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“Repleto de ú�les herramientas, técnicas, estrategias y pautas, este libro bien escrito es una mina de oro para el tratamiento eficaz de la psicosis. Paso a paso, lo ayudará a desarrollar todas las habilidades que necesita para trabajar con los muchos desa�os de este campo especializado. Si haces terapia de aceptación y compromiso (ACT) y trabajas con clientes psicó�cos, ¡entonces no puedes permi�rte el lujo de prescindir de este libro! — Russ Harris, autor de La trampa de la felicidad y ACT Made Simple “ACT para la Recuperación de la Psicosis es un recurso fantás�co para cualquier persona que desee ofrecer grupos ACT para personas que experimentan psicosis o para sus cuidadores. Está escrito por expertos líderes en el campo e incluye una descripción completa de la teoría y la evidencia. La inclusión de un capítulo sobre la cofacilitación del apoyo entre pares es bienvenida y está en consonancia con la base de valores del enfoque. El manual de grupo en sí es muy completo, cubre cada sesión en detalle e incluye una serie de hojas de instrucciones. Estos ayudarán a los profesionales a poner en prác�ca el manual con confianza”. — Clara Strauss, DPhil, DClinPsych, psicóloga clínica consultora e inves�gadora clínica y líder de inves�gación en Sussex Mindfulness Centre, University of Sussex, y Sussex Partnership NHS Founda�on Trust “Este libro es una necesidad absoluta para cualquier médico de salud mental que quiera brindar atención de vanguardia basada en evidencia a clientes que sufren experiencias psicó�cas, ya sea en la sala de pacientes hospitalizados o en un entorno comunitario ambulatorio. … El manual está respaldado por numerosas hojas de trabajo, instrucciones detalladas para realizar metáforas básicas de ACT en la sesión y consejos ú�les para abordar problemas comunes. Los autores demuestran una profundidad incomparable de conocimiento y compasión por aquellos cuyas vidas se ven afectadas por la psicosis. ¡Eso por sí solo haría de este libro una adición clave a la biblioteca de cualquier médico de salud mental!” — Kirk Strosahl PhD, cofundador de ACT y coautor de The Mindfulness and Acceptance Workbook for Depression "Como resultado directo de mi par�cipación en ACT, y de la prác�ca de las herramientas esenciales enseñadas, ACT para la recuperación de la psicosis interrumpió mi puerta giratoria en las largas sesiones en hospitales psiquiátricos cerrados, y me llevó a aprender cómo iden�ficar produc�vamente enfoques construc�vos y manejar los desa�os para asegurar mi disfrute diario, de una calidad de vida con mi diagnós�co de salud mental, que me había sido negada antes de esta terapia. Antes de ACT, mi psicosis era de hecho tan pronunciada, agresiva y sombría, que también pasé un �empo en prisión. ACT para la recuperación de la psicosis fue mi úl�mo intento de terapia”. —Yvonne Patricia Stewart-Williams, ar�sta y autora de S�ll On The Cusp Of Madness “Compilado por expertos en el campo, este es un recurso integral e invaluable para apoyar la recuperación en el contexto de la psicosis. Escrito de una manera atrac�va y accesible, se destaca en todo momento la importancia de una estrecha colaboración con expertos experimentados. Se debe elogiar a los autores por desarrollar un enfoque que reconoce ampliamente la humanidad común compar�da por aquellos que han experimentado psicosis y aquellos que están comprome�dos a ayudar.” —Ross G. White, PhD, DClinPsy, profesor asociado de psicología clínica en la Universidad de Liverpool “A medida que se acumulan las pruebas de los beneficios de ACT para la psicosis, existe la necesidad de un manual claro y prác�co sobre cómo implementar ACT para la psicosis en el lugar de trabajo clínico. Este libro ofrece exactamente eso, un manual extenso y detallado de una intervención grupal ACT de cuatro sesiones para personas que sufren de psicosis en diferentes etapas de la enfermedad, así como para sus cuidadores. Con información adicional sobre capacitación, supervisión e inclusión de cofacilitadores de apoyo entre pares, este libro es una lectura obligada para todos los médicos interesados en psicoterapias de tercera ola para personas con psicosis”. —Inez Myin-Germeys, profesora de psiquiatría y directora del Centro de Psiquiatría Contextual de KU Leuven en Bélgica “ACT ha enriquecido enormemente a la familia de terapias cogni�vas conductuales. Este libro resume más de diez años de trabajo de los autores en el desarrollo de ACT para y con personas que luchan contra la psicosis. ACT para la Recuperación de la Psicosis proporciona una guía detallada sobre cómo dirigir grupos para personas con psicosis y sus cuidadores. En el espíritu de generosidad asociado con ACT, el libro incluye todas las hojas de trabajo, metáforas y medidas necesarias para ejecutar estos grupos en la prác�ca clínica”. — Katherine Newman-Taylor, psicóloga clínica consultora de Southern Health NHS Founda�on Trust y profesora asociada de la Universidad de Southampton "ACT para la recuperación de la psicosis es un recurso único para los profesionales de cualquier ámbito. Desarrollado por clínicos expertos que también son inves�gadores destacados, el manual muestra cómo involucrar a los par�cipantes en ejercicios de grupo simples y poderosos que fomentan la esperanza y permiten actuar hoy para vivir una vida más sa�sfactoria. El uso de una metáfora central y de un lenguaje sencillo se adapta a todas las capacidades, y las innovaciones en la facilitación de los grupos de compañeros y de cuidadores abren nuevas vías. Al ponerlo en prác�ca en nuestros servicios, el grado de cambio en los par�cipantes sorprendió incluso a nuestros líderes de grupo. Los autores han dado con algo especial!” — John Farhall, PhD, profesor asociado de psicología clínica en la Universidad La Trobe y psicólogo clínico consultor en NorthWestern Mental Health en Melbourne, Australia Nota del editor Esta publicación está diseñada para proporcionar información precisa y fidedigna con respecto al tema tratado. Se vende con el entendimiento de que el editor no se dedica a prestar servicios psicológicos, financieros, legales u otros servicios profesionales. Si se necesita asistencia o asesoramiento de expertos, se deben buscar los servicios de un profesional competente. Distribuido en Canadá por Raincoast Books Copyright © 2018 por Emma K. O'Donoghue, Eric MJ Morris, Joseph E. Oliver y Louise C. Johns Prensa de contexto Una impresión de New Harbinger Publica�ons, Inc. 5674 Avenida Sha�uck Oakland, CA 94609 www.nuevoheraldo.com clbr://internal.invalid/book/www.nuevoheraldo.com Emma O'Donoghue Para mi querido Johnny y mi increíble familia y amigos. Te amo cariño. Joe Oliver A mi esposa, Shalyn, con mucho amor. Eric Morris A mis padres, Nev y Bev. Estoy, como siempre, agradecido por su amor y apoyo. Louise Johns Para Andrea. Grazie per il tuo impegno. Contenido Lista de Figuras Lista de tablas Prefacio ACT para la psicosis: es hora Introducción a la terapia de aceptación y compromiso (ACT) para la recuperación de la psicosis Parte 1 Descripción general del pretratamiento Capítulo 1 Introducción a la Terapia de Aceptación y Compromiso para la Psicosis Figura 1. El modelo ACT de flexibilidad psicológica, o hexaflex Tabla 1. Procesos centrales de ACT Capitulo 2 Adaptación de Talleres ACT para Cuidadores de Personas con Psicosis Escrito con Suzanne Jolley Capítulo 3 Adaptación de talleres ACT para entornos de pacientes hospitalizados agudos Escrito con Rumina Taylor y Georgina Bremner Tabla 2. El contenido de las sesiones del taller en ACT para la recuperación en entornos de hospitalización aguda Capítulo 4 Cofacilitadores de apoyo entre pares Trabajando junto a clientes con experiencia vivida de problemas de salud mental Capítulo 5 Realización de talleres exitosos y efectivos Capacitación Capítulo 6 Realización de talleres exitosos y efectivos Supervisión y Evaluación Figura 2. Los ACT de la medida de fidelidad de ACT Parte 2 manual de tratamiento Protocolo del Tallerde Introducción a ACT para la Recuperación de la Psicosis Escrito con Natasha Avery Sesión de prueba La metáfora del embalse Pasajeros en la metáfora del autobús Piloto automa�co Atención plena de la respiración y el ejercicio corporal Sesión 1 Introducción a la notación, los valores y la acción comprometida La metáfora del embalse Piloto automa�co Atención plena de la respiración y el ejercicio corporal Pasajeros en la metáfora del autobús Ejercicio de es�ramiento consciente Sesión 2 La trabajabilidad como alternativa Ejercicio de alimentación consciente Ejercicio de empujar contra la carpeta Ejercicio de espacio de respiración de tres minutos Sesión 3 Actuar sobre valores con apertura, conciencia y voluntad Ejercicio Hojas en el Arroyo Ejercicio de e�quetas adhesivas Ejercicio de espacio de respiración de tres minutos Sesión 4 Reuniéndolo todo: abierto, consciente y activo Ejercicio de caminata consciente Ejercicio de nubes en el cielo Sesión de refuerzo 1 Atención plena de la respiración y el ejercicio corporal Sesión de refuerzo 2 Ejercicio de nubes en el cielo Expresiones de gratitud Apéndice A Hojas de instrucciones de ejercicio A1. Metáfora del depósito A2. Atención plena de la respiración y el ejercicio corporal A3. Pasajeros en la metáfora del autobús A4. Ejercicio de es�ramiento consciente A5. Ejercicio de alimentación consciente A6. Transcripción de la historia de Paul A7. Transcripción de la historia de George A8. Ejercicio de empujar contra la carpeta A9. Representando a los Pasajeros en el Ejercicio del Autobús A10. Ejercicio de espacio de respiración de tres minutos A11. Ejercicio Hojas en el Arroyo A12. Ejercicio de caminata consciente A13. Tarjetas de mensajes clave Abierto Pasajeros en el ejercicio del autobús Acciones comprome�das Ejercicio de empujar contra la carpeta Tener vs. comprar en el ejercicio de los pensamientos Ejercicio de e�quetas adhesivas Consciente Atención plena de la respiración y el ejercicio corporal Ejercicio de es�ramiento consciente Ejercicio de alimentación consciente Ejercicio de espacio de respiración de tres minutos Ejercicio Hojas en el Arroyo Ejercicio de caminata consciente Ejercicio de nubes en el cielo Vídeos de Paul y George Llamada telefónica semanal del facilitador Tener vs. comprar en el ejercicio de los pensamientos Ejercicio para darse cuenta de los valores de los demás Ac�vo Llegando a los Talleres Elegir direcciones valiosas Obje�vos INTELIGENTES Acción comprome�da Tener vs. comprar en el ejercicio de los pensamientos Pasajeros en el ejercicio del autobús A14. Ejercicio de nubes en el cielo A15. Cues�onario de sa�sfacción del cliente A16. Los ACT de ACT Medida de fidelidad Índice PREFACIO ACT para la psicosis: es el momento Cuando la gente saca a relucir las estadís�cas sobre el coste de los problemas de salud mental, a menudo se olvida de señalar que la psicosis produce una gran parte de esos costes. No hablo sólo de dólares y cén�mos. Las personas que luchan contra la psicosis mueren a una edad mucho más temprana; suelen estar en la pobreza; con frecuencia son víc�mas de delitos violentos; y �enen una salud �sica general dramá�camente peor. Mientras tanto, el sistema de salud mental ha estado demasiado dispuesto a aceptar que los medicamentos an�psicó�cos son una solución completa y lista para estos problemas, y que las intervenciones psicosociales sólo juegan un papel menor y de apoyo. Como los proveedores, los familiares y los receptores de la atención se dan cuenta cada vez más: este enfoque no funciona. Todos los medicamentos an�psicó�cos �enen efectos secundarios graves que aumentan con el �empo y la dosis. Algunos de ellos incluyen problemas metabólicos y enfermedades cardiovasculares, que contribuyen a los problemas de salud y a la disminución de la esperanza de vida que acabo de señalar. Debido a que el uso de medicamentos an�psicó�cos se asentó prematuramente en un estado de prác�ca comunitaria aceptada antes de que los datos estuvieran completamente disponibles, muchos de los estudios necesarios sobre los efectos a largo plazo nunca se realizaron, lo que condujo a un grave agujero en nuestra base de conocimientos que aún no hemos llenado adecuadamente. Los medicamentos existentes �enen un papel en el cuidado de los pacientes psicó�cos, pero es más limitado de lo que sugiere la prác�ca actual. La medicación como forma de intervención debe combinarse con métodos psicosociales basados en la evidencia. En los úl�mos 15 años, ha habido un progreso constante en la inves�gación de la terapia de aceptación y compromiso (ACT) como método psicosocial con amplia aplicabilidad a la gama de problemas que surgen en la intervención con psicosis. La ACT no es una psicoterapia diseñada para eliminar los signos y síntomas de la psicosis. El obje�vo de la ACT es la capacitación de las personas para enfrentarse a la vida, incluyendo la presencia de diversas experiencias que pueden ser desafiantes, como oír voces o tener ideas de referencia. El TCA se centra en obje�vos como el aumento de la calidad de vida o del empleo, la permanencia fuera del hospital y la reducción de la angus�a y el enredo con los síntomas. Sin embargo, capacitar a las personas para que se enfrenten a los retos de la vida no sólo se aplica a los receptores de los cuidados. También se aplica a los familiares, los cuidadores y los profesionales. En todas estas áreas, las pruebas que apoyan el TCA son cada vez mayores. Por ejemplo, la rehospitalización: ahora hay tres estudios completamente independientes que examinan el impacto de las intervenciones de TCA muy breves para las personas hospitalizadas con psicosis, examinando su impacto en la rehospitalización.* Todos ellos encontraron reducciones significa�vas de la rehospitalización durante cuatro meses u�lizando el análisis de supervivencia. Disponer de un mayor cuerpo de evidencia a través de los estudios nos permite ahora hacer preguntas muy simples pero muy importantes, como "¿Ayuda el ACT a mantener a los pacientes psicó�cos fuera del hospital?" La respuesta, en pocas palabras, es sí. Contando todos los datos perdidos como malos resultados (la suposición más conservadora posible), a través de estos estudios el 46% de la condición de tratamiento habitual fueron rehospitalizados en 4 meses, en comparación con el 28% en la condición de ACT. Se trata de una diferencia significa�va (exacta de Fisher, p = 0,037) que representa un descenso de casi el 40% en la tasa de rehospitalización, una cifra que seguramente llamará la atención tanto de los inves�gadores como de la comunidad de tratamiento en todo el mundo. Eso está ocurriendo ahora. En 2017, los cien�ficos del Registro Nacional de Programas y Prác�cas Basados en la Evidencia (NREPP) de la Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y Salud Mental de los Estados Unidos examinaron los estudios del TCA para la psicosis. El NREPP decidió categorizar la terapia de aceptación y compromiso como "Efec�va" por su impacto en la rehospitalización. El impacto de la TCA fue catalogado como "Prometedor" también para la discapacidad psicosocial y los problemas psiquiátricos en general. Los datos de apoyo no sólo están disponibles para los resultados, y ahora sabemos que la flexibilidad psicológica media el resultado de la TCA para la psicosis. Los estudios longitudinales y transversales muestran que la teoría se aplica también al impacto vital de las alucinaciones y los delirios. Todo esto sugiere que algo importante está sucediendo en el TCA para la psicosis, y después de 15 años de trabajo de desarrollo, es el momento de mover estos métodos más plenamente en los sistemas de atención. Este libro es el primero que presenta un enfoque exhaus�vo y prác�co de toda la gama de cues�ones implicadas en el tratamiento de la psicosis mediante ACT. Escrito por algunos de los principales desarrolladores en el área, con�ene secciones sobre la teoría que subyace a la ACT, cómo sus métodos encajan en los sistemas de atención existentes, cómo la ACT puede realizarseen entornos de hospitalización u�lizando pares y cofacilitadores, cómo la ACT se aplica a los cuidadores y proveedores, y cómo la ACT puede ser entrenada y supervisada. No hay ningún otro recurso disponible que aborde tal amplitud de temas prác�cos que los sistemas de atención necesitan conocer para aprovechar los métodos de ACT. El núcleo del libro es el propio protocolo de ACT grupal para la psicosis. Bien elaborado, flexible y sabio, es un protocolo que puede adaptarse a una amplia gama de entornos de prác�ca, y a bajo costo. El protocolo está diseñado para ser desplegado en un puñado de sesiones, una restricción que cualquiera que trabaje en el área sabe que es necesaria. Las sesiones se describen detalladamente, pero los principios y los propósitos se describen de manera que la modificación no sea di�cil. Los desgloses por �empo ayudan a los facilitadores de los grupos a saber si están ges�onando su �empo de forma eficaz, y el protocolo ofrece una atención a los detalles contextuales y a las cues�ones de aplicación que sólo puede aprenderse de una forma: siendo u�lizado. Lo que �enes aquí es un método que se ha perfeccionado durante años de aplicación, presentado por expertos. No se trata de una prueba beta. Se trata de un protocolo de grupo que puede u�lizar con confianza y en el que se han an�cipado la mayoría de los problemas que encontrará en su uso. Ahora sabemos que los métodos psicosociales basados en la evidencia son clave para reducir los costes humanos de la psicosis. El campo está buscando un nuevo camino a seguir. Este libro puede ayudarle a proporcionar precisamente eso a su agencia y a las vidas de aquellos a los que sirve. —Steven C. Hayes, Universidad de Nevada, Reno Introducción a la terapia de aceptación y compromiso (ACT) para la recuperación de la psicosis La experiencia de la psicosis es casi siempre un acontecimiento increíblemente perturbador en la vida de una persona. Para el 3% aproximadamente de los afectados por la psicosis, su impacto se ex�ende a todas las áreas de la vida, incluyendo las relaciones, el trabajo, la salud y el bienestar general. Las familias y los cuidadores también experimentan este impacto mientras hacen todo lo posible para apoyar a su ser querido en el camino hacia la recuperación. Desgraciadamente, la recuperación no está garan�zada, e incluso cuando hay éxito, las intervenciones como los medicamentos �enen efectos secundarios desagradables, y las e�quetas de diagnós�co son extraordinariamente es�gma�zantes. Las terapias psicológicas ofrecen esperanza y suelen ser una opción de tratamiento crucial e importante para las personas con psicosis. Para los clientes que están en estrecho contacto con sus familias, las directrices de tratamiento también recomiendan las intervenciones familiares y el apoyo a los cuidadores, para mejorar el bienestar de éstos y sus interacciones con los clientes. Las terapias psicológicas individuales pueden ser complejas y largas. Además de formar a más personal de salud mental para que aplique estas terapias, se han desarrollado variantes de terapia más breves o basadas en el grupo para mejorar tanto la difusión como el acceso. Centrarse en los procesos comunes que contribuyen al bienestar psicológico puede aumentar el impacto de la terapia y su acceso. Un componente clave del bienestar mental es la flexibilidad psicológica, que implica el desarrollo de respuestas ú�les a situaciones y experiencias mediante la conciencia plena y las elecciones y acciones basadas en valores. El enfoque transdiagnós�co de la terapia de aceptación y compromiso (ACT) �ene como obje�vo aumentar la flexibilidad psicológica, y se ha u�lizado con éxito en una amplia gama de problemas de salud mental y �sica en grupos clínicos y no clínicos. La TAC promueve la recuperación social y funcional al desplazar la atención del cliente desde el control de los síntomas hasta la conexión con los valores personales y la par�cipación más plena en la vida. Además de mejorar la vida basada en valores, la ACT puede ser especialmente ú�l para los síntomas de la psicosis. Las cualidades de las voces angus�osas y las creencias delirantes pueden aumentar la probabilidad de que las personas respondan con evasión o compromiso, y ambas pueden tener un alto coste personal a largo plazo. Del mismo modo, para los cuidadores, la preocupación y las exigencias de las responsabilidades del cuidado pueden ser abrumadoras, lo que lleva a respuestas poco ú�les a la angus�a. El obje�vo de la ACT es cambiar la relación que las personas �enen con sus síntomas, preocupaciones o angus�a, y la forma en que responden a ellos, con el fin de reducir el impacto de estas dificultades y ayudar a las personas a centrarse más en acciones valiosas. El contexto del grupo proporciona un entorno poderoso en el que se pueden enseñar y modelar los conceptos y habilidades de ACT. Además, algunos aspectos de la intervención se prestan a un entorno de grupo, como la representación de metáforas de ACT, la observación de otras personas presentes y dispuestas, y la realización de compromisos en un contexto social. Para las personas con psicosis y sus cuidadores, las intervenciones de grupo también ofrecen oportunidades para normalizar y aceptar las experiencias psicó�cas, obtener el apoyo de los compañeros, reducir el aislamiento y desarrollar la autocompasión. Junto con estos beneficios, existe la oportunidad de validar el valor y el compromiso que los par�cipantes muestran al ampliar sus vidas a pesar de las dificultades personales y más amplias asociadas a la psicosis. Durante los úl�mos diez años, hemos desarrollado progresivamente una intervención grupal de ACT para la recuperación para personas con psicosis (G-¬ACTp) y para sus cuidadores. Este proceso ha sido gradual e itera�vo, ya que hemos tratado de crear un programa de grupo exitoso, atrac�vo y eficaz tanto para las personas afectadas por la psicosis angus�osa como para los cuidadores y los miembros de la familia que caminan junto a ellos en el viaje hacia la recuperación. Estamos increíblemente agradecidos por todos los comentarios, sugerencias e ideas que hemos recibido a lo largo de este enorme proyecto. Dadas las dificultades que �enen algunas personas para acceder a las terapias individuales y familiares, y el hecho de que los enfoques grupales son beneficiosos, creemos que G-ACTp es prometedor para ampliar la elección y la disponibilidad de terapias psicológicas de alta calidad, que pueden tener un impacto posi�vo en las personas en el camino hacia la recuperación. Estructura del Libro Este libro detalla los diversos aspectos de nuestra intervención grupal de ACT para la recuperación, describiendo las adaptaciones que hemos realizado y proporcionando el contenido de las sesiones manualizadas. El capítulo 1 presenta ACT y su aplicación a la psicosis y describe el desarrollo de la intervención de grupo. Los capítulos 2 y 3 describen las adaptaciones del protocolo para su uso con los cuidadores y con los pacientes internos agudos, respec�vamente. El capítulo 4 detalla el enfoque de la formación y supervisión de los cofacilitadores de apoyo entre pares, incluyendo las consideraciones prác�cas y las perspec�vas de los facilitadores de apoyo entre pares que han par�cipado. En el capítulo 5 se analizan las habilidades y los consejos para llevar a cabo talleres con éxito, tanto en relación con su propia prác�ca como en la formación de otros para facilitar estos talleres. El capítulo 6 destaca la importancia de la supervisión con�nua y del uso de calificaciones para asegurar la adherencia al modelo, y en él consideramos cómo medir los resultados y los procesos de cambio en los talleres. La parte 2 describe el protocolo para llevar a cabo talleres de intervención grupal de ACT para la recuperación; describimos cada sesión, incluyendo guiones para los ejercicios y consejos sobre cómo presentar el material y fomentar la discusión. También ofrecemos recursos descargables en el si�o web de este libro, h�p://www.ac�orpsychosis.com,así como consejos sobre cómo producir sus propios recursos que se adapten mejor a su entorno de servicio. Esperamos que el libro y los recursos adicionales enriquezcan su prác�ca clínica mientras camina junto a sus clientes en el camino de la recuperación! PARTE 1 DESCRIPCIÓN GENERAL DEL PRETRATAMIENTO CAPÍTULO 1 Introducción a la Terapia de Aceptación y Compromiso para la Psicosis En este capítulo damos una breve visión general de la psicosis y de los enfoques de tratamiento psicológico. Presentamos la terapia de aceptación y compromiso (TAC) y su aplicación a la psicosis, y luego esbozamos el desarrollo de nuestra intervención grupal de TAC para la recuperación. Dado que la medicación an�psicó�ca no se tolera bien, es sólo parcialmente eficaz y puede tener efectos secundarios perjudiciales (Furukawa et al., 2015; Lieberman et al., 2005), las terapias psicológicas ofrecen una opción de tratamiento vital para los clientes. Las directrices clínicas internacionales recomiendan que a las personas con psicosis se les ofrezca terapia cogni�vo-conductual individual (TCC; Gaebel, Riesbeck y Wobrock, 2011), pero el acceso sigue siendo limitado en los servicios de primera línea, principalmente debido a la falta de terapeutas capacitados. Para ayudar a sa�sfacer la demanda, se han evaluado las intervenciones de TCC basadas en el grupo, ya que pueden ofrecerse a más clientes a la vez y también pueden manualizarse y enseñarse dentro de los servicios para aumentar el alcance de su prestación. La TCA es una intervención cogni�vo-conductual contextual que se presta a la terapia de grupo breve y a las diversas presentaciones de la psicosis. En lugar de dirigirse a determinadas valoraciones, como en la TCC tradicional, el enfoque de la ACT no es específico de los síntomas. Hace hincapié en la relación de la persona con los síntomas y fomenta una vida basada en valores (Hayes, 2004). Los conceptos y las habilidades de la ACT pueden enseñarse y modelarse en un formato de grupo, además de que este enfoque puede resultar atrac�vo para los clientes que no pueden o son reacios a comprometerse con tratamientos individuales prolongados. Además de estos aspectos de ACT, el desarrollo de nuestros talleres también se basó en nuestro contexto local y en los clientes que accedían al servicio, muchos de los cuales tenían historias de marginación, bajo rendimiento educa�vo y desconfianza en las figuras de autoridad. Queríamos ofrecer una intervención de grupo breve que fuera atrac�va, no amenazante y que los clientes pudieran u�lizar en su vida diaria. Psicosis La psicosis es un concepto amplio que es una especie de término paraguas para muchas experiencias diferentes. Los clínicos u�lizan el término para referirse a los síntomas posi�vos de los trastornos psicó�cos: creencias inusuales (delirios), experiencias anómalas (alucinaciones y otros cambios percep�vos) y alteraciones del pensamiento y del lenguaje. Los individuos que experimentan psicosis pueden decir que la gente está tratando de perjudicarles de alguna manera, o que están siendo controlados por un agente externo, y pueden escuchar voces que les insultan o les ordenan hacer cosas en contra de su voluntad. Sus pensamientos pueden estar desordenados o experimentarse como insertados en su mente o robados, y las alteraciones del pensamiento pueden manifestarse como un discurso tangencial o circunstancial. Aunque las experiencias psicó�cas son síntomas dis�n�vos de la esquizofrenia, también se producen con otros problemas, como los trastornos del estado de ánimo y de la personalidad, y las refieren personas que no �enen un diagnós�co psiquiátrico (Kelleher y DeVylder, 2017; McGrath et al., 2015). Las personas diagnos�cadas con un trastorno psicó�co, en par�cular la esquizofrenia, también son propensas a experimentar síntomas nega�vos, como la falta de mo�vación y la reducción de la expresión emocional, además de problemas cogni�vos de mala memoria y concentración. Hay que tener en cuenta que todos estos síntomas pueden ir acompañados -y a menudo precedidos- de dificultades emocionales más comunes, como la ansiedad y la depresión (Birchwood, 2003). También vale la pena señalar que las experiencias psicó�cas no siempre se experimentan como no deseadas o angus�osas, y no necesariamente resultan en una necesidad de atención (Bre�, Peters, & McGuire, 2015; Linsco� & van Os, 2013). Resultados después de la psicosis Los trastornos psicó�cos diagnos�cables afectan al 3% de la población. Por tanto, en un grupo de 100.000 personas, eso supone 3.000 personas. La psicosis se considera una "enfermedad mental grave" y �ende a reducir la calidad de vida, la inclusión social y las oportunidades de empleo tanto para los usuarios de los servicios como para sus familiares (Schizophrenia Commission, 2012). También �ene costes para la sociedad, incluidos los costosos cuidados en caso de crisis y la imposibilidad de que los clientes y los cuidadores trabajen al máximo de su potencial (Knapp et al., 2014). La psicosis también se asocia con un mayor riesgo de problemas de salud �sica y mortalidad temprana (Hjorthøj, Stürup, McGrath, & Nordento�, 2017), así como un mayor riesgo de suicidio (Nordento�, Madsen, & Fedyszyn, 2015). Aunque los individuos que desarrollan psicosis pueden tener un pronós�co favorable, las tasas de recuperación son variables. Además, incluso si los síntomas psicó�cos de un individuo mejoran, la persona puede no lograr una recuperación social y funcional completa. En el estudio de seguimiento AESOP-10 de 557 personas que experimentaron un primer episodio de psicosis en el Reino Unido (Morgan et al., 2014), los resultados clínicos fueron mejores que los sociales: casi la mitad de las personas del estudio no tuvieron ningún síntoma psicó�co durante al menos dos años, mientras que la mayoría experimentó exclusión social (por ejemplo, estar desempleado o no tener pareja). En una revisión sistemá�ca de la recuperación en las psicosis no afec�vas, Jääskeläinen y sus colegas (2013) descubrieron que solo uno de cada siete individuos cumplía sus criterios de recuperación tanto clínica como social. Lamentablemente, a pesar de que en las úl�mas décadas ha habido más opciones de tratamiento, como los nuevos medicamentos y las terapias psicológicas, la proporción de personas que se recuperan completamente no ha mejorado con el �empo. Las definiciones de recuperación incluyen "vivir una vida sa�sfactoria, esperanzada y que contribuya incluso con las limitaciones causadas por la enfermedad" (Anthony, 1993, p. 527), y los factores importantes en la recuperación incluyen tener un sen�do de propósito y dirección (Deegan, 1988) y desarrollar roles sociales valorados (Slade, 2009). Estos factores se incluyen en el marco CHIME para la recuperación personal en salud mental (Leamy, Bird, Le Bou�llier, Williams y Slade, 2011), al que volveremos más adelante en el capítulo. CHIME es un prác�co acrónimo en inglés de: Connectedness/Conec�vidad (conexión con los demás), Hope/Esperanza (encontrar y mantener la esperanza y el op�mismo), Iden�ty/Iden�dad (restablecer una iden�dad posi�va), Meaning/Significado (encontrar el sen�do de la vida), y Empowerment/Empoderamiento (asumir la responsabilidad de la propia vida, o la autoges�ón). Hay muchas razones por las que la recuperación puede ser un reto importante para muchas personas con psicosis. Además de las experiencias inusuales, los síntomas nega�vos y los problemas cogni�vos, las personas pueden luchar contra los cambios en el bienestar emocional y su sen�do de la iden�dad. Además, debido al es�gma de las enfermedades mentales graves, las personas pueden sen�r vergüenza y alejamiento de sus comunidades. Intervenciones psicológicas para la psicosis Las intervenciones psicológicas, tanto para los clientes como para los cuidadores, son ahora una parte aceptada de la atención ru�naria y son recomendadas por las directrices internacionales de atención médica (Dixon et al., 2010; Gaebel et al., 2011; Na�onal Ins�tute forHealth and Care Excellence, 2014). La terapia cogni�vo-conductual para la psicosis (TCCp) es una adaptación de la TCC para los trastornos emocionales, adaptada a las dificultades específicas de las personas con psicosis. La terapia implica trabajar hacia obje�vos personales de recuperación, y su enfoque incluye los síntomas psicó�cos posi�vos, los problemas emocionales y los síntomas nega�vos. En general, la evidencia muestra que es rela�vamente eficaz, con efectos de tratamiento pequeños y medianos (Jauhar et al., 2014; Na�onal Ins�tute for Health and Care Excellence, 2014; van der Gaag, Valmaggia, & Smit, 2014). Las intervenciones familiares individuales se centran en las áreas de comprensión de la psicosis, la resolución de problemas, la calidez emocional y la comunicación entre los miembros de la familia; la mejora del bienestar de los cuidadores y las interacciones con los usuarios del servicio; y la reducción de las tasas de recaída y readmisión (Na�onal Ins�tute for Health and Care Excellence, 2014). A pesar de las recomendaciones, la aplicación efec�va de las intervenciones psicológicas en los servicios de psicosis sigue siendo limitada (Schizophrenia Commission, 2012). Estas terapias pueden ser complejas y largas, y su aplicación en el servicio ru�nario se ha visto restringida por el escaso número de terapeutas, el acceso limitado a una formación y supervisión adecuadas, y la falta de �empo protegido para que el personal realice las intervenciones (Ince, Haddock y Tai, 2015). El elevado coste de la formación y la supervisión de los terapeutas psicológicos en número suficiente para sa�sfacer la demanda ha llevado a los inves�gadores y a los clínicos a evaluar variantes más breves o grupales de la TCCp, que �enen el potencial de mejorar tanto su difusión como su accesibilidad. Sin embargo, la base de evidencia para estos tratamientos sigue siendo limitada, y han tenido un enfoque modular dirigido a síntomas o problemas par�culares en lugar de a la psicosis en general (Freeman et al., 2015; Waller, Freeman, Jolley, Dunn, & Garety, 2011). Aunque las intervenciones dirigidas son eficaces, cuando se aplican una tras otra pueden sumarse a terapias largas, lo que restringe su u�lidad en servicios ocupados con un número limitado de personal capacitado para realizar estas intervenciones. Además, las personas con psicosis suelen tener otros problemas, como problemas de salud, traumas y dificultades emocionales. Otro enfoque para aumentar el impacto y el acceso a la terapia es dirigirse a los procesos comunes que contribuyen al bienestar psicológico, independientemente del diagnós�co. Un componente central del bienestar mental es la flexibilidad psicológica (Kashdan y Ro�enberg, 2010), que implica el desarrollo de respuestas ú�les a las situaciones y experiencias mediante el uso de la aceptación, la conciencia consciente, la elección y las acciones basadas en valores. El enfoque transdiagnós�co de la ACT �ene como obje�vo aumentar la flexibilidad psicológica, y este enfoque se ha aplicado con éxito a una amplia gama de problemas de salud mental y �sica para los que los procesos de flexibilidad son limitados o reducidos. Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) La terapia de aceptación y compromiso (ACT) pertenece a un grupo de enfoques de la tercera ola, o terapéu�ca cogni�va conductual contextual, que hace hincapié en alterar la forma en que las personas se relacionan con sus pensamientos y sen�mientos, en lugar de intentar cambiar directamente la forma o la frecuencia de estas experiencias internas (Hayes, 2004). El modelo de ACT se basa en un relato analí�co conductual del lenguaje llamado teoría del marco relacional (RFT; Blackledge, Ciarrochi y Deane, 2009), y la terapia pretende reducir el impacto de los pensamientos y el lenguaje para aumentar la can�dad de opciones que uno �ene con respecto a seguir un camino de vida valorado. El obje�vo de la ACT es aumentar la flexibilidad psicológica ayudando a las personas a desarrollar la atención plena y la capacidad de darse cuenta, a par�cipar en acciones basadas en valores y a reducir los procesos de evitación experiencial y fusión cogni�va que exacerban los estados emocionales nega�vos y limitan el funcionamiento (Hayes, Luoma, Bond, Masuda y Lillis, 2006; Hayes, Strosahl y Wilson, 2012). El enfoque ACT anima al cliente a responder a las experiencias internas (como los pensamientos, las imágenes, los sen�mientos y los recuerdos) como "eventos en la mente", en lugar de contenidos literales, y ayuda al cliente a desarrollar una perspec�va de aceptación consciente hacia ellos. Esta forma de intervención puede ser especialmente ú�l cuando los clientes luchan contra acontecimientos internos que no se pueden controlar, o cuando persis�r en los esfuerzos por controlarlos conduce a problemas en la vida co�diana. Un aspecto del enfoque es reducir la tendencia del cliente a intentar dar un sen�do literal a una experiencia cuando no es ú�l; la ACT ayuda al cliente a darse cuenta de cuándo "dar sen�do" a las experiencias funciona como una forma de control inú�l que man�ene las dificultades. La ACT facilita un cambio de énfasis para los clientes, pasando de centrarse en intentar controlar los acontecimientos internos a centrarse más en los procesos de cambio de conducta que pueden conducir a resultados posi�vos. La eficacia del tratamiento de ACT en una serie de trastornos y problemas clínicos está ganando apoyo empírico (A-Tjak et al., 2015). Los estudios demuestran que el ACT funciona mejor que el tratamiento habitual o las intervenciones de control ac�vo, e indican que el ACT y los tratamientos psicológicos establecidos (normalmente la TCC) logran resultados equivalentes para varios trastornos. La División 12 de la Asociación Americana de Psicología, la Sociedad de Psicología Clínica, afirma que existe un "modesto apoyo de inves�gación" para el ACT como tratamiento psicológico para una serie de problemas de salud mental, incluyendo la ansiedad, la depresión y la psicosis (h�p://www.div12.org/psychological-- treatments/treatments/acceptance- and-¬commitment-¬therapy-¬for-¬psychosis). Además, los estudios sugieren que la ACT parece funcionar a través de los procesos sugeridos por el modelo de flexibilidad psicológica (Levin, Hildebrandt, Lillis, & Hayes, 2012). El modelo de flexibilidad psicológica Los seis procesos teóricos centrales de ACT se establecen en el modelo hexaflex (figura 1), y trabajan juntos para aumentar la flexibilidad psicológica, definida como “la capacidad de contactar con el momento presente más plenamente como un ser humano consciente, y cambiar o persis�r en el comportamiento cuando hacerlo sirve a fines valiosos” (Hayes et al., 2006, p. 7). Aunque los seis procesos se representan como dis�ntos en el modelo, son altamente interdependientes, de modo que es probable que comenzar a usar un proceso tenga un impacto posi�vo en los demás. Más recientemente, estos procesos se han agrupado en tres conjuntos de es�lo de respuesta: abierto, consciente y ac�vo (Hayes, Villa�e, Levin y Hildebrandt, 2011; consulte la tabla 1 para ver un resumen de estos procesos). Figura 1. El modelo ACT de flexibilidad psicológica, o hexaflex http://www.div12.org/psychological--treatments/treatments/acceptance- http://www.div12.org/psychological--treatments/treatments/acceptance- Tabla 1. Procesos centrales de ACT (adaptado de Luoma, Hayes y Walser, 2007) Proceso Definición Abierto Aceptación La aceptación ac�va y consciente de los eventos psicológicos (pensamientos y emociones) sin intentos innecesarios de cambiar su frecuencia o forma. Defusión El proceso de desenredarse de los pensamientos inú�les y responder a las experiencias mentales como experiencias, en lugar de guías para la acción. Consciente Yo como contexto Un yo con�nuo y seguro desde el que se experimentan los acontecimientos, pero que también es dis�nto de esos acontecimientos. Momento presente Contacto con�nuo y sin prejuicios con los eventos internos (pensamientosy emociones) y externos a medida que ocurren. Ac�vo Valores Direcciones de vida deseadas y elegidas. acción comprome�da El proceso de vincular acciones específicas a valores elegidos y construir patrones sucesivamente más grandes de acciones efec�vas. ABIERTO Los procesos de aceptación y defusión trabajan juntos para ayudar a la habilidad más amplia de desarrollar la apertura hacia el contenido interno (pensamientos, emociones, recuerdos). La aceptación es el proceso por el cual los clientes "abrazan" sus pensamientos y sen�mientos sin tratar de resis�rlos, evitarlos o reprimirlos (evitación experiencial). Esta aceptación no es un mero proceso pasivo de tolerancia o resignación, sino una voluntad plena de dar un paso hacia los fenómenos psicológicos, incluidos los síntomas psicó�cos, y darles espacio, sin comprometerse en una lucha inviable contra ellos. Junto con el proceso de aceptación, la defusión apoya aún más una postura abierta hacia la experiencia interna. Los ejercicios de defusión ayudan a los clientes a "alejarse" de las experiencias internas, como los pensamientos, los recuerdos o las valoraciones de experiencias inusuales, y a verlas como lo que son (experiencias), en lugar de lo que dicen que son (guías de acción y elecciones), reduciendo así las respuestas literales basadas en reglas a los eventos internos que no son ú�les. Desde la perspec�va de ACT, la fusión aumenta la probabilidad de que el repertorio conductual de un individuo se reduzca en respuesta a tales experiencias, reduciendo así las oportunidades de acciones basadas en valores. La defusión trabaja para ampliar el repertorio socavando el enredo de uno con los pensamientos y las reglas verbales que promueven la restricción o la evitación. CONSCIENTE yo como contexto se refiere al sen�do del yo (yo, aquí, ahora), desde el cual se observan y con�enen todas las experiencias internas. La conciencia de esta perspec�va par�cular, cul�vada a través de un contacto consciente con el momento presente, puede aflojar el apego a pensamientos, imágenes, creencias o alucinaciones angus�antes que puedan surgir. La atención plena (conciencia del momento presente) puede ayudar a las personas a aprender a notar, pero no a juzgar, pensamientos, sen�mientos o imágenes pasajeras para desarrollar una postura más descentrada hacia las experiencias internas y apoyar el compromiso con los valores fundamentales. ACTIVO El corazón del trabajo de ACT es ayudar a los clientes a involucrarse más y ser más ac�vos en sus vidas de la manera elegida. Esto sucede a través de un proceso de iden�ficar y construir conjuntos de valores y luego usarlos para informar los pasos que uno toma hacia metas significa�vas y planes de acción específicos. Los obje�vos se establecen de manera que aumentan la probabilidad de que se cumplan (por ejemplo, estableciendo inicialmente tareas pequeñas y medibles, que se integran cada vez más en patrones más amplios de acción comprome�da). Mindfulness (Notar) dentro de ACT Merece la pena incluir un poco más de detalle sobre la atención plena y su uso dentro de la TCA, dado que el término se u�liza en numerosos contextos y, dependiendo de la experiencia personal y la prác�ca, es probable que signifique cosas diferentes para los dis�ntos lectores. La atención plena se describe generalmente como "prestar atención de una manera par�cular: a propósito, en el momento presente y sin juzgar" (Kabat-¬Zinn, 1994, págs. 3 y 4), en la que una persona enfoca intencionadamente su atención en las experiencias del momento presente sin juzgarlas y aceptándolas, y también con compasión y curiosidad hacia estas experiencias (Kabat-¬Zinn, 2003). Podemos contrastar este estado mental con la par�cipación en procesos cogni�vos como la rumiación, la preocupación, la planificación y la fantasía, o con el comportamiento automá�co sin conciencia, es decir, con el piloto automá�co (Baer, Smith y Allen, 2004; K. W. Brown y Ryan, 2003). La atención plena ha sido un componente de una serie de enfoques de terapia cogni�vo-conductual, comenzando con la terapia dialéc�ca conductual (TDC) para el trastorno límite de la personalidad (Linehan, 1993). La atención plena, tal como se prac�ca en la reducción del estrés basada en la atención plena (MBSR), se incorporó como un componente de la terapia cogni�va basada en la atención plena (MBCT) para ayudar a prevenir nuevas recaídas en personas con depresión mayor recurrente (Segal, Williams y Teasdale, 2002). Uno de los retos para la comprensión de mindfulness por parte del profesional es que, aunque podemos aprender a u�lizarlo como una técnica, existen varias definiciones, incluyendo mindfulness como un proceso psicológico, un resultado o un conjunto de técnicas (Hayes et al., 2012). Dentro de la MBCT, por ejemplo, la prác�ca de mindfulness se considera un modo cogni�vo alterna�vo (Teasdale, 1999) que es incompa�ble con el �po de procesamiento cogni�vo que aumenta el riesgo de recaída en la depresión. La jus�ficación de la atención plena en el marco de la ACT se centra en cómo puede promover una respuesta flexible y la adopción de medidas basadas en los valores personales elegidos. El mindfulness u�liza cuatro procesos del modelo de flexibilidad psicológica: la conciencia del momento presente, la aceptación, la defusión y el autocontexto (Fletcher y Hayes, 2005). Esta definición funcional de mindfulness en el ACT significa que no hay ningún vínculo con ejercicios o técnicas par�culares de mindfulness, por lo que cualquier método que modifique estos procesos es relevante (Hayes & Shenk, 2004). ACT como terapia de recuperación ACT promueve la recuperación y la inclusión social al cambiar el enfoque del cliente del control de los síntomas a conectarse con los valores personales y par�cipar en la vida como lo hacen otras personas y como el cliente puede haberlo hecho en el pasado. El enfoque ACT se relaciona muy bien con CHIME, los procesos de recuperación mencionados anteriormente: Conec�vidad: el enfoque prosocial de ACT orienta a las personas a conectarse con los demás, aprender de sus experiencias, comprender sus perspec�vas y desarrollar compasión por uno mismo y por los demás. También nos ayuda a apreciar que todos podemos dar un paso adelante en nuestro propio viaje de recuperación y propósito personal. Esperanza: Mantener la esperanza es una postura ac�va que podemos tomar de manera con�nua. Además, si bien los pensamientos y sen�mientos di�ciles pueden aparecer y desaparecer, las acciones esperanzadoras que toman las personas son formas tangibles de lograr cambios posi�vos en la vida. Iden�dad: se puede restablecer una iden�dad posi�va contactando con la autoconciencia y notando cómo nuestras mentes crean historias sobre nosotros. En lugar de enredarnos en los juicios de la mente, observamos si son ú�les para las direcciones de vida que hemos elegido. Significado: Al encontrar significado, podemos dignificar el dolor y el sufrimiento de la vida si son parte del proceso de hacer las cosas que son importantes para nosotros. Al actuar sobre valores personales, podemos aumentar nuestro contacto con el significado. Empoderamiento: Implica autoges�ón y asumir la responsabilidad de la propia vida. Ayudamos a las personas a ser “responsables”: a actuar según sus valores, en lugar de su miedo, mediante el desarrollo de una postura abierta y compasiva hacia sus experiencias y hacia ellos mismos, y aprendiendo de la experiencia. El claro ajuste de ACT con los principios de recuperación muestra cómo los enfoques contextuales pueden informar la forma en que ofrecemos ayuda a las personas con enfermedades mentales graves. ACT asume que las personas pueden desarrollar flexibilidad psicológica independientemente del problema que se presente, incluidos los síntomas psicó�cos persistentes. Jus�ficación de ACT para la psicosis (ACTp) Hay una serie de razones por las que un enfoque ACT puede ser ú�l para las personas que experimentan y se recuperan de la psicosis. En úl�ma instancia, las mejoras enel funcionamiento y la calidad de vida son el resultado de cambios en el comportamiento más que de reducciones en los síntomas posi�vos (Bach, 2004), y la flexibilidad psicológica puede mediar en estos cambios. Además de aumentar el bienestar, reducir la evitación y mejorar la vida basada en valores, promover la flexibilidad psicológica con la TCA ofrece beneficios para los problemas y síntomas par�culares de la psicosis. Algunas de las cualidades (intrusivas, incontrolables, nega�vas, aterradoras) de las voces angus�osas y las creencias delirantes aumentan la probabilidad de que las personas respondan a ellas con supresión o evitación (Morris, Garety y Peters, 2014; Oliver, O'Connor, Jose, McLachlan y Peters, 2012). Por el contrario, algunas experiencias psicó�cas pueden ser muy atrac�vas, en el sen�do de que pueden ser mágicas, interesantes y tener un alto significado personal, especialmente en el contexto de una vida carente de ac�vidad significa�va y de conexión social. Como tal, los clientes pueden involucrarse con estas experiencias para escapar de una vida mundana, aunque hacerlo �ene el potencial de un alto costo personal a largo plazo. Las cualidades de los síntomas psicó�cos posi�vos y las respuestas de las personas a ellos se analizan más adelante. Además, las personas con psicosis pueden mostrar sesgos par�culares de razonamiento que limitan la flexibilidad psicológica, incluyendo una tendencia a culpar a otras personas por los eventos nega�vos (Mar�n & Penn, 2002), una tendencia a sacar conclusiones sobre la base de rela�vamente poca evidencia (Dudley, Taylor, Wickham, & Hu�on, 2015), y una pobre capacidad para generar explicaciones alterna�vas para las experiencias (Freeman et al., 2004). RESPONDIENDO A LAS VOCES Las alucinaciones audi�vas �enden a ser experiencias verbales convincentes para las personas con psicosis, y suelen ser nega�vas, personalmente destacadas y muy angus�osas (Nayani y David, 1996). Para tratar de afrontarlas, las personas que oyen voces desarrollan respuestas basadas en sus creencias sobre las voces y en las creencias interpersonales sobre su posición social dentro de las relaciones. Las personas pueden resis�rse o comprometerse con las voces, dependiendo de si las perciben como malévolas o benévolas, respec�vamente (Chadwick y Birchwood, 1995). La resistencia es un intento de suprimir o controlar las voces, con el obje�vo de eliminarlas o reducirlas. La resistencia a las voces hos�les puede dividirse en las respuestas fundamentales de lucha (intentos de enfrentarse) o de huida (intentos de escapar o evitar) (P. Gilbert et al., 2001), métodos de afrontamiento que �enden a ser ineficaces a largo plazo. Las inves�gaciones han demostrado que las estrategias de lucha, como responder a las voces a gritos o discu�r con ellas, se asocian a un peor control de las emociones (Farhall y Gehrke, 1997), y las respuestas de huida, como intentar bloquear las voces, se asocian a la depresión (Escher, Delespaul, Romme, Buiks y van Os, 2003) y a una menor autoes�ma (Haddock, Slade, Bentall, Reid y Faragher, 1998). Las estrategias de resistencia también pueden tener el efecto de mantener las voces y creencias sobre su poder e iden�dad a largo plazo (Morrison & Haddock, 1997). En cuanto a la respuesta de lucha, las ac�tudes y comportamientos ac�vamente hos�les hacia las voces pueden aumentar la excitación fisiológica, lo que contribuye a aumentar la frecuencia de las voces (P. Gilbert et al., 2001; Romme & Escher, 1989). La respuesta de huida, consistente en adoptar conductas de búsqueda de seguridad, como apaciguar o cumplir las órdenes de las voces malévolas (para evitar el resultado temido), impide la desconfirmación de las creencias temerosas de la persona sobre las voces (Hacker, Birchwood, Tudway, Meaden y Amphle�, 2008). El compromiso, por otro lado, se define como "la escucha elec�va, la conformidad voluntaria y la realización de acciones para provocar las voces" (Chadwick y Birchwood, 1994, p. 192). Implica escuchar algunas o todas las voces y aceptar directamente lo que dicen (Farhall & Gehrke, 1997; Frederick & Cotanch, 1995). Sin embargo, comprometerse ac�vamente con las voces �ene el potencial de conver�rse en algo excesivamente ín�mo y puede tener costes ocultos en términos de flexibilidad, confianza y compromiso con otras ac�vidades y relaciones (Birchwood & Chadwick, 1997). El compromiso pasivo puede incorporar respuestas sumisas a las voces, como el cumplimiento de las órdenes de las voces benévolas (Braham, Trower y Birchwood, 2004; Shawyer et al., 2008). Estas formas de respuesta -compromiso y resistencia- pueden reforzar inadver�damente la experiencia de escuchar voces y agravar la angus�a y la discapacidad del cliente. Ambas formas de respuesta perpetúan la relación con las voces al mantener a los clientes involucrados con ellas, y esta preocupación con�nuada puede impedir la consecución de obje�vos vitales importantes (para un análisis más detallado, véase Thomas, Morris, Shawyer y Farhall, 2013). PENSAMIENTO DELIRANTE Las experiencias asociadas al pensamiento delirante, como la ansiedad, la vergüenza o la humillación, pueden llevar directamente a las personas a evitar estas experiencias y las situaciones desencadenantes. Esta forma familiar de evitación experiencial se ha denominado evitación pasiva (García-¬Montes, Luciano Soriano, Hernández-¬López, & Zaldívar, 2004), mediante la cual la persona busca evitar las experiencias privadas y se comporta de manera que reduzca esas experiencias y las condiciones que las generan. Algunos delirios, sin embargo, pueden entenderse como formas ac�vas de evitación experiencial (García-¬Montes et al., 2004; García-¬Montes, Pérez-¬Álvarez, & Perona-¬Garcelán, 2013). En estos casos, la evitación experiencial es más elaborada, y el propio síntoma delirante se convierte en un medio para evitar algún otro asunto (por ejemplo, la baja autoes�ma, la culpa o la depresión). El aspecto "ac�vo" de la evitación experiencial se solapa con la fusión cogni�va, por la que la persona construye verbalmente una realidad o mundo alterna�vo, con el que se fusiona y en el que se sumerge a través de los procesos de preocupación y rumiación. Aunque los delirios de una persona no siempre comienzan de esta manera, estos procesos se convierten en factores de mantenimiento. Esta implicación excesiva con el contenido de los delirios, aunque inicialmente se refuerce posi�vamente, puede tener un impacto nega�vo en las direcciones de la vida valorada de la persona. ENFOQUES DE ACEPTACIÓN Dado el impacto nega�vo que �enen las estrategias de supresión y evitación a largo plazo, la aceptación es una respuesta potencialmente más adapta�va a las experiencias psicó�cas. Cohen y Berk (1985) iden�ficaron la aceptación como una respuesta de afrontamiento de "no hacer nada" u�lizada por algunos pacientes con esquizofrenia, lo que sugiere que han aprendido a vivir con sus síntomas. Dis�nguieron esta respuesta de una estrategia menos saludable de "no hacer nada" que implicaba la impotencia y la renuncia. Una de las formas en que los terapeutas han intentado promover la aceptación en la terapia ha sido cul�var el insight. Esta forma de aceptación ha formado parte de algunas formas de terapia cogni�vo- conductual para la psicosis (TCCp; Kingdon y Turkington, 1994). Las intervenciones incluyen discusiones no conflic�vas y personalizadas sobre modelos alterna�vos de experiencias, incluyendo la evaluación de las creencias sobre el poder y la iden�dad de las voces u otros autores y, en úl�ma instancia, la reatribución de las experiencias inusuales al yo (Garety, Fowler, & Kuipers, 2000). Al aceptar los síntomas como parte de una enfermedad y no como procedentes de personas reales, los terapeutas esperan que las personas tengan menos miedo y puedan desvincularse del contenido de las voces y las creencias (Chadwick y Birchwood, 1994; van der Gaag, 2006). Sin embargo, estas discusiones dentro de la TCCp �enen el potencial de ser poco ú�les si el terapeutano considera la función de los síntomas, par�cularmente si son formas de evitación ac�va como se ha descrito anteriormente. También es posible que, al centrarse excesivamente en la cognición y la búsqueda de significado, y al comunicar la necesidad de "arreglar el pensamiento" antes de poder actuar de forma efec�va, algunos esfuerzos terapéu�cos para modificar los pensamientos puedan en realidad mantener o acentuar los procesos que impiden la recuperación (Bach, 2004). Romme y sus colegas fueron pioneros en un importante enfoque de aceptación; sugieren que los clientes pueden aprender a aceptar las voces explorando su significado personal, reconociendo sus aspectos posi�vos y aprendiendo a incorporarlas a la vida en lugar de intentar eliminarlas (Romme & Escher, 1989; Romme & Escher, 1993; Romme, Honig, Noorthoorn, & Escher, 1992). Este trabajo ha influido en los grupos de personas que oyen voces, como Intervoice: The Interna�onal Hearing Voices Network, y a través de publicaciones de autoayuda, grupos de apoyo entre iguales, conferencias y recursos en línea. Más recientemente, este enfoque se ha incorporado a una intervención de formulación de casos para voces, para ayudar a los clientes a entender el significado del contenido de la voz dentro del contexto de experiencias vitales más amplias y de las relaciones interpersonales (Longden, Corstens, Escher y Romme, 2012), y para ayudarles a relacionarse con las voces de forma más aceptable a través del diálogo de voz (Corstens, Longden y May, 2012). Aunque con un enfoque bastante diferente, todas estas formas terapéu�cas de aceptación dependen de que la persona "acepte" alguna explicación par�cular para las experiencias psicó�cas. Por lo tanto, las intervenciones que incorporan este enfoque dependen de que la persona se adhiera a una narra�va basada en la palabra sobre la experiencia. Se supone que estas interpretaciones revisadas darán lugar a menos angus�a y trastornos en la vida. Aunque estas explicaciones formadas por el cliente pueden informar sobre el uso de ciertas estrategias de afrontamiento, no abarcan específicamente las habilidades para aceptar la presencia de experiencias psicó�cas tal y como ocurren. Esto es importante, porque las experiencias de voces y otras experiencias anómalas en el momento suelen seguir siendo reales y envolventes a pesar de que los clientes tengan la capacidad de reflexionar sobre ellas después. Como resultado, estas explicaciones y marcos alterna�vos para promover la aceptación pueden tener una eficacia limitada en aquellos momentos en los que los clientes necesitan más ayuda. Un enfoque ACT para la psicosis La ACT destaca una forma de aceptación que fomenta habilidades que las personas pueden aplicar cuando se producen experiencias psicó�cas. Esta aceptación consciente no es una estrategia de afrontamiento específica ni un proceso de provisión de sen�do, sino que es un es�lo par�cular de relacionarse con los acontecimientos psicológicos incontrolables. Implica las habilidades de conciencia sin juicio, observando deliberadamente los acontecimientos mentales a medida que ocurren sin juzgarlos como buenos o malos y sin reaccionar ante ellos, y la desvinculación (desapego), separándose del significado literal del contenido de las voces y los delirios, es decir, dis�nguiendo la experiencia real (sonidos y palabras) de lo que representa (realidad literal). (Véase la definición de "defusión" en la tabla 1). La literatura más amplia sobre mindfulness y psicosis informa sobre la aceptación mindful de las experiencias psicó�cas dentro del ACT (Chadwick, Newman--Taylor, & Abba, 2005; Dannahy et al., 2011). Por ejemplo, la terapia cogni�va basada en la persona (PBCT) de Chadwick (2006) hace hincapié en el desarrollo de la conciencia metacogni�va a través de la prác�ca de la atención plena para reducir la evitación experiencial y el enredo con las experiencias psicó�cas. Los estudios indican que las intervenciones basadas en la atención plena (MBI) son aceptables y pueden ser ú�les para las personas con síntomas angus�osos de psicosis (Chadwick et al., 2016; Khoury et al., 2013; Strauss, Thomas, & Hayward, 2015). El enfoque terapéu�co de la ACT -cambiar la relación de la persona con los síntomas, en lugar de los síntomas en sí- puede reducir el impacto de los síntomas y ayudar a la persona a centrarse más en las acciones valoradas (Pérez-Álvarez, García-Montes, Perona-Garcelán, & Vallina- Fernández, 2008). El ACT enfa�za la capacidad de trabajo de la conducta del individuo, con mayor flexibilidad y más opciones de respuesta (Pankey & Hayes, 2003). Por ejemplo, mediante el trabajo de aceptación, una persona que normalmente responde a la escucha de voces con el aislamiento social y discu�endo con ellas puede desarrollar una gama más amplia de respuestas conductuales a la escucha de voces. Éstas podrían incluir ac�vidades, como salir de casa, mantener una conversación con otra persona, notar deliberadamente las propiedades acús�cas de las voces o realizar una ac�vidad valorada, así como sus respuestas habituales para controlar las voces. El obje�vo clínico de la ACT es añadir nuevas funciones y asociaciones posi�vas a la experiencia de oír voces. Base de evidencia para ACTp Cinco ensayos controlados aleatorios (ECA) han evaluado la eficacia de los enfoques de ACT para las personas con psicosis (Bach & Hayes, 2002; Gaudiano & Herbert, 2006; Shawyer et al., 2012; Shawyer et al., 2017; White et al., 2011), y también ha habido revisiones sistemá�cas de estos enfoques para la psicosis (Cramer, Lauche, Haller, Langhorst, & Dobos, 2016; Khoury et al., 2013; Ost, 2014). Aunque los ensayos tenían tamaños de muestra modestos, los resultados fueron prometedores, indicando que tales intervenciones pueden ayudar a reducir el impacto de los síntomas psicó�cos, en par�cular en términos de credibilidad y el impacto emocional y la interrupción del funcionamiento; también tuvieron resultados posi�vos de seguimiento (Bach, Hayes y Gallop, 2012). Es importante destacar que todos los estudios mostraron que las intervenciones son fac�bles y aceptables con este grupo de personas, y que es posible que los par�cipantes respondan de forma psicológicamente flexible a sus experiencias inusuales. Los clientes no se sienten abrumados, siempre que los ejercicios de mindfulness y otros ejercicios experienciales se adapten para tener en cuenta sus dificultades. Los ECA iniciales se centraron en las tasas de rehospitalización. Bach y Hayes (2002) asignaron aleatoriamente a ochenta pacientes internos con síntomas psicó�cos posi�vos al tratamiento habitual (TAU) o a cuatro sesiones individuales de ACT más TAU. El ACT consis�a en enseñar a los pacientes a desac�var los pensamientos, los sen�mientos y las experiencias psicó�cas di�ciles (simplemente notarlos en lugar de tratarlos como verdaderos o falsos) y a iden�ficar y centrarse en acciones dirigidas a obje�vos valiosos. Los par�cipantes de ACT tuvieron tasas de rehospitalización más bajas que los par�cipantes de TAU en el seguimiento de cuatro meses, y esta diferencia se mantuvo un año después del alta (Bach, Hayes, et al., 2012). Hubo una diferencia en los resultados que vale la pena destacar; la intervención tuvo poco impacto en la tasa de rehospitalización de los par�cipantes con delirios, pero un gran efecto del tratamiento para los que experimentaron alucinaciones audi�vas. En un estudio más pequeño en el que se comparaba la UAT y el TCA más la UAT para pacientes psicó�cos hospitalizados, Gaudiano y Herbert (2006) descubrieron que, al ser dados de alta, los pacientes del brazo de tratamiento del TCA mostraban mayores mejoras en el estado de ánimo, el deterioro social y la angus�a asociada a las alucinaciones. Aunque las tasas de rehospitalización a los cuatro meses fueron similares a las del estudio de 2002, la diferencia entre los grupos no fue estadís�camente significa�va. Los ECA que incluyen muestras de psicosis de pacientes externos se han centrado en la depresión después de lapsicosis o en las respuestas a los síntomas posi�vos en curso. White y sus colegas (2011) llevaron a cabo un ECA de ACT para la disfunción emocional después de la psicosis, en el que los par�cipantes se estaban recuperando de un episodio reciente de psicosis y experimentaban depresión o ansiedad, o ambos. Compararon una intervención ACT de diez sesiones más TAU (atención psiquiátrica comunitaria) con TAU sola. Los que recibieron el ACT mostraron una reducción significa�va de la depresión y de los síntomas nega�vos, además de tener un número significa�vamente menor de contactos con la crisis en el transcurso del estudio. White y sus colegas completaron recientemente el estudio ADAPT, un ECA piloto de la ACT para la depresión después de la psicosis (ACTdp), que comparaba la ACT más la atención estándar (SC) con la SC sola, con el fin de informar un ensayo mul�céntrico defini�vo y pragmá�co de la eficacia de la ACTdp (Gumley et al., 2016). El ensayo sobre el tratamiento de las alucinaciones de mando resistentes (TORCH) comparó el befriending con quince sesiones de una intervención de TCC mejorada con aceptación (TCC-A) (Shawyer et al., 2012). No hubo diferencias significa�vas en las medidas de resultado calificadas como ciegas entre los grupos de TCC-A y de amistad (ambas intervenciones mostraron mejoras), aunque los par�cipantes de la TCC-A informaron de una mejora subje�va mayor con las alucinaciones de mando. Aunque la calidad del ensayo fue alta, tuvo dificultades para reclutar a todo el número de par�cipantes con alucinaciones de mando para tener una potencia adecuada. El ensayo Lifengage (Thomas et al., 2014) comparó ocho sesiones de TCA con terapia de amistad para noventa y seis pacientes ambulatorios con síntomas psicó�cos persistentes y angus�antes. Los par�cipantes de ambos grupos de terapia mejoraron, y no hubo diferencias entre los grupos en cuanto al estado mental general. Sin embargo, los par�cipantes del grupo de ACT estaban más sa�sfechos con la terapia y manifestaron un mayor beneficio subje�vo. También mostraron una mayor mejora en los síntomas posi�vos en el seguimiento, en consonancia con el enfoque del tratamiento en el estudio (Shawyer et al., 2017). Los análisis de mediación dentro de estos ensayos de tratamiento sugieren que el cambio de los procesos dirigidos de la flexibilidad psicológica es lo que logró los efectos clínicos posi�vos de ACT para la psicosis (ACTp). Los cambios en la atención plena median la adaptación emocional a la psicosis (White et al., 2011), y la reducción de la credibilidad de las alucinaciones medió el efecto de la ACT en la angus�a relacionada con las alucinaciones (Gaudiano, Herbert y Hayes, 2010). Usando los datos combinados de los estudios de Bach y Hayes (2002) y Gaudiano y Herbert (2006), Bach, Gaudiano, Hayes y Herbert (2012) encontraron que la disminución de la credibilidad en el contenido literal de los síntomas psicó�cos después de la intervención medió significa�vamente el efecto de ACT sobre las tasas de rehospitalización. Los médicos consideran que la credibilidad es un indicador de la defusión cogni�va, y también ha mediado en los resultados de ACT en otras poblaciones (Ze�le, Rains y Hayes, 2011). Además de los estudios de mediación, los datos cualita�vos de las entrevistas con los clientes han revelado temas similares con respecto a los procesos terapéu�cos ac�vos de ACTp: atención plena, defusión, aceptación y trabajo de valores (Bacon, Farhall y Fossey, 2014). Adaptaciones a la Prác�ca de ACT con Personas con Psicosis Al usar ACT con personas que experimentan psicosis, ha sido necesario adaptar las intervenciones para adaptarse al grupo de clientes y contextos de servicio. Esta sección describe algunas de estas adaptaciones prác�cas, extraídas de nuestras propias experiencias y las de otros en la literatura más amplia. RELACIÓN TERAPÉUTICA La relación terapéu�ca es una parte clave de cualquier forma de intervención psicológica para la psicosis. Se ha destacado que es fundamental para la terapia cogni�vo-conductual para la psicosis (TCC; por ejemplo, Johns, Jolley, Keen y Peters, 2014), y la inves�gación ha encontrado que la alianza terapéu�ca es causal para determinar si los clientes se benefician o no de la TCC (Goldsmith, Lewis, Dunn y Bentall, 2015). Dentro de la ACTp, la relación terapéu�ca es validadora, normalizadora y colabora�va. Crea un contexto que enseña los límites del lenguaje literal para la resolución de problemas y fomenta el aprendizaje experiencial de diferentes formas de relacionarse con las experiencias privadas mientras se amplían los comportamientos basados en valores. El contexto social de la relación implica una aceptación radical, una apreciación de la persona en su totalidad. Además de que el terapeuta acepte al cliente, la aceptación radical incluye que el cliente se acepte a sí mismo, incluidas las experiencias no deseadas, y a otras personas. El terapeuta ve a los clientes como seres humanos completos, no rotos o diferentes, de los que la psicosis es una parte. La conexión terapeuta- cliente, con la experiencia común de ser humano, está muy bien ilustrada por la metáfora de las "dos montañas" (Hayes, Strosahl y Wilson, 1999), que los terapeutas pueden compar�r con los clientes cuando les presentan la TCA: Es como si tú estuvieras escalando tu montaña allí y yo estuviera escalando mi montaña aquí. Desde donde estoy en mi montaña puedo ver cosas en tu montaña que tú no puedes ver -puedo ver un camino más fácil, o que estás usando tu pico incorrectamente, o que hay una avalancha a punto de ocurrir. Pero no me gustaría que pensaras que estoy sentado en la cima de mi montaña, sin problemas, sin asuntos, simplemente sentado y disfrutando de la vida. Estoy escalando mi propia montaña, por aquí. Y todos estamos escalando nuestra montaña hasta el día de nuestra muerte. Pero lo que podemos aprender es a escalar de forma más eficaz, a escalar de forma más eficiente, y aprender a disfrutar de la escalada. Podemos aprender a tomarnos un respiro y descansar bien, a contemplar el paisaje y a apreciar lo lejos que hemos llegado. Ambos estamos en el mismo barco, nos enfrentamos a la condición humana. Esta metáfora pone de manifiesto que estamos en la misma situación que quienes se recuperan de una enfermedad mental grave; todos nos enfrentamos al reto de vivir de acuerdo con nuestros valores a pesar de las experiencias no deseadas y enredadas. Sin embargo, también es importante reconocer que las personas con psicosis suelen tener un mayor número de experiencias (de mayor intensidad, además) que manejar en sus vidas. Podemos terminar la metáfora con algo así: "No tengo que saber nada de lo que se siente al escalar tu montaña para ver dónde estás a punto de pisar o para ver cuál podría ser un camino mejor para �". La auto- revelación del facilitador -las formas de lucha y los compromisos que asumirá entre sesiones- es un componente importante de nuestros grupos de ACTp. Este modelo no sólo involucra a los par�cipantes del grupo, sino que fomenta el sen�do de universalidad y de toma de perspec�va descrito anteriormente. PROCESOS ABIERTOS La aceptación y la defusión trabajan juntas para ayudar a la habilidad más amplia de desarrollar la apertura hacia las experiencias internas. Se anima a los clientes a aceptar sus pensamientos y sen�mientos sin intentar resis�rlos, evitarlos o reprimirlos. Esta forma de aceptación no es un proceso pasivo de tolerancia o resignación, sino una voluntad plena de tener experiencias (que pueden persis�r con la psicosis a pesar del tratamiento). El énfasis de la ACT en el aprendizaje por adición (más que por sus�tución) es clave para este grupo de clientes, que a menudo permanecen apegados a estrategias de afrontamiento que son eficaces para modular experiencias extremadamente angus�osas a corto plazo. En los grupos de ACTp, es ú�l entender qué estrategias u�lizan los par�cipantes para conseguir cosas en sus vidas, e introducir respetuosamente la idea de la voluntad como unahabilidad adicional en la caja de herramientas. Los terapeutas fomentan el aprendizaje experimental, que los clientes "prueben la voluntad" para ver si el enfoque puede dar lugar a acciones más valoradas. PROCESOS CONSCIENTES Cuando se u�liza mindfulness con personas con psicosis, son necesarias algunas adaptaciones para tener en cuenta las experiencias relacionadas con voces desagradables, imágenes o pensamientos paranoicos (Chadwick et al., 2005). Al igual que en los protocolos de MBSR, comenzamos con la respiración y la conciencia corporal, u�lizando la respiración como punto focal central. Sin embargo, el enfoque de la respiración es di�cil para algunos clientes con alta ansiedad o experiencias disocia�vas, por lo que puede ser ú�l u�lizar las plantas de los pies como punto focal, lo que ayuda a conectar con la �erra a la persona en la sala. En nuestras prác�cas de atención plena, invitamos a los par�cipantes a cul�var una conciencia con�nua de las experiencias psicó�cas y los pensamientos y sen�mientos asociados. Las prác�cas limitan cuidadosamente los estados de concentración profunda, que se han relacionado con la aparición de alucinaciones audi�vas (Chadwick, 2006), y u�lizamos ejercicios de mindfulness más breves y "hablados" que los u�lizados en MBSR y MBCT. Ninguno de los ejercicios de mindfulness dura más de diez minutos, para no abrumar a los par�cipantes que experimentan síntomas angus�osos. Damos instrucciones frecuentes, con pausas de no más de diez segundos en los ejercicios iniciales, por si los par�cipantes encuentran di�cil el silencio y se pierden en las respuestas a las experiencias psicó�cas. Las pausas se amplían ligeramente durante los ejercicios en las úl�mas sesiones. Los ejercicios de mindfulness se denominan ejercicios de "notar" e incluyen una serie de prác�cas, como comer de forma consciente, es�rarse y caminar. Animamos a que se prac�que en casa, con el apoyo de grabaciones de audio de los ejercicios u�lizados en los talleres, pero adoptamos una postura de aceptación ante la falta de finalización. Como ocurre con cualquier ejercicio de mindfulness, la indagación sobre lo que notan los par�cipantes suele ser la fase más di�cil. Este es el caso, en par�cular, de este grupo de clientes, que están muy centrados en el desarrollo de métodos para controlar aún más sus experiencias y pueden notar rápidamente los beneficios inmediatos de los ejercicios, como la relajación. Intentamos equilibrar la necesidad de reforzar la gama de experiencias que los par�cipantes notan, tanto posi�vas como nega�vas, con cualquier respuesta que destaque los procesos consistentes con ACT. Enfa�zamos suavemente estos procesos al resto del grupo y también los modelamos en nuestra retroalimentación. PROCESOS ACTIVOS La iden�ficación y la clarificación de los valores en este grupo de clientes, especialmente en el caso de los individuos con psicosis establecida, puede hacer surgir temas de pérdida y oportunidades perdidas. Algunos par�cipantes pueden no tener claro lo que valoran, especialmente si �enen historias personales de invalidación o trauma, o los par�cipantes pueden haber perdido el contacto con sus valores al canalizar sus esfuerzos para ges�onar la psicosis. Aunque las experiencias del pasado de las personas repercuten en el trabajo del grupo, así como en las formas en que las personas pueden actuar más eficazmente en el presente, la ACTp se centra menos en el pasado y más en la idea de construir una vida con sen�do, empezando por el hoy. La conexión con los valores se ve como un trabajo en curso y como un viaje de descubrimiento, una prueba de cosas nuevas. A veces lo describimos como la moda y el hecho de probarse ropa nueva: algo desconocido e incómodo al principio, pero que se va haciendo más cómodo con el �empo. En consonancia con otros autores, también destacamos la compasión hacia uno mismo y hacia los demás como una dirección vital valiosa (White, 2015). La acción comprome�da es una parte integral de la terapia. En los talleres de ACTp, animamos a los clientes a establecer obje�vos basados en valores iden�ficando una pequeña acción en línea con sus valores que puedan completar entre sesiones. Hacemos hincapié en que la finalización no es el único obje�vo de la acción comprome�da; la capacidad de darse cuenta de los pensamientos, las emociones y las sensaciones que pueden aparecer en el camino y, sobre todo, las respuestas automá�cas e inú�les a éstas, también son procesos importantes. El proceso de "fijar" los deberes se vio influido por inves�gaciones anteriores sobre la par�cipación de las personas en la ac�vación del comportamiento: dividir en grupos más pequeños, proporcionar mucho refuerzo para los pequeños pasos y comprender el equilibrio entre el control y la voluntad que se necesita para ges�onar el tener experiencias intensas. ESTILO TERAPÉUTICO Al igual que con CBTp, ACTp se adapta al ritmo del cliente y �ene un es�lo de conversación suave. El uso de andamios es importante en nuestros talleres; los facilitadores modelan y u�lizan ejemplos, lo que permite a los clientes desarrollarse para aplicar los ejercicios por sí mismos. Mostrar videos y viñetas de casos también puede facilitar que los par�cipantes compartan sus experiencias, formas de afrontamiento y valores. Los ejercicios experienciales y de fisicalización se u�lizan tanto como sea posible para dar vida a la terapia y hacer que los puntos de aprendizaje sean más memorables. Actuamos nuestra metáfora central, los "pasajeros en el autobús", para que los par�cipantes puedan experimentar en la sesión cómo relacionarse de manera diferente con el contenido angus�ante del pensamiento. Grupos ACT para personas con psicosis (G- ACTp) Hay una serie de mo�vos para desarrollar la ACT como una intervención basada en el grupo para personas que experimentan psicosis (G-ACTp; para más información, véase McArthur, Mitchell y Johns, 2013). El hecho de compar�r explícitamente la experiencia humana común y el modelo transdiagnós�co subyacente de la ACT se adaptan a la intervención grupal (Hayes et al., 2011; Walser y Pistorello, 2004). Además, hay aspectos par�culares de la intervención que se prestan a un formato de grupo: muchas metáforas de la ACT son interac�vas y se benefician de un mayor número de personas, observar a los demás presentes y dispuestos puede promover estos procesos en uno mismo, y hacer compromisos en un contexto social es probable que fortalezca la acción. Para las personas con psicosis, las intervenciones grupales pueden ser par�cularmente valiosas, ya que ofrecen oportunidades para normalizar las experiencias psicó�cas, obtener apoyo de los compañeros y facilitar las habilidades de toma de perspec�va, todo lo cual aumenta las estrategias terapéu�cas específicas (Abba, Chadwick y Stevenson, 2008; Dannahy et al., 2011; Jacobsen, Morris, Johns y Hodkinson, 2011; Ruddle, Mason y Wykes, 2011). Nuestros talleres pretenden conectar a los par�cipantes y facilitadores en torno a nuestra humanidad compar�da, ayudar a reducir el es�gma y aumentar la autocompasión. También validamos la valen�a que los par�cipantes muestran al ampliar sus vidas a pesar de las dificultades asociadas con la psicosis, incluyendo el miedo a la recurrencia, el deseo de apaciguar las voces, la preocupación por los mo�vos de otras personas y el enfrentamiento a los factores de estrés social. En términos de la proporción terapeuta-cliente y/o el número de sesiones de grupo ofrecidas, las intervenciones de grupo pueden ser un uso más eficiente del �empo del terapeuta que el trabajo individual. El personal de salud mental de diferentes grupos profesionales puede ser entrenado a través de talleres para facilitar las intervenciones basadas en el grupo (Oliver, Venter, & Lloyd, 2014; Wykes et al., 2005). Además, los grupos ofrecen al personal excelentes oportunidades de desarrollo a través de la cofacilitación. Por lo tanto, los formatos de TCA grupal breve (TCA-G), que pueden difundirse fácilmente a través de la formación del
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