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PARTE VIII ENFERMEDADES DE LAS VÁLVULAS CARDÍACAS 1383© 2019. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos CLÍNICA PARA VALVULOPATÍAS, 1383 EXPLORACIÓN FÍSICA, 1384 Soplos cardíacos, 1384 Otros hallazgos cardiológicos, 1385 PRUEBAS DIAGNÓSTICAS, 1385 Pruebas de imagen, 1385 Pruebas de esfuerzo, 1385 Cateterismo cardíaco, 1387 PRINCIPIOS BÁSICOS DEL TRATAMIENTO MÉDICO, 1387 Prevención de la valvulopatía reumática, 1387 Profilaxis de la endocarditis, 1387 Prevención y tratamiento de la enfermedad arterial coronaria, 1387 Fibrilación auricular, 1387 Hipertensión, 1387 Disfunción del ventrículo izquierdo, 1387 Enfermedad aórtica, 1388 BIBLIOGRAFÍA, 1388 67 Abordaje de los pacientes con valvulopatías cardíacas CATHERINE M. OTTO Y ROBERT O. BONOW Los aspectos más importantes de la asistencia médica de los pacientes con una valvulopatía cardíaca (VC) son: 1. Diagnóstico exacto de la causa y gravedad de la VC. 2. Medidas para prevenir la disfunción valvular progresiva mediante la prevención de la fiebre reumática y la endocarditis. 3. Educación sobre la historia natural de la enfermedad, incluido el tipo esperado y el momento de aparición de los síntomas. 4. Prevención primaria y secundaria de la enfermedad cardiovascular (ECV) ateroesclerótica. 5. Evaluación médica y de imagen de intervalo para monitorizar la progresión de la enfermedad. 6. Reconocimiento y tratamiento rápido de los trastornos cardíacos asociados, incluidas fibrilación auricular (FA), hipertensión, enferme dad arterial coronaria (EAC), endocarditis y dilatación aórtica. 7. Momento óptimo de la intervención quirúrgica o con catéter para corregir o mejorar la disfunción valvular. Aunque la mayor parte de la atención se centra en el momento y el tipo de intervención, los otros aspectos de la asistencia médica convencio nal de estos pacientes posiblemente aporten un beneficio comparable o superior para mejorar la calidad y la duración de la vida. Como clínicos, seguimos a los pacientes con una VC durante muchos años antes y des pués de la intervención; la intervención quirúrgica o mediante catéter solo es un episodio (aunque importante) dentro del viaje médico de cada paciente. También es preciso plantearse que la mayoría de nues tras intervenciones generan al paciente una nueva enfermedad: una válvula protésica. Las intervenciones quirúrgicas o mediante catéter son tecnologías transformadoras, que evitan la muerte prematura y la discapacidad, pero los pacientes siguen teniendo una VC después de la intervención y van a seguir necesitando tratamiento médico, como se comenta en este capítulo. CLÍNICA PARA VALVULOPATÍAS La presentación clínica, el diagnóstico, la historia natural y el momento óptimo de las intervenciones de los pacientes con una VC dependen de la lesión valvular específica (v. capítulos 68 a 70). Sin embargo, muchos de los principios de la evaluación y el tratamiento médico de los pacientes son comunes a todos los pacientes con una VC. Actualmente estos pacientes se clasifican en función del estadio de la enfermedad, según estos criterios:1,2 Estadio A: pacientes con riesgo de desarrollar una VC. Estadio B: pacientes asintomáticos con una VC progresiva (gravedad leve a moderada). Estadio C: pacientes asintomáticos con VC grave, y función sistólica del ventrículo derecho o izquierdo normal (estadio C1), o función ventricular descompensada (estadio C2). Estadio D: pacientes sintomáticos con una VC grave. Los pacientes con una VC significativa se evalúan mejor en una clínica para valvulopatías cardíacas, que funciona como parte del equipo de valvulopatías (fig. 67-1), dada la complejidad diagnóstica y para la toma de decisiones en estos pacientes.3,4 Sin embargo, el diagnóstico inicial de VC depende de la detección por el profesional de asistencia primaria o el car diólogo general. Los pacientes con una VC pueden debutar con síntomas cardiológicos nuevos, pero con frecuencia el diagnóstico se establece en pacientes asintomáticos por la presencia de un soplo a la exploración física o por los hallazgos en la ecocardiografía realizada por otros motivos. ANAMNESIS En un paciente con una VC sospechada o confirmada, la anamnesis es el elemento más importante para el diagnóstico y la toma de decisiones clínicas (v. capítulo 10). La demografía del paciente aporta importante información sobre la probabilidad y el tipo de VC en función de la epidemiología de estos trastornos. Por ejemplo, un hombre joven asintomático con un soplo diastólico posiblemente tenga una válvula aórtica bicúspide; la gestante con insuficiencia cardíaca (IC) procedente de una zona endémica para la cardiopatía reumática posiblemente tenga una estenosis mitral (EM) reumática; un hombre de mediana edad con un soplo sistólico de tono alto y menor tolerancia al esfuerzo posiblemente tenga un prolapso de la válvula mitral (PVM); y el anciano con un soplo sistólico y una IC posiblemente tenga una estenosis aórtica (EA) calcificada. Factores de riesgo. Entre los posibles factores de riesgo de VC hay factores genéticos, clínicos e infecciosos. Aunque todavía no se han identificado las causas genéticas específicas, con frecuencia se encuen- tran antecedentes familiares en los pacientes con una válvula aórtica bicúspide o PVM y también en los pacientes con una VC secundaria a un trastorno del tejido conjuntivo, como el síndrome de Marfan. Los factores clínicos asociados a una enfermedad valvular calcificante abarcan la edad avanzada, el sexo masculino, la hipertensión, la hiperlipidemia, el tabaquismo, la diabetes y la insuficiencia renal.5 Solo aproximadamente un 50% de los pacientes con una valvulopatía reumática son conscientes de haber padecido una fiebre reumática, de forma que se debería descartar la valvulopatía reumática en todos los pacientes residentes en áreas de alta prevalencia de fiebre reumática6 (v. capítulo 74). Síntomas. Entre los síntomas causados por la VC están una IC franca, angina y síncope, aunque los síntomas iniciales suelen ser más sutiles con una menor tolerancia al ejercicio, mareo de esfuerzo o disnea. Dado que la VC típicamente progresa lentamente a lo largo de muchos años con cambios cardíacos adaptativos, los pacientes pueden reducir las actividades sin reconocer que las limitaciones se deben a un trastorno médico y por eso pueden negar la existencia de síntomas, aunque tengan una reducción grave de la capacidad de esfuerzo. Por el contrario, cuando se produce una insuficiencia valvular aguda por endocarditis, rotura de las cuerdas o disección aórtica, el paciente presenta síntomas agudos con shock cardiógeno, edema pulmonar o IC. Capacidad de esfuerzo. Los clínicos deberían pedir a los pacientes de forma específica que comparen su nivel actual de actividad física con los Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1384 EN FE RM ED A D ES D E LA S VÁ LV U LA S CA RD ÍA CA S VIII que tenían antes, para poder detectar una menor capacidad de esfuerzo en un paciente que aparenta estar «asintomático».7 Una anamnesis detenida y la educación del paciente sobre los síntomas que se esperan en la VC permite a muchos pacientes darse cuenta de que presentan los síntomas y referirlos en la visita de seguimiento. Si existen dudas sobre los síntomas, las pruebas de esfuerzo pueden ser útiles (v. capítulos 68 y 69). Otras consideraciones. La toma de decisiones clínicas en los pacientes con una VC implica numerosos factores además de la presencia y la gravedad de la VC. Por tanto, la anamnesis debería comprender los trastornos cardíacos y no cardíacos asociados, el estado funcional, la función cognitiva, el apoyo familiar y social y las preferenciasy valores del paciente. EXPLORACIÓN FÍSICA La exploración física es importante en los pacientes con una VC confirmada o sospechada (v. capítulo 10). Un soplo cardíaco es una característica que define la VC y la razón más frecuente para el diagnóstico inicial. Además, las discrepancias entre la exploración física y las pruebas diagnósticas obligan a realizar pruebas adicionales. Sin embargo, la fiabilidad de la exploración física para determinar la causa exacta y la gravedad de la VC es baja. Por tanto, aunque sea un reto intelectual auscultar un soplo, evaluar sus cambios con ciertas maniobras, etc., la auténtica utilidad de la exploración física es monitorizar el aspecto general del paciente, buscar signos de IC, evaluar la fragilidad, los niveles de actividad física y la función cognitiva y detectar hallazgos sugestivos de una enfermedad sistémica asociada a la VC. En la práctica clínica la amplia disponibilidad de la ecocardiografía garantiza un diagnóstico correcto de la anatomía y función valvular en todos los pacientes (v. capítulo 14). Soplos cardíacos Las características, la intensidad, la irradiación y los hallazgos asociados al soplo aportan datos útiles sobre cuál es la válvula afectada y si esta sufre estenosis o insuficiencia. Sin embargo, con pocas excepciones, los estudios clínicos han demostrado que la exploración física es poco fiable para valorar la gravedad de la VC y que sigue siendo poco fiable incluso en profesionales bien formados y entrenados. Por eso se recomienda realizar una ecocardiografía ante: 1) cualquier soplo asociado a síntomas cardíacos; 2) un soplo sistólico de grado 3 o más, y 3) cualquier soplo diastólico. Localización del soplo La localización de la pared torácica en la que el soplo es más intenso, la dirección de la irradiación, el momento de aparición del soplo y los cambios asociados en el primer y segundo tonos cardíacos guardan una estrecha relación con la anatomía y hemodi námica de la lesión valvular (fig. 67-2). Los soplos sistólicos se deben a una estenosis de una válvula semilunar (aórtica o pulmonar) o insuficiencia de la válvula auriculoventricu lar (mitral o tricúspide), en cuyo diagnóstico diferencial se incluyen otros flujos cardíacos sistólicos patológicos (p. ej., comunicación interventricular) (tabla 67-1). Los soplos diastólicos se deben a insuficiencia de una válvula semilunar (aórtica o pulmonar) o estenosis de una válvula auriculoventricular (mitral o tricúspide). Momento de aparición del soplo El momento de aparición y desaparición y los cambios de intensidad del soplo durante el ciclo cardíaco reflejan la hemodinámica de la válvula. Un soplo de EA comienza después del primer tono cardíaco (S1), aumenta de intensidad y luego disminuye con un pico en la mesosístole o al final de la sístole y termina antes del segundo tono cardíaco (S2). La analogía visual de este soplo en crescendo- decrescendo es un soplo en forma de rombo o de tipo eyección. Por el contrario, el soplo de la insuficiencia mitral (IMi) oculta los tonos S1 y S2 porque el flujo retrógrado a través de la válvula mitral comienza más pronto y termina más tarde que el flujo por la válvula aórtica. El soplo de la IMi típicamente tiene un tono uniforme desde el principio al final, un patrón llamado holosistólico. En pacientes con un PVM, el soplo de IMi puede aparecer solo al final de la sístole con un S1 claramente audible. Intensidad del soplo Los soplos suelen ser más intensos en la zona anatómica de la válvula afectada; por ejemplo, la parte superior del segundo espacio intercostal derecho en la base del corazón en el caso de la válvula aórtica y el ápex del ventrículo izquierdo (VI) para la válvula mitral. Las lesiones valvulares del lado derecho, pero no las del lado izquierdo, cambian de intensidad durante la respiración. En general, la intensidad del soplo se correlaciona con la gravedad; una EA más grave se asocia a un soplo más intenso en muchos pacientes, pero esta relación no es un indicador fiable de la gravedad del trastorno. Por ejemplo, un soplo de IMi puede ser intenso con una fuga valvular mínima, mientras que una EA grave puede tener un soplo suave si el gasto cardíaco es bajo o la transmisión a la pared torácica es mala. Irradiación del soplo Los soplos también pueden auscultarse distales a la lesión valvular, en general con menos intensidad. La «irradiación» de un soplo sigue la dirección del flujo de sangre. Los soplos de la EA se irradian hacia las arterias carótidas y los soplos de la IMi hacia la axila. Sin embargo, existe una amplia variabilidad en los datos de la exploración física. El soplo de la EA se irradia hacia el ápex en algunos pacientes, sobre todo ancianos (fenómeno de Gallavardin). El soplo de la IMi puede irradiarse hacia la espalda cuando el chorro de IMi se dirige en sentido posterior o superior si se dirige en este sentido. Cambios en el primer y segundo tonos cardíacos La relación entre el soplo de S1 y S2 y de los propios tonos entre ellos aporta también información sobre la existencia de una valvulopatía. En la EA, se reduce el componente aórtico de S2; la ausencia de un tono de cierre aórtico es un hallazgo sensible y relativamente específico en los pacientes con una EA grave. En la EM un chasquido de apertura suele preceder al soplo diastólico y el intervalo entre este chasquido y S2 refleja la gravedad de la obstrucción valvular. Otras lesiones valvulares se asocian a otros cambios (v. tabla 67-1). FIGURA 67-1 Funcionamiento de una clínica para valvulopatías avanzadas. Eco, ecocardiografía; RMC, resonancia magnética cardíaca; TC, tomografía computarizada; VC, valvulopatía cardíaca. (Tomado de Lancellotti P, Rosenhek R, Pibarot P, et al: ESC Working Group on Valvular Heart Disease position paper. Heart valve clinics: organization, structure, and experiences. Eur Heart J 2013;34:1597.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1385 A b o rd aje d e lo s p acien tes co n valvu lo p atías card íacas 67 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . Otros hallazgos cardiológicos La exploración de las venas del cuello resulta útil para estimar la presión de llenado de la aurícula derecha y detectar pulsaciones venosas anómalas, como la onda v causada por una insuficiencia tricuspídea, que se puede asociar al movimiento lateral de la cabeza con cada latido cardíaco en los casos graves. El impulso de la arteria carótida es oscilante en los pacientes con una insuficiencia aórtica (IA) grave y puede asociarse a una oscilación rítmica de la cabeza sincrónica con el latido cardíaco por un aumento de la presión diferencial (signo de Musset). El retraso en el inicio de la pendiente ascendente carotídea con una velocidad de elevación lenta en la sístole es específico de una obstrucción grave de la válvula aórtica. Sin embargo, este hallazgo no es sensible para detectar la EA porque las pulsaciones carotídeas pueden ser sutiles cuando aumenta la rigidez de los vasos o en la IA, aunque exista una EA grave. Otros componentes convencionales de la exploración cardiovascular en pacientes con una VC son la exploración pulmonar, abdominal y de las extremidades. PRUEBAS DIAGNÓSTICAS Las pruebas de imagen cardíacas son clave para el diagnóstico y tratamiento de los pacientes con una VC. La radiografía de tórax permite evaluar la descompensación aguda, pero no se suele emplear para el diagnóstico o la monitorización. El electrocardiograma (ECG) de 12 derivaciones y otros tipos de monitorización ambulatoria se emplean en el diagnóstico y tratamiento de las arritmias, igual que en todos los pacientescon una cardiopatía, pero el diagnóstico mediante ECG de la dilatación o hipertrofia de las cámaras ha sido sustituido, en gran parte, por la visualización directa.8 Pruebas de imagen Ecocardiografía (v. capítulo 14) La ecocardiografía es la principal modalidad diagnóstica para identificar la causa de la VC, la gravedad de la disfunción valvular, el tamaño del VI y la función sistólica, así como identificar otras alteraciones asociadas, como hipertensión pulmonar o aumento de tamaño de la aurícula izquierda.9 Los abordajes ecocardiográficos convencionales resultan adecuados para el diagnóstico inicial de una VC, pero para una evaluación y una cuantificación más precisas se necesita una experiencia superior. No todos los laboratorios de ecocardiografía o ecocardiografistas tienen la formación y experiencia suficientes como para poder realizar todas estas mediciones de forma fiable y por eso es mejor realizar las pruebas de imagen en un centro dedicado a la patología valvular cardíaca. Las técnicas de imagen avanzadas, incluidos los estudios tridimensionales y la visualización de la velocidad de tensión y la ecocardiografía transesofágica (ETE), han ampliado mucho las indicaciones clínicas de la ecocardiografía. Esta técnica resulta esencial para poder planificar bien el momento de la intervención quirúrgica o con catéter (v. capítulo 72) y para monitorizar la progresión del proceso (tabla 67-2). Resonancia magnética cardíaca (v. capítulo 17) La resonancia magnética cardíaca (RMC) permite medir de forma exacta y reproducible los volúmenes del VI y la fracción de eyección (FE), pero pocos profesionales utilizan este abordaje para predecir el pronóstico en los pacientes con una VC. La RMC permite medir también la IA y la IMi, algo que puede ser útil cuando la ecocardiografía no es diagnóstica o el grado de dilatación del VI parece desproporcionado para la gravedad de la insuficiencia. La RMC es menos útil para valorar la EA porque puede infravalorar la velocidad máxima. Sin embargo, la evaluación mediante RMC de la fibrosis del miocardio del VI permite comprender los procesos patológicos mejor y puede que adquiera importancia clínica en el futuro. Tomografía computarizada (v. capítulo 18) La RMC y la tomografía computarizada (TC) son útiles en pacientes con una VC que tienen una dilatación aórtica asociada. En los pacientes con una válvula aórtica bicúspide, se recomienda un estudio basal de la aorta mediante RMC o TC, salvo que se visualice bien la aorta ascendente en la ecocardiografía, y se trata de la principal modalidad para seguir la dilatación progresiva de la aorta en los pacientes afectados1,10 (v. capítulos 63 y 68). La TC también resulta útil para valorar la disfunción de las válvulas protésicas, dado que permite visualizar bien el movimiento de oclusión de las valvas mecánicas y detectar la formación de trombos o paños (pannus) (v. capítulo 71). La TC resulta también útil en pacientes con endocarditis para visualizar toda la extensión de un seudoaneurisma aórtico o ventricular y otras complicaciones. La tomografía por emisión de positrones (PET) y la TC se han empleado también para valorar el foco de inflamación persistente en la endocarditis (v. capítulos 16 y 73). Pruebas de esfuerzo Las pruebas de esfuerzo se emplean en pacientes con una VC por diversos motivos7,11 (tabla 67-3): 1. Las pruebas de esfuerzo en cinta continua permiten evaluar la capacidad de realizar ejercicio, la respuesta de la presión arterial y los síntomas cuando la situación sintomática no queda clara a partir de la anamnesis (v. capítulo 13). 2. La ecocardiografía de esfuerzo con dosis bajas de dobutamina permite evaluar la gravedad de la EA cuando existe una disfunción asociada del VI (fig. e67-1; v. capítulos 14 y 68). 3. Las pruebas de esfuerzo en bicicleta o cinta continua con evaluación mediante ecocardiografía Doppler de las presiones pulmonares se utilizan en pacientes con una valvulopatía mitral y síntomas de esfuerzo a pesar de tener solo una enfermedad moderada en reposo (v. capítulo 69). Se debe tener cuidado al usar cualquier prueba de esfuerzo para el diagnóstico de una EAC en pacientes con una VC. El flujo coronario es anómalo en pacientes con una VC significativa y la precisión de las pruebas de esfuerzo para el diagnóstico de una EAC en esta población FIGURA 67-2 La estrecha relación entre la hemodinámica cardíaca, la velocidad de flujo Doppler y los hallazgos de la exploración física se pone de manifiesto en este diagrama del ECG (arriba), los registros de presiones en la aorta (Ao) y el ventrículo izquierdo (VI), la velocidad de flujo aórtico (área sombreada roja), el gráfico del pulso carotídeo y los datos de la auscultación (abajo) en la estenosis de la válvula aórtica. IA, insuficiencia aórtica; Vmáx., velocidad máxima. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1386 EN FE RM ED A D ES D E LA S VÁ LV U LA S CA RD ÍA CA S VIII TABLA 67-2 Frecuencia de ecocardiogramas en pacientes asintomáticos con una valvulopatía cardíaca y función normal del ventrículo izquierdo* LESIÓN VALVULAR Estadio Estenosis aórtica† Insuficiencia aórtica Estenosis mitral Insuficiencia mitral Estadio B (progresivo) Leve (Vmáx. 2-2,9 m/s) Cada 3-5 años Leve Cada 3-5 años en función de la anatomía de la válvula y de los senos Leve (AVM > 1,5 cm2) Cada 3-5 años Cada 3-5 años (gravedad leve) Moderado (Vmáx. 3-3,9 m/s) Cada 1-2 años Moderado Cada 1-2 años — Cada 1-2 años (gravedad moderada) Estadio C (grave) Cada 6 meses-1 año (Vmáx. ≥ 4 m/s) Cada 6-12 meses Más frecuente si existe dilatación del VI Cada 1-2 años (AVM 1-1,5 cm2) Cada año (AVM < 1 cm2) Cada 6-12 meses Más frecuente si existe dilatación del VI AVM, área de la válvula mitral; VI, ventrículo izquierdo; Vmáx., velocidad máxima del chorro aórtico. *Los pacientes con una valvulopatía mixta pueden necesitar evaluaciones seriadas a intervalos inferiores a los recomendados para las lesiones de una sola válvula. †Con un volumen sistólico normal. Modificado de Nishimura RA, Otto CM, Bonow RO, et al. 2014 AHA/ACC guideline for the management of patients with valvular heart disease: executive summary: a report of the American College of Cardiology/American Heart Association Task Force on Practice Guidelines. J Am Coll Cardiol 2014;63:e57-185. TABLA 67-1 Características de la exploración física de los soplos causados por una valvulopatía TRASTORNO CARACTERÍSTICAS Y MOMENTO DE APARICIÓN LOCALIZACIÓN IRRADIACIÓN EFECTOS DE LAS MANIOBRAS HALLAZGOS ASOCIADOS DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL Soplo de flujo inocente Mesosistólico suave Base Variable o nula Ausencia de cambios Ninguno Este soplo por el flujo es frecuente durante la gestación y en pacientes con cuadro de alto gasto (p. ej., fiebre, anemia) Estenosis aórtica (EA) Crescendo- decrescendo sistólico Base (segundo EIC derecho) En general hacia las arterias carótidas, pero a veces hacia el ápex en ancianos Se reduce al cerrar el puño o ponerse de pie Ascenso carotídeo tardío y reducido solo en S2, clic mesosistólico en la EA congénita El soplo de la MCH alcanza el máximo al final de la sístole y aumenta durante la bipedestación o en la fase de esfuerzo de la maniobra de Valsalva Insuficiencia mitral (IMi) Holosistólico Ápex Irradiación hacia la espalda o la axila cuando el chorro se dirige en sentido posterior y hacia el BEI o la cabeza cuando lo hace en sentido anterior Aumenta al cerrar el puño Impulso apical hiperdinámico Soplo de la comunicación interventricular más alto (con frémito palpable) en el BEI y no cambia al cerrar el puño La IMi aguda puede asociarse ono a un soplo muy suave o inaudible Insuficiencia tricuspídea (IT) Holosistólico con variación respiratoria Parte inferior del BEI Parte inferior del borde esternal derecho Aumenta con la inspiración Ondas v prominentes en la PVY, hígado pulsátil — Estenosis pulmonar (EP) Crescendo- decrescendo sistólico Segundo EIC izquierdo Ninguno Ausencia de cambios Clic de eyección si hay valvas móviles Puede existir un soplo de flujo pulmonar por aumento del volumen de flujo en la CIA sin EP Insuficiencia aórtica (IA) Decrescendo diastólico de tono alto Se ausculta mejor en el BEI con el paciente sentado e inclinado hacia delante al final de la espiración Ninguno Aumenta al cerrar el puño Presión diferencial ancha, impulso apical desplazado y aumento de tamaño El soplo de la IA aguda puede ser áspero y de corta duración, y la presión diferencial, estrecha con un impulso apical de tamaño normal Estenosis mitral (EM) Retumbo diastólico de tono bajo, acentuación presistólica Ápex El soplo se ausculta mejor con el paciente en posición lateral izquierda forzada con la campana del estetoscopio sobre el impulso apical Ninguno Se ausculta mejor en decúbito lateral izquierdo S1 alto con chasquido de apertura al principio o mitad de la diástole — Insuficiencia pulmonar (IP) Suave en decrescendo diastólico Segundo EIC izquierdo BEI Puede aumentar con la inspiración Impulso del VD cuando es grave La IP ha provocado dilatación del VD — Estenosis tricuspídea (ET) Murmullo diastólico de tono bajo Borde esternal derecho Parte superior derecha del abdomen Aumenta con la inspiración Aumento de la PVY, edema periférico, ascitis — BEI, borde esternal izquierdo; CIA, comunicación interauricular; EIC, espacio intercostal; MCH, miocardiopatía hipertrófica; PVY, presión venosa yugular; VD, ventrículo derecho. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1387 A b o rd aje d e lo s p acien tes co n valvu lo p atías card íacas 67 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . no está bien establecida. Por ejemplo, el desequilibrio entre el aporte y la necesidad de oxígeno del miocardio en pacientes con una EA puede provocar una «isquemia compensada» sin evidencia de disfunción regional, incluso en presencia de una EAC epicárdica significativa. Se recomienda una coronariografía cuando se sospeche una EAC en pacientes con una VC. Cateterismo cardíaco En los pacientes con una VC existe con frecuencia una EAC concomitan te. Se recomienda una coronariografía antes de realizar una intervención quirúrgica o con catéter sobre la válvula en los siguientes grupos:1 1. En pacientes con síntomas de angina, evidencia objetiva de isquemia, disminución de la función sistólica del VI, antecedentes de EAC o factores de riesgo coronarios (incluidos hombres > 40 años y mujeres posmenopáusicas). 2. En pacientes con una IMi secundaria crónica grave (v. capítulo 69). 3. En algunos pacientes sometidos a intervenciones quirúrgicas sobre la válvula con una probabilidad previa a la prueba de EAC baja o intermedia seleccionados, la angiografía coronaria mediante TC es una alternativa razonable a la angiografía invasiva (v. capítulo 18). Una angiografía TC coronaria anómala (presencia de cualquier grado de EAC epicárdica) obligaría a realizar una evaluación más detallada con cateterismo cardíaco. 4. Cuando se necesita una cirugía de urgencia por una insuficiencia val vular aguda, enfermedad de los senos aórticos o la aorta ascendente o endocarditis infecciosa, es adecuado realizarla directamente sin una coronariografía previa. PRINCIPIOS BÁSICOS DEL TRATAMIENTO MÉDICO El tratamiento médico de todos los pacientes con una VC incluye la prevención de la disfunción valvular progresiva, la prevención primaria y secundaria de la ECV ateroesclerótica y el tratamiento de las cardiopatías concomitantes. Prevención de la valvulopatía reumática A nivel mundial la prevención primaria y secundaria de la valvulopatía reu- mática resulta clave para reducir la carga global de la VC (v. capítulo 74). Aunque es menos frecuente en los países desarrollados por la prevención primaria basada en el tratamiento de la faringitis por estafilococo, la prevención secundaria es importante en todos los pacientes con un diagnóstico de valvulopatía reumática.6 Profilaxis de la endocarditis La higiene dental óptima y un cuidado odontológico regular son esenciales para prevenir la endocarditis infecciosa (v. capítulo 73); todos los pacientes deberían ser informados sobre la importancia de prevenir la endocarditis, los signos y síntomas precoces de este cuadro y la necesidad de consultar de forma inmediata ante una fiebre u otros síntomas sin causa aparente.12-15 Se debería recomendar a los pacientes que soliciten a su médico de atención primaria un hemocultivo antes de iniciar un tratamiento antibiótico por cualquier indicación. Además, se recomienda la profilaxis antibiótica en cualquier procedimiento odontológico en todos los pacientes con una válvula cardíaca protésica o cualquier tipo de reparación valvular, igual que en otros procesos de alto riesgo.15,16 Prevención y tratamiento de la enfermedad arterial coronaria Los factores de riesgo para el desarrollo de una valvulopatía calcificada son parecidos a los que explican la ECV ateroesclerótica (v. capítulo 45). Por eso, una evaluación y tratamiento adecuado de los factores de riesgo de una ECV convencional es importante para el tratamiento de los pacientes con una VC. La EAC es frecuente en los pacientes con VC y debería ser tratada con el tratamiento médico, intervencionista o quirúrgico que dicten las recomendaciones (v. capítulo 61). Se debería valorar la realización de la revascularización en el momento de la intervención quirúrgica o de otro tipo para la VC para aliviar los síntomas y mejorar el pronóstico a largo plazo. Fibrilación auricular La FA se suele asociar a la valvulopatía mitral, posiblemente por el aumento de la presión y el tamaño de la aurícula izquierda, y puede anteceder a la aparición de los síntomas. El tratamiento médico de la FA asociada a una valvulopatía mitral puede incluir la ablación quirúrgica o por cateterismo para recuperar el ritmo sinusal en algunos pacientes como alternativa al tratamiento médico para el control del ritmo o la velocidad (v. capítulo 38). Se recomienda anticoagulación para prevenir episodios embólicos en todos los pacientes con una FA y valvulopatía mitral (tabla 67-4). Cuando existe una enfermedad reumática, sobre todo una EM, se debe administrar un antagonista de la vitamina K dado el riesgo tan alto de embolia, mientras que las recomendaciones actuales indican que la anticoagulación oral directa (v. capítulo 93) es una alternativa razonable en pacientes con IMi y FA.17-20 La ES se suele asociar a FA, sobre todo en ancianos. El tratamiento se centra en controlar la velocidad y prevenir los episodios embólicos, aunque en algunos pacientes seleccionados se pueden plantear intervenciones ablativas. Hipertensión La hipertensión afecta típicamente también a los pacientes con una VC y debería tratarse usando los tratamientos médicos recogidos en las recomendaciones21 (v. capítulo 47). En los pacientes con una EA, el tratamiento médico se debe iniciar en dosis bajas y ajustarse al alza lentamente, aunque en general se tolera bien. Es especialmente importante medir la velocidad, el gradiente y el área transvalvular cuando el paciente tiene la tensión normal porque la hipertensión puede conducir a subestimar la gravedad de la EA (v. capítulo 68). Disfunción del ventrículoizquierdo La disfunción del VI asociada a una VC es indicación de intervención. Sin embargo, muchos pacientes tienen una disfunción del VI por una EAC o miocardiopatía primaria asociada a una VC leve o moderada. En concreto, la cardiopatía por amiloidosis puede afectar a ancianos con una calcificación valvular (v. capítulo 77). Por eso se recomienda valorar por completo otras causas de disfunción del VI, sobre todo cuando el grado de disfunción sistólica, hipertrofia o disfunción diastólica del VI resulten desproporcionados para el grado de gravedad de la VC. Esta evaluación permite orientar la toma de decisiones porque predice los posibles TABLA 67-3 Principales indicaciones para las pruebas de esfuerzo en la valvulopatía cardíaca INDICACIÓN TIPO DE ESFUERZO ADQUISICIÓN DE DATOS ECOGRÁFICOS PARÁMETROS EMPLEADOS EN LA TOMA DE DECISIONES CLÍNICAS COMENTARIOS Estenosis aórtica (EA): estado sintomático Ejercicio en cinta continua Opcional Duración del ejercicio Síntomas Respuesta de la presión arterial — EA de bajo gradiente y bajo gasto* Dobutamina en dosis bajas Velocidad del chorro aórtico (VCA) Velocidad de flujo de salida del VI (EDP) Fracción de eyección (2D) La EA es grave si: Vmáx. > 4 m/s o ∆P media > 40 mmHg con AVA ≤ 1 cm2 para cualquier velocidad de flujo La reserva contráctil se define como ↑ fracción de eyección o ↑ volumen sistólico transaórtico > 20% Estenosis mitral Ejercicio en cinta continua o bicicleta en supino Velocidad de chorro de IT (CW) Presión sistólica de la AP > 60 mmHg con ejercicio — Insuficiencia mitral Ejercicio en cinta continua o bicicleta en supino Velocidad de chorro de IT (CW) Presión sistólica de la AP > 60 mmHg con ejercicio — 2D, imagen bidimensional; AP, arteria pulmonar; AVA, área de la válvula aórtica; CW, Doppler de onda continua; EDP, ecocardiografía con Doppler pulsado; IT, insuficiencia tricuspídea; ∆P, gradiente de presión; VI, ventrículo izquierdo; Vmáx., velocidad máxima del chorro aórtico. *Definido como AVA < 1 cm2 con fracción de eyección del VI < 40% y ∆P media < 30-40 mmHg con índice de volumen sistólico de 35 ml/m2 o inferior. Modificado de Otto CM, Owens DS: Stress testing for structural heart disease. In Gillam LD, Otto CM, editors. Advanced Approaches in Echocardiography: Practical Echocardiography Series. Philadelphia: Saunders; 2012. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1388 EN FE RM ED A D ES D E LA S VÁ LV U LA S CA RD ÍA CA S VIII efectos de las intervenciones sobre la recuperación de la función del VI. El tratamiento de la IC con una FE conservada o reducida en pacientes con una valvulopatía sigue los mismos principios generales que en otros pacientes (v. capítulos 25 y 26), pero existe un inconveniente porque puede plantear dificultad controlar el volumen dado que el rango de volúmenes/presiones de llenado del VI que permiten un flujo anterógrado cardíaco adecuado sin aumentar demasiado la presión de llenado es limitado, lo que se suele denominar «ventana de precarga estrecha». Los pacientes suelen oscilar con rapidez entre un estado de congestión pulmonar y bajo gasto. En estos casos es preciso un tratamiento médico ambulatorio meticuloso. Enfermedad aórtica La valvulopatía aórtica se suele asociar a dilatación de la aorta (v. capítulo 68). La válvula aórtica bicúspide se asocia a una aortopatía en muchos pacientes con una dilatación progresiva de la aorta y un aumento del riesgo de disección aórtica (v. capítulo 63). En estos casos es preciso realizar más pruebas de imagen, y monitorizar la anatomía y el tamaño de la aorta. Algunos pacientes con una calcificación de la válvula aórtica tienen también una dilatación de la aorta, que se suele asociar a hipertensión sistémica, lo que también obliga a realizar pruebas de imagen y un seguimiento especialmente cuidadoso en algunos pacientes seleccionados. Bibliografía 1. Nishimura RA, Otto CM, Bonow RO, et al. 2017 AHA/ACC Focused Update of the 2014 AHA/ACC Guideline for the Management of Patients With Valvular Heart Disease: A Report of the American College of Cardiology/American Heart Association Task Force on Clinical Practice Guidelines. J Am Coll Cardiol. 2017;70(2):252289. 2. Baumgartner H, Falk V, Bax JJ, et al. ESC Scientific Document Group. 2017 ESC/EACTS guidelines for the management of valvular heart disease. Eur Heart J. 2017;38(36):27392791. 3. Chambers JB, Ray S, Prendergast B, et al. 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TABLA 67-4 Anticoagulación para la fibrilación auricular en pacientes con una valvulopatía cardíaca (VC) GRUPO DE PACIENTES RECOMENDACIÓN JUSTIFICACIÓN VC con fibrilación auricular (FA) El tratamiento anticoagulante se debería individualizar mediante una toma de decisiones compartida tras comentar los riesgos y beneficios, y considerando las preferencias y valores del paciente Dado que los nuevos datos muestran la equivalencia de los anticoagulantes orales directos y los antagonistas de vitamina K en los pacientes con FA y valvulopatía para prevenir los episodios embólicos, se debería optar por una toma de decisiones compartida para determinar el tratamiento anticoagulante en cada caso Estenosis mitral (EM) Está indicada la anticoagulación (antagonista de vitamina K o heparina) en pacientes con EM y FA (paroxística, persistente o permanente) Los pacientes con EM y FA tienen el máximo riesgo de episodios embólicos con una alta prevalencia de trombos en la aurícula izquierda, incluso en ritmo sinusal. En los ensayos clínicos sobre los anticoagulantes orales directos frente a la warfarina se descartaron los pacientes con EM Otra enfermedad sobre válvula nativa En los pacientes con enfermedad sobre la válvula aórtica nativa o sobre la válvula tricúspide, o con insuficiencia mitral valvular, el tratamiento antitrombótico debería seguir las recomendaciones convencionales para la FA Los ensayos clínicos aleatorizados sobre los anticoagulantes orales directos frente a la warfarina, que incluyeron subgrupos de pacientes con enfermedad sobre válvula nativa (salvo EM), demostraron que ambos tratamientos son equivalentes Válvulas bioprotésicas En pacientes con una válvula bioprotésica, el tratamiento antitrombótico para la FA debería seguir las recomendaciones convencionales para la FA, así como las recomendaciones para el tratamiento tras la implantación valvular (v. capítulo 71). Los ensayos clínicos aleatorizados sobre los anticoagulantes orales directos frente a la warfarina, que incluyeron subgrupos de pacientes con válvulas bioprotésicas, demostraron que ambos tratamientos son equivalentes Válvulas mecánicas Los pacientes con una válvula protésica mecánica deberían recibir antagonistas de vitamina K o heparina según se recomienda para la válvula protésica, independientemente de la existencia de FA Los pacientes con válvulas mecánicas necesitan tratamiento con warfarina (o heparina) para prevenir los episodios tromboembólicos. Las recomendaciones para las válvulas protésicas recogen si es preciso aumentar el INR deseado cuando existe una FA asociada (v. capítulo 72) INR, cociente normalizado internacional. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 13, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Botón1:
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