La organización empresarial constituye uno de estos ámbitos ajenos, en principio, al interés público. Ahora bien, cuando las empresas adquieren un ...
La organización empresarial constituye uno de estos ámbitos ajenos, en principio, al interés público. Ahora bien, cuando las empresas adquieren un cierto volumen, actúan a nivel internacional y se nutren de inversiones provenientes de su cotización en bolsa, las consecuencias de su actuación, sus principios organizativos y sus reglas internas adquieren una nueva dimensión. Los denominados “problemas de agencia”, derivados de la separación entre la titularidad de las acciones y la gestión de las empresas, requieren una intervención pública también en la organización empresarial. Esta intervención, dirigida a mejorar la confianza de los inversores, debe compatibilizar la libertad organizativa de las empresas con la gestión y el control adecuados de los riesgos asumidos por los accionistas.
Compartir