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LA GESTIÓN DE LOS SISTEMAS FORESTALES DE CATAZAJÁ Gener Méndez Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos UCLM Castilla-La Mancha, España, 2013 El presente documento ha sido elaborado en el marco de la evaluación continua de la asignatura Sistemas para la Gestión forestal de la Ingeniería Forestal y del Medio Natural, desarrollado en Diciembre del 2013 en la Provincia de Albacete con la colaboración de personal Docente de la Universidad de Castilla-La Mancha, Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y Universidad Autónoma de Chiapas, Centro Maya de Estudios Agropecuarios. C O N T E N I D O 0. INTRODUCCIÓN .................................................................................................. 5 1. Efecto del cambio climático sobre los recursos forestales de Catazajá .... 9 1.1 Introducción ................................................................................................... 9 1.2 Un acercamiento al cambio climático ......................................................... 10 1.3 Impactos potenciales hacia las comunidades forestales........................... 10 1.4 Conclusiones ............................................................................................... 11 2. Biomasa recurso potencial para Catazajá.......................................................... 12 2.1 Introducción ....................................................................................................... 12 2.2 Biomasa ............................................................................................................. 13 2.3 Aplicaciones de la biomasa .............................................................................. 14 2.3.1 Sector domestico. ...................................................................................... 14 2.3.2 Deforestación. ............................................................................................ 14 2.3.3 Sector comercial ........................................................................................ 14 2.4 Conclusiones. .................................................................................................... 15 3. Nuevas tendencias del sector forestal en Catazajá .......................................... 16 3.1 Introducción ....................................................................................................... 16 3.2 Plantaciones forestales de especies tropicales ............................................... 17 3.3 Sistemas agroforestales .................................................................................... 18 3.4 Ecoturismo ......................................................................................................... 20 3.6 Conclusiones ..................................................................................................... 21 4. Usos tradicionales de los recursos forestales de Catazajá ............................ 22 4.1 Introducción ....................................................................................................... 22 4.2 Huerto y milpa.................................................................................................... 23 4.3 Etnobotánica ...................................................................................................... 24 4.3 Aprovechamiento de la fauna ........................................................................... 25 5. Literatura citada ..................................................................................................... 26 0. INTRODUCCIÓN La disminución significativa de la cubierta forestal en México en la década de los 70’s estuvo fuertemente vinculada a la construcción de carreteras y caminos para la conexión de nuevos centros de población, programas y megaproyectos para la explotación forestal, apertura de campos de cultivo y potreros, principalmente en el trópico del país (Muñúzuri, 2008). Díaz Gallegos et al., (2008) señala que la tasa de deforestación en el trópico húmedo mexicano es de 1x10⁶ha, afectando a las selvas altas perennifolias y sub perennifolias con 315,000 haˉ¹. Por otro lado, la cobertura que incrementó significativamente su superficie en la década de los 90’s es la de los pastizales inducidos y cultivados, 278,000 haˉ¹ (FAO, 2002). Durante esa década México ha perdido 2 millones de hectáreas de bosques y selvas por año (Galvéz, 2002); estas cifras esta relacionadas con la expansión de la frontera ganadera (Toledo et al., 1989), desmontes con fines agropecuarios y algunos factores como la incidencia de incendios forestales, lo cual ha sido la principal causa de la perdida de cubierta forestal en México (Sada & Laborde, 2011). Las regiones cálido húmedas de México han sufrido una deforestación extensa y acelerada a lo largo del siglo XX. En la zona tropical de los estados de Veracruz, Oaxaca y Chiapas, 13% de la superficie ha sido convertida a terrenos de cultivo y el 19% a potreros. La reducción neta de esta transformación es de 13 millones de hectáreas, es decir, una disminución de 68% de la superficie original (Toledo et al., 1989), los datos indican que al final de la década de los 70’s y principios de los 80’s se deforestó el 40% de la superficie restante del trópico húmedo mexicano. Lo que da como resultado que en la extensión original del trópico Chiapaneco en términos porcentuales sea de un 18% convertido en pastos cultivados, 29% en actividades agrícolas y vegetación secundaria y un 54% conserve la vegetación forestal natural (INEGI, 2009). Con base en lo anteriormente relacionado, cerca de 60,411 ha son deforestadas al año en el Estado de Chiapas de las 3,091,617 has de bosques naturales que existían (INE, 2000). El proceso de deforestación para Chiapas, suele iniciarse con la extracción de madera valiosa, seguido del desmoste para la utilización del terreno por unos pocos años para la producción de maíz y posteriormente a pastizal permanente para la producción de ganado bovino (Masera, 1996 citado por Levy et ál., 2002). Una de las prácticas agrícolas más frecuentes en Chiapas es la roza, tumba y quema o agricultura nómada; el sistema se basa en cultivar las tierras por uno a tres años, y posteriormente dejarlas descansar por un periodo de varios años para que se recupere la vegetación (Aguirre et al., 2002). Sin embargo, las diferentes presiones por incrementar la producción de alimentos en el Estado, han propiciado que los tiempos de descanso se hayan reducido sustancialmente ocasionando no sólo una baja productividad de los cultivos, sino también la lenta o nula recuperación de la vegetación natural (SEMARNAT, 2008). Asimismo, la forma de deterioro y alteración con mayor impacto en Chiapas es la deforestación, causado por la extracción selectiva de especies maderables (SEMARNAT, 2008; Villafuerte, 2003). También a diferencia de los bosques templados, en cada hectárea de bosque tropical húmedo coexisten decenas de diferentes especies de árboles, y aun que la mayoría de estas especies carecen de mercado, existe otra forma de aprovechamiento que consiste en la extracción de árboles o ramas para obtener leña (INEGI, 2009). Challenger, (1998) indica que una quinta parte de los habitantes del país utilizan leña para cocinar; y Chiapas con un 71.4 % de población rural y presentando un bajo indice de desarrollo humano y alto grado de marginación, la leña es un recurso de subsistencia en los hogares ya que se usa como combustible (SEMARNAT, 2008). El municipio de Catazajá se encuentra en las prioridades para la conservación de ecosistemas estratégicos del estado de Chiapas, dicho de otro modo resulta importante, identificar y caracterizar la región, constituyendo a cuerpos de agua, parches de vegetación perturbada,acahuales, pastizales y campos de cultivo. (COESPO, 2002 citado por Árevalo & Velasco, 2005, PRONATURA, 2010). En esta región el aprovechamiento forestal maderable consiste generalmente en la extracción de grandes volúmenes de madera de alto valor comercial, como caoba (Swetenia macrophylla) y cedro (Cedrela odorata), por otra parte el aprovechamiento forestal no maderable consiste en la recolección o extracción de materiales vegetales y animales con la finalidad principal de satisfacer los requerimientos de consumo (Levy et al., 2002). Estas actividades productivas juegan un papel importante en el manejo de los recursos naturales (INEGI, 2009). El municipio de Catazajá se ubica al noroeste del Estado de Chiapas en la Región XIII Maya, perteneciente a la región fisiográfica de la llanura costera del Golfo Sur de México, acotada hacia el noroeste con la provincia de Yucatán y al sur con las Sierras de Chiapas y Guatemala. El municipio colinda al norte con el estado de Tabasco y al sur con el municipio de Palenque, al este con el municipio de Emiliano Zapata (Tabasco) y al oeste con el municipio de Macuspana (Tabasco).Catazajá cuenta con una superficie de 66,375 ha (lo que representa el 3.13% de la superficie regional, 0.83% de la superficie Estatal). Las coordenadas de la cabecera municipal son 17° 44’ 31’’ N y 92° 01´40´´ W, con una altitud de 20 msnm (Trujillo, 1988 citado por Orozco, 2002). Por sus características bióticas, Catazajá forma parte de la Región Terrestre Prioritaria 143, así como de la Región Hidrológica Prioritaria 91, es por eso que en el 2006 se considero impulsar la conservación de ecosistemas estratégicos, decretando para el 2007 al sistema lagunar Catazajá como “Zona Sujeta a Conservación Ecológica”. La “Zona Sujeta a Conservación Ecológica Sistema lagunar Catazajá” cuenta con una superficie de 41,058 ha, y se localiza en 17°49’ 00’’ N y 92°01’ 00’’ W (IHNE, 2007). Este trabajo se basa en una revisión documental del sector forestal en México y Chiapas desglosado en 4 subtemas “cambio climático, biomasa, nuevas tendencias Imagen. Municipio de Catazajá. Google eart. 2014 y manejo tradicional de los sistemas forestales” con el objetivo de elaborar una documento de divulgación que permita contribuir al conocimiento regional sobre la gestión de los recursos forestales de Catazajá y de Chiapas. 1. Efecto del cambio climático sobre los recursos forestales de Catazajá 1.1 Introducción El calentamiento global se asocia a una serie de anomalías en el comportamiento del clima en todo el mundo; el aumento de la temperatura, el crecimiento del nivel del mar, la mayor ocurrencia de sequías e inundaciones, son algunos de los fenómenos que más han llamado la atención en los últimos años. Los impactos derivados de este cambio en el clima van afectar sensiblemente la sociedad, la economía y el medioambiente. (Bárbaro et al., 2005) Para este último, considerando al conjunto de valores naturales que integran al ambiente; los recursos forestales interactúan con los diferentes factores del clima, se convierten en un observatorio natural que permite generar datos sobre adaptaciones de las especies arbóreas, ajustar los pronósticos de los diferentes efectos del cambio climático sobre los recursos naturales y también prácticas de manejo de los mismos (Mendizabal et al., 2008). Con lo anterior, los humedales por sus características, son ecosistemas sensibles que pueden ser afectados por las variaciones del clima y fenómenos extremos del tiempo; muestran una elevada vulnerabilidad al cambio climático, misma que se ve estimulada tanto por acciones naturales como antropogénicas (ECLAC, 2011; Bárbaro et al., 2005; Rojas & Campos, 2003; .Jiménez & Girot, 2002). Para México, el 6.52 % del territorio nacional se encuentra en zonas de humedales, y está restringido por una matriz antropogénica, donde actividades productivas como la ganadería, industria del petróleo, pesca y agricultura, ponen en riesgo su prevalencia (CONAGUA, 2011); un claro ejemplo es Catazajá; municipio de Chiapas (México), que cuenta con una superficie de 66,375 ha, del cual 61% del territorio son humedales, y está administrada por 28 Ejidos comunitarios; donde la no gestión del recurso natural por parte de los propietarios, puede provocar afectaciones a la biodiversidad que se desarrolla en estos humedales; llegando a la pérdida de especies; favoreciendo a los efectos del cambio climático. 1.2 Un acercamiento al cambio climático La Convención Marco sobre el Cambio Climático (CMCC), define el cambio climático como un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmosfera y que se suma a la variabilidad natural del clima observado durante períodos de tiempo comparables; el término como tal denota un cambio en estado del clima identificable, a raíz de un cambio en el valor medio y en la variabilidad de sus propiedades, y que persiste durante un periodo prolongado, generalmente cifrado en decenios o en periodos largos. Sin embargo (Miller, 2007), sostiene que el cambio climático global se refiere a las modificaciones en cualquier aspecto del clima del planeta, tales como la temperatura, precipitación e intensidad y las rutas de las tormentas. En México donde el uso de energía fósil es la fuente principal de emisiones con un 60.4% del total, seguido del manejo de desechos y procesos industriales con un 14.4% y 8.9% respectivamente, cambio de uso de suelo derivado de actividades agropecuarias un 15.3%; estas cifras ubican al país en una zona especialmente expuesta a los impactos del cambio climático, con efectos directos hacia el potencial agrícola, dificultades para el suministro de agua centros poblacionales e inundaciones en planicies costeras; incremento en la intensidad y frecuencia de huracanes, ciclones, granizadas y heladas; así como mayor incidencia de incendios y pérdida de biodiversidad (LAMCCEC, 2010; SEMAHN, 2010). 1.3 Impactos potenciales hacia las comunidades forestales Muchas características de las poblaciones forestales indican que los árboles, comparados con otras especies de plantas, están únicamente capacitados para soportar cambios medioambientales direccionales (Serrano et al., 2009). A esto, Mendizabal et al., (2008) indica que los efectos causados por el cambio climático (p. ej. aumento de la concentración de gases “efecto invernadero”) hacía la atmosfera generan una serie de eventos que participan de manera colectiva e individual en el desarrollo de las comunidades vegetales que conforman los bosques; para este caso, los cambios de temperatura modifican el metabolismo de los individuos (p. ej. movimiento interno y velocidades de transportaciones de solutos y solventes vitales). Por otra parte, estudios realizados por Báez (2004) en el municipio de Catazajá, clasifica a su vegetación como selva mediana subperenifolia; en el cual encontramos una fuerte dominancia de Fabaceas (Andira inermis, Haematoxylum campechianum, Inga sp, Lochocarpus hondurensis; Albizia guachapele) y Bombacaceas (Ceiba pentandra, Cochlospermun vitifolium)1, las especies pertenecientes a estas familias tienen afinidad por sitios con abundante agua y suelos muy arcillosos susceptibles a inundarse periódica o permanentemente. Por lo anterior, los impactos esperados que pudiera ocurrir en los recursos forestales de Catazajá, básicamente son los propuestos por Moya et al., (2005); donde al provocar cambios en la hidrología y otras condiciones físicas y químicas que favorecen la convivencia entre componentes bióticos y abióticos del ecosistema, prácticamente se afectarían funciones ecológicas de las especies; en el último de los casos estas podrían adaptarse o desaparecer; también generaríanla movilidad de estas, limitándolas a pocas áreas donde encuentren condiciones optimas para su desarrollo. Sin embargo, el factor antrópico es un elemento clave en la desaparición o prevalencia de las especies; la mala gestión del monte ha con llevado a la fragmentación del paisaje y al desplace de las especies. 1.4 Conclusiones Los recursos forestales de Catazajá son vulnerables al cambio climático, requieren una atención especial y desarrollo de estrategias de adaptación. Esta vulnerabilidad es mayor, considerando las características físico-geográficas e importancia ecológica de los humedales. Los impactos por cambio climático, provocarán afectaciones irreversibles en muchas zonas donde aun existe vegetación. 1 En su mayoría son especies utilizadas como fuente de combustible domestico, construcción de casas rurales y cercos. 2. Biomasa recurso potencial para Catazajá 2.1 Introducción En México, los bosques de coníferas y latifoliadas ocupan el 15.4% del territorio nacional; en el estado de Chiapas, la superficie forestal de bosques latifoliados incluyendo coníferas y selvas tienen una superficie de 1.117,248 y 2.175,948 ha respectivamente (SARH-SFF 1994). Por otra parte los ecosistemas forestales son un reservorio considerable de carbono y contienen más del 80% del carbono global de la superficie; sin embargo, cuando los bosques están maduros no ocurre asimilación neta de carbono, debido a que se encuentran saturados; para México, los bosques manejados cubren una superficie de 7.3 millones de ha, en tanto que los bosques protegidos cubren una superficie de 7.1 millones de ha; por otro lado cerca del 80% de las tierras forestales son de propiedad comunal y el 95% de los aprovechamientos forestales provienen principalmente de bosques tropicales nativos (Masera et ál. 2001). Aun que los ecosistemas forestales contienen grandes cantidades de carbono que es almacenado en la biomasa aérea viva o muerta, así como en el suelo; las regiones tropicales presentan un proceso acelerado de cambio de uso de suelo de estos ecosistema forestales a tierras de pastos y cultivos (Post et al., 1982; FAO, 2002) Este proceso suele iniciarse con la extracción de madera valiosa, seguido del desmoste para la utilización del terreno por unos pocos años para la producción de maíz y posteriormente a pastizal permanente para la producción de ganado bovino (Levy-Tacher et ál., 2002). Una de las prácticas agrícolas más frecuentes en Chiapas es la roza, tumba y quema o agricultura nómada; el sistema se basa en cultivar las tierras por uno a tres años, y posteriormente dejarlas descansar por un periodo de varios años para que se recupere la vegetación (Levy-Tacher, 2002). Sin embargo, las diferentes presiones por incrementar la producción de alimentos en el Estado, han propiciado que los tiempos de descanso se hayan reducido sustancialmente ocasionando no sólo una baja productividad de los cultivos, sino también la lenta o nula recuperación de la vegetación natural (SEMARNAT, 2008; Levy-Tacher, 2012) Asimismo, la forma de deterioro y alteración con mayor impacto en Chiapas es la deforestación, causado por la extracción selectiva de especies maderables (SEMARNAT, 2008; Villafuerte, 2003). También a diferencia de los bosques templados, en cada hectárea de bosque tropical húmedo coexisten decenas de diferentes especies de árboles, y aun que la mayoría de estas especies carecen de mercado, existe otra forma de aprovechamiento que consiste en la extracción de árboles o ramas para obtener leña (INEGI, 2009). A esto; Challenger, (1998) indica que una quinta parte de los habitantes de México; utilizan leña para cocinar; y Chiapas con un 71.4 % de población rural y presentando un bajo índice de desarrollo humano y alto grado de marginación, la leña es un recurso de subsistencia en los hogares ya que se usa como combustible (SEMARNAT, 2008). Para el caso de Catazajá, Velasco et al (2010) señala que en comunidades rurales el 90% de la población utiliza leña como combustible. Este contexto; la biomasa forestal permite elaborar previsiones sobre el ciclo mundial del carbono, que es un elemento de importancia en los estudios sobre el cambio climático. Además, para una parte de la población humana que vive en las zonas rurales de los países en desarrollo como México, la biomasa es una fuente primordial de combustible para cocinar y para calefacción; que tiene una potencialidad no solo en el sector domestico; si no también en la industria (FAO, 1997). 2.2 Biomasa De acuerdo con el IPCC (2001), la biomasa es considerada como la masa total de organismos vivos en una zona o volumen determinado; a menudo se incluyen los restos de plantas que han muerto recientemente (biomasa muerta). La biomasa es el nombre dado a cualquier materia orgánica de origen reciente que se derive de animales y vegetales como resultado del proceso de conversión fotosintético. La energía de la biomasa deriva del material vegetal y animal, tal como madera de bosques, residuos de procesos agrícolas y forestales, y de la basura industrial, humana o de animales (Zárate, 2008). 2.3 Aplicaciones de la biomasa 2.3.1 Sector domestico. Muchas familias de Catazajá utilizan leña y otras formas de biomasa para cocinar. Sus fuentes son los árboles alrededor de las viviendas o presentes en sus parcelas. Además, en algunas comunidades existe un mercado comercial local, constituye una fuente importante de ingresos para las familias (Guerra et al., 2006; Molina, 2008). Las estufas usadas para la cocción pueden ser fijas o portátiles y a veces tienes una chimena; algunas familias hacen su propia estufa (fongón) de materiales locales, otras buscan el servicio de un artesano. Por otra parte los procesos domésticos han sido muy ineficientes, pues han presentado pérdidas energía entre 30 y 90%. Aun que los usuarios tratan de mejorar las estufas por lo general carecen de los recursos financieros y técnicos para hacerlo considerablemente (Maimone- Celorio, 2005) 2.3.2 Deforestación. El uso de la leña frecuentemente es visto como la causa principal de la deforestación. Sin embargo este es el resultado de los análisis realizados en los años setenta que se asumieron que toda la leña tiene su origen en el bosque. Pero estudios realizados en diferentes áreas de América Central ha mostrado que las cusas principales de la deforestación son la conversión de bosques a campos agrícolas. Aun que algunas áreas el uso de la leña puede contribuir a la deforestación, ésta no es la causa principal; inclusive se ha demostrado que en lagunas zonas rurales la comercialización de la leña brinda incentivos para la regeneración y protección del ambiente (Cerrud, 2002; IDESMAC, 2003). 2.3.3 Sector comercial Muchos restaurantes y pequeños negocios de Catazajá; utilizan leña para aplicaciones similares a las domésticas, por ejemplo, para preparación de comidas y panaderías. Los equipos, generalmente, son de mayor calidad que las estufas domésticas. Por lo común, no hay información disponible sobre las cantidades de biomasa consumida por el sector comercial en Chiapas y por lo tanto tampoco de Catazajá, pues muchos negocios operan de manera informal. Se puede decir que, en comparación con el sector doméstico, el consumo es mucho menor; sin embargo, la biomasa es una fuente importante para este sector. 2.4 Conclusiones. El aprovechamiento de la biomasa como fuente de energía ofrece un amplio rango de beneficios ambientales: puede contribuir a mitigar el cambio climático y el efecto invernadero, reducir la lluvia ácida, prevenir la erosión de los suelos y la contaminación de las fuentes de agua, reducir la presión provocada por la basura urbana, enriquecer el hábitat de la vida silvestre y ayudar a mantener la saludhumana y estabilidad de los ecosistemas. 3. Nuevas tendencias del sector forestal en Catazajá 3.1 Introducción México está considerado como un país con vocación forestal ya que el 70% de su territorio tiene tal propósito, y en 16 millones de hectáreas se pueden llevar a cabo actividades silvícolas (SEMARNAT, 2008). Particularmente Chiapas es reconocido en el mundo por sus importantes selvas, bosques, paisajes y gran diversidad; aun que el sector forestal en los últimos años no ha representado grandes aportaciones en la economía en comparación a otras actividades productivas; es considerado como un sector en evolución; debido a la demanda de productos forestales a nivel nacional y la producción insuficiente. De acuerdo con Albíter (2002) la tendencia de la demanda de productos forestales para el año 2010 fue de 20.5 millones de m³r y la producción solo fue del 42% (8.6 millones de m³r). Sin embargo, el deterioro de los recursos naturales es inminente, esto debido a diferentes factores tales como; aprovechamientos clandestinos, incendios forestales, plagas y enfermedades, cambio de uso de suelo y un aprovechamiento inadecuado, por lo que en el futuro cercano, el aprovechamiento de los bosques naturales será insuficiente para satisfacer la demanda creciente de la industria maderable (P.I., 2009). Para Catazajá, el paisaje está caracterizado por grandes extensiones de pastizales o campos de cultivo, principalmente de sorgo; las zonas forestales han sido reducidas drásticamente, constituyendo solo el borde de los cuerpos de agua y algunos parches de vegetación perturbada; situando al recurso forestal en una matriz de pastizales, acahuales, campos de cultivo y zarzales (Baez, 2004). Las actividades de explotación maderable hasta la fecha son de forma rustica y tradicional; donde el sistema de roza, tumba y quema han dado como resultado en la escasez de áreas forestales (Tacher, 2002) La extracción de leña sigue siendo una actividad común, así como la poda de ramas para utilizarlas como estacas en los cercos de los potreros o los paños para la pesca. Las estacas son extraídas principalmente de los tíntales (Haematoxylum campechianum), ya que su madera es muy resistente al agua (IDESMAC, 2000). En este apartado analizaremos alternativas de aprovechamiento comercial y tradicional de los recursos forestales; con el objetivo de proponer una mejora en la calidad y el nivel de vida de las familias, respetando y apoyando sus propias formas de producción, organización social, valores culturales y creencias, fortaleciendo la autogestión, el bienestar colectivo y el control de la comunidad sobre sus recursos, dentro de un marco de desarrollo armónico y sostenible. 3.2 Plantaciones forestales de especies tropicales Las especies tradicionalmente utilizadas en plantaciones forestales tropicales son el cedro (Cedrela odorata) y la caoba (Swietenia macrophylla); sin embargo, estas especies son susceptibles al ataque de insectos barrenadores (Hypsiphila grandella), lo cual dificulta su manejo, pero hay otras especies tropicales de rápido crecimiento y características adecuadas para la industria maderera, que constituyen una alternativa viable para diversificar las plantaciones forestales. Para el caso de Catazajá; estudios realizados por CONABIO (1999) indican presencia de especies forestales con un potencial muy alto para ser aprovechadas; Haematoxylum campechianum (tinto), Blepharidium mexicanum (popiste), Tabebuia rosea (maculís), Cordia alliodora (bojón) por mencionar algunas; forman parte de las maderas tropicales comunes u las llamadas “otras”; la explotación de estas pueden generar productos primarios forestales donde alcanzan a llegar a surtir nichos de mercado como el de maderas duras tropicales (preciosas), para manufacturas de precio y calidad elevada. Ortega (1993) menciona que si se industrializará más la madera de estas especies, manejando las selvas adecuadamente y con base en criterios ecológicos se podría incrementar la producción maderera o convertir este recurso en una fuente de riqueza permanente para el país. Por otra parte esta región está poblada sobre principales afluentes donde el recurso hídrico se encuentra a mayor disponibilidad (P. ej. lagunas, arroyos, ríos); lo que ofrece muchas ventajas para el establecimiento de plantaciones forestales. También hay que considerar que el aprovechamiento forestal durante muchos años ha sido de forma tradicional lo que posibilita habilitar técnicos campesinos que potencien y se reduzcan costos por servicios técnicos en la región, partiendo de los conocimientos ecológicos tradicionales que tengan sobre el manejo del monte (Tacher, 2002). 3.3 Sistemas agroforestales Debido al impacto de los sistemas tradicionales de producción agropecuaria sobre los recursos naturales; surge la necesidad de practicar sistemas de producción sustentables. La agroforestería puede contribuir eficientemente en la creación de sistemas integrales de producción que ayuden a mantener la productividad, proteger los recursos naturales, minimizar los impactos ambientales y satisfacer las necesidades económicas y sociales de la gente (INIFAP, 2003). Los sistemas agroforestales son formas de uso y manejo de los recursos naturales en los cuales especies leñosas (árboles, arbustos) o palmas son utilizadas en asociaciones deliberadas con cultivos agrícolas o con animales en una misma unidad de tierra, de manera simultánea o secuencial (Leakey, 1996; Cipagauta & Andrade, 1997; Jiménez et al., 2001; Cerrud, 2002; Beer et al., 2003; INIFAP; 2003). Con lo anterior, el 74% de la población de Catazajá basa su economía en las actividades agropecuarias donde destacan la ganadería y la agricultura; los campesinos cuentan con una superficie promedio de 10 ha para ser explotadas; es aquí donde surgen propuestas de manejo que permitan hacer de sus tierras, áreas más productivas y diversificadas. Sin embargo hay que destacar que él actual manejo de estas áreas son de tipo ganadero, con pequeñas áreas arboladas y arboles aislados; autores señalan que este manejo está relacionado directamente con los beneficios que los arboles puedan aportar al propietario (p. ej. madera, leña, fruta, sombra etc.) (Anfinnse et al., 2009; Diaz, 2009) Podemos decir entonces que al establecer un sistema agroforestal se deben respetar los criterios de selección de especies por parte de los campesinos, pero nunca perder el factor importante que determina las especies y cantidad de arboles en la parcela, objetivo de producción. El principal objetivo de producción de las tierras de Catazajá, es la ganadería de doble propósito (leche y carne); este manejo puede ser acompañado de un tipo de sistema agroforestal que considera tres elementos importantes; pastura, ganado y árbol; estamos hablando de un sistema silvopastoril; en este sistema se pueden incluir especies arbóreas de tipo forrajero de alta calidad para los rumiantes, pueden ser establecidas en los cercos (cercas vivas o multiestrato) o distribuidas de forma dispersa en el terreno; con densidades que oscilen entre 80 a 100 árboles hˉ¹ o de 1 a 2 árboles mˉ¹ lineal en cercos (Cerrud, 2002). Las especies forrajeras más utilizadas en el trópico húmedo son Albizia adinocephala, Acacia angustissima, A. farmesiana, A. pennatula, Brosimum alicastrum, Bursera simaruba, Caesalpinia eriostachys, C. velutina, C. gaumeri, Casia grandis, Erythrina berteroana, E. fusca, E. folkersii, Gliricidia sepium, Guazuma ulmifolia, Leucaena leucocephala, L. collinsii, L. magnifica, Spondias mombin entre otras (Beer et al., 2003; Pennington & Sarukhán, 2005; Arboleda et al., 2011; Ton-Garrido et al., 2012) Otra forma de aumentar la producción del terreno es incluir especies de valor maderable en el que estasestén sujetas aprovechamiento durante todo el año (p. ej. para leña, construcción o venta); por lo general estás especies necesitan espacios muy amplios, sin embargo la densidad puede ser < a 100 árboles hˉ¹; pueden mezclarse con arboles forrajeros; favoreciendo a la biodiversidad por medio de la diversificación de especies. Para el trópico mexicano las especies de mayor uso en los sistemas silvopastoriles son: Cedrela odorata, Swietenia macrophylla K., Guazuma ulmifolia, Licaria peckii, Ficus cotinifolia, Curetella americana, Cordia dodecandra, C. alliodora, Persea americana, Quercus oleoides, Terminalia amazonia, Calophyllum brasiliensis entre otras (Beer et al., 2003; Pennington & Sarukhán, 2005; Ton-Garrido et al., 2012) Como último; en México a partir del 2012, la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) crea el programa denominado “Desarrollo Forestal de los Estados del Sur”, dentro de las líneas de atención de este programa se encuentra “Modulos Agroforestales”, el objetivo es apoyar con recursos económicos para el establecimiento y/o mantenimiento de Módulos Agroforestales diversificados (arboles, plantas, melíferas, frutales, hortalizas, forrajes, cultivos básicos, medicinales, ornamentales, peces, abejas etc.) que sirvan como modelos para ser replicados y aporten alternativas de manejo sustentable de áreas degradas e improductivas con la mejora de ingresos familiares. Los incentivos se consideran unos instrumentos de política pública que sirven para estimular procesos y acciones de los sectores privados; este permite a su vez la adopción de técnicas agroecológicas que benefician directamente a la producción del campo. 3.4 Ecoturismo Para Catazajá, el ecoturismo no será exitoso sin la asistencia o cooperación de operadores turísticos. Los vínculos con el mercado, idiomas y la pobre comunicación son tres de los aspectos más importantes que limitan la posibilidad de las comunidades de administrarse independientemente en el ecoturismo. Por otra parte, para que el ecoturismo promueva la conservación, los habitantes locales deben comprender que los beneficios económicos que están adquiriendo están vinculados con los sitios ecoturisticos, y que por tal motivo tienen que conservarse y protegerse; por lo tanto es fundamental que estas zonas de ecoturismo estén relacionadas con instituciones de investigación o universidades que den el soporte técnico y las evaluaciones ambientales para evitar impactos negativos en el entorno ecológico. Finalmente, el ecoturismo debe percibirse como una manera mediante la cual las comunidades retoman o fortalecen su papel tradicional de adminitradores de los recursos naturales; este papel ha sido comprometido por condiciones económicas desfavorables impuestas a las comunidades rurales en los países tropicales. Por tanto, reconocer el papel fundamental que desempeñan las comunidades rúales y ribereñas en la conservación de la biodiversidad lleva a incorporarlas como actores en el proceso de planificación y desarrollo de estrategias de conservación. Al mismo tiempo, dado el valor agregado que la participación de la comunidad le suma a los productos del ecoturismo, y los beneficios de la participación para un desarrollo sustentable, la participación activa de la comunidad es fundamental para la conservación (Drum & More, 2002; Cruz-Lara et al., 2004). 3.6 Conclusiones El responsable del manejo forestal para la producción de maderas tropicales en la zona de Catazajá, debe estar consciente de que las comunidades que viven cerca de los bosques dependen de la producción agrícola, principalmente y que la producción de madera es una forma de ingreso complementario. Además, la mayoría de los terrenos cuentan con pequeños fragmentos de selva; donde el empleo de prácticas de extracción forestal de impacto reducido puede brindar beneficios tanto económicos como ambientales. El desarrollo de la agroforestería en Catazajá responde a las necesidades y condiciones de muchas zonas tropicales, donde la agricultura y forestería convencional, por sí solas, no han podido satisfacer las diferentes demandas. La necesidad de proteger las tierras bajo cobertura forestal y la demanda por más tierras para la producción de alimentos y la ganadería justifica la agroforestería, ya que puede conciliar objetivos múltiples de producción y conservación a largo plazo. Es importante también, no desarrollar el ecoturismo de manera aislada, este tipo de actividades debe realizarse en coordinación con el Ayuntamiento Municipal, Secretarías de Turismo, Gobierno del Estado u otras organizaciones no gubernamentales, para trabajar en contexto a otras opciones de programas de conservación y desarrollo. 4. Usos tradicionales de los recursos forestales de Catazajá 4.1 Introducción Tradicionalmente los recursos forestales en México han sido aprovechados por la población para su alimentación, para la obtención de energía y como fuente de ingresos extras de cara a un comercio local. Actualmente se puede diferenciar de esos usos, el aprovechamiento industrial de dichos recursos. Para un mejor estudio de los recursos, de sus usos y aprovechamientos, se dividen en recursos maderables y no maderables; los recursos no maderables tienen menor importancia económica pero su papel en la vida de la población local es fundamental, ya que se utilizan para fines médicos, alimenticios, como materias primas para la construcción y la artesanía y como fuente energética principal. Debido a su uso en el sector informal no existen estudios sistemáticos a nivel nacional y su aprovechamiento a nivel industrial es muy escaso. Los recursos maderables se usan como combustible y como materia prima de la industria maderera destinada a la exportación. Se puede diferenciar nuevamente un uso local y uno industrial. A parte de un estudio pormenorizado de las especies y usos de los recursos forestales es necesario poner en relación el aprovechamiento de ellos y la conservación global del bosque. La relación entre aprovechamiento y conservación de los bosques es uno de los problemas más graves de México. No obstante, esto no significa que haya conciencia social ni planes específicos adecuados para una ordenación forestal sostenible. Todo ello hace más necesaria y urgente la intervención y concienciación de los agentes estatales, institucionales y locales. En este último apartado, describiremos los diferentes usos tradicionales que los productores le dan al monte y como desde un enfoque del uso de los recursos se puede observar la flora y fauna utilizada, siendo estos un factor clave para el bienestar de las comunidades rurales de Catazajá. 4.2 Huerto y milpa La milpa es un espacio mucho más complejo en el cual se encuentra un importante número de plantas cultivadas, que varían de lugar a lugar en su número, especies y variedades locales (Mariaca, 2013). Con lo anterior tomamos como referencia los estudios realizados en Zona Chol – Tulija de Chiapas por Marica et al (2007), donde menciona a 30 especies cultivadas en la milpa, reciben el cuidado del agricultor: maíz (Zea mays), frijol Nayarit (Phaseolus vulgaris), calabaza (Cucurbita pepo), hierba mora (Solanum nigrum), chile pico de paloma (Capsicum annuum var. conoides), plátano macho (Musa paradisiaca), cilantro (Coriandrum sativum), mostaza (Brassica juncea), cebollín (Allium schoenoprasum), chapay (Astrocaryum mexicanus), chaya pica (Cnidoscolus aconitifolius), ñame (Dioscorea alata), yuca (Manihot esculenta), frijol pelón (Vigna sp.), guineo Roatán (Musa sapientum), jitomate (Solanum lycopersicum), macal chico (Xanthosoma sp.), camote (Ipomoea batatas), chayote (Sechium edule), chile tabaco (Capsicum annuum var. acuminatum), macal (Xanthosoma violaceum), plátano dominico (Musa paradisiaca), momo (Piper auritum),plátano cuadrado (Musa paradisiaca), chile (Capsicum sp.), lechuga (Lactuca sativa), papa bejuco (Dioscorea bulbifera), papaya (Carica papaya), perejil (Petroselinum crispum) y frijol nescafé (Mucuna priurens). Por su parte, los huertos familiares son sistemas de producción agroforestales que, rodeando e incluyendo a la casa-habitación, están conformados básicamente por tres subsistemas productivos: el humano, el vegetal y el animal (Mariaca et al., 2007). La información existente sobre estos sistemas indica una cantidad enorme de especies cultivadas por lo que solo se citara un ejemplo: González (2005) estudió los huertos familiares de Santa Martha, Chenalhó, comunidad dispersa en una gran cañada, y registró 41 especies en clima templado subhúmedo, de las cuales, 21 son comestibles; 26 especies en clima cálido subhúmedo, de las cuales, 17 son comestibles, y en las condiciones de confluencia entre ambos climas encontró 91 especies, de las cuales, 46 son comestibles. En total, 44 especies comestibles. A este tipo de agricultura Hernández Xolocotzi (1988 la definió como “agricultura tradicional”; se caracteriza por el uso de cantidades bajas de energía, principalmente de mano de obra por el uso de una cuidadosa observación de los fenómenos y del método de prueba y acierto para generar conocimientos, la utilización a bajo nivel de los recursos naturales y la aplicación de mecanismos tradicionales de transmisión de conocimientos. En consecuencia, este tipo de agricultura se basa en el arte de aplicar con esmero, cariño y eficacia las prácticas agrícolas que conforman el sistema de cultivo respectivo y por estar ligada con agricultores de bajos recursos económicos, lo que conduce al predominio del autoconsumo en la producción”. 4.3 Etnobotánica En muchos países existe la tradición del cultivo doméstico de determinadas especies de uso medicinal en huertos, pequeñas parcelas, patios, jardines y diversos recipientes, lo que resulta muy apropiado para desarrollar en la comunidad con vistas al tratamiento de las enfermedades más comunes. Por lo general son las mujeres quienes determinan lo que se siembra en los huertos familiares, puesto que en muchas sociedades son ellas las principales responsables de la alimentación y de la salud familiar. Siembran sus plantas en sus pequeñas parcelas, altamente productivas donde cultivan lo que necesitan para el consumo doméstico, para fines medicinales y culturales o para la venta en el mercado. Sin embargo como no existe información sistematica para la zona da Catazajá sobre el uso medicinal de las plantas; mencionamos el estudio que se llevó a cabo en municipios del Estado de Tabasco, sobre las especies medicinales que se cultivan dentro de los huertos familares. Se obtuvo información de nueve municipios donde se identificaron un total de 495 especies en 19 localidades, siendo el municipio de Nacajuca el más diverso con 232 especies. El 85% de las plantas medicinales encontradas en este estudio, se cultivan en los diferentes municipios del estado, el resto son traídas de otros estados para su comercialización. La mayoría de las medicinales se encontraron dentro de los huertos familiares. La forma biológica de las plantas medicinales que predomina en el estado, son las hierbas. Se reconocieron 70 afecciones dentro de la cual destacaron las gastrointestinales y las respiratorias. Para ello utilizan más las hojas de las plantas con los que preparan los remedios caseros (Mariaca, 2012). 4.3 Aprovechamiento de la fauna Para este punto tomaremos como referencia al trabajo realizado por Gonzalez- Bocanegra (2009) en comunidades rurales de los municipios de Catazajá; donde por medio de entrevistas y talleres se registraron especies, formas de uso, sitios y temporadas de captura. Los pobladores locales reconocieron un total de 24 especies aprovechadas como recurso alimenticio, comercio, mascota, artesanal y medicinal. Se reconocieron como especies con alto valor de uso a la tortuga jicotea (Trachemys scripta), el amardillo (Dasypus novemcintus), el cocodrilo (Crocodylus moreletti), la iguana verde (Iguana iguana) y el loro frente blanca (Amazona albifrons). 5. Literatura citada (PI), P. I. (2009). La madera nacional satisface 30% del consumo del país. Obtenido de http://www.informador.com.mx/economia/2009/163132/6/la-madera-nacional- satisface-30-del-consumo-del-pais.htm Albíter, F. J. (2002). Situación actual y perspectivas del sector forestal mexicano. México: Universidad Autónoma Chapingo, Preparatoria Agrícola. Anfinnsen, B., Aguilar Stoen, M., & Vant, A. (2009). Actitudes de los productores ganaderos en El Petén, Guatemala, respecto a la implementación de sistemas silvopastoriles. Agroforestería en las Americas, No 47 , 20 - 26. Arboleda, D. A., Tombe, A. A., Morales Velasco, S., & Vivas Quila, N. J. (2011). Línea base especies arbóreas y arbustivas con aptitud forrajera en sistemas de producción ganadera de clima frío del departamento del Cauca. Biotecnología en el Sector Agropecuario y Agroindustrial , 170 - 177. Báez, C. G. (2004). Listado florístico del norte de Chiapas: Catazajá y límites con Palenque. Polibotánica, núm. 17 , 107-124. Báez, C. G. (2004). 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