¿Qué te dijeron tus padres cuando eras niño que todavía te afecta hoy?

Mi madre me tuvo a los 13 años porque fue violada por su padre y vivía en un área donde el aborto estaba muy desanimado. Vivío con su abuela y mi abuela. Ella hizo todo lo posible por criarme pero era demasiado joven para hacer algo significativo.

Recuerdo con gran remordimiento que ella siempre trabajó 2 trabajos para mantenernos.

Mi mamá era una santa, me trataba como lo más preciado de su vida. Era muy bueno académicamente en comparación con mis compañeros, aunque no me di cuenta de lo mucho que hacía feliz a mi madre esa vez. Esto fue durante mi escuela secundaria. Quería hacer feliz a mi mamá, eso es todo lo que me importaba en ese momento. Ella solía verme estudiar hasta altas horas de la madrugada, en veces hasta las 2 de la madrugada, aunque tenía clases a las 9 de la mañana.

Ella me dijo: "Prométeme que te mantendrás fuerte. Te despertarás cada mañana para luchar contra los demonios que te dejaron tan cansado la noche anterior, y eso, mi amor, es valentía ".

Aunque no entendía qué pensaba ella esa vez, le dije que no se preocupara por nada y se fuera a dormir.

Nunca fue abusiva ni estricta conmigo, a menudo me consentía, me amaba mucho y yo la amaba. Mi abuela murió cuando yo era muy joven y, finalmente, estábamos solos y eso puso mucho estrés en mi madre. Estaba deprimida y cansada. Nada había salido bien en su vida. Ella no tenía educación, ni pensión. No pudo encontrar marido porque su situación era realmente indeseable. Trabajaba 6 días a la semana y simplemente no tenía tiempo ni energía para socializar. No tenía amigos y yo era todo lo que tenía, pero nunca se desquitó conmigo.

Ella siempre encontraba la manera de hacerme feliz. Recuerdo una Navidad en particular, ella me compró una computadora portátil y para eso tuvo que trabajar horas extra y reducir sus comidas a la mitad. Estaba peligrosamente delgada en esos tiempos.

Después de graduarme de la universidad y mudarme, ella se suicidó. En su nota de suicidio dijo que me amaba más que a nada y que me echaría de menos, pero ahora era un hombre, dueño de mi propia vida.

Las lágrimas rodaron por mi rostro. Estaba completamente devastado.

Ella no podía vivir más. Ya no tenía una razón para vivir porque odiaba su vida, pero ella me amaba.

Descansa en paz, mamá.