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Guia para Cuidadores de Idosos

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SER ÚTIL P ARA ELLO S
EN CAS A
GUÍA P ARA ADUL TOS MAYORES
3
Gobierno del Estado de México
Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios
Av. Miguel Hidalgo poniente, núm. 600,
col. La Merced, C.p. 50080, Toluca, Estado de México.
Investigación y autoría:
Dirección de Educación e Investigación en Salud.
Dra. María de Lourdes Rossano García.
Edición, diseño y producción:
Unidad de Comunicación Social.
CE:207/01/11/20
Toluca, Estado de México, octubre de 2020. 
Impreso en México.
La reproducción total o parcial de este documento
podrá efectuarse mediante autorización expresa 
de la fuente y dándole el crédito correspondiente.
www.issemym.gob.mx
5
ÍNDICE
Presentación .........................................................................................8
1. Ser útil para ellos en casa ...............................................................12
 Datos clínicos que pueden ser parte del síndrome
 del cuidador primario ......................................................................15 
2. Higiene ............................................................................................18 
• Baño .............................................................................................20 
• Baño en la cama o “baño de esponja”.........................................22
• Afeitado y peinado .......................................................................24
• Depilado .......................................................................................24
• Cuidado de los pies .....................................................................25
• Lavado de las manos ...................................................................26
• Cuidado de la boca ......................................................................27
• Cuidado de los ojos .....................................................................28
• Cuidado de los oídos ...................................................................29
• Cuidado de la nariz ......................................................................30
• Vestimenta ....................................................................................31
• Zapatos ........................................................................................32
• Cuidado de la piel ........................................................................32
3. Úlceras por presión .........................................................................34
4. Estimulación de la función mental ..................................................40 
5. Higiene del sueño ............................................................................46
6. Alimentación ....................................................................................52 
7. Prevención de caídas ......................................................................60
6
ÍNDICE
8. Ejercicio físico .................................................................................66
9. Apoyando el tratamiento farmacológico de forma segura ..............82
10. No al maltrato ................................................................................92
11. Artículos en apoyo de la discapacidad ........................................100
 Recomendaciones de las sillas de ruedas ....................................102
a). Medidas recomendadas ............................................................103 
b). Sillas de ruedas .........................................................................104 
c). Muletas ......................................................................................108
d). Bastones ...................................................................................112
e). Caminadores, andadores o rollator ...........................................114 
12. Qué hacer en caso de accidente. Botiquín de primeros 
 auxilios para la casa .....................................................................116
13. Cuidado de una sonda vesical permanente .................................126
14. Cuidado de un estoma .................................................................132 
15. Afrontando la incontinencia urinaria .............................................140
16. Psoriasis .......................................................................................146 
17. Toma de la presión arterial ...........................................................152
18. Medición de la glucosa sanguínea en apoyo al control 
 de la diabetes ...............................................................................160 
19. Prevención de enfermedades respiratorias ..................................168
7
ÍNDICE
20. Cuidado de los pies en las personas diabéticas ..........................174
21. Aprender a ser resiliente ante la adversidad para sacar 
 adelante a su familiar enfermo .....................................................180 
22. Desarrollo de la creatividad ..........................................................184
23. El familiar en etapa terminal en casa ............................................192
24. Ser cuidador primario ...................................................................200
25. Los adultos mayores y las nuevas tecnologías de
 la comunicación ...........................................................................206 
Conclusiones ......................................................................................213
Bibliografía .........................................................................................215
8
PRESENTACIÓN
Es de suma importancia la participación del paciente en su autocuidado, debiendo estar bien 
informado de su diagnóstico, sus tratamientos y el plan de atención, hecho que se suma al 
invaluable e irremplazable apoyo por parte de su familia en casa, ya que será ésta quién 
participe activamente en la toma de decisiones y acciones necesarias para el cuidado de su 
salud y vida cotidiana.
En los extremos de la vida, la familia tiene un papel crucial, tomando en cuenta cada una de 
las necesidades del paciente como un ser integral con aspectos biológicos, psicológicos, 
sociales, culturales, existenciales y espirituales que atender, considerando su desarrollo y 
necesidad de autonomía.
Es necesario que el personal del área de la salud se integre al binomio familia-paciente como 
parte de una estrategia para el logro efectivo de las intervenciones a favor de la preservación 
y restitución de la salud integral.
El incremento en nuestro país sobre morbilidad y mortalidad por enfermedades crónico 
degenerativas es una característica particular de la creciente población de adultos mayores; 
de tal forma, que las necesidades de los pacientes, derivadas de ellas, se constituyen en una 
gama muy amplia para ser atendidas en el domicilio, en donde el familiar o cuidador primario, de 
no tener una red de apoyo social y familiar amplios y un conocimiento formal, corre el riesgo 
de sufrir un colapso.
Cuando las personas llevan a su familiar enfermo a un hospital, ya sea para establecer el 
diagnóstico de una enfermedad en sus inicios o por la agudización de padecimientos ya 
existentes, y están por varios días en diferentes servicios: unidad de cuidados intensivos, área 
de agudos, etcétera, deben ser tomados en cuenta por parte del personal del área de la salud, 
estableciendo con ellos una comunicación asertiva, planeada y con objetivos definidos, para 
que de regreso a su domicilio, el proceso educativo aprendido lleve a aspectos conductuales 
positivos y contribuya así en la restitución de la salud dentro del proceso salud-enfermedad.
9
Algunas veces, los familiares permanecen un periodo de tiempo prolongado en las 
instituciones de salud, en espera de que se les informe acerca de la evolución de su paciente. 
En ciertos casos, la información que reciben es poco clara o nula; otras veces es muy 
alarmante y proporcionada por la persona menos idónea, ocasionandoincertidumbre acerca 
del padecimiento, la evolución de la enfermedad y las medidas que deberán tomarse en casa 
para prevenir una recaída que ponga en riesgo su salud. 
Esta es la justificación necesaria para impulsar estrategias como la integración de grupos de 
autoayuda y grupos de apoyo a familiares por parte del personal del área de la salud, donde 
las palabras solidaridad y educación, a través del intercambio de ideas y experiencias, 
puedan evitar el impacto negativo en la familia.
Los familiares, al igual que los pacientes, tienen sus miedos y dificultades con el riesgo de un 
desgaste no sólo físico, también emocional, que puede conducir a un colapso; para evitarlo, 
es necesario contar con la información necesaria, útil, oportuna, específica y de forma 
clara, acerca de cómo llevar a cabo los cuidados para su familiar enfermo, pudiendo encontrar 
mucho de esto en la participación grupal, compartiendo con familiares de otros pacientes en 
similares condiciones, como forma de superar avatares; hecho que no sólo hace que 
renazca su sentido de utilidad e incremento de la autoestima, sino que también tiene un 
sentido de objetividad que puede reflejarse en la mejora de la salud y calidad de vida de 
aquellos a quienes atienden. 
El sentido de esperanza real es necesario, basado en el deseo de creer y confiar en la fuerza 
superior e invisible que es el amor, también posible de hacerse tangible en el desempeño de 
la labor cotidiana que como cuidadores se desarrolla, sobre todo, cuando se demuestra un 
interés auténtico por participar como parte de una gran red de apoyo cercana al paciente, 
evitando que los miedos internos paralicen y puedan aflorar como un sentimiento de culpa 
personal o la recriminación por parte del equipo de salud, creando una desvinculación aún mayor. 
Cuando se trata de un paciente que no tiene curación y va a morir, queda mucho por hacer en 
vista del corto tiempo para actuar. Se necesita motivar el inicio de un duelo anticipado en el 
propio paciente y en la familia, para que de esta forma acepte la realidad y esté lo más cerca 
posible del paciente, vinculándose con todas sus necesidades. Es oportuno que el equipo de 
salud facilite esta tarea, con conocimiento y sensibilidad a través de un enfoque tanatológico.
Es una necesidad creciente al observar que los servicios de medicina interna, consulta 
externa, unidades de cuidados intensivos, unidades de estabilización, etcétera, están llenos 
de adultos mayores con poca posibilidad de recuperación y con la expectativa de estar viviendo 
la cercanía de su propia muerte. En estos casos, la familia también se constituye como un 
elemento importante, ya que tiene que realizar un trabajo que el paciente perciba, en donde el 
hogar sea el campo propicio para expresar aquello que necesite decirse y tenga la necesaria 
cercanía que facilite la aceptación de esa realidad que está viviendo ante la cercanía o 
inminencia de la muerte.
La familia es vulnerable y corre el riesgo de agotarse al no aceptar el apoyo de otras personas, 
de ser impermeable a la información que pueda ayudarle en un proceso largo de la enfermedad 
del paciente, quien está sujeto a un proceso evolutivo constante. 
10
Los tiempos de descanso, facilitados al cuidador primario por la presencia de amigos, 
familiares y personas solidarias, es decir, su red de apoyo, puede hacer la diferencia y le evite 
cometer acciones erróneas u omisiones en la atención del paciente, constituyéndose incluso 
en algún tipo de maltrato o negligencia inconscientes. 
Finalmente, tenemos que lograr el objetivo: que el familiar se sienta tranquilo y satisfecho con 
los cuidados que recibe su paciente y los que de él provienen, bien sea en su casa o en alguna 
institución y no se sienta culpable por las acciones omitidas. 
Todo lo que se haga por motivar la participación del familiar en el cuidado de su paciente, 
apoyará a la medicina más importante que se lleva a cabo en los últimos tiempos: aquella que 
es otorgada con responsabilidad, conocimiento y amor, por lo que deseo que este manual, en 
el contexto del proyecto de incluir al familiar como elemento base, para incidir en positivo en 
las circunstancias de los adultos mayores, tenga éxito. 
Dr. Felipe Martínez Arronte 
Presidente de la Asociación
Mexicana de Tanatología, A.C.
SER ÚTIL
CAPÍTULO 1
SER ÚTIL
PARA ELLOS
EN CASA
1. SER ÚTIL PARA ELLOS EN CASA
14
SER ÚTIL PARA ELLOS EN CASA
El ser familiar de un adulto mayor envejecido o enfermo es un hecho que se avizora aún más 
conforme pasa el tiempo, y si nos hemos formado como parte de una familia amorosa y con 
valores, que nos ha dado lo necesario para ser quienes somos, nos lleva a afrontar este 
proceso difícil pero ineludible como un acto de reciprocidad, de obligación moral, que a veces 
llega en tiempos difíciles donde se tienen otras tantas responsabilidades como el trabajo, la 
esposa, los hijos, la escuela, etc.
También puede presentarse la solicitud para dar atención a un anciano enfermo como forma 
solidaria en quienes, en esta circunstancia, se acogen a un familiar que los procure, aun sin 
haber tenido vínculo afectivo y de trato amoroso, cotidiano y sólido.
En ambos casos esta tarea representa un gran reto porque nos pone a prueba, se asume 
como una “carga” dolorosa, conceptualizada como algo que afectará negativamente con un 
desgaste físico, emocional y/o económico, hasta que con el tiempo llegue a convertirse en un 
sinfín de remordimientos o sentimientos de culpa, cuando nada es posible hacer, porque la 
persona finalmente murió.
Puede también asumirse como una oportunidad al sentir que se está cumpliendo con un 
deber moral a pesar del esfuerzo impuesto, llegando incluso al sacrificio y decir: valió la pena 
porque es el camino que lleva a experimentar placer y satisfacción. Es una experiencia que 
humaniza aun dentro del dolor; enlace que esperamos se convierta en escuela vivencial para 
los jóvenes de la familia, sembrando una continuidad en una forma de apoyo asistencial, que 
permita a todos sus miembros vivir la vejez y la enfermedad con mayor dignidad.
Todos podemos ser útiles en casa para nuestros familiares adultos mayores, ancianos y enfermos. 
Lo primero que facilita la labor es hacerlo con amor, disposición para ayudar y responsabilidad. 
Hacer acopio de los recursos humanos, económicos y materiales, para optimizarlos en bien 
de nuestros pacientes.
15
Una premisa básica para ayudar, consiste en “estar bien”. A continuación se enlistan algunos 
puntos que dan luz, para que un familiar se convierta en cuidador del adulto mayor y/o 
enfermo y evite el “síndrome del cuidador primario”; consiste en una serie de signos, síntomas 
y conductas, los que aparecen cuando la persona asume la responsabilidad y ocupa todo su 
tiempo, resistencia física y compromiso extremo. En estos casos, se requiere la atención 
médica para identificar el origen del síndrome, e inclusive descartar otras enfermedades 
graves. Por tanto, se necesita buscar una red de apoyo familiar y social, para compartir la 
responsabilidad y no estar solo.
Si es usted este familiar, esté pendiente de su salud física, busque la continuidad en la 
atención de sus propias necesidades de salud. Si tiene un tratamiento farmacológico,
continúe con él, hágase un chequeo médico general de forma periódica y ante signos o 
síntomas anormales consulte al médico. 
 
DATOS CLÍNICOS QUE PUEDEN SER PARTE DEL
SÍNDROME DEL CUIDADOR PRIMARIO:
Ansiedad, depresión
Pensamiento suicida
Irritabilidad
Baja tolerancia a críticas
Desesperanza
Toxicomanías 
Baja autoestima
Descontrol de parámetros de presión arterial
Alteraciones en la regulación de la glucosa sanguínea
Agotamiento
Desmotivación
Menor apego
Diferente actitud
Deshumanización
Aislamiento
Sentido de inutilidad
Claudicación 
Trastornos del sueño
Temblor
Cefalea
Trastornos digestivos
Mala alimentaciónBaja de peso
Olvido y desorientación
Dolor en el área del corazón
Palpitaciones, Etcétera .
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RECOMENDACIONES 
Lleve una alimentación saludable para mantener su peso, evite el sobrepeso o su pérdida 
importante, si esto sucede, consulte al médico y mantenga una buena hidratación.
Evite la comida chatarra, el chocolate o el refresco, por pensar que le ayudará a
sentirse bien.
Duerma por lo menos 6 horas diarias y en el caso de que su familiar enfermo requiera de 
cuidado nocturno, apóyese en profesionales como una enfermera. Si esto no es posible, 
busque ayuda en las personas que conforman su red de apoyo.
Contrarreste el desánimo, la desesperanza, la tristeza o la tendencia a la ira y la 
desesperación, busque ayuda:
Haga un paréntesis en sus ocupaciones y realice actividades gratas como 
escuchar música relajante, rezar, practicar un deporte, tomar un café con sus 
amistades o realizar una manualidad, entre otras más.
Hable con personas que le hagan sentirse bien “una pena compartida es una pena 
diluida” (hay que saber con quién comunicarse, seleccionar a personas confiables).
Si requiere ayuda solicítela, piense en la formación de una red de apoyo familiar y social. 
Pedir apoyo no es debilidad, hay personas que sin ser familia pueden ayudar, como 
amigos, compadres, padrinos, voluntarios o miembros de la iglesia.
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Si tiene miedo, sentimiento de culpa, o labilidad emocional, no lo guarde, sáquelo, pida 
ayuda a un profesional como un psicólogo o tanatólogo.
Haga un poco de ejercicio físico, practique yoga o meditación.
Evite tomar bebidas alcohólicas, fumar o consumir otras drogas nocivas que 
causan hábito.
Sienta la naturaleza, camine por el campo, aprecie la vida.
Si la persona enferma está pasando por un duelo, es decir, tiene sentimientos, pensamientos 
y conductas que se asocian a pérdidas significativas como salud y autoestima y es difícil 
para él y para usted asimilarlo, busque ayuda profesional, un tanatólogo podrá apoyarle.
Prevenga complicaciones médicas en el domicilio del paciente que ha sido dado de alta. 
Pida informes sobre aspectos de medicina preventiva.
Apoye la continuidad del tratamiento farmacológico y favorezca el apego por parte 
del paciente.
Apoye la inserción y adaptación del paciente a su familia y al entorno del hogar, 
especialmente cuando recién ha sido dado de alta.
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HIGIENE 
CAPÍTULO 2
2. HIGIENE
20
HIGIENE
La limpieza es un punto básico para la higiene en personas sanas, enfermos y discapacitados.
Es conveniente que la persona, si es dependiente, colabore en las rutinas de higiene y se le 
motive como una manera de disminuir o eliminar emociones como rechazo, resistencia, 
ansiedad o incluso sentimientos de agresión a su persona.
En este sentido, es importante también considerar que las personas, no por tener una edad 
mayor pierden el sentido de pudor, quizás está más arraigado en ellos debido al tipo de 
educación recibida; el sentido de pena, tanto en el adulto mayor como en el cuidador y 
familiar, está presente, especialmente cuando se trata de personas del sexo opuesto, por 
ejemplo una hija que tiene que ayudar a bañar a su padre, o un hijo a su madre, o cuando los 
procedimientos de aseo incluyen el cambio de pañal, esa primera vez ofrece una dificultad 
no sólo por desconocimiento del procedimiento sino por los aspectos antes señalados; es 
por tanto necesario hablar previamente, la comunicación asertiva es básica para llegar a la 
comprensión mutua y favorecer una aceptación por ambas partes, misma que será patente 
cuando el afecto y el respeto son el eje central de un buen comienzo.
Se sugiere que antes de comenzar los procedimientos de higiene como el baño, se tengan 
preparados y cercanos los materiales necesarios que se ocuparán (jabón líquido, agua limpia 
o solución salina a temperatura adecuada, gasas, contenedores de agua, esponja, toallas, 
papel secante, cobertura plástica para el colchón, toallas y bata de baño).
 
BAÑO 
El lugar de baño del adulto mayor deberá tener las medidas de seguridad que le prevengan 
de posibles accidentes, especialmente de las caídas al piso, contemplando por ejemplo, 
sujetadores de pared a los cuales pueda asirse en caso de necesidad, señalamiento en las 
llaves de agua para conocer su temperatura previamente, puertas anchas y espacio necesario 
cuando se requiera meter una silla de ruedas; piso antiderrapante, tapetes antiderrapantes, 
silla para baño, iluminación adecuada, instalación eléctrica sin riesgos al contacto con la 
21
humedad o el agua. Es importante considerar la necesidad de privacía durante el baño, la 
temperatura agradable del agua, incluso utilizar los recursos de la aromaterapia y evitar las 
corrientes de aire. En resumen, ofrecer un ambiente agradable, seguro y cómodo en esos 
momentos.
En el caso de personas con disminución de la condición física o discapacidad, se recomienda 
que el baño sea de tiempo reducido (de 5 a 15 minutos máximo) y lo realice sentado. Hacer 
uso de sillas especiales o bien una silla de plástico consistente, sugiriendo poner en la base 
de las patas cubre patas de hule para evitar que resbale.
Cuando el cuidador está solo y necesita bañar a un paciente discapacitado, muy obeso y 
pesado, se puede recurrir al empleo de grúas hidráulicas especiales para enfermos que 
ayudarán a levantar a la persona para facilitar su traslado y movilización; de cualquier manera 
es conveniente en estos casos estar acompañado por otra persona.
22
 
Es bueno que alguien más apoye al familiar del adulto mayor (ante necesidades derivadas de 
la atención a personas longevas o discapacitadas), que esté cerca y atenta a tener acciones 
de comedimiento como apoyar a sostener a la persona, enjabonar, efectuar la limpieza y 
enjuague, tirar el agua sucia y traer la limpia; ayudar a secar la región inter glútea y participar 
en vestirlo, entre otras actividades más, dependiendo del grado de discapacidad. 
Antes del baño templar el agua previamente, brindar apoyo sobre todo a personas diabéticas 
con neuropatía, porque presentan cierto grado de insensibilidad para percibir el frío o el calor. 
Utilizar un tapete antiderrapante para baño, tener a la mano lo necesario para bañarse (jabón, 
champú, esponja, bata, toalla, chancletas, etc.); hacer uso de esponjas suaves sin tallado 
enérgico y enjuagar bien.
El secado debe ser cuidadoso para no dejar restos de humedad (en pliegues interdigitales, 
axilas, región inter glútea, pliegues debajo de las mamas u otras regiones de difícil acceso), 
hacerlo con toallas secas y limpias para evitar cambios bruscos de temperatura, vistiendo 
por partes; al término se revisará la piel para identificar cambios anormales, se procederá a 
lubricarla y vestir posteriormente. 
En los casos de presencia de estomas, recibir orientación profesional previa para el cuidado 
durante el baño y seguir las indicaciones. 
 
BAÑO EN LA CAMA O “BAÑO DE ESPONJA”
De preferencia, la persona deberá permanecer desnudo sobre un colchón impermeable 
cubierto con ropa de cama que se cambiará al final del baño; cubrir a la persona con una 
sábana e ir descubriendo por regiones, colocando un hule impermeable bajo la región que 
se lavará, empezar por el cuello, y continuar hacia abajo utilizando una esponja que primero 
humectará sin jabón; después, con jabón líquido, limpiará delicadamente sin frotar o tallar, 
hacerlo también de forma especial en región genital y pliegues, eliminando el jabón, para 
depues enjuagar con agua en la esponja.
23
Una vez limpia la piel, de inmediato secarla en forma delicada, teniendo especial cuidado de 
no dejar humedad en los pliegues de piel como son ingles, debajo de senos, axilas y región 
inter glútea o genital; usar papel secante en medio de los dedos de los pies.
Se retirará la ropa de cama que esté mojada,empleando la técnica de tendido de cama. 
Cuando la persona esté limpia sobre ropa de cama limpia y seca, se le colocará una sábana 
con frazada ligera e irá descubriendo por regiones para aplicar crema humectante y lubricante 
como la de almendras en forma generosa, permitiendo que se absorba mediante un masaje 
suave. Posteriormente proceder a vestirlo.
La cabeza puede lavarse cada tercer día, teniendo como símil cuando se realiza el enjuague 
de un tinte en el salón de belleza, colocar una “capita” de hule al cuello, si no está 
contraindicado médicamente, extender la cabeza hacia atrás donde un recipiente contendrá 
el agua del remojo, lavar con champú (para bebé) y enjuagar, cuidando de no hacer daño al 
cuero cabelludo, para finalmente secar con la toalla y peinar.
Si no toca lavado de cabeza, utilizar una gorra de plástico para cubrirla cuando el cabello 
es largo.
Tener extremo cuidado de no dejar que el jabón o el agua entren en contacto con los ojos, si 
esto ocurriera, lavar con agua limpia y secar de forma suave externamente.
En caso de tener colostomía, catéteres o curaciones, recibir la asesoría particular por parte 
del personal de salud.
24
AFEITADO Y PEINADO
Las personas, con el paso del tiempo, vamos creando una identidad que incluye aspectos 
tanto internos como externos. En los externos se incluye el cómo nos vemos, el cómo nos ven 
los demás y es deseable que estas circunstancias se preserven de forma positiva cuando uno 
está enfermo o dependiente: el arreglo del pelo, su corte, el peinado, el delineado de la ceja, un 
maquillaje discreto, etc.; todo esto hará sentir mejor a las mujeres y algo semejante ocurre 
con los hombres, sin importar su edad.
El afeitado deberá realizarse tan frecuente como lo acostumbre el adulto mayor, sólo puede 
ser supervisado o realizado por el familiar, conforme el grado de disfuncionalidad del 
enfermo, como sucede en casos de temblor, parálisis o trastornos de sensibilidad en la piel, 
evitar en lo posible la barba larga, utilizando de forma cuidadosa el rastrillo o rasuradora 
eléctrica, cuidando los aspectos de higiene y siguiendo la rutina de afeitado que culturalmente 
se tenga (se podrán utilizar lociones o emolientes de no haber contraindicación). 
DEPILADO 
Hacerlo si resulta necesario o si la persona lo acostumbra, tal es el caso de las cejas;
realizarlo con cuidado y con métodos que no ocasionen daño como irritación o quemaduras. 
Posterior al procedimiento, aplicar una loción para después de afeitar y lubricar después con 
crema humectante. 
25
CUIDADO DE LOS PIES
Si la persona tiene callosidades, hongos en las uñas o “uñas enterradas”, recurrir al médico 
para su tratamiento y al podólogo para el arreglo de los pies; en estos casos nunca cortar 
las callosidades, hacer limado o corte de las uñas sin el apoyo u orientación profesional de 
forma individualizada.
Es importante la revisión diaria de los pies, especialmente en personas con inmovilidad o 
diabéticos, desde su aspecto y coloración, hasta si existe la presencia de enrojecimiento, 
ampollas, hinchazón u otras lesiones, en caso de daño comunicarlo a su médico. 
La higiene diaria es básica, hacer un lavado con agua y jabón sin tallar, secar bien y 
posteriormente, para terminar el arreglo, aplicar crema emoliente y humectante dando un 
masaje suave.
El corte de las uñas siempre será necesario cuando la uña crece y supera el borde superior de 
los dedos. Utilizar un cortauñas con un trazo recto, a fin de evitar las uñas enterradas. 
Cuide que la persona enferma no ande descalzo y si lo hace con pantuflas, que éstas no sean 
destalonadas para que ofrezcan seguridad al caminar, además de comodidad. 
Si usa zapatos, que éstos sean de piel suave, horma ancha, suela antiderrapante, se ajusten 
a la medida del pie y de ser necesario, tengan los lineamientos del ortopedista.
Es conveniente tener un espejo de aumento con mango para favorecer el hábito de la 
revisión diaria de los pies, especialmente cuando se tiene dificultad para flexionarse al 
hacerlo sin esta ayuda.
26
LAVADO DE LAS MANOS
Un sinnúmero de infecciones y complicaciones se evitan con la adecuada higiene de las 
manos, haciéndolo con la frecuencia necesaria, sin olvidar realizarlo antes de comer, después 
de ir al baño o después de contaminarse con líquidos corporales como flemas o heces 
fecales, entre otros; si esto sucediera, lavar con agua y jabón, siguiendo la técnica de lavado 
de manos:
 
Si la persona no puede hacerlo por sí misma o en el caso de no tener los recursos necesarios 
para hacer el lavado con agua y jabón, realizarlo con gel antibacterial.
 
El familiar también deberá ser cuidadoso para mantener una higiene en sus manos, tanto para 
la protección del enfermo, como mecanismo de protección personal, lo cual se logra lavando 
las manos como lo indica el siguiente esquema, donde se muestran los 5 momentos básicos 
para la higiene de manos.
 
27
CUIDADO DE LA BOCA
Se deberá lavar la boca con pasta y cepillo dental después de cada comida.
En el caso de que la persona no pueda hacerlo solo, el familiar deberá hacer una mezcla en 
un vaso, de 50% de agua y 50% de antiséptico bucal es decir, a partes iguales, donde 
colocará gasas limpias que introducirá en la boca del enfermo, hará una limpieza suave sobre 
la lengua, paladar, partes laterales y encías, de forma tan cuidadosa que no despierte el reflejo 
de la náusea, si esto se diera, esperar unos momentos para continuar con el procedimiento.
Los labios también deberán mantenerse limpios después de administrar el alimento, limpiando 
con una “toallita húmeda”, el contorno de la boca y aplicando sobre los labios “labial de 
manteca de cacao”.
28
Es conveniente mantener una buena hidratación para evitar la resequedad de los labios, en 
caso de observar esta circunstancia de forma acentuada, comunicarlo a su médico. No 
olvidar el cuidadoso aseo de las prótesis dentales.
CUIDADO DE LOS OJOS
La limpieza de los ojos es necesaria especialmente en la persona que tiene inmovilidad facial,
utilice para esta acción solución fisiológica y de no tenerla, agua hervida con dos o tres flores 
de manzanilla, ya sin las flores y a temperatura ambiente, servirá para mojar gasas estériles 
con las que se limpiarán de forma externa los ojos, empezando por el lacrimal, retirando la 
posible secreción o lagaña; hacerlo diario o tan frecuente como sea necesario. En el caso de 
presentar síntomas como dolor o enrojecimiento, consultar al médico.
29
CUIDADO DE LOS OÍDOS
Evite que su familiar utilice audífonos para escuchar música por más de una hora, antes 
de utilizarlos limpie los auriculares en forma externa con alguna solución antiséptica.
Revise el pabellón auricular u “oreja”, tratando de identificar lesiones, especialmente en 
personas inmóviles que reposan de costado y en caso de encontrarlas avisar al médico.
Cuando se realiza el baño, evitar que entre agua al oído.
Asegurarse bien de secar el oído después del baño o del lavado de la cabeza.
No utilice cotonetes, palillos, pasadores, otros objetos o el dedo para limpiar el oído.
No aplique sustancias en el oído que no estén bajo prescripción médica. Asegure que su 
administración sea ótica (en el oído).
Si se tiene molestias en el oído consulte al médico.
Cuando la persona presenta dificultad para escuchar que antes no tenía y nota que hay 
cambios como pedir que le repita lo que dice, pone en la oreja su mano en actitud de 
escuchar mejor o le sube de volumen a la televisión, acuda a consulta con el
especialista en el oído (otorrinolaringólogo), seguramente el podrá ayudar a tratar este
problema; no dar por hecho que el no oír se debe al envejecimiento normal. 
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CUIDADO DE LA NARIZ
Mantenga sin mucosidad la nariz, empleando pañuelos desechables de preferencia o 
pañuelos bien limpios.
Si la persona no puede hacer la limpieza de la nariz por sí misma,apóyelo haciendo una 
limpieza cuidadosa y si es necesario, hágalo con gasas húmedas en solución salina o agua 
hervida, cuantas veces sea necesario, secando suavemente y coloque después una crema o 
pomada oleosa como la vaselina.
Ante la existencia de secreción abundante o congestión nasal, menciónelo al médico para 
tratar el padecimiento base que origina este síntoma. No lave la nariz internamente con 
líquidos por automedicación, puede ser riesgoso especialmente en personas que no están en 
estado de alerta. En caso de existir mucha vellosidad que asome de forma externa, recorte 
cuidadosamente con tijeras de punta roma o aparatos eléctricos para este fin.
31
VESTIMENTA
Mantenga ropa adecuada para la ocasión (frío, calor, ropa casual, pijama, etc.), evite que la 
persona pierda el gusto por vestir durante el día ropa de calle y ande siempre en pijama.
Respete los gustos de la persona, especialmente si es dependiente, por ejemplo, adecue la 
combinación de colores de la ropa (preferir colores cálidos o alegres), debiendo estar siempre 
limpia, seca y presentable; fácil de poner, utilizando recursos como tiras de velcro o broches 
a presión en lugar de cierres o botones.
No utilice cinturones, fajas o ropa apretada.
Prefiera ropa térmica de consistencia suave; por ejemplo, prefiera el tejido de algodón a los 
sintéticos, evitando que en las personas con inmovilidad se le formen arrugas o pliegues.
Es bueno apoyar a la persona para que se vista si ha perdido su autosuficiencia, pero 
permitiendo paulatinamente el rescate de la funcionalidad por el desarrollo de capacidades 
residuales, pudiendo utilizar adaptadores comerciales (de venta en lugares donde se 
expenden artículos médicos) que faciliten acciones como ponerse medias o abrochar botones. 
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ZAPATOS
Los zapatos deben tener las características de ser cómodos, a la medida (recomendando 
medirlos para su compra por la tarde), de horma ancha, corte acolchado, piel suave (cabra 
o cerdo), forro antibacterial, suela antiderrapante, soporte en el talón, casco o punta que 
proteja los dedos, tacón bajo, fácil de abrochar y/o poner, y ser del gusto de la persona que 
se los usa. Es recomendable tener por lo menos dos pares para que se alterne su uso, con el 
fin de que se les dé un mantenimiento de limpieza; se recomienda aplicar espray anti hongos.
En casos especiales, seguir la orientación del ortopedista.
CUIDADO DE LA PIEL
La piel refleja en buena medida el grado de sanidad general y la atención que la persona tiene 
en el caso de ser dependiente.
Una piel: sana, limpia, hidratada, lubricada y con buena circulación en un paciente bien 
nutrido, muestra el apoyo que tiene de sus familiares.
33
Hay partes donde la piel es muy frágil, debiendo procurar su higiene de 
forma más delicada, por ejemplo en la cara o los senos de las mujeres. 
Se sugiere tener varias esponjas (3) para las zonas delicadas como las ya 
mencionadas; para las zonas altamente contaminadas como la región 
genito anal y otra para el resto del cuerpo, procurando la limpieza con agua 
y jabón líquido neutro durante el baño. Al finalizar el baño o aseo parcial, 
no olvide lavar bien el material que se utilizará en una siguiente ocasión. 
En el caso de personas incontinentes o encamadas, limpiar la región 
genito anal después de evacuar, antes de aplicar algún enema o antes 
de colocar una sonda vesical, de inicio; hacerlo con papel secante 
para retirar el material contaminado (heces) empleando siempre guantes 
de látex. Posteriormente utilizar agua limpia a temperatura adecuada, 
procurando emplear sólo el jabón líquido neutro necesario en la esponja o 
toalla húmeda, empezando por la zona perianal hacia la espalda, en medio 
de los glúteos y dando un enjuague general para no dejar rastro de jabón; 
terminar con el secado de igual forma delicado, no dejando humedad; de 
existir rozaduras, podrá aplicarse previo consejo y/o autorización médica, 
alguna pomada como las utilizadas para los bebés, haciéndolo siempre de 
forma externa. 
ÚLCERAS
POR
PRESIÓN
CAPÍTULO 3
3. ÚLCERAS POR PRESIÓN
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ÚLCERAS POR PRESIÓN
La inmovilidad en personas encamadas, sentadas por largo periodo de tiempo en sillas de 
ruedas o con un yeso, constituye un factor de riesgo para la presentación de úlceras de 
decúbito o úlceras de presión, lesiones que algunas personas les llaman “escaras o llagas”.
Ciertos pacientes están más expuestos a la presentación de las úlceras por presión, entre los 
que se encuentran: personas con trastornos de sensibil idad cutánea como los 
diabéticos, quienes cursan cáncer en estadios avanzados, con lesiones medulares o secuelas 
de accidentes vasculares cerebrales, enfermedad de alzheimer con estadio avanzado o 
quienes padecen enfermedad de Parkinson.
Clasificación de las escaras:
Estadio I. Úlcera superficial con aspecto de abrasión, ampolla o cráter superficial, disminución 
del grosor de la dermis, epidermis o ambas.
Estadio II. Úlcera bien diferenciada con presencia de exudado y bordes bien definidos, con 
pérdida total del grosor de la piel, que indica lesión y necrosis del tejido subcutáneo.
Estadio III. Lesión que se extiende hasta el músculo, hueso y/o articulación.
La presión ejercida sobre los tejidos en una superficie dura ocasiona que el aporte de 
sangre por los vasos sanguíneos en esa región sea menor, con disminución del oxígeno 
y los nutrientes necesarios para que las células vivan; el acúmulo de células lesionadas 
o muertas origina la úlcera.
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Esta complicación puede dar origen a infecciones tanto de la piel como generalizadas, 
que ponen en riesgo la vida de la persona; cuando las escaras ya están presentes 
deben ser tratadas por personal profesional, o bien, los familiares deben buscar y recibir 
la orientación necesaria para realizar las curaciones en casa, ya que cada caso tiene 
características personales y amerita una atención individualizada. 
Actualmente, en muchas clínicas del sector salud o privadas, se encuentran servicios 
especializados en el tratamiento de estas lesiones que habitualmente se denominan 
“clínica de heridas”.
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Lugares de presentación de ulceras por presión
Características clínicas:
Colocar en el cuadro el número que corresponda, conforme a la característica clínica, para 
mostrar al médico y facilitar la identificación de la lesión.
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Las escaras pueden en gran medida prevenirse o retardar su aparición, por tanto, es 
necesario identificar las partes del cuerpo donde pueden presentarse para estar al tanto: 
datos de enrojecimiento, ruptura de la piel, formación de “ampollas”, entre otros, son 
información valiosa que se debe comunicar al médico para realizar un tratamiento temprano. 
Dentro de las medidas de prevención de las escaras, es proporcionar una adecuada 
nutrición con el seguimiento del nutriólogo, otras medidas son: 
Evitar el uso de elementos que compriman la piel o que haga presión sobre ella, como: 
resorte en calcetines, fajas, puños de ropa apretados, etc.
Mantener el cuidado de la piel. Incluye tenerla limpia, humectada, lubricada y seca.
Hacer revisión diaria de los puntos donde se pueden formar escaras.
Evitar la exposición al frío.
Aprender la técnica de tendido de cama para evitar que se formen arrugas; mantenerla 
limpia, de preferencia usar sábanas de tejidos naturales como el algodón.
Evitar movimientos de fricción o deslizamiento de la piel con la ropa cuando la persona 
está sentada.
Si la persona presenta incontinencia fecal o urinaria, hacer los cambios de pañal 
necesarios para evitar la contaminación y la humedad.
Preferir la ropa de tejidos naturales como el algodón, en lugar de tejidos sintéticos.
Colocar colchón de agua si se tiene la disposición de mantener la acción de movimiento 
del agua.
Colocar colchón de movimiento alterno (algunos tienen contenido de aire, otros de 
resortes. Consultar en tiendas de artículos médicos).
Colocar elementos que disminuyan la presión en puntos que lo permitan, como taloneras,almohadillas, apósitos acolchados (por ejemplo en medio de las rodillas o bajo los 
omóplatos) o arcos de cama, siempre con la asesoría del personal de salud.
Evitar los masajes en salientes óseas.
Hacer cambios frecuentes de posición, teniendo cuidado de evitar caídas; en personas 
corpulentas apoyarse entre varias personas (se muestra el reloj de orientación para la 
movilización). 
Cuando se presente una escara dar aviso al médico.
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Sólo realice curaciones de su familiar si tiene el conocimiento otorgado por un profesional, 
no por recomendaciones de otras personas. Cada caso es diferente, por tanto, el tratamiento 
debe hacerse de forma individualizada.
 
Reloj de orientación de cambio de posturas:
CAPÍTULO 4
ESTIMULACIÓN
DE LA FUNCIÓN
MENTAL
4. ESTIMULACIÓN DE LA FUNCIÓN MENTAL
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ESTIMULACIÓN DE LA FUNCIÓN MENTAL
El cerebro es el órgano del que depende en gran medida el funcionamiento general del cuerpo, 
sus funciones son múltiples, entre ellas, memoria, capacidad de atención, cálculo aritmético, 
lenguaje, juicio, coordinación del movimiento, secreción de neurotransmisores y hormonas 
entre otras.
Con el paso de los años, por envejecimiento normal, hay pérdida de neuronas que son las 
células que conforman el cerebro y de las que depende básicamente su función; esto lleva a 
observar que hay una disminución funcional, sin embargo, cuando se suman enfermedades 
cerebrales crónico degenerativas como la enfermedad de Alzheimer u otras con posibilidad 
de daño a este órgano como la enfermedad de Parkinson, el deterioro se acentúa ameritando 
una valoración especializada (por el neurólogo) para establecer el diagnóstico y el tratamiento 
médico.
Hay certeza científica de que al ejercitar el cerebro su función mejora, adquiriendo nuevas 
habilidades que ayudan a compensar el deterioro por el envejecimiento e inclusive puede 
hacer más lento el curso de enfermedades degenerativas y/o ayudar a retardar su aparición. 
El proceso de regeneración neuronal llamado “plasticidad” es posible si ejercitamos las 
funciones cerebrales, es como cuando se ejercita el músculo y éste incrementa su fuerza.
Los familiares de personas adultos mayores que observan dificultad en funciones mentales 
por envejecimiento o porque ya tienen una enfermedad cerebral crónico degenerativa como 
el Alzheimer, pueden beneficiar a la persona, motivándolo para que realice actividades que 
impulsen el funcionamiento cerebral, lo cual puede hacerse de forma lúdica a través del juego.
Hay evidencia científica que al ejercitar el cerebro se establecen nuevos contactos 
interneuronales en la superficie dendrítica con ampliación de la arborización neuronal y apoyo 
al proceso de plasticidad del cerebro.
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La depresión es también un padecimiento frecuente en las personas mayores, se observa 
como falta de alegría por vivir, ausencia de satisfacción por lo que se tiene o se hace, labilidad 
emocional e incluso tener ideas sobre la muerte, este comportamiento se parece a la enfermedad 
de Alzheimer en su etapa inicial; requiere tratamiento médico y es necesario establecer su 
diferenciación, para determinar su diagnóstico.
El diagnóstico de enfermedades cerebrales que le llevan a la disfunción mental, tiene que 
realizarse por el médico especialista en este campo (neurólogo), incluye la participación de 
un equipo interdisciplinario para establecerlo, ya que hay padecimientos que se acompañan 
del deterioro de la función mental y pueden ser reversibles con el tratamiento apropiado, por 
ejemplo, algunos tumores cerebrales y algunas infecciones en este órgano. 
Actividades sugeridas para estimular la función mental:
Cada actividad debe valorarse y adecuarse a la capacidad funcional e interés particular de 
la persona, en algunas ocasiones los enfermos no experimentan placer por iniciar algo, es 
entonces cuando la motivación y el conocimiento que se tiene de ellos y de su grado de 
funcionalidad será útil para apoyarlo y obtener una respuesta positiva.
Las personas con deficiencia acentuada en algunas áreas de la función mental requieren de 
tiempo, paciencia, comprensión y vigilancia, con el fin de evitar riesgos y utilizar una 
comunicación asertiva, a través de frases y oraciones cortas, pronunciadas de manera lenta 
sin elevar el tono, aunque no se tenga la respuesta deseada, reiterando que la paciencia es un 
don importante en estos casos.
Brindar la posibilidad de contacto con estímulos auditivos (música relajante o del agrado de 
la persona), gustativos (para que perciba los sabores dulce, ácido, amargo o salado), táctiles 
y olfatorios, cuidando que no ofrezcan riesgo e incentivando la posibilidad de distinción entre 
ellos:
 
Estimular a la persona para que interprete canciones conocidas o aprenda algunas 
nuevas, pudiendo utilizar pistas (considerar si ha tenido gusto por el canto).
Escribir su libro de memorias.
Acompañarlo a decir y recordar oraciones a Dios.
Motivarlo a escribir un recetario de cocina. 
Iniciar una narración de su imaginación o basada en sus experiencias.
Participar en juegos de asociación de ideas.
Tomar parte en juegos de mesa: dominó, memorama, ajedrez, damas chinas y españolas, 
serpientes y escaleras, lotería, turista mundial, palillos chinos, etc.
Participar en crucigramas o juegos como el escrabble.
Armar rompecabezas o formar figuras con legos.
Hacer formas con tanagrama.
Resolver “laberintos” y “sopa de letras”.
Encontrar “diferencias entre dibujos”.
Hacer ensamble de modelos o rompecabezas 3D.
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Descubrir o desarrollar la habilidad para elaborar manualidades: pintura en tela, pintura 
en cerámica, bisutería, macramé, tejido a gancho o con agujas.
Realizar obras de pintura, dibujo, escultura en diversos materiales como la plastilina o 
el barro.
Aprender nuevos oficios (no complicados): carpintería, fontanería o herrería, entre otros.
Inscribirse en cursos para aprender diferentes materias (idiomas, historia, historia del
arte o computación, etc.).
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CAPÍTULO 5
HIGIENE
DEL
SUEÑO 
5. HIGIENE DEL SUEÑO 
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HIGIENE DEL SUEÑO
El descanso nocturno a través del sueño, tiene beneficio no solamente para su calidad de 
vida; hay estudios científicos que ponen en evidencia que el sueño evita muertes prematuras 
y causa enormes beneficios, como los siguientes: 
Apoya al fortalecimiento de la memoria, ayuda a una mejor regulación del metabolismo 
orgánico, favorece el aprendizaje, mejora la concentración mental y la creatividad, disminuye 
el estrés y la depresión, con beneficio en el control emocional en general; disminuye los 
casos de hiperactividad, contribuye a la belleza física (no ojeras y “bolsas” en los párpados) 
y retarda el envejecimiento prematuro. También ayuda en la disminución de procesos 
inflamatorios, protege al corazón, apoya un adecuado control del peso e incrementa la 
resistencia aeróbica.
Es normal en las personas jóvenes dormir de 7 a 8 horas, sin embargo, con el paso de los años 
y por envejecimiento normal, puede ocurrir que las sustancias que se producen en el cerebro 
y regulan las diferentes etapas del sueño, llamadas neurotransmisores, se modifiquen, 
bastando de seis a siete horas de sueño placentero para cubrir su necesidad fisiológica.
No obstante, los trastornos del sueño son más frecuentes en las personas de mayor edad y 
no siempre se debe a cambios en los neurotransmisores, con frecuencia se asocia a cambios 
un tanto voluntarios en el patrón de vigilia o sueño, un ejemplo es cuando las personas 
mayores pasan un tiempo mayor en cama sin necesidad estricta de hacerlo, visten pijama en 
lugar de ropa de vestir y pasan largos periodos de tiempo con el televisor encendido como 
única interactuación, lo que motiva somnolencia y “dormitar” en el día para no dormir por la noche.
La soledad, las causas de inmovilidad, los tranquilizantes e inductores del sueño por 
automedicación o mal prescritos, pueden tambiénser causa frecuente, ya que es conocido 
que muchos de estos fármacos “son el remedio del presente y se convierten en el problema 
futuro” ya que causan hábito tanto físico como psicológico, llevando a un abuso o a una 
necesidad no justificada.
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Cuando los trastornos del sueño se convierten en algo muy evidente que interfiere con la función 
de la persona y su entorno, hay necesidad de consultar a su médico, actualmente existe la 
posibilidad de que los profesionales de la salud den atención a estos problemas, refiriendo 
a los pacientes a las “clínicas del sueño”, donde son valorados y tratados adecuadamente, 
partiendo de un diagnóstico.
Se sugiere que el familiar de la persona mayor apoye a un buen dormir, con aspectos sencillos 
de aplicar dentro de la llamada higiene del sueño como los que a continuación se enlistan, 
para realizar las correcciones necesarias y en algunos casos obtener beneficios como los 
siguientes recomendaciones: 
Hacer del dormitorio o recámara un lugar agradable, limpio, ventilado apropiadamente, 
con una cama bien tendida prefiriendo sábanas de algodón y cobertores abrigadores 
pero de poco peso; un colchón en buen estado de acuerdo con las necesidades particulares 
de quien en él duerme (duro, blando, etc.); almohadas de material amoldable que sean 
realmente confortables, sin ruido en el ambiente; si le sirve, poner música ambiental 
grata o programada para inducir el sueño; evitar la presencia del televisor, las noticias 
con contenido violento y facilitar un ambiente en penumbra que procure tranquilidad a 
la persona. 
Hacer las oraciones acostumbras y meditar. 
Evitar las siestas diurnas o la permanencia del mayor tiempo en cama durante el día, si 
se tiene la posibilidad de incorporarse, realizar diversas actividades.
Incentivar a la persona para participar en actividades que durante el día den ocupación 
positiva del tiempo libre.
Usar ropa de dormir cómoda elaborada con fibras naturales como el algodón.
Tener un horario para dormir y despertar.
Evitar el ejercicio físico por lo menos una hora antes de dormir, es mejor hacer oración o 
leer textos cortos y agradables.
Conocer y efectuar técnicas de relajación como el yoga.
Emplear recursos de aromaterapia, por ejemplo la dispersión de esencias como la lavanda 
o melissa.
Procurar una cena frugal; evitar el consumo de café, refresco o té concentrado, mucho 
menos bebidas alcohólicas o fumar.
Es recomendable tomar un vaso de leche tibia (de ser necesario deslactosada); el consumo 
de almendras o nueces como estimulantes del sueño, al igual que algunos tés como el 
de flores de azahar.
Si la persona presenta incontinencia urinaria o fecal, hacer la previsión necesaria para 
el uso de un pañal limpio y seco al momento de dormir, evitando que esté mojada y en 
contacto con material contaminante.
Si consume medicamentos, adecuarlos para que la última toma sea la que menos líquido 
requiera, esto con orientación médica.
Si la persona toma medicamentos tranquilizantes o inductores del sueño, que siempre 
sea con seguimiento estricto a la prescripción médica, evitando la automedicación o 
sobredosis.
Si se observa que la persona presenta reacciones secundarias a medicamentos prescritos, 
que se manifiesten durante el sueño como pesadillas o terror nocturno, dar aviso al 
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médico para la suspensión del fármaco, adecuación de dosis o cambio por otro fármaco 
sin estos inconvenientes.
Evitar dormir con nietos o personas que tengan trastornos del sueño como pesadillas o 
terror nocturno.
Antes de solicitar ayuda farmacológica para dormir, se sugiere poner en práctica las 
recomendaciones anteriores.
Los trastornos del sueño son padecimientos conocidos y tratables por expertos en las 
“clínicas del sueño”, si el padecimiento es constante y no se beneficia con medidas 
como las anteriores, se sugiere consultar al médico especialista en ellos.
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ALIMENTACIÓN
CAPÍTULO 6
6. ALIMENTACIÓN
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ALIMENTACIÓN
Reflexiones de algunos escritos encontrados sobre la alimentación:
La comida puede ser la más poderosa forma de medicina o la forma más lenta de
veneno. (Anne Wigmore)
Comer es una necesidad, pero comer de forma inteligente es un arte. (Rochefocauld)
Somos lo que comemos, pero lo que comemos nos puede ayudar a ser mucho
más de lo que somos. (Alice May Brock)
Hoy en día, más del 94 por ciento de las enfermedades crónicas están causadas por la 
comida, ingredientes tóxicos, deficiencias nutricionales y falta de ejercicio físico. (Mike 
Adams)
He visto pocos morir de hambre, de comer cientos. (Benjamín Franklin)
Dime lo que comes y te diré lo que eres. (O.K Chesterton)
El agua es uno de los nutrientes más descuidados de tu dieta, pero es uno de los más 
vitales. (Julia Chid)
Si llevas una dieta balanceada consigues todas las vitaminas y minerales que necesitas y 
no requieres de suplementos, de hecho, la sobredosis puede ser peor. (Anónimo)
El doctor del futuro no tratará más al ser humano con drogas, curará y prevendrá las
enfermedades con la nutrición. (Thomas A. Edison)
Si pudiéramos dar a cada individuo la cantidad adecuada de nutrición y ejercicio, ni poco 
ni demasiado, habríamos encontrado el camino más seguro hacia la salud. (Hipócrates)
No tienes que comer comidas complicadas, simplemente comida saludable de
ingredientes frescos. (Julia Child)
No cabes tu tumba con tu propio cuchillo y tenedor. (Proverbio Inglés).
Querer que un cuerpo funcione bien sin comer de forma saludable, es esperar que
un coche funcione con la gasolina equivocada. (Anónimo)
Conforme pasa el tiempo, el proceso de envejecimiento origina modificaciones en el organismo, 
el aparato digestivo no es la excepción; ejemplos de los cambios que pueden hacer 
vulnerable al adulto mayor y tener trastornos nutricionales, bien sea por exceso o por 
carencia, pueden ser los siguientes: redistribución del tejido graso y del tejido magro, 
55
disminución del requerimiento energético calórico, en la boca, disminución de la producción 
de saliva, disminución de los corpúsculos gustativos de las papilas de la lengua, disminución 
de la fuerza de los músculos para la masticación, disminución del ácido clorhídrico que se 
produce en el estómago y es fundamental para la digestión, tendencia al enlentecimiento de 
la motilidad intestinal y disminución de la producción de enzimas que componen el jugo 
digestivo, entre otros cambios más.
Cambios que favorecen, a manera de ejemplo, que el adulto tenga predisposición a seleccionar 
alimentos de consistencia blanda aunque no sean tan nutritivos, le lleven a masticar con menor 
fuerza y presentar constipación intestinal o estreñimiento, condición favorecida además por 
la inmovilidad y el poco consumo de agua, también es común la disminución en la absorción 
de nutrientes como el ácido fólico, el hierro o el calcio, favoreciendo enfermedades como 
osteoporosis o anemia y la presencia de algo tan común, como dejar de comer, porque el 
alimento no les place, “no les sabe a nada”.
Bajo esta base, los adultos mayores se encuentran vulnerables ante la presencia de problemas 
nutricionales y enfermedades cuando no llevan una dieta adecuada que cumpla con las leyes 
de la alimentación: completa, suficiente en cantidad, equilibrada con los nutrientes 
necesarios, particulares de cada persona, higiénica y presentable a la vista. Por tanto, es 
benéfico recibir orientación de un profesional en este campo, sobre todo si la persona tiene 
padecimientos crónico degenerativos como: osteoporosis, hipertensión arterial sistémica o 
diabetes mellitus entre otros.
La dieta indicada por un nutriólogo debe seguirse con el mayor apego: requiere de mucha 
paciencia por parte del familiar, con la aplicación de incentivos y técnicas de motivación. Esto 
en ocasiones es un reto que obliga a tener objetivos bien definidos con la aplicación de reglas 
elementales de psicología, una de ellas consiste en el empleo de estímulos o “recompensas” 
ante las buenas accionesrealizadas. 
Un ejemplo es la necesidad de que la persona incremente el consumo de agua, misma que 
se recomienda sea de 50 ml por kilogramo de peso al día, lo cual difícilmente se cumple en 
muchos adultos mayores. Para suplir este ordenamiento es conveniente buscar estrategias 
que lo permitan, como incrementar la actividad física para que modifique su mecanismo de la 
sed, y en todo caso explicar los beneficios que se obtienen al tomar más líquidos como agua 
de frutas o té del sabor de su preferencia, en lugar de agua simple.
Otro problema que se presenta es la dificultad que tiene la persona para comer por sí misma. 
Valorar la necesidad real de ayuda para evitar la dependencia innecesaria y considerar el 
beneficio de llevar paulatinamente hasta la autosuficiencia. Es necesario considerar el empleo 
de artículos que faciliten la tarea como los vasos de plástico de cierre hermético con popote 
integrado; cuando existe la dificultad para sujetar la cuchara por falta de pulso fino intentar 
poner en la “cola” de la cuchara una masa de plastilina e investigar el grosor necesario para 
facilitar la presión a través de un ensayo para que se sujete, posteriormente seguir 
el modelo y hacerlo con masa plástica o yeso; tambien hay articulos de apoyo para esto, 
de venta tiendas médicas. Cuando el adulto mayor es dependiente total para la alimentación, 
asuma esta responsabilidad, no se desespere, forme una red de apoyo que facilite esta tarea; 
solicite orientación del médico tratante y tome las precauciones que se requieren para evitar 
la bronco aspiración.
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A continuación se mencionan algunas orientaciones generales que pueden aplicarse en 
beneficio de su familiar:
Extreme siempre las medidas de higiene como el lavado de manos, utensilios y 
superficies donde se preparan los alimentos, no olvide el lavado cuidadoso de carnes y 
la desinfección particular de verduras.
Es recomendable en muchos casos la dieta fraccionada, es decir, agregar dos colaciones 
intermedias a los tres alimentos habituales del día.
Lleve al pie de la letra una dieta especial indicada por el profesional de la salud o nutriólogo y 
establezca buena relación con él para hacer ajustes o despejar dudas; es deseable tomar un 
curso de orientación nutricional y arte culinarío que complementará con el conocimiento de la 
pirámide nutricional el beneficio de tener una alimentación sana.
Es benéfico percibir el aroma agradable del alimento durante su preparación, porque 
puede motivar e incrementarle el apetito.
Procure que el lugar donde se toman los alimentos sea grato y limpio, sin “regaños” o 
señalamientos, es bueno reír, estimula la liberación de sustancias cerebrales que ayudan a 
sentirse mejor, inclusive mitigan un poco el dolor; poner música agradable como fondo y 
utilizar una vajilla bonita y colorida que de contraste a los alimentos, de preferencia con 
el uso de platos de tamaño mediano.
Si cocina hágalo con amor y una forma de demostrarlo es teniendo apego a la 
preparación de los alimentos de su familiar, de acuerdo con las indicaciones recibidas, 
sin importar que tenga que cocinar diferente para el resto de su familia.
Si su familiar enfermo comparte los alimentos con el resto de la familia, tratar que 
quienes lo acompañen se limiten a consumir alimentos que no transgredan su dieta y 
motiven antojo, si eso no es posible, que el resto de la familia coma en otro momento y 
lo acompañen solamente, compartiendo con la persona algo ligero.
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Cuando cocine utilice aceite de oliva, de semilla de uva, de coco, de aguacate o 
cártamo y en pequeñas cantidades; evite frituras con grasas “trans.”
Si la persona tiene molestias con los lácteos evítelos, es probable que tenga 
intolerancia a la lactosa, o bien utilice los que ya se venden como deslactosados.
Que su consumo de carnes sea de pescado, pollo o pavo sin grasa, evitando de 
preferencia la carne de cerdo, borrego o res.
Evite en su familiar el consumo de leche “bronca” (sin descremar) o sus derivados con 
alto contenido de grasa como la mantequilla o quesos como el manchego, gouda, 
ranchero, gruyere, cheddar o fontina, prefiriendo los de menor grasa como el panela 
bajo en sal o el requesón. 
Incremente el consumo de jugos recién preparados y verduras frescas.
Prescinda de los enlatados o alimentos altamente procesados con el uso de conservadores 
como los embutidos.
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Evite las frituras, alimentos con alto contenido de sal o en salmuera (aceitunas, papas 
fritas, botanas saladas, pescado salado); en el caso de la sal, apenas una “pizca” (lo que 
tome entre los dedos indice y pulgar) es cuestión de hábito.
Opte por ofrecer a su familiar agua simple o de fruta endulzada levemente, diga no al 
refresco y a las bebidas alcohólicas.
Ofrezca vino si el médico lo permite (de preferencia tinto) en cantidad no mayor a I50 
mililitros diarios, pero no olvide que no se lleva con los medicamentos.
No fumar.
Evite la siesta después de comer. Si la persona puede hacerlo, llévelo a caminar, ayuda 
para una mejor digestión.
Es conveniente tener presente la importancia de la atención buco dental por un 
especialista (odontólogo), especialmente cuando el adulto es añoso y tiene prótesis, 
bien sean fijas o removibles; amerita por tanto evaluación periódica.
Mantenga interés por una formación o información nutricional y de preparación de los 
alimentos. Inscríbase en un curso de cocina!
Participe en círculos de ayuda a familiares de pacientes con enfermedades crónico 
degenerativas, el intercambio de ideas siempre es benéfico. 
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CAPÍTULO 7
PREVENCIÓN
DE CAÍDAS
7. PREVENCIÓN DE CAÍDAS
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PREVENCIÓN DE CAÍDAS
Las caídas son muy frecuentes en los adultos mayores, pueden originarse por accidentes 
en la vía pública y el transporte, en los centros recreativos o en lugares de trabajo, sin 
embargo, los más observados son los que se presentan en el propio domicilio, especialmente 
en lugares como la cocina, el baño o las escaleras.
Un piso liso, mojado, resbaloso, limpiado con ceras o líquidos y trapeadores oleosos, son 
factores predisponentes; también son riesgosas las escaleras con peldaños demasiado 
altos, muy estrecha la superficie para pisar, en mal estado, con la falta de barandales o 
cintillas antiderrapantes; la carencia de buena iluminación en la noche o una iluminación 
muy reflejante a los ojos como los espejos, pueden sumarse como elementos de peligro.
Revise la casa para identificar estos peligros y otros frecuentes como la presencia de 
“baches”, desniveles en el piso u objetos que obstaculicen el paso como juguetes, cajas 
o tapetes con borde estorboso.
Las caídas al piso pueden ser causa de muerte inmediata, especialmente cuando golpean 
estructuras vitales como la cabeza y lesionan el cerebro o vasos importantes, causando 
hemorragia severa; también es frecuente la fractura de huesos de consistencia porosa 
como la cabeza de fémur, el húmero, el radio y el cúbito; las costillas o la columna. El 
empleo de una conducta de evitabilidad de caídas puede ayudar a la disfuncionalidad y 
dependencia de otras personas para realizar las actividades de la vida diaria. 
“Después de una caída nada es igual”, dice una frase conocida y es cierto, sólo un 
número reducido de personas recuperan totalmente la función que tenían previo a la 
caída y sólo después de un proceso de rehabilitación largo y costoso, por no mencionar 
que un gran porcentaje de pacientes quedan con temor de volver a caer; esto les impide 
tener una funcionalidad ad íntegrum. 
Hay circunstancias del propio adulto mayor que favorecen las caídas como:
Disminución de órganos de la sensopercepción como son el oído o la vista (como la 
retinopatía diabética o hipertensiva, glaucoma, catarata, miopía o estigmatismo, entre 
otros).
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Cambios por enfermedad o envejecimiento del sistema vestibular que se encuentra en el 
oído e interviene en la regulación del equilibrio.
Disminución de la fuerzamuscular, particularmente cuando hay tendencia a la inmovilidad.
Alteración en la capacidad para caminar, bien sea por enfermedad o envejecimiento 
normal, observando cómo se camina más lento con pasos cortos y tendencia a arrastrar 
los pies, abriendo más las piernas y flexionando un poco las rodillas en un intento por 
incrementar la base de sustentación.
Presencia de enfermedades que disminuyen la capacidad de la función mental como la 
enfermedad de Alzheimer u olvido senil benigno, así como la enfermedad de Parkinson 
entre otras.
Enfermedades que afectan el sistema músculo esquelético: artritis, deformidades de los 
pies o enfermedad articular degenerativa. 
Medicación con fármacos que causen somnolencia, vértigo o descontrol metabólico: 
benzodiacepinas (nitrazepam o fluozepam), medicamentos antihipertensivos del tipo de 
beta bloqueadores; diuréticos que causen hipotensión, antidepresivos tricíclicos, etc.
Mala alimentación o deshidratación.
Depresión o labilidad emocional entre otros padecimientos de la salud mental.
Es conveniente analizar cada uno de estos puntos hasta donde sea posible influir positivamente 
para su corrección o modificación, con la disminución del riesgo de la presentación de caídas; 
por ejemplo en los trastornos de la vista realizar la visita al oftalmólogo con la periodicidad 
necesaria: para en caso necesario, tener los lentes o los ajustes de la graduación que permitan 
una mejor visión.
Otros puntos son:
Recoger objetos tirados en el suelo.
Despejar escaleras, poner cintas antiderrapantes en el filo del escalón y barandales en 
buen estado.
Tener una adecuada iluminación general, en particular en la escalera, con la colocación 
de lámparas con sensores al movimiento.
No subir escaleras o utilizar muebles para alcanzar lugares altos, mejor pedir ayuda.
Sujetar tapetes.
Evitar el uso de sofás con asiento muy bajo o que se suman al sentarse, entorpeciendo 
la incorporación.
Si se tiene dificultad para ver o alteraciones mentales, no utilice separadores de vidrio 
entre las habitaciones.
Utilizar contactos y apagadores fluorescentes para identificarlos fácil en la noche.
Colocar lámparas de encendido automático. 
Usar en caso necesario bastones, andadores u otros apoyos como muletas, bajo el 
conocimiento del manejo con supervisión y de forma adecuada.
Usar rampas, evitando desniveles.
Tapar “baches” del piso.
Poner sujetadores en el baño y tapetes antiderrapantes en el área de la regadera.
Adaptar, de ser necesario, pasamanos que ayuden a levantarse del W.C., así como 
adaptadores de altura para la taza.
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Secar muy bien los pies antes de salir del baño, usar chancletas y pantuflas con talón y 
suela antiderrapante.
Usar zapato cómodo, con horma ancha y piel suave.
Tener un control médico adecuado, con seguimiento y vigilancia de los fármacos 
prescritos, especialmente de aquellos síntomas secundarios, identificados como riesgo 
para la presentación de caídas, con el fin de comunicarlo a su médico para la corrección 
de dosis o el cambio del fármaco correspondiente.
Realizar ejercicio físico, disciplina que ayudará a prevenir caídas.
Conservar, en la casa del familiar, un directorio con números útiles en caso de emergencia, 
así como un botiquín de primeros auxilios.
Conocer los primeros auxilios para brindarlos con seguridad, sin olvidar que el primer 
paso en la atención es mantener la calma.
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CAPÍTULO 8
EJERCICIO
FÍSICO
8. EJERCICIO FÍSICO
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EJERCICIO FÍSICO
El ejercicio físico ofrece un sinnúmero de beneficios para quien lo practica, ya se trate de 
persona sana, enferma, discapacitada o incluso encamada; incrementa la capacidad funcional, 
física y mental; contribuye para llevar una vida autosuficiente y preservar la salud. 
Entre las enfermedades que pueden verse retardadas en su aparición en caso de tener 
factores predisponentes o mejorar su control, se encuentran:
La hipertensión arterial sistémica y sus complicaciones; la diabetes mellitus, el cáncer de 
colon y de mama; la depresión, la osteoporosis, la obesidad, la artrosis y la enfermedad de 
Alzheimer, entre otras, incluso se ha asociado con la disminución de la percepción del dolor 
en caso de tenerlo, con la posibilidad de un empleo menor de medicamentos analgésicos.
Sin embargo, aun sin estar enfermos el beneficio es múltiple para favorecer la salud y el 
bienestar general:
Con el ejercicio físico se fortalecen los huesos, el corazón y el sistema cardiovascular. Se 
incrementa la fuerza muscular y la capacidad de respuesta de los reflejos osteotendinosos; 
mejora el equilibrio, la agilidad y la flexibilidad, con incremento en la preservación de la 
capacidad para caminar, la autosuficiencia y la capacidad de reacción ante circunstancias 
de peligro, evitando las caídas, los accidentes y favoreciendo el proceso digestivo para 
apoyar una evacuación regular, con disminución de los estados depresivos y de ansiedad; 
se favorece la sociabilidad e integración familiar, con incremento en la circulación sanguínea, 
especialmente de los órganos del cerebro, así como del proceso de oxigenación general con 
un metabolismo aeróbico. También ayuda a dormir mejor si su práctica se realiza durante el 
día y no antes de dormir.
Hablar del ejercicio y su beneficio es extenso; para fines prácticos basta lo mencionado 
anteriormente como motivación familiar. 
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También parámetros de las cifras de presión arterial, lípidos o grasas sanguíneas como el 
colesterol, los triglicéridos y la glucosa, tienden a mantener cifras normales e incluso a 
recuperarse en caso de descompensación.
Para quienes no han tenido el hábito de realizar ejercicio, costará trabajo en su etapa inicial, 
pero poco a poco con constancia y la apreciación de sus beneficios, se convertirá en una 
actividad casi adictiva.
Un buen comienzo es pensar en la capacidad funcional de la persona, por tanto, hay que 
realizarse una valoración profesional a fin de evitar riesgos. El especialista en medicina del 
deporte podrá en cada caso requerir de los estudios necesarios (prueba de esfuerzo, 
exámenes básicos de laboratorio, Rayos X de tórax, etc.) para determinar lo que resulte más 
conveniente en su práctica: intensidad del ejercicio, periodicidad, frecuencia y volumen de 
entrenamiento; actividades que llevarán un proceso inicial, con incrementos graduales hasta 
lograr el objetivo deseable.
La propia persona puede seleccionar aquello que más le guste, por ejemplo: caminatas al aire 
libre, paseos, cachibol, natación, taichí, yoga, baile de salón, juegos o ejercicios programados.
En la realización de actividad física es importante buscar la seguridad personal y el clima, 
por ejemplo, en el caso de la caminata procurar realizarla en piso plano, bien iluminado, sitio 
seguro, con zapatos y vestimenta apropiada a la actividad y el clima. Es necesario la orientación 
médica en relación a la frecuencia cardiaca, respiración con falta de aire o dificultad para 
respirar, presencia de dolor o calambres en las piernas. Es preferible hacerse acompañar por 
otras personas o un cuidador, en caso necesario. Se recomienda para los adultos mayores 
funcionales, un ejercicio de 150 minutos a la semana, con ejercicio aeróbico de moderada 
intensidad.
También es recomendable la práctica no menor a 30 minutos de ejercicio aeróbico dentro de 
un programa de entrenamiento que tenga tres fases: de calentamiento (ejercicios de 
flexibilidad o calistenia), una fase de ejercicio principal y una fase final de ejercicios de 
relajación, con lo que se evitará el riesgo de lesiones.
Estudiosos del impacto de la inmovilidad han mencionado que 10 días de reposo en cama 
lleva a una disminución de la masa muscular hasta del 10% y disminución de la fuerza de 
extensión de la rodilla en 5%, también hay disminución del aporte energético a los músculos 
por disfunción de las mitocondrias, y otros elementos celulares involucradas en proporcionar 
energía.
Si su familiarestá encamado y con lesiones orgánicas particulares, es conveniente recibir la 
asesoría inicial de un fisioterapeuta, quien entregará una guía de lo que puede hacer el 
enfermo en cada caso particular y apoyar en la ejecución de ejercicios específicos; con 
seguridad, de esta manera se tendrán buenos resultados. 
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EJERCICIOS DE TONIFICACIÓN MUSCULAR
EN PERSONA ENCAMADA 
Estos ejercicios tienen el propósito de disminuir contracturas, aumentar la fuerza muscular o 
mejorar el dolor; en su inicio se pondrá a consideración del médico tratante la rutina de 
ejercicio, cuando existen padecimientos que pueden prohibir la movilidad
El familiar brindará el apoyo necesario de acuerdo con el grado de disfuncionalidad de la 
persona y mantendrá una estrecha comunicación con el fisioterapeuta, evitando ser demasiado 
exigente para rebasar la posibilidad real de su función o demasiado pasivo para no sacar 
provecho de la reserva funcional, reiterando el beneficio de la paciencia y el sostén amoroso. 
Posición inicial: Acostado boca arriba, con los brazos y las piernas estirados, las piernas 
juntas, los brazos pegados al cuerpo.
Repeticiones: De 5 a15; el número puede variar conforme a la persona. Con el tiempo se irá 
aumentando la capacidad funcional, que también lleva a incrementar el número de repeticiones. 
EJERCICIOS PARA LAS PIERNAS 
Con las piernas estiradas: 
Realizar movimientos de flexión y extensión con los pies a partir de la articulación 
del tobillo.
Mover la punta del pie hacia arriba y hacia abajo, pudiendo tener levantada la pierna 
unos 20 grados, apoyándola sobre un cojín angulado.
Doblar la pierna con flexión de la rodilla sin despegar demasiado el talón de la superficie 
de la cama y volver a estirar totalmente (hacerlo de forma alterna), se hará el ejercicio sin 
“barrer” en todo el recorrido la superficie de la cama, llevando hasta la extensión total de 
la pierna a la posición inicial, para realizar una nueva repetición.
Con la pierna totalmente estirada, levantarla unos 20 centímetros (o un poco más) de la 
cama, sin flexionar la rodilla; aguantar de 3 a 5 segundos al aire para volver a la 
superficie e iniciar una nueva repetición.
Como variantes del ejercicio anterior, se realizará el ejercicio un tanto similar, pero ahora 
llevando la pierna partiendo del centro hacia afuera para nuevamente llevarla al centro e 
iniciar una nueva repetición, hacerlo de forma alterna, es decir ejercitando ambas piernas.
Otra variante es elevar la pierna en forma recta, girar la extremidad en forma de círculo 
primero conforme a las manecillas del reloj y luego en forma contraria (en caso de poca 
movilidad apoyar en los puntos de sostén necesario para lograrlo paulatinamente) una 
vez terminada una extremidad se inicia con la contraria, para ejercitar ambas piernas.
Hacerlo de forma alterna ejercitando ambas piernas.
Una variante más será con las piernas juntas al centro y estiradas, llevar las puntas de 
los pies hacia el centro, permitiendo una discreta rotación de las piernas y elevando un 
poco llevarlas hacia afuera para nuevamente juntar al centro e iniciar una nueva repetición.
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Con la pierna totalmente estirada, colocar un cojín redondo y aplastable o una toalla 
enrollada debajo de la rodilla y pedir al paciente que haga presión con la parte posterior 
de la rodilla hacia abajo, mientras la punta del pie mira hacia él. Aguantar unos segundos 
la presión y relajar.
Con las piernas flexionadas, el familiar cogerá uno de los pies del paciente sin hacer gran 
presión, desde el talón le pedirá al paciente que realice un esfuerzo para estirar la pierna. 
El objetivo será poner un poco de resistencia para que la estire. Una vez conseguido esto, 
vuelve a la posición de flexión para seguir con las repeticiones.
Con las piernas flexionadas y los pies un poco separados en distancia, el familiar, cogerá 
la parte interna de las rodillas y le pedirá que realice el esfuerzo para juntarlas, una vez 
realizado esto, las volverá a abrir para continuar con las repeticiones.
Igual que el ejercicio anterior, pero el familiar cogerá las rodillas por fuera y pedirá que 
las separe.
Con las rodillas flexionadas y los brazos y antebrazos estirados a lo largo del cuerpo, se 
le pedirá al paciente que levante hasta donde le sea posible la parte baja de la espalda (por 
arriba del nivel de la cama), elevando las asentaderas y teniéndolas al aire por algunos 
instantes, para volver a bajar y continuar con las repeticiones.
Partiendo de piernas estiradas, pedir que la persona flexione la pierna y realice un 
esfuerzo para llegar a tocar la rodilla con la mano del mismo lado; de ser posible realizar 
una ligera presión entre mano y rodilla y volver a estirar la pierna para continuar con las 
repeticiones.
Igual que el ejercicio anterior, pero ahora deberá intentar tocar la rodilla con la mano del 
lado contrario.
EJERCICIOS PARA LOS BRAZOS
Abrazando con una mano la axila, a fin de mantener firmeza y evitar que se despegue 
de la cama el hombro, levantar con la otra mano el brazo del enfermo, sujetándolo 
suavemente de la muñeca (o de la mano) y llevarlo hacia arriba y abajo. 
Una variante es hacer el ejercicio anterior, llevando el brazo hacia afuera y regresando al 
costado del cuerpo.
Apoyar el antebrazo del familiar en la cama al costado del cuerpo y sujetarlo con una 
mano, con la otra, sujetar su muñeca para llevarla hacia arriba y bajarla luego, ejercitando 
la flexión del codo y así seguir con las repeticiones.
Una variante del ejercicio anterior es hacer el ejercicio de forma circular, llevando la 
muñeca en un círculo siguiendo las manecillas del reloj y luego girar en sentido contrario.
Si existe la posibilidad, hacer rotación circular de las muñecas del enfermo, siguiendo las 
manecillas del reloj y en sentido contrario, así como flexión y extensión de los dedos 
de la mano.
De igual forma se puede hacer el ejercicio circular con los brazos estirados tanto hacia 
arriba (hacia el techo), como hacia los costados.
Si es posible, juntar las palmas de las manos del enfermo en el medio del cuerpo, 
tratando de mantener lo más estirado posible los codos, y sobre el dorso de las 
manos poner las palmas del familiar, pidiendo que haga esfuerzo por separar sus 
brazos; una vez separadas volver al centro para continuar con las repeticiones.
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Una variante del ejercicio anterior es hacer la similitud de la acción pero ahora juntando 
las manos del paciente por el dorso.
Utilizar una pelotita de consistencia no muy dura, pedir si le es posible al enfermo, que la 
manipule de diversas formas (como un rodillo entre las palmas, de forma circular), y así 
también la oprima varias veces con fuerza por instantes alternos.
EJERCICIOS PARA LA CABEZA
En posición acostado, levantar la cabeza tratando que la barbilla se junte al tórax, repita 
esta acción.
Rotar la cabeza de derecha a la izquierda y viceversa, hacerlo lentamente. 
Si le es posible al enfermo, rotar la cabeza en forma circular siguiendo el sentido de las 
manecillas del reloj y en sentido contrario, hacerlo muy lentamente. 
En posición acostado y teniendo la cabeza fija al centro, mirar al techo y mover los ojos 
de un lado a otro, primero en sentido vertical, descansar unos minutos para hacerlo 
después en sentido horizontal.
MOVILIDAD DEL PACIENTE
1. Posturas
a. Decúbito supino (boca arriba)
Cabeza apoyada en la almohada, cuello y columna bien alineados.
Almohada debajo del hombro y brazo, mano en pronación, con dedo pulgar siempre 
separado.
Almohada debajo de la pelvis, además de otra situada a un lado externo, para evitar la 
rotación externa.
Puede colocarse una almohada al final de la cama, para que levante las mantas y éstas 
no rocen los pies del enfermo, pero con cuidado, para que alcance con la planta de los 
pies (como solía recomendarse antes) y evite el equino, ya que aumentaría la espasticidad.
b. Decúbito lateral lado sano
La cabeza descansa sobre

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