Logo Studenta

aff-sess-11

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

Siglo tras siglo el cristianismo ha vivido una 
situación conflictiva con la sexualidad. 
 
 Y son muchos los que piensan que la 
 Biblia es un conjunto de libros que 
 rechazan el sexo y que lo consideran 
 como una maldición. 
 
 Un conjunto de libros escritos 
entre dos mil y dos mil 
ochocientos años, 
necesita de parte nuestra 
una actitud abierta 
y libre de prejuicios. 
 
 Sólo así podremos entender 
mínimamente el sentido 
de sus páginas. 
 
 Acostumbrados a “manipular” ciertos textos bíblicos 
para que digan exactamente lo que queremos hacerles 
decir, en este trabajo intentaremos acercarnos a la 
cultura de la que forman parte estos libros que 
componen la Biblia, para intentar acercarnos a la 
verdad escondida detrás de tantos tabúes y 
estereotipos. 
 
Época de los Patriarcas 
En la época patriarcal nos encontramos con una cultura 
seminómada que se desarrolla entre los años 3000 
antes de Cristo hasta el 1200 aproximadamente. 
 
Se trata de clanes o tribus vulgarmente llamados 
“hebreos”, que emigraron de la lejana Mesopotamia – 
actual Iraq - hacia la costa mediterránea 
deambulando por Palestina y los desiertos del sur 
hasta llegar en sus correrías a Egipto. 
 
La historia patriarcal está narrada en el libro del Génesis, 
cuya redacción final fue realizada hacia el año 450 – 
400 antes de Cristo, sobre la base de leyendas y viejos 
recuerdos transmitidos oralmente por más de mil 
años. 
 
Patriarcado y Matrimonio 
 
En esta época regía el sistema patriarcal, por tanto, toda la 
autoridad reside en el patriarca, verdadero jefe y señor de 
sus esposas, de sus hijos y descendientes. 
 
El patriarca tiene todo el poder, pero también ejerce su 
paternidad protectora sobre todos, procurando 
alimentos, defendiendo en casos de ataques, 
preocupándose por los casamientos de sus hijos e hijas, 
dictando aquellas normas que hacer la convivencia interna 
y que tienen que ver con la seguridad del clan. 
 
El matrimonio se concertaba entre las familias, o sea, 
entre los padres de cada familia, o, en su defecto, el tío 
más cercano. 
 
El matrimonio era un pacto entre familias: el padre de la 
novia entregaba a su hija a cambio de una dote que 
debería ser devuelta en caso de divorcio. 
 
El matrimonio de Isaac y Rebeca 
Características más relevantes: 
 
Era importante casarse con alguien de su misma sangre 
(endogamia). 
El juramento lo hace el mayordomo colocando su mano 
“debajo del muslo”, o sea, sobre los genitales de 
Abraham, costumbre de la que la Biblia da varios 
testimonios. Los órganos genitales tienen una 
simbolización muy particular como expresión de la 
misma identidad de la persona en lo que tiene de más 
íntimo y personal. 
VER 
Texto 
El mayordomo va lleno de regalos que servirán como 
dote por la mujer que traiga. Los regalos son la dote o 
“mohar”. 
 
Mientras la hija era soltera, era propiedad de su padre, y 
su valor variaba si era virgen o no; de allí la 
importancia de su virginidad, costumbre que viene de 
épocas remotas. El mohar, más que un pago en sí 
mismo, era parte del contrato entre ambas familias, y 
pertenecía a la mujer dada en matrimonio. En caso de 
divorcio, había que devolvérselo. 
A Rebeca se le despide con una bendición que nos 
muestra una variable fundamental del matrimonio: la 
importancia de la descendencia. 
 
La novia debía cubrirse totalmente el rostro con el velo: 
no sólo generalmente no conocía al novio sino que 
tampoco éste vería su rostro sino después de pasar la 
noche juntos. ¿Y el amor? Podía darse o no. En este 
caso, el texto es claro: Isaac la amó. 
 
El amor siempre es una propuesta del varón. A la mujer 
le correspondía la aceptación, el sometimiento y la 
fecundidad. 
 
Descendencia y Esterilidad 
Las incipientes tribus, a menudo diezmadas por las 
pestes, el hambre o las guerras de exterminio entre 
ellas o con pueblos enemigos, tenían conciencia de que 
la supervivencia era su ley fundamental. 
Tener numerosos hijos, especialmente varones, era la 
verdadera ley del matrimonio, 
no había peor ignominia para una 
mujer casada que la esterilidad; 
motivo más que suficiente para ser 
repudiada y sufrir la humillación 
de por vida. 
 
http://www.amsterdamholanda.net/noticias/wp-content/uploads/2008/04/burka.jpg
En aquella época se daba por descontado que la 
esterilidad era siempre por causa de la mujer, ya que el 
óvulo femenino será recién descubierto hacia el 1830, 
mientras que la esterilidad masculina sólo en el recién 
y pasado siglo XX. Se daba por seguro que, si hubo 
emisión de semen, la responsabilidad de la 
procreación era exclusiva de la mujer. 
 
¿Cómo se resuelve este problema en la época de los 
patriarcas, sobre todo cuando la mujer era amada por el 
marido y éste no deseaba el divorcio? Por un método que 
hoy llamaríamos “alquiler de vientre” y adopción. 
Veamos alguna historia que nos muestre claramente esta 
realidad. 
 
La ley prevé además que la esclava al tener el hijo deseado 
se levante por rival de la señora; entonces ésa no podrá 
venderla, pero sí marcarla y contarla como una de sus 
esclavas. Esto fue lo que sucedió con Agar y Sara. 
 
VER 
Texto 
La era patriarcal, apoyada sobre las tradiciones y leyes 
mesopotámicas, resolvía el problema de esterilidad 
con un criterio que no solo nos puede resultar 
sorprendente sino moderno. El padre alquila el 
vientre de una esclava que da a luz a su hijo sobre las 
rodillas de la esposa, con lo que el niño es adoptado 
como hijo legítimo. 
 
Pero la cuestión que nos 
compete en este momento 
es darnos cuenta de que la 
Biblia nos dice cómo 
determinada cultura 
resolvió una situación, y 
cómo la entendió como 
absolutamente moral y 
querida por Dios, dentro de 
un determinado contexto 
cultural y con la máxima 
honestidad de conciencia. 
 
En la Biblia, el acto sexual no está por encima de todos 
los valores humanos, sino que está subordinado a 
valores más importantes tanto para el individuo 
como para la sociedad. 
 
Para la mentalidad bíblica, lo ético no pasa porque un 
acto sea sexual o no, sino por una valoración superior 
que asume al acto sexual con determinado sentido. 
 
La ley de los cuñados: el levirato 
El sistema del levirato (“levir” significa 
cuñado) según el cual si alguien moría sin 
descendencia, su hermano o el pariente más 
próximo estaba obligado a casarse con la 
viuda para darle descendencia al hermano 
muerto. 
 
Supremacía de la hospitalidad 
 Entre los antiguos hebreos y los semitas en general, la 
hospitalidad es una ley sagrada, sobre todo en el 
desierto. Por tres días el huésped, de la propia tribu o 
extranjero, goza de total protección y sustento; y por 
otros tres días más cuando sigue su viaje (hasta unos 
150 km). Los huéspedes saben que incluso se dará la 
vida por defenderlos. 
 
VER 
Texto 
Época de los Jueces y la Monarquía 
 Desde el ingreso a Canaán o Palestina, año 1230 aC., 
hasta el fin del reino de Judá tenemos un extenso 
período de unos setecientos años, los más ricos e 
interesantes de la historia bíblica, que serán 
definitorios para plasmar la cultura bíblica y que 
tendrán importantísimas repercusiones en su 
concepción y vivencia de la sexualidad. 
 
Sincretismo 
Culto 
Yahvista 
Cultos 
Cananeos 
Las tribus seminómadas venían de una larga marcha por 
el desierto donde les fue revelado un Dios sumamente 
espiritual, único para todo el pueblo hebreo, con 
características básicamente masculinas, un Dios de la 
montaña y del volcán. 
 
Traen un concepto alto de moral en comparacióncon 
los pueblos vecinos y un culto relativamente sencillo, 
apenas diseñado, sin imágenes ni templo. 
 
 Al penetrar en Canaán se 
encuentran con una cultura 
riquísima en sus expresiones, 
pero fundamentalmente 
agraria y sedentaria, con 
ciudades fortificadas, con 
reyes y cortes, con templos, 
sacerdotes, colegios de 
profetas y adivinos y, sobre 
todo, con un culto a la 
fertilidad exuberante. 
 
 La “tentación” estaba a las 
puertas. 
 
Para los cananeos la sexualidad – fertilidad es algo no sólo 
sagrado sino divino, es la misma vida de los dioses, y sólo 
los dioses la pueden conceder. ¿De qué manera? Mediante 
los cultos sexuales. 
Los templos cananeos y los santuarios dispersos por toda 
Palestina, especialmente en los “lugares altos” o montículos 
(símbolos fálicos), tenían un servicio de hombres y mujeres 
para el ejercicio de la prostitución sagrada. 
Mediante cierto pago se mantenían relaciones sexuales como 
ritual de participación con el poder sexual de la pareja 
hierogámica (pareja de dioses). 
 
El hecho de roturar la tierra y arar, para sembrar sobre el 
surco, tenía ese sentido de relación sexual: la semilla 
(“semen”, en latín) era depositada en el surco abierto 
por el arado (la vulva abierta por el pene). El “fruto del 
vientre de la tierra” era el hijo. 
La vida, la sexualidad, la fertilidad y la inmortalidad son 
todos elementos íntimamente relacionados entre sí. 
Los mitos y cultos cananeos expresaban este 
dinamismo. 
 
Ahora podemos comprender por qué he dicho que el 
encuentro de las austeras tribus del desierto con la 
cultura y el culto cananeo constituyó una “tentación”, y 
tras la tentación, la “caída” en esos cultos. 
 
Para la Biblia este es el verdadero pecado de Israel y el 
más grave de sus pecados, la fuente de los otros y el 
origen de las desgracias del pueblo. 
 
La culpa es de las mujeres 
Durante estos largos siglos de sincretismo, los dirigentes 
yahvistas van comprobando que los cultos idolátricos - 
en los que caen sobre todo los varones, los marcados 
con la circuncisión – tienen como aliado principal a las 
mujeres paganas, sea por la prostitución sagrada, sea 
por medio de la poligamia. 
 
Eran las mujeres las que seducían a los hombres y los 
apartaban del culto a Yahvéh. 
Como vemos, la apostasía religiosa es provocada 
fundamentalmente por las mujeres paganas que 
seducen y tientan a los hombres cambiando su 
corazón. La culpable, en definitiva, es la mujer. 
 
En este contexto, nos interesa mirar con atención al 
Capítulo 2 del Génesis, redactados en esta época, de 
tradición Yahvista y, por tanto, fiel y claro reflejo de lo 
anteriormente dicho. 
 
Lo principal en este Capítulo es: 
Yahvéh Dios es el que creó toda esta maravilla que es el 
mundo, y en especial la tierra. 
Dios creó primero al varón y después le buscó la compañera 
adecuada que será carne de su carne y hueso de sus huesos, 
la mujer. 
Varón y mujer constituyen una pareja sexuada destinada al 
matrimonio desde estos remotos orígenes. Esta pareja es 
creada a imagen y semejanza de Dios, un Dios de vida, de 
creatividad, de poder. 
La fertilidad de la tierra y de las mujeres no tiene nada que 
ver con la hierogamia, porque Yahvéh es único y no tiene 
sexo, sino que es fruto de la bendición de Dios. 
 
 Todo este plan y esta obra 
 divina son muy buenos. 
 
El plan se frustra cuando los hombres lo abandonan y se 
van detrás de otra sabiduría, cuyo símbolo, la 
serpiente de Astarté, lo seduce en complicidad con la 
mujer. 
La desnudez se convierte en vergonzosa ante Dios por el 
pecado cometido, similar a la vergüenza que sienten 
los amantes cuando son descubiertos por el esposo. 
 
El gran pecado, el pecado original, no es haber comido el 
fruto prohibido relacionado tantas veces a la relación 
sexual, sino el buscar vivir sin Dios, lejos de Dios, 
definiendo el ser humano por sí mismo lo que es el 
bien y el mal. El pecado es ese querer ser como dioses, 
ese no querer depender de Dios y olvidarse de la propia 
condición de creatura. 
 
La pregunta de Dios pasa por Adán, por Eva y finaliza en 
la serpiente… el culto cananeo en el que el pueblo ha 
“caído” casi sin darse cuenta. 
El castigo recae sobre los dos: hombre y mujer. Ella 
vivirá el don de la fertilidad con dolor y complicaciones 
y él tendrá que trabajar dura y forzosamente. 
La serpiente seguirá viva. Se la maldice, pero 
constantemente intentará atacar y seducir a la 
mujer – pueblo. 
 
Nueva visión de la sexualidad 
La Biblia desacraliza totalmente a la sexualidad que es 
presentada como una simple creatura de un Dios único 
no sexualizado. 
Esta es la idea fundamental: la sexualidad, o si se 
prefiere, el cuerpo sexuado del varón y de la mujer, son 
una criatura de Dios, dependen de Dios como el resto 
del mundo, y tienen la misión que Dios les ha 
señalado: la unión sexual con vistas al matrimonio 
y a la procreación. 
 
Desde el Exilio en adelante 
Las derrotas son tiempos propicios para la reflexión y 
para no volver a cometer los mismos errores que 
llevaron al fracaso. Y es lo que hace el judaísmo en 
Babilonia. Este es un período de asentamiento y 
reflexión. 
La pareja es creada al mismo tiempo y ambos, como pareja, 
son la imagen y semejanza de Dios. Esa imagen y 
semejanza se traduce en que el ser humano es la única 
criatura capaz de comunicarse con Dios. Hablar y escuchar 
a Dios es don para el hombre y para la mujer, eso es lo que 
nos hace profundamente semejantes a Él. 
 
La imagen y semejanza es para la pareja porque también el 
ser humano es creado para ser co-creador con Dios, 
protector(a) de la vida, abierto a la creatividad y a la 
variedad del Creador de los infinitos colores, sabores, 
olores, formas… 
 
Dios bendice a la pareja con la fecundidad, que es un 
regalo, pero también aparece en el texto como una 
orden: llenar y poblar la tierra. 
 
La igualdad de los sexos aparece señalada en todos los 
aspectos de la vida: unión sexual, fecundidad, dominio 
sobre la creación. 
 
Todo lo que crea Dios es bueno, y lo que crea el sexto día 
es MUY BUENO. La sexualidad y la fecundidad 
humanas son no sólo criaturas de Dios, sino creaturas 
buenas, son algo pensado y creado por Dios como 
expresión de su bondad y santidad. 
 
Literatura Sapiencial 
Los autores sapienciales dan una orientación práctica 
sobre diversos aspectos de la vida concreta, tales como 
el trabajo, las riquezas y la pobreza, la salud, y 
especialmente las virtudes que hacen al hombre sabio: 
justo, moderado, cuidado de la lengua, dominio de sí, 
humildad, etc. 
Uno de los tópicos aludidos es el referido a la relación 
con la mujer y consejos sobre la vida sexual, 
especialmente de los jóvenes. 
Se va imponiendo la tendencia hacia el matrimonio bien 
constituido y una lucha frontal contra el adulterio. La 
valoración de la mujer pasa por su virtud, piedad y 
cualidades domésticas; pero con una gran 
desconfianza hacia su carácter seductor y su 
sensualidad. 
 
VER 
Texto 
Si un hombre encuentra una mujer virtuosa, se le aconseja 
no apartarse de ella, pero como es difícil hallar tanta 
perfección o a alguna mujer dispuesta a tanto esfuerzo por 
su esposo, se le aconseja al hombre mantener cierta 
distancia y prevención. 
 
Los textos sapienciales reflejan que la relación varón – 
mujer tiene sus dificultades y que el gran riesgo para el 
hombre es quedar atrapado en las redes de la mujer. El 
varón aparece como la víctima de las artimañas 
femeninas. 
 
Normativa Sexual 
El Decálogo 
El primer mandamiento: “Yo soy el Señor tu Dios… no 
tendrás otros dioses…” Como consecuencia de este 
primer mandamiento, se prohíben terminantemente 
los cultos a Baal y Astarté, entre otros, y la prostituciónsagrada. (Éxodo 20, 1 y ss) 
 
Además, hay dos mandamientos de normativa sexual en 
el decálogo: el sexto y el noveno: 
“No cometerás adulterio” (Éxodo 20, 14) 
“No codiciarás a la mujer de tu prójimo” (Éxodo 20, 17) 
 
 
Adulterio y Violación 
En casos de violación de una mujer virgen, la ley 
distingue dos situaciones: si la mujer está 
comprometida, en cuyo caso hay también adulterio; o 
si no está comprometida. 
 “Si una mujer virgen está comprometida con un hombre, 
y otro la encuentra en la ciudad y se acuesta con ella por 
la fuerza, los matarán a pedradas: a la joven, por no 
haber pedido auxilio, y al hombre por haber violado a la 
mujer de su prójimo.” (Deuteronomio 22, 22 ) 
 
 
Si la violación es en la ciudad, se espera que la mujer 
grite y pida ayuda, la ley es implacable. Si es en el 
campo, queda la presunción de inocencia para la 
mujer. El delito de la violación en sí mismo no es 
considerado tan grave como la posibilidad de adulterio 
que acarrea consigo. Esto se ve claro en caso de que la 
mujer violada no esté comprometida. 
 
“Si un hombre encuentra a una virgen no comprometida, 
la toma por la fuerza y la viola, y son sorprendidos, el 
hombre deberá pagar al padre de la joven cincuenta 
ciclos de plata y ella será su mujer. Nunca la podrá 
repudiar porque él la violó” (Deuteronomio 22, 23-27) 
 
El incesto 
El incesto es relativamente frecuente en una sociedad 
poligámica y endogámica por motivos evidentes: el 
casamiento entre miembros de la propia raza, 
especialmente en lugares apartados, da lugar a 
enamoramientos entre primos, sobrinos, etc. 
Por esto, la legislación israelita es muy detallista en este 
punto, indicando en qué casos concretos está 
prohibida la relación sexual. 
 VER 
Texto 
Bestialismo 
El trato sexual entre hombre y bestia es relativamente 
frecuente entre pueblos ganaderos. La ley hebrea es 
muy severa en estos casos. 
 “No tendrás trato sexual con una bestia haciéndote 
impuro con ella; y ninguna mujer se ofrecerá a un animal 
para unirse con él, pues es una perversión. Si un hombre 
tiene trato sexual con una bestia, será castigado con la 
muerte, y también se matará a la bestia” (Levítico 18, 23) 
 
Homosexualidad 
El acto homosexual es severamente condenado y 
castigado con la muerte. El Antiguo Testamento 
desconoce la homosexualidad femenina por lo que la 
ley dice: 
 “No te acostarás con un varón como si fuera una mujer: 
es una abominación. Si un hombre se acuesta con otro 
hombre como si fuera una mujer, los dos cometen una 
cosa abominable; por eso serán castigados con la muerte 
y su sangre caerá sobre ellos.” (Levítico 18, 22; 20, 13) 
 
Con el mismo criterio la ley prohíbe el 
travestismo: 
 “La mujer no se pondrá ropa de 
hombre, ni el hombre un vestido de 
mujer: el que lo hace resulta 
abominable a los ojos de Dios” 
 (Deuteronomio 22, 5) 
 
Impurezas Sexuales 
Sobre los fenómenos sexuales circulaban muchas 
fantasías, a menudo negativas, por ejemplo con 
respecto a la sangre menstrual como elemento 
contaminante de la tierra. 
Todo esto explica 
la percepción 
de la sexualidad 
como algo impuro. 
La impureza no es un 
pecado, es tan solo un 
estado que impide al 
impuro tocar a otra 
persona o a otros 
objetos para no 
contagiar la impureza. 
La impureza afectaba al 
varón, pero 
especialmente a la 
mujer, tal como lo 
prescribe el capítulo 15 
del Levítico. 
 
Impurezas en el hombre 
• Blenorrea – impureza todo el tiempo que duraba la 
enfermedad hasta una semana después en que debía 
hacer el rito purificatorio 
• Eyaculación - aún en las relaciones sexuales 
matrimoniales, producían impureza hasta terminar el día. 
Impurezas en la mujer 
• Menstruación o cualquier flujo vaginal – impureza 
hasta siete días después de terminado el flujo. 
• Parto en que nace un varón – siete días / circuncisión 
del niño en el octavo día / treinta y tres días más de 
purificación. 
• Parto en que nace una hembra – sesenta y seis días de 
purificación. 
El enamoramiento, el amor, la pasión 
y el erotismo 
Jacob y Raquel… un amor que 
necesitó la perseverancia de 
Jacob quien trabajó durante 
siete años para poder recibir a 
Raquel de manos de su padre, 
a pesar de esto, cuando llegó 
el tiempo, el padre le entregó 
a su hija mayor, Lía. Jacob 
insistió y semanas después 
también le fue entregada 
Raquel, la que él amaba. 
 (Génesis 29, 20 y ss) 
 
Sansón y Dalila… Sansón, un 
hombre fuerte cuyo corazón 
se debilitó frente al amor de 
una mujer filistea 
(extrajera), Dalila, que lo 
sedujo. El fuerte es el débil, 
una historia de engaño y 
manipulación. 
 (Jueces 14, 1 y ss) 
 
 
David, el perfecto seductor… David será el más amado 
de todos los israelitas y sus historias de amor aún nos 
seducen… los veremos con Mical, hija de un rey; con 
Abigaíl, mujer inteligente y atractiva, esposa de Nabal; 
con numerosas concubinas que aparecen sin nombre 
en los relatos; con Betsabé, mujer de Urías, el hitita. 
Finalmente, en su vejez, es cuidado por una joven, 
Abisag, que le brindó el último calor de la vida, pero el 
texto especifica que él no se unió a ella. 
 (1 Samuel 16 al 31 y 2 Samuel) 
 
Absalón, Tamar y Amnón protagonizan un drama 
pasional en una historia en la que no faltará nada: 
incesto, violación y crimen. Dos hermanos y un 
hermanastro enredados en un drama difícil donde el 
amor y la pasión llegan a ser enfermizos. 
 (2 Samuel 14, 25) 
 
Judit, imagen de la seducción 
femenina que recorrer toda 
la Biblia y, aunque es 
reprobada por los autores 
sapienciales cuando pone 
en peligro la virtud de los 
hombres, es también 
alabada cuando permite 
derrotar a los enemigos de 
Israel. 
 (Judit 8, 1 y ss) 
 
 El amor de dos adolescentes… recogido en el Cantar de los 
Cantares. 
 El Cantar de los Cantares es esto, el canto del amor. El libro 
es una propuesta para amarse y gozar. 
 La joven ha encontrado lo que desean y envidian sus 
compañeras por ese amor, por los besos ardientes, por ese 
placer más exquisito que el vino y sólo ansía encontrarlo 
esté donde esté. 
 El amor hay que buscarlo, hay que seguirlo como se sigue 
un camino o un sendero, hay que rastrear sus huellas. 
 Entonces, cuando llega el encuentro, es plenitud de amor y 
de felicidad. 
 Un amor con piropos, con poesía, con espacios de distancia 
y de encuentro, con la conciencia de ser el uno para el otro. 
 
Sexualidad en el Nuevo Testamento 
 En la predicación y en el actuar de Jesús, la sexualidad 
ocupa un lugar poco importante, y esto por dos 
motivos fundamentales: 
 Primero, porque Jesús mantiene la vigencia de la ley y 
de los Profetas en la postura de darles plenitud y 
perfección; segundo, porque lo esencial de su 
predicación y de su propuesta es la predicación del 
Reino de Dios. 
 
 Lo importante es que para 
Jesús, lo fundamental es la 
interioridad y la 
conciencia, y por esto él 
ataca todo lo que sea 
hipocresía, falsedad, 
actuar por apariencia. 
En Jesús cabe destacar 
su trato diferente con la mujer: 
 
María, su madre, ejerce autoridad 
desde su niñez y sus palabras son 
más recordadas en los evangelios 
que las de José, su padre. María 
llama la atención de Jesús 
cuando se queda rezagado de la 
caravana, le comenta que la 
gente está diciendo que él está 
fuera de sí, le pide que 
intervenga en las bodas de Caná 
y casi exige el primer milagro de 
Jesús. 
 
María, además se convierte 
en compañera de los 
discípulos cuando muere 
Jesús, él la encomienda a 
su discípulo Juan y le 
ofrece a Juan como hijo. 
La ayuda de su madre es 
importante paraque el 
proyecto del Reino siga 
adelante, María ocupa un 
papel de liderazgo en la 
comunidad naciente. 
 
Pone su mirada en la viuda pobre que echa en la ofrenda 
del templo todo lo que tenía para vivir. 
 (Lucas 21, 1-4) 
 
Compara el Reino de 
Dios con una mujer 
que busca 
cuidadosamente la 
moneda que se le ha 
perdido y con la 
levadura que, en 
manos de la mujer, 
hace crecer la masa 
del pan que dará 
sustento a la familia. 
 (Mateo 13, 33) 
 
Se coloca del lado de la 
mujer pecadora, 
acusada de adulterio, y 
que el pueblo somete a 
lapidación, para 
preguntar y proponer 
que el que esté libre de 
pecado tire la primera 
piedra. Su intervención 
la salva de la muerte. 
 (Juan 8, 1-11) 
 
Se deja ungir los pies con aceite por una mujer que, 
agradecida, entra a la casa donde él está y, sin pensar 
en normas ni límites, vuelca sobre él llena de gratitud y 
cariño, el mejor de los aceites. 
 (Lucas 7, 36-50) 
 
Entabla un diálogo amplio, sin prisa, con una mujer 
extrajera (samaritana) en un espacio público y 
destinado especialmente a las mujeres, un pozo de 
agua. Su diálogo con ella la devuelve a su propia 
verdad, a su más honda sed de felicidad y cariño. 
 Juan 4, 4-42 
 
Es amigo de Marta y María, 
hermanas de Lázaro, y se 
presenta en su casa que se 
convierte en lugar de reposo 
y descanso en medio de su 
afán por predicar el Reino 
de Dios. 
 Lucas 13, 38-42 
 
En el camino del Calvario, encuentra en las mujeres sus 
verdaderas compañeras, capaces de caminar con Él en 
medio del dolor, de la burla, del aparente fracaso. 
María, su madre; María Magdalena y María la de 
Cleofás. La Verónica, con su sensibilidad femenina, 
encuentra fuerzas para acercarse y limpiar su rostro 
con delicadeza y cariño. (Mateo 27 y ss) 
 
En la resurrección, son las 
mujeres las primeras en 
disfrutar de sus apariciones. 
Los hombres, envueltos en su 
racionalidad, aún no logran 
abrirse a la experiencia y 
certeza de que Jesús está vivo. 
 (Lucas 24)

Continuar navegando

Materiales relacionados