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ADORACION PROFETICA (Recopilación de estudios sobre la profecía en la adoración) Tomado de: www.ronychaves.org Adoración, El orden Profético Por el Apóstol Rony Chaves En mi reciente viaje a Kissimmee, Florida, dialogué con varios apóstoles de las cosas que están sucediendo en medio de sus congregaciones y ministerios asociados a sus Redes. ¡Sorpresa! ¡Epidemia masiva! ¡Profetas y músicos desligándose de ellos sin causa o razón aparente! Recordé de inmediato la Guía Profética del 2005 que el Señor me dictó para escribírtela a ti. En el punto 5 escribí de la siguiente manera: El 2005 será “el AÑO DE LA FIDELIDAD Y SUJECCIÓN de los Pr ofetas a sus Coberturas Apostólicas” . El Señor nos previno diciendo en esa guía: “satanás a pedido a muchos profetas para sacudirlos en esta área. Si eres uno de ellos, no temas, sé leal y fiel a tu Apóstol y ninguna arma forjada contra ti prosperará. Amén. Dios usará a los Profetas como nunca, necesitarán la mayor humildad de sus vidas ”. Lamentablemente estas palabras han sido ignorados por ministerios relacionados al área profética; entre ellos, profetas, intercesores, músicos y directores de alabanza. El diablo está sacando ventaja de sus errores para invalidar sus oraciones y sus alabanzas al ofrecérselas al Señor irrespetando la autoridad delegada del Señor en sus Apóstoles y Pastores. En esa conversación de Kissimee, el Apóstol Pío Carvalho de Brasil expresó sabiamente lo siguiente: “esto está sucediendo por que el año que viene, el 2006, ellos son muy importantes para movilizar la Adoración Continental”. La perspectiva de Pío es totalmente correcta, el Señor previno a aquellos que se mueven en el ámbito de lo Profético, de la intercesión y de la alabanza para que no cayeran en la trampa del maligno de la rebelión y la insujeción a la autoridad pastoral. “Aunque tengas padre, necesitas cobertura” Algunos están argumentando que ellos tienen un “padre en su ministerio” por lo tanto, esto es suficiente. Suena bien, pero es falso. La Biblia es de donde debemos sacar los principios de conducta. Mateo capítulo 3 nos narra el bautismo de Jesús “Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautiz ado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó” Versos 13-15. Es en este pasaje donde encontramos verdades profundas para el Ministerio. Nadie duda que Jesús era mayor que Juan; Su Ministerio era único e http://www.ronychaves.org/ incomparable. El mismo Juan lo reconoce y se opone a bautizar a Jesús. La lección es importantísima, Jesús tiene un “padre en Su Ministerio”, este es Su Padre Celestial, pero para cumplir las determinaciones y órdenes de Su Padre, debe someterse a un ministerio como el de Juan. Jesús necesitó la cobertura de Juan para ser desatado a un ministerio de alto nivel. El nunca despreció la autoridad del Bautista ni se opuso al orden de autoridad establecido por su Padre. Paternidad nos brinda identidad, alta autoestima, seguridad personal y ministerial, dirección, entrenamiento y cobertura. Esta cobertura muchas veces significa la orden de someternos a otro ministro y su autoridad antes de ser promovidos ministerialmente. No podemos negar que muchas veces como apóstoles somos “el padre” de algún ministro pero no necesariamente somos su cobertura ministerial si él no se somete a los principios de respeto a la autoridad establecida por Dios. Hoy tenemos en la Iglesia muchos líderes y ministros que no tienen “padre en su ministerio” aunque tienen una “cobertura ministerial” y muchos “hijos pródigos” que tienen un “padre” en su ministerio pero al no respetar el orden de la Casa del Padre, caminan sin cobertura espiritual para su ministerio y lo que hacen. Esto se convierte en un gran peligro, pues la Ley de la Impartición funciona tanto para impartir bendiciones y dones como insujeción, independencia y rebelión. Lo más crítico de este asunto es que pastores y apóstoles siguen cayendo en el error de seguir apoyando estos ministerios independientemente de la autoridad de Dios. Lamentablemente, el efecto de sus ministraciones no se ve al día siguiente, pero a los meses la obra destructiva es terrible. ¡Apóstoles y pastores, llegó la hora de poner orden en la Casa del Señor! Adorar no es solo cantar, es un estilo de vida Es elemental pero parece que pasan los años y seguimos sin entenderlo: la adoración que Dios recibe bien no es la de la boca, es la del corazón puro que se expresa a veces cantando. Si el corazón está correcto, la adoración entonces está correcta. Pero si el corazón está contaminado y rebelde, la aparente adoración es rechazada en el Cielo. La adoración más que tratar con tu calidad de voz o con tu habilidad musical, trata con tu corazón y el mío. Hoy tenemos demasiada música abominable al Señor, no por la música en sí, sino por las malas actitudes y la mala condición del corazón de los ministros del altar. Todos estos ministerios que cambian de cobertura y congregaciones a conveniencia están equivocados. Creen que su don los libera de vivir conforme a las normas de obediencia del Reino de Dios. Esto es falso, un gran don sin sujeción, es un peligro para la Iglesia, más un don en obediencia y sujeción es una gran bendición. Adoración en Espíritu y verdad o fuego extraño La Biblia está llena de ejemplos de adoración profana y abominable al Señor de pueblos paganos, pero también de adoración del pueblo de Dios, la cual fue una abominación al Señor por violar los principios de autoridad y sujeción del Reino. Veamos algunos ejemplos: A. Génesis 4:4-7 . Dios aceptó la ofrenda de Abel y rechazó la de Caín. En el verso 7 se nos da la razón del rechazo “mal vivir; el pecado”. La ofrenda y la adoración pueden ser rechazadas por Dios cuando el ofrendante vive mal. B. Levítico 10:1-2. Nos narra el pecado de Nadab y Abiú, hijos de Aarón. Ellos eran sacerdotes y ofrecieron a Dios incienso. Es curioso pero el Señor lo rechazó y los castigó con la muerte. La explicación vino en la Palabra; ofrecieron fuego extraño que El nunca les pidió. Ellos irrespetaron el orden de autoridad establecida por Dios. C. I Samuel 13. Este pasaje narra los momentos en que Saúl usurpa el lugar de Samuel como sacerdote para dar a Dios ofrendas ante la tardanza del profeta. Dios a través de Samuel, censura al Rey y le decreta el fin de su reinado. Su adoración violó los principios de autoridad, por tanto, su adoración y sus ofrendas se volvieron abominables ante Jehová. ¡Un mal corazón anula el poder de una buena ofrenda! La caída del Edén: Independencia El libro de Génesis nos narra en el capítulo 3 la caída de Adán y Eva en la tentación de la serpiente. Libros se han escrito sobre el tema para determinar quien fue realmente el culpable. Se ha dicho de todo, pero poco se ha hablado de que la caída se debió al afán del hombre por ser INDEPENDIENTE DE DIOS. El hombre no pecó o cayó porque fue tentado; fue tentado y pecó porque se había salido antes de la protección del Reino. Adán y Eva cayeron porque se salieron del Reino. Ellos violaron los principios de autoridad del Reino del Señor. Siguieron viviendo, pero las consecuencias persisten hasta hoy. ¡Independencia de Dios es Rebelión! Lo Apostólico brega con el Orden Divino. No nos engañemos queridos apóstoles y profetas, apreciados ministros; hoy la demanda del Señor es mayor. Ministerios independientes solo implican que estos ministros están enfermos o son niños inmaduros que necesitan corrección. La Independencia de Dios y de Su autoridad Delegada solo anticipa la caída y es evidencia de la necesidad que tiene un hombre de ser liberado y sanado de la aflicción de un espíritu de rebelión. Si vamos a levantar altares de adoración en todaAmérica, hagámoslo bien. El Orden de Dios debe ser respetado por todos. Dejemos de contratar rebeldes e insujetos para dirigir la Alabanza en la Casa de Dios; evitemos que fuego extraño suba hacia el trono del Señor. Santidad, Rectitud y Obediencia son parte de la “Adoración en espíritu y verdad” que busca el Padre. David lo escribió de esta forma: “¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas vanas, Ni jurado con engaño. El recibirá bendición de Jehová, Y justicia del Dios de salvación” Salmo 24:3-5 Apóstoles del Reino, Pastores del Señor; exijamos ya a nuestros salmistas, cantores, intercesores y profetas la sujeción y la obediencia que nos demanda la Palabra a todos en la Casa de Dios. Cerremos filas a la insujeción y enseñémosle a ellos y al pueblo que la adoración nunca será verdadera adoración si no está vestida con el manto del respeto a la autoridad, de la sujeción a las coberturas del Señor y de la obediencia total a los principios de gobierno del Reino de Dios. “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que lo s sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatrí a la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey”. I Samuel 15:22-23 LA VERDAD DE LOS TEMPLOS Por el Apóstol Rony Chaves Hay un número de templos mencionados en la Escritura, tanto en el Viejo como en el Nuevo Testamento. Sin embargo, hay una interpretación básica para todos ellos. Esta es, el templo fue el medio usado para ser la habitación de Dios entre los hombres. Cada templo de Israel, sólo habló del anhelo divino de habitar entre Su pueblo. Pero sobre todo cada templo habló de Cristo el Verdadero Tabernáculo de Dios entre los hombres. I.- EL TEMPLO EN LOS CIELOS: LA REALIDAD CELESTIAL. Esta es la realidad existente en los cielos. Dios es adorado en Su Santuario Espiritual; en el Templo de los Cielos. Es lo que es, lo que existe, lo que es realidad. Aleluya. Este es el principal tipo o figura, el origen y patrón del Templo. Todos los templos antiguos fueron una sombra sobre la tierra de esta realidad: hay un Templo en los Cielos. Allí está Su Santo Trono, Él está sentado allí, en Su Templo y sus faldas lo llenan todo. Es el santuario celestial que miró Isaías en el capítulo seis o Juan en el Apocalipsis 4 . Todo santuario edificado por Israel tenía un diseño proveniente del Espíritu y pretendía ir revelando Su Plan con el hombre, desde el principio hasta el final. Dios se iría revelando cada vez más a las generaciones del mundo a través de los símbolos, números, colores y rituales expresados en los santuarios levantados. Hay una realidad existente en los Cielos. Dios es adorado; los ángeles le adoran; su creación le exalta y Él Reina sobre todo, amén. La Biblia nos registra diversidad de templos, incluyendo templos paganos donde satán pretende recibir adoración del hombre, copiando todo lo que Dios ha revelado a sus ungidos para que le adoremos. Estos son algunos de los templos registrados: II.- EL TABERNÁCULO EN EL DESI ERTO (DE MOISÉS). ÉXODO 25-40. Este fue un “templo temporal”; el Tabernáculo del Señor. Fue una tienda – habitación de Dios e insinuación de una más permanente morada de Él en el Templo de Salomón. El modelo para edificar este tabernáculo le fue dado a Moisés en el monte según “las cosas que hay en los cielos”, (Éxodo 25:29). III.- EL TABERNÁCULO DE DA VID. II DE SAMUEL 6. Esta fue una tienda plantada en el Monte Sión para el Arca del Señor antes de ubicarla en el Lugar Santísimo del Templo de Salomón. Todo el orden de cantores y músicos que David estableció siguió el patrón revelado por Dios de las cosas celestiales. IV.- EL TEMPLO DE SALOMÓN. I DE REYES 5-9 Este templo fue construido por el hijo de David, siguiendo el diseño revelado por el Espíritu al Dulce Cantor de Israel. Esta fue la morada permanente del Arca, un tipo clásico de la Iglesia glorificada y perfeccionada. Aleluya. V.- EL TEMPLO DE ZOROBABEL. El templo construido por Salomón fue destruido años después por Nabucodonosor, rey de Babilonia (Ezequiel 8-10 ). Este santuario (no es otro) fue reconstruido en el período de la restauración al final de la cautividad babilónica. VI.- EL TEMPLO DE HERODES. El templo reconstruido fue manchado y saqueado una y otra vez por los reyes paganos en sus guerras contra Israel. Herodes el Idumeo, restauró y embelleció esta obra en el tiempo del dominio romano. Este fue el templo vigente en los días de Cristo y derribado en el año 70 por los romanos. VII.- EL TEMPLO DE DIOS EN CRISTO. Todo templo material señaló al Templo de Dios, personificado en Cristo, nuestro Señor. Aleluya. El fue la habitación de Dios entre los hombres (Colosenses 1:19; 2:9 ). El fue el templo Corporal que caminó en Jerusalén mientras existía un templo material en la ciudad. Él fue la habitación de Dios en la tierra. En el debido tiempo, sus discípulos olvidaron el templo material del Antiguo testamento y adoraron a Dios a través de Cristo, el Templo Corporal del Nuevo Testamento. Gloria a Él. VIII.- EL TEMPLO DEL ESPÍRITU S ANTO (EFESIOS 2:19-22; I CORINTIOS 3:16-17). La Iglesia, el Cuerpo de Cristo con sus miembros individual y corporativamente (en ambas formas) son mencionadas como el Templo del Espíritu Santo. Este es el Templo del Nuevo Pacto en la tierra después de la ascensión de Cristo e inaugurado el Día de Pentecostés con la venida, asistencia y guía del Espíritu Santo. Es la Iglesia ahora; el Templo del Dios Viviente. Aleluya. IX.- EL TEMPLO DE LA VISIÓN DE EZEQUIEL. El profeta tuvo una visión del Templo (Ezequiel 40-48 ) que pudo ser el templo de la reconstrucción literalmente hablando o una visión simbólica. X.- EL TEMPLO DEL ANTICRISTO. En II tesalonicenses 2:1-12 , se habla del templo del hombre de pecado, el Anticristo. Este es un templo reconstruido en los tiempos del fin donde él intentará proclamarse Dios. XI.- EL TEMPLO DE REVELA CIÓN (O DEL APOCALIPSIS). En el capítulo 11:1-2 del Apocalipsis , Juan nos da una visión de un templo. Existe en este pasaje una vara para medir el templo de Dios, el altar y a los que adoran en éste. Esto puede implicar la reconstrucción de un templo o una visión de la Iglesia cumpliendo su ministerio, adorar. XII.- EL TEMPLO DE LA CIUDAD NUEVA JERUSALÉN. La última referencia específica del templo es dada por Juan en su visión de la Santa Ciudad, la nueva y celestial ciudad de Jerusalén (Apocalipsis 21:22 ). La ciudad de Dios no tiene templo material, temporal y antiguo cuando nosotros tenemos el espiritual, eternal y celestial Templo de Dios, y el Cordero, Su Hijo. Aleluya. Él lo llena todo. Amén. XIII.- LOS TEMPLOS DE LA IDOLATRÍA. Existe la penosa necesidad de mencionarlos porque siendo una falsificación de la realidad celestial, nos muestra el intento continuo de satanás a través de la historia de sembrar adoración a deidades paganas en todos los pueblos. Ellos tuvieron templos para sus dioses falsos: Bel (Babilonia), Baal, Diana, Asera, Dagón, etc.. Estos lugares fueron templos de corrupción, idolatría e inmoralidad, con un sacerdocio corrupto y satanizado que corrompió igualmente a su pueblo. Estos templos vinieron a ser habitación religiosa de los demonios; en contraste con la Iglesia, el templo Santo de Dios, habitación para el Espíritu Santo. A través de los templos, recogemos una verdad impresionante, Dios quiere habitar entre Su pueblo. De todos los templos mencionados vemos que, en realidad, tres fueron los edificados en el Antiguo testamento:El Tabernáculo de Moisés, el de David y el templo de Salomón que sufrió diversas reconstrucciones. Todos ellos señalaron la Obra redentora y santificadora de Cristo y a través de Él, el Plan Divino para un pueblo, la Iglesia. Ese plan fue convertirla en la Casa de Dios, morada de Su Santo Espíritu. El Nuevo Testamento nos da ese maravilloso enfoque: Dios mora en Su Santuario, la Iglesia y en ella debe dársele la adoración que sólo Él merece. Amén. EL MISTERIO DE LAS “ESTRUCTURAS” DIVINAS Por el Apóstol Rony Chaves Al sernos revelados los secretos sobre las habitaciones de Dios en la Escritura (tabernáculos y templos), nosotros descubrimos que hay cinco grandes estructuras que Dios ha dado a Su pueblo en diversas generaciones y que son usadas para revelarnos Su Plan Eterno con la Humanidad. Cuatro de ellas están fundadas en el Viejo Testamento. En los tiempos antiguo testamentarios, Dios movió como Gran Maestro Edificador, a los hombres a construir dichas estructuras. Estas cinco estructuras son: 1.- El Arca de Noé 2.- El tabernáculo de Moisés 3.- El Tabernáculo de David 4.- El Templo de Salomón 5.- La Nueva Jerusalén; la Ciudad de Dios (en el Nuevo Testamento) El eslabón entre estas cinco grandes estructuras de revelación es muy evidente en la Biblia y el conocer un poco de las mismas nos ayudará a conocer el Plan de Dios con la Iglesia. 1.- EL ARCA DE NOÉ (GÉNESIS 6:14-16). Brevemente se nos describe en este texto el Arca de Noé; el Arca de seguridad para sus días. El diseño o modelo y patrón del Arca le fue dado a Noé por revelación divina. No surgió el modelo en Noé, pero sí en la mente y corazón de Dios. Esta fue un Arca de Salvación para hombres y animales quienes entraron por la puerta del Arca de tres aposentos. El Arca simbolizaba la salvación hecha o puesta a disposición del hombre por la Divinidad. El Arca tuvo un énfasis simbólico en los números uno y tres. El “uno” habló de Dios, el Único Dios, inicio y origen de todo. El “tres” habló de la Unidad de la Divinidad; Dios en Tres Divinas Personas. El Arca generacionalmente habló del Plan que el Dios Trino y Uno diseñó para salvar al hombre. En el arca de Noé, el Dios Creador, miró al mundo pecador y le dio un Plan de Salvación que simbólicamente fue anunciado y que apuntó a Cristo, la Verdadera Sabiduría de Dios. Esta fue un Arca con tres pisos (tres historias de tres Personas Divinas). Esta fue la historia de un Dios Salvador manifestado en Tres Personas. El Arca tuvo un fundamento (Fundación), símbolo del Padre Dios. El Arca tuvo una única puerta, símbolo del Dios – Hijo. El Arca tuvo una Ventana, símbolo del Espíritu Santo (con su paloma). Dios estaba con Noé, su familia y con los animales en aquella Arca. Es muy significativo que esta Arca fue un anuncio profético del Arca del Pacto que estaría con Israel. Esta verdad revelada en el Arca se conservaría en cada santuario. Cada uno tuvo sólo un Arca (Dios). 2.- EL TABERNÁCULO DE MOISÉS (ÉXODO 25-40). Dios le entregó a Moisés el diseño del tabernáculo en el monte. Esta sería la segunda estructura de revelación que contendría en su simbolismo nuevas verdades del Plan de Dios. Cada pieza del santuario, revelaría la Obra redentora de Cristo, su muerte y su mediación. Este tabernáculo, su sacerdocio y las ofrendas entregadas a Jehová, señalaron la obra sacrificial de Jesucristo como Templo Viviente, como Sumo Sacerdote de nuestra fe y como Cordero de Dios inmolado desde antes de la fundación del mundo. Amén. En el Arca de Noé, Dios nos enseñó que el Dios Trino y Uno tenía un plan de salvación para la raza humana; en Moisés y su tabernáculo nos mostró cuál y quién era el Plan. Aleluya. El énfasis del número simbólico (Dios habló siempre por símbolos) recayó en el número uno. El Tabernáculo y su ritual tuvo una Puerta; Un Altar del Sacrificio; Un Candelero de Oro; Una Mesa de los Panes de la Proposición; Un Altar del Incienso; Un Velo; Un Arca y Un Lugar Santísimo. El Santuario de Moisés nos habló de Un Sumo Sacerdote, Un Sacrificio, Un Cordero, Un Mediador y Una Sangre. Todo apuntó a Jesucristo: el Plan de Dios. Los símbolos usados por Moisés y sus ceremonias anunciaron proféticamente la Venida de Jesús, Su Muerte Mediadora y Su Victoria en la Cruz del Calvario. 3.- EL TABERNÁCULO DE DAVID (I CRÓNICAS 15:17; II DE SAMUEL 6). David levantó una tienda (enramada) para el Arca de Dios mientras aún se encontraba en pie el Tabernáculo de Moisés en Gabaón. El no anuló la verdad revelada por Moisés, pero fue más allá. El tomó el Arca y la colocó en una tienda e hizo fiesta alrededor de ella. David estableció un orden revelado por Dios en los cantos, en la música y en el uso de instrumentos y coro para la Casa de Dios. Todo lo establecido por él, siguió derecho una vez que el rey Salomón su hijo, edificó el Templo. David plantó su tienda o tabernáculo en Sión bajo la revelación del Espíritu. En Noé, Dios anunció un Plan de Salvación. A través de Moisés y su tabernáculo, nos mostró el Plan y a través de David, nos enseñó para qué nos salvan. Somos salvados para alabarle y adorarle de muchas maneras: libres y perdonados. David nos da un vislumbre de la Gracia perdonadora de Dios que hace a los hombres que creen el Plan, Jesucristo, libres para danzar, gritar y alabar a Dios (Salmo 150 ). 4.- EL TEMPLO DE SALOMÓN. Dios le reveló a David el diseño del Templo; su hijo Salomón lo edificó. Es la estructura más grande y significativa del Viejo Testamento. Es la personificación en una estructura de todo aquello que se tenía antes y había desaparecido. En el templo vemos en sombra la realidad de los Cielos. El énfasis en esta Obra es el número cinco, el diez y el doce; aunque siempre el número uno tuvo su relevancia suprema. Estos números hablaron de la multiplicación del ministerio de Cristo en Su Casa (Efesios 4:11 ) con un profundo testimonio del Espíritu. El cinco habló de sus cinco ministerios (apóstol, profeta, evangelista, pastor y maestro), multiplicándose en la Iglesia. Salomón tuvo en el Templo diez candeleros (cinco de cada lado), diez lavacros o fuentes (cinco de cada lado) y diez mesas para el pan (cinco de cada lado). Sus medidas se centraron en el doce, tipo del gobierno apostólico y en el veinticuatro, tipo del gobierno divino en la glorificación. Salomón y su Templo, edificado con las maderas más finas recubiertas de oro, plata y piedras preciosas, habló de la Iglesia y el Reino al ser glorificada. Esta estructura nos enseñó cual es el final del Plan: adoración, santificación y gloria de Dios. Las cuatro estructuras hablaron paso a paso de Jesús como el Plan de Dios, el Mediador de Jehová, el Motivo de Nuestra Alabanza y de Nuestra Adoración. Las cuatro estructuras mostraron el Plan de Dios obrando en la Iglesia: salvándola, enseñándole a alabarle y adorarle y finalmente llenándola de Su Gloria. 5.- LA NUEVA JERUSALÉN, LA CIUDAD DE DIOS. Las anteriores cuatro estructuras fueron todas diseñadas por el Espíritu Santo; Dios fue Quien tomó la iniciativa en cada caso. Él comprometió Su Nombre y Su Gente en el edificio de estructura material. Soberanía Divina y responsabilidad humana fluyeron juntas en el edificio del Templo de Salomón. Pero cuando esto vino a aplicarse a la Ciudad de Dios, la Nueva y Celestial Jerusalén, la última estructura es sólo Dios, en Sí mismo, Quién es el Arquitecto y Constructor sin la ayuda de ningún hombre. La Biblia nos habló de esta Ciudad (Hebreos 11:10-16; 12:22-24 y Apocalipsis 3:12,21-22 ). Cuando venimos a los detalles de esta Ciudad de Dios, nos encontramos que Ésta es la personificación o incorporación de todas las estructuras antiguas con sus simbolismos y verdades tipificadas en ella. La Ciudad de Jerusalén es la Ciudad de Salvación, es el tabernáculo de Dios con los hombres. Dios y el Cordero son el Templo allí. Allí Dios estarámorando con Su Pueblo para siempre. La Iglesia se desposará con su Novio, el Cordero de Dios y viviremos con Él por la Eternidad, alabándole y glorificándole. Dios morará en Su Ciudad Real (Nueva Jerusalén), con Sus redimidos por siempre en eterna alabanza y adoración. La Iglesia se envolverá en su ministerio eterno: la adoración y junto a los ángeles le exaltaremos por siempre. “Iglesia, adórale a Él con la más excelente adoración”. Es tu destino. Amén. DIOS ESTÁ COMPROMETIDO CON SU ESTRUCTURA. Dios está comprometido con Su Estruc tura, si el hombre la establece en la tierra, Él vendrá y la llenará con Su Gloria. A través de la historia, hombres se han empeñado en levantar o erigir hermosos edificios y estructuras, magníficas en diseño arquitectónico. Templos bellos se han construido con gran gloria y en un orden definido para conmemorar un nombre para si mismos. No obstante ninguno puede compararse con la estructura que Dios, el Sabio Maestro Constructor diseñó. ÉL dio los diseños por revelación e inspiración a sus ungidos quienes edificaron de acuerdo al “Divino Patrón” mostrado a ellos por el Espíritu. Reyes paganos construyeron templos para si mismos o su gente y sacerdocio, pero todo vino a ser no más que templos idolátricos y “habitación para los demonios” a su tiempo. Pero el Templo de Dios, vino a ser la Habitación de Su Gloria, de Su Presencia y de Su Espíritu. Allí, Él se comunicaba con Su Pueblo, Dios mismo estaba comprometido en las estructuras diseñadas, pues...Él mismo ordenó que se edificaran. Él es el Arquitecto de Su Ciudad, es el Sabio Edificador y quién proveyó de los planos para Su Casa. Él la quiso para vivir junto a sus redimidos. Aleluya. Dios está comprometido en Su estruct ura, si la establecemos según Su diseño; Él vendrá y la llenará con su Gloria. Amén. Asimismo, Dios diseñó los principios que deben regir la vida de adoración de Su Casa. Si nosotros, como reyes y sacerdotes, le adoramos en espíritu, como conviene a “la más excelente adoración”, Él vendrá y llenará la Casa con Su Gloria. El compromiso divino con el hombre que edifique la estructura diseñada por Dios, será la Visitación del Rey de Reyes y la manifestación y establecimiento de Su Gloria. Amén. LO QUE MÁS AMAMOS Por el Apóstol Rony Chaves Para la gente común la alabanza o la adoración tienen niveles diferentes, para Dios no. La verdadera adoración, la que Dios pide, debe ser radical, cualquier otra cosa sólo fueron intentos por acercarnos a Él. La primera vez en que Las Escrituras mencionan el concepto de adoración tal y como Dios lo entiende aparece en el libro del Génesis, capítulo 22, verso 5 , parte final . En este pasaje Abraham dice a sus criados: “Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hast a allí y adoraremos y volveremos a vosotros” . Existe una regla básica y fundamental para la interpretación de la Biblia, la cual enseña que una palabra o concepto debe ser entendido a lo largo de la Escritura conservando su significado original. Esto implica que debemos estudiar el texto y contexto en que por primera vez el Señor hizo escribir una palabra. La palabra adoremos, surge por primera vez en labios de Abraham. El estudio de los sucesos alrededor de este hombre en los momentos en que hizo su declaración, nos ayudará para entender la profundidad de la entrega que Dios demanda de sus verdaderos adoradores. “La más excelente adoración”, debe presentar hoy las mismas características que tenía la adoración de Abraham. Sólo así será acepta por el corazón del Padre. Entremos un poco en la historia mencionada. Esta nos narra acerca de la orden dada por Dios a Abraham para sacrificar a su hijo Isaac para Él. Es importante que consideremos algunos aspectos primero: 1.- ¿Quién era Isaac para Abraham?. a) La misma Biblia dice en el verso 2 del mismo capítulo 22 , que era su único, entendiendo esto como el heredero de la Promesa de Dios, Isaac era el escogido de Dios. b) Era el gran milagro de Dios sobre la vida de Sara, su esposa anciana, y sobre todo de él, en su vejez. c) Isaac era el amor de su vida, lo que más amaba y el motivo más grande de su Esperanza. d) Isaac era para Abraham su razón de existir y el retoño de su virilidad. Representaba potencialmente su futuro y su posteridad. e) Isaac era el hijo predilecto de Abraham, el cumplimiento de las profecías divinas. Era el regalo más grande de Dios para él. f) Definitivamente el corazón de Abraham estaba puesto en la vida de Isaac. Era su tesoro, su gran amor. 2.- ¿Quién era Isaac para Dios?. a) Era la obra milagrosa de sus manos. Era su creación. Él le amaba. b) Era el cumplimiento de sus anuncios proféticos a su amigo Abraham. c) Isaac era La Promesa hecha a Abraham y Sara, la demostración de la fidelidad, bondad y verdad de Jehová. d) Isaac el hijo de La Promesa, era el símbolo vivo de una generación de hombres y mujeres del Espíritu que el Señor estaría levantando por los siglos. Su vida era muy preciada para Dios. e) Pero también Isaac era el gran peligro y debilidad del corazón de Abraham. De él podía hacer el Patriarca Abraham un ídolo, un pequeño dios que le podía hacer olvidar quién era el Señor. f) Isaac pudo haber llegado a ser el mayor obstáculo para la adoración de Abraham a su Dios. Era obvio que Dios tenía que bregar con eso. Debía quedar muy claro en el corazón de Abraham quién sería primero. El capítulo 22 del Génesis es una historia extraordinaria de amor, obediencia y sumisión total a la voluntad soberana del Señor Todopoderoso. Abraham acostumbrado a ofrendar a Jehová corderos en adoración, recibe un día una orden inusual: “Toma ahora a tu hijo, tu único, a quién amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré”. (verso 2). Abraham obedeció de inmediato; muy temprano por la mañana del siguiente día, preparó lo necesario y junto a Isaac su hijo y dos de sus criados, se dirigió hacia donde Dios le indicó. Al tercer día de camino, divisó el lugar del sacrificio y dejó a sus criados para iniciar con su hijo un camino de entrega y verdadero sacrificio. El camino para el sacrificio de lo que más amaba, su único, su hijo Isaac. Es sorprendente la paz y la obediencia de Abraham. Pues preparó todo como se le ordenó: altar, leña y el sacrificio: Isaac. Una vez atado el muchacho como si fuese un cordero, en el altar,, Abraham, cuchillo en mano, se alistó para degollarle en sacrificio a su Dios. Algo maravilloso sucedió: “Entonces el ángel de Jehová dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada, porque ya conozco que temes a Dios, por cuánto no me rehusaste tu hijo, tu único” (versos 11 y 12). Desde luego que de inmediato Abraham dejó a un lado el cuchillo y soltó al pequeño. Milagrosamente a un lado del altar, Jehová le proveyó de un carnero que había trabado en un zarzal por sus cuernos. Este animal, ocuparía el lugar de su hijo Isaac en el sacrificio. Es desde este contexto extraordinario de obediencia que debemos tomar el concepto emitido por Abraham: “Adoraremos”. Abraham no iba engañado por Dios a ofrecer a su hijo. No era una trampa divina. La orden fue clara y transparente. Abraham dijo: “Iremos y adoraremos” . Adorar bajo la óptica de Dios y de Abraham no es posible si no se entrega a Dios lo que más se ama. El primer mandamiento debe ser nuestra ley de adoración:”Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de t oda tu alma, y con todas tus fuerzas” . La verdadera adoración que nos presenta Abraham es totalmente radical. Dios es primero que todo, aún primero que aquello o aquellos que yo pueda amar más que nada en este mundo. Para Abraham, su adoración estaba llena de obediencia, negación, amor incomprensibley sometimiento absoluto a la voluntad del Padre Eterno. Aleluya. Para Abraham y para Dios, no existe verdadera adoración, excelente adoración, si no estamos dispuestos a rendir a sus pies, lo que más amamos; aún cuando pudiese ser nuestro único hijo, nuestra promesa, nuestro Isaac. Abraham sería el padre enaltecido de naciones. Un hombre con destino y propósito en Dios. Su corazón debía pertenecerle plenamente a Él. El éxito de su llamado dependería e tener a Jehová en el lugar correcto de su corazón. La dádiva de Dios, o su gran milagro, Isaac, no podían privarle a él de su comunión e intimidad con su Señor. Abraham lo entendió profundamente, por ello Dios le llamó: “su amigo” y le declaró el padre de las generaciones de fe. La más excelente adoración brindada al Padre Celestial será aquella en que le brindemos a Él, como ofrenda grata, lo que más amamos POR QUÉ ADORAMOS Por el Apóstol Rony Chaves El apóstol Juan escribe en una de sus cartas a la Iglesia:”os escribo a vosotros padres; porque conocéis al que es desde el principio” I de Juan 2:13. Juan en su primera carta habla de niveles de crecimiento espiritual y define cada uno de estos según las experiencias alcanzadas en su relación íntima con Dios. El asigna la categoría de padres a aquellos que conocen verdaderamente a Dios, principio y fin de todas las cosas. El apóstol recalca una verdad profunda de adoración: que esta cobra un alto nivel o categoría según el adorador entienda Qué es adorar, a Quién debe adorar y Por qué debe adorar. La más excelente adoración debe tener impresas esas revelaciones. En este capítulo, estudiaremos razones de peso que nos deben mover a adorar a Dios con lo más sublime de nuestra exaltación. I.- ADORAMOS A DIOS PORQUE DIOS ES DIGNO DE ADORACIÓN. Sólo Dios califica para ser Dios. Él posee atributos que ninguna criatura, visible o invisible pueda tener jamás. Él es el Único que posee tal grado de competencia y dignidad para ser reconocido como Deidad. Sólo a Él podemos dar gloria, nos enseña La Palabra. Dios es el origen y causa de todo. El apóstol Juan en el Apocalipsis nos señala razones para darle a Dios tal distinción “Señor, digno eres de recibir la gloria, y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas” Apocalipsis 4:11. Adoramos a Dios porque Él es el Creador Omnipotente. Cada criatura fue diseñada para responder ante Él en adoración. David dijo: “Todo lo que respire alabe a Jehová”. Aleluya. El adorador ferviente tendrá presente que Dios siempre será digno de adoración y enfocará su vida y ministerio en exaltarle. Las circunstancias o el ambiente no ahogará la llama del amor por Él. Dios será siempre el mismo, Su Dignidad no pasará, Él por las Edades es el Señor. Esta es la adoración madura, excelente y espiritual. Se requiere revelación divina para adorarle como Él sólo merece. Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya fruto, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación Habacuc 3:17-18 Sólo Dios es Digno. Este es motivo suficiente para adorarle postrados a sus pies.¡Aleluya! II.- ADORAMOS A DIOS PARA ATRAER SU PRESENCIA. Dios busca adoradores, dijo Jesús. El Padre anhela tener adoradores que le adoren en espíritu y en verdad. Él siempre vendrá al encuentro de un adorador. Su Presencia maravillosa se manifestará siempre donde se le adore con entendimiento. Y es Su Presencia lo que cambia al hombre, restaura familias y sana y liberta a los cautivos, amén. Es Su Presencia lo que más debemos amar y buscar. Con Él lo tenemos todo; sin ÉL no tenemos nada. No hay manera más viable para atraerlo a Él que amándolo en genuina adoración. Él siempre vendrá al encuentro de sus adoradores. David como profeta lo sabía (I de Crónicas 15 ). El quería gobernar su nación con Dios como su cobertura. El se preocupó por traer el Arca del pacto a Sión, lo cual hablaba de su actitud correcta para acercar a Dios a Israel. El rey sabía que lo más importante para su vida, reinado y ministerio era que la Presencia de Dios caminara con él. Moisés lo expresó en Éxodo 33 , firme y contundentemente así: “Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí” . El profeta de Israel sabía que lo que su pueblo necesitaba era a Dios. En el mismo capítulo donde él nos narra de cómo el Señor está indignado con Israel y ya no quiere ir más con ellos, también nos muestra el camino para atraer al Señor. Moisés sacó su tabernáculo fuera del campamento pecador y adoraba a Jehová. Dios respondía a su ungido ante los ojos del pueblo, acercándose a él en una columna de nube y le hablaba cara a cara muy íntimamente. Dios es omnipresente y está en todo lugar y contempla todo lo que sucede bajo el sol, pero Su Presencia manifiesta tiene que ver con la demostración de Quién es Él en un determinado momento, lugar, propósito y circunstancia. Su presencia manifiesta vendrá a nosotros cuando le adoremos con la “más excelente adoración”. III.- ADORAMOS A DIOS POR SU MAJESTAD. Majestad es realeza, grandeza y señorío. Todo esto señala autoridad, gobierno absoluto, primer lugar en todo y dominio total. Dios es la Máxima Autoridad, el Poderdante Máximo. Él es el Señor, Amo y Dueño del Universo . Sólo ante Él nos doblamos y adoramos. Su Reino es Eterno y Su Señorío por todas las generaciones. Lo mejor es para Él. La adoración más excelente debe serle brindada reconociendo que lo mejor, lo más grato y lo más especial de cada uno de sus adoradores debe ser para Él, solamente para Él, la Majestad de las Alturas. Amén. IV.- ADORAMOS A DIOS P ARA “ATRAER SU GOBIERNO” No podemos separar a Dios de Su Gobierno. Él es el Rey Soberano de Su Reino. Cuando le atraemos a Él, atraemos Su Gobierno, Su Reino. El apóstol Pablo afirma que el Reino de Dios consiste en justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. La forma de acercar a la tierra la justicia o el derecho o la legalidad de Dios, es a través de la adoración poderosa. La paz, el dominio propio y la mansedumbre del Espíritu sobre ciudades enteras viene, cuando Dios es atraído por la exaltación de Su pueblo. El gozo, la alegría y el baile festivo, llenan a un pueblo cuando el Reino del Señor se establece con la adoración fervorosa al Dios Viviente. Amén. Es sólo con el Gobierno de Dios, con su rectitud, su justicia y su paz que las naciones serán bendecidas plenamente. David lo entendió a cabalidad y se esmeró por brindarle a Jehová la adoración más excelente jamás brindada. Extrajo del corazón del Padre las formas más diversas en que el corazón de la Divinidad sería halagado con la alabanza. David como rey, se llenó de hombres entendidos en las señales y los tiempos, pero sobre todo, de Jehová su Dios. David estableció músicos y cantores por turnos para ministrar continuamente al Señor en el santuario. El sabía que una adoración fresca y ardiente, tocaría el corazón del Padre y eso provocaría que Su Presencia descendería para el lugar o nación donde se le adorase. David sabía que si adoraba a Dios con Israel, Jehová sería atraído y entronizado. Esto garantizaría que Dios guiaría los destinos de Israel y que el Gobierno del Señor sería el que se implantaría en la nación judía. Aleluya. Bajo una adoración excelente, David sería el rey terrenal en Israel; pero Jehová sería el Rey y Señor sobre él y la tierra. Esa fue la garantía de sus largos años de reinado en plena victoria. Dios fue atraído a Israel por sus alabanzas y su Gobierno estaría por sobre todo gobierno y señorío de la tierra. Si adoramos a Dios con gozo, Su Gobierno, Su Reino, Su Autoridad nos regirán con justicia y equidad por siempre. Este fue el secreto de David. I de Crónicas 16:7-36. V.- ADORAMOS A DIOS PARA TRAERLA “VOZ DE DIOS” La gran necesidad del pueblo de Dios es una: la Presencia de Dios y con ella Su Voz. Como nunca antes la Iglesia necesita oir a Su Voz. La consumación de los planes divinos y el trabajo ungido y eficiente del pueblo del Señor para edificar Su Obra, dependerá siempre de la habilidad que la Iglesia tenga para oír La Voz o La Palabra del Altísimo. En la antigüedad era una práctica común entre los profetas, utilizar la música para atraer al Espíritu de Dios y a través de Él, la Voz del Señor. Los tañedores, instrumentistas o tocadores de arpas y flautas eran necesarios entre las compañías de profetas para elevar el espíritu del grupo y provocar una visitación divina sobre ellos. Esta visitación del cielo, provocaría la activación de dones espirituales, ya fueran de revelación o vocales, los cuales traerían a la asamblea, la Palabra y Voluntad de Dios. Una adoración profunda o la más excelente adoración elevada al Creador, nos dará o llevará a una cada vez más profunda revelación del plan divino. Gloria a Dios. Si adoramos con fervor, atraeremos ineludiblemente su maravillosa Voz. POR QUÉ ADORAMOS Por el Apóstol Rony Chaves El apóstol Juan escribe en una de sus cartas a la Iglesia:”os escribo a vosotros padres; porque conocéis al que es desde el principio” I de Juan 2:13. Juan en su primera carta habla de niveles de crecimiento espiritual y define cada uno de estos según las experiencias alcanzadas en su relación íntima con Dios. El asigna la categoría de padres a aquellos que conocen verdaderamente a Dios, principio y fin de todas las cosas. El apóstol recalca una verdad profunda de adoración: que esta cobra un alto nivel o categoría según el adorador entienda Qué es adorar, a Quién debe adorar y Por qué debe adorar. La más excelente adoración debe tener impresas esas revelaciones. En este capítulo, estudiaremos razones de peso que nos deben mover a adorar a Dios con lo más sublime de nuestra exaltación. VI.- ADORAMOS A DIOS PARA SER MADURADOS EN NUESTRO ESPÍRITU. Uno de los grandes desafíos a la Iglesia de Cristo al acercarse a un nuevo milenio es su maduración. Cristo viene pronto, nos anuncian los profetas actuales y la Biblia. Él viene por una Iglesia madura, sin mancha y sin arruga o cosa semejante. Necesitamos que el pueblo de Dios y su liderazgo sea madurado y que el fruto del Espíritu sea producido profusamente. La madurez es carácter, equidad, equilibrio, rectitud, santidad y gobierno de Dios en nuestras vidas. La Iglesia necesita ser madurada, forjada en el crisol de la obediencia y del sometimiento a Dios, a Su Palabra y a Sus diseños. Esta madurez no se alcanza necesariamente con los años en el Señor, sino por el tiempo que permanezcamos en Su Presencia a través de la adoración. La madurez nos llega aceleradamente al estrechar la relación personal con Jesús. Sólo adorándole y sentándonos por horas a sus pies, nosotros iremos siendo trabajados por el Espíritu Santo para dar fruto abundante, para producir carácter divino, el carácter del Hijo de Dios. Amén. VII.- ADORAMOS A DIOS PARA SATISF ACER EL ANHELO DEL DIOS PADRE. Me emociona saber que mi Dios tiene anhelos y que yo puedo satisfacer algunos de ellos. En el libro de San Juan , Jesús nos da una profunda revelación de lo que el padre busca. Jesús nos revela el secreto en el capítulo 4 y en el verso 24 . Él afirma:”El Padre busca adoradores” . Por sobre todas las cosas, mi Dios desea tener hijos adoradores que le exalten a Él en espíritu y en verdad. Este es su gran anhelo. Cuando nosotros le adoramos amorosamente, Él se regocija, Él se siente halagado. Aleluya. La gran búsqueda que Jesús vino a hacer en el planeta no era tan sólo de pecadores, sino también de adoradores. Él vino a buscar y a restaurar lo que se había perdido en la rebelión de satanás: la adoración unida y armoniosa de toda la creación. Jesús vino a restaurar, a establecer otra vez una adoración universal al Todopoderoso. Cuando la Iglesia ministra al Señor como Novia Adoradora, el cielo se conmueve y se llena de alegría. Lo más sublime y agradable que podemos dar a nuestro Padre para honrarle y satisfacer Su corazón es una caliente, fervorosa y continua adoración. Amén. VIII.- ADORAMOS A DIOS PARA VER LA GLORIA DE DIOS. La gloria de Dios tiene que ver con la manifestación de las cualidades, atributos y perfecciones del Señor. Su gloria, tiene que ver con sus excelencias y manifestaciones poderosas. El profeta Ezequiel en el capítulo 1 de su libro , tiene una gran visión de la gloria de Jehová, simbolizada en un poderoso fuego envolvente que se aproxima a él desde el norte. En medio de ese fuego, surgen los seres vivientes o querubines que reflejan la gloria de Dios. Ellos tienen cada uno alas, muchos ojos y cuatro caras (hombre, buey, águila y león). Las figuras usadas para representar la gloria del Señor son símbolos proféticos que destacan rasgos y atributos propios de la personalidad del Creador Omnipotente. La gloria de Dios tiene que ver con evidencias y demostración de lo que Dios es. La adoración ferviente de la Iglesia “enciende” el ambiente provocando la manifestación de Su persona gloriosa en medio de Su Pueblo. Esta manifestación tiene que ver con Su Amor, Su Misericordia, Sus Milagros y Su Poder. Si algo impactó a Israel en la antigüedad fue la manifestación de esa gloria divina ante ellos de día y de noche, ya fuera como una nube sobre el tabernáculo o como una columna de fuego. Éxodo 33 nos muestra como la adoración de Moisés atraía a Dios y Él manifestaba Su gloria visible y audiblemente ante todo Israel. Hoy, Dios quiere manifestarse y demostrarse ante las naciones de la tierra. La Iglesia y su adoración han sido los vehículos escogidos para lograrlo. Una adoración vigorosa y profunda, Cristocéntrica y muy espiritual acercará a Dios y Él se demostrará a Sí Mismo como el Único y Sabio Dios. La adoración trae Su manifestación, no lo olvidemos nunca. Amén. IX.- ADORAMOS A DIOS PARA DESATAR EL MOVER PROFÉTICO DEL SEÑOR El espíritu de profecía y su operación es tan importante en la Iglesia hoy como lo fue ayer. Pero la base para dicho mover debe ser pre-establecida en la Casa del Señor, a través de una adoración de muy alto nivel. El Espíritu Santo obra con libertad en una atmósfera cargada de alabanza y adoración. Él se mueve proféticamente en un ambiente de humildad, reverencia y exaltación al Padre. La revelación divina fluye a sus siervos en la comunión íntima que resulta de una adoración también muy íntima. La unción necesaria para el mover profético de Dios, surge o se desata a través de la adoración. Este mover profético de fresca unción, dirigirá a la Iglesia en estos tiempos postreros, preparándola para la Segunda Venida del Señor Jesús. Amén. Lo profético, lo del cielo envolverá la tierra cuando le magnifiquemos a Él. La adoración moverá a Su Santo Espíritu. La adoración desatará dones, visiones y experiencias con Dios. X.- ADORAMOS A DIOS PARA ESTABLECER EL REINO DEL SEÑOR El Reino de Dios tiene que ver con el Gobierno, Autoridad y Soberanía de Dios. El Reino de Dios tiene que ver con el Señorío y Reinado de Cristo. Amén. La Iglesia es parte del Reino. En ella Jesús está entronizado y Él es Señor y Esposo de ella. Jesús es el Kyrios, Amo, Dueño, Soberano y Señor Absoluto de Su pueblo. Aleluya. El Reino de Dios es Universal y Providencial, es decir, es el Rey de todo el universo y reina sobre justos e injustos. Él les mantiene con vida aún ante su actitud pecadora y rebelde. El Reino es por los siglos, así como Su Trono es establecido por siempre. Pero Jesús enseñó que el Reino es también Redentivo y Específico en lo concerniente al hombre. Al ser humano le es necesario tener una experiencia con el Espíritu Santo, llamada “nuevo nacimiento”, para ser parte del Reino. Ineludiblemente, si el hombre quierepasar su eternidad en libertad plena y sin condenación, debe ser redimido por la sangre de Jesús. El ser humano imprescindiblemente debe reconocer a Jesucristo y a Su sacrificio como el regalo perfecto del Padre para salvarle. Al abrir su corazón a Jesús, este hombre viene a ser parte del Reino y los beneficios del mismo le son dados. Cristo gobierna en él y Jesús es su Rey Eterno. La adoración reconoce ese Reinado de Cristo, lo entroniza en el corazón del hombre y establece las bases para la instalación del Reino en otras personas y lugares. La alabanza pura limpia los aires de poderes malignos que moran en los lugares celestiales. La exaltación del Señor inutiliza el poder del enemigo. El salmista David dice en el Salmo 149 que inclusive cuando exaltamos a Dios desde nuestras camas, son atados con grillos y cadenas de hierro (describe un proceso espiritual), los príncipes y reyes enemigos (describe jerarcas demoníacos de alto rango). El Reino de Dios tiene que ver con poder y demostración. Jesucristo señaló que cuando el Reino está presente los demonios son derrotados. El Reino se establece en la tierra a través de la proclamación y oración de la Iglesia. Por ello el maestro nos enseñó a orar al Padre diciendo: “Venga a nosotros tu Reino” . Pero la adoración acerca el Cielo a la Tierra. La adoración excelente atrae a Dios y a Su Trono. Él se sienta a reinar donde se le adora y “sus faldas” allí “llenan el Templo”. Amén. El Reino es la opción para el mundo. Todos sabemos que el Rey del Reino viene en breve. Él vendrá a través de la adoración dulce de Su Novia , la Iglesia. Él prometió edificar la Iglesia; a la Iglesia le dio la tarea de establecer con Él el Reino. ¡Iglesia, llegó tu tiempo de amores. Adórale...Amén! POR QUÉ ADORAMOS Por el Apóstol Rony Chaves El apóstol Juan escribe en una de sus cartas a la Iglesia:”os escribo a vosotros padres; porque conocéis al que es desde el principio” I de Juan 2:13. Juan en su primera carta habla de niveles de crecimiento espiritual y define cada uno de estos según las experiencias alcanzadas en su relación íntima con Dios. El asigna la categoría de padres a aquellos que conocen verdaderamente a Dios, principio y fin de todas las cosas. El apóstol recalca una verdad profunda de adoración: que esta cobra un alto nivel o categoría según el adorador entienda Qué es adorar, a Quién debe adorar y Por qué debe adorar. La más excelente adoración debe tener impresas esas revelaciones. En este capítulo, estudiaremos razones de peso que nos deben mover a adorar a Dios con lo más sublime de nuestra exaltación. XI.- ADORAMOS A DIOS PARA EXALTAR AL CORDERO Juan el Bautista fue el profeta que bajo la unción del Espíritu Santo, señaló a Jesús en el Jordán y dijo de Él: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” Juan 1:29. El término Cordero, bíblicamente hablando, tiene una connotación extraordinaria. Desde el Génesis hasta el Apocalipsis, la figura del cordero es sumamente importante. Es quizás el símbolo profético antiguotestamentario más relevante de la Escritura. Todo el ceremonial de los judíos estaba centrado en la figura del cordero y de su sangre. El libro de Levítico enseñó a esta nación a acercarse a Jehová a través de este dócil animal. El cordero señalaba a un hombre, Jesús, el mediador único entre Dios y los hombres. Decir Cordero es decir Plan de Dios, Redención y Vida Eterna. Decir Cordero es decir Liberación, Salvación y Perdón Divino. El Cordero de Dios es Emmanuel, Dios con nosotros. Es la majestuosa Segunda Persona del Dios Trino, que tomó un cuerpo para morir por la raza humana y darle justificación y perdón de sus pecados. El Cordero de Dios es Cristo, el Hijo del Dios Viviente. ÉL es el Camino al Padre y Aquel a quien el Espíritu Santo nos lleva a adorar. Adorarle a Él, al Cordero, es agradar al Padre, es honrar Su Plan y Su Sabiduría Eterna. Adorar al Cordero es proclamar Su Victoria y la Victoria del Padre. Adoramos al Padre al exaltar al Cordero, porque sólo Él es Digno de recibir la Gloria, la Honra y el Honor (Apocalipsis 4 y 5 ). Amén. XII.- ADORAMOS A DIOS PARA ESTABLECER LA PLATAFORMA AL MOVER DEL ESPIRITU SANTO POR EL FLUIR DE SUS DONES ESPIRITUALES. Cuando Dios está presente en un lugar, Él se manifiesta y Él demuestra su poder. Su Reino es también demostración. La plataforma que el Espíritu Santo demanda para operar sus diversos dones espirituales entre y con la gente (II Corintios 12 y 14 ), se establece sólo como Él quiere. Esa plataforma es edificada a través de la reverencia y el respeto a la Persona maravillosa del Espíritu (Él es Dios). Ante el silencio santo y la espera anhelante de Él son colocados los pilares de su mover. No es ante el irrespeto, la insensibilidad y la clara irreverencia e inconciencia de un pueblo carnal e inmaduro que Él opera. Dios es Santo; obrará ante los que le honran. Él es Rey; se moverá donde se le da el lugar debido. La adoración excelente provee de los elementos necesarios para que Él asiente Su Gloria y se mueva. La adoración nos acerca a Él. Nos humilla, nos calla y nos postra ante Él. La adoración sumerge al adorador en la conciencia real de Su Presencia, en la reverencia total hacia Su Majestad y en el respeto profundo por Su Santísima Persona. Amén. La adoración mata lo indecoroso, lo impuro y lo irrespetuoso; nos lleva a la intimidad y nos pone a los pies del Espíritu Santo, para que Él como Edificador de la iglesia reparta los dones como Él quiere. En estos postreros días , el Refrigerio del Espíritu debe venir a la Iglesia como el bálsamo que ella necesita. El fresco mover del Señor debe llenar Su Casa. Los milagros, las maravillas y prodigios deben ser las señales gloriosas de Su Presencia en Su Santuario. La plataforma del Espíritu para el mover de los últimos tiempos, tiene ya su diseño, su tamaño y forma; sólo puede ser edificado por adoradores y con el material riquísimo de la “más excelente adoración” de Su Pueblo. Amén. XIII.- ADORAMOS A DIOS PARA SER TRANSFORMADOS A SU IMAGEN “Nos llegamos a parecer a lo que adoramos”. Curiosamente esta expresión es una gran verdad. En el caso de los adoradores de Jesucristo esta frase es totalmente comprobable. A los primeros discípulos de Jesús se les llamó cristianos en Antioquia (Hechos ), porque se parecían a Cristo en su conducta, doctrina y carácter. Al paso de los siglos, muchos hombres de Dios han sido señalados como verdaderos cristianos. Ellos han vivido vidas llenas de la unción del Espíritu y con principios de comportamiento prácticos y santos. Ellos fueron realmente cambiados por el Poder Divino, hasta ir alcanzando la estatura de Cristo. El apóstol Pablo fue de los primeros, el dijo: “sed imitadores de mí, como yo lo soy de Cristo” La vida de adoración nos sumerge en las aguas del Espíritu. Estas aguas nos limpian, nos purifican y nos santifican. La adoración en el creyente acelera los tiempos de maduración en él y su carácter es cambiado de gloria en gloria y de victoria en victoria. Aleluya. El fruto del Espíritu Santo, que no es otra cosa que el maravilloso “carácter de Cristo” en nosotros sigue siendo producido, es desatado con poder en el creyente según tenga una vida intensa de adoración e intimidad con Dios. Amén. Los cuatro seres vivientes que adoran a Dios ante Su trono, según Apocalipsis 4 y 5 , reflejan la gloria de Aquel a quien ellos adoran. Lo que Dios es, les es impartido y estos querubines adoradores reflejan esa sobrenaturalidad y majestuosidad del Dios ante el que se postran y le dicen: “Santo, Santo, Santo”. La Escritura nos da un vislumbre glorioso con estos seres vivientes de lo que sucede en las criaturas de Jehová, cuando éstas le adoran ferviente y constantemente (día y noche). La Biblia usa un simbolismo muy descriptivo para manifestar a través de estos ángeles la Personalidad de Dios, Su carácterSanto, Sus atributos, excelencias y perfecciones; es decir, Su Gloria. Cada querubín que se mantenía adorando de continuo ante el Trono del Señor era descrito por el apóstol Juan como un ser viviente lleno de ojos por delante y por detrás. Con muchas alas con las que volaban velozmente y tapaban sus rostros. Cada uno tenía cuatro caras, una a cada lado. Esas caras eran, un rostro de hombre, un rostro de león, un rostro de águila y un rostro de buey. Estos símbolos todos, tienen que ver con la habilidad dada por Dios para mirar hacia delante y hacia atrás (pasado, presente y futuro) por la operación del conocimiento divino en ellos (en la Iglesia, serían los dones del Espíritu). Las alas son sinónimo de velocidad, efectividad y obediencia plena. Las alas sobre sus rostros son símbolo de reverencia y respeto ante el Creador del Universo. Amén. La cara de león simboliza realeza, autoridad y poder, así como señorío y dominio. El águila lo divino, lo celestial y eterno; sobre todo lo que viene del Espíritu. El buey representa la entrega, el sacrificio, la abnegación y la mansedumbre del Siervo Sufriente ¡Cristo!. El hombre su comunión con los humanos, Su plan redentor y Su carácter mesiánico. El hombre también representa a Jesús el Mediador y sus mejores dotes como persona. Al igual que los seres vivientes, en la adoración, Dios transforma el carácter de Su Iglesia dotándola de autoridad, realeza y poder. La Adoración con excelencia, nos trasforma a su imagen Santa. Amén. XIV.- ADORAMOS A DIOS PORQUE ES NUESTRA PRIORIDAD MINISTERIAL. Como mencionamos anteriormente, la ausencia de poder en la Iglesia se debe a la falla de ésta en ministrar al Señor. La adoración a Él es nuestro ministerio prioritario. De la adoración a Él y de ser revesti dos de su gloria, es que le viene el poder y la autoridad a la Iglesia. La Biblia enseña que nuestro ministerio hacia Dios es primero que nuestro ministerio hacia el hombre. Es a Dios a quién debemos ministrar primero, si realmente deseamos ser eficaces en nuestro llamado. Fuimos creados para adorar. Al ejercer sabiamente nuestro ministerio de adoración para el cual Dios nos creó, éste nos impulsará inevitablemente a ministrar a los hombres y a sus necesidades. Al adorar al Señor prioritariamente, con excelencia, amor y perseverancia, Dios mismo nos impulsará hacia los hombres, pero investidos de Su carga y de Su amor por ellos. Es a través de la adoración que Jehová nos envía luego a las gentes con Su Poder y Su Unción. La adoración excelente debe ser brindada al ser prioridad número uno de su quehacer cotidiano por una Iglesia madura, amorosa y entendida en su llamado. Adoramos a Dios por sobre todo porque es lo que Dios diseñó para Su Esposa, La Iglesia. Adoración es la prioridad de nuestro ministerio. Amén. XV.- ADORAMOS A DIOS PARA CENTRAR EL CULTO EN LA PERSONA CORRECTA. La Biblia es muy clara con respecto a la adoración; sólo Dios es digno de recibirla. El apóstol Juan recibió la Revelación de Jesucristo en la isla de Patmos, a través de ángeles. Al final de este proceso glorioso él se emocionó y se postró ante el ángel de Dios, impactado por la sobrenaturalidad manifestada por el mismo, y el ángel se lo impidió (Apocalipsis 22 ). Sólo Dios es digno de ser adorado. Aleluya. El gran pecado de los idólatras es que con sus devociones paganizadas, rebajan la dignidad de Dios. Sólo Él es Dios, los demás, nada son. Son imágenes a través de las cuales satán intenta atraerse gloria para él. Sólo Dios es Digno de ser magnificado. Amén. Tristemente existe una tendencia entre los hombres a exaltarse más de lo debido. La caída del primer hombre Adán, vino como resultado de querer ser como Dios. Desde entonces la corriente del Humanismo ha provocado de mil y una maneras la exaltación desmedida de hombres, ya sean políticos, científicos o artistas. Estúpidamente, el hombre cegado de soberbia y vanidad, se cree dios. Más estúpidamente los hombres, cegados por la idolatría, han hecho de mortales pecadores, ídolos de barro. En ellos han fijado su aplauso, su atención y su veneración. Por ellos lloran, gritan y hacen miles de sacrificios; son sus dioses. El gran problema es que en la Iglesia la gente inmadura e inconsciente ha perdido la perspectiva correcta. Han hecho de músicos, cantores y predicadores estrellas de teatro. Los exaltan como en el mundo y lo más grave es que estas “estrellas” se creen grandes artistas. La adoración brega con ese síndrome de Lucifer (“virus” que tuvo el diablo en su rebelión). La adoración centra el culto y devoción de la Iglesia en la persona correcta, en Jesucristo, el único que debe ser adorado. En la alabanza se exalta muchas veces al cantante, a las diversas buenas voces del coro; en la predicación nos emocionamos por la revelación del maestro o la habilidad y retórica del predicador. En la adoración, no hay campo para exaltar al hombre y a sus habilidades. Allí no importa quién canta o quién toca la música. Sólo importa Dios. Nos centramos y concentramos en Él. La adoración nos protege de idolatrías y nos postra ante Él. ¡Bendita adoración, que nos lleva a Cristo !. Amén. ORO, INCIENSO Y MIRRA Por el Apóstol Rony Chaves “Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra” Mateo 2:11. A pesar de que son diversos los comentarios sobre los “magos” de Oriente que visitaron a Jesús a pocas horas de nacido, aprendemos mucho de ellos y de su actitud adoradora. Prefiero aceptar la tesis de algunos estudiosos de que estos hombres eran reyes de países lejanos; científicos estudiosos de la astronomía. Fue así como estudiando las estrellas, el Espíritu Santo les mostró que un evento sorprendente tendría lugar en Israel; el nacimiento del Rey de Reyes y Señor de Señores. Es realmente emocionante la determinación de estos magos de Oriente. Ellos claramente expresaron: “¿Dónde está el Rey de los judíos, que ha nacido?. Porque su es trella hemos visto en el oriente y venimos a adorarle” (verso 2). Ellos se habían propuesto adorar a Jesús. Su esfuerzo de viaje era mayúsculo; un grandísimo sacrificio. Su meta era en verdad impactante viniendo de hombres de autoridad y riquezas: “venimos a adorarle” . No tenían otra opción, sólo querían verle, conocerle y adorarle. Aleluya. Su devoción e intención adoradora sacudió a Herodes, hizo tambalear su reino y le provocó a indagar sobre el Mesías. La adoración genuina y determinante sólo para Dios, afectará a reinos y poderosos. Estos querrán ahogarla y destruir el motivo de nuestra adoración (a Cristo), pero no lo podrán lograr. Pablo el apóstol lo afirmó: “¿Quién me podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús, Señor nuestro?”. Los magos de oriente nos muestran algunas características de los adoradores que agradan al Padre. Veamos a) Reconocieron a Jesús como el Rey de los judíos. b) Reconocieron a Jesús como el Verbo encarnado de Dios. c) Determinación total para adorar a Jesús. d) Decisión plena de rendirse con su autoridad como reyes ante Jesús (reconocieron Su Suprema Autoridad.) e) Entendimiento de los tiempos y señales divinas. f) Eran dirigidos hacia la presencia de Jesús por el Espíritu Santo (a través de la estrella). g) Se gozaron en llegar ante Él (con muy grande gozo). h) Doblaron las rodillas ante Él y pusieron su rostro en tierra en humillación ante el Señor. i) Le adoraron fervientemente. j) Le manifestaron su adoración, abriéndole sus tesoros y dándole presentes (lo mejor que tenían). k) Fueron obedientes al Espíritu Santo. l) Guardaron con celo a la persona de Jesús. Es interesante notar tantas cosas hermosas en un episodio bíblico tan corto. Pero lo más relevante de todo este suceso son los presentes puestos a los pies de Jesús:Oro, incienso y mirra. Estos tres elementos son esenciales para darle al Señor la más sublime y excelente adoración. Será necesario tomar cada uno de éstos y analizarlo con el deseo profundo de incorporarlos cada día más a nuestra vida de comunión e intimidad con Dios. Amén. I.- Oro El oro es uno de los metales (sino el primero) más valiosos del mundo. Bíblicamente hablando, el oro es símbolo de las cosas más preciadas del carácter y personalidad de Dios, de Cristo, la Iglesia y el hombre. El oro es símbolo de: realeza, dignidad, autoridad y soberanía. Representa gobierno, posición, absolutismo y dominio. Este metal es una representación del carácter firme del hombre, y de su reinado. El oro da seguridad, influencia e identidad al que lo posee. En el libro de Mateo vemos a los Reyes de Oriente abriendo sus tesoros a Jesús. Ellos le darían de lo mejor que poseían. Esto es profundamente bello. Trajeron desde lejos todos sus tesoros para adorarle y al verlo, pusieron a sus pies lo más significativo, valioso y profético: El Oro, que en el contexto señalado representa la rendición total de su influencia, poder, autosuficiencia y dominio a los pies de Jesús. El oro como presente a los pies de Cristo significaba que los Reyes tomaban su realeza, posición y dignidad y la sometían al GRAN REY. Toda su identidad, rango, seguridad e influencia la cedían a Cristo. Dicho de otra forma, ellos se sometían, se sujetaban y en obediencia total rendían sus coronas a Jesús. Aleluya. Existe hoy un craso error en la Iglesia del Señor Jesucristo al considerar livianamente que adoración es sólo música y cantos a Dios. No. La música y el cántico son parte de nuestra devoción a Él y deben ser la consecuencia continua de nuestra comunión personal con el Todopoderoso. Amén. Adorar implica más que cantar; es rendición total, entrega, sometimiento y reconocimiento de la máxima Autoridad en Jesús. Todo lo que implica el oro debe ser puesto a los pies del Mesías; sólo así nuestro cántico será aceptado por el Padre. El acto de los magos de oriente al tomar el oro y adorar con éste al Señor, yo lo resumo en una sola palabra: “Obediencia”. Este es el ingrediente esencial en la vida devocional de un adorador. Sin la obediencia a Dios, a su Palabra y Autoridad y a su Santo Espíritu, nuestra ofrendas y alabanzas, sólo son fuego extraño que se disipa antes de llegar a Su Trono. Obediencia es el oro rendido a los pies del Creador. Jesús nos muestra este factor trascendental de la adoración excelente con su vida rendida y sujeta al Espíritu. Él, Jesús, es el Máximo Adorador, la Máxima Ofrenda aceptada por el Padre y Él es el Cordero Inmolado. Por lo que padeció, aprendió la obediencia, afirmó Pablo. El mismo apóstol nos provoca a vivir bajo el mismo sentir que guió la vida de Cristo (Filipenses 2 ), la obediencia al Padre. “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semej ante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz...” (versos 5-8). Hay miles de personas que se acercan todos los días ante el Señor para adorarle, creyendo que esto sólo tiene que ver con entonar algunos himnos o Salmos, aunque sus corazones estén llenos de rebelión, altivez y soberbia. Sus vidas son un reservorio de murmuración a la autoridad delegada por Dios y no tienen la menor intención de someter sus vidas a las autoridades de una Iglesia, menos al Espíritu Santo. Lo triste de todo es que creen que porque cantaron, adoraron. Esta lamentable equivocación se repite con líderes de alabanza, músicos y predicadores. Ellos no miran su carácter ni su corazón al exaltar al Señor. Cuando Jesús moría en la Cruz del Calvario, antes de entregar su espíritu al Padre dijo: “consumado es” . Esta expresión previa a su muerte implicaba que todo lo que Dios Padre le encomendó hacer, lo hizo obedientemente. La obra fue perfecta por su obediencia total. Aleluya. La mayor y mejor ofrenda a Dios por el hombre fue Su Sangre derramada. Él llevó sobre sí el pecado de todos los mortales. Murió por ellos y por Su Obediencia salvó a los humanos. Si tan sólo entendiésemos este secreto de adorar a Dios con oro; obediencia plena, rendición total, veríamos miles de propósitos divinos cumplirse por doquier. Como los reyes de oriente hoy, abramos nuestros tesoros y pongamos a sus pies, en obediencia, nuestro oro. Amén. II.- INCIENSO El incienso era la sustancia aromática que se quemaba en el Tabernáculo de Moisés y en el Templo de Salomón sobre el altar de oro del incienso. Sólo podía ser preparado a través de la fórmula dada por Dios a Moisés según Éxodo 34-36 y era para uso exclusivamente sagrado. Tenía un simbolismo en sí mismo muy profundo y espiritual. Tenía que ser quemado en el santuario cada día y cada noche como ofrenda agradable al Señor. El incienso acompañaba necesariamente a cierto tipo de ofrendas al Señor como parte de ellas (símbolo de la adoración), a las ofrendas de harina, primicias y a los panes de la proposición (Levítico 2:1, 2, 15; 24:7 ). El incienso era ofrecido una vez al año en el Lugar Santísimo en la Fiesta de la Expiación (Día del Perdón) Levítico 16:12-13 . Dios, como medida disciplinaria, castigaba a los que no ofrecían el incienso ante Él, según sus ordenanzas. Recordemos la muerte de Coré y sus seguidores y la lepra del rey Uzías por ofrecerlo mal a Dios, al igual que Nadab y Abiu (Levítico 10:1-2 ). El incienso ofrecido era sólo para Jehová, el cual se encendía en ira cuando Israel lo ofrecía a otros dioses paganos en los lugares altos. Tanto Isaías (Isaías 66:2-3 ) y Jeremías (Jeremías 6:19-20 ), señalaron que Jehová rechazaba el incienso ofrecido si el corazón del ofrendante no era recto. El incienso era un símbolo de la oración, según ambos Testamentos (Salmo 141:2; Apocalipsis 5:8 ) y era algo muy preciado y costoso. El incienso también era obtenido a alto precio para perfume, de árboles de Arabia y África (Jeremías 6:20; Cantares 3:6 ). Era un buen símbolo del amor o del enamoramiento entre dos personas. Este incienso era colocado en una vasija llamada incensario, en la cual también se colocaba el fuego para que ardiera en el culto judío. Este incensario era de bronce y se usaba diariamente y también en el día de Yom Kipur (Día del Perdón), en el Santísimo Lugar. El fuego y el incienso juntos, eran portados en diversos incensarios en los rituales hebreos y eran hechos por los más finos artífices en metales, acabándolos con finos labrados. Cada día era necesario tomar carbones encendidos del “fuego perpetuo” del Santuario para llenar el incensario y así entonces quemar el incienso colocado allí y con ello provocar la difusión del preciado perfume por todo el tabernáculo o Templo. La fragancia característica del incienso llenaba de esta manera toda la Casa del Señor. Amén. Este incensario recogía el fuego o carbones del “altar de oro del incienso”, el cual debía tener continuamente ardiendo el fuego, como un recordatorio del arder continuo del amor de Jehová por Israel y de la imperiosa obligación del pueblo de orar ante Él cada día y de adorarle siempre. El altar del incienso, el incensario de oro y el incienso simbolizaron la mediación de Cristo, su posición sacerdotal, su intercesión por el hombre y su contínua entrega, adoración y sacrificio redentor. Estos tres elementos también hablaron del creyente y de la Iglesia en su tarea de oración, alabanza y sobre todo, de adoración. Aleluya. El incienso simboliza el amor del adorador, su conciencia de adorar contínuamente a Dios y su anhelo por una cercanía e intimidad con Él El incienso representa nuestra alabanza o gratitud, nuestro aprecio y amor por la Presencia Divina y la oración intercesorapor el hombre caído. El incienso quemado cada día señala la necesidad y responsabilidad de orar cada día a Jesucristo, que tiene Su Novia, la Iglesia. Este incienso quemado ante el altar de oro del incienso y de frente al velo que separaba el Lugar Santo del Santísimo, representa la preparación y deseo de la Iglesia de tener comunión con Dios (ante el Arca de Su Presencia). El incienso es símbolo de santidad, comunión, pero sobre todo de intimidad. El aroma del incienso quemado era un poema de amor del pueblo de Dios ante su Rey y una invitación y anuncio amoroso de tener “amores con Él”. Por estos detalles es que el regalo del incienso por los magos de oriente a Jesús, cobra relevancia. Este regalo implica que adoración verdadera para Dios es Intimidad. Adoración de excelencia es tiempo dedicado a Él; es un corazón enamorado de Su Gloria y dispuesto a dejar a los mortales para tener en lo íntimo, en lo secreto, comunión y amores con el Esposo amado. Aleluya. Abramos hoy, querido pueblo cristiano, nuestros tesoros ante Él y démosle lo mejor de nuestro amor, el incienso aromático de nuestra adoración. III.- MIRRA. La mirra es la traducción de tres vocablos hebreos y dos griegos que aparecen en el Antiguo y Nuevo Testamento. En Génesis 37:25 , lo correcto hubiese sido colocar la palabra ládanio y no mirra (el término hebreo Lot) que hacía alusión a la gomorresina fragante de la estepa (cistus Cretius), planta muy abundante en Palestina y cuyo producto es muy apreciado en Oriente. En el libro de Ezequiel aparece la palabra “quiddha”, que en realidad es casia y no mirra (Ezequiel 27:19 ). En el libro de Apocalipsis, en el capítulo 18 y verso 13 , la palabra que aparece es “Myrón”, que significa ungüento. Las palabra Mor (en hebreo) y smyrna (en griego), son las que se traducen apropiadamente “Mirra”. La mirra es la gomorresina fragante de la “Commiphra myrrha” , planta que abunda en el sur de Arabia, Etiopía y Somolilandia. Si la mirra se extrae de árboles nuevos, puede ser líquida (Cantares 5:5,13 ), o puede ser sólida, en cuyo caso es cristalina, roja, semitransparente y frágil. La mirra era usada en perfumería y medicina; también para embalsamar cadáveres. Según Éxodo 30:23 , debería ser un componente importante del aceite de la unción, el cual era sagrado y cuya fórmula provenía de Dios mismo a Moisés. Lo importante de la mirra en dicha fórmula es que debía ser “mirra excelente”. Era para el aceite de la santa unción, para uso santísimo. También desprendemos del pasaje narrado en Mateo 2 , que la mirra se contaba entre los elementos valiosos de los magos de oriente. Era parte de sus tesoros reales. La mirra fue usada también aprovechando sus cualidades soporíferas, mezclándola con diversas bebidas ofrecidas a personas torturadas. Jesucristo mismo, rehusó el vino (vinagre) mirrado antes de morir (Marcos 15:23 ). Él quería tomar la copa de sufrimiento por los mortales a plenitud. Su vida fue ofrendada hasta la muerte. Gloria a Dios. Algunos comentaristas del Nuevo Testamento ven en la mirra una alusión al reinado de Cristo, basado en sus padecimientos en la muerte de cruz. Bajo el lente con que estamos mirando el pasaje: adoración, la mirra tiene un hondo significado. Es importante recordar que los Magos o Reyes de Oriente venían para adorar al niño Jesús. El término más correcto desprendido del texto original es “vinieron a rendir homenaje”. Su homenaje no era sólo político o civil, sino un alto homenaje espiritual. El gozo expresado al encontrar al niño con su madre es la expresión de una exuberancia de sentimientos, tuvieron sumo gozo. Ellos abrieron sus tesoros y ofrecieron sus dones u oblaciones. La palabra traducida por dones aparece sólo siete veces en el Nuevo Testamento y es la correspondiente a ofrendas u oblaciones que muchas veces se menciona en el Antiguo Testamento. En cada ocasión, se menciona con relación a Dios. Los Magos de Oriente reconocieron en Jesús al Dios encarnado. Aleluya. La mirra vino a ser el regalo que anunció proféticamente momentos muy amargos en la vida del Mesías. El sufrimiento y la negación continua de sí mismo sería la constante en su peregrinar por la tierra. La mirra es entonces representativa de aflicción, dolor, angustia, tiempos de amargura, sufrimiento y muerte. La mirra vino a ser el símbolo de “humillación plena” en la vida de Cristo. Curiosamente era un componente obligado en el “aceite de la santa unción”. La humildad como fruto y la humillación continua ante Dios eran los grandes símbolos encerrados en la mirra aromática; ambos necesarios en la vida del adorador. El oro entregado por los magos a Jesús eran un reconocimiento de su realeza; el incienso, un homenaje supremo a su divinidad y la mirra, un anuncio a sus padecimientos como Redentor de la humanidad. Estos tres regalos expresaron proféticamente su naturaleza divina y humana, así como sus funciones de Rey, Profeta y Sacerdote (tres unciones) de Jehová. La mirra es el ingrediente que faltaba para hacer de la adoración una ofrenda y oblación agradable al Padre. Es el ingrediente que indica que el adorador debe siempre tener una actitud de humillación y sujeción a los designios soberanos de Dios. David el rey, conocedor de música y alabanza, tuvo que experimentar diversos tratos del Espíritu en su vida, hasta llegar a comprender que adorar no era sólo traerle ofrendas al Señor. David dijo:”Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; No quieres holocaust o. Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contri to y humillado no despreciarás tú, oh Dios” Salmo 51:16-17. El salmista entendía con claridad que la más excelente adoración que demos a Dios, debe estar impregnada de humillación total ante Él. La verdadera adoración requiere de quebrantamiento genuino en Su Presencia, de actitudes sumisas y no vanagloriosas. Aceptar Su voluntad y someterse día a día es la mirra que perfuma nuestro cántico al Señor. Dios anhela la adoración de adoradores con corazones humildes, que reconozcan su gran necesidad de Él y que estén siempre contritos y humillados. Dios siempre vendrá al encuentro de un adorador humillado. Por eso la Iglesia debe añadirle mirra a su adoración. Amén. LO PRIMERO Y LO MEJOR Por el Apóstol Rony Chaves “Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Más dijist eis: ¿En qué hemos de volvernos?. ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotr os me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado?. En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Malaquías 3:7-10. El libro del profeta Malaquías es un libro sumamente interesante. En el mismo se trata de promesas de Dios, sus bendiciones y también sus demandas. Jehová trata con Israel a través del profeta, amonestándoles, llamándoles a volver a sus caminos y a adorarle como sólo Él se merece. Además este libro es todo un tratado de finanzas. En él, Dios enseña al mundo lector de Su Palabra sobre ofrendas, primicias y diezmos; asimismo le hace vislumbrar los enormes resultados personales y familiares, económicos y espirituales que vendrán para su pueblo dador. Amén. Pero, sobre todo, el libro de Malaquías es un manual completo de adoración. Este será el corto enfoque que haremos sobre la profecía de Malaquías. Gloria a Dios. No hay ninguna duda en que Jehová Dios, desea la prosperidad de Su Pueblo (III de Juan 2 ). Él no escatimó nada, ni a su propio hijo Jesucristo para bendecirnos (Juan 3:16). Él siempre ha querido manifestar su amor a sus hijos, relacionándose
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