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TEOLOGÍA_PENTECOSTAL_Una_perspectiva_académica_Spanish_Edition

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DR. YOSELMAN R. MIRABAL
AÑO 2018
TEOLOGÍA PENTECOSTAL
Una perspectiva académica
TEOLOGÍA PENTECOSTAL:
UNA PERSPECTIVA ACADÉMICA 
Dr. Yoselman R. Mirabal
Derechos Reservados 2018
Producciones Mirabal
Ministerio de Publicaciones Cristianas, Inc.
C/ Respaldo 4 #142, Las Palmas, Herrera,
Santo Domingo Oeste, Rep. Dom.
www.produccionesmirabal.com
E-mail: yomirabal@yahoo.com
Tels: 809-334-4063 / 829-683-6821
ISBN: Tapa rústica/9789945–9080–2–2 
ISBN: Tapa dura/978–9945–9080–1–5
Diagramación:
Yancarlos Medrano
Corrección y estilo:
Rev. Jerson Carvajal, M. A.
Dr. Francisco Pablo Fortuna
Corrección de citas bíblicas
Lic. Edward Cifre
Primera edición: 5,000 ejemplares
Santo Domingo, Santo Domingo Oeste, 
República Dominicana
Año 2018
Impreso en la editora La Unión
C/ 1° #1, Reparto Rosa, Las Palmas de Herrera,
Santo Domingo Oeste, Rep. Dom. • Tel: 809–537–4711
www.produccionesmirabal.com
 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un 
estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les 
aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos 
del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. 
Hechos 2:1–4 Reina–Valera 1960 
Índice de contenidos
Ideas centrales ............................................................................... 
Prólogo ............................................................................................ 
Presentación.................................................................................... 
 Capítulo I. Conceptuación
1.1. Teología.................................................................................
	 1.1.1.	Definición	etimológica.............................................
 1.1.2. Concepciones técnicas de la teología....................
1.2. Pentecostés.......................................................................... 
1.3. Pentecostal...........................................................................
1.4. Neopentecostal...................................................................
1.5.	Académico(a)....................................................................... 
Capítulo II. Origen, evolución y situación actual
del pentecostalismo
2.1. Antecedentes bíblicos........................................................
2.2. Antecedentes históricos.................................................... 
2.3.	Nacimiento	del	movimiento	pentecostal:	Topeka
 y la calle Azusa................................................................... 
2.4.	Pentecostalismo	en	América	Latina................................ 
2.5.	Origen	del	movimiento	pentecostal	en	la	República
	 Dominicana........................................................................ 
Capítulo III. Unción o conocimiento:
La gran dicotomía entre los pentecostales
3.1.	Causas	y	consecuencias	de	esta	dicotomía......................
	 3.1.1.	Causas	de	la	dicotomía............................................
	 3.1.2.	Consecuencias	de	la	dicotomía..............................	
3.2.	Unción	y	conocimiento:	dos	caras	de	una	misma	moneda....
3.3.	Importancia	del	equilibrio	en	la	vida	cristiana.............
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 Capítulo IV. Doctrinas básicas de los pentecostales
					4.1.	Componentes	generales	de	la	doctrina	pentecostal.......
	 4.1.1.	Las	Sagradas	Escrituras..........................................
	 4.1.2.	El	sincretismo	teológico..........................................	
	 4.1.3.	Las	experiencias	pentecostales..............................		
	 4.1.4.	Los	dogmas	o	reglas	internas.................................
4.2.			Reseña	de	algunas	doctrinas	pentecostales	con
	 	fundamentos	sólidos	en	las	Sagradas	Escrituras..........
	 4.2.1.	La	inspiración	de	las	Sagradas	Escrituras............
 4.2.2. Dios............................................................................
	 4.2.3.	La	creación...............................................................
	 4.2.4.	La	caída	del	ser	humano:	El	pecado	y	su	castigo.....	
	 4.2.5.	Jesucristo	como	salvador,	bautizador	con	el	Espíri-	 	
	 												tu	Santo,	sanador	y	rey	que	vendrá	otra	vez..............
	 4.2.6.	El	Espíritu	Santo:	Tema	central	en	la	teología
 pentecostal............................................................... 
	 4.2.7.		El	bautismo	en	el	Espíritu	Santo	y	el	hablar
 en lenguas...........................................................................
4.2.8.	La	justificación	por	la	fe..............................................
4.2.9.	La	salvación......................................................................
4.2.10.	El	nuevo	nacimiento....................................................
4.2.11.	La	santificación..............................................................
4.2.12.	La	resurrección	de	Cristo..........................................
4.2.13.	La	iglesia	de	Cristo.......................................................
4.2.14.	El	rapto	o	arrebatamiento	de	la	iglesia.................
4.2.15.	Del	estado	del	ser	humano	después	de	la	muerte		 	
	 		y		de	la	resurrección	de	los	muertos...................................
4.2.16.	El	juicio	final..................................................................
4.2.17. Otras doctrinas pentecostales..................................
Capítulo V. Creencias, dogmas y tabúes pentecostales
5.1. Creencias.........................................................................................
5.1.1.	La	letra	mata,	más	el	Espíritu	vivifica......................
5.1.2.	Lo	que	el	Espíritu	diga	eso	se	hará...........................
5.1.3.	Las	mujeres	no	deben	cortarse	el	pelo.....................
5.1.4.	No	se	tiene	el	Espíritu	Santo	si	no	se	habla
en lenguas......................................................................................
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13Teología Pentecostal: Una perspectiva académica
		5.1.5.	Noé	predicó	durante	120	años..................................
5.1.6.	Solo	los	creyentes	pentecostales	serán	salvos.....
5.1.7.	Cuando	se	tiene	relaciones	sexuales	el	Espíritu		 	
	 												Santo	se	va	en	ese	momento......................................
5.1.8.	La	oración	debe	ser	realizada	con	los	ojos
 cerrados............................................................................
5.1.9.	Los	niños	no	deben	ser	bautizados..........................	
5.1.10.	Tomar	café	o	té	es	pecado.........................................
5.1.11.	Las	mujeres	no	se	pueden	preparar	para
	 no	tener	hijos..................................................................
5.1.12.	Los	creyentes	católicos	no	son	cristianos...........
5.1.13.	Tomar	vino	es	pecado.................................................
5.1.14.	El	hombre	es	la	cabeza	de	la	mujer........................
5.1.15.	Fumar	es	pecado...........................................................
5.1.16. No es bíblico el uso de la danza en la iglesia......
5.1.17.	Judas	Iscariote	murió	ahorcado...........................	
5.1.18.	Las	mujeres	no	deben	usar	pantalones,
	 prendas,	maquillaje,	tintes,	pintarse
	 las	uñas	ni	ponerse	extensiones	de	pelo.............
5.2.	Dogmas.................................................................................	
5.2.1.	No	se	puede	tomar	la	Santa	Cena	si	la
	 persona	no	es	bautizado(a)........................................
5.2.2. No se puede usar una Biblia digital en lugar
 de una física...................................................................
5.2.3.	En	el	templo	los	hombres	deben	ir	de	un
	 lado	y	las	mujeres	de	otro..........................................
5.2.4.	El	hombre	no	debe	usar	bigotes	ni	barba...........
5.2.5.	En	todo	culto	se	debe	desarrollar	undevocional	o	primera	parte,	un	cultural
	 o	segunda	parte	y	el	mensaje,	el	cual	debe
	 ir	al	final...........................................................................
5.2.6. No	se	puede	orar	dándole	la	espalda	al	púlpito....
5.2.7.	Las	personas	no	pueden	divorciarse	ni
	 celebrar	nuevas	nupcias..............................................
5.2.8.	Con	esa	o	ese	te	tienes	que	casar.............................
5.2.9.	No	se	puede		bautizar	si	se	convive	con
	 alguien	sin	estar	casado(a)........................................
5.2.10.	La	disciplina	en	la	iglesia	pentecostal................. 
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14 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
5.3.	Tabúes	pentecostales.........................................................
5.3.1.	No	es	espiritual	hablar	de	sexo	en	la	iglesia.........
5.3.2.	La	decisión	o	iniciativa	en	el	amor	debe	ser
											del	hombre,	no	de	la	mujer.....................................
5.3.3.	Tener	sexo	oral	con	su	pareja	es	inmoral..............
5.3.4.	Escuchar	música	con	ritmo	urbano:	merengue
 o bachata es pecado................................................. 
5.3.5.	Ir	al	cine,	gimnasio	o	estadio	de	béisbol	es	pecado....	
5.3.6.	Las	mujeres	no	pueden	ser	pastoras.....................
5.3.7.	Los	líderes	cristianos	no	son	políticos	partidistas...		
Capítulo VI. Desafíos actuales de la iglesia pentecostal
6.1.	Proclamar	la	verdadera	espiritualidad..................................
6.2.	Ver	la	iglesia	como		una	empresa	administrable.................
6.3.	La	brecha	generacional...........................................................
6.4.	La	economía.............................................................................
6.5.	La	educación.............................................................................
6.6.	La	liturgia.................................................................................
6.7.	La	tecnología.............................................................................
6.8. Otros desafíos de la iglesia pentecostal................................ 
OTROS LIBROS DEL AUTOR
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Ideas centrales
	•		 Para	entender	la	teología	pentecostal	es	necesario,	de	entrada,	
tener	algunas	nociones	básicas	sobre	qué	es	la	teología	y	a	qué	
se	le	llama	Pentecostés.	Además,	por	qué	se	les	llama	pentecos-
tales	a	muchos	creyentes	y	a	otros	neopentecostales,	y	cuáles	
fueron	las	razones	por	las	que	esta	obra	se	elaboró	desde	una	
perspectiva	académica.
•	 Conocer	sobre	el	origen,	evolución	y	situación	actual	del	pente-
costalismo	es	fundamental,	si	se	desea	entender	el	«constructo	
teológico»	pentecostal.	En	ese	sentido,	existen	algunos	antece-
dentes	bíblicos	e	históricos	que	se	deben	destacar,	así	como	lo	
relacionado	al	nacimiento	del	movimiento	pentecostal	en	Tope-
ka	y	la	calle	Azusa.	Además,	lo	concerniente	al	pentecostalismo	
en	América	Latina	y	su	origen	en	la	República	Dominicana.	
•	 La	unción	 	y	el	conocimiento	constituyen	 la	gran	«dicotomía»	
entre	 los	creyentes	pentecostales.	Por	esta	razón,	es	necesario	
analizar las causas y consecuencias de esta realidad. No caben 
dudas	de	que	unción	y	conocimiento	son	dos	caras	de	una	mis-
ma	moneda,	y	que	es	de	suma	importancia	el	equilibrio	de	am-
bas	virtudes	en	la	vida	del	cristiano,	sea	este	pentecostal	o	no.
•	 Dentro	de	la	teología	pentecostal	existe	una	serie	de	doctrinas	
básicas	que	se	deben	conocer,	y	que	son	el	resultado	de	cuatro	
componentes	generales,	entre	ellos:	Las	Sagradas	Escrituras,	el	
sincretismo	teológico,	las	experiencias	pentecostales	y	los	dog-
mas	o	 reglas	 internas,	 los	 cuales	 forman	parte	 inequívoca	del	
«constructo	teológico»	del	movimiento	pentecostal,	y	que	no	se	
pueden	pasar	por	alto,	dada	la	naturaleza	del	presente	libro.
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•	 El	movimiento	pentecostal	está	lleno	de	una	serie	de	creen-
cias,	dogmas	y	tabúes	que	se	deben	conocer	y	revisar.	No	es	
posible	que	en	pleno	siglo	XXI,	se	sigan	enseñando	tantas	
cosas	que	debieron	ya	ser	superadas	y	contextualizadas	por	
los	líderes	y	maestros	de	las	iglesias	evangélicas	pentecos-
tales	de	este	tiempo.	
•	 Por	todo	lo	antes	expresado,	las	iglesias	pentecostales	tienen	
hoy	en	día	muchos	retos	que	debe	afrontar	con	mucha	altura,	
dignidad	y	precisión.	Estos	son:	Proclamar	la	verdadera	espi-
ritualidad,	ver	la	iglesia	como		una	empresa	administrable,	la	
brecha	generacional,	la	economía,	la	educación,	la	liturgia	y	la	
tecnología.	No	cabe	dudas	de	que	la	iglesia	pentecostal	debe	
renovarse	en	sus	bases	fundamentales,	y	atender	rápidamen-
te estos grandes desafíos.
Prólogo
Leer	esta	obra	me	trasladó	a	mi	niñez,	a	mis	inicios	en	la	escuela	
bíblica	o	dominical	y	en	la	obra	misionera,	junto	a	mi	madre	y	herma-
nos,	donde	crecimos	y	nos	desarrollamos;	rodeados	de	gente	humil-
de	y	con	un	vehemente	deseo	de	hacer	la	obra	de	Dios.	Aprendimos	
viendo	a	otros,	oyendo	predicadores,	maestros,	entre	otros.	Fuimos	
prácticos,	por	así	decirlo.
Este	libro,	titulado:	«Teología	pentecostal,	una	perspectiva	acadé-
mica»,	 escrito	 por	 el	Dr.	 Yoselman	R.	Mirabal;	 un	 amigo,	 hermano,	
colega	y	sobre	todo	una	persona	apasionada	por	 la	escritura,	ha	sido	
cuidadosamente	elaborado	para	ofrecer	al	lector	una	panorámica	clara	
y	precisa	de	los	fundamentos	de	la	teología	pentecostal.	Estamos	frente	
a	una	obra	que	nunca	antes	había	visto	escrita,	de	una	manera	explícita	
y	vivencial	con	una	intuición	debida	para	abordar	estos	tópicos;	para	
hacer	conciencia	plena	de	situaciones	que	se	han	vivido	por	décadas	en	
el seno de la iglesia pentecostal.
La verdad es, que todo lo que hacíamos en la iglesia, era con 
entrega y amor, pero sin una clara definición teológica. Por 
tanto, se hace necesario tener una teología pentecostal que esté 
bien definida y asumida por todos, la cual evite esos concep-
tos litúrgicos y doctrinales que, en un por ciento muy elevado, 
provienen de la iglesia católica romana, así como de la teología 
reformada y de «experiencias personales» nacidas en aviva-
mientos que marcaron ideologías que hoy persisten en muchas 
de nuestras iglesias, y que a veces, se utilizan como bases de las 
doctrinas que se enseñan.
18 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
 
Solo	alguien,	como	el	Dr.	Mirabal,	que	ha	vivido	estas	«experiencias	
pentecostales»,	puede	escribir	sobre	 las	mismas,	y	a	 la	vez	analizarlas	
y	desglosarlas	como	están	plasmadas	en	este	libro.	Esta	obra	explica	la	
«teología	pentecostal»	desde	una	perspectiva	académica,	resaltando	los	
inicios,	los	antecedentes	históricos,	bíblicos	y	vivenciales	del	autor,	y	con	
las	historias	de	diversos	avivamientos	que	marcaron	épocas,	y	que	a	la	
vez,	dieron	inicio	a	conceptos	que	se	enseñan	hoy	como	doctrinas.
Sin	dudas,	este	 	material	ayudará	a	tener	un	panorama	más	claro,	
a	 fin	de	 conocer	mejor	 la	 teología	 pentecostal,	 y	 las	 cosas	 en	 las	 cua-
les	(que	como	yo)	hemos	sido	instruidos.	Servirá,	además,	como	marco	
referencial	y	de	consulta	para	futuros	trabajos	sobre	esta	temática,	así	
como	libro	de	texto	para	seminarios,	institutos	y	universidades	cristia-
nas.	Martín	Lutero	(1517),	dijo:	
«La iglesia no debe determinar lo que enseña las Escrituras, es 
las Escrituras quién debe determinar lo que enseña la iglesia».
Espero,	sinceramente,	que	el	contenido	de	este	libro	sea	una	voz	
de	alerta,	y	que	nuestras	iglesias	puedan	tener	su	teología	pentecos-
tal bien definida.
Dr. Eduardo Leonardo Piña Mateo
Rector	de	la	Universidad	Bíblica	Internacional,	(UBI)
Extensión	República	Dominicana	
Para	hablar	con	propiedad	sobre	la	teología	pentecostal,	a	diferencia	de	quienes	solo	pueden	hacer	una	simple	reseña	por	lo	que	otros	han	vivido,	hay	que	experimentar	y	ser	testigo	de	una	serie	de	cosas,	
momentos,	situaciones	y	realidades	propias	del	ambiente	pentecostal,	a	
fin	de	poder	hablar	con	 	conocimiento	de	causa.	La	realidad	es	que	 la	
«experienciapentecostal»	provee	una	serie	de	vivencias	que,	aun	los	que	
han	sido	parte	de	ellas,	no	pueden	explicarlas	a	plenitud	a	los	demás,	ya	
que	se	requiere	ser	testigos	de	las	mismas.	
Por tanto, de entrada declaro que soy pentecostal de la cabeza 
a los pies. Nací y desarrollé mi carácter cristiano, por 40 años, 
en una iglesia evangélica pentecostal. He vivido profundos mo-
mentos del mover y accionar del Espíritu Santo, siendo testigo 
ocular de muchas de sus operaciones en mi vida y en otros cre-
yentes de ayer y hoy. Entre ellas: el hablar en lenguas, sanidad 
divina, milagros diversos, sueños, éxtasis, pérdida temporal del 
control físico, revelación, palabras de ciencia, entre otros, que 
definitivamente, no tienen explicación lógica para el ser huma-
no común, natural o de ciencia. 
Ahora	bien,	 escribir	 sobre	 la	 teología	pentecostal	desde	una	pers-
pectiva	académica,	no	solo	es	difícil,	sino	complejo	y	retador.	Todo	esto,	
dada la realidad y naturaleza de las iglesias de persuasión pentecostal. 
En	ese	sentido,	soy	testigo	de	una	época	donde	se	 imponían	(y	se	 im-
ponen	hasta	el	día	de	hoy)	muchas	normas	o	reglas,	las	cuales	se	deno-
minaban	«enseñanzas	bíblicas»	que,	a	decir	verdad,	nunca	las	entendí	
plenamente,	y	mucho	menos	comprendía	por	qué,	la	mayoría	de	estas,	
estaban	dirigidas	hacia	las	mujeres,	quedando	los	hombres	libres	de	mu-
chas	de	estas	observaciones.	
 Introducción
20 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
Ante todo, es necesario reconocer que la cristiandad (en senti-
do general) está llena de normas o reglas, así como de «tabúes» 
y enseñanzas de hombres que, bien intencionadas o no, están 
muy lejos de lo que la Biblia ordena, y esto provoca confusión 
y divergencias conceptuales en el pueblo de Dios, sean o no 
pentecostales. Pero además, limitan el alcance, desarrollo y efi-
cacia de la labor de la iglesia en la proclamación efectiva del 
Evangelio a los no creyentes. 
Al	hacer	 la	presente	 investigación,	 con	fines	de	publicarla	 en	 este	
libro,	 tanto	de	 campo	como	bibliográfica,	 se	 revisaron	 los	 intentos	de	
algunos	autores	de	ofrecer	una	visión,	más	o	menos	básica,	sobre	este	
tema	en	particular.	Sin	embargo,	la	mayoría	de	la	literatura	al	alcance,	
publicada	hasta	ahora,	se	enfoca	en	los	temas	relacionados	con	la	teo-
logía	sistemática,	vistos	desde	una	perspectiva	pentecostal,	dejando	de	
lado	los	aspectos	medulares	vinculados	a	la	teología	pentecostal,	propia-
mente	dicho.		
La presente obra es un intento, desde la perspectiva académi-
ca y tomando en cuenta la experiencia pentecostal del autor, 
de presentar de forma lógica, objetiva, ordenada y vívida, libre 
de todo sectarismo religioso, denominacional o confesional, el 
«constructo teológico» pentecostal, sin que el presente esfuer-
zo y enfoque esté dirigido, necesariamente, a validar o no las 
bases que lo sustentan, sean éstas bíblicas, dogmáticas, teoló-
gicas, de experiencias subjetivas o tradicionales. 
En	ese	sentido,	se	da	inicio	en	el	primer	capítulo	con	algunas	ideas	
sobre	qué	es	la	teología	y	a	qué	se	le	llama	Pentecostés.	Además,	por		qué	
se	les	llama	pentecostales	a	muchos	creyentes	y	a	otros	neopentecosta-
les,	para	finalizar	 con	 la	definición	del	 término	académico(a),	dada	 la	
naturaleza	de	la	presente	obra.	En	el	capítulo	dos	se	presenta	una	breve	
síntesis	sobre	el	origen,	evolución	y	situación	actual	del	pentecostalismo,	
destacando	algunos	antecedentes	bíblicos	e	históricos.	Además,	el	naci-
miento	del	movimiento	pentecostal	en	Topeka	y	la	calle	Azusa,	el	pente-
costalismo	en	América	Latina	y	su	origen	en	la	República	Dominicana.
21Teología Pentecostal: Una perspectiva académica
Para	los	fines	de	la	presente	obra,	es	importante	destacar	el	hecho	de	
que	la	unción		y	el	conocimiento	constituyen	la	gran	dicotomía	entre	los	
creyentes	pentecostales.	Por	esta	razón,	es	el	tema	central	del	capítulo	
tres,	a	fin	de	analizar	las	causas	y	consecuencias	de	esta	dicotomía,	des-
tacando,	finalmente,	que	unción	y	conocimiento,	son	dos	caras	de	una	
misma	moneda,	y	que	es	de	suma	importancia	el	equilibrio	de	ambas	
virtudes	en	la	vida	del	cristiano,	sea	éste	pentecostal	o	no.
A la altura del capítulo cuatro se hace un desglose de las doc-
trinas básicas de los pentecostales, siendo destacadas aquellas 
que, a juicio del autor, cuentan con fundamentos sólidos en las 
Sagradas Escrituras. Sin embargo, antes de presentarlas, se 
destacan algunos de los componentes generales de la doctrina 
pentecostal, entre ellos: las Sagradas Escrituras, el sincretismo 
teológico, las experiencias pentecostales y los dogmas o reglas 
internas, los cuales forman parte del «constructo teológico» 
del movimiento pentecostal, y que no se pueden pasar por alto, 
dada la naturaleza del presente libro.
El	movimiento	pentecostal	está	lleno	de	una	serie	de	creencias,	dog-
mas	y	tabúes	que	se	deben	conocer	y	revisar.	No	es	posible	que	en	pleno	
siglo	XXI,	se	sigan	enseñando	tantas	cosas	que	debieron	ser	superadas	
y	 contextualizadas	por	 los	 líderes	 y	maestros	de	 las	 iglesias	 evangéli-
cas	pentecostales	de	este	tiempo.	Creencias	como:	«la	letra	mata,	más	
el	Espíritu	vivifica»	«lo	que	el	Espíritu	diga	eso	se	hará»	«no	se	tiene	el	
Espíritu	Santo	si	no	se	habla	en	lenguas»	«solo	los	pentecostales	serán	
salvos»	«tomar	café	o	 té	es	pecado»	«los	católicos	no	son	cristianos»,	
entre	otras,	deben	ser	erradicadas	de	la	mente	de	los	creyentes.	
Dogmas	como:	«no	se	puede	tomar	la	Santa	Cena	si	la	persona	no	es	
bautizada»	«en	el	templo	los	hombres	deben	ir	de	un	lado	y	las	mujeres	
del	otro»	«no	se	puede	orar	dándole	 la	espalda	al	púlpito»	«con	esa	o	
ese	te	tienes	que	casar»,	entre	otros,	deben	ser	revisados.	Peor	aún	son	
los	tabúes,	tales	como:	«no	es	espiritual	hablar	de	sexo	en	la	iglesia»	«la	
decisión	o	 iniciativa	en	el	amor	debe	ser	del	hombre,	no	de	 la	mujer»	
«escuchar	música	con	ritmo	urbano:	merengue	o	bachata	es	pecado»	«ir	
al	cine,	gimnasio	o	estadio	de	béisbol	es	pecado»,	entre	otros,	los	cuales	
no	deben	formar	parte	del	pensamiento	pentecostal.	
22 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
Finalmente,	en	el	capítulo	seis,	se	presentan	una	serie	de	retos	que	
debe	afrontar		la	iglesia	pentecostal	en	la	actualidad,	entre	ellos:	procla-
mar	la	verdadera	espiritualidad,	ver	la	iglesia	como		una	empresa	admi-
nistrable,	la	brecha	generacional,	la	economía,	la	educación,	la	liturgia	
y	la	tecnología.	Así	como:	El	analfabetismo	bíblico,	la	agenda	LGBT,	la	
iglesia	 pentecostal	 desde	 un	marco	 jurídico,	 el	 ejercicio	 del	 liderazgo	
local,	 la	arquitectura	y	 la	planificación	estratégica.	No	cabe	dudas,	de	
que	la	iglesia	pentecostal	debe	renovarse	en	sus	bases	fundamentales,	y	
atender	con	altura	y	esmero	estos	grandes	desafíos.
Teología pentecostal: Una perspectiva académica, es un es-
fuerzo por sistematizar el «pensamiento teológico» de los pen-
tecostales, tarea difícil dada la naturaleza del movimiento y 
todo lo señalado en el contenido de la presente obra. Es un pe-
queño aporte a la comunidad pentecostal, esperando que sirva 
de marco referencial para futuros trabajos sobre esta temática, 
así como libro de texto para los institutos, seminarios y univer-
sidades cristianas. 
Además,	 les	 servirá	 a	 los	 cristianos	 no	 pentecostales,	 ya	 que	 con	
esta	obra	en	las	manos	tienen	una	herramienta	sólida	que	les	permitirá	
abordar	con	mayor	precisión	y	altura	el	pensamiento	de	quienes,	como	
yo,	forman	parte	de	uno	de	los	movimientos	cristianos	más	antiguos	y	
de	mayor	alcance,	empuje	y	potencial	de	la	historia	del	cristianismo,	el	
pentecostalismo.	¡Amén!			
Capítulo I
 CONCEPTUACIÓN
Una	de	las	grandes	dificultades	de	las	personas	es	poder	entender	el	significado	a	fondo	de	muchos	de	los	términos	y	palabras	que	sue-len	ser	usados	con	una	diversidad	de	acepciones	y	aplicaciones.	En	
ese	orden,	es	necesario	destacar	que	una	de	las	cosas	que	se	deben	tomar	
en	cuenta,	en	sentido	general,	es	que	todo	término	que	se	emplea	tiene	
a	la	vez	diferentes	formas	de	apreciación,	según	elcontexto	en	el	que	se	
utilice,	el	uso	común	de	cada	pueblo,	y	el	área	del	saber	al	que	se	aplique.	
Dada la naturaleza de esta realidad, se quiere en esta ocasión, 
explicar una serie de conceptos que se han elaborado en el ám-
bito académico de la teología, ya que los significados tienen 
una connotación particular para el entendimiento pleno de los 
mismos en el ámbito pentecostal. Sin lugar a dudas, cada tema 
y área del saber, de labor o ambiente de vida, sea religioso, polí-
tico, económico o social, crea en su entorno su propio lenguaje 
o apreciación de una palabra o expresión, que en ocasiones di-
ficulta la comunicación efectiva y crea ciertas confusiones. 
Son	estas	las	razones	por	las	cuales,	a	continuación,	se	presentan,	
lo	que	se	consideran	conceptos	básicos	en	el	ámbito	de	la	teología	pen-
tecostal,	a	los	fines	de	estar	en	sintonía	sobre	su	uso	en	el	contexto	de	la	
presente	obra.	¡A	ver!
24 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
1.1. TEOLOGÍA
Hablar	de	«teología»,	en	especial	en	algunos	círculos	pentecosta-
les,	es,	según	muchos,	simplemente	desviarse	de	la	entera	«consagra-
ción	espiritual».	No	obstante,	a	continuación,	se	presentará	el	concepto	
«teología»	de	diferentes	 formas,	 y	 cómo	 la	han	considerado	grandes	
baluartes	 del	 estudio	 de	 las	 Sagradas	 Escrituras	 durante	 todo	 este	
tiempo	del	cristianismo.
1.1.1. Definición etimológica
La palabra «teología» proviene de las palabras griegas: 
theos=Dios y logos=estudio. Los antiguos griegos usaron el 
término en su sentido literal. De ahí que se haya aplicado el 
término «theologoi» o «teólogos» a quienes escribían la his-
toria de los dioses y sus hazañas. Este término fue usado por 
primera vez por Platón en el libro «La República» para refe-
rirse a la comprensión de la naturaleza divina por medio de 
la razón, en oposición a la comprensión literaria propia de los 
poetas coetáneos. 1
Se	cree	que	Ferécides	fue	el	primer	hombre	conocido	como	teólogo.	
La	obra	fue	titulada:	Teología.	Otros	consideran	que	fue	Homero,	quien	
se	estima	que	pudo	vivir	en	el	siglo	VIII	a.	C.,	en	Jonia	(hoy	región	de	
Turquía),	por	la	obra	«Ilíada	y	la	Odisea».	Ahora	bien,	en	sentido	literal,	
el	término	«teología»	puede	aplicarse	a	las	investigaciones	científicas	de	
personas	sagradas,	cosas	o	relaciones,	ya	sean	éstas	reales	o	imagina-
rias.	Siendo	así,	según	los	expertos,	el	término	designado	a	la	«teología»	
debe	llevar	la	expresión	cristiana,	ya	que	existe	teología	cristiana	y	teo-
logía	étnica	(no	cristiana). 2
1.1.2. Concepciones técnicas de la teología
Teología	es	una	ciencia	cuyo	objeto	es	Dios.	Por	 ser	 ciencia,	 está	
conformada	por	un	conjunto	de	conocimientos	que	exigen	ser	elabo-
rados	con	rigor,	expuestos	con	precisión	y	estudiados	con	seriedad.	La	
teología	parte	siempre	de	los	datos	revelados	y,	sobre	ellos,	piensa,	ra-
zona,	saca	conclusiones	y	usa	los	principios	filosóficos,	poniéndolos	a	
su	servicio.	En	ese	sentido,	decía	Tomás	de	Aquino	(1260),	que	la	filo-
sofía	es	esclava	de	la	teología.	
25Teología Pentecostal: Una perspectiva académica
Aunque la verdad es una, se puede llegar a ella por distintos 
caminos: por los sentidos, por la razón y por la fe. El camino 
utilizado por la filosofía es el de la razón, el propio de la teo-
logía es la fe, aunque le puede ayudar, y de hecho le ayuda, la 
razón. La razón, en la filosofía, lleva al conocimiento de algu-
nas verdades sobrenaturales, como la existencia de Dios y las 
propiedades que posee, y la existencia e inmortalidad del alma 
humana. Sin embargo, hay otras muchas verdades sobrenatu-
rales, como los misterios de la Santísima Trinidad o Triunidad 
y de la encarnación del Hijo de Dios, a las que nunca se hubiera 
podido llegar por medio de la razón. A estas verdades se llega 
únicamente por medio de la fe, a través del ejercicio teológico. 
Ahora	 bien,	 durante	 siglos	 han	 surgido	 de	 los	 labios	 de	 grandes	
eruditos	bíblicos,	diferentes	y	aceptables	definiciones	acerca	de	la	teo-
logía	cristiana,	algunas	de	las	cuales	se	han	querido	compartir	en	este	
libro,	de	manera	que	puedan	servir	de	ilustración	a	todos.	Al	final	se	
expondrá	la	concepción	que	ha	labrado	el	autor	de	este	libro	en	los	úl-
timos	años	de	estudios	que,	a	diferentes	niveles,	ha	realizado	sobre	la	
teología cristiana.
La teología cristiana:
•	 Es	la	representación	sistemática	de	las	doctrinas	de	la	fe	cris-
tiana	(H.	Aorton	Wiley).
•	 Es	la	ciencia	que	trata	de	la	existencia,	el	carácter	y	los	atribu-
tos	de	Dios;	sus	leyes	y	gobierno;	las	doctrinas	que	hemos	de	
creer,	el	cambio	moral	que	debemos	experimentar	y	los	debe-
res	que	tenemos	que	cumplir	(Dr.	Samuel	Wakefield).
•	 Es	 una	 reflexión	 y	 estudio	 crítico	 y	 científico	 de	Dios,	 par-
tiendo	del	hecho	de	 su	 revelación	 en	 la	historia,	 en	 la	 crea-
ción,	en	la	naturaleza	moral	y	religiosa	del	hombre,	en	Cristo	
y	 en	 especial	 en	 las	 escrituras	 judeocristianas	 (Lic.	Miguel	
García	Zarseño).
•	 Teología	es	la	exhibición	de	los	hechos	de	la	Escritura	en	su	
orden	propio	y	en	relación	con	los	principios	y	verdades	gene-
rales	involucradas	en	los	hechos	mismos	que	llenan	y	armo-
nizan	el	todo	(Dr.	Charles	Hodge).
•	 Teología	es	la	ciencia	de	Dios	y	de	las	cosas	divinas,	basadas	
en	 la	 revelación	hecha	al	hombre	por	medio	de	Jesucristo	y	
26 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
sistematizadas	en	sus	varios	aspectos	dentro	de	la	iglesia	cris-
tiana	(Dr.	William	Burton	Pope).
•	 La	teología	es	un	conjunto	de	técnicas	y	métodos	de	naturale-
za	humana	que	pretenden	alcanzar	conocimientos	particula-
res	sobre	las	entidades	divinas	(Enciclopedia	Wikipedia).
•	 Tomás	de	Aquino	definió	teología	como	una	ciencia	unifica-
da	en	la	que	se	tratan	todas	las	cosas	bajo	el	aspecto	de	Dios,	
porque	son	Dios	mismo	o	porque	se	refieren	a	Dios.
• Teología es la aplicación de la palabra de Dios por personas a 
todas	las	áreas	de	la	vida	(Dr.	John	Frame).
•	 Teología	es	la	comprensión	de	la	lógica	del	actuar	de	Dios,	sobre	
todo	en	la	creación	del	hombre,	a	partir	de	la	toma	de	conciencia	
de	ese	mismo	actuar	de	Dios	captado	por	experiencia;	compren-
sión	que	es	autenticada	por	los	medios	críticos	que	correspon-
den	a	la	epísteme	propia	de	la	teología	(Dr.	Gustavo	Baena).
Las	definiciones	presentadas	son	solo	algunas	de	las	tantas	que	se	
han	 formulado	acerca	de	 la	 teología	 cristiana,	 tratando	de	 exponer	 lo	
que	a	juicios	e	investigaciones	entienden	debe	definirse	por	teología.	A	
continuación,	algunos	conceptos	del	autor	sobre	la	teología	cristiana:
«Teología:	es	la	ciencia	que	trata	del	estudio	del	conocimiento	de	
Dios,	sus	obras,	propósitos	y	naturaleza,	mediante	el	análisis	reflexi-
vo	y	crítico,	con	la	finalidad	de	mostrar	a	la	humanidad	la	razón	de	
ser	de	todo	el	universo».
Se debe señalar que muchas personas que quizás no han teni-
do la oportunidad de analizar a fondo las Sagradas Escrituras, 
ignoren la grandeza y privilegio de ser un amante del saber de 
Dios. En el Salmos 119:105 dice: «Lámpara es a mis pies tu 
palabra, y lumbrera a mi camino».
1.2. PENTECOSTÉS 
El	 término	«Pentecostés»	 viene	 del	 griego	 «pentekosté»,	 y	 literal-
mente	significa	«el	quincuagésimo	día».	Era	la	fiesta	judía	de	las	sema-
nas	o	de	 las	primicias	(Éxodo	34:22;	Deuteronomio	16:9–11;	Números	
28:26),	que	también	se	llamaba	la	fiesta	de	la	siega	(Éxodo	23:16)	o	día	
de	las	primicias,	que	caía	en	el	día	número	50	después	de	la	fiesta	de	la	
27Teología Pentecostal: Una perspectiva académica
Pascua	y	se	iniciaba	a	principios	del	mes	de	Siván,	en	mayo.	El	último	
día	de	esa	fiesta	se	denominaba	«Domingo	Blanco».	El	nombre	pro-
viene	de	las	ropas	blancas	que	como	costumbre	vestían	los	que	eran	
bautizados	 durante	 esta	 fiesta.	 Era	 una	 fiesta	 de	 agradecimiento	 a	
Dios por la cosecha. 3
Sin	embargo,	en	el	Nuevo	Testamento,	la	palabra	“Pentecostés”	co-
bra	más	valor,	puesto	que	fue	en	el	día	de	Pentecostés	cuando	Dios	por	
primera	vez	derramó	el	Espíritu	Santo	sobre	los	creyentes,	según	el	libro	
de	los	Hechos	capítulo	2.Es	así	como	en	el		día	de	“Pentecostés”	se	da	
inicio	a	la	iglesia	cristiana.	Los	sucesos	ocurridos	allí	transformaron	la	
festividad	judía	en	una	cristiana.	
Según las afirmaciones del libro de los Hechos, en Pentecostés 
se cumple la promesa del derramamiento universal del Espíri-
tu de Dios al fin de los tiempos. El relato de Pentecostés prepa-
ra la predicación misionera de Pedro y los demás apóstoles. El 
acontecimiento de Pentecostés tuvo como consecuencia en la 
iglesia primitiva un afianzamiento de la vida cristiana; la per-
severancia unánime en las casas donde se reunían, ya que los 
templos llegaron más adelante; la perseverancia en la doctri-
na apostólica y la fidelidad en la oración, las cuales no pueden 
concebirse sin la fuerza que sostiene a la comunidad. 
28 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
Por	eso,	cuando	la	comunidad	crece,	los	apóstoles	se	reservan	la	mi-
sión	de	dedicarse	a	la	oración	y	al	servicio	del	mensaje	(Hechos	6:4).	Lo	
que	hasta	Pentecostés,	fecha	decisiva	para	la	iglesia	cristiana,	solo	había	
caído	en	suerte	a	unos	pocos	«privilegiados»,	se	convierte	desde	este	día	
en	el	signo	distintivo	más	importante	de	la	iglesia	de	judíos	y	gentiles.	
Según	Hechos	2:4,	todos	estaban	«llenos	del	Espíritu	Santo».	
1.3. PENTECOSTAL
La	palabra	«pentecostal»	es	un	derivado	nominal	de	la	palabra	«Pen-
tecostés»,	que	se	halla	en	la	Biblia	en	pasajes	como	Hechos	2:1;	20:16	y	
1	Corintios	16:8.	Por	tanto,	el	 término	«pentecostal»	es	descriptivo	de	
aquellos	que	afirman	haber	tenido	la	experiencia	de	recibir	el	Espíritu	
Santo	como	lo	recibieron	los	primeros	discípulos	en	el	día	de	Pentecos-
tés.		El	hecho	de	que	Dios	derramara	de	su	Espíritu	por	primera	vez	en	la	
fiesta	judía	de	«Pentecostés»	es	la	razón	por	la	cual	se	asocia	tal	término	
con	esa	experiencia.	
Más que a una sola denominación religiosa y eclesiástica, el 
término «pentecostales» se refiere, en forma genérica, a toda 
una familia de iglesias muy semejantes en doctrina, en la forma 
de adoración y en los métodos del trabajo espiritual y misio-
nero. Se les conoce con nombres diferentes, pero todos ellos 
ponen énfasis principalmente en dos doctrinas: el bautismo 
del Espíritu Santo y los dones espirituales. Las iglesias pen-
tecostales son aquellas que se caracterizan por la creencia en 
la permanencia de los dones espirituales, particularmente los 
nueve dones mencionados en 1 Corintios 12. 
29Teología Pentecostal: Una perspectiva académica
Josué	Barrientos	 (2004),	dice:	«En	 las	 iglesias	pentecostales	 los	
miembros	son	 instados	a	buscar	 incansablemente	y	con	mucha	 fe	el	
bautismo	en	el	Espíritu	Santo.	Para	tales	fines	se	hacen	retiros,	cultos	
especiales,	cultos	de	avivamientos	y	sesiones	de	búsqueda	del	bautis-
mo	en	el	Espíritu	Santo.	En	muchas	iglesias	y	organizaciones	pente-
costales	no	se	puede	llegar	a	ser	pastor,	ministro	o	ni	siquiera	diácono	
si	no	ha	sido	bautizado	en	el	Espíritu	Santo	con	la	evidencia	inicial	de	
hablar en lenguas».4 
Sin	embargo,	hablar	en	lenguas,	como	se	explicará	más	adelante,	no	
es	 la	única	evidencia	o	señal	del	bautismo	en	el	Espíritu	Santo.	La	re-
cepción	del	Espíritu	Santo	es,	 simplemente,	Dios	entrando	a	morar	en	
la	vida	del	creyente	para	acompañarlo	en	el	anhelo	de	obedecer	todo	lo	
que	Dios	manda.		Recibir	el	Espíritu	Santo	es	el	comienzo	de	una	vida	
de	testimonio	y	servicio	para	Dios.	Por	tanto,	decir:	«soy	pentecostal»	es	
decir:	«me	identifico	con	lo	que	ocurrió	en	el	día	de	Pentecostés».	Creo	
y	tengo	la	misma	experiencia	del	Espíritu	Santo	como	lo	recibieron	los	
creyentes en ese día. 
1.4. NEOPENTECOSTAL
El	 neopentecostalismo	 es	 la	 versión	moderna	 del	 pentecostalismo	
genuino	o	clásico	de	principios	del	siglo	XX.	Dada	la	falta	de	consenso	en	
cuanto	a	su	conceptualización,	se	ha	dificultado	una	adecuada	discusión	
y	construcción	en	el	campo	académico.	Entre	las	principales	caracterís-
30 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
ticas	 que,	 de	 forma	 compleja,	 los	 investigadores	 asocian	 al	 fenómeno	
neopentecostal	están:	el	énfasis	en	la	teología	de	la	prosperidad,	la	gue-
rra	espiritual,	 la	confesión	positiva,	 la	 iglesia	apostólica,	el	ministerio	
profético,	 la	 sanidad	divina,	 la	 incursión	en	 la	política,	el	 impulso	del	
liderazgo	pastoral	femenino,	la	implantación	de	mega	iglesias	y	el	lide-
razgo	emprendedor	y	transformacional.		
Sin lugar a dudas, los principales representantes, tienen ori-
gen pentecostal. Los énfasis modernos que se hacen entre los 
neopentecostales sobre Espíritu Santo rompen algunos de los 
esquemas tradicionales de la «teología pentecostal clásica», con-
siderándose algunas manifestaciones como absurdas e ilógicas. 
Ramiro Jaimes (2012), lo describe de la siguiente manera: 
«Se	trata	de	manifestaciones	masivas	con	líderes	carismáticos	fuer-
tes…	Los	cánticos,	exhortaciones	y	orientaciones	son	técnicas	terapéu-
ticas	para	las	masas	sufridas…	A	nivel	doctrinal,	 la	Biblia	es	como	un	
amuleto	 donde	 se	 entresacan	 frases	 que	 se	 repiten	 para	 aplicarlas	 en	
casos	de	exorcismo	o	sanidad	divina.	El	pastor	en	la	«cura	divina»	es	un	
agente	moral	que	 trae	prosperidad	y	estabilidad.	Posee	una	autoridad	
mesiánica,	que	se	extiende	a	su	poderío	económico…	funciona	como	un	
gran	negocio	de	fe	internacional.	Hay	evangelistas	de	este	tipo	en	Brasil,	
Puerto	Rico,	Venezuela,	Estados	Unidos	y	Europa».5
Aunque el tejido de expresiones neopentecostales es más eviden-
te en las comunidades de corte pentecostal, éste también cobija, 
poco a poco, al resto de congregaciones evangélicas. Esta pene-
tración se debe, en parte, a la ancha y rauda autopista comunica-
cional y tecnológica que ofrece la aldea global, a la atomización 
del mundo evangélico y a la incapacidad de reacción ante las di-
námicas sociales, políticas y económicas de este tiempo.
Los	teólogos,	historiadores	y	sociólogos	de	 la	religión	al	referirse	
a	este	tipo	de	pentecostalismo	lo	identifican	como	«neopentecostalis-
mo»,	pues	se	distancia	sustancialmente	del	pentecostalismo	clásico	e	
histórico.	El	neopentecostalismo	busca	responder,	como	lo	hizo	el	pen-
tecostalismo	de	los	años	60,	a	las	necesidades	espirituales	y	materiales	
de	la	población	latinoamericana.	Pero	esta	vez,	ya	no	desde	una	crítica	
a	la	estructura	de	clase	existente,	sino	desde	el	entreguismo	al	sistema	
neoliberal,	globalizado	y	consumista.
31Teología Pentecostal: Una perspectiva académica
Los	creyentes	neopentecostales	recurren	a	una	rica	y	colorida	 li-
turgia	que	le	ha	dado	resultado	a	la	hora	de	retener	adeptos.	Así,	re-
sulta	 en	 una	 forma	 alternativa	 de	 articular	 la	 espiritualidad	 con	 las	
tendencias	del	mundo	moderno:	 las	nuevas	tecnologías,	 la	movilidad	
humana,	el	 individualismo,	el	éxito	y	el	consumismo,	entre	otros	as-
pectos.	Desde	 ahí	 se	 entienden	 los	 esfuerzos	 del	 fenómeno	 religioso	
por	modificar	la	liturgia	tradicional	evangélica,	incluir	a	la	mujer	en	el	
culto,	participar	en	la	política	y	emplear	los	medios	masivos	de	comu-
nicación	con	fines	proselitistas.
Se dice que el movimiento neopentecostal está en raudo cre-
cimiento, pero la misma dificultad que presenta su definición 
no permite contar con estadísticas reales. No obstante, en 
algo que no hay discusión es en los orígenes evangélicos. El 
devenir del neopentecostalismo en Latinoamérica es aún in-
cierto, por tanto, lo prudente es observar cómo será su desa-
rrollo en los próximos años.
1.5. ACADÉMICO(A) 
Dada	la	naturaleza	de	este	libro,	el	cual	tiene	un	enfoque	desde	una	
perspectiva	académica,	y	que	muchos	de	los	que	lo	 leerán	no	son	aca-
démicos,	propiamente	dicho,	a	 continuación,	algunas	 ideas	 sobre	este	
término	en	particular.	Los	libros	con	enfoques	académicos	pueden	ser	
definidos	de	muchas	maneras,	pero	en	todo	caso	hay	ciertas	caracterís-
ticas	y	regularidades	que	les	son	propias.	Por	tanto,	estos	son	el	tipo	de	
libros	o	documentos	que	se	producen	en	el	marco	del	quehacer	científico	
y	académico.	El	propósito	fundamental	es	difundir,	ante	un	grupo	deter-
minado,	losconocimientos	generados	a	partir	de	un	trabajo	de	análisis,	
reflexión	e	investigación.
Pedro	Chávez	Calderón	(1999),	señala	que	el	libro	o	texto	académi-
co,	«a	diferencia	de	otros,	se	ubica	en	una	esfera	específica	de	uso	de	la	
lengua,	la	científico–académica»,	lo	cual	«exige	la	adopción	de	un	con-
junto	de	reglas	 formales	y	 temáticas	precisas».	De	modo	que	estos	no	
responden	simplemente	a	 las	pretensiones	 individuales	 (de	 la	persona	
o	las	personas	que	lo	escriben)	sino	que	se	enmarca	en	un	campo	que	
32 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
lo	trasciende,	y	que	le	impone	el	manejo	de	un	lenguaje	accesible	y	co-
mún,	asegurando	así	su	transmisión	efectiva.6
Partiendo	de	lo	anterior,	el	autor	antes	citado,	destaca	las	caracte-
rísticas	básicas	del	libro	o	texto	académico,	los	cuales	pueden	resumir-
se	en	los	siguientes	puntos:
1.	 Son	 intertextuales.	 Recurren	 a	 otros	 libros	 o	 textos	 para	
fundamentar	o	validar	los	planteamientos	o	bien	para	refu-
tar	o	reforzar	las	conclusiones	de	aquellos	(de	allí	la	impor-
tancia	que	se	le	da	a	las	citas).	
2.	 Comunican	resultados.	Todo	trabajo	científico	tiene	por	ob-
jeto	dar	a	conocer	 los	resultados	de	un	proceso	 intelectual	
(riguroso	y	sistemático)	de	investigación	o	reflexión	en	torno	
a	un	objeto	o	asunto	en	particular.	De	esta	manera,	cada	tra-
bajo	se	entiende	como	un	aporte	al	área	temática	en	la	que	
se	enmarca.
3.	 Se	sustentan	en	argumentos	claros.	A	pesar	de	informar	so-
bre	resultados,	estos	libros	o	trabajos	también	son,	en	mayor	
o	en	menor	medida,	argumentativos,	ya	que	exponen	la	po-
sición	de	quien	los	escribe.	Sin	embargo,	los	argumentos	no	
deben	ser	el	reflejo	de	prejuicios	y	prenociones,	y	debe	pri-
mar	la	claridad,	precisión	y	brevedad	en	la	exposición.
4.	 Siguen	un	orden	 lógico.	Este	 tipo	de	 trabajo	se	caracteriza	
por la presentación ordenada en partes diferenciadas y lógi-
camente	consecutivas.	
33Teología Pentecostal: Una perspectiva académica
Los	libros	o	textos	académicos	son	elaboraciones	intelectuales	que	
abordan	 un	 tema	 particular	 o	 profundizan	 en	 él,	 y	 lo	 hacen	 de	 una	
manera	formal.	Los	autores	de	este	tipo	de	textos	suelen	ser	estudian-
tes,	profesores	e	 investigadores.	Por	 tanto,	 la	presente	obra	 titulada:	
«Teología	 pentecostal,	 una	 perspectiva	 académica»,	 ha	 sido	 escrita	
partiendo	de	esta	definición	y	siguiendo	los	rigores	de	una	investiga-
ción	bibliográfica	y	de	campo,	libre	de	todo	sectarismo	religioso,	deno-
minacional	o	confesional.
Referencias bibliográficas 
[1] Varios autores, (2006). Términos teológicos: Diccionario de Bolsillo,
Editorial Mundo Hispano. El Paso Texas, USA.
[2] Ramm, Bernard (1978). Diccionario de Teología Contemporánea. Casa
Bautista de Publicaciones. El Paso Texas, USA.
[3] Varios autores, (2006). Términos teológicos: Diccionario de Bolsillo,
Editorial Mundo Hispano. El Paso Texas, USA.
[4] Barrientos, Josué (2004). El pentecostalismo y el 
neopentecostalismo. Identidades confusas, CDE, Honduras.
[5] Jaimes, Ramiro (2012). «El neopentecostalismo como objeto de investigación 
y categoría analítica». Revista Mexicana de Sociología, México. 
[6] Chávez Calderón, Pedro (1999). Conocimiento, ciencia y método. 
Métodos de investigación. Publicaciones Culturales, México.
34 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
CAPÍTULO I
GUÍA DIDÁCTICA
CONCEPTUACIÓN
1. La palabra «teología» proviene de dos palabras griegas, 
¿Cuáles son?
2. ¿Qué es la teología, según Miguel García Zarseño? 
3. El término «Pentecostés» viene del griego «pentekosté» y lite-
ralmente significa...
4. ¿Qué se cumplió en Pentecostés, según el libro de los Hechos?
5. El término «pentecostales» se refiere, en forma genérica, a...
6. ¿Qué es neopentecostalismo?
7. ¿Qué dice Ramiro Jaimes sobre el neopentecostalismo?
8. ¿Cuáles son las características básicas del libro o texto 
académico?
Capítulo II
ORIGEN, EVOLUCIÓN Y SITUACIÓN 
ACTUAL DEL PENTECOSTALISMO
El	pentecostalismo,	también	llamado	movimiento	pentecostal,	es	el	nombre	con	que	se	conoce	al	conjunto	de	iglesias	y	organizaciones	religiosas	que	resaltan,	entre	otras,	 la	doctrina	cristiana	del	bau-
tismo	en	 el	Espíritu	Santo.	Al	 igual	que	 en	 todo	 el	 protestantismo,	 el	
movimiento	pentecostal	no	posee	un	dirigente	mundial	debido	a	las	di-
ferentes	creencias	y	opiniones	sobre	doctrinas,	prácticas	y	liturgias	que	
hay	entre	las	iglesias	que	lo	conforman.	
Durante la realización de la fiesta del «Pentecostés» narrado 
en Hechos capítulo 2, sucedió el descenso del Espíritu San-
to y el inicio de la actividad de la iglesia cristiana en sentido 
general; por ello también se le conoce como la celebración del 
Espíritu Santo. Los pentecostales afirman que la práctica de 
hablar lenguas conocida en su momento como «éxtasis espi-
ritual» se produce por voluntad del Espíritu Santo, y que las 
personas que viven dicha experiencia pueden expresar lengua-
jes angélicos o humanos que no les son propios y pueden o no 
ser entendidos por aquellos que lo escuchan.
Por	otro	lado,	el	término	«iglesias	pentecostales»	se	usa	indistin-
tamente	para	todas	aquellas	iglesias	que	forman	parte	del	movimiento	
pentecostal,	es	decir,	para	todas	aquellas	iglesias	que	están	dentro	del	
pentecostalismo	 histórico,	 pentecostalismo	 clásico,	 pentecostalismo	
unicitario	y	neopentecostalismo.	Una	iglesia	pentecostal	puede	traba-
jar	de	forma	independiente	o	estar	afiliada	a	una	organización,	minis-
terio	o	apostolado	de	mayor	cobertura.	«Pentecostal»	es	considerado	
como	una	tendencia	o	movimiento	doctrinal	y	espiritual	de	gran	em-
36 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
puje,	que	caracteriza	a	buen	número	de	denominaciones	que	tienen	su	
origen	dentro	del	cristianismo	protestante.	
Según Josué Barrientos (2004), hoy, las iglesias pentecostales y 
neopentecostales constituyen la rama del cristianismo de más 
rápido crecimiento. Se estima que en América Latina confor-
man el 80% de las iglesias de origen protestante, y que han 
dejado muy atrás a las iglesias históricas originadas en la Re-
forma del siglo XVI y XVII. 1
La	 «pentecostalidad»	 es	 un	 movimiento	 dentro	 del	 cristianismo,	
donde	se	da	una	apertura	a	la	persona,	presencia	y	poder	del	Espíritu	
Santo.	Dicha	apertura	incluye	el	desarrollo	del	carácter	de	Cristo	en	la	
vida	del	creyente	por	la	obra	del	Espíritu	Santo	(Gálatas	5:16–23).	Ade-
más,	la	capacitación	del	«Cuerpo	de	Cristo»	para	el	ejercicio	del	lideraz-
go	por	medio	de	los	diferentes	ministerios,	dones	y	carismas	(1	Corintios	
12).	Por	tanto,	a	continuación,	se	presenta	una	síntesis	apretada	sobre	
el	origen,	desarrollo	y	evolución	del	pentecostalismo,	a	fin	de	poner	en	
contexto	el	«constructo	teológico»	pentecostal.	¡A	ver!
2.1. ANTECEDENTES BÍBLICOS
El	Nuevo	Testamento	revela	que	la	 iglesia	del	primer	siglo	creía	
en	el	bautismo	en	el	Espíritu	Santo	(Hechos	11:15–16).	De	igual	forma	
los	 cristianos	 del	 primer	 siglo	 practicaban	 la	 imposición	 de	manos	
para	que	ocurra	lo	que	hoy	se	conoce	como	la	«experiencia	pentecos-
tal»	en	los	creyentes	(Hechos	8:14–17).	La	historia	relata	que	en	una	
visión	que	 tuvo	 el	 apóstol	 Pedro	 en	 la	 azotea	de	una	 casa	 en	 Jope,	
Dios	 le	 reveló	 que	 debía	 amar	 a	 los	 semejantes	 a	 pesar	 de	 que	 no	
fueran	judíos,	pues	ante	Dios	no	hay	acepción	de	personas;	Cornelio,	
un	centurión	de	la	compañía	llamada	«La	Italiana»,	envió	por	él	para	
que	viniera	a	Cesarea	(Hechos	10:5).
Pedro	aceptó	ir	a	Cesarea	por	mandato	de	Dios,	y	llegó	a	casa	de	Cor-
nelio.	Hasta	ese	momento	el	grupo	que	se	reunía	en	la	casa	de	Cornelio	
no	había	tenido	la	experiencia	de	Pentecostés.	Cuando	Pedro	comenzó	
el	discurso,	el	Espíritu	Santo	cayó	sobre	los	presentes	y	empezaron	a	ha-
blar	en	lenguas,	magnificando	a	Dios.	Desde	ese	momento,	a	ese	grupo	
de	la	casa	de	Cornelio	se	consideró	pentecostal	(Hechos	10:44–46).	
37Teología Pentecostal: Una perspectiva académica
Cuando	el	apóstol	Pablo	llegó	a	Éfeso,	se	encontró	con	una	situación	
muy	comprometedora;	los	cristianos	de	esa	iglesia	habían	sidobautiza-
dos	por	el	bautismo	de	Juan	y	ni	siquiera	sabían	que	existía	el	Espíritu	
Santo.	Entonces	Pablo	los	bautizó	según	el	mandato	de	Jesús	y	habién-
doles	impuesto	las	manos,	vino	sobre	ellos	el	Espíritu	Santo,	y	hablaban	
en	lenguas	y	profetizaban	(Hechos	19:1–6).
Por	otro	lado,	Pedro	y	Juan	habían	llegado	hasta	Samaria,	donde	ha-
bía	un	grupo	de	cristianos	bautizados	en	agua,	pero	que	no	habían	sido	
bautizados	con	el	Espíritu	Santo.	Por	este	motivo,	Pedro	y	Juan	impu-
sieron	las	manos	sobre	ellos	y,	según	dice	Hechos	8:17,	estos	recibieron	
el	Espíritu	Santo.	
En ese sentido, Bernardo Campos (1997), dice: «Este es uno 
de los pasajes en donde no se menciona que los creyentes 
hayan hablado en nuevas lenguas, lo cual ha generado mu-
cha discusión entre los cristianos, ya que la mayoría de los 
pentecostales cree que el «hablar en lenguas» es una señal 
inequívoca e indispensable de haber recibido el bautismo en 
el Espíritu Santo» 2 
Sin	 embargo,	muchos	 grupos	 pentecostales	modernos	 creen	 que	
sí	 lo	hicieron,	pues	Simón	el	mago	había	querido	comprar	el	don	del	
Espíritu	Santo	por	haber	visto	un	gran	prodigio,	que	muchos	teólogos	
presumen	que	fue	el	don	de	lenguas	manifestado	en	los	samaritanos	
(Hechos	8:14–17).
2.2. ANTECEDENTES HISTÓRICOS 
Antes	del	movimiento	pentecostal	moderno	hubo	muchos	eventos	
con	características	pentecostales	sin	llamarse	aún	«pentecostales».	Por	
ejemplo:	Ireneo	(130–202	d.C.),	obispo	de	Lyon	y	discípulo	del	apóstol	
Juan,	habla	acerca	de	 las	manifestaciones	del	Espíritu	Santo,	sobre	el	
don	de	lenguas,	el	don	de	profecía,	que	aclaraban	los	misterios	de	Dios.	
A	continuación	se	cita:	«De	igual	manera	nosotros	oímos	a	muchos	her-
manos	que	poseen	dones	proféticos	y	que	por	medio	del	Espíritu	hablan	
toda	clase	de	idiomas	y	traen	a	luz	para	beneficio	general	las	cosas	ocul-
tas	de	los	hombres	y	declaran	los	misterios	de	Dios,	a	quienes	también	
los	apóstoles	calificaron	de	espirituales».	3
38 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
Por	otro	lado,	está	Pacomio	(287–346	d.C.),	el	cual	después	de	mo-
mentos	especiales,	podía,	bajo	el	poder	del	Espíritu,	hablar	los	idiomas	
griego	y	latín	que	jamás	había	aprendido.	Estos	actos	eran	considerados	
sobrenaturales	y	que	eran	dones	dados	por	el	Espíritu	Santo	para	capa-
citar a los líderes de la iglesia». 
Agustín de Hipona (354–430 d.C.), también llamado San 
Agustín, dice que ellos aún practicaban la imposición de las 
manos sobre los creyentes, esperando que el Espíritu Santo, al 
igual que en años anteriores, hiciera hablar en nuevas lenguas, 
según se puede observar en la siguiente cita: «Hacemos toda-
vía lo que los apóstoles hicieron cuando impusieron las manos 
sobre los samaritanos, invocando sobre ellos el Espíritu Santo. 
Mediante la imposición de manos se espera que los creyentes 
hablen en nuevas lenguas». 
Aunque	no	existen	muchos	registros	de	la	manifestación	del	Espí-
ritu	Santo	durante	la	Edad	Media,	algunos	autores	mencionan	que	los	
valdenses,	cátaros	y	los	frailes	mendicantes	hablaban	en	lenguas	de	la	
Europa	Meridional.	Durante	los	inicios	del	protestantismo,	Martín	Lu-
tero	fue	considerado	profeta	y	evangelista,	e	interpretaba	y	estaba	dota-
do	de	todos	los	dones	espirituales.	De	aquí	que	se	diga	que	la	Reforma	
Protestante	haya	 influido	a	un	gran	cambio	para	 los	países	Europeos,	
pues	para	algunos	no	solamente	fue	un	«despertar	espiritual»,	sino	que	
movió	a	la	iglesia	y	a	los	gobiernos	humanos.	
Mark	Washington	(2014),	hablando	sobre	Juan	Wesley	(1703–1791),	
(pastor	anglicano	y	padre	del	Metodismo),	consideraba	que	mucho	del	
cristianismo	primitivo	se	perdió	de	vista	y	que	algunos	hombres	áridos	
y	formales	comenzaron	a	ridiculizar	los	dones	de	los	que	ellos	carecían,	
clasificándolos	como	exhibiciones	de	locura	o	impostura.	4
Sostiene	el	referido	autor,	que	Wesley	registró	muchas	historias	ex-
traordinarias	en	sus	diarios,	tales	como:	la	sanidad	de	personas,	de	ani-
males	y	del	poder	del	Espíritu	Santo	a	través	de	la	oración.	Las	iglesias	
metodistas	fueron	el	medio	para	preparar	el	camino	al	recibimiento	del	
Espíritu	Santo	en	los	creyentes	en	la	versión	moderna	del	pentecostalis-
mo,	debido	a	que	la	predicación	se	basa	en	la	santidad,	consagración	y	la	
salvación	por	gracia;	enseñanzas	que,	más	adelante,	las	hoy	denomina-
das	iglesias	pentecostales,	marcan	de	gran	importancia	para	recibir	el	
bautismo	en	el	Espíritu	Santo.	
39Teología Pentecostal: Una perspectiva académica
En	las	primeras	décadas	de	1800	se	comenzó	a	dar	un	énfasis	a	la	
predicación	de	la	perfección	cristiana,	creando	así	«la	cruzada	de	san-
tidad».	En	1830,	se	publicó	una	guía	para	la	«perfección	cristiana»,	que	
más	tarde	sería	la	revista	oficial	del	movimiento.	Este	movimiento	creía	
que	la	«entera	santificación»	podía	obtenerse	hoy	en	día	a	través	de	la	fe,	
la	cual,	según	ellos,	anulaba	la	naturaleza	pecadora	del	ser	humano	y	era	
llamada	segunda	obra	de	gracia.
El	movimiento	formaba	parte	del	segundo	gran	despertar	cristiano	
de	los	Estados	Unidos.	Desde	entonces	se	comenzó	a	dar	más	énfasis	en	
el	Espíritu	Santo	como	dador	de	la	santidad.	En	1840,	el	«movimiento	
de	santidad»	comenzó	a	predicar	sobre	la	necesidad	del	bautismo	en	el	
Espíritu	Santo.	Se	considera	a	Juan	Morgan	como	el	mayor	contribui-
dor	del	movimiento,	 escribió	 la	obra:	«La	 santidad	aceptable	a	Dios»,	
en	donde	mencionaba	que	el	bautismo	del	Espíritu	Santo	y	los	dones	no	
debían	ser	exclusivos	de	la	iglesia	apostólica,	sino	que	era	un	privilegio	
para	todos	los	creyentes.	También	decía	que	este	bautismo	no	debía	con-
fundirse	con	la	influencia	del	Espíritu	Santo	con	la	cual	los	pecadores	se	
convertían	al	cristianismo.
En	1857,	en	las	publicaciones	del	«movimiento	de	santidad»	se	co-
menzaron	a	publicar	términos	que	actualmente	son	usados	por	el	«mo-
vimiento	pentecostal»,	tales	como:	el	púlpito	pentecostal,	 los	hombres	
y	mujeres	pentecostales	y	ser	pentecostal.	Ya	para	finales	del	siglo	XIX,	
Scofield	escribió	que	en	esa	época	empezó	a	producirse	un	interés	por	el	
40 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
Espíritu	Santo,	y	que	se	habían	escrito	más	libros,	manuales	y	trabajos	
sobre	este	tema	que	en	los	1800	años	anteriores.
Según	James	M.	Boice	(1996),	ya	a	partir	de	1840,	casi	todas	las	ra-
mas	del	«movimiento	de	santidad»	estaban	enseñando	una	variante	del	
bautismo	en	el	Espíritu	Santo,	aunque	con	algunas	diferencias	en	signi-
ficados.	Por	lo	tanto,	se	consideran	estos	eventos	como	los	antecedentes	
del	pentecostalismo	moderno.	El	«movimiento	de	santidad»	descansaba	
en	cuatro	principios	doctrinales:	la	justificación	por	la	fe,	la	santificación	
como	una	segunda	obra	de	la	gracia,	la	sanidad	divina	y	la	segunda	ve-
nida	de	Cristo	previa	al	milenio.	5
Por	tanto,	como	resultado	de	todas	estas	experiencias	antes	citadas,	
se	comenzó	a	crear	un	nuevo	lenguaje	en	el	que	la	palabra	«pentecostal»	
se	mencionaba	más	y	más,	se	comenzaron	a	preguntar	si	la	experiencia	
del	día	de	«Pentecostés»	no	sería	también	para	todos	los	tiempos	y	se	
comenzó	a	orar	por	los	enfermos	practicando	la	sanidad	divina.
Incluso	nació	una	iglesia	que	se	llamó	a	sí	misma	«pentecostal»,	que	
fue	la	Iglesia	Pentecostal	del	Nazareno,	pero	este	calificativo	no	estaba,	
necesariamente,	unido	al	fenómeno	de	la	glosolalia	o	el	hablar	en	len-
guas.	Más	aún,	cuando	aparecieron	los	pentecostales	que	ponían	énfasis	
en	el	don	de	lenguas,	esa	iglesia	suprimió	de	su	nombre	la	palabra	«pen-
tecostal»	para	no	ser	confundida	con	ellos.	En	resumen,	se	puede	decir	
que,	para	fines	del	siglo	XIX,	había	una	combinación	de	expectaciones	
41Teología Pentecostal: Una perspectiva académica
que	cada	vez	señalaban	con	mayor	intensidad	en	dirección	de	lo	que	pos-
teriormente	se	concretaría	con	el	nombre	de	«movimiento	pentecostal».
2.3. NACIMIENTO DEL MOVIMIENTO 
PENTECOSTAL: TOPEKA Y LA CALLE AZUSA 
La	mayoría	de	los	expertos	en	el	tema	coinciden	en	señalar	que	todo	
lo	relacionado	a	lo	que	hoy	se	conoce	como	«movimiento	pentecostal»	
comenzó	 en	 1898,	 cuando	Charles	 F.	 Parham,un	ministro	metodista	
de	Kansas	afiliado	al	«movimiento	de	santidad»,	se	estableció	en	la	ci-
dad	de	Topeka,	Kansas,	y	desde	ahí	dirigía	una	escuela	bíblica,	llamada	
Bethel	College,	y	un	«hogar	de	sanidad»,	donde	se	atendía	a	los	enfermos	
y	se	oraba	por	ellos.	A	fines	de	1900,	Parham	tuvo	que	ausentarse	de	la	
escuela	y	dejó	a	los	alumnos	la	tarea	de	buscar	en	la	Biblia	todo	lo	relati-
vo	al	bautismo	en	el	Espíritu	Santo.
Al	regreso,	le	informaron	que,	según	ellos,	en	el	libro	de	los	Hechos	
de	los	apóstoles,	la	glosolalia	o	hablar	en	lenguas	era	la	señal	de	que	una	
persona	había	sido	bautizada	con	el	Espíritu	Santo	y	que	estaban	ansio-
sos	porque	se	repitiera	en	ellos	la	experiencia	de	Pentecostés.	La	última	
noche	de	diciembre	de	1900,	Parham	y	los	alumnos	tuvieron	un	culto	de	
oración	en	el	que	pidieron	ser	bautizados	con	el	Espíritu	Santo.
42 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
Poco	después	de	la	media	noche,	es	decir,	en	las	primeras	horas	del	
siglo	XX,	una	alumna	de	nombre	Agnes	Ozman	comenzó	a	hablar	en	
otras	lenguas.	El	mismo	Parham	tuvo	la	experiencia	unos	días	después	
y	luego	le	siguieron	otros	de	los	alumnos.	Durante	los	siguientes	cinco	
años,	Parham	y	los	alumnos	se	dedicaron	a	diseminar	esta	«Fe	Apostó-
lica»,	como	llamaron	al	movimiento,	por	todo	el	medio	oeste,	haciendo	
numerosos	conversos.
En	 ese	 sentido,	 Jesse	 Lyman	Hurlbut	 (2013),	 considera	 a	Topeka,	
Kansas,	como	la	cuna	del	hoy	conocido	«movimiento	pentecostal	mo-
derno»,	 al	 que	 se	 le	 llama,	 también,	 «pentecostalismo	 clásico»,	 pues	
aunque	en	ese	mismo	tiempo	se	estaban	dando	ya	experiencias	aisladas	
semejantes,	tanto	en	Estados	Unidos	como	en	otros	países,	es	un	hecho	
que	fue	a	partir	de	Topeka	que,	el	«mensaje	pentecostal»	se	comenzó	a	
proclamar	con	una	intensidad	que	antes	no	se	había	conocido	y	que	per-
mitió	a	dicho	mensaje	difundirse	por	toda	la	tierra.	6
En 1905 Parham mudó el instituto bíblico a Houston, donde 
se produjeron las mismas manifestaciones carismáticas. Desde 
ahí evangelizó todo Texas y el sudoeste. A los cuatro principios 
o creencias iniciales del «movimiento de santidad», Parham 
había añadido un quinto: el bautismo del Espíritu Santo con la 
«evidencia inicial» del hablar en otras lenguas. 
Aunque	Parham	era	un	racista	convertido	 (de	hecho	 fue	miembro	
activo	del	Ku	Kux	Klan),	aceptó	a	un	alumno	negro,	bautista,	de	nombre	
William	J.	Seymour,	 con	 la	 condición	de	que	 tomara	 las	 clases	 en	un	
salón	contiguo.	En	1906	Seymour	se	trasladó	a	los	Ángeles,	California,	
invitado	a	predicar	en	una	Iglesia	Nazarena.	El	primer	domingo	que	pre-
dicó	en	esa	iglesia,	Seymour	habló	del	bautismo	en	el	Espíritu	Santo	y	
del	don	de	 lenguas	como	«evidencia	 inicial»	de	haberlo	recibido.	Esto	
asustó	a	la	congregación,	que	le	cerró	las	puertas.	
Richard	Asbury,	que	no	había	asistido	al	culto	de	aquel	domingo	lo	
invitó	a	su	casa.	Seymour	compartió	con	los	anfitriones	el	«mensaje	pen-
tecostal»	y	comenzó	a	formar	una	pequeña	congregación.	Muy	pronto	la	
casa	de	los	Asbury	fue	insuficiente	para	dar	cabida	a	todos	los	que	acudían,	
al	principio	más	por	 curiosidad,	 al	 contemplar	 los	 extraños	 fenómenos	
que	ahí	se	daban,	y	el	grupo	se	cambió	a	la	calle	Azuza	de	los	Ángeles,	a	un	
viejo	y	amplio	depósito	abandonado	que	rentaron	y	acondicionaron	con	
43Teología Pentecostal: Una perspectiva académica
suma	pobreza	para	que	sirviera	de	iglesia.	Le	dieron	a	la	nueva	iglesia	el	
nombre	de	«Misión	de	la	Fe	Apostólica»	(Apostolic	Faith	Gospel	Misión).
En	1906	Seymour	 invitó	al	maestro	Parham	a	predicar	en	Azusa,	
pero	éste	lo	hizo	en	términos	tan	negativos	para	la	congregación	y	para	
la	persona	de	Seymour,	que	rompieron	con	él,	y	los	lazos	entre	los	dos	
líderes	nunca	más	volvieron	a	restablecerse.	Sin	embargo,	como	herede-
ro	de	las	enseñanzas	de	Parham,	las	cinco	enseñanzas	principales	de	la	
misión	de	la	calle	Azusa	eran:	1)	Justificación	por	la	fe,	2)	Santificación	
como	obra	concreta	de	la	gracia,	3)	El	bautismo	del	Espíritu	Santo,	evi-
denciado	por	el	hablar	en	otras	lenguas,	4)	La	sanidad	divina,	o	curacio-
nes	por	el	poder	de	la	oración,	y	5)	El	arrebatamiento	personal	pre–mi-
lenarista	de	los	santos	en	la	segunda	venida	de	Cristo.
Según R. Newmann (1978), en el corto período que va de 
1906 a 1909 aquella congregación aumentó notablemente la 
feligresía, y de ese lugar, el «mensaje pentecostal» comenzó a 
diseminarse por todo el mundo. El campo abonado para la di-
fusión de sus enseñanzas, y del que a la vez se originaba, eran 
las iglesias adheridas al «movimiento de santidad». Comenza-
ron a llegar a la calle Azusa «peregrinos» de otras ciudades de 
Estados Unidos y Canadá. 7
44 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
Algunos	de	estos	pastores,	al	volver	a	las	iglesias	de	origen,	las	«pen-
tecostalizaron»,	como	pasó,	por	ejemplo,	con	la	Iglesia	de	Dios	en	Cristo;	
otros	llevaron	el	mensaje	a	Europa:	Noruega,	Suecia,	Dinamarca,	Ingla-
terra,	Alemania,	Francia	y	Rusia.	En	América	Latina	llegó	hasta	Chile	y	
Brasil,	donde	echó	profundas	raíces.	De	Azusa	salieron	misioneros	por	
lo	menos	a	36	países.	Al	morir	Seymour	en	1922,	la	viuda	se	hizo	cargo	
de	la	misión,	pero	ésta	finalmente	fue	cerrada	en	1929.	
La	misión	de	la	«fe	apostólica»	desapareció,	pero	sirvió	de	potente	
ímpetu	inicial	y	de	inspiración	al	«pentecostalismo»	de	todo	el	mundo,	
mucho	más	 todavía	que	 la	congregación	de	Topeka.	Esta	misión	de	 la	
calle	Azusa	fue	el	antecedente	de	importantes	iglesias	que	fueron	sur-
giendo	en	años	sucesivos,	como	las	Asambleas	de	Dios	y	 la	Iglesia	del	
Evangelio	Cuadrangular.	
En cuanto a la teología, aparte de los cinco puntos mencio-
nados que los distingue, la gran mayoría de los pentecostales 
sostienen las doctrinas del cristianismo protestante histórico 
(con la excepción de los «unitarios», de doctrina sabeliana), 
pero en un sentido conservador y fundamentalista. Más ade-
lante, se ampliará sobre las doctrinas básicas, las cuales tienen 
fundamentos bíblicos sólidos, así como las creencias, dogmas y 
tabúes que se fueron añadiendo, teniendo como base el sincre-
tismo teológico, las experiencias subjetivas, la tradición pente-
costal y la dogmática. 
Muchos	son	premilenaristas	en	cuanto	a	la	escatología,	y	la	mayoría	
son	dispensacionalistas.	Con	respecto	al	bautismo	en	agua,	generalmen-
te	se	oponen	al	bautismo	de	infantes	y	son	inmersionistas.	El	«cristia-
nismo	pentecostal»	es	hoy	la	variante	del	cristianismo	que	más	crece	en	
todo	el	mundo,	especialmente	en	Sudamérica,	África	y	países	asiáticos.	
Se	considera	que	hay	entre	700	y	900	millones	de	cristianos	pentecos-
tales,	de	los	cuales	entre	50	y	80	millones	serían	carismáticos	católicos,	
numerosos	sobre	todo	en	Estados	Unidos,	Sudamérica,	el	Caribe,	India	
y	África,	pero	con	fuerte	presencia	también	en	Francia	e	Italia.	
45Teología Pentecostal: Una perspectiva académica
2.4. PENTECOSTALISMO EN AMÉRICA LATINA 
El	pentecostalismo,	como	ya	se	ha	indicado,	hizo	aparición	en	Amé-
rica	Latina	en	los	inicios	del	siglo	XX.	En	su	rápido	desarrollo	enfrentó	
variados	acontecimientos	antes	de	transformarse	en	una	de	las	princi-
pales	expresiones	de	la	fe	cristiana	y	ser	parte	constitutiva	de	la	cultura	
religiosa	del	continente.	De	ahí,	que	sea	el	movimiento	más	estudiado	
por	los	sociólogos,	antropólogos,	historiadores	y	teólogos,	entre	otros.	
En esta sección, se dará una panorámica a la «raíz protestante» 
del pentecostalismo latinoamericano, los orígenes, el rápido 
crecimiento numérico y cómo se puede augurar el futuro. Este 
análisis se caracteriza por no perder de vista el contexto de la 
realidad latinoamericana, como el lugar donde la fe cristiana, 
en este caso pentecostal, debe ser vívida y testimoniada. 
En	ese	sentido,	es	necesario	recordar	que	las	sociedades	latinoame-
ricanas	entre	los	años	1909	y	1990	vivieron	densos	conflictos	políticos,	
socioeconómicos,	populares	 y	 culturales.	 Sin	 embargo,	 el	 conjunto	de	
creencias	 religiosas	 se	mostraron	 estables	 y	 auténticamente	 legitima-
das.	Las	utopíasreligiosas,	en	forma	especial	del	catolicismo	popular	y	
del	emergente	protestantismo,	eran	alternativas	socialmente	aceptadas	
para	enfrentar	los	altos	índices	de	mortalidad,	que	generaban	temor	e	
inseguridad	en	la	población,	como	también,	los	diversos	proyectos	polí-
ticos	que	se	han	disputado	el	acceso	al	poder.	
46 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
Se	puede	observar	además,	los	diferentes	y	variados	intentos	de	libe-
ración	que	van	desde	la	Revolución	mexicana	a	la	cubana,	pasando	por	
las	seguidillas	de	golpes	de	estados	e	intervención	militar	de	potencias	
extranjeras,	junto	a	la	permanente	articulación	de	movimientos	popula-
res,	sociales,	de	campesinos	e	indígenas	que	lucharon	por	una	vida	más	
digna.	En	el	corazón	de	tan	trágica	realidad	nació,	creció	y	se	consolidó	
el	pentecostalismo	en	el	continente	Latinoamericano.	
Al respecto, y por citar un caso, José Míguez Bonino (1993), 
afirma lo siguiente: «Todas las historias del pentecostalismo 
latinoamericano comenzaron con el despertar asociado con el 
nombre del misionero Willis C. Hoover, la Iglesia Metodista y 
la ciudad de Valparaíso, en Chile, y continúan con Francescon 
y las Asambleas de Dios en Brasil. Luego el pentecostalismo 
se multiplica, se diversifica y se expande, y desde la década de 
1950 se presenta como el rostro popular del protestantismo en 
América Latina. Los entusiastas hablan de más de 100 millo-
nes de pentecostales, al inicio del presente milenio. 8
A	lo	dicho	por	este	distinguido	teólogo	Argentino,	José	Míguez	Boni-
no,	y	probablemente	el	más	prominente	entre	los	protestantes	del	conti-
nente,	se	debe	agregar	el	origen	del	pentecostalismo	mexicano	y	que	co-
rrespondió	al	protagonismo	de	una	mujer,	Romana	de	Valenzuela,	quien	
en	medio	de	la	Revolución	Mexicana,	en	1914,	en	el	norte	de	este	país	y,	
junto	a	un	puñado	de	hombres	y	mujeres,	fundó	la	«Iglesia	Apostólica	
de	la	Fe	en	Cristo	Jesús».	Historias	como	estas,	y	aun	no	contadas,	son	
variadas	y	múltiples.	
Por	otra	parte,	la	llegada	del	pentecostalismo	procedente	de	los	Es-
tados	Unidos	de	Norte	América	fue	posterior	a	las	fechas	antes	referi-
das	y	tiene	su	propia	historia	ordenada	en	conformidad	a	los	intereses	
de	los	líderes	nacionales	y	extranjeros.	El	origen	del	pentecostalismo	
latinoamericano	 fue	policéntrico;	Chile,	Brasil	 y	México	 fueron	 rele-
vantes	en	la	gestación,	consolidación	y	expansión	del	movimiento,	no	
obstante	comparten	elementos	socio	religiosos	comunes:	los	integran-
tes	son	personas	pobres,	son	mujeres,	inmigrantes,	obreros	y	campe-
sinos,	son,	en	la	mayoría	de	los	casos,	los	desheredados	de	la	tierra	los	
que	optaron	por	la	fe	pentecostal.
47Teología Pentecostal: Una perspectiva académica
En ese sentido, el pentecostalismo temprano fue un movi-
miento laico donde las fronteras clericales eran inexistentes. 
Por consiguiente, la relación entre el pastor o misionero con 
la hermandad o congregación siempre fue cercana y sin fron-
teras, lo que permitió articular comunidades estables guiadas 
por normas y reglas sencillas, pero por sobre todo, atractivas y 
acogedoras para los sectores marginales. Por lo tanto, la par-
ticipación activa de los laicos fue una de las claves del éxito. 
Fue un hecho, que el pentecostalismo en su espontaneidad se 
articuló y se organizó de manera tal, que generase múltiples 
oportunidades para que el creyente común y corriente asumie-
ra responsabilidades en el grupo local. 
Las	múltiples	prácticas	cúlticas	propias	del	pentecostalismo	se	ori-
ginaron	 por	 las	más	 diversas	 experiencias	 de	 fe	 de	 los	 creyentes.	 En	
principio,	las	prácticas	de	hablar	en	lenguas,	profecías,	oración	por	los	
enfermos,	danza	en	el	espíritu,	que	para	el	observador	externo	resulta-
ban	extrañas	e	incomprensibles,	expresiones	que	por	la	frecuencia	e	im-
pacto	paulatinamente	fueron	encauzadas	mediante	normas	tendientes	a	
evitar	los	excesos	y	desordenes.	
La	articulación	de	comunidades	con	grandes	espacios	de	 libertad,	
donde	los	fieles	pudieron	expresar	espontáneamente	los	más	profundos	
sentimientos	religiosos	y	a	 la	vez	participar	en	la	construcción	de	una	
comunidad	de	creyentes	litúrgica	y	teológicamente	autosustentable,	fue	
clave	en	la	implantación	del	pentecostalismo	en	el	continente.
Por	supuesto,	el	pentecostalismo	de	origen	local,	en	los	primeros	
50	años	fue	un	movimiento	que	financieramente	se	autosustentaba.	
Los	recursos	provinieron	de	las	ofrendas	y	diezmos	que	disciplinada-
mente	daban	los	fieles.	Los	recursos	materiales	lo	constituían,	bási-
camente,	los	templos,	capillas	y	locales	de	reunión;	estos	lugares	eran	
modestos,	 sencillos	 y	 prácticos,	 algunos	 facilitados	por	 los	 fieles,	 y	
otros	adquiridos	colectivamente.	
Para Frank Bartleman (1997), el auge inicial del pentecos-
talismo de origen local y misionero, permitió que cada uno 
tuviera un sentimiento de participar en el ejercicio del poder 
y de contribuir con la espontaneidad a la vitalidad del movi-
48 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
miento. En este sentido, y para utilizar una expresión actual 
existió una auténtica «democratización de las funciones di-
rectivas», que se vio reforzada por la homogeneidad social y 
cooperación económica y material de los fieles. Pese a lo ante-
rior, para acceder al ministerio pastoral se debía recorrer una 
larga caminata, marcada por el compromiso, la disciplina y 
la entrega a la causa. Esto aseguró que al ministerio pastoral 
no se accediera por favoritismo, herencia familiar ni por una 
formación teológica formal. 9
Los	 pastores	 y	 encargados	 fueron	 la	 expresión	 auténtica	 de	 la	
comunidad,	 la	diferencia	con	el	resto	de	 los	fieles	no	fue	ni	el	origen	
social,	 ni	 la	manera	de	 vivir,	 ni	 la	 formación	 intelectual,	 sino	 senci-
llamente	las	cualidades	de	tipo	«carismáticas»	y	capacidad	de	conduc-
tores	de	hombres	y	mujeres	en	medio	de	una	sociedad	tradicional	que	
tenía	muy	 poco	 que	 ofrecer	 a	 los	más	 pobres.	 La	 naciente	 jerarquía	
eclesial	pentecostal	siempre	dirigió	 las	comunidades	apelando	más	a	
la	«emotividad»	que	a	la	racionalidad.
Al	cumplir	un	siglo	de	vida,	el	pentecostalismo	está	plenamente	es-
tablecido	en	todo	el	continente	Latinoamericano	y	con	múltiples	rostros,	
pero	mayoritariamente	popular	y	marginal.	Hoy,	en	el	movimiento	pen-
tecostal,	hay	más	de	200.000	pastores,	y	el	número	de	capillas,	templos	
y	lugares	de	reunión,	superan	a	los	de	la	iglesia	católica.	
49Teología Pentecostal: Una perspectiva académica
Por	otro	lado,	la	plataforma	bíblica	y	teológica	se	mantiene	en	forma	
casi	inalterable.	Esta	observancia	se	nutre	con	los	programas	de	forma-
ción	de	los	pastores	y	líderes;	formación	que	se	evidencia	en	lo	que	se	
enseña	en	los	institutos	y	seminarios.	A	esto	se	debe	agregar,	la	literatu-
ra,	la	música,	programas	radiales	y	televisivos	y	visitas	permanentes	de	
conferencistas	provenientes	del	país	del	norte.	En	la	reflexión	bíblica	y	
teológica	pentecostal	se	evidencia	una	clara	ausencia	de	una	dialéctica	
entre	fe	y	realidad	latinoamericana.	
Para Ramiro Jaimes (2012), temas como fe y política, fe y 
economía, fe y justicia social, fe y derechos humanos, entre 
otros, no tienen lugar en la ref lexión y el discurso teoló-
gico pentecostal. Sin embargo, se debe reconocer que hay 
un número cada vez más creciente de pastores y líderes que 
están en la búsqueda de construir un «pensamiento teoló-
gico» propio, que surja de la ref lexión entre fe y realidad 
del continente. Este es un verdadero desafío para las nuevas 
generaciones de pastores y teólogos de las iglesias pentecos-
tales de origen norteamericano. 10
Por	otro	lado,	está	la	forma	de	dirigir	en	las	iglesias	pentecostales,	ya	
que	a	pesar	de	las	grandes	transformaciones	que	se	han	experimentado	
en	términos	de	membresía,	economía,	edificaciones	y	comunicaciones,	
la	forma	de	dirigir	se	mantiene	casi	invariable	desde	hace	más	de	vein-
te	años.	Aún	con	todo	 lo	antes	expuesto,	se	espera	que	el	movimiento	
pentecostal	siga	creciendo,	especialmente	en	contextos	de	pobreza,	in-
seguridadsocial	e	 indígenas,	pues	en	medio	de	esta	realidad	se	gestó,	
articuló y desarrolló. 
Pero,	¿Cuál	será	el	futuro	del	movimiento	en	el	presente	siglo	XXI?	
Las	respuestas	pueden	ser	muy	disímiles	y	hasta	incompatibles	con	el	
Evangelio	de	Jesucristo,	pues	las	experiencias	así	lo	demuestran.	La	ac-
titud	de	cómo	las	iglesias	pentecostales	han	reaccionado	frente	a	perio-
dos	traumáticos	y	dolorosos	que	ha	vivido	el	continente,	especialmente	
durante	la	última	parte	del	siglo	pasado,	evidencia	esta	contradicción.	
50 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
La historia demuestra que muchas iglesias pentecostales guar-
daron el más absoluto silencio frente a grandes tragedias, como 
la reiterada violación de los derechos humanos y las injusti-
cias sociales más aberrantes que significaron la desaparición 
de personas, exilio y tortura. Pero también, se debe reconocer 
que una minoría de iglesias, comunidades, hombres y mujeres 
pentecostales asumieron un rol profético y pastoral, como fue 
la oposición a las dictaduras militares y la guerrilla de «Sende-
ro Luminoso» en los Andes en Perú, solo por nombrar un caso.
La	actitud	del	pentecostalismo	frente	a	 la	realidad	social	esta-
rá	 determinada	 por	 el	modelo	 de	 «misión»	 que	 asuma	 y	 la	 forma	
de	cómo	se	relacionará	con	los	poderes	económicos	y	políticos;	por	
tanto,	esta	será	muy	variada,	diversa	y	contradictoria.	He	aquí	un	
gran	desafío	y	una	gran	oportunidad	para	que	 los	 líderes	actuales	
del	pentecostalismo	permitan	que	el	Espíritu	Santo	hable	a	las	igle-
sias	como	en	los	tiempos	bíblicos.	
En	 esencia	 el	 pentecostalismo	 nació	 como	 una	 religión	 popular,	
relegada	del	protestantismo	histórico,	racional	y	burocrático.	El	pente-
costalismo	surgió	en	la	periferia	del	mundo,	alejado	de	los	centros	del	
poder	político,	económico	y	religioso.	Fue	abiertamente	rechazado	y	es-
tigmatizado	como	una	secta	de	fanáticos.	Aunque	se	gestó	en	el	seno	del	
protestantismo	histórico,	este	no	le	reconoció.	
51Teología Pentecostal: Una perspectiva académica
Según	Pablo	A.	Deiros	(1994),	las	iglesias	pentecostales	crecieron	en	
medio	de	los	sectores	populares	del	continente	donde	la	vida	religiosa	
se	fusionó	con	la	cultura	popular.	Es	decir,	las	prácticas	religiosas	de	la	
«fe	pentecostal»	pasaron	a	ser	parte	de	la	vida	cotidiana	de	los	integran-
tes.	En	la	actualidad,	el	pentecostalismo	lo	configuran	cientos	de	miles	
de	iglesias	o	comunidades	pequeñas	e	independientes	con	orígenes	muy	
diversos	y	que	requieren	ser	estudiadas	desde	la	sociología	y	la	antropo-
logía,	pues	se	trata	de	un	fenómeno	religioso	importante	para	el	futuro	
de	la	fe	cristiana	en	sectores	marginales.	11
En	 ese	 sentido,	 durante	 los	 últimos	 30	 años,	 diferentes	 esfuerzos	
confluyen	 para	 que	 un	 número	 creciente	 de	 pentecostales	 accedan	 a	
una	 formación	 teológica	 profesional	 de	 alto	 nivel.	 Esto	 ha	 significado	
la	génesis	de	la	sistematización	de	la	experiencia	social,	religiosa,	bíbli-
ca,	teológica,	pastoral	e	histórica	del	pentecostalismo	en	el	continente.	
Además,	un	número	apreciado	de	pentecostales	han	accedido	a	estudios	
doctorales en prestigiosas facultades de teología en diferentes lugares de 
prestigio internacional.
Hoy, en los círculos pentecostales hay un mayor interés, y has-
ta lo que se puede llamar, «hambre intelectual» por acceder a 
un mayor conocimiento bíblico y teológico y de cómo la «fe 
pentecostal» puede ser más eficaz en tierras latinoamericanas. 
Se abre así, una nueva etapa en su reflexión y producción, cada 
vez más profunda y sólida. Esto se hará visible en las cátedras 
de teología pentecostal, tesis doctorales, publicaciones de alto 
nivel, lo que le permitirá al movimiento contar con una «elite 
pensante» capaz de dialogar con otras tradiciones y religiones 
que buscan también un espacio en el continente. Pero por so-
bre todo, a la luz del Evangelio y el Espíritu Santo, ayudará al 
pentecostalismo a «dialogar» con la realidad y encontrar sóli-
das raíces en la cultura latinoamericana. 
Para	finalizar,	es	necesario	destacar	que	el	futuro	del	pentecosta-
lismo	estará	marcado	por	una	fuerte	institucionalización	de	las	igle-
sias	 que,	 en	muchos	 aspectos,	 transitará	 por	 el	mismo	 camino	 que	
hizo	el	protestantismo	histórico	en	siglos	anteriores,	debido	al	proce-
so	de	secularización	y	modernización	que	se	continuará	desarrollan-
do en el continente. 
52 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
Los	pentecostales	buscarán	alianza	con	los	poderes	políticos	
y	 económicos	 del	 continente	 cuya	 relación	 se	 cortejará	 en	 mo-
mentos	de	crisis	social.	
Para Manuel J. Gaxiola (2013), estas crisis sociales, económi-
cas y éticas desatarán muchas discusiones internas en las igle-
sias, las cuales serán estimuladas por los distintos enfoques del 
pensamiento teológico o de interpretación bíblica que harán 
los actores. El pentecostalismo tendrá un rol más relevante, 
pues se articularán propuestas teológicas y nuevos «paradig-
mas» para la misión, cuyos aportes, en momentos de crisis, se-
rán orientadores y refrescantes. 12
Por	otra	parte,	en	la	medida	que	la	pobreza	continúe,	especialmente	
en	las	grandes	urbes,	el	pentecostalismo,	la	multiplicación	y	autonomía	
se	mantendrá.	El	pentecostalismo	será	una	vertiente	autónoma,	profé-
tica,	esperanzadora	y	factor	de	renovación	del	pentecostalismo	latinoa-
mericano,	en	la	medida	que	este	se	vincule	con	otros	sectores	del	movi-
miento,	como	lo	son	los	neopentecostales.
2.5. ORIGEN DEL MOVIMIENTO PENTECOSTAL 
EN LA REPÚBLICA DOMINICANA 
En	el	caso	de	la	República	Dominicana,	el	«pentecostalismo»	inició	
al	principio	del	siglo	pasado	a	través	de	la	ciudad	de	San	Pedro	de	Ma-
corís.	Bienvenido	Álvarez	Vega	(1990),	al	respecto	dice:	«El	movimiento	
pentecostal	tuvo	un	tímido	inicio	en	la	República	Dominicana	en	1918,	
cuando	el	predicador	puertorriqueño	Salomón	Feliciano	 llegó	a	Santo	
Domingo	 desde	 Puerto	 Rico.	 Esta	 iniciativa	 parece	 haber	 palidecido	
por	diversas	razones,	hasta	que	el	2	de	septiembre	de	1930,	el	misione-
ro	Francisco	Hernández	(Pancho)	viene	al	país,	 también	desde	Puerto	
Rico,	junto	con	su	esposa	Victoria	Colón	y	su	hija	Rebeca	Hernández	a	
reactivar	el	movimiento».	13 
Esta	llegada,	afirma	Álvarez	Vega,	es	considerada	como	el	inicio	de	
lo	que	hoy	se	conoce	como	el	«movimiento	pentecostal	dominicano».	De	
esa	manera	comenzó,	formalmente,	la	iglesia	pentecostal	en	República	
Dominicana.	A	partir	de	la	década	de	los	80,	sin	embargo,	el	movimien-
to	ha	crecido	varias	veces	más	de	lo	que	lo	habría	hecho	desde	sus	orí-
53Teología Pentecostal: Una perspectiva académica
genes	en	estas	tierras	hasta	nuestros	días,	tanto	en	la	versión	conciliar,	
como	independiente	y	neopentecostal.
Al	respecto,	afirma	Álvarez	Vega	que:	«En	efecto,	en	un	listado	con-
tentivo	de	las	37	denominaciones	pentecostales	establecidas	en	el	país,	
según	algunas	 indagaciones,	solo	nueve	 fueron	fundadas	entre	1930	y	
1960.	Las	restantes	28	nacieron	entre	1960	y	1990,	pero	principalmente	
entre	1960	y	1979.	Igualmente,	las	iglesias	independientes	y	el	neopen-
tecostalismo	se	desarrollan	intensamente	a	partir	de	los	años	ochenta.
A	pesar	de	todo	esto	es	necesario	destacar	que	el	pentecostalismo	
protestante	tiene	algunos	puntos	débiles,	entre	ellos:	Tendencia	a	la	di-
visión	y	fragmentación,	riesgo	de	caer	en	el	fraude	(la	gente	busca	mila-
gros	y	 los	donativos	son	abundantes),	misticismo	inmaduro,	centrarse	
más	en	los	milagros	que	en	Dios,	y	el	peligro	de	caer	en	las	manos	de	
líderes	sectarios	y	autoritarios.	Más	adelante,	se	ampliarán	estos	puntos.
54 Dr. Yoselman Rodwin Mirabal
Referencias bibliográficas
[1] Barrientos, Josué (2004). El pentecostalismo y el 
neopentecostalismo. Identidades confusas, CDE, Honduras.
[2] Campos, Bernardo (1997). De la Reforma Protestante a la 
Pentecostalidad de la Iglesia. Debate sobre el Pentecostalismo 
en América Latina. CLAI. Quito, Ecuador.
[3] Zaldívar, Raúl (2006). Teología sistemática desde una perspectiva 
latinoamericana, Editorial Clie,

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