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1 El plagio en los trabajos académicos entre estudiantes universitarios Juanita Rodríguez Pech Pedro José Canto Herrera José Israel Méndez Ojeda Facultad de Educación, Universidad Autónoma de Yucatán Temática: Dilemas y conductas no éticas. Resumen: Se reportan los resultados parciales de un estudio descriptivo realizado acerca de los distintos tipos de plagio que cometen los estudiantes universitarios al realizar trabajos académicos y presentar exámenes. Los datos corresponden a una encuesta realizada a una muestra de 42 estudiantes de Licenciatura en Educación, mediante la cual se indaga la frecuencia con la que se llevan a cabo un conjunto de acciones relacionadas con el plagio. Los datos se reportan con referencia a tres categorías: plagio en la elaboración de trabajos escritos, ciber plagio y plagio en los exámenes. Los resultados muestran que los estudiantes cometen los distintos tipos de plagio en pocas o nulas ocasiones; las acciones más notorias reportadas por los encuestados consisten en copiar fragmentos de fuentes impresas y usarlos sin citar en un trabajo académico, realizar todo un trabajo a partir de fragmentos copiados de páginas web, dejar que otro alumno copie tu examen, y usar “acordeones” para copiar durante un examen. Las acciones menos frecuentes fueron: entregar un trabajo realizado por otro alumno previamente realizado para la misma asignatura u otra, pagar por un trabajo académico o comprarlo, y realizar un examen haciéndose pasar por otra persona. Palabras clave: Plagio académico, educación superior, conductas éticas, integridad académica, trabajos académicos. 2 Introducción. La preocupación por el plagio académico no es reciente. Una búsqueda sencilla en la base de datos del Educational Resources Information Center muestra que el interés por la investigación de esta problemática se ha manifestado en publicaciones científicas desde los años 90, por lo menos. De esto mismo dan cuenta Sureda, Comas y Morey (2009), que identifican en esa década a los trabajos pioneros sobre el plagio académico. Pese al interés que suscita esta problemática, Fish y Hura (2013) aseguran que muchos estudios no se ocupan de definir conceptualmente el plagio, al parecer porque se asume que existe un entendimiento común de la práctica que suprime la necesidad de una precisión al respecto. Lo anterior puede representar un problema para la obtención de evidencias útiles para abordar la situación, toda vez que, al no contar con una caracterización precisa del fenómeno, los hallazgos pueden ser interpretados como conductas distintas al plagio. Por ejemplo, Powers (2009, citado por Fish y Hura, 2013), afirma que los auto reportes de los estudiantes se ven afectados por lo que ellos entienden por plagio, además de que no siempre existe correspondencia plena entre lo que los profesores y los estudiantes catalogan como conductas graves. Esto incluye al autoplagio, asunto sobre el cual tampoco existe completo acuerdo entre profesores y estudiantes respecto de su gravedad, ya que ambos tienen diferentes consideraciones ante la reutilización de las propias tareas (Halupa, 2014). Diversos trabajos se han dado a la tarea de revisar las nociones acerca del concepto, desde definiciones exactas provenientes de la RAE y otros diccionarios, hasta las aportaciones producidas en trabajos científicos. En cualquier caso, los autores coinciden en que el plagio implica robar a otro su trabajo y privarlo del derecho de propiedad o no reconocer su autoría (Anney y Mosha, 2015), p. 203), que se pone de manifiesto principalmente en el acto de usar el trabajo de otros sin citación (Fish y Hura, 2013, p. 35). A decir de Rojas (2012), es tal la importancia de otorgar crédito por la autoría de un trabajo que se utiliza en un escrito, que se constituye en objeto de aprendizaje en la escuela, toda vez que se trata de una obligación ética (p. 56). Sin embargo, y gracias al acceso ampliado a los servicios de Internet, así como al uso masificado de dispositivos electrónicos para la comunicación personal, las prácticas relacionadas con el plagio se han diversificado entre los estudiantes, tanto en la realización 3 de trabajos escolares, de titulación y en lo que respecta a los exámenes y pruebas escritas. Para Anney y Mosha (2015), “la disponibilidad de la Internet ha sofisticado el plagio que cometen los estudiantes” (p. 203), a la vez que ha motivado dicha práctica, al ofrecerles mejores oportunidades para tener acceso al trabajo de otras personas, y hacerlos pasar como suyos. Se trata entonces de un ciber plagio, definido como “aquellos materiales presentados como fruto del trabajo personal que, en realidad, han sido copiados parcial o totalmente mediante procedimientos informáticos, sin mencionar su autoría original” (Domínguez-Aroca, 2012, citados en Alfaro y De Juan, 2014, p. 5). Pese al consenso que existe respecto del plagio como conducta poco ética, inmoral e incluso ilegal (dado que ciertos materiales están protegidos por derechos de autor), Shahabuddin (2009), advierte que su ocurrencia persiste entre estudiantes y académicos, motivada por las recompensas que los sujetos obtienen al tener éxito en la comisión del plagio, recompensas que en algunos casos pueden incluir promociones, incremento salarial y patentes (p. 353). La variedad de conductas y actos que pueden catalogarse como plagio ha sido descrita en diversos trabajos. Por ejemplo, en Ali et al. (2011), Barnbaum (2006) y Clough (2003), citados por Anney y Mosha (2015), se describen seis categorías o formas de plagio: 1. Copiar y pegar, que consiste en la copia textual de un texto sin reconocer al autor original, usando comillas. 2. Cambio de palabras, que consiste en tomar una frase de la fuente y se cambiar algunas palabras, pero sin dar el crédito correspondiente. 3. Plagio de estilo, que consiste en plagiar el estilo, el orden y la forma de presentación de las ideas desde otro autor. 4. Plagio de metáfora, que consiste en usar el estilo creativo de otro autor, sin darle el crédito correspondiente. 5. Plagio de ideas, en el cual se toma como propia la idea o solución propuesta por otro autor, sin dar el crédito correspondiente. 6. Plagio de autoría, que consiste en poner directamente el propio nombre sobre el trabajo de otro (p. 205). 4 En otro caso, en Turnitin (2012, citado por Anney y Mosha, 2015), se abordan 10 formas de plagio que los estudiantes cometen. Como dato particular, en esta clasificación se utilizan términos propios de los medios electrónicos que se asocian con el ciber plagio, para describir las formas y tipos de trabajos que manifiestan conductas de plagio: 1. Clon, que consiste en presentar el trabajo de otro, palabra por palabra, como propio. Puede ser equivalente al plagio de autoría. 2. CTRL-C, que consiste en crear un texto a partir de porciones importantes de otro texto tomado de una sola fuente, sin alteraciones. Podría ser equivalente al acto de copiar y pegar descrito en la clasificación anterior. 3. Encontrar–reemplazar, que consiste en cambiar palabras clave y frases manteniendo el contenido esencial. Puede ser equivalente al cambio de palabras descrito en la clasificación anterior. 4. Mezcla, en el cual se parafrasea de otras fuentes para hacer que el contenido coincida perfectamente. 5. Reciclar, es decir, tomar prestado generosamente del propio trabajo previo, sin citarse. Se trata de una forma de auto plagio. 6. Híbrido, que consiste en combinar fuentes citadas con extractos copiados (sin citar). 7. Mashu. Trabajo a base de una mezcla de material copiado de varias fuentes, sin la citación correspondiente. 8. Error 404, trabajo que incluye citas de una información inexistente o inexacta. 9. Agregador, se trata de un trabajo que incluye citación apropiada, pero escasea en partesoriginales. 10. Re-Tweet, ocurre cuando un trabajo incluye citación apropiada, pero se basa excesivamente en la redacción o estructura original del texto (p. 206). Metodología. El estudio que se reporta en esta comunicación forma parte de un proyecto más amplio llevado a cabo por la Red de Investigadores para el Estudio de la Calidad e Integridad Académica, y es producto del interés por aportar datos que permitan caracterizar el fenómeno del plagio mediante datos y evidencias referentes al contexto mexicano, toda vez que la revisión de la literatura ha mostrado caracterizaciones mejor desarrolladas en 5 otros contextos, y puesto que el asunto del plagio representa una preocupación relevante para las universidades mexicanas. Con estos propósitos, se llevó a cabo una encuesta entre estudiantes universitarios de Licenciatura en Educación de una universidad pública mexicana, a fin de recoger datos descriptivos en relación con su perfil, las acciones que ejecutan en sentido de plagio, sus actitudes y opiniones acerca de la gravedad de las manifestaciones del plagio en sus trabajos académicos y en sus exámenes. Los resultados que se reportan a continuación corresponden a los datos de la encuesta relativos a una serie de 16 conductas asociadas con el plagio, según el reporte que ofrecen 42 estudiantes (32 mujeres y 10 hombres). Para responder al instrumento, los sujetos debían señalar la frecuencia con la que habían realizado cada conducta durante sus estudios actuales de licenciatura, usando la escala: “nunca”, “entre 1 y 2 veces”, “entre 3 y 5 veces”, “entre 6 y 10 veces” y “más de 10 veces”. Los enunciados de las acciones de plagio se agruparon en tres tipos generales: a) plagio relacionado con el uso de información en trabajos escritos, b) ciber plagio y c) plagio en los exámenes. Resultados. El primer tipo general de plagio que se abordó en la encuesta estuvo relacionado con las distintas formas y acciones para cometer plagio al realizar trabajos académicos escritos durante los estudios de licenciatura, tomando información de otras fuentes sin dar el crédito correspondiente. Los resultados se muestran en la Tabla 1. En esta primera categoría, las modas se registraron en la opción “nunca”, en la mayoría de las acciones presentadas a los estudiantes. Destacan las acciones 2 y 5, en las que el 100% de los sujetos encuestados manifestó no haberlas cometido en sus estudios de licenciatura. En el caso de la acciones 6 y 13, las modas respectivas se registraron en la opción “entre 1 y 2 veces”; la acción 6 fue la única acción en la que se obtuvo un registro de “más de 10 veces”, por un solo estudiante. 6 Tabla 1. Frecuencia en el plagio al usar información de otras fuentes en trabajos propios. Acciones Nunca 1 y 2 veces 3 y 5 veces 6 y 10 veces Más de 10 veces Total A1. Entregar un trabajo propio previamente realizado para la misma asignatura u otra. 32 10 42 A2. Entregar un trabajo realizado por otro alumno previamente realizado para la misma asignatura u otra. 42 42 A5. Pagar por un trabajo académico o comprarlo 42 42 A6. Copiar fragmentos de fuentes impresas y usarlos sin citar en un trabajo académico. 16 18 6 1 1 42 A8. Copiar fragmentos de trabajos entregados en años anteriores y usarlos en un trabajo nuevo. 22 20 42 A13. Incluir en la bibliografía de una trabajo fuentes que realmente no has consultado. 19 21 2 42 A14. Falsear e inventar datos en un trabajo académico. 34 7 1 42 El segundo tipo general de plagio que se abordó en la encuesta se refirió a un conjunto de acciones que involucraban el uso de la Internet y dispositivos electrónicos para cometer plagio en los estudios de licenciatura. Los resultados se muestran en la Tabla 2. En esta segunda categoría de acciones de plagio, ocurrió de nueva cuenta que las modas se registraron en la opción “nunca”, en casi todas las acciones; destaca en los datos que 41 de los sujetos reportaron que nunca ha descargado un trabajo completo de Internet para entregarlo sin cambios como propio, durante sus estudios de licenciatura. A diferencia de la categoría anterior, en esta no hubo registros en la opción “más de 10 veces”, en ninguna de las acciones propuestas. 7 Tabla 2. Frecuencia en acciones de ciber plagio. Acciones Nunca 1 y 2 veces 3 y 5 veces 6 y 10 veces Total A3. Copiar y pegar sin citar de páginas web, en un trabajo que contiene segmentos originales. 14 22 6 42 A4. Descargar un trabajo completo de Internet y entregarlo sin cambios como propio. 41 1 42 A7. Realizar todo un trabajo a partir de fragmentos copiados de páginas web. 33 5 2 2 42 A11. Usar dispositivos tecnológicos (móviles, auriculares) para copiar durante un examen. 34 5 2 1 42 Destaca también la acción de “copiar y pegar sin citar de páginas web, en un trabajo que contiene segmentos originales”, como una conducta que sólo 14 sujetos reportaron “nunca” haberla realizado durante sus estudios actuales, mientras que 9 sujetos han realizado todo un trabajo a partir de fragmentos copiados de páginas web, y 8 sujetos afirmaron haber usado dispositivos tecnológicos para copiar en los exámenes. El tercer y último tipo general de plagio abordado en la encuesta se refirió a un conjunto de acciones relacionadas con la comisión de fraude al sustentar exámenes durante los estudios de licenciatura. Los resultados de esta categoría se muestran en la Tabla 3. Tabla 3. Frecuencia en acciones de plagio en los exámenes. Acciones Nunca 1 y 2 veces 3 y 5 veces 6 y 10 veces Total A9. Copiar de otro alumno en un examen. 25 16 1 42 A10. Dejar que otro alumno copie tu examen. 21 13 6 2 42 A12. Usar “acordeones” para copiar durante un examen. 24 15 2 1 42 A15. Realizar un examen haciéndose pasar por otra persona. 42 42 A16. Obtener ilícitamente las preguntas de un examen antes de presentarlo. 41 1 42 8 En esta categoría, nuevamente las frecuencias se agrupan alrededor de las opciones “nunca” y “entre 1 y 2 veces”, con nulos registros en la opción “más de 10 veces”. Destaca el hecho que el 100% de los sujetos afirma que nunca ha “realizado un examen haciéndose pasar por otra persona”, pero sólo 21 de los estudiantes afirma que “nunca” ha dejado que otro alumno copie su examen, mientras que 18 estudiantes afirman haber utilizado “acordeones” por lo menos en una ocasión. Conclusiones. Los datos recabados en la encuesta muestran una baja incidencia en las conductas de plagio auto referidas por los estudiantes. Pese a ello, merece la pena prestar atención al hecho de que hay ciertas conductas que sí están siendo cometidas por los alumnos durante sus estudios de licenciaturas, en mayor o menor medida, considerando que se trata de acciones poco éticas, deshonestas o incluso, ilegales; estas conductas pertenecen a las tres categorías aquí reportadas, incluyendo el ciber plagio y el plagio en los exámenes. Respecto de esta última categoría, Comas, Sureda, Casero y Morey (2011) han encontrado que la comisión de plagio en los exámenes usando TICs no se presenta de modo sustancial entre los estudiantes españoles, lo que no ocurre del mismo modo en la elaboración de trabajos escritos, en los que el Internet se percibe como fuente de plagio. En el caso del presente informe, las acciones más notorias reportadas por los encuestados consisten en: a) copiar fragmentos de fuentes impresas y usarlos sin citar en un trabajo académico, b) realizar todo un trabajo a partir de fragmentos copiados de páginas web, c) dejar que otro alumno copie en un examen, y d) usar “acordeones” para copiar durante un examen. Las acciones que los estudiantes nunca han realizado fueron: a) entregar untrabajo realizado por otro alumno previamente realizado para la misma asignatura u otra, b) pagar por un trabajo académico o comprarlo, y c) realizar un examen haciéndose pasar por otra persona. Las razones que mueven a los estudiantes al plagio pueden ser variadas. Factores como el tiempo inadecuado para estudiar, el miedo al fracaso, el exceso de trabajo como resultado de tener varios cursos simultáneos, la creencia de que no serán descubiertos porque los lectores se ocuparán extensivamente las tareas por la presión de su propio 9 trabajo, la edad, el promedio de calificaciones, el género y otros, pueden ser algunos de ellos (Gullifer y Tyson, 2010, y Walker, 2009, citados en Anney y Mosha, 2015, p. 204). El plagio puede prevenirse, y del estudio de este tema se han ocupado autores como Bakhtiyari et. al. (2014) quienes clasifican los métodos y técnicas de prevención del plagio en dos categorías: métodos no éticos y métodos éticos; los primeros consisten en mecanismos para evitar la detección del plagio, por lo que más bien se trata de métodos para no hacerlo evidente, de modo que no son recomendados más que para estar conscientes de su existencia y probable uso (p. 56). En el segundo caso, se refieren a los métodos que centran su esfuerzo en evitar las similitudes entre los textos, citando correcta y adecuadamente las fuentes; entre estas técnicas se inscriben las lecturas de múltiples fuentes, el uso de tesauros, la realización de correcciones, el uso de traductores automáticos, la auto lectura periódica y por supuesto, el uso de citas. Independientemente de las técnicas que decidan emplearse para solucionar el problema del plagio, Sureda, Comas y Morey (2009), recomiendan tener en consideración dos tipos de factores: al interior del sistema (como las escasas habilidades de búsqueda y gestión de la información por parte de los estudiantes, la demanda excesiva de trabajos y la poca dedicación a la revisión de trabajos, la ausencia de normativas claras sobre el plagio, entre otros) y los factores externos al sistema, que se refieren principalmente a las influencias sociales y culturales a los que se encuentran expuestos los estudiantes y que interfieren en sus percepciones sobre el uso de la información y el trabajo (p. 213-215). En cualquier caso, se concluye la necesidad de continuar explorando en los motivos de los estudiantes y en las acciones que puedan resultar más eficaces para prevenir el plagio, desde la formación de actitudes y conductas éticas, hasta la revisión de los sistemas y culturas escolares que albergan este tipo de prácticas. Referencias. 1. Alfaro, P. y De Juan, T. (2014). El plagio académico: formar en competencias y buenas prácticas universitarias. Revista de Unidades de Información, 6, 1-20. 2. Anney, V. N. y Mosha, M. A. (2015). Student’s Plagiarisms in Higher Learning Institutions in the Era of Improved Internet Access: Case Study of Developing Countries. Journal of Education and Practice, 6 (13), 203-216. 10 3. Bakhtiyari, K., Salehi, H., Mohamed, A. E., Masoud, S., Azam, Z., Masoomeh, S., Nader, A. E. & Marjan, M. (2014). Ethical and Unethical Methods of Plagiarism Prevention in Academic Writing. International Education Studies, 7 (7), 52-62. 4. Comas, R., Sureda, J., Casero, A. y Morey, M. (2011). La integridad académica entre el alumnado universitario español. Estudios Pedagógicos, 37 (1), 207-225. 5. Fish, R. y Hura, G. (2013). Students’ perceptions of plagiarism. Journal of the Scholarship of Teaching and Learning, 13 (5), 33 – 45. 6. Halupa, C. (2014). Exploring Student Self-Plagiarism. International Journal of Higher Education, 3 (1), 121-126. 7. Rojas, M. E. (2012). Plagio en textos académicos. Revista Electrónica Educare, 16 (2), 55-66. 8. Sureda, J., Comas, M. y Morey, M. (2009). Las causas del plagio académico entre el alumnado universitario según el profesorado. Revista Iberoamericana de Educación (50), 197-220.
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