Logo Studenta

trastornos del desarrollo

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

Necesidades educativas especiales.
Trastornos del desarrollo.
Docentes: Omar Rodríguez Ramírez – Hilda Ramírez Velarde.
TRASTORNOS DEL DESARROLLO:
Los trastornos de desarrollo son problemas severos y de larga duración. Pueden ser físicos, como la ceguera. Pueden afectar las actividades mentales, como los problemas de aprendizaje. O pueden ser una combinación de ambos, como el síndrome de Down. Los problemas son a largo plazo y afectan la vida cotidiana.
Existen varias causas de las capacidades de desarrollo. Estas incluyen:
Anormalidades cromosómicas o genéticas. Estas causan condiciones como el síndrome de Down y el síndrome de Rett.
Exposición durante el embarazo a ciertas sustancias. Beber alcohol en el embarazo puede causar trastornos del espectro alcohólico fetal.
Ciertas infecciones durante el embarazo
Parto prematuro
En general, no existe una cura pero los tratamientos pueden ayudar con los síntomas. La terapia física, del habla y ocupacional pueden ser algunas opciones. Las clases de educación especial y el asesoramiento psicológico también pueden ayudar.
5.1. Dominancia lateral: La dominancia lateral manual es el nombre que recibe el uso de una mano con mayor destreza y eficacia que con la otra. Es la expresión de una adecuada organización neurológica (predominio de un hemisferio cerebral). La dominancia lateral se refiere no sólo a la mano, sino también a las extremidades inferiores y a los órganos sensoriales.
No es hasta los 5 años que se establece definitivamente el uso preferente de una mano; hasta entonces el niño suele alternar en el uso de ambas manos indistintamente. El establecimiento de la lateralidad es necesario para habilidades como son la escritura y el lenguaje. (Leer más...)
En la ficha "Lateralidad" que aparece en el apartado de Recursos de nuestra web (columna de descargas) encontrará información sobre cómo detectar un problema de lateralidad, sus posibles causas, y algunas ideas sobre cómo ayudar al niño a establecer dicha dominancia lateral.
	
5.2. Desarrollo motor retrasado: El retraso psicomotor en bebés significa que los hitos del desarrollo que requieren durante determinada edad no aparecen o lo están haciendo de forma anómala. Gracias al cribado neonatal expandido, se ha diagnosticado rápidamente la existencia de esta anomalía, lo que ha permitido realizar los tratamientos adecuados a tiempo.
Este término hace referencia específicamente al retraso en el desarrollo de las destrezas cognitivas, como el lenguaje, por ejemplo, y en el desarrollo de las destrezas motoras, como el caminar.
Diagnóstico del retraso psicomotor en bebés
Existen dos tablas de desarrollo para detectar el retraso psicomotor en bebés. Por una parte, el test de Denver o la escala Haizea-LLevant, que permiten evaluar la existencia de alguna anomalía en el desarrollo del bebé. Por otra parte, los tests de inteligencia o pruebas neuropsicométricas, que pueden ser utilizadas a partir de los 5 años de edad. Estas pruebas siempre deben ser realizadas por especialistas y valoradas en el contexto de los grandes cambios que presentan los niños en su desarrollo.
Los masajes benefician muchas veces el desarrollo del bebé.
En la mayoría de los casos en los que se determina la existencia de retraso psicomotor existe un a causa cerebral que lo justifica y que puede originar una deficiencia cognitiva que se mantiene con el tiempo. Detectar tempranamente la anomalía puede mejorar la calidad de vida del niño.
“La estimulación en los primeros años de vida del bebé es fundamental para detectar retraso psicomotor”
Causas del retraso psicomotor en bebés
Aún no se conocen con exactitud las posibles causas del retraso psicomotor en bebés, pero según algunos expertos puede surgir debido a un problema genético o un problema adquirido.
Debido a un problema genético: existen muchos errores congénitos de metabolismo que pueden devenir en una afectación motora o cognitiva. También puede deberse a una alteración genética.
Debido a un problema adquirido: Es posible que se deba a una infección interna, traumatismos o problemas vasculares; además, puede que se hayan generado antes, durante o después del parto.
Señales del retraso psicomotor
Las primeras señales de la existencia de un retraso psicomotor se dan cuando el niño no desarrolla destrezas dentro del periodo de tiempo debido o lo hace con muchas dificultades. Este retraso no debe confundirse con la tardanza del desarrollo de las habilidades para comunicarse o solucionar problemas. algunas características propias son:
En caso de que el bebé se muestre irritable a los 6 meses de edad, utilice solo una mano para jugar, muestre poco interés en el entorno o se sobresalte fácilmente ante cualquier ruido.
Si el niño no se moviliza solo hacia ningún lugar, babea constantemente gran parte del día y se lleve a la boca todo tipo de objetos.
En caso de que a los 2 años de edad sea muy hiperactivo y no consiga concentrarse en las actividades o le sea muy difícil involucrarse en los juegos porque no los entiende.
Los juguetes deben ser controlados por los padres.
El retraso también puede visualizarse en la postura que adoptan al sentarse y que se adquiere después de los 6 meses. También, en lugar de gatear prefiere arrastrarse sentado sobre el asiento para movilizarse de un lado a otro, aunque es importante destacar que no todos los niños que realizan esta acción tienen este trastorno.
“Una de las características de los niños con retraso psicomotor es la dificultad para controlar la cabeza”
Tratamiento
En el momento en que se diagnostica el retraso psicomotor en el bebé, los padres deben favorecer que el pequeño se mueva. Por ejemplo, puede ser colocado en el suelo y brindarle libertad para moverse, evitando el uso excesivo de asientos o sillas especiales para bebés.
En cualquiera de estos casos, es muy importante consultar con su pediatra, quien se encargará de determinar la terapia adecuada y los ejercicios que deberá realizar el niño. Como recomendamos anteriormente, es muy importante evaluar las actitudes del niño para realizar un diagnóstico a tiempo ante un posible retraso psicomotor. 
Como padres, debemos estar muy atentos a las señales que pueda presentar el bebé y en caso de cualquier anomalía no angustiarnos. Trabajar de forma temprana el inconveniente y consultar con su médico de cabecera las inquietudes que podamos presentar permitirá que el bebé se desarrolle correctamente.
	
5.3. Defectos de la audición en el desarrollo: Se dice que alguien sufre pérdida de audición cuando no es capaz de oír tan bien como una persona cuyo sentido del oído es normal, es decir, cuyo umbral de audición en ambos oídos es igual o superior a 25 dB. La pérdida de audición puede ser leve, moderada, grave o profunda. Afecta a uno o ambos oídos y entraña dificultades para oír una conversación o sonidos fuertes.
Las personas ‘duras de oído’ son personas cuya pérdida de audición es entre leve y grave. Por lo general se comunican mediante la palabra y pueden utilizar como ayuda audífonos, implantes cocleares y otros dispositivos, así como los subtítulos. Para las personas con una pérdida de audición más acusada pueden ser útiles los implantes cocleares.
Las personas ‘sordas’ suelen padecer una pérdida de audición profunda, lo que significa que oyen muy poco o nada. A menudo se comunican mediante el lenguaje de signos.
La pérdida auditiva puede afectar la capacidad del niño para desarrollar el habla, el lenguaje y las destrezas sociales. Cuanto más rápido reciban ayuda los niños con pérdida auditiva, más probable es que logren todo su potencial. Si usted cree que un niño podría tener pérdida auditiva, pídale al médico del niño que le haga una prueba de la audición lo antes posible. ¡No espere!
¿Qué es la pérdida auditiva?
La pérdida auditiva puede ocurrir cuando alguna de las partes del oído no funciona de manera normal. Esto incluye el oído externo, el oído medio, el oído interno, el nervio auditivo (acústico) y el sistema auditivo.
Signos y síntomas
Los signosy los síntomas de la pérdida auditiva son diferentes en cada niño. Si usted cree que su hijo podría tener pérdida auditiva, pídale al médico del niño que le haga una prueba de la audición lo antes posible. ¡No espere!
Aun cuando el niño haya pasado antes una prueba de la audición, es importante estar pendiente de los signos siguientes.
Signos en los bebés
No se sobresalta con los ruidos fuertes.
No voltea la cabeza hacia la fuente de un sonido después de los 6 meses de edad.
No dice palabras sencillas como “mamá” o “papá” para cuando tiene 1 año.
Voltea la cabeza cuando lo ve a usted, pero no lo hace si solo lo llama por su nombre. A veces se piensa equivocadamente que se trata de falta de atención o que el niño simplemente ignora a la otra persona, pero puede ser el resultado de una pérdida auditiva parcial o total.
Parece escuchar algunos sonidos pero no otros.
Signos en los niños
Tarda en hablar.
No habla en forma clara.
No sigue instrucciones A veces se piensa equivocadamente que se trata de falta de atención o que el niño simplemente ignora a la otra persona, pero puede ser el resultado de una pérdida auditiva parcial o total.
A menudo dice “¿qué?”
Sube demasiado el volumen de la televisión.
Los bebés y los niños deben alcanzar indicadores del desarrollo en la forma en que juegan, aprenden, se comunican y actúan. Un retraso en cualquiera de estos indicadores podría ser un signo de pérdida auditiva o de otro problema del desarrollo.
Pruebas de detección y diagnóstico
Las pruebas de la audición pueden determinar si un niño podría tener pérdida auditiva. Las pruebas de la audición son fáciles y no son dolorosas. De hecho, los bebés suelen estar dormidos cuando se les hacen las pruebas. Toman poco tiempo, por lo general solo unos minutos.
Bebés
A todos los bebés se les debe hacer esta prueba a más tardar cuando cumplan 1 mes de edad. A la mayoría de los bebés se les hace la prueba de audición mientras están en el hospital. Si un bebé no pasa la prueba, es muy importante que se le haga una evaluación completa de la audición lo antes posible, a más tardar a los 3 meses de edad.
Niños
A todos los niños se les debe evaluar la audición antes de que entren a la escuela o siempre que se sospeche algún problema auditivo. A los niños que no pasen la prueba de la audición se les debe hacer una evaluación completa lo antes posible.
Tratamientos y servicios de intervención
No hay un tratamiento o intervención únicos que sean la respuesta para cada persona o familia. Unos buenos planes de tratamiento incluirán la vigilancia atenta, seguimientos y cualquier cambio que sea necesario a lo largo del proceso. Existen muchos tipos diferentes de opciones de comunicación para los niños con pérdida auditiva y sus familias. Algunas de estas opciones incluyen:
Aprendizaje de otras formas de comunicación, como el lenguaje de señas
Tecnología para ayudar con la comunicación, como audífonos e implantes cocleares
Medicamentos y cirugía para corregir algunos tipos de pérdida auditiva
Servicios de apoyo familiar
	
5.4. Enuresis y encopresis: Los trastornos de eliminación de orina y heces, enuresis y encopresis respectivamente, son característicos de la infancia. Pueden tener una causa orgánica o psicológica y, en ambos casos, tienen tratamiento. La terapia psicológica para la enuresis y encopresis comprende la enseñanza para aprender a controlar los esfínteres, psicoterapia y una serie de recomendaciones para los padres del niño afectado sobre cómo afrontar la situación y resolverla.
Escapes involuntarios
La enuresis es el escape involuntario de la orina durante la noche; la incapacidad de retenerla durante el día se denomina incontinencia diurna. Consiste en la aparición de una emisión repetida de la orina en la cama o en la ropa, superados los cuatro años de edad, tiempo en el que el niño debería haber adquirido la continencia urinaria. Para que se pueda hablar de enuresis también hay que hablar de frecuencia: este tipo de incontinencia tiene que ser de dos episodios semanales al menos durante tres meses consecutivos, precisa Silvia Chicote, psicóloga especializada en niños del centro Psicomaster, de Madrid. Hay dos tipos de enuresis: la primaria y la secundaria. La principal diferencia entre ambas es que, en la enuresis primaria, el niño nunca han llegado a conseguir el control de la orina, mientras que en el caso de la secundaria sí que lo han conseguido, aunque durante un periodo corto de tiempo, unos pocos meses a lo sumo. La encopresis, por su parte, es la evacuación repetida de heces en cualquier lugar inadecuado que no sea el retrete, como en el suelo o la ropa. Y al menos tiene que producirse una vez a la semana durante tres meses consecutivos. La edad a partir de la cual puede considerarse encopresis son los cuatro años, añade Chicote.
Los trastornos de eliminación de orina y heces, enuresis y encopresis respectivamente, son característicos de la infancia. Pueden tener una causa orgánica o psicológica y, en ambos casos, tienen tratamiento. La terapia psicológica comprende la enseñanza para aprender a controlar los esfínteres, psicoterapia y una serie de recomendaciones para los padres del niño afectado sobre cómo afrontar la situación y resolverla.
ENURESIS
La enuresis es la emisión involuntaria de orina que se produce por la falta de control del esfínter. Normalmente, a la edad de tres años, los niños consiguen controlar sus esfínteres, aunque de forma esporádica es normal que puedan tener algún escape involuntario incluso hasta los cinco años. A partir de esta edad si el niño tiene escapes involuntarios podemos pensar que padece enuresis. Es común que ésta aparezca durante el sueño, pero también puede aparecer durante el día. Si ocurre durante día tiende a darse también durante la noche, pero no a la inversa.
La frecuencia de la enuresis es alta y afecta aproximadamente a un quince por ciento de los niños de seis años, a un cinco por ciento de los niños hasta los 10 años y a un dos por ciento de los niños hasta los 12 años.
¿Qué enuresis sufre mi hijo?
Existen varios tipos de enuresis según la evolución del problema, estos son:
Enuresis primaria: se produce cuando el niño tiene no controla el esfínter desde pequeño sin que pasen largos periodos de tiempo en los que sí controla.
Enuresis secundaria: es cuando el menor parece que controla el esfínter por un periodo importante de tiempo y de repente pierde de nuevo en control.
Ponerle fin
La enuresis suele remitir conforme el niño crece y raramente sobrepasa la adolescencia, pero a algunos niños les afecta gravemente en su vida diaria, limitando sus actividades e incluso afectando directamente a sus sentimientos, por lo que resulta importante llevar a cabo un tratamiento de la enuresis en el que intenvendrá el pediatra y el psicólogo infantil.
Para acababar con el problema, lo primero es descubrir el origen de la enuresis, ya que no todos los tipos proceden del mismo punto. Hay enuresis orgánica y enuresis provocada por factores psicológicos. Con respecto a la enuresis de procedencia psicológica se puede relacionar con la ansiedad, los conflictos familiares y/o el estrés en general.
Tratamiento
En la actualidad, existen varias posibilidades de tratamiento y es importante adaptar la terapia a las características de cada niño y no a la inversa.
En el caso de la enuresis diurna el objetivo es que el menor contenga las ganas de orinar durante periodos de tiempo cada vez más largos (con criterio) sin dejar en ningún momento de ofrecer líquidos al pequeño. Se trata de ofrecer y/o sentar al pequeño en el váter cada X tiempo, prolongando los espacios intermedios cada vez. Esta técnica requiere ser muy rigurosos y tener siempre cada X tiempo un aseo cerca.
Para la enuresis que se produce durante la noche, existe la famosa técnica del “pipi stop”, que consiste en un dispositivo que se coloca en la cama y que detecta la humedad en cuanto ocurre un escape y emite un sonido que despierta al niño. Esta técnica trata de conseguir que el niño tome conciencia dela sensación de vejiga llena y acuda al baño.
Existen otras técnicas que basan su eficacia en términos de refuerzo positivo: es decir, premiar al pequeño cada vez que consiga un avance en cuanto a control de esfínter. De manera que él mismo quiera repetir el acto de ir al aseo por la consecución del premio. Siempre es aconsejable empezar por refuerzos tangibles (juguetes, postres, etcétera) e ir pasando poco a poco a refuerzos más sociales, sin dejar nunca de reconocer sus avances y logros. Con esto conseguiremos motivar a nuestro pequeño y una vez conseguido esto podemos al cambiar el tipo de premio y así modificar su motivación extrínseca (motivación por factores externos) a una motivación intrínseca (basada en aspectos de la propia tarea).
¿Qué pasa si fracasa?
Cuando el niño no consiga los objetivos y tenga alguna fuga, es muy importante no utilizar reforzadores negativos, es decir, castigos. Cuando ocurra el escape simplemente hacemos que colabore con nosotros en limpiar lo que haya ensuciado y se le puede decir que la próxima vez lo hará mejor.
Debemos recordar que los castigos en la enuresis, sea del tipo que sea, provocan en los menores ansiedad que es precisamente el factor que la pudo haber creado.
¡Recuerda!
A la hora de tratar la enuresis no hay que dejar de lado los aspectos emocionales. Es posible que cuando la enuresis es secundaria detectemos alguna vivencia que haya producido esta regresión, bien algún conflicto familiar, la llegada de un hermanito, una mudanza o algún cambio que al pequeño le haya podido afectar de alguna manera provocándole un estrés no conocido. Cuando la enuresis es primaria también habrá que atender al ambiente en el que se desenvuelve en menor, descartando así estresores externos.
Además, siempre hay que pasar por el control del médico para descartar que se produzca por causas orgánicas.
ENCOPRESIS
La encopresis es la evacuación repetida de heces en cualquier lugar inadecuado que no sea la taza del váter, como en el suelo o la ropa interior, cama o cualquier lugar. El escape de las heces puede ocurrir durante el día o la noche. Y, al menos, tiene que producirse una vez a la semana durante tres meses consecutivos para considerarse encopresis.
La edad a partir de la cual puede considerarse encopresis son los cuatro años, cuando los niños ya deben tener un control de los esfínteres completo.
La aparición de la encopresis puede estar relacionada con:
La falta de educación de los esfínteres.
La educación de los esfínteres a edad muy temprana.
Una alteración emocional como el trastorno de oposición desafiante u otros obstáculos emocionales.
Factores que alteran el entorno del niño y por lo tanto requieran un periodo de adaptación, por ejemplo; la llegada de un nuevo bebé, separación de los padres, mudanza o cambio de escuela o nido.
Un trastorno de conducta.
El mero interés del pequeño por conseguir algo de los padres, bien sea atención o el simple cambio emocional que produce en éstos.
Cualquiera que sea la causa, es importante atender el problema, ya que el niño puede llegar a desarrollar un sentimiento de vergüenza, culpabilidad o pérdida de autoestima conexos y puede tratar de ocultar el descubrimiento del problema a sus amigos, compañeros o resto de familiares.
En el caso que el pequeño desarrolle un cuadro de encopresis es importante apoyar lo más posible al niño y nunca hacerle sentir mal, o más pequeño de lo que es. La crítica destructiva en estos casos es muy perjudicial para los pequeños, ya que pueden terminar con una autoestima dañada.
Si descubrimos el origen o causa que ha motivado la encopresis, empezar atendiendola sería un buen inicio. Por ejemplo, si vemos que se trata de una llamada de atención deberemos reeducarle para que no obtenga lo que busca y enseñarle otras estrategias.
La prevención en estos casos es difícil debido a que las causas a menudo no son decisivas, por lo que es recomendable seguir la evolución personal de cada niño y no guiarse por hitos que “deberían” cumplirse. Cada niño tiene su ritmo y presionar para llegar antes es contraproducente y a veces incluso dañino.
También es recomendable hacer extensible y partícipe del problema a educadoras o cuidadoras para que colaboren con nuestro plan y nos informen de los avances siempre sin hacer sentir culpable al pequeño por haber manchado la ropa interior o la cama, etcétera.
	
5.5. Cinetosis: El mareo por movimiento o cinetosis es un problema común entre las personas que viajan en automóvil, tren, avión, y especialmente, en barco. Cualquier persona puede tenerla, pero es más común en niños, mujeres embarazadas y personas que toman ciertas medicinas. La cinetosis puede suceder repentinamente, con una sensación de mareos y sudores fríos. Eso puede conducir a vértigo, náusea y vómitos.
El cerebro siente el movimiento al recibir las señales provenientes del oído interno, los ojos, los músculos y las articulaciones. Cuando recibe señales que no coinciden, puede surgir el mareo por movimiento. Por ejemplo, si está leyendo en su teléfono mientras viaja en el autobús, sus ojos están enfocados en algo que no está en movimiento. Sin embargo, el oído interno percibe el movimiento.
El lugar donde se siente puede hacer una diferencia. El asiento delantero del automóvil, los vagones de un tren, la cubierta de un barco o los asientos cercanos a las alas de un avión son los más adecuados para viajar. Mantener la vista fija en el horizonte, en lugar de intentar leer o ver algo dentro del vehículo, también puede ayudar. Existen medicinas que pueden prevenir o trata el mareo por movimiento, pero por lo general causan somnolencia.
Sus causas son la estimulación excesiva del aparato vestibular por el movimiento como causa primaria. La susceptibilidad individual es muy variable. Los estímulos visuales como un horizonte en movimiento, la mala ventilación debida a humos, monóxido de carbono o vapor, en muchas circunstancias asociados al vehículo de transporte y los factores emocionales como el miedo o la ansiedad, actúan junto con el movimiento para precipitar un ataque, otra explicación de los síntomas es que el oído está íntimamente relacionado con el sistema nervioso central y con el nervio vago, que influye en las actividades del corazón, tráquea, glándulas salivares y estómago. La susceptibilidad a la enfermedad de los viajes es sumamente individual, algunos individuos nunca experimentan ningún síntoma.
Como remedio, cuando no se puede evitar el movimiento, las personas susceptibles pueden reducir la exposición colocándose en la zona de menor movimiento del vehículo. Lo mejor es la posición en decúbito supino o semirrecostado con la cabeza bien apoyada. Se debe evitar la lectura. El mantenimiento del eje de visión con un ángulo de 45 grados por encima del horizonte reduce la susceptibilidad. Para algunas personas es útil evitar fijar la vista sobre las olas u otros objetos en movimiento. En los barcos es importante que el camarote esté bien ventilado, así como salir a la cubierta para respirar aire fresco. El exceso de alcohol o comida antes del viaje o durante el mismo aumenta la probabilidad de cinetosis. Se deben consumir cantidades pequeñas de líquidos y comidas sencillas con frecuencia durante un viaje prolongado, aunque si se trata de un viaje corto en avión es preciso evitar los líquidos y sólidos y especialmente las bebidas alcohólicas y las que contienen gases.
Existe la posibilidad de disminuir los síntomas fijando la mirada en un objeto que no esté en movimiento. A otras personas les funciona cerrar los ojos durante el viaje e intentar relajarse o incluso dormirse. También dormir es una solución para algunas personas para eliminar los síntomas tras un ataque.
	
15

Continuar navegando

Otros materiales