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Gracia a Vosotros :: desatando la verdad de Dios, un versículo a la vez
Actitudes fundamentales para la madurez espiritual, 1ª Parte
Scripture: 1 Pedro 5:5–7
Code: GAV-60-48
Tenemos el privilegio cada vez que nos congregamos porque ese es realmente el llamado de Dios
para nosotros, de prestar atención a Su Palabra preciada. Esta noche no es la excepción, nos
congregamos para que aprendamos, para que podamos conocer mejor a nuestro Dios y Sus
mandamientos para nosotros.
Entonces venimos a nuestro estudio de 1 Pedro de nuevo, y nos embarcamos ahora en lo que
realmente es la última sección. Vamos a entrar esta noche, no la vamos a terminar, pero vamos,
creo yo, a tener un buen comienzo. 1 Pedro capítulo 5, versículos 5 al 14, constituyen la sección
final de esta gran epístola. Y vamos a tomar esta sección bajo un encabezado: Actitudes
fundamentales para la madurez espiritual. Actitudes fundamentales para la madurez espiritual. Creo
que cualquier cristiano que realmente está andando en el espíritu, se diría a sí mismo o a sí misma,
quiero ser espiritualmente maduro. Quiero ser espiritualmente eficaz. Quiero ser todo lo que Dios
quiere que sea.
Bueno, está bien tener ese deseo, ese anhelo, pero solo sucede cuando usted edifica su vida sobre
ciertos principios fundamentales. Aquí en Grace valoramos la gran música, creo que con mucha
frecuencia damos por sentado el hecho de que hombres pueden tocar trompetas y trombones, y las
damas pueden tocar pianos y violines, y todos esos instrumentos; y la gente puede cantar y hacerlo
con tal nivel de calidad. Pero la realidad del asunto es que es el producto de un entendimiento muy,
muy claro de una gran aptitud en la repetición de ciertas cosas fundamentales. Lo fundamental en la
música.
Me acuerdo como niño pequeño tomando lecciones de piano, y me aburrían y me mataban.
Siempre había sido una persona aventurera, incluso como niño. No podía sentarme por suficiente
tiempo para repetir las escalas, una y otra, y otra vez. Sin embargo, eso era esencial. Me acuerdo
cuando tomé clases de trompeta y decidí que quería tocar la trompeta, porque tenía tanta dificultad
con ochenta claves de ocho, y pensé que podía tocar tres de ellas con mucha mayor facilidad. Y
entonces comencé a tratar de aprender la trompeta, y lo hice, y toqué a lo largo de la primaria, y
secundaria, y preparatoria hasta la universidad. Y toqué trompetas en tríos y todo eso, y no obstante
descubrí que era el mismo tipo de proceso. Era cuestión de aprender ciertos puntos fundamentales.
Y una vez que usted aprende esos principios fundamentales, entonces alguien puede presentarle
una hoja de música frente a usted y usted puede aplicar esos principios fundamentales.
Pasé gran parte de mi vida en los deportes. Básicamente es lo mismo. En términos de deportes,
cualquier buen entrenador va a taladrar en sus deportistas ciertos principios básicos fundamentales.
Hay ciertas cosas, en cualquier acontecimiento atlético que son requisitos, principios y elementos de
cimientos. Y los buenos equipos y los buenos deportistas han dominado lo fundamental. Bueno, eso
también es verdad en la dimensión espiritual. Creo que a todos nosotros en cierta manera nos
gustaría dormirnos por un tiempo y despertar maduros. Acostarnos y despertar profundos.
Acostarnos y despertar con la aptitud en el ministerio, con una agudeza espiritual, sabios.
Nos gustaría despertar alguna mañana y poder aplicar toda la verdad espiritual a toda dimensión de
nuestra vida. Pero no es el resultado de desear, o de querer, o esperar, o pensar, o imaginar, o
incluso de confesar de manera positiva, es el resultado de lo fundamental. Debemos aprender en
algún punto de nuestra experiencia cristiana que debemos dedicarnos a ciertos principios
espirituales fundamentales si vamos a ser maduros, si vamos a ser eficaces, si vamos a ser todo lo
que Dios quiere que seamos.
Y entonces con todas las cosas profundas que Pedro pudo haber dicho para cerrar esta epístola, y
sería un ejercicio en la imaginación pensar en todas las cosas que él pudo haber dicho, todos los
grandes misterios de Dios en los que él pudo habernos iluminado, todos los grandes secretos
divinos que él podría haber expuesto para nuestro entendimiento, todos los misterios profundos que
todavía están escondidos para nosotros que él pudo haber revelado, habría habido una riqueza
infinita de información en la mente de Dios que pudo habernos dado para expandir nuestros
horizontes, para ayudarnos a ver en mayor profundidad y la manera más lejana y más alta, las
cosas de Dios. ¿Pero que hizo Pedro? Él regresó a lo fundamental, casi como que al final él dice:
Ahora, por cierto, regresemos a lo elemental.
Entonces Pedro escoge reiterar las actitudes fundamentales para la madurez espiritual, a su
congregación, a quien él escribe que están dispersos debido a la persecución. Están en gran
dificultad, están sufriendo injustamente, en algunos casos están sufriendo sin misericordia en manos
de personas que los han representado de manera equivocada. No merecen la persecución que
están recibiendo. Y entonces, es aún más importante que regresen a tocar lo fundamental. En
tiempos de prosperidad, en tiempos cuando todo va bien podría ser un poco más fácil conducirse de
una manera espiritual, pero cuando toda la adversidad ha venido en contra de usted como un
diluvio, más vale que sea bueno en lo fundamental, porque es lo que usted hace con lo fundamental
en el tiempo de mayor estrés que produce el efecto más grande.
Ahora, lo que usted tiene entonces, comenzando en el versículo 5, es una serie de imperativos, una
serie de mandamientos. Y viene casi a manera de estacato, casi de manera rápida como una
ametralladora, uno detrás de otro, es como Pedro los dispara. Y nos recuerdan las actitudes básicas
necesarias para nuestra madurez. Ahora, quiero que mantenga en mente que todas son actitudes.
No tiene tanto que ver con lo que hacemos, sino más bien como pensamos. No tiene tanto que ver
con nuestras acciones, como lo que son nuestros motivos. Estos son los asuntos de actitudes
espirituales que son los bloques para edificar la madurez espiritual.
Ahora recuerde, él ya ha exhortado a los líderes en los versículos 1 al 4. Él exhortó a los ancianos
ahí a pastorear el rebaño de Dios, y entramos en eso a detalle. Y ahora, él se vuelve, en el versículo
5, de los pastores a las ovejas. Y él usa la palabra igualmente, usted la ve ahí en el versículo 5,
igualmente a lo largo de esta epístola es la palabra de Pedro para una transición a un nuevo grupo.
Ahí atrás antes en el capítulo 2, él estaba hablando acerca de varios grupos, en el capítulo dos de
esta epístola él está preocupado porque actuemos en cierta manera hacia aquellos que están a
nuestro alrededor, hacia aquellos que están en el mundo.
En el versículo 13 él dice, “Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey
como a un superior, y a los gobernadores como por él enviados para castigo de los malhechores y
alabanza de los que hacen bien.” Todos los que están en autoridad, gobernantes, reyes, la
implicación aquí es personas en autoridad, policías, soldados, lo que sean, debe someterse a ellos.
Después él pasa a un grupo diferente, en el versículo 18, él dice: “Criados, estad sujetos con todo
respeto a vuestros amos.” Después, llegando al capítulo 3, él recoge esa palabra “así mismo,”
“vosotras mujeres, estad sujetas a vuestros maridos.”
Entonces él comienza a decir, deben someterse a toda la autoridad, siervos deben estar sumisos a
sus amos, así mismo esposas, sean sumisas a sus maridos. Entonces, cuando llegamos aquí al
capítulo 5, y señalamos la palabra “así mismo,” tenemos la idea de que él está pasando del grupo al
que le ha estado hablando, y ahora le está hablando a un grupo nuevo. Él ha estado hablando
acerca de líderes, ahora él está hablando acerca de personas. Él motivó a los pastores a pastorear
su rebaño, ahora él exhorta a las ovejas a las actitudes espirituales apropiadas.
Esto se aplica entonces a nosotros comoovejas, a todos nosotros, a todos ustedes. Y Pedro va a
disparar mandamiento tras mandamiento, tras mandamiento, tras mandamiento. Usted va a estar
familiarizado con ellos, los va a ver de una manera nueva y fresca, estoy seguro, y usted va a
descubrir que es un repaso maravilloso porque siempre debemos regresar a lo básico, siempre
debemos regresar a lo fundamental. Y eso es exactamente adónde Pedro nos lleva. Si usted va a
ser maduro usted llega ahí al comenzar con estas actitudes básicas.
Actitud número uno. Actitud número uno, una actitud de sumisión, una actitud de sumisión. No es
como si no hubiera ya hablado de sumisión, de hecho, le acabo de decir en el capítulo dos, él habló
del hecho de que debemos ser sumisos a toda la autoridad. Debemos ser siervos sumisos a
aquellos que nos emplean y que están por encima de nosotros, debemos ser sumisos en el
matrimonio.
Entonces la sumisión no es un tema nuevo aquí. De hecho, es uno relativamente familiar en la
epístola. Pero ahora en el capítulo 5 él dice que debemos estar sujetos a los ancianos. Él escribe:
“Jóvenes, igualmente jóvenes, estad sujetos a los ancianos.” Ahora, él identifica a los jóvenes aquí.
¿Por qué hace él eso? ¿Porque él no simplemente dice, “todo mundo debería someterse a los
ancianos, todo mundo? Bueno, no estoy seguro de que puedo decirle lo que estaba en su mente o
en la mente del Espíritu Santo, pero puedo intentarlo.
En primer lugar, fueron jóvenes los que tendían a ser agresivos. Jóvenes, quienes el apóstol Pablo
le recuerda a Timoteo, tienden a esforzarse a alcanzar la prominencia, jóvenes que están
enamorados con sus propias ideas y tienden a menospreciar en cierta manera las ideas de la
generación pasada. Jóvenes que podían estar aspirando a ser ancianos, a la función del pastor. Y
entonces, él les recuerda a los jóvenes que probablemente serían los más obstinados, los más
fuertes en cualquier asamblea de creyentes, que deben estar sujetos a los ancianos. Realmente no
sería un problema para los hombres mayores, serían los más santos, los maduros. No sería un
problema para las mujeres, porque las mujeres ya estaban sujetas a sus propios maridos. Él
presentó esto de manera clara en el capítulo 3.
Entonces realmente las únicas personas dentro de la congregación que podrían presentar una
especie de amenaza inminente al aspecto de la sumisión serían los hombres jóvenes. Pero creo
que el espíritu de lo que él dice abarca toda la congregación. Simplemente podemos asumir que los
hombres mayores eran los hombres mayores y por lo tanto no habrían estado sujetos a los hombres
mayores. Y que las mujeres conocían su función y su lugar. Y entonces lo único que queda
realmente es los jóvenes que habrían tendido a ser los obstinados y quizás buscar funciones de
liderazgo para los que no eran aptos.
Entonces, él comienza al decir “sujetaos a vuestros ancianos”. Pero el espíritu de eso permea a la
iglesia entera. Todos los creyentes deben estar sujetos a aquellos que están sobre ellos en el
Señor, los que son sus pastores, los que son mayores, santos maduros, “estad sujetos”. La palabra
de nuevo hupotassō significa “alinearse debajo de”. Es un término militar, significa “alinearse bajo su
liderazgo”. Y entonces él de hecho está diciendo: “Toda persona, particularmente los hombres
jóvenes fuertes, necesitan alinearse bajo la autoridad de los ancianos y los pastores.” Él incluso
podría incluir en la palabra ancianos aquí, a los santos mayores, aquellos que son los modelos de
madurez espiritual. Es un llamado al respeto, amados. Es un llamado al honor. Es un llamado a
ceder a aquellos que están en liderazgo espiritual.
Le voy a decir, y le digo esto con un corazón que duele, porque he soportado esto a lo largo de los
años, en algunos casos de manera personal; en muchos casos mediante amistades con otros
hombres en el ministerio. Nada aflige más que una congregación de personas que no respetan a
aquellos que están en autoridad espiritual sobre ellos. Y le confieso lo opuesto, nada es más
desalentador para una congregación que el liderazgo espiritual irresponsable. Pero en dónde usted
tiene liderazgo espiritual maduro y piadoso, responsable, usted debe honrarlo y ceder y respetar y
someterse a ellos.
Esa es una actitud fundamental de madurez espiritual. Ese es un cimiento. Y he visto en mi vida el ir
y venir de muchas personas dotadas, quienes recibieron de parte de Dios grandes talentos
naturales y por el Espíritu de Dios dones espirituales significativos, que nunca alcanzaron una
medida de madurez espiritual y utilidad, porque nunca aprendieron a matar a su propia soberbia, su
ambición y necesidad de ser preminentes, que nunca aprendieron a someterse al liderazgo y
autoridad de alguien más. Ese es un principio espiritual que debería permear la vida de aquellos que
están en la iglesia. Debemos ser sumisos a aquellos que están sobre nosotros. No podría ser más
claro, estad sujetos a los ancianos.
Ahora, ¿de qué está hablando aquí con esta palabra “ancianos”? Acaso él simplemente quiere decir,
los hombres mayores. Bueno, eso lo llevaría de regreso al versículo 1, cuando él exhorta a los
ancianos a pastorear el rebaño de Dios, él está hablando de los líderes espirituales, no solo la gente
mayor. Y yo asumiría que aquí él tiene lo mismo en mente, que deben sujetarse a sus ancianos, y
en particular, es digno de señalarlo, porque dice “vosotros jóvenes” asumiendo que los jóvenes
serían los que tienden a buscar los lugares de liderazgo que realmente no merecen. Y entonces,
creo que él está diciendo que debemos tener una actitud de sumisión espiritual a aquellos que Dios
ha colocado sobre nosotros como nuestros pastores.
Ahora no quiero que tenga la idea de que tengo algún motivo personal encubierto, únicamente le
estoy enseñando la Biblia, y ahí está eso, y eso es lo que dice. Pero creo que, en todo mi corazón,
que esto puede destruir iglesias, y lo ha hecho y continúa destruyendo iglesias, y no es una actitud
en los corazones de la congregación. Al final de la carta a los corintios, la primera carta Pablo
escribe: “Hermanos,” capítulo 16, versículo 15, “ya sabéis que la familia de Estéfanas es las
primicias de Acaya, y que ellos se han dedicado al servicio de los santos. Os ruego que os sujetéis a
personas como ellos, y a todos los que ayudan y trabajan.”
El pueblo de Dios debe aprender a someterse a aquellos que están en liderazgo espiritual. Y no es
cuestión de perfección por nuestra parte, no somos perfectos. Es cuestión de espiritualidad por lo
que usted debe someterse. Esto es algo que se vuelve un tema en el corazón del apóstol Pablo. No
solo en un sentido general, él dice en Efesios 5:21 “Someteos unos a otros en el temor de Dios.” En
otras palabras, de manera general debemos ser sumisos unos hacia otros, pero él se vuelve muy
específico hacia aquellos que están en liderazgo.
Observe 1 Tesalonicenses capítulo 5, este es un texto muy importante, estaremos viéndolo en
algunos meses más adelante en nuestro estudio de 1 Tesalonicenses. Pero en 1 Tesalonicenses
5:12 él dice esto, y él está escribiendo a esta iglesia tan noble en Tesalónica. Una congregación
muy piadosa que como hemos señalado en nuestro estudio de la iglesia tesalonicense, aunque eran
cristianos nuevos, y solo habían conocido al Señor por unos cuantos meses, y aunque no habían
tenido el beneficio del liderazgo espiritual que estuviera ahí; Pablo se había quedado tan solo un
corto período de tiempo.
Y aunque estaban en medio del paganismo que estaba en su peor condición, aun así, eran una
congregación tan maravillosa. Pero él les recuerda, conforme los hombres emergen en la función de
liderazgo espiritual, y claro, Pablo, y Silas y Timoteo eran líderes que ya conocían. Y conforme más
hombres entraban a la función de liderazgo, esto es lo que él les dice: “Os rogamos, hermanos, que
reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan; y que los
tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra. Tened paz entre vosotros.” Estees un
consejo tan significativo. Y después él dice, suponiendo que algunas personas se van a salir de la
línea, versículo 14, más vale que amonesten a los ociosos. Más vale que amonesten a los ociosos.
Los que no se van a someter necesitan ser amonestados, exhortados o advertidos.
Entonces, Pablo les dice a los tesalonicenses, “necesitan valorar a las personas que trabajan de
manera diligente entre ustedes, que realizan el ministerio espiritual en medio de ustedes, que están
presidiéndolos y quienes les dan instrucciones, o son ancianos. Ellos les enseñan. Ellos los guían.
Deben tenerlos en alta estima, deben amarlos, no porque son tan dignos de ser amados, sino por la
obra a la que han sido llamados. Esa es una actitud espiritual muy esencial. Y le prometo, que, si
usted no tiene una actitud de sumisión hacia aquellos que están por encima de usted en el Señor,
usted da evidencia de una falta de cimiento para la madurez espiritual. Y su vida será estorbada en
su crecimiento.
En Tito, observe el capítulo 3 por un momento. Un contexto un poco más amplio, sin embargo, el
principio es el mismo. Pablo le dice a Timoteo, conforme ministras a la iglesia, recuérdales que se
sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra.
Estén sujetos. Ni siquiera aclara quienes son estos gobernantes y autoridades. Es muy general,
sean en la sociedad o en la iglesia. Y después él dice esto, y aquí está la parte práctica de esto,
versículo 2, “que a nadie difamen.”
Esto es, no hablen en contra de nadie en la autoridad, que no sean pendencieros, sino amables,
mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres. Esto debe caracterizar a los creyentes,
nuestras vidas son sumisas a aquellos que están en liderazgo espiritual. Observe Hebreos 13, y
este podría ser el texto más directo y decisivo. Hebreos 13, versículo 7 dice: “Acordaos de vuestros
pastores, que os hablaron la palabra de Dios.” Acuérdense de ellos, “considerad cual ha sido el
resultado de su conducta, e imitad su fe.” 
Entonces, lo primero que dice es, las personas que los guiaron y les enseñaron, que viven la vida
espiritual, imítenlos, imítenlos. Pero después observe el versículo 17, él va más lejos que tan solo
imitarlos, él dice en el versículo 17, “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos.” Hagan lo
que dicen y sujetaos a ellos, “porque ellos velan por vuestras almas como quienes han de dar
cuenta. Son responsables a Dios. Su responsabilidad para con Dios es someterse. Su
responsabilidad para con Dios es asegurarse de que su liderazgo sea lo que debe ser. Y si ustedes
se someten, esto es tan importante, a la mitad del versículo 17, entonces dejarán que ellos realicen
su trabajo con gozo y no con tristeza, porque si lo tienen que hacer con tristeza, esto no es
provechoso para ustedes. Nadie quiere a un pastor triste. Nadie quiere un líder con el corazón
quebrantado.
Sin embargo, iglesia tras iglesia, tras iglesia, tras iglesia, tras iglesia experimenta esa realidad
misma, porque usted tiene una congregación que no se quiere someter. Y usted entonces tiene un
líder triste cuyo ministerio se vuelve no provechoso. Un escritor dice: “En sumisión, nos
involucramos en la experiencia de aquellos que están en nuestra comunión, que están calificados
para dirigir nuestros esfuerzos en el crecimiento, y quienes entonces añaden el peso de su
autoridad sabia, de lado de nuestro espíritu dispuesto, para ayudarnos a hacer las cosas que
queremos hacer, y nos refrenan de hacer cosas que no queremos hacer. Ellos supervisan el orden
piadoso en nuestras almas.” (Fin de la cita). Me gusta eso.
Nos involucramos con su experiencia, nos involucramos con su sabiduría, nos involucramos con su
autoridad para supervisarnos en un orden piadoso. La madurez espiritual siempre llama a una
actitud de sumisión, y si usted no tiene eso, no solo usted hace que el ministerio sea difícil, el siervo
del Señor esté triste, sino que usted no va a tener una piedra angular en su propia vida espiritual.
Hay una segunda actitud que necesita consideración, que va junto con la primera que Pedro nos da,
y esa es una actitud de humildad. Inmediatamente después de completar su primer mandamiento, él
da otro. Versículo 5, y todos sumisos unos a otros, revestíos de humildad, porque Dios resiste a los
soberbios y da gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él
os exalte cuando fuere tiempo.” Una actitud de sumisión es una gemela de una actitud de humildad.
Si la actitud de sumisión ataca la soberbia de la promoción personal, la actitud de la humildad ataca
el amor propio.
Entonces, la cuestión de la virtud espiritual es una cuestión de humildad, la cuestión de la madurez
es una cuestión de humildad. Y observe cuan amplio es, él dice: “Jóvenes, estoy preocupado en
particular por ustedes porque tienen el potencial de ser rebeldes.” Pero todos ustedes, observen eso
en el versículo 5, “Y todos revestíos de humildad, sumisos unos a otros.”
¿Ahora, sabe usted que Dios ha desarrollado cierta prenda de ropa que es unitalla, que le queda a
todo mundo? Estuve en Nueva Orleans el otro día, y caminé junto a una tienda y había una
vendedora ahí con mucha iniciativa, salió y dijo: “¿Por qué no entra? Quizás quiera comprar ahora.”
Entonces entré y vi mucha ropa doblada sobre repisas, y dije, era ropa de mujer, y yo dije: “Tengo
una regla básica, no compro ropa de mujer para mí. Y no compro ropa de mujer para mi esposa
porque podría comprar lo equivocado, especialmente si estoy fuera de casa.” Ella dijo: “Bueno, no
importa. Toda esta ropa le queda a todo mundo.” Yo pensé, si llevara a casa algo para mi esposa
que le podría quedar a todo mundo, ella no lo recibiría como un cumplido. Ella dijo: “Todo en la
tienda le queda a todo mundo.”
Bueno, hay algo en el versículo 5 que también le queda a todo mundo, y él dice: “Todos necesitan
ponérselo. Todos necesitan revestirse.” Esa palabra revestíos, es una palabra muy, muy
interesante. No es tan general como parece serlo. La palabra literalmente significa en el griego,
amarrarse algo a usted mismo con un nudo o un moño. ¿Muy bien? Una palabra muy específica,
egkomboomai, amarrar algo en usted con un nudo o un moño.
Ahora la palabra era usada de un delantal que usted se amarra en usted con un nudo o un moño. Y
tenía en manera particular en mente un delantal de trabajo. De hecho, tenía en mente el delantal
que un esclavo se ponía. Un esclavo se amarraba un delantal encima de su ropa, para mantenerlo
limpios. Así como usted podría hacerlo cuando se va a trabajar. Así como un ama de casa lo haría
al estar trabajando en la casa, para mantener su ropa limpia se amarra un delantal. Usted lo amarra
con un nudo o con un moño. Se volvió la palabra para vestirse de servicio humilde. Vístase con la
prenda de ropa que le queda a todo mundo del servicio humilde. Póngase el delantal del esclavo,
eso es lo que él está diciendo. Revestíos de, la palabra ‘humildad’ es la palabra ‘pensar de manera
baja,’ con una actitud de que usted es bajo, una actitud de que usted no es demasiado bueno para
servir. Usted no es demasiado grande como para agacharse.
Y por cierto esto es totalmente extraño, raro en el mundo pagano, la humildad no era una virtud,
usted sabe eso. La humildad no era una virtud en el mundo pagano, así como no es una virtud en la
actualidad. La gente humilde en la actualidad son objeto de burla y pisados, son llamados cobardes,
por el mundo. Este es el día del macho. Este era el mismo día en el día de Pedro. La humildad no
era una virtud, la humildad era para gente cobarde y débil. La única humildad que toleraban era la
humildad involuntaria de la esclavitud.
Entonces, Pedro está diciendo, necesitan ponerse la prenda de ropa de un esclavo, y adoptar una
humildad voluntaria, una manera de pensar baja en dos direcciones. Versículo 5, primero unos a
otros, hacia unos a otros. Pedro pudo haber estado pensando acerca de su Señor, usted recuerda
el incidente registrado en Juan 13,en dónde dice que Jesús vio que los pies de los discípulos no
estaban lavados y nadie estaba ahí para hacerlo. Y entonces Él se levantó y se ciñó, y se agachó, y
lavó sus pies sucios. Este es el Hijo de Dios, quien se colocó esa prenda de ropa que le queda a
todo el mundo y lo amarró en el delantal del esclavo y se agachó y lavó sus pies sucios. Pedro
probablemente recordó cuando el Señor se puso eso, cuando el Señor hizo eso, y él dice: “Ustedes
también necesitan ponérselo. Necesitan vestirse con la actitud de un esclavo, la actitud de alguien
que lava pies, la actitud de un siervo unos hacia otros. ¿Qué significa eso? Hacia otros cristianos.
Ahora, hemos estado aprendiendo acerca de eso en Filipenses capítulo 2. Él dice: “Nada hagáis por
contienda o por vanagloria, antes bien con humildad estimando cada uno a los demás como
superiores a uno mismo.” Esa es la clave, tiene que ver a otros como más importante que usted.
Ese es un desafío. Digo, usted simplemente batalla con su carne caída y su soberbia en ese punto
de manera incesante. Poder ver a otros como más importantes que usted es una victoria espiritual
grande. Pero eso es lo que demanda. No sea egoísta, no se envanezca con una manera de pensar
humilde, considere a otros como más importantes que usted.
Después él dice: “No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los
otros. Haya también en vosotros este mismo sentir que hubo también en Cristo Jesús.” Y después él
procede a decir, “Como Cristo Jesús fue exaltado por el Padre, se agachó, se volvió un siervo, y se
entregó a Sí mismo incluso en la muerte, para que pudiera servirnos, se humilló a Sí mismo, de una
manera sorprendente, inconcebible.” Y esa es la actitud de corazón que necesita tener. Necesita
agacharse incluso para servir a pecadores indignos. Póngase la prenda de ropa de un esclavo.
Ahora, para apoyar su exhortación, en el versículo 5 Pedro cita del Antiguo Testamento. Él cita
Proverbios 3:34, que dice: “Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes.” Esta es la
razón por la que hay que ser humildes. ¿Por qué? Porque Dios da gracia a los humildes, pero
resiste a los soberbios. Por cierto, Santiago cita ese mismo versículo, Proverbios 3:34 y Santiago
4:6 dice lo mismo. “Dios resiste a los soberbios, da gracia a los humildes.” La única diferencia entre
esta cita y lo que la Septuaginta griega del Antiguo Testamento dice, es que el Antiguo Testamento
usa la palabra “Señor,” y Pedro sustituye la palabra “Dios”. Pero obviamente ambas hacen
referencia a la misma persona.
Ese es un axioma del Antiguo Testamento que debió haber sido muy común. Pedro lo usó, Santiago
lo usó. Y el axioma dice, es sabio vestirse a sí mismo de humildad el uno hacia el otro, porque Dios
le va a dar a usted gracia, si lo hace. Y Dios va a pelear contra usted si no lo hace. Esa es una
motivación bastante buena. Dios resiste a los soberbios. Dice usted: ¿Por qué resiste a los
soberbios? De manera muy simple, Él odia la soberbia. Dios la odia.
Él odia la soberbia. Y eso no podía ser revelado de manera más explícita en la Escritura, Proverbios
6:16, “Seis cosas aborrece Jehová, siete abomina su alma.” Él comienza, “Los ojos altivos,” es otra
palabra para soberbia. Ojos altivos. Él odia la soberbia. En Proverbios 8:13, “El temor de Jehová es
aborrecer el mal. La soberbia, la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa, aborrezco.” ¿Sabe
usted porque Dios resiste a los soberbios, ahora, no es cierto? Él odia la soberbia, Él la desprecia.
¿Sabe usted que pecado fue lo que causó que Lucifer fuera expulsado del cielo? ¿Qué fue?
Soberbia. Yo seré, seré, seré como el Altísimo y ascenderé y demás. Soberbia. Y la gracia de Dios
está reservada para los humildes. Quizás nadie lo ha dicho mejor que Isaías. En Isaías 57, versículo
15, “Así dice el Alto y Sublime que habita la eternidad, cuyo nombre es el Santo. Yo habito en la
altura y la santidad, y también con el contrito y humilde de espíritu, para revivir el espíritu de los
humildes, y revivir el corazón de los contritos.” ¿No es eso algo? Yo vivo en un lugar alto y santo, ¿y
quién vive conmigo ahí? No los santos y elevados, sino los humildes, ellos viven ahí conmigo.
Isaías lo vuelve a decir, un mensaje en Isaías 66:2, “Pero miraré a este, aquel que es pobre de
espíritu.” Humilde. Dios da gracia. ¿Qué significa que Él da gracia? Bendición. Él bendice la vida del
humilde y resiste al soberbio. Veo a personas tropezando por todos lados tratando de arreglar su
vida, tropezando tratando de encontrar algún tipo de solución, algún tipo de arreglo, algún tipo de
terapia que va a funcionar, algún tipo de consejería que va a resolver sus problemas, algún tipo de
libros que los va a librar de su supuesto dilema y el meollo bien podría decir que no hay liberación,
amigo mío, porque usted no está experimentando la gracia de Dios, sino que más bien está
experimentando la mano resistente, que se opone, de Dios, en su vida, porque usted es soberbio.
Dios resiste a los soberbios, y Él da gracia a los humildes.
Entonces Pedro comienza al decir, “Debería ser humildes unos hacia otros, para puedan conocer la
gracia de Dios y no la resistencia de Dios.” Después en segundo lugar, “Más vale que sean
humildes, no solo unos hacia otros, sino hacia Dios.” Esto es tan directo. Observe el versículo 6, y
esto va a abrir algo de riqueza de pensamiento. “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios,
para que él os exalte cuando fuere tiempo.” Debido a que Dios resiste a los soberbios y da gracia a
los humildes, más vale que se humillen y no solo unos hacia otros, sino bajo la poderosa mano de
Dios.
En base a esa verdad escritural citada en el versículo 5, Pedro da un mandamiento claro a
humillarnos bajo Dios. Más vale que no nos levantemos y pensemos que somos iguales a Dios. Más
vale que no peleemos contra Dios, más vale que no estemos en una competencia contra la
sabiduría de Dios, más vale que seamos mansos y humildes y bajos con lo que Dios traiga a
nuestra vida. Lo que Él traiga es nos humillamos, nos humillamos a nosotros mismos, lo aceptamos
de su mano. El Antiguo Testamento tiene tanto que decir de esto, me siento algo presionado. Pero
permítame tan solo darle unas cuantas escrituras que van a abrir esta verdad rica.
Miqueas 6:8. “Él te ha mostrado hombre lo que es bueno.” ¿Y, que es? “¿Qué demanda Jehová de
ti?” Escuche esto, “hacer justicia, amar misericordia, y andar humilde con tu Dios.” ¿Qué demanda?
Que camine humildemente con Él. ¿Qué significa eso? Que usted camina bajo Su mano poderosa.
Usted camina bajo Su mano poderosa. Dice usted, ¿“Qué significa eso?” Bueno, la mano poderosa
de Dios es un símbolo del Antiguo Testamento del poder de Dios que cubre. El poder controlador de
Dios, la soberanía de Dios. Dios está a cargo. La poderosa mano de Dios es la mano de Dios a
cargo de usted. Eso es lo que significa.
Ese es el poder de Dios operando en la experiencia de los hombres, siempre cumpliendo Su
propósito amoroso, soberano. La poderosa mano de Dios significa diferentes cosas en diferentes
momentos. Algunas veces la mano poderosa de Dios es usada para librar al creyente de problemas.
Algunas veces la mano poderosa de Dios es usada para proteger al creyente en medio de un
tiempo de prueba. Es un refugio, en lugar de que sea una liberación. Algunas veces, la poderosa
mano de Dios es usada como una mano de disciplina, trayendo golpes en contra del creyente. Pero
siempre, es la mano poderosa, soberana, de Dios. Sea para liberación, para prueba, para disciplina,
siempre la mano de poderosa de Dios.
Observe conmigo Éxodo capítulo 3. Y permítame mostrarle la mano poderosa de Dios operando en
la vida de Moisés, en la gran confrontación en la zarza ardiente, y después el llamado de Dios para
Moisés para guiar a Su pueblo fuera de Egipto. Están en la esclavitud en Egipto. Y en Éxodo
capítulo 3, versículo 19, Dios dice: “Más yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir, sino por mano
fuerte.” Dios dice: “Mira, yo sé que Faraón no va adejar ir al pueblo de Dios”.
Entonces, Dios dice: “Pero yo extenderé mi mano, la mano poderosa de Dios. Y heriré a Egipto con
todas mis maravillas que haré en él. Entonces os dejará ir. Y la poderosa mano de Dios se vuelve la
mano, ¿de qué? de liberación, librando al pueblo conforme Él le da un golpe a Faraón y a sus
fuerzas. La mano de Dios es una mano liberadora, una mano de liberación. Observe, Job capítulo
30, y versículo 21. Por cierto, hay varias escrituras en el Antiguo Testamento que hablan de la
poderosa mano de Dios, pero para efecto de tiempo pasamos al segundo punto.
Job capítulo 30, versículo 21, versículo 20, retrocediendo. Job está derramando su corazón porque
él está pasando por una prueba terrible, increíble, ¡cuán terrible se ha vuelto su vida! Versículo 20 él
dice, “Clamo a ti y no me oyes, me presento y no me atiendes. Te has vuelto cruel para mí, con el
poder de tu mano me persigues.” Aquí la poderosa mano de Dios no es la mano de liberación, aquí
la poderosa mano de Dios es la mano de prueba, de prueba, de perfección, de madurez, para que él
pueda salir como oro. Para que al final él pueda decir, “De oídas te había oído, más ahora mis ojos
te ven. Me arrepiento en polvo y cenizas. Ahora te veo Dios, como nunca antes te había visto. Ahora
me aborrezco y aborrezco mi pecado y te adoro.” Oh, que progreso espiritual es ese. La poderosa
mano de Dios podría ser para liberación, la poderosa mano de Dios podría ser una mano de
presión, que incluso podría parecer cruel, pero es una mano de perfección, de prueba.
Observe conmigo Ezequiel. Podría haber varias escrituras que podríamos ver, pero observe
Ezequiel capítulo 20. Y aquí viene la palabra de Jehová en contra de Israel, en Ezequiel, versículo
33, “Vivo yo, dice Jehová el Señor, que, con mano fuerte y brazo extendido, y enojo derramado he
de reinar sobre vosotros.” Ahí en el versículo 37, “Os haré pasar bajo la vara, y os haré entrar en los
vínculos del pacto, y apartaré de entre vosotros a los rebeldes, y a los que se rebelaron contra mí.”
Aquí está la poderosa mano de Dios vista en limpiar, disciplinar, juicio, castigo, conforme Dios
purifica a Su pueblo, conforme Dios los disciplina por su pecado.
Entonces Pedro dice, “Miren, simplemente necesitan humillarse. Sea que la mano poderosa de Dios
está ahí para librarlos, sea que la poderosa mano de Dios esté para protegerlos a través de la
prueba que parece tan difícil, o sea que la poderosa mano de Dios esté ahí, por así decirlo, para
golpearlo en disciplina, sométase, humíllese. No cuestione a Dios, no discuta con Dios, no debata
con Dios. Humíllese bajo Su voluntad, bajo Su Palabra, bajo Su poder.” Como puede ver, esto es
muy directo para estos lectores. Están bajo la mano de Dios. Y no es la mano de liberación. En
algunos casos podría ser la mano de disciplina, pero primordialmente es la mano de prueba. Él está
cubriéndolos y están pasando por este tiempo terrible de prueba.
Y Pedro está diciendo: “Miren, necesitan aceptar esa experiencia controlada por Dios. No necesitan
pelear contra ella, no necesitan discutir con ella, acepten la poderosa mano de Dios arriba de
ustedes en este tiempo de prueba conforme Dios los coloca en medio de una prueba, porque sabe,”
versículo 6, “para que Él os exalte cuando fuere tiempo.” ¿Cuándo es el tiempo apropiado? Su
tiempo. No nuestro tiempo. Su tiempo. El tiempo perfecto para que Dios lo levante a usted. Él sabe
cuándo es, dice usted, ¿cuándo será? Bueno, será cuando Él haya cumplido Su propósito. Y solo Él
conoce Su propósito. 1 Timoteo 2:6 dice que Jesús se entregó a Si mismo en rescate a su debido
tiempo. En el tiempo perfecto de Dios. Él se entregó a Sí mismo por rescate.
Tito 1:3 dice: “La esperanza de la vida eterna vino en el tiempo apropiado, incluso su palabra. Cristo
vino en el tiempo apropiado. La palabra vino en el tiempo apropiado y su exaltación, su ser
levantado; la palabra significa ‘ser levantado del problema,’ vendrá en el tiempo apropiado. Pero
hasta el tiempo apropiado, ¿qué debe hacer usted? Humillarse. No conocemos mucho de eso. Ese
es un bloque de construcción, esa es una piedra angular. Esa es una piedra de cimiento para la
madurez espiritual. Y si peleamos con Dios en ese punto, literalmente destruimos el futuro para
nosotros.
Entonces, es importante recordarles a estos lectores que mientras que están bajo la poderosa mano
de Dios, y Él trae presión en contra de usted para probarlo, para purificarlo, para purgarlo, y usted
está sufriendo a través de experiencias muy difíciles. Usted no debe desanimarse, usted no debe
juzgar a Dios como si fuera no amable o injusto. Usted debe ser humilde.
Warren Wiersbe dijo: “Una de las evidencias de nuestra soberbia es nuestra impaciencia con Dios.
Y una de las razones para nuestro sufrimiento es para que aprendamos la paciencia.” Dios tiene que
enseñarnos eso. Y la manera en la que podemos permanecer humildes bajo la mano de Dios. ¿Cuál
es la manera de hacer eso? Es la tercera actitud, versículo 7. Muy simple, “Echando toda vuestra
ansiedad sobre él porque él tiene cuidado de vosotros.” Esa es la manera de ser humildes. Esa es la
manera de permanecer debajo de esto.
Esa es la tercera actitud, una actitud de confianza, una actitud de confianza. La humildad, ¿qué
demanda? Mucha oración para la muerte de la soberbia. Jamás piense que usted será humillado de
manera fácil. Demanda mucha oración. Mucha oración. En segundo lugar, demanda mucho rechazo
de la alabanza. Mucho rechazo de la alabanza. En tercer lugar, demanda mucha confesión de
pecado. Pero el cuarto lugar, demanda mucha confianza en un Dios que cuida de nosotros. No me
puedo humillar a mí mismo bajo la presión de Dios sino creo que Él se preocupa, que cuida de mí.
Pero puedo hacerlo si lo creo.
Entonces Pedro dice: “Deben de tener una actitud de confianza.” ¿Confianza en qué? En Su
cuidado, para que echen toda vuestra ansiedad sobre Él porque saben que Él cuida de vosotros.
Entonces usted puede decir, “Señor, sé que es difícil enfrentar la prueba, pero te lo voy a entregar
todo porque sé que Tú cuidas de mí.” La palabra “echando,” es usada de arrojar algo en algo. Por
ejemplo, arrojar una colcha sobre un caballo, un asno, una mula. Así es usada en Lucas 19:35,
arrojar una colcha sobre un animal. Pedro dice, “Simplemente arrójenlo, simplemente avienten sobre
Él toda su ansiedad.” ¿Qué es la ansiedad? Toda la falta de contentamiento, el desánimo, la falta de
esperanza y el cuestionamiento, el asombro, el dolor, el sufrimiento por el que están pasando.
Simplemente entréguenselo todo a Él. entréguenlo confiando en el Dios que realmente cuida de
ustedes.”
Ana es una gran ilustración. Ella no tuvo niño pequeño y una madre judía no tuviera un niño
pequeño realmente era un problema real. Y entonces, dice en 1 Samuel 1:10, “Ella con amargura de
alma oró a Jehová y lloró abundantemente.” Ella era una mujer quebrantada de corazón. Y Dios en
ese tiempo, la tenía bajo la poderosa mano de la prueba, e hizo voto, diciendo: Jehová de los
ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí y no te olvidares de tu
sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y
no pasará navaja sobre su cabeza.”
No solo te lo voy a devolver, sino que voy a hacer un voto nazareo para él, para que él no se
preocupe por su apariencia física, y él entregue su vida entera a Ti. “Mientras ella lloraba largamente
delante de Jehová, Elí estaba observando la boca de ella. Pero Ana hablaba en su corazón, y
solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y Elí la tuvo por ebria. Entonces le dijo Elí:
¿Hasta cuándo estarás ebria? Digiere tu vino. Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy
una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante
de Jehová.” Estoy bajo la poderosa mano de Dios, y es doloroso, y estoy llorando, he entregado a
Dios mi carga.
“No tengas a tu sierva como una mujer impía; porque por lamagnitud de mis congojas y de mi
aflicción he hablado hasta ahora. Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la
petición que has hecho. Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por
su camino, y comió, y no estuvo más triste.” Entonces Dios le dio un hijo. ¿Qué le pasó? Dice en el
versículo 18, “Ella se fue por su camino y comió y no estuvo más triste.” ¿Por qué? ¿Por qué ya no
estaba triste? Nada había cambiado. No. ¿Pero que había hecho ella con la carga? Se la entregó al
Señor. Se la entregó al Señor.
Ese es el punto. ¿Por qué? Porque Él tiene cuidado de vosotros. Él se preocupa. Porque Él tiene
cuidado de vosotros. No hay duda en mi mente que Pedro tenía en mente el Salmo 55:22 cuando él
dijo eso. Salmo 55:22 dice: “Hecha sobre Jehová su carga, él te sustentará. No dejará para siempre
caído al justo.” Oh, eso es bueno. “Echa sobre Jehová tu carga y él te sustentará. No dejará para
siempre caído al justo.” Él se preocupa de usted. Jesús dijo en el Sermón del Monte, “Si él cuida de
los lirios del campo, ¿piensan que él los vestirá a ustedes? Si el alimenta las aves del cielo, ¿creen
que va alimentarlos a ustedes?” Pablo dice, “Mi Dios, pues,” ¿qué? “suplirá todo lo que os falta.”
Entonces Pedro dice, regresemos a lo básico. La madurez espiritual comienza con algunos
principios fundamentales. Una actitud de sumisión hacia aquellos que están en autoridad espiritual;
una actitud de humildad hacia otros, hacia Dios, bajo Su poderosa mano; y una actitud de confianza
que dice: Puedo humillarme a mí mismo porque voy a entregar esta carga entera al Dios que
realmente se preocupa. Esas son las actitudes fundamentales que producen madurez espiritual. Sin
ellas, no suceden. Y hay más, pero eso es para la próxima vez. Oremos.
Padre, cuando pensamos en Ana acudiendo al templo y orando, y el sumo sacerdote
confundiéndola, pensando que estaba borracha, recordamos algunas de las ocasiones cuando
estamos llevando cargas que en sí mismas son tan grandes de llevar. Y después la gente viene en
su insensibilidad y apilan más carga sobre nosotros. Pero te agradecemos por el testimonio de esta
querida mujer, quien, aunque cargada de manera tan profunda, y bajo una aflicción tan grande
encontró en el lugar de la oración, que ella podía entregar esa carga al Dios que se preocupa.
Señor, ayúdanos a saber que no hay ningún secreto, ningún atajo. La verdadera espiritualidad es el
producto de algunas actitudes fundamentales. Una es sumisión, otra es humildad hacia los hombres
y hacia Dios, otra es la capacidad de confiar en el Dios que se preocupa, y entonces aceptar lo que
Su poderosa mano trae a nuestra vida. Oh Dios, que esta iglesia y esta congregación y cada uno de
nosotros comience a construir nuestra vida en estas piedras angulares. Por causa del Salvador
oramos. Amén.
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