Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Abordaje diagnóstico del derrame pleural El espacio pleural es el que delimitan las hojas pleu- rales visceral y parietal. En términos fi siológicos existe en él una pequeña cantidad de líquido pleural de al- rededor de 8 mL (0.4 ± 34.3 mL). El líquido pleural en- tra a la cavidad pleural de forma fi siológica desde los capilares de la pleura parietal, a un ritmo aproximado de 15 mL/día. La reabsorción se efectúa sobre todo a través de las vías linfáticas. Sin embargo, en situaciones patológicas el líquido pleural puede provenir, además de los capilares de la pleura parietal, del espacio in- tersticial pulmonar, los linfáticos intratorácicos, los va- sos sanguíneos intratorácicos o la cavidad peritoneal. A la acumulación patológica de líquido pleural en el espacio pleural se la denomina derrame pleural. En el cuadro 33-1 se muestran los mecanismos patogénicos que pueden producir derrames pleurales. Para el abordaje diagnóstico del derrame pleural se recomienda el estudio mostrado en la fi gura 33-1. Tras la sospecha de la existencia de derrame pleural por los síntomas o los datos de la exploración física, se confi rma mediante un método radiológico (por lo general radio- grafía de tórax o ecografía torácica) y, en caso de no establecer un diagnóstico obvio, se indica el estudio del derrame con el análisis del líquido pleural. SÍNTOMAS Los síntomas relacionados más a menudo con el de- rrame pleural pueden incluir la disnea, que depende de su cuantía y la función pulmonar previa, el dolor pleurítico por afectación de la pleura parietal, ya que la pleura visceral no tiene terminaciones de dolor, o la tos no productiva, cuyo mecanismo de producción no se ha dilucidado por completo. Sin embargo, no es infrecuente que el derrame pleural sea en muchos pa- cientes paucisintomático o asintomático, bien porque en verdad no produce signos o bien porque los sínto- mas de la enfermedad causal ocultan los derivados del derrame pleural. Cuadro 33―1. Mecanismos patogénicos de producción del derrame pleural A. Mecanismos por exceso de formación de líquido pleural Aumento del líquido intersticial pulmonar (p. ej., neumonía, embolismo pulmonar) Disminución de la presión pleural (p. ej., pulmón atrapado) Paso de líquido desde la cavidad peritoneal (p. ej., ascitis) Rotura del conducto torácico (quilotórax) B. Mecanismos por disminución de reabsorción del líquido pleural Reducción del drenaje linfático de la pleura parietal ● Por afectación linfática - Infi ltración tumoral - Posradiación - Alteraciones anatómicas (síndrome de las uñas amarillas) ● Por factores extrínsecos que inhiben la función linfática - Compresión extrínseca linfática (granulomas, fi brosis) - Bloqueo de los estomas (depósito de fi brina, neoplasias) - Disminución del contacto con el líquido (neumotórax) http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 33)414 MÉTODOS DE IMAGEN La detección del derrame pleural se realiza casi siem- pre mediante radiografía de tórax, ecografía o tomo- grafía computarizada. Las características en la imagen de estos tres métodos se han descrito de forma amplia. Sin embargo, cabe destacar la mayor accesibilidad en los últimos años de la ecografía torácica. La ecogra- fía, que puede realizarse al pie de la cama y repetirse para el seguimiento de la enfermedad pleural cuantas veces sea necesario, hoy día se considera incluso un complemento de la exploración física. Su utilidad para localizar el derrame pleural; identifi car los septos; guiar la toracocentesis, biopsia pleural, drenajes torácicos o el punto de entrada de la toracoscopia; o incluso ayu- dar en el diagnóstico etiológico, está reconocida de manera amplia. Figura 33―1. Algoritmo diagnóstico del derrame pleural. (Nota: en línea discontinua se muestran las pruebas diagnósticas cuya indicación y localización temporal se recomiendan según las características clínicas radiológicas o del líquido pleural. TC: tomografía computarizada. Derrame pleural Historia clínica y exploración física Imagen radiológica Diagnóstico Toracocentesis diagnóstica (ecografía torácica) TC torácica Broncoscopia Otras pruebas según sospecha diagnóstica Biopsia pleural transparietal o toracoscópica (ecografía torácica) Toracotomía Observación Diagnóstico Trasudado Quilotórax Empiema Hemotórax Diagnóstico http://booksmedicos.org Abordaje diagnóstico del derrame pleural 415 ETIOLOGÍA DEL DERRAME PLEURAL Para realizar el estudio de un derrame pleural se re- comienda determinar si se trata de un trasudado o un exudado. El primero es el resultado de factores sisté- micos que favorecen la producción o disminuyen la re- absorción del líquido pleural, mientras que el segundo se produce como consecuencia de la afectación directa de la pleura. Las principales causas de los trasudados son la insufi ciencia cardiaca, la descompensación hi- drópica en la cirrosis hepática, el síndrome nefrótico, la diálisis peritoneal, el urinotórax, las glomerulonefritis, la fístula de líquido cefalorraquídeo o el mixedema. En cuanto a los exudados, las causas más comunes son los derrames paraneumónico, neoplásico o tuberculoso. En el cuadro 33-2 se muestran las principales causas del derrame pleural exudado. Cuadro 33―2. Etiologías más frecuentes de derrame pleural exudado Agentes físicos Traumatismo torácico Quemadura eléctrica Radioterapia Yatrogenia Fármacos Nitrofurantoína, practolol Bromocriptina, metisergida Procarbacina, metotrexato Dantroleno, amiodarona Mitomicina, ergotamina Metronidazol, bleomicina Propiltiouracilo, minoxidilo Cardiovasculares Tromboembolismo pulmonar Pericarditis constrictiva Trombosis de vena esplénica Rotura de aneurisma disecante aórtico Embolismo por colesterol Cirugía de bypass coronario Posinfarto pospericardiotomía Infecciones Bacterianas: neumonía o infección sistémica Tuberculosis Parasitosis Micosis Virus respiratorios, hepatitis, cardiotropos Otros gérmenes Neoplasias Mesotelioma Carcinomas Síndromes linfoproliferativos Sarcomas Mieloma Otros Enfermedades inmunológicas Artritis reumatoide Lupus eritematoso diseminado Lupus inducido por fármacos Enfermedad mixta del tejido conjuntivo Espondilitis anquilopoyética Síndrome de Sjögren Linfoadenopatía angioinmunoblástica Vasculitis de Churg-Strauss Granulomatosis de Wegener Fiebre mediterránea familiar Sarcoidosis Alveolitis alérgica extrínseca Aspergilosis broncopulmonar alérgica Enfermedad infradiafragmática y digestiva Rotura esofágica Escleroterapia de varices esofágicas Hernia transdiafragmática incarcerada Cirugía abdominal Peritonitis Enfermedad infl amatoria intestinal Enfermedad esplénica: rotura, infarto, angioma Absceso subfrénico, hepático o esplénico Obstrucción del tracto biliar Pancreatitis y seudoquiste pancreático Síndrome de hiperestimulación ovárica Síndrome de Meigs Posparto Trasplante hepático Ascitis de otras causas Otros Derrame asbestósico benigno Uremia Síndrome de las uñas amarillas Linfangioleiomiomatosis Histiocitosis X Atrapamiento pulmonar Amiloidosis Derrame pleural fetal Trasplante pulmonar http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 33)416 ANÁLISIS DEL LÍQUIDO PLEURAL La obtención de líquido pleural para su análisis debe realizarse en los pacientes con derrame pleural de cau- sa no conocida con base en los datos clínicos y radio- lógicos, siempre que no haya contraindicaciones. La técnica de la toracocentesis se expone en otro capítulo de este libro. Las características organolépticas del lí- quido pleural pueden ser de utilidad en ocasiones. En consecuencia, un líquido blanco lleva a sospechar qui- lotórax, seudoquilotórax o empiema; el olor pútrido in- dica una infección por anaerobios o el de amoniaco un urinotórax. No obstante, en pocas ocasiones el aspecto del líquido es concluyente en grado sufi ciente para es- tablecer un diagnóstico de seguridad. A continuación se exponen los parámetros del lí- quido pleural con los cuales sepuede diagnosticar o infl uir en las probabilidades diagnósticas, incluso en más del 70% de los pacientes. PARÁMETROS BIOQUÍMICOS pH y glucosa El pH normal del líquido pleural está infl uido por el pH de la sangre. Es fundamental que las condiciones de su extracción, manipulación de la muestra y deter- minación del pH sean adecuadas, similares a las de la cuantifi cación del pH sanguíneo. Por consiguiente, de- ben evitarse las burbujas de aire en la jeringa, la conta- minación con lidocaína, que incluso en cantidades tan pequeñas como 0.2 mL pueden acidifi car el pH, o la permanencia de la muestra de líquido pleural durante más de cuatro horas a temperatura ambiente. La medi- da del pH debe realizarse con un analizador de gases, no con las tiras de medidas de pH. En los trasudados, el pH pleural suele ser superior al sanguíneo. En algunos exudados puede estar des- cendido. Si el pH es inferior a 7.20, se debe plantear el diagnóstico diferencial entre el derrame pleural para- neumónico, el neoplásico, la artritis reumatoide, la tu- berculosis pleural, el lupus eritematoso diseminado y la rotura esofágica. Por lo regular, la glucosa pleural es paralela a la del suero. Las concentraciones de glucosa inferiores a 60 mg/dL son útiles en el diagnóstico y tratamiento de los pacientes con derrame pleural. Se pueden encontrar en individuos con derrame pleural paraneumónico, de- rrame pleural maligno, por artritis reumatoide o en la pleuritis tuberculosa. Menos a menudo también se identifi ca en el derrame por paragonimiasis, hemotó- rax, lupus eritematoso diseminado o granulomatosis de Churg-Strauss. El descenso de la glucosa y el pH suelen corres- ponderse. Además, en los sujetos con derrame pleural paraneumónico, el descenso de la glucosa por debajo de 60 mg/dL y del pH < 7.20 se relacionan con una mayor probabilidad de necesitar un drenaje del líquido pleural para la resolución del cuadro. En los derrames pleurales malignos, la disminución de la glucosa y el pH se acompaña de una mayor carga de células tumo- rales en el espacio pleural, con una mayor sensibilidad de la citología y la biopsia pleural, peores resultados en la pleurodesis y una menor supervivencia. Lactato deshidrogenasa Los valores del lactato deshidrogenada (LDH) en líqui- do pleural son un indicador de la infl amación pleural; su elevación con el tiempo señala que ha aumentado la afectación pleural y por tanto hace más necesaria la determinación del origen del derrame pleural, si es po- sible. Su mayor utilidad clínica, como se expone más adelante, es la diferenciación, con otros parámetros bioquímicos, de los derrames pleurales trasudados o exudados. Además, en algunos estudios se ha encon- trado relación entre las cifras elevadas de LDH pleural y la falta de éxito de la pleurodesis y la supervivencia en pacientes con derrames pleurales malignos. La determi- nación de isoenzimas de LDH no tiene utilidad clínica en la mayor parte de los derrames pleurales. Amilasa La elevación de la concentración de amilasa en el lí- quido pleural por arriba de los valores normales en el suero se relaciona en especial con derrame pleural por enfermedades pancreáticas, neoplásicos o rotura esofágica. Con menor frecuencia se eleva también en causas variadas de derrame pleural, como la pleuritis tuberculosa, el derrame pleural paraneumónico, el hi- drotórax hepático, la uremia, la pleuritis por radiación o el traumatismo abdominal. Su determinación en el ámbito clínico está justifi cada ante la sospecha de en- fermedad pancreática o rotura esofágica, en cuyo caso la amilasa tiene un origen salival. Colesterol y triglicéridos La principal utilidad de la determinación del colesterol y los triglicéridos en el líquido pleural es el diagnósti- co de quilotórax y seudoquilotórax. La concentración de estas sustancias se debe determinar en todos los http://booksmedicos.org Abordaje diagnóstico del derrame pleural 417 derrames de causa no determinada, ya que el aspecto macroscópico lechoso sólo se encuentra en 50% de los quilotórax; los restantes son turbios o serohemáticos. El quilotórax se defi ne como la presencia de quilo en el espacio pleural. Es un derrame pleural de inicio agudo, cuya patogenia se basa en la lesión del conducto torácico, en particular por traumatismo, tumor o afecta- ción por granulomas. El diagnóstico se basa casi siem- pre en la concentración de triglicéridos en líquido pleural: si ésta es superior a 110 mg/dL, con contenido normal o disminuido de colesterol, el derrame pleural es con toda probabilidad un quilotórax; si es inferior a 50 mg/dL queda excluido dicho diagnóstico; y si la concen- tración de triglicéridos fl uctúa entre 50 y 110 mg/dL, se recomienda la búsqueda de quilomicrones, cuya pre- sencia en líquido pleural asegura el diagnóstico de qui- lotórax. En los casos con concentraciones superiores a 110 mg/dL, la existencia de un cociente de colesterol lí- quido pleural/suero < 1 y un cociente de triglicéridos líquido pleural/suero > 1 aumenta la especifi cidad de este diagnóstico. Los seudoquilotórax son derrames de larga evolu- ción (media, cinco años), con engrosamiento pleural, lo que difi culta el intercambio de solutos y se acumula colesterol. Una concentración de colesterol superior a 200 a 250 mg/dL en líquido pleural suele corresponder a un seudoquilotórax. Por lo general tienen un aspecto lechoso y en ocasiones los valores de triglicéridos pue- den ser superiores a 110 mg/dL. Algunas veces es posi- ble encontrar cristales de colesterol. Las causas más frecuentes son la tuberculosis y la artritis reumatoide, pero también se han descrito en el neumotórax terapéu- tico con ate lecta sia, las neoplasias, la paragonimiasis o la insufi ciencia cardiaca, sin bien rara vez. Además, la concentración de colesterol, y su co- ciente con los valores del suero, también se han utiliza- do en la diferenciación entre los derrames pleurales trasudados y exudados, sobre todo en los sujetos bajo tratamiento con diuréticos, tal como se expone más adelante. ANÁLISIS CELULAR Se recomienda el recuento de los glóbulos rojos, así como el recuento y la fórmula leucocitaria. Recuento de eritrocitos La mayor parte de los exudados pleurales tiene un contenido de 5 000 a 10 000 eritrocitos/mm3. Estas pe- queñas cantidades pueden conferir un color serohemá- tico al líquido pleural, que no es específi co de ningún diagnóstico etiológico. Si el derrame pleural posee un aspecto hemático, tiene casi siempre más de 100 000 eritrocitos/mm3 y se relaciona más a menudo con de- rrames malignos o traumáticos y, con menor frecuencia, con derrame pleural paraneumónico. Además, la deter- minación del contenido hemático está indicada si existe sospecha de que el derrame pleural sea un hemotórax, lo que se confi rma si el hematócrito del líquido pleural es mayor del hematócrito de la sangre periférica. Leucocitos El recuento y la fórmula leucocitarios deben incluirse entre las determinaciones a realizar en todo análisis del líquido pleural. Aunque por lo regular se han cuanti- fi cado de forma manual, es posible hacerlo de forma automatizada con similares resultados. El recuento leu- cocitario no ofrece valor diagnóstico. Las cifras de leuco- citos pueden ser superiores a 10 000/mm3 en derrames paraneumónicos, de causa pancreática, por tromboem- bolismo pulmonar, pospericardiotomía o en el lupus eri- tematoso sistémico. En una serie del grupo del autor con 191 trasudados consecutivos, el 85% de ellos tenía valores inferiores a 2 000/mm3 mientras que el 75% de los exudados mostró cifras superiores a 1 000/mm3. En relación con la fórmula leucocitaria, las deter- minaciones automatizadas son fi ables en medida sufi - ciente para su uso clínico. Los neutrófi los predominan en los derrames pleurales agudos, como los paraneu- mónicos, por embolismo pulmonar, pancreatitis, abs- ceso subfrénico o tuberculosis en los primeros días de afectación pleural.La interleucina 8 parece estar rela- cionada con la neutrofi lia pleural mediante sus propie- dades quimiotácticas. El predominio de linfocitos (> 50%) se relaciona con derrame pleural de mayor evolución temporal. Es frecuente en la tuberculosis (en la experiencia del au- tor, 223/239 [93%] pacientes consecutivos con derra- me pleural tuberculoso tenían más del 50% de linfocitos y 126/239 [53%] tenían más de 90% o más de linfoci- tos), y menos común en los derrames pleurales malig- nos (466/619 derrames pleurales malignos consecutivos [75%] tenían más de 50% de linfocitos y 126/619 [20%] mostraban 90% o más de linfocitos en líquido pleural). Sin embargo, en la serie del autor de 1 700 pacientes consecutivos con derrame pleural, otras causas pue- den cursar con más del 95% de linfocitos, en particular trasudado, o derrame pleural en entidades agudas que pueden persistir más tiempo del habitual, como el tromboembolismo pulmonar o algunos derrames pa- raneumónicos. La mayor parte de los linfocitos corres- ponde a linfocitos T, excepto en la afectación pleural http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 33)418 de la leucemia linfática crónica o algunos linfomas, en los que pueden predominar los linfocitos B. Se considera eosinofi lia pleural cuando las cifras de eosinófi los superan el 10% de los leucocitos. En la mayoría de los derrames pleurales, la eosinofi lia es se- cundaria a la presencia de aire o sangre en el espacio pleural. Otras causas incluyen el derrame pleural por fármacos, derrame pleural paraneumónico, derrame pleural asbestósico benigno, derrame pleural maligno o el que acompaña a las enfermedades con infi ltrados pulmonares y eosinofi lia, como la vasculitis de Churg- Strauss o la neumonía eosinófi la crónica. Cuando es consecutivo a un derrame pleural paraneumónico, se acompaña de buen pronóstico y se relaciona con la etapa de resolución del derrame pleural. Otras causas menos frecuentes son el derrame pleural trasudado, la tuberculosis o el derrame pleural por embolismo pul- monar. Una concentración de basófi los superior al 10% sugiere la afectación pleural por leucemia y la presen- cia de abundantes células plasmáticas indica la afecta- ción pleural por mieloma múltiple. Cultivos de líquido pleural Si existe sospecha de un diagnóstico infeccioso, el líquido pleural se debe remitir a cultivo en los reci- pientes preparados para cultivo bacteriano en medios aerobio y anaerobio, así como cultivo de hongos. No se recomienda enviar a cultivo el líquido pleural en los pacientes sin sospecha de una causa infecciosa bacte- riana o micótica. El cultivo de micobacterias se revisa en un apartado posterior de este capítulo. La amplifi - cación de ácidos nucleicos puede ser complementaria en la detección de bacterias. ESTUDIOS PARA DIFERENCIAR LOS DERRAMES TRASUDADOS Y EXUDADOS Establecer si el derrame pleural es un trasudado o un exudado resulta uno de los primeros datos a conside- rar en el estudio de los pacientes con derrame pleural. R. Light describió los criterios más utilizados. Se con- sidera exudado si se cumple al menos alguno de ellos: ● Proteínas en líquido pleural/proteínas en suero > 0.5 ● LDH en líquido pleural/LDH en suero > 0.6 ● LDH en líquido pleural superior a 2/3 del límite superior de la normalidad en suero. A partir de estos criterios se clasifi can casi todos los exudados (98%), pero hasta 25% de los trasudados puede catalogarse de forma incorrecta como exuda- dos. Este defecto de clasifi cación se relaciona sobre todo con trasudados cardiacos o hidrotórax hepáticos, en pacientes que reciben diuréticos en su tratamiento. Es probable que se produzca un aumento de la con- centración de los solutos al incrementarse la diuresis y disminuir el tercer espacio existente. Para subsanar la clasifi cación errónea de estos tra- sudados se han propuesto otros criterios que identifi can a los exudados, como el colesterol en líquido pleural/ colesterol > 0.3, el colesterol en el líquido pleural > 45 mg/dL o de 60 mg/dL. En fecha más reciente se ha pro- puesto que si se sospecha insufi ciencia cardiaca, pero el derrame pleural es un exudado limítrofe, se puede cal- cular el gradiente (sustracción) entre la albúmina del suero y del LP. Si dicha diferencia es superior a 1.2 g/dL (83% de pacientes con estos “falsos exudados” cardia- cos), se puede asumir la naturaleza trasudativa del de- rrame pleural. Los hidrotórax hepáticos etiquetados como exudados por los criterios de Light muestran, en el 77% de ocasiones, un cociente entre la albúmina del LP y la albúmina sérica inferior a 0.6. Si está disponible su determinación, el hallazgo de una concentración pleural del péptido natriurético NT- proBNP superior a 1 500 pg/mL puede ser útil (cocien- te de probabilidades positivo > 10) para diagnosticar insufi ciencia cardiaca. Sin embargo, existe una buena correlación con las determinaciones en sangre de NT- proBNP, por lo que no es necesaria su determinación en el líquido pleural. ESTUDIOS PARA EL DIAGNÓSTICO DE TUBERCULOSIS La afectación de la pleura por la tuberculosis es la más frecuente entre las tuberculosis extrapulmonares y re- presenta alrededor del 10% de los casos de éstas. Para su diagnóstico se pueden utilizar las siguientes técnicas. Cultivo de líquido pleural El cultivo de Löwenstein ofrece la mayor seguridad diagnóstica para la tuberculosis pleural. Sin embargo, su sensibilidad es baja, casi siempre inferior al 25% en la mayor parte de las series. La utilización del sistema BACTEC ofrece resultados mejores y en un tiempo más corto. No obstante, dada la escasa sensibilidad de es- tos métodos, y el tiempo requerido (por lo regular de http://booksmedicos.org Abordaje diagnóstico del derrame pleural 419 varias semanas) para su consecución se han desarrolla- do otras técnicas. Reacción en cadena de la polimerasa (PCR) La sensibilidad de esta técnica para el cultivo de M. tuberculosis en líquido pleural parece ser inferior a la obtenida con otros microorganismos, tal vez porque se trata de una forma de tuberculosis paucibacilar. En el metaanálisis de Pai et al. se obtuvo una sensibilidad media de 0.623, con una especifi cidad de 0.98. Su apli- cación clínica no parece indicada hasta que se depure la técnica de laboratorio. Adenosina desaminasa (ADA) e interferón γ La adenosina desaminasa es un enzima derivada del metabolismo de las purinas, producida en particular por los linfocitos T, que cataliza la conversión de ade- nosina a inosina. El interferón γ es una citocina produ- cida sobre todo por los linfocitos CD4 activados, que incrementa la producción de peróxido de oxígeno por los macrófagos y puede facilitar la eliminación intrace- lular de las micobacterias. El hallazgo de cifras elevadas de ADA o interferón γ supone una sensibilidad y especifi cidad elevadas para el diagnóstico de tuberculosis pleural, que en la mayoría de las series oscila entre 95 y 100%. No obs- tante, el punto de corte para ambas determinaciones se debe establecer en cada laboratorio, debido a la va- riabilidad entre ellos. La ADA presenta la ventaja de su bajo costo, si bien en la sensibilidad y especifi cidad del interferón γ son apenas superiores a las del ADA. Los falsos positivos del ADA se han descrito en especial en la artritis reumatoide, empiemas y neoplasias, sobre todo las hematológicas (en mayor grado los linfomas). Pese a ello, la mayoría de estas enfermedades no ha presentado falsos positivos en los estudios con interfe- rón γ. Se ha descrito la relación de cifras más bajas de ADA en pacientes fumadores o de mayor edad. La de- terminación de isoenzimas de ADA no parece aumen- tar su valor diagnóstico en grado signifi cativo. Si se conoce la prevalencia de las enfermedades referidas en cada medio, es posible utilizar la determinación con mayor rentabilidad. OTRAS DETERMINACIONES Otras determinaciones, como lisozima, detección de receptores solublesde IL-2 en líquido pleural o deter- minación de IgG contra el antígeno micobacteriano 60, han demostrado mayor utilidad clínica que los pará- metros ya referidos, por lo que no se recomienda su utilización clínica. Estudios para el diagnóstico del derrame pleural maligno La afectación pleural por las neoplasias es una de las causas más frecuentes del derrame pleural y con fre- cuencia se acompaña de un mal pronóstico en un pla- zo corto de tiempo. Por estas razones, se han realizado múltiples estudios para determinar los mejores méto- dos diagnósticos. Citología El estudio citológico del líquido pleural es una de las determinaciones que ofrece mayor rentabilidad diag- nóstica. Su sensibilidad oscila entre 40 y 87% y depende sobre todo del entrenamiento del citólogo, la extensión pleural de la neoplasia y la estirpe tumoral, dado que es positivo con más frecuencia en los adenocarcinomas que en los sarcomas o carcinomas epidermoides. Asi- mismo, el análisis hasta de 150 mL de líquido pleural puede elevar la sensibilidad de la técnica, además de que el análisis de muestras citológicas secuenciales in- crementa la rentabilidad hasta en más de 30% en algu- nos estudios. Se recomienda la realización de bloques celulares y trabajar con Citospin®. La microscopia elec- trónica puede ser de utilidad en la diferenciación entre el adenocarcinoma y el mesotelioma. Inmunocitoquímica La inmunocitoquímica utiliza diversos anticuerpos para la diferenciación de las células epiteliales o mesoteliales. Los más útiles para la identifi cación de los adenocarci- nomas son el CEA, MOC-31, B72.3, Ber-EP4, BG8 y TTF- 1, mientras que los de mayor utilidad para la detección de células mesoteliales son la calretinina, citoqueratina 5-6, podoplanina y WT1. Dado que ninguno de ellos po- see una sensibilidad o especifi cidad del 100% en todos los estudios publicados, se recomienda la combinación de dos o tres del grupo del adenocacinoma y otros tan- tos del grupo con afi nidad por las células mesoteliales. Citometría de fl ujo La citometría de fl ujo efectúa una cuantifi cación del DNA nuclear. Muchas células malignas presentan http://booksmedicos.org Diagnóstico y tratamiento en neumología (Capítulo 33)420 aneuploidías, con lo que se produce una alteración en la cantidad de DNA nuclear. Sin embargo, como no todas las células tumorales tienen estas alteraciones, y algunas células benignas también las pueden pre- sentar, no se recomienda su realización sistemática. Sin embargo, la técnica tiene mayor utilidad en la identifi - cación de los derrames pleurales linfomatosos, ya que se pueden identifi car con inmunocitometría las líneas linfocitarias (T o B) y su clonalidad. Análisis cromosómico El análisis de los cromosomas mediante FISH (fl uores- cence in situ hybridation) tiene resultados alentadores y puede mostrar también una utilidad clínica en el diag- nóstico del derrame pleural maligno y la diferenciación entre mesotelioma y adenocarcinoma. Proteómica Se han publicado algunos trabajos que analizan el pa- pel de los estudios proteómicos en el líquido pleural, aunque todavía no hay resultados concluyentes que puedan aplicarse en la práctica clínica. Marcadores tumorales La determinación de algunos marcadores tumorales en líquido pleural presenta una alta especifi cidad, con sensibilidades bajas. Dada la variabilidad entre un la- boratorio y otro, el punto de corte de cada marcador debe seleccionarse en cada centro. Los mejores resul- tados se han obtenido con CEA, CA 15.3, CA 72.4 y CA 549, que pueden emplearse en combinación. Aunque no se considera indicada su realización de forma siste- mática, puede ser de utilidad al modifi car la probabili- dad de enfermedad tumoral para tomar decisiones en algunos pacientes concretos. ESTUDIOS INMUNOLÓGICOS EN LÍQUIDO PLEURAL Si existe la sospecha clínica de que el derrame es se- cundario a artritis reumatoide, se puede determinar el factor reumatoide en líquido pleural. Si el título es su- perior a 1:320, igual o mayor al título en suero, es muy sugerente de este diagnóstico. De la misma forma, un título de ANA en líquido pleural superior a 1:160, igual o superior al título sanguíneo, indica lupus eritematoso diseminado, si bien no parece aportar valor diagnóstico en relación con su determinación en suero. Asimismo, se ha descrito que en el síndrome pospericardiotomía es posible reconocer anticuerpos antimiocardio en líquido pleural y suero. La determinación de cifras de comple- mento podría tener utilidad en algunos pacientes, pero existe una notoria superposición en los grupos estudia- dos, por lo que no se puede recomendar su utilización clínica sistemática. El hallazgo de células LE o RA en lí- quido pleural no aumenta la información que ofrecen los autoanticuerpos antes referidos. BIOPSIA PLEURAL En los pacientes con derrame pleural exudado, si las determinaciones efectuadas en la toracocentesis y las características clínicas del paciente no son concluyentes para el diagnóstico, se debe valorar la práctica de una biopsia pleural, a la que se puede acceder por vía trans- parietal o con toracoscopia. Esta última, con su desarro- llo técnico, indicaciones o contraindicaciones, se revisa en otro capítulo de este libro. La biopsia pleural transparietal es una técnica de fácil realización y con pocas complicaciones en manos expertas, lo que permite su práctica en un ámbito am- bulatorio. Su descripción extensa supera los objetivos de este capítulo, pero puede encontrarse en otros tex- tos. Su ejecución debe guiarse por ecografía, bien para delimitar la zona más declive del derrame, donde la probabilidad de afectación neoplásica es mayor, o bien de forma directa para guiar la biopsia sobre posibles implantes pleurales o zonas de engrosamiento pleural. Hay varias agujas disponibles para esta técnica comer- cializadas en fecha reciente, que incluyen la de Abrams, COPE, Ramel o tru-cut, para la que existen mecanismos de disparo. Los principales diagnósticos que pueden estable- cerse mediante esta técnica son la tuberculosis o la neoplasia, aunque muy rara vez son posibles otros diagnósticos, como la amiloidosis pleural. Para el diagnóstico de tuberculosis, el cultivo de Löwenstein de la biopsia pleural ofrece una sensibili- dad de 50 a 60% en la mayoría de las series, pero po- see la desventaja del tiempo de espera (varias semanas) hasta la obtención del resultado. La demostración de granulomas, en ausencia de otras enfermedades gra- nulomatosas pleurales, es sugestiva de tuberculosis. La sensibi lidad diagnóstica de la primera biopsia se apro- xima a 60% y aumenta a 80% con tres biopsias inde- pendientes o con la toma de seis o más muestras en la misma técnica. Esta sensibilidad se explica por la afec- http://booksmedicos.org Abordaje diagnóstico del derrame pleural 421 tación pleural extensa por los granulomas. Otras enfer- medades granulomatosas pleurales son infecciosas (otras micobacterias, micosis, tularemia), sarcoidosis o artritis reumatoide. Para el diagnóstico de malignidad, la sensibilidad de la biopsia pleural oscila entre 39 y 75% y se comple- menta con la obtenida por la citología, por lo que se recomienda la práctica de ambas técnicas en caso de sospecha de enfermedad maligna. OTRAS TÉCNICAS DIAGNÓSTICAS En función de la sospecha diagnóstica, están indicadas otras técnicas para el estudio de estos pacientes, como la broncoscopia, tomografía computarizada o explora- ción abdominal mediante ecografía o TC, además de estudios en suero de autoinmunidad o hemocultivos. BIBLIOGRAFÍA Arora R, Agarwal S, Mathur SR et al.: Utility of a limited panel of calretinin and Ber-EP4 immunocytochemestry on cytospin preparation of serous effusions. A cost-effective measure in resource-limited settings. Cyto Journal 2011;8:14. Bielsa S, Porcel JM, Castellote J et al.: Solving the Light’s criteria misclassifi cation rate of cardiac and hepatic tran- sudates. Respirology 2012;17:721-726.Botana RM, Briones GA, Ferrando GJR et al.: Biopsia pleu- ral con aguja Tru-cut y citología como primer procedi- miento en el estudio del derrame pleural. Arch Bronconeumol 2014;50:313-17. Bowling M, Lenz P, Chatterjee A et al.: Perception versus reality: the measuring of pleural fl uid pH in the United States. Respiration 2012;83:316-322. Branca P, Rodríguez M, Rogers JT et al.: Routine measure- ment of pleural fl uid amylase is not indicated. Arch Intern Med 2001;161:228-232. Burgalho A, Ferreira D, Dias SS et al.: The diagnostic value of transthoracic ultrasonographic features in predicting malignancy in undiagnosed pleural effusions: a prospec- tive observational study. Respiration 2014;87:270-278. Chen CD, Wang CL, Yu CJ et al.: Targeted proteomics pipe- line reveals potential biomarkers for the diagnosis of metastatic lung cancer in pelural effusion. J Proteome Res 2014;13:2818-2829. Collins TR, Sahn SA: Thoracentesis: clinical value, complica- tions, technical problems, and patients experience. Chest 1997;91:817-822. Conner BD, Lee YCG, Branca P et al.: Variations in pleural fl uid WBC count and differential counts with different sample containers and different methods. Chest 2003;123:1181-1187. Dinu M, Ciurea RN, Stefan M et al.: The role of immunohis- tochemistry in the diagnosis of neoplastic pleural effu- sions. Rom J Morphol Embryol 2012;53(3 suppl):817-820. Domagala W, Emeson EE, Kos LG: T and B lymphocyte enu- meration in the diagnosis of lymphocyte-rich pleural fl u- ids. Acta Cytol 1981;25:108-110. Evans AL, Gleeson FV: Radiology in pleural disease: State of the art. Respirology 2004;9:300-12. Ferreiro L, San José E, González BFJ et al.: Derrames pleu- rales eosinofílicos: incidencia, etiología, y signifi cado pronóstico. Arch Bronconeumol 2011;47:504-509. Ferreiro L, San José E, Valdés L: Derrame pleural tuberculo- so. Arch Bronconeumol 2014;50:435-43. Ferreiro L, Toubes ME, Valdés L: Contribución del análisis del líquido pleural al diagnóstico de los derrames pleu- rales. Med Clín 2015. En prensa. Filie AC, Copel C, Wilder AM et al.: Individual specimen triage os effusion samples: an improvement in the stand- ard of practice, or a waste of resources? Diagn Cytopathol 2000;22:7-10. Gordon H, Vergara N, Moore EM et al.: Use of fl ow cytom- etry in the diagnosis of lymphoproliferative disorders in fl uid specimens. Diagn Cytopathol 2014;42:664-70. Gui X, Xiao H: Diagnosis of tuberculosis pleurisy with aden- osine deaminase (ADA): A systematic review and me- ta-analysis. Int J Clin Exp Med 2014;7:3126-35. Halla JT, Schrohenloher RE, Volanakis JE et al.: Immune complexes and other laboratory features of pleural effu- sions. Ann Intern Med 1980;92:748-752. Han J, Cao S, Zhang G et al.: Fluorescence in situ hybrida- tion as adjunct to cytology improves the diagnosis and directs estimation of prognosis of malignant pleural effu- sions. J Cardiothorac Surg 2012;7:121. Helm EJ, Martin TN, Gleeson FV: Imaging of the pleura. J Magn Reson Imaging 2010;32:1275-86. Henderson DW, Reid G, Kao SC et al.: Challenges and con- troversies in the diagnosis of mesothelioma.: Part 1. Cy- tology-only diagnosis, biopies, immunohistochemestry, discrimination between mesothelioma and reactive mes- othelial hyperplasia, and biomarkers. J Clon Pathol 2013;66:847-853. Jandik WR, Landas SK, Bray CK et al.: Scanning electron microscopic distinction of pleural metsotheliomas from adenocarcinomas. Mod Pathol 1993;6:761-4. Kim S, Sahn AS: Postcardiac injury syndrome. An immunolo- gic pleural fl uid analysis. Chest 1996;109:570-2. Klimiuk J, Krenke R, Safi anowska A et al.: Diagnostic per- formance of different pleural fl uid biomarkers in tubercu- lous pleurisy. Adv Exp Med Biol 2015. En prensa. Krenke R, Korczynski P: Use of pleural fl uid levels of adenosin- deaminase and interferon gamma in the diagnosis of tuber- culous pleuritis. Curr Opin Pulm Med 2010;16:367-375. Krenke R, Nasilowski J, KorczynskiP et al.: Incidence and etiology of eosinophilic pleural effusion. Eur Respir J 2009;34:1111-1117. Lee SJ, Kim HS, Lee SH et al.: Factors infl uencing pleural adenosine deaminase level in patients with tuberculous pleurisy. Am J Med Sci 2014;348:262-265. Lesho EP, Roth BJ: Is pH paper an acceptable, low cost alter- native to the blood gas analyzer for determining pleural fl uid pH? Chest 1997;112:1291-1292. Li Y, Lian H, Jia Q et al.: Proteome screening of pleural effu- sion identifi es IL1A as a diagnostic biomarker for non-small cell lung cancer. Biochem Biophys Res Commun 2015. En prensa. http://booksmedicos.org Botón1:
Compartir