Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Somos una Institución educativa arraigada en la fe cristiana y comprometida con el reino de Dios, la Iglesia y sociedad. Nuestro propósito fundamental es la formación de hombres y mujeres para el servicio de Dios a Todas Las Naciones. · CAMPUS RESIDENCIAL · CAMPUS VIRTUAL · CAMPUS SABATINO Ciudad Juárez y El Paso TX. ¿Más información? ¡Contáctanos! https://todaslasnaciones.com/contacto/ Coordinación de Admisiones 656 1765560 admisiones@todaslasnaciones.com todaslasnaciones.com facebook.com/stodaslasnaciones Equipo Editorial Eduardo González Vicerrector de Vinculación Académica Seminario Todas las Naciones Gabriela Tijerina-Pike Rector Seminario Todas las Naciones Escritor y Editor Israel García Pérez Director General Editorial Vida a Las Naciones Schuyler T. Pike Consultor Editorial Apolonia López Editor de Redacción Daniel Gómez Diseño Foto de Portada Unsplash Editado y Producido Por: Editorial Vida a las Naciones Segunda Edición agosto 2021 editorial@todaslasnaciones.com Todos los textos bíblicos fueron tomados de Reina Valera Contemporánea (RVC) Chapultepec #2838 Col. Margaritas, Cd. Juárez, Chih. México. C.P. 32300 Contacto: · (MEX) 52 (656) 6113620 - 25 · +52 (656) 215 2209 Pedidos de este Devocional: · editorial@todaslasnaciones.com · editorialvidaenel@gmail.com · Facebook/Vida en Él Derechos de autor, escritor, editor, corrección, contenido, diseño, distribución, impresión y reim- presión parcial o total de cualquier tipo pertenecen a Editorial Vida a las Naciones Prohibida su reproducción total o parcial. La Editorial Vida a Las Naciones se sujeta a las reglas gramaticales de expresión del masculino genérico y de los sustantivos inclusivos. Editorial Vida a las Naciones y Seminario Todas Las Naciones profesan la confesión de fe conforme al Pacto de Lausana. mailto:editorial%40todaslasnaciones.com?subject= https://todaslasnaciones.com/contacto/ mailto:editorial%40todaslasnaciones.com?subject=Quisiera%20Adquirir%20VEEL%20y%20VEK%20versiones%20digitales El auge de novedades doctrinales no es un problema de hoy; ya, en el contex-to antiguo, su existencia era alarman- te. De ahí que la Iglesia apostólica se haya visto en la necesidad tanto de responder a toda enseñanza que pudiera distorsionar la fe apostólica recibida como de explicarla y defenderla. A través de sus apologistas y filósofos de la religión, y con el mismo celo de los Apóstoles de los tiempos bíbli- cos (ver la primera parte de esta reflexión), la Iglesia que continuó a la muerte de es- tos Apóstoles, conservó la pureza doctrinal que había recibido en forma oral y escrita. Ya que para el cristianismo protestante en general la fuente única, veraz, confia- ble, final y autoritativa de sus doctrinas y práctica son las Escrituras, en esta parte final me propongo reflexionar sobre dos asuntos importantes; el primero, sobre la interpretación comunitaria de las Escritu- ras, y, el segundo, sobre la fidelidad a la verdad apostólica en la interpretación de las Escrituras. Interpretación comunitaria Por interpretación comunitaria de las Escrituras me refiero a la interpretación dada a las mismas por la Iglesia antigua del Dios viviente, columna y fundamento de la verdad. Sin embargo, este asunto es difícil explicarlo y, mucho más, aceptarlo; la razón es porque, el caso que conoce- mos más, el catolicismo romano, define dos fuentes de origen de las doctrinas y de autoridad, la Biblia y la Tradición, y am- bas se funden en la instancia final que es el magisterio de la Iglesia que dice haber preservado la Tradición original. El protes- tantismo, en cambio, no admite Tradición alguna ni que esta sea fuente confiable y autoritativa; tampoco admite un magisterio como instancia final de autoridad doctrinal porque haya preservado con fidelidad la Tradición, es decir, la doctrina original re- cibida. Con todo, en el protestantismo ha habido siempre el riesgo latente de que se instalen sectores de autoridad encarnada LAS Escrituras Y SU INTERPRETACIÓN Parte 2 y final en líderes que se erijan como referentes y depositarios únicos de la verdad, y que así desplacen la fuente normativa de la doctrina: las Escrituras y solo ellas. Este riesgo hace que hoy sea urgente una inter- pretación pública de las Escrituras no solo cuidadosa y humilde, sino también lleva- da a cabo en conexión con la enseñanza apostólica y validada con ella, es decir, con la doctrina correcta y consensuada que la Iglesia ha confesado y enseñado a lo lar- go de su historia y misión. Esto exige de nosotros que interpretemos las Escrituras bajo la promesa del Señor (Jn 16:13), la ética y las verdades de la fe consensuadas de la Iglesia, sin dejar a un lado cualquier aporte serio y válido de la hermenéutica y la exégesis. Fidelidad a la verdad apostólica Aquí el privilegio de la interpretación comunitaria contemporánea es tanto ape- garse a la verdad apostólica como mante- nerse fiel a ella (Ti 1:9) y confiar siempre razonadamente en su veracidad. La inter- pretación de las Escrituras debe realizarse también con el intelecto y esa humildad y temor de Dios que permiten, entre otras cosas, dejarnos enseñar y santificar, ali- nearnos a la verdad apostólica auténtica o volvernos a ella. Lo contrario es realizarla intuitivamente, sin humildad y temor que puede conducir a intentar corregir las ver- dades de la fe apostólica anteponiéndoles las opiniones personales e interpretándo- las siguiendo determinadas tendencias del momento o adaptándolas a ellas. Obviamente, nada de lo dicho arriba responde a algún fundamentalismo poco informado sobre asuntos bíblicos que has- ta pudiera negar la voz de la verdad bíblica en los asuntos del mundo actual. Respon- de al deber que los intérpretes, y la Iglesia misma, tenemos de ya sea mantenernos fieles a la verdad apostólica antigua, o, si fuese necesario, volvernos a ella. Esto es decisivo para la vida y misión de la Iglesia; y es urgente ante toda novedad doctrinal progresista que fácilmente afirme ser la verdadera, nunca antes descubierta. La libertad que tenemos todos de leer las Escrituras, incluso privadamente, no nos priva de responsabilidad y vigilancia en el uso que le demos. George Reyes Pastor presbiteriano; autor; profesor del STN. 4 ALGO MUY BUENO ESTÁ POR SUCEDER ¡ESPÉRALO! INTRODUCCIÓN Salmo 2-31 Hace unos días tuvimos la oportunidad de conversar con una de mis estudiantes universitarias, Evelyn. La joven ha vivido experiencias muy difíciles pero la más reciente es que a su hijo de tres años se le diagnosticó una enfermedad neurológica que afecta su lenguaje y funciones motoras; Evelyn trabaja y estudia para sacar adelante a su hijo como madre soltera pero la carga es tan pesada que no pudo contener sus lágrimas cuando le empezamos a hablar de la necesidad que tenía de ver a su hijo como una bendición. Su soledad es tan grande que terminamos uniéndonos a su llanto; sentimos el sufrimiento que lleva en sus hombros sola. A nosotros nos dolió no poderle compartir el Evangelio pues estábamos dentro de las instalaciones de la universidad y a la fecha esperamos que Dios nos conceda otra oportuni- dad más propicia para presentarle el plan de salvación. Mientras tanto deci- dimos orar por Evelyn; al principio sólo fue una oración en la cual pedíamos que ella conociera al Creador de su hijo y que recibiera sabiduría para atender la muchedumbre de sus problemas. Sin embargo, a medida que orábamos y nos preparábamos para las meditaciones de este mes nos dimos cuenta que nuestra oración era muy escueta. Con vergüenza confesamos que no estábamos orando correctamente por esta joven necesitada de Dios, el sufrimiento que experimenta nos nubló y nos condujo a concentrarnos en pedir a Dios que le aliviara sus cargas, pero, aunque eso debemos pedir, la verdad es que Dios tiene más gracia que eso. Dios quiere darles a Evelyn y a su hijo una relacióncon Él mismo; pues a esta joven y a todas las personas del mundo Dios nos ve más allá de lo que somos en la familia y en la sociedad. Cuando recordamos eso mi esposa y yo enmen- damos nuestro error y comenzamos a orar pidiendo por la joven; pedimos que a pesar de sus problemas y de la carga tan pesada de sus hombros Evelyn pueda tener pronto una relación de confianza y amor con Dios. El rey David entendió esa relación; él entendió lo que por muchísimos años el pueblo de Israel no lograba apreciar del todo pues, aunque Dios había hablado a los patriarcas, había obrado a través de los conquistadores, había atendido los problemas de los jueces y había bendecido a Israel con un reino, la verdad es que fue el rey David quien logró acuñar con mejor precisión el 8 significado de aquella relación de amor que Dios concede. David fue el hom- bre que disfrutó una relación cercana y personal con Dios, y Dios le permitió escribir sobre esa relación plasmando la belleza de su experiencia en unos sal- mos que nos describen el diálogo de confianza y alabanza que tenía con Dios. A través de los Salmos aprendemos que David escribió de la relación que años más tarde Jesucristo nos ejemplificaría con su vida. Además de dar- nos su ejemplo Jesús también fue enviado a la Tierra como siervo precisamente para morir y restaurar completamente nuestra condición para que pudiéramos disfrutar una relación de comunión y confianza en su Padre. Cuando creemos en todo lo que significa el sacrificio de Jesucristo en la cruz podemos meditar en los Salmos deseando aprender de David cómo confiar y alabar mejor a nuestro Dios. Este mes propongámonos ser la Iglesia que refleja la verdad de la her- mosa relación que Jesús nos concedió con su Padre. A través de nuestro ejem- plo, trabajo, servicio y oraciones invitemos a los demás a que tengan una relación con Dios; soñemos que los demás sean aliviados de sus sufrimientos, pero por sobre todo que cada habitante de este planeta disfrute un diálogo de confianza y alabanza con el único Dios verdadero. Ese es nuestro sueño en el Seminario Todas Las Naciones, por ello agradecemos la contribución de cada lector al comprar una suscripción de este devocional Vida en Él. Con los recursos recaudados de la venta financiamos la educación y formación de siervos que se preparan para vivir y explicar a su prójimo la relación de amor que tienen con Dios en Jesucristo. Deseándoles bendiciones inagotables, Sky & Gabriela Pike 9 10 OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla. Después de haber leído el pasaje... 1 ¿Por qué se rebelan los pueblos? ¿Por qué conspiran las naciones? 2 Los reyes de la tierra hacen alianzas; los caudillos se declaran en contra del Señor y de su Mesías. Y dicen: 3 «¡Vamos a quitarnos sus cadenas! ¡Vamos a librarnos de sus ataduras!» 4 El que reina en los cielos se ríe; el Señor se burla de ellos. 5 Pero ya enfurecido, les habla, y con su enojo los deja turbados. 6 «Ya he establecido a mi rey sobre el monte Sión, mi lugar santo.» 7 Yo daré a conocer el decreto que el Señor me ha comunicado: «Tú eres mi hijo. En este día te he engendrado. DÍA 1 SALMO 2:1–12 Padre; dispongo mi mente para escudriñar su Palabra, en el nombre de Jesús, Amén. 8 Pídeme que te dé las naciones como he- rencia, y tuyos serán los confines de la tierra. 9 Someterás a las naciones con cetro de hierro, y las destrozarás como a vasijas de barro.» 10 Ustedes, los reyes: ¡sean prudentes! Y us- tedes, los jueces: ¡admitan la corrección! 11 Sirvan al Señor con reverencia y ríndanle culto con temor reverente. 12 Ríndanse a los pies de su Hijo, no sea que él se enoje y ustedes perezcan, pues su enojo se enciende de repente. ¡Bienaventurados son los que en él confían! Los reyes egipcios celebraban su gobierno escribiendo los nombres de sus enemigos en vasijas y rom- piéndolas simbólicamente. Se trata de los llamados textos de execración. Los reyes asirios también utilizaban la metáfora de la cerámica rota para afirmar su supremacía sobre los enemigos. ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS 11 Te pedimos que reines en nuestra vida, que venga tu reino Padre celestial y que se haga toda tu voluntad. Te adoramos por Jesucristo. Amén. A este salmo y a otros salmos que hacen referencia a hechos futuros acerca del Mesías, del Salvador o del Ungido de Dios para salvar, se les co- noce como salmos mesiánicos. El Salmo 2 es un salmo mesiánico muy bello que está escrito en forma poética, esto quizás hace complicada su lectura porque la traduc- ción no puede reflejar del todo el sentido del idioma original. Observemos cómo el salmista hace un contraste entre un rei- nado meramente terrenal y el reinado de Dios a través del Mesías. El contraste principal se encuentra en las prioridades de cada reino; mientras que uno terrenal subsiste por acuerdos, relaciones diplomáticas y estrategias de defensa; el reinado del Mesías está por en- cima de todo eso porque es Dios mismo nombrándolo y apuntalándolo Rey sobre todas las naciones. Dios está por encima de todo juicio, quien crea lo contrario hace DIOS SE RÍE MEDITEMOS reír a Dios y también acarrea para sí ira divina. Pero quienes reconozcan que Dios es el soberano que reina con dominio ab- soluto entonces pueden hacerse siervos de Dios también. Este servicio es fuente de alegría, es también protección y provisión. El salmo concluye diciendo que realmen- te es bienaventurado quien sirve a Dios confiando en este orden jerárquico donde Dios a través del Mesías reina sobre todo. Muchos afirman que Dios existe, que es poderoso, pero pocos aceptan que Dios reina. Ignorar este orden jerárquico de su reinado es la norma de nuestra so- ciedad, pero no por ignorarlo desaparece; Dios sigue reinando, aunque no se le reco- nozca. No sigamos creyendo que nos po- demos reír de Dios ignorando su reinado porque es Él el que se ríe, pero también ejerce furor contra quienes se creen inde- pendientes de Él, superiores a Él o mejores que Él. DIOS ESTÁ POR ENCIMA DE TODO JUICIO, QUIEN CREA LO CONTRARIO LO HACE REÍR OREMOS REFLEXIONEMOS Lee y ora detenidamente como Jesús nos enseñó a orar en Mateo 6:9-13. 12 OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla. 1 Señor, ¡cómo han aumentado mis enemi- gos! Son muchos los que me atacan, 2 son muchos los que me dicen que tú no vendrás en mi ayuda. 3 Pero tú, Señor, me rodeas como un escu- do; eres mi orgullo, el que sostiene mi vida. 4 Con mi voz clamaré a ti, Señor, y tú me responderás desde tu lugar santo. 5 Yo me acuesto, y duermo y despierto, por- que tú, Señor, me sostienes. SALMO 3:1–8 6 Aun si me rodean legiones de soldados, no tengo nada que temer. 7 Señor y Dios mío, ¡acude a rescatarme! ¡Hiere a todos mis enemigos en la mejilla! ¡Rómpeles los dientes a esos malvados! 8 A ti, Señor, te corresponde salvar; ¡derra- ma tus bendiciones sobre tu pueblo! DÍA 2 Padre; quite la prisa de mí, deseo leer su Palabra en tranquilidad. En el nombre de Jesús, amén. Selah: Se trata de una pausa musical, cuyo significado preciso no se conoce.... Al menos, podemos aprender que dondequiera que veamos “Selah”, debemos considerarlo como una nota de observación. Leamos el pasaje que le precede y al que le sigue con mayor seriedad, pues ciertamente siempre hay algo excelente donde se nos pide que descansemos y hagamos una pausa y meditemos. ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS Después de haber leído el pasaje... 13 Bendito Padre celestial, confiamos en tu cuidado cuando dormimos porque Jesucristo nos salvó del peor peligro, el de la muerte eterna. Queremos vivir adorándote. Amén. Todo este salmo es como una ora-ción donde David platica con Dios sobre cómo unos le dicen que no hay ayuda de Dios para él, pero el salmista reitera que confía tanto en Dios que aun cuando está dormido confía,aun cuando está en su estado más vulnerable Dios es digno de su confianza. David escribió este Salmo cuando su hijo Absalón le perseguía (II Samuel 17), si podemos describir el dolor de este padre sólo diríamos que es una horroro- sa aflicción. Cuando el corazón está así de afligido es fácil creer que no hay salva- ción, creer que no hay salida, ni porvenir esperanzador; realmente es fácil darse por vencido pues no hay fuerzas para defen- derse de quien se supone debería amarnos y aceptar nuestro amor. Pero David no ama más a su hijo que a Dios, David ha demostrado reiteradamente que Dios es su Rey y su Señor. Por eso, David es capaz de VIVIR CON ADORACIÓN MEDITEMOS decir que aún en su estado más vulnerable como es el de estar dormido aun así Dios es confiable; no serán sus habilidades mili- tares ni su estrategia de inteligencia las que defenderán a este rey sino será Dios mis- mo el que le salve de millares de perversos enemigos aun cuando está dormido. Esta adoración incondicional es la que distin- gue al rey David y también nos puede dis- tinguir a nosotros que vivimos vulnerables a otros peligros; la Biblia enseña que cuan- do estábamos dormidos espiritualmente sin tener conciencia del peligro de muerte que corríamos por causa de nuestro peca- do Dios envió a Jesús para defendernos y salvarnos. Aunque dormíamos su Espíritu nos despertó anunciándonos el Evangelio para que no nos quedáramos ni vulnera- bles ni muertos sino alumbrados por la nueva vida en Cristo (Efesios 5:14), y por esta poderosa salvación podemos vivir con adoración a Dios. CUANDO ESTÁBAMOS DORMIDOS ESPIRITUALMENTE POR CAUSA DE NUESTRO PECADO DIOS ENVIÓ A JESÚS PARA DEFENDERNOS Y SALVARNOS OREMOS REFLEXIONEMOS ¿Vives adorando a Dios que te salvó del peligro de la muerte y la aflicción eterna? 14 OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla. SALMO 4:1–8 1 Dios de mi justicia, ¡responde a mi clamor! Cuando estoy angustiado, tú me infundes aliento; ¡compadécete de mí y escucha mi oración! 2 Ustedes, hombres mortales, ¿hasta cuándo ofenderán al que es mi gloria, y amarán y buscarán la falsedad y la mentira? 3 Entérense de una vez: el Señor escoge a los hombres justos, así que me escuchará cuan- do yo lo invoque. 4 Pónganse a temblar, y no pequen; más bien, mediten en sus camas y guarden si- lencio. 5 Ofrezcan al Señor sacrificios de justicia y pongan su confianza en él. 6 Son muchos los que preguntan «¿Quién nos hará ver el bien?» ¡Que la luz de tu ros- tro, Señor, nos ilumine! 7 Tú pusiste en mi corazón más alegría que la de tener trigo y vino en abundancia. 8 Por eso me acuesto y duermo en paz, por- que sólo tú, Señor, me haces vivir confiado. DÍA 3 Padre celestial; hágame sensible a su Palabra. En el nombre de Jesús, amén. “¿Hasta cuándo adoraréis vanidades o consultaréis ídolos?”. Una reprimenda similar se encuentra en Jeremías, dirigida contra los idólatras de su tiempo, con palabras que muestran lo absolutamente irracional de tal comportamiento (Jer 2.13). ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS Después de haber leído el pasaje... 15 Dios de toda misericordia, haznos misericordiosos con los que nos desean el mal y así leván- tanos como evangelistas. Por Jesús oramos. Amén. David estaba atravesando un tiem-po muy pesado y difícil, su aflic-ción no se acababa con irse a la cama o embriagarse; su dolor le llegaba hasta la médula, porque era gente cono- cida la que se burlaba de él, eran los que en un tiempo fueron sus allegados, los que mentían injuriándole y difamándole repe- tidamente. Los enemigos no daban tregua, parecían no cansarse de hacer el mal con- tra David a pesar de que David ya les había demostrado que no iba a cobrar vengan- za; es más, David podía estar sumamente atormentado por el dolor, pero esto no le amargó contra sus enemigos. Al contrario, mientras David confiaba en Dios también compartió con sus enemigos su confianza; en este Salmo queda asentado aquello que Pablo más tarde les escribiría a los Roma- nos pidiéndoles que vencieran el mal ha- ciendo bien (Ro 12:21). VIVIR CON CONFIANZA MEDITEMOS David puso en práctica este princi- pio de bondad porque a pesar de que la maldad de terceros era la causa del sufri- miento de David, este no se quedó ru- miando su dolor, sino que compartió con sus enemigos la salvación que él gozaba. David es bastante paciente con sus enemi- gos, como Jesús enseñó, David no maldice a sus enemigos, sino que les bendice com- partiendo con ellos lo que él había encon- trado en Dios. Esta actitud es la de quien verdaderamente confía en Dios, es decir, quien vive confiando en Dios no sólo abraza las bondades del Evangelio para sí, sino que se atreve a compartirlas con quie- nes le causan dolor. No es fácil lograr esto, tampoco lo fue para David, pero podemos comenzar clamando por esto porque así David lo logró. Clamar a Dios incluye tanto la petición por nuestro rescate como el rescate de los demás, sea quien sea y sin importar el mal que nos haya hecho. QUIEN VIVE CONFIANDO EN DIOS NO SÓLO ABRAZA LAS BONDADES DEL EVANGELIO PARA SÍ, SINO QUE SE ATREVE A COMPARTIRLAS CON QUIENES LE CAUSAN DOLOR OREMOS REFLEXIONEMOS Sigue pidiendo a Dios que te ayude a compartir el Evangelio con más personas. 16 OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla. En el mundo del AT, las primeras horas de la mañana eran el momento preferido para escuchar los casos de ley (cf. 2 Sam 15:2). Si uno había pasado los días y las noches anteriores esperando el juicio, bien podemos imaginar lo ferviente en la oración que sería en la mañana cuando se enfrentaría a los calumniadores y falsos acusadores. ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS 1 Escucha, Señor, mis palabras; toma en cuenta mis gemidos. 2 Mi rey y Dios, presta atención a mi cla- mor, porque a ti dirijo mi oración. 3 Oh, Señor, por la mañana escucharás mi voz; por la mañana me presentaré ante ti, y esperaré. 4 No eres un Dios que se complazca en la maldad; los malvados no pueden habitar contigo. 5 Los perversos no pueden presentarse ante ti, pues aborreces a todos los malhechores. 6 Tú, Señor, destruyes a los mentirosos, y rechazas a los asesinos y mentirosos. 7 Yo, por el contrario, y por tu gran miseri- cordia, puedo entrar en tu templo y alabar- te reverente. 8 Guíame, Señor, en tu justicia, y por causa de mis adversarios endereza tu camino de- lante de mí. 9 Porque en sus labios no hay sinceridad; dentro de ellos no hay más que maldad. Su garganta es como un sepulcro abierto, y su lengua sólo emite falsas alabanzas. 10 ¡Castígalos, Dios mío! ¡Que sus propios errores los hagan caer! ¡Recházalos, por sus muchos pecados, pues grande es su rebeldía contra ti! 11 Pero que se alegren todos los que en ti confían; que griten siempre de júbilo, por- que tú los defiendes; que vivan felices los que aman tu nombre. 12 Tú, Señor, bendices al hombre justo; tu favor lo rodea, como un escudo. SALMO 5:1–12 DÍA 4 Padre; le pido que afine mi espíritu para discernir la voz de su Espíritu en su Palabra, en el nombre de Jesús, amén. Después de haber leído el pasaje... 17 Amado Dios, eres digno de nuestra espera paciente y gozosa. Creemos y confiamos en ti Jesu- cristo. Amén. A lo largo de mi caminar siguiendo a Cristo me he dado cuenta de que mi paciencia me ayuda mucho a mantenerme alegre, muchas veces he com- probado que cuando me desespero llego a entristecerme o a enojarme. En medio de esa espera he notado que casi siempre sucede que a mi alrededor hay quienes sin esperar la ayuda de Dios reciben ayu- da, hasta parece que es a propósito que mientras yo tengo necesidad y espero en Dios otros en cambio no esperan en Dios, pero son saciados. Voltear alrededor vien- do situaciones similares y repetidas no me ha ayudado porque inmediatamente me desespero, dejo mi paciencia porun lado y del gozo ya ni me acuerdo. Por esta razón me gusta mucho cuando el salmista se compromete a es- perar en Dios (v. 3). El compromiso del salmista en esperar no se basa en lo que ve VIVIR CON PACIENCIA MEDITEMOS a su alrededor sino en lo que sabe de Dios. El salmista sabe que Dios no se complace de la maldad, ni dirige su mirada a los in- sensatos, ni acepta a los que hacen iniqui- dad, ni cuida al que miente, ni encubre al engañador, ni tampoco tiene misericordia del sanguinario. En cambio, Dios defien- de bendiciendo y rodeando de favor a los justos que en Él confían. Confiar en Dios nos permite ser pacientes, luego esa pa- ciencia nos llena gozo y cuando tenemos gozo nuestra fe le agrada. Aprendamos bien que no se trata de decir que espera- mos en Dios, pero con nuestras actitudes de impaciencia y angustia reflejamos que no conocemos a Dios ni confiamos en Él. Seamos sabios aceptando que no podemos defendernos, ni bendecirnos, ni favore- cernos a nosotros mismos; hay que vivir con paciencia esperando a Dios con gozo y alegría. EL COMPROMISO DEL SALMISTA EN ESPERAR NO SE BASA EN LO QUE VE A SU ALREDEDOR SINO EN LO QUE SABE DE DIOS OREMOS REFLEXIONEMOS ¿Qué es lo que más te desespera? ¿qué es lo que más te entristece? ¿se lo encomendarás a Dios? 18 OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla. El orden de las palabras en hebreo es: “No me reprendas en tu ira”. La implicación es que una repri- menda puede ser bien merecida; la petición es que sea administrada no con ira, sino templada con misericordia. El verbo “reprender” (del hebreo PALABRAS GRIEGO-HEBREO AGOSTO 2021 DIA 5 (del hebreo יכח, yākaḥ) DIA 11 (ḥasîd ,ָחִסיד) DIA 18 .(zākar ,זכר) DIA 21 :(qā∙ḏǎḏ) ָקַדד Dia 29 (šeʾôl) ְׁשֹאול ,(bôr) ֹּבור Día 30 (ḥě∙sěḏ) ֶחֶסד Día 31 (pě·šǎʿ) ֶּפַׁשע (ḥǎṭā·ʾā(h) ֲחָטָאה (ʿā·wōn) ָעֹון ) es un término jurídico que puede tradu- cirse como “emitir un juicio” (como en un tribunal). ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS 1 Señor, no me reprendas en tu ira; no me castigues en tu enojo. 2 Señor, ten misericordia de mí, que estoy enfermo; sáname, pues todos mis huesos se estremecen. 3 Señor, todo mi ser se halla alterado. ¿Hasta cuándo me responderás? 4 Hazme caso, Señor, y ponme a salvo; por causa de tu misericordia, ¡sálvame!. 5 En la muerte, no hay memoria de ti; en el sepulcro no hay quien te alabe. SALMO 6:1–10 6 Me estoy consumiendo de tanto llorar; Todas las noches lloro amargamente y baño con lágrimas mi lecho. 7 Cansados de sufrir están mis ojos; mis ad- versarios los han hecho envejecer. 8 Ustedes los malvados: ¡apártense de mí, que el Señor ha escuchado mis lamentos! 9 El Señor ha atendido mis ruegos y ha aceptado mis oraciones. 10 Todos mis adversarios quedarán avergon- zados; ¡huirán de pronto, totalmente humi- llados! DÍA 5 Padre; ayúdeme a ver, conocer y comprender su amor por medio de su Palabra. En el nombre de Jesús, amén. Después de haber leído el pasaje... 19 Hoy es jueves, tal vez puedes apartar un tiempo para leer II Samuel y conocer más de la misericordia de Dios. Perdónanos oh, Dios, si hemos dudado de ti, de tu misericordia o de tu gracia. Perdónanos y ayúdanos por favor a mantenernos comprometidos contigo para enfrentar la vida tomados de tu mano. Por Jesús. Amén. Aunque David logró la unión en el reino y Dios le bendijo con prome-sas maravillosas aún así luchó con- tra la tentación y sucumbió en adulterio y asesinato. Esto le produjo más aflicción a la que se le añadió el dolor de los pleitos y la traición de sus hijos. Todo esto se narra en el libro de II Samuel como testimonio de que David no fue librado de la aflic- ción, pero sí se le dio libertad para buscar a Dios en medio del dolor porque ¿quién puede ayudarnos cuando un hijo mue- re por causa de nuestro pecado? ¿cuándo otro hijo viola a una hija? ¿cuándo un hijo nos traiciona poniendo a todo el mundo en nuestra contra y amenaza con matarnos destruyendo todo lo que construimos du- rante la vida? David sabía que el único que podía ayudarle era Dios. Muchos por menos abandonaría- mos nuestro compromiso de esperar a Dios, dejaríamos de hablarle y le perde- ríamos el respeto recriminándole el sufri- VIVIR CON LIBERTAD MEDITEMOS miento que pasamos. Pero David no hizo así, David vivió en la libertad de confiar por eso no se avergonzaba de esperar a Dios, que se avergonzaran otros, pero él no se avergonzaría de humillarse delante de Dios para esperar su misericordia en medio de problemas y dolor. David fue consolado sólo por pura misericordia, y si David fue consolado cuánto más noso- tros que en Cristo tenemos libertad para vivir confiando en Dios y pase lo que pase también podemos mantener nuestro com- promiso de buscarlo para que nos perdone y nos conceda misericordia en medio de cualquier aflicción. Ciertamente no me- receríamos esa libertad de pedir su ayuda, pero tampoco confiamos en nuestras bue- nas obras, ni en nuestros logros o aciertos sino en la misericordia de Jesucristo que nos salva del peor dolor y la más terrible tragedia. DAVID NO FUE LIBRADO DE LA AFLICCIÓN, PERO SÍ SE LE DIO LIBERTAD PARA BUSCAR A DIOS EN MEDIO DEL DOLOR OREMOS REFLEXIONEMOS 20 1 Señor, mi Dios, en ti confío; ¡ponme a sal- vo de los que me persiguen! 2 ¡No permitas que, como leones, me des- garren; que me destrocen sin que nadie me defienda! 3 Señor, mi Dios, ¿qué mal he cometido? ¿Acaso hay maldad en mis manos? 4 ¿Acaso les he pagado mal a mis aliados dejando sin más en libertad a nuestros ad- versarios? 5 Si es así, ¡que el enemigo me persiga! ¡Que me alcance y me haga rodar por tierra! ¡Que ponga mi honor por los suelos! 6 Señor, ¡levántate, y en tu furor enfréntate a la furia de mis adversarios! ¡Despierta, y dicta tu sentencia en mi favor! 7 Rodeado entonces de todas las naciones, reinarás sobre ellas desde el alto cielo. 8 Tú, Señor, que juzgas a las naciones, júz- game como corresponde a tu justicia, y de acuerdo con mi integridad. SALMO 7:1–17 9 Pon fin a la maldad de los perversos, pero mantén firme al hombre honrado, pues tú eres un Dios justo que examina el corazón y la mente. 10 Dios es mi escudo; él salva a los rectos de corazón. 11 Dios es un juez justo, siempre enojado con la gente malvada. 12 Listos tiene el arco y la espada para actuar contra ellos, si no se arrepienten. 13 Listas tiene también armas mortales; ¡ya ha preparado ardientes saetas! 14 El malvado concibe hacer el mal; tan preñado está de maldad que de él nace la mentira. 15 Ha cavado un pozo muy profundo, y en ese mismo pozo caerá. 16 Su maldad se volverá contra él; sus agra- vios recaerán sobre él mismo. 17 ¡Yo alabaré al Señor por su justicia! ¡Can- taré salmos al nombre del Dios altísimo! Yahvé, mi Dios. Es la primera vez en los salmos que las dos designaciones de la deidad aparecen jun- tas. Su uso sugiere la base de la confianza del salmista. El primero, Yahvé, habla de Dios en su relación de alianza con su pueblo; el segundo, Elohim, de su poder y perfecciones infinitas. Quien está dentro de la alianza puede acercarse a Dios con confianza. ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS DÍA 6 Padre; guíeme por medio de su Palabra. En el nombre de Jesús, amén. OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla. Después de haber leído el pasaje... 21 Buen Pastor, buscamos la paz y la seguimos, por eso te pedimos que nos enseñes a arrepentir- nos y a pedirte perdón diariamente. Haznos humildes como Jesús. Amén. David no confiaba plenamente en su opinión ni en su comporta-miento porque sabía que él mis- mo podía estar equivocado o pecar contra Dios. La humildad de David de dejarse examinar nos enseña cuán importante es esta disposición de pedirle a Dios que tam- bién juzgue si hemos pecado y nos corrija. Nadie estamos exentosde caer en la tenta- ción de buscar nuestro propio bien a costa de atropellar los derechos de los demás; lo triste es que nadie nos diga de frente que estamos pecando. Son pocos los que con amor se acercarán a nosotros para ayudar- nos a dejar de pecar, al contrario, la ma- yoría calla hasta que nuestro pecado nos avergüenza. Por eso el salmista a tiempo pide a Dios que le muestre si ha sido él quien ha atropellado los derechos de otros, aunque sean sus enemigos. David confía en que Dios siendo juez justo le dirá la ver- VIVIR CON PAZ MEDITEMOS dad, le permitirá arrepentirse y le corregirá aún con un castigo si fuera necesario. Pero también con confianza y en humildad Da- vid pide que si él no ha pecado y no mere- ce esa angustia entonces que sus enemigos sean castigados por angustiarlo. Como meditamos hace días, David quería que el castigo de Dios fuera restaurador por- que sus enemigos eran gente de su pueblo, de su familia; su enemigo era su propio hijo. David no pedía una venganza exter- minadora sino intervención divina para que tanto él como sus enemigos se arre- pintieran (v. 12). David quería que todos vivieran con paz experimentando aquella paciencia de la que más tarde hablaría el apóstol Pedro, la paciencia que Dios tiene porque no quiere “que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimien- to.” (2 Pedro 3:9). DAVID QUERÍA QUE TODOS VIVIERAN CON PAZ OREMOS REFLEXIONEMOS Empieza hoy con la disciplina diaria de arrepentirte de tus errores y pecados pidiendo perdón y comprometiéndote a no caer más en tentación. 22 1 Señor y Dios nuestro, ¡cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! ¡Has puesto tu gloria sobre los cielos! 2 Las alabanzas de los niños de pecho son tu mejor defensa contra tus enemigos; ellas silencian a tus vengativos adversarios. 3 Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, y la luna y las estrellas que has crea- do, 4 me pregunto: ¿Qué es el ser humano, para que en él pienses? ¿Qué es la humanidad, para que la tomes en cuenta? SALMO 8:1–9 5 Hiciste al hombre poco menor que un dios, y lo colmaste de gloria y de honra. 6 ¡Lo has hecho señor de las obras de tus manos! ¡todo lo has puesto debajo de sus pies! 7 ¡Todas las ovejas y todos los toros! ¡Todos los animales del bosque! 8 ¡Las aves en el cielo y los peces en el mar! ¡Todo lo que surca las profundidades del mar! 9 Señor y Dios nuestro, ¡cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! “Que lo visites”, el término hebreo significa visitar con un propósito, en este caso la preocupación benevolente. Esta es la base de la traducción “cuidar de él” que se encuentra en algunas versiones, incluida la NVI. Que Dios se preocupe por una criatura tan insignificante es motivo de asombro. ¡Qué maravilla que se preocupe! ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS DÍA 7 Padre; muéstreme su maravilloso amor por medio de su Palabra. En el nombre de Jesús, amén. OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla. Después de haber leído el pasaje... 23 Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Amén. ¡Oh Señor nuestro, cuán glorioso es tu nombre sobre la Tierra!” (v. 1; 9). Esta exclamación se puede parafrasear di- ciendo, “Rey, tú tienes el crédito de todo lo bueno que nos pasa en la Tierra.” Si hay algo bueno que nos suceda en esta vida es porque Dios lo hizo, Él piensa en nosotros (v. 4), sabe que tenemos necesidad de Él por eso nos visita enviando a su Espíritu (v. 4) y así con su presencia nos honra per- mitiéndonos tener comunión con Él (v. 5). El salmista describe todas estas bendi- ciones de manera poética para captar nues- tra atención, pero cuando nos detenemos a meditar en su significado espiritual nos damos cuenta que toda la poesía del mun- do no podría describir la belleza de lo que ha hecho el Señor Jesucristo por nosotros; por eso su nombre será reverenciado un día cuando todos doblemos nuestra rodilla (Fil 2). GLORIOSO NOMBRE DE DIOS MEDITEMOS Este Salmo sería uno de los mejores ejemplos para enseñar la razón de no to- mar el nombre de Dios en vano; recorde- mos que el tercer mandamiento del Decá- logo (Éxodo 20:7) es precisamente cuidar nuestras expresiones y vocabulario para separar el nombre de Dios de los demás nombres o palabras. El nombre de Dios es sólo para hablar con Él, para darle gracias, para alabarlo, para invocarlo en nuestra oración o para hablar de Él con respeto. El nombre de Dios no debe ser una muletilla en nuestro vocabulario, ni una expresión para disfrazar nuestra vida de desobedien- cia; no porque mencionamos a Dios sig- nifica que creemos en Él y menos que le obedecemos. Dios nos ha bendecido con la vida misma, Él no merece nuestro des- cuido sino nuestra devoción diaria para adorarlo como el salmista; “¡Oh Señor nuestro, cuán glorioso es tu nombre sobre la Tierra!” EL NOMBRE DE DIOS ES SÓLO PARA HABLAR CON ÉL, PARA DARLE GRACIAS, PARA ALABARLO, PARA INVOCARLO EN NUESTRA ORACIÓN O PARA HABLAR DE ÉL CON RESPETO OREMOS REFLEXIONEMOS ¿De qué maneras santificas el nombre de Dios? “ 24 1 Señor, te alabaré de todo corazón y habla- ré de todos tus portentos. 2 Por ti me alegraré, oh Dios altísimo, y cantaré alabanzas a tu nombre. 3 Ante ti, mis enemigos huyen; ruedan por el suelo y perecen. 4 Tú eres un juez justo, y desde tu trono de- fiendes mi causa y me haces justicia. 5 Sometes a las naciones, destruyes a los mal- vados, y borras para siempre su memoria. 6 Mis adversarios se han desvanecido; han quedado destruidos para siempre. Con ellos se borró el recuerdo de las ciudades que tú destruiste. 7 Pero tú, Señor, permaneces para siempre, y tienes preparado tu tribunal de justicia. 8 Con justicia juzgarás al mundo; con recti- tud juzgarás a las naciones. 9 Tú, Señor, eres el refugio de los pobres; eres su amparo en momentos de angustia. 10 En ti confían los que conocen tu nom- bre, porque tú, Señor, proteges a los que te buscan. 11 ¡Canten al Señor, que vive en Sión! ¡Pro- clamen entre los pueblos sus acciones! SALMO 9:1–20 12 El Dios vengador se acordó de ellos; ¡no olvidó el clamor de los afligidos! 13 Señor, ¡ten misericordia de mí! ¡Mira cómo me hacen sufrir mis enemigos! Tú me libras de las puertas de la muerte, 14 para que a las puertas de Sión proclame tus alabanzas y goce de tu salvación. 15 Las naciones cayeron en el hoyo que ca- varon; ¡quedaron atrapados en su propia trampa! 16 El Señor se ha revelado al hacer justicia; los malvados se enredan con sus propios hechos. 17 Esos malvados serán llevados al sepulcro, con todos los que se olvidan de Dios. 18 Porque no siempre serán olvidados los pobres, ni todo el tiempo se desvanecerá su esperanza. 19 Señor, ¡levántate y juzga a las naciones! ¡No dejes que el ser humano se envanezca! ¡Haz que las naciones comparezcan ante ti! 20 ¡Infúndeles, Señor, temor de ti! ¡Que sepan las naciones que sólo son seres humanos! El nombre de Dios, en el pensamiento hebreo, representa la persona de Dios y su carácter. Conocer el nombre es haber caminado en comunión con el que lo lleva y haber aprendido que podemos confiar en Él, sea lo que sea que nos venga. Por lo tanto, es un glorioso privilegio conocer su nombre. ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS DÍA 8 Padre; oriénteme por medio de su Palara. En el nombre de Jesús, amén. OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla. Después de haber leído el pasaje... 25 Dios Altísimo, por tu Espíritu te rogamos que no nos dejes olvidar lo que Jesús ha hecho por nosotros, que te alabemos con todo el corazón contando tus maravillas, alegrándonos y rego- cijándonos en el nombre de Jesucristo. Amén. Dios hace muchas cosas por no-sotros, diariamente nos concede bendiciones de provisión y pro- tección que nos ayudan pero lo mejor de esas bendiciones es que nos permiten co- nocer cómo es Dios. El salmista cantay se alegra porque ahora conoce mejor que nunca que Dios es justo; cuando en los otros salmos pedía que Dios interviniera a su favor lo hacía por fe, creyendo que Dios lo podía hacer. Pero en este salmo David ha palpado la justicia de Dios y por eso lo alaba en agradecimiento y asombro. Si meditamos detenidamente en este Salmo podemos reconocer que lo mis- mo que Dios hizo por el salmista también lo hizo por nosotros en Jesucristo. Este Salmo habla del Evangelio, habla de la jus- ticia de Dios que el apóstol Pablo descri- bió en la carta a los Romanos (e.g. 1:17, 3:22). A nosotros Dios no nos desamparó en el mundo dejándonos a merced de los MARAVILLOSA JUSTICIA DE DIOS MEDITEMOS enemigos de la justicia (vv. 6; 9), empo- brecidos por el pecado (v. 9) o angustiados sin refugio (v. 9). Dios podía haberse ol- vidado de nosotros, pero no lo hizo sino que se acordó (v. 12) para atender nuestra necesidad venciendo la muerte (v. 13) y así nos salvó (v. 14). Es más, podemos de- cir que David recibió una probadita de la hermosa salvación que ahora nosotros dis- frutamos, sin embargo, su fe no se limitó; sin verlo creyó que Dios juzgaría a todas las naciones trayendo salvación (v. 19) por medio de su Hijo que no era sólo hombre sino también Dios (v. 20). Del salmista aprendamos que nosotros también pode- mos atravesar nuestras aflicciones confian- do que nuestro clamor será escuchado y nuestra necesidad atendida; pero también recordemos que mientras perseveramos Dios nos dará sabiduría para entender la justicia y salvación de Jesucristo. LO MISMO QUE DIOS HIZO POR EL SALMISTA TAMBIÉN LO HIZO POR NOSOTROS EN JESUCRISTO OREMOS REFLEXIONEMOS Memoriza: “Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; contaré todas tus maravillas. Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, oh Altísimo.” Salmos 9:1 26 10 Se encoge, se agazapa, y muchos desdi- chados caen en sus garras. 11 Piensa para sí que Dios se ha olvidado, que esconde la cara y nunca ve nada. 12 ¡Vamos, Señor y Dios, levanta la mano! ¡No te olvides de los pobres! 13 ¿Por qué tendría que menospreciarte el malvado? ¿Por qué habría de pensar que no intervendrás? 14 Pero tú sí ves los trabajos y la humilla- ción, y a cada uno le das su recompensa. En SALMO 10.10–18 ti busca amparo el desvalido; ¡eres el refugio de los huérfanos. 15 ¡Rómpeles los brazos a los malvados! ¡Per- sigue su maldad, hasta acabar con ella! 16 Tú, Señor, reinas eternamente y para siempre; ¡borra de su tierra a las naciones! 17 Tú, Señor, escuchas las plegarias de los pobres; tú les das ánimo y les prestas aten- ción. 18 Tú reivindicas al huérfano y al oprimido, para que los simples mortales no sigan vio- lentando la tierra. “Rompe el brazo del hombre malvado y perverso”. El llamamiento claro es para que Dios rompa el poder del malvado a tal punto que no pueda causar más problemas. Busca su maldad (y trata con él) hasta que no encuentres más; es decir, que ningún acto de injusticia quede sin resolver o sin castigo, es decir, que no se descubra. ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS DÍA 9 Padre; me acerco a su presencia sabiendo que usted se acercará a mí por medio de su Palabra. En el nombre de Jesús, amén. OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla. Después de haber leído el pasaje... 27 Dios eterno, te necesitamos siempre; te rogamos que venga tu reino y reines en nosotros. Por la majestad de Jesucristo pedimos esto. Amén. El argumento del irresponsable es hacer creer a los demás que Dios se ha olvidado de lo que no se debe olvidar; que se ha escondido de quien de- bería estar visible, se ha distanciado del huérfano, del pobre y del desvalido. Ese argumento irresponsable seguirá reso- nando mientras encuentre oídos atentos, entre esos oídos pueden estar los de gente que blasfema contra Dios, pero también estarán aquellos que aunque creyendo en Dios al mismo tiempo creen que pueden manipularlo. El salmista está en medio de estas voces que juzgan a Dios como aquel que se olvida, se esconde y se aleja; por eso cobrando fuerza el salmista eleva una ora- ción a Dios. La oración es el ruego lleno de confianza que sabe que su Dios no es digno de incredulidad ni manipulación sino de confianza porque Dios es Rey eter- namente y para siempre (v. 16). REY ETERNO DEL HUÉRFANO, POBRE Y DESVALIDO MEDITEMOS Nuestro Señor nos enseñó a pedir que el reino de Dios viniera, su intención fue la de enseñarnos que cuando pedimos a Dios que reine es para que haga también lo que el salmista pidió. Sólo Dios eterno puede manifestar que a pesar del tiempo Él no se olvidó de sus criaturas huérfanas, pobres y desvalidas; al contrario, nos salvó en el tiempo oportuno con su Hijo. Tam- bién pedir que el reino de Dios venga im- plica suplicarle a Dios que ya no estemos alejados, que si ciertamente Él es el único capaz de acercarnos a sí mismo con su per- dón nosotros también deseamos aproxi- marnos a Él lo más pronto posible. Jesús nos enseñó a orar así, porque siempre ne- cesitamos al único Rey del huérfano, po- bre y desvalido; a nuestro Rey eterno que no se olvida, al que nunca se esconde ni jamás aleja su reino de nosotros. NECESITAMOS AL ÚNICO REY DEL HUÉRFANO, POBRE Y DESVALIDO OREMOS REFLEXIONEMOS Toma más tiempo para orar pidiendo que el reino de Dios venga a tu vida. 28 1 Yo confío en el Señor; ¿Por qué, enton- ces, me sugieren que escape a las montañas, como un ave? 2 Ciertamente, los malos preparan su arco y disponen las flechas sobre la cuerda para atacar desde las sombras a los justos. 3 ¿Pero qué puede hacer el hombre honrado cuando son socavados los cimientos? SALMO 11 4 El Señor está en su santo templo; el Señor tiene su trono en el cielo; él ve y examina a todos los seres humanos. 5 El Señor pone a prueba al hombre hon- rado, pero repudia al injusto y al violento; 6 acarrea calamidades sobre el malvado, y le lanza fuego, azufre y un viento calcinante. 7 El Señor es justo, y ama la justicia; el hom- bre honrado contemplará su rostro. Ver el rostro de un juez (v.7) o de un dios era una metáfora en Mesopotamia y equivalía a ser acepta- do, porque se refería a acceder a su presencia. Suele referirse a un suplicante o demandante que consi- gue una audiencia con un juez. Si un juez o un dios volvía su rostro hacia ti, te veían con buenos ojos. ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS DÍA 10 Padre; le doy gracias por condescender con alguien como yo por medio de su Palabra. En el nombre de Jesús, amén. OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla. Después de haber leído el pasaje... 29 Dios justo y amante de la justicia, queremos ser como tú y amar lo mismo que tú amas. Gracias por hacerlo posible en Jesucristo. Amén. Dios es justo. ¿realmente podríamos saber que Dios es justo sólo por las experiencias de nuestra vida? ¿qué decir si preguntamos a nuestro alre- dedor? Realmente con nuestros sentidos y con nuestro intelecto no podemos afirmar que Dios es justo porque hay muchas cosas en esta vida que no son justas. Tampoco podemos afirmar que Dios ama la justicia sólo considerando nuestras experiencias cotidianas, mejor aceptemos que no pode- mos conocer qué ama Dios y qué no ama. Todos necesitamos conocer a Dios a través de su Palabra, si ella dice que Dios es justo entonces Dios lo es. Por fe reconocemos la verdad para después recibir entendi- miento sobre la explicación que la misma Palabra nos ofrece. Ninguno podemos presumir que conocemos a Dios fuera de la revelación escrita en su Palabra y como el apóstol Pablo les dijo a los Efesios, para comprender esa revelación debemos pedir entendimiento. DIOS ES JUSTO Y AMA JUSTICIA MEDITEMOS El salmista entendió a Dios y el objeto de su amor; porque, aunque vio al malvado amando el despliegue injusto de violencia contra los hijos de Dios, nunca acusó aDios de ser el autor de aquella maldad ni tampoco infirió que la prueba a que se exponían era injusticia de parte de Dios. Realmente no es fácil concluir que Dios es justo cuando estamos rodeados de injusticia, pero Dios lo es, aunque no lo parezca. Este es nuestro momento para en- tender que Dios es justo y ama la justicia, aunque nos rodeen mil hombres malvados o aún a pesar de las huestes espirituales de maldad que nos asechan. Hoy confiemos que Dios es justo y nos ha salvado en Jesu- cristo, nos ha sellado con su Espíritu, nos ha revelado su Palabra y nos ha amado con la Iglesia para que seamos rectos y veamos su rostro (Salmo 11:7). REALMENTE NO ES FÁCIL CONCLUIR QUE DIOS ES JUSTO CUANDO ESTAMOS RODEADOS DE INJUSTICIA, PERO DIOS LO ES, AUNQUE NO LO PAREZCA OREMOS REFLEXIONEMOS Hoy toma un tiempo para orar pidiéndole a Dios que te ayude a entender su justicia para que la puedas compartir con quienes aún no entienden ni ven el rostro de Dios. 30 1 ¡Sálvanos, Señor, pues ya no hay gente pia- dosa! ¡Ya no hay en este mundo gente fiel! 2 Unos a otros se dicen mentiras; se hablan con labios zalameros e hipócritas. 3 Pero tú, Señor, destruirás todos esos la- bios; acabarás con toda lengua jactanciosa, 4 que dice: «Con nuestra lengua vencere- mos. Con los labios que tenemos, ¿quién puede dominarnos?» 5 Tú, Señor, has dicho: «Tanto se oprime a los pobres, y es tanto el clamor de los hu- SALMO 12:1–8 mildes, que ahora voy a levantarme para acudir en su ayuda.» 6 Las palabras del Señor son puras. Son per- fectamente puras, como la plata refinada en el crisol! 7 Tú, Señor, nos protegerás; nos salvarás para siempre de esta generación, 8 aun cuando los malvados estén al acecho y la humanidad siga exaltando la vileza. Para el término traducido “piadoso” PALABRAS GRIEGO-HEBREO AGOSTO 2021 DIA 5 (del hebreo יכח, yākaḥ) DIA 11 (ḥasîd ,ָחִסיד) DIA 18 .(zākar ,זכר) DIA 21 :(qā∙ḏǎḏ) ָקַדד Dia 29 (šeʾôl) ְׁשֹאול ,(bôr) ֹּבור Día 30 (ḥě∙sěḏ) ֶחֶסד Día 31 (pě·šǎʿ) ֶּפַׁשע (ḥǎṭā·ʾā(h) ֲחָטָאה (ʿā·wōn) ָעֹון no hay una palabra adecuada en español. Pode- mos resumirlos como sigue: “Las personas consagradas a Dios, leales y fieles, que manifiestan bondad y rectitud de carácter, y que confirman así su relación como verdaderos hijos de Dios y hermanos unos de otros, han desaparecido de entre los hombres.” ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS DÍA 11 Padre; que su Palabra me lleve por el camino de la madurez espiritual. En el nombre de Jesús, amén. OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla. Después de haber leído el pasaje... 31 Dios, sálvanos de ser aquellos que no buscan pensar, hablar y actuar con pureza. Que no seamos engañados, te lo rogamos por Jesucristo. Amén. No sabemos si la frustración del sal-mista es exageración o no porque ciertamente a veces nosotros mis- mos llegamos a pensar lo mismo: que “se acabaron los piadosos.” (v.1). A veces nos encontramos hastiados de tantas mentiras y corrupción que llega- mos a pensar que no hay gente fiel en la Tierra. El salmista estaba viviendo uno de los peores momentos de su vida al verse envuelto en traiciones por chismes, juicios falsos, aseveraciones hipócritas y presun- ciones altivas. Por eso este salmo es para nuestros días; nosotros también podemos clamar a Dios por salvación. Pidamos a Dios con clamor y ruego insistente que salve (v.1), junto con nuestra oración intercesora también actuemos con diligencia para que Dios salve al oprimido y necesitado. La intercesión debe incluir la petición de que Dios guarde también a su Iglesia pues muy seguido es la primera víctima de las PALABRAS LIMPIAS Y PURAS MEDITEMOS vilezas de los hombres. A veces el daño es completamente velado mediante cantos inocentes, oraciones de apoyo o incluso predicaciones malintencionadas; todo se vuelve parte del juego demoniaco de la mentira y el engaño. Recuerdo a un pre- dicador que siempre que mencionaba la palabra “mujer” usaba el cable del micró- fono como látigo y daba un azote, era una maña que tenía que al principio causó risa a algunos, pero luego la permisividad de la denigración dio lugar no sólo a denigrar a la mujer sino al Evangelio también. Esta es la urgencia del clamor del salmista que sabe que no se trata de una cantidad in- contable de mentiras, sino que todo mal más bien comienza con una media verdad para terminar en una perversidad que con- sume bosques enteros (Santiago 3:5). Ro- guemos para que Dios nos permita hablar como Él con palabras limpias y purificadas (Salmo 12:6). NO SE TRATA DE UNA CANTIDAD INCONTABLE DE MENTIRAS, SINO QUE TODO MAL MÁS BIEN COMIENZA CON UNA MEDIA VERDAD PARA TERMINAR EN UNA PERVERSIDAD OREMOS REFLEXIONEMOS ¿Tus palabras y acciones reflejan tus pensamientos puros? 32 1 ¿Hasta cuándo, Señor? ¿Hasta cuándo me ocultarás tu rostro? ¿Te olvidarás de mí para siempre? 2 ¿Hasta cuándo debo estar angustiado, y andar triste todo el día? ¿Hasta cuándo mi adversario me dominará? 3 Señor y Dios mío, mírame y respóndeme; ilumina mis ojos, y manténme con vida. SALMO 13:1–6 4 Que no diga mi adversario que logró ven- cerme. ¡Se burlará de mí si acaso caigo! 5 Yo confío en tu misericordia; mi corazón se alegra en tu salvación. 6 Te cantaré salmos, Señor, porque tú siem- pre buscas mi bien. ¿Hasta cuándo? Esta pregunta aparece casi veinte veces en los Salmos, generalmente en relación con un salmo de lamento. También se encuentra en Mesopotamia, ya que en el Lamento sumerio por la destrucción de Sumer y Ur se pregunta: “¿Hasta cuándo se lanzará el ojo enemigo sobre mi cuenta?” ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS DÍA 12 Padre; ayúdeme a amoldar mi existencia a su Palabra. En el nombre de Jesús, amén. OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla. Después de haber leído el pasaje... 33 Gracias Dios por ayudarnos siempre no sólo dándonos sino haciéndonos. Mientras te espera- mos, haz tu obra de bondad en nosotros. Por Jesucristo nuestro Hacedor. Amén. Sea que estemos en la cárcel viviendo la impotencia del enclaustro o sepa-mos que la enfermedad tiene desga- jada nuestra salud, cuidemos que nuestro clamor a Dios no carezca de confianza. Preguntar a Dios la fecha en que re- cibiremos su socorro es una forma poética de decirle a Dios que esperaremos en Él, es decirle que sí esperamos que Él ayude y consuele. Pedirle a Dios la fecha y la hora en que enviará su gracia y misericordia no es demandarle obediencia sino expresarle que hay confianza de alto calibre; aquella confianza que sabe bien que en algún día a alguna hora precisa en un segundo estima- do y aquella milésima de segundo progra- mado, ahí Él encontrará nuestra confianza esperando lo que nos quiera dar. Pregunte- mos a Dios hasta cuándo porque al hacerlo le decimos que estamos dispuestos a ser sus testigos; estamos disponibles a testificar que había dolor y luego ya no hay, a testi- ¿HASTA CUÁNDO? MEDITEMOS ficar que había desesperación y luego paz, a testificar que había miedo y al final sólo seguridad. Dios no se molesta porque le preguntemos hasta cuándo; es más, hacer así es acercarnos a su trono lleno de gracia que nos puede conceder el favor y el opor- tuno socorro (Hebreos 4:16). Ser testigos de aquel alivio que es- peramos y aún que superó nuestra expec- tativa es la corona de nuestra confianza porque nos permite cantar a Dios que nos ha hecho bien (Salmo 13:6). Ese bien no es sólo el rescate de la angustia ni alivio del dolor, no es sólo ver la enfermedad sanada, el problema resuelto o la petición contestada; el bien de Dios es más que eso; porque el bien que Dios hace es lo que Él hace de nosotros mientras preguntamos hasta cuándo. EL BIEN QUE DIOS HACE ES LO QUE ÉL HACE DE NOSOTROS MIENTRAS PREGUNTAMOS HASTA CUÁNDO OREMOS REFLEXIONEMOS¿Qué crees que hace Dios en ti mientras esperas en Él? 34 1 Dentro de sí dicen los necios: «Dios no existe.» Corrompidos están. Sus hechos son repugnantes. No hay nadie que haga el bien. 2 Desde el cielo, observa el Señor a la huma- nidad, para ver si hay alguien con sabiduría, que busque a Dios. 3 Pero todos se han desviado; todos a una se han corrompido. No hay nadie que haga el bien; ¡ni siquiera hay uno solo! SALMO 14:1–7 4 ¿Acaso no piensan esos malhechores, que devoran a mi pueblo como si fuera pan, y jamás invocan al Señor? 5 ¡Pues van a temblar de miedo; porque Dios está a favor de los justos! 6 Los malvados se burlan de los pobres, por- que ellos ponen su esperanza en el Señor. 7 ¡Que venga de Sión la salvación de Israel! Cuando el Señor haga volver a su pueblo cautivo, ¡se alegrará Jacob, se regocijará Is- rael! El profeta Miqueas habla de los que en Israel “comen la carne de mi pueblo” (3:3). La implicación es que los impíos no sólo acosan y atacan a los piadosos, sino que se deleitan en hacerlo. Esto es una prueba más de su aberración mental, y por eso la pregunta: ¿No aprenderán nunca? ¿no entienden lo que ha sucedido desde que se separaron de Dios? ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS DÍA 13 Señor, ¡que hermosa y suficiente es su Palabra! Dispongo mi corazón para estudiarla. En el Nombre de Jesús, amén. OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla. Después de haber leído el pasaje... 35 Dios, hoy te pedimos perdón porque nuestra sociedad dice que eres un dios. Perdónanos Se- ñor, por la inmensidad de tu amor en Jesucristo, perdónanos. La idea de que no hay Dios surgió cuando Satanás tentó a Eva, para Satanás Dios no era Dios sino un dios. Eva junto con su marido termina- ron creyendo el engaño a Satanás; desde entonces la necedad reinó en la humani- dad que dice a gran voz poética, religiosa y aún hasta con voz políticamente correcta insiste en que se vale decir hay dios. Esa necedad es la que no se atreve a negar que hay Dios abiertamente, pero velada y si- gilosamente afirma con palabras y hechos contundentes que sí hay dios. Esa clase de necedad que convierte a Dios en diosito no es cosa insignificante sino la mismísi- ma maldición que Dios denuncia porque usurpa su lugar. Nuestra sociedad que debiera abra- zar los principios cristianos tristemente ha permitido que esa voz necia con tono de inocencia y de ternura continúe diciendo que no hay Dios, pero sí diosito; y cuan- SÍ HAY DIOS MEDITEMOS do la sociedad le llama diosito a Dios es porque quiere hacer lo que se le pegue en gana, quiere fomentar maldad como bon- dad, quiere satisfacer placeres sensuales inmediatamente a costa de cualquier pre- cio sin que nadie le pida cuentas, quiere abusar del bien ajeno sin pagar consecuen- cias. La necedad que vemos en nuestros días es la que el salmista denunció, es la que permite con pompa y pleitesía que los hombres se corrompan y las mujeres ha- gan obras abominables. Ese es el peligro que nos acecha a quienes más que escribir a Dios con ma- yúscula hacemos de Dios nuestro Señor y Rey. Que el peligro no nos amedrente ni nos paralice, sino que nos provoque a celo defender nuestra santidad y entrega íntegra al Señor, porque somos de la gene- ración de los justos y de los que a pesar de la burla aconsejamos que sí hay Dios. CUANDO LA SOCIEDAD LE LLAMA DIOSITO A DIOS ES PORQUE QUIERE HACER LO QUE SE LE PEGUE EN GANA OREMOS REFLEXIONEMOS ¿Es Dios tu Rey y Señor? Asegúrate de no tratarlo como dios. 36 1 Señor, ¿quién puede vivir en tu templo? ¿Quién puede habitar en tu santo monte? 2 El que vive rectamente y practica la justi- cia, el que es sincero consigo mismo, 3 el que no calumnia con la lengua, ni per- judica a sus amigos, ni procura el mal de su vecino; SALMO 15:1–5 4 el que desprecia al que Dios desprecia, pero honra al que da honra a Dios; el que cum- ple sus promesas aunque salga perjudicado. 5 El que no presta dinero con interés, ni acepta soborno en contra del inocente. El que así vive, jamás caerá. El versículo 2 consta, en hebreo, de sólo siete palabras. Tres son participios -caminar, hacer, hablar- que se utilizan para indicar una práctica continua. La respuesta a “¿Quién puede habitar?”, entonces, está claramente establecida: el que día a día camina irreprochablemente, hace lo correcto y habla la verdad de su corazón. ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS DÍA 14 Padre; reconozco mi falta de entendimiento ante su Palabra, que su Espí-ritu me enseñe. En el nombre de Jesús, amén. OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla. Después de haber leído el pasaje... 37 Dios de toda verdad, que tu Espíritu no cese de enseñarnos a poner en práctica la sabiduría de este salmo hasta que lo aprendamos. Por amor a Jesucristo escúchanos. Amén. Personalmente contemplo al Salmo 15 como uno de mis salmos favori-tos, no me canso de meditar en toda la belleza del carácter del siervo de Dios que practica estas verdades. Encuentro muy atrayente vivir practicando la tercera parte del versículo 4, “El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia”. Cada vez que pongo en práctica esta verdad majestuosa me doy cuenta que cuando hablo lo correcto a final de cuentas nada me daña, nada me destruye, nada malo me pasa porque mantengo mi integridad. Cuando obedezco, aunque llegue a pensar que algo es para mi, mal termino consta- tando que no lo es y agradeciendo a Jesu- cristo; porque si Él no se hubiera despoja- do de su gloria para tomar forma de siervo entonces nosotros no hubiéramos podido morir a la tentación de cometer injusticia contra nuestro prójimo hablando mentira, juzgándolo, calumniándolo, haciéndole NO POR ESO CAMBIA MEDITEMOS mal y reprochándole sus faltas. Si Jesús no hubiera resucitado no podríamos dejar de ver con menosprecio a nuestros semejan- tes. Del mismo modo si Jesús no hubiera enviado a su Espíritu no podríamos andar en integridad haciendo justicia. Antes de que Jesús anduviera entre nosotros como el siervo que sirve, como el único lleno de gracia y verdad, antes de que Él nos rescatara nosotros sólo podía- mos entender el Salmo 15 como una uto- pía, como un ideal al cual se aspira, pero nunca se logra porque no puede dejar de resbalar. El Salmo 15, habrá sido como aquel espejo que resalta las imperfecciones haciéndonos sentir feos y despreciables. En nombre de aquella tristeza y desespe- ración que el pueblo judío habrá sentido más de una vez al reconocer su imposibi- lidad nosotros admiremos con devoción a Dios obedeciéndolo y habitando en su morada. CUANDO HABLO LO CORRECTO A FINAL DE CUENTAS NADA ME DAÑA, NADA ME DESTRUYE, NADA MALO ME PASA OREMOS REFLEXIONEMOS ¿Sólo hablas la verdad cuando te conviene o siempre? ¿por qué? 38 1 Cuídame, oh Dios, porque en ti confío. 2 Yo declaro, Señor, que tú eres mi dueño; que sin ti no tengo ningún bien. 3 Poderosos son los dioses del país, según todos los que en ellos se complacen. 4 ¡Pero grandes dolores esperan a sus segui- dores! ¡Jamás derramaré ante ellos ofrendas de sangre, ni mis labios pronunciarán sus nombres! 5 Tú, Señor, eres mi copa y mi herencia; tú eres quien me sostiene. 6 Por suerte recibí una bella herencia; her- mosa es la heredad que me asignaste. SALMO 16:1–11 7 Por eso te bendigo, Señor, pues siempre me aconsejas, y aun de noche me reprendes. 8 Todo el tiempo pienso en ti, Señor; conti- go a mi derecha, jamás caeré. 9 Gran regocijo hay en mi corazón y en mi alma; todo mi ser siente una gran confianza, 10 porque no me abandonarás en el sepul- cro, ¡no dejarás que sufra corrupción quien te es fiel. 11 Tú me enseñas el camino de la vida; con tu presencia me llenas de alegría; ¡estando a tu lado seré siempre dichoso! El concepto de Dios como su refugio era fundamental para el salmista, el principio fundacional de su vida,la roca inamovible sobre la que se mantendría. Implicaba una renuncia a la lealtad a cualquier otra deidad. ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS DÍA 15 Padre; mi fe es débil, fortalézcala con su Palabra. En el nombre de Jesús, Amén. OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla. Después de haber leído el pasaje... 39 Dios todopoderoso, que nunca subestimemos el impacto de nuestra obediencia en nuestro prójimo; nos encomendamos en tus poderosas manos. Por amor a Jesús oramos, amén. Conversando con mi hermana de sangre sobre la meditación de estos salmos nos preguntábamos cómo leerían estas palabras de instrucción, co- rrección y esperanza aquellas personas que hoy corrompen la inocencia de niños y adolescentes al grado de convertirlos en sicarios y les adoctrinan para que tengan en poco la vida. ¿cómo entienden el Salmo 16 los amigos, familiares y todas las per- sonas allegadas a esas personas que niegan a Dios y hacen destrucción? Más aún, la pregunta no se queda ahí recriminando al asesino y a su allegado su falta de correc- to entendimiento de la Palabra de Dios y señalándoles como únicos responsables de la maldad. Realmente ni los asesinos ni sus allegados son más culpables que los que como nosotros pudiéramos presumir de entender correctamente estos salmos, pero terminamos dejándolos en el olvido sin práctica ni testimonio. Cuando no vivimos según lo que leemos y entendemos entonces somos QUE NADIE VEA CORRUPCIÓN MEDITEMOS responsables de la falta de esperanza que produce corrupción en nuestro prójimo; cuando deseamos que los dolores se mul- tipliquen en los que hacen mal y cuando con frialdad decimos que no oraremos por ellos entonces quizás llegamos a ser más crueles que los malvados que corrompen niños haciéndolos asesinos. Meditemos en toda la misericordia que este salmo pro- nuncia a favor de los que confían en Dios. Ninguno de nosotros debemos de escon- der de los demás la confianza en Dios que su Palabra nos produce, si así hacemos estamos haciendo mal a nuestro prójimo que vive desesperado, desesperanzado y en tinieblas condenado a conocer sólo co- rrupción. Meditemos en cómo leemos los Salmos, cómo los entendemos, cómo los vivimos y cómo los compartimos porque seguramente hay formas en las que pode- mos llegar hasta el corazón más fiero de los asesinos que andan por ahí. CUANDO NO VIVIMOS SEGÚN LO QUE LEEMOS Y ENTENDEMOS ENTONCES SOMOS RESPONSABLES DE LA FALTA DE ESPERANZA QUE PRODUCE CORRUPCIÓN EN NUESTRO PRÓJIMO OREMOS REFLEXIONEMOS Hoy toma tiempo para interceder con amor por todos los que cometen maldad y todavía no han conocido la salvación de Dios. 40 1 Señor, ¡escúchame! ¡Atiende mi clamor de justicia! ¡Presta oído a mi oración, pues no brota de labios mentirosos! 2 ¡Sé tú quien me reivindique! ¡Posa tus ojos en mi rectitud! 3 Tú has examinado mi corazón; por las no- ches has venido a verme. ¡Ponme a prueba, que nada malo hallarás! ¡Nada malo han pronunciado mis labios! 4 Yo no hago lo que otros hacen; al contra- rio, tomo en cuenta tus palabras y me alejo de caminos de violencia. 5 Sostén mis pasos en tus sendas para que mis pies no resbalen. 6 Dios mío, yo te invoco porque tú me res- pondes; ¡inclina a mí tu oído, y escucha mis palabras! 7 Tú, que salvas de sus perseguidores a los que buscan tu protección, ¡dame una mues- tra de tu gran misericordia! 8 ¡Cuídame como a la niña de tus ojos! ¡Es- cóndeme bajo la sombra de tus alas! SALMO 17:1–15 9 ¡No dejes que me vean mis malvados ene- migos, los opresores que quieren quitarme la vida! 10 Se regodean en su soberbia, y profieren palabras insolentes. 11 Me tienen rodeado por completo, y sólo esperan verme caer por tierra. 12 Parecen leones que esperan a su presa; parecen cachorros, echados en su escondite. 13 ¡Reacciona, Señor! ¡Enfréntate a ellos, y ponlos en vergüenza! ¡Con tu espada, pon- me a salvo de esos malvados! 14 ¡Con tu mano, Señor, sálvame de estos malvados que viven obsesionados con los bienes de este mundo! ¡Ya los has saciado con tus riquezas, y hasta les sobra para sus hijos más pequeños! 15 A mí me bastará con ver tu rostro de justicia; ¡satisfecho estaré al despertar y con- templarte! La metáfora de refugiarse bajo las alas de la deidad se encuentra también en otros salmos (36:8; 57:2; 61:4; 91:4) y se relaciona constantemente con temas de cuidado y protección relacionados con la alianza. La metáfora se conoce también en otras culturas del antiguo Cercano Oriente, especialmente en la egipcia, donde incluso las alas sin cuerpo representan la protección. ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS DÍA 16 Padre; su Palabra es todo lo que mi alma anhela, atienda mi necesidad de ella. En el nombre de Jesús, amén. OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla. Después de haber leído el pasaje... 41 Dios bendito, gracias por consolarnos con la mejor consolación que es la esperanza de verte en tu gloria. Todo por el nombre de Jesucristo. Amén. Este salmo nos deja boquiabiertos y sin habla, a lo más que podemos llegar quizás sea a pedirle a alguien que le componga una melodía para la lírica o exhortarnos entre nosotros a memorizar- lo para nuestro consuelo en el tiempo de angustia. Por muchos años tuve este salmo en un cuadro como ornamento en mi escrito- rio; cada mañana lo leía y ese “en cuanto a mí…” (v. 15), se quedaba en mi mente durante el día. Esa expresión siempre me ayudó a enfrentarme a las tentaciones del día, a las distracciones de mi alrededor y sobre todo a la crítica que atacaba mi fe; cuando tenía nudos en la garganta o cuan- do mis ojos no aguantaban más las lágri- mas de angustia recordaba ese “en cuanto a mí…” del salmista que poco a poco se volvió mío. Nuestro Señor nos llama a vi- vir para Él, admirando y contemplando EN CUANTO A MÍ MEDITEMOS su gloria. Ese llamado se vuelve nuestro escudo y nuestra roca que impide que la tentación de entristecernos o enojarnos haga mella en nosotros, impide que la maldad nos quebrante y que la duda nos sacuda con fuerza. “En cuanto a mí…” es nuestro llamado a poner la otra mejilla, a caminar la milla extra, a regalar la capa, a no juzgar, a practicar la Regla de Oro, a ser bienaventurados, a tomar nuestra cruz cada día, a negarnos a nosotros mismos, a ir a hacer discípulos en las naciones y, en una palabra: a obedecer lo que Jesús en- señó. “En cuanto a mí…” debe ser para todos nosotros una expresión latente del llamado a prepararnos para el regreso de nuestro Señor Jesucristo para que cuando el Rey venga en su reino de gloria nos en- cuentre esperando ver su rostro en justicia y despertar a su semejanza. NUESTRO SEÑOR NOS LLAMA A VIVIR PARA ÉL, ADMIRANDO Y CONTEMPLANDO SU GLORIA OREMOS REFLEXIONEMOS ¿Quisieras memorizar el verso 15? “En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.” 42 1 Los cielos proclaman la gloria de Dios; el firmamento revela la obra de sus manos. 2 Un día se lo cuenta al otro día; una noche se lo enseña a la otra noche. 3 Sin palabras, sin sonidos, sin que se escu- che una sola voz, 4 su mensaje recorre toda la tierra y llega al último rincón del mundo, en donde el sol pasa la noche. 5 Y el sol, cual novio que sale del tálamo, cual si fuera un poderoso guerrero, se levan- ta alegre para hacer su recorrido. 6 Sale por un extremo de los cielos, y sigue su curso hasta el otro extremo, sin que nada se esconda de su calor. 7 La ley del Señor es perfecta: reanima el alma. El testimonio del Señor es firme: da sabiduría al ingenuo. 8 Los preceptos del Señor son rectos: ale- gran el corazón. El mandamiento del Señor es puro: da luz a los ojos. SALMO 19:1–14 9 El temor del Señor es bueno: permanece para siempre. Los decretos del Señor son verdaderos, y todos ellos justos. 10 Son más deseables que el ororefinado y más dulces que la miel que destila del panal. 11 Con ellos, Señor, amonestas a tu siervo, y recompensas grandemente a quien los cumple. 12 ¿Acaso hay quien reconozca sus propios errores? ¡Perdóname por los que no puedo recordar! 13 ¡No permitas que la soberbia domine a este siervo tuyo! ¡Líbrame de cometer gran- des pecados, y nadie podrá entonces culpar- me de nada! 14 Tú, Señor, eres mi roca y mi reden- tor; ¡agrádate de mis palabras y de mis pensamientos! En el v.12, en una “Oración a todos los dioses”, un adorador asirio repasa una elaborada lista de posibles ofensas (la cosa prohibida que he comido, no lo sé; el lugar prohibido que he pisado, no lo sé). Además, las oraciones penitenciales de Mesopotamia, conocidas como oraciones shigu, contienen frecuentes referencias a la absolución de pecados desconocidos. ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS DÍA 17 Padre bueno; denos hoy de su Palabra. En el nombre de Jesús, amén. OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla. Después de haber leído el pasaje... 43 Dios alabamos tu poder y tu hermosura; entendemos que no tenías por qué crearnos ni tampoco por qué salvarnos, te agradecemos y te adoramos por tu infinita gracia en Jesucristo. La belleza de la Creación no puede decirnos todo acerca de Dios, por supuesto que la Creación cuenta bastante de Él, ni más ni menos anuncia su gloria en poder y majestad, pero realmente no puede describir con detalle la pureza de su gracia y misericordia. Esta limitación que la Creación tiene es la que inspiró al salmista a poner énfasis en el efecto que la ley de Dios causó en su corazón; si nota- mos bien la Creación no convierte el alma del salmista, sólo la ley de Dios (v. 7). Hace unos días tuve una reunión con consiervos en la obra misionera, nos reunimos para tener un retiro espiritual en un lugar precioso rodeado de bosques, ha- bía montañas nevadas en el horizonte, el clima era perfecto, veíamos venados y ardi- llas por doquier e incluso de vez en cuan- do alces pastaban frente a nosotros. Ante CONVIERTE EL ALMA MEDITEMOS semejante belleza panorámica algunos del grupo no dejaban de dar gracias a Dios por lo inspirados que se sentían para orar; aunque entendía su sentir me acordé de este salmo y recordé que para el salmista la belleza de la Creación no fue fuente de inspiración, tampoco lo fue para Pablo ni aún lo fue para nuestro Señor Jesucristo. Cuidemos que lo que nos motiva a orar, lo que nos conduce a invocar el nombre de Dios, lo que nos inspira a interceder por el necesitado y nuestra necesidad sea la ley de Dios; que sea sólo su Palabra escri- ta porque es la única que nos revela de su gracia y misericordia en Jesucristo. Nada puede ser más inspirador que meditar en la cruz del Calvario, nada puede seducir más que alabar a Dios por la tumba vacía, nada es más vivificante que adorar porque Jesucristo fue exaltado. LA CREACIÓN NO CONVIERTE EL ALMA DEL SALMISTA, SÓLO LA LEY DE DIOS OREMOS REFLEXIONEMOS ¿Es la cruz de Cristo y su resurrección suficiente motivación para convertir tu alma? ¿por qué? 44 1 Que el Señor te oiga en momentos de an- gustia; que te defienda el Nombre, el Dios de Jacob. 2 Que desde su templo te envíe su ayuda; que desde Sión te brinde su apoyo. 3 Que tome en cuenta tus ofrendas y acepte con agrado tus holocaustos. 4 Que responda a los deseos de tu corazón y te conceda todas tus peticiones. 5 ¡Nos llenará de gozo el verte victorioso, y en el nombre del Dios nuestro alzaremos las banderas! ¡Que el Señor responda a to- das tus plegarias! SALMO 20:1–9 6 Ahora sé que el Señor salvará a su ungido, que lo escuchará desde su santo cielo, y que con su diestra poderosa le dará la victoria. 7 Algunos confían en sus carros de guerra; otros confían en su caballería, pero nosotros confiamos en el Nombre, ¡confiamos en el Señor, nuestro Dios! 8 Unos y otros flaquean, y caen por tierra, pero nosotros nos mantenemos erguidos y en pie. 9 Señor, ¡concede al rey la victoria! ¡Respón- denos cuando te invoquemos! En el v.7, en realidad, el verbo no es “confiar” sino “recordar” PALABRAS GRIEGO-HEBREO AGOSTO 2021 DIA 5 (del hebreo יכח, yākaḥ) DIA 11 (ḥasîd ,ָחִסיד) DIA 18 .(zākar ,זכר) DIA 21 :(qā∙ḏǎḏ) ָקַדד Dia 29 (šeʾôl) ְׁשֹאול ,(bôr) ֹּבור Día 30 (ḥě∙sěḏ) ֶחֶסד Día 31 (pě·šǎʿ) ֶּפַׁשע (ḥǎṭā·ʾā(h) ֲחָטָאה (ʿā·wōn) ָעֹון Estos, por un lado, recuer- dan los caballos y los carros. Pero nosotros recordamos el nombre. Dios se ha revelado a su pueblo por su nombre. Y ese nombre representa lo que ha sido a través de los tiempos: el Dios vivo, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Esto da una seguridad para el futuro que se basa en el recuerdo de la fidelidad de Dios en el pasado. ESCUDRIÑEMOS LAS ESCRITURAS DÍA 18 Padre; le pido que me cambie con su Palabra, hasta llegar a ser íntegro. En el nombre de Jesús, amén. OBSERVE qué palabras llaman más su atención. MEDITE qué le está hablando la Palabra hoy. APLIQUE según sea guiado(a) para obedecerla. Después de haber leído el pasaje... 45 Nuestro santo Señor, queremos que tus oídos escuchen nuestra oración de amor por el próji- mo, esta es nuestra principal petición. Por la gracia de Jesucristo te pedimos esto, amén. El salmista no está deseando que su prójimo encuentre algún favor en sus acciones y se le consideren como indulgencias. El Salmo 20, tiene todo el contexto judío donde Dios es el Dios crea- dor y sustentador de la vida, Él no cambia ni miente ni se arrepiente; el Dios de Abra- ham, de Isaac y de Jacob no juzga a capricho ni tergiversa su propio dicho, tampoco hay inconsistencia en su proceder. Israel sabía bien que la voluntad de su Dios siempre era para bien y para salvar, así la confesaba. Por esta razón el salmista no está diciendo “ojalá Dios te oiga…” “Dios quiera y se cumpla tu petición…” “Dios mediante ya veremos…” El salmista no remite al albur la petición de su prójimo deseándole “lo que será será…” Ese tipo de expresión sólo refleja incertidumbre en la buena voluntad de Dios, más bien el salmista desea que su prójimo tenga confianza en que Dios oye. DIOS OYE MEDITEMOS Dios oye. ¡Cuánta seguridad esta aseveración nos infunde! Si en verdad nos damos cuenta de que Dios oye entonces, como meditamos ayer, realmente no nece- sitamos algo para ser inspirados, tampoco necesitamos hablar insensateces delante de Él ni pedirle que escuche necedades. Ja- más oremos como si no nos oyera porque Él oye con oídos puros desde los santos cielos; por su poder y santidad sabe de nuestro conflicto, debilidad y necesidad. Por si fuera poco, Dios da oídos a nuestros deseos, ¿a cuáles? nos preguntamos y en el mismo Salmo encontramos la respuesta que es congruente en toda la Biblia: Al de- seo que Dios más presta atención es preci- samente al que desea primero que su próji- mo sea escuchado. Los oídos de Dios están siempre atentos al que le pide con amor que la necesidad del prójimo sea atendida. AL DESEO QUE DIOS MÁS PRESTA ATENCIÓN ES PRECISAMENTE AL QUE DESEA PRIMERO QUE SU PRÓJIMO SEA ESCUCHADO OREMOS REFLEXIONEMOS ¿En oración pides más por ti mismo que por tu prójimo? ¿oras pidiendo primero por tus necesidades que por las de tu prójimo? ¿por qué? 46 1 Señor, el rey se alegra por tu poder; grande es su gozo por tu salvación. 2 Le has concedido los deseos de su corazón; le has concedido todas sus peticiones. 3 Lo has recibido con grandes bendiciones; lo has coronado con fina corona de oro. 4 Te pidió muchos años de vida, y tú se los concediste. 5 Le concediste además honra y grandeza; por eso él se gloría en tu salvación. 6 Lo has bendecido para siempre; con tu presencia lo has llenado de alegría. 7 El rey confía en ti, Señor; confía en tu mi- sericordia, Dios Altísimo; ¡por eso nunca será derrocado! SALMO 21:1-13 8 Su mano derribará a todos sus enemigos; su diestra destruirá
Compartir