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LA CUBETA MÁGICA (O EL GRAN EQUIPO MINÚSCULO)* Por Virginia Buitrón *Cuento infantil realizado por Virginia Buitrón en 2019, editado en el marco de la serie de publicaciones Prácticas artísticas en un planeta en emergencia. PRÁCTICASARTÍSTICAS EN UN PLANETA EN EMERGENCIA PRÁCTICAS ARTÍSTICAS EN UN PLANETA EN EMERGENCIA VIRGINIA BUITRÓN LA CUBETA MÁGICA 2 CAPÍTULO 1: EL REMEDIO CASERO Catalina le leía a Ester su cuento favorito. —La plan ti ta coo men zó a dar cuaaa der noos her mo sí si mooos. Tomó un poco de aire para seguir la lectura. Miró a Ester de reojo. —Te noto un poco triste. ¿Querés agua? Ester no contestaba y no porque fuera una planta (por- que bien sabemos que en los cuentos ¡hasta las piedras hablan!). Ester no tenía fuerzas. Catalina, que ya no sabía cómo animar a su amiga vegetal, decidió hablar con su tía Eleonora que sabía mucho (pero mucho) de plantas. Después de explicarle los síntomas, Eleonora encontró la solución: —¡Ester necesita compost! La plantita asintió lentamente con la punta de su hoja más alta. —¡Qué bueno tía! ¿Podés traerme un poco de ese remedio? —¡Cata! ¡Eso es imposible! Estoy viajando a la selva a investigar a una planta que ca- mina. Pero no te preocupes, ¡podés prepa- rarlo vos misma! A Camila, Gonzalo y Santiago. A las Hermetia Illucens. PRÁCTICAS ARTÍSTICAS EN UN PLANETA EN EMERGENCIA VIRGINIA BUITRÓN LA CUBETA MÁGICA 3 —¿Qué hay que comprar? —Nada. —¿Nada? —¡Nada! —Sólo necesitarás un poco de ayuda para comenzar, luego tendrás a un equipo minúsculo sensacional ha- ciendo todo el trabajo. —¿Un equipo sin músculos? —Jaja, sí, ¡minúsculo y sin músculos! Tené paciencia y pronto lo conocerás. Vayamos por partes: primero buscá una cubeta plástica y pedile a tu vecina Carla que le haga muchos agujeritos con la máquina a la que le teme Gregoria. —¡Esa gata se asusta con casi todo! —¿Qué van a almorzar? —Paaaa, ¿qué estás cocinando? —¡Tortilla de remolacha y ensalada de frutas! —gritó Hugo con la cabeza en la heladera. —¡Excelente! Eso servirá para el segundo paso: tenés que guardar las cás- caras de huevo, las raíces de las remolachas, las cásca- PRÁCTICAS ARTÍSTICAS EN UN PLANETA EN EMERGENCIA VIRGINIA BUITRÓN LA CUBETA MÁGICA 4 ras de todas las frutas y verduras. Luego las arrojás a la “cubeta mágica”. Voy a enviarte una lista con las cosas que podés tirar y otra con las que no-de- ninguna-manera-ni-se-te-ocurra. —Tía, ¿me dijiste que hay una planta que camina? —¡Sí! Ca ta se cor ta la ccccone xión, recordá, sólo ver- duras, ¡no vayas a tirar caca de Gregoria! — No, tía, eso no-de-ninguna-manera-ni-se-me-ocurrirá. — Y cuidado con las hormigas, que no entren a la cu- beta mag jgrfffxxxqww… — Ufa. Se cortó. ¿Cómo será el equipo minúsculo? —¿Ester, vos ya lo conocés? La plantita giró dos hojitas como diciendo que no. Catalina puso el plan en marcha; llevó una cubeta a casa de Carla que en un periquete la dejó como un co- lador. Carla sabe mucho (pero mucho) de herramien- tas. Cuando usa la “pico de loro” Cata la imita y repite lo que ella hace. Durante el almuerzo Catalina le fue explicando a su papá cómo hacer compost y a él le pareció una gran idea. Solo le pidió que reservara las mejores lechugas para Don Lenteja, un tortugo malhumorado que cuando tiene hambre se dedica a morder dedos desprevenidos. PRÁCTICAS ARTÍSTICAS EN UN PLANETA EN EMERGENCIA VIRGINIA BUITRÓN LA CUBETA MÁGICA 5 CAPÍTULO 2: EL GRAN EQUIPO MINÚSCULO Catalina y su amigo Germán volvieron de la escuela dando un concierto de hojas crujientes a cuatro pies. Se separaron en la esquina de siempre a pasitos del kiosco “De todo” que no tiene casi nada. Desde la vereda se oía música. Hugo tocaba la guita- rra y cantaba a los gritos en su sala de ensayo: el baño. Catalina se quitó el guardapolvo y calculó que faltaban dos canciones para almorzar. Se acostó en el pasto a mirar las nubes. Encontró una con forma de perro ladrando y, un poco más lejos, un barco. Hugo repitió la canción en una versión más lenta. Gregoria se acu- rrucó junto a Catalina y cuando estaban quedándose PRÁCTICAS ARTÍSTICAS EN UN PLANETA EN EMERGENCIA VIRGINIA BUITRÓN LA CUBETA MÁGICA 6 dormidas al sol algo las hizo sobresaltarse: —¡Ay! ¡Me dolió! Gregoria salió corriendo, asustada como de costumbre. Catalina se levantó de un salto y regañó al tortugo que la miraba con la boca bien abierta. —¡Don Lenteja! ¡Cuántas veces tenemos que decirte que no-de-ningu- na-manera-ni-se-te-ocurra mordernos los dedos de los pies! Don Lenteja escondió su cabeza dentro del caparazón y volvió a salir con cara de pedir disculpas. Detrás de él estaba su inseparable amigo, Señor Cucarrón, un escara- bajo al que le gustaba rodar con las cacas de Don Lenteja. —Me parece que tenés mucha hambre. Vamos a ver si en la cubeta mágica hay algo que te guste. ¡Aunque no debería darte nada, por mordedor! Catalina se puso las zapatillas para proteger sus dedos y caminaron hacia la cubeta a paso de tortuga. Levantó la tapa y vió a unas simpáticas larvas devoran- do una remolacha, una babosa paseando su brillantez sobre una lechuga, una lombriz escabulléndose y unas mosquitas tomando jugo de pera. —¡Este debe ser el gran equipo minúsculo! Catalina lo observó un buen rato mientras Don Lenteja le tiraba de los cordones recordándole que seguía con hambre. Distinguió que esa masa anaranjada llena de gusanitos era la cáscara de la naranja que había ex- primido esa mañana y que las lombrices estaban bien abajo donde ya no había colores. —¡Ustedes sí que tragajan! Catalina escuchó que su papá la llamaba así que se despi- dió del equipo sin músculos, digo minúsculo, y se dirigió a la cocina escoltada por Don Lenteja y Señor Cucarrón. PRÁCTICAS ARTÍSTICAS EN UN PLANETA EN EMERGENCIA VIRGINIA BUITRÓN LA CUBETA MÁGICA 7 PRÁCTICAS ARTÍSTICAS EN UN PLANETA EN EMERGENCIA VIRGINIA BUITRÓN LA CUBETA MÁGICA 8 CAPÍTULO 3: LA CACA A Gregoria le encantaba el invierno porque podía practicar su actividad favorita: dormir al lado de la estufa. Ester seguía cachuza, pero aguantaba porque sabía que faltaba poco para que el compost estuviera terminado. A veces Gregoria le acariciaba las hojas con su cola y ella parecía sonreír. El que estaba desconcertado era Señor Cucarrón. Ex- trañaba a Don Lenteja desde que comenzó su larguísi- ma siesta. Catalina empezó a preocuparse por el escarabajo. —Hola Señor Cucarrón, le traje una bolita de vidrio para que pueda jugar. Pero a Señor Cucarrón no le interesó ese juego. Seguía caminando de acá para allá sin prestarle atención a la bolita transparente. Cata decidió interrumpir a Hugo mientras corregía exámenes para contarle la situación.—Papá, ¿puedo preguntarte algo? PRÁCTICAS ARTÍSTICAS EN UN PLANETA EN EMERGENCIA VIRGINIA BUITRÓN LA CUBETA MÁGICA 9 —Claro, Cata, contame mientras caliento el agua para el mate. Ya les dije que en esa casa se tomaba mucho mate. Hugo lo tomaba de todas las formas posibles: amargo, calien- te, frío, lavado, con yuyos, pero nunca-de-ninguna-ma- nera-se-le-ocurriría tomarlo con edulcorante. A Catali- na le gustaba con un poco de miel y bien calentito. —Estoy preocupada porque Señor Cucarrón no quiere jugar con ninguna pelotita que le doy y parece aburri- do desde que no está Don Lenteja. Hugo le da un mate a Catalina: —Lo que pasa Cata es que Señor Cucarrón no juega con cualquier pelotita. Él necesita pelotas de caca. —¿Sólo juega con cacas de Don Lenteja?... ¡Tengo una idea! ¡Despertémoslo! Lo traemos cerca de la estufa y le damos zapallitos. —No, Cata, no podemos despertarlo. Él necesita dor- mir todo el invierno. Y Señor Cucarrón no las usa para jugar, es para alimentar a sus larvitas. Puede usar otras cacas de cualquier herbívoro. —¿Herbívoro? ¿Qué es eso? —Un animal que se alimenta de vegetales. —¿Como la tía Eleonoraque es vegetariana? Pero ella está de viaje, su caca va a tardar en llegar. —No, no Cata, tiene que ser de un animal herbívoro no humano: vacas, caballos, ovejas… —¡Pero no vamos a encontrar esos animales en este barrio! ¡Tendremos que llevar a Señor Cucarrón al campo! —¡No me dejaste terminar! Cata se calla. Toma un mate y su papá le dice sonriente y cantando: —Cooo-neee-joos —¿Conejos? ¡Tengo que hablar con Germán! Catalina le pidió el celular a Hugo. Buscó el contacto de Inés, la mamá de Germán, y envió un emoji de ba- llena lanzando un chorro de agua. Es uno de los tantos PRÁCTICAS ARTÍSTICAS EN UN PLANETA EN EMERGENCIA VIRGINIA BUITRÓN LA CUBETA MÁGICA 10 códigos que tienen para comunicarse. Ese significa que Catalina o Germán están usando el teléfono. Si alguno contesta con hocico de chancho es que están comien- do y no pueden atender. Mono con ojos tapados: men- saje secreto. Lechuza: adulto escuchando; y tienen un montón más, pero no los sé porque son ultrasecretos. Germán envía dos ballenas lanzando un chorro de agua y ahora saben que pueden mandarse audios hasta que aparezca el dragón. —Hola Germán, cuando vengas a hacer la tarea ¿no me traerías un poco de caca de Tito? —Esperá que le pregunto... Dice mi abuelito que no hizo caca. —¡Pero no, Germán! Necesito la caca de tu conejo Tito. —¡Otra vez Cata! ¡Cuántas veces tengo que repetirte que no se llama Tito! ¡Es LI - TO! —¡Perdón! Lo olvidé otra vez. Bueno, ¿podés traerme un poco? —Sí. —Emoji dragón. PRÁCTICAS ARTÍSTICAS EN UN PLANETA EN EMERGENCIA VIRGINIA BUITRÓN LA CUBETA MÁGICA 11 CAPÍTULO 3.5: SE HIZO PELOTA Lo que más le gustaba a Germán de la casa de Catali- na era poder trepar a los árboles y correr. A Catalina le gustaba ir al edificio donde vivía Germán porque dis- frutaba viajar en ascensor y ver todo diminuto desde lo alto. Germán juntó la caca de Lito y la puso en una bolsita. Inés le preguntó si era para el compost de Cata pero Ger- mán no tenía ni idea. Caminó una cuadra, se detuvo en el kiosco “De todo” a comprar un turrón pero no vendían, preguntó por unas monedas de chocolate pero no le que- daban más, así que terminó llevando maní con chocolate. Llegando a la esquina se puso unos cuantos maníes en la palma de la mano y cuando estaba por metérselos a todos en la boca ¡pum! recibió un pelotazo que lo sentó de cola. —¡Germán! ¿Estás bien? —Preguntó Catalina preocupada. PRÁCTICAS ARTÍSTICAS EN UN PLANETA EN EMERGENCIA VIRGINIA BUITRÓN LA CUBETA MÁGICA 12 —¡Me tiraste los maníes con chocolate! —¡Perdón! ¡Empecé a practicar con la zurda y no la controlo todavía! —¡Y rompiste la bolsa con las caquitas de Lito! En ese momento se dieron cuenta de que los maníes y las cacas de conejo se esparcieron por la vereda, y eran tan parecidos que no podían distinguirlos. Les agarró un ataque de risa tan (pero tan) fuerte que les dolió la panza. Hugo les preparó un té de boldo con miel mientras hacían los deberes. Cuando terminaron sus tareas se abrigaron bien y fueron al jardín a entregarle las bolitas de caca (y algunas de chocolate) a Señor Cucarrón. Este construyó una súper pelota de caca que llevó rodando rápidamente con su compañera. Les pareció tan diver- tido que entraron a buscar la pelota de yoga de Hugo e intentaron rodar juntos en el living hasta que se rompió un jarrón, y taza, taza, cada uno a su casa. PRÁCTICAS ARTÍSTICAS EN UN PLANETA EN EMERGENCIA VIRGINIA BUITRÓN LA CUBETA MÁGICA 13 CAPÍTULO 4: LAS ENOJADAS Los árboles cambiaron su melodía, la rosa china exhi- bió orgullosa sus flores rojas y Señor Cucarrón volvió a perseguir al tortugo. Las mosquitas que merodeaban la cubeta mágica se convirtieron en bocaditos de un ágil colibrí que estuvo a punto de convertirse en canapé de Gregoria. Esa tarde Catalina y Germán se sentaron a jugar a la payana. Le tocaba el turno a Germán: —La del cuatro nunca me salió. ¿Cómo hacés? —No tenés que arrojarlas tan alto. Catalina mira fijo a las piedras. —¡Mirá Germán! ¡La piedra se mueve! Al levantarla encontraron a tres hormigas mientras otras tantas los encerraban formando un círculo. Se pararon en dos patas y levantaron las delanteras como protestando. —¡¿Qué les pasa?! ¡¿Por qué están enoja- das?! —preguntó Catalina. —¡Recórcholis! —dijo Germán refregándose los ojos— ¡El tacho de basura camina! Cuando miraron mejor se dieron cuenta de que debajo del cesto de residuos había montones de hormigas. —Creo que tienen hambre —acotó Catalina—. Desde que compostamos ya no tienen qué comer en la cocina. Las hormigas comenzaron a desnudar a la gran al- bahaca que perfumó el momento de desesperación. Catalina corrió a llamar a su tía para que la ayude con este nuevo problema. —¡Hola Tía! ¿Y esos monos? —Hola Cata, son unos monos muy traviesos. ¿Cómo va el compost? —¡Va de maravilla! ¿Puedo dejar entrar a unas hormigas? —¡No Catalina! Eso sí que no-de-ninguna-manera- ni-se-te-ocurra-jamás. Una vez adentro fabricarán su PRÁCTICAS ARTÍSTICAS EN UN PLANETA EN EMERGENCIA VIRGINIA BUITRÓN LA CUBETA MÁGICA 14 hormiguero y dejarán sin hogar al equipo minúsculo. —¡Pero no tienen qué comer! ¡Si atacan a las plantas será una tragedia! ¡No quiero un jardín sin flores! —Lo que podés hacer es… ¡Ey! ¡Devolveme mi teléfono! —¡Tía! ¡Tía! ¡No te escucho! ¡Qué rápido corrés! ¿Estás arriba de un árbol? Un mono se asomó por la panta- lla. Catalina le contó a él su problema ya que su tía no aparecía. El mono peló una banana, la partió a la mitad y le convidó a otro mono que saludaba desde atrás. —¡Excelente idea! ¡Muchas gracias! Catalina hizo un pozo en un rincón del jardín (con ayuda de su vecina Carla, que justo estaba arreglando el alambrado). Allí arrojó restos de verduras y frutas para que las hormigas pudieran comer rico y dejaran de protestar. PRÁCTICAS ARTÍSTICAS EN UN PLANETA EN EMERGENCIA VIRGINIA BUITRÓN LA CUBETA MÁGICA 15 PRÁCTICAS ARTÍSTICAS EN UN PLANETA EN EMERGENCIA VIRGINIA BUITRÓN LA CUBETA MÁGICA 16 CAPÍTULO 5: LA FIESTA DEL COMPOST La cubeta mágica tenía un montón de amigos nue- vos: una lagartija que no se dejaba fotografiar, un sapo grandote que no compartía mosquitas con el colibrí, un zorzal que desayunaba larvas y unas arañas de ocho ojos que vigilaban todo lo que pasaba. Catalina organizó una fiesta para recibir al compost y agradecer a todos los que ayudaron a realizarlo. Germán se trepó al limonero para sacar los frutos más amarillos y preparó limonada con ayuda de Hugo. Lito y Gregoria se miraron durante horas sin moverse. Don Lenteja no mordió a nadie y Señor Cucarrón jugó una carrera de bolas de caca con otros escarabajos. Eleonora llevó galletitas de algarroba que le salieron muy (pero muy) ricas y una maceta más grande para Ester. Carla dió vuelta la cubeta y quedaron todos estupe- factos al ver y oler el compost. ¡Era tierra con aroma a PRÁCTICAS ARTÍSTICAS EN UN PLANETA EN EMERGENCIA VIRGINIA BUITRÓN LA CUBETA MÁGICA 17 bosque! Catalina la tamizó con una especie de colador cuadrado donde los bichos saltaban divertidísimos (menos las lombrices que prefirieron jugar a las escon- didas). El primer puñado de tierra fue para Ester que esperaba ansiosa debajo de una sombrilla. Pusieron las cáscaras de limones en la cubeta mágica y enseguida el equipo minúsculo se puso a tragajar. Y colorín colorado, este compostaje recién ha comenzado. PRÁCTICAS ARTÍSTICAS EN UN PLANETA EN EMERGENCIA VIRGINIA BUITRÓN LA CUBETA MÁGICA 18 LA YAPA Ester está espléndida y le recomienda compost a sus plantas vecinas. Germán hizo una compostera en el balcón y además de verduras pone caca de Tito, digo Lito. Don Lenteja está chocho con el compostador al ras del suelo aunque a veces lo muerde alguna hormiga que se traga sin querer. Los monos se especializaron en sacar fotos a turistas a cambio de comida, aunqueprefieren las selfies. PRÁCTICAS ARTÍSTICAS EN UN PLANETA EN EMERGENCIA VIRGINIA BUITRÓN LA CUBETA MÁGICA 19 Si tiramos toda la basura mezclada (reciclables, compostables y basura-basura) ¡no se descompone! También podemos separar vidrio, plásticos, latas, papeles, cartones, etc. y llevarlos a centros de reciclaje. Si compostamos y reciclamos, nuestra basura va a ser mucho, mucho, pero muucho más chiquita, y así estaremos cuidando al planeta tierra y haremos felices al equipo minúsculo. Entonces contaminará el suelo, el agua y el aire que respiramos. En cambio, si compostamos desechos orgánicos, ¡se convertirán en tierra para nuestras plantas! POR QUÉ ES BUENO COMPOSTAR? Compostar + Reciclar ¡ Empezamos?! cáscaras y restos de frutas y verduras cáscaras de huevo saquitos de té ltros de café yerba y café papel y cartón pelos ¡pañuelos de papel con mocos! uñas estiércol (caca de animales hervíboros) pasto fósforos usados hojas secas y ramas TODO LO QUE PUEDE COMER EL EQUIPO MINÚSCULO NO-DE-NINGUNA-MANERA-NI-SE-TE-OCURRA ltros de cigarrillo pañales descartables carnes y huesos cenizagrasa y aceite vidrio metales plásticos productos químicos excrementos (caca) de perrxs, gatxs y humanxs revistas e impresiones con mucha tinta 5 plantas o frutos enfermos lácteos cáscaras y restos de frutas y verduras cáscaras de huevo saquitos de té ltros de café yerba y café papel y cartón pelos ¡pañuelos de papel con mocos! uñas estiércol (caca de animales hervíboros) pasto fósforos usados hojas secas y ramas TODO LO QUE PUEDE COMER EL EQUIPO MINÚSCULO NO-DE-NINGUNA-MANERA-NI-SE-TE-OCURRA ltros de cigarrillo pañales descartables carnes y huesos cenizagrasa y aceite vidrio metales plásticos productos químicos excrementos (caca) de perrxs, gatxs y humanxs revistas e impresiones con mucha tinta 5 plantas o frutos enfermos lácteos VIRGINIA BUITRÓN Estudió en las escuelas de Bellas Artes Carlos Morel y Prilidiano Pueyrredón. Desde niña observa insectos e interactúa con ellos, pero confiesa que recién ahora se amigó con las hormigas. Tiene una huerta despeinada y es fan del compost. Hace seis años unas larvas le mostraron que dibujaban. Desde entonces hicieron obras juntas y las expusieron en el Centro Cultural Kirchner, Museo Macro, Casa Nacional del Bicentenario, Palais de Glace, Museo Rosa Galisteo y un montón de lugares más. Las larvas y Virginia festejaron al recibir el Premio Honorable Cámara de Senadores de la Provincia de Buenos Aires (2021) y el Gran Premio Kenneth Kemble (2018). Virginia escribió este cuento en 2019, en invierno, cuando las larvas dormían como Don Lenteja. Diseño: Emmanuel Orezzo Ilustraciones: Virginia Buitrón
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