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A M C Una epoca en disputa - Solange Galarza

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Análisis del Mundo Contemporáneo
Alumnas: Galarza, Solange ; Tidona, Fiamma
Profesora: Di Tullio, Rosa 
Texto: “La década en disputa”
Actividades
1) ¿Por qué el autor la llama una década en disputa? 
El autor llama al artículo “una década en disputa” porque presenta todos los cambios sociales políticos y económicos que se dieron durante esos años. Además, nos presenta, la evolución de las luchas sociales de Argentina en relación con las transformaciones ocurridas en dicho periodo en el contexto político y económico, analizando el comportamiento de trabajadores ocupados y desocupados así como también el proceso de recuperación de empresas, de luchas en defensa del medio ambiente, movilizaciones en demanda de defensa y el conflicto desarrollado entre el Gobierno nacional y los propietarios agropecuarios.
2) ¿Cómo vivió la sociedad Argentina durante estos periodos? 
La sociedad Argentina vivió una serie de transformaciones de gran importancia, ya que ingresó al año 2000 en una grave crisis política y económica, dónde los índices de desocupación, pobreza e indigencia se incrementaron significativamente y dónde pasaron por cinco presidentes, en tiempo récord de dos semanas. Luego de esto el país experimento una recomposición institucional, política y económica dónde a finales de la década la sociedad ingreso en una nueva crisis política, de menor importancia a la anterior, y en un proceso de desaceleración del crecimiento económico. En paralelo, la protesta social generalizada y el heterogéneo proceso de autonomización que caracterizaron a la lucha social durante los momentos más intensos de la crisis evolucionarán, a partir de la recomposición institucional, hacia una conflictividad de carácter menos intensa, más institucionalizada y con un renovado protagonismo del movimiento de los trabajadores organizados. 
3) Describe las características principales. 
Las principales características de la periodización asociadas a la conflictividad social
En el primer periodo, situado hasta 2002, se caracteriza por el agotamiento del modelo resultante de la reestructuración capitalista regresiva de los noventa, denominado neoliberal por la doctrina que lo nutrió, y el desarrollo de una inusitada crisis que se generalizó en todo el orden social. La agudización de la crisis promoverá la renuncia del gobierno de Fernando De la Rúa en un contexto de saqueos y protestas generalizadas. Este período está caracterizado por el malestar y la protesta social generalizada y creciente, la emergencia de nuevos movimientos sociales y el desarrollo de otros movimientos surgidos previamente como los movimientos de trabajadores desocupados o piqueteros. Se desarrolla un proceso de autonomización de diferentes personificaciones sociales que no están dispuestas a delegar la defensa de sus intereses en las heteronomías políticas y sociales y en los canales institucionales. El desarrollo inusitado de la acción directa es un claro indicador de este proceso. Es un período caracterizado también por el enfrentamiento a procesos expropiatorios y sus resultantes en distintas dimensiones. La creciente politización del país se va a expresar en demandas de cambios económicos y políticos.
El segundo periodo se delimita entre 2003 y 2007, está contextualizado por el desarrollo y la consolidación del proceso de recuperación económica y de recomposición política iniciado a mediados de 2002. La descomposición del anterior modelo de acumulación abre espacio a una situación de disputa en la cual la expansión productiva desplaza al anterior peso de la valorización financiera y, dentro de ella, la industria y el agro ganan peso frente al sector de servicios. En el campo político, se consolida una nueva alianza social en el gobierno del Estado nacional que produce rupturas políticas y económico-sociales significativas con los gobiernos de la década anterior. Con el correr de los años, se producirá un cambio en la morfología de las luchas populares. Ante el nuevo contexto, algunos actores del período anterior tenderán a desaparecer las asambleas barriales. Reemergerá con nuevo protagonismo el movimiento obrero y sindical. La lucha se desplazará de enfrentar procesos expropiatorios a la confrontación de las condiciones de explotación de la fuerza de trabajo. Además, se produce una marcada Institucionalización de las acciones de lucha. No obstante, la acción directa seguirá siendo significativa, sobre todo para actores no institucionalizados. También emergen nuevos movimientos sociales, como los movimientos contra la inseguridad, o los socioambientales, mientras que el movimiento por los derechos humanos renueva su dinámica de movilización. 
El tercer y último periodo, en 2008, es un nuevo período en la evolución de la conflictividad social. Estará caracterizado por una ralentización del crecimiento económico y el desarrollo de una crisis política de la alianza en el gobierno. Nuevamente crecen las acciones de lucha y la propensión a la acción directa, pero la novedad será su conducción por sectores de la burguesía en sus diferentes personificaciones sociales. Emerge una renovada politización del conflicto que tiende a polarizarse a favor o en contra del gobierno nacional. En particular, el denominado conflicto del campo expresará un intenso proceso de autonomización y movilización personificado centralmente por corporaciones con metas regresivas en lo político y lo económico. Aún en desarrollo, la duración y características de esta etapa dependerán de la evolución económica, la dinámica de las confrontaciones políticas y la capacidad del sistema político para procesar institucionalmente a estas últimas.
4) Analizar la evolución de los movimientos de trabajadores desocupados
Los movimientos y organizaciones de desocupados, conocidos popularmente como “piqueteros”, experimentaron transformaciones y cambios profundos, atravesando momentos de movilización, rearticulación de fuerzas y reacomodamientos ante el escenario planteado por los nuevos actores de la esfera política. Al iniciar esta década las distintas organizaciones se encontraban fortalecidas y lograron personificar a sectores pauperizados de la clase trabajadora en procura de la mejora de sus condiciones de vida. Se enfrentaban a los efectos del proceso expropiatorio sobre la fuerza de trabajo resultantes de la restructuración capitalista que se destacó en esta década. Su meta originaria fue el reclamo por trabajo genuino, pero, ante la falta de respuestas del Estado, esta demanda comenzó a ser desplazada por los planes laborales y sociales que el gobierno estaba más dispuesto a otorgar. Inscriptas en una lógica de movilización y protesta propia, que encontraba en el corte de vías de tránsito su herramienta emblemática, nutrieron sus filas de la existencia creciente de trabajadores desocupados sin posibilidad de verse representados sindicalmente y del debilitamiento de las redes de los partidos políticos tradicionales en los barrios populares. En este contexto, las organizaciones piqueteras se transformaron en un verdadero lugar de contención y diálogo, de intercambios y resistencia, de elaboración de proyectos comunitarios y de puesta en práctica de estrategias de acción contra el hambre, la desocupación y la exclusión. La evolución de su accionar en las calles, varía en paralelo a los cambios en la situación política, económica y social. En los primeros años, la dinámica de movilización de las organizaciones piqueteras crece constante y significativamente hasta alcanzar su punto máximo de convocatoria en 2002. Este momento de gran movilización y capacidad de articular con otros sectores sociales en pos de sus reivindicaciones particulares y de metas políticas más trascendentes es también el período en el cual comienzan a intensificarse las contradicciones al interior del movimiento. Hasta la crisis de 2001, aun en la marcada heterogeneidad política e ideológica que expresaban las Organizaciones, existían tendencias convergentes en la dinámica de confrontación que hacían posible hablar del movimientopiquetero. A medida que fue cambiando la situación económica y política, las contradicciones al interior del movimiento se acrecentaron. En 2003 el movimiento piquetero se encontraba fuertemente establecido en la lógica de movilización y conflicto, aunque su capacidad de convocatoria comenzaba a declinar. Su principal forma de lucha , comenzaba a impacientar y desarrollar malestar en sectores de capas medias urbanas que otrora prestaran un limitado apoyo y cierta tolerancia. Los piqueteros debieron soportar en aquellos días la más dura oposición mediática a sus prácticas de lucha. Sin embargo, aun sin alcanzar la intensidad de 2002, las acciones de lucha de estas organizaciones mantuvieron un fuerte nivel. Recién a partir de 2005 el cambio de etapa impactará cuantitativamente en sus acciones de protesta, iniciándose un marcado y sostenido descenso hasta alcanzar prácticamente un estado de desmovilización en 2007.
5) ¿Cuáles fueron los conflictos que tuvo el campo? 
El conflicto que tuvo el campo, logró politizar, movilizar y polarizar a la sociedad como ningún otro durante esta década. En marzo de 2008, la presidenta Cristina Fernández decide elevar la alícuota de retenciones a la exportación de diversos granos, en especial a la soja, y vincular su variación a la del precio internacional de los productos. Esta medida se da en un contexto de elevada rentabilidad de ventas al exterior, alterando la rentabilidad futura. Antes estás medidas corporativas de los propietarios y patrones del agro se unifican en reclamo de la derogación de la medida. La Sociedad Rural Argentina, las Confederaciones Rurales Argentinas, la Federación Agraria Argentina y la Confederación Intercooperativa Agropecuaria deciden no comercializar granos ni carne estableciendo cortes de ruta para garantizar la efectivización de la medida generando un intenso conflicto en el cual los propietarios agrícolas, a semejanza de diversos movimientos sociales de los sectores populares, van a centrar su movilización en la acción directa y en la práctica asamblearia. Este conflicto unificará a los distintos estratos de la propiedad rural tras un proyecto hegemonizado por sus sectores más concentrados. . El conflicto del campo se fue convirtiendo en una disputa por la direccionalidad política del país. La lucha contra las retenciones involucró y alineó al conjunto de la población, conformando una dualidad de poder que paralizó al país y desabasteció a los principales centros urbanos. El conflicto expresó el más intenso proceso de movilización posterior a 2001. Pese a la masividad de sus movilizaciones, la fuerza liderada por el gobierno no logra contar con una adhesión espontánea de la sociedad. La falta histórica de una propia política organizativa y la carencia de coherencia política en su determinación reformista le restan claridad y consistencia en los sectores populares. La derrota en las calles precede y se articula con la derrota institucional y la medida no logra contar con la adhesión del Congreso Nacional, votando el propio vicepresidente en su contra. Se inicia así un nuevo período de crisis política, con un gobierno debilitado por las fuerzas políticas y sociales regresivas.
6) ¿Cuál fue el impacto que tuvo la lucha socio-ambiental?
El impacto que tuvo fue muy importante ya que había una lucha en contra de la instalación de papeleras en Fray Bentos, Uruguay. 
La extensión implicó un gran proceso expropiatorio de los recursos naturales causando un gran problema en el medio ambiente, contaminación y el gran uso de otros recursos naturales que alteraron la ocupación económica como las agropecuarias y turísticas.
La defensa de los movimientos y empresas no pudo detener la expansión capitalista, aunque se plantearon varias “fronteras” obligando a las organizaciones y gobierno a tener que solucionar esto hubieron diferentes enfrentamientos en territorios por diversas alianzas sociales, que lograron éxitos parciales, como la no apertura de minas en la ciudad de Esquel en el año 2003 leyes limitativas de la minería en las provincias de Chubut en 2003, Río Negro en 2005, La Rioja, Tucumán, Mendoza y La Pampa en 2007, Córdoba y San Luis en 2008, y la conformación de una red de territorios en resistencia la Unión de Asambleas Ciudadanas que se articularon y coordinaron acciones de diverso tipo; Gracias a la resistencia contra la minería se obtuvo un gran triunfo en las provincias con más heterogeneidad social económica y cultural 
 La lucha socioambiental tuvo que resistir el poder de la minería en combinación con el poder político local y esto fue lo más desfavorable.
 Otro problema que instaló socioambiental ha sido el protagonizado por la asamblea ciudadana ambiental de Gualeguaychú en 2005, tras una gran movilización contra la instalación de 2 fábricas papeleras en metrópoli de Fray Bentos, en la República Oriental del Uruguay. 
 El problema que consiguió instalar socialmente a grado nacional, fue la contaminación que podían crear dichas plantas, basado en una fuerte movilización y recurrencia a la acción directa 
El desplazamiento causó que el régimen nacional se posicionara sobre el asunto recurriendo a tribunales mundiales y que procurara revertir y/o cambiar la instalación y manejo de las plantas. Como consecuencia del proceso, se hizo evitar la instalación de una de las mismas.
7) Realiza un análisis interpretativo de lo leído con una conclusión final.
En el texto “Una década en disputa” podemos observar cómo se abordan las evoluciones de las luchas sociales en argentina, estas fueron ocurriendo en un determinado contexto político y económico. Podemos observar como con cosas emblemáticas da ejemplos claros que fueron apareciendo durante el texto. 
Vemos cómo va relacionando las luchas sociales con la defensa del medioambiente. Hablando particularmente de argentina nos muestra cómo la crisis política impacta en la economía y en el ambiente, y puede observar el crecimiento de las luchas sociales en los años 2000 con las transformaciones políticas, económicas y sociales ocurridas. 
Asimismo, se analiza la evolución de las movilizaciones y protestas de los trabajadores asalariados ocupados y los desocupados. Por otra parte, se analizan procesos considerados de gran importancia como las recuperaciones de empresas, los movimientos socio-ambientales y los procesos de movilización con carácter social regresivo. Por último, se proponen preguntas sobre el carácter social que expresa el desarrollo de las luchas y la totalidad social que estaban vinculadas a ellas, planteando presión y desafíos que se presentan en la mirada de la creación de una estrategia liberadora. En conclusión, el texto nos parece sumamente importante porque nos muestra la lucha de cada sector a nivel económico, social y ambiental, teniendo en cuenta las dificultades transitadas.

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