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Manual de urgencias prehospitalarias Manual de urgencias prehospitalarias Mutua de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales de la Seguridad Social nº 151 Autores: Dr. Javier Gutiérrez Guisado, Medicina Interna, Hospital Asepeyo Coslada Carlos Pérez Garri, DUE Beatriz López Martín, Supervisora de Enfermería Quirófano, Hospital Asepeyo Coslada Silvia Arilla García, DUE Servicio URPO, Hospital Asepeyo Coslada� Edición: Julio 2010 Maquetación: Dirección de Comunicación www.asepeyo.es Índice 1. Introducción........................................................................................................................ 5 2. Síndrome febril................................................................................................................... 7 3. Disnea aguda ..................................................................................................................... 10 4. Crisis hipertensiva.............................................................................................................. 17 5. Alteraciones neurológicas .................................................................................................. 2 1 5.1. Crisis convulsiva........................................................................................... 5.2. Paciente inconsciente .................................................................................. 5.3. Accidente cerebrovascular (ACV) ................................................................ 6. Amputaciones .................................................................................................................... 37 7. Fracturas ............................................................................................................................ 40 8. Quemaduras ...................................................................................................................... 46 9. Shock hipovolémico ........................................................................................................... 52 10. Shock anafiláctico .............................................................................................................. 55 11. Crisis de ansiedad ............................................................................................................. 58 12. Dolor torácico ..................................................................................................................... 61 13. Bibliografía ......................................................................................................................... 66 14. Anexos ............................................................................................................................. 67 I- Fármacos más utilizados en la crisis hipertensiva........................................... 67 II- Etiología de las convulsiones.......................................................................... 69 III- Colocación de cánula orofaríngea (guedel) ................................................... 70 IV- Exploración neurológica................................................................................. 71 V- Escala de Glasgow ......................................................................................... 72 VI- Clasificación de las quemaduras según prof................................................. 73 VII- Características de las quemaduras .............................................................. 74 VIII- Reglas de Wallace y Lund Browder ............................................................ 75 IX- Pérdida sanguínea según fx.......................................................................... 76 X- Clasificación del shock ................................................................................... 76 XI- Aproximación a la TA mediante la toma de pulsos........................................ 76 Manual de urgencias prehospitalarias 3 1. Introducción La alteración del estado de salud de cualquier persona es considerada como una urgencia médica que debe resolverse en el acto. Sin embargo, la definición de urgencia o emergencia no depende de la sensación subjetiva del paciente sino del grado de lesión o compromiso de la vida que pueda suponer para el mismo. Por ello podemos definir urgencia como aquella demanda de asistencia sanitaria que objetivamente puede ser demorada hasta 6 horas después de la aparición de la misma. Esto conlleva que el paciente puede estar aguardando la asistencia durante este tiempo sin que por ello suponga un empeoramiento de su estado o compromiso de vida. En muchas situaciones esta espera puede ser mal recibida por el paciente, quien subjetivamente demanda esa asistencia de forma rápida. Por otra parte, emergencia sería aquella situación en la que se requiere una actuación inmediata para evitar la aparición de secuelas graves o incluso el compromiso de la vida del paciente. En estas situaciones la asistencia debe ser en ese momento para garantizar el mantenimiento del estado de salud, teniendo en cuenta que la presentación de la emergencia es imprevisible. Por tanto, se requieren actuaciones inmediatas con material y personal entrenado en este tipo de situaciones. En ambos casos los servicios sanitarios deben presentar una serie de características: Accesibilidad: el servicio debe llegar a toda la población definida. Rapidez: necesario para conseguir una asistencia competente. Efectividad: se deben dar respuestas adecuadas con los recursos disponibles. Eficiencia: para conseguir una asistencia de calidad. Ésta debe ser oportuna y con bajo coste o coste adecuado a la utilidad o servicio prestado, optimizando el gasto sanitario. Los objetivos que debe conseguir un servicio sanitario donde se atiendan estas situaciones son: Disminuir la mortalidad por urgencias vitales. Disminuir la morbilidad por procesos urgentes. Disminuir los costes económicos. Unificar la actuación de los servicios implicados. Aumentar el grado de satisfacción y seguridad del usuario. Para conseguir estos objetivos es necesario contar con un grupo multidisciplinar adecuado y entrenado en este tipo de situaciones ya que, al ser actividades que se deben realizar en poco tiempo, éstas deben conocerse perfectamente para actuar de manera protocolizada y adecuada. Del mismo modo, debe conocerse el material y medicación específico para cada situación, así como los sistemas de comunicación, medios de transporte y centros de evacuación, para garantizar, en caso necesario, el traslado del paciente a un centro especializado en el menor tiempo posible con seguridad y garantizando una comunicación eficaz que evite la pérdida de información. Manual de urgencias prehospitalarias 5 Los pasos principales a llevar a cabo con un paciente que llega a un centro asistencial en una situación de urgencia o emergencia serían los siguientes: 1. Evaluación primaria: donde se pretende conocer el riesgo vital del paciente y resolver las situaciones que pueden provocar la muerte del paciente en poco tiempo (ABC: comprobación de la vía aérea, ventilación adecuada, circulación). 2. Soporte vital: realización de técnicas y tratamientos necesarios para preservar la vida del paciente. 3. Evaluación secundaria: realización de una exploración más concienzuda y completa de cabeza a pies y de delante a atrás. Con ésta se determinará la gravedad de las lesiones y el tratamiento y cuidados necesarios. 4. Estabilización: en este punto se deben utilizar todas las técnicas y cuidados suficientes para mantener la vida, se realizarán las inmovilizaciones oportunas, preparando todo lo necesario para proceder al traslado del paciente. 5. Transporte: cuando el paciente está estable se debe trasladar a un centro hospitalario. 6. Transferencia: parte fundamental en la que se dará toda la información a un profesional sanitario sobre el estado y actividad desarrollada con el paciente. La información debe darse de forma ordenada y porescrito, independientemente de que se quiera realizar de forma verbal. Con lo expuesto anteriormente, el objetivo del presente trabajo es entrenar al personal sanitario de los centros asistenciales ante determinadas situaciones de urgencias o emergencias que se les pueden presentar en su trabajo diario, hasta que el paciente sea trasladado a un centro hospitalario de mayor complejidad. Existen distintas situaciones de alteración de la salud que pueden ser precursoras de situaciones más complejas y comprometidas para la vida del paciente que, actuando de una manera precoz, se pueden prevenir o permitir la realización de técnicas o tratamientos inmediatos que eviten su aparición. Se tratará de dar a conocer algunas de estas situaciones, recordando pautas para reconocerlas, así como técnicas y tratamientos que se deben aplicar y los NIC (intervenciones de enfermería) más usuales de cada una de ellas. Manual de urgencias prehospitalarias 6 2. Síndrome febril En los Servicios de Urgencias la fiebre es el motivo de consulta más frecuente, sobre todo en la edad infantil. La causa más común de la fiebre son las infecciones virales agudas, principalmente de vías respiratorias superiores. Aunque la mayoría de los cuadros febriles tienen origen en un proceso infeccioso, hay que recordar otros cuadros que también la producen: enfermedades inflamatorias crónicas, tumores, origen central, temperatura ambiente, ejercicios, medicamentos, etc. Para la población general el concepto fiebre abarca toda temperatura superior a 37ºC. En términos clínicos: Fiebre es la temperatura superior o igual a 38ºC tomada en la axila. Febrícula es la que oscila entre 37 y 38ºC. Las temperaturas rectales son 0,5ºC más altas y las axilares 1-0,5ºC más bajas que las orales. Clasificación Según el tiempo de evolución, el síndrome febril se clasifica en: a.-De breve duración: < 48 horas. b.-De corta duración: 48 horas-7 días. c.-De moderada duración: 7-14 días. d.-De larga duración: > 14 días. Valoración Cuando acude al centro sanitario un paciente que refiere fiebre o es detectada en el centro, el personal sanitario que lo atiende debe realizar una anamnesis completa, exploración física y pruebas complementarias que permitan determinar la causa de la fiebre. 1. Anamnesis: a. Antecedentes familiares: infecciones en otros miembros de la familia. b. Antecedentes personales: éstos deben estar referidos a la clínica o sintomatología principal. Enfermedades previas, accidentes o intervenciones quirúrgicas, actividades laborales, contacto con animales o alimentos no higienizados, lugar de residencia, administración de fármacos, drogas o vacunaciones, alergias medicamentosas, actividad sexual y viajes. c. Características de la fiebre: inicio, evolución y tipo. d. Anamnesis por aparatos: síntomas acompañantes o signos de focalidad. Manual de urgencias prehospitalarias 7 Genitourinarios Respiratorios y cardíacos Otorrinolaringológicos Abdominales Locomotor musculoesquelético Neurológicos Dermatológicos 2. Exploración física: Toma de constantes: TA, FC, T ª, FR. Estado general y nivel de conciencia. Piel y mucosas: coloración e hidratación. Exploración por órganos y aparatos. 3. Exploraciones complementarias: Si se sospecha infección del tracto urinario, se utilizará una tira reactiva de orina que permita determinar anomalías. Si es positivo se le instaurará el tratamiento establecido por protocolo. En pacientes diabéticos es recomendable la realización de una glucemia capilar. Valorar otras pruebas según los hallazgos de la exploración física. Actitud terapéutica 1. Medidas físicas: Retirar la ropa de abrigo. Mantener un ambiente fresco (21-22ºC). Aplicación de paños fríos en axilas e ingles. Proporcionar una hidratación adecuada. 2. Tratamiento sintomático: Paracetamol: tratamiento de primera elección. Antipirético y analgésico. Inhibe la síntesis de prostaglandinas a nivel cerebral, no es efectivo a nivel periférico. Su acción antiinflamatoria es casi nula, pero presenta menos efectos adversos que el ácido acetilsalicílico (AAS). Dosis: 650-1000 mg/4-6 horas, hasta una dosis máxima de 4 gr/día. AAS: antipirético, analgésico y antiinflamatorio. Inhibe la síntesis de prostaglandinas. Dosis: 500-1000 mg/ 4-6 horas. Otros AINES: inhiben la síntesis de prostaglandinas. Destaca el Ibuprofeno con acción antipirética, analgésica y antiinflamatoria. Hay que tener precaución con su efecto gastroerosivo. Dosis: 400-600 mg/ 6-8 horas. Si la fiebre no cede: valorar la administración de Metamizol 2 gr/IM en dosis única. Manual de urgencias prehospitalarias 8 3. Tratamiento específico: según sospecha etiológica. Criterios de derivación 1. Al hospital: A. Criterios clínicos de gravedad -Alteración del nivel de conciencia o desorientación temporo-espacial. -Presencia de crisis convulsiva. -Hipertermia rebelde a medicación antipirética correcta. -Sospecha de infección bacteriana sin respuesta adecuada al tratamiento. -Taquipnea, hipotensión arterial y/o signos de hipoperfusión periférica. -Factores de riesgo: inmunodeprimidos, insuficiencia cardíaca, hepática o renal. B. Sospecha de enfermedad que precise diagnóstico y/o tratamiento hospitalario. C. Síndrome febril de larga duración sin foco evidente. 2. Al médico de cabecera: todos los casos no derivados al hospital. Signos y síntomas de gravedad: Alteraciones del nivel de conciencia. Hipotensión y shock. Insuficiencia respiratoria, cardíaca o hepática. Convulsiones. Acidosis metabólica. Deterioro del estado general. Abdomen agudo. Criterios analíticos de gravedad: Si se cuenta con una analítica de sangre o posibilidad de realizarla: -Granulopenias < de 1000/mm. 3 Registros de enfermería 2313. Administración intramuscular. 2304. Administración oral. 3740. Tratamiento de la fiebre. 6680. Monitorización de los signos vitales (si se cuenta con monitor). 10005. Toma de TA sistólica (si no se cuenta con monitor). 10006. Toma de TA diastólica (si no se cuenta con monitor). 10001. Realización de pruebas diagnósticas varias. Tira reactiva de orina. 10001. Realización de pruebas diagnósticas varias. Glucemia capilar (en diabéticos). Manual de urgencias prehospitalarias 9 0960. Transporte. 4190. Punción intravenosa. 1320. Aplicación de frío/calor. Aplicación de frío en axilas e ingles. Hoja de valoración de enfermería. Manual de urgencias prehospitalarias 10 Algoritmo de actuación Manual de urgencias prehospitalarias 11 1 Síndrome febril Fase I Valoración Antecedentes familiares y personales Características de la fiebre Anamnesis por aparatos Exploración Toma de constantes Estado general y nivel de consciencia Piel y mucosas Exploración por órganos y aparatos Tira reactiva de orina Glucemia capilar (diabéticos) Fase 2 Diagnóstico diferencial Proceso infeccioso Tumores Proceso Inflamatorio Origen central Fase 3 Actitud terapéutica Retirar ropa Ambiente fresco Hidratación Tratamiento especifico Tratamiento sintomático Fase 4 Derivación Llamar urgencias Preparar traslado Imprimir hoja valoración enfermería 1ª elección Paracetamol 650-1000mg c/ 4-6 horas Alternativa AAS 500 mg c/ 4-6 horas Ibuprofeno 400-600 mg c/6-8 h Si no cede la fiebre Metamizol IM Dosis única Manual de urgencias prehospitalarias 12 3. Disnea aguda La disnea es un síntoma que consiste en la sensación subjetiva de “falta de aire”, y que puede expresar una respiración anormal e incómoda (laboriosa, superficial o acelerada), cuyas características pueden variar según la causa que la produzca. No debemos olvidar que 2/3 de los pacientes que presentan disnea, tienen causa pulmonar o cardíaca. Como la disnea llega a producirse en individuos normales tras ejercicio intenso o sólo moderado, en el caso de individuos no entrenados, únicamente debe considerarse anormal cuando ocurre en reposo o conun grado de actividad física que no deba producirla, siendo su intensidad muy variable según la sensibilidad del paciente. Existen otros términos que pueden confundirse con disnea, pero que tienen significados claramente diferentes como: Hiperventilación: respiración por encima de las necesidades del cuerpo, excesiva y que puede producirse por respirar demasiado, respirar superficialmente, tomar grandes bocanadas de aire… Es un ritmo de ventilación pulmonar más rápido de lo que se necesita metabólicamente para el intercambio de gases, produciendo un exceso de la captación de oxígeno y de la expulsión de dióxido de carbono. Taquipnea: aumento de la frecuencia respiratoria por encima de los valores normales (adultos: 15-20 ventilaciones por minuto, niños alrededor de 40). Hiperpnea: respiración rápida, profunda o trabajosa que aparece normalmente durante el ejercicio, pero también puede acompañar al dolor, fiebre, histeria y cualquier trastorno en el que el aporte de oxígeno sea insuficiente, como ocurre en las enfermedades respiratorias, circulatorias, ante una sepsis… Clasificación Disnea de esfuerzo: que aparece al realizar un esfuerzo físico. Es el tipo más frecuente. Disnea por causa pulmonar: debida a defectos restrictivos u obstructivos. Ortopnea: ahogo que sufren las personas con alteración en el ritmo cardíaco cuando están acostados y les obliga a sentarse. Disnea paroxística nocturna: ataque de ahogo repentino que aparece durante el sueño. Llegada al centro asistencial Todo paciente que acuda al centro asistencial con disnea de instauración aguda o con incremento rápido de su disnea basal, necesita un diagnóstico y tratamiento urgente. Valoración La valoración inicial debe ir encaminada en un primer momento, a determinar si nos encontramos ante un paciente con fallo respiratorio agudo por la presencia de criterios de gravedad. En estos casos es imprescindible asegurar la permeabilidad de la vía aérea y garantizar una adecuada oxigenación. Si la disnea debuta sin criterios de gravedad, es necesario realizar una historia clínica más detallada y estableceremos un diagnóstico diferencial que condicionará la actitud terapéutica definitiva. A. Anamnesis 1. Antecedentes personales Es importante detectar la presencia de patología respiratoria o cardíaca previa, así como el tratamiento que recibe. 2. Edad La edad del paciente nos puede orientar al diagnóstico de presunción, atendiendo a la mayor frecuencia de presentación de las diferentes causas según la edad. a.- Lactante: cuerpo extraño, bronquioliotis, epiglotitis, laringitis. b.- Escolar: asma, epiglotitis, crup y neumonía. c.- Adulto joven: asma, infecciones y traumatismos. d.- Adulto-anciano: insuficiencia cardiaca, edema agudo de pulmón (EAP), enfermedades crónicas, tumores. 3. Síntomas guía Existen una serie de síntomas que pueden orientarnos hacia la posible etiología del cuadro disneico: a.- Intensidad de la disnea: inespecífico. b.- Ortopnea y disnea paroxística nocturna: cardiopatía. c.- Bradipnea: alteraciones del sistema nervioso central. d.- Dolor torácico: cardiopatía isquémica, pericarditis, tromboembolismo pulmonar (TEP), neumotórax, derrame pleural, neumonía y traumatismos. e.- Fiebre: infecciones. f.- Tos: síntoma engañoso y muy inespecífico. g.- Expectoración: Purulenta (proceso infeccioso). Sonrosada (insuficiencia cardiaca). Perlada (asma). Hemática (TEP, tumores y TBC). h.- Trastornos neuropsíquicos: cefalea, ansiedad, disminución del nivel de conciencia indican gravedad del cuadro. i.- Oliguria y edemas: insuficiencia cardíaca izquierda, EPOC, cor pulmonale. Manual de urgencias prehospitalarias 13 B. Exploración física. 1.-Constantes vitales: TA, FC, FR, Tª. 2.-Estado general: - Nivel de conciencia. - Signos cutáneos: palidez, cianosis central y periférica, frialdad, sudoración, tiempo de relleno capilar. - Frecuencia respiratoria: bradipnea/ taquipnea. 3.-Cabeza y cuello: Buscar la presencia de: masas, ingurgitación yugular, enfisema subcutáneo, estridor inspiratorio / espiratorio. 4.-Tórax: a) Inspección: - Uso de musculatura accesoria: Tiraje supraesternoclavicular. Tiraje intercostal. Aumento de participación de la musculatura abdominal. - Descoordinación tóraco-abdominal. - Espiración larga y ruidosa. - Deformaciones y/o inestabilidad torácica: Alteraciones de la movilidad. Heridas penetrantes. Deformaciones postraumáticas. b) Palpación - Puntos dolorosos. - Zonas de crepitación subcutánea. c) Auscultación: - Pulmonar. Comparando siempre ambos hemitórax: disminución o abolición del murmullo vesicular. Sibilancias de predominio inspiratorio/espiratorio. Estertores crepitantes. - Cardíaca: Ritmo: rítmico/arrítmico. Frecuencia cardíaca: bradicardia/taquicardia. Otros ruidos: soplos, roces y extratonos. 5.-Abdomen: Buscar la presencia de puntos dolorosos, defensa o distensión abdominal. 6.-Extremidades: Valorar la presencia de pulsos periféricos. Acropaquias (engrosamiento de las extremidades, por ejemplo los dedos en palillo de tambor). C. Exploraciones complementarias Manual de urgencias prehospitalarias 14 Centro asistencial: Valorar la realización de: a.- Pulsioximetría (si se cuenta con aparato apropiado). b.- Electrocardiograma de 12 derivaciones. c.- Glucemia mediante tira reactiva. d.- Rx de tórax 2 proyecciones (posteroanterior y lateral). Centro hospitalario: Además de lo anterior se realizará: a.- Gasometría arterial. b.- Radiografías de tórax (PA y lateral). c.- Hematimetría, fórmula y recuento leucocitario. d.- Bioquímica: glucosa, urea, creatinina, Na y CPK-MB en sospecha de infarto agudo de miocardio (IAM)/ ángor inestable. e.- Valorar la realización de pruebas complementarias dependiendo de la sospecha clínica: ecocardiografía, angiografía, gammagrafía, TAC, broncoscopia. Criterios de gravedad y derivación hospitalaria Presencia de al menos uno de los siguientes criterios. Obnubilación. Agitación psicomotriz. Cianosis. Signos de mala perfusión tisular. Imposibilidad de toser o hablar. Tiraje intercostal. Participación de musculatura accesoria. Incoordinación tóraco-abdominal. Frecuencia respiratoria > 30 r.p.m.; FC >125 l.p.m. Silencio auscultatorio. Sat O2 < 90% con oxigenoterapia. PO2 < 60 mmHg en Insuficiencia Respiratoria Aguda (IRA) y PO2 < 50 mmHg en Insuficiencia Respiratoria Crónica (IRC) agudizada. pH < 7,25. Todos los pacientes con criterios de gravedad, deberán ser derivados y valorados en el servicio de urgencias del hospital, con un tratamiento que garantice el soporte vital avanzado, filiar el origen de dicha disnea e instaurar el tratamiento definitivo en función de la etiología. No debemos olvidar que disnea no es igual a hipoxia (hay pacientes disneicos no hipóxicos y viceversa). Manual de urgencias prehospitalarias 15 Actitud terapéutica El tratamiento de este tipo de alteración dependerá de la etiología del cuadro. Las causas más frecuentes de disnea son: Obstrucción de vía aérea: cuerpo extraño, angioedema, estenosis traqueal. Patología pulmonar o pleural: EPOC, asma (crisis aguda, estatus asmático), infección de vías respiratorias altas y bajas, neumotórax, derrame pleural, atelectasias, deformidad de la caja torácica, traumatismo torácico: neumo-hemotórax, tórax inestable, taponamiento cardíaco Patología cardiovascular: insuficiencia cardíaca secundaria a cardiopatía isquémica, valvulopatía, cardiopatía hipertensiva, miocardiopatía alcohólica. Arritmias cardíacas. Pericarditis y taponamiento cardíaco. Enfermedad tromboembólica. Otras causas: neurosis de ansiedad, alteraciones metabólicas, shock, intoxicación por CO, anemia. Pero independientemente de la causa existen una serie de medidas generales para todas los tipos de disnea: a.- Incorporar al paciente 45º. b.- Canalización de una vía venosa periférica y/o central con suero glucosado al 5% a ritmo de 7 gotas/minuto. c.- Oxigenoterapia: debe de ponerse inmediatamente y no se debe demorar por la gasometría.Como norma, poner mascarilla de efecto venturi al 24-28% en insuficiencia respiratoria crónica (IRC) agudizada y al 50% en IRA. d.- Intubación endotraqueal en caso de presentar alguno de los siguientes criterios: -Apnea. -Escala de Glasgow < 8. -Agotamiento físico. Trabajo respiratorio excesivo. -FR > 35-40 /min. -Respiración caótica o irregular. -PO2< 50-60 mm Hg. Con oxigenoterapia al 50% y/o PCO2 > 50 mm Hg y pH < 7,2 en IRA. SatO2 < 90% con oxigenoterapia al 50% en IRA. Registros de enfermería 7680. Ayuda a la exploración. 3320. Oxigenoterapia. 10000. Realización de ECG. 6680. Monitorización de los signos vitales (con ayuda de un monitor en caso de contar con el o de forma manual). 10001. Realización de pruebas diagnósticas varias. Glucemia. 0960. Transporte. 4190. Punción intravenosa. 0580. Sondaje vesical Hoja de valoración de enfermería. Manual de urgencias prehospitalarias 16 Algoritmo de actuación Manual de urgencias prehospitalarias 17 Disnea aguda Fase I Valoración Vías aéreas Anamnesis paciente o acompañante Exploración Signos vitales Estado general Cabeza-cuello Tórax Abdomen Extremidades Pulsioximetria, EKG, Glucemia Fase 2 Diagnóstico diferencial Obstrucción vía aérea Patología pulmonar Patología cardiovascular Fase 3 Actitud terapéutica Incorporar 45º Canalizar vía periférica Glucosado 5% Oxigenoterapia Entubación Fase 4 Derivación Llamar a urgencias Preparar traslado Imprimir hoja valoración enfermería 4. Crisis hipertensiva La hipertensión arterial se considera una elevación anormal de la presión dentro de las arterias. Definiéndose como tal una presión sistólica en reposo superior o igual a 140 mm. de Hg.; una presión diastólica superior o igual a 90 mm de Hg. o la combinación de ambas. La hipertensión arterial puede presentar ocasionalmente complicaciones agudas. Un reconocimiento y tratamiento adecuados pueden preservar la vida del paciente. Clasificación Las crisis hipertensivas pueden ser ocasionadas por distintas etiologías. Es importante conocer la etiología y saber como actuar en cada una, así: Causa desconocida: hipertensión esencial o primaria. Causa conocida: hipertensión secundaria. La causa puede ser una afección renal, trastornos hormonales, uso de medicamentos como anticonceptivos orales, estrés... Llegada al centro asistencial Paciente que acude al centro asistencial por presentar o haber presentado momentos antes signos y síntomas de hipertensión arterial. Valoración - Anamnesis: Se realizará una anamnesis exhaustiva al paciente. Entre otros datos se le interroga sobre: Edad. Sexo. Profesión y hábitos (consumo de alcohol y tabaco, ambiente familiar y laboral, actividades recreativas...) Factores de riesgo cardiovascular (obesidad, hábitos de vida sedentario, estrés y el consumo excesivo de alcohol y sal). Embarazo. Antecedentes familiares. Exposición a productos químicos y/o tóxicos. Uso de medicamentos. Presencia de enfermedades infecciosas. - Sintomatología: Los síntomas más normales en caso de hipertensión arterial grave (ya que la hipertensión suele ser asintomática), son: Cefalea, náuseas y vómitos. Fatiga. Disnea. Sudoración. Palpitaciones. Enrojecimiento facial. Hemorragia nasal. Alteraciones visuales. Crisis convulsiva. Manual de urgencias prehospitalarias 18 Exploración física: Toma de tensión arterial en decúbito o sentado y de pie. Auscultación pulmonar y cardiaca. Pulsos centrales y periféricos (existencia y simetría). Exploración abdominal por encima de los riñones en busca de zonas dolorosas. También se realiza auscultación abdominal en busca de un ruido anormal (señala un estrechamiento de la arteria renal). Pruebas complementarias: En el centro asistencial las pruebas complementarias a realizar serían un EKG (electrocardiograma) y una tira reactiva de orina (la presencia de sangre o albúmina). Actitud terapéutica Cuando acude un paciente al centro asistencial con una urgencia hipertensiva T.A. diastólica > 120 mm Hg sin daño orgánico, el tratamiento debe iniciarse lo antes posible. Tratamiento farmacológico en centros asistenciales: Si el paciente no está tomando ningún tratamiento para la hipertensión o es hipertenso pero no sigue un tratamiento habitual, puede ser un tratamiento de elección preferentemente la administración de 25 mg de Captopril por vía oral o sublingual (de acción rápida); aunque también habría que señalar que, aunque el Nifedipino se consideraba un agente de primera línea para el tratamiento de las crisis hipertensivas por su eficacia y su rápido efecto, a partir de 1995 diversos estudios han descrito efectos secundarios a nivel coronario, hipotensión sintomática, arritmias, ACV e incluso muerte, por lo que se sugiere utilizar los antagonistas del calcio con gran precaución, sobre todo a dosis altas. Si el paciente es hipertenso con tratamiento y ha tenido una crisis hay que tener mucho cuidado con no producir hipotensiones bruscas que pueden cursar con taquicardias compensatorias. Se podría aconsejar administrar 10/15 mg de Urapidilo por vía oral o bien se podría administrar 25 mg en bolo, pudiendo repetir la dosis en 5 minutos (la presentación son ampollas de 10 ml con 25 ó 50 mg). Si bien es una dosis baja, podría evitar una subida mayor de la tensión arterial al paciente, procediendo a su traslado inmediato a un centro hospitalario. Dentro de los fármacos más utilizados en una crisis hipertensiva se destaca (Anexo I): Labetalol Nitroprusiato Nitroglicerina Hidralacina Sulfato de Magnesio Tratamiento de elección para la emergencia hipertensiva: Encefalopatía y otras alteraciones del sistema nervioso central: Labetalol o Nitroprusiato. Edema agudo de pulmón: Nitroglicerina o Nitroprusiato. Se debe asociar Cloruro Mórfico. Isquemia miocárdica: Nitroglicerina. Feocromocitoma: Labetalol. Manual de urgencias prehospitalarias 19 HTA inducida por el embarazo: Sulfato de Magnesio más Hidralacina. Aneurisma aórtico: Labetalol. Criterios de derivación hospitalaria Cuando el paciente acude con una emergencia hipertensiva que cursa con daño agudo de alguno de los órganos diana: corazón, sistema nervioso central y riñón, se debe evacuar a un centro hospitalario en el menor tiempo posible. Entre las alteraciones se engloban: Encefalopatía hipertensiva HTA maligna Afectación del sistema nervioso central: infarto cerebral, hemorragia cerebral, y subaracnoidea Isquemia miocárdica: ángor o infarto Edema agudo de pulmón (EAP) Aneurisma disecante de aorta Enfermedad hipertensiva del embarazo Insuficiencia renal aguda Registros de enfermería 2300. Administración medicación. Sublingual. 2313. Administración intramuscular. 2314. Administración Intravenosa. 3320. Oxigenoterapia. 7680. Ayuda a la exploración. 10000. Realización de ECG. 6680. Monitorización de los signos vitales. 10001. Realización de pruebas diagnósticas varias. Tira de orina 0960. Transporte. 4190. Punción intravenosa. Hoja de valoración de enfermería. Manual de urgencias prehospitalarias 20 Algoritmo de actuación Manual de urgencias prehospitalarias 21 2 6 Administración intramuscular. • CRISIS HIPERTENSIVA FASE IV DERIVACIÓN FASE 3 ACTITUD TERAPÉUTICA FASE 2 DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL EXPLORACIÓN FASE 1 VALORACIÓN LLAMAR URGENCIAS Preparar el traslado Realizar e imprimir Hoja de valoración Enfermería. DURANTE LA CRISIS Administrar O2 Canalización de via periferica Preparar medicación Signos vitales, sobre todo T.A. Auscultación, busqueda de pulsos. Tira reactiva de Orina EKG Anamnesis Paciente Acompañante INTERVENCIÓN ENFERMERÍA 5. Alteraciones neurológicas Los problemas que afectan al sistema nervioso pueden provocar resultados que, en muchas ocasiones, afectan directamente a todos los sistemas corporalesdando lugar a cambios de tipo crónico y debilitante. Los problemas que se presentan si se detectan y tratan precozmente pueden dar lugar a consecuencias menos lesivas. Muchas enfermedades del sistema nervioso son de etiología desconocida y de difícil prevención. Sin embargo, existen complicaciones que se pueden evitar o paliar si se realiza una prevención eficaz, sobre todo evitando determinadas situaciones de riesgo. Recordaremos conceptos para poder cuidar a pacientes que se presenten en nuestro centro con diferentes alteraciones neurológicas. 5.1. Crisis convulsiva Las crisis convulsivas son contracciones musculares que se suceden como consecuencia de descargas eléctricas anormales en las neuronas cerebrales, ”no toda convulsión es epilepsia, ni toda epilepsia se manifiesta por convulsiones”. La etiología de las crisis convulsivas es muy variada, siendo la epilepsia la más frecuente (Anexo II). Las crisis representan el 1-2% de las urgencias médicas. El 44% de las atendidas en un servicio de Urgencias son la primera crisis que aparece en un sujeto previamente sano. Clasificación Atendiendo al origen anatómico y a las manifestaciones clínicas, las crisis se pueden clasificar en: A. Parciales o focales: 1. Simples: cursan sin alteración del nivel de conciencia. 2. Complejas: cursan con alteraciones del nivel de conciencia. 3. Parciales secundariamente generalizadas. B. Generalizadas: La alteración del nivel de conciencia suele ser el síntoma inicial y la afectación es bilateral desde el comienzo. La distinción entre crisis focales y generalizadas es fundamental puesto que de las primeras, un porcentaje importante de casos, son secundarias a una enfermedad cerebral orgánica, mientras que las segundas habitualmente son idiopáticas y/o metabólicas. Llegada al centro asistencial Paciente que acude al centro asistencial por presentar o haber presentado momentos antes una convulsión. Manual de urgencias prehospitalarias 22 Valoración - Anamnesis: Epilepsia conocida previa, factores desencadenantes (drogas, abandono del tratamiento, alcohol, estrés, estímulos lumínicos, procesos infecciosos). Antecedentes familiares. Enfermedades previas que expliquen la convulsión: cáncer, hipertensión arterial, diabetes, insuficiencia respiratoria, hepáticas, etc. Traumatismos craneales previos. - Exposición a tóxicos: monóxido de carbono, DTT, lindano. - Hábitos tóxicos: alcohol, drogas. - Ingesta de fármacos: anticolinérgicos, antidepresivos, etc. - Sintomatología: Forma de instauración, presencia de aura. Forma de inicio y progresión de la convulsión. Estado postcrítico. - Exploración: Constantes: F.C., T.A., Tª. y F.R. Piel: estigmas de venopunción, manchas café con leche. Cuello: rigidez de nuca, cicatrices en región anterior. Abdomen: hepatopatías. Exploración neurológica: nivel de conciencia y signos de focalidad. Estigmas de enfermedades sistémicas. - Pruebas complementarias: Glucemia capilar. ECG si se sospecha origen cardíaco. Diagnóstico diferencial Síncope. Trastorno disociativo (de conversión). Discinesias agudas. Síndrome extrapiramidal. Las características que nos orientan hacia un episodio convulsivo son: a.-Comienzo y término brusco. b.-Duración breve (90-120 segundos). Manual de urgencias prehospitalarias 23 c.-Alteraciones del nivel de conciencia. d.-Movimientos sin finalidad. e.-Falta de provocación. f.-Estado postcrítico. Actitud terapéutica Las convulsiones focales requieren una actuación inmediata aunque no comprometen la vida del paciente, ya que son de evolución espontánea y normalmente autolimitadas. En las convulsiones generalizadas: A. Durante las crisis: Administración de O 2 al 100% con mascarilla. Evitar que pueda golpearse. Si es posible, permeabilización y mantenimiento de las vías aéreas (insertar tubo de guedel si es necesario). (Ver Anexo III) B. En estado postcrítico: Aplicaremos las medidas anteriores. Colocar al paciente en posición lateral de seguridad. Canalizar vía venosa con suero fisiológico. (no deben utilizarse soluciones glucosadas por su efecto nocivo en cerebros con sufrimiento y porque en ellas precipitan la difenilhidantoina y el diacepam). Si la crisis no se autolimita en 1-2 minutos se debe iniciar el tratamiento farmacológico. C. Posible tratamiento farmacológico en el centro: Las benzodiacepinas son el fármaco de elección en el tratamiento de las crisis. Se utilizará diacepam o midazolam. Vías de administración por orden de factibilidad: Vía rectal: deben diluirse 20 mg en solución salina y colocarse a unos 4-6 cm del ano, alcanzándose picos plasmáticos a los 10-15 minutos. Vía IM: es una alternativa a tener en cuenta porque su absorción es de hasta el 82%, aunque la dosis debe ser de 0,2 mg/Kg. Diacepam : IV, se diluye 1 ampolla (2 cc con 10 mg) en 8 cc de suero fisiológico y se administra a una dosis inicial de hasta 10 mg a una velocidad máxima de 2 cc/minuto. Se puede repetir la dosis hasta un máximo de 40 mg. Midazolam: IV, se administra a dosis de 0,1 mg/Kg (7 mg para un paciente de 70 Kg.). Las ampollas son de 3 cc con 15 mg y ampollas de 5 cc con 5 mg. Preparación: la ampolla de 3 cc se diluye con 12 cc de suero fisiológico y la ampolla de 5 cc sin diluir, con lo que en ambos casos se obtiene una dilución de 1 mg/cc y se facilita la dosificación. Manual de urgencias prehospitalarias 24 Otra medicación en caso de etilismo: Tiamina: 1 ampolla (100 mg) IM. Obligada en pacientes con etilismo crónico o desnutrición para evitar la aparición de encefalopatía de Wernicke. Valorar la administración simultánea de Sulfato de Magnesio: (ampollas de 10 cc con 1,5 gr.) a dosis de 2 gr. IV, seguidos de 5 gr. en las siguientes 8 horas y otros 5 gr. en las siguientes 16 horas. Las dosis deben diluirse al 50%. Criterios de derivación hospitalaria Todo paciente que presente una primera crisis convulsiva. Factor desencadenante no aclarado o que precise hospitalización por sí mismo. Paciente epiléptico conocido. Crisis atípica, con características distintas a las habituales. Crisis repetidas. Lesiones traumáticas graves en el curso de la crisis. Circunstancias asociadas que lo justifiquen (embarazo, dificultad respiratoria) Estatus convulsivo. El traslado se realizará siempre con personal sanitario y preferiblemente en ambulancia medicalizada. Registros de enfermería 2680 Manejo de las convulsiones 2313 Administración intramuscular. 7680. Ayuda a la exploración. 10000. Realización de ECG. 6680. Monitorización de los signos vitales. 10001. Realización de pruebas diagnósticas varias. Glucemia. 0960. Transporte. 4190. Punción intravenosa. Hoja de valoración de enfermería. Manual de urgencias prehospitalarias 25 Algoritmo de actuación Manual de urgencias prehospitalarias 26 3 3 CRISIS CONVULSIVA FASE IV DERIVACIÓN SI CRISIS DURA MAS DE 1 o 2 Minutos FASE 3 ACTITUD TERAPÉUTICA FASE 2 DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL EXPLORACIÓN FASE 1 VALORACIÓN LLAMAR URGENCIAS Preparar el traslado Realizar e imprimir Hoja de valoración Enfermería. Preparar medicación Rectal-IM-IV- Diacepam Midazolam DURANTE LA CRISIS Administrar O2 Mantener vía aérea (guedet) Proteger autogolpes POSTCRISIS Colocar en posicion lateral Canalizar vía endovenosa C/Sol. Fisiológica. Signos vitales Pruebas complementarias Glucemia capilar ECG Anamnesis Paciente Acompañante INTERVENCIÓN ENFERMERÍA 5.2. Paciente inconsciente El estado de inconsciencia se define como aquella situación clínica que lleva al paciente a una disminución del estado de alerta normal, pudiendo oscilar desde una tendencia al sueño hasta una ausencia total de respuesta frente a estímulos externos, persistiendo únicamente una actividad refleja residual. Las alteraciones del nivel de conciencia son causa frecuente de demanda de asistencia urgente, tanto en el medio extrahospitalario como a nivel hospitalario.Este hecho junto con la gran cantidad de procesos, muchos de ellos tratables y que pueden desembocar en este complejo sintomático, hacen de éste un tema de gran interés. Del estado de alerta físico y mental que supone un nivel de conciencia normal hasta la supresión total de dicha actividad que define el estado de coma existen multitud de estadios. Clasificación Según el grado de alteración del nivel de conciencia lo clasificamos en: a).- Somnolencia: tendencia al sueño con respuesta adecuada a órdenes verbales simples y complejas así como a estímulos dolorosos. b).- Obnubilación: es un grado más marcado caracterizado por respuesta a órdenes verbales simples y a estímulos dolorosos. No existe respuesta adecuada a órdenes verbales complejas. c).- Estupor: existe una falta de respuesta a todo tipo de órdenes verbales pero una adecuada reacción a estímulos dolorosos. d).- Coma profundo: ausencia de respuesta a órdenes verbales y a estímulos dolorosos, al menos de forma correcta. Llegada al centro asistencial Paciente que llega al centro asistencial con alguna alteración del estado de alerta. Valoración La valoración de un paciente en coma debe ir encaminada fundamentalmente a determinar el origen estructural o metabólico del coma y a detectar aquellas situaciones que requieran un tratamiento inmediato. En la práctica, la imposibilidad de determinar el nivel de la lesión sugiere una causa metabólica. Existen cinco parámetros físicos para determinar el nivel anatómico de la lesión (la escala de Glasgow, al ser factor pronóstico, debe de utilizarse exclusivamente en el coma por traumatismo craneoencefálico): A. Nivel de conciencia: es el parámetro definitorio del coma. Las afecciones hemisféricas difusas y las alteraciones diencefálicas originan cambios en el nivel de conciencia que van desde la somnolencia al estupor, mientras que las lesiones de tronco suelen originar coma profundo. Manual de urgencias prehospitalarias 27 B. Respuesta pupilar: es fundamental para realizar la valoración inicial y seguir la evolución posterior. Previamente a la valoración debemos asegurarnos que el paciente no haya recibido colirios. Podemos encontrarnos ante: - Pupilas isocóricas, mióticas y normorreactivas: indican encefalopatía metabólica, intoxicación por opiáceos, intoxicación por insecticidas organo-fosforados y lesiones diencefálicas. - Pupila miótica unilateral: constituye un signo de alerta de herniación transtentorial y generalmente se acompaña de ptosis palpebral, enoftalmos y anhidrosis facial homolateral (síndrome de Claude Bernard Horner). Sugiere lesión a nivel de hipotálamo, de la cadena simpática cervical o afección bulbomedular. - Pupilas isocóricas en posición media (4-6 mm) y arreactivas: indican lesión mesencefálica, protuberancial, encefalopatía anóxica o intoxicación por glutetimida o escopolamina. - Pupilas isocóricas, midriáticas y arreactivas: indican lesión bulbar. - Midriasis arreactiva unilateral: sugiere herniación del uncus temporal con afección del tercer par. Acompañada muchas veces de ptosis palpebral. - Reflejo cilio-espinal: consiste en la provocación de midriasis al aplicar estímulo doloroso al paciente. Indica indemnidad del tronco del encéfalo. C. Posición en reposo, movimientos oculares y reflejos oculocefálicos y corneal 1. Posición en reposo y movimientos oculares: -Mirada desconjugada. a) Lesión III par craneal con desviación de la mirada hacia fuera y abajo. b) Lesión VI par craneal con desviación de la mirada hacia dentro. -Mirada conjugada horizontal. a) Desviación hacia lado contrario a la hemiparesia. La lesión se localiza en el hemisferio hacia el que miran los ojos a excepción de algunos procesos talámicos que se comportan de forma similar a como lo hacen los procesos protuberanciales descritos a continuación. b) Desviación hacia el lado de la hemiparesia. La lesión se localiza en la protuberancia en el lado contrario al que se dirige la mirada. -Movimientos erráticos oculares: son los llamados “ojos en Ping Pong”. Indican indemnidad del tronco cerebral. -Mirada conjugada vertical: la desviación conjugada de los ojos en ese plano con imposibilidad de dirigir la mirada hacia arriba indica lesión mesencefálica. -Mirada fija hacia delante: indica lesión mesencefálica. -Nistagmos convergentes y de retracción: sugieren lesión mesencefálica. -Movimientos conjugados bruscos hacia abajo con regreso lento a la posición inicial (bobbing ocular): sugieren lesión protuberancial. Manual de urgencias prehospitalarias 28 2. Reflejos oculocefálicos: consisten en realizar un movimiento de rotación brusco de la cabeza del paciente obteniéndose como respuesta normal una desviación conjugada de los ojos hacia el lado contrario. La alteración de este reflejo indica lesión de tronco cerebral. Recordamos que para explorar este reflejo es imprescindible que el paciente esté en coma profundo, de lo contrario desviaría la mirada de forma voluntaria. Así mismo, debemos cerciorarnos de la ausencia de lesión cervical traumática antes de realizar esta maniobra. 3. Reflejo corneal: consiste en la oclusión palpebral al estimular la córnea. Su presencia indica indemnidad troncoencefálica. D. Patrón respiratorio - Respiración de Cheyne-Stokes: sugiere lesión diencefálica o hemisférica bilateral de origen estructural o metabólico. - Hiperventilación neurógena central: indica lesión mesencefálica o protuberancial alta en ausencia de hipoxemia o acidosis severa. - Respiración apneústica: sugiere lesión protuberancial baja. - Respiración de Biot o atáxica: indica lesión bulbar. E. Respuesta motora - Decorticación: indica lesión hemisférica difusa y/o lesión diencefálica y se caracteriza por extensión de miembros inferiores y aducción de miembros superiores con flexión codos. - Descerebración: indica lesión mesencefálica o protuberancial y se caracteriza por extensión de miembros inferiores y aducción, extensión y pronación de los superiores. Exploraciones complementarias: A) En los centros asistenciales se realizará a todos los pacientes: a) Glucemia mediante tira reactiva. b) Electrocardiograma (EKG) y monitorización (en caso de contar con aparatos de monitorización ,aunque se puede llevar cabo utilizando el desfibrilador en la opción de monitorización). c) Medición de la saturación periférica de 02 mediante pulsioximetría (en caso de contar con aparatos de oximetría). B) En los Servicios de Urgencias Hospitalarios se realizará: a) Glucemia mediante tira reactiva. b) Electrocardiograma. c) Gasometría arterial. d) Hematimetría con fórmula y recuento leucocitario. e) Bioquímica sanguínea incluyendo urea, creatinina, sodio, potasio, calcio, glucemia, AST, ALT, CPK, amilasa y proteínas totales. f) Orina completa con sedimento. g) Radiografía de tórax. h) TAC craneal. Manual de urgencias prehospitalarias 29 Otras pruebas complementarias indicadas sólo en casos muy concretos son: a) Ecografía abdominal y/o cardíaca. b) TAC craneal y/o toraco-abdominal. c) Punción lumbar. d) Muestra de sangre y orina para estudio toxicológico. Diagnóstico diferencial Es necesario realizar un rápido diagnóstico diferencial con aquellos procesos que se manifiestan con una pérdida transitoria del conocimiento bien real o ficticia, de ahí que nos basemos fundamentalmente en datos clínicos. Entre estos procesos destacamos: a) Los estados histéricos y el coma psicógeno. Los pacientes que los padecen suelen tener antecedentes de episodios similares y de trastornos psiquiátricos. b) Los simuladores. Estos pacientes generalmente simulan una pérdida de consciencia para llamar la atención, por lo que el episodio suele acontecer generalmente en presencia de público. En la exploración física es significativa una resistencia activa a la apertura pasiva de los ojos. c) Los estados postcríticos. El paciente suele presentar signos de haber sufrido una crisis convulsiva, como mordedura lateral de la lengua e incontinencia de esfínteres. El nivel de conciencia lorecupera espontáneamente de manera paulatina. d) Los cuadros sincopales. En ellos la recuperación de conciencia tiene lugar de manera rápida cuando el paciente se coloca en posición de decúbito. Actitud terapéutica A. Medidas generales: 1.- En ausencia de pulso y respiración espontánea monitorizar con palas e iniciar protocolo de RCP. 2.- Permeabilización adecuada de la vía aérea. - Para ello se aspirarán secreciones bronquiales y se asegurará una ventilación apropiada administrando oxígeno mediante mascarilla de efecto venturi al 24%. - De no existir respiración espontánea, se ventilará con ambú-mascarilla conectada a una fuente de oxígeno a un flujo de 15 l/min y a un ritmo de 12-15 ventilaciones por minuto. 3.- Canalizar vía venosa periférica y/o central perfundiendo suero glucosado al 5% a un ritmo de 7 gotas/minuto. 4.- Monitorización electrocardiográfica. 5.- Medición de la tensión arterial y frecuencia cardíaca. 6.- Sondaje vesical y medición de diuresis. 7.- Sondaje nasogástrico para evacuar contenido gástrico, previa intubación endotraqueal para aislar la vía aérea. Manual de urgencias prehospitalarias 30 B. Tratamiento farmacológico específico: 1. Si no se conoce ni se sospecha la etiología del coma se administrarán: a) Naloxona por vía I.V. en bolo a dosis de 0,01 mg/Kg que, para un paciente de 70 Kg equivale a 1,5 amp. del preparado comercial. b) Tiamina por vía I.M. a dosis de 100 mg que equivale a 1 amp. del preparado comercial de esta sustancia. c) Glucosa hipertónica I.V. a dosis de 1 amp. del preparado comercial, ante hipoglucemia comprobada. d) Flumazenil a dosis de 0,3 mg I.V. en bolo que equivale a 3 ml de la presentación en el mercado de este fármaco. De conseguir una respuesta apropiada continuaremos con bolos de 3 ml hasta un máximo de 7 dosis y posteriormente se administrará una perfusión de 25 ml de Flumazenil en 250 ml de suero glucosado al 5% a una velocidad de infusión de 6 gotas por minuto. 2. Si se conoce la causa del coma se iniciará tratamiento específico según la patología desencadenante. Registros de enfermería 2313. Administración intramuscular. 2314. Administración intravenosa. 7680. Ayuda a la exploración. 10000. Realización de ECG. 6680. Monitorización de los signos vitales. 10005. Toma de tensión arterial sistólica. 10006. Toma de tensión arterial diastólica. 10001. Realización de pruebas diagnósticas varias. Glucemia tira reactiva. 4190. Punción intravenosa. 3320. Oxigenoterapia 0580. Sondaje vesical. 1080. Sondaje nasogastrico. 3160. Aspiración de las vías aéreas. 3390. Ayuda a la ventilación. 0960. Transporte. Hoja de valoración de enfermería. Manual de urgencias prehospitalarias 31 Algoritmo de actuación Manual de urgencias prehospitalarias 32 Intervención sanitaria Fase I Valoración Nivel de consciencia Respuesta pupilar Posición. Movimientos oculares. Reflejos. Exploración Signos vitales Patrón respiratorio Respuesta motora EKG; Glucemia Pulsioximetría Fase 2 Diagnóstico diferencial Estados histéricos Coma psicógeno Simuladores Estados postcríticos Cuados sincópales Fase 3 Actitud terapéutica Vía periférica S.V. Fase 4 Derivación Llamar a urgencias 061/112 Preparar traslado Imprimir hoja valoración de enfermería RCP Vías aéreas Tratamiento Farmacológico Conoce causa Tratamiento específico No conoce causa Naloxona, Tiamina Flumazenil Glucosa hipertónica 5.3. Accidente cerebrovascular (ACV) El ictus o accidente cerebrovascular se caracteriza por la muerte del tejido del cerebro (infarto cerebral ) como consecuencia de una insuficiencia circulatoria y el consiguiente déficit de oxígeno al cerebro . El accidente cerebro vascular (ACV) es una patología frecuente en el área de urgencias. Supone la tercera causa de muerte después de la enfermedad cardiovascular y el cáncer. Su incidencia anual es de 150 por 100.000 habitantes, siendo mayor en el varón y teniendo una relación lineal con la edad. Su mortalidad se estima en un 9%. La causa más frecuente del ACV es la isquemia cerebral por aterotrombosis en personas de mayor edad, y la embolia de origen cardíaco en personas jóvenes (menos de 40 años). Otras causas menos frecuentes son la arterioesclerosis, toma de anticonceptivos orales, el consumo de afentaminas o cocaína, arteritis, alteraciones de la coagulación, jaquecas complicadas, el descenso de la presión arterial a causa de una pérdida sanguínea prolongada. Del mismo modo la hipertensión arterial (HTA) es un importante antecedente en el ACV. Clasificación clínico- temporal Según el perfil clínico-temporal, los ACV se clasifican en: Ataque isquémico transitorio (AIT): son episodios de disminución-alteración neurológica focal de breve duración con recuperación total del paciente en menos de 24 horas, no existiendo necrosis del parénquima cerebral. Déficit neurológico isquémico reversible (DNIR): cuando el déficit neurológico desaparece en menos de cuatro semanas. Ictus establecido: el déficit neurológico focal es relativamente estable o evoluciona de manera gradual hacia la mejoría, y lleva más de 24-48 horas de evolución. Ictus progresivo o en evolución: es el que se sigue de un empeoramiento de los síntomas focales durante las horas siguientes a su instauración. Ante toda sospecha de ACV es imprescindible la determinación de la glucemia mediante tira reactiva. Llegada al centro asistencial Paciente que acude al centro asistencial por presentar o haber presentado signos o síntomas de trastorno cerebral. Valoración inicial El primer paso en la atención del ACV es objetivar y tratar la posible repercusión vital del mismo; para ello valoraremos: 1º El ABC. Es decir, vía aérea, respiración y circulación. Priorizaremos nuestra actuación hacia la consecución de una vía aérea permeable, asegurar la ventilación y la corrección de los trastornos circulatorios, por este orden. Manual de urgencias prehospitalarias 33 2º Una vez asegurado el ABC, se procederá a una exploración neurológica rápida inicial del nivel de conciencia, pupilas y movilidad. La única urgencia desde el punto de vista neurológico a tratar de forma inmediata es la presencia de signos de herniación cerebral (disminución de la conciencia con anisocoria pupilar (pupilas desiguales) y movimientos anormales de decorticación (flexión de los brazos, las muñecas y los dedos con abducción de las extremidades superiores. Extensión, rotación interna y flexión plantar de las extremidades inferiores) o descerebración (Extensión rígida de las cuatro extremidades con hiperpronación de los antebrazos y extensión plantar de los pies). 3º Si no existen o se han resuelto los problemas en el ABC y no existen signos de herniación cerebral se procederá a una evaluación del paciente más detallada y minuciosa. Actitud diagnóstica Historia clínica detallada: Antecedentes: HTA, cardiopatías diversas, arritmias, ACV previos, medicación previa (anticoagulantes, anticonceptivos orales), drogas, diabetes, claudicación intermitente, traumatismo previo (craneoencefálico o cervical), etc. Forma de instauración y/o de progresión. Puede orientar hacia la etiología del cuadro. Súbita sugiere embolia, la instauración en minutos orienta hacia hemorragia y en horas habla a favor de trombosis.”Es muy importante conocer cual es el primer síntoma o signo que apareció en el cuadro para orientar la localización del ACV”. Síntomas y signos asociados: fiebre, cefaleas, palpitaciones, déficit sensorial, capacidad visual (visión borrosa, diplopía); capacidad para pensar claramente, cambios en el nivel de conciencia, pérdida de fuerza, estado respiratorio, afasia (dificultad para hablar). Exploración física general: Toma de constantes: TA, FC, FR y Tª. Auscultación cardiaca y carotídea. Auscultación pulmonar . Exploración neurológica detallada (Anexo IV): El objetivo de estaactitud diagnóstica es tratar de dar una aproximación etiológica y de localización del ACV. Pruebas complementarias: En el centro asistencial: EKG, glucemia (con tira reactiva). Hospitalarias: además de las anteriores, hemograma, bioquímica, estudio de la coagulación, punción lumbar y radiografía de tórax. Valorar la realización de TAC, RNM o gammagrafía. Manejo del enfermo con ACV En general en este apartado debemos contemplar: 1. Una primera valoración por el médico del centro asistencial. Manual de urgencias prehospitalarias 34 2. Valoración hospitalaria. Sospechar ACV ante déficit focal agudo Valorar: ABC y nivel de conciencia (Anexo V). Descartar hipoglucemia, sobredosis de narcóticos u otras drogas o problemas hidroelectrolíticos. Tratamiento inmediato. Historia clínica: factores de riesgo (HTA, diabetes, tabaco, etc.) Exploración detallada: descartar síncope y crisis comicial. Pruebas Complementarias: EKG; glucemia. En el hospital hemograma, bioquímica, coagulación, Rx. de tórax ,craneal y de columna cervical. TAC craneal. Consideraciones terapéuticas Administración de oxígeno. Canalización de una vía periférica y sueroterapia; si fuera preciso se administrará Manitol IV, que actúa como agente osmótico y ayuda a reducir el edema cerebral agudo y el daño tisular. La dosis sería: 500 cc-1000 cc de manitol 10%/ día ó 250-500 cc Manitol 20%/día. Registros de enfermería 2313. Administración intramuscular. 2314. Administración intravenosa. 7680. Ayuda a la exploración. 10000. Realización de EKG. 3320. Oxigenoterapia. 6680. Monitorización de los signos vitales. 10005. Toma de tensión arterial sistólica. 10006 Toma de tensión arterial diastólica. 10001. Realización de pruebas diagnósticas varias. Glucemia. 0960. Transporte. 4190. Punción intravenosa. Hoja de valoración de enfermería. Manual de urgencias prehospitalarias 35 Algoritmo de actuación Manual de urgencias prehospitalarias 36 Intervención Sanitaria Fase I Valoración ABC Anamnesis paciente o acompañante Exploración Signos vitales Auscultación cardíaca Auscultación pulmonar Exploración neurológica EKG; Glucemia Fase 2 Diagnóstico diferencial Hipoglucemia Sobredosis drogas P. Hidroelectrolíticos Fase 3 Actitud terapéutica Administrar oxígeno Canalizar vía periférica Instaurar sueroterapia y administrar Manitol si precisa Fase 4 Derivación Llamar a urgencias 061/112 Preparar traslado Imprimir Hoja Valoración Enfermería 6. Amputaciones La amputación es la separación aguda traumática de una parte del cuerpo, normalmente de un miembro. Es importante establecer el mecanismo lesional, ya que se relaciona directamente con la viabilidad del miembro y la realización de un reimplante. Así, es más favorable un tipo de traumatismo de corte limpio donde el mecanismo de arrancamiento está muy disminuido, no produciéndose elongaciones de los vasos ni de los troncos nerviosos. Por este mismo motivo, el traumatismo más desfavorable sería la amputación producida por arrancamiento. Por último, debemos tener en cuenta que las amputaciones son lesiones que pueden conllevar una gran pérdida de sangre y desencadenar un estado de shock. Clasificación Las amputaciones pueden ser: Completas, cuando la separación entre las dos partes es total. Incompletas, cuando la parte seccionada no se llega a separar de la parte proximal del miembro, permaneciendo unida por alguna estructura que por sí misma no garantiza la viabilidad del miembro. Llegada al centro asistencial Paciente que es traído al centro asistencial tras sufrir traumatismo en un miembro que ha provocado la amputación completa o incompleta del mismo. En el caso de las amputaciones completas, lo ideal sería que llegara también la parte amputada. Valoración Si bien es muy importante mantener la parte amputada en las mejores condiciones, no podemos olvidarnos de la valoración inicial del paciente, con especial atención al estado hemodinámico, teniendo preferencia la atención sobre el paciente que sobre el miembro amputado, lógicamente. Es muy importante conocer el mecanismo lesional y la hora en la que se produjo la lesión. La valoración secuenciada se resume en: ¿paciente consciente o inconsciente? ¿paciente respira? ¿paciente en estado de shock? Valoración completa buscando lesiones asociadas. Tratamiento Estabilización del paciente, asegurando vía aérea, respiración, y circulación (en caso de shock iniciar tratamiento). Lavado del muñón con suero fisiológico a chorro. Hemostasia del muñón, valorar vendaje compresivo o clampaje de las estructuras Manual de urgencias prehospitalarias 37 vasculares sangrantes. Evitar lo máximo posible la realización de torniquetes y, si es imprescindible, realizarlo con una banda ancha, del estilo del manguito de la tensión. Canalizar vía venosa de grueso calibre. Perfusión de fluidos en función del estado hemodinámico. Reevaluación constante. De elección prefundir cristaloides (suero fisiológico), utilizar coloides en casos de shock hipovolémico grado III – IV. Monitorización de constantes de forma continua o reiterativa. Analgesia: en los centros asistenciales se pueden administrar 2 ampollas de tramadol (adolonta) en 100 cc de suero fisiológico en perfusión lenta para evitar la complicación de la aparición de náuseas. Una vez estabilizado el paciente, y manteniendo la vigilancia sobre el mismo, podemos centrarnos en preparar el miembro amputado. Lavado con suero fisiológico a chorro del miembro amputado. Se envuelve en compresas estériles y se introduce en una bolsa de plástico. Posteriormente, introducir todo en otro recipiente con agua y hielo (preferiblemente picado). Es imprescindible evitar el contacto directo entre el miembro amputado y el hielo. La temperatura ideal a alcanzar en la bolsa que contiene el miembro es de 4ºC. En esas condiciones el miembro tiene una viabilidad para el reimplante superior a las 10 horas. En el caso de que se trate de una amputación incompleta: También se realizará lavado con suero fisiológico de la zona semiamputada. Vendaje compresivo moderado. Alineación e inmovilización del miembro mediante una férula para evitar torsiones o rotaciones de un segmento sobre el otro. En cualquier caso evacuar lo más precozmente posible al centro especializado, ya que el tiempo es un factor determinante para que la reimplantación tenga éxito. Registros de enfermería 6680 Monitorización de signos vitales (si se cuenta con monitor. Si no se cuenta monitorizar de forma manual: 10015 Tensión arterial, 10007 Frecuencia cardíaca). 4260 Prevención del shock. 4160 Control de hemorragias. 3680 Irrigación de heridas. 4190 Punción intravenosa (IV). 2314 Administración de medicación: intravenosa (IV). 3660 Cuidados de las heridas. 6590 Precauciones con los torniquetes neumáticos (en caso de que se coloque un torniquete). Hoja de valoración de enfermería. Manual de urgencias prehospitalarias 38 Algoritmo de actuación Manual de urgencias prehospitalarias 39 ¡Error! Llegada del paciente al centro asistencial ¿Consciente? NO ¿Respira? SÍ ¿Signos de shock? (Frialdad, palidez, sudoración, relleno capilar> 2 seg., etc.) NO Abrir la vía aérea. ¿Respira? SÍ NO Lavado del muñón con SF SÍ Iniciar tratamiento shock hipovolémico NO INICIAR RCP SÍ Asegurar vía aérea Hemostasia del muñón. Vendaje compresivo/clampaje vascular Una vez estabilizado el paciente, o si disponen de ayuda, podemos ir preparando el miembro amputado para el traslado Canalizar vía venosa periférica de gran calibre Lavar con SF el miembro amputado Perfundir líquidos dependiendo del estado hemodinámico. De elección cristaloides. Si shock instaurado, coloides Envolver con gasas estériles e introducir en una bolsaAnalgesia.2 amp tramadol (adolonta) en 100 cc SF lento Monitorización de constantes contínua Introducir en recipiente con agua y hielo (preferible picado), ideal 4ºC de temperatura Contactar con 112 para traslado a hospital de referencia H.V.E. Traslado 7. Fracturas Ante la presencia de un traumatismo se tiende a buscar inmediatamente una lesión en las estructuras óseas, pudiendo estar afectados también los músculos que circundan al hueso lesionado y, lo que sería más comprometedor, los vasos sanguíneos y los nervios que se encuentran en la vecindad de la fractura. Esto último sería lo que más influiría en la propia priorización de la lesión y en su pronóstico. Por definición, una fractura es una solución de continuidad de una cortical ósea que se ha producido como consecuencia de una fuerza cuya intensidad ha superado la elasticidad del hueso, existiendo múltiples tipos de fracturas. Un capítulo aparte requeriría la atención al politraumatizado, ya que en este caso, la atención que se administre al paciente durante la primera hora va a ser básica en sus opciones de supervivencia. Es lo que se conoce como “la hora dorada del politrauma”. Las causas de mortalidad reversibles en la hora de oro van a ser: Obstrucción de la vía aérea (A) Alteraciones de la ventilación (B) Shock (C) Siempre tendríamos que tener en cuenta que toda persona que haya sufrido un traumatismo severo por encima de las clavículas tiene una posible lesión cervical hasta que no se demuestre lo contrario. Asimismo, y como norma general, no hemos de provocar más daño del que ya exista. Hemos de solucionar los problemas conforme los vayamos encontrando, (importante la valoración secundaria completa), y así la secuencia lógica sería la de salvar la vida, el órgano, la función y salvar la estética como última prioridad. Por otra parte, hemos de valorar cualquier trauma como un proceso dinámico. Clasificación Existen varios tipos de fractura, que se pueden clasificar atendiendo a los siguientes factores: Estado de la piel. Localización de la fractura en el propio hueso. Trazo de la fractura. Tipo de desviación de los fragmentos. Mecanismo de acción del agente traumático. Según el estado de la piel: Fracturas cerradas: Son aquellas en las que la fractura no comunica con el exterior, ya que la piel no ha sido dañada. Fracturas abiertas: Son aquellas en las que se puede observar el hueso fracturado a simple vista, es decir, existe una herida que deja los fragmentos óseos al descubierto. Unas veces, el propio traumatismo lesiona la piel y los tejidos subyacentes antes de llegar al hueso. Otras, el hueso fracturado actúa desde dentro, desgarrando los tejidos y la piel de modo que la fractura queda en contacto con el exterior. Manual de urgencias prehospitalarias 40 Según su localización: Los huesos largos se pueden dividir anatómicamente en tres partes principales: la diáfisis, las epífisis y las metáfisis. La diáfisis es la parte más extensa del hueso, que corresponde a su zona media. Las epífisis son los dos extremos, más gruesos, en los que se encuentran las superficies articulares del hueso. En ellas se insertan gran cantidad de ligamentos y tendones, que refuerzan la articulación. Las metáfisis son unas pequeñas zonas rectangulares comprendidas entre las epífisis y la diáfisis. Sobre ellas se encuentra el cartílago de crecimiento de los niños. Así, las fracturas pueden ser, según su localización: Epifisarias (localizadas en las epífisis). Si afectan a la superficie articular, se denominan fracturas articulares y, si aquélla no se ve afectada por el trazo de fractura, se denominan extraarticulares. Cuando la fractura epifisaria se produce en un niño e involucra al cartílago de crecimiento, recibe el nombre de epifisiólisis. Diafisarias (localizadas en la diáfisis). Pueden afectar a los tercios superior, medio o inferior. Metafisarias (localizadas en la metáfisis). Pueden afectar a las metáfisis superior o inferior del hueso. Según el trazo de la fractura: Transversales: la línea de fractura es perpendicular al eje longitudinal del hueso. Oblicuas: la línea de fractura forma un ángulo mayor o menor de 90 grados con el eje longitudinal del hueso. Longitudinales: la línea de fractura sigue el eje longitudinal del hueso. En «ala de mariposa»: existen dos líneas de fractura oblicuas, que forman ángulo entre sí y delimitan un fragmento de forma triangular. Conminutas: hay múltiples líneas de fractura, con formación de numerosos fragmentos óseos. En los niños, debido a la gran elasticidad de sus huesos, se producen dos tipos especiales de fractura: Incurvación diafisaria: no se evidencia ninguna fractura lineal, ya que lo que se ha producido es un aplastamiento de las pequeñas trabéculas óseas que conforman el hueso, dando como resultado una incurvación de la diáfisis del mismo. En «tallo verde»: el hueso está incurvado y en su parte convexa se observa una línea de fractura que no llega a afectar todo el espesor del hueso. Según la desviación de los fragmentos: Anguladas: los dos fragmentos en que ha quedado dividido el hueso a causa de la fractura forman un ángulo. Manual de urgencias prehospitalarias 41 Con desplazamiento lateral: las dos superficies correspondientes a la línea de fractura no quedan confrontadas entre sí, por haberse desplazado lateralmente uno o los dos fragmentos. Acabalgadas: uno de los fragmentos queda situado sobre el otro, con lo cual se produce un acortamiento del hueso afectado. Enclavadas: uno de los fragmentos ha quedado empotrado en el otro. Según el mecanismo de producción: Traumatismo directo: La fractura se produce en el punto sobre el cual ha actuado el agente traumático. Por ejemplo: fractura de cúbito por un golpe fuerte en el brazo. Traumatismo indirecto: La fractura se produce a distancia del lugar donde ha actuado el agente traumático. Por ejemplo: fractura del codo por una caída sobre las palmas de las manos. Contracción muscular brusca: En deportistas y personas con un gran desarrollo muscular, se pueden producir fracturas por arrancamiento óseo al contraerse brusca y fuertemente un músculo determinado. Antiguamente era habitual observar fracturas de este tipo en pacientes sometidos a electroshock Llegada al centro asistencial Paciente que es traído o acude por su propio pie al centro asistencial tras sufrir traumatismo que le provoca impotencia funcional y dolor, pudiendo presentar deformidad evidente, edema o hemorragia de mayor o menor importancia en caso de fracturas abiertas. Valoración Para la valoración de la importancia de las fracturas que presenta un paciente, podemos utilizar un método de triaje basado en tres prioridades, que serían: Prioridad 1 o lesiones vitales: incluiría aquellos traumatismos que pueden poner en peligro la vida del paciente debido a lesiones asociadas o a la hemorragia que conllevan. En fracturas cerradas, en función del hueso afecto, se puede realizar un cálculo aproximado del volumen sanguíneo perdido (Anexo IX), mientras que en las fracturas abiertas el cálculo de la pérdida es mucho más difícil e inexacto. En este grupo se incluirían: Fracturas masivas abiertas, anfructuosas y contaminadas, que se complican con una hemorragia abundante y con riesgo de infección. Fracturas femorales bilaterales abiertas o cerradas que pueden comportar riesgo de shock hipovolémico. Fracturas pélvicas mayores. Fracturas asociadas a lesiones vasculares, sobre todo en rodilla y codo. Amputaciones traumáticas de extremidades, que producen una importante pérdida de sangre en el mismo lugar del accidente. Manual de urgencias prehospitalarias 42 Prioridad 2 o lesiones funcionales: incluyen aquellos traumatismos que no representan riesgo vital, pero sí pueden suponer la pérdida funcional o anatómica del miembro. En las lesiones de extremidades se aplica el axioma de que la función prevalece sobre la anatomía, tendríamos: Fracturas abiertas. Fracturas que ocasionen compromisovascular. Fracturas articulares. Prioridad 3 o lesiones simples: son el resto de fracturas, que no ocasionan ni riesgo vital ni de la función. Tratamiento Aunque muchas veces los pacientes con otro tipo de patologías no van a acudir al centro asistencial, en el caso de fracturas, nos podemos encontrar con cualquier tipo de ellas, ya que para una gran parte de la población los centros de Asepeyo aún siguen relacionándose con expertos en tratar este tipo de patología. Así pues, podemos encontrarnos que se nos solicite asistencia tanto por casos de patología laboral como por casos en que la causa no es laboral. Por frecuencia de asistencia, lo que más se valorarán son fracturas por traumatismo sobre el miembro superior. La primera valoración la haremos sobre el estado hemodinámico del paciente. Un aspecto muy importante es el alivio del dolor asociado a la fractura; así mismo hemos de valorar que no siempre la fractura más grave va a ir acompañada de la sintomatología más llamativa. Una vez hemos valorado el paciente, si presenta una herida, procederemos a realizar una asepsia con un antiséptico y oclusión con gasas. Una vez tenemos “tapada” la herida, podemos pasarlo a radiología para confirmar el diagnóstico. Ante fracturas más graves, normalmente mal transportadas hasta el centro (vehículos particulares, en brazos, no inmovilizados, etc.), primero tendremos que hacer una valoración exhaustiva del paciente, comprobando que no esté en un estado de shock. Si lo está, hemos de tratar primero el shock, y luego la fractura. Haremos una valoración de: los pulsos distales y el relleno capilar distal a la fractura para asegurarnos de que no haya afectación de los vasos sanguíneos; la sensibilidad distal a la fractura para descartar lesiones nerviosas; aplicaremos crioterapia (sin afectar a zonas que presenten heridas), e inmovilizaremos la zona para evitar que posibles fragmentos óseos provoquen lesiones que hasta el momento no existían. Una vez valorada la fractura, el médico decidirá la conveniencia de trasladar al paciente, o tratarlo en el propio centro, el tipo de inmovilización necesario y si es precisa la reducción de la fractura. Manual de urgencias prehospitalarias 43 Sobre todo es muy importante recordar que ante cualquier manipulación de una fractura, hay que recomprobar los pulsos distales, ya que puede ocurrir que al reducir una fractura éstos desaparezcan, lo que indicaría una lesión vascular. Registros de enfermería 4260 Prevención del shock. 4160 Control de hemorragias. 10015 Tensión Arterial. 10007 Frecuencia cardíaca. 2210Administración de analgésicos. 3660 Cuidados de las heridas. 0910 Inmovilización. 0960 Transporte. Hoja de valoración de enfermería. Manual de urgencias prehospitalarias 44 Algoritmo de actuación Manual de urgencias prehospitalarias 45 g Llegada a centro asistencial Valoración primaria A, B, C Vía aérea, Respiración, Circulación ¿SHOCK? SÍ: Tratar el shock NO: ¿pulsos distales presentes y relleno capilar <2 ¿Shock resuelto? SÍ: NO: Asegurar vía aérea Aporte O2 Vía venosa periférica del máximo calibre posible e instauración de sueroterapia. ¿Shock resuelto? SÍ: ¿sensibilidad distal conservada? NO: Valorar traslado a centro hospitalario tras contacto telefónico. H.V.E. NO: RX. Alineación y tracción si fuera preciso. ¿resuelto? SÍ: ¿Herida abierta? SÏ: Limpieza y desinfección Valorar oclusión temporal para realización de pruebas diagnósticas o cierre definitivo de la herida NO: ¿deformidad evidente? SÍ: RX. Reducción. Recomprobación de pulsos y sensibilidad distales. ¿Todo correcto? NO: RX. Inmovilización Valoración signos alarma. vendajes. H.V.E. SÍ NO SÍ NO 8. Quemaduras Las quemaduras son aquellas lesiones tisulares producidas por la acción del calor, fuego, sustancias corrosivas, electricidad, radiación o fricción en sus amplias manifestaciones y que tienen como denominador común las alteraciones histológicas de la piel y tejidos subyacentes. La importancia de las quemaduras viene determinada porque según estadísticas, se producen entre 500 y 900 muertos al año en España, habiendo una estimación global de 1.000 intoxicados por inhalación de humo por año, de los cuales el 48% fallecen por intoxicación pura y el 52% restante por intoxicación más quemaduras graves. Imaginemos que nos llega al centro asistencial un paciente con una quemadura superficial que le afecta a las dos piernas. ¿Será una quemadura leve o grave? Bien, la quemadura será grave, pues, así se clasifica a las quemaduras de 1º o 2º que afectan a más del 25% de la superficie corporal. En este caso las dos piernas sumarían el 36%. Clasificación 1. Quemaduras de 1º grado: son quemaduras que afectan a la epidermis. Clínicamente observamos una piel eritematosa, caliente, dolorosa, blanquea a la presión, no existen ampollas (ejemplo: eritema solar). Suelen curarse en 3- 6 días sin cicatriz. 2. Quemaduras de 2º grado: se trata de quemaduras que afectan a la dermis. Superficiales: Afectan a la dermis superficial. Aparecen flictenas o ampollas, son dolorosas. La etiología está relacionada con escaldadura, o situaciones en las que la piel ha entrado en contacto con un objeto o líquido caliente en un espacio de tiempo breve. Suelen curar en 7-20 días. Profundas: Afectan a dermis papilar y reticular. Apariencia roja con áreas blanquecinas, no existen flictenas, no duelen aunque sí tienen sensibilidad a la presión. La etiología suele estar en relación con llama, gasolina, agentes químicos. El tiempo de curación es superior a 3 semanas con cicatriz, en la mayor parte de los casos precisarán tratamiento quirúrgico. Pueden profundizar a quemaduras de tercer grado. 3. Quemaduras de 3º grado: son quemaduras subdérmicas. Producidas por exposición prolongada a cualquier agente eléctrico, químico, sólidos o líquidos a elevada temperatura. De aspecto blanco, carbonizado, duras, no depresibles. No duelen. No curan espontáneamente, precisando siempre tratamiento quirúrgico. 4. Quemaduras de 4º grado: algunos autores reservan este término para las quemaduras que sobrepasan el estrato dermoepidérmico dañando estructuras subyacentes como tendón, músculo, cartílago, hueso. (Anexo VI) La extensión de la quemadura se evalúa respecto a la superficie corporal total siguiendo dos reglas principalmente: Regla de Wallace o regla del 9% Regla de la palma de la mano o del 1% Las reglas más utilizadas son: la de Wallace en la que se otorga un porcentaje a cada región anatómica, así tendríamos que el cráneo es el 9%, la espalda el 18%, el tórax y abdomen otro 18%, cada miembro superior sería el 9%, cada miembro inferior el 18% y la zona del periné el 1%; una variante útil para valorar bebés es la regla de Lund Browder, en la que el cráneo representa el 18%, la espalda otro 18%, tórax y abdomen otro 18%, cada miembro superior representa el 9%, cada miembro inferior representa el 13% y la zona perineal es el 1%. (Anexo VIII) Manual de urgencias prehospitalarias 46 Con estos datos, podemos definir una clasificación de gravedad de las quemaduras, atendiendo a la profundidad y extensión de superficie corporal afectada: Quemado leve: Presenta quemaduras de primer y segundo grado menores del 15% en adultos y del 10% en niños de la superficie corporal total. Quemado moderado: Presenta quemaduras de primer y segundo grado entre el 15% y el 25% en adultos y entre el 10% y el 20% en niños de la superficie corporal. O bien presenta quemaduras de tercer grado que abarcan entre el 3% y el 10% de la superficie corporal, tanto en adultos como en niños. Quemado grave: Es todo aquel paciente que presente: Quemaduras de primer y segundo grado en más del 25% de la superficie corporal. Quemaduras
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