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525 525 ¿Popular, pop, populachera? El dilem a de las m úsicas populares en Am ércia Latina La educación m usical es una preocupación entre los m úsicos y otros habitantes de Totolapan ya que actualm ente los m úsicos m ás jóvenes han dejado de estudiar el solfeo y prefieren recurrir a las graba- doras y CDs para aprender a tocar sus instrum en- tos. Adem ás de que la m úsica clásica y la m úsica tradicional regional han dejado de interpretarse –a excepción de los Chinelos- en las fiestas patro- nales. Los m úsicos m ás viejos reconocen que los jóvenes son buenos m úsicos aunque sean líricos. Sin em bargo consideran que hace falta leer nota para poder interpretar la m úsica clásica y regional, m úsica que perm ite dar continuidad a la identidad m usical y cultural regional. En esta investigación exploro la construcción de la m em oria colectiva de la m úsica y de la educación m usical en Totolapan a través de las historias de vida y de la trayectoria m usical de m úsicos cuyas edades oscilan entre los 60 y los 90 años. La m ayo- ría de estos m úsicos se dedican al cam po, cultivan m aíz, frijol, jitom ate o nopales o bien han sido m il usos –com o ellos brom eando afirm an- ya que han Palabras clave: Bandas de viento, educa- ción m usical, m em oria colectiva. 1. Introducción El presente trabajo es resultado de una investiga- ción etnográfica en curso en el pueblo de Totola- pan, M orelos, M éxico. M orelos es uno de los esta- dos del país donde existe un im portante núm ero de bandas de viento. Se considera que Totolapan es un pueblo de m úsicos pues según sus propios habitantes existen alrededor de 200 o 300 m úsicos que principalm ente se agrupan en bandas de vien- to, aunque tam bién encontram os grupos m usicales com o m ariachis y estudiantinas. En este pueblo, la m úsica adem ás de ser un arte popular es fuente de ingresos económ icos. Totolapan es uno de los po- cos pueblos cam pesinos que quedan en M orelos cuyos habitantes tienen que buscar alternativas de em pleo, cuando no hay trabajo o no es tiem po de sem brar o cosechar. Principalm ente los hom bres, y las m ujeres en m enor m edida, se dedican a la m ú- sica y a tocar en fiestas regionales. Resum en: En este artículo presento los avances de una investigación etnográfica en la que re- construyo la m em oria colectiva de m úsicos m ayores de 60 años de un pueblo cam pesi- no del centro de M éxico. En este pueblo la m úsica adem ás de ser un arte popular es una im portante fuente de in- gresos económ icos lo que ha provocado una rápida transform ación de m uchas prácticas m usicales entre ellas la form ación m usical. En esta investigación los m úsicos recuer- dan y narran cóm o era la cultura m usical de Totolapan en años previos a la década de los 70 y cóm o a partir de esa época su cultu- ra m usical se m odificó radicalm ente. Este texto da cuenta de este pasado m u- sical, de los cam bios que han acontecido pero sobre todo rescata las voces de m úsi- cos cam pesinos generalm ente condenadas al olvido por parte de la historia oficial de la m úsica. Antes el que quería ser m úsico debía estudiar: M em orias de la educación m usical en las bandas de viento de Totolapan, M orelos, M éxico B. Georgina Flores M ercado 1 1 _ Licenciada en Psicología por la U niversidad N acional A utónom a de M éxico y D octora en Psicología social por la U niversidad de B arcelona. A ctualm ente realiza una Estancia Posdoctoral con el proyecto de investi- gación M úsica tradicional, m em oria colectiva e identidad cultural en m úsicos de Totolapan, M orelos, en el D epartam ento de A ntropología de la U niversidad A utónom a M etropolitana-Iztapalapa. H a publicado los libros: Participación ciudadana e identidad cultural en la Fiesta M ayor de G racia, B arcelona (2006) e Identidades de viento. M úsica tradicional, identidad p’urhépecha y bandas de viento (2009). 526 526 ¿Popular, pop, populachera? El dilem a de las m úsicas populares en Am ércia Latina m exicanas no saben qué es una partitura, que es- tán condenados a consum ir “m úsica chatarra”, que la m úsica no es una m ateria obligatoria en los nive- les básicos de la escuela, que no existen escuelas donde estudiar m úsica de m anera paralela a otros estudios, que existen m uy pocas escuelas de m ú- sica a nivel nacional y que los jóvenes que llegan a estas escuelas no tienen los conocim ientos bási- cos lo cual provoca que las carreras de m úsica en M éxico sean m ás largas que en otros países cau- sando una alta deserción en las carreras de m úsica (La Jornada 2010). Aunado a todo lo anterior com o bien señala Aldara Fernández (2003) los pocos program as de educa- ción m usical que existen no son respetuosos de la diversidad cultural y lingüística del país por lo que resultan ajenos a la historia, tradiciones e idiosin- crasia de la propia nación. Esta autora se pregunta si la m úsica se lleva a todos los foros y espacios posibles ¿por qué no la educación m usical? Es evi- dente el abandono gubernam ental de la enseñanza de la m úsica tanto en el ám bito urbano pero sobre todo en el rural. Sin em bargo la m úsica, su ense- ñanza y su aprendizaje existen en los pueblos ru- rales e indígenas gracias a que ellos m ism os han generado sus propios m edios y form as para estu- diarla. Com o señalé anteriorm ente la reconstrucción del pasado de la m úsica y de su enseñanza y aprendi- zaje en Totolapan fue hecha m ediante las historias de vida principalm ente. Por ello preguntas sobre ¿cóm o iniciaron en la m úsica? ¿cuál era el reperto- rio m usical en aquella época? ¿quién les enseñaba la m úsica y cóm o? Y ¿qué estrategias tenían estu- diar m úsica a falta de una escuela en el pueblo? guiaron esta investigación. Las historias de vida perm iten recuperar el pasado com o lo vivió la persona entrevistada: “la historia particular es fundam entalm ente la com unicación de una sabiduría práctica, de un saber de vida y de experiencia” (Santam arina y M arinas, 1999: 261) a diferencia de las fuentes escritas que dan cuenta de las grandes instituciones y estructuras sociales. La historia de vida perm ite recuperar “la lógica en acción de un estilo de vida”, es un m edio para apre- hender una cultura desde dentro a partir del análi- sis de unos testim onios (Orm ières 2003). 2. La educación m usical rural en M éxico La Jornada, uno de los diarios m ás reconocidos en M éxico, el día 30 de abril -m ejor conocido com o el “Día del niño”- publicó un im portante reportaje sobre la m úsica y la educación m usical en M éxico. Este reportaje reveló que m illones de niños y niñas realizado m ultiplicidad de actividades para poder sobrevivir dado que el cam po no deja suficiente para la vida. Estos m úsicos se iniciaron en la m ú- sica a edades tem pranas com o entre los 8 y los 12 años. Su gusto por la m úsica nació al ver y escuchar los ensayos de las bandas de viento donde general- m ente toca un fam iliar cercano a ellos. El Totolapan que ellos vivieron era m uy distinto al actual en el sentido de que no había carreteras y tenían que lle- gar frecuentem ente cam inando a su destino m usi- cal o bien en cam iones de carga. La luz eléctrica se instaló hacia los años 70 y el estudio de la m úsica, al realizarse por las noches al final de su jornada en el cam po, requería de velas o lám paras de pe- tróleo. En esos tiem pos no había nom bres para las bandas pues se conocían com o la banda de arriba o de abajo del pueblo y después por el nom bre del representante. No había uniform es ni contratos. Para las festividades com unitarias la m úsica era considerada un servicio com unitario por el cual no se cobraba y cuando salían a tocar se cobraban m ó- dicas cantidades que aunque poco siem pre era de gran ayuda para m antener a sus fam ilias.Adem ás del aspecto económ ico otro im portante m otivo que les im pulsaba a aprender a tocar y form ar parte de una banda era rom per con la m onotonía del trabajo cam pesino. Salir del pueblo es altam ente valorado así com o poder tocar frente a un público y recibir aplausos por su actuación. 527 527 ¿Popular, pop, populachera? El dilem a de las m úsicas populares en Am ércia Latina Ocuituco y Tetela del Volcán. Totolapan al norte co- linda con el Distrito Federal y el estado de M éxico y al este con Puebla (García, et.al. 2000). Totolapan es una palabra de origen náhuatl: totol significa ave y pan es lugar. Se considera que en To- tolapan habitaron los Chalm ecas descendientes de los Olm ecas quiénes fueron dom inados posterior- m ente por los Xochim ilcas y éstos a su vez por los Aztecas. Con la llegada de los españoles en el siglo XVI se establecieron fuertes cam bios sociocultura- les y se im puso un nuevo sistem a adm inistrativo jurisdiccional y religioso. La actividad m isional en esta región fue iniciada por los Dom inicos quiénes hacían visitas a Totolapan desde Huaxtepec. Poste- riorm ente en 1535 les fue asignada esta región de M orelos a los frailes de la orden de predicadores de San Agustín. El convento de Totolapan es uno de los m ás antiguos de M éxico y corresponde a la prim era etapa de la evangelización en la cual al convento acudían m iles de indígenas a aprender cantos y doctrina (García, et.al. 2000). El culto y veneración al Señor Aparecido es una tradición viva en Totolapan. La aparición del Cristo, im agen que cohesiona a la población, se dio entre 1538 y 1543 periodo que coincide con la búsqueda de Totolapan de consolidarse com o un para los propios pueblos. La educación que se pro- duce en estos espacios es considerada m uchas veces com o educación no form al porque carece del reconocim iento gubernam ental. Sin em bargo en los hechos y en las prácticas la educación –la enseñanza y el aprendizaje- es tan form al y com - prom etida que en una institución reconocida por el gobierno. Sería m uy difícil citar en este texto la diversidad de experiencias de educación m usical que existen en el ám bito rural e indígena del país pero por m encio- nar algunas están: los Centros de Capacitación M u- sical, las agrupaciones m usicales com o las bandas de viento y las fam ilias de los m úsicos. En el caso de M orelos y de Totolapan serán los dos últim os grupos los encargados de form ar m úsicos. 3. San Guillerm o Totolapan: pueblo de m úsicos Totolapan se encuentra ubicado en el sistem a vol- cánico Chichinautzin. Esta región presenta caracte- rísticas geográficas diferentes al resto del estado por su altura y despliega un escenario natural lleno de belleza al estar rodeado por la sierra y por los volcanes Popocatépetl e Iztacihuatl. Esta región geográfica conform a el nordeste del estado de M o- relos donde se ubican los m unicipios de Totolapan, Tlayacapan, Tlanepantla, Atlatlahucan, Yecapixtla, En los pueblos indígenas la educación m usical es una práctica ancestral y previa a la colonización es- pañola. Es bien sabido que entre los Aztecas existía el Calm écac, lugar donde se aprendía hacer poesía y canto; la poesía no estaba escrita sino que ésta era cantada. El Calm écac contaba con un espacio denom inado Cuicacalli o la Casa del Canto. Cuicatl significa canto pero lo que ahí se estudiaba era pri- m ordialm ente la danza porque al danzar se canta- ba con los pies. Durante la colonia fue la Iglesia en su m isión evan- gelizadora quien se ocupó de la enseñanza de co- nocim ientos m usicales que -com o señala Arturo Cham orro (1997)- a los frailes no les interesaba tanto form ar m úsicos sino usar la m úsica y su edu- cación com o m edio para llevar a cabo la conquista espiritual de los pueblos indígenas. El im portante papel de la iglesia en la educación m usical popular aún persiste en m uchos pueblos o barrios de M éxi- co y continua siendo un espacio donde la gente es- tudia y aprende a leer notas, sentir ritm os, tocar un instrum ento, etcétera. Tam bién existen otro tipo de instituciones y form as de educación m usical en el ám bito rural. M e refie- ro a los espacios de educación m usical generados desde los propios pueblos, es decir, una educación generada, gestionada y prom ovida por los pueblos 528 528 ¿Popular, pop, populachera? El dilem a de las m úsicas populares en Am ércia Latina Cuando los m úsicos viejos recuerdan, en sus pala- bras salta casi de inm ediato, la com paración entre el ahora y el ayer, el presente y el pasado, la m úsica de antes y la de ahora. A través de los testim onios se identifican cam bios sociales com o el significado de la m úsica, las form as de aprenderla, el reperto- rio m usical que se tocaba, las form as de presen- tarse en público, de desplazarse a las fiestas para tocar, etcétera. Las anteriores distinciones perm iten construir la identidad/alteridad entre el m úsico de antes, -el m úsico viejo- frente a la identidad/alteridad del m úsico de ahora -el m úsico joven- cada identidad con sus características propias. Se construye com o en todo proceso identitario un ellos y un nosotros. corregim iento separado del M arquesado del Valle (García, et.al. 2000). 4. M em orias de los m úsicos de Totolapan Totolapan es un pueblo de cam pesinos que debido a la precariedad y la desvalorización del trabajo del cam po m uchos se han hecho m úsicos com o diría M acedonio Nolasco, m úsico de 73 años: –“Y cóm o la pobreza existía, eso es lo que nos ha hecho m ú- sicos a todos los totolapas”-. M uchos de estos m ú- sicos eligieron la m úsica, el oficio de ser m úsico para no ser jornaleros una especie de esclavitud m oderna que im plica trabajar de sol a sol, no po- seer la tierra y ganar unos cuantos pesos. Las voces de los m úsicos entrevistados con sus his- torias nos hacen palpar la dura y desigual realidad del trabajo del cam po y de la m úsica. La m úsica a diferencia de ser jornalero perm ite tener experien- cias agradables, salir del pueblo, conocer otros lugares o personas. La m úsica es considerada un conocim iento que heredan a sus hijos com o un bien, adem ás de que la m úsica, com o experiencia estética y em otiva, les perm ite expresar sentim ien- tos que de otra form a no podría suceder dada su condición m asculina. Figura 1. Pasillo del convento de Totolapan 529 529 ¿Popular, pop, populachera? El dilem a de las m úsicas populares en Am ércia Latina Figura 2. B anda de viento de Totolapan 530 530 ¿Popular, pop, populachera? El dilem a de las m úsicas populares en Am ércia Latina (Entrevista a director de banda, trom petista, 84 años, 2009). Georgina: ¿Y qué tocaban? Fausto: M úsica de antes… m úsica antigua… entonces se usaban “obras”, “piezas gran- des” –que le decían- ora ya no m ás cancion- citas… ya no hay m úsica… solo m oderna de la que hay ora… y antes se tocaba papel, se estudiaba con un m aestro… ahora ya no… ya no estudian… (Entrevista a m úsico, tarolero, 94 años, 2010). “Ahora ya lo hacen por negocio… ”: el significado de la m úsica Cipriano: Ahora ya cam biaron ya no es com o antes… ahora ya lo hacen por negocio y no- sotros no lo hacíam os por negocio… éram os poquitos m úsicos no com o ahora, ha progre- sado eso de la m úsica en Totolapan pero ya la juventud no trabaja (no estudia el solfeo) o no hacen com o nosotros en nuestro tiem po que anduvim os en la m úsica… (Entrevista a m úsico tam borero, 81 años, 2010). “M is tres hijos son m úsicos… ”: la fam ilia com o es- pacio de educación m usical Luz: M i esposo Constantino no tuvo estudios form ales aprendió con un tío de la fam ilia M artínez: Isauro… y m is tres hijos son m úsi- cos porque m i esposo les enseñó desde que fueron chicos, cuandoiban a la escuela pero no querían y él les decía: -¡pues sí tienen que estudiar!-. Él veía que de ahí había m odo para vivir. Él dijo: -Yo no les voy a dar estudio en otra form a pero en ésta (en la m úsica) si estudiando? -Ya ando trabajando, ya m e gano algunos centavos- y luego ya m e casé y vinie- ron otras cosas… ya no… así m e quedé… pero sí las notas las conozco (Entrevista a m úsico tam borero, 81 años, 2010). M acedonio: Yo les doy consejos a los jóve- nes: -¡qué estudien cóm o yo estudiaba!- yo estudiaba 5 horas al día: una en la m añana, otra al m ediodía y de 7 a 10 m e encerraba en las academ ias o donde podía yo ir a aprender aunque sea yo sólo y si m e podían corregir ¡pues qué bien! Ya salía yo ganando porque ya m e decían: -esto no está bien o esto, está m al o hazle así- así fue m i aprendizaje… los instrum entos yo aprendía todas las escalas por si solo oyendo los tonos… dicen que fui gran m úsico… pero yo nunca m e crecí porque yo no tuve preparación yo crecí arrim ándom e con los otros que sus padres tenían la posi- bilidad de ponerles m aestro yo m e iba a arri- m ar y no m ás veía yo com o les enseñaba la lección, yo agarraba venía con m i m étodo y m e ponía a practicarlo yo sólo… “Tocábam os m úsica de antes, m úsica antigua… ”: el repertorio Ernesto: En la actualidad hay m úsico m uy bueno y desarrollado algunos conocen la lectura pero m uchos nada m ás son líricos, que aunque líricos en su trabajo son m uy buenos… digam os que en la actualidad hay m ucha m úsica pero pura m úsica m oderna y lo principal es la m úsica auténtica y la clá- sica. El clásico ya no le gusta a la juventud… A continuación presento los testim onios de los m ú- sicos que han sido clasificados de acuerdo a las ca- tegorías construidas a partir de sus narrativas: “Así se estudiaba”: el proceso de enseñanza- aprendizaje m usical Ernesto: Cuando yo em pecé a estudiar no ha- bía estas cosas inclusive casi casi no había orquestas m ás que en la capital, en las ciuda- des pero en los pueblos no había orquestas, no había conjuntos, ni sonoras, pura m úsica de viento, puro clásico, porque el que quería ser m úsico debía de estudiar, com o quien va a la escuela, desde las prim eras letras hasta el final y así se estudiaba. Podem os decir que no era conocim iento de alto conocim iento m usical pero por lo m enos habíam os los que leíam os la m úsica… (Entrevista a director de banda, trom petista, 84 años, 2009). Cipriano: Un com pañero de los que estaban m e dijo: -“yo te enseño, cóm prate el instru- m ento (un trom bón) te voy a em pezar a en- señar las lecciones, te voy a enseñar ejerci- cios con el instrum ento. Tienes que poner la prim era lección con todos sus tonos, luego cuando ya tengas los tonos de oído, em pie- zas a… te tengo que escribir otra escala que lleva bem oles y sostenidos, tienes que estu- diar de carrerita toda la escala, subirla y ba- jarla, la subes con sostenido y la bajas con bem oles… ”- Noooo, ahí fue donde m e aburrí (risas) y entonces dije pero ¿para qué estoy 531 531 ¿Popular, pop, populachera? El dilem a de las m úsicas populares en Am ércia Latina falta m ás preparación, m aestros en m úsica capacitados pues están aprendiendo con los que m edianam ente enseñan las notas… te- ner una escuela con m aestros capacitados... m i idea es de form ar una escuela o luchar por una escuela… hacer una solicitud al gobierno del estado o juntar firm as de los som os pero com o yo ya estoy viejo m e van a decir que ¡estoy loco! (Entrevista a m úsico clarinetista, 73 años, 2009). les voy a dar- (Entrevista a viuda de m úsico, 82 años, 2010). 5. La escuela de m úsica: la esperanza de To- tolapan En el estado de M orelos existe de reciente creación el Program a de Educación Artística en M unicipios (PEAM ) prom ovido por el Centro M orelense de las Artes (CM A). El program a incluye a casi todos los m unicipios del estado sean estos cercanos o leja- nos de la ciudad capital Cuernavaca. Existe el PEAM en Totolapan, Yautepec, Tlaltizapan, M iacatlán, Jiutepec, Huitzilac y Tepoztlán. El financiam iento del PEAM está cubierto por el CM A. Se envían m aes- tros del m ism o CM A a los m unicipios y se lleva a cabo un curso de 120 horas repartidas en 3 horas a la sem ana en un día. Sin em bargo a pesar del im - portante núm ero de m úsicos y de niños y jóvenes que quieren estudiar m úsica en Totolapan no ha te- nido el im pacto esperado y se sigue dem andando y exigiendo una escuela de m úsica para las nuevas generaciones: M acedonio: Si Totolapan no ha subido a tra- vés de la fam a es ¡porque desgraciadam ente no ha habido quien! … ¡quien nos apoye!... en prim era no hay escuela… hay jóvenes que aunque están en las bandas grandes les hace 532 532 ¿Popular, pop, populachera? El dilem a de las m úsicas populares en Am ércia Latina Referencias bibliográficas: Cham orro, Arturo. 1997. “Instrum entos m usicales en las fuentes pictográficas del m undo purépecha”. En Sabiduría Popular, ed. Arturo Cham orro, 239-256. M i- choacán: El Colegio de M ichoacán. “La Jornada”. Viernes 30 de Abril de 2010, 3. Fernández, Aldara. 2003. “La educación artística y m usical en M éxico: incom pleta, elitista y excluyente”. Cuadernos Interam ericanos de Investigación en Educación M usical I (4): 87-100. García, M aría del Rosío; Cam pos, Alm a y Liévanos, M ario (eds.). 2000. Totolapan. Raíces y testim onios. M orelos: CONACULTA. INI. Instituto de Cultura de M orelos. UAEM . Orm ières, Jean-Louis. 2003. “Las fuentes orales: ¿instrum ento de com prensión del pasado o de lo vivido?”. Historia, Antropología y Fuentes Orales 30: 119-132. Santam arina, Cristina y José M arinas. 1999. “Historias de vida e historia oral”. En M étodos y técnicas cualitativas de investigación en Ciencias Sociales, coords. Juan M anuel Delgado y Juan Gutiérrez, 259-287. M adrid: Síntesis.
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