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A Última Doença de Benito Juárez

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Historia y filosofía de la medicina 
 
Médicos, muerte y acta de defunción, Benito Juárez 
murió de neurosis del gran simpático en 1872 
 
Guillermo Fajardo Ortiz,1 Alberto Salazar1 
 
1Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina, Facultad de Medicina, UNAM 
 
 
 
Introducción 
 
El nombre y el recuerdo de Benito Juárez García (1806-1872), hombre de baja estatura, de origen indígena, 
ha fascinado e intimidado a historiadores, políticos y muchos otros más. A continuación se presentan los datos 
referentes a su última enfermedad, la que lo llevó a la muerte. 
Prolegómenos. El 17 de octubre de 1870 el presidente de México, Lic. Benito Juárez, a la edad de 64 años, 
presentó un cuadro patológico, al que los periódicos denominaron “congestión cerebral”, que motivó severas 
dudas y comentarios en sus familiares, amigos, autoridades públicas y población en general. En la Cámara de 
Diputados hubo serios temores, sus integrantes solicitaron al diputado michoacano, Dr. Francisco Menocal 
visitara al Sr. Juárez en su domicilio para valorar su enfermedad. El Dr. Francisco Menocal se trasladó a la 
hoy calle de Serapio Rendón, entonces zona alejada del centro de la ciudad de México, revisó al primer 
mandatario, encontró que su estado era grave, sus pulsaciones estaban disminuidas, eran de treinta por 
minuto, después de reposar y dormir unas cuantas horas las pulsaciones del presidente ascendieron a setenta. 
Dos días después el Sr. Juárez había mejorado notablemente. Inicialmente se diagnosticó “congestión 
cerebral”, posteriormente “parálisis del gran simpático”. El cuadro repitió una semana después, el 24 de 
octubre, fue menos grave. 
Visitas médicas y tiempos difíciles. Durante el citado mes de octubre y durante varias semanas el Dr. 
Rafael Lucio (1819-1886) se ocupó de atender al presidente, lo visitaba en Palacio Nacional.1 
En enero de 1871, murió Margarita Maza, esposa del Lic. Benito Juárez, el presidente fue afectado 
emocionalmente,2 pocos meses antes había sido reelecto para el cargo, hubo severas críticas políticas por el 
acontecimiento, señalándose manipulaciones. 
Angina de pecho. Dieta singular. El 20 de marzo de 1872, precisamente un día antes de su cumpleaños, el 
Lic. Benito Juárez presentó un problema médico, el Dr. Ignacio Alvarado (1819-1886) diagnosticó angina de 
pecho, pero hubo mejoría y transcurrieron varias semanas sin trastornos. El 8 de julio presentó molestias, y se 
prescribió una dieta de: “vinos, media copa; jerez, Burdeos, pulque; sopa, tallarines, huevos fritos; arroz; salsa 
picante de chile piquín; bistec; frijoles; fruta y café, para ingerirse entre una y dos de la tarde. En la noche, a 
las nueve, una copa de rompope, copa chica.3 
El Dr. Alvarado era juarista, años atrás había dejado de ejercer en su consultorio privado y suspendido sus 
clases en la Escuela de Medicina, para acompañar a Benito Juárez en su peregrinación por el país. 
A las puertas de la muerte. El fallecimiento. Diez días después de las molestias anteriores, el 18 de julio de 
1872, el Dr. Lic. Benito Juárez moriría. Una importante referencia es el testimonio “talentoso” del Dr. Ignacio 
Alvarado, que expresó: “Serían las once de la mañana de aquel luctuoso día, cuando un nuevo calambre 
dolorisísimo del corazón lo obligó a arrojarse a su lecho, no se movía ya, el corazón latía débilmente, su 
semblante se demudó, cubriéndose de las sombras precursoras de la muerte, y en lance tan supremo tuve que 
acudir contra mi deseo a aplicar un remedio muy cruel, pero eficaz; el agua hirviendo sobre el corazón...”.4 
El grito de agonía. El “tratamiento” provocó que el presidente se quejara violentamente, dijo: “Me está 
usted quemando”. El Dr. Alvarado contestó amablemente: “Es intencional, así lo necesita usted”. Hubo cierta 
tranquilidad durante cerca de dos horas, se repitió el cuadro, repitió el “tratamiento”, pero no hubo respuesta, 
las fuerzas de Benito Juárez estaban agotadas. 
Últimas audiencias. Durante las últimas horas de vida del Lic. Benito Juárez, con la salud sensiblemente 
quebrantada, el Secretario de Relaciones insistió en una audiencia, tenía un problema importante que tratar, 
fue recibido, el funcionario no se enteró de la enfermedad mortal. Poco después recibió a un general, al que 
dio instrucciones. Benito Juárez estaba lúcido, presentía que había llegado al final de su destino, continuaba 
trabajando. Procedía de una cultura en que el sufrimiento se oculta. 
Noticias difusas. En las horas finales de Benito Juárez se le hizo saber al pueblo y a los colaboradores y 
amigos del Presidente que padecía reumatismo en una rodilla. Sin embargo hubo que rectificar pues se 
propagaron rumores infundados en el sentido de que su muerte se debía a un envenenamiento; las versiones se 
desmintieron al elaborarse y darse a conocer el acta de defunción, documento que fue firmado por los 
doctores: Ignacio Alvarado, Gabino Barreda y Rafael Lucio Diez, los firmantes indicaban que la causa de 
muerte era neurosis del gran simpático, se elaboró el acta en la casa que entonces habitaba Benito Juárez, en 
la calle de Moneda, en el número 1 al lado de Palacio Nacional. 
Versión fiel del acta de defunción. Una anotación en el ángulo superior izquierdo manifestaba: “No. 1218. 
Mil doscientos diez y ocho. Benito Juárez: Neurosis del gran simpático. De orden superior. Sin derechos”. El 
cuerpo del acta expresaba lo siguiente: “En la ciudad de México a las diez de la mañana del día diez y nueve 
de julio de mil ochocientos setenta y dos ante mí, Francisco J. Ruíz, juez 3º del estado civil de esta capital, 
compareció el C. Benito Juárez Maza, hijo natural de Oaxaca, de diecinueve años, soltero, estudiante y con 
habitación en el número uno de la calle de Moneda, y expuso que: a las once y media de la noche de ayer en 
su dicha casa, falleció de neurosis del gran simpático, el padre del compareciente , el C. Benito Juárez 
Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, natural de San Pablo Guelatao en el estado de 
Oaxaca, de sesenta y seis años de edad, siendo abogado y con habitación en la referida casa, hijo legítimo 
del C. Marcelino Juárez y de doña Brígida García, ambos difuntos. Se inhuma su cadáver en el Primer Patio 
del Panteón de San Fernando. Son testigos los C. C. Pedro Santacilia, hijo político del finado, natural de 
Santiago de Cuba, de treinta y ocho años, casado, literato y vive en la misma casa; y Manuel Dublán, 
concuño del finado, natural de Oaxaca, de cuarenta y un años, casado, abogado y habita en el número 
treinta y nueve de Santa Teresa la Antigua. Con lo que termino esta acta que se levantó en la propia casa 
mortuoria, a donde se trasladó el Juzgado en vista de la comunicación de esta fecha por el C. Gobernador 
del Distrito, la cual se archiva bajo el número de esta acta lo mismo que los certificados expedidos por los 
médicos de cabecera, C.C. Ignacio Alvarado (sic), Gabino Barreda, y Rafael Lucio. Doy fe, así como de que 
se dio lectura a la presente y estuvieron conformes”. Al finalizar el documento aparecen las firmas de: J. 
Ruiz, Benito Juárez Maza, M. M. Dublán. 
Versiones periodísticas. El periódico “El Federalista”, publicación literaria y política, del 19 de julio de 
1872 publicó una nota titulada: “Sobre enfermedad y muerte del Presidente de la República Don Benito 
Juárez”, que expresaba lo siguiente: “Según los datos sacados padecía de neurosis crónica del gran 
simpático el día 17 de julio a las 7 A.M. Ese día a las 10:30 P.M., sintió náuseas, el siguiente día experimentó 
malestar y un poco cansado presentó durante el día dolores de opresión en el pecho que le impedía respirar; 
a las 7 P.M., se postró en cama, su mal lo venció desde ese momento empeorando cada vez más, que después 
de un síncope lo examinó el Dr. Alvarado, médico de la familia, el cual manifestó sus temores a la familia, 
que le quedaban tres horas de vida”. 
“Desde ese momento aumentaron los dolores y no había posibilidad de calmarlos por medio de pocionesinternas porque el Señor Juárez tenía violentas náuseas; se recurrió a inyecciones locales de Solución de 
Morfina, sobre el lado izquierdo del pecho”. 
“El Presidente le pidió a un criado que le comprimiera con la mano el lugar donde sentía el dolor que 
padecía atrozmente el señor Juárez, pero no tenía conciencia de su fin próximo. Se recostó en su cama a las 
11:25 P.M., por el lado izquierdo descansó su cabeza sobre su mano, no volvió a hacer movimiento alguno, 
sin agonía, sin ningún padecimiento aparente exhaló su último suspiro”. 
“Esperaban que fuera un síncope, el doctor Barrera incendió un fósforo y lo acercó a los ojos del señor 
Juárez para ver si la intensidad de la luz imprimía movimientos a las pupilas, no quedaba esperanza, el Sr. 
Juárez había muerto, el 18 de julio de 1872, a las 11:25 P.M.” 
El periódico “Tiempo de México” en su edición del 19 de julio de 1872, en un artículo que se titulaba 
“Murió el presidente Juárez”, en la parte inicial señalaba que el presidente B. Juárez había fallecido el día 
anterior a las once y media de la noche, víctima de angina de pecho, siendo atendido por su médico de 
cabecera Ignacio Alvarado, quien declaró “Después de esa crisis el Presidente se incorporó del lecho y 
reposó en un sillón. En la tarde recibió al ministro de Relaciones, que desde en la mañana insistía en verlo, y 
poco después a un general con quien discutió planes militares. Después el señor Juárez volvió al lecho donde 
falleció cinco horas después”.6 
En 1887 Porfirio Díaz mandó colocar una placa en la recámara donde el mandatario falleció, indicaba la 
causa de la muerte y la hora. 
A la muerte de B. Juárez tomó el mando de la nación Sebastián Lerdo de Tejada, Presidente de la Suprema 
Corte, y el 1º de diciembre de 1872, como presidente electo.7 
Los restos del Lic. Benito Juárez reposan en el Panteón de San Fernando en la Ciudad de México en 
compañía de los de su esposa, Margarita Maza de Juárez. 
 
Referencias 
 
 1. Novo S. Los tratamientos médicos de Benito Juárez. Médico Moderno. México. Septiembre de 1972, p. 26. 
 2. González Plata R. Juárez y su médico. Prensa Médica Mexicana. Año XXXVII. Nos. 11-12 Noviembre-Diciembre. México, 1972, p. 
418. 
 3. Novo S. Ibidem, p. 26 
 4. Alvarado I. La muerte de Juárez. Relato de su médico de cabecera. Prensa Médica Mexicana. Año XXXVII. Nos. 7-8, Julio-Agosto, 
México, 1972, p. 252. 
 5. El Federalista. Sobre enfermedad y muerte del Presidente de la República Dn. Benito Juárez. México, D. F., 19 de julio de 1872. 
 6. Tiempo de México. Murió el presidente Juárez. México, D. F., 19 de julio de 1872. 
 7. Vasconcelos J. Breve Historia de México. Editorial Trillas. México. 1999. p. 298

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