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Déficit de agua(L)=agua total corporal*×([Na sérico/140]−1) Agua total corporal*=50% o40% peso corporal=0,5o0,4×peso/kg Alteraciones del metabolismo del potasio CONSIDERACIONES FISIOLÓGICAS Los trastornos del metabolismo del potasio constituyen una de las alteraciones hidroelectrolíticas más frecuentes de la práctica clínica diaria, siendo su espectro de gravedad variable, desde ligeras hipopota- semias inducidas por diuréticos sin aparente trascendencia clínica hasta hiperpotasemias graves de consecuencias letales. Para comprender las características fisiopatológicas de los trastornos del potasio es preciso conocer su metabolismo y los factores que regulan su distribución interna y excreción. El potasio es el catión más abundante en el organismo huma- no, con un contenido total de 4.000 mEq (4.000 mmol). El 98% del potasio está localizado en el espacio intracelular y sólo 60 mEq están en el extracelular. La relación entre la concentración de potasio intra- y extracelular determina el potencial eléctrico transmembrana, y alteraciones en la concentración de potasio provocan manifestaciones clínicas secundarias a cambios en la polaridad de la membrana celular, especialmente a nivel neuromuscular. La concentración de potasio sérico se mantiene en márgenes muy estrechos entre 3,5-5 mEq/L (3,5-5 mmol/L), con regulación de su homeostasis mediante dos sistemas: a) intercambio intra- y extracelular (regulación rápida), y b) excreción de potasio (regulación lenta). Regulación rápida La fuerza que retiene el potasio en el interior de la célula es la car- ga negativa transmembrana, mantenida gracias al transporte activo mediado por la bomba Na-K-ATPasa de la membrana celular, que intercambia tres iones sodio por dos de potasio. La salida de los iones potasio de la célula se efectúa a través de los canales de potasio, con intercambio de un catión por cada ion potasio excretado y manteni- miento, con ello, del potencial eléctrico transmembrana. La insulina y las catecolaminas son las dos principales hormonas que regulan la entrada de potasio al interior de la célula a través de la activación de la bomba Na-K-ATPasa. La insulina estimula la entrada electroneutra de potasio a la célula al intercambiar potasio por hidrogeniones, mien- tras que las catecolaminas a través de los receptores β2-adrenérgicos intercambian potasio por sodio intracelular. Las hormonas tiroideas regulan la síntesis de la Na-K-ATPasa de la membrana celular y par- https://booksmedicos.org S E C C IÓ N V I 797 CAPÍTULO 93 Alteraciones del metabolismo del potasio © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. ticipan también de forma secundaria en la regulación del potasio. Las alteraciones del pH extracelular constituyen otro factor que influye de manera esencial en la distribución transcelular de potasio. El exceso de hidrogeniones en el espacio extracelular presente en la acidosis metabólica utiliza los sistemas tampón intracelulares para equilibrar el pH, con intercambio de hidrogeniones por iones potasio. La acidosis metabólica y respiratoria provoca la salida del potasio del interior de la célula al espacio extracelular y, por el contrario, la alcalosis, meta- bólica o respiratoria, desplaza el potasio desde el espacio extracelular al intracelular. Una disminución de pH de 0,1 U produce un aumento de alrededor de 0,5 mEq/L (0,5 mmol/L) en el potasio sérico y un ascen- so de pH de 0,1 U induce una reducción similar. La osmolalidad del líquido extracelular determina también movimientos del potasio del espacio extracelular al intracelular. Así, en situaciones de hiperos- molalidad marcada, como ocurre en estados de hiperglucemia grave, se produce una salida masiva de agua del interior de la célula al espacio extracelular con deshidratación intracelular compensatoria y aumento en la concentración intracelular de potasio. En estas circunstancias, el movimiento pasivo de potasio desde el compartimento intracelular hasta el extracelular se ve facilitado, con el consiguiente riesgo de hiperpotasemia. Regulación lenta La ingesta de potasio en la dieta es variable y precisa mecanismos que regulen su homeostasis. El riñón elimina el 90%-95% del potasio ingerido en la dieta, y el resto se elimina a través del tubo digestivo. La adaptación renal a una sobrecarga aguda de potasio es relativamente lenta y necesita entre 6-12 h para normalizar las concentraciones séricas de potasio, mientras que la respuesta del riñón a la restricción dietética de potasio es todavía más lenta y no está plenamente activada hasta al cabo de 7-10 días. Incluso entonces, las pérdidas urinarias de potasio suelen ser superiores a 20 mEq/día. El potasio plasmático se filtra libremente por el glomérulo, y es completamente reabsorbido en el túbulo proximal y asa de Henle. En el túbulo distal y colector, el potasio se excreta a la luz tubular para su eliminación por la orina. Por ello, la regulación renal del potasio se efectúa básicamente en el túbulo distal y colector, donde interac- cionan factores favorecedores e inhibidores de la excreción de potasio. Cinco factores estimulan la excreción de potasio en el túbulo distal y colector: a) aldosterona; b) concentración elevada de sodio en la luz del túbulo distal y colector; c) volumen urinario elevado; d) concentración elevada de potasio en las células tubulares, y e) alcalosis metabólica. La excreción de potasio se produce a través de los canales de potasio, abundantes en esta región de la nefrona y gracias a la existencia de una carga electronegativa en el interior de la luz del túbulo respecto a las células tubulares. La carga electronegativa de la membrana tubular viene condicionada por la reabsorción rápida de sodio y lenta de cloro. La aldosterona estimula directamente la actividad de la bomba Na-K- ATPasa del túbulo distal y colector, facilitando la excreción de potasio a la luz tubular. La reabsorción de sodio en el túbulo colector se produce a través de canales específicos de sodio, que crearán una carga elec- tronegativa en la luz tubular respecto a las células tubulares, lo que favorece la salida de cationes (potasio e hidrogeniones) al interior de la luz tubular. El epitelio del intestino delgado y el colon, estimulados por la aldosterona, son capaces también de eliminar potasio a través de las heces. Potasio y excitabilidad neuromuscular El potasio interviene en diversos procesos enzimáticos, pero su efecto fisiológico más importante es la influencia sobre los mecanismos de activación de los tejidos excitables (neuromuscular), como el corazón, el músculo esquelético y el músculo liso. La polarización de la membrana de estos tejidos depende principalmente de la dife- rencia entre las concentraciones intra- y extracelular de potasio. Las principales manifestaciones clínicas asociadas a los trastornos del potasio (hipo- e hiperpotasemia) son secundarias a alteraciones en los fenómenos eléctricos transmembrana en los tejidos excitables y se traducen en trastornos de la conducción cardíaca y de la función neuromuscular. HIPOPOTASEMIA Concepto Cifras de potasio sérico por debajo de 3,5 mEq/L (3,5 mmol/L) indican hipopotasemia. Resulta importante diferenciar entre hipopotasemia y déficit de potasio. El déficit de potasio es el estado resultante de un balance persistentemente negativo de potasio. La hipopotasemia se refiere exclusivamente a una concentración plasmática baja de potasio en un momento determinado. La hipopotasemia puede resultar de un balance negativo de potasio o de una redistribución del potasio corporal, con entrada al compartimento intracelular. Etiología La hipopotasemia debida a una ingesta insuficiente de potasio resulta excepcional, ya que el riñón tiene capacidad para ahorrar potasio y el potasio está presente en la mayoría de los alimentos. Por ello, la mayoría de las hipopotasemias suelen deberse a pérdidas intestinales y/o renales excesivaso a la entrada masiva de potasio a la célula (cuadro 93-1). Cuadros de vómitos y/o diarreas graves (gastroenteritis, tumores del sis- tema APUD, adenoma velloso) son causa frecuente de hipopotasemia, no solamente por la pérdida digestiva de potasio, especialmente en los síndromes diarreicos, sino también por el hiperaldosteronismo secun- dario y la pérdida renal de potasio, en los casos de vómitos persistentes. Las pérdidas excesivas renales de potasio representan la causa más frecuente de hipopotasemia. Para su clasificación y comprensión es útil diferenciar tres grupos de entidades clínicas distintas: a) hipopotasemia • CUADRO 93-1 Causas de hipopotasemia Ingesta inadecuada de potasio (malnutrición grave) Pérdidas extrarrenales de potasio Vómitos Diarrea Pérdidas renales de potasio Diuréticos (de asa, tiazidas, acetazolamida) Diuresis osmótica Hipopotasemia con hipertensión arterial Aldosteronismo primario Síndrome de Cushing Hipertensión maligna Hipertensión vasculorrenal Reninoma Hipertensión esencial tratada con diuréticos Síndrome de Liddle Déficit de 11-β-hidroxiesteroide deshidrogenasa Genético Adquirido (ácido glicirrícico) Hiperplasia suprarrenal congénita Hipopotasemia con presión arterial normal Acidosis tubular renal de tipos I y II Síndrome de Bartter Síndrome de Gitelman Hipomagnesemia (cisplatino, aminoglucósidos, alcohol, anfotericina B) Hipopotasemia por entrada celular de potasio Fármacos Insulina (i.v.) Agonistas β2-adrenérgicos (i.v./nebulizados) Intoxicación por bario, cloroquina, risperidona, quetiapina Intoxicación por verapamilo y cloroquina Exceso de catecolaminas (estrés) Parálisis periódica hipopotasémica familiar Parálisis por tirotoxicosis Hipotermia Otras Pérdidas por sudor, diálisis, plasmaféresis Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 798 SECCIÓN VI Nefrología con hipertensión arterial; b) hipopotasemia con normotensión arterial, y c) hipopotasemia inducida por fármacos. Hipopotasemia asociada a hipertensión arterial Aldosteronismo primario Es una hipersecreción autónoma de aldosterona por parte de la corteza suprarrenal. Se produce retención de sodio y eliminación excesiva de potasio por parte del túbulo distal. Cursa clínicamente con hipertensión arterial volumen-dependiente, hipopotasemia y alcalosis metabólica. Se observan unas concentraciones elevadas de aldosterona, no inhibible, con concentraciones bajas de renina. Pruebas de imagen abdominal (TC o RM) confirman la existencia de un adenoma suprarrenal o una hiperplasia suprarrenal bilateral. Hipertensión vasculorrenal, hipertensión maligna y tumores secretores de renina Estos pacientes cursan con hipertensión arterial e hipopotasemia, debido a un hiperaldosteronismo secundario por la hipersecreción de renina. Déficit de 11-β-hidroxiesteroide deshidrogenasa Es un defecto en la conversión del cortisol a cortisona en los tejidos periféricos, con aumento de la concentración de cortisol, que acti- vará los receptores mineralocorticoides para inducir hipertensión e hipopotasemia. Este trastorno puede ser genético o adquirido por la ingesta de sustancias que contienen ácido glicirrínico (regaliz, licores, carbenoxolona, gosipol, tabaco de mascar). Síndrome de Cushing La hipopotasemia es una de las alteraciones metabólicas más cons- tantes en el síndrome de Cushing y en los síndromes paraneoplásicos con producción ectópica de ACTH, debido al efecto mineralocorticoide de los glucocorticoides. Hiperplasia suprarrenal congénita El déficit de la enzima 11-β-hidroxilasa condiciona un trastorno en el metabolismo de los mineralocorticoides y glucocorticoides de la corteza suprarrenal, con concentraciones bajas de aldosterona y renina y elevadas de DOC (mineralocorticoide) y andrógenos. Síndrome de Liddle Enfermedad autosómica dominante, consistente en una mutación en los canales de sodio del túbulo colector, que induce un aumento en la absorción de sodio con excesiva eliminación urinaria de potasio. Cursa con hipertensión arterial volumen-dependiente, hipopotasemia y con- centraciones bajas de aldosterona y renina (v. cap. 109, Enfermedades del túbulo renal). Parálisis periódica hipopotasémica familiar Constituye un trastorno hereditario infrecuente (autosómico domi- nante) en el canal de calcio de la membrana celular, con el desarrollo de cuadros episódicos de debilidad muscular acompañados de marcada hipopotasemia. El diafragma y los músculos bulbares están preservados durante los episodios de debilidad muscular. En general, los episodios están precipitados por un ejercicio físico intenso o por exceso en la ingesta de hidratos de carbono o de sodio en la dieta. Fuera de los episodios de parálisis muscular, las concentraciones séricas de potasio son normales. Un cuadro clínico similar se puede observar en pacientes afectos de hipertiroidismo grave, especialmente en varones de origen oriental. Hipopotasemia con presión arterial normal Acidosis tubular renal de tipos I (distal) y II (proximal) Ambos trastornos cursan con hipopotasemia por pérdidas renales excesivas (v. cap. 109, Enfermedades del túbulo renal). Síndrome de Bartter Es una enfermedad hereditaria, caracterizada por hipopotasemia, alca- losis metabólica, hipercalciuria y normotensión arterial con concentra- ciones elevadas de renina y aldosterona (v. cap. 109, Enfermedades del túbulo renal). Una variedad del síndrome de Bartter es el síndrome de Gitelman, que cursa con hipocalciuria e hipomagnesemia, secundario a una mutación en el cotransporte sodio-cloro tiazida-sensible. Hipopotasemia inducida por fármacos Multitud de fármacos pueden producir hipopotasemia por pérdidas renales excesivas de potasio. Los diuréticos del asa (furosemida, bume- tanida), tiazidas, indapamida, manitol y acetazolamida, incrementan la excreción urinaria de potasio. Los mineralocorticoides (α-fludrocor- tisona) y glucocorticoides exógenos estimulan la eliminación de potasio en el túbulo colector. Durante el tratamiento con carbenicilina y otras penicilinas se pueden observan hipopotasemias, al actuar estos fármacos como aniones no reabsorbibles que aumentan la electronegatividad de la luz del túbulo distal y promueven la secreción distal de potasio. La anfotericina B eleva la permeabilidad de la membrana luminal al potasio, lo que facilita su excreción urinaria. Los aminoglucósidos, cisplatino, foscarnet y alcohol incrementan las pérdidas urinarias de magnesio por lo que se asocian a hipopotasemia. Diversas circunstancias clínicas pueden provocar una entrada rápida y masiva de potasio al interior de la célula, para desencadenar una hipopotasemia. La administración de insulina por vía intravenosa y de agonistas β2-adrenérgicos (intravenosa o mediante nebulizador) pueden provocar una hipopotasemia aguda. La ingesta abundante de xantinas (cafeína o teofilina) inducen una liberación de aminas simpaticomimé- ticas que a través de los receptores β2-adrenérgicos facilitará la entrada de potasio al interior de la célula. Durante el tratamiento de las anemias megaloblásticas con ácido fólico o vitamina B12 se pueden observar moderadas hipopotasemias debidas al secuestro de potasio en el interior de los eritrocitos jóvenes. La intoxicación por bario produce una redis- tribución del potasio hacia el interior de la célula con hipopotasemia; en ocasiones desencadena cuadros de parálisis muscular. La intoxica- ción por verapamilo y cloroquina provoca también una entrada masiva de potasio al interior de la célula y se asocia a hipopotasemia. Los deportistas profesionales, en especial los corredores de larga distancia, también pueden presentar hipopotasemia crónica por un mecanismo de redistribución del potasio al espacio intracelular. La intoxicaciónaguda por inhalación de tolueno se asocia a hipopotasemia profunda y a acidosis normoclorémica (por metabolismo a ácido hipúrico), mien- tras que la crónica produce una acidosis tubular renal (hiperclorémica) asociada también a hipopotasemia. Cuadro clínico Las manifestaciones clínicas más características de la hipopotasemia corresponden al sistema neuromuscular. Concentraciones de potasio sérico entre 2 y 2,5 mEq/L (2 y 2,5 mmol/L) se asocian a debilidad muscular, que puede transformarse en parálisis arrefléxica en situa- ciones de hipopotasemia grave. En el tubo digestivo, este trastorno se manifiesta en forma de constipación y, en casos graves, en la de íleo paralítico. En casos graves, la parálisis muscular conduce a insuficiencia respiratoria. Asimismo, la pérdida de grandes cantidades de potasio del músculo esquelético puede acompañarse de rabdomiólisis y mio- globinuria en situaciones de demanda muscular excesiva de oxígeno. En el corazón, la hipopotasemia produce trastornos electrofisio- lógicos con traducción electrocardiográfica. Los más frecuentes son el aplanamiento de las ondas T y la aparición de ondas U, que si se observan conjuntamente puede dar lugar a la impresión errónea de una prolongación del intervalo QT (fig. 93-1). La hipopotasemia predispone al desarrollo de extrasístoles auriculares y ventriculares, y en casos graves puede desencadenar taquicardia y fibrilación ven- tricular. En enfermos tratados con digital, la hipopotasemia potencia la toxicidad digitálica. En el riñón, la hipopotasemia induce un descenso moderado y reversible del filtrado glomerular y, en algunos casos, un cuadro de diabetes insípida nefrogénica. Como la hipopotasemia provoca un aumento en la producción renal de amonio, en pacientes con hepa- topatía crónica predispone al desarrollo de encefalopatía hepática. La hipopotasemia grave (potasio sérico inferior a 2 mEq/L [2 mmol/L]) inhibe la reabsorción de cloro en la porción ascendente del asa de Henle y provoca pérdidas urinarias excesivas de cloro, con alcalosis Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org S E C C IÓ N V I 799 CAPÍTULO 93 Alteraciones del metabolismo del potasio © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. metabólica hipoclorémica. La hipopotasemia crónica y prolongada puede desarrollar cambios estructurales en el riñón, que se caracterizan por la vacuolización del túbulo proximal y la fibrosis intersticial. Estos cambios pueden producir un grado moderado de insuficiencia renal crónica; la uremia terminal es excepcional. La hipopotasemia crónica puede favorecer el desarrollo de quistes renales. La hipopotasemia también induce una serie de cambios endo- crinos, como la inhibición de la secreción de insulina y aldosterona, y la estimulación de la secreción de renina. Al mismo tiempo, produce un aumento en la producción renal de prostaglandinas. El diagnóstico etiológico de la hipopotasemia se debería basar en una correcta anamnesis; es especialmente importante incidir en la ingesta de fármacos y/o situaciones clínicas que inducen la pérdida de potasio. Desde el punto de vista analítico, resulta útil la determinación del potasio urinario (excreción de potasio en 24 h) y el equilibrio ácido-base. Mediante ambas determinaciones deberíamos ser capaces de orientar la mayoría de cuadros de hipopotasemia. Tratamiento Consiste en la administración de sales de potasio, además de corregir el trastorno responsable de la hipopotasemia. Se considera que una reducción del potasio sérico de 0,25 mEq/L equivale a un déficit de unos 100 mEq del potasio total corporal. En general se puede utilizar la vía oral, pero si existen trastornos digestivos o aparecen manifestaciones neuromusculares, especialmente cardíacas, es aconsejable la adminis- tración por vía intravenosa. Para evitar el riesgo de hiperpotasemia es preferible utilizar soluciones con una concentración de potasio no superior a 50 mEq/L y administrarlo a una velocidad que no exceda los 20 mEq/h. La cantidad total de potasio administrada en 1 día deberá ser inferior a 200 mEq. La sal utilizada para la administración i.v. de potasio es el cloruro potásico, aunque cuando existe hipofosfatemia concomitante, como por ejemplo en la cetoacidosis diabética, el potasio también puede perfundirse como fosfato potásico. Durante la reposición por vía parenteral, el potasio sérico debe monitorizarse con intervalos frecuentes, según el estado clínico del enfermo. El cloruro potásico se debe administrar a través de una vena periférica gruesa, para prevenir el riesgo de flebitis, y se debe evitar su administración por vía central (intracardíaca) por el riesgo de arritmias graves. Para que el potasio sérico aumente 1 mEq (1 mmol) se requiere aproximadamente el aporte de unos 100-200 mEq de potasio exógeno. En la corrección de la hipopo- tasemia se debe monitorizar el magnesio, con frecuencia disminuido, que deberá corregirse para facilitar la normalización del potasio. Para la administración oral son más convenientes las sales orgánicas de potasio, como el gluconato o el citrato, porque producen menos irritación gastrointestinal que el cloruro potásico. Además, las tabletas de cloruro potásico con recubrimiento entérico pueden causar úlceras en el intestino delgado. Sin embargo, el gluconato y el citrato potásico carecen de eficacia en la alcalosis metabólica hipopotasémica con hipo- cloremia asociada y, en esta circunstancia, se requieren los suplementos en forma de cloruro potásico. Los episodios de hipopotasemia asociados a la parálisis periódica familiar o a tirotoxicosis se previenen y/o corrigen con la adminis- tración de β-bloqueantes no selectivos (propranolol). HIPERPOTASEMIA Concepto La hiperpotasemia, definida por cifras de potasio sérico superiores a 5,5 mEq/L (5,5 mmol/L), es la más grave de las alteraciones electrolí- ticas, por el riesgo de provocar arritmias ventriculares letales de forma rápida. Ante toda hiperpotasemia, lo primero es descartar la existencia de una seudohiperpotasemia, que consiste en elevaciones ficticias del potasio sérico por liberación del potasio de las células sanguíneas en el tubo de laboratorio. Se puede observar en situaciones de hemólisis in vitro, trombocitosis y leucocitosis marcadas. La seudohiperpotasemia por hemólisis in vitro puede ser confirmada al observar la tonalidad rojiza del suero. La inducida por trombocitosis o leucocitosis grave puede confirmarse mediante la determinación simultánea de potasio en suero y plasma; el potasio en plasma será normal. Para diferenciar entre la hiperpotasemia verdadera y la seudohiperpotasemia también es útil registrar un ECG, para descartar la presencia de trastornos del trazado asociados a la hiperpotasemia verdadera. Etiología La hiperpotasemia verdadera está producida por un balance positivo de potasio (defecto de eliminación o exceso de aporte) o por una salida rápida del potasio del espacio intracelular al extracelular (cuadro 93-2). En la práctica clínica, la mayoría de las situaciones de hiperpotasemia tienen un origen multifactorial y con frecuencia en presencia de grados variables de insuficiencia renal. Defecto de eliminación renal La causa más frecuente de hiperpotasemia verdadera es la insuficiencia renal aguda o crónica. En general, en la insuficiencia renal no se obser- va hiperpotasemia hasta que el filtrado glomerular se ha reducido a valores muy bajos (< 10-15 mL/min). La hiperpotasemia es mucho • CUADRO 93-2 Causas de hiperpotasemia Seudohiperpotasemia Hemólisis Trombocitosis Leucocitosis marcada Defecto de eliminación renal Insuficiencia renal aguda y crónica Hipoaldosteronismo hiporreninémico Nefropatíadiabética Uropatía obstructiva Nefropatía intersticial crónica Insuficiencia suprarrenal (enfermedad de Addison) Fármacos que inhiben la excreción renal de potasio Alteraciones renales que alteran el túbulo distal Trasplante renal Lupus eritematoso sistémico Drepanocitosis Amiloidosis-mieloma múltiple Alteraciones en la distribución del potasio Déficit de insulina Bloqueantes β-adrenérgicos Acidosis metabólica o respiratoria Parálisis periódica hiperpotasémica familiar Liberación de potasio por destrucción celular Rabdomiólisis Lisis tumoral Quemaduras Traumatismo Hematomas Ejercicio físico intenso Figura - Cambios electrocardiográficos en la hipopotasemia. Obsérvense el aplanamiento de la onda T y la aparición de la onda U. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 800 SECCIÓN VI Nefrología más frecuente en el contexto de la insuficiencia renal aguda que en la crónica, por los mecanismos de compensación renal activados en la forma crónica. Además, el hipercatabolismo asociado con frecuencia a la insuficiencia renal aguda puede favorecer la aparición de hiperpota- semia. También se produce hiperpotasemia con reducciones moderadas del filtrado glomerular si existe una disminución de la secreción de potasio en el túbulo distal y colector. Esto ocurre en el hipoaldos- teronismo hiporreninémico, también denominado acidosis tubular renal de tipo IV (v. cap. 109, Enfermedades del túbulo renal). La enfermedad de Addison también se acompaña con frecuencia de hiperpotasemia. Algunos pacientes con trasplante renal, lupus eritematoso sistémico, drepanocitosis, amiloidosis y mieloma múltiple presentan hiperpo- tasemia por un defecto específico del túbulo distal en la secreción de potasio, independiente del efecto de la aldosterona. Muchos fármacos pueden inducir hiperpotasemia, especialmen- te en presencia de insuficiencia renal. Los diuréticos ahorradores de potasio, espironolactona, eplerenona, triamtereno y amilorida, son causa frecuente de hiperpotasemia. La espironolactona es un inhibidor competitivo de la aldosterona en el túbulo distal y colector, que dis- minuye la excreción renal de potasio. El triamtereno y la amilorida bloquean los canales de sodio en el túbulo colector. El trimetoprim y la pentamidina bloquean también los canales de sodio del túbulo colector, lo que puede desencadenar hiperpotasemia. La ciclosporina A y el tacrolimus bloquean la bomba Na-K-ATPasa del túbulo distal. Diversos fármacos, por su efecto sobre la síntesis de aldosterona, pue- den inducir hiperpotasemia. Los IECA, los ARA-II y el inhibidor de la renina (aliskiren) disminuyen la síntesis de aldosterona y pueden inducir hiperpotasemia, especialmente en presencia de disfunción renal. Los AINE inhiben la síntesis de renina y, secundariamente, de aldosterona. La heparina inhibe la síntesis de aldosterona en la corteza suprarrenal, al disminuir el número y la afinidad de los receptores de la angiotensina II en la zona glomerulosa de la corteza suprarrenal. El tacrolimus también disminuye la síntesis de aldosterona. Alteraciones en la distribución del potasio Otro mecanismo de desarrollo de hiperpotasemia es el paso de potasio del compartimento intracelular al extracelular. Esto ocurre en situacio- nes como la acidosis metabólica o respiratoria y en estados de hiperos- molalidad. La hiperosmolalidad que acompaña a la hiperglucemia grave puede inducir hiperpotasemia, en especial en diabéticos con insufi- ciencia renal. El mecanismo patogenético implicado es el aumento en la concentración intracelular de potasio debido a la deshidratación intracelular y la posterior salida pasiva de potasio al espacio extracelular. Otros factores que pueden influir en esta situación son la ausencia de insulina y el posible hipoaldosteronismo hiporreninémico asociado a la diabetes. La intoxicación aguda por fluoruro sódico (veneno contra ratas) provoca una hiperpotasemia grave por salida masiva de potasio de la célula. La parálisis periódica hiperpotasémica es una enfermedad hereditaria autosómica dominante, secundaria a una mutación en los canales de sodio de la membrana celular, y que consiste en episodios súbitos de parálisis muscular asociados a hiperpotasemias graves. La hiperpotasemia se produce por el paso masivo y rápido de potasio del espacio intracelular al extracelular, desencadenado con frecuencia por el ejercicio físico intenso o por la ingesta de potasio. Por mecanismos no bien aclarados, la acetazolamida y el salbutamol evitan los episodios de hiperpotasemia y las crisis de parálisis periódica asociada. Otros fármacos actúan de manera que facilitan la salida de potasio del interior de la célula y pueden desarrollar hiperpotasemia, como los antagonistas β2-adrenér- gicos (propranolol, nadolol), el anestésico succinilcolina, la perfusión del aminoácido arginina o la somatostatina que inhibe la síntesis endógena de insulina. La intoxicación digitálica se acompaña con frecuencia de hiperpotasemia por inhibición de la bomba Na-K-ATPasa en el músculo. Liberación de potasio por destrucción celular La destrucción celular masiva en circunstancias como traumatismos, quemaduras, hematomas, rabdomiólisis, hipertermia maligna, ejer- cicio intenso, hemólisis o lisis tumoral posquimioterapia, se asocia con frecuencia a hiperpotasemia por la salida de potasio del espacio intracelular al extracelular. Además, en muchas de estas circunstancias se asocia un cierto grado de insuficiencia renal aguda, que facilita la hiperpotasemia por un defecto asociado de eliminación renal. Cuadro clínico La hiperpotasemia se manifiesta principalmente en forma de alteracio- nes neuromusculares y cardíacas. En el sistema neuromuscular puede producir parestesias, debilidad muscular, incluso parálisis flácida y parada respiratoria. En los pacientes con insuficiencia renal, la debilidad brusca de las piernas o la dificultad para andar deben hacer sospechar la presencia de hiperpotasemia. Sin embargo, el principal peligro de la hiperpotasemia lo constituye su efecto sobre la conducción cardíaca. Por este motivo, el ECG es fundamental para valorar el riesgo que comporta la hiperpotasemia. La alteración electrocardiográfica ini- cial asociada a la hiperpotasemia es la aparición de ondas T picudas, que aparecen con concentraciones séricas de potasio de alrededor de 6,5 mEq/L (6,5 mmol/L). Con valores de potasio sérico superiores 7-8 mEq/L (7-8 mmol/L) se prolonga el intervalo PR, se pierde la onda P y más tarde se produce un ensanchamiento del complejo QRS (fig. 93-2). Cuando el potasio sérico excede los 8 mEq/L (8 mmol/L), el QRS puede converger con la onda T y formar una onda sinuosa, hasta producir una parada cardíaca. En cualquier punto de esta progresión pueden aparecer arritmias ventriculares. La hiperpotasemia también tiene una serie de efectos hormonales. Estimula la secreción de aldosterona por las suprarrenales y la de insu- lina y glucagón por el páncreas y, por contra, inhibe la producción de renina. En el riñón, la hiperpotasemia mantenida provoca defectos de acidificación urinaria por disminución de la bomba H-K-ATPasa en el túbulo colector y por la reducción en la síntesis de amonio. Tratamiento La hiperpotasemia grave con alteraciones electrocardiográficas cons- tituye una situación crítica, con necesidad de tratamiento urgente. El tratamiento de la hiperpotasemia se basa en tres tipos de medidas, que con frecuencia deberán combinarse para aumentar su eficacia, especialmente en las hiperpotasemias graves. Estas medidas son la estabilización miocárdica, la transferencia del potasio del espacio extracelular al intracelular y la eliminación de potasio del organismo mediante diuréticos, resinas de intercambio catiónicoy diálisis. Estabilización miocárdica La administración i.v. de gluconato cálcico (10-30 mL de una solución al 20% en 1 min) no modifica el potasio sérico, pero mejora de forma inmediata el ECG. El efecto del gluconato cálcico es transitorio y en algunos casos se precisa una segunda administración. Transferencia del potasio del espacio extracelular al intracelular La transferencia del potasio del espacio extracelular al intracelular se realiza para disminuir rápidamente el potasio sérico mediante la Figura - Alteraciones del ECG en la hiperpotasemia. A. Inicial- mente, la hiperpotasemia (K+ 6,5 mEq/L o 6,5 mmol/L) produce ondas T altas y picudas. B. Al agravarse (K+ 7-8 mEq/L o 7-8 mmol/L) se pierde la onda P (1), se ensancha el QRS (2) y converge con la onda T (3). Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 11, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 801 CAPÍTULO 94 Alteraciones del metabolismo del calcio, del fósforo y del magnesio utilización de insulina, β2-agonistas y bicarbonato sódico. A pesar de la eficacia y rapidez de esta medida, no puede olvidarse su carácter temporal, ya que no se modifica el capital total de potasio, y la desa- parición de la acción de estos fármacos se acompaña con frecuencia de la reaparición de la hiperpotasemia. La insulina constituye la vía más rápida y eficaz de disminuir el potasio sérico; su efecto se observa 15 min después de la adminis- tración. La administración de 10 U de insulina rápida junto con 50 mL de dextrosa al 50%, seguido por una perfusión de dextrosa al 5%, representa el tratamiento de elección en la hiperpotasemia grave. La glucosa se administra conjuntamente con la insulina para pre- venir la hipoglucemia; no es recomendable superar la proporción de 1 U de insulina por cada 4 g de glucosa porque puede producir hipoglucemia, sobre todo en pacientes de edad avanzada. En enfermos con hiperglucemia intensa es suficiente con la administración aislada de insulina, sin que se necesite la perfusión concomitante de glucosa por el riesgo de un efecto paradójico al incrementar el potasio sérico. Los β2-agonistas administrados por vía inhalatoria o endovenosa producen una entrada rápida de potasio en la célula, que permite controlar de forma transitoria la hiperpotasemia. La administración de 0,5 mg de salbutamol por vía i.v. es un método rápido, seguro y eficaz de tratar la hiperpotasemia, aunque preferentemente se usa la vía inhalatoria, 10-20 mg en 4 mL de suero salino inhalado durante 10 min. Su único efecto secundario es la inducción de taquicardia transitoria. El efecto de los β2-agonistas es sinérgico al efecto de la insulina. El bicarbonato sódico, a razón de 40-150 mEq por vía i.v., facilita la entrada de potasio al interior de las células en un intervalo de 3-4 h, sobre todo en enfermos acidóticos, pero también en pacientes con un pH sanguíneo normal. Eliminación de potasio del organismo Los diuréticos, especialmente del asa (furosemida), aumentan la excreción urinaria de potasio en pacientes con función renal preservada. Las resinas de intercambio catiónico actúan en el intestino para intercambiar potasio por sodio en igual proporción. Su efecto es relativamente lento y se precisan 4-6 h para observar un descenso del potasio. Cada gramo de resina elimina de 0,5 a 1 mEq de potasio. La vía rectal es más eficaz y rápida que la vía oral. Finalmente, la hemodiálisis o la diálisis peritoneal constituyen méto- dos eficaces de eliminación del potasio corporal y de corrección de la hiperpotasemia, particularmente útil en los pacientes con insuficiencia renal aguda o crónica y en casos de hipercatabolismo. En pacientes con hiperpotasemias moderadas sin cambios elec- trocardiográficos suele ser suficiente con la administración de resinas de intercambio catiónico o diuréticos de asa, además de suspender la administración del fármaco responsable de la hiperpotasemia. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Ben Salem C, Badreddine A, Fathallah N, Slim R, Hmouda H. Drug-induced hyperkalemia. Drug Saf 2014;37:677-92. Kardalas E, Paschou SA, Anagnostis P, Muscogiuri G, Siasos G, Vryonidou A. Hypokalemia: a clinical update. Endocr Connect 2018;7:R135-46. Kovesdy CP. Management of hyperkalaemia in chronic kidney disease. Nat Rev Nephrol 2014;10:653-62. Lakkis JI, Weir MR. Hyperkalemia in the Hypertensive Patient. Curr Cardiol Rep 2018;20:12-8. Long B, Warix JR, Koyfman A. Controversies in Management of Hyperkalemia. J Emerg Med 2018;55:192-205. https://booksmedicos.org Push Button0:
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