Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
ALMA Cultura&Medicina - Editorial Alfredo Buzzi - www.editorialalfredobuzzi.com P. 3 4 El Retrato Fotográfico Cuando escuchamos la palabra “retrato”, asumimos que se trata de la imagen de una persona tomada y reproducida por cualquier medio gráfico (en el caso presente, la fotografía). Si bien esto es correcto, y de acuerdo a esta definición general podemos considerar retrato desde una neutral foto-carnet hasta cualquiera de las millones de “selfies” que atiborran diariamente las redes sociales, un verdadero retrato es mucho más que el mero registro gráfico de una persona; de hecho etimológicamente la palabra “retrato” hace referencia no solo a una representación física, sino también a la descripción minuciosa de las cualidades morales, intelectuales y emocionales de una persona. ¿Pero como es posible representar todo esto a través de una simple fotografía? La respuesta obviamente no es sencilla, y tratándose de un hecho tan subjetivo, no existe una única respuesta correcta, pero hay ciertos parámetros técnicos y artísticos que pueden orientarnos para reconocer o realizar un buen retrato. Primeramente, cabe aclarar que cualquier explicación técnica o estilística pasa a un segundo plano cuando la imagen logra conmover la sensibilidad del espectador más allá de cualquier racionalización o uso de las palabras; es decir, una imagen técnicamente deficiente, trivial o inclusive vulgar puede resultar profundamente conmovedora, siendo lo inverso también posible (una imagen técnicamente perfecta puede resultar insípida, carente de gracia); es en este aspecto donde creo yo, reside el misterio y la belleza del arte. Dr. Martín Valdez Médico radiólogo VIMED - Valdez Imagen Médica Corrientes, Argentina Ahora bien, ¿cuales son los elementos técnicos que pueden ayudar a componer un buen retrato? Existen varias reglas y elementos del retrato que, usados con criterio y sen- sibilidad, permiten al fotógrafo realizar una composición acorde a lo que quiere representar. Uno de los elementos básicos de cual- quier retrato es el plano de la toma. Existen 7 tipos principales: Plano general: es el plano en el cual se toma el cuerpo entero del modelo, de aquí en más los planos irán acercándose progre- sivamente (Foto 1). Plano tres cuartos o americano: aquí la toma se realiza desde las rodillas o el muslo y es ideal para fotografiar a varias personas interactuando. Se lo llama también “plano americano” ya que se lo empezó a usar V I D R I E R A F O T O G R Á F I C A ALMA Cultura y Medicina - Edición Especial : Psico-Neurociencias Año 3 Vol 3 Num 4 - 2018 | ALMA Cultura&Medicina - Editorial Alfredo Buzzi - www.editorialalfredobuzzi.com P. 3 5 Foto 1: “Cocinero” Retrato de cuerpo entero realizado por el fotógrafo alemán August Sanders para su serie “Trabajos”, donde realiza una caracterización casi antropológica de trabajadores de principios del siglo XX. ALMA Cultura&Medicina - Editorial Alfredo Buzzi - www.editorialalfredobuzzi.com P. 3 6 Foto 2: “Madre Migrante” (1936) de Dorothea Lange es la fotografía más famosa de esta fotógrafa norteamericana. Este icónico retrato refleja -en la mirada afligida de una madre- la decadencia y el sufrimiento de toda la sociedad norteamericana tras los difíciles años que siguieron a la gran depresión. en las películas de Western, donde era importante que las armas que llevaban los protagonistas en las cartucheras se vieran bien, y esto es lo que marcaba la línea de corte. ALMA Cultura&Medicina - Editorial Alfredo Buzzi - www.editorialalfredobuzzi.com P. 3 7 Foto 3: Retrato en primer plano de Julio Cortázar realizado por la fotógrafa argentina Sara Facio. Esta foto se convirtió en la favorita del escritor, al verla dijo: “Quiero que sea mi foto oficial. Me gustaría que esta foto algún día estuviera en la tapa de un libro mío” Foto 4: Alfred Stieglitz, “Georgia O`Keffe, Hands”, 1918. Fotografía en primer plano donde se ve a la artista plastic Georgia O`Keffe fotografiada por su marido, el fotógrafo estadounidense Alfred Stieglitz, quien al igual que Karsh en la fotografía de Einstein, centra la atención no solo en el rostro sino también en las manos del retratado. Plano medio: desde la cabeza hasta la cintura, siendo la línea de corte entre el ombligo hasta casi la entrepierna. Este tipo de encuadre se suele utilizar para resaltar la belleza del cuerpo humano, por lo que es muy utilizado en fotografía de moda. También es adecuado para mostrar la interacción entre dos sujetos, como en el caso de las entrevistas (Foto 2). Plano medio corto, plano de busto o primer plano mayor: la toma se realiza desde la cabeza hasta la mitad del pecho y permite aislar al modelo en el recuadro, descontextualizándolo de su entorno para concentrar en él la máxima atención. Primer plano: también llamado primer plano menor o de retrato, recoge el rostro y los hombros. Este tipo de plano, al igual que el plano detalle y el primerísimo primer plano que veremos a continuación, sirven para mostrar confidencia e intimidad respecto al personaje (Fotos 3 y 4). Primerísimo primer plano: capta el rostro desde la base del mentón hasta la punta de su cabeza. Este tipo de encuadre profundiza el grado de intimidad logrado en un primer plano. Una vez que el plano a utilizar ha sido se- leccionado, el fotógrafo puede hacer uso de varias reglas compositivas. Una de las más conocidas (y aplicable no sólo a retratos sino a todo tipo de fotografías) es la “ley de los tercios”, según la cual se debe dividir el encuadre con dos líneas paralelas verticales y dos paralelas horizontales en seis partes iguales. Los puntos donde convergen estas líneas imaginarias se conocen como puntos fuertes, y es allí donde nuestro ojo se detiene de forma más natural, por lo que es allí donde se recomienda situar nuestro centro de interés (Foto 5). ALMA Cultura&Medicina - Editorial Alfredo Buzzi - www.editorialalfredobuzzi.com P. 3 8 Foto 5: Albert Einstein por Yousuf Karsh. En esta fotografía se ve claramente como al aplicar la ley de los tercios, la composición queda equilibrada y armónica. La mirada y las manos, elementos altamente expresivos de la personalidad, caen en los puntos fuertes de la imagen. También existe la “ley de la mirada”, según la cual se debe dejar más espacio en el lugar del encuadre al cuál se dirige la mirada del protagonista. De esta forma, la imagen “respira” más naturalmente y la percibimos más equilibrada Otro aspecto importante a tener en cuenta es no solo el protagonista de la foto sino el fondo donde este se sitúa. Un poste, un árbol, un auto o una persona cruzando por detrás pueden arruinar la composición desviando la mirada del sujeto principal, por lo que es recomendable -si el fondo no será un elemento sustancial de la fotografía- buscar fondos homogéneos (tanto en color como en textura) (Foto 6) o directamen- te “espacios negativos”, donde no existe ningún tipo de distracción respecto del modelo (Foto 7). Así como el fondo es de vital importancia, el marco natural de una foto puede cambiarnos radicalmente la percepción del modelo fotografiado. Marcos de puertas, puentes, cuevas, las ramas de un árbol o el marco de una ventana pueden resultar muy útiles para añadir peso a los retratos y hacerlos diferentes (Foto 8). Otro aspecto fundamental en un retrato es el enfoque. Aquí no hay muchas variaciones posibles: hay que enfocar a los ojos. Puede que para algunos resulte bastante obvio este consejo, pero ¿por que es esto tan importante?. Muy sencillo, cuando se trata de la fotografía de un rostro, nuestra mirada se dirige instintiva- mente a los ojos, ALMA Cultura&Medicina - Editorial Alfredo Buzzi - www.editorialalfredobuzzi.com P. 3 9 Foto 6: “Niña Afgana” del fotógrafo norteamericano Steve McCurry. Este es quizá uno de los retratos más famosos del mundo. En él, el fotógrafo logra sintetizar en la angustiosa y penetrantemirada de una niña de 12 años, la caótica situación por la que atravesaba el pueblo afgano durante la guerra de Afganistán (1978-1992). Vemos aquí como el fondo elegido contribuye a resaltar por contraste a la niña retratada. ALMA Cultura&Medicina - Editorial Alfredo Buzzi - www.editorialalfredobuzzi.com P. 4 0 Foto 7: “Woody Allen” por el fotógrafo griego Platón. En esta imagen vemos como la figura del genial cineasta cobra mayor trascendencia gracias al fondo negativo. ALMA Cultura&Medicina - Editorial Alfredo Buzzi - www.editorialalfredobuzzi.com P. 4 1 Foto 8: “Tokio Compression” del fotógrafo alemán Michael Wolf. En este retrato, que muestra la claustrofóbicas condiciones en las cuales viajan diariamente los ciudadanos japoneses, el artista se vale del marco de la ventana para resaltar la figura retratada. es un gesto inconsciente que emula lo que ocurre en la vida real: cuando conocemos a una persona, los ojos son los elementos más expresivos de su cara, como reza el dicho popular, son “la ventana del alma”. A esto se agrega que en una fotografía cualquiera, la mirada también se dirige naturalmente a las zonas más enfocadas. Por lo tanto si tenemos un retrato con ojos desenfocados, se generará un conflicto de percepción, pues nuestra mirada buscará a los ojos y a la zona en foco al mismo ALMA Cultura&Medicina - Editorial Alfredo Buzzi - www.editorialalfredobuzzi.com P. 4 2 Foto 9: Winston Churchill por Yousuf Karsh (primera toma). ALMA Cultura&Medicina - Editorial Alfredo Buzzi - www.editorialalfredobuzzi.com P. 4 3 Foto 10: Winston Churchill por Yousuf Karsh (segunda toma). ALMA Cultura&Medicina - Editorial Alfredo Buzzi - www.editorialalfredobuzzi.com P. 4 4 tiempo, lo cual generará una sensación de incomodidad impidiendo la conexión con el sujeto retratado. Si bien existen infinidad de otras leyes, reglas o consejos compositivos –y su descripción minuciosa supera los objetivos de este artículo- hay que tener siempre presente que no son más que herramientas de las cuales valerse para lo que queramos expresar, pero nunca preceptos inflexibles que garantizan la calidad de un retrato, no obstante aprenderlas resulta fundamental para realizar fotografías de calidad profesional, ya sea ateniéndose a ellas o transgrediéndolas creativamente (como decía Picasso: “aprende las reglas como un profesional para que puedas romperlas como un artista”). Entonces pasamos así a la parte más importante del retrato, la que tiene que ver con el “ojo fotográfico”, la mirada del artista. Aquí no hay reglas válidas, lo único que cuenta es la sensibilidad del fotógrafo. Se dice que un buen retrato es aquel que logra captar la personalidad del sujeto retratado, su esencia, por ende será necesario que el fotógrafo establezca algún tipo de empatía con este, que llegue a conocer o al menos intuir su personalidad o algún rasgo de esta para luego plasmarla en la fotografía. ¿Pero hasta que punto es esto posible? ¿No suena un poco a una interpretación idealizada y hasta un poco irreal, fantasiosa, de lo que se puede lograr con la fotografía, con la representación externa, física y superficial de una persona? Ciertamente existen retratos en los cuales se vislumbra la personalidad del retratado o al menos ciertos aspectos fun- damentales de esta. Los ejemplos abundan entre los más grandes retratistas del siglo XX, sobre todo la primera mitad, cuando esta visión idealista era la predominante. Un claro ejemplo de esto es la famosa foto de Winston Churchill tomada por uno de los más grandes retratistas de la historia (Foto 9), el canadiense de origen armenio Yousuf Karsh, donde vemos la imponente figura del político británico con una expresión que denota su temperamento avasallador y dominante. La historia de esta foto es interesante, pues ejemplifica con claridad cómo la maestría de un buen retratista puede lograr en cuestión de segundos una toma memorable. En 1941, con motivo de la visita de Churchill al Parlamento Canadiense para dar un discurso, Karsh instaló la cámara y el equipo de iluminación en una pequeña habitación habilitada para fotografiarlo. Cuando Churchill terminó, le invitaron a pasar a la habitación para hacerle la fotografía, cosa que disgustó al dignatario inglés porque no había sido informado. A re- gañadientes, accedió y pasó al improvisado estudio. Karsh le indicó dónde debía situarse y preparó la iluminación. Cuando se dirigía hacia la cámara, Churchill encendió uno de sus famosos puros. Karsh le pidió que lo apagase y sólo obtuvo un no por respuesta. Se armó de valor, se acercó a él y le quitó el puro de la boca. Karsh se dio la vuelta y sintió los ojos Churchill clavados en su nuca… en ese momento pulsó el disparador que llevaba en la mano y obtuvo la famosa fotografía. Seguidamente Churchill mostró indignación y sorpresa por la actitud del fotógrafo, pero luego sonriendo, se acercó a Karsh, le dio la mano y le dijo: “Puede hacerme otra. Usted podría hacer que un león rugiendo posase para un foto”. Esta segunda foto (Foto 10), en la que Churchill se muestra sonriente, pasó sin pena ni gloria; pero la primera, portada incluso de la revista LIFE, es una de las más famosas de la historia. ALMA Cultura&Medicina - Editorial Alfredo Buzzi - www.editorialalfredobuzzi.com P. 4 5 Foto 11: “Woman in Sundress” (2003) de Cindy Sherman. Esta fotógrafa, una de las más destacadas de la segunda mitad del siglo XX, realiza exclusivamente autoretratos para criticar duramente los estereotipos sociales y culturales de nuestra época. En esta serie de fotos parodia el retrato fotográfico del estudio moderno del siglo XX -poses artísticas, iluminación teatral, fondos lisos – y denota el patetismo de mujeres que, lejos de estar en la flor de la vida, depositan la esperanza de verse rejuvenecidas por el lente fotográfico. ALMA Cultura&Medicina - Editorial Alfredo Buzzi - www.editorialalfredobuzzi.com P. 4 6 Vemos aquí entonces cómo la mirada del fotógrafo puede reflejar la personalidad del retratado aún ante su reticencia. Pero esto lleva a preguntarnos si en realidad la imagen obtenida no se trata también de la idea que el fotógrafo se hace del sujeto retratado más que de su verdadera personalidad. En este sentido, el famoso fotógrafo Richard Avedon dijo que un retrato no era un hecho, sino tan sólo una opinión y, para complicar aún más las cosas, cabe preguntarse si el retratado, en lugar de dejar traslucir su “alma”, no busca más bien mostrar la idea que él tiene de sí mismo (que como se sabe puede no coincidir con lo que realmente es), en tal caso se trataría más bien de la foto de una “máscara” que de la persona en sí, ya que en definitiva un retrato fotográfico es una imagen de alguien que sabe que lo están fotografiando. Todas estas cuestiones filosóficas y psi- cológicas vinculadas a la naturaleza del retrato fotográfico irrumpieron con fuerza a partir de la segunda mitad del siglo XX, y se fueron asentando cada vez más a partir de los cambios en el paradigma de belleza de las últimas décadas, que hace de la belleza juvenil un valor absoluto, muchas veces asequible mediante un bisturí o tratamientos con sofisticados productos de belleza. Por esta razón, los nuevos fotógrafos retratistas se empezaron a valer de la manipulación digital de imágenes, el fotomontaje, diversos métodos de revelado, etc. para cuestionar la idea de “identidad fija”, de la cara como el “reflejo del alma”, de lo que constituye la belleza y de la fe en una absoluta verdad fotográfica, dando como resultado imágenes que, paradójicamente, se asemejan más a los retratos manipulados del siglo XIX que a los del siglo XX (Fotos 10 y 11), lo que nos lleva a pensar que, como decía Herman Hesse en El Lobo Estepario, “el hombre no es una figura fija y permanente, es más bien un intento y una transición, el puente angosto, peligroso entre la naturalezay el espíritu” y en definitiva el retrato de una persona no puede representar más que un momento particular de la infinidad de instancias y aspectos que constituyen esa constante, incesante y siempre cambiante evolución de la personalidad de todo ser humano. Foto 12: “Apollo de Olympia, Oliver” (1999) de Lawick Müller. Esta fotografía, perteneciente a la serie “Perfectamente Supernatural”, emula –mediante el retoque digital- el ideal de belleza helenístico que prevalece en occidente. El individuo se ha imaginado a sí mismo no como es, sino como debería ser. El autor plantea en esta serie hasta donde es capaz de llegar el ser humano para adecuarse a sus modelos de belleza, sobre todo en un futuro no muy lejano, donde la ingeniería genética permitirá rediseñar a los seres humanos para incorporar estos prototipos. a53bd4c2806a62024fb5fb75853a4b975ecadec3d777624268ef35176d3de21a.pdf
Compartir