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LA CIENCIA COMO PROFESIÓN 6 9 filósofo y el sol es la verdad de la ciencia, que no busca apariencias y sombras sino el verdadero ser. Sí, ¿pero quién está actualmente en esa actitud respecto a la ciencia? Actualmente, la sensación de los jóvenes es precisamente más bien la contraria: la imagen de la ciencia es la de un reino transmundano de abstracciones artificia les que tratan de apresar con sus secas manos la sangre y la savia de la vida real sin llegar a pescarlas. Y piensan que es aquí, en la vida, sin embargo, en lo que para Platón era el juego de las sombras en la pared, donde late la verda dera realidad y que todo lo demás no son sino fantasmas sin vida y separados de la realidad. ¿Cómo se ha operado esta transformación? La apasionada admiración de Platón en la República se explica en último término por el hecho de que se había descubierto por vez primera el sentido de uno de los grandes instrumentos de todo conocimiento científico, el del concepto. Éste había sido descubierto por Sócrates en todo su alcance, pero no por él únicamente en todo el mundo. En la India pueden encontrar ustedes planteamientos muy similares a los de la Lógica de Aris tóteles. Pero en ningún sitio los encontrarán con esta conciencia de su significación. Aquí apareció por vez pri mera como un instrumento con el que se podía poner a alguien en el tornillo de la lógica de modo que no pudiera salir sin tener que reconocer que o no sabía nada o que ésta y no otra era la verdad, la verdad eterna que nunca habría de pasar como sí pasan las acciones de los ciegos hombres. Esta fue la impresionante experiencia que tuvie ron los discípulos de Sócrates. Y de ahí parecía deducirse que cuando se hubiera encontrado el concepto verdadero de lo bello, de lo bueno, o de la valentía, del alma —y de lo que fuera— se podría captar entonces su verdadero ser, y esto parecía mostrar el camino para aprender y conocer cómo actuar rectamente en la vida, como ciudadano sobre todo. Pues esta cuestión era la más importante para el griego, el cual siempre pensaba en términos políticos. Por esta razón se hacía ciencia. Junto a este descubrimiento del espíritu helénico apare 70 MAX WESER ció, como hijo del Renacimiento, el segundo gran instru mento del trabajo científico: el experimento racional, que actúa como medio de una experiencia controlada de ma nera fiable, sin el que la ciencia empírica actual no sería posible. Ya con anterioridad se habían hecho experimen tos, experimentos fisiológicos, por ejemplo, en la India al servicio de la técnica ascética del yogui y en la antigüedad helénica se habían hecho experimentos matemáticos para la técnica de la guerra y en la Edad Media se habían hecho estos últimos para la minería. Pero haber elevado el expe rimento a principio de la investigación como tal es obra del Renacimiento. Y los pioneros de esto fueron los gran des innovadores en el terreno del arte: Leonardo y simila res, y de manera muy característica los músicos experi mentales en la música del siglo XVI con sus pianos de pruebas. Desde ellos, el experimento pasó a la ciencia con Galileo y en la teoría con Bacon. Y luego lo adoptaron las disciplinas exactas en las universidades del continente, en primer lugar las de Italia y los Países Bajos. ¿Qué significa la ciencia para estos hombres en el um bral de la época moderna? Para los experimentadores en el terreno del arte del estilo de Leonardo y para los inno vadores musicales significaba el camino hacia el arte ver dadero, y esto quería decir hacia la verdadera naturaleza. El arte tenía que ser elevado a la categoría de una ciencia, lo cual quería decir al mismo tiempo elevar al artista a la categoría de un doctor académico desde el punto de vista social y en cuanto al sentido de su vida. Esta es la ambi ción que subyace en el libro de pintura de Leonardo, por ejemplo. ¿Y hoy? «La ciencia como el camino hacia la naturaleza» les sonaría a los jóvenes como una blasfemia: hoy todo lo contrario: ¡liberarse del intelectualismo de la ciencia para regresar a nuestra propia naturaleza y de esa manera regresar a la naturaleza en general! ¿Como cami no para el arte? Eso no necesita ninguna crítica, pero en la época del nacimiento de las ciencias naturales exactas se esperaba de la ciencia algo más. Si recuerdan la afirma ción de Swammerdam «en la anatomía de un piojo les
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