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Análisis del discurso - Análisis crítico del discurso y Teoría de los Discursos Sociales (Verón, Van Dijk)

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1) El Análisis Crítico del Discurso es una perspectiva de investigación que tiene por objetivo denunciar los modos en que el abuso de poder es practicado para dominar e influir a la población, generando desigualdades y asimetrías; dicho abuso de poder está íntimamente ligado a los discursos, porque es en ellos donde los grupos poderosos ven la posibilidad de influencia. El ACD propuesto por Van Dijk está focalizado en la estructura del texto y el habla, poniendo el ojo en el análisis de la conversación, la retórica, la lingüística, entre otros, con el objetivo de estudiar cómo el discurso está involucrado en la reproducción de poder social: “Argumentan que la ciencia, y especialmente el discurso académico, son inherentemente partes de la estructura social, por la que están influidos, y que se producen en interacción social” (Van Dijk, p. 2).
En este sentido, el ACD tiene una aproximación “funcional”, ya que intenta explicar el uso del lenguaje y los discursos relacionados a las problemáticas sociales, políticas y culturales, sosteniendo que la investigación debe ser multidisciplinar ya que el lenguaje está atravesado por dimensiones emocionales, sociales, políticas y, por sobretodo, históricas. Así, los principales ejes del análisis crítico son: el tratamiento de problemas sociales; el planteamiento de que las relaciones de poder son discursivas; la capacidad del discurso de construir una sociedad y una cultura, su capacidad de dar formas de pensar e interactuar, también de ser histórico por tener raíces y antecedentes; además de que el enlace entre texto y sociedad es mediato, en virtud de un discurso que genera interacción y acción; el ACD es interpretativo y explicativo porque requiere de una interpretación de los discursos para poder explicar sus trasfondos, técnicas, entre otros.
En este sentido, su objeto de estudio se relaciona con la búsqueda de respuestas a las preguntas: 
¿Cómo los grupos poderosos controlan el discurso? Porque el ACD entiende que hay una hegemonía en las relaciones sociales: “Los grupos tienen (más o menos) poder si son capaces de controlar (más o menos), en su propio interés, los actos y las mentes de los (miembros de) otros grupos” (Van Dijk, p. 5).
¿Cómo tal discurso controla la mente y la acción de los grupos menos poderosos, y cuáles son las consecuencias de este control? Esta pregunta tiene como meta analizar las relaciones de asimetría que pueden conducir a desventajas que dan lugar a injusticias sociales.
¿Cómo son capaces los grupos dominantes de establecer, mantener y legitimar su poder, qué recursos discursivos se despliegan en dicho dominio?
El Análisis Crítico de los Discursos elaborado por Van Dijk no es una dirección específica de investigación porque no posee un marco teórico unitario, ya que varía en sus conjuntos teóricos y conceptuales, además, es indiscutiblemente la mirada que los analistas críticos, que pretenden contribuir al cambio social, teórico y analítico, proporcionan para el análisis de estructuras y estrategias de texto, valiéndose de diferentes técnicas. Así, los analistas poseen posiciones explícitas sobre los combates sociales y políticos.
2) La Teoría de los Discursos Sociales de Eliseo Verón es una metodología científica que estudia los fenómenos sociales entendidos como procesos de producción de sentido, es decir, intenta explicar los fenómenos de la vida social según las condiciones sociales productivas, el sentido que produce, cómo lo produce y cómo lo pone a circular: “La teoría de los discursos sociales es un conjunto de hipótesis sobre los modos de funcionamiento de la semiosis social” (Verón, p. 1). Esto remite a la idea de la interacción social como un proceso que establece significantes: “productividad de sentido”. Así, el autor de TDS va a recuperar dos problemas centrales que refieren a la materialidad del sentido y a la construcción de lo real en la red de la semiosis. De esta forma, Verón va a plantear una doble hipótesis: toda producción de sentido es social, y todo fenómeno social es un proceso de producción de sentido; esta doble hipótesis parte de que las ciencias sociales suponen que los fenómenos sociales son significantes, pero no se cuestionan acerca de cómo se comporta ese sentido en dicho problema.
En este plano, la teoría sostiene que toda producción de sentido tiene una manifestación material (TDS analiza producción de lo real por delante de la subjetividad), para lo que el autor plantea que es necesario tomar en cuenta que todo sistema productivo dejó huellas en los productos (que tendrán una materia significante), y por ello, es necesario analizar los productos para reconstruir los procesos por los cuales pasó dicho producto hasta llegar a materializarse: “Analizando productos, apuntamos a procesos” (Verón, p. 1). Así, podemos ver cómo TDS tiene por objetivo dar cuenta de la complejidad y multiplicidad de dimensiones de los procesos de producción discursiva y sus efectos de lectura, es decir, pretende mostrar que a partir de diversas técnicas discursivas, un discurso se convierte significativamente en material de lo real, produciendo de esta forma, y a la vez, otros discursos: la semiosis infinita, donde los metadiscursos son aquellos discursos que sirven para dar origen a otro discurso, proceso que jamás acaba; así, el analista va a “salir de esa red” para desmontar operaciones de producción y reconocimiento de discursos. 
Entonces, los principales ejes de la Teoría de los Discursos sociales de Verón serán: la concepción del texto como materia significante, es decir, como producción de sentido, donde el discurso es un abordaje parcial del texto; el análisis de productos con el objetivo de desmontar los procesos; capta que todo proceso de producción deja huellas en los productos; se valdrá de un análisis comparativo, donde se relacionan fenómenos interdiscursivos; habrá varias dimensiones de análisis, entras las que se encuentran tipo, soporte, dispositivo, género y estilo; la ideología y el poder son dimensiones constitutivas de todo discurso pero no todos los discursos son ideológicos. Estos ejes actuarán en todos los discursos, desde simples palabras hasta cosas. 
Para poner en funcionamiento estos ejes, la metodología de Verón partirá de la concepción de todo producto como paquete de materia significante, que estará cargado de sentido el cual será útil para inferir procesos. Es a partir del estudio de estos productos, que aparecen en los soportes, que se podrán reconstruir los procesos. Para estudiar los productos, Verón analizará las condiciones productivas, que serán de dos tipos: la restricción de generación, es decir, el marco o las reglas bajo las cuales puede producirse un discurso; y las restricciones de recepción, es decir, las condiciones de reconocimiento, aquello que dicta que puede producirse un efecto y no otro. Así, el análisis de los discursos tendrá por punto de partida: que las relaciones que los discursos establecen son siempre con otros discursos (relación materialidad-proceso), que el metadiscurso establece las condiciones de producción, describir las huellas de las condiciones productivas (aquello que se tiene que dar para que se produzca un discurso), que el análisis no es interno, porque no hay un sentido intrínseco, ni externo, porque no se puede salir de la red social: “La primera condición para poder hacer un análisis discursivo es la puesta en relación de un conjunto significante con aspectos determinados de esas condiciones productivas” (Verón, p. 3) 
En este sentido, el objeto está dentro de un sistema de relaciones, aquellas cosas que se repiten con periodicidad y que, a lo largo del tiempo, forman gramáticas de reconocimiento, compuestas por reglas que describen “operaciones de asignación de sentido” (Verón, p. 4) que se reconstruyen a partir de marcas en las materias significantes.
3) Decir que la semiótica de Verón tiene una vocación translingüística hace referencia al concepto de discurso que establece una ruptura con la lingüística, siendo esta carente de las herramientasnecesarias para comprender los orígenes de la lengua y el funcionamiento de los discursos en el lenguaje; TDS supera a la lingüística en el sentido que ofrece una explicación que da lugar a la interacción social, fundando un plano semiótico que va más allá del análisis de la lengua como discurso, para poner el ojo en otras formas de discurso como las imágenes y los gestos. Asimismo, el nuevo concepto de “discurso” abre la posibilidad a una reformulación conceptual que, a la vez, rompe también con el modelo binario de Saussure, siendo este insuficiente para explicar las particularidades del discurso y las dimensiones en que este se formula por su lejanía con la productividad del sentido; en ese plano, Verón apuesta por un pensamiento ternario sobre significación, teniendo como base a Peirce, pero incorporando los fenómenos sociales y su relación en la significación de los discursos. 
Sin embargo, Verón asegura que es fundamental el saber lingüístico como punto de partida para el análisis del universo que envuelve a los discursos: “El hecho de que el saber lingüístico es indispensable para una teoría de los discursos sociales” (Verón, p. 13). Dando cuenta así, que es necesaria la lingüística como base, pero no es suficiente para la metodología científica de Verón.
4) La diferencia entre la TDS de Verón, y el ACD de Van Dijk es, como base, su tipo de análisis: mientras que ACD es una perspectiva de investigación que se nutre de diversas técnicas para demostrar su hipótesis, TDS es una metodología científica que se compone por una única forma de dar cuenta de su hipótesis. En este sentido, la primera busca denunciar los abusos de poder en los discursos de los grupos dominantes, mientras que la segunda solo se centra en el análisis de esos discursos (políticos, sociales, institucionales) y todos los demás que lo rodean; así, el campo de acción de ACD incluye discursos de poder, políticos, de medios de comunicación, estudios feministas, análisis del etnocentrismo, antisemitismo, racismo y otras relaciones de poder inferiores como: médicos-pacientes, jueces-fiscales, instituciones educativas-alumnos, negocios y corporaciones. Mientras que el campo de acción de ACD es el universo discursivo en sí, que incluye todos los anteriores discursos y lo que los acompañan (imágenes, gestos, textos, metadiscursos). 
De esta forma, ACD analizará el uso de los lenguajes según su estructura del texto y el habla, mientras que TDS pondrá en relación esa estructura con la interacción social, bajo la hipótesis de que se crearán significantes (producción de sentido). Asimismo, ACD solo intentará explicar el uso del lenguaje y los discursos, y TDS pondrá sobre la mesa la producción de sentido y el proceso por el cual este fue formado, entendiendo que los discursos se forman bajo normas de producción. 
Para lograr su objetivo, el cual para ACD es la puesta en evidencia de las relaciones de poder y cómo estas logran influir en los grupos menos dominantes, mientras que el objetivo de TDS es la observación del vasto y complejo universo que da origen a los procesos de producción discursiva y sus efectos; la investigación de Van Dijk será de carácter multidisciplinar, ya que va más allá de la dimensión cognitiva para tomar también las dimensiones emocionales, sociales y políticas. En cambio, la metodología de Verón partirá de la base de la lingüística, pero se caracterizará por ser translingüística, debido a su necesidad de analizar mucho más que la lengua, incorporando la interacción social en el análisis de producción de sentidos, y prestando atención a todo lo que contenga materialidad: “lo real”. 
En este sentido, los investigadores de ACD deberán asumir posiciones explícitas sobre los asuntos sociales y políticos con el objetivo de denunciarlos y generar un cambio social; en tanto que los analistas de la TDS deben “salir de la red” para reconstruir el proceso por el cual se produce sentido en los discursos, desmontando los mecanismos de producción: el análisis de la TDS siempre será comparativo para poner en relación los fenómenos interdiscursivos.
De esta manera, un análisis ideológico para ACD es el análisis de las formas de control que operan en un contexto (espacio-tiempo, participantes y sus roles, representaciones mentales, conocimientos, opiniones, y actitudes) y que trabajan a favor de los intereses del grupo dominante; el análisis ideológico toma al discurso como primera forma de poder mayor, que controla las mentes de la gente para reproducir dominio y hegemonía. En cambio, el análisis ideológico para TDS es el análisis del sistema de relaciones que se dan en un discurso, con sus respectivas condiciones de producción, para la producción de sentido; es decir, consiste en el análisis de las huellas que hay en los discursos (entiendo a huellas como condiciones sociales de producción), donde el “poder” son los efectos de ese sistema de relaciones. 
5) La propuesta teórico-metodológica de Verón se relaciona con el trabajo final del teórico porque se trata de aplicar la metodología en que se analizan las condiciones de producción bajo las categorías de dispositivo, soporte, género, estilo para dar cuenta de las huellas que dejaron los metadiscursos en aquel paquete de materia significante (corpus). En este sentido, es la búsqueda de metadiscursos que van a permitir identificar regularidades y diferencias en el corpus, sobre las cuales se basaron para dar origen a los discursos.

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