad (Solleiro y Castañon, 2003). La globalización se caracteriza por la libre movilidad de capitales y mercancías, facilitada por los Tratados de Libre Comercio que firman los países y por el avance tecnológico en las telecomunicaciones. A pesar de que el desarrollo tecnológico ha sido un factor fundamental para el capitalismo, nunca como ahora, el mismo se encuentra presente en todos los aspectos de la actividad humana, razón por la cual ha modificado nuestra forma de trabajar, divertirnos, relacionarnos y de convivir. La globalización ofrece grandes oportunidades de alcanzar un desarrollo verdaderamente mundial, pero no está avanzando de manera uniforme. Algunos países se están integrando a la economía mundial con mayor rapidez que otros. En los países que han logrado integrarse, el crecimiento económico es más rápido y la pobreza disminuye. Por ejemplo, como resultado de la aplicación de políticas de apertura al exterior, la mayor parte de los países de Asia oriental, que se contaban entre los más pobres del mundo hace 40 años, se han convertido en países dinámicos y prósperos. Asimismo, a medida que mejoraron las condiciones de vida, fue posible avanzar en el proceso democrático y, en el plano económico, lograr progresos en cuestiones tales como el medio ambiente y las condiciones de trabajo. Sin embargo, otra realidad ineludible es que el mundo globalizado no ha sido capaz de generar un patrón de crecimiento sostenido con empleo productivo y salario remunerativo, a pesar de que éstos son los elementos de la equidad que finalmente resuelven los problemas económicos de la población. A lo largo del siglo XX, las disparidades entre países ricos y pobres, medidas por el PIB per cápita, aumentaron. Datos de 42 países muestran que este indicador creció de manera importante durante todo el siglo, pero la distancia que separa a ricos y pobres es mayor en las últimas décadas. Asimismo, compara los niveles históricos de ingreso y bienestar encontrando que hacia 1999, los países pobres se sitúan por debajo del nivel de ingreso per cápita que tenían los países líderes en 1870; no obstante, en cuanto a indicadores de desarrollo humano, los países pobres ya han superado la situación que se vivía en los países líderes hace 130 años (FMI, 2000). Neevia docConverter 5.1 7 Integración económica internacional El acelerado ritmo de la globalización ha llamado la atención hacia el fenómeno de la integración económica internacional, caracterizada por el crecimiento del comercio internacional y los flujos transfronterizos de capital financiero y mano de obra, que inició a mediados del siglo XX, gracias a las políticas económicas que buscaban una mayor apertura. Políticas que gradualmente redujeron los obstáculos al comercio internacional, eliminando los impuestos y aranceles e incluso las barreras no arancelarias, sobre los productos manufacturados y los servicios. La reducción de las barreras es aún más intensa al interior de los bloques regionales que se han venido formando, tales como la Unión Europea (UE) y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). De igual forma, la posterior liberalización de los flujos de capitales facilitó la integración internacional al eliminar gradualmente las restricciones a la inversión extranjera directa (IED). También la caída del antiguo bloque comunista y la creciente liberalización en los países en desarrollo, han contribuido enormemente a la globalización. Un segundo impulsor de la globalización es el progreso tecnológico, el cual ha fuertemente reducido los costos de transporte y de las comunicaciones, de tal suerte que las distancias económicas han prácticamente desaparecido y se ha facilitado la interacción entre países. En los últimos años los avances en las tecnologías de información y comunicación (TIC) han beneficiado particularmente a la globalización económica, no sólo reduciendo costos, sino incrementando el acceso a un número mayor de bienes y servicios que pueden ser comercializados, al permitir y facilitar la fragmentación de los procesos productivos en la llamada “fábrica mundial”. Aunado a estos dos impulsores: políticas económicas y progreso tecnológico, la actual fase de globalización presenta tres características distintivas (OECD, 2007a): • La escala sin precedentes en el comercio internacional; desde mediados de los ochenta el crecimiento de las exportaciones e importaciones mundiales ha sido tan acelerado que incluso supera al crecimiento de PIB mundial. Situación que se ha visto fomentada por el fuerte incremento desde mediados de los noventa en la IED. • La globalización de las cadenas de valor (CV). Lo procesos productivos muestran una creciente fragmentación geográfica; las TIC han provocado la separación de los eslabones, de tal suerte que procesos que se realizaban en un mismo sitio, ahora se pueden llevar a cabo en cualquier país, lo que ayuda a reducir costos. Los procesos intermedios y finales se pueden llevar a cabo en el exterior, lo que incrementa las exportaciones e importaciones. Dentro de esta Cadena Global de Valor (CGV) las empresas multinacionales juegan un papel preponderante al administrar la “fabrica mundial”, coordinando la producción y distribución a través de los países, trasladando las actividades de acuerdo a las condiciones de demanda y costo. Neevia docConverter 5.1 8 • Los servicios se han internacionalizado. Mientras los bienes manufacturados aún representan la mayor proporción del comercio internacional, la globalización también se ha extendido hacia la IED y el comercio de servicios. Las TIC han hecho posible disociar la “producción de servicios” de su localización, así el perfeccionamiento tecnológico, la estandarización, la infraestructura y los costos decrecientes en la transmisión de datos han facilitado la contratación de servicios desde el extranjero (offshoring). Las TIC también le han dado el carácter de comerciable a los servicios y se han creado nuevos servicios, en especial los que se integran del conocimiento, tales como el software, el procesamiento de datos, la investigación, la consultoría, los que pueden ser “prestados” vía Internet, correo electrónico,1 y mediante tele y video‐conferencias. Balance de la integración económica Si bien la globalización ha traído considerables beneficios en general, también ha creado ganadores y perdedores debido a la cambiante localización de la producción y la generación de valor agregado. La globalización de las cadenas de valor ha transformado a las economías nacionales al reposicionarlas de acuerdo a sus ventajas comparativas y a su especialización exportadora, la relocalización de empleos —lo que se traduce en pérdidas en algunas regiones y ganancias en otras—, de actividades administrativas o de dirección, entre otras. Es de esperarse que hayan surgido preocupaciones de carácter social respecto al ritmo acelerado de la integración, en especial sobre los efectos redistributivos de los cambios en los patrones de producción. La globalización supone una integración cada vez mayor del comercio mundial y los mercados financieros. Pero, ¿en qué medida han participado los países en desarrollo en esta integración?Los esfuerzos de estos países para ponerse a la par de las economías avanzadas han tenido resultados dispares. Por ejemplo, desde los años setenta en algunos países sobre todo asiáticos, el ingreso per cápita se aproximó con rapidez a los niveles alcanzados por los países industrializados. Un mayor número de países en desarrollo sólo había avanzado lentamente o había incluso perdido terreno. Específicamente en África el ingreso per cápita se redujo en comparación con los países avanzados, y en algunos países disminuyó en términos absolutos. Los países que recuperaron terreno son aquéllos en los cuales el comercio exterior registró una vigorosa expansión. La experiencia acumulada por los países que han registrado un crecimiento del producto más acelerado, revela la importancia de crear condiciones conducentes al aumento del ingreso per cápita a largo plazo. La estabilidad económica, el desarrollo institucional y la reforma estructural son al menos tan importantes para el desarrollo a largo plazo como 1 Solís, Leopoldo, Arturo Díaz y Alejandro Ángeles (2001, 2002). Neevia docConverter 5.1 9 las transferencias financieras, con todo lo indispensables que éstas puedan ser. Lo que cuenta es el conjunto de políticas, asistencia financiera y técnica que se apliquen. Surge el debate sobre la gran paradoja del mundo actual; Mientras se generan más recursos de todo tipo para impulsar el desarrollo generalizado, crece la pobreza y la desigualdad en el planeta. Se plantea pues que la hegemonía del pensamiento único ha terminado junto con su estela cultural de que se había encontrado la vía del progreso para todos.2 En adición al debate sobre los beneficios de la globalización, Joseph Stiglitz plantea que las políticas impuestas por el Fondo Monetario Internacional y Washington en países en desarrollo jamás serían adoptadas en países del primer mundo. Las políticas subsidiarias y de protección de los países industrializados lo demuestran. En cambio, a los países en desarrollo les exigen el cumplimiento total de las políticas de apertura, desprotección y desregulación con menor intervención del Estado en la actividad económica, privatizando todo lo que tienen y sin dejar margen de operación. Asimismo, Stiglitz en su libro El malestar en la globalización, dice “son pocos los que defienden la hipocresía de pretender ayudar a los países subdesarrollados obligándolos a abrir sus mercados a los bienes de los países industrializados más adelantados, y al mismo tiempo protegiendo los mercados de éstos: esto hace a los países ricos cada vez más ricos y a los países pobres cada vez más pobres y endeudados”. “En cambio, los gobiernos de los países subdesarrollados se encuentran atrapados entre las demandas y condiciones del FMI con todas sus consecuencias sociales y políticas internas, y las crecientes protestas y alborotos populares provocados por estas”. 3 La integración se concibe como una estrategia que va más allá de una óptica centrada exclusivamente en el ámbito comercial; implica además, una corriente donde el desarrollo humano y el bienestar de los pueblos sean el norte de todos los objetivos. No obstante, en América Latina el proceso de integración ha avanzado lentamente con relación a las condiciones dentro de las cuales se desarrollan sus economías. Ello, sin embargo, no implica eludir o ignorar los esfuerzos e intentos que se han manejado en algunas regiones; se ha comenzado por tomar esta iniciativa como una salida viable y factible a la actual situación de recesión e inestabilidad del crecimiento mundial. Es por ello que se considera urgente y necesario plantear dentro del proceso de planificación regional de cada país, esta política como mecanismo que pueda, no sólo neutralizar los efectos nocivos, sino también fortalecer y absorber los efectos positivos del inevitable proceso de globalización. 2 Ortega R., Eugenio (2002). 3 Stiglitz, Joshep (2002). Neevia docConverter 5.1 10 Tendencias de la integración Actualmente se tiene un panorama propicio para impulsar y reforzar la integración regional en América Latina y en otras economías vulnerables y subdesarrolladas. La conformación del ALCA (Asociación de Libre Comercio de América), ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración), UE (Unión Europea), MERCOSUR (Mercado Común Suramericano), MCCA (Mercado Común Centroamericano), CAN (Comunidad Andina de Naciones), los TLC (Tratado de Libre Comercio Norteamericano, Centro América y República Dominicana), entre otras, son convenios y acuerdos comerciales que representan la “piedra angular” de una nueva estructura económica mundial futura, si se desarrollan dentro de las leyes y normas establecidas. Para que dicha política se lleve a cabo, se deberían tomar medidas y decisiones que giren en torno a las necesidades y exigencias de cada uno de los miembros del proceso, de forma tal que este sea equitativo y defienda, además, los intereses de cada una de las partes sin perjudicar a otros; es decir, que no sea un “juego de suma cero”. Así pues, se afirma que es casi imposible que economías débiles y sensibles exploren caminos y tomen decisiones individuales dado que la incidencia política y económica para influenciar en el sistema internacional es poco efectiva.4 Es por este motivo que la integración ofrece los “planos” para edificar las economías futuras, permitiendo así que dicha construcción sea un proceso de ingeniería conjunta que permita desarrollar un bloque con potencialidades y capacidades, de manera tal que estas regiones puedan conformar e integrar el actual comercio internacional y disfrutar de sus beneficios. Se debería entonces, emprender dentro de cada nación la integración regional, en conjunto con la modernización de las economías, coordinando las políticas gubernamentales, que articulen y coadyuven el modelo económico y social adecuado. Se debe igualmente abrir negociaciones y acuerdos que “integren” los objetivos de los Estados y que éstos permitan a los países excluidos ser parte del “concierto internacional”, el cual, en la actualidad está un poco desafinado. Es conveniente e importante argumentar que el proceso de integración tiene cierto grado de complejidad, ya que para abrir paso a una verdadera consolidación e integración entre diferentes regiones, es necesario lograr cierta simetría entre los diversos sistemas económicos. De lo contrario, los efectos que se deriven pueden ser desventajosos para unos y ventajosos para otros.5 Es por ello, que para lograr esta paridad y concordancia entre los cuerpos económicos, debe iniciarse una serie de transformaciones y reestructuraciones internas, entre las cuales cabe destacar la diversificación del aparato productivo, es decir, romper en cierta 4 Ángeles Sevilla, Alejandro (2007). 5 Villarreal, René (2004). Neevia docConverter 5.1 11 magnitud con la dependencia y la deformación estructural que sucumbe y caracteriza a los sectores productivos en regiones subdesarrolladas, como en el caso de América Latina. Por tal motivo, deben buscarse nuevos mercados y fortalecer las relaciones comerciales que promuevan la integración para dilucidar nuevos horizontes.6 Estos y otros elementos que fortalezcan la economía interna, defendiendo el bienestar social, son los inicios de una fructífera y próspera integración. Pero el más importante de todos, es que cada gobiernoconciencie la idea de que debe abordar esta política para defender la economía de las agresiones y desequilibrios que ocasiona la extrema interconexión mundial, todo ello enfocando los esfuerzos en programas y proyectos que estimulen el crecimiento y desarrollo económico y social. Para ello se debería emprender y/o rescatar la industrialización, generar mayor productividad, acrecentar la competitividad, impulsar la innovación científica y tecnológica; 7 de igual forma solidificar la cultura, la justicia, la confianza y la estabilidad general del país. Todo ello bajo el marco del consenso que debe existir entre las regiones, y de una adecuada y eficiente planeación de las políticas de fomento, buscando así que las economías más afectadas puedan nivelarse con los protagonistas internacionales. 1.2 La competitividad en la globalización La globalización de la economía ha transformado la naturaleza de la competencia. Hoy en día nuevos y cada vez más numerosos actores de todos los mercados del mundo, compiten simultáneamente en prácticamente todos los mercados del mundo. Este nuevo nivel de competencia o “hipercompetencia” como se la ha llamado en la literatura,8 ha acentuado la interdependencia entre los diferentes sectores que participan directamente en el fenómeno de la globalización; comercio de bienes y servicios, inversión extranjera directa, transferencia de tecnología, movimientos de capital entre otros. En especial, es la inversión extranjera el factor central en el proceso de reestructuración industrial y el desarrollo de auténticas fábricas mundiales. Para enfrentar este reto, las empresas han modificado sus estrategias, fortalecido las actividades en las cuales tienen una posición dominante, han definido un tamaño funcional y le han puesto prioridad a alcanzar el crecimiento. Para logran lo anterior, han privilegiado la cooperación mediante acuerdos, alianzas, fusiones y adquisiciones e incluso han modificado sus esquemas organizacionales. Se han elevado los estándares de eficiencia económica y productividad, de aquí el creciente interés pero también la preocupación, por parte de las empresas y de los gobiernos, por la competitividad. 6 Solís, Leopoldo y Carlos Palencia (2007). 7 Villarreal, René (2005b). 8 D’Aveni, Richard y Robert Gunther (1994). Neevia docConverter 5.1 12 El concepto de competitividad El Diccionario Oxford de Economía define el término competitividad como “la capacidad para competir en los mercados por bienes o servicios”. Esta definición engañosamente sencilla y aparentemente inocua ha incitado, no obstante, una controversia durante las últimas dos décadas con respecto a su significado en distintos niveles de análisis, los métodos disponibles para medirla, así como las políticas públicas que pueden ser implementadas para mejorarla (Abdel y Romo, 2004). La necesidad de definir con claridad y de comprender este término estriba en su cada día más intenso uso para justificar la implementación de políticas públicas. Existe consenso sobre su utilidad pero no sobre su definición.9 Michael Porte fue el pionero en el concepto de competitividad al señalar que las empresas de una nación deben pasar de competir sobre ventajas comparativas (bajo costo de mano de obra o de recursos naturales) a competir sobre ventajas competitivas que surjan a partir de productos y procesos únicos (Porter, 1991). Esto implica el dejar de depender en forma excesiva de la mano de obra barata y relativamente poco calificada como fuente de competitividad en favor de la capacitación de los trabajadores y de un mayor esfuerzo en la introducción y difusión de innovaciones tecnológicas con el fin de incrementar la productividad en el uso de los factores de producción. Para dimensionar esta concepción, primero hay que diferenciar con claridad los conceptos de ventaja comparativa, por una parte, y ventaja competitiva (o competitividad), por la otra. Mientras que el primero se ubica entre los conceptos más antiguos y fundamentales de la ciencia económica, a partir del trabajo de David Ricardo a principios del siglo XIX, el segundo es algo ambiguo y está sujeto a una gama de interpretaciones. Un país tiene una ventaja comparativa en la producción de un bien si el costo de oportunidad de producir ese bien en términos de otros bienes es menor en ese país que en otros países.10 De esta manera, la ventaja comparativa es impulsada por las diferencias en los costos de los insumos como la mano de obra o el capital. La ventaja competitiva, por otra parte, es impulsada por las diferencias en la capacidad de transformar estos insumos en bienes y servicios para obtener la máxima utilidad (OECD, 2007a). Este concepto claramente incluye la noción de otros activos tangibles e intangibles en la forma de tecnología y habilidades administrativas que, en su conjunto, actúan para incrementar la eficiencia en el uso de los insumos, así como en la creación de productos y de procesos de producción más sofisticados. Con lo anterior entendemos que la ventaja competitiva se construye en cierta medida sobre los factores que determinan la ventaja comparativa. Un claro ejemplo se puede apreciar en el caso de la innovación tecnológica. El desarrollo de nuevas tecnologías, así como la incorporación de las ya existentes a los procesos de producción, no sólo es caro 9 Dussel P., Enrique (2003). 10 Krugman, Paul and Maurice Obstfeld (2000). Neevia docConverter 5.1 13 sino también riesgoso. La falta de instituciones financieras maduras que cuenten con la pericia necesaria para evaluar innovaciones riesgosas y para financiarlas, se traduce en elevados costos de capital y en la ausencia de mejoras tecnológicas en la industria. Así, la falta de una ventaja comparativa en ciertos factores (además del costo de capital podemos citar los precios de los energéticos y los costos de transporte) puede constituir un obstáculo para el desarrollo de la ventaja competitiva. El planteamiento de Porter sobre la ventaja competitiva se desarrolla en un diamante dinámico, integrado por cuatro factores o condiciones de competitividad y que está ligado a las etapas de un modelo de desarrollo que él propone y que se analizará más adelante. De esta manera y partiendo de estas ideas básicas podemos establecer que la competitividad es la capacidad (de cualquier ente económico) para mantener las ventajas comparativas que les permitan alcanzar, sostener y mejorar una determinada posición en su entorno de competencia. La competitividad global Como planteamos en la sección anterior, la etapa que se vive actualmente en la internacionalización y la integración, es resultado de dos cambios trascendentes: las políticas de desregulación y el nuevo papel en la actividad económica de las tecnologías de información y comunicaciones. En este sentido, la globalización es considerada más como un fenómeno microeconómico impulsado por las estrategias y comportamiento de las empresas. Lo anterior implica que las fuerzas detrás de la competencia y la competitividad mundial —entre empresa y también entre naciones— sean tema central en los debates (Hatzichronoglou, 1996). La desregulación se aplicó inicialmente en el sector financiero, la política de competencia y los sectores de servicios, tales como transporte y comunicaciones. La desregulación financiera liberó el movimiento de capitales, los cuales en consecuencia se expandieron de manera excepcional, mientras el relajamiento de lasleyes de competencia posibilitó las fusiones horizontales las que antes no eran permitidas. La diseminación a gran escala de las nuevas tecnologías de comunicación liberalizó y aceleró las transacciones internacionales (flujos de información y capitales a través de fronteras, transmisión de datos, etc.). Asimismo posibilitó, al permitir acceso directo y constante, la administración mundial automatizada de la banca y el sistema financiero, los transportes, las transacciones comerciales y las comunicaciones personales. Ésta aceleración de los flujos de información, también permitió a las empresas adoptar modos de organización más descentralizados y autónomos, pero también centralizó ciertos servicios estratégicos. La consecuencia inmediata de la desregulación y los avances en las tecnologías de información, fue un fortalecimiento sin precedente de la competencia mundial y el Neevia docConverter 5.1 14 surgimiento del concepto de “competitividad global”. Ante esto, toma relevancia la necesidad de las empresas de ser capaces de movilizar simultáneamente toda suerte de habilidades. En este nuevo ambiente, la competitividad depende cada vez más de la sinergia generada por una amplia gama de habilidades industriales, financieras, tecnológicas, comerciales, administrativas y culturales especializadas, localizadas en diferentes regiones e incluso continentes. La Competitividad global se ha convertido en lo más importante, toda vez que entre los países de la llamada “Tríada” (Estados Unidos, Europa y Japón) han virtualmente desaparecido las brechas en el desarrollo. Ya no existe un flujo de inversión tangible e intangible y de productos avanzados de una sola vía desde los países desarrollados hacia los menos desarrollados. Dentro de la Tríada, los flujos ahora son de dos vías. Así mismo, se empieza a presentar la situación de que las empresas con una posición dominante en las principales industrias, ya no pertenecen a un solo país líder. El mismo fenómeno se presenta en la mayoría de los mercados nacionales, los cuales han dejado de ser mercados protegidos para las empresas domésticas. Ahora, cada empresa tiene que competir en su propio mercado con otras empresas y nuevos jugadores de todo el mundo. A este fenómeno se le ha llamado, “hipercompetencia global en el mercado local”, lo que representa la principal característica de la globalización (Villarreal y Villarreal, 2002). Una segunda característica de la competitividad global, es la internacionalización de la producción. Los variados elementos que intervienen en la manufactura de un producto (capital, mano de obra, tecnología, materia prima, bienes intermedios, distribución) pueden proceder de muchas fuentes; los países y las empresas son ahora tan interdependientes y las conexiones entre ellos tan complejas, que a veces es difícil determinar con exactitud de dónde procede cada elemento. Como tercera característica tenemos al patrón del comercio internacional. La principal, si bien no la única, consecuencia del crecimiento del comercio, ha sido el incremento de la especialización intra‐industrial, la cual es en sí misma consecuencia de la mayor integración de la economía mundial, y va de lado con la creciente demanda de productos diferenciados con un cada vez mayor contenido tecnológico y de innovación. Una cuarta característica de la hipercompetencia es la creciente interdependencia. Los flujos de inversión generan exportaciones desde los países que la reciben, y estas exportaciones vienen acompañadas de transferencias de tecnología y prácticas (Know‐ how), de movimientos de capital en la forma de inversiones, acciones, créditos, utilidades y dividendos, intereses, regalías, etc. Podemos plantear entonces que el comercio de bienes, ya no es el único vehículo de la globalización. La inversión directa ha tomado un papel importante. Cabe además señalar otro factor, el comercio de servicios cuya naturaleza intangible no había permitido su desarrollo en las transacciones internacionales. Neevia docConverter 5.1 15 1.3 La Competitividad de las Naciones La competitividad a nivel nacional se ha convertido en una preocupación central para gobiernos e industrias en todos los países. Empero, no obstante la infinidad de discusiones y debates, aún no existe un consenso sobre el significado y definición del término. Algunos analistas ven a la competitividad de un país como el resultado de: a) el entorno macroeconómico en el que se desenvuelven las empresas e industrias, el cual se ve afectado por los niveles de las tasas de interés, tasas de cambio de la moneda y déficit gubernamental. b) la relativa abundancia y bajo costo de la mano de obra de la que se dispone. c) la abundancia de recursos naturales del país. d) el tipo de políticas gubernamentales del país en términos de protección a la industria nacional, promoción de las exportaciones y subsidios a determinados sectores como el financiero, automotriz, acerero, naval, etc. e) la diferencias en las prácticas gerenciales del país, incluyendo la forma en que se conducen y resuelven los conflictos obrero‐patronales. Si analizamos detenidamente los anteriores conceptos a la luz de las experiencias obtenidas por países considerados como los más competitivos en el escenario mundial, llegaremos a la conclusión de que la única explicación de porqué las naciones son competitivas, parte del concepto de productividad, entendida como el resultado que obtiene un país al lograr altos niveles de eficiencia y eficacia en el uso de su capital humano (talento) y económico. La productividad bien entendida, debe reflejarse forzosamente en el nivel de vida a largo plazo de la población y debe ser el criterio fundamental para determinar la remuneración económica que reciben los habitantes y la tasa de retorno del capital utilizado en proyectos de inversión a largo plazo. Por lo tanto, cada nación busca mejorar su nivel de productividad día a día elevando la calidad de su sistema educativo que permita a sus habitantes diseñar y elaborar productos que cumplan estrictamente con las especificaciones demandadas por los clientes, mejoren la tecnología vertida en los productos desde su diseño hasta el servicio al cliente y eleven los niveles de eficiencia detectando las fallas en los procesos y que les permita asimismo, desarrollar las nuevas capacidades necesarias para competir a nivel mundial en los cada vez más sofisticados segmentos industriales y nuevas industrias que se están formando en el mundo. Sin embargo, la competitividad como una condición para que un país tenga éxito en el comercio internacional aumentando simultáneamente su nivel de vida, ha sido objeto de severas críticas, entre las que destaca la de Paul Krugman que criticando la obsesión por la competitividad en los países desarrollados, argumentó que no son los países los que compiten entre sí, sino las empresas (Krugman, 1994). La confusión entre países y Neevia docConverter 5.1 16 empresas puede llevar a creer que la fortaleza económica de un país se mide por su superávit comercial externo, que las importaciones son indeseables porque desplazan al empleo nacional o que los bajos salarios de los países pobres son una amenaza para el crecimiento de los países ricos. En los últimos años la preocupación por la competitividad ha crecido aún más en los países en desarrollo. Pero las advertencias de Krugman no se han olvidado. La concepciónmercantilista de la competitividad está siendo desplazada por una visión más integral del ambiente empresarial, incluida la calidad de la política macroeconómica, la disponibilidad de recursos financieros, servicios de infraestructura y capital humano y la capacidad de innovación de las empresas y centros de investigación. Actualmente, se entiende que una economía es más competitiva cuando el ambiente de funcionamiento de las empresas conduce al crecimiento sostenido de la productividad y del ingreso per cápita, en un contexto de integración en la economía mundial (BID, 2001). Siguiendo con Krugman, este autor considera que la obsesión con la competitividad no sólo es equivocada sino también peligrosa, ya que el crecimiento de un país depende exclusivamente de su productividad interna y ésta no tiene nada que ver con la competitividad o la productividad relativas a otros países. Si de lo que se trata es de aumentar la productividad, ello es tan importante en los sectores expuestos a la competencia internacional como en los sectores domésticos productores de servicios. Para este autor, no tiene sentido hablar de competencia entre países, porque éstos no compiten entre sí en la forma en que lo hacen las empresas, toda vez que el comercio internacional no es un juego de suma cero, en donde la ganancia de un participante es la pérdida del otro: sino un intercambio que produce beneficios para las dos partes. Por ello, el diseño de política con base en la competitividad puede conducir a una asignación errónea de recursos y eventualmente a una guerra comercial. En este sentido estricto, el término “competitividad” no es adecuado para referirse a todas las áreas que supuestamente abarca. Pero el uso lo ha impuesto como sinónimo de “productividad”, término más preciso que se refiere a la capacidad de generar valor, sea a nivel micro o agregado. Así en general, un país logra crecer más rápido si consigue crear un entorno de negocios mejor que el que correspondería a su propio nivel de ingreso. Como es de esperar, la disponibilidad y la calidad de los factores productivos, el nivel tecnológico y la capacidad de organización son mejores en los países más ricos. Pero, independientemente de su nivel de desarrollo, cualquier país que logra mejorar estas variables amplía su potencial económico. No obstante, en algunos trabajos más recientes, se sostiene, al contrario de lo que piensa Krugman, que el concepto de competitividad es útil y aplicable. En particular, cuando se reconocen fallos de mercado que impiden una asignación óptima de recursos y el cambio estructural espontáneo hacia los sectores de más alta productividad. Algunos autores piensan que hay lugar para una política de competitividad encaminada a corregir deliberadamente dichas deficiencias. Villarreal (2003) plantea que competitividad es Neevia docConverter 5.1 17 diferente a productividad y el entorno es determinante, de tal manera que si no existe una estrategia de competitividad sistémica de la empresa y de desarrollo del país con visión nacional, estatal y regional y de cluster‐empresas, no es posible sustentar la competitividad a mediano plazo. Podemos derivar de lo anterior que las políticas nacionales enfocadas a elevar la competitividad deben ir más allá de buscar preferentemente las ventajas comparativas (recursos naturales, bajos salarios, políticas protectoras, etc.) y centrarse en lograr mayores ventajas competitivas que incluyan: mercados cuidadosamente segmentados, productos diferenciados, aplicación de nuevas tecnológicas y economías de escala. Esta teoría debe desarrollarse bajo la premisa de que la competencia tanto a nivel nacional como internacional es dinámica y evolutiva y, por lo tanto, es necesario que la nación vaya más allá de pensar sólo en término de los costos inmediatos al cuidar las condiciones bajo las cuales sus empresas puedan desarrollar ventajas competitivas en base a la innovación y las características particulares de sus productos. Modelo de las Etapas de la Competitividad Nacional El Modelo de Etapas de Competitividad Nacional de Porter11 muestra los tipos o patrones de competitividad que pueden predominar en una economía, a partir de las características y naturaleza de sus sectores más exitosos internacionalmente. Este modelo es una simplificación de la realidad que muestra "fases ideales", por lo tanto ningún país coincide totalmente con alguna de las etapas, sin embargo esta herramienta es muy útil pues permite comprender los atributos de la industria de un país que son importantes en la generación de prosperidad y ayuda en la comprensión de los factores a mejorar para lograr el progreso económico. El Modelo incluye las siguientes etapas:12 1. Etapa Impulsada por los factores. La principal característica de los países en esta etapa es que todas sus industrias internacionalmente exitosas obtienen su ventaja de forma casi exclusiva de los factores básicos de la producción, ya sea de los recursos naturales, condiciones climáticas favorables para ciertos cultivos o de una fuerza de trabajo semi‐calificada abundante o barata. 2. Etapa Impulsada por la inversión. Los países en esta etapa tienen empresas que aún mantienen ventajas competitivas en los costos de los factores básicos, pero esas ventajas se amplían para incluir factores de bajo costo pero más especializados y avanzados como las instituciones educativas y los institutos de investigación. 11 Porter, Michael (1991). Op. cit. 12 El modelo original incluye una cuarta etapa para países desarrollados en decadencia. Neevia docConverter 5.1 18 3. Etapa Impulsada por la innovación. Esta fase se distingue porque las industrias más exitosas de la economía no sólo asimilan y mejoran tecnología de otros países, sino que la crean y llegan a tomar la delantera en el avance de tecnología de producto, proceso, mercadeo, entre otras. Es por esta razón que la capacidad de innovación se convierte en la fuente principal de ventaja competitiva. Este modelo ayuda en la compresión de los patrones de competitividad que impulsan a diferentes economías. Países como los latinoamericanos se encuentran en una etapa de desarrollo impulsada por los factores y en menor grado por la inversión, en tanto que países como Corea o Irlanda se encuentran más orientados hacia la competitividad basada en la inversión y la innovación. Los países que tienen su ventaja competitiva basada en los factores básicos de producción deben buscar acciones que les permitan dar un salto hacia economías impulsadas por la inversión e innovación logrando desarrollar procesos de producción modernos, eficientes, con tecnologías de avanzada y recursos humanos más calificados. Sin embargo, las empresa no compiten solas, se ha demostrado que en los países más competitivos, las empresas no existen como unidades individuales sino que forman conglomerados o clusters y operan en entornos geográficos, sociales, económicos y culturales específicos, lo que asegura el éxito en sus estrategias de competitividad debido a la interacción de una serie de condiciones que se pueden agrupar en cuatro elementos: las condiciones de los factores; la estructura de la industria a la cual pertenecen las empresas incluyendo el esquema de las rivalidades; condiciones de la demanda; y la situación de las industrias relacionadas y de apoyo. La integración de estos elementos se presenta de forma conveniente en lo que Porter ha llamado el “Diamante de la Competitividad”que se muestra a continuación (Figura 1.1). Componentes del Diamante de Competitividad. Características de las cuatro componentes de la Ventaja Competitiva. a) Las condiciones de los factores. Este elemento se refiere a la posición del un país en cuanto a los factores de producción necesarios para competir en una determinada industria, incluye una gama de factores que contribuyen a crear un clima de negocios propicios, en este caso es tan importante la cantidad de recursos como su calidad. Ejemplos de estos factores son: la infraestructura física, tanto básica como avanzada, el marco jurídico y legal, los mercados de capitales y el recurso humano entre otros. Neevia docConverter 5.1 19 b) Los esquemas de estrategia, estructura y rivalidad competitividad. Los esquemas de estrategia y estructura se refieren a la creación, organización y administración de las empresas y a los estilos de competencia que aplican a nivel nacional. El tipo de rivalidad existente es el que promueve el clima de negocios más competitivo, transparente y con reglas de juego claras. Dentro de de este factor se consideran también las leyes en materia de comercio y competencia, la existencia de procedimientos ágiles, así como el respecto hacia la propiedad intelectual entre otros. Figura 1.1 c) Condiciones de la demanda. Las condiciones de la demanda tienen que ver con los mercados locales más exigentes, la presencia o surgimiento de clientes nacionales sofisticados y exigentes que presionan a las empresas para que mejoren constantemente los productos. En este caso la calidad de la demanda local es más importante que su tamaño. Neevia docConverter 5.1 20 d) Industrias afines y de apoyo. Este elemento se refiere a la existencia o ausencia en un país de industrias proveedoras e industrias correlacionadas competitivas a nivel nacional, regional o internacional. Cuando las empresas actúan de manera independiente y aislada se pierde la sinergia que se produce de una mayor interrelación y la actividad productiva es menos competitiva. Los países con mayores probabilidades de triunfar en industrias o sectores industriales son aquellos donde el "diamante" es un sistema de refuerzos mutuos. El efecto de uno de los cuatro elementos depende del estado de los otros. La presencia de compradores exigentes no se convierte en productos mejorados a menos que la calidad de los recursos humanos sea suficiente para satisfacer necesidades. La debilidad de cualquiera de los cuatro elementos reduce las posibilidades de una industria para perfeccionarse y progresar; así mismo las ventajas de un elemento pueden crear ventajas o mejoras en los demás. La sofisticación con que las empresas compiten establece en última instancia la productividad nacional, de tal suerte que la forma como las empresas compiten está fuertemente influenciada por la calidad del clima de negocios nacional en el que operan. El clima de negocios tiene mucho que ver con los tipos de estrategias que son factibles y la eficiencia con la cual las firmas pueden operar. Dentro de este contexto empresarial particular cada empresa tiene un ámbito de decisión propio para trazar estrategias y definir procesos productivos que sean capaces de concretar y ensanchar las ventajas potenciales competitivas que tiene ante ella. Esta es una dimensión interna a la empresa que se refiere a la forma como logra elevar la productividad de sus factores, está relacionada con la generación de costos, la diferenciación y el valor que se genera en las distintas actividades que componen los procesos productivos de la empresa. Ahora bien, de acuerdo con Michael Porter cuatro factores pueden ser determinantes en la competitividad: 1. La dotación del país, en términos de cantidad y calidad de los factores productivos básicos (fuerza de trabajo, recursos naturales, capital e infraestructura), así como de las habilidades, conocimientos y tecnologías especializados que determinan su capacidad para generar y asimilar innovaciones. 2. La naturaleza de la demanda interna en relación con la oferta del aparato productivo nacional; en particular, es relevante la presencia de demandantes exigentes que presionan a los oferentes con sus demandas de artículos innovadores y que se anticipen a sus necesidades. Neevia docConverter 5.1 21 3. La existencia de una estructura productiva conformada por empresas de distintos tamaños, pero eficientes en escala internacional, relacionadas horizontal y verticalmente, que aliente la competitividad mediante una oferta interna especializada de insumos, tecnologías y habilidades para sustentar un proceso de innovación generalizable a lo largo de cadenas productivas. 4. Las condiciones prevalecientes en el país en materia de creación, organización y manejo de las empresas, así como de competencia, principalmente si está alimentada o inhibida por las regulaciones y las actitudes culturales frente a la innovación, la ganancia y el riesgo. En su conjunto, estos cuatro factores determinantes de la competitividad de una nación forman una suerte de sistema dinámico que no se limita a la sumatoria de sus partes, y que funciona como un todo. De esta manera existe una fuerte interrelación y correspondencia los elementos básicos de la ventaja competitiva y las etapas del desarrollo de la competitividad de una nación, en la siguiente matriz se expone esquemáticamente. Neevia docConverter 5.1 22 Cuadro 1.1 Elementos de la Ventaja Competitiva y las Etapas del Desarrollo Etapa impulsada por los Factores Etapa impulsada por la Inversión Etapa impulsada por la innovación Condiciones de los factores. Los factores básicos (recursos naturales, clima, mano de obra semi‐calificada abundante y barata) son la fuente esencial y generalizada de ventaja competitiva. Prevalece el uso de tecnologías poco costosas y de amplio acceso, que a menudo se adquieren mediante inversión pasiva en bienes de capital y plantas "llave en mano". Los factores continúan siendo una ventaja. Una intensa inversión origina factores más avanzados y especializados. Importante habilidad para asimilar, adaptar y modificar las tecnologías foráneas. Mayor y creciente dotación de personal técnico calificado. Importancia esencial de los factores especializados para generar ventajas. Fuerte dinamismo en creación y mejora de factores especializados. Altos y crecientes grados de sofisticación en los factores especializados (universidades, centros de I&D, servicios de logística, etc.). Las desventajas en costos de factores aceleran la innovación y la mejora. Las empresas no sólo incorporan y mejoran la tecnología foránea sino que la crean y empujan el "estado del arte" mundial. Estrategia, estructura y rivalidad de las industrias. Las empresas que compi ten i n ternac iona lmente , l o hacen únicamente sobre la base del precio de los factores. Fuerte voluntad y capacidad para invertir agresivamente. La rivalidad doméstica intensa en industrias con ventajas internacionales fuerza la inversión continua. Las firmas desarrollan estrategias globales. Hay una vibrante rivalidad doméstica en industrias con ventajas de clase mundial, estimulada por entrada de nuevas empresas. Condiciones de la Demanda. En los sectores con competitividad internacional, o no hay demanda interna, o no es significativa para generar ventajas. Prevalecen demandas locales poco sofisticadas, porque el estándar de vida aúnes modesto y la base de industrias sofisticadas es aún estrecha. Sin embargo, el tamaño y el crecimiento de la demanda local es una ventaja en industrias con competitividad internacional. Las demandas de los consumidores locales son crecientemente sofisticadas y llegan a constituir una ventaja, debido al aumento en los salarios, los altos niveles de educación y la alta rivalidad doméstica. En algunas industrias hay clientes sofisticados locales. La demanda doméstica se empieza a internacionalizar mediante las empresas multinacionales. Industrias afines y de apoyo. Las industrias afines o de apoyo están pobremente desarrolladas y no son significativas para generar ventajas competitivas. Las industrias afines y de apoyo están bastante subdesarrolladas; persiste la dependencia de tecnología y equipo extranjeros. Las industrias afines y de apoyo están bien desarrolladas en los clusters de clase mundial. Fuente: Elaboración propia N eevia docC onverter 5.1 23 Ante estas premisas, los diferentes países aplican diferentes políticas para afrontar los retos de la competencia global. En un extremo del espectro se encuentran países que han logrado superar en el curso de pocos decenios los obstáculos a la convergencia de ingresos y productividad con el mundo desarrollado y, en el otro, aquellos que aún no logran identificar la manera de librarse de los obstáculos del atraso relativo y absoluto. Los primeros están preocupados por generar sus propias fuentes de innovación y cambio tecnológico y consolidar la marcha hacia actividades de cada vez mayor valor agregado. Los segundos deben aún experimentar con formas socialmente viables de progreso institucional y social, identificar actividades sostenibles que permitan acumular recursos en una economía abierta, instituir mercados y crear las capacidades necesarias para el cambio estructural. En la actualidad, uno de los comunes denominadores más notorios entre la inmensa mayoría de los países en las esferas económica y política es que en mayor o menor grado, éstos se hallan empeñados en las tareas conceptuales, políticas y programáticas para redefinir el papel del Estado en la promoción y regulación de la actividad económica. Es claro que se necesita formular e instrumentar una política industrial que permita a su aparato productivo generar las ventajas competitivas requeridas para una inserción exitosa a la dinámica de la economía mundial. Pero la estrategia debe ser sistémica ya que en un entorno de profundos rezagos estructurales y de numerosos problemas de competitividad, la carencia de mecanismos de fomento bien enfocados ha sido una de las principales deficiencias de la estrategia modernizadora. Neevia docConverter 5.1 24 2. La competitividad sistémica: conceptos y dimensiones El presente capítulo describe a grandes rasgos los principios sobre los cuales se desarrolla el nuevo paradigma de la competitividad sistémica, para posteriormente exponer el modelo más difundido de competitividad sistémica y sus cuatro ámbitos o niveles de acción, los cuales son determinantes para poder establecer las premisas básicas para la definición e instrumentación de las estrategias de políticas públicas para el fomento del desarrollo competitivo de las empresas mexicanas. 2.1 Fundamentos económicos de la competitividad En la teoría de la empresa, la tecnología se define como la relación entre los insumos y el producto. La frontera de posibilidades de producción se desplaza hacia afuera en respuesta a un incremento proporcional en los insumos especificados por la tecnología. Dos supuestos clave se consideran en la optimización de la conducta de la empresa: la tecnología de una determinada función de producción se caracteriza por los rendimientos constantes a escala y los insumos se remuneran de acuerdo con el valor del producto marginal. Los cambios en la tecnología son exógenos a la empresa y ante una función de producción dada se impone sustituirla por otra función.13 Sin embargo, los cambios en el papel de la información, la innovación y el cambio tecnológico en los mercados mundiales han conducido a nuevas teorías de la empresa. Las tendencias tecnológicas globales son determinantes en las nuevas dimensiones de la competitividad global. Quizás el más importante cambio es que mientras el comportamiento de las empresas, especificado por la función de producción, descansa casi exclusivamente en el conocimiento sobre los precios y en el nuevo ambiente competitivo, las empresas se comportan de acuerdo a un más amplio rango de conocimientos y de información, a saber: preferencias de los consumidores, sistemas de comunicación, relaciones de producción, información de mercado, publicidad, logística de entrega, cadenas de distribución, entre otros. 13 Véase Varian, Hal R. (1992). y Tirole, J. (1998). Neevia docConverter 5.1 25 La amplitud de la información es enorme y la tasa de ritmo de cambio de la innovación y el conocimiento es acelerada. El procesamiento de la nueva información y las tecnologías de comunicación proveen una fuente continua de innovación en los sistemas actuales de producción. Como resultado, los costos de la mano de obra como proporción del costo total de producción, han disminuido sustancialmente. El conocimiento como insumo puede ser más importante que la mano de obra, la tierra e incluso que el capital. Así, los ciclos de vida de los insumos y los productos se han recortado. Se presenta pues, un cambio en la teoría. La nueva teoría del crecimiento endógeno convierte al conocimiento en un insumo dentro de la función de producción, con un precio y un producto marginal diferente a cualquier otro insumo. Sin embargo, el conocimiento tiene el potencial de incrementar los rendimientos a escala, debido a que es cualitativamente diferente a los insumos tradicionales e impacta de manera diferente conforme se va acumulando. El conocimiento también crea derramas que van más allá de la empresa, ya que las externalidades que se generan, son aprovechadas por otras empresas en el mismo mercado que aprenden a ver a otras al “aprender haciendo”. Es por esta razón que las relaciones entre empresas, en lugar que intra empresas se han vuelto muy importantes al determinar la competitividad. Lo anterior implica que cada día más la innovación se encuentra en el centro de la actividad económica. En todos los sectores, incluyendo servicios, las empresas deben innovar para responder a las demandas sofisticadas de consumidores y negocios para permanecer a la cabeza de la competitividad mundial. Muchos de los cambios en el propio proceso de innovación están conectados a la creciente importancia de la innovación y el cambio tecnológico. Existen señales claras de que los países que se han adaptado exitosamente a los cambios, son más capaces de capitalizar la mayor ponderación de la innovación y el cambio tecnológico en el proceso de crecimiento (OECD, 2000). No obstante, ninguna nueva tecnología puede ser incorporada exitosamente, si no se acompaña de un cambio organizacional. Estar al día en las nuevas tendencias de innovación organizacional son críticas para la eficiencia y la competitividad.14 De esta manera, dos nuevas tendencias de pensamiento sobre producción se han derivado de las nuevas teorías. La cadena de producción o cadena de valor es una acepción de proceso productivo que incluye la investigación y desarrollo (R&D), el
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