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SIGNIFICADOS DE LA MITOLOGÍA GRECO-LATINA
EN TEXTOS TEÓRICOS DEL SIGLO DE ORO
LUDWIG SCHRADER
Universitát Dusseldorf
I
La «recepción» de la mitología pagana en la Edad Media y en tiempos pos-
teriores, por ejemplo en el humanismo renacentista o en la literatura barroca
—esta recepción no es un tema muy nuevo. Gracias, sobre todo, a la célebre Es-
cuela Warburg, pero también a estudios más modernos,1 contamos con informa-
ciones bastante exhaustivos sobre varios aspectos muy importantes del fenó-
meno:
1B Conocemos las «actitudes hermenéuticas» —exégesis alegórica; teoría
de la mitología como «prefiguración» del cristianismo; euhemerismo etc.— que
se desarrollaron desde los primeros tiempos del cristianismo frente a la mitolo-
gía antigua y el peligro teológico-moral que ella constituía para el cristianismo;
son en gran parte actitudes interpretativas o «tipos» de recepción ya existentes
en la antigüedad tardía que muy evidentemente conocía la necesidad si no de
atacar, al menos de explicar lo que representaban los dioses olímpicos. Así,
pues, encontramos el comentario alegórico ya en escritores no-cristianos como
Lucio Éneo Cornuto (llamado también: P/iornutus, I siglo) o Fulgencio Plancia-
des (V/VI siglo) en cuyos tratados mitológicos leemos, por ejemplo:
Hercules est ratio uniuersis rebus indita, qua natura fortis ac ualida est [etc.].
1. Citamos sólo dos títulos representativos: Jean SEZNEC, The Survival of the Pagan Gods. The
Mythological Tradilion and Its Place in Renaissance Humanism and Art. Translated from the French
[Studies of the Warburg Institute, vol. 11, 1940) by Barbara F. Sessions, Princeton, University Press,
1972 (Bollingen Series, 38); Terror und Spiel. Problema der Mylhenrezeption (ed. M. Fuhrmann),
Munich, Fink, 1971 (Poetik und Hermeneutik, 4).
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o bien, para no pasar a otros personajes mitológicos:
Hercules eríim TpaK^ycí graecé dicitur: id est, av8pcovKA£0.í, quod nos latiné
uirorum fortium famam dicimus.2
Tal combinación de etimología o seudo-etimología y sentido alegórico tiene
su primer origen en el Crátilo de Platón,3 filiación importante que sin embargo
nos limitamos tan sólo a mencionar.
2- Contamos con innumerables estudios dedicados a la adaptación de la
mitología en diversos autores; huelga citar ante Vds. ejemplos como el de Gar-
cilaso de la Vega o de Calderón.4 También huelga llamar la atención sobre los
igualmente numerosos estudios que tenemos, dedicados a la supervivencia de
tal o tal otro dios o semidiós.5 Publicaciones muy recientes como el libro de Su-
zanne Guillou Varga sobre Mythes, mythographies et poésie lyrique au Siécle
d'or espagnol o las actas del Coloquio Mercure á la Renaissance6 dan fe de la
inagotable actualidad del tema.
II
Con todo, la aceptación de la mitología grecolatina como especie de alma-
cén de temas, comparaciones, especulaciones e ilustraciones para diferentes dis-
ciplinas —Cartari escribió sus Imagini colla sposizione degli dei antichi o Ima-
2. Phornuli speculaüo de deorum natura, lodoco Velareo interprete, y Fulgentii [considerado
todavía, erróneamente, obispo de Cartago] Mythologiarum líber II, citadas por la compilación mito-
gráfica típicamente humanística Hygini [...Jfabularum líber [...]. Quibus accesserunt [...] Palaepha-
ti De fabulosis narralionibus Líber I, F. Fulgentii Placiadis episcopi Carthaginensis Mythologiarum
Libri III ¡etc.], Basileae, Hervaqius, 1570, pp. 161 y 130.
3. PLATÓN, Crátilo; 407e sigs., sobre Hermes.
4. Cf. Gustavo CORREA, «Garcilaso y la mitología», Actas del IV Congreso AIH [19711, v ° ' - 1.
Salamanca 1982, pp. 319 sigs.; id., «Garcilaso y la mitología», Hispanic Review, 45 (1977), pp. 269
sigs. ; para Calderón, cf. Actas del «Congreso internacional sobre Calderón y el teatro español del
Siglo de oro [...] (ed. Luciano García Lorenzo), 3 vols., Madrid, CSIC, 1983 (Anejos de la Revista
«Segismundo», 6), passim.
5. Cf. Walter PABST, Venus und die mifiverstandene Dido. Literarische Ursprünge des Sibyllen-
und Venusberges, Hamburgo, Cram, de Gruyter & Co., 1955 (Hamburger Romanistische Studien. A.
40); W.B. STANFORD, The Ulysses Theme. A Study of the Adaptability of A Traditional Hero, Oxford,
Blackwell, 1954; Yves F.-A. GIRAUD, La fable de Daphné[...], Genéve, Droz, 1969; Erberhard LEU-
BE, Fortuna in Karthago. Die Aeneas-Dido-Mythe in den romanischen Lileraturen vom 14, bis zum
16. Jahrhundert, Heidelberg, Winter, 1969 (Studien zum Fortwirken der Antike. 1); etc.
6. Suzanne GUILLOU VARGA, Mylhes, mythographies et poésie lyrique au Siécle d'or espagnol,
2 vols., París, Didier, 1987; Société Francaise des Seiziémistes, Mercure a la Renaissance. Actes des
Journées d'Etudes des 4-5 oclobre 1984, Lille, publiés par M.-M. de la Garanderie, s.l. 1988; cf. tam-
bién Mylhographie der frühen Neuzeit. Ihre Anwendung in den Künsten (ed. Walter Killy), Wiesba-
den, Harrassowitz, 1984 (Wolfenbütteler Forschungen, 27).
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gines deorum para los pintores—,7 esa aceptación, de hecho, no corresponde ni
puede corresponder a una total legitimación de derecho. El problema central,
aunque a veces olvidado, fue solucionado o más bien eludido de diferentes ma-
neras. De algunas de ellas vamos a hablar en seguida, pero insistimos de nuevo
en que la reconciliación entre mitología y cristianismo no fue siempre una cosa
que se entendía por sí misma; no siempre la «solución» alegórica, prefigurativa,
euhemerística, astral, física, etc. tiene un carácter tópico en el sentido peyorati-
vo de una fórmula cuyo origen teológico-existencial se ha olvidado.
Como ejemplo de ello, quiero hablarles, con la necesaria brevedad (aunque
el texto no la merece) de la Imagen ó, espejo de las obras de Dios, manuscrito
anónimo fechado por Simón Díaz después de 1634,8 obra (si veo bien) muy po-
co estudiada —y muy poco sistemática y por eso interesante. El autor empieza,
hablando de la creación del mundo, con una teoría prefigurativa —«En Prome-
teo [...] es entendido Dios»,10 trata a Iuno de «casamentera»,11 o sea, «neutrali-
za» a los dioses paganos desde su punto de vista claramente cristiano. Pero lla-
ma la atención el que siga, a lo largo de más de 400 folios, hablando de ellos, y
también el que mezcle arbitrariamente diferentes actitudes frente a aquellos dio-
ses. En el caso de Hércules, no tiene problemas en declarar:
quemando el fuego la parte que tenía de Humano, por mandado de Iupiter, y con-
sentimiento de los Dioses, le lleuaron al cielo contándole entre ellos. Murió año
de 2775, de la creación.12
es decir que nuestro autor se aprovecha de la explicación histórica, dejando
un poco abierto lo que entiende por «mandado de Iupiter».
III
¿Es en efecto completamente arbitraria esa «mezcla» de interpretaciones, o
existen, aunque se trate sólo de tendencias, ciertas preferencias en relación con
ciertos géneros textuales? Ésta es la pregunta que vamos a analizar en lo que si-
gue, basándonos en textos no literario-artísticos de cuatro clases: diccionarios
7. Vincenzo CARTARI, ímagini colla sposizione degli de i antichi, Venecia 1556, con numero-
sas reediciones; en latín: Lyon 1581 y Venecia 1647; reimpresión de esta última edición: Graz 1963.
8. Imagen, ó espejo de las obras de Dios, donde se conoce algo de su infinidad según nuestra
finita capacidad, Ms. Escorial I.b., 18; cf. Simón Díaz XII, ne 1014.
9. Imagen, P Ib.
10. Ibid., 215a.
11. fbid.,2\9b.
12. Ibid.SU.
545
mitológicos, compilaciones, textos moralistas, comentarios dedicados a Garci-
laso.
IV
No es de extrañar que los dos diccionarios mitológicos que se publicaron en
español, el de Pérez de Moya (1585) y el de Vitoria (1620),13 ofrezcan una gran
variedad de tipos de explicación, pero con notables diferencias entre ellos. Pé-
rez de Moya, autor sobre todo de tratados de matemáticas, es también en su mi-
tografía un autor particularmente sistemático. En el segundo capítulo del primer
libro declara su sistema hermenéutico que mantiene con bastante rigurosidad a
lo largo de su libro. Se ve fácilmente de dónde parte cuando explica:
De cincomodos se puede declarar una fábula, conviene a saber: Literal, Ale-
górico, Anagógico, Tropológico, y Físico o natural.14
Es muy interesante tal aplicación —con «tolerancia», podríamos decir— del
sistema de los cuatro sentidos de la escritura, a la mitología, con la adición del
sentido «físico», es decir, astral. Es interesante sobre todo cuando comparamos
a Pérez de Moya con Natalis Comes (1551), una de las autoridades más influ-
yentes del siglo xvi en este campo de la mitografía. Comes también ofrece va-
rias significaciones de cada deidad o héroe —De Ioue historicél At Physicél
Quae Ethicé, pero parece que simpatiza con este último aspecto —el alegórico-
moral— más que con los otros.15
Muy diferente es el caso de Vitoria. Mucho menos sistemático que Pérez de
Moya, y más fanático en su manera de subrayar la ignorancia y «ceguera» de la
«antigua Gentilidad», él se decide en principio por la explicación euhemerística
y astral, tomando parte también en lo que podríamos llamar la «teoría de la co-
rrupción»: la mitología procede, corrompida, del Antiguo Testamento, teoría
13. Juan PÉREZ DE MOYA, Philosophia secreta, Madrid 1585, con numerosas reediciones; cita-
mos por la edición de Eduardo Gómez de Baquero, 2 tomos, Madrid 1928 (NBAE. Los clásicos olvi-
dados, 6.7.); Baltasar DE VITORIA, Teatro de los dioses de la gentilidad. Salamanca 1620, igualmente
con numerosas reediciones; citamos por la de Madrid, Imprenta Real-Bonet, 1657.
14. PÉREZ DE MOYA, loe. cit., tomo 1, p. 10.
15. Natalis COMES, Mythologiae, Venecia 1551, con numerosas reediciones; citamos por la edi-
ción Francfort, Wecheli heredes, 1596, lib. X, pp. 1026 ss.; los párrafos que tienen por título Quae
ethicé, Nunc Ethicé dicamus etc. terminan, al contrario de los demás párrafos, por frases que tienen
el verbo «significare»: «quae omnia per Ionis figmenta significabant» (p. 1031) etc. Comes favorece
claramente la interpretación moral en el caso de Hércules; cf. Ludwig SCHRADER, «Herkules-Darste-
llungen in der spanischen Literatur vom 15. bis zum 17. Jahrhundert», Mythographie (ed. Killy), loe.
cit., p. 60.
546
que desempeña un papel importante precisamente en los siglos xvn y xvm. Vi-
toria considera que
los mas de los Poetas [paganos] procuraron aprouecharse de los libros del sapien-
tissimo Moyses, y de los demás que tocauan a la sagrada Escritura, sacándola de
sus quicios para adorno de sus fábulas.16
En cuanto a las compilaciones del tipo Floresta española o Tesoro de diversa
lición hemos encontrado una relativa escasez de informaciones mitológicas. No
pretendemos ni lejanamente disponer de un corpus completo. Con tal reserva po-
demos constatar lo siguiente: En las dos obras que acabamos de citar, de Melchor
de Sancta Cruz de Dueñas y Ambrosio de Salazar, la mitología está prácticamen-
te ausente, si prescindimos de una sola mención de Hércules en Melchior de
Sancta Cruz.17 La muy conocida y divulgada Silva de varia lecion de Pero Mexía
contiene algunas observaciones mitológicas, es verdad, pero se limitan a Hércu-
les, las Amazonas, las Sibilas y algunas «informaciones» y reflexiones astrológi-
cas. Mexía es partidario, más que nada, de la explicación histórico-euhemerísti-
ca, actitud que le permite, por ejemplo, comparar a Hércules con Sansón:
ambos comenzaron a hauer muerto sendos leones, y ambos fueron engañados y
sojuzgados por mugeres."
En principio, la mitología, así racionalizada, no es para Pero Mexía ni más
ni menos que una fuente de curiosidades que utiliza con bastante ingenuidad y
un mínimo de reflexión.
16. Vitoria, loe. cit.. Prologo al Letor, y I, 1; p. Í.Cf. nuestra conferencia «Feijóo und die Deu-
lung der Mythen», Actas del Coloquio «Spanien und Europa im Zeichen der Aufldarung», Universi-
dad de Duisburg, octobre de 1986, en prensa.
17. Melchior DE SANCTA CRUZ DE DUEÑAS, Floresta española de apothegmas o sentencias, sa-
bia y graciosamente dichas, de algunos españoles, Caragoca, Simón, 1576; cf. IX, 4, p. 217 v: «En
Seuilla está este verso. Hercules me edifico,/ Iulio Cesar me cerco/» (etc., sin comentarios). Ambro-
sio DE SALAZAR, Thesoro de diversa lición, obra digna de ser vista por su gran curiosidad [...]./ Tre-
sor de diverses lecons [etc.], París, BovUanger, 1637; el carácter bilingüe de la obra, con glosaríos al
final, se explica por la profesión del autor: «Secretario, Intérprete del Cristianissimo Luis XIII en
lengua española».
18. Pero MEXIA, Silva de varia lecion, vltimamenle enmendada y añadida por el avelor, [1* ed.:
1542], Venecia, Giolito de Ferrarüs, 1553; I, 40, p. 109 v; para su (muy breve) mención de Hércules,
ejemplo de loable actividad humana, cf. Christoph STROSETZKI, Literatur ais Beruf, Zum Selbst-
verstándnis gelehrter und schriftstellerischer Existenz im spanischen Siglo de Oro, Dusseldorf, Dros-
te, 1987 (Studia humaniora, 8), p. 24.
547
El caso de Antonio de Torquemada y su Jardín de flores curiosas parece ser
un tanto más complicado. Al igual que Pero Mexía (al que cita), también Tor-
quemada presenta temas mitológicos en el marco de «curiosidades». Así, le in-
teresan mucho los sátiros, los centauros, las «serenas», pero hay que reconocer
que procede con una especie de escepticismo sistemático. Se pronuncia, por
ejemplo, contra ciertas creencias astrológicas diciendo que no todos los que na-
cieron bajo la influencia de Júpiter son «principes ni grandes señores»,
ni Mercurio haze a los hombres tratantes y cautelosos."
Y en cuanto al euhemerismo, hay que reconocer que no lo acepta como tal
sino que se esfuerza por explicarlo «psicológicamente»:
y aunque ay muchas y diuersas opiniones del principio y origen de la Gentilidad,
que por la prolixidad dexo de referir: la mas común es que el rey Niño hizo vna
estatua al rey Belo su padre después de muerto [...]•: y como los que a ella se aco-
gian hallauan defensa contra los que las perseguían, comenfaron a adorar aquella
imagen, y hazerle sacrificios como a Dios [...].M
VI
Pasemos a otra clase de textos. Hemos encontrado cierta riqueza de puntos
de vista en los diccionarios de mitología, hemos encontrado cierta preferencia
por la explicación histórica en las recopilaciones. En los textos que llamamos
«moralistas», textos en los que eruditos humanistas exteriorizan, entre lo «nor-
mativo» y lo «descriptivo», sus ideas ético-pedagógicas —en textos de esta ín-
dole predomina la función alegórica de personajes mitológicos. Parece que ella
responde más que otras (también presentes) a las aspiraciones fundamentales
del humanismo: reforma del hombre mediante la antigüedad nuevamente descu-
bierta. Desde mediados del siglo xv Hércules es alegoría de la «virtud» (y ya no
héroe de la historia de España, como en textos medievales).21 En la misma fun-
19. Antonio DE TORQUEMADA, Jardín de flores curiosas, en que se tratan algunas materias de
humanidad. Filosofía Teulogia y Geografía con oirás cosas curiosas, Salamanca, Terranova, 1570,
p. 189 v; referencia a Mexia, en relación con las sirenas: p. 62 v.
20. lbid., p. 96 v. Torquemada conoce también la comparación entre Sansón y Hércules, cf. p.
36 vs. Debemos mucho a Giovanni ALLEGRA, «Antonio de Torquemada, mitógrafo "ingenuo" y po-
pular», Actas del VI Congreso AIH [1977], Toronto 1980, pp. 55 y ss., quien, a pesar del título de su
trabajo, le atribuye a Torquemada «una cultura nada vulgar ni basada en consejas supersticiosas» (p.
57a).
21. Cf. SCHRADER, Herkules-Darstellungen, loe. cit., pp. 52 sgs.
548
ción encontramos a Ulises en Bias contra Fortuna del Marqués de Santulona.72
En Hernán Pérez de Oliva los eruditos son comparados con Sísifo.23 La obra
quizás más interesante en este contexto es el Appologo de la ociosidad y el tra-
bajo de Luys Mexia, narración alegórico-mitológica, sin duda un tanto pesada,
pero interesante por su complejidad; contribuyen a ella por una parte, el Argu-
mento y moralidad de la obra por Francisco Cervantes de Salazar, y un Prologo
al lector de Alexio Venegas, y por otra el hecho de que los personajes mitológi-
cos aparezcan a nivelesdiferentes y hasta contradictorios. Fraude se presenta
como «hija de Mercurio»;24 pero Mercurio participa también «personalmente»
en la acción alegórica y —especie de elevación al cuadrado— enseña la inter-
pretación moral de la mitología.25
VII
Y con este ejemplo, con la apología que hace Mercurio de los poetas, sus
«fábulas» y la «sabrosa doctrina para los mortales» que ofrecen éstas últimas,
llegamos a nuestro cuarto grupo de textos. Nos limitamos a la comparación de
dos comentarios dedicados a Garcilaso: el del Brócense y el de Herrera. Repre-
sentan dos actitudes diferentes aunque los dos parten, en principio, de la fórmu-
la architópica «fingen los poetas», es decir que inventan «fábulas» para «inducir
a los lectores» —así se expresa Pérez de Moya— «a muchas veces leer y saber
su escondida moralidad, y provechosa doctrina».26 Pero ¡qué diferencia dentro
de este marco!
Para el Brócense el uso de elementos mitológicos en Garcilaso no tiene nada
de problemático. Da gusto leer con qué laconismo alude a lo que todos saben.
«Moraliza la fábula de...», dice de vez en cuando, y a veces se vuelve hasta im-
paciente: en la Égloga III Garcilaso
22. íñigo DE MENDOZA, Marqués de Santillana, Bias contra Fortuna, hecho por coplas, Sevilla
1502, facsímile Nueva York, De Vinne Press, 1902, passim.
23. Hemán PÉREZ DE OLIVA, Diálogo de la dignidad del hombre, acabado y publicado por Fran-
cisco Ceruantes de Salazar en las Obras que F.Cd.S. a hecho, glosado, y traduzido, Alcalá de Hena-
res, Brocar, 1546, tomo 3, PVIII r.
24. Luys MEXIA, Appologo de la ociosidad y el trabajo, intitulado Labricio Poriundo [...] com-
puesto por [...] L.M., glosado y moralizado por Francisco Ceruantes de Salazar, ibid., tomo 1, PXVII
v.
25. Ibid., f̂ XLI v. En cuanto al uso de la mitología, la obra merecería un análisis más detallado;
la conocimos gracias al libro de Strosetzki, loe. cit., cf. pp. 19 y ss.
26. PÉREZ DE MOYA, loe. cit., I, 1, tomo 1, p. 7. Cf. Vitoria, loe. cit., 1,1, p. 1: «los Filósofos, y
Poetas antiguos, fueron los Teólogos de la antigua Gentilidad».
549
pinta la fábula de Orpheo, la qual por ser vulgar, la dexo, quien quisiera verla lar-
gamente [...] vea Virgil. en el quarto de sus Geórgicas.27
Prescindiendo de algunas notas más bien euhemerísticas,28 predomina en el
Brócense la idea del sentido alegórico-moral, pero, en vez de explicarlo larga-
mente, el comentador prefiere suponerlo.
La explicación larga es, en cambio, esencial en el comentario de Herrera.
Caracterizado por una prolijidad casi «barroca», Herrera rebasa a cada paso su
meta declarada, la explicación estilística. Da toda clase de informaciones sobre
la mitología; con frecuencia su comentario adquiere las dimensiones de un dic-
cionario hasta el punto de que la erudición que extiende se separa totalmente
del texto del que parte.29 Prefiriendo, en principio, la explicación alegórico-mo-
ral, aduce también bastantes reflexiones «físicas» (Júpiter: el calor; Juno: la hu-
medad, etc.).30 En cuanto a la Égloga III, dice casi lo mismo que el Brócense:
pero esta fábula es tan común a todos que seria ocioso trabajo referilla,
pero luego pasa a una explicación muy detallada (Orfeo: «el espíritu mental»; la
serpiente: «el engaño del mundo», etc.).31
VIII
Con toda prudencia sacamos esta consecuencia: la selección de uno u otro
tipo hermenéutico entre los muchos que ofrece la tradición antigua y medieval,
no es ni del todo sistemática, unilateral, ni del todo arbitraria. Hay preferencia
por lo «histórico» en las recopilaciones, por lo moral en textos destinados prob-
ablemente más que otros a un público erudito o semi-erudito. No son frecuen-
tes, en una época de secularización humanística, las comparaciones con la Bi-
blia, no son muy frecuentes las explicaciones astrológicas, y parece faltar por
completo la consideración de los dioses antiguos como demonios.
27. Obras del excelente Poeta Garci Lasso de la Vega. Con Anotaciones y enmiendas del Li-
cenciado Francisco SÁNCHEZ, Salamanca, Pedro Lasso, 1574, p. 134 v; «moraliza»: cf. pp. 107 r, 107
v. Cf. la edición moderna: Garcilaso de ¡a Vega y sus comentaristas. [...] (ed. [...] Antonio Gallego
Morell), Madrid, Gredos, 21972 (Biblioteca Románica Hispánica. IV, 7), pp. 300 y 273.
28. Francisco SÁNCHEZ, loe. cit., pp. 130 v y 131 r (ed. Gallego Morell, pp. 297 y ss.).
29. Obras de Garcilaso de la Vega con anotaciones de Femando DE HERRERA, Sevilla, Barrera,
1580, cf. pp. 141 y ss. (ed. Gallego Morell, pp. 351 y ss.).
30. Femando DE HERRERA, loe. cit., pp. 155 y 256 (ed. Gallego Morell, pp. 359, 406 y ss.).
31. Femando DE HERRERA, loe. cit., p. 661 (ed. Gallego Morell, p. 573).
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	InfoAIH: AIH. Actas X (1989). Significados de la mitología greco-latina en textos teóricos del Siglo de Oro. LUDWIG...

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