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Universidad de Oriente Núcleo Bolívar Unidad de Cursos Básicos Departamento de Ciencias Laboratorio de Biología I Sección 04 Profesor: Dr. Luis Ramos CI:30.787.640 CI:31.247.744 CI:30.478.426 CI:30.385.671 CI:28.736.803 CI:28.604.872 CI:30.402.967 Carrara Isabella Gómez Erbin López Fiorella López Mariana Ruíz Eduardo Soares Jairuska Tello Jasney Bachilleres: Ciudad Bolívar, Abril de 2021 El hígado (en este caso, de pollo), de color rojizo principalmente, al entrar en contacto con el agua oxigenada (peróxido de hidrógeno) produce una efervescencia o burbujeo. A medida que se agregaba más cantidad de agua oxigenada, aumentaba dicho burbujeo; además, debido a la mezcla con el color inicial del hígado, el agua se torna un poco roja. El burbujeo puede ser producto de una reacción, es decir, una respuesta inmediata a un estímulo, en el que participan reactivos. Nuestros reactivos son: Agua oxigenada: Peróxido de hidrógeno (H2O2), es un compuesto químico formado por hidrógeno y oxígeno. Es muy inestable; se descompone lentamente en oxígeno y agua. Su velocidad de descomposición puede aumentar mucho en presencia de catalizadores. Se caracteriza por ser un compuesto fundamental que se encarga de participar en procesos antisépticos, como la cicatrización de heridas, bloqueando la entrada de organismos infecciosos. La espuma que se produce cuando aplicamos agua oxigenada a una herida es el oxígeno que se desprende, ya que una enzima en nuestro organismo descompone el peróxido de hidrógeno. Hígado de pollo: El hígado es un órgano relativamente grande e importante en estas aves (así como también en el resto de organismos que lo poseen); participa en el metabolismo, la desintoxicación, la secreción de bilis, la coagulación, la inmunidad y otras funciones. El hígado contiene una enzima llamada catalasa que descompone el agua oxigenada en H2O y en O2, siendo estos los productos de la reacción. Proteínas: Se definen como el conjunto de moléculas distribuidas en cadenas de enlaces, las cuales están sujetas al código genético de cada individuo. Construyen, mantienen y regeneran las células del cuerpo, así como también generan enzimas y hormonas. Enzimas: Son proteínas que actúan como catalizadores, es decir, que aceleran las reacciones químicas sin consumirse ni pasar a formar parte de los productos de esa reacción. Son extremadamente eficientes y se pueden utilizar una y otra vez repetidamente. Una enzima puede catalizar miles de reacciones en cada segundo. Catalasa: Es una enzima presente en los peroxisomas de las células de todos los tejidos animales (hígado, riñón) y vegetales (papa, ajo, por ejemplo). Actúa sobre el peróxido de hidrógeno descomponiéndolo en agua y oxígeno, además de liberar energía en forma de calor. Su función es proteger a las células del efecto tóxico del peróxido de hidrógeno, catalizando la reacción: 2 H2O2 2 H2O + O2 donde se ve cómo se descompone en agua y oxígeno, y donde el oxígeno es el responsable de funcionar como bactericida sobre microorganismos bacterianos que invadan el organismo. A temperaturas altas la reacción se acelera; sin embargo, si ésta se expone a temperaturas extremadamente altas la enzima se desnaturaliza, perdiendo así su efecto. Peroxisoma: Es un orgánulo presente en las células eucariotas (con núcleo celular definido) que flotan en el citosol y cumplen funciones metabólicas como la oxidación y la eliminación del peróxido de hidrógeno. Dos enzimas son típicas de este orgánulo: la catalasa y la urato oxidasa, esta ultima ausente en los seres humanos y algunos primates. Reacción de dismutación: Son aquellas reacciones en las que un elemento es al mismo tiempo oxidado y reducido. Los reactivos generan productos en los que un elemento tiene dos estados de oxidación. 2 H2O2 2 H2O + O2 En esta reacción un elemento es simultáneamente oxidado y reducido. El oxígeno presente en el agua oxigenada se encuentra en el estado de oxidación -1 y como producto de la descomposición pasa al estado de oxidación 0 en el oxígeno elemental (es oxidado), y al mismo tiempo pasa al estado de oxidación -2 en el agua (es reducido). La temperatura óptima de la catalasa para la descomposición del peróxido de hidrógeno está entre los 37-40°C. Por encima de esa temperatura la catalasa (como cualquier enzima) se empieza a desnaturalizar. En general, los aumentos de temperatura aceleran las reacciones químicas: por cada 10°C de incremento, la velocidad de reacción se duplica. Las reacciones catalizadas por enzimas siguen esta ley general. Sin embargo, al ser proteínas, a partir de cierta temperatura se empiezan a desnaturalizar por el calor. Por encima de la temperatura óptima, el aumento de velocidad de la reacción debido a la temperatura es contrarrestado por la pérdida de actividad catalítica debida a la desnaturalización térmica, y la actividad enzimática decrece rápidamente hasta anularse. Desnaturalización: Implica la alteración de las estructuras secundarias, terciarias o cuaternarias de la proteína, dando como resultado que dicha proteína pierda su actividad biológica. El peróxido de hidrógeno reaccionará diferente con la catalasa presente en la papa y el hígado si ésta varía en su temperatura; además, al exponerse a una temperatura muy alta, la catalasa se desnaturalizará y no habrá reacción alguna. Para comprobar la validez de la hipótesis se procede a realizar un experimento con el hígado y la papa, ambos reactivos con el agua oxigenada. Se utilizan 3 vasos en cada uno donde la variable será el tiempo que se expone la catalasa al agua tibia-caliente, siendo éstos 0 minutos (neutro), 2 minutos y 5 minutos. Neutro 2 min. Agua 30-40°C aprox. 5 min. Agua 50-60°C aprox. 1er vaso: Hígado crudo, inicialmente con un tono vinotinto-rojizo. Al agregar el peróxido de hidrógeno (25ml) se generó una efervescencia, tornando el color del hígado un poco más claro al tiempo que el agua adquirió un tono levemente oscuro. A los 6 minutos del inicio de la efervescencia, se redujo el volumen de la misma. 2do vaso: Hígado expuesto 2 minutos al agua tibia-caliente, inicialmente con un tono color carne oscuro. Al añadir la misma cantidad de peróxido de hidrógeno del vaso anterior, se produjo una mínima efervescencia, la cual fue creciendo progresivamente. Al cabo de 3 minutos las burbujas aumentaron hasta cubrir la muestra, cambiando el color del líquido a un amarillo opaco, y el del hígado a un color beige. 3er vaso: Hígado expuesto 5 minutos al agua tibia-caliente, inicialmente con un tono pálido. Al agregar el peróxido de hidrógeno no se produjo efervescencia alguna, dejando ambos reactivos con sus propiedades intactas, a simple vista. 1er vaso: Papa cruda con su característico color amarillo claro. Al agregar el peróxido de hidrógeno (25ml) se observó un burbujeo creciente, manteniéndose tanto la tonalidad del líquido como el del tubérculo. 2do vaso: Papa expuesta al agua tibia-caliente durante 2 minutos. Al agregar el segundo reactivo, tuvo como producto una reacción de efervescencia mínima, incrementando paulatinamente en un periodo de tiempo de 3-5 minutos. Sin embargo, la actividad de la reacción fue leve, en comparación al vaso anterior. 3er vaso: Papa expuesta al agua tibia-caliente durante 5 minutos. Al agregar el peróxido de hidrógeno no se presentó burbujeo o efecto efervescente. La hipótesises válida: Se pudo demostrar que la catalasa al estar expuesta a distintas temperaturas no reacciona igual con el peróxido de hidrógeno. El hígado crudo o “neutro” y a 2 minutos expuesto al agua tibia-caliente reaccionó con el H2O2, dando como resultado una efervescencia, al igual que la papa, solo que en magnitudes diferentes. La catalasa de ambos al estar expuesta 5 minutos al agua tibia-caliente (con una temperatura aproximada de 50-60°C) no reacciona porque, al ser una proteína, a ésta temperatura se desnaturaliza, perdiendo su actividad. Entonces, ésta enzima, al estar cerca de su temperatura óptima, o en ella, tiene una alta actividad para descomponer el peróxido de hidrógeno, sin embargo, al sobrepasar esta, no hay actividad alguna, por motivo de la desnaturalización. Cabe destacar que aunque tanto en la papa como en el hígado la catalasa está presente, una es un tejido vegetal y el otro un tejido animal, así que la reacción con el peróxido de hidrógeno fue la misma, pero en distintas proporciones. El peróxido de hidrógeno es un residuo del metabolismo celular de muchos organismos vivos y tiene, entre otras, una función protectora contra microorganismos patógenos, principalmente anaerobios, pero dada su toxicidad debe transformarse rápidamente en compuestos menos peligrosos; aquí es donde entra en juego la enzima catalasa, descomponiendo el H2O2 en agua y oxígeno. Cuando añadimos agua oxigenada a una herida, por ejemplo, se aprecia un burbujeo o espuma; esto se hace comúnmente porque el agua oxigenada “desinfecta” la herida, aunque solo sirve como antiséptico de corta duración. Las bacterias patógenas son anaerobias, es decir, no pueden vivir con oxígeno, entonces al descomponerse el agua oxigenada en agua y oxígeno debido a la catalasa, las bacterias mueren gracias a las burbujas y espuma. Es importante saber que el agua oxigenada no es muy recomendable para tratar heridas porque, aunque ataca a las bacterias que invade la herida, también ataca a células del cuerpo. Se tendría una herida limpia pero con tejido atacado por el mismo antiséptico que se usa para limpiarlo. El peróxido de hidrógeno ataca a las bacterias atrayendo los electrones de sus membranas celulares, lo que básicamente “rompe” la membrana y destruye la bacteria; el burbujeo es resultado de la reacción con la catalasa en el interior de las bacterias, pero también está reaccionando con la misma enzima en otras células, rompiendo sus membranas y destruyéndolas como si fueran bacterias.
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