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En los experimentos comentados queda claro que la comunicación implica un intercambio entre coherencias interhemisféricas en los cerebros de los su...

En los experimentos comentados queda claro que la comunicación implica un intercambio entre coherencias interhemisféricas en los cerebros de los sujetos participantes. Por tanto, estos descubrimientos concuerdan con nuestros postulados teóricos. La CREACIÓN DE LA EXPERIENCIA 1 2 5 Visión extraocular Como hemos visto, cuando los receptores retínales traducen el campo cuántico a lenguaje neuronal, la información transformada es enviada a la corteza visual donde la estructura maleable del campo cuántico adquiere propiedades cerebrales. En el interior del cerebro, el campo cuántico, transformado en actividad neuronal, ajusta e imita los circuitos cerebrales mediante un retículo dinámico muy complejo de activaciones iónicas, eléctricas y químicas. La estructura tridimensional del entramado neuronal de activación impregna al cerebro y lo unifica hasta que, como resultado de su radiación, se crea un campo energético extremadamente complejo: el campo neuronal. Además de incorporar la estructura de los circuitos neuronales, la estructura energética del campo neuronal incluye al estado actual de activación cerebral, la dinámica específica de las relaciones e interacciones entre las diferentes estructuras cerebrales, y los componentes del campo cuántico transformado. De esta forma, si un sujeto está frente a un paisaje iluminado por el sol, sus receptores retínales y el resto de su sistema nervioso visual incorporan los componentes visuales del paisaje y se integran en el campo neuronal. El paso siguiente en la creación de la experiencia perceptual visual es la interacción de los campos cuántico y neuronal. El campo neuronal se está expandiendo continuamente en el espacio e interactuando con el campo cuántico. Para que se cree una experiencia perceptual visual, los componentes visuales del campo neuronal deben encajar en los componentes visuales del campo cuántico de forma que surja un patrón específico de interferencia y que sobresalga del ruido producido por la interacción global. Este patrón específico de interferencia representa la estructura de la experiencia. En esta estructura se encuentran contenidos en forma de morfologías energéticas hipercomplejas los componentes perceptuales que después serán percibidos como líneas, formas geométricas, objetos concretos, etc. Vemos el percepto actual, la imagen creada a partir de ese patrón de interferencia energética, como si estuviera frente a nosotros con sus colores, contrastes, objetos, líneas, sobreimposiciones y otros componentes fenomenológicos. Nunca se han explicado o entendido correctamente ni la transformación de la estructura energética a la imagen, ni el mecanismo responsable de la transformación. Sin embargo, podemos afirmar que esta transformación implica una nueva interacción entre el patrón de interferencia resultante de la interacción entre los campos, y un procesador central independiente de la interacción anterior pero que puede imponer la cualidad de la experiencia actual a la estructura energética del patrón de interferencia. Esta interacción debe comportarse de forma similar al proceso holográfico en el que la frecuencia de la luz de referencia del láser empleado para recuperar la imagen holográfica tiene que ser idéntica a la frecuencia del láser utilizado durante la creación del patrón holográfico de interferencia. Un cambio en la frecuencia del haz de recuperación puede producir no solo la alteración de la imagen holográfica sino la ausencia total de la misma. Con respecto al procesador central, hemos afirmado que la actividad de los circuitos cerebrales que integran la información neuronal organiza esta información de modo crecientemente inclusivo. Teóricamente la organización más inclusiva contendrá un algoritmo de la actividad de la totalidad del cerebro. El procesador central debe estar implicado en la activación de ese máximo algoritmo neuronal. La idea de un procesador central también tiene su fundamento al considerar la existencia de estados de coherencia inter e intra-hemisférica asociados con la activación de la experiencia de la propia identidad y con los estudios que indican una mayor capacidad de integración, síntesis y abstracción cuando se activa la corteza terciaria del cerebro. Por esta razón se podría asociar este procesador central con la transformación cualitativa de la experiencia del Yo que en la literatura oriental recibe el nombre de Atman o Purusha. Podemos afirmar que el procesador central, la activación neuroalgorítmica mediante los circuitos de convergencia, y los estados cerebrales de coherencia se encuentran relacionados de modo siguiente: cuando se activa un entramado de alta convergencia, los neuroalgoritmos de alta potencia unifican la actividad cerebral. Esta activación produce un aumento de la coherencia. Sea cual sea la naturaleza exacta del procesador central, puesto que los perceptos visuales surgen de la interacción entre él y el patrón de interferencia producido por la interacción entre los campos cuántico y neuronal, es posible en teoría que una imagen visual pueda ser creada en ausencia de los componentes visuales del campo neuronal. Es decir, un sujeto con los ojos vendados podría ver un paisaje o cualquier otro percepto si decodificara la interacción de su campo neuronal (que no contiene componentes visuales debido a la falta de visión) con los componentes visuales del campo cuántico. En ese caso, el procesador central podría extraer los componentes visuales del campo cuántico usando el patrón de interferencia creado por la interacción del campo cuántico con el campo neuronal neutro (en lo que se refiere a componentes visuales). Consideremos ahora un estudio en que se vendaron los ojos a un grupo de sujetos muy sensitivos (niños) a los que se les enseñó yoga con el objetivo de que consiguieran un contacto directo con sus procesadores centrales, y después se les pidió que vieran. En esas circunstancias, los niños decodificaron y vivieron la experiencia directa de los componentes visuales del campo cuántico. La premisa fundamental de este estudio es que, si es posible demostrar que un sujeto puede ver sin emplear sus ojos o cualquier ayuda externa (electrónica u otra), esto apoyaría la idea de que los procesamientos perceptuales ocular y extraocular están asociados con una interacción de campos, y que se puede conseguir la creación de la experiencia perceptual mediante la decodificación directa del campo cuántico. Desde este punto de referencia, si se demostraba la existencia de la visión extraocular, esta confirmaría el postulado Sintérgico de que la interacción entre el campo neuronal y sintérgico es la base de la creación de la experiencia en general. La evidencia que proporcionó este estudio no deja dudas sobre la existencia de la visión extraocular, y demuestra que ese tipo de procesamiento no puede ser explicado en términos de un fenómeno de hipersensibilidad dérmica, táctil o calórica, sino como detección directa de algún tipo de energía sutil. Diecinueve niños participaron en el estudio, 10 chicas y 9 chicos, en edades comprendidas entre los 5 y los 13 años. Todos los niños gozaban de muy buena salud y la mantuvieron a lo largo del tiempo del estudio, y se mostraron encantados de participar en el experimento. Ninguno había tenido antes ningún antecedente de experiencias de visión extraocular, ni tampoco habían recibido entrenamiento alguno al respecto. Los niños asistían a seis colegios diferentes y todos ellos eran considerados muy inteligentes, pero incansables y rebeldes contra la disciplina rígida y las normas de comportamiento. Aunque sus situaciones familiares eran muy variadas, este factor no parecía producir diferencias notables en su capacidad de procesar información visual extraocularmente, a excepción de 5 niñas y 2 chicos que venían de familias que podríamos llamar muy motivadoras y de estabilidad óptima y que mostraron una capacidad de visión extraocular muy alta. Antes de comenzar las sesiones experimentales, todos los niños participaron en 1, 2 o 3 sesiones de entrenamiento. Este entrenamiento se reforzaba en las siguientes sesiones experimentales de modo que los niños eran sensibilizados antes y durante todo el estudio hasta que adquirían la habilidad suficiente y no necesitaban entrenamiento adicional. Las características del entrenamiento eran las siguientes: estando el niño cómodamente sentado y con la espalda recta, se realizaron 3 ejercicios respiratorios: a) con los ojos cerrados inspirando y expirando el aire por la nariz durante 60 segundos, seguidos de 20 segundos de atención concentrada en el espacio situado entre las cejas; b) respiración alternativa por un orificio nasal o el otro (respir

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1990-La Creacion de La Experiencia (Scan)
203 pag.
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