Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
1810 SECCIÓN XV Metabolismo y nutrición En este capítulo se recogen varias enfermedades específicas del tejido adiposo, de etiopatogenia incierta y espectro clínico diverso. LIPOMAS Son tumores benignos, constituidos por adipocitos y localizados habitualmente en el tejido celular subcutáneo, aunque también se pueden encontrar en órganos internos, por ejemplo, en el tracto gas- trointestinal, donde pueden causar obstrucción luminal y sangrado, y otras múltiples localizaciones. Se observan en el 1% de la población y su etiología es desconocida, aunque se ha sugerido su asociación con traumatismos determinantes de la liberación de factores proadipogé- nicos. También se ha demostrado en lipomas solitarios la existencia de reordenamientos en el cromosoma 12 (fusión HMGA2-LPP). Clínicamente, los lipomas del tejido adiposo son asintomáticos y se presentan como nódulos subcutáneos, blandos y de consistencia elástica, recubiertos por piel normal y no adherida. Se localizan prefe- rentemente en el cuello, los hombros, el tercio superior de los brazos y los muslos. Los lipomas no se malignizan, y en el 10% de los casos son múltiples. Se han descrito asociados al síndrome de Gardner, a la neurofibromatosis y a lipomas del aparato respiratorio, digestivo y genitourinario. En estos casos su sintomatología es órgano-específica y está relacionada con obstrucción y hemorragia. El diagnóstico suele ser clínico y su identificación fácil, aunque se recomienda la biopsia en casos de duda. Su diagnóstico diferencial más frecuente es con quistes sebáceos y abscesos. Su histología puede pre- sentar patrones mixtos compatibles con angiolipomas y fibrolipomas. Estos están más vascularizados, aparecen en edades más tempranas, y suelen ser dolorosos y de color azulado. Otro diagnóstico diferencial es la adiposis dolorosa o enfermedad de Dercum. Se caracteriza por el depósito de tejido adiposo en el tejido celular subcutáneo forman- do placas circunscritas y dolorosas en las extremidades inferiores. Se observa en mujeres obesas posmenopáusicas. Los depósitos grasos se acompañan de equimosis, pueden tener agregación familiar y se asocian a cansancio, pérdida de peso y alteraciones psiquiátricas, que oscilan desde la inestabilidad emocional hasta la demencia. El tratamiento quirúrgico de lipomas y angiolipomas, por resección o liposucción, está indicado por razones estéticas, cuando existen dudas diagnósticas, cuando son sintomáticos y, en general, cuando son mayores de 5 cm. La recidiva no es común, salvo que la escisión sea incompleta. LIPOMATOSIS SIMÉTRICA MÚLTIPLE La lipomatosis simétrica múltiple (LSM), enfermedad de Madelung o síndrome de Launois-Bensaude, es una enfermedad de etiología des- conocida caracterizada por la acumulación simétrica de tejido adiposo hiperplásico. Es poco frecuente (1:25.000), más típica en varones (1:15), más frecuente en el área mediterránea y en pacientes con ante- cedentes de alcoholismo. Su etiopatogenia es desconocida, con formas esporádicas y otras heredadas con carácter autosómico dominante. Clínicamente se distinguen dos tipos. En el tipo 1, la grasa se acu- mula sobre todo en el cuello, los hombros y las regiones supraclavicu- lares, para conferir al paciente un aspecto característico (enfermedad de Madelung) (fig. 226-1). El tejido adiposo puede ocupar el mediastino y plantear problemas de diagnóstico diferencial con adenopatías y tumores, fáciles de excluir con estudios de imagen. A veces, la infil- tración mediastínica comprime la vena cava superior, el nervio laríngeo recurrente o la tráquea. El tipo 2 afecta al tejido subcutáneo de otras regiones del organismo, pero respeta el cuello y las porciones distales de los miembros, por lo que la apariencia clínica es similar a la de la obesidad simple, sin acúmulo profundo de grasa. En la LSM se han descrito trastornos metabólicos, como hiperu- ricemia, intolerancia a la glucosa, acidosis tubular renal e hipertri- gliceridemia. Este aumento de los triglicéridos se debe al incremento de quilomicrones y VLDL, y se acompaña de una elevación paradójica del colesterol HDL. Más rara es la presencia de neuropatía periférica desmielinizante, sensitiva, motora o autónoma, caracterizada por una atrofia distal crónica, distinta de la neuropatía axonal degenerativa y desmielinizante inducida por el alcohol. Otros trastornos, como la anemia macrocítica, la esteatosis y la cirrosis hepática, se atribuyen a la coexistencia del alcoholismo, si bien la evolución de la lipomatosis es independiente del curso evolutivo de la enfermedad hepática. El tratamiento se limita a la resección del tejido adiposo o a la lipo- succión, indicado por razones estéticas o por la presencia de manifes- taciones compresivas. Existen otras formas en las que el depósito de tejido graso tiene lugar en estructuras internas. La forma mediastínica produce disnea, por compresión de las vías aéreas. En la forma abdominal puede apa- recer un cuadro de seudoascitis, con distensión por el acúmulo graso, mientras que, si afecta a la pelvis, puede comprimir la vejiga y los uréteres, con hidronefrosis. En la lipomatosis epidural se comprimen la médula y las raíces sensitivas, con dolor radicular que requiere tratamiento quirúrgico. Estas lipomatosis son más frecuentes en los pacientes tratados con glucocorticoides y en el síndrome de Cushing. LIPODISTROFIAS Constituyen un conjunto heterogéneo de enfermedades caracterizadas por un defecto primario generalizado o parcial del tejido adiposo de origen congénito o adquirido en ausencia de privación nutricional o enfermedad catabólica. La masa del tejido adiposo está atrófica o presenta una distribución anormal. Entre sus manifestaciones clínicas más importantes se encuentran la hiperfagia, la resistencia a la insulina (RI), la asociación a diabetes mellitus, la dislipemia, el hígado graso, la Alteraciones del tejido adiposo Paciente con lipomatosis simétrica múltiple. Obsérvese la llamativa acumulación bilateral de grasa en el cuello y en las regiones supraclaviculares, que constituye la imagen típica del cuello de Made- lung. (Por cortesía del Dr. F. Pérez Jiménez, Hospital Reina Sofía, Córdoba.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org CAPÍTULO 226 Alteraciones del tejido adiposo © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X V 1811 acantosis nigricans y el síndrome del ovario poliquístico. La gravedad de estos síntomas es directamente proporcional al grado de lipodistrofia. En la tabla 226-1 se muestran las características predominantes de los trastornos lipodistróficos más frecuentes. Lipodistrofias adquiridas Son más frecuentes que las hereditarias. Existen distintas formas con patogenia, fenotipo y características clínicos propios. De ellas, la más usual es la lipodistrofia parcial asociada a la infección por el HIV (sín- drome lipodistrófico asociado al HIV). Síndrome lipodistrófico asociado al HIV El uso de fármacos antirretrovirales para tratar la infección por el HIV-1 ha aumentado las expectativas de vida de estos pacientes. Sin embargo, estos tratamientos también se han asociado a efectos secun- darios en el tejido adiposo, que causan lipodistrofia y manifestaciones metabólicas hasta en un 40%-50% de los casos. La lipodistrofia afecta preferentemente al tejido adiposo subcutáneo (cara, extremidades y región glútea), mientras que se produce una acumulación de grasa en las regiones visceral y dorsocervical. Estos pacientes presentan dis- lipemia, RI, hipertrigliceridemia, aumento de LDL y disminución de HDL, y aumento de riesgo cardiovascular. Los fármacos inhibidores de la proteasa tienen efectos en el tejido adiposo subcutáneoy com- prometen la incorporación de glucosa y el proceso de adipogénesis. Sus efectos metabólicos sistémicos se deben a la lipotoxicidad inducida por el fracaso del tejido adiposo y a sus efectos en el músculo y el hígado, donde producen RI y causan defectos en el metabolismo de la glucosa. En el nivel molecular, estos fármacos interfieren en la función mitocon- drial y favorecen la acumulación de grasa. Además, la infección del virus per se podría facilitar el desarrollo de lipodistrofia. Estos pacientes presentan aumento graso en la región intraabdominal que podría contribuir a las alteraciones sistémicas metabólicas. En particular, los nucleósidos inhibidores de la transcriptasa inversa (NRTI; p. ej., estavudina, zidovudina) producen atrofia de tejido adiposo, mientras que otros fármacos, como el efavirenz, inhibidor no nucleósido de la transcriptasa inversa (NNRTI) o el raltegravir, un inhibidor de la integrasa (INSTI), tienden a acumular grasa. En relación con el tratamiento, se debe replantear la sustitución de este tipo de fármacos y, si la atrofia es intensa, se pueden utilizar implantes e inyecciones de polímeros sintéticos. Para las formas con lipohipertrofia asociada se han utilizado metformina, hormona del crecimiento y cirugía plástica. Las alteraciones metabólicas se controlan con las pautas terapéuticas habituales. Lipodistrofia parcial adquirida o síndrome de Barraquer-Simons Se caracteriza por la pérdida simétrica del panículo adiposo en la cara, el cuello y la parte superior del cuerpo. Afecta sobre todo al sexo femenino (4:1) y tiene un carácter progresivo en sentido cefalocaudal con inicio en la infancia o la adolescencia. Los enfermos adquieren un aspecto peculiar, con expresión de envejecimiento prematuro, arrugas muy marcadas, desaparición de la grasa de las mejillas, ojos hundidos, y protrusión de los arcos cigomáticos y del mentón. Paradójicamente, el tejido adiposo de la región glútea y las piernas no se ve afectado, e incluso suele encontrarse hipertrofiado. Este tipo de demarcación entre zonas con y sin tejido adiposo, según una distribución por dermatomas, sugiere la existencia de anomalías neurológicas o neurohormonales. El síndrome no se suele asociar a una historia familiar de lipodis- trofia, sino que parece guardar relación con enfermedades autoinmu- nitarias, como lupus eritematoso sistémico, dermatomiositis, hipo- complementemia (C3), glomerulonefritis membranoproliferativa e insuficiencia renal. Su naturaleza esporádica y su asociación con caracteres secundarios sugieren su carácter multifactorial, incluido un componente de susceptibilidad genética. Los pacientes que desa- rrollan glomerulonefritis tienen un inicio más abrupto de la lipodis- trofia. Las alteraciones metabólicas en este tipo de lipodistrofia no son muy frecuentes; se observa desarrollo de diabetes en el 10% de estos pacientes. La incidencia de enfermedad cardiovascular no parece estar aumentada. En relación con el componente genético, algunos de estos pacientes presentan mutaciones en el gen LMNB2. El tratamiento de la lipodistrofia parcial es meramente sintomático y poco satisfactorio. Lipodistrofia generalizada adquirida o síndrome de Lawrence No se han podido identificar alteraciones genéticas asociadas con este tipo de lipodistrofia ni historia familiar. Por ello se han subcla- sificado, según sus características clínicas, en formas: a) asociadas a enfermedad autoinmune (tiroiditis de Hashimoto, artritis reumatoide, anemia hemolítica, hepatitis crónica, cirrosis hepática y, sobre todo, dermatomiositis juvenil) generalmente en pacientes más mayores; b) asociadas a paniculitis, en las que se detecta un infiltrado infla- matorio por células multinucleadas y reacción granulomatosa, y c) idiopáticas (25%). Se identifica en la infancia y la pubertad, tiene un carácter progresivo y afecta predominantemente a la cara y las extremidades. En un 30% de los casos se pierde la grasa de las palmas de las manos y de la planta del pie. El tejido adiposo intraabdominal está afectado en grado variable, mientras que el retroorbital no se afecta. Es más frecuente en las mujeres (3:1), aunque es posible que los varones estén menos diagnosticados. Los pacientes presentan hiperfagia debido a las concentraciones bajas de leptina y desarrollan un síndrome metabólico caracterizado por RI, hipoadiponectinemia, acantosis nigricans, diabetes, hígado graso, hipertrigliceridemia y concentraciones bajas de HDL. Oca- sionalmente se puede observar lipemia retiniana, xantomas eruptivos y pancreatitis recidivante. Además, se asocia a ovario poliquístico (fig. 226-2). La prevalencia de diabetes e hipertrigliceridemia es mayor en las formas autoinmunitaria e idiopática que en la asociada TABLA 226-1 Tipo de lipodistrofia Herencia Edad Características clínicas Adquirida Asociada al HIV No Adultos Atrofia en la cara, los brazos y las piernas, y exceso de grasa en el cuello y el abdomen Parcial No Infancia y adolescencia Atrofia en la cara, el cuello, los brazos y el tronco; las piernas están respetadas Generalizada (síndrome de Lawrence) No Infancia y adolescencia Pérdida generalizada de grasa con nódulos subcutáneos dolorosos, alteraciones autoinmunitarias y otros procesos Localizadas No Variable Pérdida de grasa de pequeñas áreas Hereditaria Generalizada congénita (síndrome de Berardinelli-Seip) Autosómica recesiva Infancia Grave falta de tejido adiposo desde el nacimiento Parcial familiar (variedad de Dunnigan) Autosómica dominante Pubertad Pérdida de grasa en los brazos, las piernas y el tronco con respeto de la cara y el cuello Mutaciones de PPARg Autosómica dominante Adultos Pérdida de grasa en los brazos, las piernas y la cara Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1812 SECCIÓN XV Metabolismo y nutrición a paniculitis. La evolución es grave y puede causar la muerte por hemorragia digestiva, varices esofágicas, pancreatitis y coma hepático. No existe un tratamiento eficaz, y se recomienda la restricción en el consumo de grasas, la administración de suplementos de triglicéridos de cadena media y el control de los procesos asociados, en especial de la diabetes mellitus. Lipodistrofias localizadas Forman un conjunto heterogéneo de procesos consistente en la pér- dida circunscrita de grasa subcutánea. Hay algunas inducidas por la inyección subcutánea de insulina, glucocorticoides, antibióticos y preparaciones de dextrano ferroso. Existe una forma mecánica, la denominada lipodistrofia anular y semicircular, relacionada con microtraumatismos en relación con ciertos hábitos posturales. Los hallazgos histológicos sugieren que es una paniculitis traumática, y la pérdida grasa ocurre en los muslos, las pantorrillas o el abdomen. Una forma rara es la de distribución centrífuga abdominal infantil, habitualmente de países orientales, y a la que también se considera una forma de paniculitis. Más de la mitad se recupera de forma espontánea a lo largo de la vida. Lipodistrofias hereditarias Incluyen varios síndromes de atrofia adiposa, poco frecuentes y de expresión clínica variable. Los recientes avances en el conocimiento de sus bases moleculares permiten gradualmente comprender su patogenia. Lipodistrofia generalizada congénita Lipodistrofia de Seip y Berardinelli. Es de herencia autosómica recesiva asociada a consanguinidad y su prevalencia es de 1:10 millones de habi- tantes. Se han descrito dos tipos más importantes, 1 y 2, aunque no todos los pacientes pueden incluirse en estas categorías. El tipo 1 pre- senta mutaciones en el gen 1-acilglicerol-3-fosfato-O-aciltransferasa 2 (AGPAT2), enzima que cataliza la conversión del ácido lisofosfatídico en fosfatídico, y queafecta a la biosíntesis de triglicéridos y fosfogli- céridos y a la diferenciación de adipocitos. El tipo 2 presenta muta- ciones (predominantemente, formas truncadas a nivel C terminal y, ocasionalmente, mutaciones puntuales) en el gen BSCL2, que codifica la proteína seipina. Se asocia a complicaciones metabólicas más gra- ves, discapacidad intelectual y, en algunos casos, a encefalopatías. La función de esta proteína no está bien definida, aunque parece regular la formación y estructura de las gotas lipídicas en el retículo endo- plásmico. Otras formas de lipodistrofia generalizada se han asociado a mutantes en cav1 (caveolin 1; tipo 3), generalmente en pacientes de baja talla, y al gen PTRF (del inglés polymerase 1 and transcript release factor; tipo 4), que codifica una proteína relacionada con la estabilización de las cavéolas (cuadro clínico complejo con alteraciones musculares, arritmias cardíacas, y alteraciones óseas y gastrointes- tinales). Mutaciones en PPARg también pueden producir lipodistrofia generalizada congénita. Los tipos 1 y 2 se caracterizan por la ausencia generalizada de grasa subcutánea, que suele hacerse evidente en el nacimiento (durante el primer año de vida) y afecta predominantemente a los miembros, el tronco, la cara y el cuello. La diferenciación entre los dos tipos es difícil, si bien el tipo 2 parece perder también el tejido adiposo mecá- nico en las zonas de contacto de las palmas de las manos, las plantas de los pies, las órbitas y la región periarticular. Las concentraciones de adiponectina parecen estar más elevadas en el tipo 2. Durante la infancia son características la hiperfagia debida a la disminución de leptina, la aceleración de la edad ósea y el crecimiento lineal, así como la prominencia de la musculatura, las venas periféricas y la tiroides por la ausencia de tejido adiposo. Otras anomalías posiblemente relacionadas con el efecto trófico insulínico son las manifestaciones de seudoacromegalia y organomegalias con protrusión mandibular, y aumento del tamaño de las manos y los pies. Asimismo, la hiperinsu- linemia característica de estos pacientes puede facilitar el desarrollo de hiperandrogenismo (clitoromegalia, hirsutismo, acné, amenorrea y ovario poliquístico, para comprometer su capacidad reproductora). Otros procesos asociados incluyen miocardiopatía hipertrófica y alteraciones propias del síndrome metabólico. La dislipemia puede ser intensa, por aumento de VLDL y quilomicrones, y ocasionar xantomas eruptivos y pancreatitis aguda. El hígado graso es habitual, y a veces se desarrolla cirrosis hepática; también puede encontrarse esplenomegalia. Las concentraciones de leptina, adiponectina, SHBG e IGFBP1 son extremadamente bajas. Lipodistrofia parcial familiar Se han identificado varios tipos, caracterizados por la distribución anormal del tejido adiposo y una disminución de la masa grasa total: Lipodistrofia parcial familiar de Kobberling-Dunnigan (FPLD1 y 2). Son las formas más frecuentes de lipodistrofia familiar parcial, aunque con una prevalencia de menos de un caso por 15 millones de habitantes, y se han descrito varios tipos de herencia, inclu- yendo transmisión autonómica dominante, por lo que requiere consejo genético. La forma molecular más común (FPLD2) presenta mutaciones en el exón 8 del gen LMNA que codifica la proteína nuclear Lamin A/C (1q22, típicamente mutaciones heterocigóticas en el codón 482nd). Estudios moleculares han demostrado que estos mutantes afectan a la actividad de SREBP1, un factor de transcripción relacionado con los procesos de lipogé- nesis/adipogénesis. Esta lipodistrofia se caracteriza por ser menos grave que la generalizada, hacerse aparente durante la pubertad y afectar predominantemente a las extremidades y la zona glútea, con aumento del depósito graso en el cuello y la cara, la axila, la región interescapular, el área abdominal visceral y los labios mayores. Por sus características anatómicas, resulta más evidente en la mujer que en el varón. Estos pacientes presentan acantosis nigricans, y alteraciones metabólicas de distinta gravedad propor- cional a la pérdida grasa, como dislipemia, RI y diabetes. Otras complicaciones típicamente asociadas a lipotoxicidad incluyen esteatosis hepática y enfermedad cardiovascular. Un aspecto no resuelto dado el carácter ubicuo de esta proteína es la atrofia de Paciente con lipodistrofia generalizada. Obsérvese la presencia conjunta de atrofia de la grasa facial, con pérdida de los depósitos adipocitarios de las mejillas, junto con un aspecto acrome- galoide. Cabe destacar la prominencia de los arcos supraciliares y la tosquedad global de los rasgos faciales. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org CAPÍTULO 227 Alteraciones del metabolismo de las lipoproteínas © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X V 1813 depósitos grasos específicos, así como el hecho de que distintas mutaciones en el mismo gen producen fenotipos diversos. Las mujeres pueden tener una historia de SOP, abortos y diabetes gestacional. Lipodistrofia parcial familiar de tipo 3 (FPLD3). Se debe a muta- ciones dominantes negativas en el gen PPARg, un factor de trans- cripción relacionado con adipogénesis y sensibilidad insulínica expresado en el tejido adiposo, los macrófagos y otros tejidos. No está establecido el motivo por el que estas mutaciones sólo afectan a unos depósitos grasos específicos. En cuanto a su cua- dro clínico, estos pacientes desarrollan pérdida de grasa en la edad adulta, predominantemente en el compartimento subcu- táneo en las piernas, la cara y los brazos, y se asocia un cuadro metabólico caracterizado por RI, diabetes mellitus, hipertensión, dislipemia, patología cardiometabólica y síndrome de ovario poliquístico. Otras formas de lipodistrofia parcial hereditaria se han relacionado con el gen de AKT2, perilipin 1 (FPLD4), CIDEC (FPLD5), lipasa hormonosensible (FPLD6) y CAV1 (lipodistrofia parcial, cataratas y neurodegeneración). Lipodistrofia asociada a displasia mandibuloacral. La producen mutaciones en el gen ZMPSTE24, que codifica una cinc-metalo- proteinasa que procesa la maduración de proteína laminina A. Su herencia es autosómica recesiva, en la que distintos patrones de lipodistrofia se asocian a varias manifestaciones displásicas, como hipoplasia mandibular y clavicular, acroosteólisis, anomalías dentales, contracturas articulares, alopecia o atrofia cutánea. El patrón lipodistrófico es variable, y a veces existen manifestaciones metabólicas típicas de la RI. Tratamiento de las lipodistrofias Las alteraciones metabólicas asociadas a los trastornos lipodistróficos deben ser tratadas para evitar complicaciones. Ello incluye modificación del estilo de vida promoviendo una dieta restrictiva (puede ser difícil, dada la hiperfagia de estos pacientes), incluyendo una dieta muy baja en lípidos en casos de hipertrigliceridemia aguda con riesgo de pan- creatitis. Se recomienda actividad dentro de las limitaciones derivadas de las molestias osteomusculares y fatigabilidad. El paciente también se puede beneficiar de cirugía plástica y apoyo psicológico. Además de los tratamientos farmacológicos habituales de las comorbilidades, el reemplazamiento de leptina (metreleptina) ha demostrado mejoras sustanciales, disminuyendo la ingesta y mejorando las complicaciones metabólicas. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Araujo Vilar D, Santini F. Diagnosis and treatment of lipodystrophy: a step by step approach. J End Invest 2019;42:61-73. Capeau J, Magré J, Caron-Debarle M, Lagathu C, Antoine B, Béréziat V, et al. Adipose tissue development. Human lipodystrophies: genetic and acquireddiseases of adipose tissue. En: Levy-Marchal C, Pénicaud L, eds. Adipose Tissue Development: From Animal Models to Clinical Conditions, 19. Basel: Karger. Endocr Dev; 2010. p. 1-20. Hegele R, Joy TR, Al-Attar Sa, Rutt BK. Lipodystrophies: windows on adipose biology and metabolism. J Lipid Res 2007;48:1433-44. Huang-Doran I, Sleigh A, Rochford JJ, O’Rahilly S, Savage DB. Lipodystrophy: metabolic insights from a rare disorder. J Endocrinol 2010;207:245-55. Semple RK, Savage DB, Cochran EK, Gorden P, O’Rahilly S. Genetic Syndro- mes of Severe Insulin Resistance. Endocr Rev 2011;32:498-514. © 2020. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Alteraciones del metabolismo de las lipoproteínas J. PEDRO-BOTET MONTOYA, L. MASANA MARÍN, R. CARMENA RODRÍGUEZ 227 LIPOPROTEÍNAS PLASMÁTICAS J. Pedro-Botet Montoya Las lipoproteínas plasmáticas son unas macromoléculas cuya función es empaquetar los lípidos insolubles en el medio acuoso del plasma y transportarlos desde el intestino y el hígado a los tejidos periféricos y, desde estos, devolver el colesterol al hígado para su eliminación del organismo en forma de ácidos biliares. Las lipoproteínas constituyen un sistema heterogéneo de partículas de morfología esférica que tienen un núcleo central hidrófobo formado por lípidos no polares, es decir, colesterol esterificado y triglicéridos, y por una capa superficial más hidrófila que contiene colesterol no esterificado, fosfolípidos y unas proteínas específicas denominadas apolipoproteínas o apoproteínas. Las apoproteínas no sólo desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento de la estructura de la partícula lipoproteica, sino que también intervienen en su metabolismo, ya que actúan como activa- doras e inhibidoras de enzimas, transfieren lípidos de unas partículas a otras o actúan como ligandos para receptores celulares específicos. En definitiva, de la composición apoproteica y de la estructura de la bicapa fosfolipídica depende el amplio espectro en forma, función y propiedades de las lipoproteínas plasmáticas. Las partículas lipoproteicas se diferencian entre sí por la distinta proporción de colesterol, triglicéridos y fosfolípidos que contienen, así como por las diferentes apoproteínas integradas en su estructura. Aunque el espectro de las lipoproteínas plasmáticas es un continuum, se clasifican de acuerdo con su densidad específica en quilomicrones (< 0,93 kg/L), que en condiciones fisiológicas sólo se encuentran en el plasma después de una comida grasa, lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL, very-low density lipoproteins; d: 0,93-1,006 kg/L), lipoproteínas de densidad intermedia (IDL, intermediate-density lipo- proteins; d: 1,006-1,019 kg/L), lipoproteínas de baja densidad (LDL, low-density lipoproteins; d: 1,019-1,063 kg/L), lipoproteína(a) (Lp[a]; d: 1,050-1,100 kg/L) y lipoproteínas de alta densidad (HDL, high- density lipoproteins; d: 1,063-1,210 kg/L). METABOLISMO DE LAS LIPOPROTEÍNAS L. Masana Marín Transporte de los lípidos exógenos Los triglicéridos de la grasa de la dieta son hidrolizados en la luz intes- tinal por la lipasa pancreática para formar ácidos grasos y 2-monogli- céridos. Junto con el colesterol de origen alimentario y biliar, los ácidos biliares se integran en micelas que facilitarán su absorción. El colesterol penetra en el enterocito a través de un transportador específico de membrana, el Nieman Pick C1-like 1 (NPC1L1). En el enterocito se forman triglicéridos y el colesterol se esterifica por acción de la acil-coenzima A-colesterol-aciltransferasa (ACAT). Las moléculas de colesterol no esterificadas son expulsadas a la luz intestinal a través de la ATP binding cassette (ABC)G5/G8. Los tri- glicéridos, el colesterol esterificado, la apolipoproteína B48 y otras (apo-AII, apo-AIV y apo-C) se integran en los quilomicrones. Estos Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org Push Button0:
Compartir