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DR. YOSELMAN R. MIRABAL AÑO 2018 TEOLOGÍA PENTECOSTAL Una perspectiva académica TEOLOGÍA PENTECOSTAL: UNA PERSPECTIVA ACADÉMICA Dr. Yoselman R. Mirabal Derechos Reservados 2018 Producciones Mirabal Ministerio de Publicaciones Cristianas, Inc. C/ Respaldo 4 #142, Las Palmas, Herrera, Santo Domingo Oeste, Rep. Dom. www.produccionesmirabal.com E-mail: yomirabal@yahoo.com Tels: 809-334-4063 / 829-683-6821 ISBN: Tapa rústica/9789945–9080–2–2 ISBN: Tapa dura/978–9945–9080–1–5 Diagramación: Yancarlos Medrano Corrección y estilo: Rev. Jerson Carvajal, M. A. Dr. Francisco Pablo Fortuna Corrección de citas bíblicas Lic. Edward Cifre Primera edición: 5,000 ejemplares Santo Domingo, Santo Domingo Oeste, República Dominicana Año 2018 Impreso en la editora La Unión C/ 1° #1, Reparto Rosa, Las Palmas de Herrera, Santo Domingo Oeste, Rep. Dom. • Tel: 809–537–4711 www.produccionesmirabal.com Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. Hechos 2:1–4 Reina–Valera 1960 Índice de contenidos Ideas centrales ............................................................................... Prólogo ............................................................................................ Presentación.................................................................................... Capítulo I. Conceptuación 1.1. Teología................................................................................. 1.1.1. Definición etimológica............................................. 1.1.2. Concepciones técnicas de la teología.................... 1.2. Pentecostés.......................................................................... 1.3. Pentecostal........................................................................... 1.4. Neopentecostal................................................................... 1.5. Académico(a)....................................................................... Capítulo II. Origen, evolución y situación actual del pentecostalismo 2.1. Antecedentes bíblicos........................................................ 2.2. Antecedentes históricos.................................................... 2.3. Nacimiento del movimiento pentecostal: Topeka y la calle Azusa................................................................... 2.4. Pentecostalismo en América Latina................................ 2.5. Origen del movimiento pentecostal en la República Dominicana........................................................................ Capítulo III. Unción o conocimiento: La gran dicotomía entre los pentecostales 3.1. Causas y consecuencias de esta dicotomía...................... 3.1.1. Causas de la dicotomía............................................ 3.1.2. Consecuencias de la dicotomía.............................. 3.2. Unción y conocimiento: dos caras de una misma moneda.... 3.3. Importancia del equilibrio en la vida cristiana............. 15 17 19 24 24 24 26 28 29 31 36 37 41 45 52 61 62 66 67 70 12 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal Capítulo IV. Doctrinas básicas de los pentecostales 4.1. Componentes generales de la doctrina pentecostal....... 4.1.1. Las Sagradas Escrituras.......................................... 4.1.2. El sincretismo teológico.......................................... 4.1.3. Las experiencias pentecostales.............................. 4.1.4. Los dogmas o reglas internas................................. 4.2. Reseña de algunas doctrinas pentecostales con fundamentos sólidos en las Sagradas Escrituras.......... 4.2.1. La inspiración de las Sagradas Escrituras............ 4.2.2. Dios............................................................................ 4.2.3. La creación............................................................... 4.2.4. La caída del ser humano: El pecado y su castigo..... 4.2.5. Jesucristo como salvador, bautizador con el Espíri- tu Santo, sanador y rey que vendrá otra vez.............. 4.2.6. El Espíritu Santo: Tema central en la teología pentecostal............................................................... 4.2.7. El bautismo en el Espíritu Santo y el hablar en lenguas........................................................................... 4.2.8. La justificación por la fe.............................................. 4.2.9. La salvación...................................................................... 4.2.10. El nuevo nacimiento.................................................... 4.2.11. La santificación.............................................................. 4.2.12. La resurrección de Cristo.......................................... 4.2.13. La iglesia de Cristo....................................................... 4.2.14. El rapto o arrebatamiento de la iglesia................. 4.2.15. Del estado del ser humano después de la muerte y de la resurrección de los muertos................................... 4.2.16. El juicio final.................................................................. 4.2.17. Otras doctrinas pentecostales.................................. Capítulo V. Creencias, dogmas y tabúes pentecostales 5.1. Creencias......................................................................................... 5.1.1. La letra mata, más el Espíritu vivifica...................... 5.1.2. Lo que el Espíritu diga eso se hará........................... 5.1.3. Las mujeres no deben cortarse el pelo..................... 5.1.4. No se tiene el Espíritu Santo si no se habla en lenguas...................................................................................... 79 81 82 84 85 87 88 90 91 92 94 95 99 100 102 106 107 109 112 114 116 117 118 129 130 131 131 133 13Teología Pentecostal: Una perspectiva académica 5.1.5. Noé predicó durante 120 años.................................. 5.1.6. Solo los creyentes pentecostales serán salvos..... 5.1.7. Cuando se tiene relaciones sexuales el Espíritu Santo se va en ese momento...................................... 5.1.8. La oración debe ser realizada con los ojos cerrados............................................................................ 5.1.9. Los niños no deben ser bautizados.......................... 5.1.10. Tomar café o té es pecado......................................... 5.1.11. Las mujeres no se pueden preparar para no tener hijos.................................................................. 5.1.12. Los creyentes católicos no son cristianos........... 5.1.13. Tomar vino es pecado................................................. 5.1.14. El hombre es la cabeza de la mujer........................ 5.1.15. Fumar es pecado........................................................... 5.1.16. No es bíblico el uso de la danza en la iglesia...... 5.1.17. Judas Iscariote murió ahorcado........................... 5.1.18. Las mujeres no deben usar pantalones, prendas, maquillaje, tintes, pintarse las uñas ni ponerse extensiones de pelo............. 5.2. Dogmas................................................................................. 5.2.1. No se puede tomar la Santa Cena si la persona no es bautizado(a)........................................ 5.2.2. No se puede usar una Biblia digital en lugar de una física................................................................... 5.2.3. En el templo los hombres deben ir de un lado y las mujeres de otro.......................................... 5.2.4. El hombre no debe usar bigotes ni barba........... 5.2.5. En todo culto se debe desarrollar undevocional o primera parte, un cultural o segunda parte y el mensaje, el cual debe ir al final........................................................................... 5.2.6. No se puede orar dándole la espalda al púlpito.... 5.2.7. Las personas no pueden divorciarse ni celebrar nuevas nupcias.............................................. 5.2.8. Con esa o ese te tienes que casar............................. 5.2.9. No se puede bautizar si se convive con alguien sin estar casado(a)........................................ 5.2.10. La disciplina en la iglesia pentecostal................. 134 136 137 138 139 140 142 143 144 146 147 149 150 153 155 156 158 160 160 162 163 165 167 169 170 14 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal 5.3. Tabúes pentecostales......................................................... 5.3.1. No es espiritual hablar de sexo en la iglesia......... 5.3.2. La decisión o iniciativa en el amor debe ser del hombre, no de la mujer..................................... 5.3.3. Tener sexo oral con su pareja es inmoral.............. 5.3.4. Escuchar música con ritmo urbano: merengue o bachata es pecado................................................. 5.3.5. Ir al cine, gimnasio o estadio de béisbol es pecado.... 5.3.6. Las mujeres no pueden ser pastoras..................... 5.3.7. Los líderes cristianos no son políticos partidistas... Capítulo VI. Desafíos actuales de la iglesia pentecostal 6.1. Proclamar la verdadera espiritualidad.................................. 6.2. Ver la iglesia como una empresa administrable................. 6.3. La brecha generacional........................................................... 6.4. La economía............................................................................. 6.5. La educación............................................................................. 6.6. La liturgia................................................................................. 6.7. La tecnología............................................................................. 6.8. Otros desafíos de la iglesia pentecostal................................ OTROS LIBROS DEL AUTOR 173 175 177 178 180 181 182 191 197 202 209 219 222 231 236 172 Ideas centrales • Para entender la teología pentecostal es necesario, de entrada, tener algunas nociones básicas sobre qué es la teología y a qué se le llama Pentecostés. Además, por qué se les llama pentecos- tales a muchos creyentes y a otros neopentecostales, y cuáles fueron las razones por las que esta obra se elaboró desde una perspectiva académica. • Conocer sobre el origen, evolución y situación actual del pente- costalismo es fundamental, si se desea entender el «constructo teológico» pentecostal. En ese sentido, existen algunos antece- dentes bíblicos e históricos que se deben destacar, así como lo relacionado al nacimiento del movimiento pentecostal en Tope- ka y la calle Azusa. Además, lo concerniente al pentecostalismo en América Latina y su origen en la República Dominicana. • La unción y el conocimiento constituyen la gran «dicotomía» entre los creyentes pentecostales. Por esta razón, es necesario analizar las causas y consecuencias de esta realidad. No caben dudas de que unción y conocimiento son dos caras de una mis- ma moneda, y que es de suma importancia el equilibrio de am- bas virtudes en la vida del cristiano, sea este pentecostal o no. • Dentro de la teología pentecostal existe una serie de doctrinas básicas que se deben conocer, y que son el resultado de cuatro componentes generales, entre ellos: Las Sagradas Escrituras, el sincretismo teológico, las experiencias pentecostales y los dog- mas o reglas internas, los cuales forman parte inequívoca del «constructo teológico» del movimiento pentecostal, y que no se pueden pasar por alto, dada la naturaleza del presente libro. 16 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal • El movimiento pentecostal está lleno de una serie de creen- cias, dogmas y tabúes que se deben conocer y revisar. No es posible que en pleno siglo XXI, se sigan enseñando tantas cosas que debieron ya ser superadas y contextualizadas por los líderes y maestros de las iglesias evangélicas pentecos- tales de este tiempo. • Por todo lo antes expresado, las iglesias pentecostales tienen hoy en día muchos retos que debe afrontar con mucha altura, dignidad y precisión. Estos son: Proclamar la verdadera espi- ritualidad, ver la iglesia como una empresa administrable, la brecha generacional, la economía, la educación, la liturgia y la tecnología. No cabe dudas de que la iglesia pentecostal debe renovarse en sus bases fundamentales, y atender rápidamen- te estos grandes desafíos. Prólogo Leer esta obra me trasladó a mi niñez, a mis inicios en la escuela bíblica o dominical y en la obra misionera, junto a mi madre y herma- nos, donde crecimos y nos desarrollamos; rodeados de gente humil- de y con un vehemente deseo de hacer la obra de Dios. Aprendimos viendo a otros, oyendo predicadores, maestros, entre otros. Fuimos prácticos, por así decirlo. Este libro, titulado: «Teología pentecostal, una perspectiva acadé- mica», escrito por el Dr. Yoselman R. Mirabal; un amigo, hermano, colega y sobre todo una persona apasionada por la escritura, ha sido cuidadosamente elaborado para ofrecer al lector una panorámica clara y precisa de los fundamentos de la teología pentecostal. Estamos frente a una obra que nunca antes había visto escrita, de una manera explícita y vivencial con una intuición debida para abordar estos tópicos; para hacer conciencia plena de situaciones que se han vivido por décadas en el seno de la iglesia pentecostal. La verdad es, que todo lo que hacíamos en la iglesia, era con entrega y amor, pero sin una clara definición teológica. Por tanto, se hace necesario tener una teología pentecostal que esté bien definida y asumida por todos, la cual evite esos concep- tos litúrgicos y doctrinales que, en un por ciento muy elevado, provienen de la iglesia católica romana, así como de la teología reformada y de «experiencias personales» nacidas en aviva- mientos que marcaron ideologías que hoy persisten en muchas de nuestras iglesias, y que a veces, se utilizan como bases de las doctrinas que se enseñan. 18 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal Solo alguien, como el Dr. Mirabal, que ha vivido estas «experiencias pentecostales», puede escribir sobre las mismas, y a la vez analizarlas y desglosarlas como están plasmadas en este libro. Esta obra explica la «teología pentecostal» desde una perspectiva académica, resaltando los inicios, los antecedentes históricos, bíblicos y vivenciales del autor, y con las historias de diversos avivamientos que marcaron épocas, y que a la vez, dieron inicio a conceptos que se enseñan hoy como doctrinas. Sin dudas, este material ayudará a tener un panorama más claro, a fin de conocer mejor la teología pentecostal, y las cosas en las cua- les (que como yo) hemos sido instruidos. Servirá, además, como marco referencial y de consulta para futuros trabajos sobre esta temática, así como libro de texto para seminarios, institutos y universidades cristia- nas. Martín Lutero (1517), dijo: «La iglesia no debe determinar lo que enseña las Escrituras, es las Escrituras quién debe determinar lo que enseña la iglesia». Espero, sinceramente, que el contenido de este libro sea una voz de alerta, y que nuestras iglesias puedan tener su teología pentecos- tal bien definida. Dr. Eduardo Leonardo Piña Mateo Rector de la Universidad Bíblica Internacional, (UBI) Extensión República Dominicana Para hablar con propiedad sobre la teología pentecostal, a diferencia de quienes solo pueden hacer una simple reseña por lo que otros han vivido, hay que experimentar y ser testigo de una serie de cosas, momentos, situaciones y realidades propias del ambiente pentecostal, a fin de poder hablar con conocimiento de causa. La realidad es que la «experienciapentecostal» provee una serie de vivencias que, aun los que han sido parte de ellas, no pueden explicarlas a plenitud a los demás, ya que se requiere ser testigos de las mismas. Por tanto, de entrada declaro que soy pentecostal de la cabeza a los pies. Nací y desarrollé mi carácter cristiano, por 40 años, en una iglesia evangélica pentecostal. He vivido profundos mo- mentos del mover y accionar del Espíritu Santo, siendo testigo ocular de muchas de sus operaciones en mi vida y en otros cre- yentes de ayer y hoy. Entre ellas: el hablar en lenguas, sanidad divina, milagros diversos, sueños, éxtasis, pérdida temporal del control físico, revelación, palabras de ciencia, entre otros, que definitivamente, no tienen explicación lógica para el ser huma- no común, natural o de ciencia. Ahora bien, escribir sobre la teología pentecostal desde una pers- pectiva académica, no solo es difícil, sino complejo y retador. Todo esto, dada la realidad y naturaleza de las iglesias de persuasión pentecostal. En ese sentido, soy testigo de una época donde se imponían (y se im- ponen hasta el día de hoy) muchas normas o reglas, las cuales se deno- minaban «enseñanzas bíblicas» que, a decir verdad, nunca las entendí plenamente, y mucho menos comprendía por qué, la mayoría de estas, estaban dirigidas hacia las mujeres, quedando los hombres libres de mu- chas de estas observaciones. Introducción 20 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal Ante todo, es necesario reconocer que la cristiandad (en senti- do general) está llena de normas o reglas, así como de «tabúes» y enseñanzas de hombres que, bien intencionadas o no, están muy lejos de lo que la Biblia ordena, y esto provoca confusión y divergencias conceptuales en el pueblo de Dios, sean o no pentecostales. Pero además, limitan el alcance, desarrollo y efi- cacia de la labor de la iglesia en la proclamación efectiva del Evangelio a los no creyentes. Al hacer la presente investigación, con fines de publicarla en este libro, tanto de campo como bibliográfica, se revisaron los intentos de algunos autores de ofrecer una visión, más o menos básica, sobre este tema en particular. Sin embargo, la mayoría de la literatura al alcance, publicada hasta ahora, se enfoca en los temas relacionados con la teo- logía sistemática, vistos desde una perspectiva pentecostal, dejando de lado los aspectos medulares vinculados a la teología pentecostal, propia- mente dicho. La presente obra es un intento, desde la perspectiva académi- ca y tomando en cuenta la experiencia pentecostal del autor, de presentar de forma lógica, objetiva, ordenada y vívida, libre de todo sectarismo religioso, denominacional o confesional, el «constructo teológico» pentecostal, sin que el presente esfuer- zo y enfoque esté dirigido, necesariamente, a validar o no las bases que lo sustentan, sean éstas bíblicas, dogmáticas, teoló- gicas, de experiencias subjetivas o tradicionales. En ese sentido, se da inicio en el primer capítulo con algunas ideas sobre qué es la teología y a qué se le llama Pentecostés. Además, por qué se les llama pentecostales a muchos creyentes y a otros neopentecosta- les, para finalizar con la definición del término académico(a), dada la naturaleza de la presente obra. En el capítulo dos se presenta una breve síntesis sobre el origen, evolución y situación actual del pentecostalismo, destacando algunos antecedentes bíblicos e históricos. Además, el naci- miento del movimiento pentecostal en Topeka y la calle Azusa, el pente- costalismo en América Latina y su origen en la República Dominicana. 21Teología Pentecostal: Una perspectiva académica Para los fines de la presente obra, es importante destacar el hecho de que la unción y el conocimiento constituyen la gran dicotomía entre los creyentes pentecostales. Por esta razón, es el tema central del capítulo tres, a fin de analizar las causas y consecuencias de esta dicotomía, des- tacando, finalmente, que unción y conocimiento, son dos caras de una misma moneda, y que es de suma importancia el equilibrio de ambas virtudes en la vida del cristiano, sea éste pentecostal o no. A la altura del capítulo cuatro se hace un desglose de las doc- trinas básicas de los pentecostales, siendo destacadas aquellas que, a juicio del autor, cuentan con fundamentos sólidos en las Sagradas Escrituras. Sin embargo, antes de presentarlas, se destacan algunos de los componentes generales de la doctrina pentecostal, entre ellos: las Sagradas Escrituras, el sincretismo teológico, las experiencias pentecostales y los dogmas o reglas internas, los cuales forman parte del «constructo teológico» del movimiento pentecostal, y que no se pueden pasar por alto, dada la naturaleza del presente libro. El movimiento pentecostal está lleno de una serie de creencias, dog- mas y tabúes que se deben conocer y revisar. No es posible que en pleno siglo XXI, se sigan enseñando tantas cosas que debieron ser superadas y contextualizadas por los líderes y maestros de las iglesias evangéli- cas pentecostales de este tiempo. Creencias como: «la letra mata, más el Espíritu vivifica» «lo que el Espíritu diga eso se hará» «no se tiene el Espíritu Santo si no se habla en lenguas» «solo los pentecostales serán salvos» «tomar café o té es pecado» «los católicos no son cristianos», entre otras, deben ser erradicadas de la mente de los creyentes. Dogmas como: «no se puede tomar la Santa Cena si la persona no es bautizada» «en el templo los hombres deben ir de un lado y las mujeres del otro» «no se puede orar dándole la espalda al púlpito» «con esa o ese te tienes que casar», entre otros, deben ser revisados. Peor aún son los tabúes, tales como: «no es espiritual hablar de sexo en la iglesia» «la decisión o iniciativa en el amor debe ser del hombre, no de la mujer» «escuchar música con ritmo urbano: merengue o bachata es pecado» «ir al cine, gimnasio o estadio de béisbol es pecado», entre otros, los cuales no deben formar parte del pensamiento pentecostal. 22 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal Finalmente, en el capítulo seis, se presentan una serie de retos que debe afrontar la iglesia pentecostal en la actualidad, entre ellos: procla- mar la verdadera espiritualidad, ver la iglesia como una empresa admi- nistrable, la brecha generacional, la economía, la educación, la liturgia y la tecnología. Así como: El analfabetismo bíblico, la agenda LGBT, la iglesia pentecostal desde un marco jurídico, el ejercicio del liderazgo local, la arquitectura y la planificación estratégica. No cabe dudas, de que la iglesia pentecostal debe renovarse en sus bases fundamentales, y atender con altura y esmero estos grandes desafíos. Teología pentecostal: Una perspectiva académica, es un es- fuerzo por sistematizar el «pensamiento teológico» de los pen- tecostales, tarea difícil dada la naturaleza del movimiento y todo lo señalado en el contenido de la presente obra. Es un pe- queño aporte a la comunidad pentecostal, esperando que sirva de marco referencial para futuros trabajos sobre esta temática, así como libro de texto para los institutos, seminarios y univer- sidades cristianas. Además, les servirá a los cristianos no pentecostales, ya que con esta obra en las manos tienen una herramienta sólida que les permitirá abordar con mayor precisión y altura el pensamiento de quienes, como yo, forman parte de uno de los movimientos cristianos más antiguos y de mayor alcance, empuje y potencial de la historia del cristianismo, el pentecostalismo. ¡Amén! Capítulo I CONCEPTUACIÓN Una de las grandes dificultades de las personas es poder entender el significado a fondo de muchos de los términos y palabras que sue-len ser usados con una diversidad de acepciones y aplicaciones. En ese orden, es necesario destacar que una de las cosas que se deben tomar en cuenta, en sentido general, es que todo término que se emplea tiene a la vez diferentes formas de apreciación, según elcontexto en el que se utilice, el uso común de cada pueblo, y el área del saber al que se aplique. Dada la naturaleza de esta realidad, se quiere en esta ocasión, explicar una serie de conceptos que se han elaborado en el ám- bito académico de la teología, ya que los significados tienen una connotación particular para el entendimiento pleno de los mismos en el ámbito pentecostal. Sin lugar a dudas, cada tema y área del saber, de labor o ambiente de vida, sea religioso, polí- tico, económico o social, crea en su entorno su propio lenguaje o apreciación de una palabra o expresión, que en ocasiones di- ficulta la comunicación efectiva y crea ciertas confusiones. Son estas las razones por las cuales, a continuación, se presentan, lo que se consideran conceptos básicos en el ámbito de la teología pen- tecostal, a los fines de estar en sintonía sobre su uso en el contexto de la presente obra. ¡A ver! 24 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal 1.1. TEOLOGÍA Hablar de «teología», en especial en algunos círculos pentecosta- les, es, según muchos, simplemente desviarse de la entera «consagra- ción espiritual». No obstante, a continuación, se presentará el concepto «teología» de diferentes formas, y cómo la han considerado grandes baluartes del estudio de las Sagradas Escrituras durante todo este tiempo del cristianismo. 1.1.1. Definición etimológica La palabra «teología» proviene de las palabras griegas: theos=Dios y logos=estudio. Los antiguos griegos usaron el término en su sentido literal. De ahí que se haya aplicado el término «theologoi» o «teólogos» a quienes escribían la his- toria de los dioses y sus hazañas. Este término fue usado por primera vez por Platón en el libro «La República» para refe- rirse a la comprensión de la naturaleza divina por medio de la razón, en oposición a la comprensión literaria propia de los poetas coetáneos. 1 Se cree que Ferécides fue el primer hombre conocido como teólogo. La obra fue titulada: Teología. Otros consideran que fue Homero, quien se estima que pudo vivir en el siglo VIII a. C., en Jonia (hoy región de Turquía), por la obra «Ilíada y la Odisea». Ahora bien, en sentido literal, el término «teología» puede aplicarse a las investigaciones científicas de personas sagradas, cosas o relaciones, ya sean éstas reales o imagina- rias. Siendo así, según los expertos, el término designado a la «teología» debe llevar la expresión cristiana, ya que existe teología cristiana y teo- logía étnica (no cristiana). 2 1.1.2. Concepciones técnicas de la teología Teología es una ciencia cuyo objeto es Dios. Por ser ciencia, está conformada por un conjunto de conocimientos que exigen ser elabo- rados con rigor, expuestos con precisión y estudiados con seriedad. La teología parte siempre de los datos revelados y, sobre ellos, piensa, ra- zona, saca conclusiones y usa los principios filosóficos, poniéndolos a su servicio. En ese sentido, decía Tomás de Aquino (1260), que la filo- sofía es esclava de la teología. 25Teología Pentecostal: Una perspectiva académica Aunque la verdad es una, se puede llegar a ella por distintos caminos: por los sentidos, por la razón y por la fe. El camino utilizado por la filosofía es el de la razón, el propio de la teo- logía es la fe, aunque le puede ayudar, y de hecho le ayuda, la razón. La razón, en la filosofía, lleva al conocimiento de algu- nas verdades sobrenaturales, como la existencia de Dios y las propiedades que posee, y la existencia e inmortalidad del alma humana. Sin embargo, hay otras muchas verdades sobrenatu- rales, como los misterios de la Santísima Trinidad o Triunidad y de la encarnación del Hijo de Dios, a las que nunca se hubiera podido llegar por medio de la razón. A estas verdades se llega únicamente por medio de la fe, a través del ejercicio teológico. Ahora bien, durante siglos han surgido de los labios de grandes eruditos bíblicos, diferentes y aceptables definiciones acerca de la teo- logía cristiana, algunas de las cuales se han querido compartir en este libro, de manera que puedan servir de ilustración a todos. Al final se expondrá la concepción que ha labrado el autor de este libro en los úl- timos años de estudios que, a diferentes niveles, ha realizado sobre la teología cristiana. La teología cristiana: • Es la representación sistemática de las doctrinas de la fe cris- tiana (H. Aorton Wiley). • Es la ciencia que trata de la existencia, el carácter y los atribu- tos de Dios; sus leyes y gobierno; las doctrinas que hemos de creer, el cambio moral que debemos experimentar y los debe- res que tenemos que cumplir (Dr. Samuel Wakefield). • Es una reflexión y estudio crítico y científico de Dios, par- tiendo del hecho de su revelación en la historia, en la crea- ción, en la naturaleza moral y religiosa del hombre, en Cristo y en especial en las escrituras judeocristianas (Lic. Miguel García Zarseño). • Teología es la exhibición de los hechos de la Escritura en su orden propio y en relación con los principios y verdades gene- rales involucradas en los hechos mismos que llenan y armo- nizan el todo (Dr. Charles Hodge). • Teología es la ciencia de Dios y de las cosas divinas, basadas en la revelación hecha al hombre por medio de Jesucristo y 26 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal sistematizadas en sus varios aspectos dentro de la iglesia cris- tiana (Dr. William Burton Pope). • La teología es un conjunto de técnicas y métodos de naturale- za humana que pretenden alcanzar conocimientos particula- res sobre las entidades divinas (Enciclopedia Wikipedia). • Tomás de Aquino definió teología como una ciencia unifica- da en la que se tratan todas las cosas bajo el aspecto de Dios, porque son Dios mismo o porque se refieren a Dios. • Teología es la aplicación de la palabra de Dios por personas a todas las áreas de la vida (Dr. John Frame). • Teología es la comprensión de la lógica del actuar de Dios, sobre todo en la creación del hombre, a partir de la toma de conciencia de ese mismo actuar de Dios captado por experiencia; compren- sión que es autenticada por los medios críticos que correspon- den a la epísteme propia de la teología (Dr. Gustavo Baena). Las definiciones presentadas son solo algunas de las tantas que se han formulado acerca de la teología cristiana, tratando de exponer lo que a juicios e investigaciones entienden debe definirse por teología. A continuación, algunos conceptos del autor sobre la teología cristiana: «Teología: es la ciencia que trata del estudio del conocimiento de Dios, sus obras, propósitos y naturaleza, mediante el análisis reflexi- vo y crítico, con la finalidad de mostrar a la humanidad la razón de ser de todo el universo». Se debe señalar que muchas personas que quizás no han teni- do la oportunidad de analizar a fondo las Sagradas Escrituras, ignoren la grandeza y privilegio de ser un amante del saber de Dios. En el Salmos 119:105 dice: «Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino». 1.2. PENTECOSTÉS El término «Pentecostés» viene del griego «pentekosté», y literal- mente significa «el quincuagésimo día». Era la fiesta judía de las sema- nas o de las primicias (Éxodo 34:22; Deuteronomio 16:9–11; Números 28:26), que también se llamaba la fiesta de la siega (Éxodo 23:16) o día de las primicias, que caía en el día número 50 después de la fiesta de la 27Teología Pentecostal: Una perspectiva académica Pascua y se iniciaba a principios del mes de Siván, en mayo. El último día de esa fiesta se denominaba «Domingo Blanco». El nombre pro- viene de las ropas blancas que como costumbre vestían los que eran bautizados durante esta fiesta. Era una fiesta de agradecimiento a Dios por la cosecha. 3 Sin embargo, en el Nuevo Testamento, la palabra “Pentecostés” co- bra más valor, puesto que fue en el día de Pentecostés cuando Dios por primera vez derramó el Espíritu Santo sobre los creyentes, según el libro de los Hechos capítulo 2.Es así como en el día de “Pentecostés” se da inicio a la iglesia cristiana. Los sucesos ocurridos allí transformaron la festividad judía en una cristiana. Según las afirmaciones del libro de los Hechos, en Pentecostés se cumple la promesa del derramamiento universal del Espíri- tu de Dios al fin de los tiempos. El relato de Pentecostés prepa- ra la predicación misionera de Pedro y los demás apóstoles. El acontecimiento de Pentecostés tuvo como consecuencia en la iglesia primitiva un afianzamiento de la vida cristiana; la per- severancia unánime en las casas donde se reunían, ya que los templos llegaron más adelante; la perseverancia en la doctri- na apostólica y la fidelidad en la oración, las cuales no pueden concebirse sin la fuerza que sostiene a la comunidad. 28 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal Por eso, cuando la comunidad crece, los apóstoles se reservan la mi- sión de dedicarse a la oración y al servicio del mensaje (Hechos 6:4). Lo que hasta Pentecostés, fecha decisiva para la iglesia cristiana, solo había caído en suerte a unos pocos «privilegiados», se convierte desde este día en el signo distintivo más importante de la iglesia de judíos y gentiles. Según Hechos 2:4, todos estaban «llenos del Espíritu Santo». 1.3. PENTECOSTAL La palabra «pentecostal» es un derivado nominal de la palabra «Pen- tecostés», que se halla en la Biblia en pasajes como Hechos 2:1; 20:16 y 1 Corintios 16:8. Por tanto, el término «pentecostal» es descriptivo de aquellos que afirman haber tenido la experiencia de recibir el Espíritu Santo como lo recibieron los primeros discípulos en el día de Pentecos- tés. El hecho de que Dios derramara de su Espíritu por primera vez en la fiesta judía de «Pentecostés» es la razón por la cual se asocia tal término con esa experiencia. Más que a una sola denominación religiosa y eclesiástica, el término «pentecostales» se refiere, en forma genérica, a toda una familia de iglesias muy semejantes en doctrina, en la forma de adoración y en los métodos del trabajo espiritual y misio- nero. Se les conoce con nombres diferentes, pero todos ellos ponen énfasis principalmente en dos doctrinas: el bautismo del Espíritu Santo y los dones espirituales. Las iglesias pen- tecostales son aquellas que se caracterizan por la creencia en la permanencia de los dones espirituales, particularmente los nueve dones mencionados en 1 Corintios 12. 29Teología Pentecostal: Una perspectiva académica Josué Barrientos (2004), dice: «En las iglesias pentecostales los miembros son instados a buscar incansablemente y con mucha fe el bautismo en el Espíritu Santo. Para tales fines se hacen retiros, cultos especiales, cultos de avivamientos y sesiones de búsqueda del bautis- mo en el Espíritu Santo. En muchas iglesias y organizaciones pente- costales no se puede llegar a ser pastor, ministro o ni siquiera diácono si no ha sido bautizado en el Espíritu Santo con la evidencia inicial de hablar en lenguas».4 Sin embargo, hablar en lenguas, como se explicará más adelante, no es la única evidencia o señal del bautismo en el Espíritu Santo. La re- cepción del Espíritu Santo es, simplemente, Dios entrando a morar en la vida del creyente para acompañarlo en el anhelo de obedecer todo lo que Dios manda. Recibir el Espíritu Santo es el comienzo de una vida de testimonio y servicio para Dios. Por tanto, decir: «soy pentecostal» es decir: «me identifico con lo que ocurrió en el día de Pentecostés». Creo y tengo la misma experiencia del Espíritu Santo como lo recibieron los creyentes en ese día. 1.4. NEOPENTECOSTAL El neopentecostalismo es la versión moderna del pentecostalismo genuino o clásico de principios del siglo XX. Dada la falta de consenso en cuanto a su conceptualización, se ha dificultado una adecuada discusión y construcción en el campo académico. Entre las principales caracterís- 30 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal ticas que, de forma compleja, los investigadores asocian al fenómeno neopentecostal están: el énfasis en la teología de la prosperidad, la gue- rra espiritual, la confesión positiva, la iglesia apostólica, el ministerio profético, la sanidad divina, la incursión en la política, el impulso del liderazgo pastoral femenino, la implantación de mega iglesias y el lide- razgo emprendedor y transformacional. Sin lugar a dudas, los principales representantes, tienen ori- gen pentecostal. Los énfasis modernos que se hacen entre los neopentecostales sobre Espíritu Santo rompen algunos de los esquemas tradicionales de la «teología pentecostal clásica», con- siderándose algunas manifestaciones como absurdas e ilógicas. Ramiro Jaimes (2012), lo describe de la siguiente manera: «Se trata de manifestaciones masivas con líderes carismáticos fuer- tes… Los cánticos, exhortaciones y orientaciones son técnicas terapéu- ticas para las masas sufridas… A nivel doctrinal, la Biblia es como un amuleto donde se entresacan frases que se repiten para aplicarlas en casos de exorcismo o sanidad divina. El pastor en la «cura divina» es un agente moral que trae prosperidad y estabilidad. Posee una autoridad mesiánica, que se extiende a su poderío económico… funciona como un gran negocio de fe internacional. Hay evangelistas de este tipo en Brasil, Puerto Rico, Venezuela, Estados Unidos y Europa».5 Aunque el tejido de expresiones neopentecostales es más eviden- te en las comunidades de corte pentecostal, éste también cobija, poco a poco, al resto de congregaciones evangélicas. Esta pene- tración se debe, en parte, a la ancha y rauda autopista comunica- cional y tecnológica que ofrece la aldea global, a la atomización del mundo evangélico y a la incapacidad de reacción ante las di- námicas sociales, políticas y económicas de este tiempo. Los teólogos, historiadores y sociólogos de la religión al referirse a este tipo de pentecostalismo lo identifican como «neopentecostalis- mo», pues se distancia sustancialmente del pentecostalismo clásico e histórico. El neopentecostalismo busca responder, como lo hizo el pen- tecostalismo de los años 60, a las necesidades espirituales y materiales de la población latinoamericana. Pero esta vez, ya no desde una crítica a la estructura de clase existente, sino desde el entreguismo al sistema neoliberal, globalizado y consumista. 31Teología Pentecostal: Una perspectiva académica Los creyentes neopentecostales recurren a una rica y colorida li- turgia que le ha dado resultado a la hora de retener adeptos. Así, re- sulta en una forma alternativa de articular la espiritualidad con las tendencias del mundo moderno: las nuevas tecnologías, la movilidad humana, el individualismo, el éxito y el consumismo, entre otros as- pectos. Desde ahí se entienden los esfuerzos del fenómeno religioso por modificar la liturgia tradicional evangélica, incluir a la mujer en el culto, participar en la política y emplear los medios masivos de comu- nicación con fines proselitistas. Se dice que el movimiento neopentecostal está en raudo cre- cimiento, pero la misma dificultad que presenta su definición no permite contar con estadísticas reales. No obstante, en algo que no hay discusión es en los orígenes evangélicos. El devenir del neopentecostalismo en Latinoamérica es aún in- cierto, por tanto, lo prudente es observar cómo será su desa- rrollo en los próximos años. 1.5. ACADÉMICO(A) Dada la naturaleza de este libro, el cual tiene un enfoque desde una perspectiva académica, y que muchos de los que lo leerán no son aca- démicos, propiamente dicho, a continuación, algunas ideas sobre este término en particular. Los libros con enfoques académicos pueden ser definidos de muchas maneras, pero en todo caso hay ciertas caracterís- ticas y regularidades que les son propias. Por tanto, estos son el tipo de libros o documentos que se producen en el marco del quehacer científico y académico. El propósito fundamental es difundir, ante un grupo deter- minado, losconocimientos generados a partir de un trabajo de análisis, reflexión e investigación. Pedro Chávez Calderón (1999), señala que el libro o texto académi- co, «a diferencia de otros, se ubica en una esfera específica de uso de la lengua, la científico–académica», lo cual «exige la adopción de un con- junto de reglas formales y temáticas precisas». De modo que estos no responden simplemente a las pretensiones individuales (de la persona o las personas que lo escriben) sino que se enmarca en un campo que 32 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal lo trasciende, y que le impone el manejo de un lenguaje accesible y co- mún, asegurando así su transmisión efectiva.6 Partiendo de lo anterior, el autor antes citado, destaca las caracte- rísticas básicas del libro o texto académico, los cuales pueden resumir- se en los siguientes puntos: 1. Son intertextuales. Recurren a otros libros o textos para fundamentar o validar los planteamientos o bien para refu- tar o reforzar las conclusiones de aquellos (de allí la impor- tancia que se le da a las citas). 2. Comunican resultados. Todo trabajo científico tiene por ob- jeto dar a conocer los resultados de un proceso intelectual (riguroso y sistemático) de investigación o reflexión en torno a un objeto o asunto en particular. De esta manera, cada tra- bajo se entiende como un aporte al área temática en la que se enmarca. 3. Se sustentan en argumentos claros. A pesar de informar so- bre resultados, estos libros o trabajos también son, en mayor o en menor medida, argumentativos, ya que exponen la po- sición de quien los escribe. Sin embargo, los argumentos no deben ser el reflejo de prejuicios y prenociones, y debe pri- mar la claridad, precisión y brevedad en la exposición. 4. Siguen un orden lógico. Este tipo de trabajo se caracteriza por la presentación ordenada en partes diferenciadas y lógi- camente consecutivas. 33Teología Pentecostal: Una perspectiva académica Los libros o textos académicos son elaboraciones intelectuales que abordan un tema particular o profundizan en él, y lo hacen de una manera formal. Los autores de este tipo de textos suelen ser estudian- tes, profesores e investigadores. Por tanto, la presente obra titulada: «Teología pentecostal, una perspectiva académica», ha sido escrita partiendo de esta definición y siguiendo los rigores de una investiga- ción bibliográfica y de campo, libre de todo sectarismo religioso, deno- minacional o confesional. Referencias bibliográficas [1] Varios autores, (2006). Términos teológicos: Diccionario de Bolsillo, Editorial Mundo Hispano. El Paso Texas, USA. [2] Ramm, Bernard (1978). Diccionario de Teología Contemporánea. Casa Bautista de Publicaciones. El Paso Texas, USA. [3] Varios autores, (2006). Términos teológicos: Diccionario de Bolsillo, Editorial Mundo Hispano. El Paso Texas, USA. [4] Barrientos, Josué (2004). El pentecostalismo y el neopentecostalismo. Identidades confusas, CDE, Honduras. [5] Jaimes, Ramiro (2012). «El neopentecostalismo como objeto de investigación y categoría analítica». Revista Mexicana de Sociología, México. [6] Chávez Calderón, Pedro (1999). Conocimiento, ciencia y método. Métodos de investigación. Publicaciones Culturales, México. 34 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal CAPÍTULO I GUÍA DIDÁCTICA CONCEPTUACIÓN 1. La palabra «teología» proviene de dos palabras griegas, ¿Cuáles son? 2. ¿Qué es la teología, según Miguel García Zarseño? 3. El término «Pentecostés» viene del griego «pentekosté» y lite- ralmente significa... 4. ¿Qué se cumplió en Pentecostés, según el libro de los Hechos? 5. El término «pentecostales» se refiere, en forma genérica, a... 6. ¿Qué es neopentecostalismo? 7. ¿Qué dice Ramiro Jaimes sobre el neopentecostalismo? 8. ¿Cuáles son las características básicas del libro o texto académico? Capítulo II ORIGEN, EVOLUCIÓN Y SITUACIÓN ACTUAL DEL PENTECOSTALISMO El pentecostalismo, también llamado movimiento pentecostal, es el nombre con que se conoce al conjunto de iglesias y organizaciones religiosas que resaltan, entre otras, la doctrina cristiana del bau- tismo en el Espíritu Santo. Al igual que en todo el protestantismo, el movimiento pentecostal no posee un dirigente mundial debido a las di- ferentes creencias y opiniones sobre doctrinas, prácticas y liturgias que hay entre las iglesias que lo conforman. Durante la realización de la fiesta del «Pentecostés» narrado en Hechos capítulo 2, sucedió el descenso del Espíritu San- to y el inicio de la actividad de la iglesia cristiana en sentido general; por ello también se le conoce como la celebración del Espíritu Santo. Los pentecostales afirman que la práctica de hablar lenguas conocida en su momento como «éxtasis espi- ritual» se produce por voluntad del Espíritu Santo, y que las personas que viven dicha experiencia pueden expresar lengua- jes angélicos o humanos que no les son propios y pueden o no ser entendidos por aquellos que lo escuchan. Por otro lado, el término «iglesias pentecostales» se usa indistin- tamente para todas aquellas iglesias que forman parte del movimiento pentecostal, es decir, para todas aquellas iglesias que están dentro del pentecostalismo histórico, pentecostalismo clásico, pentecostalismo unicitario y neopentecostalismo. Una iglesia pentecostal puede traba- jar de forma independiente o estar afiliada a una organización, minis- terio o apostolado de mayor cobertura. «Pentecostal» es considerado como una tendencia o movimiento doctrinal y espiritual de gran em- 36 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal puje, que caracteriza a buen número de denominaciones que tienen su origen dentro del cristianismo protestante. Según Josué Barrientos (2004), hoy, las iglesias pentecostales y neopentecostales constituyen la rama del cristianismo de más rápido crecimiento. Se estima que en América Latina confor- man el 80% de las iglesias de origen protestante, y que han dejado muy atrás a las iglesias históricas originadas en la Re- forma del siglo XVI y XVII. 1 La «pentecostalidad» es un movimiento dentro del cristianismo, donde se da una apertura a la persona, presencia y poder del Espíritu Santo. Dicha apertura incluye el desarrollo del carácter de Cristo en la vida del creyente por la obra del Espíritu Santo (Gálatas 5:16–23). Ade- más, la capacitación del «Cuerpo de Cristo» para el ejercicio del lideraz- go por medio de los diferentes ministerios, dones y carismas (1 Corintios 12). Por tanto, a continuación, se presenta una síntesis apretada sobre el origen, desarrollo y evolución del pentecostalismo, a fin de poner en contexto el «constructo teológico» pentecostal. ¡A ver! 2.1. ANTECEDENTES BÍBLICOS El Nuevo Testamento revela que la iglesia del primer siglo creía en el bautismo en el Espíritu Santo (Hechos 11:15–16). De igual forma los cristianos del primer siglo practicaban la imposición de manos para que ocurra lo que hoy se conoce como la «experiencia pentecos- tal» en los creyentes (Hechos 8:14–17). La historia relata que en una visión que tuvo el apóstol Pedro en la azotea de una casa en Jope, Dios le reveló que debía amar a los semejantes a pesar de que no fueran judíos, pues ante Dios no hay acepción de personas; Cornelio, un centurión de la compañía llamada «La Italiana», envió por él para que viniera a Cesarea (Hechos 10:5). Pedro aceptó ir a Cesarea por mandato de Dios, y llegó a casa de Cor- nelio. Hasta ese momento el grupo que se reunía en la casa de Cornelio no había tenido la experiencia de Pentecostés. Cuando Pedro comenzó el discurso, el Espíritu Santo cayó sobre los presentes y empezaron a ha- blar en lenguas, magnificando a Dios. Desde ese momento, a ese grupo de la casa de Cornelio se consideró pentecostal (Hechos 10:44–46). 37Teología Pentecostal: Una perspectiva académica Cuando el apóstol Pablo llegó a Éfeso, se encontró con una situación muy comprometedora; los cristianos de esa iglesia habían sidobautiza- dos por el bautismo de Juan y ni siquiera sabían que existía el Espíritu Santo. Entonces Pablo los bautizó según el mandato de Jesús y habién- doles impuesto las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo, y hablaban en lenguas y profetizaban (Hechos 19:1–6). Por otro lado, Pedro y Juan habían llegado hasta Samaria, donde ha- bía un grupo de cristianos bautizados en agua, pero que no habían sido bautizados con el Espíritu Santo. Por este motivo, Pedro y Juan impu- sieron las manos sobre ellos y, según dice Hechos 8:17, estos recibieron el Espíritu Santo. En ese sentido, Bernardo Campos (1997), dice: «Este es uno de los pasajes en donde no se menciona que los creyentes hayan hablado en nuevas lenguas, lo cual ha generado mu- cha discusión entre los cristianos, ya que la mayoría de los pentecostales cree que el «hablar en lenguas» es una señal inequívoca e indispensable de haber recibido el bautismo en el Espíritu Santo» 2 Sin embargo, muchos grupos pentecostales modernos creen que sí lo hicieron, pues Simón el mago había querido comprar el don del Espíritu Santo por haber visto un gran prodigio, que muchos teólogos presumen que fue el don de lenguas manifestado en los samaritanos (Hechos 8:14–17). 2.2. ANTECEDENTES HISTÓRICOS Antes del movimiento pentecostal moderno hubo muchos eventos con características pentecostales sin llamarse aún «pentecostales». Por ejemplo: Ireneo (130–202 d.C.), obispo de Lyon y discípulo del apóstol Juan, habla acerca de las manifestaciones del Espíritu Santo, sobre el don de lenguas, el don de profecía, que aclaraban los misterios de Dios. A continuación se cita: «De igual manera nosotros oímos a muchos her- manos que poseen dones proféticos y que por medio del Espíritu hablan toda clase de idiomas y traen a luz para beneficio general las cosas ocul- tas de los hombres y declaran los misterios de Dios, a quienes también los apóstoles calificaron de espirituales». 3 38 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal Por otro lado, está Pacomio (287–346 d.C.), el cual después de mo- mentos especiales, podía, bajo el poder del Espíritu, hablar los idiomas griego y latín que jamás había aprendido. Estos actos eran considerados sobrenaturales y que eran dones dados por el Espíritu Santo para capa- citar a los líderes de la iglesia». Agustín de Hipona (354–430 d.C.), también llamado San Agustín, dice que ellos aún practicaban la imposición de las manos sobre los creyentes, esperando que el Espíritu Santo, al igual que en años anteriores, hiciera hablar en nuevas lenguas, según se puede observar en la siguiente cita: «Hacemos toda- vía lo que los apóstoles hicieron cuando impusieron las manos sobre los samaritanos, invocando sobre ellos el Espíritu Santo. Mediante la imposición de manos se espera que los creyentes hablen en nuevas lenguas». Aunque no existen muchos registros de la manifestación del Espí- ritu Santo durante la Edad Media, algunos autores mencionan que los valdenses, cátaros y los frailes mendicantes hablaban en lenguas de la Europa Meridional. Durante los inicios del protestantismo, Martín Lu- tero fue considerado profeta y evangelista, e interpretaba y estaba dota- do de todos los dones espirituales. De aquí que se diga que la Reforma Protestante haya influido a un gran cambio para los países Europeos, pues para algunos no solamente fue un «despertar espiritual», sino que movió a la iglesia y a los gobiernos humanos. Mark Washington (2014), hablando sobre Juan Wesley (1703–1791), (pastor anglicano y padre del Metodismo), consideraba que mucho del cristianismo primitivo se perdió de vista y que algunos hombres áridos y formales comenzaron a ridiculizar los dones de los que ellos carecían, clasificándolos como exhibiciones de locura o impostura. 4 Sostiene el referido autor, que Wesley registró muchas historias ex- traordinarias en sus diarios, tales como: la sanidad de personas, de ani- males y del poder del Espíritu Santo a través de la oración. Las iglesias metodistas fueron el medio para preparar el camino al recibimiento del Espíritu Santo en los creyentes en la versión moderna del pentecostalis- mo, debido a que la predicación se basa en la santidad, consagración y la salvación por gracia; enseñanzas que, más adelante, las hoy denomina- das iglesias pentecostales, marcan de gran importancia para recibir el bautismo en el Espíritu Santo. 39Teología Pentecostal: Una perspectiva académica En las primeras décadas de 1800 se comenzó a dar un énfasis a la predicación de la perfección cristiana, creando así «la cruzada de san- tidad». En 1830, se publicó una guía para la «perfección cristiana», que más tarde sería la revista oficial del movimiento. Este movimiento creía que la «entera santificación» podía obtenerse hoy en día a través de la fe, la cual, según ellos, anulaba la naturaleza pecadora del ser humano y era llamada segunda obra de gracia. El movimiento formaba parte del segundo gran despertar cristiano de los Estados Unidos. Desde entonces se comenzó a dar más énfasis en el Espíritu Santo como dador de la santidad. En 1840, el «movimiento de santidad» comenzó a predicar sobre la necesidad del bautismo en el Espíritu Santo. Se considera a Juan Morgan como el mayor contribui- dor del movimiento, escribió la obra: «La santidad aceptable a Dios», en donde mencionaba que el bautismo del Espíritu Santo y los dones no debían ser exclusivos de la iglesia apostólica, sino que era un privilegio para todos los creyentes. También decía que este bautismo no debía con- fundirse con la influencia del Espíritu Santo con la cual los pecadores se convertían al cristianismo. En 1857, en las publicaciones del «movimiento de santidad» se co- menzaron a publicar términos que actualmente son usados por el «mo- vimiento pentecostal», tales como: el púlpito pentecostal, los hombres y mujeres pentecostales y ser pentecostal. Ya para finales del siglo XIX, Scofield escribió que en esa época empezó a producirse un interés por el 40 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal Espíritu Santo, y que se habían escrito más libros, manuales y trabajos sobre este tema que en los 1800 años anteriores. Según James M. Boice (1996), ya a partir de 1840, casi todas las ra- mas del «movimiento de santidad» estaban enseñando una variante del bautismo en el Espíritu Santo, aunque con algunas diferencias en signi- ficados. Por lo tanto, se consideran estos eventos como los antecedentes del pentecostalismo moderno. El «movimiento de santidad» descansaba en cuatro principios doctrinales: la justificación por la fe, la santificación como una segunda obra de la gracia, la sanidad divina y la segunda ve- nida de Cristo previa al milenio. 5 Por tanto, como resultado de todas estas experiencias antes citadas, se comenzó a crear un nuevo lenguaje en el que la palabra «pentecostal» se mencionaba más y más, se comenzaron a preguntar si la experiencia del día de «Pentecostés» no sería también para todos los tiempos y se comenzó a orar por los enfermos practicando la sanidad divina. Incluso nació una iglesia que se llamó a sí misma «pentecostal», que fue la Iglesia Pentecostal del Nazareno, pero este calificativo no estaba, necesariamente, unido al fenómeno de la glosolalia o el hablar en len- guas. Más aún, cuando aparecieron los pentecostales que ponían énfasis en el don de lenguas, esa iglesia suprimió de su nombre la palabra «pen- tecostal» para no ser confundida con ellos. En resumen, se puede decir que, para fines del siglo XIX, había una combinación de expectaciones 41Teología Pentecostal: Una perspectiva académica que cada vez señalaban con mayor intensidad en dirección de lo que pos- teriormente se concretaría con el nombre de «movimiento pentecostal». 2.3. NACIMIENTO DEL MOVIMIENTO PENTECOSTAL: TOPEKA Y LA CALLE AZUSA La mayoría de los expertos en el tema coinciden en señalar que todo lo relacionado a lo que hoy se conoce como «movimiento pentecostal» comenzó en 1898, cuando Charles F. Parham,un ministro metodista de Kansas afiliado al «movimiento de santidad», se estableció en la ci- dad de Topeka, Kansas, y desde ahí dirigía una escuela bíblica, llamada Bethel College, y un «hogar de sanidad», donde se atendía a los enfermos y se oraba por ellos. A fines de 1900, Parham tuvo que ausentarse de la escuela y dejó a los alumnos la tarea de buscar en la Biblia todo lo relati- vo al bautismo en el Espíritu Santo. Al regreso, le informaron que, según ellos, en el libro de los Hechos de los apóstoles, la glosolalia o hablar en lenguas era la señal de que una persona había sido bautizada con el Espíritu Santo y que estaban ansio- sos porque se repitiera en ellos la experiencia de Pentecostés. La última noche de diciembre de 1900, Parham y los alumnos tuvieron un culto de oración en el que pidieron ser bautizados con el Espíritu Santo. 42 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal Poco después de la media noche, es decir, en las primeras horas del siglo XX, una alumna de nombre Agnes Ozman comenzó a hablar en otras lenguas. El mismo Parham tuvo la experiencia unos días después y luego le siguieron otros de los alumnos. Durante los siguientes cinco años, Parham y los alumnos se dedicaron a diseminar esta «Fe Apostó- lica», como llamaron al movimiento, por todo el medio oeste, haciendo numerosos conversos. En ese sentido, Jesse Lyman Hurlbut (2013), considera a Topeka, Kansas, como la cuna del hoy conocido «movimiento pentecostal mo- derno», al que se le llama, también, «pentecostalismo clásico», pues aunque en ese mismo tiempo se estaban dando ya experiencias aisladas semejantes, tanto en Estados Unidos como en otros países, es un hecho que fue a partir de Topeka que, el «mensaje pentecostal» se comenzó a proclamar con una intensidad que antes no se había conocido y que per- mitió a dicho mensaje difundirse por toda la tierra. 6 En 1905 Parham mudó el instituto bíblico a Houston, donde se produjeron las mismas manifestaciones carismáticas. Desde ahí evangelizó todo Texas y el sudoeste. A los cuatro principios o creencias iniciales del «movimiento de santidad», Parham había añadido un quinto: el bautismo del Espíritu Santo con la «evidencia inicial» del hablar en otras lenguas. Aunque Parham era un racista convertido (de hecho fue miembro activo del Ku Kux Klan), aceptó a un alumno negro, bautista, de nombre William J. Seymour, con la condición de que tomara las clases en un salón contiguo. En 1906 Seymour se trasladó a los Ángeles, California, invitado a predicar en una Iglesia Nazarena. El primer domingo que pre- dicó en esa iglesia, Seymour habló del bautismo en el Espíritu Santo y del don de lenguas como «evidencia inicial» de haberlo recibido. Esto asustó a la congregación, que le cerró las puertas. Richard Asbury, que no había asistido al culto de aquel domingo lo invitó a su casa. Seymour compartió con los anfitriones el «mensaje pen- tecostal» y comenzó a formar una pequeña congregación. Muy pronto la casa de los Asbury fue insuficiente para dar cabida a todos los que acudían, al principio más por curiosidad, al contemplar los extraños fenómenos que ahí se daban, y el grupo se cambió a la calle Azuza de los Ángeles, a un viejo y amplio depósito abandonado que rentaron y acondicionaron con 43Teología Pentecostal: Una perspectiva académica suma pobreza para que sirviera de iglesia. Le dieron a la nueva iglesia el nombre de «Misión de la Fe Apostólica» (Apostolic Faith Gospel Misión). En 1906 Seymour invitó al maestro Parham a predicar en Azusa, pero éste lo hizo en términos tan negativos para la congregación y para la persona de Seymour, que rompieron con él, y los lazos entre los dos líderes nunca más volvieron a restablecerse. Sin embargo, como herede- ro de las enseñanzas de Parham, las cinco enseñanzas principales de la misión de la calle Azusa eran: 1) Justificación por la fe, 2) Santificación como obra concreta de la gracia, 3) El bautismo del Espíritu Santo, evi- denciado por el hablar en otras lenguas, 4) La sanidad divina, o curacio- nes por el poder de la oración, y 5) El arrebatamiento personal pre–mi- lenarista de los santos en la segunda venida de Cristo. Según R. Newmann (1978), en el corto período que va de 1906 a 1909 aquella congregación aumentó notablemente la feligresía, y de ese lugar, el «mensaje pentecostal» comenzó a diseminarse por todo el mundo. El campo abonado para la di- fusión de sus enseñanzas, y del que a la vez se originaba, eran las iglesias adheridas al «movimiento de santidad». Comenza- ron a llegar a la calle Azusa «peregrinos» de otras ciudades de Estados Unidos y Canadá. 7 44 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal Algunos de estos pastores, al volver a las iglesias de origen, las «pen- tecostalizaron», como pasó, por ejemplo, con la Iglesia de Dios en Cristo; otros llevaron el mensaje a Europa: Noruega, Suecia, Dinamarca, Ingla- terra, Alemania, Francia y Rusia. En América Latina llegó hasta Chile y Brasil, donde echó profundas raíces. De Azusa salieron misioneros por lo menos a 36 países. Al morir Seymour en 1922, la viuda se hizo cargo de la misión, pero ésta finalmente fue cerrada en 1929. La misión de la «fe apostólica» desapareció, pero sirvió de potente ímpetu inicial y de inspiración al «pentecostalismo» de todo el mundo, mucho más todavía que la congregación de Topeka. Esta misión de la calle Azusa fue el antecedente de importantes iglesias que fueron sur- giendo en años sucesivos, como las Asambleas de Dios y la Iglesia del Evangelio Cuadrangular. En cuanto a la teología, aparte de los cinco puntos mencio- nados que los distingue, la gran mayoría de los pentecostales sostienen las doctrinas del cristianismo protestante histórico (con la excepción de los «unitarios», de doctrina sabeliana), pero en un sentido conservador y fundamentalista. Más ade- lante, se ampliará sobre las doctrinas básicas, las cuales tienen fundamentos bíblicos sólidos, así como las creencias, dogmas y tabúes que se fueron añadiendo, teniendo como base el sincre- tismo teológico, las experiencias subjetivas, la tradición pente- costal y la dogmática. Muchos son premilenaristas en cuanto a la escatología, y la mayoría son dispensacionalistas. Con respecto al bautismo en agua, generalmen- te se oponen al bautismo de infantes y son inmersionistas. El «cristia- nismo pentecostal» es hoy la variante del cristianismo que más crece en todo el mundo, especialmente en Sudamérica, África y países asiáticos. Se considera que hay entre 700 y 900 millones de cristianos pentecos- tales, de los cuales entre 50 y 80 millones serían carismáticos católicos, numerosos sobre todo en Estados Unidos, Sudamérica, el Caribe, India y África, pero con fuerte presencia también en Francia e Italia. 45Teología Pentecostal: Una perspectiva académica 2.4. PENTECOSTALISMO EN AMÉRICA LATINA El pentecostalismo, como ya se ha indicado, hizo aparición en Amé- rica Latina en los inicios del siglo XX. En su rápido desarrollo enfrentó variados acontecimientos antes de transformarse en una de las princi- pales expresiones de la fe cristiana y ser parte constitutiva de la cultura religiosa del continente. De ahí, que sea el movimiento más estudiado por los sociólogos, antropólogos, historiadores y teólogos, entre otros. En esta sección, se dará una panorámica a la «raíz protestante» del pentecostalismo latinoamericano, los orígenes, el rápido crecimiento numérico y cómo se puede augurar el futuro. Este análisis se caracteriza por no perder de vista el contexto de la realidad latinoamericana, como el lugar donde la fe cristiana, en este caso pentecostal, debe ser vívida y testimoniada. En ese sentido, es necesario recordar que las sociedades latinoame- ricanas entre los años 1909 y 1990 vivieron densos conflictos políticos, socioeconómicos, populares y culturales. Sin embargo, el conjunto de creencias religiosas se mostraron estables y auténticamente legitima- das. Las utopíasreligiosas, en forma especial del catolicismo popular y del emergente protestantismo, eran alternativas socialmente aceptadas para enfrentar los altos índices de mortalidad, que generaban temor e inseguridad en la población, como también, los diversos proyectos polí- ticos que se han disputado el acceso al poder. 46 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal Se puede observar además, los diferentes y variados intentos de libe- ración que van desde la Revolución mexicana a la cubana, pasando por las seguidillas de golpes de estados e intervención militar de potencias extranjeras, junto a la permanente articulación de movimientos popula- res, sociales, de campesinos e indígenas que lucharon por una vida más digna. En el corazón de tan trágica realidad nació, creció y se consolidó el pentecostalismo en el continente Latinoamericano. Al respecto, y por citar un caso, José Míguez Bonino (1993), afirma lo siguiente: «Todas las historias del pentecostalismo latinoamericano comenzaron con el despertar asociado con el nombre del misionero Willis C. Hoover, la Iglesia Metodista y la ciudad de Valparaíso, en Chile, y continúan con Francescon y las Asambleas de Dios en Brasil. Luego el pentecostalismo se multiplica, se diversifica y se expande, y desde la década de 1950 se presenta como el rostro popular del protestantismo en América Latina. Los entusiastas hablan de más de 100 millo- nes de pentecostales, al inicio del presente milenio. 8 A lo dicho por este distinguido teólogo Argentino, José Míguez Boni- no, y probablemente el más prominente entre los protestantes del conti- nente, se debe agregar el origen del pentecostalismo mexicano y que co- rrespondió al protagonismo de una mujer, Romana de Valenzuela, quien en medio de la Revolución Mexicana, en 1914, en el norte de este país y, junto a un puñado de hombres y mujeres, fundó la «Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús». Historias como estas, y aun no contadas, son variadas y múltiples. Por otra parte, la llegada del pentecostalismo procedente de los Es- tados Unidos de Norte América fue posterior a las fechas antes referi- das y tiene su propia historia ordenada en conformidad a los intereses de los líderes nacionales y extranjeros. El origen del pentecostalismo latinoamericano fue policéntrico; Chile, Brasil y México fueron rele- vantes en la gestación, consolidación y expansión del movimiento, no obstante comparten elementos socio religiosos comunes: los integran- tes son personas pobres, son mujeres, inmigrantes, obreros y campe- sinos, son, en la mayoría de los casos, los desheredados de la tierra los que optaron por la fe pentecostal. 47Teología Pentecostal: Una perspectiva académica En ese sentido, el pentecostalismo temprano fue un movi- miento laico donde las fronteras clericales eran inexistentes. Por consiguiente, la relación entre el pastor o misionero con la hermandad o congregación siempre fue cercana y sin fron- teras, lo que permitió articular comunidades estables guiadas por normas y reglas sencillas, pero por sobre todo, atractivas y acogedoras para los sectores marginales. Por lo tanto, la par- ticipación activa de los laicos fue una de las claves del éxito. Fue un hecho, que el pentecostalismo en su espontaneidad se articuló y se organizó de manera tal, que generase múltiples oportunidades para que el creyente común y corriente asumie- ra responsabilidades en el grupo local. Las múltiples prácticas cúlticas propias del pentecostalismo se ori- ginaron por las más diversas experiencias de fe de los creyentes. En principio, las prácticas de hablar en lenguas, profecías, oración por los enfermos, danza en el espíritu, que para el observador externo resulta- ban extrañas e incomprensibles, expresiones que por la frecuencia e im- pacto paulatinamente fueron encauzadas mediante normas tendientes a evitar los excesos y desordenes. La articulación de comunidades con grandes espacios de libertad, donde los fieles pudieron expresar espontáneamente los más profundos sentimientos religiosos y a la vez participar en la construcción de una comunidad de creyentes litúrgica y teológicamente autosustentable, fue clave en la implantación del pentecostalismo en el continente. Por supuesto, el pentecostalismo de origen local, en los primeros 50 años fue un movimiento que financieramente se autosustentaba. Los recursos provinieron de las ofrendas y diezmos que disciplinada- mente daban los fieles. Los recursos materiales lo constituían, bási- camente, los templos, capillas y locales de reunión; estos lugares eran modestos, sencillos y prácticos, algunos facilitados por los fieles, y otros adquiridos colectivamente. Para Frank Bartleman (1997), el auge inicial del pentecos- talismo de origen local y misionero, permitió que cada uno tuviera un sentimiento de participar en el ejercicio del poder y de contribuir con la espontaneidad a la vitalidad del movi- 48 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal miento. En este sentido, y para utilizar una expresión actual existió una auténtica «democratización de las funciones di- rectivas», que se vio reforzada por la homogeneidad social y cooperación económica y material de los fieles. Pese a lo ante- rior, para acceder al ministerio pastoral se debía recorrer una larga caminata, marcada por el compromiso, la disciplina y la entrega a la causa. Esto aseguró que al ministerio pastoral no se accediera por favoritismo, herencia familiar ni por una formación teológica formal. 9 Los pastores y encargados fueron la expresión auténtica de la comunidad, la diferencia con el resto de los fieles no fue ni el origen social, ni la manera de vivir, ni la formación intelectual, sino senci- llamente las cualidades de tipo «carismáticas» y capacidad de conduc- tores de hombres y mujeres en medio de una sociedad tradicional que tenía muy poco que ofrecer a los más pobres. La naciente jerarquía eclesial pentecostal siempre dirigió las comunidades apelando más a la «emotividad» que a la racionalidad. Al cumplir un siglo de vida, el pentecostalismo está plenamente es- tablecido en todo el continente Latinoamericano y con múltiples rostros, pero mayoritariamente popular y marginal. Hoy, en el movimiento pen- tecostal, hay más de 200.000 pastores, y el número de capillas, templos y lugares de reunión, superan a los de la iglesia católica. 49Teología Pentecostal: Una perspectiva académica Por otro lado, la plataforma bíblica y teológica se mantiene en forma casi inalterable. Esta observancia se nutre con los programas de forma- ción de los pastores y líderes; formación que se evidencia en lo que se enseña en los institutos y seminarios. A esto se debe agregar, la literatu- ra, la música, programas radiales y televisivos y visitas permanentes de conferencistas provenientes del país del norte. En la reflexión bíblica y teológica pentecostal se evidencia una clara ausencia de una dialéctica entre fe y realidad latinoamericana. Para Ramiro Jaimes (2012), temas como fe y política, fe y economía, fe y justicia social, fe y derechos humanos, entre otros, no tienen lugar en la ref lexión y el discurso teoló- gico pentecostal. Sin embargo, se debe reconocer que hay un número cada vez más creciente de pastores y líderes que están en la búsqueda de construir un «pensamiento teoló- gico» propio, que surja de la ref lexión entre fe y realidad del continente. Este es un verdadero desafío para las nuevas generaciones de pastores y teólogos de las iglesias pentecos- tales de origen norteamericano. 10 Por otro lado, está la forma de dirigir en las iglesias pentecostales, ya que a pesar de las grandes transformaciones que se han experimentado en términos de membresía, economía, edificaciones y comunicaciones, la forma de dirigir se mantiene casi invariable desde hace más de vein- te años. Aún con todo lo antes expuesto, se espera que el movimiento pentecostal siga creciendo, especialmente en contextos de pobreza, in- seguridadsocial e indígenas, pues en medio de esta realidad se gestó, articuló y desarrolló. Pero, ¿Cuál será el futuro del movimiento en el presente siglo XXI? Las respuestas pueden ser muy disímiles y hasta incompatibles con el Evangelio de Jesucristo, pues las experiencias así lo demuestran. La ac- titud de cómo las iglesias pentecostales han reaccionado frente a perio- dos traumáticos y dolorosos que ha vivido el continente, especialmente durante la última parte del siglo pasado, evidencia esta contradicción. 50 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal La historia demuestra que muchas iglesias pentecostales guar- daron el más absoluto silencio frente a grandes tragedias, como la reiterada violación de los derechos humanos y las injusti- cias sociales más aberrantes que significaron la desaparición de personas, exilio y tortura. Pero también, se debe reconocer que una minoría de iglesias, comunidades, hombres y mujeres pentecostales asumieron un rol profético y pastoral, como fue la oposición a las dictaduras militares y la guerrilla de «Sende- ro Luminoso» en los Andes en Perú, solo por nombrar un caso. La actitud del pentecostalismo frente a la realidad social esta- rá determinada por el modelo de «misión» que asuma y la forma de cómo se relacionará con los poderes económicos y políticos; por tanto, esta será muy variada, diversa y contradictoria. He aquí un gran desafío y una gran oportunidad para que los líderes actuales del pentecostalismo permitan que el Espíritu Santo hable a las igle- sias como en los tiempos bíblicos. En esencia el pentecostalismo nació como una religión popular, relegada del protestantismo histórico, racional y burocrático. El pente- costalismo surgió en la periferia del mundo, alejado de los centros del poder político, económico y religioso. Fue abiertamente rechazado y es- tigmatizado como una secta de fanáticos. Aunque se gestó en el seno del protestantismo histórico, este no le reconoció. 51Teología Pentecostal: Una perspectiva académica Según Pablo A. Deiros (1994), las iglesias pentecostales crecieron en medio de los sectores populares del continente donde la vida religiosa se fusionó con la cultura popular. Es decir, las prácticas religiosas de la «fe pentecostal» pasaron a ser parte de la vida cotidiana de los integran- tes. En la actualidad, el pentecostalismo lo configuran cientos de miles de iglesias o comunidades pequeñas e independientes con orígenes muy diversos y que requieren ser estudiadas desde la sociología y la antropo- logía, pues se trata de un fenómeno religioso importante para el futuro de la fe cristiana en sectores marginales. 11 En ese sentido, durante los últimos 30 años, diferentes esfuerzos confluyen para que un número creciente de pentecostales accedan a una formación teológica profesional de alto nivel. Esto ha significado la génesis de la sistematización de la experiencia social, religiosa, bíbli- ca, teológica, pastoral e histórica del pentecostalismo en el continente. Además, un número apreciado de pentecostales han accedido a estudios doctorales en prestigiosas facultades de teología en diferentes lugares de prestigio internacional. Hoy, en los círculos pentecostales hay un mayor interés, y has- ta lo que se puede llamar, «hambre intelectual» por acceder a un mayor conocimiento bíblico y teológico y de cómo la «fe pentecostal» puede ser más eficaz en tierras latinoamericanas. Se abre así, una nueva etapa en su reflexión y producción, cada vez más profunda y sólida. Esto se hará visible en las cátedras de teología pentecostal, tesis doctorales, publicaciones de alto nivel, lo que le permitirá al movimiento contar con una «elite pensante» capaz de dialogar con otras tradiciones y religiones que buscan también un espacio en el continente. Pero por so- bre todo, a la luz del Evangelio y el Espíritu Santo, ayudará al pentecostalismo a «dialogar» con la realidad y encontrar sóli- das raíces en la cultura latinoamericana. Para finalizar, es necesario destacar que el futuro del pentecosta- lismo estará marcado por una fuerte institucionalización de las igle- sias que, en muchos aspectos, transitará por el mismo camino que hizo el protestantismo histórico en siglos anteriores, debido al proce- so de secularización y modernización que se continuará desarrollan- do en el continente. 52 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal Los pentecostales buscarán alianza con los poderes políticos y económicos del continente cuya relación se cortejará en mo- mentos de crisis social. Para Manuel J. Gaxiola (2013), estas crisis sociales, económi- cas y éticas desatarán muchas discusiones internas en las igle- sias, las cuales serán estimuladas por los distintos enfoques del pensamiento teológico o de interpretación bíblica que harán los actores. El pentecostalismo tendrá un rol más relevante, pues se articularán propuestas teológicas y nuevos «paradig- mas» para la misión, cuyos aportes, en momentos de crisis, se- rán orientadores y refrescantes. 12 Por otra parte, en la medida que la pobreza continúe, especialmente en las grandes urbes, el pentecostalismo, la multiplicación y autonomía se mantendrá. El pentecostalismo será una vertiente autónoma, profé- tica, esperanzadora y factor de renovación del pentecostalismo latinoa- mericano, en la medida que este se vincule con otros sectores del movi- miento, como lo son los neopentecostales. 2.5. ORIGEN DEL MOVIMIENTO PENTECOSTAL EN LA REPÚBLICA DOMINICANA En el caso de la República Dominicana, el «pentecostalismo» inició al principio del siglo pasado a través de la ciudad de San Pedro de Ma- corís. Bienvenido Álvarez Vega (1990), al respecto dice: «El movimiento pentecostal tuvo un tímido inicio en la República Dominicana en 1918, cuando el predicador puertorriqueño Salomón Feliciano llegó a Santo Domingo desde Puerto Rico. Esta iniciativa parece haber palidecido por diversas razones, hasta que el 2 de septiembre de 1930, el misione- ro Francisco Hernández (Pancho) viene al país, también desde Puerto Rico, junto con su esposa Victoria Colón y su hija Rebeca Hernández a reactivar el movimiento». 13 Esta llegada, afirma Álvarez Vega, es considerada como el inicio de lo que hoy se conoce como el «movimiento pentecostal dominicano». De esa manera comenzó, formalmente, la iglesia pentecostal en República Dominicana. A partir de la década de los 80, sin embargo, el movimien- to ha crecido varias veces más de lo que lo habría hecho desde sus orí- 53Teología Pentecostal: Una perspectiva académica genes en estas tierras hasta nuestros días, tanto en la versión conciliar, como independiente y neopentecostal. Al respecto, afirma Álvarez Vega que: «En efecto, en un listado con- tentivo de las 37 denominaciones pentecostales establecidas en el país, según algunas indagaciones, solo nueve fueron fundadas entre 1930 y 1960. Las restantes 28 nacieron entre 1960 y 1990, pero principalmente entre 1960 y 1979. Igualmente, las iglesias independientes y el neopen- tecostalismo se desarrollan intensamente a partir de los años ochenta. A pesar de todo esto es necesario destacar que el pentecostalismo protestante tiene algunos puntos débiles, entre ellos: Tendencia a la di- visión y fragmentación, riesgo de caer en el fraude (la gente busca mila- gros y los donativos son abundantes), misticismo inmaduro, centrarse más en los milagros que en Dios, y el peligro de caer en las manos de líderes sectarios y autoritarios. Más adelante, se ampliarán estos puntos. 54 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal Referencias bibliográficas [1] Barrientos, Josué (2004). El pentecostalismo y el neopentecostalismo. Identidades confusas, CDE, Honduras. [2] Campos, Bernardo (1997). De la Reforma Protestante a la Pentecostalidad de la Iglesia. Debate sobre el Pentecostalismo en América Latina. CLAI. Quito, Ecuador. [3] Zaldívar, Raúl (2006). Teología sistemática desde una perspectiva latinoamericana, Editorial Clie,
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