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DERECHO CIVIL III DAÑOS Y PERJUICIOS Los daños y perjuicios son una figura fundamental en el derecho civil, ya que tienen por objetivo reparar los daños sufridos por una persona como consecuencia de la actuación de otra. En este sentido, los daños y perjuicios se refieren a la vulneración de un derecho subjetivo o a la lesión de un interés legítimo, que puede ser patrimonial o extrapatrimonial. Desde un punto de vista jurídico, los daños y perjuicios pueden ser causados por diversas situaciones, como un incumplimiento contractual, un acto ilícito, un accidente de tráfico, una negligencia médica, entre otros. En todos estos casos, la persona afectada tiene derecho a solicitar una indemnización por los daños sufridos, con el fin de restablecer la situación anterior al evento dañino y compensar el perjuicio causado. En el ámbito del derecho civil, los daños y perjuicios pueden clasificarse en daños materiales y daños morales. Los daños materiales se refieren a la pérdida o deterioro de un bien patrimonial, como un vehículo, una vivienda, o el lucro cesante derivado de la imposibilidad de real realizar un negocio o actividad económica por causa del daño sufrido. Por su parte, los daños morales se refieren al sufrimiento psicológico, la angustia, el dolor emocional, la pérdida de reputación, entre otros, que puede experimentar la persona afectada como consecuencia del acto ilícito. En cuanto a la responsabilidad por los daños y perjuicios, esta puede ser contractual o extracontractual. La responsabilidad contractual surge cuando una de las partes incumple las obligaciones pactadas en un contrato, lo que genera la obligación de reparar los daños y perjuicios causados a la otra parte. Por su parte, la responsabilidad extracontractual se refiere a la obligación de reparar los daños causados a otra persona de manera culposa, es decir, a través de un acto ilícito que genere un perjuicio. En ambos casos, la persona responsable de los daños y perjuicios está obligada a resarcir el daño causado en su totalidad, es decir, a reparar integralmente el perjuicio sufrido por la persona afectada. En este sentido, la reparación puede consistir en el pago de una indemnización pecuniaria, la reposición del bien dañado, la realización de trabajos de reparación, entre otros. Es importante tener en cuenta que la valoración de los daños y perjuicios en el derecho civil debe realizarse de manera objetiva, teniendo en cuenta todos los elementos que han intervenido en la producción del daño, como la gravedad de la conducta ilícita, la intensidad del perjuicio sufrido, la relación de causalidad entre la conducta y el daño, entre otros. En este sentido, es fundamental contar con la asesoría de un abogado especializado en la materia para determinar con precisión la cuantía de la indemnización a la que tiene derecho la persona afectada. Además, es importante señalar que en el ámbito del derecho civil existen diferentes criterios para la cuantificación de los daños y perjuicios, como el criterio de reparación integral, que busca restablecer la situación anterior al daño, el criterio de la pérdida de una chance, que reconoce el derecho a ser indemnizado por la pérdida de una oportunidad legítima, el criterio del daño moral, que valora el sufrimiento psicológico de la persona afectada, entre otros. En conclusión, los daños y perjuicios son una figura esencial en el derecho civil, que tiene por finalidad reparar los daños sufridos por una persona como consecuencia de la actuación de otra. En este sentido, es fundamental contar con una asesoría jurídica especializada para determinar la cuantía de la indemnización a la que tiene derecho la persona afectada, con el fin de restablecer la situación anterior al evento dañino y compensar el perjuicio causado.
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