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Cuidados de enfermería en las alteraciones electrocardiográficas Coordinador y autor: Juan Carlos Rubio Sevilla. Artículos publicados en la Revista Enfermería en Cardiología CONTENIDO - Actuación de enfermería ante una alteración electrocardiográfica (primera parte). Enferm Cardiol. 2014;21(63):19-26. - Actuación de enfermería ante una alteración electrocardiográfica (segunda parte). Enferm Cardiol. 2015;22(64):80-87. - Actuación de enfermería ante una alteración electrocardiográfica (tercera parte). Taquicardias de QRS estrecho. Enferm Cardiol. 2015; 22(65):21-32. - Actuación de enfermería ante una alteración electrocardiográfica (cuarta parte). Enferm Cardiol. 2015;22(66):17-27. - Actuación de enfermería ante una alteración electrocardiográfica (quinta parte). Eje, onda P y complejo QRS. Enferm Cardiol. 2016; 23 (67): 58-65. - Actuación de enfermería ante una alteración electrocardiográfica (sexta parte). Onda Q, segmento ST y onda T. SCA. Enferm Cardiol. 2016; 23 (68): 30-36 Pág. 19/ Enfermería en Cardiología. 2014; Año XXI (63)Enfermería Basada en la Evidencia: Investigación Clínica Aplicada a las Ciencias de la Salud. La valoración del electrocardiograma (ECG) requiere experiencia, pero la utilización sistemática de unos conocimientos básicos puede facilitar la orientación en la hipótesis diagnóstica de la mayoría de las alteraciones electrocardiográficas. Como ya decíamos en esta sección, el ECG puede ser de utilidad para diagnosticar un número importante de arritmias por alteraciones en la formación y/o conducción del impulso eléctrico, isquemia cardiaca, alteraciones electrolíticas, etc. Por otra parte, la actuación de enfermería variará según el tipo de alteración electrocardiográfica que presente el paciente, pues no requiere la misma actuación diagnóstica y terapéutica una parada cardiorrespiratoria que una extrasístole auricular. La formación y experiencia clínica de la enfermera y su ámbito de actuación (consulta, hospitalización, unidad de arritmias, hemodinámica, etc.) también condicionarán su actuación. Recordemos el ámbito competencial enfermero en el diagnóstico y tratamiento de las alteraciones electrocardiográficas. El responsable último del diagnóstico y tratamiento clínico es el médico, y al médico corresponde la formulación de un diagnóstico clínico preciso y la indicación terapéutica. No obstante, la enfermera muchas veces es el primer profesional en detectar una alteración electrocardiográfica y nuestra actuación puede ser fundamental en la actuación de otros profesionales y la evaluación del paciente. Por tanto, aunque no sea imprescindible ni exigible realizar un diagnóstico preciso de un electrocardiograma, sí es conveniente que realicemos una aproximación diagnóstica y que sepamos actuar ante las principales alteraciones electrocardiográficas, anticipando un posible diagnóstico médico y preparando las posibles opciones terapéuticas. Hay pocos algoritmos validados y con alta sensibilidad y especificidad, pero en este artículo y siguientes intentaremos sintetizar los algoritmos diagnósticos y terapéuticos. Los algoritmos propuestos, algunos de autoría propia, podrán Dirección para correspondencia Juan Carlos Rubio Sevilla Comité Editorial Enfermería en Cardiología Casa del Corazón Ntra.Sra. de Guadalupe, 5-7 28028 Madrid Correo electrónico: revistaecg@enfermeriaencardiologia.com CUIDADOS DE ENFERMERÍA EN LAS ALTERACIONES ELECTROCARDIOGRÁFICAS Coordinador: Juan Carlos Rubio Sevilla. revistaecg@enfermeriaencardiologia.com ACTUACIÓN DE ENFERMERÍA ANTE UNA ALTERACIÓN ELECTROCARDIOGRÁFICA (1.ª parte) NURSING INTERVENTION IN DEALING WITH AN ELECTROCARDIOGRAPHIC ALTERATION (Part one) Enferm Cardiol. 2014; Año XXI (63): 19-26. Autor Juan Carlos Rubio Sevilla Enfermero en el Centro de Salud de Torrijos. Toledo. Enfermero Especialista en Enfermería Geriátrica. Especialista en Investigación en Salud. Universidad de Castilla La Mancha (UCLM). Experto en Dirección de Organizaciones Sanitarias. Universidad Carlos III de Madrid (UCIII). ayudar a formular una orientación diagnóstica y terapéutica, pero siempre debe estar por encima la situación del paciente y el juicio clínico. El análisis correcto de un ECG nos ayuda a interpretar la mayoría de las alteraciones y el tratamiento adecuado. No obstante, siempre hay que tener en cuenta el contexto hemodinámico, farmacológico, metabólico, etc. La actuación enfermera ante un paciente con una alteración electrocardiográfica nunca debe reducirse al registro y/o análisis aislado del ECG. La anamnesis y el examen físico son fundamentales para la interpretación del ECG. Las causas, los factores predisponentes, la presencia de patología cardiaca, la situación hemodinámica, el manejo efectivo del régimen terapéutico, la tolerancia farmacológica, etc., son imprescindibles para una orientación diagnóstica y terapéutica integral. La forma de presentación de una alteración electrocardiográfica puede variar desde un episodio súbito y grave, potencialmente mortal, hasta una anormalidad descubierta a raíz de una exploración de rutina en una persona asintomática. El carácter potencialmente letal y/o su frecuente repercusión hemodinámica hacen necesarios un diagnóstico y un tratamiento precoces. Cuanto la situación del paciente presente menos urgencia, nos permitirá realizar un análisis sistemático y desde más puntos de vista; pero una parada cardiaca (ausencia de pulso e inconsciencia) nos obligará a un análisis básico y a una actuación inmediata, aplazando el análisis detallado a otro momento 1. APROXIMACIÓN A LA INTERPRETACIÓN ELECTROCARDIOGRÁFICA La aproximación sistemática aplicada al análisis de todos los registros electrocardiográficos nos permitirá un análisis más seguro. Como decía Dubin1, «las observaciones de mayor utilidad en la interpretación de un ECG son la frecuencia, el ritmo, el eje, las hipertrofias y los infartos. Todos Pág. 20/ Enfermería en Cardiología. 2014; Año XXI (63) ARTÍCULOS CIENTÍFICOS los capítulos tienen la misma importancia, de manera que no hay aquí espacio que llenar. Estas cinco observaciones deben hacerse en el orden mencionado y es preciso conocer la definición de cada uno de estos problemas». La Sociedad Española de Medicina Intensiva Crítica y Unidades Coronarias2 dice que hay que aplicar la siguiente aproximación sistemática al análisis de todas las tiras de ritmo: • ¿Existe actividad eléctrica? • ¿Cuál es la frecuencia ventricular (QRS)? • ¿Es la anchura del complejo QRS normal o prolongada? • ¿Es el ritmo del QRS regular o irregular? • ¿Hay actividad auricular presente? • ¿Cómo es la actividad de la aurícula en relación con el ventrículo? Cualquier ritmo cardiaco puede ser interpretado y manejado de forma segura y efectiva usando los primeros cuatro pasos. A estos pasos habría que añadir el análisis de la isquemia. Existen otras aproximaciones sistemáticas a la interpretación según la bibliografía consultada1-7 o la experiencia clínica; pero siempre que podamos, debemos realizarla de forma sistemática e integral. Esta metodología de interpretación sistemática no es un tratado, sino un esfuerzo de síntesis de la información y de representación gráfica de la misma, agrupándola de forma lógica, simple y metódica. El objetivo es que con el texto y las ilustraciones el lector encuentre casi todos los elementos relevantes para formular una o varias hipótesis diagnósticas, que le ayuden en la toma de decisiones diagnósticas y terapéuticas ante una alteración electrocardiográfica. La propuesta de 10 pasos a seguir para la interpretación sistemática del electrocardiograma es: Paso previo: Confirmar situación compatible con parada cardiaca. 1. Comprobar la identidad del paciente, el electrocardiógrafo y el registro. 2. Frecuencia cardiaca: ventricular y auricular. 3. Ritmo. 4. Eje eléctrico. 5. Morfología de la onda P. 6. Morfología del intervalo PR. 7. Morfología del complejoQRS. 8. Síndrome coronario agudo. Isquemia miocárdica. 9. Comparación con un ECG previo. 10. Relación clínica y contexto clínico del paciente. Anamnesis y exploración física. Registro en la historia clínica. También con fines didácticos y basándonos en esos pasos, vamos a dividir las arritmias en 6 grupos: 1. Trastornos aislados del ritmo. Extrasístoles y latidos de escape. 2. Ritmos variables: arritmia sinusal, marcapasos migratorio supraventricular y fibrilación auricular. 3. Taquiarritmias. Con QRS ancho o estrecho. 4. Bradiarritmias. 5. Bloqueos y síndromes de preexcitación. 6. Ritmos compatibles con parada cardiaca. Antes de desarrollar la interpretación sistemática, recordaremos algunos conceptos sobre la morfología de las ondas en el electrocardiograma, que nos ayudará en la interpretación posterior. 2. ESTUDIO DE LA MORFOLOGÍA DE LAS ONDAS DEL ECG Para realizar una valoración de la arritmia deberíamos evaluar si el paciente tiene un ritmo sinusal. Para ello el ECG de un ritmo sinusal normal debe tener: • Frecuencia cardiaca auricular y ventricular iguales, entre 60 y 100 latidos por minuto. • Ritmo regular, entre todas las ondas P-P, QRS-QRS. • Ondas P de morfología normal, positiva en I, II, III, aVF y negativa en aVR. • Intervalo PR de duración constante entre 0,12 s y 0,20 s (3-5 mm de ancho). • Toda onda P debe ir seguida de un complejo QRS. Todo QRS debe ir precedido de una onda P. • Complejo QRS de morfología normal, con duración constante menor a 0,12 s (4 mm de ancho), con voltaje progresivamente más positivo de V1 a V6. Eje positivo en I, II, III y aVF. • Intervalo RR constante. • Segmento ST isoeléctrico. • Ondas T negativas en aVR y V1 y positivas en el resto de derivaciones. • Intervalo QT inferior a 0,44 sg (11 mm de ancho). 2.1. Frecuencia cardiaca El ritmo sinusal normal del corazón emite estímulos a una frecuencia entre 60-100 latidos por minuto (l’). Una frecuencia inferior a 60 l’ se denomina bradicardia o bradiarritmia, mientras una frecuencia superior a 100 l’ se denomina taquicardia o taquiarritma. Debemos medir tanto la frecuencia cardiaca auricular (FCa) como la ventricular (FCv), pero es más importante la frecuencia cardiaca ventricular porque es la responsable de mantener un gasto cardiaco adecuado. Cualquier variación de la frecuencia cardiaca ventricular, sin otros mecanismos de compensación, puede originar un bajo gasto cardiaco. En una tira de ritmo de un minuto se podría medir la frecuencia cardiaca y sería el método más fiable. Si el ritmo ventricular es regular, intervalo RR constante, se puede utilizar un fragmento más pequeño de ECG para medir la frecuencia cardiaca. Recordemos que 1 mm de ancho (1 cuadrito) equivale a 0,04 s, y 5 mm de ancho (1 cuadro grande) equivalen a 0,2 s. Hay diferentes métodos de cálculo de la frecuencia cardiaca, e incluso reglas con la frecuencia cardiaca; pero siguiendo el método del Dr. Dubin1, tenemos que recordar la cifra de 300. Si dividimos 300 entre el número de cuadros grandes (5mm) que trascurren entre dos ondas R rítmicas, obtenemos la frecuencia aproximada. Si hay 1 cuadro grande (5mm) entre dos ondas R consecutivas, dividimos 300/1 y obtenemos una FCv aproximada de 300 l’. Si hay 2 cuadros grandes entre dos ondas R, dividimos 300/2 y la FCv es de 150 l’. Según el número de cuadros grandes entre dos onda R tendríamos respectivamente 300, 150, 100, 75, 60, 50. 2.2. Ritmo En el ritmo sinusal, todas las ondas iguales del ECG se repiten a la misma distancia, de forma rítmica. Por tanto la distancia entre dos ondas P consecutivas siempre es la misma, entre dos ondas R consecutivas es la misma, y así sucesivamente. Lo más habitual es medir las ondas R sucesivas y las ondas P sucesivas. Para ello se puede utilizar un compás o recurrir a un método artesano de colocar un papel en blanco sobre la tira de ritmo del ECG. Se marca el pico de tres ondas consecutivas y se desplaza a lo largo de la tira de ritmo para comprobar que coinciden exactamente las siguientes ondas. Pág. 21/ Enfermería en Cardiología. 2014; Año XXI (63)Enfermería Basada en la Evidencia: Investigación Clínica Aplicada a las Ciencias de la Salud. Las alteraciones del ritmo se pueden producir en un solo complejo (extrasístole ventricular), en varios o en todos los complejos de la tira de ritmo. En ciertas alteraciones del ECG, alguna onda pequeña (P o T) puede verse solapada por el complejo QRS, y no verse parcial o totalmente en el registro. Si no se ve una onda pequeña (P o T), o se ve parcialmente, nos tendremos que plantear si no existe o está solapada (oculta). 2.3.- Onda P La onda P debe presentar morfología regular redondeada, de rampas suaves, simétricas, de cúspide roma y de forma ovalada. El voltaje máximo < 0,25 mV (2,5 mm de altura), la duración máxima constante < 0,12 s (3 mm de ancho) en el adulto y < 0,10 s en el niño (<3 mm de ancho) (Figura 1). Si la onda P está ausente, pude tratarse de un ritmo idioventricular acelerado (RIVA) o de una fibrilación auricular (ondas auriculares no visibles). Si aparecen múltiples ondas auriculares (P, F, f) puede deberse a una fibrilación auricular, un flúter auricular, una taquicardia supraventricular con bloqueo AV o un ritmo sinusal con bloqueo AV. Como el impulso auricular se trasmite de arriba a abajo y de derecha a izquierda, la onda P es positiva en I, II, III, aVL, aVF y negativa en aVR. Por tanto, si aparece una onda P negativa en I y aVL, indica una transmisión de impulso de izquierda a derecha (ritmo auricular izquierdo). Si la onda P es negativa en II, III, y aVF sugiere una transmisión del impulso de abajo hacia arriba (ritmo auricular bajo). También habrá que descartar una colocación incorrecta de los electrodos de L semicircular, triangular, picuda, alto alto los brazos o dextrocardia. Recordemos que la onda P se registra por la superposición de la despolarización de la aurícula derecha (parte inicial de la onda P) y de la izquierda (final de la onda P). La repolarización de la onda P (llamada onda T auricular) queda oculta en el ECG por la despolarización ventricular dentro del complejo QRS. Si se produce una alteración en alguna de las dos aurículas, como en la hipertrofia auricular, en el ECG se observa una onda P llamada bifásica o difásica (onda positiva y negativa juntas) o bimodal (dos ondas positivas unidas): • Onda «P pulmonale» = hipertrofia aurícula derecha. Puede aparecer asociada a cualquier sobrecarga o hipertrofia auricular derecha, como enfermedades pulmonares (EPOC), o con cardiopatías congénitas. En la derivación II aparece una onda P alta y picuda (triangular), mientras en la derivación V1 aparece una onda difásica asimétrica con un componente inicial positivo alto (>0,25 mv) y un componente final negativo. La duración suele ser >0,12 s de ancho. • Onda «P mitral» = hipertrofia aurícula izquierda. Asociada a cualquier sobrecarga o hipertrofia auricular izquierda, como estenosis mitral o hipertensión arterial. En la derivación II aparece una onda P bimodal (en forma de «M») y en la derivación V1 aparece una onda difásica asimétrica con un componente inicial positivo y un componente final negativo ancho. La duración suele ser >0,12 s de ancho. • Hipertrofia biauricular. Suele ser una combinación de los dos tipos previos, con una duración y voltaje superior a los normales. Figura 1. Algoritmo de ayuda a la interpretación de la onda P Pág. 22/ Enfermería en Cardiología. 2014; Año XXI (63) ARTÍCULOS CIENTÍFICOS Tabla 4. Otros listados. 2.4.- Intervalo PR El intervalo PR normal tiene una duración constante entre 0,12 y 0,20 s (3-5 mm de ancho). Si el intervalo no es regular, puede hacernos pensar en un trastorno del ritmo (Figura 2). • PR corto (<0,12 s de ancho). Si el intervalo PR es corto, el impulso llega antes a los ventrículos, pudiendo indicar un ritmo auricular bajo o una conducción aurículo- ventricular (AV) a través de una vía accesoria.También podría deberse al síndrome de Wolff-Parkinson-White (PR corto <0,12 s, QRS ancho >0,12 s con onda delta inicial). Valorar junto a la morfología de la onda P para ver el posible origen y transmisión del impulso auricular y AV. • PR largo (>0,20 s de ancho). Valorar un posible bloqueo AV, intoxicación digitálica e hiperpotasemia. • PR variable (no todos los intervalos son iguales, no todas las ondas P tienen QRS detrás). Valorar un posible bloqueo AV. Si el PR está disociado, considerar un bloqueo AV de 3er grado. 2.5.- Complejo QRS En el análisis del complejo QRS hay que valorar fundamentalmente el eje, la amplitud y duración, aparte de un análisis detallado de la morfología y su relación con la onda P y el intervalo PR. Eje ventricular: El eje corresponde a una representación de las fuerzas de activación ventricular. Cuando la despolarización se dirige hacia una derivación, el QRS será tanto más positivo cuanto más directamente se dirija el vector a dicha derivación. El QRS será más negativo cuanto más directamente se aleje el de esa derivación. El QRS será bifásico-isoeléctrico si va perpendicular a la derivación a estudio. Si el complejo QRS es predominantemente positivo en las derivaciones I, II, III y aVF, siendo negativo en aVR, se encontrará dentro de la normalidad. Si no es así, tendremos que hacer un análisis más detallado para ver con mayor precisión el eje del QRS (Figura 3). De forma resumida nos fijamos en las derivaciones I y aVF. Sumamos los cuadritos positivos y restamos los negativos: • Positivo en I y aVF: eje normal entre 0º y 90º, cuadrante inferior derecho. Intervalo PR Variable<0,12 = corto constante P-QRS Todo PR <0,20 s Todo PR >0,20 s Algún PR>0,20 s No hay onda P Flúter A. Fibrilación A. Normal 1er grado 2º grado Mobitz II 3er grado completo 2º grado Mobitz I PR aumenta progresivamente P independiente QRS. QRS>0,12 s PR Ritmo auricular bajo, conducción AV por vía accesoria, WPW Figura 2. Algoritmo de ayuda a la interpretación del intervalo PR. Bloqueos cardiacos • Positivo en I y negativo en aVF: ECG con eje izquierdo entre 0 y -90º, cuadrante superior derecho. Considerar hipertrofia del ventrículo izquierdo, rotación del corazón a la izquierda, bloqueo de rama, corazón vertical. También es frecuente en la primera infancia. • Negativo en I y positivo en aVF: ECG con eje derecho entre 90º y 180º, cuadrante inferior izquierdo. • Negativo en I y aVF: ECG con desviación extrema en cuadrante superior izquierdo. Amplitud del complejo QRS: Un aumento del voltaje o amplitud del complejo QRS indicará posible hipertrofia ventricular. Si el crecimiento es del ventrículo izquierdo (HVI), aumentará el voltaje en las derivaciones precordiales izquierdas (V5-V6) y una onda S profunda en las derivaciones derechas (V1-V2). Por el contrario, con el crecimiento del ventrículo derecho (HVD) aumenta el voltaje en las derivaciones precordiales derechas (V1-V2), con una onda S profunda en las derivaciones precordiales izquierdas (V5-V6) (Figura 4). Anchura QRS: La duración o anchura del complejo QRS normal es de 60-100 milisegundos, es decir, QRS <0,12 sg (<3 cuadritos de ancho). Todo QRS >= 0,12 s potencialmente puede tener origen ventricular, aunque también puede tener otro origen (hiperpotasemia). Toda taquicardia en un paciente con otra arritmia de base con QRS ancho dará lugar a una taquicardia con QRS ancho. Una mayor anchura de QRS puede deberse a una despolarización del ventrículo por una vía anómala con diferente etiología (Figura 5). • Extrasístole ventricular. Un foco ectópico ventricular toma el mando de la respuesta ventricular de forma aislada, en uno o varios complejos aislados. Tres o más extrasístoles ventriculares seguidas se consideran taquicardia ventricular. • Ritmo de escape idioventricular acelerado RIVA (frecuencia ventricular entre 60-110 latidos por minuto). La Pág. 23/ Enfermería en Cardiología. 2014; Año XXI (63)Enfermería Basada en la Evidencia: Investigación Clínica Aplicada a las Ciencias de la Salud. Figura 3. Algoritmo de ayuda a la interpretación del eje Figura 4. Algoritmo de ayuda en la interpretación de la hipertrofia ventricular frecuencia es menor que en una TV convencional. • Bloqueo AV completo con marcapasos de rescate ventricular. Existe disociación AV completa, es decir, las ondas son regulares, pero no mantienen ninguna relación con los complejos QRS anchos (>=0,12 s). • Trastorno de la conducción intraventricular con conducción aberrante = bloqueo de rama: En el bloqueo de rama del haz de His, la despolarización de una parte del ventrículo se hará de forma anómala y retrasada respecto al otro ventrículo, reflejándose en el ECG con un QRS > 0,12 s. Si se produce un hemibloqueo, el QRS no se ensancha, pero ante una taquicardia supraventricular, se observará una taquicardia supraventricular con conducción aberrante (BRD o BRI). También una fibrilación auricular con una conducción aberrante puede dar lugar a una imagen de un ECG con complejos anchos, con frecuencia ventricular > 100 latidos por minuto, aunque con ritmo ventricular irregular. • Despolarización ventricular por reentrada AV antidrómica. La conducción anterógrada se realiza a través de la vía accesoria y la retrógrada a través del nodo AV, causando un ensanchamiento del QRS con onda delta y acortamiento del PR (Wolff-Parkinson-White). Si se produce una taquicardia, observaremos una taquicardia regular con QRS ancho por reentrada antidrómica. • Taquicardia ventricular (TV). Toda taquicardia con QRS ancho debe considerarse y manejarse como una TV. Podemos utilizar criterios que nos ayudan en el diagnóstico diferencial de TSV y TV, como los criterios de Brugada que constituyen el algoritmo más sensible y específico (profundizaremos en ello en el siguiente artículo). En la TV aparecen tres o más complejos QRS consecutivos con FC > 100 latidos por minuto. Si su duración es inferior a 30 s se denomina TV no sostenida y si es superior a 30 s se considera TV sostenida. • Fibrilación ventricular. Se trata de una ausencia de actividad organizada del corazón que no presenta actividad Voltaje del QRS (altura) Signos de hipertrofia ventricular Hipertrofia ventricular derecha (HVD) • R>S en V1 • R>7 mm en V1. • R disminuye progresiva- mente de V1 a V6. • Persistencia onda rS en V5-V6. • Desviación del eje de QRS a la derecha. • La onda T pueden estar alterada en derivaciones derechas (con descenso progresivo y vuelta brusca a la linea basal) El ST descendido (punto J por debajo de la línea basal) en derivaciones derechas. • El QRS puede ser ancho (>=0,12 s). • S en V1 + R en V5 >3,5 mV (35 mm). • Onda T invertida con des- censo progresivo y vuelta brusca a la línea basal (inversión en derivaciones izquierdas). El segmento ST también puede estar alterado (punto J por de- bajo de la línea basal) en derivaciones izquierdas. • Desviación del eje QRS a la izquierda. • El QRS puede ser ancho (>=0,12 s). Hipertrofia ventricular izquierda (HVI) ¿Eje Positivo en DI y aVF? Pág. 24/ Enfermería en Cardiología. 2014; Año XXI (63) ARTÍCULOS CIENTÍFICOS hemodinámica. Hay múltiples frentes de activación simultáneos que impiden una contracción ventricular efectiva. Si no se revierte inmediatamente, se produce una parada cardiaca, con una alta mortalidad extrahospitalaria. La taquicardia ventricular sin pulso (TVSP) y la fibrilación ventricular (FV) se consideran parada cardiaca, y requieren maniobras inmediatas de reanimación cardiopulmonar (RCP). Onda Q. La onda Q normal, cuando está presente, representa la pequeña corriente horizontal (de izquierda a derecha) del potencial de acción viajando a través del septum interventricular (Figura 6). Figura 5. Algoritmo de ayuda en la interpretación de la anchura del QRS Figura 6. Algoritmo de ayuda en la interpretación de la onda Q Figura 7. Algoritmo de ayuda en interpretación del intervalo QT corregido (QTc) QRS>=0,12 s(Anchura) FCv>100lpmFCv<100lpm Regular rSR’ en V1-V2 BRD ESV BRI RR’ en V5-V6 PR corto+ onda delta - TSV antidrómica - TV - TSV con aberrancia - FV - FA con aberrancia RIVA Bloqueo AV completo Morfología R-R’ con T alterada Regular IrregularIrregular < 3complejos Considerar criterio electrocardiográfico de Síndrome Coronario Agudo (equivalente a elevación del ST) WPW El complejo QRS no debe presentar onda Q patológica. Se considera onda Q patológica si tiene una anchura >0,04 s (>1 mm ancho), voltaje superior a 1/4 de la altura de la onda R en las derivaciones I, II, V5 y V6 o altura superior a 0,2 mV Onda Q normal Onda Q patológica compatible con necrosis miocárdica transmural: - Anchura > 1 mm. - Voltaje superior ¼ de la altura de la onda R en I-II, V5 y V6. - Onda Q en derivaciones V1-V3 Onda Q de amplitud (>2mm altura); así como la aparición de ondas Q en derivaciones que habitualmente no aparecen (V1-V3). La onda Q patológica puede tener diferentes etiologías, pero en el contexto de un isquemia miocárdica, puede indicar necrosis miocárdica transmural, porque el tejido necrosado no registra despolarización, pero sí se registra la despolarización de la zona que se aleja del área necrosada (onda Q negativa). Intervalo QT. El intervalo QT varía con la frecuencia cardiaca, pero se considera normal un intervalo QT basal inferior a 0,44 s (11 mm de ancho). Puede deberse a diversas patologías congénitas o adquiridas, pero su importancia radica en el potencial de producir arritmias ventriculares malignas, tanto con la prolongación del intervalo QT como con el acortamiento del mismo (Figura 7). Intervalo QTc (Intervalo QT corregido según la FC) Intervalo QT normal <11 mm ancho ¿QTc < 0,44 s? Intervalo QT largo >11 mm ancho Identificar etiología congénita o adquirida Vigilar aparición arritmias ventriculares malignas (Torsade de Pointes) Pág. 25/ Enfermería en Cardiología. 2014; Año XXI (63)Enfermería Basada en la Evidencia: Investigación Clínica Aplicada a las Ciencias de la Salud. Figura 8. Cálculo del intervalo QT corregido (QTc) Fuente: http://www.ecglibrary.com/l_qthtml Figura 9. Algoritmo de ayuda en la interpretación del intervalo ST Fisiológicamente el intervalo QT se modifica en función de la FC: aumenta con la bradicardia y disminuye con la taquicardia. Para calcular el intervalo QT corregido se utiliza la fórmula de Bazett (QTc) o la de Fridericia (QTf). Si utilizamos la fórmula de Bazett, dividimos el intervalo QT entre la raíz cuadrada del intervalo RR (separación en segundos entre dos complejos QRS) (Figura 8)7. 2.6. Segmento ST Se considera dentro de la normalidad una elevación o descenso del segmento ST inferior a 1 mm del punto J. Su etiología puede ser por distintos motivos, pero aunque las alteraciones no sean específicas, son de gran importancia al servir de base en el diagnóstico, pronóstico y tratamiento de un síndrome coronario agudo. Su localización aporta información de la localización del área cardiaca que presenta isquemia subepicárdica (elevación del ST) o subendocárdica (descenso del ST). En algunas ocasiones es conveniente complementar el ECG con derivaciones precordiales adicionales derechas V3R-V4R o izquierdas V7-V8 (Figura 9). Algunas alteraciones del segmento ST pueden ser: • Elevación del ST: Síndrome coronario agudo con elevación del ST (SCACEST) o isquemia subepicárdica. También puede deberse a espasmo coronario, aneurisma ventricular, pericarditis. • Depresión del ST: Síndrome coronario agudo sin elevación del ST (SCASEST) o isquemia subendocárdica. También puede ser por hipertrofia de ventrículo izquierdo (HVI), fármacos (digital). 2.7. Onda T La polaridad de la onda T debe ser concordante con la polaridad predominante en el complejo QRS. La duración normal es 0.20 sg (5 mm de ancho) y 0.5 mV de amplitud (5 mm de altura). En el ECG normal la onda T es negativa en aVR y V1, siendo positiva en I, II, V4, V5 y V6. Como ocurre con el segmento ST, la onda T puede presentar diferentes alteraciones inespecíficas secundarias a diversas patologías, pero puede estar asociada a isquemia miocárdica. Recordemos que el primer fenómeno que se produce ante un insuficiente flujo coronaria son los cambios en la onda T, aunque pueden volver a la normalidad si se recupera adecuadamente el flujo coronaria. Su localización aporta información de la localización del área cardiaca que presenta isquemia. En algunas ocasiones es conveniente complementar el ECG con derivaciones precordiales adicionales derechas V3R-V4R o izquierdas V7-V8 (Figura 10). Intervalo ST Elevación o descenso < 1 mm desde el punto J en 2 derivaciones contiguas No hay alteración del intervalo ST (ST normal) Descartar Síndrome Coronario Agudo sin elevación del ST -SCASEST- Elevación o descenso < 1 mm desde el punto J en 2 derivaciones contiguas Valorar imagen especular de elevación / descenso del ST en derivaciones opuestas ¿Sospecha de infarto derecho y/o inferior? Registro de derivaciones V3R y V4R ¿Sospecha de infarto posterior? Registro de derivaciones V7 y V8 Registro compatible con Síndrome Coronario Agudo con elevación del ST -SCACEST- Figura 10. Algoritmo de ayuda en la interpretación de la onda T Onda T en 2 derivaciones contiguas Onda T normal: T positiva en todas excepto aVR y V1. Igual polaridad del QRS. En niños T negativas en V1-V4. En adolescentes jóvenes T negativa en V1-V3. Ondas T negativas y simétricas Ondas T positivas, picudas y altas Valorar isquemia subepicárdica Valorar isquemia subendocárdica Algunas alteraciones de la onda T pueden ser: • Onda T muy positiva: Cardiopatía isquémica (isquemia subendocárdica), efecto vagal, hiperkaliemia. • Onda T negativa: Cardiopatía isquémica (isquemia subepicárdica), hipertrofia de ventrículo izquierdo, trastorno de la conducción interventricular o bloqueo de rama. El estudio de un paciente con una alteración electrocardiográfica nunca debe reducirse a la simple obtención y análisis de un ECG. Debemos realizar una valoración completa mediante la anamnesis y el examen físico, porque un ECG plano puede deberse a una parada cardiaca o a un simple mal contacto de la derivación registrada. «La vista siempre debe aprender de la razón» Johannes Kepler. Pág. 26/ Enfermería en Cardiología. 2014; Año XXI (63) ARTÍCULOS CIENTÍFICOS BIBLIOGRAFÍA 1. Dubin, D. Electrocardiografía práctica. Lesión, trazado e interpretación. 3.ª ed. Madrid: Nueva editorial interamericana; 1976. 2. Perales N, López J, Ruano M. Manual de soporte vital avanzado. 4.ª ed. Barcelona: Masson; 2007. 3. Jiménez L, Montero FJ. Protocolos de actuación en medicina de urgencias. Madrid: Harcourt Brace; 1996. 4 Nadal R, Mateos D. Arritmias cardiacas. En: Álvarez JM, Del Río O. Cuidados al paciente con alteraciones cardiacas. Madrid: Difusión Avances de Enfermería; 2011.p x-x. 5. Rodríguez MM, Cabrerizo MP. Manual de Enfermería en Arritmias y Electrofisiología. Madrid: Asociación Española de Enfermería en Cardiología; 2013. Disponible en: http://www.enfermeriaencardiologia.com/publicaciones/manuales/electro/index.htm 6. Vélez D. Pautas de Electrocardiografía. 2.ª ed. Madrid: Marban; 2007. 7. ECG Library [sede web]. Auckland, New Zealand: Dean Jenkins and Stephen Gerred; 1996 [actualizado el 18 de octubre de 2014. Consultado el 09 de diciembre de 2014]. Disponible en: http://www.ecglibrary.com/l_qt.html Dirección para correspondencia Juan Carlos Rubio Sevilla Comité Editorial Enfermería en Cardiología Casa del Corazón Ntra.Sra. de Guadalupe, 5-7 28028 Madrid Correo electrónico: revistaecg@enfermeriaencardiologia.com En el artículo anterior recordábamos algunos aspectos de la morfología del electrocardiograma (ECG). En este artículo y siguientes, detallaremos los pasos a seguir en la interpretación sistemática del electrocardiograma1,2,3,4. Si el análisis de cada paso es normal, se continúacon el paso siguiente; pero si llegamos a formular una hipótesis diagnóstica, probablemente estemos ante una hipótesis correcta. Por tanto, debemos seguir este orden siempre que sea posible. • Paso previo. Confirmar si la situación clínica es compatible con una parada cardiaca: Si el paciente no presenta una parada cardiaca, seguir con el paso 1. En caso contrario, iniciar maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) sin demora. Si el paciente fallece, realizar registro en la historia clínica. Si revierte, continuar con el paso 1. Ritmos desfibrilables: taquicardia ventricular sin pulso, fibrilación ventricular (FV). Ritmos no desfibrilables: asistolia, disociación electromecánica. • Paso 1. Comprobar la identidad del paciente, el electrocardiógrafo y el registro: Si todo está correcto seguir con el paso 2. En caso contrario, ¿cuál puede ser la causa? Nombre, fecha, velocidad del papel (25mm/seg.) y voltaje (10 mm /mV). • Paso 2. Frecuencia cardiaca ventricular (FCv) y auricular (FCa): Si la FCv es normal (60-100 l’) seguir con el paso 3. En caso contrario, ¿cuál puede ser la causa? Bradiarritmia: FCv < 60 l’. • Bradicardia sinusal, paro o pausa sinusal, bloqueo sinoauricular (BSA) bloqueo auriculoventricular (BAV), ritmo nodal o ritmo de escape ventricular. Fibrilación auricular (FA) o flúter auricular con respuesta ventricular lenta. CUIDADOS DE ENFERMERÍA EN LAS ALTERACIONES ELECTROCARDIOGRÁFICAS Coordinador: Juan Carlos Rubio Sevilla. revistaecg@enfermeriaencardiologia.com Enferm Cardiol. 2015; Año XXII (64): 80-87. Autor Juan Carlos Rubio Sevilla. Enfermero en el Centro de Salud de Torrijos. Toledo. Enfermero Especialista en Enfermería Geriátrica. Especialista en Investigación en salud (UCLM). Experto en Dirección de organizaciones sanitarias (UCIII). Taquiarritmia: FCv >100 l’. • QRS ancho > 0,12 seg. Taquicardia con QRS ancho como la taquicardia ventricular, taquicardia supraventricular con aberrancia y fibrilación ventricular. • QRS estrecho < 0,12 seg. Taquicardia con QRS estrecho como la taquicardia sinusal, taquicardia supraventricular paroxística, FA o flúter auricular con respuesta ventricular rápida, taquicardia nodal con reentrada. • Paso 3. Ritmo: Si el ritmo es regular seguir con el paso 4. En caso contrario, ¿cuál puede ser la causa? Alteraciones aisladas del ritmo. • Extrasístole, latido de escape, bloqueo AV. Arrítmico. • Arritmia sinusal, FA, FV, taquicardia supraventricular o flúter con bloqueo variable. Bloqueo sinoauricular o auriculoventricular, paro o pausa sinusal. • Paso 4. Eje eléctrico: Si el QRS es fundamentalmente positivo en las derivaciones I y aVF seguir con el paso 5. En caso contrario, ¿cuál puede ser la causa? Desviación del eje izquierda: obesidad, hipertrofia de ventrículo izquierdo (HVI), hemibloqueo anterior, infarto inferior, síndrome de preexcitación, extrasístole, taquicardia de origen ventricular derecho. Desviación del eje derecha: Hipertrofia de ventrículo derecho (HVD), hemibloqueo posterior, infarto lateral, EPOC, dextrocardia, inversión de los electrodos de los brazos. • Paso 5. Morfología de la onda P: Si la onda P es normal seguir con el paso 6. En caso contrario, ¿cuál puede ser la causa? P ausente: Ritmo idioventricular acelerado (RIVA), FA. ACTUACIÓN DE ENFERMERÍA ANTE UNA ALTERACIÓN ELECTROCARDIOGRÁFICA (2.ª parte) NURSING INTERVENTION IN DEALING WITH AN ELECTROCARDIOGRAPHIC ALTERATION (Part two) Pág. 80/ Enfermería en Cardiología. 2015; Año XXII (64) ARTÍCULOS CIENTÍFICOS Pág. 81/ Enfermería en Cardiología. 2015; Año XXII (64)Cuidados de Enfermería en las alteraciones electrocardiográficas Figura 1. Algoritmo de ayuda en el diagnóstico del ECG en pacientes sin pulso. Figura 2. Fibrilación ventricular. P invertida: dextrocardia, ritmo modal, colocación incorrecta de los electrodos de los brazos. P múltiple: FA, flúter, bloqueo AV de 2.º grado o 3.er grado. Hipertrofia aurícular. En la derivación V1 morfología de onda P difásica y en DII con forma de “M” (HAD) o triangular picuda (HAI). • Paso 6. Morfología del intervalo PR y anchura del PR entre 0,12 - 0,20 seg.: Si el PR es normal seguir con el paso 7. En caso contrario, ¿cuál puede ser la causa? PR < 0,12 seg. Ritmo auricular bajo o nodal alto (P negativa en II, III y aVF, con PR normal/corto y QRS estrecho), conducción AV por vía accesoria (PR corto) o WPW (PR corto, onda delta y QRS ancho). PR > 0,20 seg. Bloqueo AV. Si el PR se mantiene constante es un bloqueo AV de 1er grado y si se alarga progresivamente es un bloqueo AV de 2.º grado Mobitz I. Otros. PR disociado: bloqueo AV de 3.er grado o completo. Si es variable considerar un bloqueo AV de 2.º grado Mobitz I Conducción: Relación P-R con conducción 1:1. • Paso 7. Morfología del complejo QRS, con anchura del QRS < 0,12 seg. y voltaje progresivamente más positivo de V1 a V6: Si el QRS es normal seguir con el paso 8. En caso contrario, ¿cuál puede ser la causa? QRS Ancho (> 0,12 seg.): arritmia ventricular, bloqueo de rama (ver V1 y V6). TSV antidrómica, TSV con aberrancia. Voltaje: hipertrofia. Ver derivaciones precordiales. Intervalo QTc > 450ms: hipopotasemia, síndrome QT largo, riesgo Torsade de Pointes. • Paso 8. Síndrome coronario agudo: segmento ST, ondas T y Q: Si ST, Q y T son normales seguir con el paso 9. En caso contrario, ¿cuál puede ser la causa? Onda Q patológica. Profundidad >1mm y altura >25% de R en I, II, V5-V6. Segmento ST. • Isoeléctrico: normal o SCASEST. • Elevación ST (SCACEST) depresión ST (cambios recíprocos). Onda T negativa (en dirección contraria al complejo QRS. Si es negativa en I, II, V4-V6). • Isquemia subendocardica. • Paso 9. Comparación ECG previo: Si no hay cambios significativos en el ECG previo seguir con el paso 10. En caso contrario, ¿cuál puede ser la causa? Nuevo bloqueo de rama izquierda, nueva onda Q patológica. Altura de la onda R reducida. QRS anchos previos. Otros cambios significativos. • Paso 10. Relación clínica y contexto clínico del paciente. Anamnesis y exploración física. Registro. Formule una o varias hipótesis diagnósticas, planifique y registre su actuación. 1.- Paso previo. Confirmar si la situación clínica es compatible con una parada cardiaca. La parada cardiaca (PC) hace referencia a aquella situación clínica que conlleva un cese brusco, inesperado y potencialmente reversible de la función cardiocirculatoria. Se produce una brusca caída del gasto cardiaco y del transporte de oxígeno a la periferia, dando lugar a anoxia tisular. Por tanto, la valoración clínica se apoya en la inconsciencia y ausencia de pulso central, que se acaba asociando o precediendo de una ausencia de ventilación. Se pueden distinguir cuatro tipos de ritmo eléctrico cardiaco responsable de la parada cardiaca (Figura 1): Fibrilación ventricular (FV), la más frecuente y la principal causa de mortalidad en el infarto agudo de miocardio; taquicardia ventricular sin pulso (TVSP); asistolia (AS); y disociación electromecánica (DEM) 2,3,4,5,6,7. La FV y la TVSP son ritmos desfibrilables, mientras que la AS y la DEM son más infrecuentes y ritmos no desfibrilables. Por tanto, la principal diferencia en el manejo de ambos grupos es la posibilidad de revertir la situación mediante la desfibrilación. ¿QRS ancho? Taquicardia ventricular No ¿Frecuencia ventricular rápida? Disociación electromecánica Sí No Fibrilación ventricular No Sí ¿Se visualiza QRS? Paciente sin pulso => Ondas de pequeño voltaje, casi isoeléctricas Asistolia RCP 1.1 Fibrilación ventricular. La fibrilación ventricular (FV) es un ritmo ventricular en el que no se reconocen verdaderas ondas P ni complejos QRS, apareciendo como un trazado rápido e irregular en frecuencia y amplitud. La actividad eléctrica caótica no genera actividad mecánica cardiaca (ausencia de pulso), con el consiguiente riesgo de muerte si no se interviene de forma precoz. En el registro electrocardiográfico(Figura 2) aparece un patrón irregular y ondulante con frecuencia superior a 150 l’. Requiere RCP inmediata y desfibrilación temprana. Según la amplitud de los complejos QRS se habla de fibrilación ventricular gruesa o fina. Figura 3. Taquicardia ventricular. Figura 4. Asistolia. 1.2 Taquicardia ventricular sin pulso. La taquicardia ventricular sin pulso (TVSP) presenta un ritmo ventricular con complejos QRS anchos, a una frecuencia ventricular superior a 100 l’ (Figura 3). Los complejos QRS pueden ser similares o distintos (polimorfos). Si la TV ocasiona la pérdida de la actividad mecánica cardiaca (sin pulso) requiere una actuación como en la FV, con aplicación de maniobras de RCP inmediatas y desfibrilación temprana. 1.3 Asistolia. En la asistolia (AS) hay ausencia de actividad eléctrica y circulatoria. Pueden aparecer ligeras ondulaciones y ondas P aisladas sin respuesta ventricular (Figura 4). Este registro también puede aparecer por desconexión de un electrodo o por una avería del aparato, por lo que debe comprobarse en el paciente la inconsciencia y ausencia de pulso. Si se confirma, requiere la aplicación inmediata de maniobras de RCP. 1.4 Disociación electromecánica. La disociación electromecánica (DEM) se corresponde con cualquier actividad eléctrica cardiaca con ausencia de pulso y, por tanto, con ausencia de actividad circulatoria. Como en todas las anteriores, requiere maniobras inmediatas de RCP. Si nos encontramos en un paciente sin pulso, con pérdida de consciencia y alguno de los cuatro tipos de ritmo eléctricos anteriores, debemos iniciar sin demora las maniobras de RCP. Si la situación revierte y el paciente tiene pulso, continuar con el paso 1. Si no revierte y el paciente fallece, registrar en la historia clínica la actuación de enfermería. 2.- Paso 1. Comprobar la identidad del paciente, el electrocardiógrafo y el registro. Si todo está correcto, seguir con el paso 2. En caso contrario, ¿cuál puede ser la causa? Para garantizar la seguridad del paciente, debemos comprobar su identidad y anotarlo en el registro electrocardiográfico. Habitualmente en el registro electrocardiográfico aparece la fecha y hora, pero hay que asegurarse que se registre para establecer cronológicamente los cambios producidos. Es posible imaginar en una mesa tres ECG de tres pacientes distintos sin nombre o identificación. Podemos tener también dos electrocardiogramas diferentes de un paciente sin fecha y hora, sin saber a posteriori cuál se corresponde con la situación en ese momento o el orden de realización de los mismos. Los electrocardiógrafos utilizan habitualmente un movimiento de papel constante de 25 mm por segundo, pero puede modificarse voluntariamente y habrá que fijarse si está modificado. De igual forma, el voltaje estándar de 10 mm / mV puede modificarse manualmente, por lo que habrá que comprobarlo para la interpretación del ECG. También puede tener utilidad registrar en el ECG y/o en la historia clínica las posibles repercusiones hemodinámicas (ej: hipotensión, mareo, dolor precordial, etc.). Al realizar un electrocardiograma, puede aparecer lo que se conoce como ruido o artefactos. En general, los factores de ruido más habituales se deben a movimientos voluntarios o involuntarios del paciente (Parkinson), interferencias en la línea eléctrica y por un estado inadecuado del equipo (aparato o cables). Por tanto, habrá que valorar la utilización de filtros cuando el ECG es interferido por ruido. En ocasiones se comenten errores al realizar un ECG por falta de conocimiento, prisas o descuidos. Habrá que comprobar que el trazado se corresponde con lo esperable y/o comprobar la correcta colocación de electrodos antes de dar por finalizado un electrocardiograma. Por obvio que parezca, en un electrocardiograma bien realizado debe constar la identificación del paciente, fecha, hora, las 12 derivaciones bien registradas, con los mínimos artefactos posibles y con la comprobación de la correcta colocación de los electrodos. 3.- Paso 2. Frecuencia ventricular y auricular: Si la FCv es normal (60-100 l’), seguir con el paso 3. En caso contrario, ¿cuál puede ser la causa? La frecuencia cardiaca normal es de 60-100 l’, pero hay que tener en cuenta otras alteraciones, como el ritmo de escape auricular (60-80l’) o el ritmo de nodal (50-60l’). La frecuencia auricular y ventricular en el ritmo sinusal debe ser igual, pero tiene especial importancia la frecuencia ventricular, que es la que va a influir en el gasto cardiaco. Si la frecuencia cardiaca se encuentra entre 60-100 l’ debe considerar seguir con el paso 3. Cuando la frecuencia es baja (FCv < 60 l’), se puede denominar bradiarritmia o bradicardia y debe tenerse en cuenta las siguientes alteraciones: bradicardia sinusal, paro sinusal, bloqueo sinusal (BSA), bloqueo auriculoventricular (BAV). También puede tratarse de un ritmo de escape nodal, hisiano o ventricular, un flúter o una fibrilación auricular con una conducción lenta a los ventrículos. Si la frecuencia cardiaca es rápida (FCv >100 l’), se puede denominar taquiarritmia o taquicardia y deben tenerse en cuenta las siguientes alteraciones según la anchura del complejo QRS: • FCv >100 l’ y QRS ancho > 0,12 seg. Taquicardia con QRS ancho como la taquicardia ventricular, taquicardia supraventricular con aberrancia y fibrilación ventricular. • FCv >100 l’ y QRS estrecho < 0,12 seg. Taquicardia con QRS ancho como la taquicardia sinusal, taquicardia supraventricular paroxística, FA o flúter auricular con respuesta ventricular rápida, taquicardia nodal con reentrada. En algunas patologías arrítmicas varía la frecuencia según el momento del registro en el que comprobemos la frecuencia, como en la arritmia respiratoria, el síndrome de bradicardia- taquicardia sinusal, etc. 3.1 Bradicardia o bradiarritmia. La bradicardia o bradiarritmia es todo ritmo cardiaco menor de 60 latidos por minuto. La frecuencia cardiaca puede tener un mayor o menor impacto en el gasto cardiaco, pero si el paciente no tiene pulso, habrá que considerar una parada cardiaca y volver al paso previo (RCP). La forma de presentación clínica de las arritmias va desde el paciente asintomático hasta una amplia variedad de Pág. 82/ Enfermería en Cardiología. 2015; Año XXII (64) ARTÍCULOS CIENTÍFICOS manifestaciones clínicas. En gran medida las repercusiones hemodinámicas varían en función de la capacidad de la persona para mantener el gasto cardiaco a pesar de una frecuencia ventricular lenta. Por tanto, desde el punto de vista clínico será fundamental la frecuencia ventricular (QRS), aunque desde el punto de vista de diagnóstico electrocardiográfico nos centraremos fundamentalmente en la onda P, la relación de ondas P por cada QRS y la pausa compensatoria. El paciente puede estar asintomático cuando el aumento del volumen de latido ventricular compensa el gasto cardiaco, a pesar de la baja frecuencia ventricular. Pero, cuando el paciente no puede compensar el gasto cardiaco, se producen manifestaciones clínicas inespecíficas (debilidad, fatiga, astenia, cansancio, presíncope, síncope, insuficiencia cardiaca, aumento de disnea) y pueden llegar a ser potencialmente mortales. Las bradiarritmias también pueden presentarse asociadas a otras patologías como el infarto agudo de miocardio. En función de la arteria coronaria que produce la isquemia, puede afectar al nodo sinusal, al nódulo AV o al sistema de conducción ventricular. Las alteraciones hemodinámicas las podemos agrupar según los siguientes mecanismos: • Disminución de la frecuencia cardiaca. A pesar de la bajada de la frecuencia cardiaca, el corazón puede compensar el gasto cardiaco aumentando el volumen sistólico, sin que el paciente presente manifestaciones clínicas. Si no es capaz de mantener el gasto cardiaco, el paciente presentará algunas manifestaciones clínicas. • Pérdida del ritmo y llenado auriculoventricular con afectaciónde la precarga. La falta de coordinación en el llenado y vaciado de la aurícula (precarga), como en los bloqueos AV o ritmos de escape, hace que el llenado ventricular se vea disminuido. Si el paciente presenta una mayor demanda, como realizar ejercicio, la contribución de la aurícula en un 5-15% del llenado ventricular puede producir repercusiones hemodinámicas que no se producen en reposo. • Pérdida del ritmo ventricular y de la capacidad de bombeo ventricular con afectación de la contractilidad. Las alteraciones a nivel hisiano o ventricular producen una alteración en la sincronización y en la contracción de los tejidos ventriculares, afectando a la capacidad de bombeo ventricular. • Hipoxia del sistema de generación y/o conducción del estímulo. La hipoxia puede tener una doble etiología: por isquemia asociada a síndrome coronario agudo, o porque la propia bradicardia disminuye el gasto cardiaco y este aporta menos perfusión a la arteria coronaria. Ambas producen isquemia o hipoxia del sistema de generación y/o conducción del estímulo. Las bradiarritmias pueden clasificarse de diferentes formas, pero si tenemos en cuenta la anatomofisiología del sistema de conducción cardiaco, las podemos clasificar en: • Disfunción del nodo sinusal. Alteraciones en la formación del impulso (bradicardia sinusal o paro sinusal). Alteraciones en la conducción del impulso (bloqueo sinoauricular). • Bloqueo auriculoventricular. Alteraciones en la conducción del impulso (bloqueo auriculoventricular). Empezaremos por definir estas bradiarritmias2,3,4,5,6,7,9 para finalizar con el diagnóstico diferencial y con una propuesta de algoritmo diagnóstico. 3.1.1. Bradicardia sinusal. Se caracteriza por un ritmo sinusal con una frecuencia auricular y ventricular iguales e inferiores a 60 l’ (Figura 5). Es decir, presenta onda P positiva en II, III y aVF, morfología de ondas P-QRS-T sinusales, intervalo PP, PR y RR normal y constante, con un complejo QRS que sigue a cada onda P. 3.1.2. Paro (pausa) sinusal. Se define como el retraso en un latido sinusal y del consiguiente retraso de la onda P y del complejo QRS-T. Se produce como consecuencia de un fallo temporal en la formación del estímulo por parte del nodo sinusal. En esta bradiarritmia aparece un ritmo sinusal, pero de repente se produce un retraso en la conducción del estímulo sinusal, con ausencia de la onda P y del complejo QRS-T. Este retraso, considerado pausa o paro, puede seguirse de un ritmo sinusal normal o un latido de escape auricular (60-80 l’), nodal (50-60 l’), hisiano (40-49 l’) o ventricular (30-39 l’). La pausa electrocardiográfica que se produce, no será múltiplo de un intervalo PP sinusal del paciente. Por tanto, en el ECG se puede observar: • Las ondas P son normales y de origen sinusal, hasta la pausa o paro sinusal. • Cada onda P visible va seguida del complejo QRS. El intervalo PP, RR y PR constante y normal hasta la pausa o paro sinusal. • Frecuencia cardiaca entre 60 y 100 l’, aunque habitualmente es menor por ir asociada a bradicardia y arritmia sinusal. • Cuando se produce la pausa/paro sinusal, la duración de la pausa no es múltiplo del ritmo de base sinusal. Esta pausa puede finalizar con la reanudación del ritmo sinusal normal o con un ritmo de escape auricular, nodal, hisiano o ventricular (Figura 6). Figura 5. Bradicardia sinusal. Frecuencia lenta (<60l’) con intervalo PP, PR y RR constantes y normales. Frecuencia lenta con PP, RR y PR normal P P Las vías de conducción cardiacas poseen la propiedad de automatismo o despolarización espontánea. Cuando el nódulo sinusal falla, la región con la siguiente frecuencia de despolarización espontánea más alta se convertirá en el marcapasos y establecerá un latido de escape. Los latidos de escape pueden ser únicos o convertirse en un ritmo mantenido mientras no se produzca una despolarización 1 2 3 P-QRS-T seguido de pausa larga no múltiplo de PP P Figura 6. Paro sinusal cuya pausa que puede ir seguida de: ritmo sinusal (1), escape nodal (2) o escape ventricular (3). Pág. 83/ Enfermería en Cardiología. 2015; Año XXII (64)Cuidados de Enfermería en las alteraciones electrocardiográficas Figura 7. Bloqueo sinusal (BSA) de 2.º grado tipo I. Ausencia de P-QRS-T, con acortamiento progresivo del PP hasta el BSA. Pausa no proporcional al PP previo. Figura 8. Bloqueo sinusal (BSA) de 2.º grado tipo II. Ausencia de P-QRS-T, con PP y RR normales, salvo BSA. Pausa equivalente a dos intervalos PP previos6. espontánea más alta y con una frecuencia mayor. Los ritmos de escape suelen ser asintomáticos, pero pueden aparecer manifestaciones clínicas si el ritmo de escape es incapaz de mantener el gasto cardiaco. Los ritmos de escape nodal o ventricular tienen menos ondas P que QRS (salvo conducción retrógrada). 3.1.3 Bloqueo sinoauricular (BSA). En las bradiarritmias por alteraciones del nódulo sinusal nos referiremos fundamentalmente al bloqueo sinoauricular de segundo grado, que se produce cuando unos de los impulsos originados en el nodo sinusal no se conduce a las aurículas, con ausencia de onda P y complejo QRS-T en el registro. El BSA de primer y tercer grado no se identifica en el ECG y el de tercer grado se asemeja al paro sinusal. El bloqueo sinoauricular (BSA) se puede clasificar como el bloqueo ariculoventricular (BAV) en 3 grados: • BSA de primer grado. Se produce un retraso en la conducción eléctrica desde el nódulo sinusal hasta las aurículas. Habitualmente no se detecta en el registro del ECG (registro normal) o con una onda P ligeramente retrasada pero normal. Tampoco produce realmente una bradiarritmia. • BSA de segundo grado tipo I. Se produce un acortamiento progresivo del intervalo PP y RR hasta que un impulso sinusal no llega a la aurícula. Falta una onda P y su QRS-T, produciéndose una pausa el registro con duración menor que el doble que el intervalo PP previo. Por tanto, en el ECG se puede observar: Ondas P sinusales normales hasta el bloqueo. Frecuencia cardiaca de 60 a 100 l’ hasta el bloqueo, siendo más lenta cuanto mayor es el grado de bloqueo. Cada onda P va seguida de un QRS con PR normales hasta el bloqueo. Cada QRS va precedido de una onda P. N.º de ondas P igual al número de complejos QRS. Intervalos PP y RR irregulares, acortándose progresivamente hasta que se produce la pausa, siendo el intervalo PP más corto el que precede a la pausa y el más largo es el que la sigue. La pausa compensatoria es menor que el doble que cualquiera de los intervalos PP previos. Falta P-QRS-T. Un estímulo sinusal no conduce. (nº P = nº QRS) P P • BSA de segundo grado tipo II. Se produce la repentina ausencia de una onda P y complejo QRS-T entre ondas P normales. La pausa compensatoria es múltiplo del intervalo PP normal, a diferencia del paso sinusal. Por tanto, en el ECG se puede observar: Ondas P sinusales normales hasta el bloqueo. Cada onda P va seguida de un QRS con PR normales hasta el bloqueo. Cada QRS va precedido de una onda Estímulos sinusales rítmicos P-‐QRS-‐T ausente (BSA 2º grado) Falta P-QRS-T. El estímulo sinusal no conduce. (nº P = nº QRS) P P P. N.º de ondas P igual al número de complejos QRS. Frecuencia cardiaca de 60 a 100 l’ hasta el bloqueo, siendo más lenta por el bloqueo, pudiéndose reducir a la mitad o a un tercio en función del grado de bloqueo. El bloqueo más frecuente es 2:1, seguido del bloqueo 3:1. Intervalos PP, PR y RR normales, salvo el estímulo bloqueado. La pausa compensatoria puede ser el doble o el triple del intervalo PP previo, en función del grado de bloqueo 2:1 o 3:1. • BSA de tercer grado o completo (igual al paro sinusal, seguido de latido de escape). El impulso eléctrico sinusal no llega al tejido auricular produciendo un registro de paro sinusal, que suele ir seguido de un latido de escape ectópico auricular, nodal, hisiano o ventricular. Si este latido de escape nose produce, podría acabar en asistolia. En el registro del ECG no se puede confirmar sin un registro previo donde constatemos el ritmo sinusal de base, o con estudios complementarios electrofisiológicos. • Síndrome de bradicardia-taquicardia. Se caracteriza por episodios de taquicardia auricular en pacientes con bradicardia sinusal o bloqueo sinoauricular. Por tanto, en el ECG aparecen ritmos lentos y rápidos. 3.1.5 Bloqueo auriculoventricular (BAV). En el bloqueo auriculoventricular se produce una alteración con un retraso en la conducción del estímulo entre la aurícula y el ventrículo, a nivel del nodo auriculoventricular. Desde el punto de vista de las bradiarritmias, el BAV de 1er grado no suele tener ninguna relevancia, por mantener frecuencias superiores a 60 l’. El bloqueo de primer grado no provoca manifestaciones clínicas y los bloqueos AV de segundo y tercer grado provocan manifestaciones clínicas cuando la frecuencia ventricular es muy lenta y no se puede mantener un gasto cardiaco adecuado. Dependiendo de la región anatómica donde se produce el trastorno de la conducción del estímulo, se clasifica en intranodal (suprahisiano), o infranodal (intrahisiano o infrahisiano). Se pueden clasificar en 3 grados según la gravedad. • BAV de primer grado. Todas las ondas P y QRS los complejos están presentes, pero se produce un alargamiento del intervalo PR constante en todo el registro. Todos los impulsos sinusales (onda P normal) pasan al ventrículo con retraso constante (PR alargados) y van seguidos de un impulso ventricular (QRS normales). Toda onda P se sigue de un QRS y todo QRS va precedido de una onda P. El n.º de ondas P = n.º complejos QRS. Pág. 84/ Enfermería en Cardiología. 2015; Año XXII (64) ARTÍCULOS CIENTÍFICOS Figura 12. Bloqueo auriculoventricular (BAV) de 3.er grado. Disociación entre ondas P y QRS. Intervalo PP constante. Nº de ondas P > nº complejos QRS. El QRS puede tener distinta morfología según el origen del estímulo. Este bloqueo suele asociarse a ritmo de escape nodal, idioventricular o ventricular. Si el ritmo de escape tiene una frecuencia de 50-60l’ y QRS estrecho suele ser intranodal, pero si la frecuencia es más baja y el QRS ancho puede orientar a un ritmo de escape infranodal. Si cambia la morfología de los QRS nos puede orientar a varios focos ectópicos, y si mantiene la morfología del QRS, nos puede orientar a un foco ectópico. Onda P y complejo QRS disociados. (nº P > nº QRS) P P P P P P P P N.º de ondas P > n.º complejos QRS. 3.1.6 Otras bradiarritmias. También podemos encontrar otras bradiarritmias, aunque menos frecuentes: • Síndrome del seno enfermo. Se debe a una disfunción del nodo sinusal y se pueden presentar una o varias arritmias sinusales a la vez: paro sinusal, bloqueo sinusal, síndrome de bradicardia-taquicardia o bradicardia sinusal. • Síndrome bradicardia-taquicardia. Se caracteriza por la aparición de taquicardias auriculares paroxísticas en pacientes con bradicardia sinusal o bloqueo sinoauricular. El registro electrocardiográfico varía en el mismo ECG con una bradicardia o un bloqueo sinoauricular, más la taquicardia auricular paroxística. • Ritmo nodal o ritmo idioventricular acelerado (RIVA). Se produce cuando el nodo sinusal o un foco ectópico supraventricular no son capaces de generar un ritmo supraventricular adecuado, como el paro sinusal o el bloqueo sinusal. Como consecuencia, un foco del nódulo auriculoventricular, del haz de His o del ventrículo generan un ritmo de escape para evitar un paro cardiaco. La morfología y anchura del QRS varía según la localización del foco ectópico del nuevo ritmo. 3.1.7 Aproximación al diagnóstico diferencial. En el diagnóstico diferencial hay que formularse unas preguntas básicas que nos ayudan a diferenciar los 3 principales grupos de bradiarritmias (Tabla 1 y Figura 13): • ¿Todos los complejos P-QRS-T son similares? Si todos los complejos tienen morfología similar, la génesis del impulso es regular (sinusal). Si la frecuencia es baja y los P-QRS-T normales, con PR normal, nos encontraremos ante una bradicardia sinusal. Se diferencia del bloqueo AV de 1er grado porque en el bloqueo AV de 1er grado el PR es largo (>0,20 seg). También podría tratarse de un BSA de 1er grado, que no se puede identificar en el ECG. • ¿Presentan algún complejo P-QRS-T anormal tras complejos P-QRS-T normales? Tras unos complejos P- QRS-T normales, puede producirse una alteración en la conducción del impulso a nivel del nodo SA o del nódulo AV. Si se produce una alteración de la conducción del estímulo a nivel del nodo SA, veremos complejos P-QRS-T normales seguidos de la ausencia de un complejo P-QRS- T cuando correspondía (bloqueo sinoauricular de segundo grado) o más tarde de cuando correspondía (paro sinusal o bloqueo sinoauricular de tercer grado). o En el BSA de 2.º grado tipo I, los intervalos PP previos van disminuyendo progresivamente y la pausa es menor que el doble del intervalo PP previo. o En el BSA de 2.º grado tipo II, el intervalo PP y RR es constante (salvo en el bloqueo) y la pausa es proporcional al intervalo PP previo (doble o triple del intervalo PP previo). o En el BSA de 3.er grado o paro sinusal, los intervalos PP y PR previos son constantes hasta la ausencia de un complejo P-QRS-T. Esta pausa o paro puede ir seguida de un ritmo sinusal (paro sinusal) o de un ritmo de escape (paro sinusal o BSA de 3.er grado). Si se produce una alteración en la conducción AV, la ondas P y el intervalo PP son constantes, pero algunas ondas P no pasan al ventrículo y no producen QRS, presentando mayor número de ondas P que de complejos QRS. A diferencia del BSA anterior, solo falta algún QRS, pero no ondas P. o En el bloqueo AV de 2.º grado tipo I se produce un alargamiento progresivo del PR hasta que una onda P no conduce. La pausa es menor que el doble del intervalo PP previo. Se diferencia del BSA de segundo grado tipo I porque en el BAV de segundo grado tipo I aparecen más ondas P que QRS. También porque en el BAV se alarga progresivamente el PR, mientras en el BSA se acorta progresivamente el PP y el RR. o En el bloqueo AV de 2.º grado tipo II se identifica una o más ondas P que no se siguen de un complejo QRS, con intervalo PP constante y pausa múltiplo del intervalo PP previo. Se diferencia del BSA de 2.º grado tipo II en que en el BAV hay más ondas P que complejos QRS. o En el bloqueo AV de 3.er grado las ondas P no conducen al ventrículo. La onda P y el complejo QRS están disociados. Los complejos QRS son realmente un ritmo de escape nodal o ventricular. Se diferencia del BSA de 3.er grado en que en el BAV hay más ondas P que complejos QRS. • ¿Algunos P-QRS-T no son normales porque no tienen ondas P? Puede deberse a un flúter auricular (ondas F) o a una fibrilación auricular (ondas f) con respuesta ventricular lenta por una conducción ralentizada a nivel del nódulo AV y del haz de His. Esta alteración en la conducción puede ocasionar que pocos impulsos pasen al ventrículo o incluso producir un bloqueo AV completo con respuesta ventricular de escape. Pág. 85/ Enfermería en Cardiología. 2015; Año XXII (64)Cuidados de Enfermería en las alteraciones electrocardiográficas Bradicardia sinusal * PP-QRS-T normal. * PP, RR, PR normal. * Falta un P-QRS-T. * P-QRS-T previos normales. * El intervalo PP, y RR se acortan progresivamente hasta el bloqueo. * Pausa compensatoria menor al doble del PP previo. * Falta un P-QRS-T. * P-QRS-T previos normales. * PP, PR y RR regulares. * Pausa compensatoria proporcional al PP previo. * Falta un P-QRS-T cuando corresponde. * P-QRS-T previos normales. * PP, PR y RR regulares hasta paro/ bloqueo. * Pausa compensatoria no proporcional al PP previo. * Después de la pausa sigue un ritmo sinusal (paro sinusal) o un ritmo de escape (paro sinusal o BSA 3.er grado). * BSA de 1er grado: en el ECG no se diferencia. * BAV de 1er grado lento:tiene PR alargado > 0,20 seg. * BSA de 2.º grado tipo II: falta un P-QRS-T, pero el intervalo PP y RR son constantes y la pausa es proporcional al PP previo. * BAV de 2.º grado tipo I: Una onda P no conduce, con ausencia de QRS-T, pero no de onda P. N.º ondas P > n.º complejos QRS. Alargamiento progresivo del PR (salvo en el bloqueo). * BSA de 2.º grado tipo I: Ver anterior * BAV de 2.º grado tipo II: Una onda P no conduce, con ausencia de QRS-T, pero no de onda P. N.º ondas P > n.º complejos QRS, con intervalos PP, PR y RR constantes (salvo en el bloqueo). * BAV de 3.er grado: Ninguna onda P conduce. No ausencia de onda P, con intervalo PP constante. N.º ondas P > n.º complejo QRS, con PR totalmente irregular. Los QRS tras el paro/bloqueo son siempre latidos de escape. P y QRS disociados. * El flúter o la fibrilación auricular pueden presentar frecuencia ventricular baja, pero aparecerán ondas F u ondas f de actividad auricular. La respuesta ventricular dependerá de grado de transmisión de los impulsos a los ventrículos. BSA de 2.º grado tipo I BSA de 2.º grado tipo II BSA de 3.er grado o paro sinusal Arritmia ECG (principal hallazgo) Diagnóstico diferencial Frecuencia lenta con PP, RR y PR normal P P PR alargado (>0,20seg.) Falta P-QRS-T. El estímulo sinusal no conduce. (nº P = nº QRS) P P Falta QRS-T entre 2 ondas P. La onda P no conduce. (nº P > nº QRS) P P Falta P-QRS-T. El estímulo sinusal no conduce. (nº P = nº QRS) P P Falta QRS-T entre 2 ondas P. La onda P no conduce. (nº P > nº QRS) P P Onda P y complejo QRS disociados. (nº P > nº QRS) P P P-QRS-T seguido de pausa larga no múltiplo de PP P Tabla 1. Aproximación al diagnóstico diferencial de las bradicardias. Pág. 86/ Enfermería en Cardiología. 2015; Año XXII (64) ARTÍCULOS CIENTÍFICOS Figura 13. Algoritmo de ayuda a la interpretación de las bradicardias. BIBLIOGRAFÍA 1. Dubin, D. Electrocardiografía práctica. Lesión, trazado e interpretación. 3.ª ed. Madrid: Nueva editorial interamericana; 1976. 2. Perales N, López J, Ruano M. Manual de soporte vital avanzado. 4.ª ed. Barcelona: Masson; 2007. 3. Jiménez L, Montero FJ. Protocolos de actuación en medicina de urgencias. Madrid: Harcourt Brace; 1996. 4. Vélez D. Pautas de Electrocardiografía. 2.ª ed. Madrid: Marban; 2007. 5. Nadal R, Mateos D. Arritmias cardiacas. En: Álvarez JM, Del Río O. Cuidados al paciente con alteraciones cardiacas. Madrid: Difusión Avances de Enfermería; 2011. 6. Rodríguez MM, Cabrerizo MP. Manual de enfermería en arritmias y electrofisiología. Madrid: Asociación Española de Enfermería en Cardiología; 2013. 7. Rubio, JC. Interpretación electrocardiográfica básica. Rol de Enfermería. 1995; (197): 91-4. 8. Rubio, JC. Gómez E. Alteraciones electrocardiográficas: actividad de enfermería. Rol de Enfermería. 1994; (196): 82-6. 9. ECG pedia: Texbook of Cardiology. Disponible en: http://en.ecgpedia.org/wiki/Main_Page. Consultado el 29-03-15. El diagnóstico diferencial de los bloqueos de sinoauriculares (BSA) y auriculoventriculares (BAV) se basa en la relación del número de ondas P respecto al número de complejos QRS. Si el número de ondas P es mayor que el número de complejos QRS se trata de un BAV. Si el número de ondas P es igual que el número de complejos QRS se trata de un BSA. FE DE ERRATAS Se hace constar que se ha detectado una errata en la primera parte del artículo precedente ACTUACIÓN DE ENFERMERÍA ANTE UNA ALTERACIÓN ELECTROCARDIOGRÁFICA (1.ª parte) publicado en el número anterior de nuestra revista que procede a subsanarse a continuación: Pág. 25/ Enfermería en Cardiología. 2014; Año XXI (63), al final de la primera columna en el último recuadro de la figura 9: donde dice: Registro compatible con Síndrome Coronario Agudo con elevación del ST -SCASEST- debe decir: Registro compatible con Síndrome Coronario Agudo con elevación del ST -SCACEST- Pág. 87/ Enfermería en Cardiología. 2015; Año XXII (64)Cuidados de Enfermería en las alteraciones electrocardiográficas Pág. 21/ Enfermería en Cardiología. 2015; Año XXII (65)Cuidados de Enfermería en las alteraciones electrocardiográficas Dirección para correspondencia Juan Carlos Rubio Sevilla Comité Editorial Enfermería en Cardiología Casa del Corazón Ntra.Sra. de Guadalupe, 5-7 28028 Madrid Correo electrónico: revistaecg@enfermeriaencardiologia.com 3.2 Taquicardia o taquiarritmia. Se considera taquicardia o taquiarritmia todo ritmo cardiaco con una frecuencia superior a 100 latidos por minuto (lpm), incluso tres latidos cardiacos con una frecuencia superior a 100 lpm. El manejo integral de una taquiarritmia se centra en el diagnóstico electrocardiográfico, y en la valoración de la situación clínica. El electrocardiograma es la principal herramienta para la adecuada clasificación y el diagnóstico de las taquiarritmias; pero, en muchos casos, la interpretación electrocardiográfica no nos permite diferenciar el mecanismo arritmogénico y el diagnóstico preciso de la arritmia. Por tanto, desde el punto de vista enfermero, podemos intentar realizar un diagnóstico más o menos preciso; pero cuando no sea posible, debemos identificar si se trata de una taquicardia supraventricular o potencialmente ventricular, comprobar la situación clínica y realizar un diagnóstico progresivamente más preciso, según la situación lo permita. La importancia de la taquicardia está dada por la posibilidad de ser potencialmente mortal y por la repercusión clínica, influenciada directamente por la frecuencia cardiaca, la duración de la arritmia, una cardiopatía de base, el estado previo de la función ventricular y la presencia de comorbilidad asociada. La inestabilidad hemodinámica puede ir acompañada de los siguientes signos y síntomas: hipotensión, dolor torácico isquémico, confusión, palpitaciones, fallo cardiaco y/o signos de hipoperfusión tisular. CUIDADOS DE ENFERMERÍA EN LAS ALTERACIONES ELECTROCARDIOGRÁFICAS Coordinador: Juan Carlos Rubio Sevilla. revistaecg@enfermeriaencardiologia.com Enferm Cardiol. 2015; Año XXII (65): 21-32. Autor Juan Carlos Rubio Sevilla Enfermero en el Centro de Salud de Torrijos. Toledo. Enfermero Especialista en Enfermería Geriátrica. Especialista en Investigación en salud (UCLM). Experto en Dirección de organizaciones sanitarias (UCIII). ACTUACIÓN DE ENFERMERÍA ANTE UNA ALTERACIÓN ELECTROCARDIOGRÁFICA (3.ª parte) TAQUICARDIAS DE QRS ESTRECHO NURSING INTERVENTION IN DEALING WITH AN ELECTROCARDIOGRAPHIC ALTERATION (Part three) NARROW QRS COMPLEX TACHYCARDIAS Al recibir un paciente con síntomas compatibles con taquiarritmias supraventriculares, debemos valorar, en primer lugar, la repercusión hemodinámica de dicho trastorno eléctrico, lo que va a orientar la actuación inmediata en cada caso. En caso de tolerar dicha arritmia, es necesario realizar una completa anamnesis y una valoración electrocardiográfica adecuada, para poder aplicar la conducta más acertada. En presencia de signos de compromiso hemodinámico severo, debemos intervenir en forma urgente. Por su parte, la taquicardia ventricular presenta diversas manifestaciones clínicas, desde estar el paciente asintomático hasta presentar parada cardiaca. En este caso, es preciso iniciar maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) sin demora. En segundo lugar, realizaremos una valoración electrocardiográfica. Cuando observamos un ECG con una taquicardia, la duración del QRS es vital para orientar el diagnóstico diferencial. Siempre que estemos ante la presencia de un QRS estrecho (<0,12 s), podremos afirmar que el impulso eléctrico se ha generado por encima de la bifurcación del haz de His, por lo que se trata de una taquicardia supraventricular. Si el QRS es ancho (>0,12 s), no necesariamente indica que se trata de una arritmia ventricular. Potencialmente podría ser una taquicardia ventricular, con las implicaciones que eso supone;pero también puede ser de origen supraventricular, como una taquicardia con bloqueo de rama o síndrome de Wolff- Parkinson-White (WPW) previos. Pág. 22/ Enfermería en Cardiología. 2015; Año XXII (65) ARTÍCULOS CIENTÍFICOS En la bibliografía sobre las taquicardias, podemos encontrar diferente terminología relacionada con las mismas y que ayuda a clasificarlas: • Según la morfología podemos hablar de taquicardia monomórfica o monomorfa (todos los complejos QRS tiene igual forma), y polimórfica o polimorfa (algunos o todos los complejos QRS son distintos entre sí). • Según el ritmo podemos hablar de taquicardia rítmica (todos los complejos son rítmicos entre sí) o arrítmica (cuando no todas las ondas tienen el mismo ritmo). • Por su origen, podemos hablar de taquicardia supraventricular (el origen del impulso está por encima del haz de His o en el propio haz de His) o ventricular (se encuentra bajo el haz de His). • Por su inicio, podemos hablar de taquicardia paroxística (acontecimiento brusco y súbito) o no paroxística (aparición progresiva). • Según el mecanismo que la desencadena, podemos hablar de taquicardia por reentrada (existe un circuito anatómico o funcional a través del cual se mantiene el impulso no sinusal), o por automatismo aumentado (un foco ectópico tiene aumentada su capacidad de automatismo). • Según la duración respecto al ritmo sinusal, hablamos de taquicardia no sostenida (duración inferior a treinta segundos), taquicardia sostenida (duración mayor de 30 segundos) o incesante (persistencia mayor que el propio ritmo sinusal). Las taquicardias las podemos clasificar en función de la anchura del complejo QRS y del ritmo ventricular: - Taquicardias de QRS estrecho: o Rítmicas. o Arrítmicas. - Taquicardias de QRS ancho. En el presente artículo nos centraremos en las taquicardias de QRS estrecho. Empezaremos describiéndolas, para finalizar con los algoritmos y las tablas de ayuda al diagnóstico diferencial de las mismas 1-27. 3.2.1 Taquicardias o taquiarritmias de QRS estrecho. Las taquicardias supraventriculares son un grupo de entidades clínicas de ritmos rápidos, y habitualmente regulares, que se producen por encima de la bifurcación del haz de His. Las taquicardias supraventriculares son las más frecuentes en la práctica clínica. Esta frecuencia, junto a las posibles repercusiones hemodinámicas, justifica una adecuada actuación enfermera cuando nos encontremos ante una taquicardia supraventricular. El paciente con taquicardia supraventricular suele estar asintomático. Si el paciente presenta síntomas compatibles con taquiarritmias supraventriculares (palpitaciones, fatiga, disnea, dolor precordial, mareos, presíncope, o más raramente síncope) debemos valorar en primer lugar la repercusión hemodinámica de dicho trastorno eléctrico. El examen físico (teniendo en cuenta básicamente el estado de conciencia, tensión arterial, signos de insuficiencia cardiaca e hipoperfusión sistémica) nos va a orientar la conducta inmediata en cada caso. En caso de tolerar bien dicho trastorno, es imprescindible realizar una completa anamnesis y valoración electrocardiográfica. En presencia de signos de compromiso hemodinámico severo debemos intervenir en forma rápida, aunque en principio no suelen ser potencialmente mortales. 3.2.1.1 Taquicardia sinusal La taquicardia sinusal es definida como el aumento de la frecuencia sinusal mayor a 100 lpm, en relación a un estímulo físico, emocional, patológico o farmacológico. El inicio y la terminación de la taquiarritmia son progresivos. Generalmente la frecuencia cardiaca es menor de 200 lpm. En el registro electrocardiográfico de la taquicardia sinusal debemos encontrar1-5,7-11,13-22: - Frecuencia auricular y ventricular: o Frecuencia auricular y ventricular iguales, generalmente entre 100-200 lpm. o El inicio y la terminación de la taquiarritmia son progresivos. - Onda P: o El impulso se produce en el nodo sinusal. Morfología sinusal de la onda P, idéntica en todos los latidos. o La onda P es positiva en DI, DII, DIII y AVF, negativa en AVR, isodifásica en V1-V2 y positiva de V3 a V6. - Conducción al ventrículo: La relación P:QRS es 1:1 (una onda P por cada QRS). - QRS: Los intervalos RR sinusales son regulares. La duración normal es < 0,12 segundos (QRS estrecho), pero puede estar ensanchado por una conducción ventricular aberrante previa, como un bloqueo de rama o un síndrome de WPW. - Intervalo RP: Sinusal (largo), con RP > PR. Figura 1. Taquicardia sinusal (imagen izquierda26). RP > PR. Todos los complejos son sinusales, pero con alta frecuencia. 3.2.1.2 Taquicardia auricular unifocal, monofocal, paroxística o monomórfica. Se trata de un ritmo ectópico debido a la descarga rápida y repetitiva de un solo foco ectópico en el músculo auricular. La trasmisión del impulso auricular se produce de manera diferente a los impulsos del nodo sinusal, produciendo una onda P’ distinta a la onda P sinusal. Esta taquicardia suele ser paroxística con comienzo y cese bruscos, pero presenta fenómenos de calentamiento y enfriamiento, con aumento y disminución progresiva de la frecuencia cardiaca. En el registro electrocardiográfico de la taquicardia auricular unifocal observamos1-22,25: - Onda P: Ritmo regular con ondas P’ distintas a la onda P sinusal. Su morfología depende de la localización del foco ectópico, pero generalmente la onda P’ es positiva en las derivaciones DI, DII, DIII y aVF, y negativa en aVR. Para identificar el origen del foco auricular, se suelen usar las derivaciones V1, aVL y DI6,27. Si el impulso auricular se inicia en la zona inferior de la aurícula derecha, la onda P’ puede ser Pág. 23/ Enfermería en Cardiología. 2015; Año XXII (65)Cuidados de Enfermería en las alteraciones electrocardiográficas negativa en derivaciones inferiores DII, DIII y aVF (si es positiva en estas derivaciones, orienta a un foco superior). Para diferenciar un foco ectópico auricular derecho o izquierdo puede ser útil analizar la derivación DI, aVL y V1 (si la onda P’ es positiva o bifásica en la derivación aVL, la onda P’ negativa en V1, y la onda P’ positiva o isoeléctrica en DI puede orientarnos hacia un foco ectópico derecho, y viceversa.). Para una mayor precisión diagnóstica se pueden utilizar algunos algoritmos descritos en la bibliografía 6,25. o Línea base isoeléctrica entre las ondas P’. - Conducción al ventrículo: Generalmente la relación P:QRS es 1:1, con bloqueo AV de primer grado (una onda P por cada QRS). También puede haber una conducción variable con una relación P:QRS de 2:1 o 3:1 por bloqueo AV de segundo grado. - QRS: La frecuencia ventricular es igual a la frecuencia auricular si la conducción P:QRS es 1:1, pero disminuirá según el grado de bloqueo AV. o Frecuencia > 100 lpm, generalmente entre 150-220 lpm. o El intervalo RR es regular en la relación P:QRS de 1:1, pero irregular en presencia de bloqueo AV de segundo grado. - Intervalo RP: En la taquicardia auricular habitualmente el RP’ es largo. También puede tener una duración variable según el grado de bloqueo. Figura 2. Taquicardia auricular unifocal (imagen izquierda19). RP’ largo > P’R. La onda P’ precede al QRS, pero con distinta morfología a la onda P sinusal. 3.2.1.3 Taquicardia auricular multifocal o ritmo auricular caótico. Se trata de un ritmo taquicárdico auricular originado por 3 o más focos ectópicos auriculares (no sinusales). El diagnóstico diferencial en el ECG es la variabilidad en la morfología de la onda P. Al tratarse de varios focos ectópicos distintos, se producen varias ondas P’, P’’, P’’’ que son distintas entre sí y distintas también de la onda P sinusal, porque la trasmisión del impulso auricular se produce en puntos distintos, con recorridos auriculares también distintos. Es un ritmo que tiene cierta similitud con la fibrilación auricular, con ritmo irregular y distinta morfología de ondas P. En el registro electrocardiográfico
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