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Actitud en intervenciones con riesgo NRBQ

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Actitud en intervenciones con riesgo NRBQMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Capítulo 210 | 1829
• Los servicios de emergencia se han tenido que ir enfrentando en los últimos años a inci-
dentes de gran importancia que suponen una amenaza para la vida de los seres humanos, 
debido a la utilización de productos químicos, agentes radiactivos, energía nuclear. El
último claro ejemplo es la pandemia vivida por el SARS-CoV-2.
• Un incidente NRBQ es aquel en el que encontramos la presencia de un producto, partícu-
la, radiación ionizante o microorganismo que lesiona a las personas expuestas (individuos
implicados, personal de los servicios de emergencia, centros sanitarios). Las lesiones pue-
den producirse incluso horas después del contacto con el agente agresor.
• NRBQ son las siglas que definen el riesgo Nuclear, Radiológico, Biológico y Químico de
este tipo de acontecimientos. Algunos grupos los denominan en su conjunto incidentes
tecnológicos.
• En España, el primer contacto con incidentes de este tipo corre a cargo del Ejército de Tierra,
así como la Unidad Militar de Emergencias (UME), el Cuerpo Nacional de Policía, Guardia
Civil, Bomberos y SAMUR-Protección Civil, con unidades específicas para estas amenazas.
2. INCIDENTE NUCLEAR
Está relacionado con las centrales nucleares y actos intencionados con artefactos explosivos
nucleares. El peligro es doble: la posible explosión y la emisión de radiaciones ionizantes a
gran escala. Son incidentes de gran magnitud que afectan a amplios territorios (incluidos nú-
cleos poblacionales), sus efectos se alargan en el tiempo y van a consumir muchos recursos.
3. INCIDENTE RADIOLÓGICO
Se relacionan con las lesiones que producen las radiaciones ionizantes de los elementos
radiactivos. En comparación con los nucleares, son incidentes menores. Suelen producirse en 
laboratorios, hospitales o centros tecnológicos, aunque también pueden darse por disper-
sión intencionada para causar daño.
4. INCIDENTE BIOLÓGICO
Riesgo que generan los microorganismos o sus toxinas (sus productos). Se habla de pacientes 
infecciosos o infectados. En nuestro medio, son una excepción los actos intencionados de
dispersión de esporas o toxinas para infectar a la población o causar daño (bioterrorismo).
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
CONCEPTOS Y BASES FISIOPATOLÓGICAS
1. ¿QUÉ ES UN INCIDENTE NRBQ?
ACTITUD 
EN INTERVENCIONES 
CON RIESGO NRBQ
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
1830 | Capítulo 210
Para tratarlos correctamente, hay que conocer las principales características del microor-
ganismo: transmisión, replicación, agresividad de la enfermedad y mortalidad. Los virus y 
las bacterias son los principales agentes protagonistas de este grupo. En los últimos años, 
la OMS ha catalogado como enfermedades emergentes las causadas por hantavirus, virus 
Nipah, virus Hendra, fiebre hemorrágica Crimea-Congo, encefalitis por garrapatas, enferme-
dad por virus Chikungunya, rabia, fiebre amarilla, tuberculosis multirresistente, gripe, síndro-
me respiratorio agudo y grave asociado a coronavirus y los priones. Las “superbacterias”, re-
sistentes a los antibióticos conocidos, son la creciente amenaza biológica que más preocupa. 
5. INCIDENTE QUÍMICO
• Ligado al uso de productos químicos a nivel industrial y doméstico. Se presentan en el 
medio ambiente en forma líquida, sólida y gaseosa, siendo esta última la más peligrosa 
por su dispersión. Provocan un efecto inmediato en las personas y elementos, debiendo 
ser la respuesta muy rápida para poder mitigarlos. Pueden producirse ataques intencio-
nados con productos convencionales o con armas químicas. Hay que evaluar la toxicidad 
(cantidad de producto que puede causar efecto), la latencia (tiempo entre la exposición y 
la aparición de síntomas) y el riesgo de infección para el personal. 
• Se clasifican en agentes químicos de guerra y tóxicos industriales. Los primeros, pueden 
ser a su vez neurotóxicos o nerviosos (como el gas sarín), vesicantes o dermotóxicos (gas 
mostaza, lewisita), sofocantes o neumotóxicos (cloro, fosgeno), cianurados o hemotóxicos 
(ácido cianhídrico AC, cloruro de cianógeno CK) e incapacitantes (gas lacrimógeno).
ZONIFICACIÓN
Zonificar es delimitar un espacio, en nuestro caso consiste en la presencia o ausencia del 
agente o producto agresor. Para poder controlar el peligro y evitar la contaminación, todas 
las áreas deben estar correctamente señalizadas y tener un control estricto del movimiento 
del personal. Las zonas se clasifican en:
• Caliente o de exclusión: donde se inicia el incidente. Su límite corresponde al área donde 
ya no hay agente y el aire tiene una composición normal. 
• Templada o de reducción de la contaminación: a continuación de la zona caliente y se 
realizan trabajos de descontaminación, revisión de los equipos, ayuda a los operativos de 
la zona caliente, control de accesos y las primeras valoraciones y asistencia a pacientes. 
• Fría o de apoyo: después de la zona templada, va a estar libre de agente agresor. En ella se 
van a colocar todas las infraestructuras necesarias para la atención a los pacientes y para 
la gestión general del incidente.
PROTECCIÓN
Es una de las partes más importantes de la atención ante un incidente NRBQ, pues entra den-
tro de los principios básicos de la labor asistencial en todo servicio de Urgencias: conducta 
PAS (Proteger, Alertar, Socorrer). Los agentes que han herido o lesionado a los pacientes son 
los mismos que lo harán con el personal si no lleva puesto el equipo de protección adecuado. 
Hay que tener siempre presente que “sin protección, no hay intervención”. Esta protección 
puede ser tanto colectiva (COLPRO, Collective Protection) como individual (EPI, Equipo de 
Protección Individual).
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Capítulo 210 | 1831
1. PROTECCIÓN COLECTIVA
La proporcionada a un grupo de individuos en un ambiente NRBQ que permite disminuir o 
eliminar su protección individual para que puedan continuar con sus funciones, descansar o 
recuperarse. Esto va a disminuir la degradación física y psicológica que supone portar un EPI. 
Los elementos que lo componen son el área libre de tóxicos (puede permanecer sin el EPI), 
área de control de la contaminación (detectores NRBQ, se quitan y descontaminan los EPI) y 
unidad de filtración de aire. 
1.1. Tipos de COLPRO
• Fijos: en instalaciones permanentes donde se realizan tareas continuas. Proporcionan fil-
trado de aire para la protección del personal y el material. 
• Móviles: integrados en vehículos, capacidad de empleo en movimiento. 
• Trasportables: pueden ser instalados en edificaciones o recintos cerrados. 
• Riesgos frente a los que protege:
• Nucleares y radiológicos: emisiones alfa, beta y el contacto directo con las partículas de la 
lluvia radiactiva, pero no frente a la radiación gamma ni los efectos directos de la exposi-
ción, excepto los sistemas fijos tipo refugio o de blindaje. 
• Riesgos biológicos: agentes biológicos, incluyendo toxinas y biorreguladores. 
• Riesgos químicos: agentes químicos en forma de vapor, líquido o sólido.
1.2. Niveles COLPRO
• Nivel 1: formado por los requerimientos mínimos que permiten a los ocupantes no llevar 
EPI. 
• Nivel 2: permiten la entrada y salida de personal, y material del ambiente contaminado sin 
riesgo para el TFA. 
• Nivel 3: como el nivel 2, pero permitiendo el uso prolongado en el tiempo del COLPRO. 
• Nivel 4: COLPRO con todos los módulos. 
2. PROTECCIÓN INDIVIDUAL
El uniforme NRBQ tiene como finalidad aportar protección física corporal y se compone de 
chaqueta, pantalón, cubre botas, guantes y bolsa de transporte. Los materiales de los EPI 
deben ser fabricados con una determinada especificidad contra el peligro frente al que pro-
tegen. La protección corporal en un ambiente NRBQ es tan eficaz como lo sea el más débil 
de sus componentes. 
2.1. Equipos de protección para la vía aérea
La vía aéreaes la parte más sensible en los incidentes NRBQ. Por ella pueden penetrar gases 
irritantes (muy lesivos), microorganismos (inicio del proceso infectivo) y partículas radiactivas. 
De esta forma las personas expuestas van a sufrir una contaminación interna, complicando 
mucho la intervención sobre ellas.
2.1.1. Equipos que filtran el aire que respiramos (filtrantes)
Los equipos de emergencias deben llevar filtros polivalentes. Para poderlos utilizar es nece-
sario tener en el aire al menos un 17 % de oxígeno, pues el filtro va a limpiar el aire pero no 
genera oxígeno. Nunca deben usarse en condiciones desconocidas del agente NRBQ o con 
concentraciones altas de este. 
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
1832 | Capítulo 210
• Mascarilla quirúrgica: protege al usuario de salpicaduras de fluidos biológicos, y a los 
demás, de las partículas emitidas por el usuario durante su respiración. 
• Elementos autofiltrantes FF: van a proteger solo la entrada de la vía aérea. Dependiendo 
de para qué producto es eficaz, llevan una tercera letra. Las más comunes son las FFP, 
eficaces para partículas y aerosoles biológicos. Pueden llevar una válvula incorporada, 
que favorece la salida y entrada de aire (FFPv). Existen 3 categorías según la eficacia del 
filtrado: FFP1 (capacidad de filtrado 85 %), FFP2 (92 %) y FFP3 (98 %). Son de un solo 
uso.
• Semimáscaras y máscaras: para proteger contra gases y vapores. Están provistas de ca-
talizadores que retienen o transforman el agente. Para su uso, es necesario conocer el 
agresor para escoger el filtro específico. El tiempo de utilización suele ser de 8 horas.
2.1.2. Equipos que llevan aire extra en un recipiente a presión (aislantes)
Son los ERA (Equipo de Respiración Autónoma). Se protege la vía aérea al respirar aire desde 
un recipiente a presión que cuelga de los hombros. La máscara del ERA cubre los ojos y la 
entrada de aire genera presión positiva, aumentando la seguridad. Las botellas tienen una 
autonomía de unos 30 minutos. 
2.2. Trajes de protección
Protegen del contacto con la piel de forma específica para el agente concreto. Están fabrica-
dos de acuerdo a la tecnología de superposición de capas: la exterior (efecto barrera frente 
a líquidos/sólidos) y la interior (con carbón activado, para retener los agentes químicos en 
forma de vapor). 
2.3. Calzado y guantes de protección
Acompañan al traje y a la protección de la vía aérea para completarlos. Todos ellos deben 
cumplir, como poco, las mismas características que el traje a nivel de resistencia a la pene-
tración y permeación. 
Los distintos elementos que conforman el equipo de protección individual (EPI) deben sellar-
se con cinta resistente al producto al que nos vamos a exponer, para evitar su entrada por 
las uniones. 
3. COLOCACIÓN DEL EQUIPO DE PROTECCIÓN INDIVIDUAL (EPI)
Es necesario un ayudante “espejo” para su colocación y retirada. Orden de colocación: 
1. Ponerse el traje de protección. Protege en ambiente contaminado 24 h. 
2. Botas y cubre botas. Protegen en ambiente contaminado 24 h.
3. Capucha del traje o casco.
4. Material de protección de la vía aérea.
5. Guantes. Protegen en un ambiente contaminado 6 h. 
Niveles de protección (clasificación española):
• Nivel I: protege el sistema respiratorio contra gases tóxicos y proporciona protección cor-
poral en caso de incendio. 
• Nivel II: traje contra salpicaduras, va colocado sobre el equipo del Nivel I. 
• Nivel III: traje de protección química estanco a gases y un ERA de presión positiva. Permite 
trabajar en ambientes tóxicos.
• Nivel IV: traje nivel III reforzado con protección al frío. 
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Capítulo 210 | 1833
PRESENTACIÓN Y SOSPECHA CLÍNICA
• Ante un incidente de riesgo NRBQ, el personal sanitario tiene dos trabajos: la asistencia 
lo antes posible a las personas implicadas y la descontaminación. Lo primero es conocer 
cuántos pacientes están afectados y de qué tipo tenemos el incidente, para así poder 
valorar los riesgos y trazar un plan de gestión basado en la toma de precauciones antes 
del incidente y el control del peligro. Y, por supuesto, alertar del incidente a los servicios 
de epidemiología.
• El reconocimiento NRBQ se basa en la obtención de información por observación visual u 
otros métodos, para confirmar o rechazar la presencia de riesgos o agresiones debidos a 
estos agentes. 
• Cuando un paciente llega a Urgencias hay que realizar un correcto triaje, catalogándolo 
de acuerdo a dos clasificaciones:
 1. Toxicidad del agente implicado: letal, perjudicial, incapacitante o efectos iatrogénicos 
de los antídotos. 
 2. Nivel de exposición: 
 • Expuestos: han estado en contacto con el agente agresor pero no presentan síntomas.
 • Afectados: tras la exposición presentan síntomas relacionados con ella.
 • Heridos: presentan lesiones no relacionadas con el agente. Son el mayor problema en 
los atentados con armas NRBQ o explosiones con escape del producto, siendo muy 
difíciles de descontaminar, ya que necesitan asistencia antes y durante ella. 
Se pueden utilizar distintos equipos de detección para conocer la presencia de productos 
NRBQ y tener orientación sobre el producto agresor. La identificación no es trabajo del per-
sonal sanitario, a excepción del riesgo biológico. 
1. SOSPECHA Y PRESENTACIÓN ANTE EXPOSICIÓN NUCLEAR 
Y RADIOLÓGICA
• La detección busca partículas (a, b, neutrones) y ondas electromagnéticas. Se miden me-
diante dosímetros y contadores de radiactividad corporal (CRC) que cuantifican las radia-
ciones gamma y X. Los límites establecidos de radiaciones ionizantes asumibles en cuanto 
a dosis acumulada son de 500 mSv (salvamento con riesgos inmediatos para la vida), 200 
mSv (prevención de efectos o lesiones graves para salud del público) y 50 mSv (actuacio-
nes normales en emergencias). 
• La protección fundamental frente a estos incidentes se basa en la distancia al material conta-
minado, estar el menor tiempo de exposición posible con este y utilizar un blindaje adecua-
do frente a su radiación. El EPI frente a la exposición nuclear va a proteger de las partículas 
alfa y beta, pero no de la radiación gamma ni neutrones. Contra las partículas alfa y beta 
basta con una protección ligera de la piel, pues alcanzan un máximo de 5 metros. Los rayos 
X y los gamma son más penetrantes, siendo necesarios blindajes con acero o plomo. 
• Las lesiones presentadas por los pacientes pueden deberse a traumatismos, irradiación y/o 
contaminación. Los síntomas por la radiación ionizante van a depender de la dosis:
 – Dosis bajas: daño celular, los efectos se ven en años, siendo los principales la aparición 
de cáncer (los más frecuentes, leucemia y cáncer de tiroides) y las mutaciones celulares. 
 – Dosis altas (≥ 10 Gy son letales): apoptosis celular y síndrome de irradiación aguda 
(ARS, siglas en inglés). Este último se produce con dosis ≥ 1 Gy (Gray) y va a cursar con: 
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
1834 | Capítulo 210
 1. Fase prodromal (0-2 días): náuseas, vómitos (tiempo de inicio se puede usar como 
triaje y predictor pronóstico, ya que si es rápido indica altos niveles de exposición), 
diarrea, cefalea, lesiones cutáneas, fiebre, taquicardia, disnea. 
 2. Fase de latencia (2-20 días): libre de síntomas.
 3. Manifestaciones ARS (21-60 días): falta de apetito, náuseas, vómitos, diarrea, con-
vulsiones, edema cerebral, coma o la muerte. 
 4. Fase de recuperación: depende de la gravedad y tipo de la exposición. La piel es lo 
que más va a tardar en recuperarse. 
2. SOSPECHA Y PRESENTACIÓN BIOLÓGICA
La detección biológica analiza microorganismos, toxinas y esporas. Suele realizarse en el labo-
ratorio y corre a cargo del personal sanitario. Ante la sospecha de riesgo biológico, debemos 
implementar una restricción del movimiento, para prevenir la extensión de la infección. El EPI va 
a ser impermeable, paraproteger de los aerosoles y las picaduras de insectos vectores. 
El espectro sindrómico va a ser muy amplio e inespecífico con manifestaciones respiratorias, 
gastrointestinales y cutáneas, fundamentalmente. 
3. SOSPECHA Y PRESENTACIÓN EN INCIDENTES QUÍMICOS
En la Tabla 210.1 se muestran los síntomas principales de los distintos grupos de agentes 
químicos. 
Síntomas principales de los distintos grupos de agentes químicosTabla 210.1.
AGENTES
Incapacitantes 
neutralizantes
Incapacitantes 
calmantes
Nerviosos
(neurotóxicos)
Sanguíneos
Vesicantes o 
dermotóxicos
Neumotóxicos o 
sofocantes
SÍNTOMAS
Irritación ojos, piel, 
sistema respiratorio 
(broncoespasmo), 
angioedema.
Rápido. Taquicardia, HTA, 
sequedad, mucosas, 
midriasis, desorientación.
Rápido. Miosis, rinorrea, 
disnea, convulsiones, apnea, 
paralisis flácida.
Muy rápidos. Disnea, 
cefalea, sabor metálico, 
rigidez de mandíbula, 
cianosis, midriasis.
– PIEL: irritación, ampollas, 
ulceración, quemaduras.
– VÍAS AÉREAS: 
broncoespasmo, 
laringitis, asfixia. 
Más lento. Inflamación vías 
respiratorias. Edema de 
pulmón. 
EJEMPLO
Gases lacrimógenos.
Benzoato de 
3-quinuclinidilo.
Organofosforados.
Gas sarín, tabún.
Cianurados (ácido 
cianhídrico AC, cloruro 
de cianógeno CK).
Mostazas azufradas 
(iperita), nitrogenadas.
Cloro.
Fosgeno.
MECANISMO
Irritante.
Depresor del sistema 
nervioso central. 
Bloqueo acción 
acetilcolinesterasa en 
SNC.
Interfiere en el 
intercambio oxígeno-
dióxido de carbono.
Sustancias alquilantes 
que reaccionan con los 
componentes del ADN 
y el ARN. 
Reaccionan en pared 
alveolar y capilar, 
permitiendo paso de 
plasma a alvéolos.
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Capítulo 210 | 1835
El EPI contra riesgo químico consta de una capa externa fluorocarbonada impermeable, que 
impide el paso de gotas de producto, y otra interna con carbón activado, que absorbe el 
vapor generado por estas. El producto va a permanecer en el exterior, debiendo ser retirado 
por un sistema de descontaminación. 
DIAGNÓSTICO
1. DIAGNÓSTICO ESPECÍFICO NUCLEAR Y RADIOLÓGICO
Las muestras de sangre deben obtenerse a intervalos de 6 horas para monitorizar la cinética 
del agotamiento de los linfocitos (recuento de linfocitos) que se correlaciona con la expo-
sición estimada de la dosis de radiación. También se debe prestar atención a los niveles de 
plaquetas, amilasa y PCR (proteína C reactiva). Puede ser útil la medición del antígeno leuco-
citario humano (HLA) para la valoración de las colonias de leucocitos. 
2. DIAGNÓSTICO ESPECÍFICO BIOLÓGICO
Como pruebas complementarias a destacar: cultivos de fluidos biológicos (hemocultivos, 
urocultivos), analítica con lactato, procalcitonina y PCR.
El laboratorio de Microbiología es fundamental, tanto para la detección biológica (poner 
de manifiesto que existe ADN, ARN o proteínas), como la identificación del microorganis-
mo concreto. Se está realizando el aislamiento del patógeno en muestras del laboratorio, 
con técnicas como la inmunofluorescencia, ELISA o PCR. Técnicas más novedosas serían la 
espectroscopia FTIR (Fourier Transform Infra Redspectroscopy), que puede identificar la com-
posición química de una muestra desconocida, y la cromatografía líquida-espectometría de 
masas (LC-MS/MS), que detecta incluso trazas de agentes biológicos. 
3. DIAGNÓSTICO ESPECÍFICO QUÍMICO
Mediante la evaluación de la escena donde tiene lugar el suceso y el espectro sindrómico de 
los pacientes se puede dilucidar el tipo de agente químico al que nos enfrentamos. 
TRATAMIENTO
Lo primordial es actuar siguiendo una sistemática mediante:
1. Medidas de soporte (ABCD): estabilizar vía aérea, oxigenoterapia, fluidoterapia, vasopre-
sores, control de la hemorragia, administración de los antídotos específicos y retirada de 
ropa contaminada. 
2. Medidas básicas de reducción de la contaminación: retirada de prendas exteriores, lavado 
de la piel y el pelo con agua y jabón, enjuagado de boca con agua y sonado de nariz. 
3. Monitorización/control de signos vitales y diuresis.
4. Vigilancia hospitalaria.
5. Tratamiento etiológico y sintomático.
6. Medidas preventivas para el control de la enfermedad, pues en ocasiones los pacientes 
pueden requerir aislamiento y cuarentena hospitalarios o domiciliarios. 
1. NUCLEAR Y RADIOLÓGICO
Hay que intentar disminuir el tiempo de exposición, alargar la distancia con respecto a la 
fuente y blindaje con materiales protectores. El tratamiento debe realizarse fuera del periodo 
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
1836 | Capítulo 210
de latencia, pues en él quedan enmascaradas las manifestaciones de la enfermedad, aumen-
tado el riesgo de infecciones y disminuyendo las posibilidades de curación.
Lo que ha demostrado mejorar el pronóstico es mantener una correcta hidratación (con 
fluidoterapia), tratamiento de las heridas y quemaduras, tratamiento antibiótico profilácti-
co, trasfusiones de hemoderivados y uso temprano de factores de estimulación de colonias 
de granulocitos y macrófagos (G-CSF y M-CSF). Las quemaduras van a ser tratadas de la 
forma habitual, pero las lesiones cutáneas por radiación pueden requerir desbridamiento y 
resección (por el daño del DNA). Una alternativa puede ser el alotrasplante de células madre 
hematopoyéticas, ante el fracaso de la médula. 
La profilaxis radiológica con la ingesta de compuestos químicos estables reduce la absorción 
selectiva de algunos radionucleidos (yoduro o el yodato de potasio sobre el tiroides). Sin 
embargo, lo más importante va a ser la descontaminación, pues de esta forma se disminuye 
la radiación externa derivada de las sustancias radiactivas asimiladas para el propio paciente 
y los que le rodean.
La causa principal de muerte va a ser la destrucción de la médula ósea, lo cual da lugar a 
infecciones y hemorragias internas. 
2. BIOLÓGICO
Tener muy en cuenta una escrupulosa atención a la aplicación de las medidas higiénicas. En 
general, se seguirá el mismo tratamiento inicial que el empleado en la sepsis (ver capítulo 
76): antibioterapia precoz de amplio espectro, oxígeno a alto flujo, fluidoterapia expansora 
y control adecuado del balance de líquidos. También pueden requerir tratamiento con inmu-
noglobulinas específicas y antitoxinas. Medidas a seguir para los cuidados posteriores son la 
vacunación postexposición y la posibilidad de restricción de movimiento de los pacientes y el 
personal, sobre todo si los agentes son transmisibles (requiriendo en ocasiones cuarentena 
domiciliaria u hospitalaria). 
3. QUÍMICO
Lo primero es el lavado de las zonas afectas con agua y jabón y ventilación del área con aire 
limpio. Las heridas producidas por agentes químicos tienen un fondo difícil de descontami-
nar, por lo que deben irrigarse con abundante suero y en ocasiones ser desbridadas quirúr-
gicamente. Pueden requerir tratamiento con antídotos específicos (ver capítulos 129 y 130)
• Agentes incapacitantes:
 – Neutralizantes: lavado de ojos con solución débil de ácido bórico y la piel con carbona-
to sódico o, en su defecto, agua y jabón.
 – Calmantes: en casos leves-moderados descender temperatura corporal y estrecha vigi-
lancia 24-48 h hasta eliminación metabólica del agente. En casos más graves, adminis-
trar parasimpático-miméticos intravenosos (fisostigmina, de elección).
• Agentes nerviosos: tratamiento inmediato con atropina i.v. en bolo e ir doblando la canti-
dad (2 mg, 4 mg, 8 mg, etc.) o cloruro de pralidoxima (2 g i.v.). En casos graves, diazepam, 
aspiración de secreciones y ventilación. 
• Agentes sanguíneos: la única posibilidad de supervivencia consiste en una trasfusión de 
urgencia y oxígeno de forma precoz. Administración de antídotos específicos (tiosulfato 
de sodio 12,5 g o cobalto 300 mg).
 Actitud en intervenciones con riesgo NRBQMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Capítulo 210 | 1837
• Agentes vesicantes: tratamiento sintomático, sobre todo de las lesiones cutáneas.Las 
ampollas pueden tardar en curar hasta 12 semanas y requerir drenaje y antibioterapia. 
Dimercaprol (3 mg/kg i.m. cada 4 h las primeras 48 h) si intoxicación por compuestos 
arénicos y gluconato cálcico para las lesiones por ácido fluorhídrico. 
• Agentes neumotóxicos: sintomático fundamentalmente (salbutamol, corticoides inhala-
dos), con un buen lavado de ojos y piel, oxígeno y medidas de soporte. En el caso de 
intoxicación por cloro, parece que puede ayudar la administración en aerosoles de bicar-
bonato sódico. 
DESCONTAMINACIÓN
Se retira o neutraliza el agente que está lesionando a los pacientes, evitando la contamina-
ción interna (si aún no se ha producido), la contaminación del resto de personal y de la zona 
ajena a la intervención (contaminación secundaria).
1. TIPOS DE DESCONTAMINACIÓN
• Pasiva o natural: por procedimientos naturales de decaimiento, sin intervención humana 
ni mecánica. Es tiempo dependiente.
• Activa: mediante procesos químicos y/o físicos para eliminar o neutralizar los agentes. 
Debe ser lo antes posible, tan cerca de la contaminación como se pueda, solo descontami-
nar lo necesario y estableciendo unas prioridades (primero al personal y luego al material). 
Lo primero es la retirada de ropa, con ello se eliminará el 80 % de la contaminación. 
Posteriormente, ducha con abundante agua. 
2. NIVELES DE DESCONTAMINACIÓN
• Inmediata: realizada por los propios individuos que se han contaminado, para favorecer su 
supervivencia. 
• Operativa: llevada a cabo por un individuo y/o equipo, restringida a partes específicas del 
personal, material o áreas de trabajo esenciales. Para minimizar los riesgos por contacto o 
propagación y poder continuar con la intervención. 
• Completa: se encargará un equipo específico, para disminuir la contaminación del perso-
nal, los pacientes, material y/o áreas de trabajo. Permite la retirada total del EPI y continuar 
con la labor asistencial. 
• Certificada: sobre las personas y/o el equipo que sale de una zona de actuación, a un nivel 
suficiente para permitir su uso sin restricciones para transporte, mantenimiento o empleo. 
Es posible que precise el apoyo de organizaciones externas. 
Se debe realizar a todas las personas susceptibles de haber estado en contacto con el produc-
to, siempre que este sea contaminante. Hay que diferenciar entre la descontaminación de las 
personas que se encuentran en el incidente y la de los intervinientes (personal sanitario). Las 
víctimas van a necesitar una descontaminación en tres fases: desvestido, arrastre con agua 
y jabón y vestido con ropa limpia. Los intervinientes, al llevar los EPI, solo descontaminación 
de los equipos.
Para descontaminar a los pacientes es necesario el uso de EPI resistente a líquidos a presión 
y vapores. Esta labor requiere de una estructura con un recipiente para recoger el agua 
utilizada, un sistema de suministro de agua o producto descontaminante, ropa de cambio, 
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIASMANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS
1838 | Capítulo 210
recipientes para la ropa sucia, recipientes para los objetos personales (los que pueden ser 
descontaminados, los que no se quedan con la ropa sucia). 
En cuanto a la gestión de residuos, los materiales contaminados o infecciosos, incluyendo los 
residuos de la contaminación, deben aislarse y marcarse. 
BIBLIOGRAFÍA
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