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ACOTACIONES SOBRE LOS DAÑOS Y PERJUICIOS EN VENEZUELA

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DERECHO CIVIL III 
 
DAÑOS Y PERJUICIOS 
Los daños y perjuicios son una figura fundamental en el derecho civil, ya 
que tienen por objetivo reparar los daños sufridos por una persona como 
consecuencia de la actuación de otra. En este sentido, los daños y perjuicios se 
refieren a la vulneración de un derecho subjetivo o a la lesión de un interés 
legítimo, que puede ser patrimonial o extrapatrimonial. 
Desde un punto de vista jurídico, los daños y perjuicios pueden ser 
causados por diversas situaciones, como un incumplimiento contractual, un acto 
ilícito, un accidente de tráfico, una negligencia médica, entre otros. En todos estos 
casos, la persona afectada tiene derecho a solicitar una indemnización por los 
daños sufridos, con el fin de restablecer la situación anterior al evento dañino y 
compensar el perjuicio causado. 
En el ámbito del derecho civil, los daños y perjuicios pueden clasificarse en 
daños materiales y daños morales. Los daños materiales se refieren a la pérdida o 
deterioro de un bien patrimonial, como un vehículo, una vivienda, o el lucro 
cesante derivado de la imposibilidad de real realizar un negocio o actividad 
económica por causa del daño sufrido. Por su parte, los daños morales se refieren 
al sufrimiento psicológico, la angustia, el dolor emocional, la pérdida de reputación, 
entre otros, que puede experimentar la persona afectada como consecuencia del 
acto ilícito. 
En cuanto a la responsabilidad por los daños y perjuicios, esta puede ser 
contractual o extracontractual. La responsabilidad contractual surge cuando una 
de las partes incumple las obligaciones pactadas en un contrato, lo que genera la 
obligación de reparar los daños y perjuicios causados a la otra parte. Por su parte, 
la responsabilidad extracontractual se refiere a la obligación de reparar los daños 
causados a otra persona de manera culposa, es decir, a través de un acto ilícito 
que genere un perjuicio. 
En ambos casos, la persona responsable de los daños y perjuicios está 
obligada a resarcir el daño causado en su totalidad, es decir, a reparar 
integralmente el perjuicio sufrido por la persona afectada. En este sentido, la 
reparación puede consistir en el pago de una indemnización pecuniaria, la 
reposición del bien dañado, la realización de trabajos de reparación, entre otros. 
Es importante tener en cuenta que la valoración de los daños y perjuicios en 
el derecho civil debe realizarse de manera objetiva, teniendo en cuenta todos los 
elementos que han intervenido en la producción del daño, como la gravedad de la 
conducta ilícita, la intensidad del perjuicio sufrido, la relación de causalidad entre 
la conducta y el daño, entre otros. En este sentido, es fundamental contar con la 
asesoría de un abogado especializado en la materia para determinar con precisión 
la cuantía de la indemnización a la que tiene derecho la persona afectada. 
Además, es importante señalar que en el ámbito del derecho civil existen 
diferentes criterios para la cuantificación de los daños y perjuicios, como el criterio 
de reparación integral, que busca restablecer la situación anterior al daño, el 
criterio de la pérdida de una chance, que reconoce el derecho a ser indemnizado 
por la pérdida de una oportunidad legítima, el criterio del daño moral, que valora el 
sufrimiento psicológico de la persona afectada, entre otros. 
En conclusión, los daños y perjuicios son una figura esencial en el derecho 
civil, que tiene por finalidad reparar los daños sufridos por una persona como 
consecuencia de la actuación de otra. En este sentido, es fundamental contar con 
una asesoría jurídica especializada para determinar la cuantía de la indemnización 
a la que tiene derecho la persona afectada, con el fin de restablecer la situación 
anterior al evento dañino y compensar el perjuicio causado.

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