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Agosto Vida en El 2021

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Somos una Institución educativa arraigada en la fe 
cristiana y comprometida con el reino de Dios, la 
Iglesia y sociedad. Nuestro propósito fundamental es 
la formación de hombres y mujeres para el servicio 
de Dios a Todas Las Naciones.
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SABATINO
Ciudad Juárez y
El Paso TX.
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Seminario Todas las Naciones
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Rector Seminario Todas las Naciones
Escritor y Editor 
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Director General 
Editorial Vida a Las Naciones
Schuyler T. Pike
Consultor Editorial
Apolonia López
Editor de Redacción
Daniel Gómez
Diseño 
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Editado y Producido Por:
Editorial Vida a las Naciones
Segunda Edición agosto 2021
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Todos los textos bíblicos fueron tomados de
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La Editorial Vida a Las Naciones se sujeta a las reglas 
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Naciones profesan la confesión de fe conforme al 
Pacto de Lausana.
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El auge de novedades doctrinales no es un problema de hoy; ya, en el contex-to antiguo, su existencia era alarman-
te. De ahí que la Iglesia apostólica se haya 
visto en la necesidad tanto de responder a 
toda enseñanza que pudiera distorsionar la 
fe apostólica recibida como de explicarla 
y defenderla. A través de sus apologistas 
y filósofos de la religión, y con el mismo 
celo de los Apóstoles de los tiempos bíbli-
cos (ver la primera parte de esta reflexión), 
la Iglesia que continuó a la muerte de es-
tos Apóstoles, conservó la pureza doctrinal 
que había recibido en forma oral y escrita. 
 Ya que para el cristianismo protestante 
en general la fuente única, veraz, confia-
ble, final y autoritativa de sus doctrinas y 
práctica son las Escrituras, en esta parte 
final me propongo reflexionar sobre dos 
asuntos importantes; el primero, sobre la 
interpretación comunitaria de las Escritu-
ras, y, el segundo, sobre la fidelidad a la 
verdad apostólica en la interpretación de 
las Escrituras. 
Interpretación comunitaria 
 Por interpretación comunitaria de las 
Escrituras me refiero a la interpretación 
dada a las mismas por la Iglesia antigua 
del Dios viviente, columna y fundamento 
de la verdad. Sin embargo, este asunto es 
difícil explicarlo y, mucho más, aceptarlo; 
la razón es porque, el caso que conoce-
mos más, el catolicismo romano, define 
dos fuentes de origen de las doctrinas y 
de autoridad, la Biblia y la Tradición, y am-
bas se funden en la instancia final que es 
el magisterio de la Iglesia que dice haber 
preservado la Tradición original. El protes-
tantismo, en cambio, no admite Tradición 
alguna ni que esta sea fuente confiable y 
autoritativa; tampoco admite un magisterio 
como instancia final de autoridad doctrinal 
porque haya preservado con fidelidad la 
Tradición, es decir, la doctrina original re-
cibida. 
 Con todo, en el protestantismo ha 
habido siempre el riesgo latente de que se 
instalen sectores de autoridad encarnada 
LAS 
Escrituras
Y SU
INTERPRETACIÓN 
Parte 2 y final
en líderes que se erijan como referentes 
y depositarios únicos de la verdad, y que 
así desplacen la fuente normativa de la 
doctrina: las Escrituras y solo ellas. Este 
riesgo hace que hoy sea urgente una inter-
pretación pública de las Escrituras no solo 
cuidadosa y humilde, sino también lleva-
da a cabo en conexión con la enseñanza 
apostólica y validada con ella, es decir, con 
la doctrina correcta y consensuada que la 
Iglesia ha confesado y enseñado a lo lar-
go de su historia y misión. Esto exige de 
nosotros que interpretemos las Escrituras 
bajo la promesa del Señor (Jn 16:13), la 
ética y las verdades de la fe consensuadas 
de la Iglesia, sin dejar a un lado cualquier 
aporte serio y válido de la hermenéutica y 
la exégesis. 
Fidelidad a la verdad apostólica 
 Aquí el privilegio de la interpretación 
comunitaria contemporánea es tanto ape-
garse a la verdad apostólica como mante-
nerse fiel a ella (Ti 1:9) y confiar siempre 
razonadamente en su veracidad. La inter-
pretación de las Escrituras debe realizarse 
también con el intelecto y esa humildad y 
temor de Dios que permiten, entre otras 
cosas, dejarnos enseñar y santificar, ali-
nearnos a la verdad apostólica auténtica o 
volvernos a ella. Lo contrario es realizarla 
intuitivamente, sin humildad y temor que 
puede conducir a intentar corregir las ver-
dades de la fe apostólica anteponiéndoles 
las opiniones personales e interpretándo-
las siguiendo determinadas tendencias del 
momento o adaptándolas a ellas. 
 Obviamente, nada de lo dicho arriba 
responde a algún fundamentalismo poco 
informado sobre asuntos bíblicos que has-
ta pudiera negar la voz de la verdad bíblica 
en los asuntos del mundo actual. Respon-
de al deber que los intérpretes, y la Iglesia 
misma, tenemos de ya sea mantenernos 
fieles a la verdad apostólica antigua, o, si 
fuese necesario, volvernos a ella. Esto es 
decisivo para la vida y misión de la Iglesia; 
y es urgente ante toda novedad doctrinal 
progresista que fácilmente afirme ser la 
verdadera, nunca antes descubierta. 
 La libertad que tenemos todos de leer 
las Escrituras, incluso privadamente, no 
nos priva de responsabilidad y vigilancia 
en el uso que le demos.
George Reyes
Pastor 
presbiteriano; 
autor; profesor del 
STN.
4
ALGO MUY BUENO 
ESTÁ POR SUCEDER
¡ESPÉRALO!
INTRODUCCIÓN
Salmo 2-31
Hace unos días tuvimos la oportunidad de conversar con una de mis estudiantes universitarias, Evelyn. La joven ha vivido experiencias muy difíciles pero la más reciente es que a su hijo de tres años se le 
diagnosticó una enfermedad neurológica que afecta su lenguaje y funciones 
motoras; Evelyn trabaja y estudia para sacar adelante a su hijo como madre 
soltera pero la carga es tan pesada que no pudo contener sus lágrimas cuando 
le empezamos a hablar de la necesidad que tenía de ver a su hijo como una 
bendición. Su soledad es tan grande que terminamos uniéndonos a su llanto; 
sentimos el sufrimiento que lleva en sus hombros sola. A nosotros nos dolió 
no poderle compartir el Evangelio pues estábamos dentro de las instalaciones 
de la universidad y a la fecha esperamos que Dios nos conceda otra oportuni-
dad más propicia para presentarle el plan de salvación. Mientras tanto deci-
dimos orar por Evelyn; al principio sólo fue una oración en la cual pedíamos 
que ella conociera al Creador de su hijo y que recibiera sabiduría para atender 
la muchedumbre de sus problemas. 
Sin embargo, a medida que orábamos y nos preparábamos para las 
meditaciones de este mes nos dimos cuenta que nuestra oración era muy 
escueta. Con vergüenza confesamos que no estábamos orando correctamente 
por esta joven necesitada de Dios, el sufrimiento que experimenta nos nubló 
y nos condujo a concentrarnos en pedir a Dios que le aliviara sus cargas, pero, 
aunque eso debemos pedir, la verdad es que Dios tiene más gracia que eso. 
Dios quiere darles a Evelyn y a su hijo una relacióncon Él mismo; pues a esta 
joven y a todas las personas del mundo Dios nos ve más allá de lo que somos 
en la familia y en la sociedad. Cuando recordamos eso mi esposa y yo enmen-
damos nuestro error y comenzamos a orar pidiendo por la joven; pedimos 
que a pesar de sus problemas y de la carga tan pesada de sus hombros Evelyn 
pueda tener pronto una relación de confianza y amor con Dios. 
El rey David entendió esa relación; él entendió lo que por muchísimos 
años el pueblo de Israel no lograba apreciar del todo pues, aunque Dios había 
hablado a los patriarcas, había obrado a través de los conquistadores, había 
atendido los problemas de los jueces y había bendecido a Israel con un reino, 
la verdad es que fue el rey David quien logró acuñar con mejor precisión el 
8
significado de aquella relación de amor que Dios concede. David fue el hom-
bre que disfrutó una relación cercana y personal con Dios, y Dios le permitió 
escribir sobre esa relación plasmando la belleza de su experiencia en unos sal-
mos que nos describen el diálogo de confianza y alabanza que tenía con Dios. 
A través de los Salmos aprendemos que David escribió de la relación 
que años más tarde Jesucristo nos ejemplificaría con su vida. Además de dar-
nos su ejemplo Jesús también fue enviado a la Tierra como siervo precisamente 
para morir y restaurar completamente nuestra condición para que pudiéramos 
disfrutar una relación de comunión y confianza en su Padre. Cuando creemos 
en todo lo que significa el sacrificio de Jesucristo en la cruz podemos meditar 
en los Salmos deseando aprender de David cómo confiar y alabar mejor a 
nuestro Dios. 
Este mes propongámonos ser la Iglesia que refleja la verdad de la her-
mosa relación que Jesús nos concedió con su Padre. A través de nuestro ejem-
plo, trabajo, servicio y oraciones invitemos a los demás a que tengan una 
relación con Dios; soñemos que los demás sean aliviados de sus sufrimientos, 
pero por sobre todo que cada habitante de este planeta disfrute un diálogo de 
confianza y alabanza con el único Dios verdadero. Ese es nuestro sueño en 
el Seminario Todas Las Naciones, por ello agradecemos la contribución de 
cada lector al comprar una suscripción de este devocional Vida en Él. Con 
los recursos recaudados de la venta financiamos la educación y formación de 
siervos que se preparan para vivir y explicar a su prójimo la relación de amor 
que tienen con Dios en Jesucristo. 
Deseándoles bendiciones inagotables,
Sky & Gabriela Pike
9
10
OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. 
APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla.
Después de haber leído el pasaje... 
1 ¿Por qué se rebelan los pueblos? ¿Por qué 
conspiran las naciones?
2 Los reyes de la tierra hacen alianzas; los 
caudillos se declaran en contra del Señor y 
de su Mesías. Y dicen:
3 «¡Vamos a quitarnos sus cadenas! ¡Vamos a 
librarnos de sus ataduras!»
4 El que reina en los cielos se ríe; el Señor se 
burla de ellos.
5 Pero ya enfurecido, les habla, y con su 
enojo los deja turbados.
6 «Ya he establecido a mi rey sobre el monte 
Sión, mi lugar santo.»
7 Yo daré a conocer el decreto que el Señor 
me ha comunicado: «Tú eres mi hijo. En 
este día te he engendrado.
DÍA 1
SALMO 2:1–12
Padre; dispongo mi mente para escudriñar su Palabra, en el nombre de 
Jesús, Amén.
8 Pídeme que te dé las naciones como he-
rencia, y tuyos serán los confines de la tierra.
9 Someterás a las naciones con cetro de 
hierro, y las destrozarás como a vasijas de 
barro.»
10 Ustedes, los reyes: ¡sean prudentes! Y us-
tedes, los jueces: ¡admitan la corrección!
11 Sirvan al Señor con reverencia y ríndanle 
culto con temor reverente.
12 Ríndanse a los pies de su Hijo, no sea que 
él se enoje y ustedes perezcan, pues su enojo 
se enciende de repente. ¡Bienaventurados 
son los que en él confían!
Los reyes egipcios celebraban su gobierno escribiendo los nombres de sus enemigos en vasijas y rom-
piéndolas simbólicamente. Se trata de los llamados textos de execración. Los reyes asirios también 
utilizaban la metáfora de la cerámica rota para afirmar su supremacía sobre los enemigos.
ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS
11
Te pedimos que reines en nuestra vida, que venga tu reino Padre celestial y que se haga toda 
tu voluntad. Te adoramos por Jesucristo. Amén.
A este salmo y a otros salmos que hacen referencia a hechos futuros acerca del Mesías, del Salvador o 
del Ungido de Dios para salvar, se les co-
noce como salmos mesiánicos. El Salmo 2 
es un salmo mesiánico muy bello que está 
escrito en forma poética, esto quizás hace 
complicada su lectura porque la traduc-
ción no puede reflejar del todo el sentido 
del idioma original. Observemos cómo el 
salmista hace un contraste entre un rei-
nado meramente terrenal y el reinado de 
Dios a través del Mesías. 
El contraste principal se encuentra 
en las prioridades de cada reino; mientras 
que uno terrenal subsiste por acuerdos, 
relaciones diplomáticas y estrategias de 
defensa; el reinado del Mesías está por en-
cima de todo eso porque es Dios mismo 
nombrándolo y apuntalándolo Rey sobre 
todas las naciones. Dios está por encima 
de todo juicio, quien crea lo contrario hace 
DIOS SE RÍE
MEDITEMOS
reír a Dios y también acarrea para sí ira 
divina. Pero quienes reconozcan que Dios 
es el soberano que reina con dominio ab-
soluto entonces pueden hacerse siervos de 
Dios también. Este servicio es fuente de 
alegría, es también protección y provisión. 
El salmo concluye diciendo que realmen-
te es bienaventurado quien sirve a Dios 
confiando en este orden jerárquico donde 
Dios a través del Mesías reina sobre todo. 
Muchos afirman que Dios existe, 
que es poderoso, pero pocos aceptan que 
Dios reina. Ignorar este orden jerárquico 
de su reinado es la norma de nuestra so-
ciedad, pero no por ignorarlo desaparece; 
Dios sigue reinando, aunque no se le reco-
nozca. No sigamos creyendo que nos po-
demos reír de Dios ignorando su reinado 
porque es Él el que se ríe, pero también 
ejerce furor contra quienes se creen inde-
pendientes de Él, superiores a Él o mejores 
que Él.
DIOS ESTÁ POR ENCIMA DE TODO JUICIO, QUIEN CREA LO CONTRARIO 
LO HACE REÍR
OREMOS
REFLEXIONEMOS
Lee y ora detenidamente como Jesús nos enseñó a orar en Mateo 6:9-13.
12
OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. 
APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla.
1 Señor, ¡cómo han aumentado mis enemi-
gos! Son muchos los que me atacan,
2 son muchos los que me dicen que tú no 
vendrás en mi ayuda.
3 Pero tú, Señor, me rodeas como un escu-
do; eres mi orgullo, el que sostiene mi vida.
4 Con mi voz clamaré a ti, Señor, y tú me 
responderás desde tu lugar santo.
5 Yo me acuesto, y duermo y despierto, por-
que tú, Señor, me sostienes.
SALMO 3:1–8 
6 Aun si me rodean legiones de soldados, no 
tengo nada que temer.
7 Señor y Dios mío, ¡acude a rescatarme! 
¡Hiere a todos mis enemigos en la mejilla! 
¡Rómpeles los dientes a esos malvados!
8 A ti, Señor, te corresponde salvar; ¡derra-
ma tus bendiciones sobre tu pueblo!
DÍA 2 Padre; quite la prisa de mí, deseo leer su Palabra en tranquilidad. En el nombre de Jesús, amén.
Selah: Se trata de una pausa musical, cuyo significado preciso no se conoce.... Al menos, podemos 
aprender que dondequiera que veamos “Selah”, debemos considerarlo como una nota de observación. 
Leamos el pasaje que le precede y al que le sigue con mayor seriedad, pues ciertamente siempre hay 
algo excelente donde se nos pide que descansemos y hagamos una pausa y meditemos.
ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS
Después de haber leído el pasaje... 
13
Bendito Padre celestial, confiamos en tu cuidado cuando dormimos porque Jesucristo nos 
salvó del peor peligro, el de la muerte eterna. Queremos vivir adorándote. Amén.
Todo este salmo es como una ora-ción donde David platica con Dios sobre cómo unos le dicen que no 
hay ayuda de Dios para él, pero el salmista 
reitera que confía tanto en Dios que aun 
cuando está dormido confía,aun cuando 
está en su estado más vulnerable Dios es 
digno de su confianza.
David escribió este Salmo cuando 
su hijo Absalón le perseguía (II Samuel 
17), si podemos describir el dolor de este 
padre sólo diríamos que es una horroro-
sa aflicción. Cuando el corazón está así 
de afligido es fácil creer que no hay salva-
ción, creer que no hay salida, ni porvenir 
esperanzador; realmente es fácil darse por 
vencido pues no hay fuerzas para defen-
derse de quien se supone debería amarnos 
y aceptar nuestro amor. Pero David no 
ama más a su hijo que a Dios, David ha 
demostrado reiteradamente que Dios es su 
Rey y su Señor. Por eso, David es capaz de 
VIVIR CON ADORACIÓN
MEDITEMOS
decir que aún en su estado más vulnerable 
como es el de estar dormido aun así Dios 
es confiable; no serán sus habilidades mili-
tares ni su estrategia de inteligencia las que 
defenderán a este rey sino será Dios mis-
mo el que le salve de millares de perversos 
enemigos aun cuando está dormido. Esta 
adoración incondicional es la que distin-
gue al rey David y también nos puede dis-
tinguir a nosotros que vivimos vulnerables 
a otros peligros; la Biblia enseña que cuan-
do estábamos dormidos espiritualmente 
sin tener conciencia del peligro de muerte 
que corríamos por causa de nuestro peca-
do Dios envió a Jesús para defendernos y 
salvarnos. Aunque dormíamos su Espíritu 
nos despertó anunciándonos el Evangelio 
para que no nos quedáramos ni vulnera-
bles ni muertos sino alumbrados por la 
nueva vida en Cristo (Efesios 5:14), y por 
esta poderosa salvación podemos vivir con 
adoración a Dios.
CUANDO ESTÁBAMOS DORMIDOS ESPIRITUALMENTE POR CAUSA DE 
NUESTRO PECADO DIOS ENVIÓ A JESÚS PARA DEFENDERNOS 
Y SALVARNOS
OREMOS
REFLEXIONEMOS
¿Vives adorando a Dios que te salvó del peligro de la muerte y la aflicción eterna?
14
OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. 
APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla.
SALMO 4:1–8
1 Dios de mi justicia, ¡responde a mi clamor! 
Cuando estoy angustiado, tú me infundes 
aliento; ¡compadécete de mí y escucha mi 
oración!
2 Ustedes, hombres mortales, ¿hasta cuándo 
ofenderán al que es mi gloria, y amarán y 
buscarán la falsedad y la mentira?
3 Entérense de una vez: el Señor escoge a los 
hombres justos, así que me escuchará cuan-
do yo lo invoque.
4 Pónganse a temblar, y no pequen; más 
bien, mediten en sus camas y guarden si-
lencio.
5 Ofrezcan al Señor sacrificios de justicia y 
pongan su confianza en él.
6 Son muchos los que preguntan «¿Quién 
nos hará ver el bien?» ¡Que la luz de tu ros-
tro, Señor, nos ilumine!
7 Tú pusiste en mi corazón más alegría que 
la de tener trigo y vino en abundancia.
8 Por eso me acuesto y duermo en paz, por-
que sólo tú, Señor, me haces vivir confiado.
DÍA 3 Padre celestial; hágame sensible a su Palabra. En el nombre de Jesús, amén.
“¿Hasta cuándo adoraréis vanidades o consultaréis ídolos?”. Una reprimenda similar se encuentra 
en Jeremías, dirigida contra los idólatras de su tiempo, con palabras que muestran lo absolutamente 
irracional de tal comportamiento (Jer 2.13).
ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS
Después de haber leído el pasaje... 
15
Dios de toda misericordia, haznos misericordiosos con los que nos desean el mal y así leván-
tanos como evangelistas. Por Jesús oramos. Amén.
David estaba atravesando un tiem-po muy pesado y difícil, su aflic-ción no se acababa con irse a la 
cama o embriagarse; su dolor le llegaba 
hasta la médula, porque era gente cono-
cida la que se burlaba de él, eran los que 
en un tiempo fueron sus allegados, los que 
mentían injuriándole y difamándole repe-
tidamente. Los enemigos no daban tregua, 
parecían no cansarse de hacer el mal con-
tra David a pesar de que David ya les había 
demostrado que no iba a cobrar vengan-
za; es más, David podía estar sumamente 
atormentado por el dolor, pero esto no le 
amargó contra sus enemigos. Al contrario, 
mientras David confiaba en Dios también 
compartió con sus enemigos su confianza; 
en este Salmo queda asentado aquello que 
Pablo más tarde les escribiría a los Roma-
nos pidiéndoles que vencieran el mal ha-
ciendo bien (Ro 12:21). 
VIVIR CON CONFIANZA
MEDITEMOS
David puso en práctica este princi-
pio de bondad porque a pesar de que la 
maldad de terceros era la causa del sufri-
miento de David, este no se quedó ru-
miando su dolor, sino que compartió con 
sus enemigos la salvación que él gozaba. 
David es bastante paciente con sus enemi-
gos, como Jesús enseñó, David no maldice 
a sus enemigos, sino que les bendice com-
partiendo con ellos lo que él había encon-
trado en Dios. Esta actitud es la de quien 
verdaderamente confía en Dios, es decir, 
quien vive confiando en Dios no sólo 
abraza las bondades del Evangelio para sí, 
sino que se atreve a compartirlas con quie-
nes le causan dolor. No es fácil lograr esto, 
tampoco lo fue para David, pero podemos 
comenzar clamando por esto porque así 
David lo logró. Clamar a Dios incluye 
tanto la petición por nuestro rescate como 
el rescate de los demás, sea quien sea y sin 
importar el mal que nos haya hecho.
QUIEN VIVE CONFIANDO EN DIOS NO SÓLO ABRAZA LAS BONDADES 
DEL EVANGELIO PARA SÍ, SINO QUE SE ATREVE A COMPARTIRLAS CON 
QUIENES LE CAUSAN DOLOR
OREMOS
REFLEXIONEMOS
Sigue pidiendo a Dios que te ayude a compartir el Evangelio con más personas.
16
OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. 
APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla.
En el mundo del AT, las primeras horas de la mañana eran el momento preferido para escuchar los 
casos de ley (cf. 2 Sam 15:2). Si uno había pasado los días y las noches anteriores esperando el juicio, 
bien podemos imaginar lo ferviente en la oración que sería en la mañana cuando se enfrentaría a los 
calumniadores y falsos acusadores.
ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS
1 Escucha, Señor, mis palabras; toma en 
cuenta mis gemidos.
2 Mi rey y Dios, presta atención a mi cla-
mor, porque a ti dirijo mi oración.
3 Oh, Señor, por la mañana escucharás mi 
voz; por la mañana me presentaré ante ti, y 
esperaré.
4 No eres un Dios que se complazca en la 
maldad; los malvados no pueden habitar 
contigo.
5 Los perversos no pueden presentarse ante 
ti, pues aborreces a todos los malhechores.
6 Tú, Señor, destruyes a los mentirosos, y 
rechazas a los asesinos y mentirosos.
7 Yo, por el contrario, y por tu gran miseri-
cordia, puedo entrar en tu templo y alabar-
te reverente.
8 Guíame, Señor, en tu justicia, y por causa 
de mis adversarios endereza tu camino de-
lante de mí.
9 Porque en sus labios no hay sinceridad; 
dentro de ellos no hay más que maldad. Su 
garganta es como un sepulcro abierto, y su 
lengua sólo emite falsas alabanzas.
10 ¡Castígalos, Dios mío! ¡Que sus propios 
errores los hagan caer! ¡Recházalos, por sus 
muchos pecados, pues grande es su rebeldía 
contra ti!
11 Pero que se alegren todos los que en ti 
confían; que griten siempre de júbilo, por-
que tú los defiendes; que vivan felices los 
que aman tu nombre.
12 Tú, Señor, bendices al hombre justo; tu 
favor lo rodea, como un escudo.
SALMO 5:1–12
DÍA 4 Padre; le pido que afine mi espíritu para discernir la voz de su Espíritu en su Palabra, en el nombre de Jesús, amén.
Después de haber leído el pasaje... 
17
Amado Dios, eres digno de nuestra espera paciente y gozosa. Creemos y confiamos en ti Jesu-
cristo. Amén.
A lo largo de mi caminar siguiendo a Cristo me he dado cuenta de que mi paciencia me ayuda mucho a 
mantenerme alegre, muchas veces he com-
probado que cuando me desespero llego 
a entristecerme o a enojarme. En medio 
de esa espera he notado que casi siempre 
sucede que a mi alrededor hay quienes 
sin esperar la ayuda de Dios reciben ayu-
da, hasta parece que es a propósito que 
mientras yo tengo necesidad y espero en 
Dios otros en cambio no esperan en Dios, 
pero son saciados. Voltear alrededor vien-
do situaciones similares y repetidas no me 
ha ayudado porque inmediatamente me 
desespero, dejo mi paciencia porun lado 
y del gozo ya ni me acuerdo. 
Por esta razón me gusta mucho 
cuando el salmista se compromete a es-
perar en Dios (v. 3). El compromiso del 
salmista en esperar no se basa en lo que ve 
VIVIR CON PACIENCIA
MEDITEMOS
a su alrededor sino en lo que sabe de Dios. 
El salmista sabe que Dios no se complace 
de la maldad, ni dirige su mirada a los in-
sensatos, ni acepta a los que hacen iniqui-
dad, ni cuida al que miente, ni encubre al 
engañador, ni tampoco tiene misericordia 
del sanguinario. En cambio, Dios defien-
de bendiciendo y rodeando de favor a los 
justos que en Él confían. Confiar en Dios 
nos permite ser pacientes, luego esa pa-
ciencia nos llena gozo y cuando tenemos 
gozo nuestra fe le agrada. Aprendamos 
bien que no se trata de decir que espera-
mos en Dios, pero con nuestras actitudes 
de impaciencia y angustia reflejamos que 
no conocemos a Dios ni confiamos en Él. 
Seamos sabios aceptando que no podemos 
defendernos, ni bendecirnos, ni favore-
cernos a nosotros mismos; hay que vivir 
con paciencia esperando a Dios con gozo 
y alegría. 
EL COMPROMISO DEL SALMISTA EN ESPERAR NO SE BASA EN LO QUE VE 
A SU ALREDEDOR SINO EN LO QUE SABE DE DIOS
OREMOS
REFLEXIONEMOS
¿Qué es lo que más te desespera? ¿qué es lo que más te entristece? ¿se lo encomendarás 
a Dios?
18
OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. 
APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla.
El orden de las palabras en hebreo es: “No me reprendas en tu ira”. La implicación es que una repri-
menda puede ser bien merecida; la petición es que sea administrada no con ira, sino templada con 
misericordia. El verbo “reprender” (del hebreo 
PALABRAS GRIEGO-HEBREO AGOSTO 2021 
DIA 5 
(del hebreo יכח, yākaḥ) 
 
DIA 11 
 (ḥasîd ,ָחִסיד)
DIA 18 
 .(zākar ,זכר)
DIA 21 
 :(qā∙ḏǎḏ) ָקַדד 
Dia 29 
 (šeʾôl) ְׁשֹאול 
 ,(bôr) ֹּבור 
Día 30 
 (ḥě∙sěḏ) ֶחֶסד 
Día 31 
 (pě·šǎʿ) ֶּפַׁשע 
 (ḥǎṭā·ʾā(h) ֲחָטָאה 
 (ʿā·wōn) ָעֹון 
 
) es un término jurídico que puede tradu-
cirse como “emitir un juicio” (como en un tribunal).
ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS
1 Señor, no me reprendas en tu ira; no me 
castigues en tu enojo.
2 Señor, ten misericordia de mí, que estoy 
enfermo; sáname, pues todos mis huesos se 
estremecen.
3 Señor, todo mi ser se halla alterado. ¿Hasta 
cuándo me responderás?
4 Hazme caso, Señor, y ponme a salvo; por 
causa de tu misericordia, ¡sálvame!.
5 En la muerte, no hay memoria de ti; en el 
sepulcro no hay quien te alabe.
SALMO 6:1–10
6 Me estoy consumiendo de tanto llorar; 
Todas las noches lloro amargamente y baño 
con lágrimas mi lecho.
7 Cansados de sufrir están mis ojos; mis ad-
versarios los han hecho envejecer.
8 Ustedes los malvados: ¡apártense de mí, 
que el Señor ha escuchado mis lamentos!
9 El Señor ha atendido mis ruegos y ha 
aceptado mis oraciones.
10 Todos mis adversarios quedarán avergon-
zados; ¡huirán de pronto, totalmente humi-
llados!
DÍA 5 Padre; ayúdeme a ver, conocer y comprender su amor por medio de su Palabra. En el nombre de Jesús, amén.
Después de haber leído el pasaje... 
19
Hoy es jueves, tal vez puedes apartar un tiempo para leer II Samuel y conocer más de 
la misericordia de Dios.
Perdónanos oh, Dios, si hemos dudado de ti, de tu misericordia o de tu gracia. Perdónanos 
y ayúdanos por favor a mantenernos comprometidos contigo para enfrentar la vida tomados 
de tu mano. Por Jesús. Amén.
Aunque David logró la unión en el reino y Dios le bendijo con prome-sas maravillosas aún así luchó con-
tra la tentación y sucumbió en adulterio y 
asesinato. Esto le produjo más aflicción a 
la que se le añadió el dolor de los pleitos y 
la traición de sus hijos. Todo esto se narra 
en el libro de II Samuel como testimonio 
de que David no fue librado de la aflic-
ción, pero sí se le dio libertad para buscar 
a Dios en medio del dolor porque ¿quién 
puede ayudarnos cuando un hijo mue-
re por causa de nuestro pecado? ¿cuándo 
otro hijo viola a una hija? ¿cuándo un hijo 
nos traiciona poniendo a todo el mundo 
en nuestra contra y amenaza con matarnos 
destruyendo todo lo que construimos du-
rante la vida? David sabía que el único que 
podía ayudarle era Dios. 
Muchos por menos abandonaría-
mos nuestro compromiso de esperar a 
Dios, dejaríamos de hablarle y le perde-
ríamos el respeto recriminándole el sufri-
VIVIR CON LIBERTAD
MEDITEMOS
miento que pasamos. Pero David no hizo 
así, David vivió en la libertad de confiar 
por eso no se avergonzaba de esperar a 
Dios, que se avergonzaran otros, pero él 
no se avergonzaría de humillarse delante 
de Dios para esperar su misericordia en 
medio de problemas y dolor. David fue 
consolado sólo por pura misericordia, y 
si David fue consolado cuánto más noso-
tros que en Cristo tenemos libertad para 
vivir confiando en Dios y pase lo que pase 
también podemos mantener nuestro com-
promiso de buscarlo para que nos perdone 
y nos conceda misericordia en medio de 
cualquier aflicción. Ciertamente no me-
receríamos esa libertad de pedir su ayuda, 
pero tampoco confiamos en nuestras bue-
nas obras, ni en nuestros logros o aciertos 
sino en la misericordia de Jesucristo que 
nos salva del peor dolor y la más terrible 
tragedia.
DAVID NO FUE LIBRADO DE LA AFLICCIÓN, PERO SÍ SE LE DIO LIBERTAD 
PARA BUSCAR A DIOS EN MEDIO DEL DOLOR
OREMOS
REFLEXIONEMOS
20
1 Señor, mi Dios, en ti confío; ¡ponme a sal-
vo de los que me persiguen!
2 ¡No permitas que, como leones, me des-
garren; que me destrocen sin que nadie me 
defienda!
3 Señor, mi Dios, ¿qué mal he cometido? 
¿Acaso hay maldad en mis manos?
4 ¿Acaso les he pagado mal a mis aliados 
dejando sin más en libertad a nuestros ad-
versarios?
5 Si es así, ¡que el enemigo me persiga! ¡Que 
me alcance y me haga rodar por tierra! ¡Que 
ponga mi honor por los suelos!
6 Señor, ¡levántate, y en tu furor enfréntate 
a la furia de mis adversarios! ¡Despierta, y 
dicta tu sentencia en mi favor!
7 Rodeado entonces de todas las naciones, 
reinarás sobre ellas desde el alto cielo.
8 Tú, Señor, que juzgas a las naciones, júz-
game como corresponde a tu justicia, y de 
acuerdo con mi integridad.
SALMO 7:1–17
9 Pon fin a la maldad de los perversos, pero 
mantén firme al hombre honrado, pues tú 
eres un Dios justo que examina el corazón 
y la mente.
10 Dios es mi escudo; él salva a los rectos de 
corazón.
11 Dios es un juez justo, siempre enojado 
con la gente malvada.
12 Listos tiene el arco y la espada para actuar 
contra ellos, si no se arrepienten.
13 Listas tiene también armas mortales; ¡ya 
ha preparado ardientes saetas!
14 El malvado concibe hacer el mal; tan 
preñado está de maldad que de él nace la 
mentira.
15 Ha cavado un pozo muy profundo, y en 
ese mismo pozo caerá.
16 Su maldad se volverá contra él; sus agra-
vios recaerán sobre él mismo.
17 ¡Yo alabaré al Señor por su justicia! ¡Can-
taré salmos al nombre del Dios altísimo!
Yahvé, mi Dios. Es la primera vez en los salmos que las dos designaciones de la deidad aparecen jun-
tas. Su uso sugiere la base de la confianza del salmista. El primero, Yahvé, habla de Dios en su relación 
de alianza con su pueblo; el segundo, Elohim, de su poder y perfecciones infinitas. Quien está dentro 
de la alianza puede acercarse a Dios con confianza.
ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS
DÍA 6 Padre; guíeme por medio de su Palabra. En el nombre de Jesús, amén.
OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. 
APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla.
Después de haber leído el pasaje... 
21
Buen Pastor, buscamos la paz y la seguimos, por eso te pedimos que nos enseñes a arrepentir-
nos y a pedirte perdón diariamente. Haznos humildes como Jesús. Amén.
David no confiaba plenamente en su opinión ni en su comporta-miento porque sabía que él mis-
mo podía estar equivocado o pecar contra 
Dios. La humildad de David de dejarse 
examinar nos enseña cuán importante es 
esta disposición de pedirle a Dios que tam-
bién juzgue si hemos pecado y nos corrija. 
Nadie estamos exentosde caer en la tenta-
ción de buscar nuestro propio bien a costa 
de atropellar los derechos de los demás; lo 
triste es que nadie nos diga de frente que 
estamos pecando. Son pocos los que con 
amor se acercarán a nosotros para ayudar-
nos a dejar de pecar, al contrario, la ma-
yoría calla hasta que nuestro pecado nos 
avergüenza. Por eso el salmista a tiempo 
pide a Dios que le muestre si ha sido él 
quien ha atropellado los derechos de otros, 
aunque sean sus enemigos. David confía 
en que Dios siendo juez justo le dirá la ver-
VIVIR CON PAZ
MEDITEMOS
dad, le permitirá arrepentirse y le corregirá 
aún con un castigo si fuera necesario. Pero 
también con confianza y en humildad Da-
vid pide que si él no ha pecado y no mere-
ce esa angustia entonces que sus enemigos 
sean castigados por angustiarlo. Como 
meditamos hace días, David quería que 
el castigo de Dios fuera restaurador por-
que sus enemigos eran gente de su pueblo, 
de su familia; su enemigo era su propio 
hijo. David no pedía una venganza exter-
minadora sino intervención divina para 
que tanto él como sus enemigos se arre-
pintieran (v. 12). David quería que todos 
vivieran con paz experimentando aquella 
paciencia de la que más tarde hablaría el 
apóstol Pedro, la paciencia que Dios tiene 
porque no quiere “que ninguno perezca, 
sino que todos procedan al arrepentimien-
to.” (2 Pedro 3:9).
DAVID QUERÍA QUE TODOS VIVIERAN CON PAZ
OREMOS
REFLEXIONEMOS
Empieza hoy con la disciplina diaria de arrepentirte de tus errores y pecados pidiendo 
perdón y comprometiéndote a no caer más en tentación.
22
1 Señor y Dios nuestro, ¡cuán glorioso es 
tu nombre en toda la tierra! ¡Has puesto tu 
gloria sobre los cielos!
2 Las alabanzas de los niños de pecho son 
tu mejor defensa contra tus enemigos; ellas 
silencian a tus vengativos adversarios.
3 Cuando contemplo el cielo, obra de tus 
dedos, y la luna y las estrellas que has crea-
do,
4 me pregunto: ¿Qué es el ser humano, para 
que en él pienses? ¿Qué es la humanidad, 
para que la tomes en cuenta?
SALMO 8:1–9
5 Hiciste al hombre poco menor que un 
dios, y lo colmaste de gloria y de honra.
6 ¡Lo has hecho señor de las obras de tus 
manos! ¡todo lo has puesto debajo de sus 
pies!
7 ¡Todas las ovejas y todos los toros! ¡Todos 
los animales del bosque!
8 ¡Las aves en el cielo y los peces en el mar! 
¡Todo lo que surca las profundidades del 
mar!
9 Señor y Dios nuestro, ¡cuán glorioso es tu 
nombre en toda la tierra!
“Que lo visites”, el término hebreo significa visitar con un propósito, en este caso la preocupación 
benevolente. Esta es la base de la traducción “cuidar de él” que se encuentra en algunas versiones, 
incluida la NVI. Que Dios se preocupe por una criatura tan insignificante es motivo de asombro. 
¡Qué maravilla que se preocupe!
ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS
DÍA 7 Padre; muéstreme su maravilloso amor por medio de su Palabra. En el nombre de Jesús, amén.
OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. 
APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla.
Después de haber leído el pasaje... 
23
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Amén.
¡Oh Señor nuestro, cuán glorioso es tu nombre sobre la Tierra!” (v. 1; 9). Esta 
exclamación se puede parafrasear di-
ciendo, “Rey, tú tienes el crédito de todo 
lo bueno que nos pasa en la Tierra.” Si hay 
algo bueno que nos suceda en esta vida es 
porque Dios lo hizo, Él piensa en nosotros 
(v. 4), sabe que tenemos necesidad de Él 
por eso nos visita enviando a su Espíritu 
(v. 4) y así con su presencia nos honra per-
mitiéndonos tener comunión con Él (v. 
5). El salmista describe todas estas bendi-
ciones de manera poética para captar nues-
tra atención, pero cuando nos detenemos 
a meditar en su significado espiritual nos 
damos cuenta que toda la poesía del mun-
do no podría describir la belleza de lo que 
ha hecho el Señor Jesucristo por nosotros; 
por eso su nombre será reverenciado un 
día cuando todos doblemos nuestra rodilla 
(Fil 2). 
GLORIOSO NOMBRE DE DIOS
MEDITEMOS
Este Salmo sería uno de los mejores 
ejemplos para enseñar la razón de no to-
mar el nombre de Dios en vano; recorde-
mos que el tercer mandamiento del Decá-
logo (Éxodo 20:7) es precisamente cuidar 
nuestras expresiones y vocabulario para 
separar el nombre de Dios de los demás 
nombres o palabras. El nombre de Dios es 
sólo para hablar con Él, para darle gracias, 
para alabarlo, para invocarlo en nuestra 
oración o para hablar de Él con respeto. El 
nombre de Dios no debe ser una muletilla 
en nuestro vocabulario, ni una expresión 
para disfrazar nuestra vida de desobedien-
cia; no porque mencionamos a Dios sig-
nifica que creemos en Él y menos que le 
obedecemos. Dios nos ha bendecido con 
la vida misma, Él no merece nuestro des-
cuido sino nuestra devoción diaria para 
adorarlo como el salmista; “¡Oh Señor 
nuestro, cuán glorioso es tu nombre sobre 
la Tierra!”
EL NOMBRE DE DIOS ES SÓLO PARA HABLAR CON ÉL, PARA DARLE 
GRACIAS, PARA ALABARLO, PARA INVOCARLO EN NUESTRA ORACIÓN O 
PARA HABLAR DE ÉL CON RESPETO
OREMOS
REFLEXIONEMOS
¿De qué maneras santificas el nombre de Dios?
“
24
1 Señor, te alabaré de todo corazón y habla-
ré de todos tus portentos.
2 Por ti me alegraré, oh Dios altísimo, y 
cantaré alabanzas a tu nombre.
3 Ante ti, mis enemigos huyen; ruedan por 
el suelo y perecen.
4 Tú eres un juez justo, y desde tu trono de-
fiendes mi causa y me haces justicia.
5 Sometes a las naciones, destruyes a los mal-
vados, y borras para siempre su memoria.
6 Mis adversarios se han desvanecido; han 
quedado destruidos para siempre. Con 
ellos se borró el recuerdo de las ciudades 
que tú destruiste.
7 Pero tú, Señor, permaneces para siempre, 
y tienes preparado tu tribunal de justicia.
8 Con justicia juzgarás al mundo; con recti-
tud juzgarás a las naciones.
9 Tú, Señor, eres el refugio de los pobres; 
eres su amparo en momentos de angustia.
10 En ti confían los que conocen tu nom-
bre, porque tú, Señor, proteges a los que te 
buscan.
11 ¡Canten al Señor, que vive en Sión! ¡Pro-
clamen entre los pueblos sus acciones!
SALMO 9:1–20
12 El Dios vengador se acordó de ellos; ¡no 
olvidó el clamor de los afligidos!
13 Señor, ¡ten misericordia de mí! ¡Mira 
cómo me hacen sufrir mis enemigos! Tú me 
libras de las puertas de la muerte,
14 para que a las puertas de Sión proclame 
tus alabanzas y goce de tu salvación.
15 Las naciones cayeron en el hoyo que ca-
varon; ¡quedaron atrapados en su propia 
trampa!
16 El Señor se ha revelado al hacer justicia; 
los malvados se enredan con sus propios 
hechos.
17 Esos malvados serán llevados al sepulcro, 
con todos los que se olvidan de Dios.
18 Porque no siempre serán olvidados los 
pobres, ni todo el tiempo se desvanecerá su 
esperanza.
19 Señor, ¡levántate y juzga a las naciones! 
¡No dejes que el ser humano se envanezca! 
¡Haz que las naciones comparezcan ante ti!
20 ¡Infúndeles, Señor, temor de ti! ¡Que 
sepan las naciones que sólo son seres 
humanos!
El nombre de Dios, en el pensamiento hebreo, representa la persona de Dios y su carácter. Conocer el 
nombre es haber caminado en comunión con el que lo lleva y haber aprendido que podemos confiar 
en Él, sea lo que sea que nos venga. Por lo tanto, es un glorioso privilegio conocer su nombre.
ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS
DÍA 8 Padre; oriénteme por medio de su Palara. En el nombre de Jesús, amén.
OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. 
APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla.
Después de haber leído el pasaje... 
25
Dios Altísimo, por tu Espíritu te rogamos que no nos dejes olvidar lo que Jesús ha hecho por 
nosotros, que te alabemos con todo el corazón contando tus maravillas, alegrándonos y rego-
cijándonos en el nombre de Jesucristo. Amén.
Dios hace muchas cosas por no-sotros, diariamente nos concede bendiciones de provisión y pro-
tección que nos ayudan pero lo mejor de 
esas bendiciones es que nos permiten co-
nocer cómo es Dios. El salmista cantay 
se alegra porque ahora conoce mejor que 
nunca que Dios es justo; cuando en los 
otros salmos pedía que Dios interviniera a 
su favor lo hacía por fe, creyendo que Dios 
lo podía hacer. Pero en este salmo David 
ha palpado la justicia de Dios y por eso lo 
alaba en agradecimiento y asombro. 
Si meditamos detenidamente en 
este Salmo podemos reconocer que lo mis-
mo que Dios hizo por el salmista también 
lo hizo por nosotros en Jesucristo. Este 
Salmo habla del Evangelio, habla de la jus-
ticia de Dios que el apóstol Pablo descri-
bió en la carta a los Romanos (e.g. 1:17, 
3:22). A nosotros Dios no nos desamparó 
en el mundo dejándonos a merced de los 
MARAVILLOSA JUSTICIA DE DIOS
MEDITEMOS
enemigos de la justicia (vv. 6; 9), empo-
brecidos por el pecado (v. 9) o angustiados 
sin refugio (v. 9). Dios podía haberse ol-
vidado de nosotros, pero no lo hizo sino 
que se acordó (v. 12) para atender nuestra 
necesidad venciendo la muerte (v. 13) y 
así nos salvó (v. 14). Es más, podemos de-
cir que David recibió una probadita de la 
hermosa salvación que ahora nosotros dis-
frutamos, sin embargo, su fe no se limitó; 
sin verlo creyó que Dios juzgaría a todas 
las naciones trayendo salvación (v. 19) por 
medio de su Hijo que no era sólo hombre 
sino también Dios (v. 20). Del salmista 
aprendamos que nosotros también pode-
mos atravesar nuestras aflicciones confian-
do que nuestro clamor será escuchado y 
nuestra necesidad atendida; pero también 
recordemos que mientras perseveramos 
Dios nos dará sabiduría para entender la 
justicia y salvación de Jesucristo.
LO MISMO QUE DIOS HIZO POR EL SALMISTA TAMBIÉN LO HIZO POR 
NOSOTROS EN JESUCRISTO
OREMOS
REFLEXIONEMOS
Memoriza: 
“Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón;
contaré todas tus maravillas. 
Me alegraré y me regocijaré en ti;
cantaré a tu nombre, oh Altísimo.” 
Salmos 9:1
26
10 Se encoge, se agazapa, y muchos desdi-
chados caen en sus garras.
11 Piensa para sí que Dios se ha olvidado, 
que esconde la cara y nunca ve nada.
12 ¡Vamos, Señor y Dios, levanta la mano! 
¡No te olvides de los pobres!
13 ¿Por qué tendría que menospreciarte el 
malvado? ¿Por qué habría de pensar que no 
intervendrás?
14 Pero tú sí ves los trabajos y la humilla-
ción, y a cada uno le das su recompensa. En 
SALMO 10.10–18
ti busca amparo el desvalido; ¡eres el refugio 
de los huérfanos.
15 ¡Rómpeles los brazos a los malvados! ¡Per-
sigue su maldad, hasta acabar con ella!
16 Tú, Señor, reinas eternamente y para 
siempre; ¡borra de su tierra a las naciones!
17 Tú, Señor, escuchas las plegarias de los 
pobres; tú les das ánimo y les prestas aten-
ción.
18 Tú reivindicas al huérfano y al oprimido, 
para que los simples mortales no sigan vio-
lentando la tierra.
“Rompe el brazo del hombre malvado y perverso”. El llamamiento claro es para que Dios rompa el 
poder del malvado a tal punto que no pueda causar más problemas. Busca su maldad (y trata con él) 
hasta que no encuentres más; es decir, que ningún acto de injusticia quede sin resolver o sin castigo, 
es decir, que no se descubra.
ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS
DÍA 9 Padre; me acerco a su presencia sabiendo que usted se acercará a mí por medio de su Palabra. En el nombre de Jesús, amén.
OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. 
APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla.
Después de haber leído el pasaje... 
27
Dios eterno, te necesitamos siempre; te rogamos que venga tu reino y reines en nosotros. Por 
la majestad de Jesucristo pedimos esto. Amén.
El argumento del irresponsable es hacer creer a los demás que Dios se ha olvidado de lo que no se debe 
olvidar; que se ha escondido de quien de-
bería estar visible, se ha distanciado del 
huérfano, del pobre y del desvalido. Ese 
argumento irresponsable seguirá reso-
nando mientras encuentre oídos atentos, 
entre esos oídos pueden estar los de gente 
que blasfema contra Dios, pero también 
estarán aquellos que aunque creyendo en 
Dios al mismo tiempo creen que pueden 
manipularlo. El salmista está en medio de 
estas voces que juzgan a Dios como aquel 
que se olvida, se esconde y se aleja; por eso 
cobrando fuerza el salmista eleva una ora-
ción a Dios. La oración es el ruego lleno 
de confianza que sabe que su Dios no es 
digno de incredulidad ni manipulación 
sino de confianza porque Dios es Rey eter-
namente y para siempre (v. 16).
REY ETERNO DEL HUÉRFANO, POBRE Y DESVALIDO
MEDITEMOS
Nuestro Señor nos enseñó a pedir 
que el reino de Dios viniera, su intención 
fue la de enseñarnos que cuando pedimos 
a Dios que reine es para que haga también 
lo que el salmista pidió. Sólo Dios eterno 
puede manifestar que a pesar del tiempo 
Él no se olvidó de sus criaturas huérfanas, 
pobres y desvalidas; al contrario, nos salvó 
en el tiempo oportuno con su Hijo. Tam-
bién pedir que el reino de Dios venga im-
plica suplicarle a Dios que ya no estemos 
alejados, que si ciertamente Él es el único 
capaz de acercarnos a sí mismo con su per-
dón nosotros también deseamos aproxi-
marnos a Él lo más pronto posible. Jesús 
nos enseñó a orar así, porque siempre ne-
cesitamos al único Rey del huérfano, po-
bre y desvalido; a nuestro Rey eterno que 
no se olvida, al que nunca se esconde ni 
jamás aleja su reino de nosotros.
NECESITAMOS AL ÚNICO REY DEL HUÉRFANO, POBRE Y DESVALIDO
OREMOS
REFLEXIONEMOS
Toma más tiempo para orar pidiendo que el reino de Dios venga a tu vida.
28
1 Yo confío en el Señor; ¿Por qué, enton-
ces, me sugieren que escape a las montañas, 
como un ave?
2 Ciertamente, los malos preparan su arco 
y disponen las flechas sobre la cuerda para 
atacar desde las sombras a los justos.
3 ¿Pero qué puede hacer el hombre honrado 
cuando son socavados los cimientos?
SALMO 11
4 El Señor está en su santo templo; el Señor 
tiene su trono en el cielo; él ve y examina a 
todos los seres humanos.
5 El Señor pone a prueba al hombre hon-
rado, pero repudia al injusto y al violento;
6 acarrea calamidades sobre el malvado, y le 
lanza fuego, azufre y un viento calcinante.
7 El Señor es justo, y ama la justicia; el hom-
bre honrado contemplará su rostro.
Ver el rostro de un juez (v.7) o de un dios era una metáfora en Mesopotamia y equivalía a ser acepta-
do, porque se refería a acceder a su presencia. Suele referirse a un suplicante o demandante que consi-
gue una audiencia con un juez. Si un juez o un dios volvía su rostro hacia ti, te veían con buenos ojos.
ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS
DÍA 10 Padre; le doy gracias por condescender con alguien como yo por medio de su Palabra. En el nombre de Jesús, amén.
OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. 
APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla.
Después de haber leído el pasaje... 
29
Dios justo y amante de la justicia, queremos ser como tú y amar lo mismo que tú amas. 
Gracias por hacerlo posible en Jesucristo. Amén.
Dios es justo. ¿realmente podríamos saber que Dios es justo sólo por las experiencias de nuestra vida? 
¿qué decir si preguntamos a nuestro alre-
dedor? Realmente con nuestros sentidos y 
con nuestro intelecto no podemos afirmar 
que Dios es justo porque hay muchas cosas 
en esta vida que no son justas. Tampoco 
podemos afirmar que Dios ama la justicia 
sólo considerando nuestras experiencias 
cotidianas, mejor aceptemos que no pode-
mos conocer qué ama Dios y qué no ama. 
Todos necesitamos conocer a Dios a través 
de su Palabra, si ella dice que Dios es justo 
entonces Dios lo es. Por fe reconocemos 
la verdad para después recibir entendi-
miento sobre la explicación que la misma 
Palabra nos ofrece. Ninguno podemos 
presumir que conocemos a Dios fuera de 
la revelación escrita en su Palabra y como 
el apóstol Pablo les dijo a los Efesios, para 
comprender esa revelación debemos pedir 
entendimiento.
DIOS ES JUSTO Y AMA JUSTICIA
MEDITEMOS
El salmista entendió a Dios y el 
objeto de su amor; porque, aunque vio al 
malvado amando el despliegue injusto de 
violencia contra los hijos de Dios, nunca 
acusó aDios de ser el autor de aquella 
maldad ni tampoco infirió que la prueba a 
que se exponían era injusticia de parte de 
Dios. Realmente no es fácil concluir que 
Dios es justo cuando estamos rodeados de 
injusticia, pero Dios lo es, aunque no lo 
parezca. Este es nuestro momento para en-
tender que Dios es justo y ama la justicia, 
aunque nos rodeen mil hombres malvados 
o aún a pesar de las huestes espirituales de 
maldad que nos asechan. Hoy confiemos 
que Dios es justo y nos ha salvado en Jesu-
cristo, nos ha sellado con su Espíritu, nos 
ha revelado su Palabra y nos ha amado con 
la Iglesia para que seamos rectos y veamos 
su rostro (Salmo 11:7).
REALMENTE NO ES FÁCIL CONCLUIR QUE DIOS ES JUSTO CUANDO 
ESTAMOS RODEADOS DE INJUSTICIA, PERO DIOS LO ES, AUNQUE NO LO 
PAREZCA
OREMOS
REFLEXIONEMOS
Hoy toma un tiempo para orar pidiéndole a Dios que te ayude a entender su justicia 
para que la puedas compartir con quienes aún no entienden ni ven el rostro de Dios.
30
1 ¡Sálvanos, Señor, pues ya no hay gente pia-
dosa! ¡Ya no hay en este mundo gente fiel!
2 Unos a otros se dicen mentiras; se hablan 
con labios zalameros e hipócritas.
3 Pero tú, Señor, destruirás todos esos la-
bios; acabarás con toda lengua jactanciosa,
4 que dice: «Con nuestra lengua vencere-
mos. Con los labios que tenemos, ¿quién 
puede dominarnos?»
5 Tú, Señor, has dicho: «Tanto se oprime a 
los pobres, y es tanto el clamor de los hu-
SALMO 12:1–8
mildes, que ahora voy a levantarme para 
acudir en su ayuda.»
6 Las palabras del Señor son puras. Son per-
fectamente puras, como la plata refinada en 
el crisol!
7 Tú, Señor, nos protegerás; nos salvarás para 
siempre de esta generación,
8 aun cuando los malvados estén al acecho y 
la humanidad siga exaltando la vileza.
Para el término traducido “piadoso” 
PALABRAS GRIEGO-HEBREO AGOSTO 2021 
DIA 5 
(del hebreo יכח, yākaḥ) 
 
DIA 11 
 (ḥasîd ,ָחִסיד)
DIA 18 
 .(zākar ,זכר)
DIA 21 
 :(qā∙ḏǎḏ) ָקַדד 
Dia 29 
 (šeʾôl) ְׁשֹאול 
 ,(bôr) ֹּבור 
Día 30 
 (ḥě∙sěḏ) ֶחֶסד 
Día 31 
 (pě·šǎʿ) ֶּפַׁשע 
 (ḥǎṭā·ʾā(h) ֲחָטָאה 
 (ʿā·wōn) ָעֹון 
 
 no hay una palabra adecuada en español. Pode-
mos resumirlos como sigue: “Las personas consagradas a Dios, leales y fieles, que manifiestan bondad 
y rectitud de carácter, y que confirman así su relación como verdaderos hijos de Dios y hermanos 
unos de otros, han desaparecido de entre los hombres.”
ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS
DÍA 11 Padre; que su Palabra me lleve por el camino de la madurez espiritual. En el nombre de Jesús, amén.
OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. 
APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla.
Después de haber leído el pasaje... 
31
Dios, sálvanos de ser aquellos que no buscan pensar, hablar y actuar con pureza. Que no 
seamos engañados, te lo rogamos por Jesucristo. Amén.
No sabemos si la frustración del sal-mista es exageración o no porque ciertamente a veces nosotros mis-
mos llegamos a pensar lo mismo: que “se 
acabaron los piadosos.” (v.1).
 A veces nos encontramos hastiados 
de tantas mentiras y corrupción que llega-
mos a pensar que no hay gente fiel en la 
Tierra. El salmista estaba viviendo uno de 
los peores momentos de su vida al verse 
envuelto en traiciones por chismes, juicios 
falsos, aseveraciones hipócritas y presun-
ciones altivas. 
Por eso este salmo es para nuestros 
días; nosotros también podemos clamar a 
Dios por salvación. Pidamos a Dios con 
clamor y ruego insistente que salve (v.1), 
junto con nuestra oración intercesora 
también actuemos con diligencia para 
que Dios salve al oprimido y necesitado. 
La intercesión debe incluir la petición de 
que Dios guarde también a su Iglesia pues 
muy seguido es la primera víctima de las 
PALABRAS LIMPIAS Y PURAS
MEDITEMOS
vilezas de los hombres. A veces el daño es 
completamente velado mediante cantos 
inocentes, oraciones de apoyo o incluso 
predicaciones malintencionadas; todo se 
vuelve parte del juego demoniaco de la 
mentira y el engaño. Recuerdo a un pre-
dicador que siempre que mencionaba la 
palabra “mujer” usaba el cable del micró-
fono como látigo y daba un azote, era una 
maña que tenía que al principio causó risa 
a algunos, pero luego la permisividad de la 
denigración dio lugar no sólo a denigrar a 
la mujer sino al Evangelio también. Esta 
es la urgencia del clamor del salmista que 
sabe que no se trata de una cantidad in-
contable de mentiras, sino que todo mal 
más bien comienza con una media verdad 
para terminar en una perversidad que con-
sume bosques enteros (Santiago 3:5). Ro-
guemos para que Dios nos permita hablar 
como Él con palabras limpias y purificadas 
(Salmo 12:6).
NO SE TRATA DE UNA CANTIDAD INCONTABLE DE MENTIRAS, SINO 
QUE TODO MAL MÁS BIEN COMIENZA CON UNA MEDIA VERDAD PARA 
TERMINAR EN UNA PERVERSIDAD
OREMOS
REFLEXIONEMOS
¿Tus palabras y acciones reflejan tus pensamientos puros?
32
1 ¿Hasta cuándo, Señor? ¿Hasta cuándo me 
ocultarás tu rostro? ¿Te olvidarás de mí para 
siempre?
2 ¿Hasta cuándo debo estar angustiado, y 
andar triste todo el día? ¿Hasta cuándo mi 
adversario me dominará?
3 Señor y Dios mío, mírame y respóndeme; 
ilumina mis ojos, y manténme con vida.
SALMO 13:1–6
4 Que no diga mi adversario que logró ven-
cerme. ¡Se burlará de mí si acaso caigo!
5 Yo confío en tu misericordia; mi corazón 
se alegra en tu salvación.
6 Te cantaré salmos, Señor, porque tú siem-
pre buscas mi bien.
¿Hasta cuándo? Esta pregunta aparece casi veinte veces en los Salmos, generalmente en relación con 
un salmo de lamento. También se encuentra en Mesopotamia, ya que en el Lamento sumerio por la 
destrucción de Sumer y Ur se pregunta: “¿Hasta cuándo se lanzará el ojo enemigo sobre mi cuenta?”
ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS
DÍA 12 Padre; ayúdeme a amoldar mi existencia a su Palabra. En el nombre de Jesús, amén.
OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. 
APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla.
Después de haber leído el pasaje... 
33
Gracias Dios por ayudarnos siempre no sólo dándonos sino haciéndonos. Mientras te espera-
mos, haz tu obra de bondad en nosotros. Por Jesucristo nuestro Hacedor. Amén.
Sea que estemos en la cárcel viviendo la impotencia del enclaustro o sepa-mos que la enfermedad tiene desga-
jada nuestra salud, cuidemos que nuestro 
clamor a Dios no carezca de confianza. 
Preguntar a Dios la fecha en que re-
cibiremos su socorro es una forma poética 
de decirle a Dios que esperaremos en Él, 
es decirle que sí esperamos que Él ayude y 
consuele. Pedirle a Dios la fecha y la hora 
en que enviará su gracia y misericordia no 
es demandarle obediencia sino expresarle 
que hay confianza de alto calibre; aquella 
confianza que sabe bien que en algún día a 
alguna hora precisa en un segundo estima-
do y aquella milésima de segundo progra-
mado, ahí Él encontrará nuestra confianza 
esperando lo que nos quiera dar. Pregunte-
mos a Dios hasta cuándo porque al hacerlo 
le decimos que estamos dispuestos a ser sus 
testigos; estamos disponibles a testificar 
que había dolor y luego ya no hay, a testi-
¿HASTA CUÁNDO?
MEDITEMOS
ficar que había desesperación y luego paz, 
a testificar que había miedo y al final sólo 
seguridad. Dios no se molesta porque le 
preguntemos hasta cuándo; es más, hacer 
así es acercarnos a su trono lleno de gracia 
que nos puede conceder el favor y el opor-
tuno socorro (Hebreos 4:16). 
Ser testigos de aquel alivio que es-
peramos y aún que superó nuestra expec-
tativa es la corona de nuestra confianza 
porque nos permite cantar a Dios que nos 
ha hecho bien (Salmo 13:6). Ese bien no 
es sólo el rescate de la angustia ni alivio 
del dolor, no es sólo ver la enfermedad 
sanada, el problema resuelto o la petición 
contestada; el bien de Dios es más que eso; 
porque el bien que Dios hace es lo que Él 
hace de nosotros mientras preguntamos 
hasta cuándo.
EL BIEN QUE DIOS HACE ES LO QUE ÉL HACE DE NOSOTROS MIENTRAS 
PREGUNTAMOS HASTA CUÁNDO
OREMOS
REFLEXIONEMOS¿Qué crees que hace Dios en ti mientras esperas en Él?
34
1 Dentro de sí dicen los necios: «Dios no 
existe.» Corrompidos están. Sus hechos 
son repugnantes. No hay nadie que haga el 
bien.
2 Desde el cielo, observa el Señor a la huma-
nidad, para ver si hay alguien con sabiduría, 
que busque a Dios.
3 Pero todos se han desviado; todos a una se 
han corrompido. No hay nadie que haga el 
bien; ¡ni siquiera hay uno solo!
SALMO 14:1–7
4 ¿Acaso no piensan esos malhechores, que 
devoran a mi pueblo como si fuera pan, y 
jamás invocan al Señor?
5 ¡Pues van a temblar de miedo; porque 
Dios está a favor de los justos!
6 Los malvados se burlan de los pobres, por-
que ellos ponen su esperanza en el Señor.
7 ¡Que venga de Sión la salvación de Israel! 
Cuando el Señor haga volver a su pueblo 
cautivo, ¡se alegrará Jacob, se regocijará Is-
rael!
El profeta Miqueas habla de los que en Israel “comen la carne de mi pueblo” (3:3). La implicación 
es que los impíos no sólo acosan y atacan a los piadosos, sino que se deleitan en hacerlo. Esto es una 
prueba más de su aberración mental, y por eso la pregunta: ¿No aprenderán nunca? ¿no entienden lo 
que ha sucedido desde que se separaron de Dios?
ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS
DÍA 13 Señor, ¡que hermosa y suficiente es su Palabra! Dispongo mi corazón para estudiarla. En el Nombre de Jesús, amén.
OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. 
APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla.
Después de haber leído el pasaje... 
35
Dios, hoy te pedimos perdón porque nuestra sociedad dice que eres un dios. Perdónanos Se-
ñor, por la inmensidad de tu amor en Jesucristo, perdónanos.
La idea de que no hay Dios surgió cuando Satanás tentó a Eva, para Satanás Dios no era Dios sino un 
dios. Eva junto con su marido termina-
ron creyendo el engaño a Satanás; desde 
entonces la necedad reinó en la humani-
dad que dice a gran voz poética, religiosa 
y aún hasta con voz políticamente correcta 
insiste en que se vale decir hay dios. Esa 
necedad es la que no se atreve a negar que 
hay Dios abiertamente, pero velada y si-
gilosamente afirma con palabras y hechos 
contundentes que sí hay dios. Esa clase de 
necedad que convierte a Dios en diosito 
no es cosa insignificante sino la mismísi-
ma maldición que Dios denuncia porque 
usurpa su lugar. 
Nuestra sociedad que debiera abra-
zar los principios cristianos tristemente ha 
permitido que esa voz necia con tono de 
inocencia y de ternura continúe diciendo 
que no hay Dios, pero sí diosito; y cuan-
SÍ HAY DIOS
MEDITEMOS
do la sociedad le llama diosito a Dios es 
porque quiere hacer lo que se le pegue en 
gana, quiere fomentar maldad como bon-
dad, quiere satisfacer placeres sensuales 
inmediatamente a costa de cualquier pre-
cio sin que nadie le pida cuentas, quiere 
abusar del bien ajeno sin pagar consecuen-
cias. La necedad que vemos en nuestros 
días es la que el salmista denunció, es la 
que permite con pompa y pleitesía que los 
hombres se corrompan y las mujeres ha-
gan obras abominables. 
Ese es el peligro que nos acecha a 
quienes más que escribir a Dios con ma-
yúscula hacemos de Dios nuestro Señor 
y Rey. Que el peligro no nos amedrente 
ni nos paralice, sino que nos provoque a 
celo defender nuestra santidad y entrega 
íntegra al Señor, porque somos de la gene-
ración de los justos y de los que a pesar de 
la burla aconsejamos que sí hay Dios.
CUANDO LA SOCIEDAD LE LLAMA DIOSITO A DIOS ES PORQUE QUIERE 
HACER LO QUE SE LE PEGUE EN GANA
OREMOS
REFLEXIONEMOS
¿Es Dios tu Rey y Señor? Asegúrate de no tratarlo como dios.
36
1 Señor, ¿quién puede vivir en tu templo? 
¿Quién puede habitar en tu santo monte?
2 El que vive rectamente y practica la justi-
cia, el que es sincero consigo mismo,
3 el que no calumnia con la lengua, ni per-
judica a sus amigos, ni procura el mal de su 
vecino;
SALMO 15:1–5
4 el que desprecia al que Dios desprecia, pero 
honra al que da honra a Dios; el que cum-
ple sus promesas aunque salga perjudicado.
5 El que no presta dinero con interés, ni 
acepta soborno en contra del inocente. El 
que así vive, jamás caerá.
El versículo 2 consta, en hebreo, de sólo siete palabras. Tres son participios -caminar, hacer, hablar- 
que se utilizan para indicar una práctica continua. La respuesta a “¿Quién puede habitar?”, entonces, 
está claramente establecida: el que día a día camina irreprochablemente, hace lo correcto y habla la 
verdad de su corazón.
ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS
DÍA 14 Padre; reconozco mi falta de entendimiento ante su Palabra, que su Espí-ritu me enseñe. En el nombre de Jesús, amén.
OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. 
APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla.
Después de haber leído el pasaje... 
37
Dios de toda verdad, que tu Espíritu no cese de enseñarnos a poner en práctica la sabiduría 
de este salmo hasta que lo aprendamos. Por amor a Jesucristo escúchanos. Amén.
Personalmente contemplo al Salmo 15 como uno de mis salmos favori-tos, no me canso de meditar en toda 
la belleza del carácter del siervo de Dios 
que practica estas verdades. Encuentro 
muy atrayente vivir practicando la tercera 
parte del versículo 4, “El que aun jurando 
en daño suyo, no por eso cambia”. Cada 
vez que pongo en práctica esta verdad 
majestuosa me doy cuenta que cuando 
hablo lo correcto a final de cuentas nada 
me daña, nada me destruye, nada malo 
me pasa porque mantengo mi integridad. 
Cuando obedezco, aunque llegue a pensar 
que algo es para mi, mal termino consta-
tando que no lo es y agradeciendo a Jesu-
cristo; porque si Él no se hubiera despoja-
do de su gloria para tomar forma de siervo 
entonces nosotros no hubiéramos podido 
morir a la tentación de cometer injusticia 
contra nuestro prójimo hablando mentira, 
juzgándolo, calumniándolo, haciéndole 
NO POR ESO CAMBIA
MEDITEMOS
mal y reprochándole sus faltas. Si Jesús no 
hubiera resucitado no podríamos dejar de 
ver con menosprecio a nuestros semejan-
tes. Del mismo modo si Jesús no hubiera 
enviado a su Espíritu no podríamos andar 
en integridad haciendo justicia. 
Antes de que Jesús anduviera entre 
nosotros como el siervo que sirve, como 
el único lleno de gracia y verdad, antes de 
que Él nos rescatara nosotros sólo podía-
mos entender el Salmo 15 como una uto-
pía, como un ideal al cual se aspira, pero 
nunca se logra porque no puede dejar de 
resbalar. El Salmo 15, habrá sido como 
aquel espejo que resalta las imperfecciones 
haciéndonos sentir feos y despreciables. 
En nombre de aquella tristeza y desespe-
ración que el pueblo judío habrá sentido 
más de una vez al reconocer su imposibi-
lidad nosotros admiremos con devoción 
a Dios obedeciéndolo y habitando en su 
morada.
CUANDO HABLO LO CORRECTO A FINAL DE CUENTAS NADA ME DAÑA, 
NADA ME DESTRUYE, NADA MALO ME PASA
OREMOS
REFLEXIONEMOS
¿Sólo hablas la verdad cuando te conviene o siempre? ¿por qué?
38
1 Cuídame, oh Dios, porque en ti confío.
2 Yo declaro, Señor, que tú eres mi dueño; 
que sin ti no tengo ningún bien.
3 Poderosos son los dioses del país, según 
todos los que en ellos se complacen.
4 ¡Pero grandes dolores esperan a sus segui-
dores! ¡Jamás derramaré ante ellos ofrendas 
de sangre, ni mis labios pronunciarán sus 
nombres!
5 Tú, Señor, eres mi copa y mi herencia; tú 
eres quien me sostiene.
6 Por suerte recibí una bella herencia; her-
mosa es la heredad que me asignaste.
SALMO 16:1–11
7 Por eso te bendigo, Señor, pues siempre 
me aconsejas, y aun de noche me reprendes.
8 Todo el tiempo pienso en ti, Señor; conti-
go a mi derecha, jamás caeré.
9 Gran regocijo hay en mi corazón y en mi 
alma; todo mi ser siente una gran confianza,
10 porque no me abandonarás en el sepul-
cro, ¡no dejarás que sufra corrupción quien 
te es fiel.
11 Tú me enseñas el camino de la vida; con 
tu presencia me llenas de alegría; ¡estando a 
tu lado seré siempre dichoso!
 El concepto de Dios como su refugio era fundamental para el salmista, el principio fundacional de 
su vida,la roca inamovible sobre la que se mantendría. Implicaba una renuncia a la lealtad a cualquier 
otra deidad.
ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS
DÍA 15 Padre; mi fe es débil, fortalézcala con su Palabra. En el nombre de Jesús, Amén.
OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. 
APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla.
Después de haber leído el pasaje... 
39
Dios todopoderoso, que nunca subestimemos el impacto de nuestra obediencia en nuestro 
prójimo; nos encomendamos en tus poderosas manos. Por amor a Jesús oramos, amén.
Conversando con mi hermana de sangre sobre la meditación de estos salmos nos preguntábamos cómo 
leerían estas palabras de instrucción, co-
rrección y esperanza aquellas personas 
que hoy corrompen la inocencia de niños 
y adolescentes al grado de convertirlos en 
sicarios y les adoctrinan para que tengan 
en poco la vida. ¿cómo entienden el Salmo 
16 los amigos, familiares y todas las per-
sonas allegadas a esas personas que niegan 
a Dios y hacen destrucción? Más aún, la 
pregunta no se queda ahí recriminando al 
asesino y a su allegado su falta de correc-
to entendimiento de la Palabra de Dios y 
señalándoles como únicos responsables de 
la maldad. Realmente ni los asesinos ni sus 
allegados son más culpables que los que 
como nosotros pudiéramos presumir de 
entender correctamente estos salmos, pero 
terminamos dejándolos en el olvido sin 
práctica ni testimonio. 
Cuando no vivimos según lo que 
leemos y entendemos entonces somos 
QUE NADIE VEA CORRUPCIÓN
MEDITEMOS
responsables de la falta de esperanza que 
produce corrupción en nuestro prójimo; 
cuando deseamos que los dolores se mul-
tipliquen en los que hacen mal y cuando 
con frialdad decimos que no oraremos por 
ellos entonces quizás llegamos a ser más 
crueles que los malvados que corrompen 
niños haciéndolos asesinos. Meditemos en 
toda la misericordia que este salmo pro-
nuncia a favor de los que confían en Dios. 
Ninguno de nosotros debemos de escon-
der de los demás la confianza en Dios que 
su Palabra nos produce, si así hacemos 
estamos haciendo mal a nuestro prójimo 
que vive desesperado, desesperanzado y 
en tinieblas condenado a conocer sólo co-
rrupción. Meditemos en cómo leemos los 
Salmos, cómo los entendemos, cómo los 
vivimos y cómo los compartimos porque 
seguramente hay formas en las que pode-
mos llegar hasta el corazón más fiero de los 
asesinos que andan por ahí.
CUANDO NO VIVIMOS SEGÚN LO QUE LEEMOS Y ENTENDEMOS 
ENTONCES SOMOS RESPONSABLES DE LA FALTA DE ESPERANZA QUE 
PRODUCE CORRUPCIÓN EN NUESTRO PRÓJIMO
OREMOS
REFLEXIONEMOS
Hoy toma tiempo para interceder con amor por todos los que cometen maldad y 
todavía no han conocido la salvación de Dios.
40
1 Señor, ¡escúchame! ¡Atiende mi clamor de 
justicia! ¡Presta oído a mi oración, pues no 
brota de labios mentirosos!
2 ¡Sé tú quien me reivindique! ¡Posa tus ojos 
en mi rectitud!
3 Tú has examinado mi corazón; por las no-
ches has venido a verme. ¡Ponme a prueba, 
que nada malo hallarás! ¡Nada malo han 
pronunciado mis labios!
4 Yo no hago lo que otros hacen; al contra-
rio, tomo en cuenta tus palabras y me alejo 
de caminos de violencia.
5 Sostén mis pasos en tus sendas para que 
mis pies no resbalen.
6 Dios mío, yo te invoco porque tú me res-
pondes; ¡inclina a mí tu oído, y escucha mis 
palabras!
7 Tú, que salvas de sus perseguidores a los 
que buscan tu protección, ¡dame una mues-
tra de tu gran misericordia!
8 ¡Cuídame como a la niña de tus ojos! ¡Es-
cóndeme bajo la sombra de tus alas!
SALMO 17:1–15
9 ¡No dejes que me vean mis malvados ene-
migos, los opresores que quieren quitarme 
la vida!
10 Se regodean en su soberbia, y profieren 
palabras insolentes.
11 Me tienen rodeado por completo, y sólo 
esperan verme caer por tierra.
12 Parecen leones que esperan a su presa; 
parecen cachorros, echados en su escondite.
13 ¡Reacciona, Señor! ¡Enfréntate a ellos, y 
ponlos en vergüenza! ¡Con tu espada, pon-
me a salvo de esos malvados!
14 ¡Con tu mano, Señor, sálvame de estos 
malvados que viven obsesionados con los 
bienes de este mundo! ¡Ya los has saciado 
con tus riquezas, y hasta les sobra para sus 
hijos más pequeños!
15 A mí me bastará con ver tu rostro de 
justicia; ¡satisfecho estaré al despertar y con-
templarte!
La metáfora de refugiarse bajo las alas de la deidad se encuentra también en otros salmos (36:8; 57:2; 
61:4; 91:4) y se relaciona constantemente con temas de cuidado y protección relacionados con la 
alianza. La metáfora se conoce también en otras culturas del antiguo Cercano Oriente, especialmente 
en la egipcia, donde incluso las alas sin cuerpo representan la protección.
ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS
DÍA 16 Padre; su Palabra es todo lo que mi alma anhela, atienda mi necesidad de ella. En el nombre de Jesús, amén.
OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. 
APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla.
Después de haber leído el pasaje... 
41
Dios bendito, gracias por consolarnos con la mejor consolación que es la esperanza de verte 
en tu gloria. Todo por el nombre de Jesucristo. Amén.
Este salmo nos deja boquiabiertos y sin habla, a lo más que podemos llegar quizás sea a pedirle a alguien 
que le componga una melodía para la lírica 
o exhortarnos entre nosotros a memorizar-
lo para nuestro consuelo en el tiempo de 
angustia. 
Por muchos años tuve este salmo en 
un cuadro como ornamento en mi escrito-
rio; cada mañana lo leía y ese “en cuanto 
a mí…” (v. 15), se quedaba en mi mente 
durante el día. Esa expresión siempre me 
ayudó a enfrentarme a las tentaciones del 
día, a las distracciones de mi alrededor y 
sobre todo a la crítica que atacaba mi fe; 
cuando tenía nudos en la garganta o cuan-
do mis ojos no aguantaban más las lágri-
mas de angustia recordaba ese “en cuanto 
a mí…” del salmista que poco a poco se 
volvió mío. Nuestro Señor nos llama a vi-
vir para Él, admirando y contemplando 
EN CUANTO A MÍ
MEDITEMOS
su gloria. Ese llamado se vuelve nuestro 
escudo y nuestra roca que impide que la 
tentación de entristecernos o enojarnos 
haga mella en nosotros, impide que la 
maldad nos quebrante y que la duda nos 
sacuda con fuerza. “En cuanto a mí…” es 
nuestro llamado a poner la otra mejilla, a 
caminar la milla extra, a regalar la capa, a 
no juzgar, a practicar la Regla de Oro, a 
ser bienaventurados, a tomar nuestra cruz 
cada día, a negarnos a nosotros mismos, a 
ir a hacer discípulos en las naciones y, en 
una palabra: a obedecer lo que Jesús en-
señó. “En cuanto a mí…” debe ser para 
todos nosotros una expresión latente del 
llamado a prepararnos para el regreso de 
nuestro Señor Jesucristo para que cuando 
el Rey venga en su reino de gloria nos en-
cuentre esperando ver su rostro en justicia 
y despertar a su semejanza.
NUESTRO SEÑOR NOS LLAMA A VIVIR PARA ÉL, ADMIRANDO Y 
CONTEMPLANDO SU GLORIA
OREMOS
REFLEXIONEMOS
¿Quisieras memorizar el verso 15?
“En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia;
estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.”
42
1 Los cielos proclaman la gloria de Dios; el 
firmamento revela la obra de sus manos.
2 Un día se lo cuenta al otro día; una noche 
se lo enseña a la otra noche.
3 Sin palabras, sin sonidos, sin que se escu-
che una sola voz,
4 su mensaje recorre toda la tierra y llega al 
último rincón del mundo, en donde el sol 
pasa la noche.
5 Y el sol, cual novio que sale del tálamo, 
cual si fuera un poderoso guerrero, se levan-
ta alegre para hacer su recorrido.
6 Sale por un extremo de los cielos, y sigue 
su curso hasta el otro extremo, sin que nada 
se esconda de su calor.
7 La ley del Señor es perfecta: reanima el 
alma. El testimonio del Señor es firme: da 
sabiduría al ingenuo.
8 Los preceptos del Señor son rectos: ale-
gran el corazón. El mandamiento del Señor 
es puro: da luz a los ojos.
SALMO 19:1–14
9 El temor del Señor es bueno: permanece 
para siempre. Los decretos del Señor son 
verdaderos, y todos ellos justos.
10 Son más deseables que el ororefinado y 
más dulces que la miel que destila del panal.
11 Con ellos, Señor, amonestas a tu siervo, 
y recompensas grandemente a quien los 
cumple.
12 ¿Acaso hay quien reconozca sus propios 
errores? ¡Perdóname por los que no puedo 
recordar!
13 ¡No permitas que la soberbia domine a 
este siervo tuyo! ¡Líbrame de cometer gran-
des pecados, y nadie podrá entonces culpar-
me de nada!
14 Tú, Señor, eres mi roca y mi reden-
tor; ¡agrádate de mis palabras y de mis 
pensamientos!
En el v.12, en una “Oración a todos los dioses”, un adorador asirio repasa una elaborada lista de 
posibles ofensas (la cosa prohibida que he comido, no lo sé; el lugar prohibido que he pisado, no lo 
sé). Además, las oraciones penitenciales de Mesopotamia, conocidas como oraciones shigu, contienen 
frecuentes referencias a la absolución de pecados desconocidos.
ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS
DÍA 17 Padre bueno; denos hoy de su Palabra. En el nombre de Jesús, amén.
OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. 
APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla.
Después de haber leído el pasaje... 
43
Dios alabamos tu poder y tu hermosura; entendemos que no tenías por qué crearnos ni 
tampoco por qué salvarnos, te agradecemos y te adoramos por tu infinita gracia en Jesucristo.
La belleza de la Creación no puede decirnos todo acerca de Dios, por supuesto que la Creación cuenta 
bastante de Él, ni más ni menos anuncia su 
gloria en poder y majestad, pero realmente 
no puede describir con detalle la pureza de 
su gracia y misericordia. Esta limitación 
que la Creación tiene es la que inspiró al 
salmista a poner énfasis en el efecto que la 
ley de Dios causó en su corazón; si nota-
mos bien la Creación no convierte el alma 
del salmista, sólo la ley de Dios (v. 7). 
Hace unos días tuve una reunión 
con consiervos en la obra misionera, nos 
reunimos para tener un retiro espiritual en 
un lugar precioso rodeado de bosques, ha-
bía montañas nevadas en el horizonte, el 
clima era perfecto, veíamos venados y ardi-
llas por doquier e incluso de vez en cuan-
do alces pastaban frente a nosotros. Ante 
CONVIERTE EL ALMA
MEDITEMOS
semejante belleza panorámica algunos del 
grupo no dejaban de dar gracias a Dios 
por lo inspirados que se sentían para orar; 
aunque entendía su sentir me acordé de 
este salmo y recordé que para el salmista 
la belleza de la Creación no fue fuente de 
inspiración, tampoco lo fue para Pablo ni 
aún lo fue para nuestro Señor Jesucristo. 
Cuidemos que lo que nos motiva a orar, lo 
que nos conduce a invocar el nombre de 
Dios, lo que nos inspira a interceder por 
el necesitado y nuestra necesidad sea la 
ley de Dios; que sea sólo su Palabra escri-
ta porque es la única que nos revela de su 
gracia y misericordia en Jesucristo. Nada 
puede ser más inspirador que meditar en 
la cruz del Calvario, nada puede seducir 
más que alabar a Dios por la tumba vacía, 
nada es más vivificante que adorar porque 
Jesucristo fue exaltado.
LA CREACIÓN NO CONVIERTE EL ALMA DEL SALMISTA, SÓLO LA LEY DE 
DIOS
OREMOS
REFLEXIONEMOS
¿Es la cruz de Cristo y su resurrección suficiente motivación para convertir tu alma? 
¿por qué?
44
1 Que el Señor te oiga en momentos de an-
gustia; que te defienda el Nombre, el Dios 
de Jacob.
2 Que desde su templo te envíe su ayuda; 
que desde Sión te brinde su apoyo.
3 Que tome en cuenta tus ofrendas y acepte 
con agrado tus holocaustos.
4 Que responda a los deseos de tu corazón y 
te conceda todas tus peticiones.
5 ¡Nos llenará de gozo el verte victorioso, y 
en el nombre del Dios nuestro alzaremos 
las banderas! ¡Que el Señor responda a to-
das tus plegarias!
SALMO 20:1–9
6 Ahora sé que el Señor salvará a su ungido, 
que lo escuchará desde su santo cielo, y que 
con su diestra poderosa le dará la victoria.
7 Algunos confían en sus carros de guerra; 
otros confían en su caballería, pero nosotros 
confiamos en el Nombre, ¡confiamos en el 
Señor, nuestro Dios!
8 Unos y otros flaquean, y caen por tierra, 
pero nosotros nos mantenemos erguidos y 
en pie.
9 Señor, ¡concede al rey la victoria! ¡Respón-
denos cuando te invoquemos!
En el v.7, en realidad, el verbo no es “confiar” sino “recordar” 
PALABRAS GRIEGO-HEBREO AGOSTO 2021 
DIA 5 
(del hebreo יכח, yākaḥ) 
 
DIA 11 
 (ḥasîd ,ָחִסיד)
DIA 18 
 .(zākar ,זכר)
DIA 21 
 :(qā∙ḏǎḏ) ָקַדד 
Dia 29 
 (šeʾôl) ְׁשֹאול 
 ,(bôr) ֹּבור 
Día 30 
 (ḥě∙sěḏ) ֶחֶסד 
Día 31 
 (pě·šǎʿ) ֶּפַׁשע 
 (ḥǎṭā·ʾā(h) ֲחָטָאה 
 (ʿā·wōn) ָעֹון 
 
 Estos, por un lado, recuer-
dan los caballos y los carros. Pero nosotros recordamos el nombre. Dios se ha revelado a su pueblo por 
su nombre. Y ese nombre representa lo que ha sido a través de los tiempos: el Dios vivo, el Dios de 
Abraham, Isaac y Jacob. Esto da una seguridad para el futuro que se basa en el recuerdo de la fidelidad 
de Dios en el pasado.
ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS
DÍA 18 Padre; le pido que me cambie con su Palabra, hasta llegar a ser íntegro. En el nombre de Jesús, amén.
OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. 
APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla.
Después de haber leído el pasaje... 
45
Nuestro santo Señor, queremos que tus oídos escuchen nuestra oración de amor por el próji-
mo, esta es nuestra principal petición. Por la gracia de Jesucristo te pedimos esto, amén.
El salmista no está deseando que su prójimo encuentre algún favor en sus acciones y se le consideren como 
indulgencias. El Salmo 20, tiene todo el 
contexto judío donde Dios es el Dios crea-
dor y sustentador de la vida, Él no cambia 
ni miente ni se arrepiente; el Dios de Abra-
ham, de Isaac y de Jacob no juzga a capricho 
ni tergiversa su propio dicho, tampoco hay 
inconsistencia en su proceder. Israel sabía 
bien que la voluntad de su Dios siempre 
era para bien y para salvar, así la confesaba. 
Por esta razón el salmista no está diciendo 
“ojalá Dios te oiga…” “Dios quiera y se 
cumpla tu petición…” “Dios mediante ya 
veremos…” El salmista no remite al albur 
la petición de su prójimo deseándole “lo 
que será será…” Ese tipo de expresión sólo 
refleja incertidumbre en la buena voluntad 
de Dios, más bien el salmista desea que su 
prójimo tenga confianza en que Dios oye. 
DIOS OYE
MEDITEMOS
Dios oye. ¡Cuánta seguridad esta 
aseveración nos infunde! Si en verdad nos 
damos cuenta de que Dios oye entonces, 
como meditamos ayer, realmente no nece-
sitamos algo para ser inspirados, tampoco 
necesitamos hablar insensateces delante de 
Él ni pedirle que escuche necedades. Ja-
más oremos como si no nos oyera porque 
Él oye con oídos puros desde los santos 
cielos; por su poder y santidad sabe de 
nuestro conflicto, debilidad y necesidad. 
Por si fuera poco, Dios da oídos a nuestros 
deseos, ¿a cuáles? nos preguntamos y en el 
mismo Salmo encontramos la respuesta 
que es congruente en toda la Biblia: Al de-
seo que Dios más presta atención es preci-
samente al que desea primero que su próji-
mo sea escuchado. Los oídos de Dios están 
siempre atentos al que le pide con amor 
que la necesidad del prójimo sea atendida. 
AL DESEO QUE DIOS MÁS PRESTA ATENCIÓN ES PRECISAMENTE AL QUE 
DESEA PRIMERO QUE SU PRÓJIMO SEA ESCUCHADO
OREMOS
REFLEXIONEMOS
¿En oración pides más por ti mismo que por tu prójimo? ¿oras pidiendo primero por 
tus necesidades que por las de tu prójimo? ¿por qué?
46
1 Señor, el rey se alegra por tu poder; grande 
es su gozo por tu salvación.
2 Le has concedido los deseos de su corazón; 
le has concedido todas sus peticiones.
3 Lo has recibido con grandes bendiciones; 
lo has coronado con fina corona de oro.
4 Te pidió muchos años de vida, y tú se los 
concediste.
5 Le concediste además honra y grandeza; 
por eso él se gloría en tu salvación.
6 Lo has bendecido para siempre; con tu 
presencia lo has llenado de alegría.
7 El rey confía en ti, Señor; confía en tu mi-
sericordia, Dios Altísimo; ¡por eso nunca 
será derrocado!
SALMO 21:1-13
8 Su mano derribará a todos sus enemigos; 
su diestra destruirá

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