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t t'le t Universidad Nacional Autónoma de México División de Estudios de Posgrado e Investigación Facultad de Medicina Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición "Salvador Zubirán" ANÁLISIS CLíNICO-PATOLÓGICO EN 100 BIOPSIAS POR PUNCiÓN DE LA PRÓSTATA SIN CARCINOMA T E S I S Que presenta la: Dra. Diana Gómez Bustamante Para obtener el Diploma de la Especialidad de: Anatomía Patológica México, D. F. Tutor: Dr. .Jullan Arista Nasr 2005 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. AGRADECIMIENTOS A mis padres Lucía y Pedro Por el apoyo incondicional que siempre me han brindado A mi familia Por su cariño y por su apoyo en los momentos difíciles. Al Dr. Julián Arista Nasr Por su colaboración ya poyo en ésta tesis . A mis compañeros de la residencia Paquito, Jazmín, Braulio, Nina, Edgar, César, Jenny por su tolerancia y apoyo durante nuestra convivencia. A mis maestros Dr. Angeles , Dr. Reyes, Dr. Gamboa, Dra. Lome, Dra. Trinidad Por su paciencia y sus enseñanzas .......~ Dr. Julián Arista Nasr Médico adscrito al Departamento de Anatomía Patológica INCMNSZ y Asesor de Tesis Dr. .Luis Fede . o- / ' \ ~ Director de Enseñanza 'r ::~N INDICE Introducc ión Objetivo Material y Métodos Resultados Discusión Bibliografía Tabla Ilustraciones 1 2 3 10 11 17 19 20 ANÁLISIS CLíNICO-PATOLÓGICO EN 100 BIOPSIAS POR PUNCION DE LA PROSTATA SIN CARCINOMA Introducción La mayoría de las revisiones clínicas e histológicas de la biopsia por puncron de la próstata se llevan a cabo en pacientes en los que existe neoplasia maligna y con menor frecuencia en aquellos con patología benigna, que han tenido alteraciones clínicas, radiológicas o de laboratorio como elevación del antígeno prostático específico (APE). La información relacionada con las biopsias prostáticas practicadas por sospecha de neoplasia es escasa ya que muchos urólogos y patólogos quirúrgicos la interpretan simplemente como biopsias benignas. Estas representan la mayoría de las biopsias examinadas y constituyen aproximadamente las dos terceras partes de todas las biopsias practicadas en nuestra institución. La variedad de cambios histológicos en este grupo es de gran interés ya que pueden encontrarse en ellas desde biopsias normales o con alteraciones mínimas hasta lesiones que se han considerado precursoras de carcinoma prostático como la neoplasia intraepitelial prostática (NIP), las proliferaciones glandulares atípicas de significado incierto que son sugestivas pero no diagnósticas de malignidad, o proliferaciones glandulares que pueden representar la manifestación mínima de una neoplasia. Algunos autores documentan que aproximadamente entre el 0.4% al 23 % de todas la biopsias que reciben se diagnostican como "atípicas, sospechosas para carcinoma". Adicionalmente la patología benigna de la próstata puede mostrar lesiones variadas como la adenosis, la hiperplasia de células basales, prostatitis granulomatosa etc. La información respecto al seguimiento clínico que los urólogos prestan a estas biopsias consideradas originalmente como benignas es con frecuencia desconocida y la correlación clínico-patológica con frecuencia es muy escasa o no existe ya que no se llevan a cabo biopsias adicionales que fueron sometidos a biopsia por la sospecha de una neoplasia maligna, en la cual existen lesiones potencialmente malignas como las antes mencionadas. Con el fin de definir el tipo y la frecuencia de las alteraciones en un grupo de pacientes en los que se practicó biopsia prostática se llevó a cabo la revisión de 100 biopsias por punción por sextantes. La frecuencia del tipo de patología encontrada y su evolución después de varios meses o años encontrada en la revisión de los expedientes clínicos son el objetivo principal de esta revisión. Se hace énfasis en el tipo de manejo que se llevó a cabo en las lesiones consideradas potencialmente malignas como las proliferaciones glandulares atípicas o la neoplasia intraepitelial prostática y en aquellos casos que a pesar de no mostrar lesiones premalignas fueron sometidos a biopsia en más de una ocasión por la sospecha de una neoplasia maligna. Objetivo Examinar las alteraciones morfológicas y la evolución clínica en pacientes con sospecha de carcinoma prostático y con diagnóstico de benignidad en la biopsia por punción. 2 punción por sextantes. La frecuencia del tipo de patología encontrada y su evolución después de varios meses o años encontrada en la revisión de los expedientes clínicos son el objetivo principal de esta revisión. Se hace énfasis en el tipo de manejo que se llevó a cabo en las lesiones consideradas potencialmente malignas como las proliferaciones glandulares atípicas o la neoplasia intraepitelial prostática y en aquellos casos que a pesar de no mostrar lesiones premalignas fueron sometidos a biopsia en más de una ocasión por la sospecha de una neoplasia maligna. Objetivo Examinar las alteraciones morfológicas y la evolución clínica en pacientes con sospecha de carcinoma prostático y con diagnóstico de benignidad en la biopsia por punción. 2 Material y Métodos De los archivos del Departamento de Patología del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y de la Nutrición, se obtuvieron en el periodo 2000-2001, 100 biopsias por sextantes o sextantes modificadas con diagnóstico de hiperplasia glandular y/o prostatitis en las que se obtuvieron de 6 a 10 cilindros por biopsia y se clasificaron en las siguientes categorías: sin datos patológicos, hiperplasia glandular de la próstata, prostatitis aguda o crónica, atrofia glandular prostática, infarto prostático antiguo o reciente, adenosis prostática, hiperplasia atípica de células basales, neoplasia intraepitelial prostática (NIP), de alto y bajo grado, proliferación glandular acinar atípica (PGA), clasificadas como probablemente malignas y probablemente benignas de acuerdo a los cambios arquitecturales y citológicos, glándulas aisladas con aspecto xantomatoso y células atípicas aisladas en el estroma. En varias de las biopsias existía diversas combinaciones de estas alteraciones y en la revisión fueron anotadas aquellas en las que además de la hiperplasia mostraran áreas de patología asociada predominante, como atrofia, adenosis, hiperplasia de células basales etc. o bien que mostraran cambios potencialmente asociados a carcinoma y tenían mayor relevancia para el manejo clínico del paciente como la neoplasia intraepitelial prostática, la proliferación glandular acinar atípica, glándulas con aspecto xantomatoso o células atípicas aisladas en el estroma. Se anotó además la edad y evolución, y se revisaron las biopsias subsecuentes en caso de que se hubieran practicado. Cuando la biopsia en la revisión no mostró lesiones potencialmente asociadas a carcinoma y no existió incremento del APE u otros datos que sugirieran malignidad en caso de que se hubiesen practicado biopsias adicionales, el caso se consideró benigno. Las glándulas con cambios xantomatosos se buscaron en esta revisión ya que recientemente se ha descrito la variedad xantomatosa de carcinoma prostático. Esta variedad de carcinoma es particularmente difícil de reconocer ya que las células muestran atipia mínima y con frecuencia sus núcleos no muestran nucleomegalia ni nucléolos prominentesa diferencia del carcinoma acinar habitual (4-8). En caso de que existiera duda respecto a la benignidad o malignidad de la proliferación glandular atípicas se practicó estudio inmunohistoquímico con queratinas de alto peso molecular (34 beta E12 queratina 903, y/o queratina 5/6,1:150. Dako Corp. Carpintería, 3 Ca. USA.), para evaluar la presencia o ausencia de células basales. En caso de ser positiva el caso se clasificó como benigno. En caso de ser negativa no se excluyó el diagnóstico de carcinoma ya que la cantidad de células basales en estas proliferaciones es tan escasas que no es posible excluir que estén presentasen otros niveles. En las biopsias cuyo diagnóstico original fue normal o que presentaron prostatitis crónica, atrofia simple o bien otras condiciones no relacionadas con el desarrollo ulterior de carcinomas y no contaban con determinación de antígeno prostático específico posterior (APE), fueron excluidas de análisis ulterior de información clínica adicional y se consideraron biopsias benignas. En el grupo de biopsias con proliferación glandular atípica de significado incierto, neoplasia intraepitelial prostática, células o glándulas atípicas aisladas y células xantomatosas, se revisaron los expedientes clínicos , la evolución clínica posterior y las biopsias adicionales con el fin de conocer la evolución . En caso de que existiera duda respecto a la benignidad o malignidad de las proliferaciones glandulares focales se practicó en ellas estudio inmunohistoquímico con queratinas de alto peso molecular para evaluar la presencia o ausencia de células basales y poder clasificarlas finalmente como proliferaciones benignas o malignas. La definición morfológica y sus implicaciones clínicas de mayor importancia de cada una de las categorías se anotan a continuación: 1.- Sin datos patológicos: en este grupo se incluyeron aquellos casos en los cuales las glándulas y el estroma prostático fueron esencialmente normales; la presencia de escasas células inflamatorias no se consideró un hallazgo patológico. 2.- Hiperplasia glandular de la próstata: También conocida como hiperplasia nodular es el trastorno urológico más común en hombres mayores de 50 años. Se caracteriza por hiperplasia del estroma y células epiteliales, resultando en la formación de grandes o discretos nódulos en la región periuretral. Histológicamente la hiperplasia nodular se observa aproximadamente 20% en hombres entre los 40 años de edad, dicho porcentaje se eleva conforme aumenta la edad. Entre los patrones morfológicos se incluyen: el predominantemente estromal , estromal y glandular (mixto) y predominantemente glandular. El agrandamiento de la próstata se ha relacionado a la acción de andrógenos particularmente del metabolito de la testosterona , la dihidrotestosterona , la cual a través de observaciones clínicas se ha sustentado como la causa del agrandamiento prostático. 4 En este estudio se incluyeron aquellos casos en los que las glándulas mostraban diámetro variable y tendían a formar nódulos de límite bien definidos. Aunque fue infrecuente encontrar nódulos completos debido a que la biopsia por punción no permite identificar los nódulos benignos, se admitió como hiperplasia cuando las glándulas se agrupaban tal como se menciono previamente. Las glándulas mostraban dilatación y células de revestimiento de aspecto uniforme y frecuentemente secreción intraluminal. 3.- Prostatitis aguda o crónica. En la práctica clínica urológica estas entidades son comunes, su diagnóstico es clínico y tratadas con antibióticos, por lo que el análisis histológico es raro. Clínicamente la prostatitis crónica eleva los niveles séricos de antígeno prostático específico y es más común observarla que la prostatitis aguda. En la prostatitis crónica en el componente estromal predominan principalmente los linfocitos, células plasmáticas e histiocitos. La prostatitis aguda se caracteriza por la presencia de polimorfonucleares, los cuales se encuentran en nidos cerca de las glándulas prostáticas o en el estroma y su presencia, a diferencia de la prostatitis denominada crónica, generalmente explica el cuadro clínico que sugiere la presencia de una neoplasia maligna y con frecuencia se acompaña de elevación de antígeno prostático. También en la prostatitis aguda pueden aparecer diminutos abscesos diseminados, áreas necróticas focales y confluentes o como edema difuso, congestión y supuración espesa de la totalidad de la glándula. En la revisión la presencia de linfocitos con aspecto reactivo en varios campos histológicos en el estroma o asociados con las glándulas prostáticas se consideró como prostatitis crónica a pesar de que en la literatura se ha enfatizado que en la glándula prostática pueden encontrarse linfocitos en cantidad leve a moderada sin que ello represente una alteración patológica. En muchos casos la presencia de infiltrado Iinfoide no tiene ninguna correlación con los cultivos bacteriológicos y por ello se considera que su presencia puede obedecer a otros estímulos que no han sido reconocidos. 4.- Atrofia glandular prostática: las glándulas atróficas (Fig. 1) de la próstata son un hallazgo frecuente en las biopsias prostáticas y nosotros clasificamos a estas biopsias como atróficas cuando la mayoría de las glándulas mostraron esta alteración. Las glándulas atróficas pueden encontrarse en pequeños grupos o dispersas en el estroma altemando con glándulas normales o hiperplásicas. Su citoplasma es escaso y están revestidas por células que muestran escaso citoplasma, lo que les confiere un aspecto 5 intensamente basófilo. En ocasiones las glándulas atróficas pueden mostrar atipia con nucléolos aparentes, secreción intraluminal, luces parcialmente colapsadas etc. Su patrón de crecimiento cuando es infiltrativo semeja carcinoma prostático y es la lesión benigna que con mayor frecuencia se confunde con carcinomas. Su patrón de crecimiento es variable e incluye la hiperplasia post-atrófica en las que las glándulas se reúnen entre sí formando nódulos que simulan carcinomas con patrones de Gleason de bajo grado. En otros casos la atrofia puede ser parcial y muestra grupos irregulares de glándulas con distribución irregular y nucléolos aparentes que también pueden ser fácilmente confundidoscon carcinoma. 5.- Infarto prostático antiguo o reciente (Fig. 2): los infartos prostáticos pequeños y asintomáticos son comunes y en general no representan un problema diagnóstico. En algunas ocasiones, sin embargo el infarto el infarto afecta un área extensa y se caracteriza en etapas tempranas por necrosis coagulativa y hemorragia reciente. Adyacente al área infartada las células reactivas se disponen en nidos, muestran nucléolo aparente y pleomorfismo en grados variables. En etapas tardías las células muestran hiperplasia regenerativa que puede ser atípica y mostrar aspecto infiltrativo. Estos casos pueden ser confundidos histológicamente con carcinoma además de que se asocian con elevación de antígeno prostático. 6.- Adenosis prostática (Fig. 3): La adenosis se encuentra generalmente en productos de resección transuretral, pero también puede ser observada en biopsias por punción. Se caracteriza por glándulas pequeñas o de mediano tamaño dispuestas estrechamente entre sí, semejantes a la de los adenocarcinomas moderadamente diferenciados. Sus luces muestran con frecuencia cuerpos amiláceos a diferencia del carcinoma donde solo ocasionalmente están presentes. A diferencia de lo que se observa en los productos de resección transuretral el aspecto lobular generalmente no está presente en las biopsias por punción por lo que su interpretación es más difícil. Citológicamente muestra citoplasma claro y núcleos uniformes con nucléolos ocasionalmente prominentes. Las células basales siempre están presentes y en caso de duda es primordial practicar estudios de inmunohistoquímica con marcadores dirigidos a estas células como la queratina 903. Si el estudio inmunohistoquímicodemuestra células basales aunque sea focalmente, la proliferación puede clasificarse como benigna, en contraste cuando es negativa aunque se debe de favorecer el diagnóstico de carcinoma debe tenerse presente 6 que las adenosis pueden no mostrar células basales por el nivel de corte estudiado y es aconsejable repetir el estudio inmunohistoquímico. 7.- Hiperplasia atípica de células basales: La mayoría de las biopsias con hiperplasia de células basales son fáciles de reconocer ya que muestran células intensamente basófilas que proliferan desde las capas basales de las glándulas prostáticas obliterando parcial o totalmente la luz de las glándulas prostáticas. Las células basales pueden mostrar nucléolos y nucleomegalia y semejar glándulas neoplásicas, además de que en otras ocasiones pueden mostar un patrón papilar, cribiforme o mixto en conductos mayores que le confieren semejanza con neoplasia intraepitelial prostática (Fig. 4). Cuando la luz de las glándulas están ocupadas completamente por las células basales y muestran además un patrón irregular de crecimiento la semejanza con carcinoma es aun mayor. En algunas biopsias las células basales aparecen como nidos de glándulas que semejan la próstata fetal por lo que se le ha llamado ''fetalizacion de la próstata" a este patrón. La combinación de un patrón de crecimiento irregular pseudoinfiltrativo asociado con células intensamente basófilas con nucléolos y nucleomegalia pueden fácilmente conducir al diagnostico de una neoplasia maligna. Cuando estas alteraciones aparecen en productos de resección transuretral son más fáciles de reconocer como benignas a diferencia de cuando se identifican en biopsias por punción en las que es aún más difícil evaluar su carácter infiltrante. La hiperplasia atípica es un simulador de carcinoma de la próstata y aunque se encuentra raramente debe tenerse presente para evitar resultados falsos positivos. 8.- Neoplasia intraepitelial prostática (Fig. 5): es la única lesión que se considera precursora del carcinoma de la próstata. Las evidencias que apoyan este concepto incluyen la asociación frecuente de NIP con áreas de carcinoma, la cercanía de carcinomas incipientes en los conductos con NIP y las semejanzas en las alteraciones cromosómicas entre el NIP y las áreas de carcinoma vecino incipiente. Su frecuencia en diversos estudios es muy variable y la NIP de alto grado se ha encontrado del 0.7% al 24% de las biopsias por punción. Esta diferencia tan considerable en las diversas series parece explicarse por los criterios utilizados por los diversos autores o bien por las variaciones de las técnicas utilizadas para teñir las biopsias. Adicionalmente se sabe que la NIP es mas frecuente en algunos grupos étnicos como los negros, moderadamente en los caucásicos y rara en los orientales. Histológicamente muestra varios patrones que incluyen el patrón papilar, cribiforme o a manera de ondulaciones aunque también se puede encontrar la forma plana en la que las células de revestimiento no se proyectan a la 7 luz. Citológicamente, las células proliferantes muestran nucleomegalia e hipercromatismo por lo que a bajo aumento muestran aspecto intensamente basófilo. La neoplasia intraepitelial se clasifica en NIP de alto y bajo grado. En la primera además de las alteraciones nucleares, se observan nucléolos aparentes los cuales se localizan principalmente hacia la región basal del conducto y en menor cantidad en las proyecciones intraluminales. La NIP de bajo grado en contraste, no muestra nucléolos o bien nucléolos pequeños ocasionales. En la actualidad se considera que la NIP precede al desarrollo de la gran mayoría de los adenocarcinomas prostáticos, sin embargo probablemente existan otras lesiones precursoras de adenocarcinoma, en particular los carcinomas de bajo grado de la zona de transición. 9.- ,Proliferación glandular atípica de significado incierto: la proliferación glandular atípica de significado incierto se refiere a un grupo de lesiones que son fuertemente sugestivas de carcinoma pero no reúnen los criterios arquitecturales ni citológicos de una neoplasia maligna (Fig. 6). También se han denominado en la literatura como hiperplasia atípica o como proliferación atípica de acinos pequeños ASAP (atypical small acinar proliferations). La frecuencia con la cual se encuentran proliferaciones glandulares atípicas de significado incierto varía de una institución a otra dependiendo de la experiencia de los patólogos, los critererios empleados y probablemente también del volumen de biopsias practicadas. Así, se encuentran cifras tan variadas como 0.4% al 23.4%. 10.- Glándulas o células atípicas aisladas. Ocasionalmente las biopsias de punción de la próstata muestran células aisladas con atipia caracterizadas por nucleomegalia, y nucléolos aparentes. Estas células en algunos casos aparecen como glándulas mal conformadas y están rodeadas por estroma prostático. La interpretación de dichas células o glándulas aisladas mal definidas es difícil ya que varias condiciones pueden mostrarlas incluyendo carcinoma, hiperplasia adenomatosa atípica, células basales con atipia, conductos seminíferos, y glándulas atróficas entre otras. El significado de dichas células es muy difícil de interpretar y en su presencia deben de practicarse cortes adicionales para tratar de identificar si existe una proliferación glandular subyacente. Los cortes adicionales son útiles entre el 10 a 20% de las biopsias prostáticas. 11.-Las células con cambios xantomatosos (Fig 7): Se buscaron en esta revisión ya que recientemente se ha descrito la variedad de carcinoma con abundante citoplasma espumoso que recuerdan xantocitos. Esta variedad de carcinoma es particularmente difícil 8 de reconocer ya que las células muestran atipia mínima y con frecuencia sus núcleos no muestran nucleomegalia ni nucléolos prominentes a diferencia del carcinoma convencional. Los carcinomas xantomatosos cuando se encuentran en campos aislados, sin patrón infiltrativo pueden semejar histiocitos reactivos. En contraste, cuando se encuentran en gran cantidad la infiltración estromal facilita su diagnóstico ya que el detalle citológico no tiene tanta importancia para establecer el diagnóstico de malignidad. 9 Resultados. La edad de los pacientes varió de 57 a 79 años. En todos existía incremento de APE que fluctuó de 6 a 20 ng/ml. La variedad y frecuencia de las lesiones encontradas se muestran en la tabla 1. La evolución de los 12 pacientes con neoplasia intraepitelial de bajo grado fue aparentemente buena luego de varios meses a varios años, si embargo 2 de los 12 pacientes que fueron nuevamente sometidos a biopsia por elevación del antígeno prostático se documentó carcinoma en biopsias subsecuentes. De los 10 casos con proliferaciones glandulares atípicas, en cinco se practicaron biopsias adicionales en periodos que variaron de algunos meses a 4 años. En 3 de los 5 casos se encontró carcinoma y en uno de ellos se practicó prostatectomía. Desafortunadamente, en los otros cinco se desconoce la evolución así como las razones por las cuales no se practicaron biopsias adicionales, sin embargo debe mencionarse que en ninguno de los informes de patoOlogía se anotó el diagnóstico de proliferación glandular atípica, lo cual . hubiera probablemente alertado al clínico sobre la necesidad de llevar acabo un seguimiento clínico mas estrecho. En varios de estos casos los niveles de antígeno prostático permanecían elevados y probablemente en algunos de ellos exista una neoplasia maligna no se logró demostrar en las primeras biopsias. Las biopsias con glándulas xantomatosas aisladas mostraron en un caso una evolución que sugería fuertemente el diagnóstico de carcinoma ya que se encontró antígeno de 20 ng/ml dos años después de la biopsia. Sin embargo no se habían practicados biopsias adicionales al momento del estudio. En el grupo de células atípicas aisladas se encontraron antígeno~ elevados sinembrago no se practicaron mas biopsias por lo que no se pudo establecer si hubo desarrollo de carcinoma posteriormente. \0 Discusión La patología de las biopsias sin lesiones neoplásicas comprende un grupo heterogéneo de alteraciones que requieren interpretación y tratamientos diferentes y no deben de ser consideradas simplemente como biopsias "negativas para malignidad", o de hiperplasia y prostatitis crónica La información que se obtiene en algunas de ellas con frecuencia resulta de gran interés ya pueden mostrar lesiones premalignas que requieren seguimiento clínico, determinación periódica de antígeno prostático específico y en algunos casos biopsias adicionales La importancia en el diagnóstico de la neoplasia intraepitelial prostática de alto grado radica en la posibilidad de que exista en biopsias subsecuentes áreas con carcinoma. La frecuencia de carcinoma en biopsias posteriores también varía en porcentajes que van del 27 al 79% de los casos. Las series con mayor número de casos revelaron carcinoma en 23 y 35 % cuando se realizaron biopsias posteriores.. Si se practican dos biopsias adicionales después del diagnóstico de NIP de alto grado y no se encuentra neoplasia las posibilidades de que éste se demuestre es muy bajo. El patrón de crecimiento del NIP parece ser también de importancia pronostica y los de tipo papilar y cribiforme se asocian con mayor frecuencia a carcinoma en biopsias subsecuentes que en la NIP con patrón plano. La neoplasia intraepitelial de bajo grado a diferencia del de alto grado no representa un hallazgo histológico de importancia y aunque pueden encontrase casos en los que una segunda biopsia revele carcinoma el porcentaje es aproximadamente al 18% de los casos, lo cual es semejante a pacientes en los que no se encontró NIP en la primera biopsia. Histológicamente , el diagnóstico diferencial incluye adencocarcinomas con patrón cribiforme, hiperplasia de células basales que pueden también proliferar hacia la luz a manera de papilas o patrones cribiformes, y aun conductos normales de la zona de transición. A diferencia del carcinoma las áreas con NIP preservan las células basales que pueden ser demostradas con queratinas de alto peso molecular. La hiperplasia de células basales es también fuertemente positiva a la queratina en las células proliferantes. Los conductos normales de la zona de transición pueden mostrar proyecciones papilares hacia la luz además de "puentes romanos" por células que muestran con frecuencia nucléolos pequeños. Estos cambios en conjunto semejan NIP, sin embargo debe tenerse presente que la NIP es un cambio que se observa principalmente en la periferia de la 11 glándula y solo 5% o menos de los casos se observan en la zona periuretral o transicional. En esta serie la frecuencia de NIP del 0%. Aun cuando no se informó en ningún caso los pacientes con neoplasia intraepitelial prostática, la biopsia se repitió en 5 de los 12 casos por antígenos persistentemente elevados ya que solo la neoplasia intraepitelial de alto grado requiere de biopsias adicionales en periodos cortos de tiempo (3 a 6 meses), y posteriormente anualmente, una en caso de ser negativa. En general se recomienda que la neoplasia intraepitelial de bajo grado no se informe en el diagnóstico ya que esto puede llevar a un estudio exhaustivo con biopsias adicionales o determinación de antígenos prostáticos que en la mayoría de los casos no tendrán utilidad para la demostración de carcinoma prostático. Sin embargo recientemente se han realizados estudios donde la NIP de bajo grado se ha asociado con carcinoma con mayor frecuencia que la población general sin NIP por lo que algunos autores recomiendan que el NIP de bajo grado sí sea mencionada en el reporte de patología. La distinción entre neoplasia intraepitelial de alto y bajo grado no siempre es fácil sin embargo si el patólogo se apega estrechamente a los criterios descritos la mayoría de los casos podrían ser diagnosticados correctamente. Recientemente se ha puesto en duda que el hallazgo de PIN de alto grado sea una lesión premaligna y existen autores que sugieren que ésta no se reportada hasta contar con trabajos prospectivos en los que se definan sus implicaciones. La NIP coincide en muchos casos con carcinoma por lo que éste hallazgo en nuestra opinión si debería consignarse en el diagnóstico. Las evidencias que apoyan la asociación entre la NIP de alto grado y el adenocarcinoma prostático incluyen su semejanza citológica y alteraciones cromosómicas entre otras, que sugieren que solo es cuestión de tiempo o de mayor muestreo con otras biopsias para demostrar una neoplasia maligna en muchos de estos pacientes. La NIP de alto grado es mas frecuente en hombres orientales y de color y relativamente frecuente en hombres caucásicos en donde la NIP se encuentra en 24% de las biopsias prostáticas. Debe enfatizarse que la NIP no eleva el antígeno prostático por sí misma En nuestra población no se encuentre NIP de alto grado y esta ausencia aparente podría relacionarse con el grupo étnico pero también en por los criterios empleados para clasificar a la neoplasia intraepitelial prostática como de alto o bajo grado. Adicionalmente 12 ------------------ -- - - -- los cortes histológicos deben de tener una excelente definición para poder evaluarla correctamente. Aunque nosotros revisamos en dos ocasiones las biopsias tratando de encontrar los criterios que pudieran permitir clasificarlas correctamente fue común encontrar un exceso de hematoxilina que no permitía evaluar adecuadamente la presencia de nucléolos. La estratificación celular que sí estuvieron presentes en algunas biopsias, y la desorganización en el patrón de crecimiento permiten suponer que la NIP podría existir con frecuencia algo mayor en nuestro medio. La baja frecuencia de neoplasia intraepitelial coincide con lo encontrado por otros patólogos mexicanos que han revisado el tema. Gonzalez-Romo en la población de Villa hermosa tabasco encontró NIP de alto grado en 2 de 207 casos (0.4%) de sus casos y Gómez AM cols la encontraron en 1 de 80 biopsias (1.2%). Por las razones anteriores pensamos que la neoplasia intraepitelial prostática de alto grado en nuestra población realmente es muy baja. En contraste con la NIP, la frecuencia de PGSI fue relativamente común. El porcentaje de biopsias subsecuentes con carcinoma en pacientes con PGSI ha variado del 21% al 57% ( ). Esto significa que establecer el diagnóstico de proliferación glandular sugestiva pero no diagnóstica de carcinoma tiene un alto valor predictivo y obliga a llevar acabo biopsias subsecuentes, en particular en pacientes por debajo de los 70 años de edad en los que cabe esperar una sobrevivencia lo suficientemente prolongada para que la neoplasia pueda ser la causante de la muerte a largo plazo. Sin embargo aun este concepto podría ser discutible y la decisión final está en manos de las condiciones generales del paciente y del criterio del urólogo tratante. En contraste con la NIP la presencia de prolifereraciones glandulares atípicas de significado incierto (PGSI) que tienen un alto valor predictivo para carcinoma fue alta, y 10 de las 100 biopsias analizadas mostraron éste cambio. Desafortunadamente solo en 5 casos la biospsia se repitió ya fuese por el diagnóstico histológico o bien por elevación persistente de APE y fue posible conocer la evolución de ellos. En 3 finalmente se pudo documentar la presencia de una neoplasia maligna. Las proliferaciones glandulares atípicas pueden representar áreas focales de carcinoma desde un principio, sin embargo el no existen criterios arquitecturales y citológicos o una cantidad suficientes de glándulas para clasificarlas como malignas. En otros casos el número de glándulas puede ser suficiente para sospechar carcinoma, sin embargo las alteraciones nucleares y nucleolares no son suficientes para tener la certeza que la lesión es maligna. En otras ocasiones, las glándulasque se observan son benignas y simulan 13 glándulas neoplásicas tanto arquitecturalmente como citológicamente y pueden mostrar glándulas con luces rígidas, secreción intraluminal, nucleomegalia, nucléolos aparentes y otras alteraciones propias del carcinoma focal. Aunque mas de la mitad de los casos parecen corresponder a carcinoma a juzgar por la evolución estas proliferaciones también pueden ser vistas en áreas de adenosis, atrofia, neoplasia intraepitelial prostática, o hiperplasia de células basales entre otras. En estos casos la demostración de células basales con queratinas de alto peso molecular como la queratina 903 o la queratina 5-6 son diagnósticas de una lesión benigna; en contraste la negatividad en el estudio inmunohistoquímico con estos reactivos no es concluyente de un proceso maligno ya que en áreas tan pequeñas las células basales pueden no hacerse aparentes además de que con frecuencia en los niveles adicionales el área en cuestión es comúnmente mas pequeña que el área original y no resuelve el problema diagnóstico. Si la sospecha de malignidad es muy fuerte, debe anotarse en la hoja de diagnóstico para alertar al clínico sobre el alto riesgo de detección de carcinoma o la presencia de carcinoma al momento de la biopsia. Si los cambios no son suficientes para sospechar carcinoma debe anotarse que se trata de una proliferación glandular atípica en la que se favorece al diagnóstico de benignidad o malignidad. Esta información puede llevar a una conducta conservadora vs. a la toma de biopsias adicionales en periodos cortos de tiempo. Estos pacientes también deben de ser vigilados con revisiones clínicas periódicas y determinaciones seriadas de antígeno prostático. En algunos pacientes la PGSI pueden aparecer en más de una biopsia y sugerir fuertemente el diagnóstico de carcinoma, sin embargo el diagnóstico solo podrá ser establecido cuando exista la certeza de una neoplasia maligna. Los resultados falsos positivos pueden conducir a procedimientos quirúrgicos agresivos como la prostatectomía con disección de ganglios linfáticos pélvicos que se asocian con una considerable morbilidad además de las implicaciones legales que tiene un error de esta magnitud. Otras lesiones benignas que pueden semejar carcinoma encontradas en esta revisión fueron interpretadas correctamente y en algunas de ellas se utilizó queratina de alto peso molecular para demostrar la presencia de células basales. La adenosis semeja carcinomas moderadamente diferenciados y como se ha mencionado puede mostrar casi todos los cambios encontrados en el carcinoma. Afortunadamente la adenosis solo se encuentra esporádicamente en las biopsias por punción y en general se le encuentra en 14 los productos de resección transuretral. Su interpretación en la biopsia por punción se dificulta, debido a que, a diferencia de lo que ocurren en la resección transuretral el patólogo no puede evaluar siempre las glándulas de mayor tamaño con aspecto arborescente que muestran las mismas características que las glándulas vecinas de menor tamaño y que son de gran utilidad para reconocer la lesión como benigna. La evolución clínica de los pacientes fue muy variable, sin embargo puede establecerse que en general aquellos casos con proliferaciones glandulares atípicas de significado incierto representaron el grupo de mayor riesgo para demostrar carcinoma ulteriormente. Debido a que en la interpretación original de las biopsias con PGSI no se mencionó éste hallazgo la biopsia no se repitió en todos los casos, tal como se recomienda en la literatura yen, algunos casos probablemente la biopsia se repitió por elevación elevada persistente del antígeno prostático. Esto significa que a pesar de que esta lesión potencialmente neoplásica está presente en la biopsia, el patólogo no la reconoció o no la incluyó en el diagnóstico en la mitad de los casos. Mantener un paciente en vigilancia cuando existe PGSI en la primera biopsia puede transformar el pronóstico de una neoplasia potencialmente curable a otra en la que las posibilidades de curación son bajas o ya no existen, en particular si se considera que algunos pacientes se someten nuevamente a biopsia en lapsos de dos o mas años. El hallazgo de glándulas xantomatosas aisladas es un enigma y si representa o no la expresión mínima de un carcinoma xantomatoso, esta aún por definirse ya que también se han descrito células xantomatosas reactivas en algunos campos histológicos. Sin duda se requieren de estudios posteriores en los que las biopsias con este cambio se estudien en detalle y tal vez deban ser sometidos a biopsia en más de una ocasión. El principal problema para el patólogo con las glándulas en el carcinoma xantomatoso radica en gue generalmente muestran núcleos pequeños, sin nucléolos aparentes a diferencia de la mayoría de los carcinomas habituales. Cuando el patrón histológico muestra una neoplasia infiltrante indudable se pueden prescindir de los criterios citológicos y debe denominarse carcinoma a estas lesiones. Adicionalmente, se ha encontrado que el carcinoma xantomatoso es agresivo y varios de ellos afectan la cápsula en productos de prostatectomía a pesar de su aspecto histológico "inocente". El adenocarcinoma xantomatoso parece ser relativamente frecuente en nuestra población y hemos encontrado en los últimos cuatro años, cinco casos de esta variedad de carcinoma. 15 Además de las lesiones antes mencionadas se encontraron dos patrones histológicos que pueden ser similar carcinoma y que incluyeron a la hiperplasia atípica de células basales y la hiperplasia post-atrófica; en ambos caso estas lesiones se reconocieron como benignas y no existieron caso falsos positivos en ninguno de los 100 casos. Finalmente debe mencionarse que la presencia de células epiteliales o glándulas atípicas aisladas permanecieron en duda en cuanto a su significado ya que solo se encontró un caso de cada uno de estas biopsias. El caso con células atípicas aisladas contaba con varias biopsias en las que no se demostró carcinoma. Si estas células representan células reactivas epiteliales atrapadas o células mesenquimatosas con cambios degenerativos su naturaleza está aún por definirse. En resumen. 20 de las 100 biopsias analizadas mostraron diversas alteraciones prostáticas de interés, algunas de las cuales merecían ser comentadas en el reporte de la biopsia principalmente por la posible asociación con carcinoma. El hallazgo de mayor importancia de esta revisión fue encontrar que la mayoría de las proliferaciones glandulares atípicas no fueron mencionadas en el diagnóstico a pesar de su alto valor predictivo para de carcinoma. Asimismo la presencia de células con cambios xantomatosos no fue mencionada en ningún caso. 16 Bibliografía 1. Bostwick OG, Quian J. High-grade prostatic intraepithelial neoplasia. Mod Pathol. 2004 Mar;17(3):360-79. 2. Prostate biopsy interpretation, Third edit ion. Biopsy Interpretation Series. Jonathan 1. Epstein , Ximing J Yang , 2002 Lippincott , Williams & Wilkins. 3.Srigley JR. Benign mimickers of prostatic adenocarcinoma. Mod Pathol. 2004 Mar;17 (3):328-48. 4. Bignardi P. Prostatic carcinoma of xanthomatous type and metaplasia of similar type in the prostate. Arch De Vecch i Anat Patol. 1961; 35:645-61 . 5. Schindler S, Usman NI, Yoko H. Foamy gland carcinoma. Am J Surg Pathol. 1996; 20:419-26. Am J Surg Pathol. 1997; 21 (5):616-8. 6.4.- Nelson RS, Epstein JI. Prostatic carcinoma with abundant xanthomatous cytoplasm. Am J Surg Pathol. 1996; 20(4) :419-26. 7. Berman OM, Yang J, Epstein JI. Foamy gland high-grade prostatic intraepithelial neoplasia. 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Neoplasia intraepitelial prostática de alto grado 3 1 O 19 Ir f !::2 - .. ... Figura 1. Atrof ia glandular prostática Figura 2. Infarto prostático 20 Figura 3. Adenosis esclerosante Figura 4. Hiperplasia de células basales 21 Figura 5. Neoplasia intraepitetiat prostática de bajo grado Figura 6. Proliferación glandular atipica de significado incierto 22 .. - • • • • .t .... .0 , • ~ • ~ ... • • -1 .. ~ , Figura 7. Células con cambios xantomatosos. 23 Portada Índice Texto
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